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con un toque de rock and roll. Remy Curran sueña con algún día estar en
una banda, pero el grupo al que quiere unirse se niega a contratar a un
baterista de sexo femenino. Entonces, ella hace la audición como un
hombre... y pasa la prueba. Convertirse en “Sticks”, un miembro de Non-
Castrato, sin embargo, no es exactamente lo que ella soñaba. Pasa la
mayor parte de su tiempo manteniendo la treta y aprendiendo a caminar,
hablar, actuar y beber como un hombre. Pero lo más difícil es
comportarse indiferente cuando el cantante rompecorazones de la banda,
Asher Hart, la trata como a uno de los chicos y no como una mujer. Ella
nunca imaginó que él sería mucho más que una cara bonita con una buena
voz. Pero es mejor que perfecto. Es perfecto para ella. Cuando el amor y la
mentira son combinados, Remy debe mantener la farsa o perderlo todo.
Pero ¿quién hubiera sabido que mentir para alcanzar un sueño podría
impedirle perseguir un sueño aún más importante?
Forbidden Men, #7
Lista de Capítulos:
Prólogo Capítulo 24
Capítulo 1 Capítulo 25
Capítulo 2 Capítulo 26
Capítulo 3 Capítulo 27
Capítulo 4 Capítulo 28
Capítulo 5 Capítulo 29
Capítulo 6 Capítulo 30
Capítulo 7 Capítulo 31
Capítulo 8 Capítulo 32
Capítulo 9 Capítulo 33
Capítulo 10 Capítulo 34
Capítulo 11 Capítulo 35
Capítulo 12 Capítulo 36
Capítulo 13 Capítulo 37
Capítulo 14 Capítulo 38
Capítulo 15 Capítulo 39
Capítulo 16 Capítulo 40
Capítulo 17 Capítulo 41
Capítulo 18 Capítulo 42
Capítulo 19 Capítulo 43
Capítulo 20 Capítulo 44
Capítulo 21 Capítulo 45
Capítulo 22 Epílogo
Capítulo 23
Prólogo
Asher
Abrí los ojos legañosos, medio despierto de la dicha poscoital por justo
cuando la mujer desnuda encima de mí se movió, mientras la suave y
delicada calidez de su piel acariciaba la mía. Salió de la cama y me dio una
espectacular vista del culo más perfecto de todos, y mi sonrisa se hizo
más entusiasta... hasta que ella se puso un par de bragas y luego cogió su
sujetador.
Un segundo, no, eso no debía suceder. Parpadeando para recuperar la
conciencia, traté de sentarme y me pareció casi imposible.
—Lo siento —dijo ella, su voz un tarareo tranquilo y sexy que casi parecía
un maldito susurro. No tenía idea de lo que significaba lo siento, pero
sonaba muy estimulante saliendo de sus labios. Mi cuerpo respondió, y
tuve que doblar una pierna para tratar de cubrir mi erección expuesta,
para que no viera mi excitación, mientras trataba de deshacerse en mí.
—En serio, lo siento tanto. —Se atragantó, y su cara se puso roja cuando
ella comenzó a sollozar en sus manos—. Tengo que hacer esto. Negué con
la cabeza. Derulo estaba loco. Esto sí necesitaba explicación. Pero cuando
abrí mi boca para soltar más de mi español malo, para rogarle que no se
vaya, Elisa se dio la vuelta hacia la salida y corrió por las escaleras hasta
que pude oír la puerta al cerrar de golpe.
—No mucho. —Su voz llenó mi apartamento y fue como música para mis
oídos—. Tenía hambre y se me ocurrió comer pizza para el almuerzo.
¿Quieres venir conmigo?
—Suena bien. Pero, eh, primero una pregunta rápida. Cuando no pregunté
nada dentro de los cinco segundos, dijo—: Bi...en. Dispara.
Un mes antes.
Estaba mucho más que bien. Pero no quería espantarlo. Podía decir por el
brillo arrogante en sus ojos, que estaba seguro que lo haría mejor que yo
hoy. No quería aplastar su frágil ego, así que simplemente le di una fría
sonrisa.
Si, estaba bien.
—Siguiente. —Una voz irritada llamo del interior del auditorio, haciendo
a mi corazón saltar a mi garganta. Dios, ¿Ya era mi turno? Autoconfianza
hundiéndose, me levante sobre mis piernas temblorosas y suavizo el
frente de mi falda.
Ya que el tipo a mi lado había sido muy amable, la interna sumisión en mi
despertó al mirarlo con ojos preocupados, buscando algún tipo de
consuelo. Pero él era la competencia; no quería que tuviera éxito más de
lo que yo quería que él lo tuviera.
Excepto que no pude evitarlo. Mire en su dirección, mordiendo el interior
de mi labio, y borrando totalmente la increíble imagen de chica fuerte que
quería proyectar. Cuando sonrió y me mostro sus pulgares arriba con
ambas manos, el impulso que necesitaba que me arrojara de regreso a la
vida. Le di un descarado guiño y me gire para alejarme por la puerta,
jalando mis baquetas rosadas de mi bolsillo trasero mientras iba.
—Sí. Estoy aquí para la audición. —Cuando los tres solo pestañaron,
arrastre los pies y aclare mi garganta otra vez—. Este… para el puesto de
baterista. ¿Hola? ¿Por qué otra cosa creían que estaba aquí? Incluso
sacudí mis baquetas para realmente dejar las cosas en claro, ya que no
parecía que lo entendieran todavía. Finalmente, Galloway resopla.
—No te queremos. Así que, ¡fuera! ¿Fuera? Miro hacia los otros dos
miembros de la banda. El guitarrista rítmico, Heath Holden, era el más
insulso. No vestía severamente, ni actuaba rudo, o prácticamente hablar…
en absoluto. Las únicas cosas extremas de él eran los tatuajes que tenía
subiendo cada enorme brazo descubierto junto con la terrible barba de
motociclista que le estaba creciendo.
No parecía que tuviera mucha personalidad, si quisieras mi opinión. Pero,
hombre, podía tocar un estupendo lick(2) cuando sea que la ocasión lo
pidiera. Mientras mi mirada le echa un vistazo, la cima de sus mejillas
destella y repentinamente se vuelve ocupado, reusándose a hacer
contacto visual mientras se concentra en excavar la suciedad debajo de
sus uñas.
Así que dirijo mi atención al cantante principal. Asher Hart. Además de
cantar todas sus canciones, toca la guitarra, el piano, y era de lejos el sexy
nominado por el que todas las chicas lanzaban sus bragas y gritan cuando
sea que NonCastrato pise en el escenario. Su brillante voz era la razón por
la que tenían algo de talento en absoluto.
Y, ¡Guau!, ¿Mencione que es increíblemente caliente? Una loca atracción
hirvió levantándose desde mi vientre mientras lo asimilo. Pero diablos, él
era demasiado guapo para ser real. No era que estuviera por los cantantes
principales. Estaba completamente por encima de esa etapa, gracias a mi
terrible idiota ex. ¡Apestas, Fisher! Aun así, Asher Hart era un bombón. Y
obviamente demasiado aburrido para preocuparse por mí en última
instancia. Sin ponerle atención a mi penetrante mirada, desenroscó la
tapa de una botella de agua y tomo un largo trago como si yo estuviera
tomando mucho de su precioso tiempo. Ya que el idiota del bajista era el
único molestándose en hablar, centre mi atención de regreso a Galloway.
—No tienes que hacerlo. Eres una chica. Levante mis manos como
diciendo ¿Qué demonios?
—Está bien, entonces. —Soplo aire para agitar el irritable flequillo rubio
blanco de la peluca fuera de mis ojos y comenzar a recitar una nueva lista.
—Sí, y la única cosa que las chicas hacían en esas bandas era cantar.
Tenemos a Hart; no necesitamos otra jodida cantante.
—Talking Heads. —Levante la voz para hablar por encima de el—. Del
cual la chica era la bajista, según creo. —Lanzo una despectiva mirada
hacia el bajo amarrado sobre su hombro —. Y también lo era la bajista en
The Smashing Pumpkins and—
Galloway ríe.
—Lo cual trae otra razón por la que no deberíamos tener a una chica en el
grupo —Finalmente Holden contribuyó con su granito de arena, su voz
suave mientras pestañeaba—. Con Gally alrededor, nos estarías
demandando dentro de cinco minutos por acoso sexual. Pongo los ojos en
blanco.
—Ah, pero a estas manos les gusta vagar, bebe. Especialmente sobre
paisajes como el tuyo.
Oh, hermano.
— ¿Así que todos ustedes prefieren ser solo otra banda de rock común?
—Pregunte—. Con sus pantalones de piel —apunte hacia Galloway con
una arruga de disgusto en mi nariz antes de apuntar a Holden—, tatuajes,
perforaciones y un caliente cantante principal gigolo.
—Con una feroz mirada hacia Hart, coloco mis manos en mis
caderas—. Buena suerte yendo a cualquier parte con eso. Inhalando mi
burla, gire alrededor y camine hacia la salida, solo para pausarme en la
puerta y mirar de regreso.
— ¿No querían a una chica, verdad? —El brillo en sus ojos me dijo que
había sabido que no lo lograría desde el principio.
(1): Nombre comercial de un par de zapatos casuales producidos por Converse a través de su división de Converse.
(2): Un lick de guitarra es una frase o melodía que normalmente se toca durante una improvisación o un
calentamiento
2
Parte I
Remy
—Si sigues llegando tarde, mi padre te pondrá una correa, prima. Grité y
di la vuelta para encontrar a mi primo Gran T, un apodo para Tomás,
mezclando la masa.
Él se rió.
Al darme cuenta de que había sido una perra con una de mis personas
favoritas en la tierra, dejé escapar un suspiro de disculpa. —Además de
un gran gracias y un beso en la mejilla para mi maravilloso
Gran T. —Envolví mis brazos alrededor de su ancho pecho desde atrás y
me incliné por encima del hombro para estampar un beso grande,
húmedo y descuidado en su mejilla.
Se sonrojó, pero sonrió en reconocimiento mientras me ignoraba y
continuaba mezclando la masa con su mano fornida.
Puse toda mi atención en amasar con las palmas, lo que de repente hizo la
función de una bola para la tensión. Doblar. Aplastar. Harina. Doblar.
Aplastar.
Olvida las audiciones, los cantantes sensuales, y las lágrimas que
causaron. Harina. Doblar, aplastar— Tomás agarró mi codo.
Él resopló.
—Oye, quita esa tristeza de tu cara. Abuela está aquí esta noche,
trabajando en la caja registradora. Verla siempre es motivo para sonreír.
Además, sabrá en cuanto te vea que algo anda mal. No quieres molestar a
nuestra frágil abuela envejeciente, ¿verdad?
Después de que me arquera una ceja en censura, suspiré y dejé que mis
hombros se desinflaran.
—Llegas tarde.
—Sí, sé que llegué tarde. Lo siento pero… —Hice una pausa, tratando de
pensar una razón aceptable para mi tardanza (ya que el aborrecía mi
amor por su estilo de música menos favorito), pero él obviamente no
quería oir excusas el día de hoy.
—Sí, tío querido. —Mi respuesta lo hizo fruncir el ceño porque le recordó
que constantemente le decía que era un tirano.
Odiaba cuando lo llama tío querido con mi voz dulce y angelical, como una
especie de sirviente manso (ya que él sabía que yo era todo menos dulce o
mansa), tanto como yo odiaba que se rehusara a llamarme por mi primer
nombre.
El tío Alonso era la única persona en el mundo que me llamaba Elisa, mi
segundo nombre, porque él pensaba que Remy era muy masculino y que
no era muy latino para su gusto.
—Idiota —le susurré, hablando más bajo esta vez, por si acaso Tío Alonso
todavía podía oírnos —. Mira lo que me hiciste. Sólo sonrió aún más.
Parte II
—Lo siento, puta (1). —No tengo ni idea de por qué Jodi siempre utilizaba
la palabra española como un término de afecto hacia mí, pero desde que
le había enseñado la traducción, eso es lo que ella cariñosamente me
llamaba.
Hoy, sólo me hizo llorar más fuerte, sin embargo, porque me recordó lo
mucho que me amaba, y yo realmente, realmente necesitaba un poco de
amor en este momento. Malditos ovarios.
— ¿Fue porque eres una chica? —preguntó.
—Sí. —Limpié mis ojos, sólo para hacer una pausa y darle una mirada
afilada—. Espera, ¿cómo lo sabes? Ella se encogió de hombros.
No era una completa idiota sólo tal vez medio idiota. Bien, tres cuartas
partes. Lo que sea. Aun así. Sabía lo que significaba castrato.
—Lo que sea. No quiero tener nada que ver con los cabrones ahora. Lo
que realmente me gustaría hacer es obligarlos a escuchar mi talento y
luego reírme en sus caras y negarme cuando me pidan unirme a su banda.
—Entonces no seas una niña baterista —Jodi puso los ojos en blanco y
murmuró:
—Espera. ¿Qué? Te refieres a... —Abrí mis ojos bien grandes mientras
volaba del sofá para agarrarme la cabeza con ambas manos—. Oh Dios
mío. Eres un genio. ¿Crees que podrías hacerlo? ¿Crees que podrías
hacerme un hombre? Como... ¿por una hora? Jodi negó con la cabeza,
obviamente, no siguiendo el hilo de mis pensamientos.
— ¿Eh?
—Um... —Vibró dejando escapar una risa nerviosa como si ella creyera
que estaba bromeando, pero temía que no lo estaba, Jodi negó con la
cabeza.
—Creo que no te das cuenta de la cantidad de tiempo y trabajo que cuesta
hacer algo así. Y sería aún más difícil que sea realista. Desesperada, agarré
su mano, mi mirada suplicante.
—Sólo tiene que ser creíble el tiempo suficiente como para tener una
audición. Después de eso, cuando se enteren de cuan buena soy, entonces
voy a rasgar la máscara y decirles, ja, una chica puede ser buena, así que
váyanse a la mierda.
—Jodi, por favor, necesito esto. Cuento contigo y tu increíble talento para
ayudarme a encontrar un poco de justicia en el mundo... para todas las
mujeres.
Asher
Este era el segundo día de audiciones, anunciamos que serían tres días, y
los tres todavía no habíamos sido capaces de ponernos de acuerdo en un
solo maldito baterista. Ni si quiera uno. Me mantenía por el hecho del
talento, y ya sabes, el no parecer pirómano, aterradoramente suficiente,
habían habido un par de esos.
Gally parecía obsesionado con la imagen. No intimidar, sin demasiado
metal en la cara, sin demasiados tatuajes. No importaba cómo sonaban;
solo quería una mirada... o género, al parecer, ya que no se molestó en
escuchar a la chica que vino.
Y Heath… sí, Heath no daba una explicación. Se limitaba a sacudir la
cabeza, sí o no. Quizás pasaba por un presentimiento por sí solo.
¿Quién sabe? Era difícil decirlo con él. Tuve que admitirlo, nadie me
impresionó lo suficiente como para levantarme la falda, pero hubo un
puñado con los que me hubiese conformado, si mis dos compañeros de
banda no los hubiesen vetado de inmediato.
—Esta mierda apesta. Digo que lo dejemos por hoy. Sí. Esa era la única
cosa con la que podía estar de acuerdo. Señalé a Heath.
— ¿Por qué simplemente no dijiste eso la primera vez? Oh, Dios mío, de
verdad tenía que salir de aquí.
—Hola, Asher —me saludó Quinn con su sonrisa amistosa—. ¿Cómo van
las audiciones?
—Zoey parece un cien por ciento mejor, y el médico piensa que podemos
llevar a J.B. a casa en una semana.
—Eso está muy bien, hombre. —Su esposa había dado a luz a un bebé
seriamente prematuro hace un par de meses. Fue agradable escuchar que
ambos se encontraban recuperándose por completo.
Debería haber estado más feliz que las cosas funcionaban para ellos. En
lugar de la alegría, sin embargo, una bola de amarga soledad se hinchó
dentro de mí. ¿Por qué no podía encontrar a alguien como hizo Quinn?
Una botella de cerveza apareció frente a mí justo antes que Knox quitara
la tapa y desapareciera.
— ¿Asher? —una voz familiar hizo que levantara la cabeza y que mis ojos
se abrieran de par en par. De inmediato alerta, me giré hacia la voz y me
quedó boquiabierto ante el hombre que se acercaba.
— ¡Mierda! ¿De dónde saliste? Pick, mi jefe y como desde hace tres
semanas mi medio hermano, redujo la velocidad de su acercamiento y
levantó una ceja.
—Eh… ¿en mi oficina? Maldita sea, debería haber sabido que aún estaría
por aquí tan temprano. Era su club; ¿por qué no estaría aquí? Pero, había
estado tan seguro de que no vi su Barracuda ahí afuera.
—Oh, Jesús. —Rodó los ojos y golpeó el brazo contra el mío—. Ya deja de
pensar demasiado. Solo saca tu trasero del taburete y ven conmigo.
— ¿Qué cerveza? Me giré para ver mi bebida, pero se había ido, solo un
anillo húmedo quedó sobre la barra donde una vez estuvo mientras Quinn
tiraba una botella a la basura que parecía sospechosamente de la misma
marca que la mía.
Asher
Todo había empezado con una estúpida canción que había escrito sobre
mi madre y de cómo había renunciado a su primer hijo, abandonando el
niño en el hospital sólo horas después de que había nacido y luego yendo
a vivir una vida miserable hasta que algún imbécil—alias, mi padre—la
había golpeado hasta morir.
Luego tuve que ir y cantar eso en el escenario con mi banda. Y las
personas que habían oído sólo tenían que decirme que les recordaba a
Pick porque su mamá lo había abandonado en el hospital cuando él nació,
lo que me dejó pensando si Pick posiblemente podría ser ese chico, y
luego más allá me llevó a hacer la épica estúpida decisión de mencionar la
pequeña coincidencia a él.
El, en respuesta, corrió y consiguió una prueba de sangre, y boom…aquí
estamos. Jodidos hermanos de sangre quienes comparten la misma madre
pero tienen diferentes padres.
—Lindo Coche—.
—Por supuesto. Es como una cosa mía. Trabajé en un garaje justo hasta
que llegué a ser dueño de Forbidden—. El ladeó la cabeza como si no
pudiera creer que yo no supiera eso.
—Lo siento. Sé que estoy quejándome sobre esto más de lo que debería.
Pero solo no….No tengo la mejor de la suerte con toda la…cosa de familia.
Es por eso...— Maldita sea, era un idiota.
Él tenía la más devota novia y dos hijos que cualquier bastardo suertudo
debería tener. Y lo que era aún más genial era que ellos lo amaban a él con
la misma intensidad. Pick me miró, sus cejas elevadas.
— ¿Dónde estamos?— Pick vio la casa con el mismo tipo de anhelo que
sentí dentro de mí.
—Tink y yo hemos estado buscando una casa—. Yo cerré mi atención
hacia el patio. Luego apuntando, y cayó mi boca abierta completamente
incrédulo.
—Así que… ¿Por qué no estás haciendo esto con tu Tinker Bell?—
pregunté mientras me seguía con mucha más reservas hacia la puerta
principal, donde un agente de bienes raíces estaba esperando para
encontrarnos. Regresé la mirada cuando no respondió. Pick me envió una
mueca disgustada y avergonzada.
—Como que la cabreé cuando veté todo lo que habíamos visto tan pronto
como entré en la puerta trasera y vi el jardín—. Le envié una curiosa
Mirada, pero me despidió con silencio.
—Es bonita, seguro. Pero…no es el lugar que estoy buscando—. Jesús, con
razón Eva no quiere buscar más casas con él. Cuando él empezó a andar
hacia la puerta de atrás, sacudí mi cabeza.
—Daría mi bola izquierda por vivir en una casa como ésta—. Me ocupé
examinando la corona blanca que decoraba el techo, pero todavía podía
sentir la mirada de mi hermano en mí.
Remy
Debería haber sabido cuando recluté a Jodi para este trabajo, que lo haría
todo por lo alto.
Esa era sólo su forma.
Y wow, por todo lo alto, lo hizo. Hacer el molde de arcilla había sido una
mierda. Para ella. Todo lo que yo tenía que hacer era quedarme quieta
mientras llenaba mi cara de mugre. Luego, había hecho otro molde. El
primero era una réplica exacta de mi cara y el segundo era el alterado, la
versión masculina de mí. Después de eso, fue fácil. Para mí. Ahí fue
cuando el verdadero trabajo comenzó para Jodi, sin embargo.
Para que la máscara funcionara correctamente, tenía que ser una
representación exacta de la cara que queríamos hacer. Cada falla en el
molde se presentaba en el resultado. Me senté y observé con asombro
como ella se cernía sobre el molde, removiendo y lijado a la perfección.
—Uh... ¿Casi como yo? — Supuse—. Tal vez un año o dos más.
—Primeros años veinte. Lo tengo. Ver caer el látex fue lindo de mirar.
—Mmm, puta, seguro que me tratas bien. —Ella me envió una sonrisa y
un guiño sexy. Era demasiado tarde para que le regresara el coqueteo, por
lo que sólo gruñí, me dejé caer de nuevo en mi silla y traté de permanecer
despierta con ella leyendo divertidas pequeñas cosas que encontraba en
el suministro de noticias de la aplicación de Facebook en mi teléfono.
A las tres y media de la mañana, estaba empezando a cabecear cuando el
temporizador sonó, informándonos que el látex se había secado. Jodi saltó
y salió de la cama en la que había estado dormitando, aterrizando en
cuatro patas en el suelo.
—Me dio una palmada en el culo mientras pasaba. Quería quejarme, pero
ya que era todo para mí, simplemente bostecé también y salí de la silla en
la que había estado acurrucada. Y a pesar de que estaba sólo medio
despierta durante el resto del proceso, seguí con el temor a la creatividad
de Jodi. Ella había le dado al yo masculino una mandíbula de corte
cuadrado y una frente rugosa. Pero fue su talento con el pelo lo que me
dejó alucinada. Después de encontrar una peluca oscura, la cosió a mano a
la máscara, dándole un corte en la zona de la frente, patillas leves e
incluso una barba de un día. —Mierda —murmuré con asombro mientras
Jodi clavada la última de las cejas en la máscara
— Eso parece... wow.
—Pensé en darte un poco de pelo facial para cubrir la mayor parte de la
mandíbula, por lo que va a ser más difícil saber que estás usando una
máscara. Me limité a asentir, incapaz de decir nada, aunque en serio, no
creía que nadie adivinara que era de látex después de la forma experta en
que Jodi la había pintado y aplicado maquillaje.
—Lo sé—Ella me hizo una seña para que avanzara—, ahora bien, esto
podría sentirse un poco extraño. He intentado que sea lo más cómoda
posible configurando la capa interior para que se adapte a la forma de tu
cara, pero también se pone caliente más rápidamente de esa manera.
—Ooh, hace que tus ojos se vean más profundos —Jodi asintió con una
sonrisa de aprobación —. Mucho más masculino. Y siempre he preferido
eso en los hombres. En realidad... eres un poco caliente como un
chico —Para probar su punto, ella movió las cejas y me envió un pequeño
guiño—. Lástima que no estás en las niñas; me convertiría en bi por ti.
Rodando mis ojos, me volví a estudiar mi rostro en el espejo.
—Wow —dije de nuevo. Me veía para nada como yo. Mi frente era más
pronunciada, el puente de mi nariz más ancho, la barbilla ya no
puntiaguda. Incluso mi boca había sido aplastada por el borde de la
máscara para parecer más ancha y más plana. Abrí y cerré mi mandíbula
un par de veces; la máscara nunca se fue por sí misma.
— ¿No podemos atarlos con una venda elástica o algo para aplanarlos?
Ella resopló.
—Buen punto. Así que me hizo un pecho masculino. Luego Jodi fue tan
lejos como para coser un fajo enrollado de tela en mi ropa para darme un
"paquete".
—Oh, Jesús. —Suspiré, pero obedecí. —Gracias a Dios que es casi invierno
—añadió Jodi—. Puedes usar pantalones vaqueros y camisas de manga
larga sin que nadie piense que eres raro. —Ella se arrastró a través de mis
cajones, murmurando algo acerca de lo deprimente que era que yo tenga
tanta ropa que podría considerarse varonil.
—No vas a hacerte pasar por un chico, si paseas por allí con tus caderas
balanceándose y sacando tetas. Mi boca se abrió.
— ¿En serio?
—Sí —murmuré.
1 En español original.
2 En español original.
3 En español original.
6
Remy
— Imbécil. Una hora de espera después, fue mi turno. Entré, para nada
nerviosa. Tal vez fue porque estaba escondida detrás de mi máscara. Tal
vez fue porque ya me habían rechazado, y las cosas sólo podrían mejorar
desde allí. O tal vez me sentía confiada. No tenía idea de que lo que estaba
causando, todo sólo parecía... bien esta vez. Aún más correcto que la
última vez. La habitación era exactamente la misma, y los chicos seguían
merodeando en sus mismos lugares básicos en los que habían estado el
día anterior.
Pero hoy, Galloway me ignoró y parecía estar de mal humor mientras
jugueteaba con las clavijas en su guitarra. Hart se hizo cargo y saludó con
la cabeza.
Aún ofendida por la forma en que me había tratado ayer, tuve la tentación
de meter mis baquetas por su culo. Pero no quiero hacer tal daño
permanente, a mis bebés, incluso si se trata de mí no rosado par de
repuesto, logré contenerme lo suficiente para enviarle una mirada
aburrida.
— Estoy familiarizado con todas las canciones que ustedes alguna vez han
producido. Hart sonrió.
Mierda. Tal vez no debería haberme dejado llevar tanto, añadir mi toque
personal tan pronto. Pero se había sentido tan bien en ese momento. Le di
un gesto lento.
—Sabes... pensé... ¿por qué no? — ¿Por qué no? — Galloway repitió con
voz apagada, sacudiendo la cabeza mientras miraba a Hart y Holden.
Entonces el estallo.
— ¡Mierda, sí! ¿Por qué coño no?! Cristo, eso fue jodidamente increíble.
Holden asintió, coincidiendo con Galloway. Casi me hice pis en los
pantalones.
Me alegro de que pudiera mirar frío y sereno, levanté mis cejas hacia
Asher Hart, que aún tenía que comentar. Entrecerrando los ojos como si
no confiara en mi talento y esa canción hubiese sido un golpe de suerte
para mí, murmuró: — Vamos a tratar con 'sudar'.
Ver lo bien que manejas esta. Desde que me senté en el pasillo a través de
dos días de audiciones ahora, sabía que era raro cuando un baterista
tocaba más de una canción con ellos.
Esto tenía que significar algo. Algo bueno. Emocionada, mareada y un
poco mal del estómago, asentí y limpié las palmas sudorosas en mis
muslos revestidos de jean.
— No hay problema. “Sudor” era una pista de ellos de núcleo duro con
algunos movimientos de batería complicados, pero no era algo que no
pudiera manejar.
Lista para mostrarles mis locas habilidades, me lancé directo a eso. Y
dando en el clavo. Bam, era tan buena que me sorprendía a mí misma.
Mientras el último latido de mi platillo resonó a través del aire, Holden y
Galloway abuchearon y gritaron mientras Hart se volvió lentamente para
mirarme fijamente.
Me retorcí bajo la pesada inspección. Sabía que Jodi había hecho un
maldito buen trabajo masculinizándome, pero ¿qué tal si Hart vio
directamente a través de las capas? ¿Qué tal si él sabía lo que realmente
era?
— ¡Joder, sí, quiero unirme! — Exploté. Pero tan pronto como las palabras
cruzaron mis labios, la realidad se impuso. Oh, demonios, ¿qué había
acabado de hacer? Allí era donde se suponía que me arrancara la máscara
y les diría a todos que se jodieran.
Excepto que las palabras nunca llegaron. La rasgadura de máscara nunca
inició. Porque yo quería tocar en ese concierto el viernes más de lo que
quería mi próximo aliento.
¿A quién le importaba si estaba programada para trabajar en
Castañeda´s? Carmen me debía una. ¿Y a quién le importaba si dije una
pequeña mentira piadosa por omisión, y les deje creer que era un chico?
Mi género no tenía relación alguna con lo bien que podía tocar.
Sólo sabía una cosa: nada iba a dejar que faltara a mi primera actuación
como baterista en mi primera banda. Supuse que iba a tener que ser un
hombre justo un poco más.
Todavía podía totalmente arrancarme la máscara después del viernes y
hacer que todos se sientan tan estúpidos y sexistas como lo fueron por no
darme la oportunidad cuando yo había estado como una chica. Así que, sí,
eso es lo que haría.
Esperar hasta después del viernes para dejarlos entrar en mi secreto.
7
Asher
Lo peor de ser así de relajado era que cuando se trataba del aspecto más
profesional y comercial de las cosas, apestaba.
—De acuerdo, entonces. Solo envíeme otra factura o lo que sea, supongo.
Me aseguraré de tener cuidado esta vez, lo juro.
—Oye, viniste. Entra. —Le hice una seña para que siguiera adelante y
volví a escanear los documentos en la caja—. Los otros dos deberían estar
aquí en cualquier minuto. Avanzó con cautela, como si temiera que le
cayera un piano tan pronto como entrara.
—Así que aquí es realmente donde practicamos, ¿eh? Tuve que releer la
dirección que me diste aproximadamente diez veces, seguro de que era
un error cuando aparqué en el estacionamiento de una jodida unidad de
almacenamiento.
Por el rabillo del ojo, lo vi ir hacia el set de batería y pasar la mano sobre
uno de los tambores instalados. Luego se sentó con cuidado en el
banquillo frente al set de cinco piezas y se frotó las manos de arriba abajo
por sus muslos mientras asimilaba que vista que tenía delante.
— ¿En verdad tuvimos que pagar por eso? Arrugué la frente, esperando
no hablara en serio, pero me hallaba bastante seguro que lo hacía.
Casi perdí mi señal de cuando tenía que empezar a cantar. Pero una vez
que me puse al día, fue fácil sumergirme en la música. Sonábamos bien
juntos, mejor de lo que sonábamos cuando Rock era el baterista. Sticks
tenían una forma de mantenernos en sintonía con el ritmo que estableció.
—Mierda.
Aun así, para asegurarme, pregunté—: ¿Seguro que estás bien con que
toquemos en vivo mañana? La emoción iluminó sus ojos, lo que me hizo
sonreír. Recordé el día antes de mi primer concierto, cómo sentí como si
anticipación ansiosa vibrara a través de mí.
Sticks se estremecía con mucho entusiasmo. Pero se las arregló para
mantenerse relajado, asentir y limitarse a decir—: Claro, solo dime dónde.
— ¿Alguna vez has escuchado del club nocturno Forbidden? Tocamos allí
casi todos los viernes, a pesar de que estoy tratando de reservarnos otros
lugares, también.
—Claro, he oído del club. Incluso he estado allí una vez y canté en la noche
de karaoke. Vi en la página web que han estado allí, pero supongo que no
me di cuenta que es allí donde tocaban regularmente.
Genial.
—Sí —Lo miré fijamente porque he trabajado cada noche de karaoke que
hemos tenido, y no recordaba su rostro, Me hallaba a punto de decir algo,
pero Gally bufó.
Suspiré.
—No es nada. Solo ignóralo.
Lo dijo tan alegremente que Gally dejó de reír para atravesarlo con un
ceño fruncido.
—Nunca se sabe. Podría haber sido buena. Pero uno de nosotros, o sea tú,
probablemente la hubiese follado, y se hubiese ido dentro de una semana.
Entonces estaríamos como al principio, en busca de otro baterista.
Sticks abrió la boca para decir algo, pero levanté una mano para
detenerlo.
—Así que... ¿ni siquiera le permitieron hacer la prueba sólo porque era
una chica? Suspiré, y señalé significativamente a Gally, echándole la culpa.
Me hallaba a punto de gritarle por ser tan ofensivo, pero Sticks le devolvió
la mirada ceñuda.
—Bueno, ¿prefieres la polla sobre el coño o no? Sticks hizo una mueca de
dolor. Luego bajó la barbilla y murmuró en su pecho—: Sí, supongo que sí.
Odiando como Gally hacía que el nuevo miembro de nuestro grupo se
sienta avergonzado, golpeé al bajista fuertemente en el pecho con la
palma de mi mano y le dije al baterista—: Ignóralo, como hacemos los
demás.
Nunca encontró al mago que le conceda un cerebro. Mientras Sticks me
daba una pequeña sonrisa de agradecimiento, Gally frunció el ceño con
confusión, murmurando—: ¿Eh?
Asher
—Ya era hora que decidieras aparecer, estrella de rock —me gritó Ten.
Me reí.
Nadie era más divertido que Oren Tenning para sacar de quicio. De modo
que tenía que fastidiarlo en cada oportunidad que tenía. Ten tenía una
respuesta para todo que decía, también, lo que me divertía más. En el
momento justo, su ceño fruncido se transformó en una sonrisa.
—Aparte, le quité esa camiseta anoche, así que, já. Sé que estás mintiendo.
Y luego se fue, silbando en voz baja, para quitar una mesa para hacer un
mejor camino.
Riéndome, me giré hacia la barra donde Knox se encontraba detrás de
ella, sustituyendo un contenedor del grifo. Cielos, me encantaba trabajar
con estos tipos.
—No sólo te cortaré en pedazos —dijo en una voz que me daban ganas de
mearme, pues sabía que no lo decía por decir, sino que las decía en serio.
—Tu hermano —gruñó ella, provocando que Noel alzara la cabeza—, está
tan metido en graves problemas ahora mismo, que no puedo lidiar con él.
Al instante, Noel le frunció el ceño al chico mayor mientras el niño se
sentaba en un taburete y, con aire sombrío, colocaba los codos en la
encimera y luego su barbilla en las manos.
—Brandt —gruñó Noel—, ¿qué demonios hiciste? Brandt abrió la boca
para contestar, pero Aspen habló por él.
—No está tan mal. —Luego golpeó la encimera para atraer la atención de
Knox—. Oye, cantinero. Quisiera una cerveza. Knox se le quedó mirando
con confusión.
—No entiendo por qué eres tan duro con él. Desde que se vino a vivir
contigo, no se ha metido en ningún problema. Joder, se ha portado de
maravilla.
—Gracias —le dijo Brandt a Ten mientras Knox colocaba el trago de
Colton en la encimera frente a él.
El niño de once años bebió un gran sorbo y suspiró con satisfacción.
—No.
—Que así sea, hombrecito. —Le ofreció un puño, y ambos chocaron sus
nudillos. Al otro lado de ellos, Brandt seguía defendiendo su caso.
— ¿Por qué les importa tanto el por qué lo hice? Su nariz sigue rota, y
seguiré suspendido sin poder ir a clases por una semana. Ningún motivo
cambiará las consecuencias. ¿Pueden simplemente dejar el tema?
Todos nos volteamos para ver con asombro a Brandt, quien solamente se
hundió más y más en su taburete, luciendo totalmente avergonzado. Al
final, Aspen se cubrió el rostro con ambas manos y soltó un quejido.
—Ay, cielos, lo lamento tanto, Brandt, pero… —bajando los dedos, frunció
el entrecejo—: ¿Por qué sencillamente no dijiste eso desde el principio? El
chiquillo de quince años soltó un murmuro, refunfuñando—: Porque a
ella le dio vergüenza y no quería llamar la atención. —Miró a Mason con
el ceño fruncido—. No puedo creer que haya cedido y le haya contado a
Reese. Le prometí que no incluiría su nombre en el tema, y es todo lo que
quería. Mason solamente se encogió de hombros.
Luego hice una última ronda por el área de clientes antes de avisarle a
Harper que podíamos abrir. Quinn tuvo la misma idea y se encontraba
recogiendo una pajilla perdida del suelo. Me sonrió cuando movió la
cabeza en dirección a la barra.
—Nunca es una noche aburrida por aquí, ¿eh? Solté una risa.
—No con el drama que nos las arreglamos con suscitar. Señalando a
Harper con el dedo, le avisé que no había problema de permitirles la
entrada a los clientes.
Asintió, y medio minuto después, comenzaron a entrar por la entrada.
Atendí mi primera mesa de la noche llena de órdenes, y se las llevé a Knox
para que las llenara dado que Mason y los Gamble seguían discutiendo
entre ellos con respecto a cómo hacerles justicia a sus hermanos menores.
Ten dejó de intentar en dar su opinión y decidió ayudarnos a Quinn y a mí
a atender las mesas.
Acababa de entregar una bandeja llena y guardaba el pago cuando mi
teléfono sonó, alertándome de un mensaje. Revisé la pantalla,
sorprendido de encontrar que provenía de mi nuevo baterista. Acabo de
darme cuenta que no tengo la hora exacta ni la dirección del lugar donde
estar mañana para la tocata.
Solo he ido una vez al Forbidden y no conduje yo, así que no estoy seguro
si recuerdo el camino. Envié la hora y la dirección, y guardé el teléfono,
solo para que suene segundos después.
Gracias. Mis dos chicos y yo te veremos allá. Luego de decirle que vale, al
mismo tiempo preguntándome quiénes eran sus dos chicos, me mandó
otro mensaje.
Y al decir dos chicos, me refiero a mis baquetas, no al par en mis
pantalones. Antes que pudiera siquiera pensar en una respuesta, me
envió otro mensaje. Claro, no significa que los otros dos no estarán allá.
Pero técnicamente, no verás a ESOS chicos, así que sí… solamente hablo
de mis baquetas.
Sonreí, entreteniéndome más por sus mensajes incoherentes. Casi podía
imaginarlo gruñéndose a sí mismo como si supiera que decía mierda que
no tenía intención de mencionar incluso mientras seguía escribiendo más.
Y en el momento justo, envió otro mensaje. Así que, sí, mejor voy a
callarme antes que siga humillándome más y más. Nos vemos mañana. Me
reí abiertamente y le escribí que mañana nos veríamos.
— ¿Qué demonios? —Le empujé por el hombro otra vez, esta vez
callándolo—. No es así. Era el baterista de mi banda. Y él dijo algo
gracioso… así que me reí.
—Ya… —Ten siguió observándome mientras rascaba un costado de su
rostro—, no te creo. Leías y mirabas la pantalla por mucho tiempo como
para que fuera un tipo. Me quedé mirándolo completamente confundido.
— ¿Eh?
—Te demoraste en leer —explicó—, de modo que tenía que ser de una
chica. Dos tipos mandándose mensajes solo tomarían unas cinco palabras
o menos por mensaje… o solamente se llaman. Así que, sí… sin duda
enviabas mensajes pervertidos.
—Como sea. —Sacudí la cabeza conforme me alejaba—. Eres raro. Así que
deja de serlo.
Parte I
Remy
—Ugh. —Decidí que era su culpa. El tipo estaba buenísimo. Tras pasar
horas con su compañía, escuchándolo cantar, las hormonas todavía
seguían en erupción.
Pero Asher me impresionó. De una buena forma. Luego de mi primer
encuentro con el grupo, estaba completamente convencida que Galloway
era el líder. Eso me había preocupado.
Digo, no tanto como para no tocar mañana con ellos, pero seguía siendo
una idea inquietante, alarmante y deprimente. No obstante, tras esta
tarde, era obvio que Asher se ocupaba de las cosas.
Sabía dónde estaban las canciones, había pagado la cuenta del estudio de
alquiler, hizo las sugerencias de los cambios y ajustes de las canciones de
vez en cuando, y fue quien nos recordó dónde debíamos encontrarnos
para nuestra próxima tocata. Con él siendo el líder puede que lo siga… en
especial dado que tenía un gran trasero. Pero, ¿a Gally? Joder, no.
Nunca me quedaría en una banda luego de una tocata si él fuera el líder.
—Pues… pese al hecho que no apruebo esta idea y que creo que estás loca
por salir así mañana, decidí mostrarte mi apoyo, de todos modos. Y te
compré un par de cositas que necesitarás. Sentándome más derecha,
aplaudí con felicidad.
—Oh, vaya. No debiste molestarte. Es muy genial, Jodi. La última vez que
intenté conseguir una identificación falsa, tenía diecisiete años y mi tío lo
encontró antes que tuviera la oportunidad de usarlo en un bar.
—Eh… gracias. Pero… —la miré de reojo—. ¿Qué demonios es esto? —Es
una Go Girl.
—Disculpa, ¿una qué Girl? Suspirando, puso los ojos en blanco y se acercó
a zancadas para arrancármelo de la mano.
— ¡Dios mío! —me tapé los ojos con la mano—. Por favor, dime que no
vienen en colores diferentes.
—Mi favorito fue el de lavanda, pero pensé que no te serviría de mucha
ayuda si lo elegía.
—Y… son tan populares, que vienen de todos los tipos —murmuré,
desconfiada. Por supuesto que venían de todos tipos—. ¿Cómo demonios
nunca he escuchado de un Go Girl?
***
Veinticuatro horas más tarde, era hora de descubrirlo.
Una vez más, me arreglé como “Sticks”, dejé el Go Girl en casa y conduje
hasta la dirección que Asher me envió.
Pasaron meses –a principio del verano o quizá a finales de primavera–,
desde la última vez que estuve aquí. Pero parecía familiar, así que me
estacioné y crucé la calle hacia la entrada. El letrero decía que abrirían en
media hora más y la luz que decía “abierto” no estaba prendida, pero un
portero ya se encontraba justo frente a las puertas principales, de modo
que di un golpecito al vidrio para atraer su atención.
Se giró y me frunció el ceño, así que le señalé que me abriera. Cuando me
rehusé de dejar de señalar con las manos, por fin abrió un poco la puerta
y se asomó.
—Todavía no abrimos.
—Oh… sí. Soy nuevo. Acabo de unirme esta semana. Al tipo no pareció
importarle. Y al parecer, todo lo que sabía decir era—: No estás en la lista.
Enojo, miedo y preocupación me recorrieron. Decidí que el enojo se
adueñara por completo. Había llegado hasta aquí, me rehusaba a
rendirme ahora.
—Mire. Necesito entrar así puedo prepararme para nuestro show que nos
están pagando para proveerle a sus clientes. — Aguarden, ¿iban a
pagarnos? Ni siquiera había preguntado y, honestado, era lo último que
tenía en mente. No importaba. El punto era que—: Tengo que ir al
escenario y…
—No estás…
— ¡En la lista! —exploté—. Sí, ya lo dijo. Muchas veces. Pero le juro que
no estoy mintiéndole. ¿No puede simplemente ir a buscar a otro miembro
de la banda para que venga y responda por mí?
—Irá a buscar a Asher —no pude evitar burlarme con una sonrisita
petulante.
Grim respondió con un gruñido. Segundos más tarde, Asher asomó la
cabeza. Cuando me vio, la sorpresa iluminó su rostro.
— Ah, hola. Llegas temprano. Entra. —Cuando abrió más la puerta, el tipo
todavía inminente en mi camino se negó a moverse, así que Asher
dijo—: Grim, hermano, no pasa nada. Es parte de la banda. Lo lamento,
creí que lo puse en la lista.
—No hay ningún Remy Curran en la lista —le dijo Grim. — ¿Remy…? —
Asher parpadeó con confusión antes que sus ojos se iluminaran con
comprensión—. Oh, claro. Sí. —Me señaló—. Nunca supe tu nombre
verdadero, así que te puse en la lista como Sticks. —Luego le dio un
codazo a Grim—. ¿Podrías ser tan gentil de escribir Remy Curran al lado
de Sticks? Él puede entrar.
Grim no lucía muy feliz de hacerlo, pero asintió y se hizo a un lado a
regañadientes.
Parte II
Remy
—Así que ¿Remy es tu nombre real? Salte ante la pregunta y mire hacia
Asher donde estaba arrodillado junto a un amplificador y probando las
cuerdas de su guitarra.
Cuando mi mirada conecto con la suya verde y curiosa, un pinchazo en mi
estómago hizo que todas mis partes de chica volvieran a la vida—. Um…sí.
Wow, mírame, con mi sorprendentemente extenso vocabulario alrededor
del niño bonito.
Si no me reviso pronto, estaré babeando detrás de él después. Él sonríe, y
por supuesto, tengo que tragar algo de baba—. ¿Pero prefieres ir por
Sticks? Me encojo de hombros—. Lo que sea. —obligándome a decir más
palabras, pobremente agrego—. Cualquiera funciona. Su risita hace que
mis hormonas gimoteen.
Trato de ignorarlo y preparo mi área, pero todo ya parece estar casi en
orden. Todo lo que tengo que hacer es bajar mi banco y acomodarme,
mover los pedales un poco más cerca, reajustar el tambor y mover unos
centímetros los tambores pequeños.
Así que me encuentro cerniéndome encima de Asher, preguntándole si
necesita que haga algo más, mientras alrededor de nosotros, en el suelo,
otros trabajadores del bar se mueven alrededor, preparándose para la
apertura del club.
Trato de no observar como su labio se libera de sus dientes, pero era tan
locamente sexy, tengo que aclarar mi garganta antes de decir—. Seguro.
Eso sería genial. Tengo que moverme más cerca de el para ver mejor
todas las funciones que señala, y hombre, el chico incluso olía maravilloso.
No es justo. Inhalando profundamente, me maree por la cantidad de veces
que lo olí.
Entonces estornudo, y por Dios, incluso eso fue adorablemente sexy.
Cuando Asher detuvo su demostración y dije—. Esta es una organización
muy dulce, —mi voz fue más aguda de lo normal, haciéndola sonar extra
femenina.
Usualmente tenía una ligera ronquera, un sonido rasposo de mis cuerdas
vocales que hacía que las personas por teléfono a menudo me
confundieran con un chico. Pero justo entonces, no soné para nada como
uno. Lanzando una mirada preocupada a mi derecha, estaba aliviada
cuando Asher no pareció notarlo.
Él sonrió con orgullo y dijo—. Gracias. Estaba demasiado ocupada
masticando mis preocupaciones; que me tomo un momento darme cuenta
de lo que estaba diciendo. Finalmente, sacudí la cabeza—. Espera. ¿Acabas
de decir gracias como si tú hubieras montado esto? Cuando el asintió, aun
sonriendo con orgullo, devolví mi atención al panel de palancas y botones
con nuevo asombro—. Impresionante. Y aquí, yo pensé que pertenecía al
club.
—Oh, lo hace. —lo mire, frunciendo el ceño con confusión, así que
explico—. Cuando Pick –el dueño del club me contrato, me dio vía libre
para instalar cualquier tipo de escenario y sistema de sonido que quisiera.
Así que…lo hice. Niego con la cabeza, incluso más pérdida—. ¿Tú
trabajas…aquí? — ¿eso significaba que yo también trabajaba aquí?
Mierda, ¿iba a tener que llenar formas legales, como números de
seguridad social y eso?
Una cosa era mentir por una noche para conseguir tocar la batería, pero
mentirle al gobierno –diablos. ¿En qué me había metido?
—Sí, es como una larga historia. Vine un día, tratando de rogar porque
nos dejaran tocar una noche, pero el solo necesitaba un bartender. Así
que…hicimos un trato. Trabajo en la barra las noches que no tocamos, y el
prácticamente me deja construir cualquier cosa que quiera que tenga que
ver con la música en este lugar.
El me da dos mil por los viernes, los cuales…reparto entre los cuatro
miembros y se los doy en efectivo. —Él me envió una mueca de
disculpa—. Lo siento, quinientos no es mucho, pero…
—Oye, es más de lo que me han pagado antes por tocar, —le digo, aliviada
de que estaba obteniendo efectivo y emocionada porque estaba
obteniendo algo de dinero. Asher se rio—. Si, esa era mi forma de pensar
cuando nosotros empezamos. —Palmeando mi hombro y asustando la
mierda fuera de mí cuando ligeramente empuja mi pechera fuera de
lugar, sonríe grande—. Creo que vas a encajar muy bien Sticks.
Momentáneamente olvide que necesitaba acomodar mi pecho falso en su
lugar. Pero en serio, cuando Asher Hart me sonreía con tanta aprobación,
la vida era jodidamente perfecta. Esta iba a ser una noche que no olvidaría
jamás.
10
Remy
— Es su primera vez, así que sean amables con él, por favor. Algunas
personas rieron, más animaron, pero hombre, la habitación me animo.
Todo se ilumino adentro, sacudí las baquetas por encima de mi cabeza en
agradecimiento, luego chasqueándolas juntas cuatro veces para poner el
ritmo de la canción, y boom… estábamos tocando un cover de una de mis
canciones favoritas de OneRepublic.
En vivo. En frente de personas. Tomo todo un verso para que en realidad
tocara, pero cuando mi entrada llego, lo conseguí. Era… Asombroso. Mi
sueño se estaba haciendo realidad. No podía dejar de sonreír, no podía
dejar de sentir la prisa, no podía dejar de tocar. Una vez que la canción
termino, simplemente seguí, moviéndome directamente a la canción
“Ceilings”.
Asher miro hacia mí con sorpresa. Luego rodó los ojos, como diciendo que
lo debía haber sabido, y sonrió antes de regresar para su primera línea. Su
voz me golpeo fuerte, y pareció vibrar por mis huesos, haciendo eco a lo
largo de mi columna vertebral y temblando la punta de los dedos de mis
pies. Era Nirvana pura. Mi dios. Ni siquiera me di cuenta de cuantas
canciones o cuánto tiempo había pasado hasta que Asher dijo que íbamos
a ir a un rápido descanso.
Es cuando repentinamente me golpea cuan empapada estaba dentro de
mis ropas y mascara, del sudor que vino por culpa del calor cayendo de
las lámparas de arriba.
Entonces me levante, mi piernas y la espalda dieron un grito de protesta
debido a sentarse por mucho tiempo. Moviendo mis hombros y estirando
las piernas una o dos veces, seguí a los otros tres, saltando el lado del
escenario y dentro de la multitud.
No había “backstage” así que fuimos instantáneamente saturados, la
mayoría de todos reuniéndose alrededor de Asher para poner sus manos
sobre él. Un hombre con una camiseta de Forbidden apareció—el mismo
sexy que me había rescatado de Grim el portero idiota y trajo a Asher
para dejarme entrar.
Ayudo a Asher a liberarse de las que se pegaban y luego abrió un camino
para nosotros para alcanzar el pasillo de atrás, donde él y Asher nos
guiaron a una habitación trasera con un sillón, algunos casilleros, y una
pequeña cocina.
—No hay problema. Es mejor que regrese al bar, sin embargo. Realmente
cautivaron a la multitud esta noche. Mientras Asher lo despedía, Quinn
comenzó a retirarse, solo para sentir mis ojos sobre el o algo, porque miro
en mi dirección. Me dio un pequeño saludo de reconocimiento y
dijo—: Buen trabajo, sonaron geniales chicos. Mientras desapareció por la
puerta, miro después el punto donde había estado y tratar de no suspirar.
Me gusto Quinn. Había solo esta cosa en su aura que me hacía sentir…
bien. Y segura. Además era justamente fácil de mirar. Es cuando Galloway
me golpea en el brazo.
—Hombre, ¿te diste cuenta de la pelirroja que nos mostró sus tetas? La de
la ajustada blusa amarilla con escote hasta su ombligo. Estaba gritando tu
nombre. Parpadeé hacia él, sin idea.
— Oh, sí, es cierto. No le haces a las chicas. Que desperdicio —volteo hacia
Holden, que estaba limpiando las manchas de sudor en su camiseta,
directamente debajo de sus brazos—. Holden, la viste, ¿verdad? Estoy
cogiéndome a esa perra esta noche.
Gemí en desaprobación y busque a Asher con la mirada. No segura de por
qué, solo que siempre me encuentro buscándolo cuando estaba alrededor.
No era grande y clásicamente lindo como sus cobarman Quinn, pero
mirando su esbelta estructura y su profundamente angulado rostro
causando la misma sensación en mí. Excepto que no sentí en absoluto la
seguridad cuando mis ojos estuvieron en él.
Me sentí… no lo sé… retada, un poco sin aliento, entusiasmada, como si
estuviéramos parados en la orilla de un acantilado y ya podía sentir la
prisa quemando por mi sangre antes de que incluso saltara. Ignorándonos
a todos, se inclinó para abrir un refrigerador miniatura y saco una botella
de agua. Mi mirada en su trasero. No usaba sus pantalones ajustados,
como un montón de roqueros estos días—ejem, Galloway—pero el
material ciertamente apretó bien ciño su trasero perfecto cuando se
agacho.
Entonces se enderezo muy pronto y estaba regresando hacia nosotros
antes de pudiera cortar mi pequeña fiesta atenta. Me atrapo en el acto,
pero en lugar de fruncir el ceño por estarlo mirando, levanto su botella.
Una vez la ve mis manos y regrese con el resto del grupo, Galloway estaba
todavía parloteando a cerca de todas las diferentes mujeres con que sintió
que podría acostarse antes de que la noche terminara mientras Holden
tranquilamente lo escuchaba.
Asher tirado en el sofá con su cabeza atrás contra los cojines, sus ojos
cerrados, y sus dedos y pies dando golpes a un ritmo que solo él podía oír.
Sus labios moviéndose mientras cantaba silenciosamente para sí mismo.
Cuando cerré la puerta detrás de mí, sus pestañas se abrieron y sus ojos
verdes me evaluaron.
— ¿Eh? Se desplego del sofá, parándose de una manera sexy que solo un
chico caliente podía manejar, y me dio una sonrisa. —lo juro tu
entusiasmo es más ruidoso que el murmullo de Gally. Galloway dejo de
hablar y miro en nuestra dirección.
Ame esto.
—Oh, mi dios, ¡Remy! —Gritó Jodi en mi oído— ¡No puedo creer que
realmente lo hiciste! Estuviste muy genial.
—Vaya, gracias.
—Guau, es bueno.
—Lo sé, ¿Verdad? —se jactó Gally y preguntó—. ¿Quieres que te muestre
que bueno? —Justo después Asher se nos unió. Olvidando a Gally, Jodi se
le quedo viendo boquiabierta, sus ojos bien abiertos mientras me pegó en
el brazo.
—Oh, mi dios —susurro de regreso—. ¿Lo ves también? Asher suelta una
risita.
—Oh, ¡lo sé! —Jodi enrollando su brazo por el mío y jalándome cerca con
una sonrisa orgullosa —. Remy ha tocado la batería desde que corríamos
en cañales, juntas. Ella es asombrosa. Dejo de respirar mientras Asher
parpadea. Cuando la pellizco donde nadie viera, Jodi salto y soltó un
chillido de alarma, con sus ojos abriéndose mucho.
—Demonios, Chica —la alejo para darle una mirada crítica—. ¿Cuánto has
tenido de tomar esta noche? Jodi da una risa nerviosa, sus ojos vidriosos
de pánico.
—Hey, cuando sea que tengas un segundo, quiero presentarte con los
chicos que trabajo. Estaba mirando justo hacia mí, así que supuse que
estaba hablándome.
Remy
—Hey, hermosa —dijo por encima del ruido en su oído—. Gracias por
venir esta noche. Estaba mentalmente tratando de no tirarle miradas
quisquillosas a su novia, pero maldita sea, no encontré un solo defecto de
ella, cuando la giro hacia mí.
— ¿La razón por la que tocamos "Sweet Caroline" esta noche? Dos veces.
Me devolvió la sonrisa.
—La misma. La miré, abrí la boca para mentir y decirle lo lindo que era
conocerla cuando alguien gritó hacia nosotros—: Está bien, hijo de puta.
Suficiente tiempo de besitos y abracitos. Fuera de las manos.
¡Ahora! Miré para alcanzar avistar un hombre detrás del bar dando su
dedo medio a Asher. Curiosa por qué estaba tan furioso, le
pregunté—: ¿Quién es ese? La sonrisa de Asher creció como Caroline se
alejó de él.
—El marido de Caroline. Mis cejas se dispararon por la sorpresa, y sí, una
pequeña bola de alivio brotó en mis entrañas.
— ¿Así que estabas coqueteando con ella porque...? Se rió entre dientes.
Me dio un codazo hacia adelante hasta que estaba de pie donde había
estado Caroline, porque ella ya revoloteaba lejos para hablar con una
morena y una pelirroja a unos cinco metros por la barra.
—Así que esa es tu mujer, ¿eh? —pregunté, mirando al chico que Asher
había llamado Ten.
— ¿Lo sé, verdad? Soy un bastardo con suerte. Dejé escapar un silbido.
—Digo, porque mierda... ella tiene un hermoso culo. Apuesto que todos
los hombres aquí darían su huevo izquierdo para tocar eso. La sonrisa de
Ten murió plana.
—No sonaba muy gay con la mierda que estaba escupiendo sobre ella.
Levanté mis manos.
—Lo soy. Créeme. Creo que eres más caliente que tu esposa. Lo juro por
Dios.
—Oh, Jesús —murmuró Asher. Ten levantó una ceja y lo desafió con la
mirada.
—Ehh... —No es que yo quería que Asher supiera qué tan atraída por él
estaba, pero como que me regalé esa mirada incrédula que le di a Ten. Así
que ya que me había jodido a mí misma, fui con ello y ligeramente
respondí—: Yo no iría tan lejos. No era mi intención hacer que Asher se
sintiera incómodo, pero es que no podía mentir acerca de esto.
—Como sea. Definitivamente tengo un mejor culo que él. —Se dio la
vuelta para dejarme ver su trasero. Miré. Quiero decir, ¿cómo no iba a
hacerlo? Un chico caliente deliberadamente mostrándome sus pompis
envueltas en un par de jeans, y sí, definitivamente tenía algo interesante
allí. Pero incluso con la buena curvatura que Ten mostró, había algo
acerca de los apretados pequeños bollos de Asher que lo hacían lindos, de
acero, enmarcados dentro de sus estrechas caderas, que me atraía más.
Así que le dije—: No. En realidad no. Ten frunció el ceño.
—Oh, como sea. Eres un inútil. A mi lado, Asher estalló en carcajadas. Era
una de esas risas de cuerpo entero donde un chico tenía que inclinar la
cabeza hacia atrás para permitir que todo el sonido saliera. Más allá del
alivio de que no estuviera molesto por las cosas que acababa de decir
sobre él, sonreí hacia él. Me devolvió la sonrisa y me dio un golpecito en el
brazo.
—Lo que significa que dan lástima —dijo Ten mientras saltó detrás de la
barra y se dirigió a un cliente en espera de servicio. Asher y yo tejimos
nuestro camino hasta el otro extremo de la barra, donde se reunió a un
grupo de parejas, Caroline, a quien odiaba mucho menos ahora que sabía
que no era la novia de Asher, incluida.
—Esos son Mason y Reese. Mason también trabaja aquí, pero es su noche
libre. Lo mismo con Knox allí mismo. Y esa cosa hermosa a su lado es
Felicity, que es una camarera aquí. Caroline, ya la has conocido. Nos faltan
tres más de las damas, Eva, Zoey, y Aspen, que optaron por quedarse en
casa con los niños esta noche.
Pero creo que Pick está por ahí... Miró hacia la apertura de la sala de
vuelta antes de que una voz hablara desde nuestra izquierda,
diciendo—: Aquí.
Asher y yo giramos, y me encontré con un hombre caliente sonriéndome
con un anillo de labio y ceja perforada.
—Y este tipo es Noel. El otro camarero que trabaja allí es Quinn, a quien
como que conociste antes. Arrancada de Pick, asentí a Noel, que asintió
con la cabeza de vuelta. Quinn estaba en el otro extremo de la barra
delante de una licuadora haciendo lo que parecía, oh Dios... una piña
colada. Moriría por una de esas ahora mismo. Entonces Quinn puso un
paraguas en ella, junto con una rebanada de piña y una cereza, y casi
gemí.
—Se acabó —gritó Noel mientras llenaba una jarra con Miller Lite del
grifo. Asher frunció el ceño.
—Claro, puedo hacer eso. —Asher volvió su mirada hacia mí—. Hey,
Remy. ¿Quieres uno? Nunca habría probado la marca antes, y no era una
fan del licor de malta, pero no podía simplemente ir bebiendo una piña
colada, y no había manera que pudiera decirle que no por alguna extraña
razón, así que me encogí de hombros.
—Por supuesto.
— ¿Remy? —Ten repite con el ceño fruncido como Asher se alejó. Salté,
sorprendida que había aparecido de la nada en el otro lado del mostrador.
Girando hacia él, arrastré mi mirada del perfecto culo de Asher a los ojos
color avellana de Ten.
—Ustedes dos... ¿se conocen? Mientras rogué en silencio que dijeran que
no, Jodi se lamió los labios y paseó su mirada por la camisa negra ajustada
de Ten.
—No tan bien como me hubiera gustado. Los ojos de Ten se estrecharon
ligeramente.
—Más bien como nunca harás, quieres decir. Estoy casado ahora. La
sonrisa de Jodi se extendió lentamente.
—Hey, eso está bien. No me importa si la esposa mira. —Se acercó más y
bajó la voz—. Soy de hecho mejor cuando doy un espectáculo.
—Está bien, abajo chica. —Agarro su brazo y tiro de ella hacia atrás, lejos
del camarero casado—. Trata de mantener tus manos fuera de los amigos
de mis nuevos compañeros de banda, especialmente los casados, por
favor. Hizo un sonido con su nariz y me frunció el ceño.
— ¡Dios mío! ¿Tuviste sexo con él? ¿Justo ahora? Pero... tu… cómo... Santo
Señor, acabas de conocerlo. Y sólo te fuiste cinco minutos. Se encogió de
hombros.
—Así que... ¿no te importa que yo...? Cuando levantó sus cejas, suspiré.
—Un poco demasiado tarde para preguntarme ahora, pero no... Supongo
que no. Simplemente no puedo creer que realmente lo querías.
—Remy —casi gritó. Luego señaló a Jodi—. Jodi, Remy. Remy, Jodi. ¡Santa
mierda!
Parte I
Remy
— ¿Qué? —De inmediato miré alrededor para ver quién lo había oído,
pero afortunadamente, nadie nos prestaba atención. Así que me giré de
nuevo hacia el hombre con amplios ojos que seguía mirando mi pecho y
entornando los ojos—. ¿Cómo…? ¿Qué…? Se inclinó hacia adelante.
—Increíble. ¿Qué hiciste con tus tetas…? Golpeé una mano en frente de su
cara para desviar su atención de mi pecho.
— ¿Cortarías eso? No soy una chica. Negarlo no tenía sentido, por lo que
no sé por qué lo hice. Había planeado decírselo a Asher y a Galloway, y a
Holden después de esta noche lo que era… o más bien lo que no era.
Realmente no había necesidad de alargarlo más, pero… pensé que sería
más respetuoso decirle a la banda cara a cara en lugar de dejar que Asher
lo descubriera por su cuenta.
—Ya sabes… —Ten agitó un dedo—. La chica de la cual Asher escribió esa
canción, esa que vino aquí y cantó en el karaoke con la camisa de Incubus
y sacudió totalmente su mundo. Sacudiendo la cabeza, pregunté—: En
serio, ¿tomas un chupito por cada bebida que sirves? Porque creo que
estás borracho, hombre. No tienes ningún sentido.
—No… no tengo idea de lo que estás hablando. Y no soy una chica. Con
una risita, me retó—: Sí, y totalmente no revisaste el culo de nuestro Hart
cuando se alejó hace un minuto. Tartamudeé un segundo antes de
espetar—: Porque soy gay.
—O una chica.
—Escucha, idiota. —Lo apunté, pero él tomó mi dedo y giró mi muñeca
para examinar mi palma.
— ¡Oye! No…
— ¿Eh? —Así es como lo veo. Ese maldito me debe una. Él sabía que la
única chica de la cual se suponía de debía alejarme se escabullía a mi
cuarto para follarme los sesos sin que supiera que era ella, y no dijo nada.
Así que no me siento inclinado en absoluto en dejarle saber el hecho de
que la chica de sus sueños es en realidad el nuevo baterista de su banda,
posando para ser un chico duro, por lo cual todavía estoy confundido. De
nuevo, ¿por qué estás haciendo eso?
—El… espera. Retrocede. ¿Por qué sigues diciendo que ella es la chica de
sus sueños? ¿Y de qué demonios hablas acerca de una… canción? —Santa
mierda. —Me miró como si estuviera loca—. ¿En verdad no lo sabes?
Fruncí el ceño, más allá de irritada.
—Jesús, eres descarada. ¿No has escuchado la canción que escribió para
ti?
—Oh, no lo sé; tal vez porque estás hablando mierda. No existe una
canción así. Créeme, estoy familiarizada con todas las canciones de Non-
Castrato.
—Por nuestra mejor actuación hasta ahora —brindó. Calor fluyó a través
de mí, haciéndome olvidar todo sobre Ten y lo que acabábamos de
discutir. ¿Esta noche había sido la mejor actuación de la banda? Oh Dios,
amaba escuchar eso. Golpeteé el cuello de mi botella contra la suya y tomé
un tentativo sorbo, solo para elevar mis cejas con sorpresa.
Busqué a Jodi, solo para verla sentada en una mesa con Galloway… en su
regazo mientras él metía la lengua en su garganta. Asco. No estaba segura
de a dónde había desaparecido Holden, o si seguía en el edificio. Ya que no
conocía a nadie más y no podía pensar en una buena razón para rechazar
la invitación de Asher, me senté en el taburete junto a él, incluso si se
sentía como si estuviera engañándolo para jugar a los amigos así.
—Por tanto tiempo como puedo recordar. Crecí siendo vecina de los
padres de Jodi, y ellos eran dueños de una tienda de música, no como un
lugar que vendiera discos o CDs, sino una verdadera tienda de música que
tenía pianos, clarinetes, flautas, guitarras y esas cosas. Siempre tocaban la
música más genial de los ochentas cada vez que iba para allá. Mi familia
no tocaba nada más aparte de la música de mariachi, así que era como un
mundo totalmente nuevo y emocionante al visitar la casa de los Maleskys.
—Pero si tuviera que decir, digamos… mi top diez o algo así —continué,
curiosa de si tenía gustos similares—. Iría con Metallica, Pink Floyd, Led
Zeppeling, Tom Pretty y the Heartbreakers, The Srones, Incubus, Rush…
pero solo por Neil Peart. Asher sonrió y asintió.
—Los Beatles, Jimi Hendrix, Joan Jett, Heart, The Bangles… Ahogándose
con el trago que acababa de beber, Asher estalló en carcajadas.
— ¿The Bangles?
— ¿Qué? —Le fruncí el ceño por reírse de mis Bangles. Movió una mano.
—Nada. Simplemente no esperaba una banda de punk enlistada con todos
los grupos de rock que estabas diciendo.
—Mmm. —Me apuntó mientras tomaba un sorbo, luego tuvo que esperar
hasta tragar para decir—: y Five Finger Death Punch.
—Mmm, está bien. Uno más. —Deslicé mi botella vacía hacia Ten, quien
sacudió la cabeza.
— ¿Eh? —Solo parpadeó—. ¿Qué demonios significa uno más? Rodé los
ojos.
—Es español. Significa una más. Por favor. Pero esta debería ser mi última
bebida, también. Probablemente terminaré llevando a Jodi a casa… si no
se ha ido ya con alguien más.
—Pero cuando miré alrededor buscándola, estuve sorprendida de
encontrarla todavía pasando el rato con Galloway y su mesa llena de
mujeres.
12
Parte II
Me volví hacia él y fui atacada con una nueva ola de lujuria. Maldita sea, él
era demasiado bonito. Y esos, ojos verdes... tan malditamente intensos.
— ¿De Verdad? Vaya. Nunca hubiera imaginado eso de ti. Pareces tan...
americana. Arqueé una ceja.
—Eso tiene sentido. —Abrió la boca para decir algo más, pero dos chicas
se acercaron, una deslizándose justo a su lado y pasando sus dedos por su
pecho—. Oye, tú eres Asher Hart, ¿no es así? Nos encantó tu actuación de
esta noche. La sonrisa que le dirigió fue lo suficientemente amable
mientras decía—: Gracias. —Pero luego se apartó, obviamente incómodo
con su cercanía. No podía apartar mi estrecha mirada de sus uñas
pintadas de rojo, ya que se mantenían viajando arriba y abajo una por su
pecho y otra por su estómago, constantemente haciendo su camino hacia
su regazo.
— ¡Oye! Ustedes dos. —Noel señaló a las dos mujeres y les despidió con la
mano—. Esta es una zona VIP. Deben continuar su camino. Las mujeres
resoplaron en descontento pero Noel entrecerró los ojos, y finalmente se
largaron.
Tan pronto como fue liberado de las manos de la chica, Asher giró en su
banquillo por lo que ya no estaba sentado de lado para mirarme, pero
ahora tenía las piernas bien escondidas bajo el espacio contrario... así no
habría más mujeres pudiendo subir a su regazo.
—Gracias, hombre —le dijo a Noel. —Oh... cualquier cosa por nuestra
pequeña y delicada magdalena. —Noel fue a pellizcar sus mejillas, pero
Asher le dio una palmada en la mano y le llamó por un nombre sucio.
Mientras Noel se alejaba, riendo, un Asher sonrojándose dirigió una
mirada hacia mí.
—No lo sé. Es que... —Movió sus hombros otra vez—. Supongo que me
gusta ser el que perseguir, ya sabes. —Con una última mirada a las
mujeres que había rechazado, añadió—: Y no he tenido la oportunidad de
hacerlo por un tiempo.
—Él también te llamó una dama, por lo que también es obvio, que bebió
demasiado también.
—Shh... —le susurré, frunciendo el ceño mientras agitaba una mano para
callarla—. Aún no.
Así que necesitaba un nuevo plan. Necesitaba tratar esto con delicadeza,
de una manera en que podía convencer a los chicos para mantenerme
después de que les revelara mi verdadera identidad.
Si jugaba mis cartas, tal vez podría convencerles de dejar que me quede
como una chica. Antes de que pudiera explicar todo eso a Jodi, sin
embargo, Asher me agarró del brazo.
—He estado trabajando durante más de un año para conseguir que nos
den una oportunidad como esta. Entonces estás con nosotros una noche,
una jodida noche, y boom, tenemos una oferta del jodido Chicago. Eres
una especie de buen pedazo de suerte, ¿lo sabes?
—Yo... —No hay palabras viniendo. Negué con la cabeza, sintiendo algo
del mismo asombro como él, y también ganando un montón de nervios.
Parte 1
Asher
—Oh. Es una chimichanga. —Cuando lamí mis labios, arqueó una ceja y
me lo tendió más alto en mi dirección—. ¿Quieres uno? Tengo más en la
bolsa.
— ¿En serio? —Me puse de pie al instante—. Mierda, sí, quiero uno.
Me observó comer deprisa por unos segundos antes de levantar las cejas
y abrir la boca para decir algo. Cuando no lo hizo, le hice una seña para
que hablara. Sus hombros cayeron una fracción antes de aclarar su
garganta.
— ¿Recuerdas el otro día cuando dijiste que podía revisar todas nuestras
canciones? —Cuando asentí, se avergonzó—. ¿Todavía está en pie esa
oferta?
—Seguro. —Me limpié las migas de los dedos sobre los muslos de mis
jeans, tentado a lamerlos para limpiarlos—. La caja está por allá.
Normalmente la mantengo aquí en el garaje porque parece más fácil de
esa manera. Menos probabilidades de extraviar algo.
—Creo que tiene que ir más adelante, también —dijo finalmente Holden.
—Tres contra uno —le dije a Gallay con tal vez con demasiado regocijo.
—Dije lo que mierda sea —ladró—. Pero creo que entonces deberíamos
empezar con esa canción de Kongos. “Come with Me Now”
Sabía que Gally iba a decir otra cosa totalmente fuera de lugar y estaba
completamente preparado para darle una reprimenda por ello pero al
último segundo, cerró la boca y alisó su cresta, que era de color verde hoy.
—Oh, Jesús —gimió Gally—. Me iré antes de que ustedes dos comiencen a
elogiar las carteras y los moños de cada uno. Vayan al centro comercial
juntos o algo, y ya sáquenlo de sus sistema. Mierda. Con eso, se echó la
correa de su guitarra al hombro y se fue pisando fuerte del garaje.
—No le gusta cuando no se sale con la suya —dijo Holden con voz
profunda y tranquila.
—Bueno, creo que tenemos una lista decente para tocar el sábado, a pesar
de su humor.
—Haz lo que quieras, hombre. Así que trabajamos en social silencio por
un tiempo hasta que dijo de repente—: Todas estas canciones están
escritas con la misma caligrafía.
— ¿Tod…todas? —Graznó
—Sí, puedo ver que es tu favorita. ¿Qué hace que te guste tanto? Levantó
una mano como si fuera a correr el cabello de sus ojos, cuando no había
nada en su rostro.
Parte II
—No es tu culpa. Yo soy quien es el peor hijo que existe, porque no puedo
soportar visitarla. Duele demasiado. Nunca recuerda quien soy. La última
vez, pensó que yo era su hermana.
Fruncí el ceño. Entonces dije—: Quieres decir, ¿ella pensó que ella era tu
hermana? La expresión en el rostro de Sticks se congeló antes de que
negara con la cabeza.
—Eh... sí. ¿Qué dije? —Dijiste que ella pensó que tú eras su hermana.
—Oh. Mierda. Lo siento. Como sea, si no fuese por Abuela y Tío Alonso, es
difícil saber dónde habría terminado, pero estoy bastante seguro de que
no hubiese sido en ningún lugar bueno. Cuando comenzó a jugar con el
collar que usaba, levanté una ceja.
— ¿Abuela? —Sí, ese es el español para grandmother.
Ella, junto con el hermano mayor de mi mamá Alonso, además de un par
de sus hermanos menores, y todas su familias vinieron a los Estados
Unidos dos años antes de que yo naciera.
Son un gran grupo demasiado religioso que siempre se mete en los
asuntos de los demás, pero... de alguna manera los respeto por eso. Nos
mantiene juntos, tú sabes, se preocupan, lo que es muchísimo mejor de lo
que sé estaría si estuviese solo.
Continué observándolo jugar con el medallón antes de que mi curiosidad
me ganara.
— ¿Mmm? Oh, ¿esto? No. Bueno... supongo, sí. Abuela me dijo que era de
su madre pero en realidad es solo un colgante de la Virgen de Guadalupe.
Niego con la cabeza.
— ¿La mató? Sentado en el sofá. —No tengo idea de por qué respondí su
pregunta. No quería hablar de ello. Pero entonces solo seguí...
conversando—.
Comiendo un plato de cereal y mirando los Power Rangers en la
televisión. Esa aplastante vieja y familiar sensación de culpa me invadió.
No seguro de cómo combatirlo, pasé una mano por mi cabello.
—Espera. ¿Planeó dejarte ahí? —El shock en los ojos de Remy me hizo
encogerme en diversión.
—No fue la primera vez. Pero ella siempre volvía por más mierda para
inhalar, así que no estaba muy preocupado sobre no volverla a ver.
Cuando mi papá cerró la puerta para evitar que se fuera y la golpeó,
seguía sin sorprenderme. Se golpeaban todo el tiempo.
Y si trataba de ayudar a alguno, el otro se enojaría y me golpearía, así que
continué ahí sentado como un idiota... mientras él la mataba.
— ¡Dios mío! —Sticks puso su mano sobre su boca—. ¿Dónde fuiste? ¿Te
atrapó? Temblé, de repente incomodo por haber compartido tanto.
—A la casa de unos vecinos. El viejo que vivía ahí me dejo quedarme hasta
que apareció la policía, así que no... Mi papá nunca me atrapó. No los vi de
nuevo ese día. El próximo lugar en que lo vi fue la corte cuando tuve que
dar mi testimonio.
—Demonios, eso es... intenso. Aclaré mi garganta y miré los papeles que
había dejado de clasificar y sostenía en un puño.
— ¿Qué? —Sitcks miró a sus manos y luego saltó—. Oh, mierda. Lo siento.
Pero sí, seguro. Haré eso. — Comenzó a guardar las páginas dentro de la
caja, pero se congeló cuando vio algo que había ahí—. ¿Qué... qué es esto?
Se acercó la página para leer, sus ojos creciendo cada vez más a cada
segundo.
— ¡No! —Sticks saltó a sus pies y lo arrancó de mí, solo para ponerlo
protectoramente contra su pecho, mirándome con horror—. No puedes.
Solo... ¿qué es esto? Suspiré, mis hombros cayendo en derrota. Hablar de
esto era casi tan malo como contarle lo que pasó entre mis padres.
—Es solo una estúpida canción que escribí luego de ver a una chica cantar
karaoke una noche en el bar.
—Esto es más que ver a una chica. —Su mirada escaneó la página—.
Querías saber todo sobre ella, casarte con ella y darle hijos. Hacerla tú
única chica...
—No. Quiero decir, sí, hubo eso también. Pero fue como... más. Como... ni
siquiera lo sé. Un deseo. Una esperanza. Una... —La palabra correcta me
falló hasta que la dije en voz alta—. Una posibilidad. Como si de repente
quisiera tratar algo que nunca tuve antes.
—Así la llamaste... en la canción. — ¿Lo hice? Oh sí, bien. Pero, no, eso no
es sobre lo que hablo en absoluto. No tenía nada que ver con las
apariencias, aunque ella era hermosa. Esto era más como... un
sentimiento. Algo cálido. Justo ahí, observándola cantar, era donde yo
pertenecía en el universo.
Como si hubiese encontrado mi lugar. Todo... se ajustó. La boca de Remy
cayó abierta. Dándome cuenta de que otra vez había compartido más de
lo que quería, aclaré mi garganta y rasqué mi nuca.
—Como sea, como dije, fue estúpido.
Solo un bache momentáneo en mi loco radar. Nunca la veré de nuevo, y
probablemente será mejor para ella. Cuando reí por la broma hacia mí
mismo, Sticks no se unió. En su lugar, se convirtió en una ráfaga repentina
de movimiento, guardando los documentos dentro de la caja mientras
espetaba—: Tengo que irme.
— ¿Estás seguro que está bien si me llevo la caja entera? —No hizo
contacto visual cuando preguntó.
—Mierda, lo siento. Uh... —me miró a los ojos de nuevo, y creo que vio
cuan preocupado estaba, porque dejó salir un suspiro y sus hombros
cayeron—. No es tu culpa, lo sabes. Entrecerré los ojos sin estar seguro de
a qué se refería, ¿No era culpable de haber traído una carga de
incomodidad en nuestra conversación, haciendo apurarse por irse? ¿O no
mi culpa que...?
Di un paso atrás ante esas palabras. Había pensado en las cosas que
pudieron ser diferentes antes, y en cada realidad alternativa que creé en
mi cabeza, era capaz de salvarla.
Pero quizás Sticks tenía razón. En realidad, probablemente no hubiese
sido capaz de salvarla. Darme cuenta de eso me sorprendió. Sticks dejó
salir una respiración.
—Realmente tengo que irme. ¿Te veo el lunes? ¿En el ensayo? Asentí,
distraído por los pensamientos que puso en mi cabeza.
—Sí. Seguro. Te veo entonces. No noté cuando se fue. Me dejé caer sobre
la mesa de noche, ambas manos en mi cabello, y me pregunté... ¿tenía
razón Remy? ¿Había sido inevitable la muerte de mi madre? Quizás no era
tan culpable como siempre había temido.
14
Parte I
Remy
—Por muy lejos que sea eso, es demasiado cerca. —Jodi se estremeció y
se abrazó a sí misma—. Voy a invertir en un maldito Taser. —Entonces
ella me miró y resopló cuando miró mi máscara—. Y si fuera tú, me
quedaría de esa forma por un tiempo. Si liberaron a algún violador, estás
mucho más segura como un hombre. Rodé los ojos, pero la mención de mi
máscara me recordó... Sticks. La banda. Asher y su canción.
— ¿Qué pasa con todas las preguntas? ¿Y qué es eso? Ella agarró el
pedazo de papel, y le expliqué mientras comenzó a leerlo.
— Mierda, Remy. Somos nosotras. Asher Hart escribió una canción sobre
nosotras. —Su mirada con ojos abiertos aterrizó en mí—. Sobre ti. Tragué
saliva.
—Sí... eso parece, ¿no?
— ¿Qué quieres decir con que eso parece? Puta, esto es sobre... nosotras.
Sacudiendo la cabeza, tuve que negarlo. Era mucho... Demasiado.
—Tal vez no.
Oh... maldición.
***
Como yo no era mi compañera de cuarto y todas mis respuestas no
terminaban con sexo, veté la idea de “tener sexo salvaje con Asher Hart”.
Jodi y yo decidimos que teníamos que ir a la noche de karaoke otra vez,
conseguir algunas respuestas y descubrir la verdad... o las dudas
constantes nos llevarían a la locura.
No tengo ni idea de por qué fui como Sticks. Asher me había dicho que era
probable que no reconociera a su chica con la camiseta de Incubus
aunque volviera a verla y era aún más probable que no me reconociera
como la chica que trató de entrar a su banda debido a mi peluca, pero yo
no quería correr el riesgo. Así que me puse mi máscara, torso falso y
bragas de hombres, a continuación, Jodi y yo fuimos al club.
Grim no trabajaba esta noche, así que me pregunté si este gorila era el
chico Harper que mencionó Asher. Cuando llegamos a la parte delantera
de la fila, yo ya deslizaba mi mano en el bolsillo trasero para sacar nuestra
cuota de inscripción y la identificación, pero Jodi tuvo que señalar en mi
dirección.
—Él está con la banda. Le envié una mirada severa, pero el gorila nos dio
una enorme sonrisa.
—No puedo creer que haya funcionado —le dije, mirando hacia atrás, solo
para asegurarme de que nadie nos perseguía en busca de dinero. Jodi
sonrió.
— ¡Por supuesto que sí! Ahora eres VIP aquí. Vamos a ver si también
podemos conseguir bebidas gratis. —Cuando enganchó su brazo con el
mío, traté de detenernos.
—Sabes, no estoy segura de por qué hemos venido aquí. Él puso todos los
detalles imaginables sobre su chica con la camiseta de Incubus en la
canción.
Y no es como si yo tuviera un lunar visible, tatuaje o un rasgo distintivo
que podría recordar de repente. Diablos, ni siquiera te reconoció a ti
como la secuaz que cantó conmigo cuando te conoció anoche. Así que, en
serio, ¿qué más podríamos sacarle? —Él no dijo el largo de su pelo o si era
más alta o más petisa que la secuaz. —Me pellizcó en el brazo,
haciéndome saltar—. Y eso es por llamarme una mísera secuaz, por
cierto. Puta.
No soy secuaz de nadie. Yo soy mi propia fuerza de la naturaleza, muchas
gracias. Eso era cierto.
Pero en lugar de disculparme, me reí de su ofensa, porque sabía que eso
era lo que ella quería que hiciera, hasta que de repente, nos hallábamos
en el bar y ya nada parecía tan divertido.
—No quiero hacer esto —me quejé, tratando de alejarme mientras Jodi
me empujaba hacia adelante.
Cuando finalmente me rendí, me fui hacia la barra, aplastando mi
estómago contra el borde y haciendo que el camarero más cercano se
girara con sorpresa.
No era Asher, gracias a Dios. Pero él era hermoso, y que me estuviera
mirando tumbada como una idiota en la barra hizo que mi cara se
calentara miserablemente dentro de mi máscara.
Le envié al camarero ardiente una mueca de disculpa y saludé.
—Bueno, ¿dónde está? Fruncí el ceño, pero negué con la cabeza, insegura
de la respuesta mientras revisaba el lugar, buscándolo y temiendo tanto
como me aliviase el momento en que viera su oscuro cabello largo con los
reflejos rubios.
Dios, su cabello era increíble. Para agarrarlo con los dedos mientras se
grita por el orgasmo, así de increíble.
Parte II
—Oh, Dios mío —gruñó Jodi, levantando sus manos en derrota—. ¿Es que
cada maldito camarero caliente de aquí ya está tomado?
—Bueno, ¿no es eres la más dulce? —Él tendió una mano hacia ella—. Mi
nombre es Pick. Ella tomó su mano, pero no la sacudió con él y totalmente
no lo soltó.
— ¿Puedo tener a tus bebés? Con una sonrisa, él negó con la cabeza y
levantó su mano para besar sus nudillos.
—Lo siento, dulzura. Ya tengo una señora para eso. Pero aprecio la oferta.
Es bueno para un hombre escuchar lo mucho que una mujer hermosa
aprecia su aspecto.
—Pero... él es tan caliente. ¿Sólo un toque más? ¿Una lamida? ¿Olerle? Por
favor.
—Lo siento mucho. Ella... —No tenía idea de cómo describir a Jodi.
Era dulce y divertida como el infierno, y para nada tímida a la hora de ir
detrás de lo que quería, hombres incluidos. Pero… sí. Podía ser terrible.
Pick simplemente se rió entre dientes.
—Pick, juro que Miller Hart acaba de entrar por la puerta principal.
—Joder. ¿Qué diablos está haciendo aquí? Pensé que él todavía estaba en
la cárcel. Me tomó, como, medio segundo después de eso averiguar de
quién se encontraban hablando.
—Es sólo que... que mostraron algo en las noticias antes, diciendo que
unos cincuenta reclusos de la prisión Statesburg habían sido puestos en
libertad condicional antes de tiempo porque el lugar está cerrado, y el
resto de las prisiones de los alrededores estaban demasiado llenos de
gente para tomarlos a todos.
—Sí.
—Ah... joder. —Me volví a estudiar al hombre que había matado a la
madre de Asher—. Esto no puede ser bueno.
— ¿Crees que está aquí debido a Asher? —preguntó Knox a Pick. Pero fui
yo la que respondió.
—Por supuesto que está aquí debido a Asher. ¿Por qué si no iba a venir
aquí? Asher es su hijo... por no hablar del único testigo que vio al hombre
que mató a su esposa. Probablemente fue el testimonio de Asher que lo
encerró. Si él es en absolutamente vengativo, infierno sí, este sería el
primer lugar al que él vendría.
—Espera. ¿Cómo supiste que Asher era el único testigo? —Pick me miró
con una especie de divertida de sospecha—. ¿Él te dijo eso? Me encogí de
hombros.
—Eso... surgió.
Remy
Mientras Knox saltaba por encima del mostrador para seguir a Pick en
dirección a Miller Hart, escaneé el área del escenario en busca de Asher.
El equipo de Karaoke comenzó a sonar una canción de One Direction, así
que en lo que sea que estuvo ayudando a un cliente hacer, debió haber
terminado. Eso significaba que probablemente se dirigía de regreso a la
barra. Por lo que, comencé a dirigirme hacia el escenario para
interceptarlo, descartando y muchas veces empujando para abrirme paso
entre la gente para poder llegar donde tenía que estar.
Terminé casi chocando contra él cuando esquivé una horda de mujeres
chismeando, y de repente allí se encontraba. Ambos nos detuvimos, no
esperando ver al otro. Sus ojos se abrieron con sorpresa y lo que parecía
aprehensión.
—Sticks. ¿Qué…?
—Oh, Gracias a Dios —espeté, haciéndole señas con apremio para que me
siguiera mientras me dirigía hacia una gran apertura que conducía hacia
un pasillo amplio, pero de techo bajo
—Esa. ¿Por qué? ¿Qué…? Lo halé hacia la oficina conmigo y cerré la puerta
de un portazo. Luego, jadeando bruscamente, me apoyé contra ella por si
acaso. Después de tambalearse por mi tirón, recuperó el equilibrio para
mirarme con asombro.
—Bueno, yo me pasé por aquí esta noche para disculparme contigo por lo
de antes. —Me apresuré a decir, improvisando completamente, diciendo
la primera cosa que se me vino a la mente.
De nuevo, lucía desorientado por lo que tenía que decir. Pero unos
segundos después, sacudió la cabeza.
— ¿Por qué? Yo fui el que hizo que las cosas se pusieran incómodas.
—No, no es así. Tú… espera, ¿qué? Tú no hiciste que nada fuera incómodo.
¿Por qué pensarías eso? Sus hombros se tensaron y se giró hacia un lado
lejos de mí como si quisiera proteger una parte de sí mismo. Luciendo
completamente incómodo por todo el cuerpo, agitó una mano.
—Bien. ¿Por qué sería…? —Recordando que se suponía que fuera gay,
viviendo con una mujer heterosexual, me detuve—. Quiero decir, además
del hecho de que nos peleamos por todos los chicos guapos, es como…
como tener cualquier otro compañero.
—No sé. No lo sé. Es solo que pareciera que hay más que una relación
entre ustedes que solo… ya sabes, de jefe a empleado. —Luego me giré de
vuelta hacia la multitud de fotos; la mayoría con una mujer rubia y dos
adorables niños… excepto una.
—Y luego, está el hecho de que tiene una foto tuya en su oficina, mientras
que ninguno de sus otros bartenders están aquí.
—Parece como si este estante está reservado para las fotos familiares —
cavilé en voz alta.
Asher soltó un gran suspiro y se pasó una mano por el cabello.
—Pero, espera. ¿Hace cuánto tiempo sabes de esto? Solo has estado
tocando “Ceilings” un par de…
—Lo sé.
Lo miré de soslayo.
—No, sí. —Se giró hacia mí, su mirada desesperada y alerta—. Ese es el
problema. Él es este chico realmente sombroso, con los pies en la tierra y
correcto. Y… es mi hermano. Eso es… mejor de lo que jamás esperé que
fuera. Pero… él va preguntar por ella. Sacudí la cabeza.
— ¿Por quién?
— ¿Y él no ha preguntado?
Cuando miré a su hermano y luego de vuelta a él, Asher debió haber visto
algo en mi expresión. Entrecerró los ojos, y su rostro se aclaró con algún
tipo de entendimiento. Se giró hacia Pick.
— ¿Perdón?
— ¿Cómo si quieras sabes sobre… él? Con una pequeña exhalación, Pick
se sentó en la esquina de su escritorio y dobló las manos sobre sus
rodillas.
—Por favor, Asher, ¿cómo crees tú? Busqué en internet y encontré todo lo
que podía sobre ti la noche que dejaste ese mensaje en mi teléfono, antes
de que siquiera enviara a buscar los resultado de ADN.
Me llevó a artículos sobre Polly Ruddick… y su muerte, y su asesino, Miller
Hart
16
Asher
Oh Jesús. Esto era más de lo que podía soportar. Pick lo sabía. Él lo sabía
todo.
— ¿De verdad te preocupaba que no quisiera ser tu...? —Hizo una pausa y
miró con inquietud hacia Sticks.
Mi baterista se encogió aún más, totalmente atrapado espiando nuestra
conversación muy personal. Pero bufé y agitó una mano en su dirección.
— ¿De verdad?
— ¿Tú lo echaste?
—Bien.
—Bueno... joder.
—Oh, no sé. Qué tal... ¿dónde está el lugar más cercano en el que podamos
obtener una orden de restricción? Lancé una carcajada.
—Dieciséis años tras las rejas, y ¿cuál es el primer lugar al que va cuando
es liberado? ¡Aquí! El mismo lugar donde el hijo, que testificó contra él y
lo puso en la cárcel, trabaja.
— ¡Dios mío! —Él levantó las manos con indignación—. ¿Cómo puedes
dejar pasar esto como si no fuera algo serio? Él vino aquí... por ti. Tal vez
yo soy el único, pero me parece muy alarmante.
—No, no eres el único —murmuró Pick. Miré a mi hermano que tenía los
brazos cruzados sobre el pecho y se pasaba el nudillo del pulgar sobre el
aro del labio inferior, pensativo.
Jesús, ambos se preocupaban sinceramente por mí. Sí, mi padre había sido
el monstruo malísimo en mi vida cuando yo era joven. Me aterraba en
aquel entonces, y yo había temido cada momento en que era obligado a
entrar en la habitación con él. Pero hace un par de años, visité la prisión
donde se encontraba él, decidido a enfrentar mis demonios.
No me reconoció. Después de preguntarme quién era, quiso saber si yo
era su nueva representación legal y él empezó a hablar de que estaba
seguro que aún podía librarse si hacíamos pasar el asesinato como
autodefensa. Nunca lo corregí y terminé siguiéndole la corriente antes de
dejarlo con una mentira, diciendo que estaría en contacto.
Toda la visita me había dejado... vacío por dentro. No hubo amor perdido
por el hombre que me había aterrorizado, pero tampoco ningún miedo
contenido.
Había envejecido mal tras las rejas. Él solo había sido un anciano débil y
patético que no me provocó ni una pizca de miedo. Así que era difícil
armarme de valor ahora.
—Sí —acordó Remy rodando los ojos de forma sarcástica, y cruzó los
brazos sobre el pecho—. Porque antes él no era más que un ser de amor
paternal y devoción, criando a su precioso niño en una casa de drogas y
golpeándolo a él y a su madre cada vez que se le antojaba. Claro.
Fruncí el ceño, decidiendo que le había contado mucho sobre mí mismo.
Pero, maldita sea, él tenía razón.
—Bueno, está bien. Soy el único pariente vivo que le queda. ¿A quién más
va a recurrir en busca de dinero o un lugar donde dormir? Honestamente,
si acabas de salir de la cárcel después de dieciséis años, ¿a dónde irías?
Necesita cosas, y estoy seguro de que él cree que se lo debo.
—Mira —me dijo mientras dejaba caer las manos—. No importa cuál sea
su motivo, yo tampoco lo quiero cerca de ti. Y solo para asegurarnos, creo
que un par de medidas más de protección sería prudente.
Con eso, giré hacia la puerta. Pick se lanzó hacia adelante, con pánico en
sus ojos.
Era lindo saber que le importaba lo suficiente como para preocuparse por
mí, pero con respecto a este tema en particular, me molestó.
Asher
–Oye, tengo otro par de casas para revisar. ¿Vienes? Me pasé la mano
sobre mi cabeza, bostecé y entonces me senté.
Oye, sólo para asegurarme de que llegaste a casa bien y que tu papá no se
escabulló para sofocarte mientras dormías anoche.
–Bien.
– ¿Qué? ¿Yo? ¿Qué hay de Mason? Mason seria la opción obvia. Era el
hombre de Reese y ya que Reese era la prima de Eva y su mejor amiga,
ella no tendría dudas de serla dama de honor.
Además, los cuatro pasaban mucho tiempo, o eso había escuchado. Él
tenía que ser mucho más cercano a Mason de lo que era a mí. Pero Pick se
encogió de hombros.
–Todavía no puedo creer que ya sabes todo. –Murmuré, más para mí que
para él–. Me sigo preguntando porque jamás preguntaste sobre ella. Se
encogió de hombros y dio vuelta en una agradable y tranquila calle
residencial que me tuvo mirando por la ventana y salivando ante todas las
hermosas casa.
–No es una bonita historia –dije, mirando a una madre con dos pequeños
niños abriendo la puerta de una casa y salir afuera. Parecían como una
feliz y saludable familia unida. Aparté la mirada.
–Ella habló mucho sobre tu… y tu papá. Me contó toda clase de mierda
que probablemente nunca debió hacer.
–Tal como que nunca había perdonado a mi padre por detener su aborto
en casa que él había entrado en su baño cuando había estado embarazada
de mí.
–Pero ella lo amaba, si sirve de consuelo. –Miré en su dirección. Por la
expresión en su cara, estaba empapándose en cada palabra y quería
escuchar más–. Ella tenía dieciséis y él diecinueve. Siempre lo llamaba
Chaz, así que no sé su nombre completo, lo siento.
Pick se encoge suavemente, dejándome saber que está bien. Estaba
aprendiendo más de su donante de esperma de lo que jamás había
escuchado antes.
–Su familia no aprobó que estuvieran juntos. Él era una tipo que había
dejado la secundaria quien bebía mucho, y no parecía que alguna vez
fuera a aspirar a más que al trabajo de mecánico que tenía. Pick me miró
fijamente.
– ¿Mecánico? Asentí.
–Sí, estaba en los autos también. Entonces, como sea, cuando mamá–
Polly–se fue de la casa para estar con él, su familia cortó todo lazo con
ella. Se embarazó casi que inmediatamente, y entró en trabajo de parto el
mismo día que tu padre fue asesinado en un tiroteo en el garaje en que
trabajaba.
Apresuré la última parte, sin estar seguro de cómo lo tomaría Pick. Sus
dedos se apretaron alrededor del volante, pero no dijo nada.
Sólo desaceleró el auto en frente de una casa de dos plantas con un aviso
de SE VENDE en el patio, estacionó en la cera y apagó el motor. Entonces
soltó una bocanada de aire.
–Lo siento –sacudí mi cabeza con tristeza–. Ella estaba bastante enojada y
no pudo manejar un nuevo bebé tan pronto después de lo que pasó, pero
siempre hablaba sobre lo mucho que arrepentía de dejarte. Nunca intentó
encontrarte de nuevo, sin embargo; estaba convencida de que tenías que
estar en un mejor lugar. No mencioné todas las veces que me dijo durante
los años que deseó haberme dejado y quedarse con él en cambio.
–Entonces, ¿vas a decirme que pasa con la cosa del patio trasero? Pick me
miró con el ceño medio fruncido, luego gruñó y admitió.
–Pruébame.
Una ceja se levantó. No estaba tan sorprendido por lo que dijo como por
saber que de verdad creía en eso. Nunca lo hubiera tomado como de ese
tipo. Levantando un dedo, advirtió.
–No dije que lo fuera. –Fui a su casa para lanzarle una roca por la ventana
por había molestado a uno de mis amigos, pero me atrapó y puso sus
manos sobre mi cara. No sé qué demonios hizo, pero de repente tuve toda
esta visión, como pequeños retrocesos, pero eran más bien como
adelantos. Vi a Tinker Bell, a Julian, y a Skylar en sus… diez años antes de
que siquiera conociera a Eva o de que los chicos siquiera nacieran.
Estábamos viviendo como una familia y alguna casa que sólo vi desde el
patio trasero, y… –Miró hacia mí–. Estabas en una de las visiones también.
–Oh, y por cierto, la primera canción que Eva y yo tenemos que bailar es
“Baby Love.” No lo olvides.
Él sonrió.
–En absoluto.
–Jum. –Moví mis dedos contra mi labio inferior al ritmo de Baby Love
porque ahora esa canción estaba metida en mi cabeza–. Entonces, déjame
entender eso. ¿Estás buscando por ese patio trasero que viste en tu visión
durante todo este viaje de cazar casas? Cuando asintió, resoplé.
–Por como yo lo veo, tienes las mejores partes del sueño. La mujer y los
niños, ¿verdad?
–Entonces, porqué no sólo los disfrutas y dejas que el resto caiga por su
propia cuenta. Deja de intentar forzar la mierda para que se haga
realidad, porque diablos… alguien podría todavía estar viviendo en la casa
de tus sueños. Podrían pasar años antes de que siquiera esté disponible
para la venta. ¿Por qué torturarte a ti–a Eva–poniendo todo patas arriba y
molestándola en el proceso, cuando podrías estar sólo disfrutando de las
mejores partes juntos, ahora mismo? Pick estuvo pensativamente callado
antes de murmurar.
–Buen punto. –Entonces miró hacia mí y sonrió–. Seguro haría mucho más
feliz a Tinker Bell si de verdad sintiera que tiene voz en decidir a donde
vamos a vivir.
–Maldición. –Dejó salir una pequeña risa–. ¿Por qué no lo pensé de esa
forma? –Supongo que sólo necesitabas que tu hermanito golpeara algo de
sentido común en ti. Sonrió, genuinamente complacido por la respuesta.
– Supongo que debo, ya que voy a ser el padrino en tu boda y todo eso.
Cuando arriesgué mirar en su dirección, está sonriéndome y revuelve mi
cabello, como si fuera alguna clase de hermano mayor.
Como que quería pasar más tiempo con él, per se sentía demasiado
arriesgado, como si algo malo fuera a suceder si me quedaba a su
alrededor demasiado tiempo, y lo perdería, así que murmuré,
–Te veo luego –mientras abría la puerta. Pero Pick agarró mi brazo.
–Dios, suenas como Sticks. No, nunca se apareció por aquí, y nunca lo vi
en el bar después de que te fuiste.
–Bien. –Entonces usó sus dientes para jugar con el arete en el labio
inferior–. ¿Qué pasa entre tú y tu nuevo baterista de todos modos? Esa
pregunta me atrapó fuera de guardia.
–No lo sé. Es sólo que los dos parecen demasiado cercanos para sólo
conocerse. Parpadeé, sin estar seguro de a dónde estaba llevando su
pregunta. Lentamente, dije,
– Sí, supongo. Me cae bien. Es gracioso, tiene buen gusto musical, y puede
sacarle la mierda a la batería. –Y tenía una extraña forma de hacerme
contarle todo mi drama personal. Además sentía una extraña conexión
con él.
–Aja. Tal vez eso es. Es sólo gay. Fruncí el ceño, confundido.
–Sí, sí me cae bien. Él parece bien. Sólo había algo… diferente en él. Me
enderecé, casi a la defensiva por mi nuevo amigo.
– ¿Diferente cómo?
–Deja a mi pobre baterista en paz. Él puede ser todas las malditas cosas
que quieras. Todavía creo que es genial como el infierno.
–Sí me divertí hablando con él. –Se inclinó hacia mí mientras salía del auto
y dijo–. Y sólo para que lo sepas, si termina cambiándote de gustos por los
hombres, aun así de declararé orgullosamente como mi hermano.
–Oh… vete a la mierda, hombre. –Cerré la puerta con fuerza, pero aún
tuve que reírme y sacudir mi cabeza mientras me giraba para
desbloquear mi puerta.
Pero en serio. ¿No podía un hombre heterosexual ser sólo amigo de un
hombre homosexual sin que todo el mundo asuma tonterías?
18
Remy
—Qu… qu… ¿por qué vamos a hacer eso? Asher me dio un pequeño
encogimiento para disculparse.
Fruncí el ceño. Estúpidos Bears. Estúpido fútbol. ¿Por qué, por qué, por
qué me harían esto? Estaba contando con tener mi propia maldita
habitación. Asher le lanzó a Gally uno de los pedazos de plástico.
Resoplé.
—Sí. Casi me desmayé del alivio ante esa respuesta, pero conseguí dar un
asentimiento contenido.
Qué irreal.
—Preferiría no oler al culo de Holden por el resto de la noche, así que voy
a tomar una ducha rápida.
— Alzó la vista—. Oye, ¿trajiste cosas de aseo? Odio esas pequeñas barras
de jabón que dejan. Es como si sólo proveyeran suficiente para limpiar el
pulgar de tu pie. Me tomó un segundo volver a la realidad y a la
conversación, y luego parpadeé.
—Claro. —Lo volvió a meter en la bolsa, sólo para sacar un peine, jabón,
champú y desodorante en aerosol—. Esto es todo lo que necesitas,
hombre. Y una hoja de afeitar si vas a estar fuera por mucho tiempo. Con
un resoplido, puse los ojos en blanco.
—Cavernícola. Él rió.
—Sacándolo, lo alcé para que lo viera. Él hizo una pausa y miró hacia
atrás, frunciendo el ceño.
—Eso... no es lo que iba a decir. Le envié una mirada, dejándole saber que
sabía la verdad, y él frunció todavía más el ceño. Luego suspiré.
Asher
Terminé dejando que Remy peinara mi cabello. No sé por qué; sabía que
simplemente había estado bromeando sobre eso.
Pero fue divertido bromear con él, y necesitaba una distracción porque, a
decir la verdad, estaba un poco nervioso por esta noche.
Tocar en Forbidden se había vuelto cómodo y predecible. Lo amaba, pero
sabía que si queríamos crecer teníamos que diversificarnos. Así que… esto
en cuanto a experimentos nuevos y aterradores. Incluyendo el cabello
peinado con gel.
Sticks habló atropelladamente todo el tiempo, alterando su voz para que
sonara como la de esos estilistas flameantes de las películas de los
ochenta, y dejando caer su mano cuando la lanzaba hacia un lado.
—Es…
Estuve afuera por más tiempo del que probablemente debería haberlo
hecho, pero al menos entendí cómo funcionaban las cosas, y cuando volví
a reunir a la banda, pude llevarnos directamente a nuestro destino sin
perderme.
—Nos toca —le anuncié a los chicos, y guié el camino hacia el escenario,
donde el personal ya había preparado nuestro equipo.
Exhalé de repente cuando vi a la multitud. Este lugar no estaba tan lleno
como generalmente lo estaba Forbidden, pero era fácilmente cuatro veces
más grande, lo que significaba que había dos veces más personas. La pista
estaba oscura, con cuatro focos azules iluminando los puestos en los que
debíamos estar, ya calentando la parte trasera de mi cuello.
Troté a mi lugar, me puse mi Taylor y tomé el micrófono, observando a mí
alrededor para asegurarme de que los demás estaban listos. Cuando
Remy asintió, le di la señal de comenzar antes de que siquiera nos
presentáramos. Finalmente hablé un poco dos canciones más tarde,
contándole a la multitud un poquito de quiénes éramos, de dónde éramos,
y dónde podían encontrar más información sobre nosotros. Para este
punto, los habíamos animado con nuestra música y respondían más
entusiasmados, alentando cuando presenté a cada miembro.
Y luego estábamos tocando de nuevo, rockeando cada canción. Pensé que
íbamos a tener un problema cuando Holden tuvo una pizca de miedo
escénico y perdió un ritmo en la guitarra.
Pero Remy se mantuvo firme todo el tiempo, y Heath fácilmente retomó
con nosotros. Aliviado, canté un poco más fuerte para compensarlo, y
nadie pareció darse cuenta.
Nos vitorearon, bailaron, y se divirtieron. Para el momento en que
terminamos, estaba cubierto de sudor pero tenía una descarga de
adrenalina que se sentía malditamente increíble.
El dueño —sí, el dueño en persona—, se reunió con nosotros detrás del
escenario para invitarnos a volver dentro de un mes, y sólo tuve que
mirar a mis compañeros para que aceptaran, así que asentí diciendo que
sí. Luego de eso nos dieron cupones para bebidas con descuento en el bar,
y creo que los cuatro teníamos demasiada energía como para irnos al
hotel, por lo que los tomamos y nos dirigimos al club.
Gally desapareció inmediatamente para buscar una aventura de una
noche, pero Holden, Sticks y yo encontramos una mesa libre para
sentarnos.
—También soy más joven, más rápido y estoy armado —informó Sticks,
entrecerrando sus ojos.
— ¿Qué alijo?
Dejando salir una risa, sacudí mi cabeza. No había visto a este tipo en
dieciséis años, ¿y todo lo que le importaba eran sus drogas? Ningún
perdón por asesinar a tu madre, por todos los labios partidos y ojos
negros, por criarte como a un esclavo. Sólo ¿dónde están mis drogas?
Tenía sentido.
—Y aun así, no tengo idea de por qué. —Nunca me había demostrado una
pizca de compasión.
—Te dije que no sé dónde está tu alijo, y no lo sé. Así que… terminamos.
Comencé a caminar de nuevo, pero él me llamó.
—Oh, sí, seguro; ese “vas a lamentar esto” no fue amenazante para nada.
Reí.
—Relájate, hombre. Estoy seguro de que esa es la última vez que vamos a
ver u oír de él.
—Creo que estás equivocado, pero lo que tú digas. Con una mirada en su
dirección, pregunté—: ¿De verdad llevas un arma? ¿Qué demonios tienes
en tu bolsillo? —Simplemente no podía imaginarlo metiendo un arma en
su equipaje, entre el acondicionador y el gel para el cabello. Por lo que
cuando respondió a regañadientes—: Maza y silbato. —Lancé mi cabeza
hacia atrás y reí. Agarrando su hombro, tuve que admitir—: Hombre, me
haces reír.
— ¿Qué? ¿Estás celoso porque no hay ningún tipo en el grupo para ti? Él
me miró ceñudo.
—Ajá. Sí, debe ser por eso. Cuando me encogí de hombros y comencé a
volver a la mesa, él me tomó del brazo.
— No puedo quedarme. Voy a ver si puedo tomar un taxi y volver al hotel.
¿Estás seguro de que tu padre no va a volver? Podría dejarte mi maza y
silbato. Le mostré mi dedo medio.
—No lo sé, Hart. Esa luce como si estuviera lista para rasgar tu ropa en
cualquier segundo, estés dispuesto o no. Con una risa, lo empujé.
Remy
Bien, sí, lo admito. Ver a esa mujer fácil arrastrándose sobre Asher me
convirtió en una mala perra trol celosa.
Pero no podía evitarlo. Ella lo siguió tocando. Y yo quería tocarlo. No era
justo. Ni siquiera podía poner mi maldita oferta, ya que estaba fingiendo
ser un chico y todo eso. Incapaz de verla destrozándolo un segundo más,
salí disparada de allí y me desplome de regreso en el hotel, miserable,
cuando debería haber estado totalmente excitada y feliz.
Habíamos sacudido esa actuación. Había sido impresionante, justo hasta
que esa puta se había arrastrado al regazo de Asher, y él había envuelto su
brazo alrededor de su cintura.
Estaba tan furiosa que ni siquiera podía preocuparme por el hecho de que
su padre apareciera. Puff. Traté de no preguntarme qué habría sucedido si
hubiera estado en completo modo niña, usando mi maquillaje y un
pequeño vestido negro.
—No mucho. —Finalmente respondí una vez que estaba de espaldas a él.
¿No mucho? ¡Lo que sea! Esa fue probablemente una de las pollas más
largas que jamás había visto. Y la circunferencia. Malditamente caliente,
me tomaría más de una mano para envolver mis dedos a su alrededor.
—Oh, bien. Oye, ¿te importa si enciendo mi luz hasta que me esté listo
para pasar la noche?
—Puff. ¿Qué es ese horrible olor? —Inquiero, rodando hacia atrás para
mirarlo de nuevo. Sentado en posición vertical en su cama y con el torso
desnudo, apoyando su espalda en sus dos almohadas, las piernas
estiradas sobre las sabanas, se sirvió un puñado de golosinas en su palma,
luego se los metió a la boca.
—Bueno, espero por Dios que hayas comprado algunos Tics Tacs
también.
Apuesto a que tú aliento apesta hasta el cielo. Completamente sin
ofenderse, Asher echó a reír.
—Oye, esas son mis nueces. —Indignado, salté de mi colchón detrás de él.
Mi hombro quitándolo fuera de mi camino, Cogí las tres tuercas en el
suelo y los metí en mi boca. Entonces, mientras todavía estaba
masticando, le grité:
No fue mi momento más atractivo, pero él pensaba que era un chico, así
que... ¿a quién le importaba? Lo había derrotado en las nueces de maíz.
¡Yuuujuu!
— ¡Ay! —Con el ceño fruncido hacia él, froté el punto de dolor, aunque
esto me aseguró el hecho de que sí, sin duda pensaba que yo era del sexo
masculino. De ninguna manera podía imaginarlo haciéndole eso a una
niña.
Era una cosa tan chico por hacer, estaba orgullosa de mí misma, a pesar
de que hice una nota mental para hacer gárgaras tres veces más largas en
la mañana y cepillarme dos veces.
Refunfuñando en voz alta, Asher se arrastró de nuevo a su cama y cogió
un bloc de notas en el que había estado escribiendo.
—Siempre estás escribiendo en esa cosa —dije, más que curioso de lo que
estaba garabateando como un loco.
— ¿Ni puta mierda? —dije con sorpresa, sintiéndome más conectada con
él de lo que sabía que debería—. Hago eso también. Me miró, la sorpresa
haciéndolo levantar sus cejas.
—Es que... todas son horribles. Así que no hay punto en perder tu tiempo
mirándolos.
—Como sea hombre. Voy a ser el juez de eso. Además, el noventa por
ciento de mis las mías apestan a culo, también. Ahora... dámelo. Cuando
simplemente sacudí la cabeza obstinadamente, me envió una sonrisa
sexy.
— ¿Qué? ¿Qué eres más grande? Eres el único que no tuvo reparos de
mostrarme tu basura. Así que sólo estoy diciendo que era una polla
impresionante. En serio, debes estar orgulloso de ese monstruo.
Quiero decir, el primer momento en que saliste del cuarto de baño,
moviéndolo alrededor, yo sólo quería... ya sabes, chuparlo.
Cuando envolví mis manos alrededor del aire, como si agarrara un
descomunal pene invisible, me di cuenta de lo que estaba haciendo y lo
que acababa de decir.
—Quiero decir...
—Oh diablos santo, había ido muy lejos, incluso para un hombre gay. Mire
a Asher, preparándome para que pateara mi culo o me tirara fuera de
nuestra habitación de hotel, o algo así, pero él sólo echó atrás la cabeza y
se rió.
—Mierda, eres tan jodidamente gracioso. Eso tiene que ser la cosa más
gay que me hayas dicho alguna vez. Tragando saliva, me encogí hacia
atrás.
—Sí, lo siento.
—Nah, no te preocupes por eso. —Sin dejar de reír, se limpió las lágrimas
de sus ojos.
—Pero, caray, eres definitivamente cien por ciento gay, ¿verdad? Quiero
decir, realmente prefieres chicos.
—Hum... sí. —saqué la palabra como si eso no debería ser tan difícil de
creer. Sacudió la cabeza.
—Eso es tan extraño. ¿Ni siquiera las tetas? Quiero decir... senos, hombre.
—Él fingió apretar un par—. Son tan... —Hizo un sonido de hambre en la
garganta—. Comestibles. Me encogí de hombros.
—Bien, vale. ¿Qué pasa con coños entonces? En serio, no hay manera en
que puedas tener una polla y voltees tu nariz ante uno de ellos. Son tan
mojadas y calientes y apretadas. Están hechas para mantener una polla en
ellas, y se sienten como el cielo cuando entras en ellas. Y el sabor. ¿Alguna
vez has probado incluso un coño? Arrugué nariz.
Remy
El calor subió por mis muslos hasta que mi coño estaba tan mojado y
adolorido que tuve que apretar mis piernas bajo mis cubiertas.
Asher pestañeó y me miró desde sus brillantes, lujuriosos ojos verdes,
haciéndome saber que la visión que describió lo afectó tanto como me
había afectado a mí.
—Lo siento, es que... amo a las mujeres —murmuro antes de mirar lejos,
como si de repente estuviera incómodo.
—Correcto. Así que estás diciendo que amas todo sobre las mujeres pero
cuando una se frota contra ti como una gata en celo, ¿no aceptas su
oferta? Gally sin duda lo haría.
—No, no lo hice.
—No he dicho que sea patético tampoco. Es sólo... inusual para un hombre
en tu posición. — Un muy bueno, e increíble inusual—. Lo que me hace
muy curioso en cuanto a... ¿por qué?
—Así que no sólo quieres una conexión física. Quieres algo más
profundo... Bajó la mirada a sus manos.
— ¿Genial?
— ¿Qué? ¿Nunca has estado en una? Sacudió la cabeza. —No. ¿Tú? Mis
labios se arquearon.
— ¿Las relaciones?
—Sí.
Dejé salir un suspiro, me pasé las manos por el pelo, sorprendida cuando
mis dedos se toparon con los cortos zarcillos de mi peluca falsa. Por un
momento, me había olvidado que estaba siendo Sticks, el tipo batería.
Simplemente había sido Remy... hablando con Asher.
— ¿De verdad?
Asentí.
—Oh. Él, eh... Le escribí un par de canciones y... las robó, su banda las
cantó y afirmó que eran suyas.
—Mierda —murmuró, con compasión—. No es de extrañar que no me
quieras mirando tu cuaderno.
Él rió.
—Nunca he... Por lo general no puedo cantar mis cosas en voz alta hasta
que tenga una canción completa. Se siente... raro.
—No tienes que... —Debe haber leído algo en mi expresión, porque dio un
largo suspiro antes de que hojeara las páginas y leyera en silencio las
palabras. Luego sacudió la cabeza—. Sí, no creo que pueda sólo leerlas
tampoco. Tendría que cantarlas.
—No te burles si termina sonando como una mierda, ¿de acuerdo? Rodé
los ojos.
—Trata de confiar en mí un poco más que eso, ¿lo harías? Sé que nada
sale perfecto la primera vez.
A capela, su voz era hermosa. Quería meterme en la cama con él, justo en
su regazo y dejarlo cantarme el resto de la noche... o de mi vida. Pero era
una buena chica. Me quedé atrás y simplemente balanceaba la cabeza al
ritmo, a continuación, extendí la mano y golpeé el ritmo con mis propias
manos contra la esquina superior de la mesita de noche.
Él sonrió, obviamente, entrando en confianza, y empezó a balancearse con
la música mientras seguía con la canción hasta que se detuvo de repente y
negó con la cabeza.
—Bueno, trae tu culo aquí, Curran. Vamos a terminar esta canción. Esta
noche.
Asher
—No, de verdad —me dijo—. ¿Cómo diablos fuiste capaz de inventar toda
la melodía en tan sólo unas pocas horas?
Su alabanza me hizo sentir raro, así que cerré el portátil y estiré los
brazos sobre mi cabeza.
Racionalmente, sabía que tenía que darme la vuelta, pero sí... por alguna
razón, como que había perdido la capacidad de pensar racionalmente. En
lugar de eso, sacudí mi cabeza, y pregunté—: ¿Quién eres? Ella sacó el
cabello de su cara para poder verme, probablemente olvidando que tenía
que descubrir su pecho para usar su mano, porque de repente, estaba
siendo destellado por unas tetas muy bonitas. Mi mirada al instante cayó
a su pecho, y ella se quedó sin aliento, regresando su brazo de golpe sobre
sí misma. Una fracción de segundo después, agarró la cortina de la ducha
y la envolvió a su alrededor, ocultando todas las mejores partes.
—No hablo inglés —jadeó en esta voz súper caliente y sensual que tenía a
mis hormonas mucho más enfurecidas.
—Sí. Remy. — Entonces dejó salir otra cosa. Estaba seguro de que allí
había captado la palabra amigo, así que extendí mi dedo de golpe.
Pero Jesús, eso había sido... En realidad, no estaba muy seguro de lo que
había sido eso, pero definitivamente había sido intenso. Me preguntaba si
debería estar molesto o indignado de que un desconocido sintiera como
en casa en mi habitación de hotel, pero luego me acordé de toda su
magnífica desnudez, y sí... no podía invocar ninguna emoción.
Me paseé por el piso, pasando mis manos por el pelo, preguntándome qué
demonios estaba pasando. ¿En dónde estaba Remy y por qué había dejado
que una chica caliente entrara a nuestra habitación para que pudiera
ducharse... sola?
Finalmente, me di cuenta de que sólo le podía preguntar, así que saqué mi
teléfono del bolsillo y marqué su número. Al otro lado de la habitación,
The Bangles comenzaron a cantar "Walk Like an Egyptian", que debe ser
su tono de llamada, debido a que cuando seguí la fuente del sonido con mi
mirada, vi a su teléfono abandonado sobre su mesita de noche. Maldición.
No se había llevado el teléfono con él... a donde sea que se haya ido.
¿A dónde demonios había ido? Cuando el agua de la ducha del baño se
cerró, me di la vuelta en esa dirección. Entonces me di cuenta de que
probablemente todavía seguía siendo un raro. Así que me detuve en mi
cama para esperar.
Pero en realidad no tuve que esperar en absoluto. La puerta del baño se
abrió lentamente y unos ojos marrones grandes se asomaron. Agité mis
dedos hacia ella.
—Hola de nuevo.
—Todavía no tienes que irte —le dije, señalando hacia su ropa—. Puedes
colocarte tu ropa primero. Está bien.
Ella negó con su cabeza y señaló hacia la puerta, recitando toda una
cadena de mierdas que no entendí. Cuando comenzó a huir de nuevo, me
puse en su camino y coloqué mi mano en la puerta.
Patinando hasta detenerse, se miró asombrada a mis dedos con sus ojos
bien abiertos antes de deslizar su mirada asustadiza hacia mí. Sabía que la
estaba asustando muchísimo, pero como que eso me gustaba.
Definitivamente me había asustado cuando la había descubierto en mi
ducha.
Remy
Oh, mierda, oh mierda, oh mierda. No podía creer que fuese tan estúpida
como para dejar que me atrapara en la ducha. Pero apenas se fue para
conseguir comida, e incluso tan cansada como me encontraba, sabía que
sería mi última oportunidad de tomar una ducha antes de irnos, así que
salté de la cama y traté de darme prisa, pero, maldita sea, me atrapó.
Asher pensó que la yo chica era atractiva. Eso fue era... increíble. No sólo
eso, sino que coqueteó conmigo. Jodidamente coqueteó... ¡conmigo! Nunca
lo vi tan atrevido o cautivador con alguna mujer antes.
Jamás. Pero entonces... una vez me confesó que le gustaba ser el cazador,
no lo había, y sin duda retrocedí lo suficiente para atraer al depredador en
él. No intencionalmente. En ese momento, sólo quería huir, pero maldita
sea, mirarlo cazar era erótico como el infierno.
Llena de nervios, miedo y emoción, corrí a lo largo de los pasillos del hotel
en nada más que una toalla, mi máscara y ropa de dormir se aferraban a
mi pecho hasta que encontré un baño público al final del pasillo.
Metiéndome, solté lo que llevaba en el suelo a mis pies. Lo bueno es que
me encontraba desnuda cuando entró; lo distraje con éxito suficiente
como para que no se diera cuenta de la pelucamáscara de Sticks en el
tocador del baño.
— ¿Qué chica?
— ¡Sí! —Que retumbó, y luego movió una mano hacia mí—. Bueno, no
ahora. Pero se encontraba allí cuando entré.
—No... no quise decirlo así. —Me frunció el ceño, incluso para asumir
tanto. Luego dejó escapar un suspiro. Una vez que estuvo más tranquilo,
explicó—: Dije tu nombre y su rostro se iluminó con reconocimiento.
Luego recitó... algo que tenía la palabra amigo, significa amigo, ¿no? Tenía
que ser una de tus amigas.
Maldita sea, parecía muy preocupado por todo esto. Tuve la tentación de
romper y decirle todo, pero entonces el temor de cómo él me reaccionan
asustó de nuevo en silencio.
—Bueno... —Fruncí el ceño, odiando este juego más con cada segundo —.
¿Cómo se veía?
—Extraño.
Él asintió.
—Por lo tanto, realmente no tienes idea de quién era, o cómo llegó aquí?
—No veo por qué. Sólo tomó una ducha. Y no creo que robara nada,
excepto una toalla, quiero decir, mi portátil sigue allí.
—Eh. Eso es... extraño. Mi culpa por mentir creció cuando Asher se rascó
la sien y murmuró:
Nos hizo volver a Ellamore temprano esa noche. Asher, por supuesto,
tenía que decirle a Heath y Gally sobre la chica de la ducha. La primera
pregunta de Gally fue:
— ¿La follaste? Asher se negó a contestar eso, aparte de rodar los ojos.
También restó importancia a lo bonita que pensaba que era.
—Dijo que trabajaba esta noche, y podría dejarle esto para él.
— ¿Ah, sí? —Ten dejó la copa seca a un lado y se inclinó hacia delante,
apoyando los antebrazos en el mostrador, para conseguir una mirada al
interior.
—Ya quisieras. —Me moví de nuevo para que no pudiera ver las carpetas
de archivos aburridas que había organizado y arreglado.
—En serio —continuó—. No creo que sea saludable para un hombre estar
todo ese tiempo sin ello.
— ¿Hazañas? Sí, ahí está. Ahora suenas como una chica de nuevo.
Parte I
Remy
Me congelé, con la boca abierta, pero las palabras no salían. No quise decir
eso. Él se veía tan lindo acomodando las botellas con su trastorno
obsesivo compulsivo y su voz me inundaba con una sensación feliz; las
palabras se me habían escapado.
—Cállate, listillo.
Me reí.
—En realidad —se encogió de hombros—, otra razón por la que estaba
tan decidido a estar en una banda fue para molestar a mi padre.
—Cuando era niño, mi viejo solía darme una paliza cada vez que me
sorprendía cantando. Ni siquiera me daba cuenta al hacerlo.
Yo simplemente jugaba con mis camiones Tonka, ya sabes, pensando en
mis cosas y tratando de mantenerme lejos de él, cuando zas... de la nada
recibía un golpe en la parte posterior de mi cabeza.
Él me decía que la cortara con la mierda del canto porque era algo gay.
—Lo siento —ofreció con una sonrisa divertida que fue tan
condenadamente adorable que hirvieron mis hormonas.
Este hombre iba a ser mi muerte. Cuanto más tiempo pasaba con él, más
me gustaba y más atractivo se ponía.
—Por supuesto.
—Cállate.
—Esa es buena.
—La chica con la camiseta de Incubus cantó con Jodi. Lo sé con certeza.
¿Cuántas malditas amigas llamadas Remy tiene ella? Solo yo. Tragué
saliva.
— ¿Ella era más alta, con el pelo negro y lacio? ¿Más alta que Jodi? ¿Una
camiseta de Incubus negra y ajustada, en lugar de una suelta? Él asintió.
Maldita sea. Me mordí el labio. Eso sonaba exactamente como yo. Pero
todavía no quería admitirlo.
—Pez —terminé por él—. ¡Dios mío! Era yo. Oh... por... Dios. —Enterré la
cara en mis manos y me incliné hacia adelante, incapaz de manejar esto—.
¿Qué diablos voy a hacer?
— ¡Sí! Él resultó ser un imbécil mentiroso, infiel y ladrón, así que sí... ya se
acabó. Completamente.
—Bien. Entonces confiésate con mi chico, y todo estará bien. Todo estaría
simplemente... bien, ¿Eh? Sí, claro. Dándole una mirada incrédula, dije—:
¿De verdad crees que sería tan fácil? ¿Él simplemente... olvidaría que he
estado mintiéndole por casi dos semanas?
—Sí, yo nunca he entendido por qué mentiste para empezar. ¿Hay, como,
una buena razón para ello, verdad?
Suspiré.
—Por lo tanto, espera... ¿fuiste a hacer la prueba como una chica? Cuando
asentí, él negó con la cabeza.
—Remy tiene algo que decirte —anunció Ten antes apretar el hombro de
Asher y alejarse.
— ¿Qué pasa?
—Yo... —Miré a sus ojos verdes y... me acobardé totalmente—. Debería
irme. Es tarde. — De hecho, miré la hora después de eso y, vaya, era tarde.
Casi la hora de cierre.
—Desde luego. —Entonces salí rápido del bar para poder llorar todo el
camino a casa.
— ¿Un aventón?
—Sí, mi moto arrancó y luego... murió, así que me quedé varado aquí solo
en el estacionamiento, y Ten ya se fue. Lo habría llamado y molestado,
pero tuve una imagen mental horrible de que él despierta a Caroline cada
vez que llega a casa del trabajo, y yo no quería interrumpir, ya sabes, nada
de eso.
—No, no. —Me reí y agité una mano—. Solo bromeo contigo. Estaré allí en
unos minutos. Colgué y salté a la acción, demorando más tiempo de lo que
yo quería para ponerme mi equipo de Sticks. Esta mierda no fue hecha
para vestirse rápido.
En mi prisa, rompí un poco de látex en la nuca, pero esperaba que mi
cabello lo cubriera. No es que importara; él ya sabía que yo llevaba una
máscara. Solamente pensaba que estaba grotescamente desfigurado por
debajo. Mierda... otra mentira que había añadido a mi plato.
Esa idea le hizo echarse hacia atrás, sorprendido. Me lanzó una mirada
extraña.
—No. — Entonces negó con la cabeza e hizo una mueca como si quisiera
asegurarse a sí mismo que su respuesta seguía siendo no—. ¿Por qué
sería él? Ya tuvimos nuestra confrontación. Todo lo que quería de mí era
sus reservas, algo que yo no tenía. Así que dudo que alguna vez vuelva a
saber de él.
Suspiré.
—Entonces, ¿por qué tuviste que testificar? —Parecía una gran cantidad
de estrés innecesario para hacerle pasar a un niño.
Alzó la mirada.
Parte II
—Sí, lo he notado.
— ¿Vives en un callejón?
Una vez que llegó a la planta baja, encendió otra luz en su apartamento y
gritó—: ¿Mejor?
—Sí. Gracias.
—Eso… —anunció Asher, apoyado en las puntas de sus pies para alcanzar
el seguro de la jaula más cercana—. Es Mozart.
Un destello de piel marrón se lanzó más allá de él tan pronto como la
puerta estuvo abierta, y el animal en el interior saltó, aterrizando cerca de
tres metros en la parte trasera del sofá de Asher antes de saltar y rebotar
por el suelo hasta desaparecer bajo la cama.
Señalé hacia la cama, entrecerrando los ojos, porque no podía estar
absolutamente segura de que acababa de ver lo que realmente vi.
—Lo sé, es verdad. Bastante genial, ¿eh? Fui a todas las tiendas de
mascotas en la ciudad, en busca de una, hasta que me encontré con él.
Supongo que era un caso de rescate, lo encontraron con una pierna rota
en el parque un día.
Después de sanarlo, no parecía seguro dejarlo volver a la vida salvaje, a
pesar de que parece haber sanado bien. Sus clientes lo habían devuelto
tres veces antes de que yo llegara, porque él jodidamente arañaba a todos
sus otros propietarios.
—Sólo porque no puedo tocarlo no quiere decir que no deba ser cuidado
y amado —discutió—. Lo juro, esas son las almas que más necesitan un
poco de atención.
Parpadeé hacia él, dándome cuenta que hablaba de sí mismo. Quizás. Sin
embargo, le ajustaba.
Después de que me confesó en Chicago que le gustaría tener una relación
con alguien, se me ocurrió que no tenía a nadie a quien tocar… y eso
parecía ser lo que más deseaba.
No era lo bastante afortunada para ser capaz de tocarlo —realmente
tocarlo— pero decidí en ese mismo momento que le daría un poco de
atención, porque podía seguir siendo su amigo.
Miré a la rata de árbol con cautela cuando se asomó por debajo de la cama
para vigilarnos como si supiera que era el tema de discusión. Sus
pequeños y brillantes ojos marrones lucían sabios, pero aun así nerviosos.
—Está bien, puedo notar por qué te lo quedaste. —Entonces miré a Asher,
frunciendo el ceño —. Dijiste él, ¿verdad? ¿Es una ardilla chico? Asher
frunció el ceño antes de admitir—: Oh, diablos, supongo que realmente no
lo sé. Él nunca me deja acercarme lo suficiente para mirar.
—Yo era una prueba viviente. Asher se rió y movió una mano hacia mí.
—Lo que sea, idiota. Como puedes ver, mi papá no está escondido con un
machete, una pistola, o una motosierra. Estoy perfectamente a salvo aquí
con mi salvaje ardilla mascota. Así que…
Sabía que era mi señal para irme. Pero me sentía mal por abandonarlo, a
pesar de que era tarde y probablemente quería ir a dormir… en ese
colchón de aspecto cómodo.
Seguía repitiendo sus palabras en mi cabeza, sintiendo como si fuera una
indirecta de un hombre solitario. Así que cuando bajé la vista y vi el juego
de Play Station sobre su mesa de café, jadeé y me agarré el pecho.
Tan pronto como dije las palabras, recordé que él sí sabía lo que se sentía
ser golpeado… por sus padres.
Tragando, lo miré para asegurarme de que no había tocado un punto
delicado, pero sólo sonrió.
Asher
El hombre rió antes de dejarme saber cómo de serio era. Después de eso,
discutimos a fondo unos pequeños detalles antes de que colgara y girara
alrededor para compartir las noticias con Sticks.
—Eso es tan genial. Es como… un sueño hecho realidad para mí. Todavía
no puedo creer que ustedes chicos me dejen estar en el grupo a veces. Es
solo que es… surreal. E increíble.
Ignoré su alabanza.
—Piensa otra vez. Este ha sido mi anhelo por años. He intentado en más
lugares de los que te imaginas.
Fruncí el ceño.
—Qué idiotas han sido los de la oras bandas. Una mirada inquieta cruzó
su cara. Luego, inclinó su cabeza y se rascó la nuca antes de decir—: más o
menos, si… es porque prefiero a chicos. —Alzó la mirada y profunda
apreciación llenó su mirad—. En serio, Asher, no tienes ni idea que regalo
me has dado, no solo por la oportunidad de estar en NonCastrato, pero…
solo por aceptarme.
— ¡Mierda! Estoy tarde para el trabajo. Ah… me tengo que ir. —Él empezó
a retroceder, luego pausó como si necesitara mi permiso o algo. Me reí y
lo despedí.
—Sí, nos vemos —su voz resonó hacia abajo en las escaleras.
*
—Hermano —siseó Remy en mi oído, agarrando mi brazo fuerte—. No
dijiste nada sobre Fish ’N’ Dicks estando aquí esta noche.
Habíamos llegado al Grenada donde la banda que Stick había mencionado
ya estaba en el escenario tocando.
—Sí, lo hice. Dije que otros grupos estarían tocando esta noche antes de
nosotros —grité sobre el sonido a todo volumen.
—Pero no especificaste que Fish ’N’ Dicks’s sería uno de ellos. Le fruncí el
ceño, preguntándome por qué sonaba tan molesto. Luego me encogí de
hombros.
Solo me reí.
—Si los imbéciles me molestaran, nunca habría hecho una banda con
Gally en ella.
—Ey, ey, ey. Estamos aquí para tocar esta noche, amigos. No pelear. Remy
inmediatamente soltó un aliento y se retiró, pero el otro tipo se mantuvo
mirándolo.
—Gracias. —Me dio una última mala cara y eso fue todo. Tuvimos nuestro
turno en el escenario, tocamos nuestros corazones fuera y dejamos a la
multitud gritando y pidiendo por más.
Gally, Heath y Remy se fueron al cuarto de atrás que nos había sido
asignado para la noche, el dueño del club me detuvo con un pago en
efectivo. Me dio en el dinero y le dije que nos encantaría volver de nuevo
cuando nos invitara.
Puesto que el único lugar disponible para sentarse era un asiento final en
el sofá junto a Remy, donde esparramado, prácticamente por toda la
maldita cosa, empujé a un lado sus piernas con mi rodilla y me senté junto
a él.
—El manager nos invitó nuevamente el próximo mes si nos interesa. Dije
que lo estábamos.
—Infierno sí, lo estamos —dijo Gally mientras que Holden asintió. Remy
estaba demasiado ocupado frunciendo el ceño a la tira de dulces que le
había robado.
Sacando su mano para robar de vuelta, gruñó cuando fui más rápido,
tomándolo de mi propia boca y sosteniéndolo burlonamente hacia él.
Entonces realmente lo hice; lamí toda la longitud, extendiendo mis
gérmenes así que él no podía tomarlo de vuelta sin ser asqueroso.
Él frunció el ceño.
—Jesús, Sticks. —Frunció el ceño hacia él—. ¿Qué tan borracho estás?
Soltó una risa ronca y me sopló un beso.
Remy
Después de que Asher tomara un buen trago del Grey Goose, y luego otro,
dividió el resto del dinero entre tres, por lo que Heath, él y yo tuvimos
partes iguales.
Se me ocurrió que él debería tomar más. No sólo que hiciera doble turno
en la banda, cantara, tocara un instrumento, y escribiera todas nuestras
canciones, también actuó como nuestro mánager, organizando todos
nuestros conciertos y el cuidando de la parte funcional de NonCastrato.
Odiaba admitirlo, pero lo admiraba bastante. Media hora más tarde, no
odiaba admitirlo tanto. Estaba malditamente deseosa de hacerlo mientras
le colgué un brazo borracho por encima del hombro y murmuré—:
Hombre, te admiro bastante. Cantante increíble, músico increíble.
Compositor asombroso y cuerpo aún más asombroso con un culo al que
quiero hincarle el diente.
¿Hay algo en lo que seas malo?
—Fue en la boda, donde la prima de Holden aquí se casó y... —Le sonrió a
Heath—. Oye, ¿recuerdas cuando yo solía tirármela, hace un tiempo?
Hombre, ella era sexy.
—Tenía una boca hecha para follar. Además, a ella le gustaba tragar.
—Creo que voy a enfermarme —le dije a Asher, quien se echó a reír.
— ¿Quién está conmigo? ¿Por qué seguimos aquí sentados como un grupo
de perdedores cuando hay algunas perras de primera y medio desnudas
por ahí? Vamos a encontrarnos alguna vagina.
—Bueno.
—No, Remy todavía puede venir —alegó Asher, haciéndome señas para
que los siguiera —. Él puede ser nuestro celestino. Hice una mueca, de
repente no tan borracha como me había encontrado hace unos segundos.
Pero la idea de ayudar a Asher a conseguir una chica me dejó mal del
estómago, con ganas de vomitar todo el alcohol que había bebido.
—Y quién sabe. Tal vez realmente conozca a mi alma gemela por ahí.
Dios mío, esperaba que no. Verlo llevar a casa a un rollo de una noche
sería bastante malo; verlo caer en una relación sería con otra mujer... sí,
sólo mátame ahora.
Lo juro, todas las mujeres en el edificio también podrían oler su
necesidad. Tan pronto como desalojamos la sala de atrás y entramos en la
parte principal del bar, ellas acudieron a él, tocándolo, elogiándolo,
dirigiéndole sus sonrisas malvadas y de brujas zorras.
Fui separada de él cuando se apiñaron, y mientras el espacio entre
nosotros creció de un metro a diez, supe que él se hallaba perdido para
mí.
Quería ahogarme en más alcohol, pero entonces... yo solo no pude. Fui al
bar y ordené agua antes de regresar a la periferia de la multitud de fans,
mirando sin poder hacer nada.
Después de un par de sorbos, me puse a pensar que la suerte podría estar
de mi lado. Asher fue apartándolas cortésmente a todas. Y mientras la
multitud decepcionada y rechazada se alejaba una por una, mi espíritu se
levantaba. Si esto continuaba, su propia meticulosidad salvaría toda mi
noche. Asher se desplomó a mi lado, con el ceño fruncido.
— ¿Cuáles son las probabilidades de que una mujer en este lugar no sepa
que estoy en una banda?
—Bueno, yo podría usar una buena mentira en este momento. Así que si
fueras tan amable… Uh. —Cayó desbocado hacia mí mientras alguien
tropezaba con él desde atrás.
—Oh, lo siento mucho. No te vi —soltó una chica, con los ojos muy
abiertos y tapándose la boca con la mano—. ¿Se encuentra bien, señor?
¿Derramó su bebida?
—No, está bien. Nos encontramos bien. —Asher me miró para asegurarse
de que me hallaba bien, y entonces se giró hacia la mujer—. ¿Estás bien?
Ella se pavoneó y le tendió una mano.
—Uh... de acuerdo.
—Lo sé, cierto —Tamra rio y se mordió los labios para hacerlos ver más
llenos.
Sus dos amigas se rieron antes de que una dijera—: Sí, estoy segura de
que tu marido y tus dos hijos tendrían un pequeño problema contigo
acostándose con Asher el dios del rock Hart en el sofá del salón.
Mis ojos se abrieron mientras las otras dos se le unieron, riendo. ¿Qué
dijo? Oh, de ninguna maldita manera. ¿La zorra estaba casada?
Poniéndome en mis pies, intento abrirme paso desde el baño, sólo para
encontrarlo bloqueado. Así que titubeé un segundo antes de que pudiera
escapar, y sí, en el momento en que fui libre, las tres mujeres se habían
ido, sólo sus risitas tontas de culos casados haciendo eco alrededor del
baño detrás de ellas. Comencé a seguirlas, abriéndome camino desde el
baño.
Pero tan pronto como llegué al rincón del baño vi a Asher dirigiéndose a
mi camino. Y él me vio. Al mismo momento en que sus ojos se abrieron
mucho y su boca redondeo en una O por la sorpresa, me acordé de que me
había olvidado de ponerme mi máscara de nuevo.
Moviéndome rápido, me escondí detrás de un grupo de tres chicos que
pasaban justo cuando oí a la voz de Asher gritar—: Oye, espera. Me
agaché detrás de mi escudo ignortante hasta que pasamos por una puerta,
a la que le extendí la mano y traté.
Cuando se abrió, pasé dentro del espacio oscuro, sin tener ni idea de si era
una oficina, un cuarto de suministros o qué. Con miedo de encerrarme
totalmente dentro sola, me quedé con la puerta entreabierta y fui capaz
de mirar hacia fuera desde mi escondite oscuro.
¡Por Dios! ¡Mentirosa! Bueno, yo era una mentirosa peor de lo que ella
era. Pero ella trataba de llevarlo con engaños a la cama. Eso estaba solo
mal. Después de que ella le instara a alejarse, agarrándole el brazo para
dirigirlo de nuevo hacia la dirección de nuestra mesa, él le lanzó una
última mirada nostálgica a mi puerta, pero luego se dio la vuelta.
Solté un suspiro atronador, conté hasta diez, luego me puse mi máscara
tan rápido como fue humanamente posible, con la esperanza en Dios de
no tenerla torcida. Entonces me fui de mi escondite y corrí de vuelta a la
mesa también.
De ninguna manera podía dejar que esa puta le hiciera esto a mi Asher.
Los alcancé justo a tiempo. Los dos estaban de pie, Tamra se deslizaba la
correa de su bolso en el hombro como si estuviera a punto de irse, y Asher
arrojaba algo de dinero sobre la mesa para encargarse de la propina.
Luego él puso su mano en la parte baja de la espalda de ella y la giró hacia
la puerta. Pero pasé por delante de ellos, justo en su camino. Se
detuvieron en seco, así que tuve que fingir que también me detuve
sorprendida.
—Bueno, nos vamos. Esta es Tamra, por cierto. Me giré hacia ella,
enviándole una sonrisa agradable, si eso me digo a mí misma.
— ¿Qué dijiste? —Asher se volvió hacia ella, con las cejas levantadas. La
conmoción nubló su rostro.
—Yo... —La culpa extendiéndose por su cara nos dijo a ambos que sí.
—Y mentiste sobre no saber quién era —la acusó aún más antes de
levantar sus manos—. Eso es sólo... no genial. —Luego se volvió y se alejó.
La boca de Tamra cayó abierta.
Porque era una perra malvada y celosa que no fue capaz de soportar ver
que llevara a otra mujer a casa.
Parte I
Asher
—Estoy bien. Está bien. Tengo una mano y conoce bien a mi polla.
Esa respuesta pareció aturdirlo.
Y el muchacho tuvo una reacción. Remy se sacudió hacia atrás, sus ojos
abiertos y bocabierto. Sacudió su cabeza por un segundo antes de
farfullar—: ¿Perdona? ¿A qué te refieres con molestarme? Sonaba tan
ofendido que inmediatamente me di cuenta de que lo arruiné.
—Lo sospechaba.
—Pero la cosa es —continuó, finalmente levantando la mirada—. No
importa cuánto te desee y lo malditamente dulce y considerado que eres
al preocuparte por mis sentimientos, también eres mi amigo Asher; y
quiero que seas feliz. Por lo que no vayas a convertirte en un miserable
monje por mi culpa. Te aseguro que viviré.
—Entonces... ¿cómo vamos a hacer que funcione esto? —Froté mis manos
en mis caderas—. Realmente no quiero causarte ningún malestar
excesivo. Riéndose, negó con la cabeza.
—Me estás contando. —Puso los ojos en blanco—. No puedo creer que
admití en voz alta que siento algo por ti.
—Cállate. Es embarazoso.
Riendo, dije—: No es tan malo. —Lo que sea. Ahora vas a tener que
decirme algo embarazoso acerca de ti.
—Oh... sí. Mi madre se encontraba muy decidida a que fuera una chica, me
nombró como Ashley Jean. Tenía mi certificado de nacimiento y lo
legalizó antes de que mi padre se enterara.
Él se enojó tanto. Se negó a llamarme así, por lo que con el tiempo se
transformó en Asher. Y cuando estuve bajo la custodia de mi tío, me
ayudó a cambiarlo legalmente. Remy se quedó boquiabierto.
—Síp. Y sospecho que me hubiera criado como si fuera una niña con
vestidos de volantes rosados si mi padre la dejaba.
— ¡Dios mío (1)! Eso es... Cuando negó con la cabeza como aturdido,
suspiré y dije—: Jodido. Si, lo sé.
Pero sigue adelante. Ríete, idiota. Él se rió entre dientes, pero agitó las
manos mientras lo hacía.
— ¿Comida?
—Taco Bell —aclaré—. Solo un lugar al cual ir después de una noche
bebiendo. —Entonces sonreí y cité su lema—: Yo quiero un Taco Bell (2).
—Pero podría llamar a mi primo Big T y que encienda la parrilla. Hace las
mejores tostadas de tinga. Oh, o chicharrón si solo quieres un aperitivo
frío. Suspiré.
De manera que media hora más tarde, nos encontramos sentados en una
cabina cenando sentados el uno frente al otro; comiendo tocino, huevos,
galletas y salsa.
—Estuvo buenísimo esta noche, ¿eh? —dijo Remy, limpiándose las migas
de la comisura de los labios con su pulgar—. Creo que mejor de lo que
hicimos en Chicago.
—Eso es... eso es... —Sacudió la cabeza y me dio una sonrisa socarrona—.
Eso es en realidad un poco difícil de creer, hombre. Me refiero a
exactamente la misma chica que se encontraba en Chicago y aquí en
Ellamore?
—Uh... —Evidente sin saber qué decir, Remy movió su boca un par de
veces, pero no pudo encontrar nada que decir.
—Cállate, hijo de puta. Prefiero hablar acerca de tus obsesiones que de las
mías.
Remy dio una palmada sobre la mesa como si acabara de ocurrírsele una
idea.
Solté un bufido.
—Sí, mezcla las dos en una chica rockera punk, y tendremos a la mujer de
mis sueños... allí mismo. Boom. Enderezándose, Remy dijo—: Chica
rockera punk. ¿Quién es la chica rockera punk? Maldición. Ahí fue mi
boca.
—Nadie. Solo... una chica que hizo la prueba para tu puesto de baterista
del día antes que tú te presentaras. Remy se llevó su mano hasta su
barbilla.
Él resopló.
Parte II
Cuando llegué a casa desde la cena con Remy, me sentí más solo de lo
habitual.
Dejé que Mozart saliera de su jaula para jugar, así que corrió y se escondió
debajo de la cama y fue una pésima compañía.
—Oye, tengo otra casa que comprobar esta mañana. ¿Vienes? Bostezando
mientras me sentaba, me pasé los dedos por mi cabello.
—Sí, seguro. Pero pensé que ibas a volver a mirarlos con Eva.
—Ella se niega. Dice que quiere que le eche un vistazo a ésta última casa.
Así que... ¿te recojo en diez?
—Así que, ¿a qué barrio elegante y brillante nos dirigimos hoy? Pick me
envió una mirada por burlarme de su posible nuevo barrio, y luego
dijo—: Glendale. Asentí, decidiendo que no era tan lujoso como el último
barrio que habíamos visitado pero era una decente y adecuada tipo de
zona para familias.
—La tía y tío de Campanita, los padres de Reese, viven por aquí.
—Ahh —murmuré—. Genial. Esta vez, ni Pick ni yo nos fuimos por las
ramas. Tan pronto como vimos la inmobiliaria, hablamos al unísono.
— ¿Estás listo para regresar ya? Pero mi hermano se quedó allí, mirando
el árbol, luego miró a su alrededor como si buscara algo. Parpadeé.
Una gran sonrisa se extendió por mi cara mientras le daba una palmada
en el hombro de todo corazón.
Yo reí.
Remy
—Juan y Diego no podían venir hoy. Asentí, luego fruncí el entrecejo pues
todavía no sabía qué tenía que ver yo.
Los dos hermanos menores de mi mamá, Diego y Juan, solo venían una
vez a la semana los miércoles para tocar con Big T y Luis, el hijo de Diego,
en su grupo de mariachis en vivo.
Les gustaba ir de mesa en mesa para cantarles a los clientes. Mientras el
tío Diego y Big T tocaban guitarras, el tío Juan se encargaba de la
armónica y Luis sacudía las maracas.
Aplaudiendo impacientemente en mi dirección, el tío Alonso me indicó
que lo siguiera con la mano.
—Vamos. Necesitamos entretenimiento en vivo. Es miércoles. La gente
está esperando música. Me quedé boquiabierta, emocionada, sin haber
esperado que me lo haya pedido a mí.
— ¿Y quieres que toque la guitarra extra? ¿O la armónica? —Porque, de
verdad, podía tocar cualquiera. Pero mi tío frunció el ceño.
—No, no. Tú cantas. Tienes una hermosa voz. Tomás puede acompañarte
con su guitarra. Mis hombros se desplomaron. Por supuesto que quería
que cantase… y lo más probable es que fuera algo como “Ave María” o
“Don’t Cry for Me, Argentina” también, algo conmovedor y deprimente.
Nunca me dejó tocar ningún instrumento.
El hombre era tan terriblemente tradicional, que creía que las mujeres no
estaban para tocar instrumentos en un grupo mariachi. Solamente podían
cantar. Meh. No es que odiara cantar. Tan solo detestaba su perspectiva
de la vida a veces.
***
Así que fui capaz de evitar encontrarme con Asher en el restaurante.
Me quedé tanto tiempo en el freidor, que, cuando mi tío me indicó que
volviera al comedor para otra canción, él ya no estaba, y volví a arrastras
al situarme frente a los clientes.
Pero ya sabía adónde trabajaba, así que podría ser un desastre. Iba a tener
que hacer unos serios arreglos para impedir que volviera a encontrarse
conmigo estando de mujer.
Para cuando terminé mi turno, había olvidado que me envió muchos
mensajes justo antes que cantase. Así que, cuando iba a llamarlo, me
sorprendí de ver todos sus mensajes esperándome.
Fueron algo como así:
—Sí, y es familiar tuyo, ¿verdad? Dijiste que todos los que trabajaban allí
eran familia. ¿Qué es tuyo, una prima o algo?
—Claro —respondí, sin saber qué más responder. Soltó una risa.
— ¿Son moradas? —pregunté, luego reí—. Creí que era un color grisáceo.
Big T siempre me fastidiaba diciendo que parecían grises en vez de
morada.
— ¿Entonces…?
—No quieres salir con ella —solté, insegura de qué más decir. Soltó una
risa.
—Sí, sí quiero salir con ella. Acabo de decirte.
—No… —sacudí la cabeza rotundamente, pese a que no podía verme—.
No quieres.
— ¿Por qué?
—Porque…
Otra vez soltó una risa, pero esta vez sonaba más fastidiado.
—Lo cual es por qué quiero conocerla. Así podemos conocernos, ver cómo
fluyen las cosas.
—No.
Asher
Aparté los ojos de la ventana por la que había estado mirando fijamente
hacia afuera y miro a lo largo del automóvil a Pick. También estaba
cansándome de siempre estar en el asiento del pasajero, siendo el
acompañante.
Necesitaba conseguir mi propio conjunto de cuatro ruedas así podría
estar en el asiento del conductor de vez en cuando. No sé si era la falta de
sexo últimamente, o qué, pero casi podía sentir mis testículos marchitarse
en ovarios.
Estaba sentado aquí, estresándome sobre mi amistad con otro chico y
molesto porque ni siquiera había sido capaz de solo hablar con alguna
chica. Tenía el deseo repentino de tirarme un pedo ruidoso o apestoso o
eructar o algo igualmente de chico para probar que no estaba
perdiéndolo.
—Sí, pero todo lo que ellas quieren es algún cantante en una banda. Solo…
termine con esa mierda. Solo puedes manejar un cierto número de
folladas vacías sin sentido antes de que quieras... —No me molesté en
terminar el sentimiento. Sonaba aburrido y quejica para mis propios
oídos, y además, dos chicos no hablaban sobre eso. Pero no solo había
confiado en Sticks sobre ello, pero ahora también Pick.
¿Qué diablos está mal conmigo?
—Es una señal de maduración masculina cuando él está listo para dejar
de ser un mujeriego y sentar cabeza con una buena mujer.
¿Madurez? ¿Eh? ¿Eso era lo que pasaba? Porque todavía me sentía como
inútil niño torpe la mayoría del tiempo. Pero madurar sanaba mejor que
convertirme en una chica.
—No, este es Pick. Pick Ryan. Él, uh... bueno, él es tu sobrino también. El
escrutinio de Stan a los tatuajes y perforaciones de Pick se transformó en
un ceño fruncido antes de que me echara un vistazo y levantara una ceja.
— ¿Cómo? Después que expliqué cómo Pick fue el bebé que Polly dejó en
el hospital, y cómo habíamos tropezado a lo largo de nuestro
descubrimiento de estar relacionados, Stan se rascó su deshilachado
rastrojo de barba.
—Bueno, infiernos. Ni quiera me di cuenta que ese niño había
sobrevivido. Solo supuse que Polly había tenido un aborto espontaneo.
—No solo vinimos así él podía conocerte, sino para ver si tenías alguna
información sobre su papa, así quizás él podría investigar también su lado
paterno.
Gracias a dios que ya le había dicho a Pick esto, así no era tan
sorprendente, pero joder. Nuestro tío nunca se había molestado con la
sutileza, y seguro que tampoco sabía.
—No había mucho que valga la pena saber, de todas formas. Él era un
borracho inútil. —Siguió Stan—. Nunca iba a ir a ningún lado más allá de
ese taller macacino donde él trabajaba en la calle Bullview. Pick de
repente despertó a la atención.
—Sí. —Stan chasqueó sus dedos—. Ese lugar. La expresión más extraña
se registró en el rostro de Pick.
—Mierda —murmuró él, sonando estupefacto.
— ¿Qué —Tuve que preguntar—. ¿Has oído de este? Él se volteó hacia mí,
más mirando a través de mí que a mí. La conmoción hizo a sus pupilas
dilatarse y a sus labios separarse.
Mientras salíamos del Mustang, seguí a Pick hasta una puerta de acero
abierta (1) donde la voz de Luke Bryan gemía desde una radio sobre
desnudarse y regresar a la vida más simple (2).
Pick dio un empujoncito a un par de botas harapientas que estaban
sobresaliendo de debajo de un vieja camión Chevy.
Las botas se movieron y rodaron hacia afuera hasta que pudimos ver el
rostro manchado de grasa del trabajador.
―Gracias, hombre.
Pick paseo hacia allí, así que lo seguí. La puerta hacia la oficina de vidrio
estaba abierta, y a pesar de que estaba frio afuera un pequeño ventilador
oscilante giraba lentamente por encima de una pila de papeles.
El hombre sentado detrás de este parecía ser más delgado y más alto con
hombros encorvados. Él tenía sus anteojos posados en la punta de su
nariz mientras leía algo en un sujetapapeles en su mano. Golpeando sus
nudillos sobre el marco de la puerta, Pick llamó,
El hombre viejo alzó la mirada, sus espesas cejas color gris arqueándose
en sorpresa.
Pick se metió lo suficiente lejos para permitirme espacio dentro con él.
Después de echarme un vistazo, él se volteó hacia su antiguo jefe.
—Aww. —Pick río entre dientes y ondeó una mano—. No, estoy
demasiado ocupado con el club para juguetear con autos
Una sonrisa cariñosa se extendió por si misma a lo largo del rostro de
Murphy mientras él se reclinaba en su asiento.
—Todavía lo hago, pero ahora solo con el mío. No quiero hacer un negocio
de ello.
— ¿Oh?
—Sí. —Pick limpió sus manos en sus muslos—. Todo lo que sé es que él
chico era conocido por el nombre de Chaz, y que fue asesinado aquí, o
cerca de aquí, posiblemente por un tiroteo desde un auto.
—Así que sabía... eras consiente que mi madre estaba embarazada con...
Él terminó cuando Murphy asintió.
—Sí, perfectamente.
—Ella era joven, mierda, ambos eran demasiado jóvenes, pero ella en
particular. Y aun así... nada de eso importaba. Ella hablaría y soñaría y
prevería el día que ibas a llegar.
Ella habría hecho una mamá malditamente buena para ti si Chaz no
hubiese... —Después de otro aclaramiento de garganta, Murphy siguió—.
Ellos iban a llamarte Dugger.
(1): Son de esas puertas metálicas anchas que hay en los talleres mecánicos, son como puertas de garaje pero están
son de acero. (2): Cancion Strip it Down de Luke Ryan.
30
Asher
—Infiernos, sí. No tengo que ir a trabajar hasta las cinco de esta tarde, así
que me preguntaba si estarías dispuesto a jugar a Call of Duty.
Diez minutos más tarde, alguien llamó a mi puerta, y uno pensaría que
estaba esperando la visita de una dama caliente, ya que estaba un poco
demasiado ansioso por contestar.
Pero no me importaba, y tan pronto como la abrí, esa bola de alivio se
acomodó en mi interior.
Sticks me tendió una pequeña bolsa de papel marrón tan pronto como
entramos en mi apartamento. Cuando sólo arqueé una ceja, curioso, él
sacudió la bolsa con impaciencia.
—Bueno vamos, tómalo. No es venenosa, lo juro. Tomé la bolsa y
desplegué la parte superior para poder mirar dentro.
— ¿Qué demonios?
Quería estar deprimido, gruñir y discutir, pero... este era Sticks dándome
una ofrenda de paz. Extraño método, pero él quería hacer las paces, así
que yo la acepté.
— ¿Así que, quieres matar mierda ahora? Sus hombros se relajaron y una
sonrisa de alivio se deslizó por su rostro.
—Por supuesto.
*
—Así que... Dugger Murphy, ¿eh? Sí, no veo a Pick siendo llamado así
tampoco.
—Mmm hmm. Pero él todavía me sacó el dedo medio y tuve que reír.
—Por lo tanto, ese tipo que posee el garaje y para el que Pick solía en
realidad trabajar, ¿terminó siendo su abuelo paterno? Eso es una jodida
locura.
—Sí. Yo había pensado que Eva habría sido más de la gran, interminable y
grandiosa planificación también, pero parece que están listos ya y no
quieren perder el tiempo. Así que, ¿qué me dices acerca pinchar? Eres
realmente la única otra persona en la quien confío, con el sistema de
sonido.
— ¿Lo soy? —La voz quebrada de Remy me dijo que se sentía honrado
por mi anuncio.
Después de despejar su garganta, sonó mucho menos emocional y más
indiferente—. Bien, seguro. No hay problema. ¿Cómo lo está manejando
Pick, de todos modos?
—No —resopló y agitó una mano—. ¿Cómo está, ya sabes, lidiando con la
conmoción del conocimiento de tanto en un día? Conoció a su tío, a
continuación, su abuelo. ¿Cómo le va con eso?
—Oh, Jesús —Remy puso los ojos en blanco—. Vosotros los hombres
hetero. Lo juro. Siempre demasiado asustados de hablar acerca de sus
sentimientos.
—Estoy seguro de que Eva se hará cargo de todo eso. No me necesita para
darle un abrazo o una palmadita en la espalda. Por el rabillo del ojo, vi a
Remy mirando hacia mí.
—Sí, no soy el único que conoció a mi abuelo por primera vez hoy,
tampoco.
—Sí, pero tuviste que hacer frente a tu tío de nuevo después de no verlo
por... ¿cuánto tiempo ahora? Y pasaste toda la mañana con Pick, cuando
hace un mes, te cagabas de miedo ante la idea.
—Hablando de tu papa…
—No lo hagas —Sosteniendo la mano en alto en su dirección para
cortarlo, suspiré—. No he vuelto a verlo desde el encontronazo en el bar.
Remy estuvo en silencio un momento antes de decir:
—Bueno, voy a estar paranoico y a mantenerme alerta por él. Negué con
la cabeza, a pesar de que se sentía bastante agradable que alguien
estuviera tan preocupado por mi bienestar.
— ¿Una señal de la cruz? ¿De Verdad? ¿Qué demonios fue eso? Me reí.
La forma en que negó con la cabeza como si estuviera perplejo por mis
rarezas me hizo reír, también. Estaba a punto de burlarme y decirle que
era un idiota con un gran enamoramiento por mí, pero no sé, decidí solo
seguir la corriente.
— ¿Crees que soy raro? Bueno, ¿sabías que... —Recordando algo que
había leído en internet la noche antes, cuando había sido incapaz de
dormir porque había estado preocupado por mi amistad con él, le
pregunté—, que cuando se solía cortar las bolas a un niño para hacerlo
cantar castrato, la falta de testosterona en su cuerpo hacía que sus…?
Mi boca se abrió en estado de shock. Pero, maldita sea, ¿cómo sabía eso?
Parpadeé, no estoy seguro si estaba impresionado o irritado de que él me
hubiera descubierto... otra vez.
Antes de que pudiera decidir, mi teléfono sonó. Tiré mis controles a un
lado para llegar a él, porque una vez más, Remy estaba limpiando la casa
sin mi ayuda.
— ¿Qué? —Me senté con la espalda recta en el sofá—. Eso una locura.
¿Qué pasó?
—No lo sé. No me dio detalles. Pero ella dijo que Mason estaba muy
alterado. Ellos simplemente recogieron a su hermana pequeña Sarah y
ella no lo está tomando muy bien tampoco. Nos dirigimos hacia allí ahora
—Hizo una pausa y luego añadió:
—Uh... seguro. Sí. Estaré allí tan pronto como sea posible —Después de
colgar, continué mirando el teléfono mientras murmuraba:
—Mierda. Remy detuvo el juego y se sentó, con preocupación en su
rostro.
— ¿El del bar? Sí. —Asintiendo, agitó una mano, instándome a continuar
—No. Quiero decir, sí, lo está. Pero su mamá... mierda, supongo que ella
acaba de morir.
—Ni idea. Pick no lo sabía y Reese no se lo dijo cuando ella llamó —Me
puse sobre mis pies, sintiéndome desorientado mientras miraba
ciegamente por la habitación—. Necesito ir. Darle mis condolencias y, no
sé, mierda... sólo tenderles la mano por si necesitan algo, supongo.
Debí haberme movido pues una ola de mareo me asaltó. Todo lo que
podía ver eran los ojos muertos de mi propia madre, mirando sin ver
nada. ¿Qué pasa si la hermana pequeña de Mason había visto morir a su
madre?
—Sí. Bien —murmuré—. Sólo recordando mierda del pasado. Pick dijo
que la hermana de Mason, Sarah estaba bastante alterada. No pude evitar
preguntarme si ella estaba allí. Si lo vio todo.
—Eso debe haber sido una mierda. ¿Alguna vez hablaste con alguien
sobre esto? Le eché un vistazo.
—Sí. Por supuesto. Tuve que repetir mi versión de los hechos alrededor
de veinte veces a la policía, a los abogados y a los jueces.
— K. Gracias.
—Tú eres tonto si piensas que sé de forma remota como cocinar un guiso.
Remy se rió.
—No tiene por qué ser un guiso per se. Sólo…cualquier cosa. Algo
útil. —Entonces él se iluminó
Solté un suspiro.
Parte II
Reese levantó la vista, y aunque su cara estaba roja e hinchada por haber
estado obviamente llorando, sonrió cuando me vio.
Miré hacia atrás a Remy, listo para darle el crédito, pero él me dio un
codazo y susurró—: Tu línea es de nada. —Así que obedientemente me
volví hacia Reese y me encogí de hombros.
—De nada. Así que... No estaba seguro de qué preguntar. Pero Reese se
inclinó murmurando en voz baja—: Ella tomó una sobredosis.
—No voy a ninguna parte —le aseguró Brandt—. Me voy a quedar ahí
contigo.
—Crecí siendo niñera de mis primos más jóvenes. Lo tengo. —Él me dio
un codazo hacia la puerta—. Ahora ve a estar con tus amigos. Asentí con
la cabeza y empecé a alejarme.
Parte I
Remy
— Oh, Dios —sollocé, fregando mis mejillas con el dorso de los dedos.
— ¿Estás listo para salir? Tengo que ir a trabajar. Aspen dijo que se haría
cargo de vigilar a Skylar y Ju — Pero al verme, se detuvo en seco, y
parpadeó.
— ¿Estás llorando?
— Y esa hada Fawn, ella lo ama. Deben llegar a estar juntos. Esto sólo... es
tan malo. Y Dios, era tan bueno.
— Pero me gusta. Fue perfecta para esta película también. Dios, esta
triste, hermosa, increíble película.
— Oh sí. Es sábado, noche de karaoke. Así que tengo que llegar temprano
también. Será mejor que nos vayamos. — Luego sonrió hacia los niños.
*
Aunque me encantaba mi lugar en Noncastrato, siempre tener que
vestirse como Sticks, el baterista varón, llevaba en mí.
Yo realmente, realmente echaba de menos ser una chica. Quiero decir,
todavía podía ser yo cuando estaba en casa, y cuando tenía que ir a
trabajar a Castañeda, pero parecía que aparte de eso, estaba atrapada en
mi máscara y obligada a actuar como hombre casi todo el día.
Lo sé, lo sé. ¿Por qué diablos me quejaba? Había metido a mi propio
maldito ser en esta situación. Había hecho mi cama, y así sucesivamente.
Nunca había sido la chica más femenina en el planeta, pero tres noches
después de cuidar a los niños de Pick y Eva mientras Asher los ayudó a
consolar a Mason y Reese, sentí la necesidad de complacer mi lado
femenino.
Tomé un largo baño de burbujas, me di un facial de aguacate, dejé dos
rodajas de pepino sobre los ojos y no me moví del agua hasta todos los
dedos de mis manos y pies estuvieron arrugados e incoloros.
Después de eso, di un paseo descalza por el apartamento en una bata de
tela difusa con un turbante toalla en mi cabeza mientras asaltaba la cocina
por helado, chocolate y una taza de té de calabaza con especias.
Una mini pedicura siguió junto con pintura de uñas y luego pinzas de
cejas. Para el momento en que había terminado con todo eso, me sentía
renovada y lista para tomar el mundo de nuevo.
— ¿Quieres decir Jodi? Oh, ella lo hizo. — La rubia hizo un gesto con el
pulgar por encima del hombro, hacia fuera de la cocina y hacia el resto de
la vivienda.
— Tomo clases Diseño Teatral con ella, y cuando salimos temprano esta
noche, decidimos ir a algún lugar para comer, pero ella quería hacer una
parada primero en su lugar para cambiarse, por lo que voilà. Es por eso
que estoy aquí, esperando por ella. Soy Caroline, por cierto.
Ella era amiga de Asher, casada con su compañero de trabajo. ¿Qué tan
seguro era dejarla conocerme como una chica? Entonces decidí, meter la
pata. No me sentía como para mentir el resto de la noche, así que sonreí y
dije,
— Remy.
— En realidad, ¿por qué llevas eso para lavar los platos? Me sonrojé duro
mientras me encogí de hombros.
— Bueno, yo...
— Genial — murmuré.
Parte II
— ¿Dos miembros?
—Sí, y, mmh, chica, déjame decirte algo: está bien dotado. Digo, es
enorme. Como, el más grande que alguna vez he visto, no sólo tenido,
visto. Todavía camino raro debido a esa noche. —Se inclinó hacia mí,
meneando las cejas, antes de confesar confidencialmente—: También le
gusta por detrás, y me refiero a muy detrás, en el…
—Oh, cierto. —Suspiró con una sonrisa—. Sí, todavía tengo sexo con él.
No es tan grande, pero lo que le falta en tamaño, en definitiva le sobra con
lo peculiar. Los juguetes que tiene… Déjame decirte… Me atraganté, sólo
un poco, porque en serio… no quería saber más información de mis
compañeros de banda.
—Pero… Me guiñó. —Parece que estoy pasando por toda tu banda,
puta (1). Teniendo en cuenta eso, debería seguir con Asher, ¿cierto? Mi
sorpresa se transformó inmediatamente en un ceño.
¡Maldita sea! Sabía que lo dijo para molestarme, y claro que caí en su
trampa. Cuando Caroline se rió, me di cuenta de lo posesiva que soné por
el pobre Asher.
—Lo amas —se burló mi compañera—. Quieres tener a sus hijos. Tú…
—No lo hará —le aseguré, incluso aunque sabía que nunca hacía lo que
decía. Diablos, fue ella la que me puso al tanto de los engaños de Fisher
cuando él fue con ella.
Pero en serio, Asher no iría con ella… ¿no? No. Él buscaba algo
significativo. Jodi era alérgico a eso cuando se trataba de hombres. Quería
probarlos a todos, no asentarse. A ella le gustaba experimentar y ver lo
que había allí afuera.
—No puedo esperar para que conozca a tu verdadera yo —murmuró
Caroline antes de chupar la pajilla de su propia piña colada.
—Ves, te lo dije; necesitas follártelo —dijo Jodi. Gemí mientras les fruncía
el ceño a las dos mujeres al otro lado de la mesa.
Las tres hablamos hasta que tuve que ir al baño. Desde que podía, obligué
a Jodi y Caroline para que fueran conmigo, como un grupo.
Se sentía bien. Mientras entrábamos al baño, suspiré y acaricié la señal en
la puerta.
—No puedo creer que en serio pueda usar el baño de damas de nuevo.
¿No es agradable? Jodi se rió en lo que encontraba un baño disponible y
desaparecía dentro.
—Lo juro, nunca he oído a alguien sonar tan emocionado por ser capaz de
usar el baño de damas.
—En serio vas a tener que escribir una autobiografía cuando todo esto
termine. Mi Vida como Hombre. —Entonces sacó el teléfono de su cartera
y se puso a escribirle a alguien.
No sabía qué decir ante eso, así que sólo me quedé allí, incapaz de
moverme o apartar la mirada. Entonces el barman nos interrumpió,
trayéndole una bebida a Asher y obligándolo a voltearse hacia él.
—Gracias —le dijo al tipo en lo que le pagaba—. Oye, no has visto a una
rubia pequeña y linda, ¿no? Se suponía que iba a encontrarme con ella
aquí.
Ugh. Llené mis pulmones para decirle lo que opinaba al respecto, sin
siquiera preocuparme de dejar al descubierto mi conocimiento de inglés,
pero Asher se interpuso entre nosotros.
Era más bajo y no tan ancho como el otro tipo, pero cual fuera la
expresión que le mostró al idiota, hizo que este retrocediera y levantara
las manos.
Asher se volteó hacia mí, pero no podía… no ahora mismo. Que saltara en
mi rescate tan dulcemente era más de lo que podía soportar. Tan pronto
como sus ojos verdes llenos de compasión encontraron los míos, me
volteé y hui. Ni siquiera sabía a dónde iba.
Jodi y Caroline habían desaparecido, mientras que el pobre Asher se
encontraba probablemente confundido por mi reacción. Y lo único que
quería hacer era llorar. No porque el matón me hubiera molestado. Podría
haberle enseñado una lección. Sino porque Asher me había agobiado en
ese momento.
Asher
— ¿Estás bien? Entonces me acordé de que no sabía inglés. Así que le dije,
— Bueno... Estoy seguro de que viniste hasta aquí para estar sola y solo
obtener un poco de aire. Así que voy a... — Con otro paso hacia atrás,
pegue mi columna a la puerta para volver dentro.
Me congeló.
— ¿Sí?
Ella cayó hasta detenerse también. Luego dejó caer la mano, y una
expresión extrañamente culpable cruzó su rostro, como si no hubiera
tenido intención de detenerme. Solté un suspiro.
— Solo un beso — dijo y dio un paso hacia mí. Sus ojos estaban llenos de
anhelo, lo que hizo a los nervios en mi estómago saltar con esperanza.
— Más... Más. Sus dedos encontraron los botones superiores en mis jeans
y lo perdí.
— ¡Oh, Dios mío! — Gritó, sus ojos enormes mientras su mirada se dirigió
inmediatamente a las partes de las piernas de Elisa que no pude ocultar
de la vista. Así que cambié un paso para de esa manera protegerla más,
incluso gruñí.
— ¿Estás lista para irte ahora? Necesitaba salir de aquí antes de que me
olvidara de nuevo que se suponía que ni siquiera respirara en la dirección
de Elisa. Pero Caroline negó con la cabeza.
— Oh, ya sabes.... En realidad la chica con la que vine está lista ahora,
también, así que voy a salir con ella, y además... Acabo de recordar que tú
conduces una motocicleta. Eso me hizo fruncir el ceño.
— No... Pero pensé que si alguna vez voy a andar con un chico en una
moto, ya sabes, envolver mis piernas alrededor de sus muslos y aplastar
mis pechos en su espalda, creo que prefiero la experiencia con Oren la
primera vez, en lugar de contigo.
Bueno, cuando ella lo puso de esa manera.
— Sí — le dije.
— ¿De Verdad? Eso es horrible. — Miré a Elisa, sin saber cómo decirle que
acababa de haber sido dejada aquí. Entonces le pregunté a Caroline.
— No puedo creer que acabo de... aquí, en público como esto. Y rompí tu
ropa interior. Juro que la reemplazare. Y... — Las palabras se estancaron
en mi lengua cuando ella levantó la vista.
— Jesús, — murmuré.
— Joder — susurré. ¿No sabía el que estaba tratando de ser un buen chico
y no tocar a su prima... más de lo que ya había?
— Tu casa — susurró.
Ella me miró y solo así, ya estaba duro bajo de nuevo. Maldita sea, no era
por lo general tan fácil. Sabía cómo decir que no, y lo había hecho mucho
últimamente. Pero todos esos meses de no tener relaciones sexuales, de
no ser capaz de empujar en un coño caliente dispuesto, de la necesidad de
ser tocado... que llevaba en mí.
Y, además, se trataba de ella, la propia chica que me había causado
masturbarme más de lo habitual últimamente, desde que la había visto
primero en mi ducha. Desnuda. La química que experimenté a su
alrededor era fuera de serie.
Tenía que conseguirla desnuda otra vez. Un ruido desde arriba nos la hizo
darnos vuelta alrededor y mirar hacia arriba a Mozart, que estaba
tratando de liberar un cacahuete atascado que se había encajado en los
alambres de su jaula.
Luego retorció su cola, tentado cuando ella bajó el maní a través de los
cables, ofreciéndoselo a él. Yo sabía exactamente cómo se sentía. Él
avanzó hacia adelante y se detuvo. Yo contuve la respiración, curioso si la
ardilla en realidad tomaría la nuez directamente de sus dedos. Quería
advertirle de tener cuidado, pero por la forma cautelosa en que se movía,
ella ya sabía. Cuando Mozart enganchó la nuez y despegó, Di un grito
ahogado,
— Mierda. Él realmente lo tomó de ti. Directamente desde tu mano. Elisa
se giró hacia mí, radiante y orgullosa. Su sonrisa me robó el aliento y
antes de que pudiera detenerme, estaba tomando su rostro y besándola.
— Quiero robarlas todas para mí mismo, así nunca serás capaz de sonreír
a alguien más de la forma en que estás sonriéndome a mí en este
momento.
— Aún no.
— Hola.
— Te amo (1) — susurró ella, rasgando sus dedos por mi caja torácica.
Recordando como Remy me había dicho que quería decir buen trabajo,
levanté mi cara y sonreí.
— Gracias.
Pero no has visto nada todavía. Ella parpadeó como confundida. Pero yo
era rápido para mostrarle otra cosa que tenía en el almacén para su
cuerpo perfecto. Besé mi camino hacia abajo, por encima de su ombligo y
hasta el vértice de sus muslos. Reteniendo el aire, ella agarró mi pelo, la
preparándose para cuando empezara. Sonreí hacia ella. Su pecho se movía
mientras respiraba con fuerza y sus ojos marrones parecían brillantes y
desenfocados. Estaba tan excitada que sabía que tenía esto.
Remy
—Hijo de puta —jadeé—. ¡Chinga! ¡Mierda! ¡Oh, Dios mío! Deslizó dos
dedos en mi interior, y grité su nombre mientras mi útero se contrajo casi
doloroso.
—Y sin embargo —murmuró—. Cuando miró en tus ojos, siento como que
podría haber más, mucho. Como si podría ser todo. Lo besé. En serio, no
estaba ayudando. El hombre no podía decirme mierda como esa y no
esperar que me molestara hasta dejarlo sin sentido. Mi lengua se disparó
profunda, y él se hallaba justo allí conmigo, empujándome de vuelta al
colchón y rasgando sus pantalones cortos antes de abrir los condones y
sacar uno con una salvaje intensidad que estaría enfocada en mi pronto,
en mi interior, me arqueé en él, tirando de sus hombros
desesperadamente.
Entonces bajé la mirada, y mi boca se secó mientras lo veía ponerse el
látex sobre su longitud.
Pero mierda. Era grande cuando lo espié blando en el cuarto de hotel en
Chicago. Pero erecto, la polla de Asher era masivamente enorme.
Sin una duda, nunca había tendida una así de grande antes. Me
preocupaba un poco, y me desplacé hacia atrás mientras se inclinó sobre
mí. Se veía tan predador, sabía que iba a ser tomada ruda, no gentil.
Me excitaba tanto como me asustaba. Debió sentir mi aprensión porque
se detuvo e inclinó sus cejas mientras me miraba a los ojos.
— ¿Qué pasa?
Me ahogué.
—Grande.
—Grande —repitió confundido al principio. Entonces sus ojos se
aclararon y lo tradujo—, grande. —Entonces la sonrisa masculina
arrogante reapareció—. Bueno, gracias.
—Se siente más que una follada —jadeó, enterrando sus diez dedos en mi
cabello así podía sostener mi cabeza quieta y mirarme a los ojos—. ¿Qué
demonios eres tomando de mí, mujer? No me hallaba segura si estaba
tomando tanto como él me daba, o más aptó, estábamos intercambiando.
Mi alma por la suya. Fue tan hermoso que mis ojos se llenaron de
lágrimas.
—Te amo —le dije. Pero todo lo que hizo fue asentir.
—Te amo —admití de nuevo. Pero todo lo que dijo fue—: sí, fue bueno.
Fruncí el entrecejo, preguntándome por qué seguía diciendo esa
respuesta a mi gran declaración, hasta que recordé —oh, sí— el yo Sticks
fue quien le dijo que te amo significaba buen trabajo.
Sonreí.
— Realmente eres especial —le dije, pasando de nuevo mis dedos por su
pelo. Pero cuando traté de alejarme, él agarró mi muñeca, haciéndome
jadear. Legañosos ojos verdes se abrieron.
—No te vayas —dijo arrastrando las palabras, volteándome sobre el
colchón justo contra él.
—Bien, él debe haber sido bueno si el nido de ratas en tu pelo dice algo al
respecto.
Era solo sexo. Para ella, la unión de dos cuerpos era solo sexo, sí. Pero
para mí... eso significaba algo. No podría programar mi cuerpo, corazón y
cabeza con la idea de que era solamente un buen momento. Y, además,
nada de lo que había sucedido anoche nunca podría ser clasificado como
solo sexo.
Así que gemí—: No, no era solo sexo. Acabo de agravar mi traición al
doble. Mierda, un triple. Nunca me perdonará cuando se entere. Va a
odiarme.
—Bueno, entonces tal vez será más fácil para él para superar la mentira...
si quiere más de ti. —Cuando me guiñó un ojo, solo gemí.
Parte I
Remy
— ¿Por qué estás tan firme en que vaya? —gimoteé—. Nunca quisiste que
me quedara en la banda en primer lugar.
—Es solo que... —Ondeó una mano en mi dirección—. Dijiste que querías
saber, así que... te estoy dejando saber.
—Oh, gracias a Dios —dijo. Luego ondeó un dedo entre nosotros—. Así
que... ¿estamos bien? Me encogí de hombros.
—Claro. Absolutamente.
Dentro, gemí, ¡No! Todavía era una gran gorda mentirosa, y no merecía ni
un minuto de su amistad. Pero se veía tan feliz cuando dijo—: Genial. —
No podía decirle entonces.
Y la culpa solo creció más fuerte mientras conducía a casa. Realmente,
realmente, realmente tenía que decirle. Todo. Anoche, fui demasiado
lejos, y ahora cada vez que lo veía, iba a querer saltar a sus huesos o
gritarle por mentir.
Jodi no se hallaba cerca cuando volé dentro de mi apartamento, y
realmente la necesitaba para convencerme de esto porque después de
que me quité el traje de Stick, me vestí como Remy —la chica Remy— y
me dirigí al apartamento de Asher... como una chica.
Abrí la boca para decirle que no, que tenía el día libre, pero me agarró la
cara y me besó. Amaba los labios de Asher. Quiero decir, en serio, su boca
mataba las células del cerebro. Las mías ciertamente en un cortocircuito
hasta que estuve apoyada contra él, agarrando sus brazos fuertes y
abriéndome para él cuando buscó entrar en mi boca con su lengua. Gimió
y me levantó, y envolví mis piernas alrededor de su cintura.
—Mierda, lo siento. —Me puso en pie un paso arriba de él, pero seguía
aferrándome a él, besando su cuello y mordiendo la piel para memorizar
cada maldito centímetro de su carne.
Con Asher enterrado tan profundo dentro de mí, nada más importaba. Mi
liberación vino rápido así como la suya. Nuestra combustión simultánea
nos tuvo apretándonos el uno al otro a través de nuestro orgasmo, y luego
murmuró un sonido de conmoción antes de rodar fuera de mí y
deslizándose unos pasos para colapsar en su espalda, lanzando su brazo
sobre su cara y jadear.
Aunque me sentía como masilla, no lo quería desmayado en las escaleras.
Qué lugar horrible para dormir. Así que oscilé hasta que estuve a su lado.
Tomé su brazo y lo ayudé a envolverlo alrededor de mi hombro. Entonces
me empujé a mis pies, tirándolo conmigo.
Él gimió en desagrado, pero se aferró a la barandilla para ayudarlo a
levantarse.
Así que, me quedé. Bostezando, cerré mis ojos y dormí la siesta con él por
un rato, hasta que me desperté en algún momento de la noche con su boca
entre mis piernas, su lengua masajeando mi clítoris y mi cuerpo
inclinándose hacia arriba, ya preparado para explotar.
—Hola, ahí. —Me sonrió, sus ojos verdes aún caídos por el sueño, pero su
sonrisa llena de vida.
Después de que metió una mano dentro, se giró, sonriendo. Mi boca cayó
abierta cuando vi las peludas esposas estampadas de leopardo colgando
de sus dedos.
—No.
Pero entonces una idea me golpeó. Cogí las esposas. Asher levantó sus
cejas a la petición, pero las entregó fácilmente.
Mi sonrisa se extendió grande mientras movía mis cejas y le indicaba que
pusiera sus manos en alto por la cabecera. Frunció sus cejas en confusión
un segundo antes de que se dispararan alto en comprensión.
Parte II
—Santa... —intentó decir y se rindió una gota de sudor cayó por su sien.
Sin dejar de mirarlo a la cara, lo succioné más hasta que tocó la parte
posterior de mi garganta. Sus labios se abrieron pero parecía no poder
hacer más que respirar mientras lo metía unos centímetros más. Aunque
no podía meterlo todo, eso no me detuvo de sacarlo y meterlo de nuevo.
—Dios —jadeó, sus ojos fijos en los míos para ocasionalmente mirar mis
labios aún envueltos alrededor suyo, y regresar a mis ojos otra vez.
Acaricié sus bolas unos segundos y su escroto se endureció bajo mi tierno
cuidado cariñoso. Se acercaba. Pero no quería que terminara en mi boca.
Cuando lo saqué, gruñó pero no discutió. Solo miró, sus ojos acalorándose
mientras yo tomaba la caja de condones, que estaba más de la mitad vacía
hasta este momento.
—Está bien —me dijo, respirando rápido mientras otra gota de sudor
bajaba—. Me comportaré, lo juro. Pero, joder, me encanta este juego. Me
reí, encantada.
—Ay, tienes que estar jugando. —Su voz era alta y sorprendida y con un
montón de lujuria —. Es demasiado bueno para ser real. Pero en el último
segundo, lo miré, le guiñé y los moví hacia mi vagina.
—Maldita sea, pequeña bromista... —Pero la palabra bromista salió como
un gruñido porque fue cuando me senté en él, empalándome
completamente—. Mierda. Bien. Eso tampoco está tan mal. Joder.
Ninguno se movió para quitarle las esposas, todavía. Creo que a los dos
nos gustaba estar así. Sus pestañas se movieron, diciéndome que se
estaba poniendo soñoliento.
Le sonreí y acaricié su barbilla, y sus labios al tiempo.
—Tú todavía no lo sabes —me dijo, con la voz de sueño—. Pero voy a
conservarte. Vamos a hacer que funcione, con barrera de idioma o no.
Porque nunca nada ha sido así de asombroso.
Sus ojos verdes estaban tan llenos de tanta sinceridad, que tuve que
cerrar los míos y presionar mi cara a un lado de su cuello.
Una vez afuera en el aire frío, troté a mi auto, a unas calles, donde lo había
dejado el día anterior. Lágrimas nublaron mi visión mientras encendí el
motor, pero seguí adelante.
Llegué a casa antes de que me diera cuenta—mierda—no podía
simplemente dejarlo ahí esposado en su cama. Así que busqué mi teléfono
en mi bolsa y lo llamé.
Sabía que no podría responderme, pero imaginé que “Sticks” podría
intentar entrar en contacto con él, y llegar a su apartamento para echarle
un ojo, para asegurarse de que su padre no lo había matado o algo. Y
mierda, ahora que lo pensaba, me maldije.
¿Qué demonios estaba pensando dejándolo atrapado en un punto cuando
su loco padre seguía cerca? ¿Qué si su viejo lo encontraba así, y lo
lastimaba? Dejé su apartamento completamente sin seguro.
Estaba a punto de colgar y entrar en mi habitación para cambiarme por la
ropa de Sticks cuando Asher realmente contestó, sorprendiéndome
demasiado.
—Suena bien. Pero, eh, pregunta rápida primero. Genial. Aquí viene.
—No importa —dijo de pronto—. Sé que tengo unas por aquí. En algún
lado. ¿Puedes solo... venir y ayudarme?
—Aquí abajo.
Hubo alivio en mis hombros y bajé los escalones de dos en dos. Logró usar
sus piernas para cubrir su regazo con las sábanas, pero olvidé cuán
expuesto lo había dejado.
Pero... Diablos. El chico era puro arte.
—Ni siquiera voy a preguntar, El aire salió rápido de sus pulmones antes
de que murmurara agradecido—: Gracias,
Asentí.
Pero cuando lo miré, esa mirada sospechosa cruzó su rostro. Sus ojos ya
no estaban llenos de confianza y calor. Era la cachetada para regresar a la
realidad que necesitaba.
Y tal vez ahora se quedaría alejado de “Elisa” para bien, aunque la sola
idea me hizo querer llorar por dentro. Agitó la cabeza, frunciendo el ceño.
Lo miré, insegura de qué más podría decir, a menos que escupiera una
gran confesión. Lo que, claro, no hice, Agitó la cabeza, obviamente
confundido.
— ¿No estás molesto de que fuera a tus espaldas y estuviera con ella de
todas formas?
Nuestras dos noches juntos iban a ser unos de los mejores recuerdos que
tuviera—. O sea, como dije, eres por quién me preocupaba desde el inicio.
Si querías seguir con eso y tomar tus oportunidades de todas formas, es...
—Insegura de cómo decirlo o siguiera si debía decirlo, murmuré—:
Además, tengo el presentimiento de que no... La molestaste.
—Si no quieres comer ahora, está bien —dije, esperando que se negara.
Necesitaba un par de horas lejos para regresar mi cabeza al juego. Pero
dijo—: No. Vamos. Necesito salir de aquí un par de horas. Supongo que
también para aclararse la cabeza.
Quería dejar su mente en paz más que la mía, así que lo llevé a la pizzería
más cercana porque justo entonces, haría lo que fuera por él. Ambos
comimos en silencio perdidos en nuestros pensamientos.
No habló de lo que pensaba o de lo que planeaba con “Elisa”, por lo que
estuve agradecida. Cuando lo dejé de nuevo en su casa, me dio las gracias
y salió del auto.
Luego me dijo que era un verdadero amigo. Me sentí perdido luego de
eso. Ya no podía seguirlo haciendo. No podía seguir manteniendo este
secreto, no podía mentir, no podía llevar una doble vida.
Necesitaba saberlo él, y lo necesitaba más que yo mantenerlo oculto. Iba a
doler cuando me echara de su vida, pero iba a tener que lidiar con ello.
Solo realmente, realmente no quería estar ahí cuando se entrará de la
verdad aunque era mejor que lo escuchara por mí.
Mañana, me prometí. Lo llamaría en la mañana, y le diría todo.
35
Parte I
Asher
— ¿Qué?
—Jesús, no puedo creer que todavía sea demasiada gallina para solo
decirte.
—Ten —advertí.
— ¿Eh?
Ten solamente hizo una mueca mientras se limpiaba la cara y negaba con
la cabeza.
Pick me despidió con la mano. Envié una última mirada hacia Ten,
conmocionado y herido que no le presté atención todo este tiempo. Luego
me fui.
No llamé a Remy. No estaba seguro de si podía hablar con él ella en este
momento y escucharlo mentirme un segundo más. En su lugar, llamé a
Gally y lo engatusé para obtener el número de Jodi con la promesa de que
no iba a tener sexo con ella. Ella respondió a la segunda llamada.
— ¡Oh! Bueno, seguro. —De repente sonaba aliviada y entrecerré los ojos
porque sabía que me estaba mintiendo —. En ese caso... —Mientras decía
su dirección, me subí a mi motocicleta.
—Nada —contesté—. Mentí. —Luego saqué una mano del bolsillo para
empujar su puerta, haciéndole saber que iba a entrar.
Pero lucía como una típica sala de estar en la que cualquiera podría vivir.
Así que me dirigí a un pasillo cercano y comencé por la primera puerta
medio abierta que vi.
Y fue entonces cuando lo vi. Una máscara de látex colgando del estribo de
la cama. Una máscara con la cara de Sticks en ella. Lo agarré y de
inmediato estornudé. Pero en lugar de arrojarla a un lado, coloqué mis
dedos alrededor de ella, sosteniéndola con fuerza.
En la puerta, Jodi había conseguido su teléfono y estaba escribiendo un
texto. Esnifé y sacudí la cabeza.
No pensaba que estaba enojado con exactitud. Bueno, algo cabreado, pero
en su mayoría sólo confundido. No podía entender por qué... ¿por qué iba
a pretender ser un hombre? No tenía ningún sentido. ¿Y por qué no sintió
que podía decirme?
Pensé que Sticks y yo nos habíamos acercado tanto que él – ella podía
confiar en mí como yo confié… Oh, demonios. De repente me acordé de
toda la mierda que le conté desde que nos conocimos. La mayor parte era
probablemente cosas que no le habría admitido a una mujer, como lo
mucho que me encanta comer un coño y, ¡oh, Jesús! La traté como si fuera
uno de mis amigos, llamándola hijo de puta y perdedor, y gilipollas.
Santa madre, nunca llamaría a una mujer por cualquiera de esos nombres.
Y entonces me acordé de hablarle sobre la chica de la camiseta de
Incubus. Mi cabeza en realidad se sacudió por todo el lugar con eso.
¡Hablé con ella acerca de ella! ¿Por qué no había dicho nada? Sabía cómo
reaccionaba a la chica de la camisera de Incubus, cómo la busqué durante
meses. O espera. ¿Supo cómo la busqué? Tal vez no mencioné esa parte.
Sólo traté de expresar lo mucho que quería que terminara toda esta dura
experiencia, así que tal vez la hice sentir como si no pudiera decirme
porque le hice creer que no quería tener nada que ver con ella como una
mujer.
Pero nada de eso explicaba por qué se fue de incógnito como un hombre
en primer lugar. Al final del pasillo, la puerta del apartamento se abrió y
alguien dijo—: Hola, prostituta. Estoy en casa y traigo comida. Helado de
chocolate doble con caramelo.
Me ayudarás mucho a comer esto.
35
Parte II
—Eh… sí. —Jodi me lanzó una mirada cautelosa como si creyera que le
iba a cortar la garganta o algo si respondía mal—. En tu habitación, puta.
No tenía idea de lo que había estado esperando, quizás que estaría vestida
como Sticks con la máscara puesta, a pesar de que yo sostenía la jodida
máscara en la mano.
Pero la última cosa que esperé ver fue a… Elisa. Mi boca cayó abierta ante
la sorpresa, mi mandíbula se tensó, pero ninguna palabra salió. Sus ojos
ensanchados con una mirada de pánico se movieron hacia Jodi, luego de
regreso a mí. Cuando su atención cayó en la máscara que apretaba en mi
mano, se giró de nuevo hacia su compañera de cuarto.
—Ya lo sabe —susurró Jodi con una mueca de simpatía. Remy, Elisa o
quienquiera que fuese, se giró de regreso hacia mí.
Ella extendió una mano hacia mí, con preocupación atada a sus facciones.
— ¿Necesitas sentarte?
— ¿Qué?
— ¿Chica roquera Punk? —susurré con horror. ¿Ella era la chica roquera
punk, también?—. ¿Esa eras tú? Cuando asintió, tiré mis brazos al aire y
resoplé. Pero por supuesto. Era simplemente mi suerte que la mayor
mentirosa en el planeta terminara siendo las tres mujeres por la que
había estado soñando y fantaseando últimamente.
Jodidamente perfecto.
—Como sea. —Rodé los ojos y pasé mis manos por mi cabello, intentando
enderezar todo en mi confusa cabeza—. Entonces, inventaste a “Sticks”, el
baterista gay, para entrar en la banda… —Me detuve abruptamente para
hacer una mueca porque de repente entendí que Sticks no existía.
Todas las rondas de Call of Duty que jugamos, las bromas, el escribir
canciones juntos, toda la mierda con la que me ayudó y las veces que me
cubrió las espaldas.
Recordé la noche en Chicago cuando él —ella— había estado listo para
defenderme con nada más que un gas pimienta y un silbato, y una flecha
de dolor me atravesó. Sticks, mi amigo, se había ido para siempre.
Y por qué demonios no se me había ocurrido que el gas pimienta y un
silbato eran los clásicos preventivos de violación, una protección
femenina. Era un jodido idiota.
¿De esta manera? Así que pensaba que exageraba, ¿eh? Rodé los ojos.
Genial.
Cuando solo levanté una ceja, diciéndole que lo intentara de nuevo, ella
apretó los dientes y gruñó—: Ni siquiera sabía que esa canción existía
hasta después que me uní a la banda, y Ten me dijera sobre eso.
Ella se encogió.
—Después de que leí la letra, sabía que era una clara posibilidad de que
yo fuera esa chica, sí.
—Jodidamente increíble.
Pasé mis manos por mi rostro y me tuve que voltear porque era
demasiado difícil mirarla y no ver a Elisa, no recordar cada detalle de todo
lo que habíamos hecho en la cama.
Miré a Remy, quién parecía haberse encogido aún más en sí misma como
si esperara que físicamente la atacara. Había estado dentro de esta mujer,
la había visto desnuda, tocado, saboreado, tenido el mejor sexo de mi vida
con ella. Había soñado con algún tipo de futuro con ella y en realidad
pensé que habíamos comenzado algo grande. Pero todo había sido una
mentira.
— ¿Y Elisa? —susurré.
Su boca cayó abierta ante la sorpresa como si eso fuera la pregunta más
ridícula que alguien alguna vez la había hecho.
Cuando ondeó una mano para abarcarme desde la cabeza hasta los pies,
siseé una risa áspera.
—Cierto.
—Lo digo en serio. —Su rostro palideció a la vez que me observaba, como
si entonces supiera que no importaba lo que me dijera, todo entre
nosotros se había terminado—. Lo último que quería hacer era
enamorarme de ti.
Demonios, después de que un cantante principal de mierda de una banda
aplastara mi fe en los hombres por completo, esperaba despreciarte
totalmente. Pero luego te llegué a conocer, y yo… bueno, es un testamento
de lo increíble que eres por romper el estereotipo en el que te había
puesto, y en realidad hiciste que me gustaras.
—Bueno, realmente debe apestar ser tú, porque en este momento, en
cambio yo no soy muy fan tuyo. Jesús, en realidad ni siquiera sé una
maldita cosa sobre ti. Eres una completa jodida extraña para mí.
—Sí me conoces —rogó—. Sabes todo lo que hay que saber sobre mí.
Todo lo que te dije cuando era Sticks, esa era todo yo.
—No. —Negó con la cabeza una vez más—. Ambos todavía existen. Sticks
y Elisa todavía están aquí. —Golpeó sus manos sobre su pecho—. Solo que
son una persona ahora. Solo es Remy.
Esta vez era mi turno de sacudir la cabeza y decir—: No. La única persona
que estoy viendo es una jodida mentirosa. Me di la vuelta para salir
rápidamente por la puerta cuando ella llamó—: ¡Espera! ¿Qué hay de
mañana?
— ¿Qué?
Maldición.
—Si todavía estás dispuesta, Pick te necesita. —Me las arreglé para decir
renuentemente a través de mis dientes apretados, deseando que le
pudiera decir vete a la mierda en cambio. Pero no podía hacerle eso a mi
hermano, quien contaba en que alguien tocaría “Baby Love” para que él
pudiera bailar con Eva.
Ella asintió.
Luego ubiqué mi cuaderno de letras y tenía que lanzar eso al otro lado de
la habitación también. La canción que había escrito con ella de repente se
sentía como una gran broma. Ácido cubrió mi lengua. No podía creer que
ella me había engañado completamente.
— ¿Mozart? —dije. A pesar de que sabía que él no estaría allí, revisé cada
centímetro de toda su jaula. Luego me giré hacia la cama, su escondite
favorito—. Mozart —lo llamé, poniéndome sobre mis manos y rodillas
para buscar debajo del colchón.
Remy
Me mato.
No creo que nadie en la vida comience una historia, pensando que iban a
terminar como villanos. Ellos solo sabían que tenían un objetivo que
conquistar y trataban de llegar a él.
Yo ni siquiera tenía un objetivo que valiera la pena, sin embargo. Ninguna
vida que salvar, ninguna lucha por justicia o libertad, había sido
plenamente egoísta, queriendo sentir que pertenecía a una banda. Y aun
así, cuando había hecho todo para alcanzar ese sueño, termine pisoteando
otro sueño que ni siquiera me había dado cuenta que era mucho
mejor…hasta que fue demasiado tarde.
En algún punto, Asher debe haber alertado a Heath y Gally del hecho de
que no estaríamos tocando en Forbidden al otro día, y porque.
Porque los mensajes comenzaron a aparecer cerca de la media noche. La
mayoría eran de Gally. ¿Eres una jodida chica? ¿Qué carajos? Qué manera
de separar una banda, perra. Solo querías ser la siguiente Yoko Ono, ¿no?
Y el último: oye, si eres caliente, ¿quieres engancharte?
El único que recibí de Heath decía, ESTO es porque era una mala idea tener
a una chica en la banda.
Así que llore un poco más porque había arruinado las cosas para todos los
chicos. En algún punto, me dormí, pero solo para despertar unas cuantas
horas después y volver a mi fiesta de autocompasión antes de
desmayarme de nuevo.
Gally se rio de mí, su mirada yendo a mis piernas desnudas—. ¿Así que tú
eres el verdadero Sticks huh? Parece que necesitas volver a ponerte tu
mascara, dulzura. —entonces salió, todo engreído y asqueroso.
Sus palabras aun escocían, así que mi mano voló conscientemente hacia
mi cara, sabiendo que debía lucir como el infierno después de la noche
que había tenido. Cuando la puerta de Jodi se abrió de nuevo, apreté los
dientes—. No puedo creer que trajiste a ese idiota aquí a nuestro
apartamento anoche.
Él es un total… ¿Heath? Mientras otro miembro de NonCastrato salía al
pasillo, mi boca cayó abierta. Si mi mandíbula no hubiera estado fijada,
hubiera caído y rebotado en el piso—. ¿Qu…como…huh? —tropecé.
Se ruborizo de un brillante rojo, pero entonces asintió hacia mí con
respeto antes de apresurarse hacia la puerta y huir.
Mire boquiabierta en su camino, totalmente no entendiendo. Momentos
después, Jodi salió a la sala, quejándose de músculos adoloridos y
estirándose mientras dejaba salir un gran y satisfecho bostezo—.
Mmm…días.
— ¿Qué? No. Uh…yo preferiría que me explicaras ¿Por qué ambos, Gally y
Heath acaban de salir huyendo de tu habitación?
—Seguro. —ella se dio la vuelta con una sonrisa brillante, antes de saltar
y decir—. Oh, puta. Luces como el infierno.
En verdad necesitas una ducha y hacer algo con tu rostro. Apretando los
dientes, murmure—. Enfócate, mujer. Gally y Heath.
—Oh, correcto. Bueno, ellos seguían peleando por mí, así que…—se
encogió de hombros—. Solo les enseñe como compartir.
—Oren como que la jodio con Asher anoche también, así que estamos
aquí para aliarnos contigo y descubrir como ambos pueden volver a su
lado bueno.
Esnife, seque mi cara y mire a Ten—. ¿Así que la jodiste también, huh? El
deja salir un disgustado suspiro antes de admitir—. Sip. Tuve que ir y
traer a la luz algún viejo asunto que ni siquiera me molesta más…solo
porque podía.
— ¿Es por eso que tienes un ojo negro? Asintiendo, repitió—. Sip.
—Joder sí. —Ten froto sus manos juntas con codicia mientras entraba y
cerraba la puerta detrás de el—. Mi mujer metiéndose a la ducha con otra
chica; esto va a resultar asombroso de ver.
—Tú vas a quedarte aquí, —le advirtió Caroline con sus cejas
arqueadas—. Además, estoy segura de que ella será capaz de ducharse
sola. —Entonces se dio la vuelta hacia mí y se mordió el labio—. ¿O no?
Me encogí de hombros.
—Porque voy a tener una mejor oportunidad de ser perdonado por ser un
culo con el sí está obteniendo algo de ti.
—Lo que sea. —Resoplo Ten—. El sexo resuelve cualquier cosa con un
chico.
Asher
—Ahora, no voy a cantar “All About That Bass” esta noche porque…
bueno, Asher está cansado de escucharla, en primer lugar. Y también, se
siente cursi recrear mi interpretación original. Así que voy a tocar algo un
poco diferente, y desde que este lugar no tiene una música de karaoke
para esa canción en particular, traje mi guitarra para que me ayude.
—No sabía que tu novia podía tocar la guitarra y la batería —dijo Quinn a
mi lado mientras miraba a Remy comenzar a cantar “Green Eyes” de
Coldplay.
—Porque yo tampoco tenía idea de que pudiera tocar. Pero ella tocó
increíblemente bien.
Aun así. No podía creer que ella estaba ahí cantando… para mí. Tratando
de rogar por mi perdón. Claro, otras mujeres habían estado cantando “All
About That Bass” para mí durante meses. Pero esta era Remy. Eso hacia
toda la diferencia. Pero empecé a pensar en cada confianza que había
compartido con ella, como había desahogado mi corazón y ella a cambio
solo mintió.
La amargura de ese engaño combatió contra la parte de mí que se estaba
derritiendo y quería perdonarla. Me di vuelta mientras ella terminaba la
canción, alegre de que haya acabado—no más guerra mental para
mantenerme alejado.
Pero luego ella fue y dijo —: Oh, no. Lo siento, cariño, pero estoy
estableciendo mis pequeñas tácticas obstructivas. Estoy quedándome
aquí y cantando hasta que el mensaje que estoy tratando de entregar
llegue a los oídos que quiero que lo escuche.
No estoy dejando este escenario hasta que el mismo Asher Hart suba
hasta aquí y me obligue.
Giré para mirarla justo cuando espantó a tres mujeres que estaban
tratando de tomar su turno después. Cuando se volvió de nuevo hacia el
público, su mirada atrapó la mía y guiñó un ojo con esta sonrisa cómplice,
como si supiera que estaba llegando a mí.
Odiaba que me conociera tan bien, así que le fruncí el ceño, poniendo mis
manos en mis caderas para mostrarle que no me hacia ninguna gracia.
Pero ella felizmente me ignoró mientras empezó ”The Reason” de
Hoobastank, donde me decía que lamentaba haberme lastimado y que
deseaba poder quitar todo mi dolor.
Por un minuto, miré fijamente, cautivado por su belleza y su voz, por las
palabras que me estaba diciendo. Luego recodé cómo deliberadamente
me hizo pensar que no sabía inglés y me empecé a preguntar qué en el
infierno estaba haciendo ella ahí, tratando de torturarme con su presencia
cuando llegó el coro, y finalmente se volvió claro.
Ella realmente pensaba que con solo cantar… me iba a tener de vuelta.
Entrecerré los ojos siniestramente, pero ella solo siguió cantando, así que
di vuelta, mascullando algo a Quinn antes de salir pitando detrás del bar y
por el pasillo trasero. Una vez que alcancé el almacén, caminé de un lado a
otro y maldije en voz baja, obligándome a mí mismo a no ser afectado.
Después de un par de minutos, abrí la puerta para ver si una nueva
canción había empezado. Respiré con más facilidad cuando me di cuenta
de que lo había hecho, pero luego… escuché su voz.
Ella todavía estaba ahí arriba, esta vez cantando “Please Forgive Me” de
Bryan Adams. Cristo. Había un montón de jodidas canciones de disculpa;
ella podría cumplir su palabra y cantar toda la noche. Si no paraba esto
ahora, podría terminar haciendo algo realmente estúpido, como
perdonarla.
Así que marché hacia el bar, determinado. Cuando capté la vista de Pick
sentado en un taburete, mirando su actuación, me detuve a su lado.
Abrí la boca para decirle que era su maldito bar; él la podría echar a
patadas si quisiera, pero luego sonrió.
—No, no quiero verte sufrir. Quería ver a mi hermano hacer las paces con
alguien que ha sido un buen amigo con él el mes pasado y lo hizo muy
feliz en el proceso.
La testaruda mujer no sabía cuándo rendirse, ¿no? Así que perseguí sus
letras con “Better Things to Do” de Terry Clark. Por alguna razón,
esperaba una determinación más enojada de ella. Como que me estaba
metiendo en el juego, disfrutando del tira y afloja e impaciente de
escuchar con qué saldría a continuación.
Pero la tristeza se arrastró en su mirada mientras me observó cantar y
escuchó las frases amargas salir de mi boca. Hombros cayendo con
derrota, ella asintió con comprensión y se apresuró a salir del escenario.
Mientras unas veinte mujeres aplaudieron, Remy huyó. Chocó con Jodi
después de unos pasos, luego agarró el brazo de su amiga y se
apresuraron a salir del club.
Extrañamente decepcionado incluso aunque no quería perdonarla, sacudí
la cabeza y me alejé del micrófono, ya sin tener ganas de cantar. Luego
salté del escenario e irrumpí a través de la multitud hasta que me
encontré a mí mismo de vuelta en el almacén, yendo de un lado a otro
hasta que la puerta se abrió, y Pick se deslizó adentro. Rechiné los dientes
y sacudí la cabeza, de ninguna manera dispuesto a hablar sobre esto.
Me encogí de hombros.
—Ella sacó un buen disfraz. No tenía idea de que en realidad era una
mujer. Y guau, ella se ve… realmente diferente como una mujer. No hay
razón para que te sientas como un idiota y pensar que deberías haberlo
averiguado antes. Nadie más se dio cuenta tampoco.
—Asumo que ella te dio una razón para hacer lo que hizo —Habló Pick,
haciéndome parpadear porque me había olvidado de que estaba ahí.
Aspiré y miré lejos.
—No lo sé. —Puse mis manos en mis caderas y miré al techo, indeciso.
Como que creía las razones por las que había empezado toda esta farsa
porque honestamente, ¿por qué más se habría vestido como un tipo? No
podría haber sido para acercarse a mí después de enterarse de que ella
era la chica de la camiseta de Incubus, puesto que habría tenido mucha
más suerte consiguiendo cualquier cosa de mí si se hubiera quedado
como mujer.
¿Podría perdonarla? ¿Podría volver a ser solo su amigo como lo había sido
con Sticks? ¿Podría ser su amante otra vez? Mi cuerpo se agitó ante esa
idea, pero rápidamente aparte esos pensamientos, porque no estaba
seguro de mis respuestas. El mayor problema era… ¿Podría vivir sin ella?
— ¿Qué?
1, 2, 3, 4 y 5: Español original
38
Asher
Supongo que la conoció por primera vez en este edificio, así como aquí me
enteré de que él era mi hermano, y aquí fue la primera vez que vi a Remy
sobre el escenario. La vida se sentía como si hubiera comenzado
verdaderamente el día en que puse un pie en este lugar… en este
momento, era el último sitio en el que quería estar.
―Nada que perdonar, hombre ―le dije―. Como dijiste, ahora estamos a
mano.
Joder no. Pero pude haber empuñado mis manos mientras se movía más
cerca de ella. Demasiado cerca. Al tiempo que Remy le respondía, sus
manos se movía de manera ostentosa, y me encontré a mí mismo
deambulando hacia ellos, incapaz de mantenerme lejos.
Ella no vio que me aproximaba, su espalda aún se encontraba hacia mí
mientras le recitaba rápidamente al chico mierda en español. Pero él me
dio un vistazo, y su mirada sobre el hombro de Remy hizo que ella se
volteara para mirarme también.
― ¡Asher! Eh, ¿Qué haces aquí? Se suponía que me mantuviera lejos de ti.
Miré sus ojos cafés, amplios y preocupados. Cuando no dije nada pero
cambié mi atención hacia el chico con la mano aun en su brazo, ella se
aclaró la garganta y dio un paso lejos de él así podía presentarlo.
Asentí hacia Tomás, negándome a creer que era alivio inflando mi pecho
mientras mis músculos tensos se relajaban.
― ¿Mal? ¿Por qué piensas que algo está mal? ―Le lanzó a su primo una
mirada rápida antes de regresar a mí.
Abrí mi boca para decirle que no la odiaba. Pero luego me detuve. ¿Se
suponía que la odiaba después de decirle que nunca quería nada que ver
con ella de nuevo, después de rechazarla de la forma en que lo hice
anoche? Una sensación incómoda se deslizó por mi columna.
Inseguridad y culpa mezcladas con nostalgia. Tanto como quería
mantener mi rabia y dolor, realmente no podía odiarla completamente.
¿Fue totalmente apresurado alejarla? Demonios, no me gustaba esta
sensación de querer estar cerca de ella y aun no confiar todo lo que
quería.
― ¿En serio? ―Su rostro se encendió con entusiasmo mientras llevaba las
manos hacia el pecho y miraba al otro lado del bar―. Ayy… me encantan
tus amigos. Ya sabes, deberías escucharlos. Quieren lo mejor para ti.
―Oh, vaya. ¿Por qué no pensé en esa idea? ¡Sí, giré el maldito interruptor
de energía!
Suspiré.
Sí, en eso definitivamente era Sticks, paranoica sobre mi viejo y todo eso.
― ¿Cómo esto tiene que ver conmigo? ―Levanté el cable―. Fue hecho
claramente contra Pick.
―La máquina del karaoke ―dijo―. Hay un pequeño parlante allí. Eso
funcionará. Sacudiendo la cabeza, me reí a carcajadas.
― ¿Qué? ¿Vas a cantar karaoke toda la noche? Esta recepción podría durar
horas. ―Se agotaría.
―Lo siento ―murmuramos juntos cuando casi nos golpeamos las frentes.
Luego nos apartamos un centímetro, pero aun así ambos fuimos a
conseguir prender la máquina y a que funcionara.
―Es, eh… Eva me lo dio como regalo para el padrino. Supuse que debía
usarla hoy.
La miré, sin estar seguro de qué pensar porque honestamente, estaba tan
decepcionado como aliviado por sus palabras.
Escaneé la gente. Todos mis amigos del bar estaban presentes. Incluso
Mason, Reese y su hermana Sarah vinieron. Usando su vestido de dama de
honor, Reese se mantenía alrededor de su prometido, frotándole el brazo
como tranquilizándolo, y Brant Gamble sentado junto a la silla de ruedas
de Sarah diciendo algo que sacó una reacia sonrisa de los labios de la
chica.
Aunque sabía que debían estar sufriendo la pérdida de la madre de
Mason, esperaba que esta noche los ayudara a animar un poco sus
espíritus. Vagando con mi mirada, le sonreí a Julian y a Skylar, que corrían
en círculos alrededor de la pista de baile, haciendo que los globos volaran
sobre ellos.
Remy
—Oh.
Sin embargo, siguió mirándome como si yo hubiese hecho algo mal, así
que dije—: ¿Se suponía que debía cantar algo más? Sacudiendo la cabeza,
murmuró—: No. Eso fue perfecto. Gracias de nuevo por hacer esto por
Pick.
Extendió la mano como si fuera a acariciar mi brazo y tal vez decirme que
era un amigo de verdad, como solía hacer cuando lo ayudaba con algo,
pero luego frunció el ceño, retirando la mano, y se dio la vuelta para
alejarse.
Lo observé, con las manos en los bolsillos, que levantaban la parte
posterior de su chaqueta y ajustaban el pantalón contra su culo. Maldita
sea, él se veía bien con esa ropa.
Era difícil creer que lo había tenido desnudo y debajo de mí una vez en mi
vida.
Bebí agua y miré el baile, la risa y la camaradería. Pero sobre todo observé
a Asher. Él encajaba con este grupo. Sus compañeros de trabajo lo
empujaban y se reían continuamente, bromeando. Era agradable.
Se veía feliz. Lo que me puso contenta, y a la vez triste porque yo nunca
tendría la oportunidad de hacerle feliz.
Cuando llegó el momento para el lanzamiento del ramo, Reese y Felicity
llevaron a Sarah en la silla de ruedas hasta el centro, y ellas le ayudaron a
atrapar las flores.
— ¡Bien! —Ella aplaudió y dio un salto hacia adelante para darle un beso
en la mejilla—. Eres el mejor cuñado de todos. Ahora ve a cantar primero
mi canción.
Era extraño, estar de pie tan cerca de él cuando sonaba tan increíble, olía
tan bien y se veía tan bien mientras cantamos juntos sobre sexo, todo
siendo consciente de que nunca podría volver a tocarlo.
Me encontré echándole vistazos mientras yo cantaba unas pocas frases
significativas, solo para también encontrar su mirada en mí. Mantuvimos
el contacto visual durante el resto de la canción, y no había manera de que
pudiera evitar que mi excitación me reclamara con toda su fuerza para el
momento en que las últimas palabras dejaron nuestros labios.
Él exhaló un suspiro, mirándome fijamente, antes de decir—: Una más.
Pero en cambio, dijo—: Está bien, escuchen. —Hizo un gesto con la mano
para llamar la atención de la multitud—. Pick me dijo que no tenía que
darle un discurso de padrino, pero he tenido suficiente de beber así que
creo que voy a hacerlo de todos modos.
Hizo una pausa, esperando que las risas murieran antes de comenzar de
nuevo.
—Vine a este establecimiento hace poco más de un año, sin banda, sin
familia real de la que hablar, y sin amigos verdaderos. Pero gracias a
Patrick Ryan, he ganado los tres.
Si no fuera por ese hombre de allí —señaló a Pick—, yo habría renunciado
a todos los sueños que he tenido.
Mi banda habría muerto en sus días de cochera, no habría llegado a
conocer a todos esos camareros imbéciles con los que trabajo y amo a
muerte... ni me habría enamorado de todas sus encantadoras
mujeres. —Se inclinó hacia su grupo de amigos—. Y yo nunca me habría
enterado hace un par de meses que tenía una verdadera vida, un hermano
de sangre. Pick. —Él empuñó su mano y la levantó como una especie de
saludo—. Me siento honrado de ser el hermano pequeño de un hombre
increíble como tú... y estoy celoso de la esposa magnífica e increíble, y
niños que tienes.
— ¿Qué demonios?
Miré detrás de él, una pequeña sonrisa levantando mis labios. Pero,
maldita sea. Él recordaba mi alergia y me salvó. Mi héroe.
Sin embargo, una pequeña parte de mí esperaba que ella tuviera razón.
Volví al micrófono y canté un par de canciones más. Ya que Big T tenía
que abrir el restaurante a la mañana siguiente, él se fue temprano, pero
me pareció bien.
Yo me estaba divirtiendo demasiado como para importarme si mañana
me quedaba hasta sin voz. Y, además, un par de otras personas se
hallaban dispuestos a darme un descanso y probar suerte en el karaoke.
Entonces Asher lo señaló y se rió—: No, él quiere cantar. Solo estoy aquí
para hacer la parte de Akon... y para ver cómo Noel le patea el culo.
Levanté mis cejas, luego me reí y sacudí la cabeza.
Así que les pasé el micrófono y preparé la canción para ellos. Tan pronto
como Ten cantó la primera oración, cubriendo la parte del dúo Lonely
Island, un Noel indignado gritó—: Hijo de puta —mientras marchaba
hacia adelante.
Asher se inclinó, riendo tanto que apenas podía cantar sus líneas. Pero se
enderezó para el final, e incluso arrastrando las palabras, su voz era
hermosa.
Sin embargo, verlo pasar un buen momento era duro. Era egoísta de mi
parte querer ser la única en hacerlo sonreír, pero yo no podía evitarlo.
Estaba loca por este hombre.
—Lo sé. —Extendió sus brazos y miró las piernas oscilantes—. Es como
una especie de milagro.
Por supuesto que no, no podía llevar a Asher a casa. Él estaba todo dulce y
borracho. ¿Qué pasa si yo no podía evitarlo y terminaba abusando de él
sexualmente?
— ¿No puedes llevarlo tú? —le pregunté, rogando con mis ojos. Pero Ten
solamente sonrió.
—Diablos, no. Mi plan es darle sexo oral a Caroline mientras ella lleva mi
culo borracho a casa.
Remy
—Te veías muy bien esta noche —me dijo desde el asiento del copiloto de
mi auto—. ¿Te he dicho antes lo bien que te veías?
—De nada. Sin embargo, es la verdad. Eras la mujer más hermosa en todo
ese club. No le digas a la novia, pero estabas incluso más bonita que Eva. Y
conseguí estar en este auto completamente a solas contigo en este
momento. Maldición, soy un bastardo con suerte.
Oye... —dijo arrastrando las palabras mientras rodaba la cabeza contra el
asiento para poder mirarme—. ¿Sabes algo?
Aire silbó por entre sus dientes apretados. Luego se acercó y apenas rozó
mi pierna desnuda con sus dedos.
— ¿Y?
—Así que, obviamente olvidaste o que sientes por mí. Soy tu persona
menos favorita en el planeta en este momento, ¿recuerdas? Te
arrepentirás en la mañana.
—Sé exactamente lo que siento por ti, Remy. Aún estoy bastante enojado
sobre lo que hiciste, y no sé si alguna vez te perdonaré, pero aún te deseo.
—Su mano acarició más arriba en mi muslo, deslizándose entre mis
piernas—. Y te extraño.
— ¿Por qué? Quieres esto tanto como yo. —Encontró mi punto G, frotó el
dedo en contra de él, una y otra vez.
Lancé el cráneo contra el reposacabezas del asiento, Apreté los dientes
contra el creciente placer. Pero, Dios. Él sabía exactamente dónde tocar.
Dios, ¿cómo podría olvidarlo? Era una de las razones por la que me
hallaba aquí con él de nuevo, cuando sabía bien que no debería.
Agarrando su mano con más fuerza, le advertí—: No te atrevas a
intentarlo esta noche. Estas demasiado borracho para manejarlo ahora.
Asher se rio entre dientes.
—No te preocupes. Te quiero en una cama para todas las cosas que he
planeado.
Extendiendo la mano, con la parte trasera de sus dedos frotó las copas de
sujetador. No era tan intenso como el contacto piel a piel, pero todavía me
hacía temblar y tenía los pezones animándose con la atención.
Luego me quitó el sujetador y se inclinó para aspirar una doliente punta
en la boca. Me arqueó, gritando y apretando mis manos para no poder
romper su regla y enterrar mis dedos en su cabello. Pero luego se movió
hacia abajo, agarró con una mordida las bragas y las jaló por mis piernas.
Cuando su lengua lamió mi sexo, no pude evitarlo. Agarré puñados de
todo ese cabello suave y sexy, apreté mis caderas contra él, montado su
cara con olvido. Cuando se incorporó, limpiándose la boca y sonriéndome,
me estremecí con un agitado y feliz suspiro, amando lo revuelto que se
encontraba su cabello.
Aprecié cada pequeña confidencia con la que alguna vez me alimentó. Sus
ojos verdes parecían tristes mientras me miraba y posó la mano sobre su
cadera. Todavía se hallaba completamente vestido, pero pude ver su
excitación elevando la parte frontal de sus pantalones. Tenía que
admitirlo, que nunca tuve a un chico en esmoquin haciéndome sexo oral.
Era como algo con clase.
—No. Volví para decirle la verdad, porque odiaba hacer que pasaras por
otra aventura de una noche. Pero luego me besaste, y... — Negué con la
cabeza, haciéndole saber que el resto era historia.
—Así que mi boca tiene algún tipo de, poder místico de control mental
sobre ti, ¿eh?
—Todo lo que tienes que hacer es sonreír, y es bastante seguro que estoy
muerta.
—En serio. —Sus labios forman una sonrisa complacida—. ¿Cómo está?
—Maldita sea —dijo con voz áspera—. Siempre me tomas por completo.
He tenido mujeres que me piden que no empuje toda dentro porque no
pueden tomarla. Folladas vacías y superficiales.
Pero tú no. Nunca tú. —Se inclinó, sus labios cerniéndose sobre los míos
mientras se movía lentamente dentro de mí, empujando hasta el fondo
antes de retirarse para poder sumergirse de nuevo.
Luego me besó.
Gemí mi negativa y cerré los ojos con fuerza antes de enterrar mi cara en
su cuello. Pero Asher ahuecó la parte posterior de mi cabeza con una
dulzura que no esperaba.
—Dios —abrí la boca antes de gritar—: ¡Oh, Dios mío! Asher... Juro que se
desmayó en el mismo instante en que terminó, porque permaneció
inmóvil encima de mí, con la frente apoyada en mi hombro. Pero luego me
acarició la espalda y se movió.
—Sí.
Cerré los ojos y me dije que esto no significa que me perdonó. Nada de la
belleza que acababa de ocurrir entre nosotros significaba nada.
Aún se encontraba borracho. Él podría, y probablemente lo haría,
lamentar todo por la mañana. No debería hacerme ilusiones. Pero
mientras me acurrucaba de nuevo en él, suspiré y comencé a tener un
sueño cómodo. Justo antes de que dormirme, murmuré—: Te amo. —En
Inglés.
Remy
Dormí más de lo que pretendía. Pero estaba bien, Asher todavía estaba
inconsciente, respirando profundamente a mi lado.
Tenía un montón de tiempo para escaparme antes de que él se
despertara. Salvo que perdí un par de segundos mirándolo con total
asombro, incapaz de creer que había conseguido una noche más con él.
Mi mirada vagó hacia abajo, sobre sus dorados hombros desnudos donde
las sábanas blancas se encontraban metidas hasta debajo de sus axilas.
Me gustaba saber que él era una persona que dormía en su lado de la
cama. Yo era una persona que dormía solo en un lado de la cama, también.
Tal vez en alguna realidad alternativa, podríamos dormir cada uno en sus
lados de la cama juntos, acurrucados en todo nuestro sueño.
Pero en esta realidad, él todavía estaba enojado conmigo por ser una
maldita mentirosa, y él sólo había dormido conmigo porque había estado
borracho y demasiado cachondo. Y yo realmente tenía que salir de aquí
antes de que lo despertara y agitara el nido entero de avispas.
No quería saber si él estaba enojado conmigo por haberme aprovechado
de su estado de embriaguez anoche. No, iba a terminar esto con una
hermosa y feliz nota, con él durmiendo pacíficamente y mi cuerpo todo
deliciosamente adolorido por nuestro reciente acto sexual.
—Sí— dijo. Su voz aún ronca, se sentó y se pasó la mano por el pelo para
acunar los lados de la cabeza.
Pero… sí. La realidad era una perra. Y en la realidad, él hizo una mueca,
recordándome que debía estar sufriendo de una resaca y recién se hallaba
verdaderamente sobrio por primera vez en horas.
Sobrio y consciente. Lo cual era la razón para escabullirme fuera y
permanecer lejos de su cama y delicioso cuerpo... antes de que me diera
una patada y me gritara por ser una vagabunda que no podía mantener
sus manos fuera de él cuando se hallaba vulnerable y fuera de sí.
Dejó de agarrarse la cabeza y dejó caer las manos a su regazo para que
pudiera mirarme. Cuando él no dijo nada, me moví de nuevo, poniéndome
más incómoda que nunca. Mirando hacia el techo, me aclaré la garganta y
le pregunté:
—Se ha ido.
— ¿Qué quieres decir ido? —La pequeña criatura había estado tan llena
de vida, y Asher había cuidado de él muy bien. No podía simplemente...
morir. ¿Cierto?
— ¿Y no crees que lo habrías visto correr hacia fuera entre tus piernas
cuando abriste la puerta?
Me di la vuelta lentamente.
—Porque es un matón. A los matones les gusta rascar y sacar las costras
hasta que llegan a la carne de la herida debajo.
Rara vez vienen hacia uno con un asalto de frente si no están
completamente seguros de que son más grandes y más fuertes y se
pueden ganar. Ya no eres un niño de siete años, por más tiempo; él está
tratando de encontrar tus debilidades.
Y probablemente no mató en el acto a Mozart, ¿porque quién coño en
realidad podría atrapar esa pequeña cosa astuta para matarlo? ¿Por qué
molestarse siquiera tratando cuando sería igual de devastador para ti el
solo hecho de que ha desaparecido?
Y me di cuenta de que era devastador para él. Sus ojos verdes se iban
cerradas con el dolor mientras miraba en el lugar donde la jaula de
Mozart había estado colgada. Realmente le debía de haber disgustado si
ya había quitado todo... muy doloroso de ver.
Suspiré.
—Oh, bueno, perdón por estar un poco confuso. Pero me lastimaste peor
que cualquier otra persona, y eso me asusta como la mierda.
Nadie ha llegado a estar tan cerca de mí sin que yo esté tan
completamente consciente de ello antes. Así que lo siento si me está
tomando más tiempo del que te gustaría para averiguar si realmente
puedo confiar en ti.
Parte I
Asher
¿No entiende que nunca había sido otorgado con la oportunidad de amar
y ser amado antes? No como esto. Era una mierda.
Y saber que todo comenzó con una mentira y la confianza rota... ¿qué
hombre en su sano juicio le daría a eso otra oportunidad?
Supongo que un hombre desastroso y loco, que solo quería a su mujer de
cualquier forma que pudiera tenerla. Porque un segundo después, lancé
mis sábanas y agarré el primer par de pantalones que encontré, los
pantalones de vestir de anoche para la boda. Sujetándolos, corrí por las
escaleras. Para cuando me metí en el callejón, se había ido. Todo lo que vi
fue el parachoques trasero de su coche mientras giraba fuera del callejón.
Con un suspiro, pasé las manos por mi cabello y me giré para volver a
entrar al apartamento. Necesitaba ponerme más ropa, tal vez tomar un
par de analgésicos y beber alrededor de un litro de agua antes de
perseguirla.
Pero antes de que pudiera dar un paso para entrar, un extraño animal
desde un contenedor de basura cercano me hizo detenerme y echar un
vistazo por encima.
Esperaba ver una rata, así que cuando una ardilla de aspecto desaliñado
con el pelo muy enredado incluso su cola, salió como una flecha del
contenedor de basura, casi me enfado conmigo mismo.
— ¿Qué... Mozart?
Tenía que serlo porque corrió directamente hacia la puerta abierta y saltó
dentro, saltando por las escaleras hasta desaparecer en mi apartamento.
Demonios, era la única que quería llamar y contarle. Y eso me dijo todo,
ahí mismo. Así que, mintió. Tuvo una razón y nunca fue herirme. Se
disculpó y realmente lo sintió.
Podría superar eso. Porque, joder, la amaba. Reconociendo esto, casi al
instante provocó esta sensación de liberación dentro de mí. Alegría corrió
a lo largo de mi piel, y arranqué los pantalones para tomar una ducha
rápida. Iba a recuperarla.
Como que corrí hasta aquí sin un plan. Ella fue toda épica y se puso ahí
fuera, cantando canciones para mí frente a cientos de personas para
hacerme volver y todo lo que sabía decirle era:—No me arrepiento de
ello.
Las cosas terminaron bien entre Pick y yo. Aquí también podrían acabar
bien las cosas. Y extrañamente, sentía como si estuviera una vez más
arriesgando todo lo importante en mi vida solo para construir una
relación con alguien. Pero esta chica valía la pena.
Esperaba que Remy estuviera allí, así que parpadee confundido cuando
Gally salió al pasillo. Se encontraba muy ocupado abrochando su cinturón,
estaba casi sobre mí antes de darse cuenta de me encontraba en su
camino. Jalando sus pantalones cortos, alzó la cabeza.
—No te preocupes, Hart —La voz de Gally irritó mis oídos—. La dejamos
agradable y ahuecada para ti. Diviértete.
No me detuve a pensar en ello. No creo que fuera posible contemplar ni
siquiera pensar en este momento. Sólo quería hacerle daño al idiota
bastardo. Hacerle sangrar y gritar profundo de dolor... de la manera que
me dolía. Con un rugido salvaje, me lancé a él, empujándolo contra la
pared.
Le golpee en un ojo y habría ido hacia el otro, pero Holden me tiró detrás
de él. Eso solo me molestó más. Traté de pegarle también, pero usó mi
propia táctica contra mí y me inmovilizó contra la pared apretando su
antebrazo en mi garganta para frenarme.
Luché, me moví y empujé hacia él para salir, pero el bastardo era más
grande, lo que me hizo gruñir de rabia frustrada. Si tan sólo pudiera tener
el tamaño de Knox o Quinn, o incluso Noel, le hubiera derribado en este
momento
Sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, pero su pelo estaba
gratamente despeinado, de tener mis manos en ella anoche, se encontraba
jodidamente hermosa, tomé un segundo sólo para recuperar el aliento.
Detrás de nosotros, la puerta de su piso se abrió.
Cuando miré, vi a Jodi asomarse curiosamente al pasillo, vestida solo con
un corto y sedoso abrigo, que estaba atado lo suficientemente suelto para
mostrar que no llevaba mucho debajo, cerré los ojos y maldijo en voz baja.
Parpadeó, frunció el ceño y luego miró entre Gally, Holden y Jodi antes de
que sus ojos se ensancharan con sorpresa.
— ¿Así que asumiste que estaban ahí dentro visitándome? ¿En serio?
Guau, eso debe haber sido un trío de dos minutos porque que te vi hace
veinte minutos.
Abrí la boca para negar mi exabrupta suposición, pero maldita sea... tenía
razón. Sin saber cuándo mantener la boca cerrada, Gally se pavoneó hacia
adelante, lamiendo sus labios mientras miraba el vestido de Remy.
—Eso en realidad no es una mala idea. Te ves mucho mejor que hace unos
días... Remy. ¿Por qué no le enseñas a Holden y a mí el interior de tu
cuarto ahora?
Cuando dio un paso más hacia ella, gruñí y lo empujé hacia atrás.
—Jodidamente retrocede.
—Lo siento —su mirada cayó sobre sus dedos repartidos sobre los latidos
de mi corazón.
Vi sus pestañas revoloteando mientras presionaba apenas un poco más
fuerte contra mí, como si tratara de imprimirse dentro de mí antes de
quitar su mano. Lo que pude haberle dicho era que ya se encontraba
bastante impresa en mi corazón. Pero Gally rió.
—Oh, así que eran follamigos, ¿eh? Dime, Hart. ¿Intentaste entrar en sus
pantalones antes o después de que descubriste que era realmente una
chica?
Apreté los dientes, porque ella estaba fuera de la banda cuando les mandé
esos mensajes, pero ahora cambié de opinión.
Mire a Holden, todavía tenía que dar su opinión, pero podía ver por su
expresión, que seguiría los deseos de Gally. Apoyando mis piernas dejé
unos centímetros de separación e hice mi posición.
—Bien. Lo que sea. Sin embargo ella hace cualquier drama para nosotros,
y estoy fuera. —Mientras salía furioso, arrastrando más drama con su
pequeña salida furiosa que jamás había visto ni en Remy, Holden asintió
una vez conforme y siguió a Gally.
Los vi irse, recordando lo que acababan de hacer, juntos, con Jodi, y sacudí
la cabeza, perplejo
42
Parte II
— Así que, uhm... sí. Una vez más, me quedo aquí de pie torpemente entre
ustedes dos. Entonces… Voy a dejar de hablar... otra vez. —Y desapareció
dentro, cerrando la puerta, dejándome a solas con Remy.
Remy se estremeció.
—Por desgracia, sí. —Entonces vio la bebida que había dejado en el poste
de la escalera en la parte superior. Agarrándola, tomó un sorbo y luego
me miró con recelo—. ¿De verdad luchaste con ellos para mantenerme en
la banda?
Yo de repente no estaba seguro de qué hacer con mis manos, así que me
las metí en los bolsillos.
—Maldita sea —murmuró, apretando los ojos—. Sí, eso solía ser lo que
más quería en el mundo." Mis labios se arquearon con satisfacción.
Mi pecho se hinchó.
Ella hipo y luego rápidamente se presionó los labios con los dedos, sus
grandes ojos mirándome como si no pudiera creer lo que estaba oyendo.
—Entonces…
—Fue porque te sentías tan familiar. —Me incliné hacia delante y puse la
frente contra la suya —. Como si te conociera y tú me conocieras; no
entendía en ese momento que había una razón para ello.
Pero también me puse en contacto con Elisa, sin necesidad de hablar
realmente con ella porque yo ya estaba haciendo la parte de acompañar
de una relación que me encontraba deseando... de Sticks. Su alter ego
cumplió mi necesidad emocional, por lo que lo único que quedaba que
quería era intimidad, y luego te entregué eso también, así que realmente...
me diste todo lo que más quería. No podía imaginar que todo venia de la
misma persona.
Me quedé inmóvil, todavía dolorido por eso. Pero aun así... no puedO
arrepentir.
—Ese tenía que ser mi mayor engaño de todos. Quiero decir, más o menos
me dijiste cómo atraparte. Dijiste que te gustaba perseguir. Y yo no tenía
la intención de despertar al cazador en ti, pero sabía…
—Pensé que habías dicho que no podías resistirte a mí ni a mi boca
místicamente potencia —le corté, sonriendo hasta que la hice sonrojar.
Mi risa la calló.
—Pero…
—No. Shh. —Presioné mi boca con la suya, y sí, funcionó. La callé. Y sabía
muy bien también.
Quería ir más profundo, besarla más, pero había una cosa más que decir
antes de perderme en el placer que era Remy Curran—. No me arrepiento
—prometí—. De nada.
¿Ahora vas a dejar de tratar de discutir conmigo sobre esto, mujer? ¿O vas
a aceptarlo y venir a casa conmigo para poderte mostrar mi sorpresa, y
luego hacerte el amor durante el resto de la tarde?
Ella parpadeó una vez, luego dos veces, sus ojos marrones amplios, con
esperanza antes de que murmurar—: Vale, llévame a casa contigo
43
Remy
— ¿Fuera? ¿Regrese? —Con el ceño fruncido, rodé hacia él, solo para
jadear cuando lo encontré nodesnudo. En vaqueros y una camiseta de
color negro, se veía demasiado sexy... pero aun así.
¿Se iba?
—Por supuesto, voy a cuidar de la ardilla por ti. No voy a dejar que nada
le suceda a tu preciado. Con los labios curvados en una sonrisa inmediata,
se zambulló para un beso rápido y satisfecho.
Él nunca le había dicho esas palabras a una mujer, y yo sentía una especie
de alegría de que estuviera indeciso. Eso me hacía saber que cuando
finalmente lo dijera, significaría más. Hasta entonces, yo estaba
completamente de acuerdo con ser paciente y jugar a la esclava sexual
hasta que se sintiera lo suficientemente cómodo para decirme.
Con un gemido, apartó su la boca de la mía, pero luego presionó nuestras
frentes.
Sonreí.
—Por Dios, de verdad iba a ser rápido, ¿no? Mmm... Más rápido. ¡Más
duro! No sé si al final entendía algo de mi español, o si simplemente se
daba cuenta de lo que mi cuerpo quería, porque él me lo entregó,
lanzándose dentro de mí, llenándome con una alegría física que estalló
justo debajo de mi piel y me hizo venir, pero también de una calidez en mi
corazón que me hizo cerrar los ojos y aferrarme a él mientras me seguía
con su propio orgasmo.
Sin embargo, un castañeo me hizo mirar por encima del hombro desnudo
de Asher para ver a Mozart de pie sobre sus patas traseras en el extremo
de la cama, mirándonos.
Grité por la sorpresa y le lancé la camiseta que seguía arrugada en mi
mano. Asher se agitó encima de mí y se sentó para mirar atrás y ver lo que
había hecho.
—Estoy tan feliz de que ustedes dos se lleven bien. Crucé los brazos sobre
mi pecho y lo miré terminar de vestirse.
***
Le dejé irse cinco minutos más tarde con una sonrisa tonta y aturdida en
su rostro, y un chupetón en el cuello.
—No sé cómo diablos no te da urticaria con esas cosas. Los frutos secos
son terriblemente asesinos.
Comí otro chocolate, pero por alguna razón, hizo que se me acelerara el
pulso... o tal vez no era el bombón, pero me sentí muy rara de repente.
Dejando de masticar mi cuarto —o este era el quinto— chocolate,
parpadeé rápidamente cuando la sala se fue de lado.
Un poco desconcertada porque uno nunca había llegado tan lejos antes,
busqué mi bolso, pero no podía recordar dónde lo había dejado. Traté de
mirar alrededor de la habitación, pero apenas podía ver nada. Mi
respiración empeoró. Con voz áspera, dije el nombre de Mozart, no muy
segura de que podía hacer él; ¿buscar mi bolso por mí? Pero me alegré de
que al menos estuviera aquí conmigo.
Mis pulmones se paralizaron porque ya no podía meter el oxígeno, y creo
que empecé a vomitar, pero me sentía tan débil, y mi piel estaba tan fría y
húmeda, que solo me acosté en el piso de Asher, temblando.
Asher
—No, sigue adelante, hombre. Tengo esto. —Hice un gesto a Quinn para q
se vaya y ayudé a Mandy con su coche.
Una vez que ella estuvo lista para irse, esperé hasta ver q en realidad
podía conducir su automóvil fuera del estacionamiento, me subí a mi bebé
y me dirigí a mi familiar callejón oscuro.
—Jesús —grité, moviendo mis pies para esquivarla, no del todo seguro de
qué demonios hacía corriendo alrededor de la base de mis pies y luego
alejándose de nuevo.
Pero ¿un bombón? ¿Qué? Empecé a investigar cuando sólo unos pocos
pasos más adelante revelaron una mano humana extendida en mi piso
asomándose desde el otro lado del sofá.
—Oh Dios... ¡Remy! —Corrí hacia ella, lanzándome sobre mis rodillas
junto a la figura inmóvil. Su rostro estaba irreconocible, hinchado con una
erupción de color rojo con manchas. Pero tenía que ser ella; tenía las
rayas púrpuras en el pelo.
—Oh Jesús. No. —La atrapé en mis brazos y apreté su cuerpo inerte en mi
pecho, preguntándome qué demonios había sucedido—. Remy, despierta.
Háblame. ¿Qué pasa?
—Hay pulso —dije en voz alta, sin hablar con nadie más pero con la
necesidad de decirlo de todos modos.
—Sí, inconsciente —dije—. Está toda hinchada y... sí, hay una erupción.
Después de un momento, la mujer me dijo—: Suena como una reacción
alérgica.
— ¿Cuántas comió Mozart?—. Hay una caja vacía de tal vez dos docenas
de bombones aquí. Deben haber tenido algún tipo de ingrediente con
maní en ellos.
—Colócala la espalda —me dijo—. Levanta sus piernas y cúbrela con una
manta.
—Sí, pero tenemos que hacer algo ahora. Si la reacción es tan grave como
describes, puede tomar quince minutos con ella sin ningún tipo de
tratamiento antes de que muera.
Cuando clavé la aguja en el muslo de Remy, cerré los ojos y recé. Por
favor, por favor, por favor funciona.
Había encontrado a mi mujer. No podía perderla ahora. Uno, dos, tres
segundos pasaron, y luego Remy jadeó. Mis ojos se abrieron de golpe,
justo cuando ella se movió, tratando de rodar sobre su costado. Tosiendo,
jadeó de nuevo.
Estuve sentado allí unos diez minutos, esperando que alguien viniera y
nos dejara volver a verla pronto, cuando vi lo que parecía ser su primo
Tomás precipitándose en la sala de espera, seguido de una versión
anterior de él, probablemente el tío Alonso y una viejita, quien me
imaginé que tenía que ser su abuela.
—Yo... —Me puse de pie y le tendí una mano—. Asher Hart, señor. Soy…
amigo de Remy. El hombre más viejo resopló burlonamente a mi mano.
—Yo, uh... En realidad, ella estaba en mi casa. Llegué a casa del trabajo y la
encontré inconsciente en el suelo. El servicio de emergencias me explicó
como inyectarle su EpiPen.
Su padre frunció el ceño y dijo algo en español, que sólo hizo a su hijo
encogerse, respondiendo con algunas palabras. Entonces el tío de Remy
se giró hacia mí parpadeando, como si no estuviera seguro de cómo
recibirme ahora.
—Tal vez su ex. Ese vocalista en la banda. ¿Cuál era su nombre? —Por un
segundo, pensé que se refería a mí. Pero luego elevó el dedo.
Mi boca se abrió.
— ¿Braden Fisher? ¿Ella salía con él? —Miré a Jodi, quien se encogió y
asintió, antes de que me girara para observar a Tomás, quien rodó los
ojos.
— ¿Lo conozco, verdad? Pero no puedo verlo con ganas de lastimarla por
cualquier motivo. Él fue quien la engañó y… Cuando sus ojos se abrieron
como si estuviera a punto de decir demasiado, suspiré y dije—: robó la
letra de su canción. Si lo sé.
Traté de pensar en alguien más que estuviera enojado con ella por
cualquier motivo. La única persona que se me ocurrió era yo, pero luego
volví mis pensamientos a Gally y Holden... que se vieron obligados a
aceptarla en su banda.
Pero cuando miré hacia ellos, Gally dijo con voz aburrida—: ¿Así que
conseguiremos sexo esta noche por ser caritativos y venir aquí a ver cómo
estaba? Bueno, Gally y Holden probablemente no la envenenaron.
Me gire con un suspiro de frustración, pero alguien al acecho en el pasillo
me llamó la atención.
—Oye —le grité. Miró hacia atrás, y sí, allí estaba mi padre. Hijo de puta.
— ¿Fuiste tú? —pregunté—. ¿Le diste esos chocolates? Se rio, con una
sonrisa sangrienta.
Asher
El medico había ido y venido, haciéndonos saber que Remy estaba mejor,
la inflamación se redujo y sus vías respiratorias se encontraban
despejadas de nuevo. Descansaba pacíficamente.
Asentí. Suspiró
—Él fue tras ella por mi culpa. Casi muere esta noche, Pick. Ella…
—Pero no lo hizo.
Sentía un nudo en mi garganta, así que tuve que aclararla y apartar los
ojos mientras Pick siguió hablando.
Remy
Por el momento, sólo quería escuchar a Asher tocar para mí. La melodía
era inusual, recordándome un montón a “Hey There Delilah” de Plain
White T’s… y sin embargo un poco diferente.
No pensé que la hubiera escuchado antes. Y entonces empezó a cantar.
—Te amo — dijo. Lágrimas de felicidad llenaron mis ojos. Pero luego
sacudí la cabeza
—Realmente no tienes que decir eso solo porque casi me muero. Tú…
— ¿Lo hacías?
Asintió, luego se inclinó hacia adelante y apoyó la frente en mi brazo.
—Te amo. Eres mi nena, mi chica (1). Una sonrisa estalló dentro de mí
Pero Asher dijo: —Se tuvo que ir. Refunfuño algo sobre tener que cubrir
tu turno en el restaurante ya que tu culo perezoso no iba a trabajar por la
mañana… sus palabras.
Sonreí.
—Tu tío y tu abuela estaban aquí también. Junto con Jodi y… Gally y
Holden.
— ¡Oh, Dios mío! —Solloce con abrumadora alegría mientras una lágrima
de felicidad se deslizaba por mi mejilla—. Podrías decirme cosas como
esas todos los días.
—Eso planeo, mi nena. Eso planeo —Se inclinó, viéndose con la intención
de besarme de nuevo, pero luego se detuvo e hizo una mueca—. Pero
probablemente debería decirte primero que… estabas en lo correcto
sobre mi padre
Remy
—No puedo creer que tengamos que ir a ver a mis patéticos amigos, y no
puedo llevarte directamente a la cama. Te ves muy bien con este conjunto.
—Ahora, ahora, señor Hart —advertí con una sonrisa, golpeando mi nariz
contra la de Asher—. Tío Alonso nos dijo explícitamente que nada de eso
hasta después de la boda.
Asher gimió y presionó su frente con la mía.
—Tu tío está jodidamente delirando. Hemos estado saliendo desde hace
cuatro años, te he dado un anillo, y estamos viviendo juntos.
¿Él de verdad cree que no hemos…? Presioné un dedo contra sus labios
mágicos.
—Joder, no. —Asher resopló justo antes de arrastrar una hilera de besos
en mi cuello—. Pero tampoco voy a permanecer célibe durante un mes
hasta que estemos debidamente casados.
—Todavía no puedo creer que tío Alonso nos dijo nada de sexo hasta la
boda. — Tomando mi mano, Asher comenzó a jugar con mi anillo de
compromiso—. Nunca voy a agradarle, ¿verdad?
—Remy, tu tío te ama. Me reí y rodé los ojos, a pesar de que mi pecho se
apretó con la idea.
— ¿En serio? —Bueno, tal vez yo no era tan aborrecible para mi tío. Vaya.
Rocé mi boca con la suya—. Debes desear mucho tener sexo esta noche.
—Claro que sí. Sí, lo quiero, a pesar de que cada palabra que digo es la
verdad. Es imposible no amarte, Remy Elisa Curran, casi Hart.
— ¿Estás segura?
Solo asentí y sonreí. Sacudiendo la cabeza, él acunó mi nuca.
—Ves, por esto voy a casarme contigo. Sería un desastre perdido sin mi
organizada Remy. Después de otro suave beso, él gimió y se apartó.
— ¿Qué? ¿No estás lista para ser tía? —Probablemente más lista que tú,
cariño. —Le dio un beso en la mejilla y se alejó—. Ahora entren aquí. Se
están perdiendo toda la diversión.
El resto de los chicos nos saludó con la mano, mientras tanto Zoey y
Quinn como Felicity y Knox permanecían acurrucados en sus asientos,
luciendo demasiado acogedores para levantarse y saludarnos. Los brazos
de Felicity estaban llenos con su paquetito de alegría, de todos modos.
Mason le murmuró algo a Pick, haciéndolo reír, y Ten permaneció sentado
en el medio del piso con la cara enrojecida y... ¿qué demonios? ¿Tenía
lágrimas en los ojos?
Pero unos meses más tarde, Mozart se hinchó antes de tener a tres
pequeños bebés. Supongo que yo no había sido la única haciéndose pasar
por un chico, después de todo.
Fin