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Trastornos Alimenticios: Cruda realidad juvenil

Nombres de Autor (es) en orden alfabético

Universidad del Norte

Barranquilla, 21 de Mayo de 2016


Introducción

A lo largo del tiempo, siempre han existido distintas concepciones acerca del peso
de las personas, y viene acompañado por diversos temas que generalmente se relacionan a
este tópico, como lo son la salud, la belleza, y la autoestima. Particularmente, el peso de las
personas está íntimamente relacionado con la belleza, un concepto que está inmerso en las
sociedades y que se ha materializado con la imposición de unos cánones de belleza que
conllevan a que, generalmente los jóvenes, quieran estar lo más cerca posible de ese
modelo de “físico perfecto”, el cual se ve constantemente propagado por los medios de
comunicación y por el mundo publicitario en general. En este contexto de afán por alcanzar
ese modelo de perfección, nace la problemática de los trastornos alimenticios. De igual
manera también debe decirse que a pesar de que la razón principal es la anteriormente
mencionada, también existen otros factores que en algunos casos inciden en la formación y
mantenimiento de estas enfermedades, como por ejemplo variables genéticas y experiencias
traumáticas tanto en la infancia como en la adolescencia.

Definición de los trastornos alimenticios:

Los trastornos alimenticios son enfermedades que se producen afectando


físicamente e internamente al cuerpo humano, provocando un gran número de síntomas que
varían pendiendo el tipo de trastorno, estas se caracterizan por comportamientos extremos
que adoptan las personas provocando desórdenes alimenticios en su sistema. Estas
enfermedades están asociadas generalmente a causas de diversos tipos de las causas como
por ejemplos los variados estados de ánimo que manejan las personas y las obsesiones que
muchas de estas poseen, al pensar exageradamente en su imagen corporal. En términos más
científicos, es preciso aclarar que tradicionalmente, se define a los trastornos de la conducta
alimentaria como dificultades con el hambre y con la comida. Se los asocia, también, a la
moda. Ya que traducen dificultades profundas para crecer, adaptarse a las tareas adultas y
asumir con responsabilidad y madurez los avatares de la sexualidad. Se trata, pues, de
síndromes complejos que comprometen el cuerpo, los afectos, las capacidades cognitivas y
las relaciones interpersonales y familiares (Zulman, 2000).

A partir de esta definición, podemos llegar a la conclusión de que el comienzo de


una enfermedad alimenticia puede darse por el control de no ingerir alimentos, o por una
obsesiva compulsión por comer, que puede afectar tanto a los hombres como a las mujeres,
y que, de una u otra manera, al padecer cualquiera de estos trastornos se reducen las
probabilidades de vivir más tiempo, cosa que no sucede con una persona que cuenta con un
buen sistema alimenticio.

En un ámbito psicológico, que claramente está correlacionado con el tema, los TCA
(trastornos de conducta alimenticia) son definidos como trastornos mentales caracterizados
por un comportamiento patológico frente a la ingesta alimentaria y una obsesión por el
control de peso.”(Serra, 2015). A partir de esto, queda claro que aunque los trastornos
alimenticios empiezan con preocupaciones por el peso y la comida, estas dos son utilizadas
como método de compensación de sentimientos y emociones, es decir, se convierte una
manera de lidiar con emociones dolorosas, y esto conlleva a que se deteriore
considerablemente la salud física y emocional. Entre los trastornos alimenticios más
conocidos se encuentran la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, que hoy en día son aún
más comunes debido al ya mencionado problema de los cánones de belleza y el rol de los
medios de comunicación en el establecimiento y la propagación de dichos cánones.

Causas de los trastornos alimenticios en los jóvenes:

Estos trastornos alimenticios, como ya lo hemos mencionado, son más que todo
comunes entre jóvenes y adolescentes, quienes son los más susceptibles a este tipo de
problemas. Es por eso que los trastornos de conducta alimentaria en los adolescentes se
han convertido en un problema de salud pública muy común en las últimas décadas. Sin
embargo, se diferencian factores predisponentes, precipitantes y de mantenimiento que
influyen en la generación de estos desórdenes alimenticios. “Se considerarán como factores
predisponentes a aquellos que hacen referencia fundamentalmente a lo singular e histórico
del vivenciar infantil.” (Yosifides, 2009). Según lo expresa Aris Yosifides (2009), durante
los primeros años de relación con los padres, los niños pueden presentar problemas de
autonomía, “por lo que surgen problemas para establecer su identidad y a veces el nombre
anorexia cumple esa función”. Durante la infancia pueden existir dificultades para
independizarse y como respuesta, el infante cambia sus hábitos alimenticios, rechaza la
comida, vomita, etc., que se desarrollarán creando desórdenes alimenticios graves durante
la pubertad. Además, se adiciona otra circunstancia en la juventud que “tiene que ver con
una distorsión de su imagen corporal”. (Lacan, 1936 en Yosifides, 2009). Los adolescentes
que sufren estos trastornos tienen una autoestima vulnerable e intentan complacer los
estereotipos de la sociedad afectando su salud y su bienestar.

De los factores predisponentes pasamos a los factores precipitantes, que “están


relacionados con algún acontecimiento en donde siente que ya no puede seguir controlando
aquellas cuestiones relacionadas con los factores predisponentes” (Yosifides, 2009. Con
respecto a los factores precipitantes, contribuyen a la producción de los desórdenes
alimenticios, la persona se siente amenazada y según lo expresa Aris Yosifides (2009), su
sensación de descontrol interno siente desmoronarse por lo que recurre a la anorexia como
forma de controlar lo que siente, a través del control de su peso. Los jóvenes pierden el
autocontrol y llegan al extremo de padecer anorexia o bulimia para dominar sus emociones.

Por su parte, los factores de mantenimiento perpetúan la enfermedad. Los factores


de mantenimiento se dividen en dos: de carácter físico y de carácter psicológico. En los de
carácter físico se destaca el síndrome de inanición, con lo cual se demostró (Hercovici y
Bay, 1995 en Yosifides, 2009), que ese estado influía en problemas psíquicos como
irritabilidad, depresión, aislamiento, etc., que los pacientes manifiestan en el transcurso de
su enfermedad, mientras que en los de carácter psicológico los pacientes no reconocen los
mecanismos de saciedad y de hambre, impiden una buena relación con la comida y
generan el ciclo patológico. Estos factores contribuyen a producir ansiedad, introversión
social, depresión y conductas compulsivas que impiden al paciente reconocer y salir de la
enfermedad.
Por último, como lo afirma Zusman (2000), quienes padecen de un desorden de la
conducta alimentaria proceden de familias sobreprotectoras, aglutinadas, en las que resulta
difícil resolver conflictos y en las que los límites intergeneracionales están desdibujados.
Además expresa que el cuerpo y la imagen corporal están influidos por los preceptos de la
cultura moderna, que ha colocado en la delgadez el estereotipo y la validación de la mujer.
Es decir, que son muchos los factores que influyen en la generación de trastornos
alimenticios en los jóvenes, y problemas familiares, como la sobreprotección y la falta de
diálogo para resolver conflictos son factores importantes que generan estas conductas.
También debido a influencias socioculturales de la globalización que promueven un
estereotipo de belleza delgado, los jóvenes sienten un rechazo hacia su cuerpo y tienden
a poseer una baja autoestima, inestabilidad emocional y pensamientos obsesivos con el
cuerpo y la comida. Para ello crean estrategias para vivir, que conllevan a una inestabilidad
de sus relaciones interpersonales y vínculos amistosos.

Consecuencias de los trastornos alimenticios:

En cuanto a los perjuicios que traen consigo los trastornos alimenticios, primero
debe decirse que estos implican más que solo hacer dieta para bajar de peso, estos implican
una serie de comportamientos psicológicos extremos que afectan tanto física como
internamente a los jóvenes. Son varios los factores negativos que traen estos trastornos.
Entre estos, se destacan afectación de los órganos, desordenes en el sistema gastrointestinal
y problemas interpersonales como depresión, insomnio y baja autoestima.

Primero que todo, se encuentra el problema de la desnutrición, ya que el


componente alimentario es la principal consecuencia de este tipo de trastornos alimenticios.
Trae consigo otros problemas como la osteoporosis, que termina en el debilitamiento
progresivo de los huesos, y los deja débiles y frágiles. Por otro lado, también encontramos
otros problemas aún más graves y más delicados, como la disminución tanto de la presión
arterial como de la frecuencia cardíaca. En este sentido, Gáfaro (2001), considera que la
desnutrición causada por la restricción de alimentos ocasiona graves problemas en el
organismo que puede llevar a la muerte a quien los padece.

Debido a los trastornos alimenticios, órganos como el corazón, el hígado y los


riñones se ven seriamente afectados. Ocurren “complicaciones cardiovasculares severas
como irregularidades en el ritmo cardiaco, presión baja y ritmo cardiaco bajo. Además, el
hígado se ve altamente afectado debido al alto grado desnutrición, al igual que los riñones,
por lo que las personas con trastornos alimenticios son más propensos a generar piedras en
los riñones, conocidas como cálculos renales (Gáfaro, 2001). Estas son consecuencias de
tipo físicas que son fácilmente visibles, pero también puede conllevar a tener otros
problemas de tipo psicológico. En este apartado, Gáfaro (2001), argumenta que a nivel
interpersonal, los trastornos alimenticios pueden causar problemas como depresión, baja
concentración, abandono en el colegio, instituto o trabajo, les causa aislamiento con sus
amigos y da falta de autoconfianza. Todo esto sumado nos permite concluir a que conlleva
a que las relaciones personales de alguien con trastornos alimenticios estén destinadas a
fracasar porque llegan a un punto en el que no desean tener ninguna relación de ningún tipo
con nadie y sienten que los están juzgando.

Para concluir, se debe decir que todo el tema de los trastornos alimenticios tiene un
fundamento histórico, social, psicológico y biológico, por lo cual es un tema bastante
sensible porque termina afectando todas las esferas de la vida de aquellos que padecen este
tipo de enfermedades. Sin embargo, es importante recalcar que sí es posible una superación
de estos problemas, por muy difíciles de superar que parezcan. Estas enfermedades son
difíciles de tratar, por lo tanto requieren planes de superación y rehabilitación muy
estrictos, que son por lo general multidisciplinarios y altamente individualizados, dado el
hecho de que cada paciente es una historia y unas razones de ser muy diferentes. Debe
existir además una continua valoración médica, junto con psicoterapia individual o familiar,
o en algunos casos, de pareja. Los procesos de recuperación son largos y complicados para
los pacientes, pero muchas personas lo han logrado, y en palabras de Séneca, un filósofo
hispanorromano, “el anhelo de curarnos constituye la mitad de nuestra salud”, es decir,
mientras haya disposición por curarse, y si de eso depende totalmente una recuperación,
esta se puede convertir más fácilmente en una realidad.

Referencias
Gáfaro. A,. (2001). Anorexia y bulimia: todo lo que necesita saber sobre los
trastornos de la alimentación. Bogotá: Norma.

La anorexia nerviosa puede dañar el hígado: estudio. (Septiembre de 2008). Público.


p.30.

Márquez, S. (01 June 2008). Trastornos alimentarios en el deporte: factores de


riesgo, consecuencias sobre la salud, tratamiento y prevención Eating disorders in sports:
risk factors, halth consequences, treatment and prevention. Nutrición Hospitalaria, 23(3),
pp.183-190.

Serra, M. (2015). ¿Que son los trastornos del comportamiento alimentario?


Trastornos del Comportamiento alimentario: Enfoques preventivos.

Yosifides, A. (2009). Sobre la multicausalidad de los problemas de alimentación.


En Bulimia y anorexia: clínica de los trastornos alimentarios. Recuperado de
http://www.ebrary.com

Zusman, L. (2000). Los desórdenes de la conducta alimentaria: anorexia y bulimia:


Obtenido:http://site.ebrary.com/lib/unortesp/reader.actionppg=56&docID=10741524
&tm=1461372408659.

Zusman, L. (2000). La anorexia y bulimia: Aspectos multifactoriales. Los


desórdenes de la conducta alimentaria: anorexia y bulimia. Recuperado de
http://www.ebrary.com

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