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Reciba nuestros saludos.

Somos la Federación Nacional de Pobladores y pobladoras, organización en la


cual convergen distintos esfuerzos territoriales que nacen desde la autogestión
para alcanzar soluciones habitacionales dignas a la problemática de la vivienda, el
suelo y la producción social del hábitat.
La realidad en materia de vivienda social en Chile nos ha llevado a oponernos
permanentemente al salvaje mercado inmobiliario que produce ciudad en nuestros
territorios sin considerar el desarrollo social y urbano que cada lugar y su gente
necesitan.
Basta con leer el último informe de la relatora especial sobre vivienda adecuada
de la ONU para Chile, Sra. Leilani Farha, el año recienpasado para constatar los
efectos negativos de la excesiba mercantilización de la vivienda social en nuestro
país.
Nos dirigimos a usted con la mirada centrada en sus palabras como Vicario de
Cristo dirigidas al mundo popular en Cochabamba, Bolivia:
“Dios permite que hoy nos veamos otra vez. La Biblia nos recuerda que Dios
escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo también volver a unir mi voz a la de
Ustedes: “Las famosas tres T”: tierra, techo y trabajo para todos nuestros
hermanos y hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena,
vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en
América latina y en toda la tierra.”
El clamor de la crisis social de vivienda que se vive en Chile amerita una
intervención y una participación más coherente y activa por parte de la Iglesia
Católica. Se requiere de un esfuerzo mayor a los realizados por entidades
benéficas ligadas a su fe que acaban en la vivienda de emergencia precaria
conocida en nuestro país como mediaguas y que simboliza un fracaso habitacional
dado que no cumplen en nada con la recomendación para la vivienda adecuada
propuesta por el organismo encargado de la materia en la Naciones Unidas.
Solo las familias pobladoras organizadas han podido levantar proyectos de
viviendas sin deuda y sin marginalidades ni horizontales ni verticales. No ha sido
fácil, pero con poco hemos avanzado mucho y con más podríamos ver crecer
nuevos asentamientos para las comunidades en sus territorios.
A de saber Usted que la Iglesia Católica en Chile es dueña de miles de hectareas
de predios que serían vitales para mitigar esta realidad social. Y no sólo eso, el
Estado de Chile ha entregado en comodato a esta institución mas tierra aún que
en muchos casos no estan siendo ocupadas.
Solicitamos constate personalmente la información pertinente de lo que nosotros
queremos informarle para acercarnos en algo su propuesta de vida digna para
Latinoamerica. Necesitamosnos la tierra que nos de el techo en los lugares donde
están los trabajos que sostienen nuestras vidas y ustedes tienen bastante.
Esperando alguna señal nos despedimos manifestándonos en las calles.

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