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Agosto / 2014

Año 1 Volumen 2

JURISPRUDENCIA
RELEVANTE SOBRE
PECULADO
Área Jurisprudenciarelevante
Jurisprudencia relevante sobre
sobre peculado
peculado

Contenido
Servicio personal de vehículos por razón del cargo como causal de atipicidad
1.a Sentencia 416
(R.N. N° 564-2012-Puno)

2.a Sentencia La consumación en el delito de peculado (R.N. N° 1371-2012-Puno) 420

3.a Sentencia Elementos típicos del peculado de uso 425

JURISPRUDENCIA RELEVANTE
Jurisprudencia relevante

SOBRE PECULADO
Sala Penal
Permanente 1.a SENTENCIA: Servicio personal de
vehículos por razón del cargo como
R. N. N.° 564-2012
Puno

causal de atipicidad

Resumen: El último párrafo del artículo trescientos ochenta y ocho de Código Penal establece que
los alcances de tipicidad del delito de peculado de uso tienen una taxativa limitación al señalar
que “el uso de vehículos motorizados asignados al funcionario o servidor público para su uso
personal (siempre y cuando exista una vinculación funcional por razón del cargo) no constituye
delito alguno”. Ello debido a que la conducta anteriormente señalada se encuentra dentro del
marco establecido de permisiones en beneficio del funcionario o servidor público, por lo que no
resulta configurativa del delito de peculado de uso.

SALA PENAL PERMANENTE


R. N. N.° 564-2012
PUNO
Lima, nueve de mayo de dos mil trece
VISTOS: los recursos de nulidad interpuestos por el Fiscal Superior y El Procurador Público,
contra la sentencia de fojas seiscientos cincuenta y seis, del veintiocho de diciembre de dos
mil once, que absolvió al acusado Pablo Hernán Fuentes Guzmán, de la acusación fiscal for-
mulada en su contra por delito contra la Administración Pública-peculado de uso, en perjuicio
del Estado-Gobierno Regional de Puno. De conformidad con lo opinado por el señor Fiscal
Supremo en lo Penal.

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Jurisprudencia relevante sobre peculado
Interviene como ponente el señor Príncipe Trujillo.

CONSIDERANDO
Primero. Que el Fiscal Superior en su recurso formalizado de fojas seiscientos sesenta y siete,
alegó que el Colegiado Superior al dictar la sentencia absolutoria, incurrió en errores de hecho
y de derecho, al no haber valorado las pruebas de cargo, ni la norma vigente relacionada a
la prohibición y restricción del uso de los vehículos oficiales destinados al servicio de la Ad-
ministración Pública, por lo que se vulneró el principio de legalidad, puesto que los cargos
atribuidos al procesado Fuentes Guzmán han quedado impunes, lo que ocasionó un grave
perjuicio al Estado y a la sociedad. Por estas razones, solicita que se revise la sentencia recurrida
y se imponga la pena privativa solicitada en la acusación escrita.
Segundo. Que, por su parte, el Procurador Público, en su recurso de nulidad de fojas seis-
cientos setenta, señaló que el Colegiado Superior no tomó en cuenta las contradicciones en
las que incurrió el encausado Fuentes Guzmán, toda vez que si bien inicialmente afirmó que
María Alarcón Mamani no era funcionaria pública y que se trataba de su sobrina, al concurrir
a sede sumarial y plenarial, señaló no conocerla y que fue invento de los efectivos policiales.
Agregó en cuanto al uso ilegal del vehículo, que éste fue utilizado por el acusado Fuentes
Guzmán para transportarse hacia la carretera de Yunguyo-Copani Zepeta, con la finalidad
de inspeccionar los trabajos de mejoramiento en un día que no era laborable. Finalmente,
señaló que en dicha camioneta no podían viajar personas que no trabajaban para el Gobierno
Regional de Puno, y que solo podía ser conducido por el chofer asignado: máxime si no se
tuvo en cuenta la Directiva Regional número nueve-dos mil nueve-Gobierno Regional Puno.
Por estas razones solicita que se declare la nulidad de la sentencia recurrida.
Tercero. Que, según la acusación fiscal de fojas cuatrocientos veintitrés, el día veintiuno de
febrero de dos mil nueve, a las cinco horas con cuarenta cinco minutos, aproximadamente,
personal policial de Chucuito tomó conocimiento de la presencia de una camioneta color plomo
oscuro cuatro por cuatro, la misma que sospechosamente se encontraba estacionada en el lugar
denominado Puente Morenlaya y cuando el personal policial se constituyó al lugar, el vehículo
ya estaba desplazándose con dirección a Puno, por lo que comunicaron al número ciento cinco
de Emergencia de la Policía Nacional del Perú. Ante ello, personal policial realizó un operativo
a la altura del kilómetro cinco punto cinco de la carretera Puno-Ilave, en donde al promediar
las siete horas con quince minutos, aproximadamente, se pudo advertir que el dicho vehículo
se acercaba a toda velocidad, y posteriormente, se inició una persecución con las unidades
policiales de placas de rodaje número PL- siete mil diecinueve, PL-siete mil cincuenta y nueve,
y PL-siete mil ciento veinticuatro. Luego de haber recorrido tres kilómetros, dicho vehículo
fue alcanzado y al ser intervenido se comprobó que era manejado por el acusado Fuentes
Guzmán, quien se identificó como Presidente Regional de Puno. Acto seguido, el intervenido
mostró la documentación pertinente de la aludida camioneta y se verificó que pertenecía al
Gobierno Regional de Puno. Luego el procesado descendió del vehículo intervenido, agredió
verbalmente a los efectivos policiales y amenazó con denunciarlos por abuso de autoridad.
Posteriormente, se verificó que en el interior de la camioneta se encontraba una mujer, quien
se identificó como María Alarcón Mamani, quien manifestó que estaban retornando de la
localidad de Chucuito luego de almorzar, y que trabajaba en Radio Perú. El encausado Fuentes
Guzmán, luego de entrevistarse con el jefe policial, se retiró del lugar. Con estos hechos se
determinó que el procesado había utilizado la camioneta que era de propiedad del Gobierno
Regional de Puno, en provecho personal, de forma dolosa, para realizar un acto no oficial, sin
contar con el permiso ni la papeleta de salida del vehículo correspondiente, un día sábado en

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Jurisprudencia relevante sobre peculado
horas de la tarde, aunado a que se encontró a una persona dentro del vehículo, el cual estaba
bajo su cuidado y pertenecía al Estado.
Cuarto. Que el proceso penal tiene por finalidad, entre otros, alcanzar la verdad concreta y
la certeza que justifique una sentencia condenatoria cuando exista plena convicción respecto
a la responsabilidad penal del encausado, la que solo puede ser determinada por una actua-
ción probatoria suficiente, sin la cual no es posible enervar la inicial presunción de inocencia
que tiene todo procesado, conforme con la garantía prevista en el parágrafo “e”, del inciso
vigésimo cuarto, del artículo dos de la Constitución Política del Estado.
Quinto. Que, en efecto, de autos se advierte que si bien el acusado Fuentes Guzmán fue inter-
venido el día de los hechos –esto es, el veintiuno de febrero de dos mil nueve–, a bordo de la
camioneta de propiedad del Gobierno Regional de Puno, se debe tener en cuenta que dicho
vehículo se encontraba al servicio del acusado por razón de su cargo, conforme se acredita
con el Control diario de vehículos de fecha veinte de febrero de dos mil nueve –véase a fojas
ciento cuatro–; lo que se encuentra corroborado con el Informe remitido por la ingeniera Rocío
Guísela Gómez Paredes –gerente regional de Recursos Naturales y Gestión de Medio Ambien-
te–, en el cual se consigna –en el ítem cuatro– que la camioneta Toyota Hilux, sin placa de
rodaje, color plomo oscuro metálico, fue puesta a disposición de la Presidencia del Gobierno
Regional de Puno –véase a fojas ciento quince–, con el oficio número cero veinticinco-dos mil
nueve-GR-PUNO/GRRNMA –que obra en copia fedateada a fojas doscientos doce– , al haber
sido solicitada con el Memorándum número cero cuarenta y ocho-dos mil nueve-GRPUNO/
PR, fecha diecisiete de febrero de dos mil nueve –véase a fojas doscientos veintiuno–.
Sexto. Que, abona a favor del acusado Fuentes Guzmán, el hecho de que si contaba con la
autorización oficial de viaje para usar la camioneta, los días veintiuno y veintidós de febrero
de dos mil nueve, a efectos de cumplir acciones institucionales, esto es, de seguimiento y
monitoreo a las obras que ejecuta el referido Gobierno en las provincias de Juli, Yunguyo
y Lampa –tal como se aprecia a fojas doscientos diez–, y de acuerdo a lo establecido en la
Directiva Regional número cero dos-dos mil nueve-GOBIERNO REGIONAL PUNO, de enero
de dos mil nueve, respecto a las Normas sobre el Uso y Control de Vehículos, Maquinaria y
Combustible en el Gobierno Regional de Puno -véase a fojas ciento cincuenta y tres-.
Séptimo. Que, por los fundamentos jurídicos que anteceden se puede concluir que la conducta
imputada al imputado Fuentes Guzmán no se encuentra inmersa en el delito imputado y,
por el contrario, se enmarca en el último párrafo del artículo trescientos ochenta y ocho del
Código penal que taxativamente expresa que “no están comprendidos los vehículos motori-
zados destinados al servicio personal por razón del cargo” –esto es, que se hallan destinados
al servicio personal del funcionario, siempre y cuando exista una vinculación funcional-, se
puede concluir que la conducta realizada por el acusado obedece al sentido común que la
naturaleza del cargo y las necesidades del servicio imponen, que se desarrollan dentro de un
marco establecido de permisiones en beneficio del funcionario público, y no resulta configu-
rativa del ilícito penal imputado al procesado Fuentes Guzmán.
Octavo. Que, finalmente, respecto a lo alegado por el Procurador Público en el sentido de
que el acusado Fuentes Guzmán era quien conducía la camioneta que era de propiedad del
Gobierno Regional de Puno y que dentro de ella se intervino a María Alarcón Mamani, quien
no tenía vinculación funcional con la entidad pública; este Supremo Tribunal advierte que
estos hechos constituyen infracciones de carácter administrativo, pues si bien incumplieron la
Directiva Regional, dichos actos no tienen relevancia penal. Por lo que, frente a lo expuesto,
los demás agravios invocados por los recurrentes de modo alguno desvirtúan los argumentos

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Jurisprudencia relevante sobre peculado
esbozados en los fundamentos jurídicos que anteceden y, por lo tanto, no resultan atendibles.
En consecuencia, lo resuelto por el Colegiado Superior se encuentra arreglado a Ley.

DECISióN
Por estos fundamentos, declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de fojas seiscientos
cincuenta y seis, del veintiocho de diciembre de dos mil once, que absolvió al acusado Pablo
Hernán Fuentes Guzmán, de la acusación fiscal formulada en su contra por delito contra
la Administración Pública-peculado de uso, en perjuicio del Estado-Gobierno Regional de
Puno. Con lo demás que al respecto contiene y es materia del recurso. Interviene el señor
juez supremo Príncipe Trujillo, por goce vacacional del señor juez supremo Villa Stein y, el
señor Rozas Escalante, por licencia de la jueza suprema Tello Gilardi, por exclusividad del caso
Barrios Altos. Y los devolvieron.
S.S.
Pariona Pastrana / Salas Arenas / Barrios Alvarado / Príncipe Trujillo / Rozas Escalante

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Jurisprudencia relevante sobre peculado

JURISPRUDENCIA RELEVANTE
Jurisprudencia relevante

SOBRE PECULADO
Corte Suprema de
Justicia
Sala Penal Permanente
2.a SENTENCIA: La consumación en
R. N. N° 1371-2012
Puno
el delito de peculado

Resumen: El delito de peculado sanciona al funcionario o servidor público que se apropia o


utiliza, para sí o para otro, caudales o efectos cuya percepción, administración o custodia le están
confiados por razón de su cargo. Para atribuir la responsabilidad a una persona por el delito de
peculado nuestro ordenamiento no sólo exige que el sujeto activo tenga la condición de funcionario
público, sino, además, que ostente un vínculo funcional con los caudales o fondos del Estado; es
decir, La consumación se realiza instantáneamente al producirse la apropiación de los caudales o
efectos por parte del sujeto activo, vale decir, cuando éste incorpora parte de su patrimonio público
a su patrimonio personal, o en su segunda modalidad, a través de la utilización o uso del caudal
o del efecto. Cuando el destino de los caudales o efectos va dirigido a terceros, la consumación
no está definida por el momento en que éste recibe o se beneficia con los bienes, pues para que
se produzca este momento ya previamente el funcionado o servidor público debió de haberse
apoderado de los caudales o efectos y por lo mismo consumar el delito.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA PENAL PERMANENTE
R. N. N° 1371-2012
PUNO
Lima, doce de noviembre de dos mil trece.-
VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto por el representante del Ministerio Público contra
la sentencia absolutoria del treinta de noviembre de dos mil once, obrante a fojas novecien-
tos cuarenta y cinco; interviniendo como ponente el señor Juez Supremo Pariona Pastrana,
de conformidad con lo opinado por el señor Fiscal Supremo en lo Penal; y CONSIDERANDO:
Primero: El representante del Ministerio Público fundamenta su recurso de nulidad –fojas
novecientos setenta y uno– , alegando que en autos existen suficientes medios probatorios
que acreditan que la encausada Lidia Hancco Navarro, quien no contaba con la cualidad de
funcionario público, se atribuyó prerrogativas propias de un funcionario y dificultó las labores
de los Consejeros del Gobierno Regional de Puno; además, utilizó un vehículo del referido
Gobierno Regional, contando con la venía de los encausados Pablo Fuentes Guzmán y José
Castro Quispe, quienes al no impedir ello, incurrieron en delito de peculado de uso. Segundo:
Según acusación fiscal –fojas quinientos noventa– se atribuye a Lidia Hancco Navarro la co-
misión del delito de usurpación de funciones, ya que durante el año dos mil siete, sin contar

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Jurisprudencia relevante sobre peculado
con la calidad de funcionaría del Gobierno Regional de Puno, desarrolló actividades oficiales
de dicho gobierno, utilizando de manera ilegal el vehículo Toyota Land Cruiser de placa RO-
3343, además, dispuso la contratación de obreros y maquinaria pesada. En ese sentido, se
atribuye a los encausados Pablo Hernán Fuentes Guzmán y José Aparicio Castro Quispe –Pre-
sidente Gerente General del Gobierno Regional de Puno, respectivamente– permitir que la
citada encausada utilizara indebidamente el referido vehículo. Tercero: En el presente caso
el representante del Ministerio Público, en audiencia de lectura de sentencia del treinta de
noviembre de dos mil once –fojas novecientos cincuenta y nueve–, se reservó su derecho a
interponer recurso de nulidad, no obstante, interpuso dicho recurso al siguiente día hábil –
fojas novecientos setenta–; sin embargo la fundamentación del mismo se realizó el veintiuno
de diciembre de dos mil once –fojas novecientos setenta y uno–, esto es, fuera del plazo de
los diez días computados desde el día siguiente de la interposición de su recurso de nulidad,
no obstante fue fundamentado previo a la notificación del concesorio de recurso de nulidad
para su respectiva fundamentación –el cual no obra en autos–. Al respecto, se debe precisar
que la Ejecutoria Vinculante del catorce de febrero de dos mil trece, recaída en el Recurso de
Nulidad número trescientos dos guión dos mil doce guion Huancavelica, publicada en el
diario oficial “El Peruano” el dieciséis de julio de dos mil trece, precisó que el plazo para
fundamentar el recurso de nulidad se computa a partir del día siguiente a la interposición del
recurso de nulidad y no desde el día siguiente de la notificación del concesorio. Ahora bien,
en el plazo que va del catorce de febrero de dos mil trece hacia adelante, se emitieron reso-
luciones discordantes o en mayoría, con algunas decisiones que aplicaban la Ejecutoria Vin-
culante recaída en el Recurso de Nulidad número 1004-2005 Huancavelica, del veintiuno de
mayo de dos mil cinco, el cual establecía que el plazo para la fundamentación del recurso de
nulidad se computa desde el día siguiente de la notificación del concesorio y, otras, que
apartándose de dicho criterio y, fundamentando debidamente su apartamiento, consideraban
que el plazo para fundamentar el recurso de nulidad se computa desde el día siguiente a la
interposición del mismo. Ante dichas discrepancias, por Acuerdo unánime de las Salas Pena-
les Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia, se emitió la Sentencia Plenaria
01-2013/301-A.2-CPP del seis de agosto de dos mil trece, publicada en el diario oficial El
Peruano el veintitrés de agosto de dos mil trece, la cual dejó establecido que la Ejecutoria
Vinculante del catorce de febrero de dos mil trece deberá ser aplicada a recursos interpuestos
con posterioridad a su publicación en el diario oficial El Peruano, así, en su décimo primer fun-
damento de derecho precisa: “ha de regir para todos aquellos recursos interpuestos, por ser de
naturaleza normativa, desde el siguiente día de la publicación en el diario oficial El Peruano, de la
Ejecutoria Vinculante del catorce de febrero del presente año, recaída en el Recurso de Nulidad
número 302-2012/Huancavelica, que esta Sentencia Plenaria ha consolidado, esto es, desde el día
miércoles diecisiete de julio de dos mil trece”; por ende, como quiera que el señor Juez Supremo
ponente ha suscrito la citada Sentencia Plenaria y, en aplicación de lo dispuesto por el artícu-
lo trescientos uno A del Código de Procedimientos Penales, lo aplica por ser vinculante; en
ese sentido, al haber sido interpuesto, el presente recurso de nulidad, con anterioridad a la
publicación, en el diario Oficial El Peruano, de la referida Ejecutoria Vinculante, cabe emitir
pronunciamiento de fondo respectivo. Cuarto: El delito de peculado sanciona al funcionario
o servidor público que se apropia o utiliza, para sí o para otro, caudales o efectos cuya per-
cepción, administración o custodia le están confiados por razón de su cargo. Para atribuir la
responsabilidad a una persona por el delito de peculado nuestro ordenamiento no sólo exige
que el sujeto activo tenga la condición de funcionario público, sino, además, que ostente un
vínculo funcional con los caudales o fondos del Estado; es decir, “La consumación se realiza
instantáneamente al producirse la apropiación de los caudales o efectos por parte del sujeto activo,

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Jurisprudencia relevante sobre peculado
vale decir, cuando éste incorpora parte de su patrimonio público a su patrimonio personal, o en su
segunda modalidad, a través de la utilización o uso del caudal o del efecto. Cuando el destino de los
caudales o efectos va dirigido a tercero, la consumación no está definida por el momento en que
éste recibe o se beneficia con los bienes, pues para que se produzca este momento ya previamente
el funcionado o servidor público debió de haberse apoderado de los caudales o efectos y por lo
mismo consumar el delito”. (ROJAS VARGAS. Fidel. “Delitos contra la administración pública’’,
tercera edición. Editorial Grijley, Lima, dos mil dos, página trescientos cuarenta y tres). Quin-
to: En el caso de autos no se advierten medios probatorios que acrediten que la encausada
Hancco Navarro haya utilizado el vehículo de placa de rodaje RO-3343, pues ésta refirió a
nivel de instrucción –fojas trescientos setenta y seis– no haber laborado para el Gobierno
Regional de Puno, mucho menos dispuso la contratación de obreros o de maquinaria pesada
ni utilizó el vehículo de placa de rodaje RO-3343, pues, al no tener autoridad, nadie le hu-
biera hecho caso, además, que acudía al Gobierno Regional a visitar al encausado Hernán
Fuentes Guzmán –Presidente del Gobierno Regional de Puno– por cuanto éste es padre de su
hijo y, con la única finalidad de conversar temas referentes al citado menor; asimismo, con-
sidera que la imputación en su contra se debe a que el Presidente Regional, el encausado
Fuentes Guzmán, ha tenido problemas con los consejeros; dicha versión ha sido ratificada a
nivel de juicio oral –fojas seiscientos ochenta y cinco– donde precisó que es gerente de radio
televisión Perú, que es obstetriz de profesión y que el encausado Pablo Hernán Fuentes Guz-
mán –Presidente del Gobierno Regional de Puno– es el padre de sus hijos, no obstante que
al momento en que éste cumplía la función de Presidente Regional no vivía con ella, que las
acusaciones recaídas en su contra son falsas, pues para que algún vehículo salga de las insta-
laciones del Gobierno Regional se necesita una papeleta de autorización, además, que no
usurpó función alguna, ya que el Gobierno Regional tenía su residente y supervisor. Sexto:
Abona a la declaración de la encausada Hancco Navarro, la instructiva del encausado José
Aparicio Castro Quispe -fojas trescientos ochenta- quien refirió que durante el gobierno del
encausado Fuentes Guzmán, se desempeñó como Gerente General, además, que en dicho
periodo no brindó autorización alguna a la encausada Hancco Castro para que realizara fun-
ciones propias del Gobierno Regional de Puno, pues ésta no tenía cualidad de funcionaria,
que no existe documento que así lo acredite; además, que no es facultad de la Gerencia la
contratación o supervisión de obras sino que ello es facultad del titular del pliego; en ningu-
na oportunidad ha observado que la encausada Hancco Navarro haya ordenado la contrata-
ción de obreros o de maquinaria pesada, tampoco la ha visto utilizar el vehículo Toyota Land
Cruiser de Placa de rodaje RO-3343; el equipo mecánico depende de Gerencia de Infraestruc-
tura; dicha versión ha sido ratificada a nivel de juicio oral –fojas setecientos cincuenta– por el
referido encausado; además, fue corroborada con la instructiva del encausado Pablo Hernán
Fuentes Guzmán –fojas trescientos ochenta y ocho– quien refirió haberse desempeñado como
Presidente del Gobierno Regional de Puno entre los años dos mil tres a dos mil siete y, que
en dicho contexto nunca otorgó algún tipo de facultad para que la encausada Hancco Nava-
rro realice algún tipo de supervisión en las obras del Gobierno Regional de Puno, pues existe
una Oficina Regional de Supervisión dedicada a la supervisión y monitoreo de los proyectos
y obras que se ejecutan; además, que la acusación contra la citada encausada se debe a re-
sentimientos políticos por algunos consejeros; que el Presidente Regional ni otra instancia
autoriza el uso de vehículos a particulares, que cada gerencia tiene sus vehículos y procedi-
miento de autorización; que la encausada Hancco Castro es madre de sus hijos y que por ese
fin ha concurrido a la institución del Gobierno Regional de Puno y que la denuncia en su
contra no tiene sentido; dicha versión ha sido ratificada por el citado encausado a nivel de
juicio oral –fojas setecientos quince– donde agregó que el vehículo de placa de rodaje RO-

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Jurisprudencia relevante sobre peculado
3343 requería de autorización de salida u otro documento de ruta o viaje. Sétimo: Aunado
a lo referido por los encausados Hancco Navarro, Fuentes Guzmán y Castro Quispe, se tiene
la testimonial de Edwin Vargas Ticona –fojas cuatrocientos sesenta y cinco–, chofer del vehí-
culo de placa de rodaje RO-3343, del Gobierno Regional de Puno, quien refirió que la en-
causada Hancco Navarro no hacía uso del citado vehículo y que esa camioneta era conside-
rada como de reten o presidencial porque su uso no era constante y solo salía en caso que
otra camioneta se malograse; además, que nunca estuvo bajo las ordenes de la citada encau-
sada, agregando que la salida de camionetas requerían hojas de autorización; en la misma
línea se advierte la testimonial de Juan Roger Quintanilla Anayaipoma –fojas ochocientos
cincuenta y nueve– quien refirió haber laborado para el Gobierno Regional de Puno entre los
meses de agosto y octubre de dos mil siete como sub gerente de obras y, que en ese contex-
to no tiene referencia que la encausada Hancco Navarro haya acudido a supervisar el avance
de las obras; y si bien obran en autos la testimonial de Lidia Casa Nina –fojas ochocientos
nueve–, quien refirió que la encausada Ancco Navarro iba a fiscalizar las obras que se reali-
zaban en el Gobierno Regional sosteniendo que su esposo, el encausado Hernán Fuentes
Guzmán, en su condición de Presidente Regional, le delegaba funciones; la testimonial de
Teresa Alagón Jáuregui –fojas veintitrés– quien refirió que la encausada Lidia Hancco Navarro
participaba en la toma de personal; asimismo, la testimonial de Carlos Baldarrago Abarca –
fojas veintiuno y cuatrocientos cincuenta y nueve– quien refirió que la citada encausada, aun
cuando no tenía cualidad de funcionaria pública, realizaba dichas funciones; no obstante,
dichas versiones incriminatorias no están rodeadas de elementos objetivos de carácter peri-
férico que las corroboren, máxime si los referidos testigos denunciantes refirieron que al
respecto habían fotografías y avisos periodísticos, los mismos que no aparecen en autos; en
ese sentido, es de concluirse que no existe suficiente material probatorio que permita acredi-
tar que la encausada Hancco Navarro usurpó funciones propias del Gobierno Regional de
Puno ni que haya utilizado vehículos del referido Gobierno; corolario de ello, la imputación
recaída contra los encausados Pablo Hernán Fuentes Guzmán –Presidente– y José Aparicio
Castro Quispe –Gerente General del Gobierno Regional de Puno– por presuntamente permitir
la actuación de la citada encausada, decae por sí sola; advirtiéndose que el Fiscal Superior no
logró acreditar los extremos de su acusación fiscal para el delito de usurpación de funciones
y peculado de uso, más aún si el señor Fiscal Supremo en lo Penal, máximo representante del
Ministerio Público, opinó se declare no haber nulidad en la sentencia recurrida, siendo de
aplicación el artículo ocho punto dos de la Convención Americana de los Derechos Humanos,
que preceptúa “...toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia,
mientras no se establezca legalmente su culpabilidad...”, en cuanto a su contenido la Corte Inte-
ramericana de Derechos Humanos ha precisado que el principio de la presunción de inocen-
cia, tal y como se desprende del artículo ocho punto dos de la Convención exige que una
persona no pueda ser condenada mientras no exista prueba de su responsabilidad penal, si
obra contra ella prueba incompleta o insuficiente, no es procedente condenarla, sino absol-
verla, pues “la consagración en el ámbito constitucional de la presunción de inocencia se explica
por razones histórico-políticas, por la reacción contra regímenes totalitarios en los cuales correspon-
día al imputado aportar la prueba de su inocencia...” –Michele Taruffo, Teoría de la Prueba, ARA
Editores, Primera Edición, Lima Perú, dos mil doce, página doscientos ochenta y uno–; principio
recogido en la Constitución Política del Perú como garantía del ciudadano en un debido
proceso; en consecuencia la sentencia absolutoria recurrida se encuentra conforme derecho.
Por estos fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia del treinta de no-
viembre de dos mil once, obrante a fojas novecientos cuarenta y cinco, que absolvió a Lidia
Hancco Navarro de la acusación fiscal por delito contra la administración pública, en su

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Jurisprudencia relevante sobre peculado
modalidad de usurpación de función pública, en agravio del Gobierno Regional de Puno y;
que absolvió a Pablo Hernán Fuentes Guzmán y José Aparicio Castro Quispe de la acusación
fiscal por delito contra la administración pública, en la modalidad de peculado, en su forma
de peculado de uso, en agravio del Gobierno Regional de Puno; con lo demás que contiene
y los devolvieron.
S.S.
Villa Stein / Pariona Pastrana / Barrios Alvarado / Tello Gilardi / Neyra Flores

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Jurisprudencia relevante sobre peculado

JURISPRUDENCIA RELEVANTE

Jurisprudencia relevante
SOBRE PECULADO
Sala Penal Permanente
R. N. N.° 1541-2012 3.a SENTENCIA: Elementos típicos
Lima
del peculado de uso

El peculado de uso que sanciona penalmente al funcionario o servidor público que, para
fines ajenos al servicio usa o permite que otro use vehículos, máquinas o cualquier otro
instrumento de trabajo pertenecientes a la Administración Pública o que se hallen bajo su
guarda. Asimismo, el bien jurídico tutelado en este delito es el normal desenvolvimiento de
la Administración Pública y la buena imagen institucional fundadas ambas en el hecho de
la adecuada disponibilidad funcional de los bienes mencionados en el tipo penal por parte
de los sujetos públicos. En ese sentido, los elementos materiales constitutivos del tipo penal
exigen: a) Usar o permitir el uso.- El usar es un comportamiento activo en provecho o goce
personal del sujeto activo o de terceros; mientras que permitir que otro use; está referido a
que otro se aproveche del bien, lo que supone un comportamiento omisivo imputable a los
sujetos activos que dolosamente permiten (toleran, consienten o autorizan) el uso de dichos
bienes por parte de terceros. b) Bienes pertenecientes a la administración pública.- Esto
es, vehículos, máquinas o cualquier otro instrumento perteneciente a la administración pública
o bajo su guarda que sean propiedad del Estado, de la administración pública (en sentido
amplio) o de particulares bajo la custodia de la administración pública. c) fines ajenos al
servicio.- Lo cual presupone la presencia de beneficio para el sujeto activo o para los terceros
que resultan favorecidos. En estos términos, resulta ser sujeto activo el funcionario y servidor
público (en el ámbito de extensión del servicio a título de autoría o coautoría); asimismo, al ser
un delito doloso, requiere que el sujeto activo use los bienes señalados en el tipo, conociendo
que son del Estado y con voluntad y conciencia de infringir la prohibición implícita en el tipo
penal. Por otro lado, el tercer párrafo del artículo trescientos ochenta y ocho del Código Penal,
establece como excepción lo siguiente: “No están comprendidos en este artículo los vehículos
motorizados destinados al servicio personal por razón del cargo”. Al respecto, el Tribunal
Constitucional mediante sentencia recaída en el expediente número cuatro mil doscientos no-
venta y ocho-dos mil doce-PA/TC, ha establecido que el uso personal del vehículo, excluido de
tipificación penal, no puede incluir un uso ajeno al funcionario, léase uso “familiar” o “amical”
del mismo, dado que la razón de la exención normativa es la facilitación del desenvolvimiento
y seguridad del alto funcionario (por lo que se permite un uso más allá de las funciones oficia-
les), también es cierto, que una interpretación excesivamente rígida de esta exclusión puede
llevar a desnaturalizar el sentido mismo de la excepción típica. En efecto, si bien el vehículo
oficial del alto funcionario no puede ser destinado al uso personal del cónyuge, hijos u otros
familiares del funcionario o como vehículo que sirva de movilidad permanente a otra persona
distinta del funcionario (conducta que debe ser calificada como peculado de uso), tampoco
puede considerarse que cualquier uso que se haga del vehículo por una persona distinta del
funcionario constituye una conducta típica. Y es que muchas veces, el vehículo oficial del
alto funcionario, de modo inevitable, es utilizado por otras personas sin que ello distorsione
necesariamente el uso personal que el funcionario hace de él. Si tenemos en cuenta el círculo
de familiares o personal de confianza que desarrollan múltiples actividades conjuntamente
con el alto funcionario o por encargo de él, resulta desproporcionado entender que en cada

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Jurisprudencia relevante sobre peculado

uno de estos casos, característicamente circunstanciales, se tipifica el delito de peculado de


uso, máxime si las actividades desarrolladas con los integrantes de la familia nuclear, princi-
palmente, pueden considerarse como parte de las actividades personales del funcionario, de
un modo prácticamente indesligable. De esta forma, una línea de interpretación y aplicación
restringida de la excepción típica nos llevaría a señalar que solamente el funcionario puede
usar el vehículo que el Estado le ha asignado. En ese sentido, esta prerrogativa del funciona-
rio público se convertiría en una camisa de fuerza ya que estaría siempre cuidándose de que
nadie distinto de él se encuentre en el vehículo, ante la amenaza de que un comportamiento
distinto configuraría tipicidad por peculado de uso.

SALA PENAL PERMANENTE


R. N. N.° 1541-2012
LIMA
Lima, dieciocho de septiembre de dos mil trece
VISTOS: el recurso de nulidad interpuesto por la Procuraduría Pública Especializada en Delitos
de Corrupción, contra la sentencia de fojas mil ciento setenta y ocho, del nueve de febrero
de dos mil doce. Interviene como ponente el señor Juez Supremo José Antonio Neyra Flores.

CONSIDERANDO
Primero. Que la parte civil, al formalizar su recurso de nulidad de fojas mil ciento noventa
y cinco, alega que en la recurrida se precisó que el acusado Arturo Ernesto Delgado Vizcarra,
en su condición de Secretario General de la Presidencia del Consejo de Ministros, utilizó
en beneficio propio y de terceros el vehículo Nissan, de placa de rodaje número BOU-
quinientos cuarenta y siete, que le fue asignado en razón de su cargo, es decir, se aceptó
la existencia de la conducta punible del agente; sin embargo, se concluyó que su conducta
no satisface las exigencias del principio de afectación al Estado. Al respecto, cabe recordar,
que la comisión del delito de peculado de uso, tiene una afectación concreta en los bienes
muebles fungibles del aparato estatal, en el presente caso, se trató de un vehículo, com-
bustible y chofer; que el acto punible imputado traspasó la esfera nacional, debido a que
fue de conocimiento de millones de personas a mérito de una denuncia periodística; en
consecuencia, nos encontramos ante una afectación continua y sistemática contra los bienes
del Estado por parte de un funcionario público, más allá, de su falta de lealtad y probidad.
Precisa, que la sanción administrativa de treinta días sin goce de haber impuesta al encau-
sado (Resolución Suprema número ciento doce-dos mil nueve-PCM), no puede ser tomada
en cuenta por la autoridad jurisdiccional, pues, la vía administrativa no califica si un hecho
es delito o no y carece de facultad coercitiva que solo la tiene el órgano jurisdiccional. Que
en la recurrida se precisa, que nos encontramos ante un “estado de necesidad del agente”,
en mérito a que el traslado de su esposa en el vehículo al hospital, se debió a que esta iba
a dar a luz a su hijo; sin embargo, no se valoró que el acusado era la más alta autoridad
administrativa de la Presidencia del Consejo de Ministros, por tanto, no es comprensible
que una persona que ostente un alto cargo bien remunerado, tenga que hacer uso de los
bienes del Estado por necesidad, como si fuera el vehículo asignado una movilidad escolar
o de uso privado, más aún, utilizando al chofer asignado como auxiliar escolar, paramédi-

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co o chofer particular; por tanto, si se aplica el criterio de encontrarse ante un estado de
necesidad, se estaría otorgando impunidad a los funcionarios públicos del Estado. De otro
lado, indica que la recurrida precisó que nos encontramos ante un error de tipo invencible,
debido a que el acusado era abogado, pero no tenía la especialidad en materia penal, lo
que lo eximiría del conocimiento de su mal actuar; sin embargo, dicha interpretación es
manifiestamente incorrecta.
Segundo. Que según el sustento táctico de la acusación fiscal de fojas novecientos ochenta
y uno, se le imputa al encausado Arturo Ernesto Delgado Vizcarra, que en su condición de
Secretario General de la Presidencia del Consejo de Ministros –del veintitrés de octubre de
dos mil ocho al diecinueve de julio de dos mil nueve–, utilizó el vehículo marca Nissan,
modelo Almera, de placa de rodaje número BOU-quinientos cuarenta y siete, conducido
por José Neri Martínez Villarreal, el cual le fue asignado por razón de su cargo –conforme
se advierte del cuadro de asignación de vehículo de fojas ciento veintiséis–, para movilizar
y trasladar a su cónyuge al Instituto de Ginecología, ubicado en el distrito de Surco, y a su
hijastra al colegio Isaac Newton en el distrito de La Molina, hechos ocurridos entre los meses
de marzo y abril de dos mil nueve, a pesar de que el aludido procesado tenía conocimiento
que dicho vehículo debía ser utilizado para actividades oficiales propias de su cargo y no
para uso particular.
Tercero. Que revisados los autos se advierte lo siguiente: i) El encausado Arturo Ernesto
Delgado Vizcarra se desempeñó como Secretario General de la Presidencia del Consejo de
Ministros del veintitrés de octubre de dos mil ocho al diecinueve de julio de dos mil nueve;
conforme se acredita con la Resolución Suprema número doscientos noventa y nueve-dos
mil ocho-PCM, del veintidós de octubre de dos mil ocho, de fojas ciento treinta y tres y sus
propias declaraciones. ii) El Cuadro de Asignación de Vehículos del período del catorce de
octubre de dos mil ocho al once de julio de dos mil nueve, establece que el automóvil marca
Nissan, color plata metálico, año dos mil cinco, modelo Almera, de placa de rodaje número
BOU-quinientos cuarenta y siete, le fue asignado a la Secretaría General de la Presidencia
del Consejo de Ministros, siendo el funcionario responsable, el Secretario General, Arturo
Ernesto Delgado Vizcarra, y su conductor, José Neri Martínez Villarreal. iii) La Directiva nú-
mero cero cero cinco-dos mil seis-PCM/SG (Normas para el uso de vehículos en la comisión
de servicios y de control en la distribución de combustible), de fojas doscientos trece, en
su artículo I indica como objetivo: establecer normas y procedimientos que garanticen el
uso adecuado y exclusivo de los vehículos de la Presidencia del Consejo de Ministros, en
actividades de carácter oficial, así como el control eficiente en la distribución de los vales de
consumo de combustible. Asimismo en su artículo VI como Normas Generales, establece:
que se asignará unidad vehicular automotor y su respectivo conductor, entre otros, al Se-
cretario General y que los vehículos asignados serán utilizados para actividades de carácter
oficial. iv) El Oficio número tres mil ciento setenta y tres-dos mil nueve-PCM/SG del treinta
de junio de dos mil nueve, de fojas ciento veintiocho, donde el Secretario General de la
Presidencia del Consejo de Ministros, informó que no existe documento que autorice a los
funcionarios el uso de vehículos asignados para actividades particulares. v) La declaración
en acto oral del encausado Arturo Ernesto Delgado Vizcarra, en la cual aceptó que en el
período de imputación, aprovechaba que en horas de la mañana era trasladado a la PCM
en el vehículo asignado, para efectos de llevar a su menor hija al colegio Isaac Newton,
y que a veces la recogía para llevarla a su domicilio, debido a que su idea era pasar más
tiempo con ella, porque no tenía horario fijo de salida, o en otras ocasiones dispuso que
el chofer la fuera a recoger y la lleve a su domicilio, más aún, si en dicha época su esposa,

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que era la encargada de recoger a su hija, tenía un embarazo riesgoso y no podía hacerlo.
De igual forma, aceptó que se utilizó el vehículo asignado para trasladar a su esposa a la
clínica, pero que ello se debió, a que esta estaba por dar a luz. vi) La declaración en acto
oral de José Neri Martínez Villarreal, quien precisó que en su condición de chofer asignado
al encausado Arturo Ernesto Delgado Vizcarra no tuvo un horario fijo de salida, pues de-
pendía de la hora en que el encausado retornaba a su domicilio, luego de lo cual procedía
a dejar el vehículo en la PCM y se retiraba a su domicilio. Precisó que en las mañanas re-
cogía al procesado y a su hija, y dejaba primero a esta en su colegio, y luego al encausado
en la PCM; asimismo recogía a la hija del encausado en horas de la tarde, muchas veces
en compañía de este. De otro lado, afirmó que fueron dos o tres veces las que trasladó a
la esposa del encausado a la clínica, y que en esas ocasiones iba el procesado; agrega que
la frecuencia del recojo de la niña del colegio se incrementó a raíz del embarazo delicado
de la esposa del encausado, por lo que este aprovechaba para recoger a su hija, llevarla
a su casa, y ver a su esposa. vii) El reportaje denominado “Mal ejemplo anticorrupción’’,
visualizado en la sesión de audiencia del cinco de enero de dos mil doce, emitido el treinta
y uno de mayo de dos mil nueve por el programa periodístico Cuarto Poder de America
Televisión -canal cuatro-, en el que aparecían registrados diversos traslados efectuados a la
hija del acusado Arturo Ernesto Delgado Vizcarra, a su colegio Isaac Newton, y el traslado
efectuado el veintitrés de abril de dos mil nueve, de su esposa, al Instituto de Ginecología
y Reproducción, para el control médico de esta, en el vehículo de placa de rodaje número
BOU-quinientos cuarenta y siete, asignado a dicho acusado, en su condición de Secretario
General de la Presidencia del Consejo de Ministros. viii) El certificado médico, de fojas mil
sesenta y seis, expedido por la médico obstetra Alicia García Llerena, donde se consignó
que la señora Paola Ávalos Medina, esposa del acusado Arturo Ernesto Delgado Vizcarra, en
horas de la tarde del veintitrés de abril de dos mil nueve, presentó trabajos de parto, siendo
admitida en la clínica Montesur por la noche y sometida a cesárea interactiva, saliendo de
alta la madre y su bebé al tercer día.
Cuarto. Que, el delito imputado al encausado Arturo Ernesto Delgado Vizcarra está referido
al tipo penal previsto en el primer párrafo del artículo trescientos ochenta y ocho del Código
Penal (peculado de uso), que sanciona penalmente a: “El funcionario o servidor público que,
para fines ajenos al servicio usa o permite que otro use vehículos, máquinas o cualquier otro
instrumento de trabajo pertenecientes a la administración pública o que se hallen bajo su
guarda [...]”. Que el bien jurídico tutelado en este delito, es el normal desenvolvimiento de
la administración pública y la buena imagen institucional, fundadas ambas, en el hecho de
la adecuada disponibilidad funcional de los bienes mencionados en el tipo penal por parte
de los sujetos públicos. Asimismo, los elementos materiales constitutivos del tipo exigen: a)
Usar o permitir el uso; el usar es un comportamiento activo en provecho o goce personal del
sujeto activo o de terceros; mientras que permitir que otro use; está referido a que otro se
aproveche del bien, supone un comportamiento omisivo imputable a los sujetos activos que
dolosamente permiten (toleran, consienten, autorizan) el uso de dichos bienes por terceros; b)
Bienes pertenecientes a la administración pública; esto es, vehículos, máquinas o cualquier otro
instrumento perteneciente a la administración pública o bajo su guarda que sean propiedad
del Estado, de la administración pública en sentido amplio, o de particulares bajo la custodia
de la administración pública; y c) fines ajenos al servicio; lo cual presupone la presencia de
beneficio para el sujeto activo o para los terceros que resultan favorecidos. Resultando ser
sujeto activo el funcionario y servidor público en el ámbito de extensión del servicio a título
de autoría o coautoría; asimismo, al ser un delito doloso, requiere que el sujeto activo debe

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usar los bienes señalados en el tipo conociendo que son del Estado y con voluntad y conciencia
de infringir la prohibición implícita en el tipo penal.
Quinto. Que, de otro lado, el tercer párrafo del artículo trescientos ochenta y ocho del Có-
digo Penal, establece como excepción lo siguiente: “No están comprendidos en este artículo
los vehículos motorizados destinados al servicio personal por razón del cargo”. Al respecto
el Tribunal Constitucional mediante sentencia recaída en el expediente número cuatro mil
doscientos noventa y ocho-dos mil doce- PA/TC (caso: Roberto Torres Gonzáles) del diecisiete
de abril de dos mil trece, estableció que: “[...] el uso personal del vehículo, excluido de tipifi-
cación penal, no puede incluir un uso ajeno al funcionario, léase uso “familiar” o “amical” del
mismo, dado que la razón de la exención normativa es la facilitación del desenvolvimiento y
seguridad del alto funcionario (por lo que se permite un uso más allá de las funciones oficia-
les), también es cierto, que una interpretación excesivamente rígida de esta exclusión puede
llevar a desnaturalizar el sentido mismo de la excepción típica. En efecto, si bien el vehículo
oficial del alto funcionario no puede ser destinado al uso personal del cónyuge, hijos u otros
familiares del funcionario o como vehículo que sirva de movilidad permanente a otra persona
distinta del funcionario (conducta que debe ser calificada como peculado de uso), tampoco
puede considerarse que cualquier uso que se haga del vehículo por una persona distinta del
funcionario constituye una conducta típica. Y es que muchas veces, el vehículo oficial del
alto funcionario, de modo inevitable, es utilizado por otras personas sin que ello distorsione
necesariamente el uso personal que el funcionario hace de él. Si tenemos en cuenta el círculo
de familiares o personal de confianza que desarrollan múltiples actividades conjuntamente
con el alto funcionario o por encargo de él, resulta desproporcionado entender que en cada
uno de estos casos, característicamente circunstanciales, se tipifica el delito de peculado de
uso, máxime si las actividades desarrolladas con los integrantes de la familia nuclear, principal-
mente, pueden considerarse como parte de las actividades personales del funcionario, de un
modo prácticamente indesligable. [...] Así, una línea de aplicación rígida de la interpretación
restrictiva [...], en el sentido de que la exención típica: servicio personal por razón del cargo,
se llena de contenido, en exclusividad, con los usos estrictamente individualizados de funcio-
nario, de modo que solo este puede usar dicho vehículo, supondría restringir en extremo el
sentido de la exención, y convertiría la prerrogativa en una camisa de fuerza que la haría casi
impracticable, pues el funcionario estaría siempre cuidándose de que nadie distinto de él se
encuentre en el vehículo, ante la amenaza de que un comportamiento distinto configuraría
tipicidad por peculado de uso. Una exigencia de razonabilidad en la aplicación de la exención
estipulada en el tercer párrafo del artículo trescientos ochenta y ocho Código Penal se impone,
por tanto, de modo que no mantenga a dichos funcionarios en un régimen de persecución
desproporcionada, ni abra posibilidades de abuso del referido bien público”.
Sexto: Que, de ser esto así, debe indicarse que en autos se encuentra acreditado que en el
periodo de imputación, el encausado Arturo Ernesto Delgado Vizcarra utilizó el vehículo que
le fue asignado en su condición de Secretario General de la Presidencia del Consejo de Minis-
tros a efectos de dejar a su menor hija en el colegio, así como recogerla del mismo y llevarla
a su domicilio; y haber llevado a su esposa a la clínica en dos o tres oportunidades debido
a su estado de gravidez; sin embargo, conforme a lo establecido en la sentencia del Tribunal
Constitucional recaído en el expediente número cuatro mil doscientos noventa y ocho9-dos
mil doce-PA/TC del diecisiete de abril e dos mil trece, partiéndose de la premisa que no
puede considerarse que cualquier uso que se haga del vehículo por una persona distinta del
funcionario constituye una conducta típica, debido a que muchas veces el vehículo oficial del
alto funcionario, de modo inevitable, es utilizado por otras personas sin que ello distorsione

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Jurisprudencia relevante sobre peculado
necesariamente el uso personal que el funcionario hace de él; se concluye en el presente caso,
que el accionar imputado al encausado puede ser aceptado o tolerado socialmente, debido
a que no utilizó el vehículo asignado para fines personales de entretenimiento, políticos, de-
lincuenciales u otros de naturaleza análoga (con lo cual se daría mal uso al vehículo asignado
para labores propias de la función pública), sino para actividades personales y necesarias con
los integrantes de su familia nuclear, que le eran importantes para desempeñar con normalidad
el alto cargo público encomendado; por tanto, resulta razonable en su caso, la aplicación de
la excepcionalidad de tipicidad prevista en el tercer párrafo del artículo trescientos ochenta
y ocho del Código Penal.

DECISIÓN
Por estos fundamentos; con lo expuesto en el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo Penal:
declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de fojas mil ciento setenta y ocho, del nue-
ve de febrero de dos mil doce, que absolvió de la acusación fiscal a Arturo Ernesto Delgado
Vizcarra, por el delito contra la Administración Pública, en la modalidad de peculado de uso,
en agravio del Estado-Presidencia del Consejo de Ministros; con lo demás que contiene y los
devolvieron. Interviene el señor Juez Supremo Morales Parraguez, por el periodo vacacional
del señor Juez Supremo Villa Stein.
S.S.
Pariona Pastrana / Barrios Alvarado / Tello Giraldi / Neyra Flores / Morales Parraguez

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Actualidad Penal
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