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ORIOL JUNQUERAS VIES

NIS 2017014561
CP. Madrid-VII (Estremera)

A LA SECRETARÍA GENERAL DE INSTITUCIONES PENITENCIARIAS

ORIOL JUNQUERAS VIES, mayor de edad, interno en el Centro


Penitenciario Madrid-VII (Estremera) en situación de prisión provisional y
con NIS 2017014561, ante esta Ilma. Secretaría General de Instituciones
Penitenciarias comparezco y como mejor proceda en Derecho, DIGO:

Que por medio del presente escrito vengo a solicitar TRASLADO al Centro
Penitenciario de Brians-II o, en su defecto, al Centro más próximo al de mi
domicilio habitual y donde residen mi esposa e hijos, sito en la localidad
de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), en base a las siguientes

ALEGACIONES

PRIMERA.- CONSIDERACIONES PREVIAS

Me encuentro en situación de prisión provisional en méritos del Auto de


fecha 2 de noviembre de 2017 del Juzgado Central de Instrucción nº3 de la
Audiencia Nacional en las Diligencias Previas 82/2017, causa actualmente
acumulada a la Causa Especial 20907/2017 de la Sala Segunda del
Tribunal Supremo.

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Mi domicilio habitual, tal y como consta en mi expediente personal, es el
sito en Sant Vicenç dels Horts, calle , en la provincia
de Barcelona, a más de 600 kilómetros de distancia del Centro
Penitenciario, donde resido habitualmente con mi esposa e hijos.

Declaré el pasado día 16 de abril de 2018 ante el Instructor del Tribunal


Supremo en declaración indagatoria (artículos 382 y ss. LECr) por lo que
no existen a día de hoy diligencias de instrucción que impliquen mi
intervención personal.

Mediante resolución del propio Tribunal Supremo de fecha 12 de enero de


2018 el Magistrado Instructor dictaminó no autorizar mi traslado por
razón de mi condición de parlamentario aunque expresamente establecía
que dicha denegación para comparecer a la Sesión de Constitución del
Parlament de Catalunya se efectuaba sin perjuicio de que tal reclamación
pueda ser cursada a la autoridad penitenciaria competente.

No existe, por tanto, óbice procesal ni penal alguno para que pueda ser
trasladado a otro Centro Penitenciario, existiendo de hecho una
resolución judicial (la anteriormente citada) que delega en esta Ilma.
Administración la posibilidad de analizar dicho traslado de acuerdo con la
legalidad vigente.

SEGUNDA.-

Conoce perfectamente esta Ilma. Secretaría General las consecuencias


que el encarcelamiento tiene no sólo para el interno sino también para su
entorno familiar. Más allá de la evidencia de los peligros de desarraigo del
preso y de mi condición de preventivo, que serán debidamente tratadas
en alegaciones posteriores, lo cierto es que actualmente […]

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Es de público conocimiento que las situaciones de estrés emocional
afectan al individuo y pueden generar secuelas irrecuperables, pero sobre
todo con relación a los menores de edad las experiencias emocionales
generan una “huella biológica”, máxime cuando se relacionan con sus
figuras parentales, de tal forma que la relación directa, regular, próxima y
estable de los menores con sus padres es un elemento fundamental de su
salud física y emocional con efectos en el futuro.

Existen datos hoy día para creer que el distanciamiento con mis hijos les
está repercutiendo de forma negativa e inmerecida, sobre todo cuando no
existe ningún obstáculo para que pueda estar en situación de prisión
provisional en instalaciones próximas a mi domicilio familiar.

TERCERA.- DERECHOS DEL RECLUSO

La filosofía que inspira la institución de la prisión provisional parte de la


necesidad de respetar la presunción de inocencia y aminorar las
consecuencias que pudiera tener en el preso, más allá de las
estrictamente vinculadas a la situación de privación de la libertad
deambulatoria, de la misma forma que la prisión provisional en sí misma
está dotada de la nota de excepcionalidad y debe tomarse teniendo en
cuenta la repercusión de la medida sobre el investigado (502.3 LECr).

Distintas normas establecen la necesidad de recordar la vigencia de la


presunción de inocencia de los presos preventivos, como por ejemplo el
artículo 5 de la Ley Orgánica General Penitenciaria (en adelante LOGP), y
desde otro punto de vista lo enuncia la Regla 95.1 de las Reglas
Penitenciarias Europeas del Consejo de Europa (en adelante RPE) cuando
establece que el régimen penitenciario de los internos preventivos no debe

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estar influenciado por la posibilidad de que los interesados sean un día
reconocidos culpables de una infracción penal.

De acuerdo con las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el


Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela) los reclusos en
espera de juicio gozarán de la presunción de inocencia y deberán ser
tratados de forma consecuente con dicha presunción (Regla 111).

A la presunción de inocencia, como regla preeminente y de obligado


recordatorio para el caso que nos ocupa, se añade al elenco de derechos
que se atribuyen y de los que gozan todos los internos. De distintas formas
se enumeran y recuerdan en los textos legales aplicables los derechos de
los internos en centros penitenciarios, centrándose en la conservación de
todos aquellos que no estuviesen suspendidos por ley.

Como principios de la institución penitenciaria y su actividad encontramos


el de la orientación a asimilar (en la medida en que se respeten las
finalidades de la reclusión) los presos a las personas en situación de
libertad, y la prohibición de cualquier discriminación o restricción
injustificada de derechos.

Según el artículo 3 LOGP la actividad penitenciaria se ejercerá respetando,


en todo caso, la personalidad humana de los recluidos y los derechos e
intereses jurídicos de los mismos no afectados por la condena, sin
establecerse diferencia alguna por razón de raza, opiniones políticas,
creencias religiosas, condición social o cualesquiera otras circunstancias de
análoga naturaleza y asimismo lo recuerda el artículo 4 RP.

No puede la medida de encarcelamiento tener más consecuencias


aflictivas que las necesarias, ni su cumplimiento puede devenir en una

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restricción desproporcionada o excesiva de derechos individuales
compatibles con la situación de encarcelamiento.

Según el artículo 3.2 del Reglamento Penitenciario (en adelante RP) los
derechos de los internos sólo podrán ser restringidos cuando lo dispongan
las leyes y el artículo 3.3 RP establece como principio inspirador del
cumplimiento de las penas y medidas de seguridad privativas de libertad
la consideración de que el interno es sujeto de derecho y no se halla
excluido de la sociedad, sino que continúa formando parte de la misa. En
consecuencia, la vida en prisión debe tomar como referencia la vida en
libertad, reduciendo al máximo los efectos nocivos del internamiento,
favoreciendo los vínculos sociales (…).

En las RPE (aplicables a los presos preventivos en virtud de su regla 10.1)


se establecen como principios básicos (reglas 1 a 3) que:

- Las personas privadas de libertad deben ser tratadas de una manera


respetuosa con los derechos humanos.
- Las personas privadas de libertad conservan todos los derechos que
no les hayan sido retirados por ley, por la sentencia condenatoria a
pena de prisión o por el auto de prisión preventiva.
- Las restricciones impuestas a las personas privadas de libertad
deben limitarse a lo estrictamente necesario y ser proporcionadas a
los objetivos legítimos que se pretendan conseguir con ellas.

Y de conformidad con la Regla 5 la vida en prisión debe ajustarse lo


máximo posible a los aspectos positivos de la vida en el exterior.

De acuerdo con las Reglas Nelson Mandela la prisión y demás medidas


cuyo efecto es separar a una persona del mundo exterior son aflictivas por
el hecho mismo de que despojan a esa persona de su derecho a la
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autodeterminación al privarla de su libertad. Por lo tanto, a excepción de
las medidas de separación justificadas y de las que sean necesarias para el
mantenimiento de la disciplina, el sistema penitenciario no deberá
agravar los sufrimientos inherentes a tal situación (Regla 3).

Dichas reglas recuerdan la necesidad de reducir al mínimo las diferencias


entre la vida en prisión y la vida en libertad que tiendan a debilitar el
sentido de responsabilidad del recluso o el respeto a su dignidad como ser
humano (Regla 5) y son de aplicación a los presos preventivos según se
establece en su Observación Preliminar 3.1 y deberán aplicarse de forma
imparcial (Regla 2).

Como recuerda constantemente en su jurisprudencia el TEDH la


Convención no se detiene ante las puertas de la prisión puesto que los
internos gozan de todos los derechos fundamentales de la Convención
excepto el derecho a la libertad (STEDH Hirst c. Reino Unido).

Desde BECCARIA se defiende que la pena de prisión no vaya más allá de


aquellos gravámenes cuya necesidad sea inevitable. En mayor medida
deberá asegurarse que la restricción de derechos sea sólo excepcional y
proporcionada respecto de aquellas personas privadas de libertad de
forma preventiva.

CUARTA.- DERECHOS DE LOS MENORES LLUC Y JOANA

Tengo dos hijos y más allá de la necesidad de favorecer los contactos con
mi esposa, las consecuencias más funestas de mi separación respecto de
mis hijos se derivan de la corta edad de éstos y la necesidad de hacer
esfuerzos para evitar afectar a dicha relación paterno-filial en la medida
de lo posible dada la situación de prisión. Después de 6 meses de
encarcelamiento y con las escasas posibilidades de relación derivadas del
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sistema de visitas de convivencia y familiares, los derechos de los menores
a gozar de su salud física y emocional podrían verse seriamente
comprometidos dados los datos que actualmente se manejan y que
constan documentados en la alegación precedente.

Es de conocimiento de esta Administración que cualquier actuación que


desarrolle (de la misma forma que sucede en las actuaciones judiciales)
debe venir presidida por la preservación del interés del menor, cuando un
menor esté concernido, de acuerdo tanto con la legislación nacional como
con la internacional válidamente adoptada por España.

Así lo establece, entre otros instrumentos internacionales, el artículo 3 de


la Convención de los Derechos del Niño (en adelante CDN) según el cual en
cualquier medida concerniente a los niños que tomen las instituciones
públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a
la que se atenderá será el interés superior del niño.

Una de las manifestaciones más evidentes de la necesaria tutela del


menor y que se recoge en el preámbulo de la CDN es el convencimiento
de que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural
para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular
de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder
asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad.

El niño, según la Convención, debe crecer en el seno de la familia, en un


ambiente de felicidad, amor y comprensión.

A nivel estrictamente europeo la protección del derecho a la vida familiar


y los derechos de los menores se encuentra en distintos instrumentos y
preceptos, así en los artículos 7 y 24 de la Carta de Derechos
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Fundamentales de la Unión Europea (derecho a la vida familiar y derechos
del menor) o el artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos
(respeto a la vida privada y familiar). Este último derecho se configura
como un derecho convencional susceptible de amparo ante el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, siendo reiterada la jurisprudencia que
analiza las situaciones de desplazamiento de presos y presos preventivos
de su núcleo familiar con análisis de las situaciones de desprotección del
menor víctima indirecta del encarcelamiento de un progenitor (Saleck
Bardi c. España de 24 de mayo de 2011, Messina c. Italia de 28 de
septiembre de 2000).

Dada la anterior regulación resulta de importancia capital evitar la


separación familiar de menores y padres y así el artículo 9.1 CDN
establece que el niño no será separado de sus padres contra la voluntad
de estos, a excepción de cuando la separación fuera precisamente en
interés del menor.

Y con especial mención a la situación de la separación entre menores y


progenitores en situación de encarcelamiento se pronuncian tanto la
Resolución 63/241 de la Asamblea General de la ONU (2009) como las
Reglas de Bangkok relativas a reclusas y mujeres delincuentes (Naciones
Unidas, 2010) y muy recientemente la Recomendación del Consejo de
Europa de 2018 sobre los hijos de los detenidos donde se establece, entre
otras consideraciones, la necesidad de proteger a los hijos de los reclusos,
garantizar sus derechos y evitar su discriminación frente a los hijos de
personas en libertad, y ejecutar aquellas medidas que protejan derechos
e intereses de los menores cuyos progenitores se encuentren en prisión.

QUINTA.- DERECHO A LA PROXIMIDAD GEOGRÁFICA

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La materialización práctica de la protección de los menores expresada en
el caso que nos ocupa pasa, entre otras medidas, por el acercamiento con
mis hijos a través del traslado que se solicita.

El derecho a cumplir condena o estar en prisión provisional cerca del


hogar está reconocido en las Reglas Mandela (regla 59) con especial
consideración del beneficio que ello tiene tanto para el recluso como para
sus allegados.

Y de igual forma se contempla en las RPE que establecen que los internos
deben ser destinados a prisiones situadas lo más cerca posible de su
domicilio o de su centro de reinserción social (principio 17.1) y que, en la
medida de lo posible, los internos debe ser consultados en relación con su
destino inicial y respecto a cada traslado posterior de una prisión a otra
(principio 17.3).

Sin embargo, no sólo prevé la normativa internacional la protección de los


derechos analizados sino que es la propia legislación penitenciaria
española la que establece la necesidad de evitar el desarraigo social de
quien se encuentra en situación de prisión por razón de la ubicación del
Centro (artículo 12.1 LOGP), principio que concreta la Instrucción 11/2011
de esta Ilma. Secretaría General cuando establece que el centro de
internamiento se escogerá por criterios de proximidad al domicilio del
interno.

SEXTA.- DERECHO A LA DEFENSA

La proximidad del interno (en este caso de mi persona) con los


profesionales que le asisten en su defensa letrada también debería ser un
motivo (sino tan importante como el de protección de los menores, sí de
relevancia suficiente) para acordar el traslado que reclamo.
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Con una mayor proximidad geográfica, vería incrementadas las garantías a
participar en condiciones en el proceso penal, sin las evidentes
dificultades que conlleva la articulación de una tarea defensiva en
situación de prisión provisional y alejado centenares de kilómetros de mi
letrado, con las dificultades de trabajo en las condiciones en las que las
comunicaciones penitenciarias se desarrollan.

El derecho a la defensa, al juicio justo o la prohibición de indefensión no


son fórmulas retóricas sino contenido esencial del Estado de Derecho así
como de los derechos y principios del derecho internacional de los estados
democráticos. El derecho al juicio justo previsto en el artículo 6 CEDH,
según el TEDH, debe examinarse “como un todo” y tener en cuenta todas
las circunstancias que puedan influir en el proceso.

El artículo 24 CE consagra el derecho a la tutela judicial efectiva así como


la prohibición de la indefensión. La indefensión se origina cuando se
limitan los medios de defensa a una de las partes sin que le sean
directamente imputables las causas de dicha privación o limitación.

Como ha reiterado el Tribunal Constitucional la indefensión es una noción


material que se caracteriza por suponer una privación o minoración
sustancial del derecho de defensa; un menoscabo sensible de los
principios de contradicción y de igualdad de las partes que impide o
dificulta gravemente a una de ellas la posibilidad de alegar y acreditar en
el proceso su propio derecho, o de replicar dialécticamente la posición
contraria en igualdad de condiciones con las demás partes procesales (por
todas la STC 40/2002).

La jurisprudencia del TEDH ha desarrollado con profusión el alcance del


derecho al juicio justo con relación a la tarea técnica de defensa, así los

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investigados deben tener la oportunidad de organizar su defensa de
forma apropiada y sin restricciones para poder ofrecer cualquier elemento
relevante de defensa ante el Tribunal que pudiera influir en el resultado del
proceso (Gregačević c. Croacia).

Actualmente la gestión de unas actuaciones judiciales que tienen


aproximadamente 50.000 folios y en las condiciones de comunicación
entre interno y letrado hacen muy dificultosa la tarea de preparación de la
estrategia defensiva y mi participación personal en la defensa penal
(derecho a la autodefensa consagrado en el propio artículo 6 CEDH).

Como bien sabe esta Ilma. Administración, pese a los mandamientos


remitidos por el Magistrado del Tribunal Supremo con relación a la
necesidad de que internos y abogados puedan trabajar en espacios de
trabajo “sin sistemas de separación con cristal”, persisten aún dificultades
para la correcta articulación de la tarea defensiva ya que sólo existe una
sala en la que dichas comunicaciones “sin cristal” son autorizadas por el
Centro Penitenciario de tal forma que la coincidencia de profesionales
está impidiendo a las defensas utilizarla en todas las ocasiones.

La distancia entre el interno y su entorno familiar y sus letrados hace


mucho más farragosa y costosa la defensa de la que habría de gozar sin
más restricciones que las necesarias.

Por todo ello,

A LA S.G.I.P. SUPLICO que tenga por presentado este escrito con sus
documentos y se sirva autorizar y ordenar mi traslado a la Administración
Penitenciaria de Cataluña y concretamente al Centro Penitenciario de
Brians-II o a cualquier otro centro próximo a mi domicilio familiar habitual
por los motivos y de acuerdo con la fundamentación expuesta.
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OTROSÍ DIGO PRIMERO que durante la tramitación del presente
expediente y a fin de que pueda ejercer mi defensa y representación,
designo al letrado del Iltre. Colegio de la Abogacía de Barcelona ANDREU
VAN DEN EYNDE con despacho abierto en el Passeig de Gràcia 12-14, 4, 2,
de Barcelona, tel 933170654 y fax 934120739.

OTROSÍ DIGO SEGUNDO que se tenga en consideración el carácter


sensible y de alta seguridad vinculado a los datos personales y de salud
contenidos en los informes anexos a fin de evitar su divulgación o difusión
no autorizada.

En Estremera a 26 de abril de 2018.

Fdo. Oriol Junqueras Vies

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