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Mi historia de las mujeres  Michelle Perrot; FCE; Buenos Aires; 2009.

Las sociedades jamás hubieran podido vivir, reproducirse ni desarrollarse sin el trabajo
doméstico de las mujeres que, sin embargo, es invisible. (p. 137)

Para Kant, la mujer es la casa. El derecho doméstico garantiza el triunfo de la razón;


retiene a la mujer y la disciplina, aboliendo toda voluntad de fuga. (p. 171)

Una mujer en público está siempre fuera de lugar, dice Pitágoras. (p.172)

La disimetría del vocabulario ilustra esta desconfianza: ser un hombre público es un


honor; ser una mujer pública es ser la vergüenza, la callejera, la ramera, la mujer del
burdel. (p. 172)

La urbe, presentada como la perdición de las muchachas y las mujeres, les permite a
menudo liberarse de las pesadas tutelas familiares y de un horizonte pueblerino sin
futuro, acceder a modestos ascensos sociales, escapar a uniones arregladas y casarse por
amor. La ciudad es el riesgo, la aventura, pero también la apertura al destino. Una
escapatoria. (p. 173)

Actuar en el espacio público no ha sido fácil para las mujeres, confinadas a lo privado,
criticadas apenas se muestran o hablan demasiado alto. (p. 186)

La polis griega excluye a las mujeres, como lo hace con los esclavos y los bárbaros,
pero de una manera distinta. Las mujeres intervienen en caso de una crisis aguda en la
que la existencia de la ciudad es cuestionada. (p. 194)

El feminismo convirtió a las mujeres en actrices de la escena pública. Les dio una forma
a sus aspiraciones y una voz de deseo. Fue un agente decisivo de igualdad y libertad, y
por lo tanto de democracia. (p. 210)

Historia de las mujeres. La antigüedad  Michelle Perrot y Georges Duby;


Taurus; Madrid; 2000.

Filosofías del género: Platón, Aristóteles y la diferencia sexual  Giulia Sissa.

En tanto sujeto, aparece esporádicamente, pero siempre al margen del ejercicio


filosófico, médico o literario, salvo excepciones que confirman la regla de la
exclusividad masculina en el dominio intelectual. (p. 89)

La única iniciativa que la mujer puede adoptar activamente es la de la seducción, la


hechicería, la lujuria… la esposa debe atenerse a una pasividad aquiescente, a una
adecuación sistemática al modo de vida del marido. (p. 132)
Una mirada ateniense  François Lissarrague.

El matrimonio se basa en un acuerdo formal, engyé, entre el novio y el padre de la


novia, acuerdo al que se asocia la entrega de una dote por parte de este último. (p. 211)

La novia está allí, en la casa, pero parcialmente oculta; se quita el velo, en un gesto que
tiene su equivalente en el ritual del matrimonio, pero no se le puede ver el rostro. (p.
215)

El lugar de las mujeres está netamente determinado por estos rituales, así como la
distribución de los roles entre hombres y mujeres. (p.225)

Las mujeres tienen una parte esencial en la imaginería funeraria, tanto en la figuración
misma de los rituales, donde se las ve lo más cerca posible del difunto, como en las
escenas de ofrendas, donde asumen, con más frecuencia que los hombres, la tarea de
mantener la relación con los muertos. (p.230)

El acto de la libación otorga a la mujer un rol esencial, pues casi siempre es ella quien
lleva el vaso ritual. (p. 234)

La mujer desempeña un papel importante, en la continuidad del oikos, del espacio


doméstico y familiar. Aparece como la madre de niños que serán a su vez guerreros, de
acuerdo con una ideología masculina que hace del hoplita la protección de la ciudad.
(p.235)

Extraño mundo invertido, a ojos del historiador griego, para quien parece inconcebible
la idea de que las mujeres vayan a la plaza pública, o que los hombres se queden en
casa, hilando. (p. 244)

En realidad, el mundo femenino, tal como lo ven los pintores, no se cierra totalmente al
gineceo. (p.247)

La fuente aparece así como el equivalente, para las mujeres, de lo que es la plaza
pública para los hombres. (p. 248)

Contrariamente a la tradición espartana, las mujeres de Atenas no están desnudas; tales


momentos, asociados al arreglo personal, son excepcionales. (p.249)

¿Cómo darla en matrimonio? La novia en Grecia, siglos IX-IV a. C  Claudine


Leduc

La democrática Atenas se jacta de tener una raza femenina sólidamente sujeta. Esparta,
la comunidad más estricta y cerrada del mundo griego, pasa por conceder una gran
libertad a las mujeres. (p. 274)
Las ciudades frías (Esparta) optaron por ignorar su historicidad, por preservar la
organización en casas y por limitar la pertenencia a la comunidad cívica a los
poseedores del suelo. Las ciudades calientes (Atenas) se han querido históricas. (p.276)

Las mujeres como sujetas subalternas  Yesenia Alegre Valencia; Jornadas de


estudios feministas y de género. http://www.bibliotecafragmentada.org/wp-
content/uploads/2012/11/Las-Mujeres-como-Sujetas-Subalternas.pdf

Las mujeres siempre hemos ocupado un lugar de alteridad que nos instala en un rango
inferior respecto a los hombres. (p.1)

Mujeres que se encontraban divididas fuertemente entre lo público y lo privado, donde


ellas ocupaban el lugar de lo privado, pues se encontraban confinadas al hogar y eran
muy observadas en lo público. (p.5)

Las mujeres en la Antigüedad y la Edad Media  María Jesús Fuente y


Purificación Fuente; ANAYA; Madrid; 1995.

Las mujeres no estaban capacitadas para dirigir la sociedad, ni les debía interesar lo que
ocurriera fuera del hogar. (p. 4)

Según, este poeta (Hesiodo) del siglo VII a.C., la primera mujer, Pandora, fue creada
por Zeus como castigo a los hombres. De la caja de Pandora salían los dolores y las
calamidades (p. 11)

Se consideraba cuerpo frio aquél que no había acabado de hacerse; la debilidad térmica
de las mujeres se manifestaba en que envejecían antes que los hombres, tenían la carne
más blanda y el cerebro menos voluminoso (p. 12)

El cuerpo femenino no merecía ser representado en el arte. Por eso, al menos en la


Atenas clásica, las mujeres aparecen representadas vestidas, mientras que los varones
aparecen desnudos (p.13)

Agnodice, médica ateniense del siglo IV a. C., que condenada a muerte por ejercer la
medicina siendo mujer se salvó, según la leyenda, por la solidaridad de las atenienses
que amenazaron con quitarse la vida si se ejecutaba la sentencia (p. 15)

Cuando una mujer era adultera, o había sido violada, el marido debía solicitar el
divorcio. No había ocasión de demostrar inocencia para la mujer. (p. 18)

Un buen número de mujeres, las que no eran ciudadanas o debían mantenerse por sí
mismas, se dedicaron a la prostitución. Las prostitutas no estaban sometidas a las
mismas normas que las ciudadanas y esto les daba mayor independencia y libertad de
acción. (p. 20)
Un grupo especial de mujeres era el constituido por las hetairas o cortesanas, que
recibían una formación intelectual y artística para agradar a los hombres. Las hetairas
acompañaban a los hombres en los banquetes, servían en ellos, aunque no podían beber,
bailaban, tocaban el aulós, cantaban y participaban en las conversaciones. (p.20)

Como la mujer era considerada una menor de edad toda su vida, necesitaba un tutor
varón, que podía ser el padre, el marido o el hijo. (p.22)

En la casa, las mujeres ocupaban un espacio reservado, el gineceo, situado


habitualmente en la zona más apartada de la vivienda, lejos de la calle y de las zonas
comunes, pues no debían ser vistas más que por sus familiares más directos. (p.22)

Dentro de la vida pública, el único espacio en que la mujer desempeñaba un papel de


relativa importancia era el de la religión. (p.23)

Las principales cualidades admiradas en las mujeres eran el silencio, la sumisión y la


abstinencia. (p.24)

En las panateneas, fiestas en honor a Atenea, también era destacada la participación de


las mujeres. El culto a Atenea disponía de sacerdotisas, elegidas a suertes igual que los
sacerdotes. (p.26)

La mujer en la Grecia clásica  Claude Mosse; NEREA; Madrid; 1991.

El nacimiento de la ciudad otorgo a la mujer un lugar y una función específicos en la


sociedad griega. (p.34)

La mujer en la Atenas de Jenofonte, como en los ‘‘reinos’’ de la epopeya, está


consagrada en primer lugar al trabajo domestico.

La señora de a casa tiene cierto poder, ya que debe dirigir el trabajo de las sirvientas y
de algunos sirvientes. La buena y mala ama de casa se diferencia en como utiliza el
poder (p.36)

Ante todo hay que aclarar qué entendemos por mujer ateniense: la hija o mujer (esposa)
de ciudadano ateniense. (p.54)

La mujer ateniense ciertamente es una eterna menor, y esta minoría se refuerza con la
necesidad que tiene de un tutor, un kyrios, durante toda su vida: primero su padre,
después su esposo, y si éste muere antes que ella, su hijo, o su pariente más cercano en
caso de ausencia de su hijo. (Se asume que la mujer DEBE tener hijos) (p.55)

Pero hay algo que sigue siendo evidente: el matrimonio no es nunca el resultado de una
elección libre por parte de la joven. (p.56)

La ley ateniense permitía a la mujer actuar como un ser mayor de edad cuando quería
divorciarse, y debía presentar en persona su demanda ante el arconte. (p. 59)
La mujer legítima, gyné, debía admitir por tanto que su función era concebir hijos y
ocuparse del cuidado de la casa, dejando a otras los placeres del espíritu (las cortesanas)
y del cuerpo (las concubinas). (p.60)

Las cortesanas están para el placer, las concubinas para las necesidades cotidianas, las
esposas para tener descendencia legítima y ser una fiel guardiana del hogar. (p.60)

El único adulterio reprensible, por lo que al marido se refiere, era el cometido con la
esposa legítima de otro ateniense, porque al hacerlo perjudicaba a otro ciudadano. (p.61)

El marido que sorprendía a su mujer en flagrante delito de adulterio en compañía de su


amante tenía derecho a matar a éste sin incurrir en culpabilidad. (p.62)

En cuanto a la mujer adúltera, era severamente castigada. El marido podía repudiarla, y


algunos autores sostienen incluso que tenía la obligación de hacerlo so pena de ser
privado de sus derechos cívicos. Además, desde ese momento era excluida de toda
participación en los cultos de la ciudad. (p. 62)

La ateniense de buena familia se quedaba en su casa, rodeada de criadas, y solo salía


para cumplir con sus deberes religiosos. Por el contrario, la mujer del pueblo se veía
obligada por la necesidad a salir de su casa para ir al mercado, incluso, como lo
atestiguan alegatos del siglo IV, para aumentar los recursos familiares con un escaso
salario de nodriza. (p.64)

Las hetairas eran de hecho las únicas mujeres verdaderamente libres de la Atenas
clásica. Salían libremente, participaban en los banquetes al lado de los hombres, incluso
recibían en su casa, si tenían la suerte de ser mantenidas por un hombre poderoso. (p.68)

Referencias a Aspasia, pareja de Pericles (pp.68-69-70)

La presencia de las cortesanas revela un fenómeno de alcance considerable, ya que


refleja la lenta desaparición de los valores tradicionales de la ciudad: la importancia
creciente del dinero como símbolo de libertad y poder. (p.81)

La cortesana se convierte de esta forma en el símbolo mismo de las transformaciones de


la ciudad. Mujer de la calle, que toma parte en los banquetes, que maneja dinero, que
habla a los hombres de igual a igual, no es solo un personaje al margen de la sociedad.
(p.83) (ahora se integra a la polis)

La mayoría de las mujeres esclavas eran efectivamente sirvientas, sometidas a la dueña


de casa. (p. 84)

Su función consistía en asegurar la transmisión del patrimonio por la procreación de


hijos legítimos, y la conservación del mismo mediante una buena gestión de los asuntos
domésticos. (p.99)
La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles  Robert Flacelière; Ediciones
Temas de Hoy; España; 1989.

Lo que constituye la polis son sus hombres. La lengua oficial no dice ‘‘Atenas’’ sino
siempre ‘‘los atenienses’’ o el ‘‘pueblo’’, o ‘‘la ciudad de los atenienses’’. (p.47)

En Atenas las esposas de los ciudadanos no tienen ningún derecho político ni jurídico, al
igual que los esclavos. Han perdido el importante papel que desempeñaban en la
sociedad minoica y que al parecer conservaron en la época homérica. (p.77)

La condición dependiente y subordinada de la mujer ateniense aparece en primer lugar


en la vida de las jóvenes y en la forma en que éstas acceden al matrimonio. (p.77)

Deben vivir lejos de toda mirada, alejadas incluso de los miembros masculinos de su
propia familia (p.78)

En Atenas una joven se podía casar sin dote, pero era una excepción; parece ser que la
dote incluso era un signo que permitía distinguir el matrimonio legítimo del
concubinato (p. 83)

La novia consagra a los dioses sus juguetes de niña y los objetos familiares que han
rodeado su infancia. (p.85)

El recién casado ofrecía a los miembros de su fratría un banquete con sacrificio. No le


presentaba a su mujer, pero de ese modo les notificaba solemnemente su matrimonio, lo
que era muy importante para el futuro, ya que sus hijos varones deberían ser recibidos
en la fratría. (p.88)

Un marido siempre tiene derecho a repudiar a su mujer, incluso aunque no tenga ningún
motivo que alegar. (p.89)

Una mujer honrada debe permanecer en casa; la calle es para mujerzuelas. (p. 90)

Una mujer, incluso de la burguesía, de vez en cuando tenía que hacer alguna compra
personal –ropa o calzado- que la obligaba a salir. En este caso tenía que ir acompañada
necesariamente por una doncella, es decir, por una de sus esclavas. (pp. 90-91)

La mujer no debe ni siquiera interesarse por lo que ocurre fuera de su casa: eso
concierne solo al hombre, y nada más que a él. (p.92)

La esposa reina en el interior de la casa, en la que se ocupa de todo. (p.92)

Para una mujer las llaves que lleva consigo son el símbolo de la autoridad, sobre todo
las de la despensa y las de la bodega. Pero la glotonería, la embriaguez o la prodigalidad
de una mujer pueden hacer que su marido le quite las llaves. (p.93)

Las mujeres vivían juntas, al margen de los hombres. El gineceo estaba siempre
perfectamente separado del andron. (p.96)
Lo que ocurre es que esas necesidades carnales y sentimentales que el ateniense no
satisface en su casa, porque no ve en su mujer más que a la madre de sus hijos y al ama
de casa, las va a satisfacer fuera, con muchachos o cortesanas. (p.96)

Muchas mujeres adoptaron costumbres más libres, siguiendo el ejemplo de las mujeres
espartanas, que vivían mucho menos recluidas que las atenienses y se mezclaban más
con los hombres. (p.97)

Tenemos a las cortesanas para el placer, a las concubinas para que nos ofrezcan los
cuidados diarios, y a las esposas para que nos den hijos legítimos y sean fieles
guardianas de nuestro hogar. (p.98) (Pseudo-Demóstenes)

Se puede pensar que los atenienses pobres, que no podían dar una dote a sus hijas, las
obligaban a contraer uniones de este tipo exigiendo tan solo ciertas ventajas económicas
para ellas en caso de separación. La mujer legítima por el contrario aportaba una dote al
marido. (p. 99)

No obstante, es muy probable que muchas cortesanas recibieran una educación más
libre y más amplia que las burguesas de Atenas, sobre todo en el campo de la música, el
canto y la danza; muchas cortesanas eran tañedoras de oboe (aulós) e iban a los
banquetes a tocar su instrumento, a cantar y a bailar. (p. 101)

Las mujeres podían ser médicos, pero normalmente se limitaban a la tarea de ser
enfermeras y sobre todo comadronas (p. 179)

Mujeres en el mundo: historia, retos y movimientos  Mary Nash; Alianza;


España; 2012.

Un sistema moderno de género se estableció en el mundo occidental en el contexto de la


consolidación de la emergente sociedad burguesa, en las primeras décadas del siglo
XIX. (p. 34)

El precepto de género fue regulado en la legislación establecida marcando de forma


inexcusable la situación de dependencia femenina y de inferioridad ante una ley (p.34)

Las mujeres carecían de derechos políticos y civiles. Sufrían restricciones respecto al


acceso a la propiedad, a la herencia, a la educación, al desempeño de profesiones y al
trabajo asalariado. (p.34)

Al carecer de derechos políticos, las mujeres vieron mermados sus derechos civiles
debido a un sistema jurídico que regulaba el comportamiento femenino e incorporaba el
ejercicio de un poder patriarcal efectuado a través del estado. (p.34)

La doble moral sexual de género quedo establecida en el tratamiento diferencial


otorgado a los crímenes pasionales y al adulterio. (p. 36)
Las mujeres quedaron postergadas y privadas de derechos civiles y políticos. Eran
consideradas como menores, incapaces de asumir responsabilidades cívicas y políticas.
En este sentido, lejos de fomentar la equidad legal, los estados nacionales asumieron
claras políticas discriminatorias de género. (p.37)

La mujer fue evocada como guardiana de la moralidad y del orden doméstico. (p.37)

Las representaciones culturales son un poderoso instrumento que pueden actuar, incluso
en la actualidad, en la duradera discriminación de las mujeres y en el mantenimiento de
su continua situación de subalternidad. (p. 38)

Es así como el discurso de género, que emergió con la construcción de la sociedad


contemporánea en el siglo XIX, actuaba como una representación cultural que reforzaba
la subalternidad femenina a través de prácticas sociales como la privación de derechos,
la exclusión social y el obligado confinamiento de las mujeres en el mundo doméstico.
(p.38)

La insistencia en el amor maternal como único polo vertebrador de la feminidad (p.41)

Las mujeres quedaban definidas en los términos naturales de las emociones maternales.
(p.41)

Noción de una natural capacidad inferior femenina. (p.43)

La concepción de la feminidad se basaba en la dependencia, el arquetipo de madre y


cónyuge piadoso dedicado de forma abnegada y silenciosa a su familia, en la estricta
reclusión al espacio domestico del hogar. (p.44)

Cualquier estrategia de resistencia al sistema de género de poder masculino se tildaba de


antinatural. (p.44)

La casa era el máximo horizonte de realización femenina (p.51)

El sentido de la libertad en Atenas y Esparta  Raúl Buono-Core; Revista Limes;


14-15/2002-2003; centro de estudios clásicos universidad metropolitana de ciencias
de la educación.

El mundo griego es antes que nada un mundo que garantiza la libertad espiritual de los
hombres. (p.46)

Los griegos se sintieron creadores de un modo de vivir; se trataba de un principio de


vida, que definía la originalidad fundamental de la civilización griega. (p.47)

Pericles fue permanentemente reelegido, y al mismo tiempo siempre estuvo entregado a


la causa del pueblo ateniense (p.48)
La democracia fue para los griegos el más exigente de los regímenes, porque requería
de la participación de todos los ciudadanos. (p.48)

No había una verdadera libertad sin participación en el gobierno. (p.49)

La Atenas de Pericles  C.M. Bowra; Alianza; Madrid; 1979.

La democracia ateniense existía antes de Pericles y, desde el principio, contenía muchos


de sus rasgos característicos. (p. 20)

Pero este esquema tenía fallos que lo llevarían a consecuencias imprevistas (p. 20)

Clístenes tomo el mando de estas masas e hizo realidad un derecho político que desde
hacia tiempo reclamaban, pero de cuyo disfrute se les había mantenido alejados. (p.21)

Las reformas de Clístenes fueron ingeniosas, complejas y de largo alcance (p.21)

Atenas no solo era una verdadera democracia, sino que estaba bien organizada contra
las disensiones internas (p.21)

Atenas se había convertido en una democracia sin apenas parangón con otro estado
griego, con absoluta igualdad ante la ley, libertad de expresión y libertad de votar en
todas las decisiones públicas. (p.22)

Las insólitas circunstancias bajo las que se estableció la democracia en Atenas


ejercieron una influencia duradera sobre el desarrollo ulterior. (p23)

La democracia ateniense conservase un estilo aristocrático y todo el refinamiento y


distinción desarrollados bajo los tiranos. (p.23)

La Atenas democrática mostró desde el principio sus ansias de poder y expansión.


(p.23)

Los hombres que en ella lucharon eran honrados como modelos de lo que los atenienses
debían ser. (p.25) (referencia a la batalla de maratón)

En esta época la democracia ateniense se adentraba penosamente en su segunda fase.


(…) Temístocles (…) en 492 era arconte o primer magistrado (…) su previsión y
resolución salvaron a Atenas cuando los persas volvieron a atacar en 480 (…) contar
con una armada que protegiese sus largas costas y transportase rápidamente a sus
soldados a otros frentes. (p.26)

Los partidarios de Temístocles, en su mayoría, procedían de las clases carentes de


privilegios sociales y de experiencia política. (p.28)

Las familias ricas atenienses (…) se unieron entonces contra Temístocles, consiguiendo,
hacia 470, su ostracismo. (p 29)
La eliminación de los piratas y la protección de las rutas de los alimentos, fueron
incidentales para la posesión del poder marítimo y no interfirieron el principal cometido
de la liga: acosar a los persas. (p. 35)

La ciudad griega  G. Glotz; Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana;


México; 1957; traducción José Almoina.

La libertad individual es absoluta (…) ningún ciudadano, bajo ningún pretexto, puede
ser esclavizado ni sometido a ninguna forma de esclavitud, ni condicional ni temporal.
(p. 108)

De esta manera el Ática se convierte en la tierra clásica de la libertad. No hay esclavos


entre los ciudadanos. (p.108)

Orgullosos de ser ciudadanos libres, los atenienses lo están, más aun, de ser ciudadanos
iguales. (p.109)

La igualdad es lo que los atenienses aprecian más en su constitución. (p.109)

La igualdad política desaparecería si la igualdad social fuera demasiado fuerte; la


libertad no sería más que un principio abstracto sin un mínimo de propiedad o la
facilidad permanente de lograrla. (p.110)

Con un jefe como Pericles, Atenas logró hacer una obra notable de ayuda mutua y de
preservación sociales. (p. 110)

La democracia ateniense del siglo V aparece como el ejercicio de soberanía por


ciudadanos libres e iguales bajo la egida de la ley. (…) no vemos que la libertad haya
degenerado en anarquía o en indisciplina antes de los últimos años del siglo V. (p.118)

Libertad e igualdad eran propiamente la divisa de los atenienses y agregaron la


fraternidad con el nombre de filantropía. (p. 120)

Esta constitución proporciona a todos los innumerables beneficios. (p.121)

En resumen, concluye Pericles, Atenas es la escuela de Grecia (p.121)

La libertad política no es otra cosa que la consecuencia de la libertad que gozan todos
los ciudadanos en su vida privada (p.122)

Constitución detestada (…) la democracia es detestable, porque sigue su naturaleza y


permanece conforme a su principio, porque no puede ser de otra manera (p. 123)

Las constituciones Lacedemonia y de Creta, no experimentó el menor deseo de ir a


verlas más de cerca (p. 124)
La democracia es justamente lo contrario de este ideal. La democracia es el régimen del
individualismo, en el que cada uno hace lo que quiere, y por esa razón está sometida a
una variedad desconcertante, a una inestabilidad perpetua (p. 125)

La primera especie de democracia, la más antigua y la mejor, se caracteriza por la


igualdad fundada en la ley. (p.126)

En el siglo V, el pueblo no tenía, pues, ningún deseo de ejercitar con demasía el derecho
que se había dado a si mismo de conceder a extranjeros el titulo de ciudadanos. Lo
concedía a individuos o a categorías de personas, pero siempre con mucho examen.
Pericles tuvo que pedirlo para el hijo a quien él mismo había excluido con su ley, el hijo
de Aspasia la milesia. (p. 230)

La Grecia Clásica 500 – 323 a.C  Robin Osborne; Crítica; Oxford University
Press; Barcelona; 2002.

Algunos datos apuntan a que en el siglo V, y sobre todo en el IV, el crecimiento de la


población obligó a laborear algunas tierras marginales.(p. 12)

Heródoto comentó que Atenas dejó de ser una potencia menor gracias a haber otorgado
a todos (esto es, a todos los varones adultos y nacidos en libertad) los mismos derechos
de participación política. (pp. 18-19)

Se afirma que la democracia posee el más hermoso de los nombres (la igualdad de
derechos), pero todo lo que se dice en pro de la oligarquía es que favorece a los nobles
que están participando en el debate. Esta negatividad es una consecuencia casi
inevitable de un mundo (o quizá del mundo griego) en el que las historias del pasado se
explican, ante todo, por su efecto admonitorio. (p. 20)

Historia de Neera, mujer corintia que contrajo matrimonio con un ateniense. Ella,
antiguamente, había sido esclava y ejercido la prostitución, por lo tanto no era una
ʻʻciudadana genuina’’ como la llama Rosalind Thomas (autor del capitulo). Las
acusaciones contra Neera, realmente eran contra su marido, puesto que en Atenas estaba
prohibido cntraer matrimonio con una extranjera, es decir, no podia pertenecer a otra
polis. Si se daba el caso, se corría el riesgo de perder la ciudadanía. (pp. 63-64)

Una ley ateniense del siglo IV, relativa a la procesión de las Panateneas, detalla
minuciosamente cómo se deben distribuir los sacrificios entre la población: por ejemplo,
a diferencia de otros sacrificios propios de esas fiestas, los que tenían lugar ante el gran
altar de Atenea Poliade y Atenea nike solo podían ser realizados por los ciudadanos
varones y nunca por las mujeres que intervinieran en otros momentos del ritual. (p. 91)
Mujeres en la ciudad  Michelle Perrot; Editorial Andrés Bello; Santiago; 1997.

El hombre público, sujeto eminente de la ciudad, debe encarnar el honor y la virtud. La


mujer pública constituye su vergüenza, la parte oculta, disimulada, nocturna, objeto vil,
territorio de paso, disponible, sin individualidad propia. (p. 7)

El lugar de las mujeres en el espacio público siempre fue problemático, por lo menos en
un mundo occidental que desde Grecia antigua piensa la ciudadanía y construye la
política como núcleo de decisión y poder. (p. 8)

Para Pitágoras, la mujer siempre esta fuera de lugar en un lugar público. Ante esto,
Perrot, cree que adhiere a una idea de desorden a la percepción de la mujer. La llama
Eva eterna la cual desafía el orden de Dios, el del mundo. (p. 8)

Se teme, por lo tanto, la intrusión de las mujeres en la política, hasta su mera influencia
(p.9)

La mujer está hecha para la familia y la vida doméstica. Su vocación es la de madre y


cuidadora de la casa. (p. 9)

Lo público y lo político, su santuario, para los hombres. Lo privado y su corazón, la


casa, para las mujeres. (p. 10)

Una mujer puede escribir en la intimidad de su habitación un libro o un artículo de


prensa que la introducen al espacio público… es una de las primeras conquistas
femeninas y también una de las que suscitaron mayor resistencia. (p. 10)

La sexualidad cotidiana se ejerce con gestos que decepcionan, realizados con mujeres
ignorantes o que rechazan una violencia conyugal dominadora (p. 22)

En el espacio público, las mujeres casi tienen el deber de la belleza… roles sexuales que
delega en las mujeres la ostentación del lujo y del ocio. (p. 24)

La ciudad, por la noche, es hostil a las mujeres solas. Una mujer correcta solo se
desplaza con un hombre. Si va sola, arriesga molestias, acoso sexual o policial,
violencia y violación. (p. 31)

Hay lugares que en la práctica están prohibidos a las mujeres –políticos, militares,
judiciales, intelectuales, incluso deprotivos- y otros que se les reservan casi con
exclusividad –lavaderos, grandes tiendas, salones de té… (p.39)
Conceptualización de lo femenino en la filosofía antigua  Eulalia Pérez Sedeño;
Editorial Siglo XXI; Madrid, 1994.

Presentación: Lo femenino como <<lo otro>> en la objetivación conceptual de lo


genérico humano.  Celia Amorós

Entre dioses y hombres anda, pues, un juego en el que la mujer no es jugadora, sino
juguete. (p. X)

Conford interpretará la figura del Caos en la Teogonía de Hesíodo como el abismo


originario que separa el Cielo de la Tierra. (p. XII)

Así, lo femenino… quedará en el espacio otro o espacio de la diferencia con respecto a


la racionalidad misma. (p. XV)

Aspasia viene a ser una impostora que se hace pasar por sabia cuando, en realidad, su
especialidad se limita al <<arreglo cosmético>> de los epitafios, destinados, por otra
parte, a una multitud indiferenciada –la de los caídos en batalla en defensa de la
democracia ateniense- cuya virtud anónima no puede ser individualmente realzada. (p.
XVII)

La abolición de la familia, del oikos como ámbito de la administración del patrimonio


privado,generador de intereses particulares y egoístas que son disfuncionales para la
cohesión de la polis (p. XVII)

En este marco diluye la figura de la mujer como madre, ya que la función de la


maternidad se minimiza limitándose al acto de dar a luz. (p. XVII)

La percepción espartana Lámpito encarna <<la paradoja estetica y social de una mujer
fuerte como un hombre>>-, asi como en las tragedias de Eurípides, donde aparece no ya
como lo cómico, sino como lo deshonesto. (p. XVIII)

La mujer es categorizada como instrumento (p. XIX)

La mujer, como instrumento, no puede ser espontáneamente productiva sino en la


medida en que es manejada por otro. (p. XIX)

Es impensable que alguien libre e igual posea a otro libre e igual. En consecuencia, será
necesario determinar al instrumento de generación como no-libre y no-igual. Por lo que
deberá ser mandado. De lo que se deriva su exclusión del derecho de ciudadanía… pues
tal derecho implica la excelencia propia del ciudadano. (p. XIX)

A la mujer solo le corresponde la excelencia propia de los que son mandados… de su


logos deficitario (p. XIX)

La inferioridad de las mujeres, pertenece al orden de la costumbre (p. XXI)


La mujer Guardiana  Silvia Campese

El oikos aparece conflictual respecto a la tarea confiada a ellos. (p. 33)

El III libro (La república) prevé, por tanto, que los phylakes no tengan bienes ni
habitaciones personales, que sean mantenidos en la medida apropiada a combatientes
temperantes, valientes, frecuentando comedores colectivos como si vivieran en el
campo. (p. 33)

La función patrimonial del oikos no se agota en ser el lugar de organización de la


economía… en el mundo homérico una mujer es definida philē, objeto de amor
conyugal, porque el esposo la conduce a la propia casa, porque la posee. (p.33)

La comunidad de mujeres e hijos es la parte más hermosa de la constitución delineada,


en cuanto hace posible la asimilación de los particulares, la repartición colectiva de las
emociones. (p. 34)

La eliminación del oikos hace que la mujer quede reducido al simple momento de la
concepción. (p.34)

Lisístrata resalta la belleza de Lámpito, llegada de Esparta para participar en una


reunión de mujeres griegas, promovida con la esperanza de que una acción conjunta
obligue a los maridos a poner fin a la guerra del Peloponeso. (p. 35)

No hay actividad propia de la mujer… muchas mujeres son mejores que muchos
hombres (p. 39)

No hay en la gestión de la ciudad una ocupación propia al hombre en cuanto hombre. (p.
40)

Las mejores son aptas para ser guardianas, para colaborar con los hombres mejores,
como las perras ejecutan su alta tarea junto a los perros. (p. 40)

Aspasia y los epitafios  Amalia González Suárez

Tanto para Platón como para Esquines, Aspasia era una amenaza (p. 45)

Sócrates considera a Aspasia como su maestra en el arte de la palabra (p. 45)

Durante las fiestas de Deméter las mujeres guardaban abstinencia sexual durante los tres
días que duraban las celebraciones. En las de Adonis se invitaba a los amantes a la
fiesta, teniendo lugar uniones no productivas, cuyo único fin era el placer. (p. 50)

Aspasia transmite en privado su discurso a Sócrates, pero haciendo una excepción, pues
le hace prometer que guardará secreto, ya que su verdadero modo de transmitir es ante
un auditorio numeroso (p. 51)

Aspasia solo se nos manifiesta en el ejercicio de discursos largos persuasivos (p. 52)
Aspasia considera en su discurso iguales a todos los muertos por tener una igualdad de
nacimiento por ser hijos de la tierra ateniense, quien los dio a luz y crió, según podemos
leer en el Menéxeno. (p. 57)

En la sociedad ateniense las mujeres, al igual que los muertos del Céramico, carecían de
individualidad propia, en cuanto eran dependientes del padre o tutor. (pp. 57-58)

La posición de la mujer en la ciudad es subsidiaria de la estructura del alma del varón


(p. 63)

Si el alma del varón es justa, de manera que anteponga los intereses de la ciudad a los
particulares, entonces la mujer accede a la vida política. (p. 63)

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