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Definición de Hábito
Los seres humanos somos seres de costumbres. La costumbre nos da
seguridad porque nos hace sentirnos en terreno conocido. Una costumbre es la
repetición de un acto convertida en norma. Y esto es precisamente un hábito.
Un hábito implica interiorizar una acción de una forma natural hasta el punto
de que se convierte en una actitud espontánea. Interiorizar un hábito supone
un gran esfuerzo porque implica hacer un cambio de conducta. Por ejemplo,
para un fumador es todo un reto abandonar el tabaco y dejar atrás el hábito
insano de haber sido fumador durante un tiempo determinado.
Este ejemplo también sirve para visualizar que existen hábitos positivos y
hábitos negativos. Existen hábitos que son insanos, como por ejemplo, el
sedentarismo o tomar muchos dulces. En cambio, existen otros hábitos que
son positivos, por ejemplo, realizar deporte, tener unos horarios de vida
ordenados, prácticas las aficiones, pasear… Que existan hábitos positivos y
negativos muestra que las personas tenemos la capacidad de desaprender
ciertos hábitos para obtener otros nuevos pero nunca se adquiere un hábito por
realizar una acción una sola vez. Es importante realizar de una forma
ininterrumpida una misma acción, al menos, durante un mes entero. Por
ejemplo, una persona que se ha propuesto ir al gimnasio tres días por semana,
no ha desarrollado el hábito hasta que no lleva más de un mes inmersa en esa
rutina de actividad deportiva.
en una definición más amplia y jugosa, para la que Covey utiliza como
ejemplo el hábito de escuchar: el hábito es la intersección de tres elementos:
conocimiento
capacidad
deseo
Conocimiento. Saber que hacer y por qué. Puede que en mis conversaciones
hable mucho y no escuche nada y esté tan tranquilo, sin ni siquiera saber que
necesito escuchar más. Tener el conocimiento de que debo incorporar una
nueva pauta de conducta a mi vida cotidiana es el primer elemento del hábito.
Capacidad. Saber como hacer. Si ya he notado la necesidad de escuchar,
puede que aún no sepa como hacer para escuchar realmente a la otra persona.
Deseo. Querer hacerlo. Si sé que tengo que escuchar, y se como hacerlo pero
no quiero hacerlo… simplemente no podré desarrollar el hábito.
Podemos cambiar y crecer actuando sobre nuestros hábitos, pero para tener
éxito en el proceso, debemos trabajar cada uno de los tres elementos
mencionados.
- See more at: http://productividadpersonal.es/definicin-de-hbito-por-stephen-
covey/#sthash.BzFrXfdp.dpuf
(Recuerda la última vez que le dijiste que no a ese empalagoso pastel para
comer una ensalada fresca… seguramente tomar esa decisión te costo algo de
esfuerzo)
-Hábitos de Lectura: Este tipo de hábito, tal como los hábitos de Higiene, o de
Alimentación por ejemplo, están encuadrados dentro de lo que algunos autores
llaman “buenos hábitos” y están referidos a aquellas buenas costumbres que
hacen al desarrollo de un individuo. Por lo tanto, cuentan con una gran carga
de contenido subjetivo y son susceptibles a diversas refutaciones o
variaciones. El hábito de la lectura es aquel que tiende a estimular el ejercicio
de leer. Para ello, es necesario el acostumbramiento y el esfuerzo diario y
repetido de dicha actividad hasta que la misma deje de ser una pesada carga,
en caso de que lo fuera, para convertirse en una placentera actividad.
-Hábitos de Alimentación: La manera en que determinados sujetos o sectores
sociales tienen de alimentarse, pudiendo estar condicionado por factores
económicos, religiosos, culturales, etc., genera diversos hábitos de
alimentación. Esto quiere decir que el acostumbramiento o la práctica repetida
de alimentarse, por ejemplo, solo de un determinado tipo de comidas. Existen
personas que solo comen comida rápida, o al contrario sectores o familias o
individuos que prefieren solo la comida casera. Algunos hábitos están
condicionados no por los alimentos en sí, sino por diversas cuestiones, como
los horarios de comidas o diferentes rituales a la hora de comer.
Fuente: http://www.tipos.co/tipos-de-habitos/#ixzz49KJCK1Q8
Tómate unos días (yo te recomiendo una semana) para ir escribiendo aquellas
acciones o actitudes que tú consideres que quieres cambiar. El objetivo de la
lista es hacer un análisis global.
Seguramente tienes más de dos cosas que quieres cambiar, y tienes entonces
una larga lista. El problema con las listas largas es que NUNCA SE
HACEN, son como laberintos de estrés y no se llega a ninguna parte con ellas.
Por eso divide tu lista en varias listas pequeñas. Por ejemplo toma la lista de
20 cosas a cambiar y divídela en 4 listas de 5 cosas a cambiar. Sí, es verdad
que tienes el mismo volumen, pero empezar por una lista pequeña te
motiva porque verás mucho más progreso.
¿Por qué?
“Tomo más refresco que agua” –> “Hoy tomo suficiente agua”
“No hago nada de ejercicio” –>“Hoy comienzo a hacer ejercicio”
“Voy a la oficina sin desayunar” –>“ Hoy desayuno sano antes de salir”
La lista que acabas de hacer incluye todos esos hábitos que quieres cambiar,
por lo tanto ahora son metas.
Hasta este punto, tenemos una lista pequeña de propósitos (metas). Ahora,
toma solouna meta de tu lista con la que quieras empezar.
Trata de ver esa meta como un camino en el cual para llegar requieres metas
cortas alcanzables; es decir, convierte cada paso en una meta.
¿Por qué hacer muchas metas en lugar de una grande?
Porque es mucho más fácil alcanzar una meta pequeña que una grande. De
hecho una meta bien planteada es la mitad del camino avanzado.
Por eso es tan importante ser ULTRA ESPECÍFICO con las metas
Por ejemplo:
Son metas excelentes pero NO SON ESPECÍFICAS, hay que profundizar más
aún:
Recuerda que la meta ultra-específica debe ser alcanzable para ti, esto quiere
decir que demasiado fácil de hacer, no importa que sea un pequeño avance,
porque es el inicio para dar el segundo paso. Hazla tan fácil que no puedas
decir no
Por ejemplo: en vez de empezar con 30 minutos de correr, empieza con sólo
10 minutos de caminata o trote ligero. Luego, una vez establecida la acción,
puedes aumentar poco a poco.
Cada personas es diferente, pero yo te aconsejo que comiences con una meta a
la vez. De esta forma tendrás mucha más concentración para lograrla.
Hasta este punto tenemos: metas ultra-específicas, las cuales fueron escritas
contestando las preguntas del paso 2.
¡Muy fácil! Solo diseña tu plan de acción, haz tu propia estrategia para lograr
esa meta.
Si te fijas esas metas ultra-específicas ya son propuestas de solución a tu
problema. Pero no es suficiente. Ahora tenemos que crear un plan para lograr
realizar la acción que nos propusimos.
Por ejemplo:
Meta: “Cada día me despierto 15 minutos antes para salir a correr por
10 minutos”
Plan de acción: “Preparo la noche anterior mi ropa deportiva para salir a
correr 10 minutos por la mañana”
Te recomiendo que empieces con un solo plan de acción, para un solo hábito y
después incrementes la intensidad o el número de hábitos.
Paso 4: Elige Un Recordatorio
Por ejemplo:
Otro ejemplo:
Entonces, para cada acción existe algo que la desencadena. Usamos este
mismo principio para incorporar una nueva acción en tu vida.
Los recordatorios pueden ser acciones que ya estés haciendo por costumbre, o
cualquier otra cosa que visualmente te recuerde realizar tu plan de acción.
Meta: “Cada día me despierto 15 minutos antes para salir a correr por
10 minutos”
Plan de acción: “Preparo la noche anterior m ropa deportiva para salir a
correr 10 minutos por la mañana”
Recordatorio: “Dejo mis cosas preparadas en la puerta de la habitación
para que no pueda salir sin verlas”
Al final del mes tendrás una “fotografía” mensual del avance que lograste
diario. Esta es la mía:
De mi lista de 5 metas (las cuales fui agregando una por una sobre el tiempo),
escribí cada una en un apartado de la plantilla.
Si te fijas en los días que no logre realizar esa acción propuesta anoté el
motivo por qué no lo hice, y con ello me es posible buscar una solución que
pueda convertirse en un plan de acción.
Por ejemplo:
Sé honesto contigo mismo, porque una vez que identifiques todos los
obstáculos que te impiden realizar la acción será mucho más fácil superarlos.
Esta estrategia parece simple, pero es muy efectiva para ver resultados en
poco tiempo, además de que es una forma darle continuidad al hábito, de
incorporarlo más rápido y de monitorear el avance.
Es importante no fallar dos días seguidos, porque de no ser así, ser constante
nuevamente será más difícil y el hábito no se establecerá en tu rutina.
Para ver tu avance diario y ver si eres constante o no, tienes que usar tu
plantilla (cadena de metas).
Pero para visualizar tu avance mes con mes puedes usar: la gráfica en red.
¿En qué consiste?
Para monitorear tu progreso general mes por mes la gráfica en forma de red te
ayuda a ver de forma visual tu avance. Descarga tu plantilla y cadena de metas
aquí.
La gráfica está en una hoja de excel, de tal forma que cualquiera puede usarla.
Es muy simple aquí te explico cómo:
Lo ideal sería que todas las líneas llegaran a la orilla de la figura geométrica,
lo que significa que lograste el máximo de días cumpliendo tu meta específica.
1. Recordar
2. Realizar el plan de acción
3. Cumplir la meta ultra-especifica TODOS LOS DÍAS
4. Aquí falta algo ¿no crees?…
Por ejemplo:
- Hábitos físicos
- Hábitos afectivos
- Hábitos sociales
- Hábitos morales
- Hábitos intelectuales
Hábitos positivos
Hábitos negativos
- Castigar
- Quejarse
- Culpar
- Amenazar
- Perseguir
- Criticar
- SobornarvA principios del siglo XX William James (1842-1910), uno de los padres de la
psicología moderna y gran difusor del pragmatismo como corriente filosófica, escribió su
artículo “Habit” (Hábito). En él desarrolló ampliamente su idea de plasticidad cerebral, y lo que
ésta implicaba en el comportamiento animal y humano.
Años después, James incluyó “Habit” como capítulo IV de su obra Principios de Psicología, una
de las obras de referencia de esta ciencia.
Para este autor, existen dos clases de hábitos. Por una parte, aquellos que son innatos y
vienen determinados por la naturaleza, y a los que solemos llamar instintos. Según James, se
trata de hábitos muy arraigados en las especies, pero no dejan de ser eso, costumbres.
Por otra parte se encuentran aquellos hábitos que se adquieren a lo largo de la vida, que son
aprendidos.
Pese a que ambos tipos de hábitos dirigen conjuntamente la mayor parte de actuaciones, e
incluso pensamientos, de nuestra vida, los humanos generalmente están más interesados en
aquellos que son adquiridos, ya que en nuestro caso están muy ligados a la capacidad de
razonar. De hecho, según James, mientras que las funciones inferiores se ocupan del
comportamiento automático, las funciones superiores se ocupan de los procesos intelectuales
exclusivamente humanos.
Los hábitos tienen un papel destacado en el día a día de todo individuo: simplifican los pasos
necesarios para obtener un determinado resultado, hacen que dichos pasos sean más
adaptativos y exactos, y disminuyen la fatiga. Asimismo, hacen que la atención consciente
dedicada a la ejecución de esos actos sea menor, automatizando la conducta y haciéndola más
fluida.
Para James las influencias externas que penetran en el cerebro ahondan vías (refuerzan
hábitos) o crean otras nuevas (establecen nuevos hábitos). Y dichas influencias externas, en
consecuencia, modifican tanto la estructura como el funcionamiento cerebral: éste es el pleno
sentido de la plasticidad cerebral. Un fenómeno que estudiaron en profundidad neurólogos
como Ramón y Cajal, y que en el siglo XX reveló ser determinante para el aprendizaje, la
memoria, la adquisición de habilidades, e incluso el establecimiento de adicciones.
Pero, ¿qué es necesario hacer para modificar un hábito? En su artículo, William James da tres
pautas muy claras:
1. Determinación
“Para lograr la adquisición de un nuevo hábito, o el abandono de uno viejo, debemos
lanzarnos con una iniciativa lo más fuerte y decidida posible. Debemos tratar de
concatenar todas las circunstancias que podrían reforzar los objetivos correctos. Propicia
un contexto que potencie tu nuevo camino, adquiere compromisos incompatibles con el
viejo hábito, realiza un compromiso público, si la ocasión lo permite. En resumen, rodea
tu decisión de todas las ayudas que se te ocurran. Esto dará a tu nuevo comienzo tal
ímpetu que la tentación de abandonarlo tardará más en aparecer. Y cada día en que no
recaigas en el viejo hábito, alejará aún más la posibilidad de dicha recaída.”
2. Disciplina
“No te permitas ninguna excepción hasta que el nuevo hábito esté realmente implantado
en tu vida. Cada recaída es como dejar caer un ovillo que estás tratando de enrollar; un
simple descuido logra deshacer muchas de las vueltas que pasaste horas liando. La
continuidad del entrenamiento es la clave que hace que el sistema nervioso funcione de
forma infalible… Es sorprendente con cuánta rapidez un deseo muere de hambre si nunca
se alimenta. “
3. Motivación e iniciativa
“Aprovecha la mínima oportunidad para actuar de acuerdo con los cambios que decidas
hacer, y cada aliciente emocional que experimentes, que te guíe hacia los hábitos que
aspiras a adquirir. No es el momento para que se desarrollen, sino para que produzcan
reacciones en tu interior, resoluciones y aspiraciones que comuniquen tu nuevo estado al
cerebro.”
Tres máximas que, pese a datar de principios del siglo pasado, son tremendamente actuales.
Es indiscutible que la disciplina, la motivación y la determinación son claves a la hora de
cambiar nuestra vida. Por supuesto, no es fácil mantenerse siempre del lado del cambio, ya
que los hábitos antiguos siempre intentan tirar de nosotros hacia aquello que durante mucho
tiempo ha sido nuestra forma de vida. Pero si logramos reeducar a nuestro cerebro, en poco
tiempo esas acciones nuevas pasarán a ser hábitos con un lugar indiscutible en nuestras vidas.
Referencias: