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Teoria literaria y literatura en

Alfonso Reyes
EN el campo de la teoria literaria, ninguna figura tan cimera como
la de Alfonso Reyes en el orbe hispánico. La contemplación des-
interesada en busca de sus principios rectores de la actividad humana que
más le apasionó -la literatura-, ha dado como fruto una serie de obras'
que en mi opinión constituyen, en conjunto, la más valiosa aportación his-
pánica a este campo del saber humano tanto por su extensión como por su
profundidad. Quisiera por ello, como humilde aportación al hontenaje que
este Congreso rinde al mexicano universal, resumir sus ideas principales
sobre los conceptos de "teoria literaria" y "literatura".

I. CONCEPTO DE "TEORÍA LITERARIA".

En El deslinde (1, ío, 40) nos da Alfonso Reyes su concepto de


"teoría literaria". Esta es "un estudio filosófico y, propiamente, fenome-
nológico"; disciplina puramente teórica, descriptiva -sin preocupación
normativa de ninguna clase- que trata de dar cuenta, en un plano de
"abstracción fenomenológica" de ese peculiar fenómeno que es la lite-
ratura. Y cuyo contenido o problemática, sintetiza asi:

... Considera las principales formas de ataque de la mente sobre


sus entes u objetos propuestos: función dramática, función épica o
narrativa, y función lirica, las cuales no han de confundirse con los
géneros a ella circunscritos, que son meras estratificaciones de la cos-

1 La experiencia literaria (Coordenadas), Buenos Aires, Editorial Losada,


S. A., 1942; contenido en el t. XIV de las Obras completas, México, Fondo de
Cultura Económica, 1962; El deslinde, Prolegómenos a la teoría literaria, México,
El Colegio de México, 1944; contenido en el t. XV de las Obras Completas; Tres
puntos de exegética literaria, México, El Colegio de México, 1945; contenida en
Obras completas, t. XIV;. Al yunque, México, Tezontle, 1960; Apuntes para la
teoría literaria, en Obras completas, México, Fondo de Cultura Económica, 1963,
t. XV. Apuntes para la ciencia de la literatura. Obras completas, t. XIV, México,
FCE, 1962. Con estas obras guardan estrecha relación La critica en la Edad Ate-
niense y La antigua retórica, en Obras completas, t. XIII, México, FCE, 1961.
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tumbre en cada época. Toma en cuenta la materia o lengua, su esen-


cia emocional, intelectual y fonético-estética, y su naturaleza rítmica
en el verso y la prosa; el carácter sustantivo oral y el accidente adje.
tivo de la escritura, y sus mutuos reflejos; la condición popular o
culta de formas e imaginaciones y mutuos préstamos y cambios; lo
tradicional y inventivo, como maneras psicológicas.2
lo
Por lo
que respecta al método, éste
debe ser puramente descriptivo,
fenomenológico, sin preocupación normativa alguna, todo ello mediante
un proceso de abstracción que parte de los fenómenos concretos que son
las obras literarias que Reyes lleva a cabo en la siguiente forma. Toma
una serie de obras y las somete a examen. Un primer examen le permite
agruparlas cronológicamente; un segundo examen las ordena por paises;
un tercer examen, por tipos genéricos. Pero, es posible una abstracción
ulterior:

. .. Hasta aquí he venido haciendo historia de la literatura en va-


rios sentidos. Si ahora prescindo, hasta donde es posible, de épocas,
países, géneros concretos y procuro abstraer de todas las obras una
cierta esencia común al fenómeno literario, éste será el concepto de
literatura a que quiero aquí referirme. Las obras han pasado a ser
ejemplos particulares. Tal es la literatura según la contempla la teo-
ría literaria. Insistamos en el distingo: no negamos historicidad a
la literatura, pero creemos que ella admite una abstracción fenome-
nológica que ni es de origen especificamente psicológico ni tampoco
de orden preceptivo. Esta, abstración es la teoría literaria.
3

II. CONCEPTO DE "LITERATURA".

El objeto de esta abstracción fenomenológica que es la "teoria litera-


ria" lo constituye, por supuesto, la "literatura". Por eso, el primer pro-
blema que se plantea es el de ¿qué
es literatura?, es decir, ¿en qué consiste
la esencia de lo
literario? y por "literatura", por supuesto, se pueden en-
tender cosas distintas; por lo
que hay que comenzar por restringir el tér-
mino al ámbito artístico, espiritual y psicológico. Para nuestros propósitos,
hay que entender "literatura" como una agencia especial del espíritu, cua-
jada en obras de cierta índole" como'la Odisea, la Medea, el Hartles,El
Qnijote, las Odas de Pindaro, la Vorágine, El Buscón, Prosas Profanas,

2 El deslinde, la. ed., p. 17.


3,Id.
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Peribañlez, etc. Este sentido de "literatura" como actividad creadora del


espíritu, objetivada en obras de cierta indole es el que interesa a la teoría
literaria. Es sólo a través de un examen abstractivo de esta actividad, a la
luz de las obras en que cuaja, que podremos llegar a descubrir las caracte-
risticas esenciales de la "literatura" y a fijar, con precisión, su concepto.
Procedamos a ese examen:

Comparando la "literatura" con las principales actividades no-li-


i.
terarias del espíritu, se pone de relieve, de inmediato, el carácter de in-
vención o de ficción de la literatura:

Sumariamente definidas las principales actividades del espíritu,


la filosofía se ocupa del ser; la historia y la ciencia, del suceder real,
perecedero en aquélla, permanente en ésta; la literatura, de un suce-
der imaginario, aunque integrado -caro está-- por los elementos
de la realidad, único material de que disponemos para nuestras crea-
ciones. Ejemplos: I9 Proposición filosófica que se ocupa del ser:
"El mundo es voluntad y representación". 2 Proposición histórica:
"Napoleón murió tal día en Santa Elena"; el suceder es real y pere-
cedero, fenece al tiempo que acontece, y nunca puede repetirse. 39
Proposición científica: "El calor dilata los cuerpos", suceder real y
permanente. 49 Proposición poética: "Como un rey oriental el sol
expira". No nos importa la realidad del crepúsculo que contempla el
poeta, sino el hecho de que se le ocurra proponérselo a nuestra aten-
ción, y la manera de aludirlo. 4

2. Como sólo cuando la ficción o suceder imaginario se encarna en


una adecuada expresión estética tenemos literatura, hay que distinguir en
ella dos aspectos fundamentales. De un lado tenemos el aspecto semántico
o de significado (lo que tradicionalmente suele llamarse fondo) y de otro,
el arpecto formal o de expresiones lingiísticas (corrientemente llamado
forma). Reyes denomina al primero ficción y al segundo forma
3. La ficción fue denominada antes por los antiguos mimesis, imi-
tación de la naturaleza, señalando con ello el carácter de punto de partida
que la realidad tiene en toda creación literaria. Sin embargo, para evitar
todo posible equívoco que pueda llevar a identificar esa imitación con las
estrecheces del realismo o del naturalismo, es preferible el término ficción.b
; La experiencia literaria, la. ed., p. 75.
5 Id.
* Id.
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- El contenido de la ficción, la experiencia psicológica vertida en ella,


puede o no tener su base en un suceder real. A la literatura, sin embargo,
este sticeder real no le interesa tanto como dato de la realidad cuanto por
su valor de interés:

... La intención no ha sido contar algo porque realmente acon-


teciera, sino porque es interesante en sí mismo, haya o no acontecido.
El proceso mental del historiador que evoca la figura de un héroe, el
del novelista que construye un personaje, pueden llegar a ser idén-
ticos; pero la intención es diferente en uno y en otro caso. El histo-
riador dice que así fue; el novelista que así se inventó. El historiador
intenta captar un individuo real determinado. El novelista, un molde
humano posible o imposible. Nunca se insistirá bastante en la dis.
tinción.7

4. El contenido de la literatura es la pura experiencia, es decir, la


experiencia humana en general; no la experiencia de determinado orden de
conocimiento. La experiencia del hombre en cuanto es hombre; no la del
hombre en cuanto filósofo, historiador, o cientifico, aunque de todo ello
pueda llevar acarreos ancilares.8

5. La experiencia contenida en la literatura aspira a ser comunicada


y ello se consigue a través de la expresión lingitstica de valar estético.
Respecto a la forma -la expresión lingística- sin intención estética
no hay literatura. La expresión artistica es elemento indispensable de la
literatura:

Respecto a laforma, sin intención estética no hay literatura:


sólo podria haber elementos aprovechables para hacer con ellos lite.
ratura; materia prima, larvas que esperan la evocación del creador. 9

Sólo existe literatura, pues, cuando un determinado contenido o valor


semantico -un suceder imaginario basado en la experiencia general hu-
mana: ficcin- se expresa en ciertas formas lingüisticas de valor estético:
forma. La forma estética, aplicada a contenidos no-literarios, sólo da lite-
ratura ancilar o aplicada, no literatura en pureza, no literatura propia.
mente dicha.Y0

8
7 Id.
El deslinde, Primera parte, cap. II, La función ancilar, pp. 30-56.
9 La experiencia literaria, p. 76.
10 Id.
NOTAS 9
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6. La forma literaria se caracteriza por la importancia que en ella


adquiere, sin abandonar la intención comunicativa, la función expresiva.
Por ello, la forma literaria es la que mejor aprovecha todos los valores del
lenguaje:

..:La tradición gramatical suponía que el lenguaje era sólo un


instrumento lógico, lo que hacia comprensible el misterio lírico de la
literatura. No; el lenguaje tiene un triple valor:
9
i De sintaxis en la construcción y de sentido en los vocablos: gra.
mática.
2° De ritmo en las frases y períodos, y de sonido en las sílabas:
fonética.
39 De emoción, de humedad espiritual que la lógica no logra ab-
sorber: estilistica."

7. Como "la literatura revela mejor sus esencias al rojo blanco de


la poesia", el examen de ésta revela el principal problema expresivo del
literato: encontrar la expresión lingiística adecuada para expresar aquello
que no tiene una expresión ya hecha. Porque el lenguaje surgió de una
necesidad social, práctica, de comunicación, hay que sacarlo de quicio para
que logre expresar los imprecisos, casi inasibles, contenidos de la emoción
poética:

... En este sentido, la poesía es un combate contra el lenguaje.


De aquí su procedimiento esencial, la catacresis, que es un mentar
con palabras, Jo que no tiene palabras ya hechas para ser mentado.
Sea, pues, bienvenido, el desajuste al cual debemos la poesía. Acepte
su sino el poeta, que está en combatir, como Jacob, con el ángel.
Es la lucha con lo inefable, en la desolación del espíritu: cuerpo a
nube, como Ixión. Sin posible ayuda, porque no aceptamos la pre.
ceptiva; como lucha Erasmo con la idea, a la luz de su lámpara
solitaria.
Estos son, pues, para Alfonso Reyes, los rasgos esenciales de la
literatura:
IQ Su carácter de invención: se ocupa de un suceder imaginario;
29 La ficción o suceder imaginario ha de encarnar en forma artis-
fica, es decir, en expresiones lingiísticas de valor estético: sin

intención estética no hay literatura;

iX Ibid., p. 77.
12 Ibid., pp. 790 y 96.
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39. La ficción, partiendo de la realidad, crea una realidad imaginaria,


nueva, distinta;
49 El contenido de la literatura es la experiencia humana pura, la ex-
periencia del hombre en cuanto hombre, y busca siempre ser co.
municada en formas de valor estético.
la
59 Sin desentenderse de la comunicación, literatura se caracteriza
por su intención especialmente expresivcx lucha de Jacob con el
ángel.

Toda obra en que se dé el conjunto de estas notas, es en rigor li-


teratura. Aquéllas en que no se den, o no son literatura, oa lo sumo
serán literatura ancilar o aplicada. Y esta literatura, asi definida, es lo
que constituye el objeto propio de la "teoria literaria", ese incitante mar
de estudio que tan gallardamente navegara Alfonso Reyes.

ANGEL Luis MORALES.

Universidad de Puerto Rico

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