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El decreto 170 en su artículo 23, menciona que entenderá por Trastorno Específico
del Aprendizaje, en adelante dificultades específicas del aprendizaje, a una
dificultad severa o significativamente mayor a la que presenta la generalidad de
estudiantes de la misma edad, para aprender a leer; a leer y a escribir; y/o aprender
matemáticas.
Este mismo decreto en su artículo 24 las clasifica en:
-Dificultades específicas del aprendizaje de la Lectura: Esta se presenta cuando
está afectada la capacidad de comprensión de lectura, el reconocimiento de
palabras leídas, la capacidad de leer en voz alta y el rendimiento de actividades que
requieren leer.
-Dificultades específicas de la lectura y escritura: Esta se produce cuando un, o una
estudiante con dificultades en la lectura presenta además, dificultades de
escritura/ortografía, tales como: omisión de las letras, sílabas o palabras; confusión
de letras con sonido semejante; inversión o transposición del orden de las sílabas;
invención de palabras; uniones y separaciones indebidas de sílabas, palabras o
letras; producción de textos de baja calidad o utilización de oraciones más cortas y
con mayor número de errores gramaticales.
Su diagnóstico se podrá realizar una vez que el niño empieza a manifestar las
primeras dificultades en el aprendizaje de la lectura y la escritura, es decir que se
retrase en relación a sus pares. Pero antes de ellos hay que descartar otras
dificultades asociadas, como dificultades de visión, dificultades de audición,
problemas emocionales primarios, problemas de salud graves que dificulten el
aprendizaje, lesiones cerebrales, o un retraso grave del desarrollo. Esta
observación debe incluir tres ámbitos: el ámbito aptitudinal, el pedagógico y el
psicológico. Los factores mencionados anteriormente nos indicarán si estamos ante
un niño con trastorno de lectoescritura (dislexia), de un retraso a nivel de madurez
lecto-escritora, de un retraso intelectual o de un bloqueo de tipo emocional el cual
repercute directamente sobre la adquisición de los aprendizajes.
Por otro lado encontramos la Disgrafía, la cual se define como la incapacidad para
reproducir total o parcialmente los trazos gráficos sin que existan déficits
intelectuales, neurológicos, sensoriales o afectivos graves, en sujetos con una
estimulación. Esta se visualiza en la expresión escrita, la cual afecta elementos
como la ortografía, gramática, puntuación, claridad y organización.
Dentro de su clasificación principal encontramos:
-Disgrafía motriz: Esta es de tipo psicomotriz, en ella el estudiante comprende la
relación entre los sonidos escuchados y la representación gráfica de estos, sin
embargo encuentra dificultades en la escritura como consecuencia de una
motricidad deficiente.
-Disgrafía disléxica: Se ve afectado el contenido de la escritura, los errores son
similares a los cometidos en la lectura de los niños disléxicos.
Esta se caracteriza por errores de omisión de letras, silabas o palabras; confusión
de letras con orientación simétrica similar; inversión de palabras; confusión de letras
con sonido semejante; inversión del orden de las sílabas; uniones y separaciones
indebidas de silabas, palabras y letras; trastorno de la forma de las letras; trastorno
del tamaño de las letras; deficiente espaciamiento entre las letras dentro de una
palabra y entre reglones; e inclinación defectuosa.
Rubén Darío Hurtado (2003) en su obra “Cómo construyen los niños su escritura”
rescata el valor de los saberes específicos, puesto que estos no pueden ir por un
lado y los procesos cognitivos por otro. Se puede trabajar de forma integrada tal
Magíster en Educación Diferencial
como lo evidencia Emilia Ferreiro en sus investigaciones, el menciona que se debe
partir de aprendizajes previos, es decir que la base de este aprendizaje es la
pregunta, la reflexión sobre su propia acción, todos estos aspectos son muy
importantes y se debe tener en cuenta en el proceso de escritura.
Las estrategias para trabajar este tipo de dificultas, deben estar basadas en
actividades llamativas, amenas y lúdicas, como las mencionadas a continuación:
En este sentido, se hace necesario que como docentes demos mayor importancia
a los problemas de disgrafía, de modo que podamos prevenirlo, y también tratarlo
tempranamente, a través de diversas estrategias y lineamientos que apoyen el
proceso de enseñanza-aprendizaje de todos nuestros estudiantes.