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Plan de San Luis

Categoría: De la Independencia al México Actual

El 5 de octubre de 1910 es dado a conocer por Francisco I Madero el llamado Plan de

San Luis, documento mediante el cual se desconocía y declaraba ilegal la elección

presidencial de 1910 en la cual Porfirio Díaz resulto ganador. El plan también invitaba

a la población en México a sostener el ideal de sufragio efectivo, no reelección,

mediante el levantamiento armado convocado en el mismo documento para el 20 de

noviembre de 1910.

A partir de la promulga de este documento, que pugnaba un cambio político

revolucionario, México comenzó también un proceso de revolución social que

convulsionó al país por varios años.

Los levantamientos armados que emanaron de los ideales de este documento,

permiten que el gobierno de Porfirio Díaz llegara a su fin, e iniciara una muy frágil

democracia con la elección de Francisco I Madero como presidente de México, esto

como consecuencia al buen recibimiento político del Plan de San Luis.

Antecedentes a la proclamación del Plan de San Luis

Porfirio Díaz se había pronunciado hacia una sucesión presidencial a través de la

entrevista realizada por el periodista estadounidense James Creelman a éste. La

entrevista publicada en marzo de 1908 provocó reacciones políticas encaminadas a

por fin, vivir un proceso democrático en la elección presidencial de 1910.

Madero junto con Emilio Vázquez Gómez fundan el Partido Nacional

Antirreeleccionista. El partido lanza como candidato presidencial a Francisco I

Madero, y como candidato a vicepresidente a Francisco Vázquez Gómez.

La popularidad ganada por los aspirantes a gobernar México, de parte de la sociedad

antiporfirista, hace que el gobierno de Díaz tome medidas para evitar que su

permanencia en el poder termine. A Madero se le acusa de ataques a la autoridad y

otros cargos como pretexto para poder encarcelarle antes de las elecciones. Detenido

en Nuevo León, es posteriormente enviado a San Luis Potosí, donde logra huir hacia

los Estados Unidos de América, después de ser liberado al pagar una fianza. Ya en los
Estados Unidos, desde la ciudad de San Antonio, Texas, y reunido con sus

colaboradores, lanza el Plan de San Luis el 5 de octubre de 1910.

Francisco I Madero (1873-1913), fue un político mexicano que con el también llamado

Plan de San Luis Potosí despertó el deseo en la mayoría de mexicanos de iniciar una

vida democrática sin el autoritarismo de Porfirio Díaz.

CONDICIONES DE TRABAJO EN LAS HACIENDAS DE MÉXICO

Se han puesto de relieve dos de las muchas y profundas transformaciones que tuvieron
lugar en el campo de México entre 1876 y 1910: la expropiación de las tierras comunales
de las aldeas y la disminución del salario real de los trabajadores en las haciendas. Al
finalizar el Porfiriato más del 95% de las aldeas comunales habían perdido sus tierras.
El valor adquisitivo del jornal que recibían los trabajadores agrícolas en las haciendas
disminuyó enormemente entre 1876 y 1910.

En este ensayo se discuten las variaciones regionales en estos aspectos de las


condiciones de trabajo. Se pretende determinar cuán difundido e importante era el
peonaje por endeudamiento en el México porfiriano, analizar las circunstancias en que
se empleaba este peonaje e indagar qué otra alternativa de trabajo podía emplearse.

La expropiación en gran escala de tierras indígenas creó una nueva reserva de mano de
obra. Las nuevas plantaciones, las minas, y en menor grado las industrias, tenían
necesidad de trabajadores. Pero la oferta y la demanda no se concentraban en las
mismas áreas. Las expropiaciones más grandes tuvieron lugar en la región más
densamente poblada del centro de México; las plantaciones se desarrollaron
principalmente en las tierras tropicales del sur, poco pobladas, mientras que la minería
se concentró en los igualmente pocos poblados estados norteños.

En términos generales había cuatro clases de trabajadores en las haciendas mexicanas:


1) peones de residencia permanente conocidos por diversos nombres: peones
acasillados, gañanes; la mayoría eran trabajadores agrícolas, pero había también
vaqueros, pastores o artesanos; 2) trabajadores eventuales que labraban las tierras de la
hacienda por tiempo limitado durante el año; 3) arrendatarios, y 4) medieros o
aparceros.
Los peones acasillados o gañanes vivían permanentemente en la hacienda. Su ingreso
provenía de manera principal de cuatro fuentes distintas. Había la pequeña parcela
(pejugal) que les cedía el hacendado; una ración de maíz y a veces otros bienes que les
daban anualmente de las haciendas; el derecho de apacentar animales en tierras de la
hacienda, y el salario que se les pagaba por cada día de trabajo en los campos del
hacendado. La importancia relativa de cada uno de estos ingresos variaba de hacienda
en hacienda. Los vaqueros y pastores acasillados no tenían derecho al uso de tierras y
sólo recibían alimentos, raciones y el derecho de pastoreo. Frecuentemente el peón no
recibía ración, pero con un salario podía comprar maíz de la hacienda a precio inferior
al del mercado.
La primera obligación de los peones era labrar las tierras del hacendado o cuidar el
ganado cuando fuera necesario, pero a veces tenían que hacer trabajos domésticos y
ocasionalmente se les requería para pelear por la hacienda.
A diferencia de los otros peones residentes, llamados peones acasillados, los
acomodados recibían con regularidad raciones, además de una parcela. , Los 265
peones acasillados no recibían ración. En algunos casos se obligaba a todos los peones
permanentes a trabajar algún tiempo sin paga.

Los llamados indios vagos. No eran residentes permanentes de aldeas indígenas libres,
sino trabajadores migratorios que trabajaban parte del año en una hacienda y luego en
otra, o en las minas, o encontraban algún trabajo en la ciudad.

Un tercer grupo de trabajadores vivía permanentemente en la hacienda y obtenía la


parte más considerable de su ingreso de las tierras que la hacienda ponía a su
disposición. Sus terrenos eran mayores que los de los peones residentes y tenían que
pagar a la hacienda, en efectivo o en productos; por el uso de la tierra. Además estaban
obligados a trabajar para la hacienda una parte del año. Había también medieros y
arrendatarios que no estaban obligados a dar servicios a la hacienda, pero que pagaban
al dueño una suma fija de dinero o una parte de la cosecha.

Los arrendatarios podían alquilar desde una pequeña parcela hasta una gran extensión
o un rancho entero, había quienes tenían tierras propias además de las que alquilaban.
Algunos arrendatarios y aparceros cultivaban por si mismos sus tierras, mientras que
otros contrataban trabajadores.
El incremento del mercado permitió que los arrendatarios pagaran sus rentas en
efectivo, en tanto que con el aumento de la mano de obra las haciendas tuvieron cada
vez menos necesidad de tener medieros que podían utilizar como trabajadores
eventuales en tiempo de cosecha.

En Yucatán prevalecía un innegable sistema de coerción: La mayoría de los


trabajadores en las haciendas eran peones residentes permanentes llamados luceros; a
cambio de un poco de tierra y, sobre todo, de agua de las fuentes de la hacienda,
estaban obligados a trabajar sin compensación todos lo lunes, y generalmente estaban
atados a la hacienda por deudas.

Los peones acasillados del centro de México no eran, como tan frecuentemente se dice,
los más explotados y oprimidos. Gozaban, lo mismo que los vaqueros y otros
trabajadores no agrícolas, de cierta seguridad y siempre podían contar con una
cantidad básica de bienes y alimentos. Con frecuencia se supone que todo esto lo
pagaban con la pérdida de su libertad, pero hemos demostrado que no todos los
acasillados del centro de México estaban en ese caso. Brading considera que en el Bajío
los acasillados formaban una elite privilegiada al lado de los trabajadores de las
haciendas.

Al finalizar el siglo XVIII e inicios del XIX las condiciones laborales en México seguían
dos grandes patrones: por un lado el del norte y el sur, y por otro, el del centro. Pero
durante la era porfiriana el trabajo en las haciendas tomó diferentes rumbos en el sur
tropical, en la mesa central y el norte del país.
Los agricultores del sur tenían varias maneras de incrementar la producción: 1)
aumentando el uso de maquinaría; 2) utilizando mano de obra contratada; 3)
cambiando el modo de utilizar a los trabajadores de la hacienda, y 4) aumentando el
número de trabajadores procedentes de las aldeas comunales.
Las condiciones de vida y de trabajo de los peones acasillados del sur de México se
asemejaban cada día más a las condiciones de los trabajadores contratados.
En los últimos años del Porfiriato la situación de los acasillados empeoró
progresivamente. Al desplomarse el precio del henequén y aumentar las exigencias de
la International Harvester Corporation a los henequeros yucatecos, los salarios
adelantados a los trabajadores disminuyeron constantemente.

Tienda de raya

Tienda de raya en Cananeaconstruida en 1901.

Tienda de raya custodiada por soldados estadounidenses durante la Huelga de Cananea en 1906.

La tienda de raya era un establecimiento de crédito para el abasto básico, ubicada junto a las
fábricas o haciendas y donde los obreros o campesinos eran obligados a realizar sus compras.
En México se conocieron como tiendas de raya, pues la gran mayoría de los trabajadores
eran analfabetos y en el libro de registro de pago de nómina ponían una raya en lugar de
su firma. Las tiendas de raya en México, que no se diferenciaban de las de sus similares en
otros países como Estados Unidos, Inglaterra o Francia, tuvieron auge a finales del siglo XIX y
principios del XX durante el gobierno de Porfirio Díaz, quien dio amplias concesiones a
empresarios y hacendados, nacionales y extranjeros, para explotar los recursos naturales.

Ficha de hacienda equivalente a 1 mecate de "chapeo" (corte de maleza) expedida en la


Hacienda Dziuché a finales del siglo XIX.
En México, al igual que en otras partes del mundo, las tiendas de raya eran propiedad de los
patrones y ahí expendían comestibles, aguardiente, ropa y calzado de mediana calidad. El
pago a los trabajadores se hacía mediante vales (o "monedas" acuñadas por la fábrica o
hacienda) que sólo se podían canjear en la tienda de raya del patrón, quien recuperaba todo el
dinero erogado en pagar los sueldos ya que por lo general revendía los productos a un precio
más alto. Cuando al trabajador, que recibía salarios muy bajos por exhaustivas jornadas, no le
alcanzaba para pagar los productos que permitieran su subsistencia y la de su familia, se veía
obligado a comprar a crédito con un alto interés y así adquiría una deuda que, si en vida no la
pagaba, era heredada a su descendencia o a otros familiares, dando lugar a la servidumbre por
deudas.
El trabajador no podía cambiarse de hacienda o fábrica sin antes saldar la deuda y si llegaba a
escapar era perseguido por la policía para llevarlo de regreso.
También era común que los patrones embriagaran a los trabajadores hasta que gastaban todo
su dinero, entonces los productos básicos eran vendidos a crédito.
Otro abuso frecuente de los patrones era causado por el analfabetismo de los trabajadores,
que eran engañados al momento del pago de salarios y el cobro de deudas.
Desde las primeras insurrecciones obreras y campesinas de la revolución promovida por
el Partido Liberal Mexicano, el saqueo y la destrucción de la tienda de raya era obligatorio.
Cuando el levantamiento armado se generaliza en la Revolución mexicana de 1910 el odio
acumulado tras años de explotación se dirigía, principalmente, a las tiendas de raya y sus
administradores.

Sedesol y sus entidades sectorizadas trabajan con y


para todos los mexicanos

10 instituciones sociales que trabajan para ti

1. Secretaría de Desarrollo Social

Trabaja para construir una sociedad en la que todas las personas, sin importar su

condición social, económica, étnica, física o cualquier otra, tengan garantizados sus

derechos sociales y gocen de una vida digna. Coordina la labor de otras nueve

instituciones sociales que te presentamos a continuación.


 Sitio web: http://www.gob.mx/sedesol
 Facebook: Sedesol
 Twitter: @Sedesol_mx

¿Eres un emprendedor social, un artesano o miembro de una organización social?


Sedesol tiene programas pensados en ampliar tus oportunidades.

2. Instituto Nacional de la Economía Social

Apoya proyectos productivos para generar fuentes de trabajo y desarrollo. También

ofrece oportunidades de financiamiento a quienes no tienen acceso a ellas. Entre los

programas sociales que dirige está el Programa de Fomento a la Economía Social

(consulta detalles). Sigue de cerca el trabajo y acciones del INAES en:

 Sitio web: http://www.inaes.gob.mx


 Facebook: Inaes_Mx
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3. Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías

Promueve el invaluable trabajo de nuestros artesanos para que ellos y sus familias

tengan un ingreso justo. Cuenta con programas de capacitación, comercialización y

apoyo a la producción (consulta detalles). Sigue la labor de Fonart en:

 Sitio web: http://www.fonart.gob.mx


 Facebook: Fonart, Artesanías Mexicanas
 Twitter: @Fonart_mx

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Promueve acciones contra la pobreza y la vulnerabilidad social. Trabaja en alianza con

Organizaciones de la Sociedad Civil. Es responsable de operar el Programa de Apoyo

a las instancias de Mujeres en las Entidades Federativas (consulta detalles) y el

Programa de Coinversión Social (consulta detalles). Entérate de las acciones del

Indesol a través de sus redes sociales:

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