Sei sulla pagina 1di 42

UNIVERSI DAD IBEROAMERICANA

Enrique Gonzalez Torres


RECTOR

Michel de Certeau
José Ramôn Ulloa Herrera
VICERRECTOR ACADÉMICO

Arturo Saenz Ferrai


DIRECTOR DE LA DIVISION DE
ESTUDIOS lNTERDISCIPLINARES

Araceli Téllez Trejo


DIRECTORA DE
DIFUSION CULTURAL

Perla Chinchilla Pawling


DIRECTORA DEL
DEPARTAMENTO DE HISTORIA

Rubén Lozano Herrera


COORDINADOR DE PUBLICACIONES
LA FABULA MÎSTIC A
DEPARTAMENTO DE HISTORIA SIG LOS XVI-XVI I

INSTITIJTO TECNOLÔGICO Y DE ESTUDIOS


SUPERIORES I)E OCCIDENTE

Héctor M. Acuiia Noriega Traduccion de Jorge Lopez Moctezuma


REcTOR

Miguel Agustîn Limôn Macîas


DIRECTOR DE RELAC!ONES EXTERNAS

Hilda Elena Hernandez Carmona


]EFA DE LA ÜFICINA DE DIFUSION DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA
PRODUCCION ACADÉMICA DEPARTAMENTO DE HISTORIA

Manuel Verduzco Espinosa


COORDINADOR EDITORIAL
Titulo original en francés:
La Fable mystique (XV!è-XVI!è)
Éditions Gallimard, 1982, Paris

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA
BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

Certeau, Michel de, 1925-1986


La fâbula rnistica : siglos XVI-XVII

1. Misticismo-Europa-H istoria-Siglo XVI.


2. Misticismo-Europa-H istoria-Siglo XVII.
I. L6pez Moctezuma, Jorge. ILs.

BV 5077.E85C4718.1993 Indice
Portada: Ana Elena Pérez Lista de abreviaturas 9
lntroducci6n Il
la. reimpresi6n en espafi.ol, 2004
1. Cuadratura de la Mistica 13
2. Una formaci6n hist6rica 24
D.R.© Universidad Iberoamericana, A.C.
Prol. Paseo de la Reforma 880
Col. Lomas de Santa Fe Primera parte. Un lugar para perderse
01210 México, D.F.
Capitulo 1. El Monasterio y la Plaza: Locuras de la multitud 45
D.R.© Instituto Tecnol6gico y de Estudios
Superiores de Occidente, A. C. 46
Periférico Sur 8585 1. La idiota (siglo IV)
2. Risas de locos (siglo vi) 53
45090 Tlaquepaque, Jal.
Capltulo II. El Jardin: Delirios y delicias de Jer6nimo Bosco 65
ISBN 968-859-121-1
1. Un '-paraiso sustraido 65
Impreso y hecho en México 72
2. Endc\opedias creadoras de ausencias
Printed and made in Mexico 79
3. Camihos hacia ninguna parte
4. Caligrafias de cuerpos 85
Edici6n distribuida exclusivamente en América Latina

Segunda parte. Una topica

Capitulo III. La ciencia nueva 97

1. "Corpus Mysticum", o el cuerpo que fa\ta 97


2. El adjetivo de un secreto 113
3. El sustantivo de una ciencia 122

Capitulo IV. Maneras de hablar 139

1. Presupuestos te6ricos y prâcticos 140


, 2. Las frases mfsticas: Diego de Jesus, introductor de 158
Juan de la Cruz

Tercera parte. La escena de la enunciacion

Capitulo V. El "conversar" 189

1. El "diâlogo" 189
2. Una condici6n previa: el vola. (Del Maestro Eckhart a Madame 196
Guyon)

Capitulo VI. La instituci6n del decir 2ll


Lista de abreviaturas
1. ;,Desde d6nde hablar? 2ll
2. El "yo", prefacio de la "ciencia experimental" (J.J. Surin) 213 AHG Archives Historiques du Département de la Gironde
3. La ficci6n del alma, fundamento de las "Moradas". 223
(Teresa de Avila) (Burdeos, posteriormente Paris).
AHSJ Archivum Historicum Societatis Iesu (Roma).
Cuarta parte. Figuras del salvaje ARSJ Archivio Romano Societatis Iesu (Roma).
BSBG Bulletin de la société des bibliophiles de Guyenne (Bur-
Capitulo VII. El iletrado ilustrado 243 deos). . .
Budé Paris, Belles Lettres, col. de las universtdades de Francta
1. Historias textuales ( 1630-1690) 249 publicada bajo el patronato de la Association Guillaume
2. El angel del desierto 267 Budé.
3. Las leyendas del pobre 277 DHGE Dictionnaire d'histoire et de géographie ecclésiastique
(Paris).
Capitulo VIII. Los "pequeiios santos" de Aquitania 285 DS Dictionnaire de spiritualité (Paris).
DTC Dictionnaire de théologie catholique (Paris).
1. Los "déficits" de la Compafifa (1606) 286 EC Ephemerides carmeliticae.
2. La cacerfa de las "devociones extraordinarias" ( 1615-1645) 297 EE Estudios eclesitisticos (Madrid).
3. "Una especie de iluminados" 307 Freud, Gesammelte Werke, Londres, Imago, 18 vols.,
GW
1940-1952.
Capitulo IX. Labadie el nomada 321 MGH Monumenta Germaniae historica (Berlin).
OCP Orientalia christiana periodica (Roma).
1. Un espfritu en busca de un lugar 324
2. La invenci6n de la extension OGE Ons Geestelijk Erf
342
PG Migne (ed.), Patrologia graeca, Paris.
. Apertura a un a poética del cuerpo PL Migne (ed.), Patrologia latina, Paris.
349
Pléiade Paris, Gallimard, col. Bibliothèque de la Pléiade y Ency-
clopédie de la Pléiade.
RAM Revue d'ascétique et de mystique (Tolosa).
REG Revue des études grecques (Paris).
RHB Revue historique de Bordeaux (Burdeos).
RHE Revue d'histoire ecclésiastique (Lovaina).
RHEF Revue d'histoire de l'Eglise de France (Paris).
RHLF Revue d'histoire littéraire de la France (Paris).
RHR Revue d'histoire des religions (Paris).
RLC Revue de littérature comparée.
RSR Recherches de science religieuse (Paris).
Sommervogel Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jésus,
Paris y Bruselas, 12 vols., 1890-1930.
Vulg. Vulgata, version latina tradicional de la Biblia.
ZAM Zeitschriflfür Askese und Mystik.

Introducci6n

Este libro se presenta en nombre de una incompetencia: esta desterrado


de aquello que trata. La escritura que dedico a los discursos misticos de
(o sobre) la presencia (de Di os) tiene por condici6n la de no for mar parte
de éstos. Se produce a partir de este duelo, pero un duelo inaceptado que
sc ha convertido en la enfermedad de esta:r separado, analoga tai vez al
mal que constituia, ya en el siglo XVI, un motor secreto del pensamiento:
lu Melancholia. Un faltante nos obliga a escribir, que no cesa de escribirse
c:n viajes hacia un pais del que estoy alejado. Al precisar el lugar de su
producci6n,_ante todo quisiera evitar a este relato de viajes el "prestigio"
( irnpudico y obsceno, en su caso) de ser tenido como un discurso acredi-
lndo por una presencia, autorizado para hablar en su nombre, en fin, que
supone que sabemos de qué trata.
Lo que deberia estar ahi no esta: sin ruido, casi sin dolor, esta
Hfirrnaci6n se encuentra en obra. Alcanza un lugar que no sabemos
lnculizar, como si hubiéramos sido alcanzados por la separaci6n mucha
nnlcs de saberlo. Cuando esta situaci6n logra decirse, puede tener todavia
como lenguaje la antigua oraci6n cristiana: "No permitas que me separe
de li". No sin ti. Nicht ohne.' Pero lo necesario, converti do en improbable,
c:s de hecho lo imposible. Asi es la figura del deseo. Deseo que se vincula
c:videntemente a esta larga historia de Jo unico cuyo origen y cuyas
vicisitudes, bajo su forma monoteista, intrigaban tanto a Freud. Con uno
que faite y todo falta. Este nuevo comienzo determina una serie de
1
Mc parccc que esta categorla heideggeriana pennite una reinterpretaci6n del cristianismo. cfr. M. de
( 'trtcnu, "La ruptura instauradora", en Esprit, junio 1971, pp. 1177-1214.

10 11
vagabundeos y persecuciones. Se esta enfermo de la ausencia porque se La espera laboriosa ante esos vigilantes i,permitira entrever al fin
esta enfermo de Jo unico. "una luz gloriosa que brota eternamente de la puerta de la ley"? Esta
3
Lo Uno ya no esta. "Se Jo llevaron", dicen muchos cantos claridad, alusion kafkiana a la Sekina de Dios en la tradicionjudia, seria
misticos que inauguran con el relato de su pérdida la historia de sus tai vez el resplandor mismo de un deseo venido de fuera. Pero ella no se
retornos a otro lugar y de otra manera, con modos que son mas bien el ~:ntrega al trabajo ni a la edad. Ella es testamentaria: es un beso de la
efecto y no la refutacion de su ausencia. Al no ser ya mas el viviente, este muerte. Ella no aparece sino en el momento en que la puerta se cierra ante
"muerto" no deja sin embargo ningun reposo a la ciudad que se cvnstruye ~:1 moribundo, es decir en el momento en que la exigencia se extingue, no
sin él. Asedia nuestros lugares. Una teologia del fantasma seria sin duda por si misma, sino por falta de fuerzas vitales para sostenerla. Entonces se
capaz de analizar como reaparece en otra escena distinta de aquella de la rcaliza la separacion. Entonces el guardian se inclina para gritar al exte-
que desaparecio. Esta teologia constituiria la teoria de esta nueva condi- nuado cual es la naturaleza de su espera: "Esta entrada solo estaba hecha
cion. Antafio el fantasma del padre de Ham let constituia la ley del palacio para ti. Ahora me voy y cierro la puerta". Esperando esta hora postrera,
en donde ya no estaba. Del mismo modo el ausente que ya no esta ni en la cscritura permanece. Su trabajo en la region ambigua opera sobre la
el cielo ni en la Tierra habita en la region de una extrafiez tercera (ni Jo inaceptable e insuperable division. Dura (y durara) todos los afios que se
uno ni Jo otro). Su "muerte" Jo coloca en ese Jugar ambiguo. Para tener ~:xtienden desde la primera solicitud que el hombre del campo dirige al
alguna idea, ésta es la region que nos describen hoy en dia los autores guardian de su deseo, hasta el instante en que el angel se retira dejando la
misticos. palabra que pone fin a la paciencia. i,Para qué se escribe, pues, cerca del
De hecho, estos autores antiguos introducen en nuestra actualidad umbral, sobre el taburete sefialado por el relata de Kafka, sino para luchar
ellenguaje de una "nostalgia" relativa a ese pais extrafio. Crean y guardan contra Jo inevitable?
un lugar para algo asi como la saudade brasilefia, una afioranza, si es
verdad que ese pais extrafio sigue siendo el nuestro pero estamos separa-
dos. Lo que ellos echan a andar no se puede reducir a un interés por el
pasado, ni siquiera a un viaje por nuestra memoria. Estatuas levantadas en
1. Cuadratura de la Mistica
limites fundadores donde comienza un "otra parte" que no esta en otra
parte y que ellos producen y defienden a la vez. Ellos forman con sus El co lor se extiende fuera de su Jugar. Derrame de rojo, en Ucello, a través
cuerpos y sus textos una frontera que divide el espacio y transforma a su de los compartimentas que distribuyen en escenas la Leyenda de la
lector en habitante de campinas o de suburbios, Jejos de la atopia donde profanaci6n de la hostia: la sangre de la pintura atraviesa los comparti-
ellos alojan Jo esencial. Expresan asi que nuestro propio lugar es algo mientos del relata. Las pulsiones del co lor, en Miro, agujeran también con
extrafio y que esta en nosotros el deseo de regresar al terrufio. Por mi parte, sus flechas el espacio creado por sus juegos. Hay hemorragia de fluidos
asemejandome al "hombre del campo" de Kafka, 2 les he pedido que me fuera de su cuerpo. Una salida analoga ridiculiza mis esfuerzos por
dejaran entrar. Al principio, el guardian respondia: "Es posible, pero no recortar, en el espesor de nùestras informaciones y de nuestros aparatos
ahora". Veinte afios de espera "frente a la puerta" me ensefiaron a de anal isis, Jas secuencias de un relata que tendria como materia la mistica
conocer, "a fuerza de examinarlo", al encargado del umbral hasta en los cristiana de los siglos XVI y XVII. Sin embargo se requiere de un lugar en
mas minimos detalles, "hasta las pulgas de la piel con que se cubria". Asi que pueda aparecer Jo que Jo rebasa. Quisiera, pues, indicar las pocas
eran mi guardian Jean-Joseph Surin y muchas otros ante quienes se preguntas a partir de Jas cuales se perfilan los frentes de avance de cuatro
exasperaba una paciencia erudita y cuyos textos no dejaban de vigilar mi modos de considerar la cuestion, como si fueran los cuatro lados de un
observacion. El de Kafka dice ademas: "Yo no soy sino el ultimo de los cuadrado: las relaciones de esta mistica "moderna" con una nueva eroti-
guardianes. DeJante de cada sala hay guardianes cada vez mas poderosos, ca, con una teoria psicoanalitica, con la historiografia mi sm a, y finalmente
yo no puedo ni siquiera soportar el aspecto del tercero después de mi". Él con la "fabula" (que remite simultaneamente a la oralidad y a la ficcion).
también es extranjero en el pais que traza al sefialar un umbral. i,Debemos 1
Acerca de la importancia modema de este motivo teol6gico, cfr. Geneviève Javary, Recherches sus
decir Jo mismo de los misticos?
1'utilisation du théme de la Sekina dans 1'apologétique chrétienne du xv' au xvm' siècle, Université
2
de Lille my libr. H. Champion, 1978. La Sekina implica una inhabitaci6n, una presencia, una gloria
Franz Kafka, "Devant la loi", en Oeuvres complètes, Cercle du livre précieux, Gallimard -Tchou, y, ulteriormente, una feminidad de Dios, ternas que desempei\an también un pape! muy importante en
1964, t. 4, pp. 165-166. la mistica cristiana de la época.

12 13
con la instancia evanescente del cosmos. Rechaza el duelo cuando a otros
Estas cuatro practicas discursivas organizan un proyecto de cuadratura. Al
ser necesaria, la composici6n del lugar se mostrani incapaz de precisar" les parece aceptable, pues piensan poder arreglarselas con esta pérdida.
su tema, pues propane allenguaje mistico codificaciones que éste rebasa Recoge el desafio de Jo unico. Su literatura tiene, pues, todos los rasgos
facilmente. Es una forma que es excedida por su tema. Al menas la de aquello que combate y postula: es la puesta en prueba, por ellenguaje,
explicaci6n de mis "intereses", al circunscribir el espacio donde pueda del paso ambiguo de presencia a la ausencia; da testimonio de una )enta
producir una representaci6n, nos permitira ver de qué manera el tema transformaci6n de la escena religiosa en escena amorosa, o de una fe en
atraviesa la escena, se le escapa y fluye mas alla. una er6tica; cuenta c6mo un cuerpo "tocado" por el deseo y grabado,
herido, escrito por el otro, reemplaza a la palabra reveladora y ensefiante.
Los misticos luchan también con el duelo, ese angel nocturno. Pero la
propedéutica medieval de una asimilaci6n a la verdad se convierte en ellos
Una er6tica del Cuerpo-Dios en un cuerpo a cuerpo.
Sin duda alguna sus procedimientos son a veces contradictorios,
Al mismo tiempo que la mistica se desarrolla y después decae en la Europa puesto que al multiplicar las técnicas mentales y fisicas que precisan las
maderna, aparece una er6tica. No se trata de una simple coincidencia. Las condiciones de posibilidad de un encuentro ode un dialogo con el Otro
dos se refieren a la "nostalgia" que responde a la desaparici6n progresiva de (métodos de oraci6n, de recogimiento, de concentraci6n, etc., acaban al
Di os como unico objeto de am or. También son los efectos de una separaci6n. mismo tiempo que establecen el principio de una absoluta gratuidad, por
A pesar de todos los inventas y conquistas que han marcado a este Occidente producir apariencias de presencia. Esta preocupaci6n técnica es ya el
de Jo Unico (la caida del antigua Sol del universo estableci6 al Occidente cfecto de loque combaten los misticos: sin que se den cuenta algunos de
maderno), a pesar de la multiplicaci6n de artes que permiten jugar con sus promotores, la fabricaci6n de artefactos mentales (composiciones
presencias que ya desaparecen, a pesar del reemplazo del Faltante por una imaginarias, vacfo mental, etc.) toma ellugar de la atenci6n a la ven ida de
serie indefinida de producciones efimeras, el fantasma de lo (mico regresa un Imprevisible. Por eso los "verdaderos" misticos son particularmente
siempre. Las posesiones mismas se apoyan sobre algo perdido. Como don desconfiados y crfticos ante todo loque pasa por "presencia". Defienden
Juan, que al perseguir con vivacidad sus conquistas, mille e tre, sabe que éstas la inaccesibilidad con la cual se enfrentan.
repiten la ausencia de la (mica e inaccesible "mujer". Don Juan va, corre La cuesti6n esencial se refiere a la posibilidad de oiry de hacerse
hacia el espectro de la desaparici6n, la estatua del comendador, con un gesto oir: cuesti6n de la oraci6n o de la contemplaci6n. Ningun mensajero
de desafio que tiene el alcance-de un suicidio y que se enfrenta, al fin, con el podria sustituirse a lo Unico:
no-ha-lugar del otro. Sin ti, muerte.
A partir del siglo XIII (Amor cortesano, etc.), una )enta desmitifica- Acaba de entregarte ya de vero;
ci6n religiosa parece acompafiarse con una progresiva mitificaci6n amorosa. no quieras enviarme
Lo (mico cambia de escena. Y a no es Dios, sino el otro y, en una literatura de hay mas ya mensajero,
4
masculina, la mujer. A la palabra div ina (que tenia también va lor y naturaleza que no saben decirme la que quiero.
fisicos) se sustituye el cuerpo amado (que no es menos espiritual y simb6lico El Verbo mismo debe nacer en el vacio que lo espera. Asi era la
en la practica er6tica). Pero el cuerpo adorado se escapa Jo mismo que el Dios teologia de los renanos del siglo XIIJ y del siglo XIV. Sobrevive todavia en
que se desvanece. El cuerpo obsesiona a la escritura, pues ella canta su Juan de la Cruz, un intelectual que se qued6 muy escolastico. Pero ya con
pérdida sin poder aceptarla; y en esto es er6tica. A pesar de los cambios de
él, o en Teresa de Avila (mas "maderna" que él) y después de él, el modo
escena, Jo (mico no deja de organizar con su ausencia una producci6n
de sentir toma formas ffsicas, relativas a una capacidad simb6lica del
"occidental" que se desarrolla en dos direcciones, a veces la que multiplica
cuerpo mâs que a una encarnaci6n del Verbo. Esta manera de sentir
las conquistas destinadas a colmar una carencia original, a veces la que
acaricia, hiere, recorre la gama de las percepciones, llega a alcanzar los
regresa al postulado de esas mismas conquistas y se pregunta acerca de la
"vacante" de la cual elias son los efectos. cxtremos que ella rebasa. "Habla" cada vez menas, se va trazando en
Ligada y hostil a una tecnificaci6n de la sociedad, la configura- mensajes ilegibles sobre un cuerpo transformado en emblema o en memo-
ci6n misti ca que se extiende del siglo XIII al XVII se inscribe principalmen- 1
Juan de la Cruz "Cantico espiritual ", estrofa 6.
te en la segunda perspectiva. Lleva hasta la radicalidad la confrontaci6n

15
14
rial grabado por los dolores del amor. La palabra queda fuera de este pero dcshncc dcsdc dentro los valores que ellos consideran esenciales:
cuerpo, escrito pero indescifrabl e, para el cual un discurso er6tico co- dcsdc ln scguridad de la presencia de un Locutor divino cuyo lenguaje es
mienza en Jo sucesivo a buscar palabras e imagenes. Mientras que la cl cosmos hnsta la verificabilid ad de las proposicion es que componen el
eucaristia (lugar central de este desplazamie nto) hacia del cuerpo una conlcnido de la revelaci6n, desde la prioridad que el Libro tiene sobre el
efectuaci6n de la palabra, el cuerpo mistico deja de ser transparente al cuerpo hnsla la supremacia ( ontol6gica) de un orden de los seres sobre un a
sentido, se opacifica, se convierte en la escena muda de un "no sé qué" ley del deseo, no hay ningun postulado del mundo medieval que no haya
que Jo altera, un pais perdido igualmente extrafio a los sujetos que hab lan sido nlncndo o minado por el radicalismo de esos misticos. 6
y a los textos de una verdad. Su "cicncia experimenta l" introduce asi una serie de problemas
Por Jo demas, a pesar de la diferencia entre los tipos de experien- nue vos que, por haber si do elaborados todavia dentro del ambito que estan
cia, la palabra aparece cada vez como menos cierta a medida que las camhiundo, no dejan de estar muy ligados entre ellos. La cuesti6n del
generacione s pasan. En la mitad del siglo XVII, Angelus Silesius, cuyos sujelo, lus cstrategias de la interlocuci6 n, una "patologia" nueva de los
poemas aspiran a la palabra paternal que Jo llamara "hijo", emplea cucrpos y de las sociedades, una concepci6n de la historicidad apoyada en
siempre el condicional al tratar este modo de nombrar fundador, como si, cl instante presente, las teorias de la ausencia, del deseo o del amor, etc.,
con esta modalizaci6 n suspensiva, confesara ya que sabe que Jo que él forman, al cntrclazarse , un conjunto coherente. Pero es inestable y limita-
espera ya no puede venir, y que le queda uni cam ente la "consolaci6 n" do su dcsarrollo en un campo que les es epistemol6g icamente ajeno. Va a
sustitutiva de estrofas musicales que repiten una esperanza al arrullar un dccaerjunlo con el mundo que suponia. Sin duda alguna las problematic as
duelo. Sin duda, por razones que vamos a explicar, la experiencia ferue- elaboradas de esta manera van a dar lugar a movimiento s importantes,
nina resisti6 mejor la ruina de las simb61icas, te6logas y masculinas, que pero cuyas figuras escapan de las orbitas de la constelaci6n mistica y
consideraba n a la presencia como una ven ida del Logos. Pero precisamen- sigucn cvoluciones definidas por nuevas configuracio nes. Muchos "mo-
te la presencia que atestiguan esas Madres y esas Damas se separa del livos" rn isticos se vol venin a encontrar, aunque trastocados, en otras
Verbo. Hasta el "amor puro" de Madame Guyon es el eco de una voz en disciplinas (psico16gica s, filos6ficas, psiquiatricas , novelescas, etc.).
un "suefio" del espiritu, una vigilancia difusa ante rumores sin nombre, · J'odo su cede co mo si el trabajo de verificaci6n negativa efectuado por esta
un in-finito de Otro cuyas certezas, noches del cuerpo, ya no tienen puntos mistka se acabara, a fines del siglo XVII, con el derrumbe del sistema que
de referencia en los significantes . Jo sostcnia y cuyas contradiccio nes llev6 hasta los ultimos extremos.
Qucdan de él mil fragmentas brillantes, que nos remiten a las innovacio-
ncs pcrmitidas o exigidas por un periodo de transici6n. .
No se excluye el que podamos comparar la historia actual del
Figuras de paso: mistica y psicoamilisis
psicoanalisi s con el destina de aquella figura epistemol6g ica. Dirigido
también a los productores y clientes del sistema "burgués" que todavia Jo
A través de las mutaciones de la palabra, esos misticos exploran todos los sostit:nc, ligado a sus "valores" y a sus nostalgias en un tiempo en que el
modos posibles (te6ricos y practicos) de la comunicaci6 n, cuesti6n plan- burgués cs reemplazado por el técnico o el tecn6crata, el psicoamilisi s
teada como forma lm ente separable de la jerarquizaci 6n de los saberes y deteriora sus postulados: el a priori de la unidad individual (en el que se
de la validez de los enunciados. Al aislar una problematic a en la que apoyan una economia liberal y una sociedad democrâtica ), el privilegia
podemos reconocer hoy dia la problemâtic a de la enunciaci6n y que se de la conciencia (principio de la sociedad "ilustrada"), el mito del progreso
manifestaba entonces en el divorcio entre el amor y el conocimient o, en
el privilegia de la relaci6n sobre la proposici6n , etc., 5 esos misticos "La curva de esta cvoluci6n puede compararse con el modelo sociol6gico presentado por Jean-Pierre
abandonan el universo mel1 Îeval, pasan a la modernidad . Esta transforma- Dcconchy: la "misticizaci6n" de la creencia sustituye a las regulaciones ortodoxas (el magisterio o la
ci6n se efectua, sin embargo, en el interior de un mun do que "decae". tcologia) cuando un a informaci6n cientitica las desmistitica: de tien de la pertenencia sustrayéndola de
una acusaci6n critica; por Jo tanto permanecc cvidentemcntc como un fen6meno interna del campo
Respeta globalmente allenguaje religioso recibido, pero Jo trata de otro
rcligioso (Orthodoxie religieuse et sciences humaines, Paris y La Hay a, Mouton, 1980, pp. 165-192).
modo. Asimismo, se dirige todavia generalment e a los miembros y pro- Al ser rclativa a una conciencia general de la "corrupci6n" institucional (y no solamente a las
ductores de ese universo (clérigos, fieles) en los términos de su tradici6n, conquistas del saber), la "misticizaci6n" desempei\a, en los si glos XVI y XVII, la funci6n de una
defensa. Pero, su historia Jo dcmuestra, esta "estrategia" tiene también su dinamica propia: Jo que
'Cfr. irifra, 111 parte: "La escena de la enunciaci6n" retira a la critica externa a sus objetos, los desvanece también en el interior.

16 17
(una concepci 6n del tiempo) y su corolario , el mito de la Educaci6 n (que Ullfllln dl' 1111 "ohjcto" pasado. Diccisictc aflos d~ experiencia, e~, la ~scu~la
hace de la transform aci6n de una sociedad y de sus miembro s la ética de h\tudinnn de Paris no han crcado una compete~ct~ que ba~t~na aphc~r a
un a élite), etc. Pero esta erosion se Il eva a cabo en el interior del terreno 1111 tc.•t tl' lit 1 histùrico, si no una atenci6n a procedtmten~os t~oncos (lacaman~s
que la misma destruye al pregunta rse por sus condicio nes de posibilid ad. u tlt•ud j11111 1s) capaccs de poner en juego Jo que ya hab ta ar:tculado ellengua Je
El psicoana lisis no se sostiene, por Jo demas, sino merced a las "resisten - dt los 111 (sticos, para desplazar o duplicar sus efectos. ~ mvo~ucrarse en los
· que cllos mtsmos ·
cias" que encuentr a al estar definido todavia por la ideologia de una vhl\fl'S sacan a 1a 1uz. Esta captacton
, rectproca
. . . corre el
cultura, merced a un "saber supuesto ", del que se aprovech a para practi- l'it'l'iJ"II de haccrnos "olvidar " ("no quiero saberlo ) las dtstmcto?e~ funda-
,
car (y hacer uso de) Jo que nos hace creer. mrntaks qu~.: dcben ser man tem'das. Pe ro da lugar.' con un movtmœ
. nto de
d
llnnh:rns. a Jo que llamamos una lee tura,. es dectr, a las mtl maneras e
Esta analogia de funciona miento entre la mistica y el psicoana li-
sis puede parecer reforzada por el pape! que desempe fia, en Freud, la tlc.•'\l'ifrar ~.:11 los textos Jo que ya nos ha escnto.
referenci a religiosa y judia, o, en Lacan, subrayan do los momento s estra-
tégicos del discurso, ·Ja instancia mistica. Pero mas que una afinidad de
fuentes, siempre discutibl e, son los procedim ientos caracteri sticos de una Decir el otro: historias de ausencias
y otra parte los que presentan una semejanz a extrafia. En ios dos campos,
los pasos consisten :
1) En atacar radicalm ente los principio s fundador es del sistema his- l.os ~rupos y los tibros misticos no dejan de constitui r una, real!dad
t6rico en el interior del cual todavia se practican estas disciplin as; 2) en lmtririca. Aunque precisam ente por eso se nos presentan hoy dta baJ~ l.a
autorizar un anal isis critico por un espacio ("mistic o" o "inconsc iente") llll'lnalidad de ta ausencia -un pasado- , pues dependen de un ~n~hsts
plantead o como diferente pero no distante de la configur aci6n organiza da ue los inscribe en un conjunto de correlac10nes entre datos econor~ncos,
~m:ialcs culturale s, epistemo l6gicos, etc. Establec er estas coherepc tas (~a
1
por los mismos principio s; 3) en especific ar la teoria y la practica por
medio de una problema tica de la enunciac i6n (la "oraci6n " o el "trans-
l'orr~.:lac,i6n es el instrume nta del histor!ad or), es p.reservar la dtferenct a
del pasado contra )a seducci6 n de sem~Janzas parctales , contra las g.en~­
fert") que escapa a la 16gica de los enunciad os y debe permitir la transfor-
ralizacio nes que sugiere una impacien cta ~l?sofica o ~ontra las co~tm~,•­
maci6n de los "contrat os" sociales a partir de relacione s que estructur an
dad~.:s que postula una piedad genea16gica. Imctado con anos de per~grmacton
a los sujetos; 4) en suponer que el cuerpo, lejos de tener que obedecer al
por los archivos franceses 0 extranjeros (grutas donde la .tenact?ad de la
discurso, es en si mismo un lenguaje simb6lic o y es él quien garantiza una
inv~.:stigaci6n disimula los placeres solitarios del hall~~o), mt trabaJO sobre la
verdad (no sabida); 5) en buscar en las represen taciones las huellas de los cscritura mistica ha pasado por los recovecos labermttcos (y finalm~nte tan
afectos ("intenc iones" y "deseos" , etc. o motivo y pulsione s) que las astutos) de fa edici6n critica; 7 pro:'iene de. tem~oradas pas~das en. esos rmcones
producen y en descubri r los ardides (los "giros" de una ret6rica) que .d
construy en los quiproquos de un escondid o y de un mostrado ... pcrd 1 os q ue descubren al histonador lo mfimto de una smgulandad local.
· · · 1 -
Estos caminos no pueden olvidarse . Nos mtctan e~ a go extr~~o
Podria haber muchos otros ejemplos , que podrian ilustrarse con que 110 deja de sorprend er y condicio nar nuestras expectatt~as. T~mbten
la reiteraci6 n de "concep tos" que, de una y otra parte, focalizan alléxico: ·, sus reglas El aguante técnico es el padecer de la dt ferenc ta. Por
1tcne 11 ·
"el Otro" o "la alteridad ", el "deseo", la "escisi6 n" del sujeto, la · ,
.
me d to e
d él se efectua un "trabajo de negattvo en 1a d o bi e "fitccwn.
·' " d
e
''extrafia familiari dad", la duplicida d de lo propio, el espejo narcisista , el . 'fi
las imagene s del pasado y de los model~s ctentt tcos: es a enact dad t t
vocabula rio de la sexualida d y de la diferenci a, etc. Lo que se repite de excava, esculpe una historiog rafia. Es prectso. que los document~s, acu-
esta manera en las practicas y en las palabras, desde el siglo XVI hasta el mulados y correlaci onados, adquiera n la capact?a d d~ alterar, gra~tas a su
XX, no podria ser una simple coincide ncia. resistenc ia, el conjunto de hip6tesis y de codtficactOnes a parttr de las
Estas homolog ias autorizan , por lo menos, confront ar los dos cuales tratamos de interpreta rlos. .
campos. El interés que los analistas tuvieron en fen6men os o en textos A estas particula ridades que determin an las demostra c10nes del
misticos, al inscribirs e por Jo demas dentro de una larga tradici6n psiquia- sentido, también nos llevan los misticos. Van marcand o sus relatos con el
trica, permiti6 la elaborac i6n de instrume ntas te6ricos relativos a este
encuentr o. Pero al intentar a mi vez esta practica dual, no supongo en la 7 Cjr. las ediciones de Pierre Favre, Mémorial (Paris,
De~cl~e De Brouwer, 1960), Jean-Joseph Surin,
Guide spirituel (ibid., 1963) y Correspondance (ibid., Bibliothèque européenne, 1966), etc.
actualida d freudiana y lacaniana un conjunto de concepto s capaces de dar

18 19
"ca si nada" de sensaciones, de encuentros o de tareas cotidianas. Para
Nada de todo esto, sin embargo, constituye una reconstitucion. Se
ellos no puede disociarse lo fundamental de lo insignificante. Esto es Jo
ha perdido algo que no vol vera jamas. La historiografia es una manera
qu,e ?a realce a lo anodino. Algo se mueve en lo cotidiano. El discurso
contemporanea de practicar el duelo. Se escribe partiendo de una ausencia
m1st1.co. transfo~~a. al detalle en mito; se aferra a él, Jo exagera, Jo
y no produce sino simulacros, por muy cientificos que sean. Pone una
mult1phca, lo d.JvmJza, hace de él su propia historicidad. Este pathos del
representacion en lugar de una separaci6n. Sin duda no es seguro que
detal.le (que se Junta con las delicias y los tormentos del enamorado o del
sepamos mas sobre el presente que sobre el pasado, ni que el equivoco sea
erud.Jto) se nota al principio en el hecho de que lo minusculo recorta al
menor en la comunicaci6n contemporanea . Por lo menos guardamos, en
sentJdo ~,n la continuida? .de la interpretacion. Un destello mantiene fija a
cl presente, la ilusi6n de superar lo que el pasado ha vuelto insuperable.
la atenc1on. lnstan.te e:xtatlco, relampago de insignificancia, este fragmen-
Asi el historiador de los misticos, llamado como ellos a decir el otro,
t? de lo ,desconoc1do mtroduce un silencio en la proliferacion hermenéu- reproduce esa experiencia al estudiarlos: un ejercicio de ausencia define
~Jca ..As1, poco a poco; la vida comun se convierte en la ebullicion de una
mqu1etante familiaridad -una frecuentacion del Otro. a la vez la operacion con la cual el historiador produce su texto y con la
que ellos construyeron el suyo. Estructura de espejo: como Narciso, el
. S~ria conveni~n.te que una historiografia dedicada a algunos de
actor historiador observa su doble, que vuelve inaccesible el movimiento
e~tos m1stJcos se. conv1rt1era al modo como el los usan el tiempo. Que, por
de otro elemento. Busca a un desaparecido, que a su vez buscaba a un
e_1em~lo, s~ perd1era en el detalle erudito. Pero esto no seria sino semejan-
desaparecido, etcétera.
za, m1m~t1smo. Por lo menos, me parece posible colocar en el centro de
De hecho, la simetria proviene en parte de un engafio de perspec-
un estud10 sobr~ estos relatos la locura de Surin ( 1600-1665), diseminada
a la vez en md fragmentos a través de los legajos de los archivos y tiva. Sin duda alguna hay una continuidad evidente que va de la religion
(o de la mistica) a la historiografia, puesto que a su vez elias se han
provo~ada por la destruccion de la arquitectura cosmologica en la que
todavJa se apoyaba Juan de la Cruz. Es un radicalismo salido de la cncargado de la relaci6n que una sociedad mantiene con sus muertos y de
fra?mentacion. Se 1~os narra en un a "ciencia experimental" de las singu- las reparaciones que continuamente exige el discurso del sentido, desga-
landades donde. se J~ega algo csencial. ProRorciona su punto ciego, foco rrado por la violencia de los conflictos o por el azar. Pero el historiador
nocturno, a la llJStona que va de Teresa de A vila a Johannes Scheffler el "calma" a los muertos y Jucha contra la violencia al producir una razon
Silesio (An~elu.s Silesius). Sin duda alguna otras razones pueden, después de las cosas (una "explicaci6n") que supera su desorden y certifica
del hecho, JUstlficar esta eleccion. La region de Burdeos (donde Surin permanencias; el mistico Jucha al fundar la existencia sobre la relaci6n
nace_y muere) es ellugar de transito (y de traduccion) de la Es pana mistica misma con aquello que se le escapa. El primerose interesa en la diferencia
del ~1glo XVI a ~a Fran~ia mistica del siglo XVII. El medio, el periodo y los como un instrumenta de distinci6n en su material; el segundo como una
escntos de Sunn ma111fiestan por lo demas las tensiones y las innovacio- escision que establece la cuestion del sujeto.
Sus practicas del tiempo también difieren. El primero obtiene,
J~es que, como una barra, levantan la ola mistica cuando se acerca a ta
t1erra a~onde va _a reventar. A partir de ese momento, podemos remontar- con la cronologia, un medio para clasificar los datos. Toma ademas la
nos_ h.ac1a el honzonte de donde viene y analizar finalmente los lugares precauci6n de poner entre paréntesis todo problema de nacimiento en el
pasado. Nunca una historiografia puede verdaderament e pensar un co-
dec1s1vos donde el movimiento se disuelve, violento o tranquilo, sobre tas
playas de otra figura de la historia.
8 mienzo: lo "reduce" técnicamente a cruzamiento de series, o bien lo
atestigua como un lapsus de la explicacion; solamente trata de las regula-
ridades y de sus modificaciones . Esta acci6n de evitar, limite impuesto por
'Evidentement:• este trabajo le debe mucho a los grandes estudios hist6ricos sobre la materia, desde un prop6sito cientifico, tiene como corolario un a evasion parai ela, relativa al
la, lhst01re llll,ermre du sentiment religieux en France, de Henri Bremond (cjr M. de Certeau,
1:
~Absent de 1 h~sto1re, s.l.. Mame. 1973. cap. 3. "H. Bremond. historien d'un absence"). hasta •C
Jean Baruzi (cfr. La Rencontre du carmelthérésien avec les mystiques du Nord, Paris, PUF, 1959; Saint
Lhretœns s~~s Eglise, de .Leszek Kolakowski. trad., Paris. Gallimard, 1969 (cfr. M. de Certeau, op.
cil., cap. 4, La mort de 1 htstotre globale, L Kolakowskï'), a las obras de historia maderna de Jas
Jean de la Croix et/es mystiques rhé no-flamands, Paris, Desclée De Brouwer, 1966, etc.; y M. de Certeau, ·~
"De Saint-Cyran au Jansénisme", en Christus, t. 10, 1963, pp. 399-417). Entre las obras modemas cuya
mentaltdades reltgtosas, entre elias las esenciales de Michel Vovelle (cjr. M. de Certeau "Christia-
aportaci6n metodol6gica abre caminos a la historia modema de la espiritualidad cristiana, cfr. sobre todo
msme et modernité dans 1'historiographie contemporaine ... en Recherches de science re/i~ieuse, t. 63.
"t
a Bernard Gorce ix, Flambée et agonie, Sisteron, Présence, 1977; Walter Spam, Wiederkehr der Metaphy- u
19~5, pp. 243-268) o a la reflexion de Michel Foucault (cjr. M. de Ce rte au L'Absent de 1'histoire, cap. 11
sik, Stuttgart, Calwer, 1976 (especialmente las pp. 61-92, "Die Begründung einer Logik mystischer
5, Le notr sole tl du langage, M. Foucault"). Le debo toda via màs a mi antigua maestro, Jean Orcibal,
Pradikationen"); Daniel Vidal, L'Ablatif absolu, Paris, Anthropos, 1977; Charles Webster, The Great
cuy a modestta exacta y sut il une una inmensa erudici6n con una "metafisica positiva" heredada de
Instauration, Londres, Duckworth, 1975.

20 21
sujeto del saber y al lugar de produccion del texto, es decir al comienzo v l'S ncccsario espcrar del esc ri tor intérprctc cl conocimiento de Jo que ella
actual y al postulado presente del trabajo; la institucion garantiza estas llll'l' sin sabcrlo. La fabula, pues, es lanzada al campo de la "ficcion ",y,
cuestiones, que se regulan por su reclutamiento y su "disciplina". n1111o toda ficcion, se supone que disimula o desvia el sentido que ella
Por el contrario, el mfstico es atrapado por el tiempo como por J.l,llnrda. Sea Jo que fuere de la formacion progresiva de aquello que, desde
algo que hace irrupcion y transforma; por eso el tiempo es para él el t•l si~lo XVIII, toma la figura de una antropologfa de las "fabulas" antiguas
problema del sujeto asido por su otro, en un presente que no deja de ser la t~contcmporaneas, la transformacion que afecta a la condicion epistemo-
sorpresa de un nacimiento y de una muerte. Lo interminable de los lùfl,ica y cultural de la palabra, nos remite también a Jo que paso en el
instantes que solo son comienzos, crea asf una historicidad cuyas conti- campo religioso y Jo transtorna. Las Escrituras, en efecto, abren, a partir
nuidades pierden su pertinencia, y como ocurre con las instituciones. de la Reforma, los caminos de la escritura y la alfabetizacion. El primado
Estos acontecimientos, que no deberfan ser sino advenimientos dentro de dcllibro se impone. 10 Al cosmos hablado por Dios y por las instituciones
una eternidad ((.imposible?) ode un fin (retardado ), no dejan de contrade- t•clcsiales Jo sustituyen la produccion y el aprendizaje metodicos de un
cir al tiempo producido por la historiograffa. (.Pero en qué medida pueden ~nhcr elemental o teologico, una "clericalizacion" de las instancias reli~
insinuar en eso otra duracion? fl,iosas, mia tecnificacion administrativa de las iglesias, etc. 11 Al mismo
1icmpo aumenta un problema: (.qué queda de la palabra sin la cual no hay
ti:'! ;,Donde se encuentra todavia la palabra? Los reformados pensaban
Lo que queda de la fabula que si las instituciones, corrompidas, estaban condenadas al mutismo, era
posible oir la Palabra que ensefia en las Escrituras. La exégesis, desde el
siglo XVII, socava esta confianza. Por eso los espirituales buscan en otro
Este entrecruzamiento de semejanzas y diferencias compone tai vez un
lugar. Ahf se encuentra este libro, nacido de cruzamientos seductores (a lnd(J y de otro modo Jo que puede, Jo que debe hablar. Se apoyan en la
veces engafiosos, a veces creadores) entre la historiograffa y la mfstica. 9 promesa que les ha sido hecha: el Espfritu hablara. Pero se encuentran en
Es el producto de tensiones que no tienen solucion. El libro nos sugiere una situacion analoga a la que describe la misma Biblia, cuando después
una ultima interrogante quç se refiere a las precedentes si es verdad que, del Destierro a Babilonia, se extiende el sentimiento de que las voces
en principio, la historiograffa comienza donde se despide la voz, ahf donde proféticas de antafio no hablan mas.
se trabaja sobre documentas escritos (grabados, trazados, impresos). Des- Y a desde el siglo XIII, es decir, desde que la teologia se profesiona-
pués de que una revolucion tenta otorgo a la escritura el poder nuevo de 1izo, los espirituales y los misti cos responden al desafio de la palabra. Por este
re-formar al mundo y de rehacer la historia, en resumen, de producir otra motivo son deportados a la region de la "fabula". Se solidarizan con todas
sociedad, la cuttura oral ha sido abandonada poco a poco a Jo largo de los las lenguas que todavia hab lan, marcadas en sus discursos por la asimilacion
caminos del progreso, como un conjunto de "resistencias" y de "supers- al nifio, a la mujer, a los analfabetas, a la locura, a los angeles o al cuerpo.
ticiones" (es decir de excesos), yeso cuando no se convierte en el objeto lnsinuan siempre algo "extraordinario": son citas de voces --de voces cada
de la conquista escriturfstica. La historiograffa ha seguido los caminos de vez mas separadas del sentido que la escritura-ha conquistado, cada vez mas
esta evolucion. Todavfa ahora, aun cuando las transformaciones que cercanas al canto o al grito-. Sus movimientos atraviesan, pues, una econo-
introducen los métodos de la etnologfa y de la oral history cambian un mia escriturfstica y se extinguen, asi parece, cuando ella triunfa. Por eso, la
poco esta determinacion, sigue siendo dominante, sfntoma de sociedades figura fugaz de la mistica nos interroga todavia acerca de Jo que nos queda
que se han vuelto escrituristicas.
La palabra, en particular, tan ligada a las tradiciones religiosas,
se ha cambiado desde el siglo XVI por Jo que sus "examinadores" u "'Muchos trabajos lo han demostrado, desde el capitulo que Emmanuel Le Roy Ladurie consagr6, en
"observadores" cientfficos han llamado desde hace tres siglos la "fabula". Les Paysans du Languedoc (Paris, SEVPEN, 1966) a los "caminos de la escritura", hasta la tesis,
decisiva y polémica, de Elizabeth L. Eisenstein, acerca de la revoluci6n sociocultural provocada por
Este térrnino se refiere en un principio a los relatos encargados de simbo- la imprenta. The Printing Press as an Agent of Change, Cambridge University Press, 1979,2 vols.
lizar una sociedad y por consiguiente compiten con el discurso historio- 11
L'Écriture de 1'histoire (Gallimard, 2a. ed., 1978. Hay edici6n en espai!ol, La escritura de la historia,
gnifico. Para laAujkldrung, si la "fabula" habla (jari), no sabe Jo que di ce, México, UJA-Departarnento de Historia, 1985) estA consagrada a ia historia de estaescrituraconquistadora.
Cfr. también M. de Certeau,-D. Julia, J. Revel, Une politique de la langue, Paris, Gallimard, 1975. Desde
9 este punto de vista, La Fable mystique seria la contrapartida, la historia de un "resto".
Cfr. ya a M. de Certeau, L'Absent de l'histoire, op. cil. cap. 7, "Histoire et mystique".

22 23
de la palabra. Este problema, por lo demas, no deja de tener lazos con Jo huellas misticas; se escriben en esa pagina negra donde es necesario que
que, en su campo propio, restaura el psicoanalisis. 11 bis volvamos a aprender a leerlas.
Mi anal isis de su historia gira, pues, alrededor de esta fabula
mfstica. No es sino un relata de viaje, fragmentado por el recurso a
métodos diversos (historicos, semioticos, psicoanaliticos) cuya maquina-
ria permite definir sucesivamente "objeto s" accesibles en una realidad
Una manera de proceder
inaccesible. Como el cuadro del Bosco que la introduce, esta realidad
desbarata final mente a toda investigacion. La domina con una especie de
risa. Ése seria el "sentid o" de esta historia: el secreta que este libro, como Al hablar de "noche s", los textos nos remiten a una situacion general,
el guardian de Kafka, defiende sin poseerlo. pero también a modos de vivirla como problema existencial. Son relatas
de "pasion es" de y en la historia. Rela~iv~s a ~erdad~s ~~e se escabullen,
a autoridades cada vez mas opacas, a mstttuctones dtvtdtdas o enfermas,
las mfsticas definen no tanta conocimientos, topografias e instancias
2. Una formacion historica ~omplementarias o sustitutivas sino mas bien un tratamiento ?,ïstint~ de la
tradicion cristiana. Acusadas (con razon) de ser "noved ades , sumtsas Y
La mistica de los siglos XVI y XVII prolifera alrededor de una pérdida, es "ligada s" a las circunstancias, pero f~n?adas sobre la fee~, un _c~~ienzo
que debe ocurrir en el presente, las mtsttcas establecen un esttlo que s~
una figura historica de ella, vuelve legible una ausencia que multiplica las
figuras del deseo. En el umbral de la modernidad, se sefialan un fin y un articula en practic as que definen un modus /oquendi ylo u~ modus agendz
principio un punta de partida -. Esta literatura ofrece caminos a ~uien (dos expresiones axiales alrededor de las cuales se orgamz a esta prod~c­
"pide una indicacion para perders e" y busca "como no regresa r". 1 Por cion). Lo esencial, pues, no es un cuerpo de doctrinas (és~e sera mas. bten
los caminos o las vias de que hablan tantos textos mfsticos, transita el cl efecto de esas practicas y sobre todo el producto de mterpretacto~es
viajero itinerante, Wandersmann. 13 tcologicas posteriores), sino la fundacion de un campo d~nde ~~ desphe-
gan procedimientos especfficos: un espacio y unos dzsposztzvos. Los
Pero asf como se refiere a "vagabu ndeos" inaugurales, esta
mfstica se refiere también a la historia colectiva de un paso. Aparece en teoricos de esta literatura colocan en el corazon de los debates que los
la puesta del Sol para anunciar un dia que no conocer ajamas. Desaparece oponen a los "teolog os" o "exami nadores ", ya sean las "frases mfstica s"
antes de la mafiana, "la derrota de los mistico s" coïncide con el momen to (''mane ras de expresion ", "giros" del lenguaje, modos _de "manipul~~"
en que surge el siglo de las Luces. La ambicion de una radicalidad las palabras), 14 o también "max_imas" (regl,as. de pensam~ento ode ~~eton
cristiana se dibuja sobre un fonda de decadencia ode "corrup cion", en el propias de los "santos ", es dectr, de los mtsttcos). La remterpretacton d_e
interior de un universo que se deshace y que es necesario reparar. La la tradicion tiene coma caracteristica un conjunto de procesos que permt-
mfstica repite en la experiencia biografica todo el vocabulario de la Reforma ten tratar de otra manera allengu aje -a todo ellengu aje contemporaneo,
y no solamen te a la region que delimita en él un saber teologico
eclesial: la division, las heridas, la enfermedad, la mentira, la desolacion, o un
etc. Los cuerpos individuales narran la historia de las instituciones del cuerpo patrfstico y escritu rfstico- . Son maneras de actuar que van orga-
sentido. El fin de un munda es postulado por todas las poéticas espiritua- nizando la invencion de un cuerpo mistico.
les. Sus trayectorias luminosas y arriesgadas marcan con sus trazos una Por una parte, el trabajo de ir mas alla se apoya sobre una
noche de la cual las saco posteriormente una piedad coleccionista de tradicion deteriorada y vuelta opaca por el tiempo. Por otra parte, de un
cosmos de mensajes (ode "mister ios") que de ben escucharse, se pasa a
''hi• La burbuja de los enamorados, extraida del Jardin del Bosco, representa este "retira" de la palabra practicas transversas que marcan en el lenguaje el t~ansito indefinido _de
en un espacio de ticci6n, anâlogo al que arregla la escena psicoanalitica: monasterio escrituras. Estos dos rasgos especifican ya la moderntdad de las formacto-
o "globo" de
sujetos hab! antes. Cjr. la reproducci6n. al principio de este volumen. nes que han sido, durante dos siglos, producidas y teorizad,as coma
12
Marguerite Duras, !ndia Song, Paris, Gallimard, 1973, p. 25 y Le Vice-consu
l, Paris, Gallimard, "mfstic as". Indican asimismo una manera de entrar, hoy en dta, en los
1966, p. 9, acerca de la mendiga que va tinalmente hacia el Ganges, "donde
encuentra el modo de
perderse" (Le Vice-consul, p. 181). "A. Furetière, Dictionnaire universel, 1690. En Pascal se encuentra la misma
13
Tai es el titulo que se dio en 1675 a los Aphorismes spirituels et sentences rimées focalizaci6n acerca de
de Angelus Silesius "la manera de escribir" y, en un campo 16gico, acerca de "las maneras de
(1657): a la vez "peregrino " (trad. E. Susini), "errante" (trad. R. Munier) y sobre tratar las cosas" o "las
todo "caminant e". proposicio nes"

24
25
textos antiguos y de descubrir el movimiento que realizan sus escrituras
l Jna nucva "torma '' cpistemol6gica aparece, en efecto, en el
en el cuadro escénico impuesto por la nueva problematica.
11111hral de la modernidad, con los textos que se dan el titulo de "mistic os"
Finalmente, hay una cuesti6n previa. Detras de los docume ntas
v ~c contradistinguen, por Jo tanto, de otros textos, contem poraneo s o
que han llegado hasta nosotros wodem os suponer que se hall a un referen-
pnsados (tratados teo16gicos, coment arios de la Escritura, etc.). Desde ese
te estable (una "experi encia" o una "realida d" fundamental) que permita
punto de vista, el problem a no consiste en saber si un tratado exegétic o de
seleccio nar los textos segun dependan o no de él? Todos estos discursos
( Îl'l.').!.Orio de Nissa proviene de la misma experiencia que un discurso mas
nos narran, en efecto, una pasi6n de Jo que es, 15 del mundo tai como "se
tmdc intitulado "mistic o", o si ambos se construyen con procedimientos
le encuent ra", ode la cosa misma (das Ding) -en resumen una pasi6n de
t'l·tùricos parcialmente analogos, sino en determinar Jo que ocurre en el
loque se autoriza a si mismo y no depende de ninguna garantia extem a-.
l'lllllpo que se adjudica un nombre propio ("mistic o") y donde se efectua un
Son playas abiertas al mar que viene, tratan de perderse en Io que
trah:~jo sometido a un conjunto adecuado de reglas. Un corpus
muestran, como los paisajes de Turner que son desdibujados por el aire y puede ser
ronsiderado como el efecto de la relaci6n entre un nombre (que simboliza la
la luz. Bajo la forma del do lor, del gozo ode un "dejar ser" (lagela zenheit
l' in.:unscripci6n de un espacio) y reglas (que especifi
de Eckhart), un ab-soluto (un desligado) habita en el suplicio, el éxtasis o can un a producci6n), aun
l'llando, como ocurre en muchos otros casos, el nombre sea utilizado también
el sacri-ficio del lenguaje que indefinidamente no puede decirlo sino
para incluir formaciones anteriores o diferentes en la unidad que él ais la (en
borrandose. Este absoluto no tiene deudas con ellengu aje al que habita,
l'l siglo XVI o en el XVII, se llamarâ "mistic os" a discursos preexistentes y se
esta comple tamente libre de elias. Pero (.qué nombre o qué identidad
li umara asi un a tradici6n misti ca), y aun cuando las reglas de la construcci6n
podemo s dar a esta "cosa", independientemente del trabajo, cada vez
"mistica " organicen textos mucho antes de dar lugar a una combinaci6n
local, de dejarla venir? El Otro que organiza al texto no esta fuera del
propia (se observa, en efecto, que procedimientos calificados como "misti-
texto. No es el objeto (imaginario) que se distingue del movimiento por el
l'Os" en la época moderna se encuentran bajo otros titulos en documentas
cual eso (Es) se traza. Localizarlo aparte, aislarlo de los textos que se
nntcriores o contemporaneos). Al principio del anal isis se encuentra, pues, el
agotan al decirlo, es exorcizarlo al proveerlo de un lugar y de un nombre
nislamiento de una unidad "mistic a" en el sistema de diferenciaci6n de
propios, es identifi carlo con un resto dejado por raciona lidades
discursos que introduce un nuevo espacio del saber. 18 Una forma de practicar
constit uidas, o es transformar en una representaci6ti religiosa particular
dl' otra manera el lengu~e recibido se objetiviza en un conjunto de delimi-
(excluid a a su vez de los campos cientificos o fetichizada como sustituto
lnciones y de procesos.
de una carencia) la cuesti6n que aparece bajo la figura del limite; 16 es
Podriamos preguntarnos, en verdad, qué clase de contaminaciones
postular detras de los docume ntas un no sé qué indecible, adaptable a
de disciplinas, a partir del siglo XIII, volvieron posible la configuraci6n en la
todos los fines, "noche en la que todos los gatos son pardos" .
que la mistica recibe su forma propia; y qué clase de desplazamientos, a partir
V ale mas, pues, mantenernos provisionalmente en Jo que pasa en los
textos en los que "mistic o" figura como el indicativo de su condici6n, sin dar del fin del siglo XVII, provoc6 la distribuci6n de la mistica en otras unidades.
de antemano una definici6n (ideo16gica o imaginaria) de Jo que inscribe ahi Tcndriamos que remontamos hasta los instauradores, el Maestro Eckhart
el trabajo escrituristico. Loque en primer lugar se po ne en tel a de juicio es la ( 1260-1327) y, medio siglo mas temprano, 19 Hadewijch de Amberes, para
formalidad del discurso y un trazar (un caminar, Wandem) de la escritura: la poder captar la constitu ci6n progres iva de una formali dad mfstica; o
primeracircunscribe un lugar, el segundo muestra un "estilo" o un "paso" , en scguir, a partir de Madam e Guyon (1648-1 717), Fenelon (1651-1 715),
el sentido en que, segun Virgilio, "la diosa se reconoce por sus pasos". 17 <iichtel (1638-1 710) o Arnold (1666-1 714), las·etap as que seiialan un

15 " El aislamiento de esta verdad aparece ya de un modo lingUistico con la mutaci6n


Cfr. Ludwig Wittgenstein, Tracta/us logico-phi/osophicus, 6.44: "Nicht wie que hace pasar la
die Welt ist, ist das palabra "mistica" de la condici6n de adjetivo a la de sustantivo. Cfr. irifra,
Mystische, sondern dass sie ist"; seglin la trad. de Pierre Klossowski, Paris, cap. 3, y las notas de
Gallimard, col. Idées, ( iotthold MUller, "Ueber den Begriff der Mystik" en Neue Zeilschrif tf System.
1972, p. 173: "Loque es mfstico no es c6mo es el mundo, sino simplemente Theologie, t. 13, 1971,
16 es". pp. 88-98. Es preciso aclarar que, en el vocabulario del tiempo, "mistica" designa
Cfr. Wittgenstein, Notebooks 1914-1916, New York, Harper Torchbooks, 1969 esencialmente un
(25.5.1915): "La tratamiento dellenguaje; en cambio "espiritua lidad" remite a la experiencia.
tendencia( Trieb) hacia lo mistico proviene de la no satisfacci6n ( Unbefriedigtheit) Cfr. a los dos grandes
de nuestros deseos intérpretes: M. Sandaeus, Pro Theologia mystica davis, Colonia, 1640, Dedicatori
por la ciencia. Sentimos que aun cuando todas las cuestiones cientificas a, y Honoré de
posibles hubieran sido Sainte-Marie, Tradition des Péres et des Auteurs ecclésiastiques sur la contempla
resueltas, nues/ra problema no se habria tocado para nada." tion, t. 2, Paris,
17 1708, p. 601 ss
Virgilio, Eneida, 1, 405: "Vera incessu patuit dea." Es el momento de la parti
da: reconocemos a la
diosa cuando se va. ''' Cfr. la aclaraci6n de [Dom Porion] sobre la dataci6n de los Poemas, en Hadewijch
D'Anvers, Écrits
mystiques, Paris, Seuil, 1954, pp. 26-29.

26
27
transito hacia otros géneros (filos6ficos, psicol6gicos o pietistas). Hemos urticulacion de lo ideologico en lo social, y la visibilidad de un proceso
preferido instalamos en primer lugar en el centro de ese campo de m6viles 111cdiantc cl cual se establece un cuerpo social. Es claro que, bajo ese doble
fronteras hist6ricas y de considerarlo en el momento de su mas grande uspccto, se presentan también otras dos cuestiones subsiguientes pero
formalizaci6n y de su fin --desde Teresa de AvilahastaAngel Silesio-. Los rapilales: la modalidad del progreso (z,lo colocaremos del lado "heréti-
modos de funcionamiento pueden leerse mejor ahf, y se determina mejor un l'n"?) en relaci6n con un sistema establecido, y el papel del intelectual (se
lugar, loque vuelve posible enseguida una historia regresiva de su formaci6n trala de heresiarcas y de innovaciones teologicas o filos6ficas) dentro de
y un estudio de sus vicisitudes posteriores. 1111a dinamica social.
Enfocar asf los procesos, "interpretar" en el sentido musical del Esta investigaci6n no ha convertido la herejfa en un objeto aislable
término esta escritura mfstica como si fuera otra enunciaci6n, es conside-
\ cstable a través de los tiempos. Por el contrario, al recorrer las épocas y las
rarla como un pasado del que estamos separados, y no suponer que nos
encontramos en el mismo lugar que ella; es tratar de practicar, por nuestra H:giones en que se producen estas manifestaciones -las herejias, por su-
parte, el movimiento, volver a pasar, aunque de lejos, sobre las huellas de pucsto, pero también las sectas, 21 las marginalidades espirituales, 22 y aun las
un trabajo, y no identificar con un objeto del saber a esta cosa que, al l'XCiusiones colectivas que se dirigen a los pobres y a los vagabundos, a los
21
pasar, transform6 las grafias en jeroglificos. Es quedamos en el interior locos, a las minorias culturales 0 étnicas-, 24 el analisis fragmenta a la
de una experiencia escrituristica y conservar esa especie de pudor ql!e unagen que lo ha causado. 25 Pero también descubre en la insuperable diver-
respeta las distancias. Estos recorridos por las orillas textuales de la ,,idad intelectual y social de las herejfas la repetici6n del gesto de excluir. Lo
mfstica, nos muestran ya caminos para perdemos (aun cuando solamente "mismo" es una forma hist6rica, una practica de la dicotomfa, y no un
perdamos un saber). Tai vez su murmullo nos conduzca hada la ciudad ('(11//enido homogéneo (que es a su vez religioso -una doctrina-, social
convertida en mar. Una literatura volveria perceptible asf algo de lo que
-una desviaci6n- o econ6mico -la ociosidad-). Lo excluido siempre se
la construye: el poder de hacernos partir.
relie re a loque sirve o a loque obliga a vol ver a definir. El conjlicto se articula
sobre la representaci6n social que él vuelve posible y que organiza. Este
proceso hist6rico nos muestra c6mo una division social y una producci6n
Una redistribuci6n del espacio. De la herejia al "Refugio"
ith:o16gica se determinan reciprocamente y nos lleva a interrogamos ya sobre
cl funcionamiento del corte que permite la instauraci6n de la ortodoxia (ode
Durante muchos afios, 20 la herejfa ocup6 un lugar estratégico en el anal isis
la representaci6n) propia de un grupo, ya sobre el conocimiento de una
del cristianismo, hasta que, hace muy poco tiempo, ese tema socioideol6-
gico fue poco a poco reemplazado por el estudio de la familia y de las ., C[r. la sintesis de Jean Séguy, "Los no-conformismos religiosos de Occidente", en H.-C. Puech
estructuras de parentesco -intluencia de la etnologia y del psicoanalisis (l'd), Histoire des religions, Paris, Pléiade. t. 2. 1972, pp. 1268-1293 (sobre la época maderna).
en el campo de una historia econ6mica y social-. '.' kan-Claude Schmitt demuestra c6mo el funcionamiento social y lingüistico de la acusaci6n de
Si la herejia ha sido y permanece todavfa como un punto decisivo, licrcjia contra un movimiento espiritual cambia en dos siglos: Mort d'une hérésie. L'Église et les
,)ercsface au~ béguines et aux béghards du Rhin supérieur du XIV au Xv' siècle, Paris y La Haya,
no es solamente por efecto del privilegia concedido desde hace tiempo al
Mouton, 1978. Comparese con la crisis quietista en el espacio "politico" del fin del siglo xvu: J. Le
antidogmatismo religioso (o a los movimientos politicos progresis- llrun, La Spiritualité de Bossuet, Paris, Klincksieck, 1972, pp. 439-668.
tas y revolucionarios) o a lugares hist6ricos mas cercanos al papel que ''De 1 Histoire de lafolie à 1'âge classique, Paris, Plon, 1963 a Surveiller et punir, Paris, Gallimard,
se atribuia una intelligentsia universitaria. Permanece por razones que se 1975, Michel Foucault proporcion6 a la historiografîa instrumentas conceptuales para analizar los
acercan mas a la naturaleza del trabajo hist6rico. La herejia presenta, en procesos intelectuales y sociales de la exclusion.
"Entre numerosos estudios, senalemos ante todo a Jean Séguy, "Posibilitat e Problèmas d'una istoria
efecto, la legibilidad doctrinal de un conjlicto social y la forma binaria
rcligiosa occitania", en Annales de 1'/EO. 4a. serie, num. 1, otoilo 1965, pp. 5-26; Robert Lafont,
del modo como una sociedad se define al exclu ir aquello con loque hace Renaissance du Sud. Essai sur la li/lé rature occitane au lemps de Henri IV, Paris, Gallimard, 1970, y
su otro (una forma de la que la mfstica recibe primero su estructura U Sud et le Nord, Toulouse, Privat, 1971. Podemos citar también la co1ecci6n publicada por Daniel
binaria, al oponer un "interior" a un "exterior"). La he rej ia ofrece un a Fabre y Jacques Lacroix, Communautés du Sud. Contribution à l'anthropologie des co/leclivités
rurales occitanes, Paris, IJGE, col. 10-18, 1975, 2 vol., por su calidad metodo16gica pero donde los
20
A partir de Jacques Le GoiT(ed.), Hérésies et sociétés dans 1'Europe pré industrielle, ){/-xvflf siècle, problemas religiosos s6Jo son tratados indirectamente.
Paris y La Haya, Mouton, 1968. C'jr. Sh. Shavar, J. Mundy, H. Taviani, M.-D. Chenu, J. Séguy, P. "Cfr. ya a Georges Duby 'obre esta "hidra" que es la herejia, y sobre su "transformaci6n radical" entre
V eyne, "Hérésie et champ religieux" en Annales ESC, t. 29. 1974, pp. 1185-1305. la Edad Media y los tiempos modernos, en J. Le Goff (ed.), Hérésies et societés, op. cil. pp. 397-398.

28 29
sociedad particular que nos dan el lugar, el modo y el sujeto de la division lnvorccc, controla o excomulga. Esta estructura sc rcpite en los "parti-
-pasiva (ser separado) o activa (separarse)- que ella misma padece. dos" intcriorcs de las iglesias. La reivindicacion "universal" de cada
La historia de los siglos XVI y XVII nos presenta una multiplicacion j.l,rupo rcligioso, exacerbada por la division, tiende a recurrir al poder real
increible de ese tipo de divisiones en el campo de la expresion religiosa. La romo al unico poder global, a convertirlo en el criterio o en el obstaculo
herejia prolifera. Tres rupturas fundamentales nos pueden servir de puntos de 1k la verdad, a pensarse, en pro o en contra de él, en los términos que
referencia: la que, a partir del siglo xv separa cada vez mas a los "letrados" 1111ponc poco a poco la politica absolutista, y por consiguiente a recono-
urbanos de las masas rurales y, por consiguiente, a las practicas intelectuales o l'l'rlc cl papel (positivo o negativo) desempefiado antiguamente por la
teologicas de las practicas populares; la que, en el siglo XVI, divide a la orlodoxia. El padre Daniel, un caso extremo, es verdad, dira pronto que la
catolicidad de acuerdo con la barrera milenaria entre el Norte y el Sur, y crea "historia de un reina ode una nacion tiene como objetivo al principe y al
las mil variantes de oposicion entre las iglesias reformadas y la reforma l'slado; alli se halla el centra hacia donde todo debe tender y al cual todo
27
tridentina; finalmente, la que divide la unidad del universo en "antiguo" y dchc rcferirse". Pascal por su parte habria "sacrificado de buena gana su
"nuevo" mundos y hace actuar unas veces al privilegia espacial del "salvaje" vida" a la educacion del principe, 28 trabajo que consistia en colocar el
americano en re lac ion con la cristiandad que envejece, otras veces al privilegia snhcr y la sabiduria en el centra del orden politico. Por todas partes se
temporal del presente occidental, bastante productivo como para convertir poco 1 polilizan la fidelidad y la disidencia religiosas.
a poco a la tradicion en un "pasado" superado. De hecho, estas divisiones se ;_, "Estabilidad" y/o "estallido"? El anal isis de A. Dupront se
entrecruzan y sus combinaciones redefinen a las "naciones", los partidos, las dl·splcgaba entre esos polos. 29 De hecho se trata de un "estallido" en la
sectas, las disciplinas. La agresividad entre las posiciones amenazadas o , disposicion y la utilizacion de elementos "estables". Es un fenomeno de
amenazadoras creee en la medida en que sufren una reclasificacion general. rciutcrpretacion social. Los comportamientos y los simbolos religiosos se
Este "trabajo" multiforme parece obedecer a un postulado co- imponen todavia a todos, pero cambia su funcionamiento. Los contenidos
mun: el cisma sustituye a la herejia, que se ha vuelto imposible. Hay pcrmanecen, pero sometidos a un tratamiento nuevo que se percibe ya en
"herejia" cuando una posicion mayoritaria tiene el poder de nombrar en lns fragmentaciones causadas por las divisiones y se formulara muy
su propio diseurs a y de exclu ir como marginal a una formacion disidente. , pronto como una gestion politica de las diferencias. 30 Los muebles de la
Una autoridad sirve de marco de referencia al mismo grupo que se separa hcrcncia se redistribuyen en un espacio nuevo, organizado por otra mane-
o que la misma autoridad rechaza. El "cisma", por el contrario, supone l'li de repartirlos y de servirse de ellos. Al acomodar de nuevo los datas, el
dos posiciones de las cuales ninguna puede imponer a la otra la ley de su cisma esboza el gesto politico o cientifico de reclasificar y de manipular.
razon o la de su fuerza. Y a no se trata de un a ortodoxia frente a un a he rej ia, 1-:s un trabajo que se realiza sobre la forma social -diferente y comple-
sino de iglesias diferentes. Asi es la situacion en el siglo XVII. Los mcntario de la evolucion que, en otros casos, cambia los contenidos pero
conflictos ponen en te la de juicio a formaciones heteronomas. Este "esta- sin modificar la forma social en la que se suceden rellenos ideologicos
llido fatal de la antigua religion de la unidad" hace recaer progresivamen- • 31
11cterogeneos-.
te en el Estado la capacidad de ser para nosotros la unidad de referencia.
Una unidad que se desarrolla bajo la forma de la inclusion, valiéndose de 11
1/istoire de France, ed. 1713, t. 1, Pref~cio, p. XXIII, citado por Michel Tyvaert, "L'image du Roi:
un juego sut il de jerarquizaciones y de arbitrajes, y cuya estructura es mas kl(ilimilé et moralité royales dans les Histoires de France au xvu' siècle", en Revue d'histoire
bien de tipo ternario (los tres "estados", etcétera). moderne et contemporaine, t. 21, 1974, p. 521.
Creencias y practicas se enfrentan en Jo sucesivo en el interior de " Blaise Pascal, Oeuvres complètes, Paris, Hachette, col. Grands écrivains de France, t. 9, p. 369.
,., A. Dupronl, op. cit. por una parte, "solidez religiosa" (p. 492), "estabilidad religiosa" (p. 493), cfr.
un espacio politico, organizado, es verdad, todavia segun un modela
pp. 496, 507, etc.; por otra parte, "fragmentaci6n" (p. 538), "laicizaci6n", "dicotomismo ... entre
religioso alrededor del rey, ese "obispo del exterior", que tiene por religion y Estado'' (p. 545), etc.
obligacion asegurar "un orden determinado en el ejercicio de religiones '" 1-:1 "cisma'' licne como corolarios, en tiempos ·de Richelieu, una autonomizaci6n (o "seculariza-
diferentes". 26 Cada lglesia se asemeja a un "partido". Su ambicion sigue cl<'ln ")del pensamiento politico con las teorias sobre la "raz6n de Estado". Cfr. Étienne Thuau, Raison
d i·tat et pensée politique à 1'époque de Richelieu, Paris, A. Colin, 1966; Friedrich Meinecke, L'Idée
siendo totalizadora, conforme al modela de una verdad universal y con-
dt• Raison d'État dans 1'histoire des Temps modernes, trad. M. Chevallier, Ginebra, Droz, 1973.
quistadora, pero de hecho depende de las relaciones con un Estado que '' Maurice Agulhon, Pénitents et francs-maçons de l'ancienne Provence, Paris, Fayard, 1968,
dcmostr6 la estabilidad de una forma provenzal de sociabilidad a través de la sucesi6n de contenidos
26
Alphonse Dupront, "Vie et création religieuses dans la France moderne ( x1v'-xvm' siècle)", en M. 1dcol6gicos: cristianos en el siglo XVI (cofradias de penitentes), francmasones en el xvm, politicos
François (ed.), La France et les Français, Paris, Pléiade, 1972, pp. 538 y 557-559. durante la Revoluci6n (las sociedades populares de 1792) o en el siglo XIX.

30 31
Las divisiones se convierten en operaciones clasificadoras y ma- pulitico y espiritual de la gracia desemboca con Bérulle e~ la ut?p.ia d ~
'"'" jcrarqufa eclesiâstica que articula los secreta~ de la v1d~ m1~t1~a; 1
nipulado ras que redistribuyen los elementos tradicionales y que daran
lugar, mas tarde, a las "figuras " te6ricas que explicitan sus principios. 32
l'l'l'Il esta reconcili aci6n te6rica de u~ or?en soc.•al con
Detras de las conducta s o de las convicciones religiosas, se crea la 1~ mte~1~n~ad
rspiritual se ve quebrant ada por la h1stona efectzva. F~~c1onara u.n~ca-
posibilidad de hacer otra cosa con elias y de utilizarlas en el servicio de
1ucnlc en el interior de grupos secretas (coma la Compam a del Sa~tlsJ~o
estrategi as diferentes -posibil idad cuyo equivalente se encuentr a en la
Sm.:ramento ), en el "Refugi a" de Port-Royal o, mas tarde, en e~ mten~r
misma época, en los campos mas manejab les de la escritur a ode
de los seminarios de Saint-Sulpice, de acuerdo con un modela s•stemat•-
1a estética, con el arte (barroco o ret6rico) de tratar y desplaza r image-
1ndo originalm ente por la voluntad, calvinista, de instaurar una s?ciedad
nes o lugares comunes para obtener efectos nuevos. Dificil y violenta, el
rl'limnada (una historia y una localizaci6n de la verdad) a partir de la
reacomo do del espacio religioso en iglesias o en "partido s" no es acom-
l·:~crilura. 15 La definici6n de Jo qlle es la Escritura, varia. Pero los que se
pafiado unicamente por una gestion politica de las diferencias. Cada uno
mulliplican son los microcosmos· cristianos, "retiras" en Francia, "reduccio-
de los grupos nuevos manipula las costumbres y las creencias, efectua
lll's" en el Nuevo Mundo. 36 Port-Royal es el casa mas célebre.
para su provecho una reinterpretaci6n practica de situaciones organiza das . ..
El gesto de "hacer un retira", o de "retirars e" es el md1c10
anteriorm ente segun otras determin aciones, produce su unidad a partir de
universal de la tendenci a que opone, a la necesaria "docilid ad" o a las
los datas tradicionales, y se procura los medios intelectuales y politicos
"compla cencias" de las instituciones religiosas ligadas al Estado, el
que aseguran una reutilizaci6n o una "correcc i6n" de pensami entos y
l'l'corte de un lugar. Entre los reformistas, esta clausura es a la vez la
conductas. Mediant e el control, la unificaci6n y la difusi6n catequéticas,
l'Dnsccuencia de la politizaci6n triunfante a partir de 1640 y la condici6n
la doctrina se convierte en un instrumenta que permite la fabricaci6n de
de posibilidad de un "establec imiento" de la fe. De~ne una "polft.ica_" del
cuerpos sociales, su defensa o su extension. La obligaci6n de educar y la
scntido. La vida regular, las congregaciones religwsas, las asocJaclones
preocupaci6n por los métodos caracterizan la actividad de los "partido s"
de laicos, la pastoral de los sacramentos, las misiones populares obedecen
religiosos y de todas las nuevas congregaciones, cada vez mas conform es
con el modela impuesto por el Estado. "Reform ar" es volver a hacer las Iodas a la necesidad primordial de un corte que organice (seglin el modela
formas. Al dedicarse a la elaboraci6n de técnicas transformadoras, este de una "salida" de muras, de una selecci6n social, del secreta, etc. ) la
esta re d'Jstn-
.
'
1.: ircunscripci6n de un campo para las practicas propias. 37 De
trabajo trae también con si go, sin duda alguna, coma efecto el ocultamien-
to de las continuid ades que resisten a las operaciones reformadoras, y huci6n del espacio por y para las nuevas practicas, los grupos Y los
después de un tiempo de manifestaciones masivas y de represiones bruta- discursos "mfstico s" presentan una variante que pane simultâneamente en
les ( quemas de brujas, levantamientos de campesinos, etc. ), las continui- ' 1 Jlcribcrt Baste! (Der Kardinal Pierre de Bérulle ais Spiritual
des Franz6sischen Karmels, Viena,
dades se vuelven cada vez mas inaccesibles en el tejido cada vez mas Wiener Dom Verlag, 1974) dcmucstra, a prop6sito de su pape! en el Carmelo, cômo Bérulle
apoyaba
denso de las instituciones pedag6gicas. lu "teologia misti ca" en la "jerarquia eclesiastica " y la gracia interior en un orden social.
Ysa.cra,mcn-
Finalme nte, ellugar que antafio ocupaba la herejfa frente a una Iul 1,cszek Kolakowski se cquivoca cuando coloca a Bérulle entre los cristianos sm lglesw
(Chretiens
ortodoxi a religiosa, lo ocupa en Jo sucesivo una ortodoxi a religiosa que ,ans loglise, Paris, Gallimard, 1969, pp. 349-435).
"f'{r. M. de Cerleau, L'Invention du quotidien, Paris, UGE, col. 10/18, 1980, t. 1, pp.
se distingu e de una ortodoxi a politica. Una fidelidad profética se 234-242:
"f'crire.Une pratique mythique moderne". . .
organiza como una minorfa en el Estado seculariz ado. Se constituy e en "'A prop6sito de Jas "reduccione s" jesuiticas del Paraguay, que proyectan en una ti erra
extranJera el
un "Refugi o". 33 La ambicion postride ntina de rehacer un "munda " niOdclo ut6pico de una "ciudad'' cristiana, cfr. Luiz Felipe Baêta Neves .Flores, 0
C~mbate d~s
Su/dadas de Cristo na Terra dos Papagaios, tesis roneo!., Rio, Museu Nacional, 1974.
Pedagogia
12 mstitucional ", di ce precisamente el autor, que tiene como condiciôn el corte instaurador
Evoluci6n comparable a la que analizaba Pierre Francastel, La Figure et le lieu, Paris, de un lugar
Gallimard, "cscolar" que abarca toda la existencia de los "educados" . Ya se encuentra el mismo
1967: en e! arte del Quattrocento, una distribuci6n diferente de los elementos tigurativos pr?yecto
recibidos de protector y educador de los indios en Bartolomé de Las Casas (1474-1566);
la tradici6n rcligiosa introducc un nuevo fLmcionamiento del cuadro o del "lugar". desde
antes que
c[r-Marcel Bataillon Y
André Saint-Lu, Las Casas et la défense des Indiens, Paris, Julliard, col. Archives, 1971;
Botticelli y Mantegna dieran a esta revoluci6n estética sus "figuras·· propias. Las Casas,
11 /'rès brève relation sur la destruction des Indes, trad. J. Garavito, Paris YLa Haya, Mouton,
Cfr. la tesis, esperada. de M. Beugnot (Universidad de Montréal) sobre el "refugio" y el 1974; P.
"retiro'' André-Vincent, Las Ca:;as, apôtre des Indiens, ed. de la Nouvelle Aurore, 1975.
en el siglo XVII -un movimiento que presentan todas las comgregaciones religiosas, .
incluidos los 17 El discurso se
organiza por esta prâctica del corte. Cfr. sobre el "discurso de la profecia", Daniel
jesuitas (después de un primer tiempo de expansion, establecen la "residencia ". la
clausura y las Vidal, L'Ablatif absolu, théorie du prophétisme: le discours camisard en Europe (/706-1713)
practicas "internas" de la Ordcn como condici6n de la actividad exterior); cfr. infra, pp. , Paris,
294-297.
Anthropos, 1977.

32
33
40
fi . , .
tel a de juicio la autonomizaci6n de un de poca utilidad y de un servicio social muy reducido ", o bien, un poco
una econom fa sociocultural a otra. a nueva Jgura hJstonc a y el paso de
jll'lïl
1tntcs en el mismo siglo, a los fracasos de los Ligueras comprometidos (como
lo~ de Acarie) o a los de los emigrados (camo el inglés Benito
de Canfield).
1· ~tas mismas fi liacione s, con excepci6 n de los parlame ntarios, se encuentran
41
La tradici6n humillada tnmhién entre los ermitafio s. Dejando a un lado a algunos misticos situados
42
l'Il los caminos de la prosperidad (camo el intenden te René d' Agenson ), el
44
111nyor numero de ellos, hasta Marguerite Marie Alacoque, se encuentra en
43
La literatura mistica compet e ante toda ·.
madern a tiene sus lugares· re ione a u~a top~graf ia. En la Europa
h1s ambientes o en los "partido s" en retirada. Los reflujos parecen descubrir
formas de trabajo· mas au~ p; Ï S? cateâon as SOCiales, tipos de grupos, lns playas donde aparece la mfstica.
el dinero (mendi~idad b•'e lVI e~Ja mo os concret os de relacion es con
· · En la Espafia del siglo XVI, Teresa de Avila pertene ce a una
. ' nes ra1ees comuni t anos, co~erc10, etc.), la. 45
sexualld ad (celibat o viudez etc ltùlalguia privada de cargos y de bienes; Juan de la Cruz, enferme ra en
1
chores, respons abilidad es ec'l . ) / e po1er. (compro mJsos con bienhe- los hospitales de Salaman ca, a una aristocracia arruinad a y venida a
etc.).Co nviene en un principi~s;:e•cas~ re aciOn~s familiares y politica s, lllCIIOS, etc. Pero mas que las jerarqui zacione s sociales, cuentan las discri-
gun arnos 9ue constan tes se destaca n
entre los datas proporc ionados 1?s trabaJos que salen de un suefio lllinaciones étnicas relativas a la raza. * Ahora bien, cercana s a la tradici6 n
6rico" 18 De todo t por
"anhist uwrrana, la de las gespaltete Seelen (J. A. Van Praag), porque son unas
a-~ lugar que ;cupan los ~~sfs~i~~t:ndre ~lgunos. elementos que se refieren , nlmas divididas, unas vidas aisladas p0r la necesidad de una interioridad
situacio nes sociales. ' Y mas precJsamente a sus orfgenes y "alumb rados"
o~:ulta, se encuent ran masivam ente entre los espiritu ales
En los siglos XVI y XVII los mf f los "cristia nos nuevos" , cuyo rostro de "conve rsa" sigue siendo para los
en region es y en categor•'as q ue su1ren , c: ds •cos ~e encuentran con, frecuenc
.
ia
o excluido ; entre el los se present anlas
epres 1o · l'ontemporaneos la mascara deljudf
no son favorec idas por los camb· nes socJoeconomJcas, que , los Ortiz, Bernard ino Tovar,
figuras mas notables: Melcho r, los Cazalla
o arruinadas por las guerras. Este~~~ y se v~n ~argina das por el progres o
pobrec•m•ento desarroi la la memori a Pedro Ruiz de Alcaraz, san Pedro Regalado, etc., y multitud de beatas.*
de un pasado perd•'do C onserva 1os modelas
. . d .
'p_ero pnva os de efect1vidad !odos ellos participan de ese "estilo convers (/' (J. H. Silverm an), que
Y disponi bles para "otro mund , 0 .
ode la escritur a lao . _neJ~ta 1lacJa los espacio s de la utopfa, hajo la forma de la novela picaresca, de la poesfa ode la espiritualidad,
de la ilusi6n
Jones ante las cuales se cierran las lllquieta a la literatura del siglo de oro con la ironia critica o el lirismo
puertas de las responsabJ'I•'dad s aspl~acies
es soc1a
.. t ·.
A pro ' 't d p
. posJ ? e art-Roy al, L. lnsaciable que Améric o Castro relacion aba con un "semiti smo atormen -
Goldma nn trataba de explica r la alla,
~s~m uaiJdadJansenJsta por la situaci6 n I:Hio". En el cristian ismo manifie stan la experie ncia de un mas
de sus autores tinterill os d s alejados de las
anterior es. 39 El,hech o ( espoJa os p~co ~ yoco de sus atribuci ones pero en el interior de la tradici6n que adoptan. Ne6fito
que no es una expllcaciOn) se observa también en maneras de pensar ode obrar seculare s en el catolici smo espafiol , tendie-
el mismo e . d
a la decade~~~a dee~~r~~~~~~~s~~~~~~cos fran~es.es, ligados por su fam,ilia ron con frecuen cia a librarse del formalismo de la sinagog a y con pocos
Surin o Labadie en G _za provmc Jana del sudoest e (co mo dcseos de caer en el de la lglesia, miembr os de una intelligentsia escritu-
la devalua ci6n d; los "~l.~:~aj;, a al mJsena ?e los hidalgo s campes inos, a
1
ristica a la que seduce la concepc i6n erasmia na de un "cuerpo " evangél i-
te aristocr atico median o rico par -~~~~;tadnos, y sobr~ todo a "un am bien- co y rechaza dos por el racismo doctrinal que subyace a la jerarqui zaci6n
' en VI a 1 a y en necesJdactes espiritu ales, scgun la limpieza de sangre, lectores de una Biblia a la que abordan
Fénelon, Correspon-
. . . .. '"Alphonse Dupront, op. cil., p. 535. El sistema-reconstruido por J. Orcibal (en
"G. S. Scholem criticaba precisamente esta tendencia .. "''mbot1·q 11e
Kabbale el sa ~, dance. Paris, Klincksieck, t. 1, 1973) lo demuestra ampliamen te.
.
Paris, Payot ' 1966' p · 12)·' cfr · de 1 m1smo anhzstonca . .(La
... ·
autor "M · · del siglo
que ''trataria" 1 :d ystlclsmee t socle~e., en Diogène, 58, 1967, pp 11
Jean Sainsaulieu, Les Ermilesfra nçais, Paris, Cerf, 1974, pp. 47-93: entre los anacoretas
3-28. L. Kolakowski afirm6 miembros de la liga.
miStlcos "como manitèstaciones -:v11, la espada supera a la toga. También hay muchos
de los contlictos sociales" (op. cil pp 44-4\)as 1 eas y movlmlentosprom A d
- ·pero no mantuvo su C(r. cl tomo 2 de esta obra. En preparaci6n.
11
· · ·• · . esa. cerca e las relaciones
en t re m1st1ca y sociedad • los traba•ios b. . _.
. " as1cos son: Ernst froelt sc h· D te· SO~tal/ehre n der chris/lichen
11
C(r. inti·a. IV parte.
K trchen und Gruppen, Tübingen, Mohr 3 d , num. 69,
der Spiritualis mus ") e Ivo Hollhube s' a.he .. 1912, (sobre todo las pp. 848-940: "Die Mystik und 11
Jacques Le Brun. "Politique et spiritualité: la dévotion au Sacré-Coeur", en Concilium
r, '{Jrac e Gesel/schafl M . 1·k M · h .
'
.. d )s 1 , unlc -Basllea, Reinhardt, 1963 1971, pp. 25-36.
(cfr. en las pp. 332-333 ' sus tres tesl·s sobre la.. conex1on
,, . ellen · d 1 ·
guaJe, e a soc1edad y de la mistica ") "Cfr. Marie du Saint-Sao:rement, Les Parenls de Sainle Thérèse, Paris, 1914.
Luc1en Goldmann Le Dieu cach. p . G Il' .
' e, arls, a lmard, 1955, sobre todo las pp. 155 y ss. • Fn espai'\ol en el original. N. del T.

34 35
independientem ente de sus preambulos escolasticos o institucionales ' los En Alemania la mistica del siglo XVII cs también el producto de
. .
cnst1anos nuevos introducen en la "letra" eljuego técnico y/o mistico de, hombres provenientes de una nobleza rural empobrecida (Theodor ~on
otro "espfritu". 46
1~chcch, Abraham von Franckenberg, Friedrich von Spee, Catharu_1a
Pro~ ib!dos en ciertas ordenes (en primer lugar ett los jeronimos,· von Cireiffenberg, Johannes Scheffler alias Angel Silesio, y .aun Dame!
en los bened1ctmos, etc.), sospechosos para los dominicos, estos "despre- ( '1.cpko por su medio de trabajo) ode un pequefio ~rtesanad? ur?ano (Jac~b
ciados" llegan aser los grandes espirituales franciscanos (Francisco de' Boehme, Quirinus Kuhlmann, Johann Georg G1chtel, Fnednch Ludw1g
Osuna, Diego de Estella), agustinos (Luis de Leon), jesuitas (Lainez, 1 ( lilllheil, etc.), es decir de los dos grupos menos ~avorecido~8 por el progre~o
Polanco, ~ipalda, etc.), carmelitas hombres y mujeres. El abuelo de, tir las otras categorias (sobre todo de la burgues1a urbana). La_decadenc1a
Teresa de A vila, que habla vuelto al judafsmo de sus antepasados l,acasoi 11t: la nobleza campesina y del artesanado urbano se ve acom~a~ada de una
no se sometio, con sus tres hijos (entre los cuales estaba Alonso, el amado': 11111 yor independencia mas grande ~nt~ las au~ori~ad~s reltgl?s.as, ~ de
padre de Teresa), a la humiliante47ceremonia publica de abjuracion prevista 1111a negacion del orden nuevo. As1m1s~o, S1_Ies!a, t1e~ra pnvlleg1a?a
para los "renegados" (1485)? Un recuerdo de familia, determinante: tic mfsticos (Boehme, Franckenberg, CzepKo, S1les10), asJio de l~s hereJes
1
pero "indecible" como en muchos otros. Desde Juan de Avila (que ' t'xpulsados de Sajona, austriaca desde 1526, es ~n la ~arte onent~l d~l
convierte la universidad de Baeza en asilo de "cristianos nuevos") hasta lmpcrio la provincia a la que la guerra de los Tremta Ano~ maltrato ~as
Molinos, una extraila alianza une la palabra "mistica" con la sangre duramente (60 a 70 por ciento de pérdidas) y a la que agob1an el deteno~o
"impura". El encuentro de dos tradiciones religiosas, una rechazada hasta · Modal de los campesinos, la competencia economica de Polonia y Curland1a
un retiro interior, otra triunfante pero "corrompida", permitio a los cris- · y ln cnajenacion politica de sus derechos bajo Carl~s VI: Sectas, teosofias Y
tianos nuevos ser en gran parte los creadores de un discurso nuevo mlsticas proliferan en ese pais desheredado ~or la h1_stona: .
liberado de la repeticion dogmatica y estructurada, una especie de marra~ · Esta topografia, que no debemos s1stemat1zar 111 gener~hz~;·
49
ya
nismo espiritual que nace de la oposicion entre la pureza del "adentro" y nos indica puntos de inestabilidad notable y formas d~ desaprop1ac10n . En
la mentira del "afuera". Asi como la adopcion masiva de cultura alemana 111111 sociedad en la que es pree iso "favorecer a los panentes en todo lo que
por los judios en el siglo XIX volvio posibles muchas innovaciones ' Ne puede", como escribe Philippe Hurault de Che~e~ny, en la q~e la
50

teoricas y una excepcional productividad intelectual, asi también el auge conservacion del patrimonio familiar exige el domm10 de las pas10nes
mistico de los siglos XVI y XVII es a menudo un efecto de la diferenciacion junto con una gestion eficaz de los bienes, "derogar" signifi~a.degrada­
judfa en el ejercicio de un lenguaje cat61ico. .ci6n y ruina. La regresion social y familiar lesiona un orden v1v1do como
lucha contm una pérdida constante en relaci6n con los origenes. Es
"'Marcel Bataillon. Erasmo y E'spaiia. México. 1966. cap. 4. y sobré todo Antonio Domfnguez Ortiz,
incapaz de proteger la herencia contra el deteriora del tiempo.
Losjudeoconversos en Espaiiay América. Madrid, ISTMO: 1971. pp. 149-166. Cjr. también, del mismo
autor, Las c/ases privilegiadas en la Espaiia del Antigua Rég1tnen. Madrid. ISTMO, 1973, cap. 13, "Las Una tradicion se aleja: se convierte en un pasado. Esto es loque
6rdcncs fèmcninas ".pp. 321-336; la obra de Francisco Cante ra Burgos, Alvar Garcia de Santa Maria, cxperimentan, mas que otros, estos grupos habitados por 1~ cer:eza de
Madrid. 1952. y sus artfculos sobre los "conversos" en Sefarad. 4 ( 1944), pp. 295-348; 27 ( 1967), pp. lJUe se acerca el fin. En sus extremos, oscilan entre el extas1s y la
71-111: 28 ( 1968). pp. 3-39: etc.; Albert A. Sicrotl res Controverses des statuts de pureté de sang en que " pose1an ' '. a f
rcbeli6n -Mysticism and Dissent-. SI Las garant1as ' '
Espagne du .li'. au .\l'Il siècle. Paris. 1960: y el casa curiosa anali=ado par Francisco Vendre// de
lv/illas. "Retrato iron ica de unfimcionario converso · ·. en Sefarad, 28 ( 1968), pp. 40-44. Acerca de
rccibirlas de las generaciones precedentes se desagregan, los deJ~n
los trabajos innovadores y tundamcntalcs. de Américo Ca>tro. (fr. Américo Castro. University of solos sin bienes heredados y sin ninguna seguridad para el porvemr,
California Press. 1976. sobre todo J. Il. Silvcrman. "The Spanish Jcws". pp. 137-165. Es importante rcdudidos a un presente que de ahi en adelante esta ligado con la
tinalmente, desde cl punto de vista del pape) descmpc11ado por la "locura" en una libertad "mfstica"
la comunicaci6n de M. F. Marquez Villanueva ("Locus judfos en la Espaila del siglo xv'', coloqui~ •• Cfr. Friedrich Lütge, Deutsche Sozial -und Wirtschaftsgeschichte, 3a. ed., Be_rlln, _1966; J.B.
de Toronto sobre cl marranismo. 1o. de mayo de 1979) sobre los "bufones de la corte" procedentes Neveux, Vie spirituelle et vie sociale entre Rhin et Baltique au XV!f siècle, Paris, Khncks1eck, 1967,
de ambientes conversos. fabulistas irônicos de una libcrtad en el campo mismo del poder. Acerca de pp. 330-359, 503-523, etc.; y sobre todo Bernard Gorce ix, Flambée et Agonie. Mystiques du xv1f siècle
los "alumbrados". c[r Àlvaro Huerga. flistorta de los alumhrados ( 15ï0-!630). Madrid, Fundaci6n ul/emand, Sisteron, Présence, 1977, pp. 33-36, etcétera.
Universitaria Espaflola. 1978. 2 vols.: y Antonio Marquez. Los alwnbrados. Origenes y filosofia •• lnglaterra, desde este punto de vista, se diferencia del continente.
(1525-1559). Madrid. Taurus. 1980. ~· Cit. en René Pillorget, La Tige et le rameau, Paris, Calmann-Lévy, 1979, p. 108.
"Cfr. Efrén de la Madre de Dios. "Tiernpo y vida de Santa Teresa". en Santa Teresa de Jcsùs. Obras Ste ven E. Ozment, Mysticism and Dissent. Religions ideology and social pr_ot~st in the 16th c~n~?'·
11

completas, Madrid, Bi.C. 1951. t. 1. pp. 162-171. Narciso Alonso Cortés. en Boletin de la Real New Haven (Conn.), 1973, analiza "escritos misticos de protesta contra la cnsttandad establectda , a
Academia de Espafia, 1947; y Gerald Brcnan. St John of the Cross, Cambridge, 1973, pp. 91-95. Jus que Williams clasifica entre los "espiritualistas revolucionarios".

36 37
rnucrte:' El prese~lte ya no ~sel lugar peligroso que una seguridad
1
Ahora bien, los misticos no rechazan las ruinas que los rodean.
porven~r y unos b1enes adqUJridos del pasado permitlan olvidar. Por Nt&llll'dan alli. Van a elias. Gesto simb6lico: Ignacio de Loyola, Teresa
contrano, es el escenario exiguo en el que se representa su fin escrito en dt Avila y muchas otros desearon entrar en una arden "corrompid a", y
hech?s (una ley de la historia) y al que se reduce la posibilidad de nu porque simpatizara n con la decadencia. Pero esos lugares deshe-
com1~n_zo (una fe en un munda diferente). No tienen coma presente si ~ho,, cuasi desheredado s -lugares de abyecci6n, de Jucha (camo
un exll1o. IIIIIV,lllllllente los "desiertos" de donde los monjes salian para combatir
" . ,si los misticos se encierran en el circula de una "nada" que puede 1 Jo., malos espiritus) y no lugares que garanticen una identidad o una
0~1gen , es porque en primer lugar se ven acorralados par una 1111lvm.: iùn- esos lu gares representan la situaci6n efectiva del cristia-
rad1c~,l que toman en s~rio. Esta Jo hacen notar en sus textos no s6.,1o.........
por,,... llllllllo contempora neo. Son los teatros de las Juchas presentes. Camo la
rel,aciOn ~u~ una verdad mnovadora mantiene con el do lor de una pérdida, ·. tl' 11111 del rechazo en Belén, coma Jerusalén destruida par los sig los,
mas ex~~~~~tamente, par las figuras sociales que dominan sus discursos: la 1111lavia indican ellugar exacto donde puede esperarse una instauraci6n
loco, ~el ~mo, del analfabeto, coma si en nuestros dias los héroes ep6nimos JHl''il'llle que sea una restauraci6n , o "padecer" las vicisitudes y los
co~oclmiento fueran los desheredados de nuestra sociedad los ancianos 11ohn:saltos de la historia. Par Jo demas, impuesta por las circunstan-
emigrant es, o " e1tonto del puebla" de quien Simone Weil ' afirma que
' l' lus, pero querida, buscada co mo un a prueba de sinceridad, la solidari-

realme~~e la verdad", ,porq_u~, en lu~ar de Jo~ "talentos" favorecidos par &hul con la miseria hist6rica y colectiva indica el lugarde una "herida"
educ~cion, posee ese gema que no es smo la virtud sobrenatural de inseparable de un malestar social. Aqui, una inteligencia nace al ser
51
humiidad en el te~e~o del ~ensamiento". Para los "espirituales" de los nkanzada. "El desciframie nto de la historia, decia Alberto Béguin, esta
54
XVI y XVII, el n_ac1m_1~nto tiene al humillado par asiento. rrscrvado a algunos seres del dolor".
Esta Situac1o~ se complica con otra que no puede disociarse en 1 A esta experiencia religiosa y social, es precisa afiadir el
cr~y~ntes de ese penodo: la humillaci6n de la tradici6n cristiana. En tuov im iento que con duce a sabios y te61ogos "espirituale s" hacia
cnstiandad rota en pedazos, viven la experiencia de una defecci6n ll'sligos que humillan su competenci a, sirvientas, vaqueras, aldeanos,
tai, la, de las instituciones del sentido. Viven la descomposiCi6n de un co:jm 105 cil:. Estos personajes, reales o ficticios, son coma las peregrinaci ones
Y estan desterrados d~ él. Son expulsados de su pais par la historia que de otra "i lu rn inaci6n ". M ientras que los "eruditos" constituyen los
,,Joies cientificos a partir de los cuales se puede rehacer una escena del
degrada. Sup_er flununa Babylonis: tematica repetida indefinidamente,
lllllndo, estos intelectuales convertidos en "barbaros" dan testimonio del
dolor los habita y no los consuelan las embriagueces de las nuevas am
malcstar de su saber ante la desgracia que afecta a un sistema de
nes. Falta una permanencia referencial. Con la instituci6n, reserva opaca del
rcfcrencias; confiesan tai vez también una traici6n de los letrados.
creer Y del hacer cree~, sus certezas tacitas se derrumban. Buscan un apoyo.
l·:ntran en el pensamient o que consolaba a Ockham: promissum Christi
~ast~ que al fin las mismas Escrituras aparecen tan "corrompida s" coma Jas
1wr parvulos baptizatosp osse salvari." Camo Bérulle que sube al grane-
Igles~as. Unas y otras han sida deterioradas igualmente por el
rn de una sirvienta, esos reyes magos se acercan a los "pequefios" para
O~curece~ la Palabra cuya presencia debian atestiguar. Sin duda alguna
oir loque toda via habla. Su sa ber abandona a las "autoridade s" textuales
senalan s1empre el lugar de ésta, pero bajo la forma de "ruinas" -palabra
para convertirse en la glosa de v aces "salvajes". Produce las innumera-
que aparece con frecuencia en el discurso de los reformistas -. Indican
hles biografias de pobres "muchacha s" ode "iletrados iluminados" que
todavia los _luga~es. don_de se puede esperar ahora un nacimiento de un Dias
constituyen un fonda prolifico de la literatura espiritual del tieinpo. En
que es precis~ distmgUJr de todos sus signas, condenados a la deterioraci6n, particular, los letrados se convierten en los exégetas de los cuerpos
Y qu~ n_o podna ser alcanzado por la usura del tiempo puesto que esta muerto
Nacim1ento Y muerte, he ahi los dos polos de la meditaci6n evangélica. . 11
Louis Massignon hace de esta "solidaridad" entre una miseria social y un "dolor reparador y
"tivadar" la hipotésis central de su estudio sobre Hallâj (La Passion de Husayn Ibn Mansûr Hallâj,
52Q 1
. ue e presente e~té "casado" con la muerte proviene de una experiencia mas amplia que ilustran Paris, Gallimard, 1975, t. 1, pp. 25-28).
la IConografia Y la hteratura de los siglos XVI y XVII · C'r A Tenenti La v1·e et/a mo 1 • 1 [• 11
"La promesa de Cristo puedc salvarse por los parvulos bautizados" (Dialogus, en M. Goldast,
du xv ·· 1 .
. sœc e, Paris, ~· Colm, 1952; M. Vovelle, Mourir
"' · · •
autrefois, Paris,
r a ravers art
Gallimard-Julliard col Monarchia Sancti Romani lmperii, 11, Franckfurt, 1614, p. 506). Acerca de esta posici6n de Ockham,
~rc.hlves, 197~; ~· Anès, Essais sur l'histoire de la mort en Occident, Paris, Seuil, 1975. ' . cfr. F. Rapp, L'Église et/a 'Vie religieuse en Occident à !afin du Moyen Âge, Paris, PUF, 1971, p. 359,
S1mone We1l, Ecnts de Londres et dernières le/Ires, Paris, Gallimard, 1957, p. 31. c Y. Congar, en Dogmengeschichte, Herder, 1971, p. 191.

38 39
femeninos, cuerpos parlantes, Biblias vivientes diseminadas en los cam•
pos o en los mercados, destellos efimeros del Verbo antiguamente enuncia
do por un mundo. Una teologfa humillada, después de haber ejercitado po
mucho tiempo su magistratura, espera y recibe de su otro las certezas qu
se le escapan.

40
Capitulo IV
Maneras de hablar

La ciencia nueva se recorta como un lenguaje, pues es ante todo una


practica de la lengua. En la misma Censura contra la Teologia german ica,
Tomas de Jesus se refiere a las ''phrases", a los ''verba", al "modus
loquendi" que caracterizan a los misticos. Como respuesta a la que tiene
colocada enfrente y de la cual se distingue -la ''teo-logia", discurso
de/sobre Dios-, la mistica es una ''manera de hablar". Esta cuesti6n
centraliza, obsesiona los debates y procesos alrededor de las beguinas y
begardos del norte, o de los "alumbrados" de Espafia: "la manera de comu-
1
nicarse", "el modo de hablar en las cosas espirituales". *El tema reaparece
en todas partes, modalizado de diversas 3maneras: el "decir" de "muchos
misticos"; "loque los misticos llaman" "mysticorum scripta dictaque",
2

"modi loquendi quos mystici ut proprios habent", o "mysticorum loquendi


5
formulae"; "segun lo que ensei'i.an los misticos"; "los
4 término s y las

365-380).
1
Cfr. Luis de LaPuente, Vida del P. B. Alvarez, Madrid, 1615, todoel cap. 33 (cd. 1943, pp.
de La Fuente
Tema de la Jucha contra los alumbrados espaftoles; cfr. los "Memoriales" de Alonso
Madrid, 1978,
( 1575) acerca del "lenguaje espiritual", en Alvaro Huerga, Historia de los alumbrados,
t. 1, pp. 426-433, etc.
• Espaftol en el original. N. del T.
de /'dme
2
Constantin de Barbanson, Les Secrets Sentiers (1623), ed. 1932, p. 313. Cfr. Anatomie
(1635), t. 1, p. 95.
),ed. 1937,
3
Edici6nde 1632de lœOperade Louis de Blois, p. 298. Cfr. L. Chardon,LaCroade.lésus(1641
L. Lallemant, Doctrine spirituelle, ed. 1959, p. 356 ("un estado que
p. 494: "Loque los mfsticos llaman... ";
llaman amor ardientej, p. 357 ("el cuarto grado es llamado por los mfsticos elllbi"&'iam iento de
los mfsticos
Diosj, p. 358 ("el segundo grado que los mfsticos llaman el estado de la divina oscuridadj ; etc.
4
M. Sandaeus, op. cit., dedicatoria y preâmbulos. '
Jerôme de Saint-Joseph, Introduction et Avis général, en Oeuvres de saint Jean de la Croix,
5 1641, p. 21.

139
frases que usan los misticos"·6 "1 .
cos"· 7 "segun 1 t'l d ' o que escnben ...los mas excelentes rn lJIIisiera solamente introducir el anâlisis de algunas de las prâcticas de las
' e es I o e todos los misti s . l(UC esta hecho este nuevo "arte de hablar" y por medio de las cuales la
tautol6gicas, puesto que al decir ''rn, f " cdos ~ etc. Expreswnes
manera general en eti ts I~o ~e. estgna un lenguaje. De lrndici6n medieval tardia de las "maneras de hablar", y particularmente
"iluminados" p~ d ~cto, se emple~ e~pmtuales", "contemplativos"
12
lus "artes de segunda ret6rica", redefinen al discurso "contemplativo".
ra estgnar su expenencm y " , f "
sus discursos. En el primer ' " mts tcos para referirse 1>csde este punta de vista, la mistica es el caballo de Troya de la ret6rica
espiritualidad"( caso, se habla de la contemplaci6n" ode en la ciudad de la ciencia teol6gica.
que no connota todavia la e ·• d
segundo de "la mfstt'ca" 9 El d' . "mtstlco" , xpreswn e al go vivi do); en
. '. · a ~ettvo · · . /. El postulado de una revelacion. Por medio de este postulado, la
genera hterario un "estilo" A- d'd ' en st mtsmo cahfica
localiza el uso que se hac . na I o a 'muerte", a "tinieblas", cpistemologia cristiana manifiesta el conocimiento misti co en ellenguaje.
en "el estado de e de esos nombres en un discurso por eJt::mt:Jit'l Dias ha hablado. "El Verbo se hizo carne". Primera distinci6n hist6rica,
de muerte" w s/;ru~ba/lde pur.ificaci6n que los misticos tiaman en relaci6n con otras configuraciones religiosas. Coma es el caso de una
"Mistico" e~ un "m:d:S ~q~~~?.~ u:"?.r:n~::j~~~o ellos· la en:ueJI1dc~n. tradici6n grecorromana la cual conduce al espiritu hacia el silencio (sigè,
siôpé, hèsychè, etc.), designa como Jo "inefable" no solamente a una
crftica del lenguaje sino a su ausencia, y se va hacia un dios desconocido
(agnostos theos) que hace cailar a todo pensamiento porque esta mas
1. Presupuestos teoricos y practicos 13
alla del ser. En la ontologia plotiniana del Uno, la lengua esta
excluida de la experiencia mistica. El silencio griego atraviesa todavia al
Estas "maneras de hablar" narran la Juch d , . Logos de la Antigüedad cristiana, fascina a la teologia patristica. Fueron
Mas precisamente, son las huellas de a e los mtst.tcos con la lengua. necesarios un tiempo muy largo y una autonomia de la Iglesia para que
que Jacob bendijo y dej6 cerca del y:~~ luc~a, se~eJantes a las piedras tamara forma la paradoja cristiana de una lengua mistica. "Solo en el latin
An~el. Reunidos en una ciencia rn, 9CJ; espues de su lucha ~on. el medieval sera creada una verdadera lengua técnica de la mistica. Ésta, aun
nanos, pero también reco. idos y, lias tarde, ~useogr~fiad.os en dtccto- : cuando toma camo punta de partida algunos términos paleocristianos, sin
memoria incansable que es 1a mis~ fvados ("corn? ctcatnces?) por la
embargo constituye una creaci6n nueva, tipicamente medieval".
14

efectos de operaciones ue Ji an a engua, esos.gt~o~ son ante toda los


cas lingüisticas. Valiénd~me J
lias coyunturas ~Istorrcas con las practi-
En el siglo XVI, las maneras de hablar misticas parecen manifestar la
inestabilidad de este logro medieval. Reintroducen en esta "lengua técnica"
ca de las circunstancias que en~a gunas ol b~ervac.wnes preliminares acer- .
arcan a a mventtva dellenguaje mistico algo del gran Silencio de antafio que regresa con los clâsicos antiguos, o a
6 ' través del Areopagita, o todavia mâs con las tradiciones judias y musulmanas.
7 Diego de Jesus, Notes et remarques ibid p 19 Cji 'b 'd
• Je~ de Saint-Samson, Oeuvres, 16S8, p.-·14.1. . r. 1 1 ., pp. 21, 27, etc. Son aleaciones entre la palabra nueva, evangélica, y el mutismo antigua,
"Surm, Gwde spirituel, vn, cap. 7; ed. 1963, p. 303. solemne camo un origen, del "nada habla". Sin embargo, el postulado de una
Cfr. P. Camus, Théologie mystique 1640 336 34 . revelaci6n si gue presente en la convicci6n de que de be haber un "hablar de
contemplativorum quae dicitur my~tica" 'pp.l 1 - ~·M. Sandaeus: Clavis, 1640, p. 3: 'lheologia
co"_lo "mlstico". Honoré de Sainte-Mari~ ~la e;g~lYe..de l~s que trenen la experiencia se califica
Dias". El modus loquendi es el efecto de la oposici6n entre el retroceso de la
d~s~gnar a los que tienen la "experiencia" y no la ..:. os. ~istrco~ que no son sino espirituales" para confianza otorgada a los discursos y la afirmaci6n te6rica de que la palabra
drstmgue la "espiritualidad" o "experie . " 1 ren~ra (Traduton des Pères ... , 1708, t. 2, p. 601)· no puede faltar. Se desempefia entre. esos dos polos para encontrar, por lo
~bid., pp. 594 y 601). nera y a rectrtud en la "ciencia" o la ensei'ianza "mlstica':
menas, maneras de hablar. Por lo demâs, detrâs de las tâcticas ilocutorias que
"Féne!on, Le Gnostique, ed. Oudon, 1930, p. 254. inventan "palabras para esto", se encuentra, en ultima instancia, el principio
Lessrus venera en Dionisio un "plus q h .
Thomas de Jésus analiza el "modum Jo uad~ um~num loquendr modum" (cit. en DS, t. 3 p 425)
quen 1 mystrcorum"( 't J · ' · · 12
Desde Li Livres dou tresor ( 1260?) de Brunetto Latini el maestro de Dante hasta la sintesis de Pierre
23 4). En su famosa carta del de
8 d • cr ·en · 0 rer bal, La Rencontre 1959 p
ti marzo e 160;, Anne d Jé d' ' ' · Fabri (Le grand et .vray art de pleine rhétorique, 1521 ), toda una tradici6n ret6rica y poética comenta
rancesas, que no entiende su manera de d' ( e_ ~us rce, a prop6sito de las carme litas
hablar: ni siquiera se la puede leer" (en ~~~oce er muy dronrslaca) "como tampoco su manera de las "maneras de hablar". Cfr. Wamer F. Patterson, Three Centuries of French Poe tic Theory, Nueva
1894 MemOires sur la fondat. d C •. York, 1966, t. 1, pp. 3-230.
' t. 2, p. 23). Mas tarde Sandaeus se toma 1 tr b . .lon... es armehtes Déchaussées
de Jesus, de justificarlo; et~. Fénelon habla dee "1 a lU O. de ~re~rs~.r ese "modum loquendi "; Nicola~
13
Cfr. dos libros viejos y hermosos: O. Case!, De Philosophorum graecorum silentio mystico, Giessen,
Chére!, 1915, p. 132) y muchos otros también. enguaje mrstrco (Explication des art. d'Issy; ed. 1919 (sobre todo pp. Ill y ss.), y G. Mensching, Das heilige Schweigen, Giessen, 1926.
'"Christine Mohrmann, Études sur le latin des chrétiens, Roma, 1958, p. 136.

140
141

'

t
de una "concordancia" entre el infmito 'd "("d ' L bmeister'')?'6 Lo importante
y la lengua. En el siglo cr" ) a los "maestro~ ~e ~~ a es
filosofia y las materilâticas, todavfa muy
ligadas entre si, descubrirân te ~odifica la ~râctica misma del
~~ocneralizacion del. bthngü;smo, ~ue
ciones diferentes de este paradigma. dicador~s 0 de bi6grafos que se
Lo bernos vt~!o en e caso ·~~e ar"
Por politico o misionero
2. Operaciones en los fragmentas de
Edad Media se caracteriza por el paso
la unidad perdida. El fin de a habl~~ t~~bten la len!::
ide: ti~a
sea , ese btlmgutsmo rompe 1 . 1 XUId ..Tiene, por lo tanto, también
del latin a las lenguas .,....... 6 ' " " '1 en los sermon es al emanes
ntc anc e met afis ico .. Ya ~n e tfe~gu
y por las transacciones entre las hablas
que a de las beguinas en ellu gar del
y los ambientes, asi como también, muy la division del trabajo Maestqr~i;~~::::n~~r~e ~~~a:para responderles, aun cuan
del siglo XIII, el latin se convierte en
pronto, las naciones . ...,..,.,.u...
una lengua a la vez r.nt,~P.·rvSintll ' , dod:~ s~~~
(cuya evolucion es controlada por una san do en latm en sus tratadbos. Al "desestas dos lenguas correspon .
élite profesional) y técnica entre los cuales se a re e apego" eckhartiano, un silencto
tiene la seguridad y la precision de una . 1
lengua artificial). Llega a ser refl uye sobre ell?s, ~na trascendencta n "morir del
instrumenta de locientifico. Sera mas
exacto decir que lo cientffico iritu ". El distanctamtento que el mae
abso l~~~ ~o~~ :· :an sfo rma en
elabora al exhumar las posibilidades stro dt dos lados bajo formas
logicas de ese latin. Pero si .1 . t , del lenguaje se encuentra
cientifico se afina, también se limita iqm amten ~ . en o ' .
debido al encierro progresivo dicales Un mutismo agri eta las configuractones
su lengua en las escuelas. Por el contrar
io, las hablas Hamadas o me~os.teotoncUasnoa7mposibÙidad hier
res" se desarrollan en primer lugar en con octm ten . e la expectaci6n que espera al
las ciudades comerciales
Europa meridional (ltalia, Provenza) 1er en el logos: . d
o de los Paises Bajos. Otra trabajo
laica, sostiene, acredita y perfecciona La umdad p~rdtda ~n.~en ra~~ los fragpara combinar y acercar a
a una literatura cuentista o esos dialectos todavta perctbt ols ~o mentas de una simb6lica.
ta --co rtes ana , amorosa, especuladora 1 c tor dellatin·profesionalizado
, crit ica -. Participan en . t .
movimientos urbanos los relatos mis ),a coe xts encta, a menudo en e mtsmo o u , , . d
ticos y maravillosos que se . . 'd u diferencia antigua y clas
ben en lenguas vernaculas --co mo (o, b ten pro nto , de un latin restitut oas ' . .
tca, e
Nazaret (t12 68) en flamenco occiden
la autobiografia de Beatriz lcngua muerta) y de las man~ras e e
d hablar loca les llev a con stgo mcesantes
tal, los poemas de Hadewijch im ortan o exportan, de un dialecto
Amberes (6mediados del s. XIII?) en IICoplamientos y desplazamtentos qu
neerlandés medio, o el Miroir p e ionales pero que procede
Il otro , las palabras ?i~persa
simples âmes de Margarita Porete (t
131 0) en fran cés -. Nacen, s en fiy~~=~;og Naturalmente, la disemina-n
ejemplo, en las comunidades de beguina todas de una lengua umca ro.ta P.or e
ci~n. de la le~gua referen~tal ~~~~~s~~~~roeÎducc
s flamencas, republicas . retomo hacia una lengua
ninas muy independientes y ricamen
italianos de predicadores, a menudo
te dotadas, o en los con
ong mal , que strv~ a s~ vez e rn i6n, ut6picaocienti~ca,
de origen burgués. Hay una Pero mas que esos mitos y teatrahza-
cidencia entre la promocion socioec de las lenguas arttfictales .comu~es.
onomica y las producciones lin-· l actividad de mezclar, volver a
güisticas, que se basan en instituc ciones de "la" lengua, tmpreston~c~
iones laicas y religiosas onadas en todas las lenguas segun
modelos vienen todavia de monasterios emplear y comparar las palabr;s. se
que han adquirido una autono- . origen El editor de Garcilaso de
mia social, juri dica y financiera con la "fu erza " en el ~e.cir que ten nan en
respecta a las instancias universi- , :st o u~ los términos "buenos" se
tarias y clericales. la Vega no es el umco en pensar que, p
dispersaron por todos 'os idiomas, es . q "muchas veces pedir a una
Dentro del ambiente lingüfstico, lo esen prect.so ifi
cial no es la inquietud o · .
lengu~ e~tranJera una/a labr a de mayor szgm zcac . , "·'7* Esta empresa
la resistencia de los especialistas ante
los "dia lect os" que forman nuevas fi lmente al mismo prinzon cipio que las ~andes
organizaciones del saber. 15 Desde su colecclOntSta, que ohe ece. t~a h
punto de vista, estân justificadas. un cuerpo a partir de sus mtembros
ediciones poliglotas de lalB~?l~a.\re d~~i
6Acaso no oponen, como Tauler lo hacf
santurwnes y maestros de escuela" ("di
a antes de Rabelais, "los grandes dispersas), Jucha contra a . tvtsto~ ~a apracticas de translacion, cuyas
e grossen Pfaffen und die Les- maneras de hablar no son smo vartante
15
s.
Desde el manifiesto célebre de Romolo Amas
eo, De linguae latinae usu retinendo (Bolo
su Orationwn volumen, Bolonia, 1563-1564 nia, 1529), en Serrn. 51, 2; Die Predigten Tau ters:··· ed F Vetter 1910, no. 45, P· 196.
of the vernaculars ", en T. A. Sebeok (ed.),
(Cfr. W. K. Percival, "The grammatical tradit
ion and the rise
16
"Ob ras de Garcilaso de la Vega, Sev•lla,
. .12i. Cçr. ArnoBorst,Der TurmbauvonBabel,
~Ill,
Historiography ofLinguistics, La Haya, Mout 158.0, p. . la
Stuttgart, Htersemann, 1960, p· !154. Es sabtda la mfluencta que poesla italianizante de Garcilaso
. :!' .
ss. ), hasta el Pro vetere genere dicendi contr on, 1975, pp. 248
a novum de Francois Vavasseur, en sus Orati
(Cfr. M. Fumaroli, L'Age de l'éloquence ones, Paris, 1646 tuvo en Juan de la Cruz. ,
, Ginebra, Droz, 1980, pp. 409-416).
• En espanol en el original. N. del T.

142
143
1 ~"l'
3. Transito y traducciones. Una red de comunicaciones geograficas y de la publicidad que le hacen los neerlandeses numerosos en los conven- ,,' '

afiade a las transJaciones lingüisticas. De este modo, a partir de Carlos tos italianos o en los monasterios que llegaron a ser los centras de la '1

( 1517), las relaciones se multiplican entre los paises flamencos y lVHJnt:se-;: mfstica renano-flamenca (Subiaco, en Italia; Santa Cruz, en Portugal,
1 •

rrat, Z~ragoza, sobre todo Sevilla, o, desde mediados del siglo xv, 21
etc.). El "espejo" también toma caminos desviados; la traduccion fran-
~a':llbnd§e, Londres, ~enecia y ~adua. La circulacion se hace con cesa de la adaptacion italiana del flamenco realizada en el Compendio, el
VIaJeros, con las copias manuscntas y especialmente con los Impre:so:ti traslado a Polonia de la version al emana, la trasplantacion japonesa de la
-"el mar~villoso artificio de la imprenta publicada"*, como di ce version portuguesa, etc. Otros cien hilos tejen la telaraiia europea de una
Boyl al ed1tar (1489) su traduccion del mistico sirio Isaac de Ninive.- . poblacion de palabras inmigrantes, ~esplazad~s y transfo~ables. Este
Ve~ido~ de_l orient~, del norte o del sur, los textos escapan a la instituci6n · me/ting pot lingüfstico es una espec1e de papzar:z.ent~ espmtual. Hasta
umv_e~sitana y a la mterpretacion magisterial. Los lenguajes se convierten. fines del siglo XVI, y mucho después de la estabiiizacion de las len~uas
en VIaJeros -trenes de palabras habitados y practicados de modo diferen-: nacionales, forma un conjunto en ebullicion en el cual los térmmos
te en cada ~tapa, pero que prosiguen de region en region la · .
forjados por sistemas que han llegado aser extranjeros estimul~n,_con ~u
de pensamientos y expresiones extranjeras ofrecidas a usos nuevos- exotismo, Jas derivas al garete en la adaptacion y en donde la comcidencia
~~tr~ la capitalizacion y la movilidad léxicas, ~e producen combinacione~ de contrarias sirve de punto de referencia a una creatividad lingüfstica. Es
med~tas que p~eserv~n, extien~en o restauran herencias verbales por una obra en construccion. Unas veces se emplea el equivoco y otras se
m~d~o de los misT??s mtercambws y compromisos de que son objeto. La · revisan las acepciones para precisarlas.
mistica n~ce tamb1en de esas mezcolanzas de lenguas, quiere ser la lengua ; Una Jengua del "otro" se genera con el trabajo innumerable de
que atrav1esa a todas las lenguas. ,
esas alteraciones. El hablar mistico es fundamentalmente ''traductor". Es
. ~na_ experiencia tipica es la de las traducciones y de sus viajes un transportador. Forma un toda con Jas incesantes operaciones sobre
extraordmar~os. Un c~so solamente: el Espejo de perjeccion (Spieghel der palabras extranjeras. Con ese material abigarrado or~aniza. una suite
Volco~enhezt) de Ennque He~p (o H~rphius, t1477), él mismo vulgariza- orquestal de diferencias, también de simulaciones y de citas lexicales. Ese
dor Y heraldo de Ruusbroec . Su pnmer traductor latino, Pedro Blome- estilo de escritura es un ejercicio permanente de la traslacion, pretiere los
venna, c~eia ya, ~n, 1~09, que debfa justificar el modus /oquendi modos de empleo a Jas definiciones aceptadas. Desde este punta de vista,
hyp~rbobcus y los 'termmos ambiguos" del Spieghel. 20 Este "espejo" es la agil perspicacia de un Luis de Leon o de un Juan de la Cruz en sus
un Sistema ~oherente de palabras exoticas y un relata de viajes del "alma" traducciones de la Biblia 'no es sino una variante de un arte mas general de
a otras regwnes. No solo es editado en flamenco (Maguncia, 1475; transportar; se trata de un hecho muy extendido. Pero los hér?es oscuros
Amberes, 1501, ~502, 1512, etc.), o en latin (Colonia, 1509, 1538, 1545, del lenguaje mistico son en primer lugar aquellos que, gen.Jales (camo
1556, etc.; Venec1a, 1524 ), si no también en italiano (Venecia 1522 1523 Surio, Beaucousin, Cipriano de la Natividad, etc.) o no, pros1guen con la
1539), en portugués (Santa Cruz, 1533), en espaiiol (Aicaia I5Sl) e~ (mica tarea de entender y hacer entender hab lares diferentes. Esos traduc-
francés_ (Paris, 1549, I_ 552, 1586, 1595, 1599; Arras, 1596), 'en a1e~an tores "pierden la palabra en el extranjero". No tienen sino la del otro. La
(Co loma: 1600), etc., sm hablar de los florilegios, de su difusion en copias distancia entre la Edad Media y el Renacimiento podria medirse por Jo que
manuscntas (co mo Jo hace la Cartuja de la Escala Dei, cerca de Tarragona)
18
Porej. Pierre Favre, viajero a través de Francia, Alemania,los Paises Bajos, Espaîla, Portugal, Italia, '.: 21
Cfr. St. Axters, La Spiritualité des Pays-Bas, 1948, pp. 135-182 (traducci6n francesa de autores
etc.:. las palabras que !~eva como ~eregrino son los acontecimientos misticos de los que nace neerlandeses); H. Hatzfeld, Estudios /iterarios sobre mistica espaflola, Madrid, 1955, pp. 33-143; J
contmuamente su teolog1a. Cfr. su Memorial, ed. M. de Certeau, 1960.
• En espaîlol en el original. N. del T. B. Da Silva Dias, Correntes de sentimento religioso em Portugal (s. XVI a xvm), Coimbra, 1960, t. 1,
19
pp. 118 ss; J. P. Van Schoote, "Les traducteurs français des mystiques rhéno-fla~ands", en RA':f, t.
. B. Boy!, A bad Isaac, San Cucufate, 1489, Pr61ogo. Cfr. M. Andrés, La teologia espaflola ..., op. 39, 1963, pp. 319-337; R. Ricard, "L'influence des mystiques du Nord sur les sp~;•tuels port~ga1s du
cu., pp. 251-252. Acerca ~e las redes de distribuci6n de los impresos y sus efectos en las lenguas, xvte et du xme s.", en La Mystique rhénane, 1963, pp. 219-233; J. Orc•bal, Les traductiOns du
cfr. L. Fe~vre Y~- 1. Martm, L'Apparition du livre, 2a ed., Paris, Albin Michel, 1971, pp. 243-455, Spieghel de Henri Herp en italien, portugais et espagnol", en Reypens-Aibum, Amberes, 1964, pp.
Y E. L. E1senstem, The Printing Press as an Agent of Change Cambridge Univ Press 1979 pp 257-268; id.'Saint Jean de la Croix et/es mystiques rhéno-jlamands, 1966, pp. 21-56; etc. El Index
520-574. ' . ' ' .
20 de Fernando del Valdés (1559), el Index expurgatorius de Paris (1598), etc., al incluir, Y después al
H. Herp, Spieghel der Volcomenheit, ed. L. Verschueren, Amberes, 1931, p. 2 (pr61ogo de Blome- "expurgar" a Herp, disminuyeron la di fusion de su obra, -mucho mas en Espai'la que en Portugal o
venna).
en Francia-.

144
145
'.,1
se~a~a al copista antiguo del traductor mod 22 1

anommos. Pero el copista . erno. Todos son gencralmente . implicitas o explicitas. Cuenta las operaciones de las que él es el efecto y
encarna el texto en una lt'tcon.vtedrtel su cuerpo en palabra del otro imita y el. instrumenta. Remite a una pragmatica de la comunicaci6n entre sitios
urgta e a reproducci on, ,
' · · 1taneamente ' ( o "experiencias ') inconexos. Tien de también a superar esta diversidad, a
cuerpo al verbo (''verbu .... stmu da
rn caro 1actum est") h d '
cuerpo ("hoc est corpus meu ") Y ace el verbo su propio unir, a través de mil desviaciones, los elementos; a restaurar una unidad
las diferencias para dar lug ml ' en un proceso de asimilaci6n que borra de tipo dial6gico. Toma a menudo la forma del dialogo o la del relato, que
. ar a sacramento de lac .. 23 El combina una pluralidad de acciones y de lugares en una secuencia textual,
ejerce tarn bién algunas veces el ofi . d . opta. traductor, que
operador de diferenciaci6n Corn tctlo e !ml presor o de tip6grafo, es un es decir en un orden (cronol6gico, cosmol6gico, etc.) susceptible de poner
t . . o e etno ogo trae a 1a 1uz una. regJOn ., . en comunicaci6n y de clasificar esas operaciones y sus lugares.
ex ranJera aun cuando se , 1
lenguaje. Fabrica al otro ;e:~ ~ para adaptarla a costa de perturbar su Puesto que, por razones que se refieren a la estructura misma
?onde no tiene derecho de aut n ~n ~ampo que t~mpoco es el suyo y en del campo donde se despliegan esas practicas metaf6ricas, un privile-
rntervalo, en esa barra donde f:~ 1ro uce, pero sm lugar propio, en ese ; gio de hecho es otorgado a las "maneras de proceder", es muy impor-
encontrarse. El copista y el trad t e~guas ~uedan sobre elias mismas a] . tante saber d6nde encontrar los principios que permiten ordenar esa 1
1'
b. uc or ttenen tgual agu t proliferaci6n de operaciones en una "secuencia" (como se decia: en un
terto, pero el primero de una ma . an e, a cuerpo descu-
ficaci6n; el segundo de nera co~templattva en un rito de identi- : discursus), es decir en la historia de una comunicaci6n. (,En qué
. ' una manera mas ética estrategia del sentido debemos inscribir esas tacticas? (,Segun qué
a 1tendad. La historia de la , t' , '.en una producci6n de
"copista" en ese traductor :~s t~a podna muy bten haber convertido a] criterios "ponemos en orden" esos movimientos a la deriva? A esta
creador con ella de Jo p;sibte ~ ar~ebatad_o por la lengua del otro y pregunta responden, ya lo veremos, muchas clases de producciones: la
mul~i~ud. En todo caso, las man:r:s :~~:a~tempo que se pierde en la relaci6n de la propia vida (la autobiograffa es, para Teresa de Avila y
dad ttmerante que no tiene 1ugar propto. . dependen de esta operativi- otros muchos antes de Descartes, una manera de "ordenar su alma" y
su "espiritu"); la construcci6n de itinerarios ficticios y/o normativos,
esquemas de "ascensiones" espirituales 0 modelos biogrâficos del
4. ~e_(erencias te6ricas de un arte de hab/ar .
practtcas translativas ya a·i t . Estas maneras de hablar son "progreso" (escenografias destinadas a clasificar y ajerarquizar crono-
. ' e~US en a una lengua , . l6gicamente operaciones aleatorias); el establecimiento de listas de
ventdos del extran,·ero ya . ,· , canontca los vocablos
1 , . ' msmuen en un habla d "reglas" para "el discernimiento de los espiritus" (es decir para juzgar
ogta de una ciencia legftima S . . . r nove oso la termina-
es un a translatio) despl . on adctJvJdades metaf6ricas (la met<ifora esos movimientos o "mociones" segun sus conexiones y su aptitud para
. 1 ' azan, se ucen y altera 1 1b formar series); etc. Bajo estas diversas figuras se elabora Jo que Surin
J~egos 6gicos que se desarroi! b . n. as pa a ras. Los
lmgüfstico estable los reempl . a an "en el mtenor de un sistema liam ara "la ciencia experimental". Pero esta elaboraci6n presupone ella
' azan con transform . "d misma puntos de referencia generales que la proveen con hip6tesis y
ma en otro y por usos o reutilizac· . , . acJOnes e un siste-
tras que habfa una homo enei~ones me~Jtas en cada campo. Mien- categorias proporcionadas al analisis de acontecimientos. Debe poder
producc!?n del discurso uni~ersita:! relatJva, e.ntre los lugares de recurrir a algunas teorias referenciales que, aun cuando estén fuera del
produccJon espiritual, por el contrario o ~scolast,Jco, los lugares de la campo de las practicas que se van a ordenar, no por eso deja de desempe-
cada uno de los discursos que Jo t :son eterogeneos. Por este motivo fiar el pape! de conjuntos coherentes de los cuales podran sacarse princi-
sa ravJesan o que s t' ' pios, métodos y una terminologia, aun cuando todo esto sea adaptado.
asegura por sf mismo un tninsito t 1 eman Jenen ahf dentro
c en re esos ugares. . Es un cuerpo marcado ' Las "autoridades" te6ricas adecuadas para la construcci6n de un
on conceptos transplantados bi .
" y voca os metafonzados, tatuado con citas discurso sobre las maneras de decir no son muy numerosas. Al considerar
Esto no quiere decir que las traduccione solamente las que se refieren al arte de hablar -problema que establece
ausentes de la Edad Media! Hay en articul: (sobre todo de'. ~riego, del hebreo y del arabe) jestén la nueva ciencia mistica- y, por consiguiente, al dejar a un lado las
etc.) para el arabe, y siciliana, des~ués ven una gran tradlclon espailola (cfr Gerardo de Cremona arquitecturas de la antropologia o de la cosmologia medieval (que, sin
~enaissance of the 12'h Century Harvard U . ec~ana, para el gnego. Cfr. Charles H. Haskins Th~
. YalonotabaA Meillet mient;as 1 . OIV. ress, 1976, pp. 278-302. ' embargo, sirvieron de armaz6n a muchos autores, por ejemplo a Juan de
"e
. n ~art_e
'
voluntariamente, en
que os 1mpresores estabir
parte sin pensarlo d . lzan e
h'
IStoricizan los textos, los copistas la Cruz, por medio de la ensefianza escolastica que recibi6 en la universi-
i
Clan (clt. en L. Febvre y H.-J. Martin. op. cit., p' :O)ernlzaban poco a poco los textos que reprodu~ dad de Salamanca de 1564 a 1568), podemos seleccionar, entre las auto- 1

ridades recientes, los tipos siguientes: .' '',.,Ill'


l'
,1,1

1 ~ 1

i
146 1

147 ;1,
l,
-En primer lugar la retorica proveniente de las "tres artes"* Catalina de Siena hasta Francisco de Sales o Surin, estân fabricados
m~di~vales y, en _particular, el ars dictandi, o arte de la composici6n, mayoritariamente a partir de cartas. Sin duda, dejand~ ~e lado la~ produc-
prmctpalmente eptstolar. De origen y de tradici6n italianas (Monte Cassi- ciones brillantes, pero elitistas y effmeras, de una logtca del ?talogo (o
no, Roma, esencialmente Bolonia), muy cultivada en los pafses del Loira nova dialectica) que se construye, por lo demâs, en las cercamas del ars
(Blois, Orléans), dominante en la ret6rica castella na/ esta técnica es una dictandi el arte de hablar (ars dicendz) -o su sustituto, el arte de hablar
4

~ase de 1~ ensefianza universitaria, pues especffica, segun los destinata- una escritura (ars dictan dl)- va a reducirse poco a poco en la ~ramatica,
nos, las ctrcunstancias y los ternas tratados, las di versas maneras ( o modz) reemplazado por un "arte de escribir" y, en el siglo XVII,_ su bord mado a un
de "dictar" (dictare, es hablar una escritura, originalmente componer una "arte de pensar" que or~aniza una 16gica de28 los enunctados y ya no una
carta, pero también escribir poesfa, de ahf proviene el alemân dichten).
25
problematica de la enunciaci6n dial6gica. La mistica esta ligada al
Al asegurar el paso de Jo oral a Jo escrito, al recorrer el muestra rio de los destino de esas artes.
estilos (desde el mas oficial al mas familiar), al codificar los transitos del -A un lado de esas liturgias sociales del decir/escribir se en-
vernacular al latin, esta técnica nos presenta series de ''formas" interlocu- cuentran los conjuntos doctrinales y descriptivos que las gr~ndes ins_titu-
tori~s que son también modelos de contratos literarios y de los usos ciones religiosas edificaron alrededor d~ la ora~i~. Con suttleza Y_ ~tgor,
soctales ~e la lengua. El ars dictandi es una teoria del discurso dirigido, analizan un hablar: actas de las revelacwnes dtvmas, actos del dtalogo
~jica~~ czrcunstancial ~uyas obras habrian sido para J. L. Austin el corpus espiritual (u oraci6n), actos de la comunicaci6n fratema, etc. Articulad~s
tdeal. Ella sol~, la eptstolograffa (la escritura epistolar), que no es sino en la metafisica de la Escuela o separadas ya de ella, pero todavta
una parte, constttuye la rama mas desarrollada de la literatura humanfstica suponiéndola, esas teorfas conducen toda interlocuci6n al comienzo a?so-
a tai punto que P. O. Kristeller conside27ra a los humanistas como "lo~ luto de un primer Locutor. Las palabras y las cosas deletrean alh un
suc~sores_de los dictat?res me~ievales". Esta estructuraci6n juridica y lenguaje organizado por el advt:nimiento de una Palabra que debe oi~~e
cast notanal dellenguaJe constttuye el objeto de una ciencia "laica" (aun entre los ruidos del mundo, ese cuerpo de metaforas donde una atencton
cuando conserve lazos estrechos y muy descuidados con los tratamientos ejercitada en las sutilezas de la ret6rica sabe reconocer el paso fu~az y los
liturgicos y sacramentarios del discurso), pero proporciona también un ardides de una voz fundadora, la del unico. Son notables, en parttcular, la
marco técni_co de "maneras de hablar" a la literatura que, a partir de las tradici6n monâstica cisterciense que, desde Bernardo de Claraval (t 1153),
c~':as,?e "d!recci6n ",de "consolaci6n" ode "confesi6n" del siglo xv, "se insinua la er6tica del affectus en el trabajo dialogistico del coral del opus
dtnge a Dtos o a clientelas espirituales y cuyos tratados, desde Suso o Dei y la constelaci6n renano-flamenca que, a partir de Eckhart (t1328) y
de Ruusbroec (t1381) , piensa los ''nacimientos" del Ser en el intellectus
• En espai'lol en el original. N. del T.
"p· K segun el modelo de acontecimientos de palabra. Provistas de te~inolo­
Ierre uentz, "Le 'rhétorique' ou la mise à )'~~art", en Communications, no. 16, gfas y de gramâticas precisas, esas doctrinas se construyen a parttr ?~ una
1970, p. 145. Cfr.
in 13 and 14'• Century Castille Uni v. ofCaliforn ia Press
Charles Faulhaber, Lalln Rhetoncal Theory
1972. ' ' doble condici6n de posibilidad que define ellugar de su produccton: el
cimiento de una ratio conventual y la estabilidad de una ratio c6smica,
25
Para Da?.t~, los tr~vador~s son "dictadores ilustres" (De vu/gari eloquentia, n, 6,
5) y para Alcuino,
D1os ~sel . d1ctator de qu,_en los hombres mspirados son los secretarios (Poetae, 1, 285, 4 y 288, 15). cada una de las cuales forma un discurso (un orden que habla), el primero
social, el segundo natural que responde al otro o que es su garante. Dos
dictat", etc.
De ah1 se s1guen las expres10nes: "dictante Spiritu Sancto", "caritate dictante", "ipsaratio
Middle Ages, Routledge, 1979, pp. 76, 314, etc.,
sig los mas tarde, cuando ese doble postu~ado lleg~ a fa!~~, en el momento
Cfr. E. R. Curt ms, European Litera/ure and the Latin
~ G. Consta~le. Le liers and Lei/er-Collections, Turnhout, Brepols, 1976, pp. 26-41.
J. ~: Austm (Quand dire, c'est faire, trad., Paris, Seuil, 1970) por medio de sus
anal isis sobre la en que el conjunto monâstico se disemma o se mmovthza y en ~ue l~s
relac1on entre el performativo, e_l ilocutorio, Jo contractua l y las circunstan cias, nos proporciona un palabras dejan de ser dociles al orden de las cosas, esas grande_s s~?taxts
mstrument o para reabm el exped1ente de la "ars dictandï'. Sobre este "arte ", cfr. J. J. Murphy, Rhetoric
Medieval Rhetorical
del decir y a no "se sostienen ", como tarn poco su lugarde enuncJacJOn. Se
m the M1ddle Ages, Univ. ofCalifornia Press, 1974, pp. 194-268; id. (ed.), The rompen junto con el pedestal que las sostuvo. Despu~s ~e vagar de un
Arts, ~bid., 1971, ~25; (ed.), Medieval Eloquence , ibid., 1978, pp. 85-111, yeso sin hablar de
Jugar a otro, finalmente nos llegan fragmentadas en rehqUJas y ~n antolo-
pp. 1 id.
los clasi~os .. E.R Curt ms (op. cit.), E. Faral (Les Arts poétiques du Xil et du xn/'s., Paris, Champion,
1958, edicion de textos fundamcnt alcs). J. de Ghellinck (L'Essor de la li Itéra ture latine au x1f s gias, si es que no se convierten en utopias venidas de muy leJos, como
suefios, semejantes al corpus dionisiaco desterrado de su onente. Son
.,
~rusclas, 194_6) o A. Giry (Manuel de diplomatique, Paris, Hachette, 1894, pp. 488-492, etc.).
Renaissan ce Thought: The Classic, Scholastic, and Humanisti c Strains, Nueva
Paul O. Knsteller,
York, 1, 1961, pp. 12-13. 28
Cfr. Pierre Kuentz, op. cil., pp. 143-157.

148 149

1 1

11
siempre y mas que nunca autoridades, pero bajo cual pinta y que ahora se le enfrenta, La_ expe
la forma de citas que riencia, en el sentido
introducen un texto pero que no Jo estructuran. mode mo del término, nace con la desontologizac
Ya no funcionan como ion dellènguaje, aJa cual
instancias organizadoras de campos teoricos. corresponde también el nacimiento de una lingü
-Lo s movimientos misticos van precisamente istica. En Bacon y en
a dedicarse a muchos otros, esta lingüistica se situa frente a
instituir nuevos lugares de enunciacion ("retiros" la lengua, como algo que
, ecclésioles, ciudades responde por ella y la verifica. Esta separacion
santas, "ordenes", monasterios) donde restaurar entre una lengua defctica
-re- form ar- el espacio (que muestra y/u organiza) y una experiencia refere
social que es la condicion de un decir. Pero ellos dispo ncial (que escapa y/o
nen ya de otro espacio garantiza) estructura a la ciencia modema, incluyend
teorico, lingüistico, cuya importancia creee en o a la "ciencia mistica".
el siglo XVI, puesto que La lingüistica del siglo XVI, se ha dicho a menu
sustituye, a la configuracion que se desvanece do, pone en tela
o se fragmenta, la inven- de juici o con frecuencia a una "misti ca del comi
enzo " y a una "mistica de
cion de una lengua.fundamental. La cuestion se la·unidad". 31 Es necesario comprender que el
refiere esencialmente a la origen buscado no es un
re lac ion que la ciencia mantiene con Jo universal pasado muerto, debe ser una ''voz " que hoy se mani 1

por medio de una lengua, fiesta en sus vicisitu- 1'


pero también enfoca el proyecto mistico de unifi des actuales y que insufla su "fuerza" a las palab
car el conocimiento en un ras actuales. Recurrir a la
nuevo lenguaje. Es pues comun, aunque se encuentre etimologia, es ir a la "abundancia" de una fuent 32
en medios y terrenos e. Los métodos y las
diferentes. Nos remite a la unificacion de las lengu manipulaciones lingüisticas buscan liberar esta
as, que aparece todavia, fuente y extenderse en el
en Johlil Webst~r, como la vision de un idioma area de su "abundancia". Oscilan, pues, entre el
arte. de oir hoy en dia el
"mistico", centro oculto
alrededor del cual prolifera una circunferencia flujo que llega hasta nosotros, rumor de una palab
orquestal de sonidos. 29 El ra eficaz, y el arte de
latin medieval habia creado ellug ar, sin equivalent producir combinaciones y artefactos de toda espec
e en Roma o en Grecia, ie. La misti ca encuentra
de una lengua que era también una manifestaci6n ahi su formula. Establece una fabricacion de palab
de Jo real. Este lugar, ras, de "frases" y de
que deja vacante, dibuja la forma que una lingü giros (una lengua, en Jo sucesivo, se produce), pero
istica trata en Jo sucesivo 1 en la region donde se
de llenar con la produccion erudita y/o mftica de escûcha una voz que no acaba de comenzar. Asl
una lengua referencial. es la paradoja de las
Estas empresas "post-babélicas" tratan de identificar "maneras de hablar": una produccion de lengu
una lengua madre, la a en el campo de una
lingua-sancta eri-q-ue se eiiunCTo el .fiat de la creac atencion a Jo que todavia habla.
ion, ode fabricar lenguas
artificiales (utopfas racionales, discursos encicloped
icos, lenguas imagi- 5. Una lingüistica de las palabras. Si el esfue
narias o burlescas, pero también lenguas sabia rzo del siglo XVI para
s de la astrologia o de la establecer la unidad del saber por medio de una
cabala, criptologfas, etc.) o finalmente de inven producci6n lingüistica
tar una lengua universal. 30 terminani, en el siglo XVII, por pretender "una
Todo esto presenta algunos rasgos que interesan total reinve·nci6n del
directamente a la mistica. lenguaje" (con Wilkins, Lodwyck o Leibniz), 33 su
Aun cuando, a menudo, estas investigaciones cons ambicion queda condi-
ervan todavia cionada por el aparato técnico y conceptual del que
del modelo medieval la ambicion de injertar se dispone. Se trata de
la realidad en la palabra, una lingüistica de las palabras, herencia aristotélica
gracias a las teorias acerca de la filiacion de de una 16gica de los
las lenguas o su caracter términos. La lengua se corta en m6nadas sema
pictorico, el "realismo" geneal6gico, etimol6gic nticas, las palabras (o, en
o o ic6nico de la "repre- una tradici6n cabalistica y/o fonologica, las letras
senta ci6n" lingüistica no deja de postular un divor ; de hecho, las consonan-
cio entre las palabras y tes), como resultado de un corte mas esencial que
las cosas. El ockhamismo paso por ahi. Asi separa de un material
pÜes, Ïnien tras què èti la verbal atomizado las operaciones capaces de hace
ontologfa medieval todo tratamiento del lengu r discursos y sensibles
aje era en si tnismo una a la exactitud de las reglas. Hay alli una opcion
experiencia o una manipulaci6n de Jo real, en Jo fundadora, indecidible y
sucesivo tiene ante éllo determinante, que separa del campo donde se ejerc
· que se "manifestaba" en él: se ha separado de ita al acto mental que la
eso real al cual tiende, al organiza. Ella se presenta a si misma en las teorias
gramaticales. Asi, durante
29 mucho tiempo, hasta el siglo xv, el analisis del enun
J. Webster, Academiarum Examen, Londres, 1654,
pp. 26-28. ciado supone un pape!
°Cjr. E. Pons, "Les langues imaginaires dans le langage utopiq
3 dominante del verbo y una "influencia" sobre todas
ue", en RLC, t. 10, 1930 y t. Il, 1932; las expresiones nomina-
A. Bors!, Der Turmbau von Babel, m/1, Stuttgart,
Hiersemann, 1960, pp. 1048-1150; P. Rossi, Clavis
universalis, Milan-Napoles, Riccardo Ricciardi, 11
Cfr. C. G. Dubois, op. cil., pp. 24-33, etc.
1960, pp. 201-236; C.G. Dubois, Mythe et langage
au xvf siècle, Burdeos, Ducros, 1970; L. Formig 32
Cfr. Terence Cave, The Cornucopian Text. Proble
ari, Linguistica ed empirismo nef Seicento inglese, ms of Writing.in the French Renaissance, Oxford
Bari, Laterza, 1970, pp. 29-139; R. Fraser, The Langu Clarendon, 1979, pp. 3-167. ,
age ofAdam, Nueva York, Columbia Univ. Press,
1977, pp. 114-152; etc. 13
Cfr. L. Formigari, op. cil., pp. 81-139.

150 '
151
1 i''rl
les (c~n esto se recu~ra. ~na tradici6n de los gramaticos gricgos) y Tenemos alli una visi6n ajena a la concepcion dicotomista que hace de la ' i:
espec1fica esta categonz acwn al acordar una funci6n estructurante a la lengua un espacio verbal organizado por unos actas de pensamiento.
oposici6 n entre "agente" y "pacient e", es deciren tre las posicion es El desplazamiento que se efecrua desde la Edad Media hasta el siglo
. 1
que go b1erna e verbo. Este reinado del verbo -un verbal govern-
34
XVI no es evidentemente un regreso del/al materialismo discursivo estoico. 1 li
ment-35 en un ~~nsamiento que privilegia a una 16gica del agente, aparece Al contrario, se caracteriza por una exageracion del atomismo lingüistico,
1

como la ~xpreswn (y l~ dete~minaci6n) lingüfstica de una filosofia que debida al quebrantamiento progresivo del latin, que desempefiaba el pape! de
a~tonom1za las operacw nes mtelectu ales en relaci6n con un mundo de una lengua semiartificial estable, que como producto de la critica nominalista
s1~no~ Y que pien_sa la serie de esas operacio nes segun el modela de la disocio de los seres, todos ellos 38singulares, la universalidad que las palabras 39

genes1s de un umverso -lenguaj e par obra del creador- locutor. Dentro reciben de una actividad mental. Sintoma decisivo: el verbo es destronado:
de es~a perspect iva, en que la lengua misma era concebid a camo un con el titulo de copula estratégica en los modos activos o pasivos de significa-
espacw o un e.strato de unidades combina bles, solo tiene estructur as cion (los modi significandl), articulaba el acta de pensar con el enunciado
par el acta que la habla, y le correspo ndera a un "arte de pensar" lingüistico. Al ponerse en tela de juicio el dominio del verbo se liberan las
organiza rlo en discurso. unidades semanticas. Las palabras se diseminan en poblaciones acrecentadas,
. Par~, evaluar Jo que _este paradigma tiene de particular -y para por lo demas, de un modo desmesurado por las lenguas vemâculas y desorbi-
captar tamb1en el marco que •mpone a la produccion mistica de una Iengua tadas del orden referenciallatino; ya no basta con inscribirlas en genealogias y
reagruparlas en familias. Es preciso encontrar las reglas contractuales de una
n~eva-:, ba~ta con compara r sus postulados con los que, en Occidente
"concordia" entre ellas --o bien descubrir los elementos de "discord ia"-,
40

m1smo, 1mpl~can la logica y la lingüistica estoicas. Eclipsada a Jo largo de


y a proposito de cada una de elias, descubrir lazos posibles entre la singula-
la Edad M~d1a p~r e~ corpus ~rist~télico; por sus comentarios arabes y por
ridad de las cosas y la actividad generalizadora de la que cada palabra da
.l~s aportacw nes J~d1~s, la_ c1enc1a est01ca regresa, sin du da alguna, en el
testirnonio. Se irnpone una politica de la lengua, que establece alianzas entre los
s1glo XVI, ~ero mas b1en baJO su forma ética o cosmol6gica, y de un modo
términos y fundamenta la capacidad que tienen de mostrar. Dos problemas,
f~agmentano, como Jo demuestran las buellas con las que marca a Ja
sobre todo, impulsan este trabajo: uno, en la continuidad del nominalismo,
l~teratura mistica. Globalmente, permanece encerrada en el marco de una
consiste en preguntarse qué tipos de tratados pueden establecer las palabras
h~güisti~a de las palabras que mantuvo la crftica nominalista. En si entre elias; el otro, para paliar la desontologizacion ockhamista de las palabras,
m~s~a, sm em~argo, la logica estoica representaba una opcion inversa: la
consiste en preguntarse de donde pueden obtener elias su ''fuerza". El primera
pnondad del d1scurso. En toda unidad semantica o sensorial reconoce el procede de una retorica, cuyos modelos son a menudo juridicos, mas aoo,
fragmen ta de un discurso interior, y asimila a una organizacion discursiva monetarios; el segundo nos remite a filosofias que, por medio de un analisis
41

la "repre~entacion", que es el modo de accion comun a todas las partes del del origen, de la inspiracion o de lap~j6n. y con prerrequisitos provenientes
al~a. Mas fundamentalmente, supone en la escena fisica de los ac6nteci- del platonismo y/ode la cabala, identifica n a los movimientos (motus) de los
mJen~?s c_orporales una estructura discursiva, de tai manera que un "dis- 42
cuates las palabras reciben un poder. Las soluciones varian. Los misticos
curso fis1co precede y fundamenta siempre su anamorfosis en un discurso
mental. D~cho de otro modo, en el principio esta el discurso porque el 18
Preguntândose sobre el modo de existencia del universal, Ockham distingue radicalmente
las cosas
los dos, .
munda fis.•co Y corporal, que·es en si mismo discursivo, se representa en (su esencia es individual) y los conceptos (afectados por una significaci6n universal). Entre
a lenguas particulares mientras que los
l~s enuncmdos. camo e_n la~ ima~enes. Sin du da alguna, este juego de
estân los "sonidos proferidos" ("voces'): éstos perte:tecen
fa
términos pensados no se refieren a ninguna. Entre una metaflsica del individuo y una epistemolog
d1scursos extenore s e mtenores 1mplica una "representabilidad" de la de las "ficciones" ("fictiones' ) o "instituciones" mentales, las palabras presentan un espacio
plural de

naturale~a --cuestio n que queda abierta- , pero que, en ultimo término, trânsitos posibles. Cjr. P. Vignaux, "Nominalisme", en DTC, t. 11/1, c. 733-754.
Asf lo hace la muy célebre Minerva seu de causis /inguae /atinae (Salamanca, 1587) de Francisco
19

nos rem1te a una fisica general para la cual la naturaleza es discurso.


37
Sânchez de las Brozas (1523-1601). Cjr. W. K. Percival, op. cil., pp. 242 ss.
•u Francisco Sânchez sustituye la idea de un nombre gobemado por el verbo, con la idea de una
H Cfr. W. Keith Percival, 'The grammatical tradition ... " op. cit. pp. 233-238 . "concordia" entre los dos.
15
Ibid, p. 233. ' '
., Cfr. R. Howard Bloch, A Literary Anthropology of the French Middle Ages, en preparaci6n
;: Cjr. R.H. Robins, B~ève ~istoire de la linguistique, trad. M. Borel, Paris, Seuil, 1976, pp. 98-103.
(University of Chicago Press, 1982).
en
Cjr. Claude Imbert, Theone de la représentation et doctrine logique dans le stoïcisme ancien" n Cfr. T. Cave, The Cornucopian Text, op. cit., pp. 171-182; François Secret, Les Kabbalistes
chrétiens
'
Les Stoïciens et leur logique, Paris, Vrin, 1978, pp. 223-249. de la Renaissance, Paris, Dunod, 1964; etc.

!52 153
construyen también su lenguaje a partir de esas dos cuestioncs, apoyando cruditos del siglo XVII- se distingue mal de las mismas actividades del
mayoritariamente la hip6tesis de que la "fuerza" de las palabras creee con cspiritu. Asi pues, por el modo como simbolizan (o ponen juntos) a los
su "discordia". contrarios, los métodos tienen un alcance tan mitico como técnico. Son las
Esta investigaci6n es empirica, recopila hechos y "usos", como lo prâcticas "simb6licas" de un tiempo. Por eso ejercen mucha fascinaci6n.
hacian los ockhamistas desde hacia mucho tiempo. 43 No nos sorprende que Discurso de reglas prâcticas, el método responde a un tipo de
los usos sean privilegiados. La multiplicaci6n y la heterogeneidad de los producci6n que la Edad Media, al introduci.r la palabra y la cosa, ya habia
vocabularios, su independencia audaz e inquietante con respecto a las defini do a partir de los Topicos de Aristote les y los comentarios de Boecio.
cosas, asi como la elaboraci6n tardia de gramâticas vemâculas, aumentan Para Alberto Magno, si la "ciencia" es la que instituye el rigor (rectifica-
la "curiosidad" que atafie a las mil maneras de servirse de elias. Observa- tio) en la especulaci6n, y el "arte" en la operaci6n, el "método" es para
47
ci6n necesaria, puesto que permite simultâneamente cartografiar una una y otro la demonstratio viae, una indicaci6n del camino. Comun a los
d~eminaci6n de los usos y formular métodos que clasifiquen sus funcio- dos, el método supera sus diferencias en cuanto tiene como papel el
namientos porque las reglas que se buscan no son tanto las de la misma especificar los procedimientos intelectuales generales necesarios pero
lengua, sino las de las operaciones que la producen. sometidos a diversas disciplinas. Estos dispositivos mentales tienen ya
una posici6n terciada y transversal. Sobre todo el método aparece como una
6. Una pragmatica: los métodos. La importancia que el Renacimiento con- manera temporal de ptacticar los lugares, su orden (su ratio) consiste en
cede a los métodos44 nos remite a una contradicci6n interna al saber, entre su una historicidad (una serie cronol6gica de ejercicios distintos) inscrita
tecnificaci6n desde hace tres siglos y la inestabilidad de sus disciplinas. En la en un piano (una distribuci6n de lugares diferenciados). Es un "discurso"
medida en que se perturba el ordenamiento de las ciencias y de las "artes", (discursus), una sucesi6n razonada de figuras de acciones, que se constru-
sus técnicas parecen emanciparse del campo en que habian sido elaboradas, ye por lo demâs segun el mismo esquema formai que la novela (aparece
tomar atajos y, al cruzarse, confrontarse y mezclarse, adquirir el aspecto, ya en la misma época que ella). Es, pues, también una novela cientifica, un
ecléctico, ya cientifico, de metodologias generales. Estas generalizaciones, a relato de viaje, que pone en serie operaciones sucesivas. A fines del siglo
48
menudo precipitadas o ideo16gicas, seran criticadas por los sabios del siglo XII, las primeras "oraciones met6dicas" presentan el mismo modelo, que
45
XVII. Pero ellos se refieren a situaciones transitorias. Los métodos estable- se encuentra muy pronto, pero ya individualizado, en las bio- o autobio-
cen pasadizos pragmâticos (e "interdisciplinarios') entre una configuraci6n grafias, historias-tipo que clasifican operaciones y lugares en recorridos
del saber y otra. Al ser pragmaticos echan a andar una productividad regula- de "progresos" o viajes espirituales.
da. De esta manera, introducen un principio nuev~ de cientificidad. Pero sus Debido a los problemas propios del Renacimiento, este instru-
postulados provienen todavia de la epistemologia de la que se estân separan- menta de pensamiento ocupa un lugar siempre intermedio (tercero) pero
do. Por ejemplo, la seducci6n que ejerce sobre ellos la ambici6n de una que llega aser dominante. De ahi recibe caracteristicas nuevas. En primer
49
validez universal proviene de un pasado y se opone a las limitaciones sin las lugar, contra el ''verbosismo"* escolâstico o nominalista, se acentUa,
50
cuales no habria rigor. Asimismo, en la experiencia que ellos reivindican rasgo comun a todos los métodos asi como a la ret6rica del tiempo, su
como una base nueva, 46 la observaci6n de los "hechos" -exigida por los papel de ser, técnica y socialmente, un discurso eficaz. Se tiende a la vez
a la realizaci6n de un progreso, de un saber, de una ganancia, etc. y a la
43
G. L. Bursiii-Hall, "La Edad Media", en T.A. Sebeok (ed.), Historiography of Linguistics, La Haya, repetici6n de ese progreso por medio de una formaci6n pedag6gica. El
Mouton, 1975, pp. 210 ss. Asi, para J. Aurifaber (s. XIV, Erfurt), el senti do de un a palabra es el uso que
hace de ella el entendimiento. Cft R. H. Robins, op. cil., pp. 118 ss. "Liber 1. Topicum, Proemium, en Alberto Magno, Opera omnia, 1890, t. 2, pp. 235-236.
44
Cjr. Neal W. Gilbert, Renaissance Concepts of Method, Columbia Univ. Press, 1963, con pp. 48 Asi Jo hace Guigues n el Cartujo (Scala Paradisi,
cap. 1 y 2, en PL 184, c. 475 y 482). Cjr. Jean
233-235, una lista de las obras pedag6gicas (de 1520 a 1631 de Erasmo a Comenio) cuyo titulo incluye
Leclercq, Études sur le vocabulaire monastique du Moyen Âge, Roma, 1961, p. 138.
la palabra "methodus".
45
Asi lo hace Pierre Gassendi (t 1655), contra este "generalem methodum, qua scientiae omnes • En espai\ol en el original. N. del T.
49 Los te61ogos también, por ej., en Salamanca (Pedro Martinez de Osma, Diego de Deza, etc.), critican
deinceps utantur", o, mâs tarde, Daniel Georg Morhof(ti691), contra los metod6logos sin competen-
cia matemâtica o fis ica, e incapaces de hacer las distinciones necesarias entre los diversos campos (c.fr. a los "verbosistae" y a los ''fumosistae ", "novi doctores" (nominalistas) que privilegian a la "nominum
N. W. Gilbert, op. cil., pp. 227-229). fictio". Cfr. M. Andrés, La Teologia ..., op. cit., pp. 261-273,297-302. El ''modus loquendi" mlstico
46
Como lo hace Giacomo Aconcio, en su bello libro De Methodo (Basilea, 1558): "Equidem quibus se opondrâ asimismo al "modus verbosista".
5" Acerca de la ret6rica, cfr. Eugenio Garin, Moyen Âge et Renaissance, trad., Paris, Gallimard,
constet vera methodus diu ac pertinaci quodam labore conatus sum intelligere, nec tantum libros volui 1969,
consulere, sed multo etiam diligentius experientiam (ed. G. Radetti, Florencia, 1944, p. 80). pp. 101-119.

!54 155
procedimiento debe produc

::r;.r~~:: ':;1:=:~~.~: ~;::o~·~~~ied:.~~;,:c.,


ir un sab er y modelar al grupo ~~ L d' p1·l·ntn. Para dirigirla y tratarla
era necesaria una transform
\us procedimientos. Ya no acion radical de
hay tiempo de consagrarse
conscrvados en un lugar de a algunos textos
paisaJe meditacion y de dejar pas
proporciones variabmte ectual y una tra o
les el método comnsf
numcnto cuantitativo de los ar el tiempo. El
rmac~o· , n ·de 1espacw. social.
. textos y su circulaci6n ace
~c.;:~ne~ sob~ los in,;,rlocutores (disci~':.':o~c:
b' tille los utiliza a ten er en cue lerada obligan al
:,:::: ,':; cosas
nta la eco nom ia del tiempo.
Finalmente, el método es una
a nc a o social al mi sm o tie ciencia de lo util. Po r este
mpo que fabrica el sab er n:sponde a situaciones, ado mo tiv a,
' pta un ton o de seriedad cie
.be t Enb'su, estructura mte
· rna, Y no rircunstancias y ante los int ntifica ante las
rec i am solamente en su inte · ncion el erlocutores con los cuales
Ien
mé tod o constru un per1fil ma' tntcnciones entran en compet sus intereses y sus
s especi'fitco. Tres ele me nto
velocidad) en u:: ::;n~~~n vez de ~evelar le~es; val
utilidad las situaciones que ori
s ese'nciales:

~ d~l trab;Jo; sele~ctona segunzael elcritiempo


kxico, se aprovecha de ello
cspacios insulares en los que
encia. Lo circunstancial le
. Mas tarde solamente se
el método se desarrollara en
proporciona un
con stituiran los
permanezca todavia li teria de tlos. No ocurre lo mi sm o en cam pos cerra-
e sn: en e matenal. Po el siglo XVI; pero ya el mé
scleccionar, en lo que lo rod todo com ien za a
cuales daria t t' . gado a la tde~ d~ leyes (ce r una parte, aun ea, los datos que responden
a un cri ter ia de
. . lestiales o morales) de
~onstituye
es tmomo, y por constgmente utilidad. El discernimiento
implica una separacion, es
pdrmctpio
e operac10nes huma
una escenificacion que s~:~ad~ ~~~e~n:amtuetalfistca,
d . ruptura. Est e arte de hac er
cientifica y mas dificil que
es también un arte de olvida
una téc nic a de
r, em pre sa ma s
tipo: si ru quieres Z nasty 1as · . la de
mhscn
, en onces acesbeAendes
ra una 1)esde este punto de vista, las permanecer fiel, anclado en un pasado.
~~~:ag~e~e~~~aadmeeud~da
una problematica de la dec ision rupturas exigidas por los esp
un~
pués B d
~ar=~~~~~u~i;~~~e
, C misticos con el fin de llegar irituales a los
ética o de a nuevos comienzos practic
ontolo del desapego metodol6gico, os son variantes
· a en que se trata de reggia
error sustitu' ye a la deI falt i variantes tal vez precursoras.
as Y n~ e eyes, la noc10n
a d d d 1 ., ras, no hay método sin un De todas mane-
racionaliza a artir d punto de partida. Es precis
0
e pe~a ~· Una praxis se aut adherencias ideol6gicas o a liberarse de las
supone sin qu~ haya :e~~:~ ono hist6ricas. Lo util permite
~:o~~~~~~;~os (quieres o no quieres)miza y ci6n de un futuro con el res
peto a una tradici6n. En el
sustituir la fabrica-
que ella ante tod o un arm a de dis Renacimiento es
tie m o· :.~~~tra pa~e, el uasi6n. Sal de tu pais, es
método se define com o una Descartes no la invent6. To la pri me ra regla.
tio n:m . ducen~~.n~~~a:~~~ti
condensacion del do un siglo la repiti6 y practic
~~a~i~~e(;~s~~a est et cito ~os ad rei La s maneras de hablar espirit 6 antes que
uales participan de est a nu eva él.
~z:,:;,~~ .~âs ~~.' Tôpicos de AristOteles." . ~';.,~':;:';0 cogni- mat,ica. La ciencia mistica prag-
U . , ~eve .. esto es loq ue car ~.:e~~
acteriza a este "ar te" o a sus
~;.:;,~:~:.~ cional de métodos. Hay, sin
dispone, jun to con la tradic
favoreci6, po r lo demas, un
duda, muchas razones para
desarrollo excep-
ella. La mistica
na tm
reduccionpactencta lo habita Jm "m edi os" ' i6n monastica, de una tec
del tiem
ma pas sJ El f · ~ 0 rt
ancJa· d
e la veloc1.
dad gracias a una·
pedagogica ya antigua y mu
y refinada, a la cual, para
nol ogia mental y
p 0 y el ~spacJo que no dej ejemplo espectacular, los her no tom ar sino un
del traba,io qiueemt~o se convie a de ten er analogia con los manos de la vida comun dan
rte en el elemento esencial alcance, a través de la De un im pul sa cuy o
se "m as "apr' isa " ten en est a eco no mi a votio moderna y del modus
LI e en cue nta1 un espa:IO · que.d b decisivo para toda la metod
ologia espiritual y escolar
parisiensis, es 54
de la rapidez s~ pi: â:a a ~=r e e recorrerse o construir-
ord en Po r lo d ,
te valor ~as precioso. La produc Ademas, con los espacios
exentos y las propedéutica
del siglo XVI.
oq~e, entras que la duraci tividad hac e constituyen, los grupos mi s de ruptura qu e
acr · t' emas, · en un s1glo mi y med 10 on
· • 1a ma sa d . era la de un elaboraci6n y el ejercicio
sticos forman laboratorios
que facilitan la
ecen o y se com ph c6 consid e de métodos. Finalmente, al
erablemente, debido sobremformaci6n se principio la pri ma cia de la
experiencia (un a prâ.ctica pre
explicitar desde el
tod o a la im- sente en la que no
SI caben ninguna memoria ni
Doblete
and Met hodesen cial en método erasmiano ninguna iristitucion) y lo abs
in TheoloO\el J Univ of'I:oront p. Cfir. M . . se pretende (un a salvaci6n oluto de un fin qu e
s2 A . . . "'"' 197a7rJOfle 0 ' Rourke Boyle, ultima, un lugar ultimo), los
Era smu s on Lan gua ge
.mnu. Nifo, Arts tote ils Stagirita · o ress, , pp. 59-127. los dos términos entre los cua misticos aclaran
merables. Cfr. N. w. Gilbert e Topicorum libr i octo Ve les un método puede desple
~dam, op. cit., pp. 116 ss. . .
' necm, l555, f. 3 r. Los text
, op. cu., pp. 59, 69, 71, 110, os semejantes son Sin dud a alguna, la coexis
tencia de un progreso metod
gar un recorridb.
etc.; o Rusell Fraser, Th~ Lan ologico y de un a
gua ge of
Elmapa es una apl icaci6n 6pti "Cf r. Albert Hyma, The
breves sobre la proyecci6n miniatuca del método· e ·
rizad d . p rmlte la constr~c · Brethren of the Com mon Life
a e un campo de conoc1m~l6n de esquemas de recorrido mâs Aux sour ces de la péd ago gie , Grand Rapids, 1950, y Gab
1ento. des Jésuites. Le "mo dus pari riel Cod ina Mir,
sien sis ",R oma . 1968, pp.
151-255.

156
151
"pasividad" mental constituye la .. d · d . . . . , .
inestabilidad de su st'tu . , p para OJa e 1a mtsttca, la. dmamtca y doctrina de los alumbrados), no se trata solamente de una lectura o una
. ac ton. ero esta parad. · tr
prmcipio, junto con las maneras de hablar q OJa e.n al en JUego desde upologia de los textos; participa de la operacion que los produce.
mie t r ·· · · ue, segun e modo de un Este introductor es Diego de Jesus ( 1570-1621 ), carme lita descal-
n o mgmsttco, propont<n una cspecie de modelo formai de la mistica. to (como Juan de la Cruz), nacido enGranada de la "ilustre" familia de
los Salablanca y Balboa, profesor (reputado) o superior (moderado) toda
~~~vida. Un hombre austero, modesto y sabio: "mi doctorcito y Senequi-
la "*, decia de él el arzobispo de Toledo, Gaspar de Quiroga. Ademas de
~~ t:~'!:ses misticas": Diego de Jesus, introductor de Juan cursos de filosoffa tomista (parcialmente publicados, Madrid, 1608) y
de poemas muy gongorinos (postumos, Rimas en conceptos espiritua-
les, Madrid, 1668), compuso estos Apuntamientos y advertencias que
van a acompailar casi siempre, durante tres siglos, a las obras de Juan
U~ do~umento .P~~de introducirnos a esas maneras de hablar de la Cruz y que tienen el fin, como lo precisa el titulo, de dar una mas
~id: ~~~~ra l~ddtctoHn de las Ob ras espirituales de Juan de la Cruz (ac il inteligencia de las .frases misticas y de la doc trina sanjuanistas.
59

ca a e enares en 1618 mas d d . '


la muerte del autor (1591) Ad : d edu'n cuarto ~ ~tglo después Asi como Luis de Leon aseguro, treinta ailos antes, la edicion principe
incom Jeta E . . emas e tar ta, esta edtct6n es . . de los Libros de la madre Teresa de Jesus (Salamanca, 1588), sin haber
Cruz, ~imi~a ~ ~~~~~:~~~u~eh;o:u~~i~:~o ~~andes tra!ados de Juan de
mayor numero de rettce.nci81
tenido el tiempo, antes de morir, de publicar las Fundaciones, y aila-
por su aud . d diéndoles ademas una Apologfa y una Vida (1589-1591), Diego de
ci6n franc:~a/e ~~:é e~~~~fe~C~io~~s ap~~cera primero en la Jesus, es, por su parte, e incluso con mas dificultades, el primer editor
ante~. de ser publicada en espailol e~n~~::ef~samour divi?, Paris, 1 y "apologista" de Juan de la Cruz, quien habla sido reducido al silencio
verswn es editada en Roma 0627) (1 ~~7): m!entras que desde antes de su muerte por la misma orden de la cual fue el iniciador.
de referencia a la ri . .:n una traduccwn ttaltana que Provincial desde 1585, el padre Nicolas Doria, una "mano de hierro",
~ mera publt_cacJOn de su original en Espaila
1630)· El~ texto paso, pues, en dt vcrsas trad'tctones
. ataco primero las "libertades" teresianas en cuanto comprometen la
. manuscritas a tr ,
am b tentes europeos donde fue lefdo d . aves autoridad de los carmelitas sobre los conventos femeninos, después se
:\:,~:c~s: en Bu~deos, desde los prim~r~~t~~~s ~J :r;~~~Qs~~~~e~~:plo,. esfuerza por borrar la doctrina sanjuanista, nunca citada, y entregarla
al olvido, porque amenaza la concepcion comprometida y contrarrefor-'
aJo una e sus formas. Los debates eruditos a d .
sobre la o las versiones "auténticas, d 1 C , . y . ~en~6 o apasJOnados mista que él se ha hecho de la vida carmelitana. Asf como el autor fue
trab~o crftico ue ha . e antrco espmtuat esbozan ya el , anteriormente encarcelado en un calabozo del convento de Toledo
"seguras", corn~ la S~h'tJ: J~~~~~~=r(~obre /a~ ~ras aparentemente mas
7 antes de escaparse (1577-1578), del mismo modo su obra se ve ahora
furtivo. Su circulacion es por mucho tie urme o. . ste _text~ es un pasajero , condenada al mutismo. Hasta los rumores oponen a teresianos y san-
huidiza Esta hecho b d mpo oculta, su tdenttdad permanece juanistas, y no sin algun fundamento, puesto que Teresa tiene el estilo
. a ase e estratos y de intcrvenc. . . .
redac~ones suces.ivas y las modificaci~:Jues del mism~~~~~o~~~ b~~~a~. con ~as de una pasion apostolica y por eso responde mejor a la perspectiva
kue~, e un trabcy~ colectivo del cual su presentador nos indica ~! tm_o~to, misionera privilegiada por la segunda generacion de carmelitas descal-
ectprocamente, st el documenta asf ft 'd s reg as. zos. La doctrina de Juan de la Cruz, aun cuando solo fue escrita con el
propias (en primer lugar defender 1· c~ns tut o respo~de_ a ~nalidades .·
a o ra contra su aslmtlacJOn con la • En espai'lol en el original. N. del T.
.::. Cfr. J. Orcibal, "Les débuts de la spiritualité cannélitait•e à Bord . " '"En espai'lol: Apuntamientos y advertencias en tres discursos para mas flic il inteligencia de lasfrases
Dentro de una literatura abundante .r. b eaux 'en BSBG, t. 89, 1969, pp. 1-15 misticas y doctrina de las obras espiriluales de nuestro Padre, en Obras espirituales, Alcalà, 1618,
J. . . .
c .
• CJr. so re todo Dom Cheval l' Le ant1que spirituel de Saint
ler,
· pp. 615-682. El volumen tenia como introducci6n una Relaci6n sumaria del autor desle libro y de su
ean de la Croix, 1930; Jean Kl)nen Le C
de la Virgen del Carmen, SanJuande,la C antique spl~l/uel de S~inl Jean de la Croix, 1948; Eulogio vida y virtudes. Las traducCiones de estos dos textos por René Gaultier aparecen en su edici6n de las
d "C ruzysusescntos Madnd 1969· Rog D · . La Genèse
u antique spirituel" de Saint Jean d. l C . 19 ' • • er uv1v1er, Oeuvres spirituelles { .. .} du B. P Jean de la Croix, Paris, 1621; ambas fueron reeditadas en 1628.
57 Cfr. J Orcib 1 "L e a rOJx, 71. Cyprien de la Nativité incluy6 a la primera ("revisada y corregida') en su propia traducci6n de Juan
5, • • a a Montée du Carmel a-l-elle elé inter olée''"
Cfr. R. Duvivier, "L'histoire des écrits de Sain!Jean d / C .' ,; en RHR, t. 162, 1964, pp. 171-213. de la Cruz, Oeuvres spirituelles, 1642, 2a parte (paginaci6n particular), pp. 269-324. Para el francés,
pp. 323-380. e a fOIX , en Les Le/Ires romanes, t. 27, 1973, me refiero a esta edici6n; para el espailol, a las Obras de J. de la Cruz, ed. Gerardo de San Juan de la
Cruz, Toledo, 1914, t. 3, pp. 462-502, o ed. Silverio de Santa Teresa, Burgos, t. 1, 1929, pp. 347-395.

158
159
fin de ensei'iar, haceel vacio alrededorde unacontemplaci6n cautivadora. dola a su modo; y seglin Jo que alcanzaban alli, ya la recopilaban, Y
Por su radical ismo rarificante, pare ce desmovilizaro contrariar la cruzada hacian como compendios de ella; ya quitaban, o mudaban, o declaraban
de la Contrarreforma. Por este motivo, dejando aparte casos pàrticulares algunas cosas, porque como las hallaban en el texto, no las entendian,
de rivalidad 0 de incompatibilidad personal, sus criticos en el interior de como a mi me sucedi6 con una persona bien grave. Y asi andaban los
laorden incluyen a un "espiritu ", cuyos excesos deploran; no le reprochan tratados diferentes, y apenas se hallaba uno que concertase con otro, Y
errores pero prefieren que permanezca oculto ese desafio proveniente de muy pocos con su original. Hanse mirado con atenci6n diferentes
una necesidad de otro tipo, como un secreta de familia que debe conocerse escritos, y papeles de estas obras; y buscado con cuidado los originales,
. 62
pero que es peligroso difundirlo. Asi es la posici6n de Doria, con todo el vigor y asi sale conforme a eIlos este texto tmpreso ...
que lo caracteriza: a las teresianas les rehusa la autonomia institucional, tan
Par fin, en 1618, aparecen las Obras, pero sin el Cantico, retocadas
dificilmente adquirida, que su madre les habia legado; a los sanjuanistas les ·
(aunque por una mano mas delicada que la de Tomas) y rodeadas -~e
rehusa la autonomfa doctrinal fundada sobre el espfritu de "retiro" cuya
60 justificaciones: al principio, "la vida y las virtudes" ?el auto_r,(una Relacz~n
necesidad absoluta nunca dej6 de ser predicada por su padre.
Algunos fieles velan, sin embargo: discfpulos (Juan de Jesus, debida de hecho a Quiroga), al final, una defensa e tlustracJOn dellenguaJe
Maria Aravalles, Innocent de Saint-André, Juan de Jesus Maria Quiroga, · misti co (los Apuntamientos de Diego). .;
etc.) y carmelitas (en primer lugar Ana de Jesus, heredera de la pasi6n :. Los dos puntos esenciales tratados por Diego -la produccton de
teresiana y fundadora ambulante, para quien Juan de la Cruz escribi6 · "frases misticas" y el uso de la lengua ''vulgar"- son posteriormente
antafio su Cémtico espiritual). 1601: se autoriza el principio de una vue1tos a tomar y desarrollados, a menudo con los mismos argumentas Y
edici6n y se le confia a dos "definidores" entre ellos Tomas de Jesus. · tas mismas citas, par Nicolas de Jesus-Maria (Centurioni), un car~elita
1603: la responsabilidad completa de la empresa recae en las manos de, descalzo fuertemente influenciado par Quiroga, en una obra pubhcada
este ultimo, un compafiero de Doria y sin embargo jefe de fila de los primera aisladamente (Alcala, 1631; Colonia, 1639), y que se une tam-
teresianos, erudito, escol~stico, a veces ermitafio y otras veces repre- :, bién, a partir de 1639, a las ediciones de las Obras: la ~/ucidatio ph~a~i~~
sentante-viajero de la Contrarreforma, un espiritual que tiene el estilo de mysticae theo/ogiae. 63 Traducido al francés par Cypnen ?ela Na~tvtte,
un capitan. 61 Hombre expeditivo, "arregla" el texto, Jo corrige y, segun · este Esclarecimiento sera todavia explotado, como una mma que strve de
parece, ya excluye el Cémtico. Pero tiene cuidados mas urgentes que . autoridad, par Madame Guyon, después por Bossuet, con el tftulo acorta-
65
exhumar una reliquia. 1604: renuncia. 1607: el padre Alonso de Jesus, · do y revelador de tratado "de las frases mfsticas". Es notable que
hostil a la publicaci6n, llega a ser general de la orden. Son suspendidos ·. alrededor del bastion disputado y estratégico de Juan de la Cruz, el doblete
incluso los trabajos biograficos consagrados a Juan de la Cruz par Quiroga .· de Diego y de Nicolas se ordene en lfneas de defensa consagradas a las
desde 1597. Si guen seis anos de inactividad, correspondientes al reinado maneras de hablar. "Frase", en efecto, dice el Diccionario de Richelet,
de ese religioso seco y precisa que se volven! a encontrar en el mismo "quiere decir manera de hablar". El de Furetière prc:cisa: "Manera de
puesto de 1619 a 1625. Entre esos dos generalatos, Diego de Jesus vuelve expresi6n, giro o construcci6n con pocas palabras", con el ejemplo:
a emprender la tarea abandonada par Tomas, de quien fue antafio el "Veamos una frase, una manera de hablar italiana o espafiola". El debate
discfpulo predilecto (pero sin ser un "epfgono", camo se ha dicho ). sobre la mistica se concentra en los giros o en los usas que responden a
Vuelve a trabajar en el expediente abandonado: una practica diferente de la lengua.
Algunos, escribe en sus Apuntamientos, para aprovecharse (de esta doctri-
62 Trad. R. Gaultier (op. cit., p. 273), con algunas correcciones de detalles. Acerca de esta edici6n,
na) y acomodarla mas a su espiritu, humanandola en poquito, o explican- cfr. sobre todo aR. Duvivier (op. cit., pp. 239-290 y 489-501), quien matiza a J._ Krynen (Le
60 Por lo tanto Doria puede autorizar la publicaci6n de la doctrina teresiana firmando él mismo la Cantique spirituel, op. cil., pp. 309-336). [Asi dice la nota de de Certeau refinéndose a la
dedicatoria de la primera edici6n ( 10 de abri!, 1588), y al mismo tiempo trabajar en la disoluci6n de : traducci6n francesa del texto de Diego de Jesus, en mi traducci6n castellana aparece el texto
la doctrina sanjuanista. original castellano, N. del T.].
61 63 Ed. en Obras, ed. Gerardo, 1914, t. 3, o ed. Silverio, 1929, t. 1.
Acerca de Tomâs de Jesus, una personalidad vigorosa, cfr. J. Krynen, Le Cantique spirituel, op. cil., .
pp. 229-308, y "Du nouveau sur Thomas de Jésus", en Mélanges M Bataillon, Burdeos, 1962, pp. 64 En las Oeuvres spirituelles, 1642, op. cit. paginaci6n propia, pp. 1-268.

113-135; Sime6n de la Sagrada Familia. "La obra fundamental del P. T. de Jesus", en EC, t. 4, 1950, 65 Cfr. J. Le Brun, op. cit., pp. 540 y 550; Bossuet, Projet d'addition sur l'état passif(\695), en Revue

pp. 431-518. Bossuet, 1906, p. 195.

161
160
Al principio Diego ( N' , h , ,
1 hus suis cuncta ... "-. q Al principio de la lengua mistica hay palabras de
~u~ tiene cada cienci~ de cons~·Ico fs ara.lo mismo) afirma el derecho
6

~Isc~rso": "De c6mo cada Arteir su engu~e. ~ale~ el tftulo de su primer nutor que repiten el gesto adâmico.
Termmos y Prases". Pues , Facultad, o Ciencia tiene sus Nombres Diego! especifica igualmente la problematica de donde procede
' esta fabricaci6b. La disciplina de que trata se define con un sitio, el monte
el Arte, Ciencia o Facultad con el rn. <'armelo, cuyo\no mbre "quiere deeir ciencia de la circuncision". Esta
que tiene para poner nombre buscar Ismo nombre de facultad declara la montana es el fundamento silencios'<\ de los lenguajes que coronan su
s, modos y fr
d
y ar a entender las verdad ases con que declarar ~:umbre. Colocados bajo la obediencia'-de ese monte que es
un nombre
algunas veces usar de impropi: ~adue :r~fe~a: tanto, que es propiedad
-una ''faculta d" semant ica-, los discurso s compon en ahi formaci ones
c d' y ar ari~mo,
(y mucho mas del que trata osas e mucha Im rta . gala de Ret6rico
Y gran
voz (voces* , palabras y sonidos ) en donde se manifie sta
de sentido y de
veces en la propiedad literai d 1 , . . po nc~a ... ) no reparar a Son los efectos, y como un coronam iento en "el
. e os termmos, lll en la elegancia. 66 cl espiritu del lugar.
" al". Hay pues una instituci 6n del discurso
El barban smo, sirve de bla , lleno** de una doctrina espiritu
un lenguaje. Simboliza al art:~;c~:sta declaraci6.n del derecho de producir por ellugar. Esta posici6n marca la diferencia entre la se gunda generac ion
de la lengua natural De aqui' se q~e se emancipa de las leyes ordinari'as de carmelitas descalzos, apoyada en el establecimiento que autoriza una
1· d
" · , en Diego: Jo
prop10 ,
·
"impro · ,
s1gue, e Juego e palabras sobre Jo producci6n ( como en toda instituci6n cientifica), y la primera (la de Teresa
de un propio cientffico Esp ~Io segun la gramatica es la constituci6n o de Juan de la Cruz) para quienes el discurso, lejos de suponer la
haya lt~n_gua producid~. Va~7~~s~a~faararse de la le~g~a natural para que fundaci6n, debe volverla posible y organizarla. De una a otra generac ion,
matematiCas y para toda lengua art'fi . para la alqUimm como para las las perspectivas se invierten: el fundamento --o su sustituto, la funda-
para una lengua cientffica otr I ICI~!; ~~te principio reivindica a la vez ci6n- ya no es para Diego un problema del que tenga que encargarse el
recibida) y otro funcionami~nto ~1 ~on ICJOn (la de ser fabricada y n~ discurso. La condici6n misma delleng uaje esta cambiada. Pero detras de
y no a un orden ?e las cosas ). ( e obedecer a operaciones del espfritu la fundaci6n · hist6rica de los carmelos, esta para todos una institue ion
~este nive!, no importa tod , , . palestina y biblica: el monte Carmelo, presencia fisica y mitica a la cual
a ?e~ermmar esta fabricaci6n si avia saber que hpo de cientificidad va se refiere toda la tradici6n monastica oriental u occidental desde sus
~IStica como a toda ciencia. Ya T~~e~ec~nocer ante todo un derecho a la orfgenes, y a fortiori los carme litas nacidos en sus faldas en el siglo XIII,
"Otra manera de arrobamiento ha ~ ~ Irmaba este d~~echo de nombrar:
70
asi como también un largo linaje contem plativo judio. Antano, en el siglo
.l~amo yo 'sobrenatural' Jo qu /;'t vuelo del espmtu ' le llamo yo"· IX antes de Cristo, esa montan a alberga ba a Elias en su silencio , o lo
Sion' porno decir 'éxtasis ' ~·~~' "·e~~flacostumbrededecir'suspen~ protegia después de que con su espada degoll6 a los enemig os de
71
Iahvé,
que ... ", etc., y ademâs tomaba .... ' ~mo yo 'transporte, un deseo después lo sacaba de su gruta con el "ruido de una brisa ligera". En la
otros ("dicen '). 67 Juan de la ~us distan:m s en relaci6n con elléxico de
Vulgata un "silbo" de la brisa (sibilus) es ellanto de la montana por medio
llamamos 'n~che' a la privaci6n l~~ ~=~a ?,tro tanto ~"aqui nosotros del cualla Voz habla al hurano profeta. En el siglo XVI se apodera todavia
marcar sus distancias en re lac., g 1 ... -:-• con la misma manera de del huésped retirado en el "castillo" teresiano (esa montana de cristal)
cunscribe al discurso que Ion con enguaJes vecinos.6s Un corte cir- y sin embargo tan "penetrante"
se constru ye y Jo s d ------ -un "silbo tan du lee que apenas se le oye"
del e treado. La acci6n de no b . ' epara e un mundo -ya
que "el alma no puede dejar de oirlo"- . Es el espiritu dellugar. También
72

. . ···-
Jo re 1atos de VJa•e o mas bi' rn rar Inventa una t.
1 . Ierra nueva,.. a la manera de
s :~ en, co mo o hizo Ad, una pnmera vez: "Dio Juan de la Cruz despliega en el monte Carmelo la "subida" de su discurso
b
nom res (sus nombres) a tod 1 an
as as cosas -Appel lavitqu e Adam nomini- y dibuj6 el mapa de ese cielo dantesco como si fuera un cuerpo fantâstico
cuyos pulmones resollaran ritmicamente' (como los versiculos biblicos)
66 ..

co:nJo segun el original espai'lol al francés . .


"ni eso, ni eso, ni esotro, ni esotro'm, un cuerpo dividido.por el barranco
~e::.•eg;,. [Asi di ce la nota de de Certeau. End~~~~:ultJ~ qUJen invierte u omite muchas expresiones
N. del T.J
rn :ra as, VI, 5; Cuenta de conciencia no 5 (1 576u~~ ndaparece el texto original, y II H
uc os casos semejantes y tambJ'é n casos en. que 1 1, ra · os de .la oraci6n ,,.." 3, 7
69
. ay otros Génesis, 2, 20 (Vulgata).
"D' dentro de . [ J e engulYe técmco recibido es rechazado .. • En espai'lol en el original. N. del T.
•cen que el alma se entra y ' por eJ..
SJ · · · por este lenguaje no sabré
IV, 3). 1
o ac arar nada" (Moradas •• En espai'lol en el original. N. del T.
68 .
•: Subtda, 1, 2. Su texto ("aqui') se a arta de . , 7
°Cfr. Élie le prophète, col. Études carmélitaines, Brujas-Paris, 1956, 2 vols. y 19.
que los espirituales llaman purgacio:es o pur:::c:;::essJon~'s(leb1mdpleadas Primer libro de los Reyes (en la Vulgata: tercer libro de los Reyes), caps. 18
71
por "los espirituales", de Jo
., 1, 1). 72
.. . Teresa de Jesus, Moradas, IV, 3, 2, y VI, 2, 3.

162
163
l' central donde se repite el
"nada, nada, nada, nada", "
lllrvc de "fuente': a la ~lentt . d" d 1 alabras. Ca mo
lcvunta una totahdad pnmo ~ ~ea:s~a figura de lo Reelal,mo
con una vegetacion de esc y cubierto a sus nte Carmel.o
rituras que se hacen escasa un a re ferenc ta
llega a ser el héroe mudo s al crecer. El s rdtal: q . tro de ambos términos),
de la historia. El fundam lndifcrenciada "neutra" (no la madre
mistica es ciertamente esta
montana de silencio.
ento de la es m ~no n~~erpo o discurso.
cs por quien la palabra llega De la genealogia
El espiritu que la habita es
"circuncision", un trabajo ~élibe y/o patrilineal de lle ngy se. ace l, . o se distingue el origen de las
Esto se evidencia en seguid de ua je te~ ogdtc
designan là estructura de las
a, en el texto de Diego, por
dos indicadores rtl'meras de habl ar mt·sftc as caractenza o p'or la diferencia sexual y por
frases misticas y el utensilio ' '
· d 1 madre L os dos fundadores estab 1ecen e 1
la estructura es dual, el que las ..._.__,_,•. una pre po nd era nc ta .~ a
utensilio es un cuchillo. privilegia de la relaczon d~a · va a definir la forma del ·
establecimiento historico del En primer lugar l, .q u\ a la refiguran en lenguaje Y
carmelo reformado nos rem l'l contenido de 1~ e:'pen el
a dos fundadores: la "santa
madre" Teresa y el "biena
ite no a uno
fundacion. Es ta pnon~ad
en~:~elaci6n ~Beziehung) ~on el relato de la
Juan, "su fidelisimo coadju venturado ,?ee otr o espe-
tor", "dos padres que se pu
eden llamar hijos y cifica ya un a perspectl~~ s iritual" (Geistlich) en lo referente .a ~na
padres del carmelo". En est pcrspectiva mas metafts.t p . ï ·a la adecua n o la
so reformado son también
e cuadro genealogico, los "pa
dres" del diseur-; c~ que pnvto~g;o demas, a cio astmtla-
traducirse en un a
ci6n con el ser. Es ta p~wn
diferencia sexual recibe des
los "hijos" del silencio de
la montana, y la . . dad vad, .Pt.
de el inicio una pertinencia ms tstenct·a de 1 ad-ve r bto o del a -Je IVO y del verbo -el em en tos de
Son necesarios dos (masc teorica y pnictica.. ., · · del sustanttv . o. ·
ulino y femenino) para qu correlacw n o de d'tVIS
· · · n- y en una eros ton
IO . Se ms cn'be en
lenguaje. Éste no es célibe e nazca el nuevo. una pro ble ma tic a de ~han~a d os que se llamara, ma, s tar d
desarrollo sera dirigido pa
(no es ni teologico ni cle
rical), y todo ''nupcial". Pero, en Dtego
s Y . e ~ot~~a de un pape\ centra e
r la division que organiza , a mujde~, ~. (o un pa l, ap are ce
dualidad (Teresa y Juan) inv su fundacion. Esta . 1 t Es un a me tacton saje) en tre las dos
ierte el modela adamico (A cam o a~ b Iva en e.
reproduce el modelo cristic dan y Eva), pero perspecttvas: co ma madre . la funcion de apoyar el dts . la
o de las relaciones entre Ma , ttene cu~so o
"m ad re" supera al "padre", ria y José. 74 La experiencia sobre Jo real; la funcion de anuncta r un a
hacer pasar bajo la doctrina
no solo par motivas apolog
éticos (es necesario cam o es~~:a~ntre una on
diferencia insuperable. :~r to}ogia a la que
Juan) o historicos (Teresa pre
respetada de Teresa la doctr
ina sospechosa de · ece osct ue es resagio.
todavia protege y una. ero
se repite entonces en los com
cedio ), si no en nombre de una
estructura que . tt~ a
Pa r el contrano, pnncip_a :~~nte a :ro po sit o del "padre", Diego,
?e
entarios referentes a la Mu . . se convierte en el aposto
sis75 o en la tradicion cabali jer del Apocalip- con una especie de lirismo
stica cristiana de la "Sekin extrano, c.~~~ sau1~a~~· su ins l
presencia divina y de su hab a", feminidad de la de la circuncision y levant trumenta. Sin duda
itacion en este mundo: 76 un a el c~lcht o q eban todos"
maternai parece acoplarse "indeterminado" alguna, a las obras de Te para "circuncidar
con el silencio de donde vie resa as apr
una fecundidad innominable nen los discursos; afectos y deseoS" . Pero no son comparaubles a la "precision y anatomia
de la madre corresponde a mistica" practicadas por Jua .
esta montana que n de la Cruz.
71
Juan de la Cruz, Subida del . 'd
Sainte Thérese d'Avila el Sain
Monte Carmelo, Cfr. Michel
Florisoone, Esthétique et mys
tique d'ap rès
La doctrina de nuestro Beat~ Padre en esta materia de ctrcunci ar,
d
cercenar morti.fitcar, desaproptar es hacOt, aniquilar a una alma (y con
t Jean de la Croix, Paris, Seu
encuentro con Dios en el il, 1956, pp. 113-127. El rela _.J..
Horeb esta escondido por to biblico del ,
' bi'e . l
os n) es tan particu ar, tan
commotione Dominus ", "no la negaci6n "non in spiritu · 1
n in igne Dominus" (1/1 Rey Dominus", "non in todos esos nombres aun \o declararem
sanjuanista. es 19, 11-12, Vulgata). Es no d ')ta n s'In pie dad en cortar, y apartar
el ritmo del plan
penetradora, Y(SI· dec.ir. se pue e as1
u Es bien sabido que Teresa
de Avila tenia una "devoc todo lo que no es punstmo E , 't que espanta a quien la lee. n
un "coadjutor fidelisimo"
(cfr. Estudiosjosefinos, t.
i6n" extraordinaria a José,
quien era también spm u,
Santa Teresa, t. 18, 1964). 7, 1953, pp. 9-54; y el num .
Teresa puso en circulaci6n . especial San José y
La espada de Elias amma 1 .o de términos cortantes qu
a es~, UJ e des
" Pasion que asocia al Caembo-
se parece mucho a Juan de a un san José contemplativo,
la Cruz. quien por lo demâs
can, caida de la !rase, en
un esptn~~oÏencia quirurgi
75
En particular desde que en
la Expositio in Apocalipsim
rmelo
de la mujer sobre el Dragon de Joachim de Flore, el cap profético del Anttguo Testa. ca y cientifica ~el
una era de la mujer asociad
) parece referirse a una "cri
sis de la era del Hijo" y prom
. 12 (el triunfo
eter la llegada de
men
Renacimiento. En .esta doctrm ~~ a reconoce la de San Pablo para qmen
76 a
Cfr. Gene_viève Javary, Rec
al reinado del Espiritu y al
regreso de Elias. a, ~~~ode dos filos", o la
herches sur 1'utilisation du "la palabra de Dtos es un del Ltbro de la
chrétien'Je duXJI' au XV I/f
siècle, Lille, Université de
thème de la Sekina dans
1'apologétique Sabiduria, que ve en el Es a, ~spa" uda cam o la punta de una
361-527 ("L a Sekina, aspe
cto femenino de Dio s'). Son
Lille 111 et 1ibr. Honoré Cha
mpion, 1978, pp. pm tu una cosa ag
las relaciones entre el Esp particularmente interesantes
iritu y la madre, que estân , en esta tradici6n,
'da de acuerdo con el texto ai\
tradici6n misti ca. mâs ocultas pero no son men
os esenciales en la
77Trad. Gaultier (Oeuvres, op. ï
ct ., p. 272)' corregt · · 1 esp o.1 [Asi dice la nota
de de Cerleau, en rn ·, traducci6n aparece el texto ong N del T.]
tna . .

164
165
Iii. '!['
esp~da". El discemimiento que allf se expresa, "agudo y afilado para cortar en frases de E~critura a cada paso se vera el nombre de demasia aplicado .1 '1

Y. Clrc.uncidar", da testimonio de la eminencia de Juan de la Cruz en "esta a cosas perfectas y divinas. En S. Pablo, a Dios: "Por la excesiva
c1enc1a de circuncision mistica y espiritual".
caridad, con la que Dios nos am6". En David, .a los justos: "Bie~~ven­
La circuncision tiene la larga y doble historia de las divisiones turado el var6n que terne a Dios: amani demas1ado sus mandatos .
entre judios y cristianos y de los contratos entre el cuerpo y el absoluto. Lo mismo digo destas palabras "soberbia y furor", que suenan
Lo~ hebreos habian adoptado esta costumbre egipcia para convertirla en exceso reprehensible y cosa desordenada, y con todo de Dios dice el
el s1gno de su separacion de entre las naciones y de la alianza con Yahvé. 78 Profeta: "El Sei'ior jur6 por la soberbia de Jacob (es decir) por si mismo
Un relata de la Biblia nos da una version primitiva como un gesto de que es la buena soberbia de Jacob". Y Cayetano Iey6 del Hebreo: "El
ma~re y esposa, en el momento en que Yahvé "trataba de hacer morir" a Sei'ior rein6, se revisti6 de soberbia". Y el furor muchas veces en sus
~o1sés. s~.mujer,, Séfo~a, "tomo un cuchillo de pedemal, corto el prepu- Psalmos le apl ica David a Dios [ ... ]
CI? de su hiJO, toco con el el sexo de Moisés y después dijo: 'Tùeres para También la Teologia escolastica no admite "macula", sino
m1 un esposo de sangre"'. El texto explica que "ella habia dicho 'Esposo adonde hay culpa: y en Teologia Mistica se Hama "macula" cualquier
d~ s~ngre' debido a la circuncision ". 79 La alianza, como el matrimonio, se toque o particular representaci6n de objeto sensible y cualquier cosaque
s1gmfica por el acto d~ ~uitar y de cortar. Practicada entre los judios, impide la mayor ilustraci6n de Dios: y en los Angeles inferiore~ se pone
abandonada por los cnst1anos y convertida en la seiial de una frontera "purgaci6n" cuando son ilustrados y alumbrados de los Supenores, de
e?tre un os y otros (el bautismo sustituye a la circuncision), prohibida a los que mas largamente diremos después. .
cmdadanos del Imperia romano por el rescripto de Antonino restaurada La aniquilaci6n dira el Fil6sofo y el Te6logo Escolasttco que
por la secta ~ristiana de los pasagianos (siglos XII-XIV), t~nida como es un total dejar de ser, de manera que no quede del ente ni existencia,
prueb~ de dehto en los procesos contra los judios (siglo xvi), esta marca ni forma, ni uni6n, ni materia, que es el primer sujeto que ahora en las
sangnen~a del cuerpo ~e?,ala el acceso al no"'!~re del padre (~la virilidad) generaciones y corrupciones siempre dura; pero el mistico dira qu~
por medw de una sum1s1on al poder paterno. Asi como Abraham levan-
"aniquilarse" el Alma es un santo descuido y desamparo de _si, tai qu~ n~
taba su.cuchil.lo sobre su hijo Isaac para sacrific;arlo a Yahvé, es decir para
por memoria, ni-por afici6n, ni por pensamiento le pase cmdar de st, m
produc1r sent1do ("sacer facere"), de la misma manera Juan de la Cruz
de criatura, para poder transformarse total_isimamente en Dios. ,
corta en Jo vivo de la carne para describir el camino de la union. Cercenar Esta licencia de usar términos parttculares y fuera de Jo comun la
tai es el proceso de la alianza cuando se trata de Jo absoluto que se marc~
tiene con mas fuerza la Teologia mistica, porque trata de cosas altisimas,
por 1~ que .qu~ta. Trabajo de escultura, caro a Juan de la Cruz. Teologia
sacratishnas y secretisimas, y que tocan en experiencia mas que en especu-
negat1va: szgnifica por loque quita. El mismo signa es desde entonces un
laci6n: en gusto y en sabor divino mas que en saber, y esto en el alto estado
efec~o de el~minacion ode division. Un aspecta de ella aparece ya con la de Uni6n sobrenatural y amorosa con Dios. Para la cual son cortos los
teona de D1ego sobre las frases misticas. ~s "palabra" Jo que corta el
términos y frases que usa la especulaci6n, que en estas materias tan sin
cuerp?_ de la ~~~.gua materna. Se reconoce por las "palabras" cortadas que
materia queda de la experiencia extraordipariamente vencida.
produ~e, es dec1r por una pnictica cercenadora del lenguaje.
Lo cual declar6 divinamente Sa'il Bernardo en el Serm6n 85
A esta produccion analitica, que consiste pues en producir al
sobre los Cantares, donde después de haber tratado de particulares
c?rtar (el "anal isis" es una division), Diego mismo la explica con algunos
eJemplos: grados de perfecci6n, que llevan al Alma a la Uni6n y fruici6n de Dios,
que puede haber en esta vida, dice asi: ,"z,Llegara tai vez algun~ a
El Fil6sofo moral en oyendo demasia, dira que es extremo, y exceso, que preguntarme qué es gozar del Verbo? Le respondo que busq~e mas bte~
sale del medio que requiere para Virtud: y asi reprehensible y vicioso; pero a un experte y se Jo pregunte. Porque si a mi se me concedtera expen-
7K Génesis, 17. mentarlo, z,crees que podria decir Jo que es inefable? Escucha al ~xperto:
79
Éxodo, 4, 25~26. ya entremos con Dios con exceso de celo, ya seamos sobnos ante
"" Esta sumisi6n implica ademâs un amor privilegiado, "homosexual", del padre y del hijo (cfr. vosotros. Es decir: Una cosa me ocurre con Dios, cuando procede por
Herman Nunberg, 'Tentatives de rejet de la circoncision", en Nouvelle revue de psychanalyse, no. 7, mi propio arbitrio, otra con vosotros. Me fue posible e~perimentar esto:
1973: pp. 205-228) -un rasgo que se encuentra a menudo en la representaci6n cristiana de las pero de ninguna manera decirlo. jOh, tu que eres cunoso en saber que
relac10nes del Padre y del Hijo en el seno de la Trinidad-. .-
sea gozar de este Verbo! No presentes el oido, sino la mente, porque esto

166
167
no lo ensefta la lengua smo · 1 G racJa:
a
·
se esconde a los sabios a 1 para escuelas, para discfpulos y maestros; artes y modos que se pueden
····--é:l y os
pru entes y se revela a los pequeftuelos. Grande en verda enset'lar y saber.
grande y sublime virtud es la h ïd d, hermanos, Licencia tiene el mistico (como se sepa que en la sustancia de
digna de obt 1 umJ ad que merece Jo que no se ensefta: .
ener o·· que no puedo apren der: d'Jgna del verbo y de Jo que di ce no contradice a la verdad) para alentarla y ponderarla, dando
concebir or -~·-·· ·
a entender su incomprehensibilidad y alteza con términos imperfectos,
ocurre to%o e~~~%bo, loque no puede explicar con palabras. (,Por qué y
al perfectos y sobreperfectos, contrarias y no contrarias, semejantes
Padre del Verb . o porque Jo merezcamos sino porque asi le parece s ëjemplo s en los Padres Mistico s,
o, Esposo del alma, Jesucris to nuestro Seftor" desemejantes; como de todos tenemo
·
San Bu ' particularmente en San Dionisio Areopagita. El cual en el capitula
7, después de ha~:~vten~ura en el!tinerarium mentis in Deum, capitula
segundo de Caelesti Hierarchia trae un~ locucion mistica que casi
Mistica Teologia èlonrdaeJddoJ. mu~ a la larga el lugar de · San Dionisio de .
cia del gozo y quietud de
, . . .
ce como se ha de dei~ar 10 VJSJ'bi e e mvJsJbl e abraza todo lo dicho, hablando de la excelen
concluyendo· "P ues to que SI. por ti mismo y t d , 80
que gozan aquellas sustancias intelectuales. bis (Qué hiciera si tratara de
.
inconmensurable y absoluto exceso po~ _o as las cosas en un
~el puro espmtu• llegaras a. conocer la increada y divina). Para declararla, pues, faltandole términos o trans-
todo y libre de t d 1
, o as as cosas subJeras al ra cendiendo de proposito los comunes, después de haber puesto en elias
divinas tinieblas, entra diciendo· Si t yo _su~eresencJal de las -
furor, irracionalidad e insensibilidad, entendiéndolo todo a Jo sobreen
Interroga a la Gracia no a la d ~ . ~ ~reguntas "como se hace esto? tendido, como él habla; llegando a tratar de la quietud de que gozan, dijo
gemido de lao .. , oc nna, a deseo, no al entendimiento; al
que tenian "immanem quietem", quietud cruel y furiosa, siendo Jo mas
:l ~:~ no al h~~:~, :ol:l:.:~;;:~d~e~::~~;,~~:;~:~ ~! ~=-:~~
_o que m ama totalmente y que nos transporta a Dios e , .
desemejante y contrario que puede haber a quietud la crueldad y furia.
Hizolo empero con divino acuerdo, pues por Jo que dijo de

!ee~~cJ:s~:s f~:~~si~:~e~ ~~e~t~~o1s afect?s_:. Solo percibe ve~::~~~


. ' "quietud" quito Jo imperfecto de "furia", y con decir "cruel y furiosa
quietud", declaro la perfecci6n y excelencia de este sosiego; porque
huesos la muerte. El que amae~sta Jma ma eiJgJo ser susp_endida, y mis
.
quien oye "quietud" no mas, parece que le ofrece una cosa ociosa, tibia
du da aigu na es esto verdadero: no me u:e~:·~~::b::rtv~~~~- :rque sin .
y fria, remisa, de pocos grados y perfeccion; pero quien a la "quietud"
~~::·c~:ntr~mos e~ la oscuridad, impong amos silencio a los cu~~aa~~:·
la
le junta "cruel y furiosa", quitada ya la imperfecci6n de la furia, con
· cuptscenc~as Y a los fantasm as" ' "quietud" dio a entender la fuerza, perfeccion, intencion (y digamoslo
En materia, pues (como dice~ S asi) la insufrible e incomprehensible excelencia de esta "quietud" y
el

~~~~~t:~e~~r~d; ladexperiencia vence aJa d:~~~na ~~~~~ ~~~u:':::e. t:: exceso que tiene sobre lo imperfecto que en nosotro s pasa.
Por esto le parecio a San Dionisio en este capitula segundo, que
humildad alc~n;anloeqeuscmdaestral, no la lengua, sino la gracia: donde
la
e vue o se va y apreh d 1 de estas casas altas y divinas mas nos declaraban los términos del todo
~:r:~i~~a~uqe~:
-
;:~epiiaalra;bdonde
la palabra sustancial del, Padre haec: t:l:s
'
desemejantes y contrarias que los semejantes y que suenan algo de
ras no se pueden de 1 proporcion. Dice, pues, asi: "Si las negaciones en las cosas divinas son
maravi llosame nte San Be c ;r~r, c;mo en la primera Autorid ad dijo
r~ar o, y onde como. ahora dijo San Bue- verdaderas, las afi.rmaciones son incompletas; la oscuridad de sus arca-
naventura no ha
~or Ent_e,ndimiento, ni por reglas de nos se manifiesta mejor a través de formaciones desemejantes. Mas a(m,
Maestros; ,donde ~~~~:~~ :~r~:
Es . . . a oracJOn, y el trato de Dios como no creo que contradiga la opinion de los sabios el hecho de afirmar que
do~~;olal~l:;~e;~e~::~ y s~av~ad c_edlestial es la escuela ynoenseftan hay
za;
ue
las semejanzas desemejantes conducen mejor nuestro espiritu". Donde
dijo muy bien Hugo de Santo Victor: "No solo son probables las
. y a o scun ad alumbra ; donde
saz6n y pu~to
a uardar
q~e da el ;~e~~ed:e;~o~~ ~~~dd~~:urso se alcanza, sino laraci6n , figuraciones desemejantes porque muestran las excelencias de lo que
esta sobre este mundo, sino también porque separan a nuestro espfritu
disposicion para esta v· d.. . . m~erte y santa desespe
d es santa
-
Y modo en los té . J a Jvma, como po~dremos tasa, limite, orden de las cosas materiales de un modo mejor qlle las figuraciones semejan
ueriendo rmmos ~on que tan supeno r cosa se ha de declara r tes, y no dejan que nos reposemos en elias[ ... ]"
q que cosa tan sm térm · t · f; · '
ordinarias, sin transcender las como, anfime able ~as~ por las reglas
Los ângeles.
munes rases y termmos, guardadas Bobis

..
168 169
entre todos los usos existentes, incluidas las "frases teol6gicas", las
"l'rases mistic~.s" se distinguen menos por su estructura que por el
procedimiento que las construye. Lo importante es un I!!.!!E.~..§Q.fie.../.ablj­
nu:i6n. Diego. insiste en la transformaci6n efectuada por el autor del
tcxto, a la que corresponde la operaci6n que induce en ellector. De una
y otra parte, un movimiento es esencial, y se caracteriza a la vez por un
de~plazamiento de(§Jlj(!(.{}. ~n el espacio de sentido que circunscriben las
palabras y por una manipulaci6n técnica de esas ·mismas palabras para
sefialar el uso nuevo-que se hace de elias. En resumen, es una prâctica del
desapego que desnaturaliza la lengua, pues la aleja de la funci6n gue
pretendia urîa imitaci6n de las cosas. También es una prâcticâ qûê ·desha-
1:
ce las coherencias de la significaci6n para insinuar en cada unidad
semântica los jyegos retorcidos e ''insensatos" de las relaciones del sujeto
1 1
1.
l;i
con otro y consigo mismo: una prâctica que atormenta a las palabras para
hacerles decir Jo que, literalmente; no dicen, a tai punto que llegan a ser, '1,
en cierta forma, la escultura de las tâcticas de las que son los instrumen- 1

tas. Un término, en si mismo ambiguo, podria definir esos procedimien- 1

tos que despegan a la lengua de su funcionamiento natural para moélêfâr'la


de acuerdo con las pasiones de los sujetos locutores: 1'adresse, es dedr"
Los Apuntamientos de Die d 11 · la destreza y la direcci6n, puesto que por una parte el destirîo del discurso
Sandaeus llamara el "dialecto , f g~'. :;ta
an la producci6n de Jo que , supera a la validez del enunciado (se trata de palabras "dirigidas", sin que
La reivindicaci6n de una " filS ~.:o . ~mor suam habet dialectum".s2 se pueda saber finalmente por quién y a quién*), y por otra parte una
historiad?res, 84 cirujanosss :;t~~~~a o~~O~Ia se ~ne a, la de los j~ristas, sJ . habilidad pretende despertar enJas palabras, por sus correlaciones con
en el conJunto de trabajos ue r g , . n la '?H.sma epoca, y se mscribe otras, las posibilidàdes a las que no permitia despertar la dominaci6n de
gran a las "maneras" (de q %b.amdatJcos y logJCos del siglo XVI consa- : la cosa significada (una técnica emancipadora libera, en las palabras, a
· . esen 1r e hablar t ) puesto que, vista la los juegos y movimientos relacionales a los que ponia trabas una docili-
msufic1encia de los modelos p ' . d ' e c. ,
génea y limitada que era el ro~orcJOna os por la lengua estable, homo- dad con respecta a las cosas).
racionalidad de las lenguas "v ~tm, t\~~~n de fundamentar en "usos" la Juego de destreza(s) y direcciones, pues, que une a la concepci6n
u gares · Es mas especifico el hecho que , de Diego con el manierismo. Durante esta se gunda mitad del siglo XVI, las
., D'
Ieg~ de !~sus, Notas, op. cil., pp. 276-282 [E . . belle maniere de tratar los motivas y los ternas establecidos durante el
ot~a pagmacJOn. N. del T.J Diego comienza re . n. mi traducci6n se reproduce el texto original con periodo anterior se alejan deliberadamente del naturalismo del primer
~;ologo escolastico" lanzan al uso misti co d ~~on~Iendo a lo~. reproches que "el fil6sofo moral" o "el Renacimiento. Las virtuosidades de Jo que tainbién se Hama la "prâctica"
M. Sandaeus, Clavis op cil p 9 p le b rmmos como exceso", "furor", "mancha" etc
comentario del Cantar de la~ Ca~ta;es.' "L~na ~= que ~ar~fr~ea la de Bernardo de Clar~val. en su sustituyen a la teoria huroanistica de la "imitaci6n"; exaltan la Maniera,
!~ lengua del Amor, le parecera barbar~)" g amons ei qUI non amat barbara erit (Al que no ama, trabajo del lenguaje sobre si mismo, cuyos efectos sutiles y suntuosos
Cfr. Jean Miles, Style et pratique fondés e .
1 succmctement adaptés aux Ordonnances Royaux et
ilustran las capacidades indefinidas. Este expresionismo estâ hecho con
f:outumes de France, Lyon, 1549.
Lancelot ?ela Popelinière, por ej. reivindica "nuevas
artefactos que exorcizan Jo referencial y ponen en movimiento un espacio
~· G. Dubois, La Conception de l'histoire en Franc :;:~er~ de hablar" en la historia (1581). Cfr. fragmentado en pedazos contrastados. En los cuadros, las pasiones ahi
Vallembert, en 1558, afirma que "es n . ea Slec/e, Paris, Nizet, 1977, pp. 126-152
~anera de hablar" (cil. en F. Brunot, Hist:~:s:I~ cloncedejir a cada estado y oficio una determinad~ (Réflexions sur 1'usage présent de la langue française, 1689), Callières (Des mots à la mode et des
C.fr. Lutero, sobre la "manera de hablar" ~ angue rançmse, t. 2, 1967, p. 164). nouvelles façons de parler, 1692; Du bon et du mauvais usage dans les manières des 'exprimer, 1693),
g. 444; trad. al francés, "De la Cène du Ch, .e~.s~ e predlcatwne identica (Werke, ed. Weimar, t. 26 La Touche (L'Art de bien parler français, 1696), Renaud (Manière de parler la langue française selon
Esta primacfa del uso ya evidente 1 Gnst , euvres, t. 6, p. 127). ,
Gl ïl ( ' en a rammmrejra · d R les différents styles, 1697), etc.
anvi An EssayConcerning Preaching 1678) D 1 nç(mse e amus (1562), se acentuara hasta • Juego de palabras que se basa sobre la polisemia del sustantivo "adresse", que significa Jo mismo
, , a garno Consonants, 1680), Andry de Boisregard una direcci6n u orientaci6n que destreza. N. del T.

170
17'1
pintadas representan ante todo una asi6n
sometidos a Jas torturas deii.cJ· osas Pd e- _unnaft:~\,~~~Eforml!s
_por t
y los colores
. . de los Pirineos, error mas al hi". Para explicar las frases de Juan de la Cruz,
representan no tanto héroes o senti . ,~· , s a~ teatra 1Izacwnes Diego recurre, pues, a los procedimientos que ahi se marcan.
ciones de que es capaz una mdientos,_ o mas bien las modaliza- Lo que Diego nos presenta coma ejemplar es un ~xirn.9.f,2ll.; En
. escena etermmada s operas
. on
, en las que , efecto "cruel reposo" ("imman em quietem" que Diego traducia: "cruel y
ballan las maneras de pi'ntar y 1
as maneras de ''to , 1 1 AsJ, pues, furiosa quietud" *) pone en relacion sintactica dos antonimos, como "os-
podemos colocar las frases misticas . car a te a.
iiolas, desde las que despliega _en~~~ decoracwnes manieristas espa- cura claridad". Se trata de un tropo. Sandaeus dira claramente que las
Campan a 0 Pedro Machuca) h:s~n rrea ISmo de las_ cosa~ (con Pedro de expresiones misticas se forman "per tropos" y que son ''tropicae loquutio-
espacio, con el Greco " ? , a as que crean un Irreahsmo del mismo nes" (explica mas ampliamente esas maneras de hablar en su Grammati-
cus projanus). Los tropos, que caracterizan, pues, a las unidades elementales
"espiritu " de ese luga; d;:~~oes cre~~nseld~ Tole~o. -:-"genio maligno " y
91

del discurso mistico, son, segun Du Marsais, "maneras de hablar" o


Desde este punto de vis~:~~ Ica a ImposJbihdad ~e un lugar-.
figuras "por medio de las cuales se da a una palabra un significado que no
lenguaje mistico proviene no tant~u~!mente, como escnbia Baruzi, "el
. . vocablos nuevos, como de las es precisamente el significado propio de esa palabra". Se llaman ''tropos",
transmutaciones realizadas
je normal" s9 M . d' h en el mtenor de vocablos tomados dellengu a- del griego tropos, conversio, cuya raiz es trepo, verto, "hago girar",
. ejor IC o, no se trata de 1 porque "cuando se toma una palabra en el sentido figurado, se le hace
!~~ta del efecto de un trab~o sobre la 1una eng~a nueva o artificial, se girar, por decirlo asi, con el fin de que signifique lo que no significa en el
~!'-~ica en primer lugar a las len uas "v~ngua ~~!~~ente, trabajo que__~ sentido propio". Vuelta, desviacion, giro, conversion, el tropo se opone 92a
preferencia), pero que se extiende ~ambién 11ares (alas, c~ales se da la lo propio; es la "manera co mo una palabra se aparta de su significacion ".
que Jo especifican nos remiten . a as lenguas tecmcas. Los usos
Este procedimiento de apartar ya no se fundamenta, como la alegoria
se constJ'tu a opl eracwne s efectuadas por locutores. La
ciencia mfstica
.
no
ye a crear un cuerp 0 r .. , · tradicional, en una analogia y en un orden de las cosas. Es ·sali da, destierro _
(es dec1r, un sistema cientffico) . d fi . m_gmstJco coherent e semantico, ya es éxtasis. Bajo el titulo de una "audacia inventora" ("fin-
decir, una formalizaci6n de las '~~~?a) e mir operacwn~s legitimas (es
1
geiidi-audacia''), deriva hacia la deseinejanza. Esta desviacion crea lo
delimitado en razon de u 1 prac_ Icas . ParadoJa: esta Ciencia que se ha
, . n enguaJe no se sost' · . extraiio dentro del orden (o lo "propio'') de la lengija,
practJcas estables en las cual 1 1b Iene smo caracten zando Cercano a la antifrasis y a la paradoja, el oximoron ''viola el
variables. Esta mi~ma cJ'en . es das pa a ras son los efectos inestables y
d codigo" de un modo particular. Sin duda alguna la contradicci6n que
. Cia se esmemb rani
artJCular simultaneamente al co . t d , pues? cuan o ya no pueda plantea no se "proclam a tragicamente", como en la antitesis, sino se
Lo t t d nJun o e sus operacwnes. "asume paradisiacamente"; tiene valor de plenitud, mientras que en la
93
s ex os emuestran que el b 1 . . .
procedimientos misticos Baste . ~oca u ano es el mdJcador de antitesis es tension insuperable. Pero, por una parte, los opuestos que se
Moradas, esa topica fundament ~n ejemp ~- Cuando, en el umbral de las acercan se refieren cada uno a escalas o medidas diferentes. En este
humana y a Dios como unico a ~e considera al airy-ta coma residencia sentido no son verdaderamente contrarias, ya que Aristoteles dice justa-
habéis de entender que va rn rhesJdente, Teresa de Avila escribe: "Mas mente que éstos deben ser del mismo género (por ej.: bueno vs. malo). Los
uc o e estar a t ", 90 e 11 a d1stmgue · ·
usos de la misma palabra por 1 ., es ar dos términos combinados por el oximoron pertenecen cada uno a ordenes
n que los separ U , .
. .
constJtuye la diferencia entre ell p 1
a operacw
- --~------;- . a. na practJca heterogéneos: la "cruelqa d" no es comparable a la "paz", como tampoco
:~istico" por el itinerario ("en~~~r ~r o 1~!nto un termmo se convierte en hay conmensurabilidad entre los térrninos
94
reunidos por Juan de la Cru,:z: en
nuevo. Un via'e dell n _s ) que fundamenta su emp-leo "cauterio suave" o "musica callada". La combinacion actUa de soslayo,
dialéctica que~Monta~;~!o:~;~duce la dpiferencia del sentido. Es la misma
Iv a Y que ascal sospecha: "Verdad mas aca • En espai'lol en el originaL N. del T.
..
" Cfr. Triomphe du maniérisme européen catâlo d - -.
91
Sandaeus, Clavis, op. cit., prefacio y pp. 6-9; Grammaticus profanus, Frankfurt, J. Volmar, 1621,
commentationes xn y XV-XVIII (sobre los "modi scribendi" y los tropos). Cfr. también su Theologia
go ela exposJcJon de Amsterdam, 1955; M. Dvorak •
Ueber Greco und den Manierismus" en K'unstgesch1c producci6n.
s th • hte al G · . symbolica, Maguncia, J. T. Schônvvetter, 1627, acerca del origen de los simbolos y de su
••my 'Mannerism and Maniera, Nueva York 1965 s e/SiesgeschJchte, Munich, 1924; C. H. 92
Du Marsais, Traité des tropes (1730), cap. 1, art. 4; Paris, Nouveau commerce, 1977, pp. 18-19.
1. Bakuzi, "Introduction à des recherches su; 1 . 93
J. Dubois et al., Rhétorique générale, Paris, Larousse, 1970, pp. 120-121.
1931-1932, P- 75. e langage mystique", en Recherches philosoophiques' Miroir des
~) Al. •• Llama de amor viva, estrofa 2; Cimtico espiritual, estrofa 14. Po.r el contrario, en el
oradas, 1• ICfr infra, PP- 228-230. simples âmes de Marguerite Porete, el nombre del héroe central y misterioso, "Loingprès" (lejos-cer-
ca), combina bien los contrarios.

172
173
como si. diversos ~ipos de espacio heterogéneos se cruzaran en un mismo ya algunos principios sc deducen de la operaci6n inicial que Diego
escenano, algo a~1 como un fantasma en un departamento urbano. Desde describe:
~ste p~nto ~;95 vista el oximoron <!la al traste con el uni verso de Jas
semeJanzas , es un lapsus de la semejanza, mezcla los géneros y a) La unidad hendida, o el entredicho. La unidad semantica mas pequefia
pe~rba el orden. ~or otra parte, el oximoron pertenece a la categorfa de se ha rasgado. Tenemos dos en lugar de uno. Dicho de otro modo, uno es
los metasemem~s que remiten a un mas alla del Ienguaje tai como Jo dos: éste es el primer principio. Un corte organiza Jo elemental, que retibe
h~~e el_~~mostr~t1v~. ~s un ~eictico: muestra Jo que no dice. La combina- por este hecho la condici6n de ser un entre-dos: un entredicho y una
f.I()n de los dos termmos susti~uye la existencia de un tercero y Jo presenta interdicci6n. Esta "unidad" nos da asi la formula, casi abstracta, del
~()mo. ausente, crea 1;1~ aguJe~o en el Ienguaje, corta el Iugar de un- "exceso": no se puede reducir a ninguno de los dos componente s ni
mde~Ible. Es,~n I;ngu~e que tiende a 96un no-lenguaje. Desde este punto tampoco a un tercero, que precisamente es el que falta. Supera allenguaje,
de vista tamb1en, 'transtorna alléxico". En .un mundo al que suponemos--· tiende a un afuera, como tantos dedos que se levantan en la pintura
.
por co~~leto escnto y hablado, y por consiguiente, capaz de expresarse_ manierista. Una hendidura inicial vuelve imposible el enunciado "ontol6-
en un lexico, a?re el vacio de algo innombrable, apunta a una ausencia de gico" que seria Jo dicho de la cosa pretendida. La frase mistica escapa a
co_rr..eseondencta entre las cosas y las palabras. - esta 16gica y coloca en su lugar la necesidad de no-producir en ellenguaje
P~~ el procedimiento del oximoron, nacen, pues, giros que son sino efectos relativos a Jo que no estàen ellenguaje. Loque debe ser dicho
mezcl~s de palabras desplazadas. Esos seres Iingüfsticos extrafios cuyas no puede serlo sino rompiendo la palabra. UJ!ahendidura interna obliga ~
dos. m1tades perten~cen a 6rdenes diferentes y cuya cabeza, in~isible, declaràr o a ~ë-onfesar-·à-1âs-païabra·s- el duélo que las separa de Jo que
h~~Ita en otro espac10, parecen obedecer a las mismas reglas de produc- muestran.-Êsta es la primera "circuncisi6n". Un rechazo (scotomisation)
CIOn ~~e los cuerpos presentados por Ambroise Paré en sus Monstruos y irïîêiatiëo (se trata de una iniciaci6n) establece como unidad de referencia
prodzlfzos _(1573) o l~s _seres "desemejantes" que Jean de Léry analiza en del h~Ql;u m~stico a una palabra herida. Este ti po de corte tiene un senti do,
su Hz~torza de un vzcy_e. hecho a la tierra de Brasil (1578): seres que pero no lo da.
:oi?bman partes_ extra1das de todos heterogéneos (como el tapir que es
m1tad vaca y m1tad asno" y "participa de una y de otro '"" 97 y se si·t,uan en b) El signo opacado. En la teoria clasica, el signo tiene dos caras: representa
1 ·, d d una cosa (que se reconoce "a través" de él) y tiene una realidad propia (que
a umon e os mun?os. En todos estos casos, el "monstruo" esta hecho
c?n element?s conoc1dos pero dispuestos de una manera todav fa descono- constituye su espesor). Por el primer aspecto es transparente; por el
Cida que de~1gna ot~o e~~acio. Jer~nimo Bosco hubiera podido pintarlos. 98 segundo, es opaco. Asi las letras que representan un sentido pueden ser
En un reg1stro mas hnco Maunce Maeterlinck evocaba Jas palabras consideradas en su materialidad, y en ese caso hacen que se olvide o
flai?en~as que Ruusbroec "llevaba a otra parte": "Inventadas para 1os usos desaparezca el sentido. Parad6jico, el signo descubre y oculta. De hecho,
ord d 1 ·d , una relaci6n inversamente proporcional rige la relaci6n entre esos dos
manos e a VI a , esas palabras "se sienten desdichadas, inquietas y
asoii_Ibradas como vagabundos alrededor de un trono, cuando de tiem 0 polos: la aparici6n de la cosa significada creee cuando disminuye la del
en tiempo alguna alma regia las lleva a otra parte".99 p ero an tes pd e signo-como-cosa. 1\:fientras mas nos detenemos en el signo-como-cosa,
d b · , ,.
(/scu nr ah1 ~na po~tJc~. es preciso reconocer un,procedimiento, el ge~to menos reconocemos en él la cosa representada. Ahora bien, como Jo
_e_unp~nsam1ento. Desde este punto de vista, el oxfmoron es un microla- notaba W. V. Quine, la opacaci6n del signo (y por consiguiente el borramiento
borafono. ~ste aparato produce la unidad elemental de las maneras d de Jo referencial) es el efecto de todo Jo que conduce la atenci6n a la realidad
hablar. El d1scurso mistico ~nsanchara y complicara los caracteres, per~ (fonética, grafica, lingüistica, etc.) del signo. Asi, las comillas o los enuncia-
95
dos de actitudes proposicionales (del ti po: Diego piensa que Juan de la Cruz
~cepci6n, pues, al "mundo" analizado por Michel es dionisiaco) que son los equivalentes de las comillas (Diego piensa: "Juan
Ga!E1 1mard,
96
1966, pp. 32-40.
Foucault, Les Mots et les choses Paris
' '
de la Cruz es dionisiaco"), constituyen Jo que Quine Hama "contextos
J. Dubois, op. cit., p .. 124.
971 referencialrnente opacos". Puesta entre comillas, la palabra se vuelve opaca;
98 ·de Léry, Histoire
d'un voyage fait en la terre du Brésil, ed. Gaffarel, 1880 t. 1 p. 157 •
se 1e cons1'd era como cosa y ya no como s1gno ..
lOO
Cfr. supra, cap. 2, pp. 82-83. ' ' ·
99R
uys ~roeck,
1 L'Ornement des noces spirituelles, traducci6n del flamenco e introducci6n por Maurice
M aeter mck, Bruselas, 1910, p. 18. 11
., Cfr. François Récanati, La Transparence et l'énonciation, Paris, Seuil, 1979, pp. 31-47.

174 175
Esta es Jo que p 1 ti uso del barbarie ni tiene n escru pulos para utilizar términos semib ârbar os y aun
"mfst ico" y a nos da testimasoamo.end as Il rases mfsticas. El una funci6n propia: ·
comp letam ente bârbaros". Este barba rismo tiene
104
. e e 0 Ya vim 101 camo ,
, afect ado a
su bstantJvo (')ard in" "muert " t ) . . . os de la lengua. En otras
~ ~ sei\ala la super iorida d dello cutor sobre el sistem a
den o coma Jo dicen l~s mfsti , ,7 ese adJ_et ivo signif ica "com a Jo .
de una "insp iracio n'')
palabras, la impe tuosi dad de una etmnciacion (o
desvfa de la cosa representadaos~a de~empena el pa~el
de comillas, pues de decir produ ce un
. p ener la atenci On en el uso que se resqu ebraj a el. arden de los enunciados. El acto
de la palabra es decir en el signo-como-cosa Opac 1 . aguje ro en la corre cci6n léxica o gram atical . Debid o a él, algo extrafio del
. , ' . a, pues, a stgno. Con
so1o fu nciOnamiento tiende h . Este fen6m eno es carac terist ico de
locutor incide en la lengu a que habla
beneficia del signific~te. Es u~ a~er desaparecer
la casa significada e preci same nte el discurso
la lengu a corriente o "vulg ar", a la cual vuelv
metalingüfstico (en el sent 'd pro uctor. d~ secre ta. A este .
d sabe loqu e quier o decir",
e~ mistico. Al modo de ''yo me entie ndo", ''uste
habla delle ngua je en si ~. o en que adJetl vo "mist ico" es un térmi no
ia. Pero en este
e las casas), se refieren las --.......~~·· ..
comp etenc
etc., la perfo rmim cia concr eta se apart a de la
analizadas por Diego Ell~smo lyl no tambi el prima do de una
. · nos . evan én a Jas pa1a bras en cuanto caso hay oposi ci6n y no solo comb inaci 6n entre elias:
pueden s1gnificar. Alejan la ate , ci6n es cond enada
1 se mani fiesta hirien do a la otra. Desd e luego esta oposi
para ~ayar la condiciém uen~Ion a a vez del ''repo
so"y de la , y en prime r lugar
d~ no poQer .<fee irJo por much as retoricos religiosos espafioles de la época
Erete!.lde. Retiran, pues, a e:s ~~~~r:da palabra por el mas grand e de ellos, Fray Luis de Gran ada
-bas tante clasic o, es
su transparencia de signas Enp . lsu valor designativo y, por Jo un acuer do entre el "imp etus
ra son m •.,....~,... verd ad-, quien juzga posib le y necesario
~curecen o hacen desapar~cèr lpnm er ugru: de esta mane '
105
divini spirit us" y la "artis observatio", entre una
"moc ion" del autor
das, inaccesibles camo si entre als cfcosas designadas; las dejan na. Pero la corri ente antic la-
re erente mostr ado • .fi divin o y la exact itud de una técni ca huma
' e . . y e 1Sigm Icante que iona con el doble
pretend e, el sentido que los une sica tiene en su favor una gene alogi a que se relac
sign~. ~uedan Jas palabras cam~i:;~~~~~~=~b~o. Esta ruptura es la caida del
anera que muestran su propia. linaje de la insanitas pauli na y de la "locu ra" plato n ica del Ion, y que hace
condicion: una impotencia. de la indec cncia la marc a del inspirado.
un estilo que
A esta marc a enunc iativa se afiade el artificio de
c), Le: indecencia., Una apologia de Jo "im " por ejemp lo, de Erasm o a
1 perfe~ to enmarca a las frases tiene camo horiz onte la conce pci6n que,
mJstJcas y las sima en una retori ca d za" del autor con la "abun danci a de las palab ras"
. e e?'~_es o. Diego defien de la "licencia" Rabe lais, asoci a la ''fuer
de usar "términos imperfect (la copia verborum). En relaci6n con esta estéti
106 ca del "cuer no de la
exceso ", y de "descender a co:· Imp~opiOs. y desem ejante s ", "viciosos por mism o que
un extre
abun danci a" (la "corn ucopi a"), el barba rismo es
sera el estilo de estas frases "la pa;a~Iones mdec entes" . Un "impu dor", dice . El
un exces o léxico
exc~s~ camo locur a; prete nde garan tizar la inspiraci6n por medi a de
de desorden ". Esta indecen~ia t~:an os~ \un santo
de pertu rbado ra de la
nl.t o 1~ aspecta: lexico y estilistico. A mayo r desor den gram atical hara creible la prese ncia
una licencia gramatical • une un efinetu
eco 1 erar10. palab ra mas elevada. Crea una verosimilitud. Se const
ruye, por lo dema s,
. ro
GramatJcalmente la indec encia t 1 el punta de un milag
. doma a forma del solec ismo ode)· al modo del milagro: cada falta gramatical sefiala
barba rismo . De hecho es,to e s aut onza ·,
o por la t rad ·ICion en el cuerp o de la Jengu_a, es un estigm a. Todo este teatro mues tra mâs que
1" • .. d' antig ua de la
mgua barbara. Greg orio el Gra d si el barba rismo escen ifica una
a~ efi~ei vm ICaba ya el derec ho de "barba- dice. Privi legia Jo demostrativo. Pero
rizar" la lengu a y de sustra erse iones , busqu edas reme dadas en
a la ars loquendi clasica y no a, erula d~ ~onato; se negab a a "serv ir" erotic a en la lengu a (ausencias, contradicc
o) corre spond e sobre todo a una
la relacf6n de las-palabras con su sentid 1
rismo.I02 _Muchas mfsticos pro~~~na dr~scm?Ir de
la confusio del barba - rna a veces recha zada
a mism a mane ra, hasta Ange lus erotic a de la lengua, a un juego con la lengu a mate
Siles ius cuyo s verso s se const r en e
107
volv io-. Eso marc a
~yen a veces "con despr ecio de la carre e- y otras veces vuelt a a llamar -"Fo rt-D a", partio y
cion gram atica l, 103 S d ica: "No evitan la
. an aeus sirve de eco a esta pract -- _
w•c]r. supra, pp. 113-122
104
Sandaeus, Clavis, op. cit., cap. 1, p. 2.
105
Cfr. M. Fumaroli, L'Âge de l'éloquence, op. cit., pp.
144-148.

102 '
. . . dam, 1703, t. 1, pp. 3-74), en particular
'N?n barbarismi confusionem devito 106
Cfr. Erasmo, De copia verborum (en Opera omnia, Amster
oracuh restinguam sub regula Donati" .S qu~ mdl~num vehementer existimo ut verba caelest is
el cap. 7 acerca de las dos "abundancias" (una en el vocabulario, otra en la argumentaci6n). 0, aœrca
357. ' an regono Magno, Eplstola a Leandro , v' 53 '. MGH, 183-222.
Epistol
103 H
ae,
.
1, p. de Rabelais, T. Cave, The Cornucopian Text, op. cit., pp.
enn Piard La mystique d'A l 107 hizo Freud del juego de su nieto, de un aflo y medio de edad, que lanzaba a lo
mlstica" Cfr. el analisis que
0. ' nge us Silesius, 1943, a prop6sito de la "expresi6n 'pp. "o" de alegrla(fort, lejos, "parti6') y 'Jo volvia a traer
109-13 lejos un carrete (sustituto de su madre) con una

176 177
un momento dentro de una rela
ci6n diflcil con el mundo lingüist
ico dad de descubrir: cubrc. Yale no pOo~ lo ue clarifica, sino por la operac~~n
materno; es un acto de ella, pue . q_ todo esto es una "santa ficc!on
s 1~ _hace una escena al lenguaje que vuelve posl"ble. Ade mas , en !OOISIO
sentido en que se habla de una esc en el . t " un conjunto de "slm . u 1acro "
ena de celos. Juegos parad6jicos, que se hace con imagen~~~~e~e~: s ,
embargo, puesto que en los mismo
s puntos en que elle ngu aje matP.m
sin
una "escena de nom~res . . s nad
;:~ ::a ~to des tina do no a deci_r. a\gu na
pierde (desaparecido: "no pudo") o se a de lo pensable. Por med!O ~e
, en esos mismos se exacerba y vue cosa, sino a conduclr hacla la su
por sus fueros. EJ barbarismo sep lve t desancladas de su sentidO y
ara de la lengua (hace el duelo de combinaci6n, las palabras se enc
aJ mismo tiempo se goza con ella ella) y uen ra~. Las "desemejanzas" ya
(por un hallazgo, una palabra her transformadas en operadoras de separac10n. no
o aguda). Es una salida y un reg mosa . . . as par a
d
env
. Ma'quinas para viaJ.eS y exta .
sls
·
reso de la lengua. No "expresa" son signos, SI~O ?'aqu~~ recibid ar. 1
experiencia, porque él mismo es la una a. Ya no dan un objet~ menta a 1
experiencia. La experiencia fondam tiuera de la slgmficac!On 't' dole sus obtetos; son unaa
tal que, en la Edad Media, se referia
a las cosas implicadas en la manipu
en-
inteligencia; hacen camma · al .esp1 -,.
rltu qUI an
r .
dimimica que no obedece a~ pnn . . del sfmbolo medieval, de tlpo
J
de las palabras, parece continuarse laci 6n •
aquf pero con palabras abandonad cip!O 1 "sfm
las cosas. Siempre se pone en tela as por · · bol o" cientifico mo-
referencial, pero en lugarde que sea
de juicio la cuesti6n del origen y
de lo
epifilnico y onto log! co. Func10.nand ya"ficom . ,o "e (una "escena " art!'fi!Cia · 1d
de acuerdo con un modelo onto16g 'd
derno: producl as en u . n espac!O e ICC!On e
relativo a la relaci6n del ser con los ico, "nombres''), se caractenzan P?r lod e ermiten hacer.
lingüfstica, acerca de la relaci6n que
seres (o con el Ser), lo es de una man
era qu ~r Dionisio especifican esta
el sujeto mantiene con su instituc Dos elementos relac!Ona os p pro-
por la lengua materna, cuando, med i6n 1 d terminante en los modos de
lazo del que no puede tleshacerse
iante el barbarismo, quiere cortar
el
ducci6n y desempefian, de hecho,l
hablar misticos: por una parte,
undpa~~ej:nte proviene de las "cosas
. o es f ndamenta en un uso biblico
Este tipo de er6tica se relaciona tam
bién, ya lo veremos mas ade lan- corporales " y sens!'bles·, por otra parte, se u
te, con el arte del equfvoco en los de la lengua. El primer elemento solamente una figura, h q ue
mediados del siglo XVI, en esa ars
ret6ricos del siglo XV. 108 Un poco ante
s, a no _es lo desemej·ante fundamay entado
poetria que son Las Leys d'amors tomarlo a la.l.etra. Lo ~~-rp oral proporc10na '
leyes de amor") de Guilhelm Mo
linier y consortes, "una dama de
("las en su relac!On paradoJICa con reo1
es fritu . Con dol ore s de cabeza o de
nobleza", Ret6rica, reconcilia a las gran d:Svanecimientos delic_iosos, ~on
tres reinas: Dicci6n, Oraci6n y Sen est6mago, con accesos de :uro . sen-
con sus enemigos los reyes Barbari tenc ia, . ·as mqU t el cuerpo en su dlferencm, con
smo, Solecismo y Alebolo, tres vici
os,
Sac iones extr aor
. man
d 0 ieta n
.es,
. d loq '
ue DIO . .O 1 - 1s-
. niSI ·
de sus alianzas nacen las figuras de y truye desemejan d' ci6n s1gu e s1en e sena o.
un hermoso hablar de amor. Las inco zas c~ya.~on ' 1 ue se refiere a o
veniencias de la interlocuci6n com n- Lo desemejante, desvmclo~ en ° la ana log ia pensada por
ienzan a florecer en ellenguaje. 109 q rpo movido y alterado, cuyos
el entend!.mle.
nto, ~e c onv lert
,
e en un eue , . . bi
d) Las desemejanzas corporales
y biblicas. Diego no se refiere movimientos constltuyen el\e~I.CO "le ible de un locutor mnomma e.
a esta ' lg delo de esas desemejanzas
ret6rica del amor. Rècurre a Dio La Biblia nos proporc!Ona e mo y la
nisio, el "padre de la teologia mis . d . o el retorno del siglo XVI
para hacer la apologia de los "términ tica", region de su pnm er esarro . llo Por este cam m ,
os desemejantes". Un pasaje céle . l e'gesis teol6gica de la anti·gua
de la Jerarquia celeste (cap. 2).s
irve de base a su argumentaci6n.
bre humanistiCO a 1as Esen.turas se unefi a a .exb'bl
el Areopagita, para hablar de Dios, Segun atrf aso la re ·,ca autoriza un est!'1 o y no
"las semejanzas de las desemejan P stica. Pero, en. es te'bc , una eren . .c1a ', que en una hermeneutl . ·
"obscuras y deformes", triunfan sob zas", un contenido. Se mscn e en retonca mas ca.
re las "imâgenes semejantes", por 1 ue dice (verdades o aconteci-.
que Lo que se cita de ella se refiere ~~~
os ~~:bia el uso que se hace de_ la
1.

en lugar de detener el espiritu en


analogias engai'iosas, no le permit
detenerse en loq ue dicen (son clar en ni mientos) que a su manera de ~ \.
amente demasiado "burdas''), ni ar. el ecurso al Libro exige ese
Biblia. Sin duda el problema ~ue tlpO
brar loq ue dicen (son contradicto
rias). 110 Este lenguaje pierde la cap
nom -
de "lectura". Porque las Escnturas
!mp ~~~oritderadas bajo el angulo de la
aci- s d . desde lo alto y globalmente
relaci6n del len gua je con el ab~?luto ,
, es c~~~:enidos se nive lan en detal\es
tirando del hilo con un alegre da
(aqui, "vol vi6') : Interprétation des
plaisir; y también.Sami-Aii, L'Es rêves, Au-delà du prin cipe de
como una ciudad a vista de paJar~,
secundarios dentro de una super .su~ ensa agitada por movimientos
1118 pace imaginaire, 1974, pp. 42-64.
Cfr. Pau_l Zumthor, Le Masque
ella lumière, Paris, Seuil, 1978
equivoco generalizado". , sobre todo pp. 267-281: "El !Cie mm ,
11
,. Cfr. Las leys d'Am ors, " . , " llevada "hasta el col mo de
ed. M. Gatien-Arnoult, Tolosa, Priva lo inverosimil y de lo absurdo"
110
La Hiérarchie céleste, cap. 2. Cito t, 1841, t. n, pp. 18-25. des~;.mçjantes", ficc~on h. '/
(en Denys
la trad. de Jean de Saint-François
(Jean Goulu), Les Oeuvres du L' Aréopagite, La Hlerarc le ce te Sources chrétiennes, 1958, p. 77).
divin Saint Denys Aréopagile, Paris
, 1608, pp. 6-7. M. de Gandillac tradu ~~ '
111 Las Oeuv
ce: "figuras desrazonables y res, op. c1t., PP· 4 Y ·

178 179 1

li
1

.11
r
~~,!

que "man ifiesta n" las atracc ion d .


por medio de "fonn ..,.,,vu•~~"~~
116
ejanza". Un
desem ejante s" ("per diss· '1 fies e .Dros ttuicn pudie ra "hundirse en el océano sin fondo de la, desem
desor den y de una
absoluto une a todos los rr:ru es onnat rones manif estati o')."2 Un paso "ilimi tado" (apeiron) vuelv e como insepa rable de un
de Dios perma ne-
misma, trabajada por Jo qusrgn~s en un solo discor dia de las cosas , pero se Hama Yahvé. Una locura
demos trativo que es la
negat ivo" que pertur ba a un
que se apode ra de él en el e s~ e escap a y le falta. De bi ~c. como en Platôn , como un "princ ipio
do a esta perspecthii'&
la dehiscencia
lengua, el texto interpretat~~ s~ ~ero ~el sentido y c~mo
Pero
un (mal) trato de cosmos cuyo orden tiene como condici6n una limitaci6n.
lo sucesi vo el modo
do. Uria -- que agrieta o "arrui na" la racionalidad del discurso es en
rn~ en esta evoluciôn, y la palabrao:vrerte .en un cuerpo altera da del Antig uo
eseme Jante que muest ra Jo que no (supuesto) como se manifiesta el locutor divino. La profe
decrr sera el cuerp o mism e, la institu ci6n
o, bun ~uerp o doloro samen te o aeJtrcrtosame,nœ Testamento invierte la estructura plat6nica. Hecho notabl
atonn entad o por Jo que 1 re, y por Jo tanto
e o sesron a, un eue cclesiâstica, sacramento de la alianza entre Dios y el homb
te .
a stig~ Jo que no puede ni decir ni saber U rpo par1~te .Y m~do,. qut so, parece que
d i .. . na expen encra fis rea e mdeciblo fundamento de una analogia y de un "regla mento " del discur
~el esprntu. Sôlo entonces la al' da Jugar a una aqui no tiene suficiente peso para proporcionar el contra punto de una "seme-
rdentificaciôn Es el cuerp o 1 ranza be cuerp o Y de la Biblia io de Dios abre en el
ib~ico, janza " y de una "prop orci6n " a la herida que el Silenc
de Jo desemej~te mient rase quie esE scntur pues habla seg(m la modalidad el principio
a sobre
'eto · ' que as as se ·
en un texto-ob- lenguaje: Aun cuand o Diego construye su teologia mistic
J manrpulado por los técnicos del se fd m convrerten cristico de una Palab ra dada, de un Verbo injertado en este
mund o, la forma
1 ~ r o.. . a Juan de la Cruz
Este desarrollo se apo literaria que valori za al àutonomizar la misti ca y al defender
rai y biblica. Con él se senala ~a e~~t; arsl~rento de la
desem ejanza corpo - un pensa mient o)
de
a (pero la apologética es también una 16gica y la confesi6n
ro hay ... nal. t e~~ncr esenci al entre el Areop agita y ·seria esenc ialme nte
Diego. Para el prime
, tmp tcacro n" entre los , b 1 " desvia su teologia hacia la concepci6n de una palabra que
te "
s 'prese ntado s por elleng uaje bfbl' , srm o os desemejan- ,
un do lor dellen guaje , un cuerpo lesionado.
pertenecen al discurso litUrgie ~ ~co, y los. srm~olos
"seme jantes " que
a_ mconv enrenc ra biblic a manti en; una y de la desem e-
relaciôn necesaria con la con vemen o:
cra "ecl ·' f " e) El sustituto del origen. La apolo gia de lo "impe rfecto "
vrdad analôgica de los discursos de 1 . . e~~as rea
· . Introd uce en la positi- locuto r y hace de
janza convi erte a la lengu a en un sistem a herido por su
relativas al déficit subjetiv d 1 1 a ms~rtucton del sentid o las "nega cione s" , todo suced e
la palab ra una canclo n de ese mism o venci do. De hecho
objeti~a de Jo "absolutamen~e I~co e~~~~f~l (~~~~ agnôs ia) y a la emine ncia a alleng uaje con un
como si lo desem ejante fuera una opera ci6n que agitar
para un origen
teol~gtas, de las cuales ninguna es1a le de,· Hay pues, una plural idad de torme nto de Jo inefable. Una espec ie de tatuaj e o de firma
corn un es el Silencio del Uno inefab le te l a -~tra
~nston
y cuyo punto
ante
de reuniô
(gelic h)
n
y
. indecible. Lo que ya no puede plante arse en la lengu
a como
los actos
su princi
suces
pio
ivos
de Jo desem ejante (unge lich) . a de Jo semej y funda mento se insinu a a Jo largo de una prâcti ca, en
conveniencia, fundada fina'lm:~t=:~u~n~a ~ncl~~o en Tauler
, para quien la un movim iento que la replie ga sobre ella mism a y la
de habla rla, como
como uno ~e los polos de una dialéc tic: :~~~~~~~~~~acramen
tal, penna nece marca con desem ejanza s. Con todaju sticia Diego se refier
e a la "meta lep-
sis" que e~ Quint iliano es una figura de transf erenc ia y de paso, una
Dtego da la prioridad a Jo dese . trt a . inable se produ ce,
Pl ~eJante. Creeriamos oir todav ia en su
117
texto algo de la tempestad "etap a interm ediari a", un ''trâns ito". El origen innom
que, en aton, amena za al "pilot o" del mundo, en efecto , como un perpe tuo desliz amien to de las palab
ras hacia Jo que les
Pero esto no da
quita una estabi lidad de sentid o y una refere nciali dad.
o· acaba n de irse. Su
112
tego de Jesus, op. cil., trad. Gaultier 28 . lugar a una design aci6n verda dera. Las palab ras nunca
[~n traducci6n viene el texto origt"nal N . térmi nos hetero gé-
desliz amien to solo se manti ene por una ·relac i6n de
traducia : "declara ci6n po'rpfipt .. 0-281. mt
del T.]. Goulu
··· ·
cetones y apltcaClOnes d .
·
7)· G d'Il .. e formas desemejantes " ( despl aza tan pronto
~~j;~·,: neos. Este modo de relaci 6n se infiltr a entre el los, y los
P· ' an 1 ac: los se res invisibles 1 su
f:f· cit., p. 79). se reve an por medio de imâgene s sin semejan za con
se acerca n unos a otros. Nunc a deja de agitar alleng uaje con un efecto de
tu Cfr. el t. 2 de esta obra, en preparaci6n
Cfr. René Roques en Den s L'A · .te, La Hiérarchie céleste · p. 28. El texto es discutido: i,debemos
Henri-Charles p h ' . y réopagJ 116
Plat6n, Politica, 273 d; trad. A. Diès, Paris, col. Budé, 1935,
uec .: En quete de la Grose, Paris, Gallimard 1978 , op. cu., pp. XXII-XXXIX, y
Ils Cft: ser
, t. 1., pp. 122-129. Acerca de la posterid ad cristiana de esta desemejanza, cfr.
· mo 28, 3. En la conveniencia se en cuentra uno prep ' leer "océano" (p6,nton) o "regi6n" (tapon)?
d a San Bernardo de Claraval" en Mediaeval
desco · .
cta se procura la conveni encia" Ho b d 1 . ara o para la desconvenienaia y en la sobre todo a Et. Gilson, "Regio dissimilitudinis de Plat6n
. nvemen sur les Confessions de Saint Augustin, 2a.
regJstro afectivo: "encontrar alegria en el s.uti . ~ re e
SJglo XIV, Tauler traslada esta estructura al Studies, t. 9, 1947, pp. 108-130, y P. Courcel le, Recherc hes
28 nmtento y dulzura en la amargura", (Dt·e p red.tgten ed., 1968, pp. 405-440.
Tau/ers, ed. F. Vetter' Berlin , 1910, no. , p. 115) 0 .
1
eurre o mtsmo con Teresa de Avila (Libro u1 -le l de H. E. Butler, Londres, W. Heinemann,
"da
, cap. 30) o Juan de la Cruz (Liama -1
·.
a
117
Quintiliano, Jnstitutio oratoria, vm, 6; ed. y trad. inglesa
Vt
ue amor v1va, estrofa 2).
etc. 1966, t. 3. pp. 322-323.

180 181
comienzo, pero un comienzo que nunca esta allf, nunca esta presente. Esta
perturbaci6n no es sino un intervalo entre las palabras. Las agita sin que
'puedan decir Jo que es. Un "yo no sé qué" ajeno las.trabaja y las ocupa,
pero no tiene otro nombre mas que este mismo movimiento -una practi·
ca, una "manera" de hablar-. Una operaci6n sustituye al Nombre. Desde
este punto de vista, la frase mistica es un artefacto del Silencio. Produce
silencio en el rumor de las palabras, de la misma manera en que un "disco
de silencio" marcaria una interrupci6n en los ruidos de la sala de un café.
Es un giro mfstico. Tercera parte

La escena de la enunciaci6n

182

Potrebbero piacerti anche