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UNIVERSIDAD DE CIENCIAS MÉDICAS DE LA HABANA

Facultad de Estomatología “Raúl González Sánchez”

LOS TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES,


LA OCLUSIÓN DENTARIA Y SU INTERACCIÓN
CON LA POSTURA CORPORAL

MSc. Dr. José Miguel Montero Parrilla

Tesis presentada en opción al grado científico de


Doctor en Ciencias Estomatológicas

La Habana

2015
UNIVERSIDAD DE CIENCIAS MÉDICAS DE LA HABANA
Facultad de Estomatología “Raúl González Sánchez”

LOS TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES,


LA OCLUSIÓN DENTARIA Y SU INTERACCIÓN
CON LA POSTURA CORPORAL

Autor: MSc. Dr. José Miguel Montero Parrilla


Tutora: Dra. Ileana Grau León, Dra. C, Prof. Tit. y Cons.

Tesis presentada en opción al grado científico de


Doctor en Ciencias Estomatológicas

La Habana
2015
Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas,

no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a

cambios trascendentales.

Mahatma Gandhi (1869- 1948)


AGRADECIMIENTOS

“No sabe el corazón agradecido volver palabras todo lo que siente”


A la Dra. Ileana Grau León, mi tutora, por la confianza depositada en mí en la
realización de este trabajo y porque sus enseñanzas han sido de invaluable
ayuda.
A la Dra. Lourdes de los Santos Solana y el Dr. Mario Gallo Gutiérrez por
introducirme en este maravilloso mundo de la Posturología.
A la Dra. Gisel Coutín Marie, por su amistad e inestimable contribución en la
realización de este trabajo.
A los Dres. Raúl Padrón Chacón, Gladys González González y Félix Alberto
Companioni Landín por su esmerada atención y desinteresado apoyo.
A mis profesores, la Dra. Mirna Robledo Fernández y los Dres. José Antonio Denis
Alfonso y José Miguel Robaina Ruiz, con los que tuve el privilegio de formarme
como especialista en Prótesis Estomatológica, y guiaron con sabiduría, dedicación
y paciencia todo mi desarrollo profesional.
A mis compañeros de trabajo, de la Clínica de Prótesis Estomatológica y el
Laboratorio de Implantes, con los que he compartido durante todos estos años y
me han apoyado y acompañado en cada proyecto, sin cuya ayuda y aportes no
hubiese sido posible alcanzar estos resultado.
A todos ustedes, y a todos aquellos que de una forma u otra también han hecho
posible la culminación de este trabajo, el recuerdo imborrable y permanente
agradecimiento, serán la constancia inviolable de toda mi gratitud.

¡Muchas Gracias!
DEDICATORIA

A mis padres:

Por su infinito amor y apoyo incondicional.


SÍNTESIS
Las investigaciones que reflejan la relación entre el Sistema Estomatognático y la
postura corporal son controversiales en sus resultados, por lo que se dificulta la
aplicación de una terapéutica basada en un enfoque sistémico, individualizado y
multidisciplinario. Con el objetivo de caracterizar los Trastornos
Temporomandibulares y la oclusión dentaria, basado en su interacción con las
variables posturales se realizó un estudio analítico de casos y controles en el
período comprendido de diciembre de 2010 a junio de 2013. De un universo de
1600 pacientes atendidos en la consulta de Trastornos Temporomandibulares de
la Facultad de Estomatología “Raúl González Sánchez” de La Habana, se
seleccionó una muestra de 320 individuos, que fue dividida en dos grupos: uno
experimental y otro de control. La mayoría de los casos con signos y síntomas de
alteraciones temporomandibulares tuvieron una postura Tipo C. Los menores
valores de resalte y los mayores de diferencia incisiva se apreciaron en los
pacientes con postura Tipo A y B. Las alteraciones posturales en los planos sagital
y frontal fueron frecuentes en los pacientes con Trastornos Temporomandibulares.
En el plano horizontal no se observaron diferencias entre los grupos estudio y
control.
ÍNDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN………………………………….………………………………………1
Planteamiento del problema……………………………………………………………..5
Justificación………………………………………………………………………………. 5
Hipótesis…………………………………………………………………………............. 6
Objetivos…………………………………………………………………………............. 7
Glosario de términos o conceptos relevantes………………………………………….8
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO……………………………………………………….9
1.1 Antecedentes históricos.…...……...…………………………………………..…….9
1.2 Situación en Cuba…….…………..……………………………..………………….13
1.3 Fundamentos teóricos……………..………………………………………………. 14
CAPÍTULO II. MÉTODO………………………………………………………………..36
2.1 Clasificación de la investigación…….…………………………………………..…36
2.2 Selección de los sujetos……….……………………………………………………36
2.2.1 Universo y Muestra……….……………………………………………………… 36
2.2.2 Criterios de inclusión….…………………………………………………………..36
2.2.3 Criterios de exclusión…………...………………………………………………. 36
2.2.4 Criterios diagnósticos……….……………..……………………………………..37
2.3 Operacionalización de las variables…….……………………………………….. 38
2.4 Examen clínico……………….……………………………………………………...43
2.4.1 Exploración del Sistema Estomatognático…….…………………………….…43
2.4.2 Exploración postural…………..………………………………………………..…44
2.5 Procesamiento estadístico…………….………………….………………………..46
2.6 Consideraciones bioético-sociales…...……………………………………………46
CAPÍTULO III. RESULTADOS.………………………………………………………..48
3.1 Caracterización de la muestra……………………………………………………..48
3.1.1 Sexo………………………………………………………………………………...48
3.1.2 Grupos de edad……………………………………………………………………48
3.2 Plano sagital………………………………………………………………………….48
3.2.1 Tipo postural……………………………………………………………………….48
3.2.1 a) Signos y síntomas de Trastornos Temporomandibulares…………………49
3.2.1 b) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares………………………49
3.2.1 c) Resalte y sobrepase incisivo………………………………………………….50
3.2.1 d) Diferencia incisiva……………………………………………………………...50
3.2.1 e) Espacio libre…………………………………………………………………….50
3.2.1 f) Relación de molares……………………………………………………………51
3.2.1 g) Interferencias oclusales propulsivas…………………………………………51
3.2.1 h) Función lateral………………………………………………………………….52
3.3 Plano frontal…………………...……………………………………………………..52
3.3.1 Equilibrio de hombros…………………………………………………………….52
3.3.1 a) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares ..…………………… 53
3.3.1 b) En los casos con dolor en la ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos…………………………………………………………………………….....53
3.3.2 Equilibrio de pelvis………………………………………………………………..54
3.3.2 a) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares………..……………..54
3.3.2 b) En los casos con dolor en la ATM, dolor muscular a la palpación y
Chasquidos………………………………………………………………………...........54
3.3.2 c) Oclusión dentaria cruzada……………………………………...…………….55
3.3.2 d) Interferencias oclusales laterales…………………………,…………………55
3.3.3 Equilibrio de pelvis y hombros……………………………………….…………..56
3.3.3 a) En los casos con dolor en la ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos………………………………………………………………………….…….56
3.4 Plano horizontal………………………………...……………………………………57
4.4.1 Rotación de hombros y pelvis…………………………………………………...57
CAPÍTULO IV. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS………………………………58
4.1 Caracterización de la muestra……………………………………………………..58
4.1.1 Sexo………………………………………………………………………………...58
4.1.2 Grupos de edad……………………………………………………………………59
4.2 Plano sagital………………………………………………………………………....61
4.2.1 Tipo postural……………………………………………………………………….61
4.2.1 a) Signos y síntomas de Trastornos Temporomandibulares…………………64
4.2.1 b) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares………………………72
4.2.1 c) Resalte y sobrepase incisivo………………………………………………….74
4.2.1 d) Diferencia incisiva……………………………………………………………...76
4.2.1 e) Espacio libre…………………………………………………………………….77
4.2.1 f) Relación de molares……………………………………………………………78
4.2.1 g) Interferencias oclusales propulsivas…………………………………………81
4.2.1 h) Función lateral………………………………………………………………….82
4.3 Plano frontal………………………………………………………………………….84
4.3.1 Equilibrio de hombros…………………………………………………………….84
4.3.1 a) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares ..……………………85
4.3.1 b) En los casos con dolor en la ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos…………………………………………………………………………….....86
4.3.2 Equilibrio de pelvis………………………………………………….……………..88
4.3.2 a) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares ……….……………..89
4.3.2 b) En los casos con dolor en la ATM, dolor muscular a la palpación y
Chasquidos………………………………………………………………………...........90
4.3.2 c) Oclusión dentaria cruzada..………………………………………………….91
4.3.2 d) Interferencias oclusales laterales…………………….………………………92
4.3.3 Equilibrio de pelvis y hombros…………………………………………………..94
4.3.3 a) En los casos con dolor en la ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos……………………………………………………………………………….94
4.4 Plano horizontal……………………………………………………………………..95
4.4.1 Rotación de hombros y pelvis…………………………………………………...95
CONCLUSIONES……………………………………………………………………….98
RECOMENDACIONES…………………………………………………………………99
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………………………100
ANEXOS………………………………………….…………………………..………...128
INTRODUCCIÓN
El Sistema Estomatognático es una unidad morfofuncional integrada y
coordinada, constituida por el conjunto de estructuras óseas, musculares,
vasculares, nerviosas, glandulares, dentales y articulares, como lo son las
Articulaciones Temporomandibulares, que representan un desafío diagnóstico
y terapéutico, teniendo en cuenta su complejidad anatómica y fisiológica. 1,2
La respiración, la masticación, la deglución y el habla, son algunas de las
funciones en las que interviene el Sistema Estomatognático; su adecuado
desempeño es de vital importancia para la estimulación y mantenimiento del
equilibrio durante y tras su desarrollo.3
Debemos enfatizar constantemente que el ser humano es una unidad integral e
integrada, en cuyo funcionamiento todos y cada uno de los órganos repercuten en
el funcionamiento de los otros, siendo este principio aplicable no solo a los
aspectos morfofuncionales sino también a los aspectos psiconeurales,
psicomentales, espirituales y psicosomáticos.4
De este modo consideramos al Sistema Estomatognático como una unidad
funcional cuyos elementos se correlacionan íntimamente entre sí y con el resto del
organismo, por lo cual debe ser abordado de forma sistemática y no
individualizado desde el punto de vista estomatológico.5
Si algún componente anatómico no está en armonía con el resto del sistema, una
parte o todo este complejo debe adaptarse para recobrar el equilibrio. Estos
cambios adaptativos deben ser evaluados como respuestas de desequilibrio.
Semejante adaptación no siempre es un problema; si las tentativas del organismo
para corregir el desequilibrio son beneficiosas o destructivas, depende de la
respuesta del tejido o de la parte alterada. 6
Para hacer mención a las diferentes afecciones de la Articulación
Temporomandibular , de la musculatura masticatoria, de las estructuras asociadas
y de forma general a todos los trastornos relacionados con la función del Sistema
Estomatognático es utilizado, generalmente, el término de Trastornos
Temporomandibulares,7-9 adoptado por la American Dental Association. 10

1
Para el diagnóstico de estos trastornos es necesaria la exploración de los
músculos masticatorios, las estructuras articulares, incluyendo el disco articular, la
exploración de la función masticatoria, el análisis de la disfunción dolorosa y,
especialmente, la valoración del comportamiento del paciente. 11
Se considera que tales condiciones constituyen una subclasificación de los
desórdenes músculo-esqueléticos y son identificadas como la principal causa de
dolor no dentario en la región bucofacial.12
Una gran variedad de índices han sido descritos para medir la presencia de
disturbios en la región temporomandibular, así como del grado de severidad de
los mismos. Krogh-Paulsen en 1969, Helkimo en 1974 y el Research
Diagnostic Criteria for Temporomandibular Disorders (RDC/TMD) en 1992, son
ejemplos de estas escalas ampliamente utilizadas. 13, 14 Los investigadores,
por su parte, seleccionan el que más dominan y creen más certero.
Por este motivo, en la bibliografía consultada se puede apreciar que los estudios
epidemiológicos en relación con la prevalencia de los Trastornos
Temporomandibulares no son exactos, pues varían dependiendo de las muestras
elegidas y del método de valoración seleccionado.15- 18
Algunos autores señalan que este trastorno se presenta con una incidencia de un
5- 12% a nivel mundial;19 mientras que otros expresan que es experimentado por
al menos un tercio de la población general.20
En Cuba los resultados también han sido muy variables:
En la población de Matanzas (2006), Martínez21 identificó una prevalencia de los
Trastornos Temporomandibulares de un 38,7%. Así mismo, Jiménez22 en una
investigación realizada en Ciudad de La Habana en el 2007, con personas de 15
años y más, mostró que los trastornos se presentaron en el 31,89 % de los
examinados como síntoma y en el 47,33 % como signo.
Castillo (2008) reportó una prevalencia en Villa Clara que osciló entre 37,9 y
88,4%.23
En el 2009, Rodríguez24 observó en un estudio desarrollado en Holguín, que el
32,6% de los adolescentes examinados, con dentición permanente, sin ausencias

2
dentarias y con maloclusiones no tratadas, presentaron Trastornos
Temporomandibulares.
Estos trastornos son una de las patologías más controvertidas debido a su origen
multifactorial.25- 27
En cuanto a su etiología clásicamente se han descrito causas locales
(maloclusiones, tratamientos ortodóncicos, desarmonías oclusales, hábitos
parafuncionales)28- 31
o generales (enfermedades sistémicas, estrés emocional,
trastornos del sueño, e inclusive factores genéticos) 32- 35
dándosele mayor
significación a los factores oclusales, psicológicos y las combinaciones de los
mismos.
Si la oclusión fuera el factor etiológico principal de los Trastornos
Temporomandibulares ya los estomatólogos habrían confirmado este hecho desde
hace muchos años, de igual forma que si no estuvieran relacionados, también lo
habrían hecho mucho tiempo atrás. Lo cierto es que la controversia respecto a su
relación aún persiste, pero de forma general se reconoce la importancia del
análisis de las variables oclusales en su contexto funcional. 23
Para el abordaje de esta patología es necesario un enfoque multidisciplinario,
integrando a Cirujanos Máxilo-Faciales, Ortodoncistas, Protesistas, Psicólogos,
Fisioterapeutas y otros.36
En las últimas décadas, el conocimiento de la etiopatogenia de los Trastornos
Temporomandibulares ha ido evolucionando desde un modelo dental y
mecanicista hasta un modelo más biológico y médico, 37, 38 sobrepasando el campo
de la Estomatología para introducirse en el terreno de la Posturología, término que
ha sido utilizado para definir la especialidad de la ciencia de la salud que estudia el
Sistema Tónico Postural del ser humano, sistema que interviene en todas las
acciones cotidianas y regula el equilibrio ortostático. 39, 40
El estudio de la regulación del tono postural con una amplia variedad de test,
ayuda a comprender el mecanismo de lesión y puede dar nuevas herramientas
para el abordaje del paciente.41 Es decir, que la Posturología permite corregir el
factor mecánico de diferentes afecciones del sistema locomotor y vertebral,
comprender mejor las diversas patologías y aportar una corrección etiológica en

3
vez de los tratamientos sintomáticos habituales, cuyo costo, iatrogenias y
posibilidades de recidivas en el tiempo conocemos. 42
Se señala que los Trastornos Temporomandibulares no sólo se pueden relacionar
con la posición de la mandíbula y del cráneo, sino también con la columna
cervical, las estructuras supra e infrahioideas, los hombros, la columna torácica y
lumbar, que funcionan como una unidad biomecánica. Los cambios en cualquiera
de estos componentes podrían desencadenar alteraciones en el Sistema
Estomatognático.43- 46
Estas estructuras cumplen una función importante en la posición corporal y dental
interarcada. Los diferentes cambios posturales en la cabeza y el cuello generan
diferentes contracciones tónicas aisladas en los músculos de la masticación, que
se reflejan en posiciones interdentales múltiples.47
De este modo, varios aspectos del Sistema Estomatognático han sido
relacionados con las alteraciones posturales. Entre estos aspectos están: la
posición de la mandíbula, la fase de dentición, maloclusiones dentales y
esqueletales, así como los Trastornos Temporomandibulares.48
A pesar de algunas evidencias en contra, la mayoría de las investigaciones
demuestran que los disturbios musculares posturales son más frecuentes en
pacientes con alteracines temporomandibulares y establecen algún tipo de
correlación entre el tipo de oclusión, la existencia de signos y síntomas de
Trastornos Temporomandibulares, dimensiones cráneo- faciales y el desequilibrio
postural.47, 49-51
Algunos autores son más escépticos y señalan que aunque experimentalmente se
detecte una correlación entre la postura y el Sistema Estomatognático, esto no
significa que tendrá una relevancia clínica. Solo si la correlación biológica alcanza
un grado de significación clínica este aspecto debe ser tomado en cuenta para el
diagnóstico y correcto tratamiento.52
Olivo,53 en un artículo de revisión, donde hace un análisis riguroso de la
metodología de estudios anteriores relacionados con el tema, señala que a pesar
de todo, estos estudios en su mayoría tienen un pobre diseño metodológico, por lo
que aboga por una cuidadosa interpretación de sus resultados.

4
Lo cierto es que debido a los diferentes enfoques aplicados al diagnóstico y
tratamiento de los Trastornos Temporomandibulares, así como la falta de
conocimientos por parte de los profesionales acerca de las patologías asociadas
hacen que en muchas ocasiones los pacientes con estos trastornos no sean
diagnosticados y tratados de forma oportuna y certera, teniendo que visitar varias
especialidades médicas antes de recibir una asistencia adecuada.23
En La Habana, actualmente, existen dos centros con consultas especializadas
para la atención de las personas afectadas por estos trastornos, uno es la
Facultad de Estomatología “Raúl González Sánchez” y el otro el Hospital
Universitario “Dr. Miguel Enríquez”. Aunque se ha avanzado, aún queda mucho
por hacer para lograr que la actividad profesional no solo este dirigida a curar
enfermos, sino también a prevenir que estos se enfermen; que es la verdadera
medicina preventiva y la que garantiza el mejoramiento de la salud bucal y general
de la población.23
Planteamiento del problema:
Tradicionalmente se le ha atribuido mayor connotación a los factores oclusales,
psicológicos y a las diferentes combinaciones de los mismos como posibles
causas de Trastornos Temporomandibulares. No obstante, las modificaciones
oclusales y las terapias psicológicas no son exitosas en la remisión de los
síntomas de todos los afectados. De ahí la importancia de buscar otros factores
que puedan estar afectando al paciente en ese momento.
En los últimos años se ha sugerido que la biomecánica del Sistema
Estomatognático puede estar influenciada por las alteraciones posturales. Sin
embargo, las investigaciones que reflejan la relación entre los Trastornos
Temporomandibulares, la oclusión dentaria y la postura corporal son
controversiales en sus resultados, por lo que se dificulta la aplicación de una
terapéutica basada en un enfoque sistémico, individualizado y multidisciplinario,
que con frecuencia conlleva a diagnósticos y tratamientos erróneos e incompletos.
Justificación:
En las múltiples investigaciones que se han realizado en La Habana y en Cuba,
los Trastornos Temporomandibulares se han presentado con una alta

5
prevalencia; siendo, en ocasiones, considerados urgencias estomatológicas.
Resulta lógico que ante un problema de esta índole, la realización de
investigaciones que aclaren la compleja naturaleza de estos trastornos, son
fundamentales para poder trazar estrategias que mejoren la calidad de vida de la
población afectada.
Es inminente la necesidad de un acercamiento interdisciplinario, ya que el
estomatólogo no puede ignorar la relación entre el Sistema Estomatognático con
el resto del organismo. Cada músculo, hueso, articulación que pertenecen al
cuerpo humano tienen una determinada función y su diseño está acorde a ello, por
lo que no se pueden estudiar en forma aislada las distintas regiones.
La presente investigación reviste una gran importancia desde el punto de vista
práctico pues conocer cómo interactúan las variables oclusales morfológicas y
funcionales, los Trastornos Temporomandibulares y las variables posturales,
permitirá a los profesionales estar mejor preparados para realizar su labor
preventivo-curativa, en aras de permitir a la población la pronta incorporación a la
vida social sin las molestias que produce un desorden funcional de esta índole.
Hipótesis:
Existe una estrecha interacción entre los Trastornos Temporomandibulares, la
oclusión dentaria y la postura corporal. Las alteraciones posturales favorecen la
aparición de signos y síntomas de altraciones en la región temporomandibular.

6
OBJETIVOS

Objetivo general:
Caracterizar los Trastornos Temporomandibulares y la oclusión dentaria, teniendo
en cuenta su interacción con las variables posturales.

Objetivos específicos:
1. Determinar la presencia de alteraciones temporomandibulares según variables
demográficas y posturales.
2. Identificar los signos y síntomas de Trastornos Temporomandibulares según
tipo postural y el equilibrio de hombros y pelvis.
3.- Determinar la severidad de los Trastornos Temporomandibulares según
variables posturales.
4.- Identificar las variables oclusales morfológicas y funcionales según tipo
postural y el equilibrio de hombros y pelvis.

7
GLOSARIO DE TÉRMINOS O CONCEPTOS RELEVANTES

A lo largo del texto de este documento se emplean términos y conceptos sin cuya
comprensión no es posible captar las ideas esenciales que se pretende compartir:

Ortesis: Es un apoyo, plantilla u otro dispositivo externo aplicado al cuerpo para


modificar los aspectos funcionales o estructurales del complejo neuro-músculo-
esquelético.

Bipedestación o bipedismo: Capacidad para andar sobre las dos extremidades


inferiores.

Centro de gravedad de un cuerpo: Es el punto respecto al cual las fuerzas que


la gravedad ejerce sobre los diferentes puntos materiales que constituyen el
cuerpo producen un momento resultante nulo.

Alteración en la convergencia ocular: Dado por la desviación del alineamiento


de un ojo en relación al otro. Implica la falta de coordinación entre los músculos
oculares. Esto impide fijar la mirada de ambos ojos al mismo punto del espacio, lo
que ocasiona una visión binocular incorrecta que puede afectar adversamente a la
percepción de la profundidad.

Electronistagmografía: Procedimiento empleado para la exploración de los


reflejos vestíbulo-oculares, fundamentalmente en pacientes con nistagmo
(movimiento involuntario e incontrolable de los ojos).

Dólicofacial: Forma craneal de acuerdo al resultado del índice cefálico (la cifra
resultante está por debajo de 76). Se corresponde con un paciente de cara
estrecha y alargada.

8
CAPÍTULO I – MARCO TEÓRICO
1.1 Antecedentes históricos:
La Posturología es una ciencia que nace de la necesidad del hombre de conocer
ciertos mecanismos posturales, pero es tal vez a partir del siglo XIX, donde
producto del interés de los investigadores y neurofisiólogos de aquella época, que
se comienza a comprender las vías a través de las cuales el hombre es capaz de
mantenerse erguido y de adaptarse a los fenómenos gravitatorios. 54
La idea de que existe un vínculo entre la base de apoyo, representada en el
hombre por los pies, y las reacciones de equilibrio estático o dinámico, no es
nueva. Mil años antes de Cristo, los chinos deformaban los pies de las que serían
sus esposas, lo que confería a éstas un andar acorde con sus imperativos
culturales.55
Ya desde inicios del siglo XIX, Charles Bell planteaba el problema que la
Posturología intenta resolver: ¿Cómo un ser humano mantiene una postura de pie
o inclinada contra la fuerza del viento que le sopla encima? Es evidente que posee
una aptitud para reajustar y corregir toda diferencia en relación con la vertical.56
Se puede considerar que desde este siglo, el papel de la mayoría de los
receptores que contribuyen al mantenimiento de la posición erecta estaban ya
descubiertos. Romberg ponía en evidencia la importancia de los ojos, Longet la
propiocepción de los paravertebrales, Flourens la influencia del vestíbulo y
Sherington el “sentido” muscular.
Romberg en 1853 había observado que las oscilaciones posturales van en
aumento cuando la visión es suprimida, pero también cuando se reduce la base de
sustentación.42
Unos años después (1877), Vierord quien fue el primero en medir las oscilaciones
posturales, resaltó que la reducción de la base postural perturbaba más el
equilibrio postural que la supresión de la visión, lo que le hizo escribir: “las
manifestaciones del sentido de la vista para el reconocimiento de la pérdida de
equilibrio son mucho menores que las procedentes de las sensaciones musculares
y de presión de la piel de la planta del pie”.56

9
De hecho, los diferentes trabajos realizados desde hace más de cien años nos
llevan a considerar el sistema postural como un “todo estructurado” de entradas
múltiples y con varias funciones complementarias como son:41
- Luchar contra la gravedad y mantener una posición erecta:
- Oponerse a las fuerzas exteriores.
- Situarnos en el espacio tiempo que nos rodea.
- Equilibrarnos en el movimiento, guiarlo y reforzarlo.
Es en 1890 que se funda en Berlín, de la mano de Vierordt, la primera escuela de
Posturografia. Desde entonces, la Posturología ha ido desarrollándose en base a
los estudios de numerosos investigadores en el campo de la fisiología, neurología,
medicina, kinesioterapia, matemáticas, entre otros; estableciéndose las bases
científicas, sobre el funcionamiento y regulación del Sistema Tónico Postural.56
Pomes41 reporta que fue Babinski (1899) quien observó los defectos de
coordinación entre postura y movimiento en pacientes cerebelosos y a él se le
deben los primeros datos asociados al movimiento voluntario. Desde aquel
momento quedó establecido que, tanto en el hombre como en los animales, el
movimiento intencional va precedido, acompañado y seguido por fenómenos
posturales.
De este modo se van descubriendo las vías informativas a través de las cuales se
reciben las referencias sobre el entorno y de cómo el cuerpo humano se posiciona
en relación al mismo, gestándose las bases de la Posturología moderna.
La evolución de estos conceptos durante la segunda mitad del siglo XX, se inicia
con las observaciones de clínicos que notan que las ortesis personalizadas que
crean no sólo actúan en las dismorfosis y patologías podales, sino que también
pueden contribuir a la prevención de las oscilaciones de la pelvis, de las
escoliosis, de las lumbalgias e incluso de las cervicalgias. Identifican además que
“una perturbación, por mínima que fuera” de la arquitectura del pie, conlleva a
trastornos secundarios, tal como describe Ledos a partir de 1956.55
En 1955, el Dr. Baron, del Laboratorio de Posturografía del Hospital de Sainte-
Anne en París, publicó una tesis sobre la importancia de los músculos

10
oculomotores en la actitud postural. Es entonces que los exteroreceptores visuales
dominan la escena.41
Gagey, formula la hipótesis del sistema postural fino, regulador de la postura
erguida del hombre, y dispone las bases racionales de un examen clínico del tono
muscular y el examen estabilométrico, cuyas posibilidades desarrolla a partir de
los ensayos de Baron.41
Otros autores reportan que en 1976 Van Parys señaló que el ojo representa un
“enganche” fundamental en el equilibrio y estabilización del cuerpo, y se establece
que es dos veces más difícil equilibrarse con los ojos cerrados que abiertos. 42
A lo largo de los años 80 adquirió especial relevancia la escuela portuguesa y el
Dr. Martins Da Cunha describió el “síndrome de deficiencia postural”. 41
Como expresa Villenueve, 55 en estudios realizados por Bernard Bricot (1981) se
define lo que él denomina reprogramación postural global (RPG), basado en el
estiramiento de músculos antigravitacionales y cadenas musculares cinéticas por
aproximadamente 15 minutos; y se muestra la posibilidad de integrar un cambio
en el esquema corporal que se manifiesta en la postura después de unos meses
de utilizar permanentemente plantillas exteroceptivas. 55
Aunque en 1926 Schwarz publicó un informe en el que resaltaba que la postura de
la cabeza afecta el modo de respiración, e influencia la patogénesis de anomalías
dentales,57 no es hasta mediados del siglo XX que la correlación entre las
disciplinas de Ortodoncia y Ortopedia se convierten en objeto de debate;
encontrándose pocas publicaciones de estudios basados en evidencia científica y
sí numerosos reportes de casos.
Korbmacher58 destaca que en 1964 Balters sostenía que una patología localizada
puramente en los dientes o en los maxilares no existía, sino que las estructuras y
síntomas cercanas al Sistema Estomatognático debían ser tomadas en
consideración durante la implementación de una terapéutica, pues los tratamientos
sintomáticos no proveen un éxito a largo plazo.
A finales de la década de 1960 el Dr. Mario Baldani, Cirujano Dentista, secundado
por el Dr. Denisar Lopes de Figueiredo con sus investigaciones desarrollaron el
concepto de Bio Cibernética Bucal (BCB), que se considera una práctica médica

11
relativamente nueva, y la definieron como la ciencia que lleva al ser humano a una
armonía física, mental y emocional a través de su boca.59
Se puede considerar que estos doctores fueron los primeros en llamar la atención
acerca de la necesidad de un adecuado desarrollo del Sistema Estomatognático y
su importancia en el mantenimiento de la postura humana.
A partir de este momento se comienza a desarrollar el concepto de que la boca
tiene una importancia muy grande para el cuerpo humano y que refleja como un
espejo todas las manifestaciones de la mente y el cuerpo, así como que los
trastornos dentarios pueden, entonces, generar problemas físicos- emocionales,
involucrando los músculos, órganos y funciones corporales voluntarias e
involuntarias.60
Se ha destacado además, que en un reporte de caso Delaire (1977) atribuyó un
fracaso posquirúrgico de una Clase III de Angle a una pronunciada lordosis de la
columna cervical del paciente, ignorada terapéuticamente. 58
Garcia de Paula e Silva61 relata los estudios de Rocabado (1979), quien resalta la
importancia de la relación entre el Sistema Estomatognático, el cráneo y la
columna cervical. El autor considera que la estabilidad de la posición erecta del
cráneo (ortostática) es muy importante, una vez que existe un equilibrio de este
sobre la columna cervical. Los músculos de la cintura escapular son los
responsables en mantener erectos la cabeza y el cuerpo, mientras que los de la
región posterior - cervicales y occipitales - son más potentes y fuertes que los de
la región anterior y deben contrabalancear las fuerzas de la gravedad en todo el
cuerpo.
También señala que Daly y colaboradores mostraron una asociación significativa
entre la oclusión dentaria abierta, inducida experimentalmente por un dispositivo
mecánico, y la extensión cráneo-cervical. Por su parte Gelb (1994) entrega un
planteamiento importante en el diagnóstico y tratamiento de los Trastornos
Temporomandibulares, señalando que las alteraciones de la postura influyen en la
etiología de estas patologías, y propone que el tratamiento disfuncional incluya la
corrección de la postura corporal.61

12
Cândido dos Reis62 reportó que para determinar si una modificación en el
posicionamiento de la cabeza llevaría a alguna alteración en posición de reposo
de la mandíbula, Darling, Graus y Glasheen (1994) examinaron la postura de
varios individuos usando fotografías en visión lateral, con el paciente de pie,
dientes en oclusión céntrica y en reposo mandibular, antes y después de
sometidos a fisioterapia por cuatro semanas. Los resultados mostraron que el
tratamiento postural proporcionó una mejoría estadísticamente significativa en la
postura de la cabeza y columna cervical y también un aumento de la dimensión
vertical oclusiva. Este trabajo sugiere que hay modificaciones en la actividad de
los músculos masticatorios a partir de cambios en la postura de la cabeza y
columna cervical, capaces de interferir en la posición de reposo de la mandíbula y
ocasionar alteraciones a la masticación, el habla y hasta la deglución.
En 1996 Steenks señala que las Articulaciones Temporomandibulares no deben
ser vistas exclusivamente como parte del aparato masticatorio sino más bien como
una estructura que forma parte del resto del cuerpo y también de los procesos
bioquímicos y emocionales.63
Schinestsck64 (1998), estudió la relación entre la oclusión dental, las ATM y las
funciones de la boca, con la postura de la cabeza y del cuerpo. Este autor
concluyó que la maloclusión aliada a la respiración bucal desequilibra la
organización muscular de la mímica facial, de la región cervical y cintura
escapular, comprometiendo la posición ortostática de la cabeza. La posición
anormal de la cabeza altera las relaciones biomecánicas cráneo-cervicales y
cráneo-mandibulares, influenciando el crecimiento y postura corporal del individuo,
siendo importante interceptar los desvíos funcionales en sus fases iniciales.
La formulación de dogmas rígidos sobre los Trastornos Temporomandibulares y
sobre oclusión dentaria está siendo superada paulatinamente gracias a los
conocimientos de la gran variabilidad de los parámetros anatómicos individuales y
funcionales.23 Entre los estomatólogos que reconocen la necesidad de mantener el
equilibrio dinámico para garantizar el estado funcional del sistema, los principios
de la Posturología han ido ganando popularidad en los últimos años. 42
1.2 Situación en Cuba:

13
Al igual que en otras partes del mundo, en Cuba los estudios sobre la relación
entre la oclusión dentaria y los Trastornos Temporomandibulares, han buscado la
asociación entre las maloclusiones clásicas y dicha alteración.
Sin embargo, la realización de investigaciones que traten de identificar la
asociación de las altraciones temporomandibulares con factores etiológicos más
allá de los límites del Sistema Estomatognático, es decir, buscando un enfoque
global, no se han desarrollado en Cuba.
Sólo se hallaron los reportes de los estudios realizados en La Habana por Díaz y
Companioni, en 1982, en 100 niños con edades entre 5 y 9 años de escuelas
primarias, 150 niños entre 5 y 13 años que asistieron a la consulta de Ortodoncia
para recibir tratamiento, 150 niños entre 5 y 13 que asistieron a la consulta de
Ortopedia y 100 jóvenes entre 18 y 24 años estudiantes de Ciencias Médicas, en
el que se identificó una alta asociación de la respiración bucal con el pie plano, la
escoliosis o ambas en todos los grupos. 65
Posteriormente, en la Ciudad de Camagüey, Cuan valoró 314 niños entre 7 y 14
años de edad, respiradores bucales con maloclusiones, y comprobó la presencia
de afecciones naso-respiratorias, pie plano, escoliosis y problemas
psicopedagógicos, que en la mayoría de los casos, resultaba más frecuente su
aparición asociadas entre ellas que de forma aislada. 66 Además en ese grupo de
estudio resultó baja la relación del peso para la estatura; 67 más de la mitad mostró
escoliosis y más de la tercera parte pie plano. 68 También la capacidad intelectual y
la atención se encontraron afectadas. 69
A pesar de que en la actualidad existen amplios conocimientos acerca del Sistema
Estomatognático, debido a la compleja naturaleza de las estructuras que lo
integran y a los múltiples factores que lo afectan, es necesario continuar
profundizando en su estudio.
1.3 Fundamentos teóricos:
El término postura se refiere a cada una de las posiciones asumidas por las
diferentes partes o segmentos que conforman el cuerpo en relación espacial. No
es tan solo la condición predominantemente estructural de la estática, sino que
puede ser identificada con el concepto general de balance en el sentido de

14
optimizar la relación entre el individuo y su entorno; o sea, el estado físico con el
cual el individuo asume su postura ideal o una serie de posturas ideales con
respecto a su medio ambiente y sobre todo la capacidad de conectar su tiempo o
momento circunstancial con los movimientos programados que él proyecta
ejecutar. Cada actividad que realiza el ser humano es un hecho individual y para
cumplirla, cada individuo aprende y desarrolla un estereotipo determinado. 70
La Academia Americana de Ortopedia considera la postura como el equilibrio
entre músculos y huesos, responsable de proteger las demás estructuras del
cuerpo contra los traumas.71
Se señala que la postura ideal es aquella en la que existe un equilibrio entre las
estructuras de soporte, con un mínimo de esfuerzo y sobrecarga, lo que permite
una máxima eficiencia corporal. En ella influyen factores internos (información
propioceptiva) y externos (traumatismos, hábitos posturales de reposo, de trabajo,
de ocio y otros) que van a determinar variaciones del centro de gravedad (CDG) y
de las curvaturas de la columna.72
La habilidad de estar parado en una posición erguida es un componente crítico de
desarrollo que es necesario para que los seres humanos puedan realizar acciones
como alcanzar objetos y caminar.73
El bipedalismo es una de las principales características que define a la
humanidad, pues los humanos son el único primate existente que se mueve de un
lado a otro exclusivamente con dos piernas. 74 El hombre adoptó esta posición
bípeda de forma habitual desde hace aproximadamente un millón de años, lo cual
es tomado generalmente como punto de partida en la evolución a partir de los
primates.75
Aunque las teorías acerca de los factores que condujeron al desarrollo del
bipedalismo son debatibles, la mayoría de ellas sugieren que cuando nuestros
antepasados no-humanos se pararon en una posición erecta ganaron muchas
ventajas sobre otros animales, ya que la locomoción era posible sin la necesidad
de emplear las extremidades superiores. Una vez que las manos fueron eximidas
de la carga de balance, pudieron usarse para empuñar herramientas, simplificando
muchas tareas diarias necesarias para la supervivencia (cultivo, defensa, entre

15
otros); lo que permitió a los humanos convertirse en la especie más adaptable y
dominante que alguna vez habitara el planeta. 74
Para lograr esta postura y marcha erecta tuvieron que aparecer importantes
modificaciones que desafiaron principios mecánicos y gravitatorios, provocando
adaptaciones en el sistema osteo-mio-articular sumamente importantes:(76- 78)
 Cráneo. Para permitir la bipedestación, el foramen magnum (u orificio
occipital) se ha desplazado. Mientras en los simios el foramen magnum se
ubica en la parte posterior del cráneo, en el Homo sapiens (y en sus
ancestros directos) el foramen mágnum se ha "desplazado" hacia la
superficie inferior de la base del mismo.
 Columna vertebral. La columna vertebral bastante rectilínea en los simios,
en el Homo sapiens y en sus ancestros bípedos ha adquirido curvaturas
que permiten soportar mejor el peso de la parte superior del cuerpo, tales
curvaturas tienen un efecto "resorte" y hacen posible sostener el tronco en
posición vertical con una menor fuerza muscular. Por lo demás, la columna
vertebral ha podido erguirse casi 90º a la altura de la pelvis, si se compara
con un chimpancé se nota que al carecer este de la curva lumbar, su
cuerpo resulta empujado hacia adelante por el propio peso. Otro detalle, las
vértebras humanas son más circulares que las de los simios, esto les
permite soportar mejor el peso vertical.
 Pelvis. La pelvis se ha debido ensanchar, lo cual ha sido fundamental en la
evolución de nuestra especie. Los huesos ilíacos de la región pelviana en
los Homo sapiens (e inmediatos antecesores) "giran" hacia el interior de la
pelvis, esto le permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en
posición erecta. La citada modificación de la pelvis implica una disminución
importante en la velocidad posible de la carrera por parte de los humanos.
 Piernas. También para la bipedestación ha habido otros cambios
morfológicos muy importantes y evidentes, particularmente en los miembros
y articulaciones. Los miembros inferiores se han robustecido, el fémur
humano se inclina hacia adentro, de modo que le posibilita la marcha sin
necesidad de girar casi todo el cuerpo; la articulación de la rodilla se ha

16
vuelto casi omnidireccional, aunque en los monos -por ejemplo el
chimpancé- existe una mayor flexibilidad de la articulación de la rodilla, es
para un mejor desplazamiento por las copas de los árboles. Es así que el
humano a diferencia de sus parientes más próximos no marcha con las
rodillas dobladas.
 Pies. En los humanos los pies se han alargado, particularmente en el talón,
reduciéndose algo los dedos del pie y dejando de ser oponible el pulgar del
pie, en líneas generales el pie ha perdido casi totalmente la capacidad de
aprehensión. Se sabe, en efecto, que el pie humano ha dejado de estar
capacitado para aferrarse (cual si fuera una mano) a las ramas, pasando en
cambio a tener una función importante en el soporte de todo el cuerpo. El
dedo mayor del pie tiene una función vital para lograr el equilibrio de los
homínidos durante la marcha y la postura erecta. Los huesos de los
miembros inferiores son relativamente rectilíneos en comparación con los
de otros primates.
Por otra parte, se ha señalado que la bipedestación también produjo cambios en la
mecánica mandibular, lo que explica ciertas adaptaciones como la aparición del
mentón.78
Es necesario considerar que el desarrollo motor depende de dos factores básicos:
la maduración del sistema nervioso y la evolución del tono muscular. 79
Ya desde niño, en el gateo, se tiende a cambiar la curva vertebral cervical. Se
realiza un cambio de la curva (de cifosis aún en el vientre de la madre a lordosis
en el gateo) y se coloca la cabeza en extensión, manteniéndola en la horizontal,
pero con la columna en flexión.45 A medida que el niño crece, su estructura
comienza a responder a los requerimientos de su evolución, llegando a la
bipedestación.78
Como la postura es inestable inmediatamente después del surgimiento de la
posición erecta, la habilidad de moverse eficazmente de un lado a otro se
desarrolla completamente meses después. Para que el balance mejore, las
criaturas tienen la difícil tarea de aprender a controlar y coordinar sus múltiples
grados de libertad (los músculos, las articulaciones y las unidades motoras) a fin

17
de que un relativamente alto centro de masa quede dentro de una pequeña base
de soporte. Las proporciones del cuerpo de la criatura continúan cambiando
rápidamente para asumir futuras tareas complejas. Así, estrategias de control que
en una oportunidad puntual funcionan, pueden no ser apropiadas un corto tiempo
más tarde.80
En esta fase del desarrollo la postura sufre muchos ajustes y adaptaciones debido
a los cambios del cuerpo y a los exigentes factores psicosociales. La primera
etapa de la niñez, entre los 2 y 6 años, corresponde a la adquisición de las
habilidades motrices básicas y es una buena etapa para detectar e informar a
padres y maestros sobre el problema de las malas posturas en los estudiantes de
los establecimientos educacionales.79
El niño en la edad escolar está expuesto a diversos factores, ya sean,
ambientales, familiares, genéticos, sociales, entre otros, que pueden influir en su
postura corporal, tanto positiva como negativamente, dependiendo si dichos
factores son adecuados o no. La adopción de una correcta actitud postural, en
aquellos casos en los que no existe una enfermedad, como ocurre en la mayoría
de las ocasiones, es además una cuestión de actitud. La predisposición favorable
de una persona y una toma de conciencia sobre la situación de su cuerpo en el
espacio son factores que influyen significativamente en la adecuada o inadecuada
postura corporal.81
La dificultad creciente que ofrece el equilibrio en la postura erecta, conduce a un
perfeccionamiento concomitante de los reflejos nerviosos destinados a mantener
el equilibrio exacto en todas las condiciones; 79 pero las modificaciones evolutivas
muchas veces no son suficientes para compensar los cambios mencionados
anteriormente, por lo que pueden aparecer enfermedades de la bipedestación
como hernias discales o malformaciones de la columna vertebral, tales como
cifosis e hiperlordosis, en sentido sagital, o escoliosis, en sentido lateral.78
Todos los seres humanos necesiten una postura corporal estable y balanceada
como apoyo, en la cual los movimientos voluntarios y coordinados puedan ser
iniciados como parte de las funciones naturales. 61

18
La postura corporal equilibrada consiste en la alineación del cuerpo con una
máxima eficiencia tanto fisiológica, como biomecánica, lo que reduce el estrés y
las sobrecargas ejercidas sobre el sistema de sustentación, por los efectos de la
gravedad. Cuando la postura es correcta, la línea de gravedad pasa a través de
los ejes de todas las articulaciones con los segmentos corporales alineados
verticalmente. La cabeza, el tronco, los hombros y la cintura pélvica son los
segmentos más importantes que deben estar en equilibrio muscular y mecánico.82
En la postura normal de los seres humanos, la columna vertebral y su musculatura
están diseñadas para soportar el peso y las fuerzas gravitacionales que sobre ella
se ejercen, de esta manera, en condiciones normales la columna presenta lordosis
lumbar, cifosis torácica, lordosis cervical inferior de 30 o a 35o y una ligera cifosis en
la región suboccipital. La presencia de dos diferentes curvaturas en la columna
cervical permite la inclinación hacia delante y atrás de la cabeza, independiente de
la columna cervical media inferior. Los hombros deben estar ligeramente retraídos
con las clavículas en posición horizontal y justo por detrás de la primera costilla.
Las escápulas deben estar en posición horizontal y simétricas, sin prominencia del
borde vertebral. Las depresiones o surcos en cada fosa supraventricular deben ser
iguales, sin elevaciones unilaterales del hombro. 83, 84
Para el mantenimiento de esta postura correcta es necesaria la presencia de un
tono muscular adecuado y de flexibilidad, pues los músculos tienen que trabajar
continuamente contra la gravedad y en armonía unos con los otros. La contracción
de los músculos antagonistas es esencial para permitir las diversas uniones del
cuello, hombros y miembros que soportan el peso del cuerpo y dan a la postura la
característica de un sistema funcional complejo. 61
La postura también se puede analizar desde los puntos de vista estático o
dinámico. En estática, la postura es la posición relativa del cuerpo en el espacio
donde se encuentra o de las diferentes partes del cuerpo en relación a otras.
Mientras que, en sentido dinámico se define como el control minucioso de la
actividad neuromuscular para mantener el CDG dentro de la base de
sustentación.85

19
El ser humano no está nunca en un perfecto equilibrio mecánico, debido a que no
posee un cuerpo estático o rígido, sino que está continuamente buscando su
equilibrio, y al hacerlo manifiesta esta propiedad de los cuerpos que tienden a
volver a su posición de equilibrio cuando se les aparta de ella y que se llama
estabilidad, o control postural en el ámbito clínico. El control postural durante la
deambulación, bipedestación o sedestación representa la habilidad del ser
humano para mantener el centro de presiones (CDP), que coincide con la
proyección perpendicular del CDG, dentro de los límites de estabilidad o sea,
fronteras de un área en el espacio en el que el cuerpo puede mantener su posición
sin modificar la base de soporte. Este CDP se encuentra en un punto localizado en
la mitad de la distancia que separa la parte más posterior de los huesos calcáneos
y las cabezas de los primeros metatarsianos, cuando los talones están unidos y
los dedos pulgares se separan ligeramente de manera que las plantas de los pies
puedan soportar todo el peso del cuerpo.86
Estos límites no son fijos y cambian de acuerdo a las condiciones de actividad del
sujeto, situación del aparato locomotor, estados emocionales y aspectos
relacionados con el entorno. Si en algún momento el CDP cae fuera de los límites
de la estabilidad, la caída es inevitable, a menos que se realice una maniobra
brusca de corrección. El sistema del equilibrio evita la caída mediante continuos
ajustes de la postura en bipedestación y minimiza las influencias desestabilizantes
como la gravedad u otros vectores de fuerza.86
Existen diferentes estrategias para mantener el equilibrio, que varían dependiendo
de la intensidad del estímulo desestabilizador y que impiden que el CDP caiga
fuera de los límites de estabilidad, como son la estrategia de tobillo y la estrategia
de cadera. La estrategia de tobillo rota el cuerpo alrededor de la articulación tibio-
astragalina, produciendo principalmente esfuerzos de dirección antero-posterior.
La estrategia de cadera concentra los movimientos alrededor de dicha articulación,
y se genera cuando la base de sustentación es pequeña y el CDG se mueve
rápidamente hacia los límites de estabilidad. La estrategia de cadera produce
principalmente esfuerzos de dirección medio-lateral.55

20
Se sugiere que para lograr un control postural eficiente se requiere de un sistema
de entrada que reciba la información, un centro para la integración de esta
información, que la recepciona, interpreta y propone una respuesta, y por último
un sistema efector que ejecute correctamente esta respuesta.87 Es decir, que para
el mantenimiento y regulación postural, es necesaria una integración de varios
procesos multisensoriales, por donde entra la información del estado de equilibrio
desde la periferia hasta el Sistema Nervioso Central (SNC). Este la reconoce, la
filtra y hace que seamos conscientes de la postura adoptada en cada momento; al
mismo tiempo, el SNC envía impulsos adecuados a la periferia, a nivel del sistema
músculo-esquelético, como respuesta para adaptar la postura a las necesidades
de cada momento.41
Cualquier alteración en uno o más de estos componentes puede provocar un
balance postural deficiente.87
Entre los receptores posturales primarios con funciones exteroceptivas y
propioceptivas tenemos:70
1. Extero-receptores: Los receptores sensoriales, captan la información que
proviene del medio ambiente y la envían al SNC. En relación a la Posturología, se
reconocen: el oído interno, los ojos y la superficie cutánea plantar, y el Sistema
Estomatognático que es considerado también como un receptor sensorial.
 Oído interno: Los receptores del oído interno, informan del movimiento y la
posición de la cabeza en relación al CDG y la verticalidad del ser humano.
Los canales semicirculares no participan en la regulación fina del equilibrio,
esta labor la realizan el sáculo y el utrículo que son sensibles a la gravedad
y a la aceleración lineal.
 Ojos: La entrada visual a través de la retina permite la estabilidad postural
para el movimiento antero-posterior, gracias a la visión periférica. Por el
contrario, para el movimiento derecha-izquierda la visión central es
preponderante. La entrada visual es activa cuando el ambiente visual es
cercano. Gracias a la posición frontal de los ojos en el ser humano y a la
convergencia ocular se hace posible la visión estereoscópica, trascendental
para la destreza en la habilidad manual.

21
 Pie: Se convierte en la entrada plantar del sistema postural “fino”, que
informa de la posición del cuerpo con respecto al suelo. Manipulando la
entrada podal podemos modificar toda la postura del individuo. Esto se
logra modificando la información que se recibe de los receptores podales.
2. Endo-receptores: Informan al SNC de aquello que sucede dentro del individuo.
Permiten, al sistema, analizar en que posición permanece el individuo y la
situación de sus huesos, ligamentos, músculos y órganos en relación al equilibrio.
Se dividen en dos grandes categorías:
 Receptores propioceptivos: Ubicados a nivel de los músculos, tendones,
articulaciones, que informan de la angulación, velocidad y dirección del
movimiento (corpúsculos de Ruffini y Paccini, husos neuromusculares y
órganos tendinosos de Golgi).
 Receptores visceroceptivos: Los que se encuentran situados en las
vísceras.
Si en el plano funcional el oído interno, fuertemente encajado en el macizo
petroso, se desregula poco, no sucede lo mismo con lo que respecta a los pies y a
los ojos. Estos elementos constituyen las entradas primarias del sistema, por lo
que toda la alteración del apoyo en el suelo o de la convergencia ocular tendrá
repercusiones en el conjunto postural. La desregulación de estos captores es en
extremo frecuente y suele pasar desapercibido. 42
Cuando existe una información errónea por parte de los sensores y propioceptores
de ojos, pies, vestíbulo y de los órganos encargados de la transmisión de datos al
Sistema Nervioso Central, se produce un trabajo suplementario del organismo
para restablecer el equilibrio, lo cual lleva a trastornos fisiológicos como cansancio
crónico, fatiga, lumbalgias, cervicalgias y lesiones músculo-esqueléticas severas.
88

Por ejemplo, cuando estos receptores sensitivos de la planta del pie y los
tendones reciben la información de que el apoyo plantar no es el correcto, o que
hay algún sistema que está alterando su mecánica, o que el sistema propio y
exteroceptivo no funciona bien, envían otra información a los segmentos
corporales de que hay que buscar un sistema de compensación modificando y

22
regulando la postura. En los casos de personas que presentan músculos fuertes y
flexibles, la mala postura no afecta las articulaciones, ya que la capacidad que
estas tienen de cambiar de posición fácilmente, permite que el estrés no se torne
excesivo. Si las articulaciones son rígidas o demasiado móviles, o los músculos
son débiles, la postura puede ser fácilmente alterada, ocasionando alguna
patología.89
Por lo tanto, sí no hay una armonía en los tres planos del espacio (sagital, frontal y
horizontal), la desorganización de un segmento del cuerpo implicará una nueva
organización de todos los otros, asumiendo así una postura compensatoria, la cual
también influenciará las funciones motoras dependientes. 42, 81
Una deficiente
biomecánica, que crea palancas causantes de múltiples sobrecargas de trabajo
para los sistemas articulares origina una "mala postura", siendo a su vez un
proceso de lesiones motoras repetitivas.72
El Sistema Estomatognático abarca tres elementos (Articulaciones
Temporomandibulares, tejidos periodontales y el sistema masticatorio
neuromuscular) que mutuamente se influencian unos a otros y tienen numerosos
propioceptores (los husos neuromusculares, las uniones mecanoreceptoras, y los
receptores periodontales). Una patología que se inicie en cualquiera de los
componentes del Sistema Estomatognático a la postre involucrará a los otros,
debido también a sus estrechas relaciones funcionales, modificando
significativamente la respectiva información propioceptiva.90
Se ha comprobado además que existe una conexión funcional entre las regiones
temporomandibulares y cráneo-cervicales, pues los movimientos de la cabeza y el
cuello durante los movimientos de abertura y cierre de la mandíbula son
coordinados y paralelos. La cabeza por lo general entra en movimiento
simultáneamente o antes de que la mandíbula inicie el movimiento de abertura.
Los movimientos mandibulares "funcionales" involucran concomitantemente a las
ATM, y las articulaciones atlanto-occipitales y cervicales de la columna vertebral.
36, 91

También el comportamiento de la cabeza y el cuello durante la masticación es


modulado en respuesta a los cambios en los receptores sensitivo-motores del

23
Sistema Estomatognático. Cada ciclo masticatorio está acompañado no sólo por
los movimientos mandibulares, sino que también por movimientos de flexión-
extensión de la cabeza; y la magnitud de la flexión está relacionada en una
proporción directa con el tamaño y textura del bolo alimenticio. 92, 93
Específicamente, al valorar la relación cráneo-cervical, debe existir además una
angulación de 40o a 60o del músculo esternocleidomastoideo, o una distancia de 7
a 8 cm desde una línea vertical trazada en la región medio cervical. Además, el
hioides debe ubicarse justo por delante y debajo del cuerpo vertical de la tercera
vértebra cervical, y su asta posterior a la altura del primer disco intervertebral. Es
importante mencionar que los segmentos atlanto-occipital y atlanto-axoideo
carecen de discos. En condiciones normales, la lengua descansa contra el paladar
por presión negativa, con su cara anterior tocando ligeramente la cara posterior de
los incisivos maxilares.84
Si se observa un esquema del equilibrio postural de la cabeza (fig.1), se aprecia
que el CDG y el mayor peso y volumen se ubican por delante de la columna
cervical, y aún así se mantiene un equilibrio postural; esto evidencia que las
cadenas musculares del cuello y la espalda revisten una gran importancia en la
postura de la misma.78

Fig. 1: Diagrama de equilibrio postural.


Hablar de cadenas musculares, es hablar de un conjunto de músculos que
trabajan en forma coordinada y armónica, que hacen posible asegurar la estática,
el equilibrio y los movimientos. Representan circuitos de continuidad de dirección
y de planos a través de los cuales se propagan las fuerzas organizadoras del

24
cuerpo, estas representan las estructuras dinámicas que ponen en marcha la
organización cinética del cuerpo. Todas las cadenas musculares pasan por las
fascias que son un envoltorio superficial y profundo del cuerpo; estas no aceptan
que las tensen, por lo que toda demanda de longitud en un sentido necesitará de
su implicación.94
Cuando se tiene una visión más clara de la continuidad de la fascia, de su
globalidad, se admite que la menor anomalía del esqueleto, la menor lesión
articular o la menor tensión muscular puede repercutir a lo lejos en forma
inmediata o con el transcurso del tiempo. Así encontramos cadenas musculares
estáticas, dinámicas, de flexión, de extensión, de cierre, de abertura,
homolaterales, contralaterales, cruzadas, rectas y otras. La sobrecarga de las
cadenas, es decir la tensión por encima de los niveles aceptados, tiene la
tendencia a instalar acortamientos o estiramientos de los segmentos musculares
que las contienen, ya sean las más próximas al segmento primario que se ha
tensado o las distales como consecuencia de las adaptaciones que implica
conservar en armonía el resto de las cadenas. 94
Estudios recientes también sugieren una posible influencia de los aferentes
trigeminales en la postura corporal, pero esto aún no ha sido demostrado
concluyentemente. Se han descrito numerosas conexiones anatómicas entre el
sistema trigeminal y las estructuras nerviosas involucradas en el mantenimiento de
la postura. El núcleo mesencefálico del trigémino (NMT), que se extiende desde la
porción dorsal del núcleo espinal trigeminal a la parte caudal del colículo superior,
es un núcleo sensorial con características únicas. Las células de este núcleo no
son neuronas centrales, sino protoneuronas con la función de las células
ganglionares. Estas son neuronas pseudounipolares que envían el axón
externamente al SNC, mientras que la otra conexión establece contactos intra-
axiales. Esto puede explicar la sensibilidad en pacientes con alteraciones a nivel
de Sistema Estomatognático ante diferentes estímulos descendentes (estrés,
ansiedad) o estímulos ascendentes (estímulos propioceptivos procedentes de la
columna, los pies y las piernas).95

25
En el NMT, las neuronas asociadas con los músculos extraoculares están
presentes junto a las neuronas aferentes primarias asociadas con los músculos
masticatorios. Desde el núcleo mesencefálico del trigémino, las vías neurales
conectan con el cerebelo, la formación reticular y el núcleo vestibular. Luego
continúan a las neuronas motoras espinales y a los eferentes extra-oculares.95
Estudios realizados también han revelado conexiones entre el núcleo principal del
trigémino y la porción oral, interpolar y caudal del núcleo espinal trigeminal por un
lado con el núcleo vestibular y el núcleo prepósito del hipogloso por el otro. El
núcleo prepósito es parte de un pequeño grupo de células nerviosas adyacentes,
pero no conectadas, con el núcleo del hipogloso. Este es también un importante
centro nervioso para el control de la posición y el movimiento de los ojos, debido a
su estrecha relación con el núcleo vestibular, el cerebelo y el núcleo oculomotor.
Todas estas las conexiones anatómicas sugieren que las porciones del sistema
trigeminal fuertemente influencien la coordinación de la postura y la vista. Es
probable que la información sensorial de receptores propioceptivos del Sistema
Estomatognático sea procesada en paralelo con la información de los sistemas
vestibulares y oculomotores; y que los cambios en la estimulación trigeminal
puedan causar un desequilibrio en los sistemas vestibulares y oculomotores. 95
Según la literatura revisada, creemos que sí existen correlaciones reales entre la
postura y el Sistema Estomatognático. Sin embargo, debido a lo complejo de los
factores involucrados, los estudios existentes aún han dejado importantes lagunas
en esta área del conocimiento.
De cualquier modo, se debe considerar que el Sistema Estomatognático está
íntimamente relacionado, directamente a través de las articulaciones, músculos e
inervaciones vasculares y nerviosas, al cráneo y a la columna cervical y estos a su
vez al resto del cuerpo.43 Por lo que así como la postura corporal global interfiere
en la posición de la cabeza, la cual es directamente responsable por la postura de
la mandíbula, una relación inversa también puede ocurrir, es decir, una disfunción
en el Sistema Estomatognático puede llevar a alteraciones en la postura corporal.
56, 70

26
Desde la lactancia ya se inicia la postura mandibular y corporal de forma
adecuada. Si es controlada en el bebé por un tiempo adecuado, favorecerá el
desarrollo mandibular y una correcta postura de la cabeza, además de una buena
respiración. El primer año de vida es fundamental para la calidad de la
masticación, respiración y postura corporal para el resto de la vida. Si el sistema
masticatorio fue bien desarrollado, las probabilidades de desarrollarse bien el
sistema locomotor son bastante grandes. 96, 97
Como habíamos señalado, la postura de la cabeza determina la posición la de
mandíbula; por lo que al modificarse influencia diversos aspectos de la oclusión en
sí. Cuando la cabeza esta en posición erecta la posición de reposo mandibular,
establecida por el reflejo postural, se encuentra de 2 a 4 mm por debajo de la
posición de máxima intercuspidación (PMI) u oclusión céntrica, que es aquella
posición donde ocurre el mayor número posible de contactos entre los dientes
superiores e inferiores. Si los músculos elevadores de la mandíbula se contraen,
la mandíbula ascenderá directamente hasta la posición de máxima
intercuspidación. Sin embargo si la cabeza se extiende 45°, la posición de reposo
mandibular se modificará para pasar a una posición más retruída, aumentando el
espacio libre. Si los músculos elevadores de la mandíbula se contraen en esta
posición, el trayecto del cierre será algo posterior, así pues, el contacto dentario se
dará por detrás de la posición de intercuspidación, siendo necesario un
deslizamiento para desplazar la mandíbula hacia la máxima intercuspidación.
Cuando la cabeza se flexiona 30°, la mandíbula se desplaza ligeramente hacia
delante, disminuyendo el espacio libre; si se contraen los músculos elevadores de
la mandíbula el trayecto de cierre será ligeramente anterior al existente en la
posición erecta, de ésta manera el contacto dentario se producirá por delante la
posición de máxima intercuspidación. Esto posibilita entender que la postura de la
cabeza influye en aspectos oclusales como la posición de reposo mandibular, la
posición de contacto retruída, el espacio interoclusal, la posición de eje de bisagra
terminal de la ATM y la relación de contacto de los dientes en la oclusión
habitual.72

27
Genéricamente, el término oclusión normal se refiere al alineamiento de los
dientes y a la manera en cómo se relacionan espacialmente e interdigitan, cuando
el individuo eleva la mandíbula y las piezas dentarias quedan en contacto. 98 Sin
embargo, la oclusión dental no es una posición estable única ya que es modificada
por la actividad dinámica de su ambiente peribucal y gravitacional47, por lo que el
concepto de oclusión debe ser más amplio e incluir las relaciones funcionales,
parafuncionales y disfuncionales que surgen como resultado del contacto entre las
superficies oclusales de los dientes.99
La relación mecanoceptiva diente a diente de la oclusión es una fuente de
información que junto a la propioceptiva músculo-esquelética sirve de referencia
sensorial en la posición del cuello y la cabeza, desempeñando una función
antigravitacional con el resto del cuerpo. Entonces, la oclusión lejos de una visión
puramente dental, ocupa un rol fisiológico en la economía nutricional del cuerpo e
igualmente en la postural.47
Por eso se considera que la oclusión es el resultado del control neuromuscular del
Sistema Estomatognático. Los receptores claves permiten la entrada y salida de
información del Sistema Nervioso Central, hacen posible los movimientos y la
postura mandibular, coordinados con la lengua dentro de un sincronismo
adecuado para mantener la homeostasis. El control del estímulo y de la inhibición
de algunos receptores y vías neurales pueden llevar a respuestas que ajustan los
mecanismos compensatorios de crecimiento y recuperan el desarrollo normal.
Cada codificación neural con calidad, intensidad, período y duración apropiados,
mantiene la homeostasis del Sistema Estomatognático según la adaptación
individual.72
Las teorías de oclusión estática que aún se trabajan en la mecánica de una
posición máxilo-mandibular absoluta y rígida deben ser modificadas, ya que no
son prácticas ni objetivamente posibles. Reflexionar acerca de la situación postural
o de equilibrio mandibular de la que parten y terminan todos los movimientos
mandibulares funcionales es significativo. Esto debido a que en términos de
“normalidad” y siendo consecuentes con los conceptos de oclusión ideal
odontológica, este equilibrio correspondería a una persona erguida o sentada al

28
sostener la cabeza de modo tal, que la mirada se dirija al horizonte. Pedirle esto a
la evolución de nuestra especie, es dogmatizar y limitar la infinita dinámica cráneo-
facial y máxilo-mandibular a la que somos capaces de alcanzar. 47
En la persona sana, la anatomía oclusal de los dientes actúa de manera armónica
con las estructuras que controlan los patrones de movimientos de la mandíbula, y
se dividen en los tipos siguientes, los que influyen en el movimiento de la parte
posterior de la mandíbula y los que influyen en el movimiento de la parte anterior
de la misma. Las Articulaciones Temporomandibulares se consideran los factores
de control posterior y los dientes anteriores los factores de control anterior.
Durante cualquier movimiento, las peculiares relaciones anatómicas de estas
estructuras se combinan para determinar un trayecto preciso y repetible. 100
Para la existencia de salud en el Sistema Estomatognático se debe considerar
además la relación céntrica (RC) estable y una guía anterior funcional.
Actualmente Dawson6 resalta que la posición de relación céntrica es una posición
que no se refiere a los dientes sino que es aquella relación de la mandíbula con el
maxilar cuando el complejo cóndilo- disco, alineado adecuadamente, está en la
posición más superior y medial contra la eminencia articular, independientemente
de la dimensión vertical o de la posición de los dientes. Un complejo cóndilo-
disco posicionado correctamente en relación céntrica puede resistir una carga
máxima por los músculos elevadores. Es la posición de la mandíbula
universalmente aceptada porque es fisiológica y biomecánicamente correcta y es
la única que permite una oclusión libre de interferencias.
Por su parte, la existencia de una guía anterior correcta exige que desde el
momento en que la mandíbula comienza a deslizarse desde PMI, o en sentido
inverso, desde posiciones excéntricas hacia PMI, los únicos dientes que deben
contactar sean los anteriores. Este constituye su papel funcional, producir una
desoclusión de los dientes posteriores durante las excursiones mandibulares. Si
se logra que los dientes anteriores protejan a los posteriores durante los
movimientos mandibulares y que los dientes posteriores protejan a los anteriores
en PMI se cumple el principio básico de la Oclusión Mutuamente Protegida,
establecido por Stallard y Stuard, desde 1963. 23

29
En presencia de trastornos oclusales se desencadenan mecanismos
compensadores en las cadenas musculares. Según Esposito,101 la contracción o
relajación de un músculo o grupo de músculos está relacionado con un factor
causal, preciso y localizado, al que llama “factor irritativo”, que es capaz de iniciar
una reacción en cadena de facilitaciones e inhibiciones cruzadas a través de casi
todos los músculos posturales, desde la cabeza a los pies.
Como se puede percibir, la dinámica e importancia de la columna cervical es
compleja, ya que además de permitir y modular la postura craneal, mandibular y
corporal, es el nicho de sostén de estructuras vitales en la fonación, respiración,
ingestión y masticación, además del sostén vascular, nervioso y glandular que
ofrece. El hioides y la mandíbula se entrelazan tendo-muscularmente de forma
complementaria y efectiva para el cumplimiento óptimo de estas funciones. Es así
como la mandíbula y sus dientes, presentan múltiples posibilidades oclusales en
relación a la situación del cuerpo y de la cabeza en sus diferentes posiciones;
erguida, sentada, supina, horizontal lateral e intermedias. Posiciones en las que el
cráneo ocupa una disposición espacial extendida, flexada o combinada con sus
evidentes efectos directos e indirectos sobre la relación interdental. 47
El análisis de la postura no es una tarea fácil, principalmente porque la valoración
postural es todavía científicamente inexacta. 102 Para el estudio de la regulación del
tono postural se han propuesto una amplia variedad de pruebas, siendo la
Posturometría o Estabilometría la ciencia médica que mide la postura estática y
permite la comprobación instrumental de la clínica posturológica.103
Ronda104 señala que los principios de la Posturometría fueron descritos
inicialmente por Nashner en 1970 en una tesis doctoral. A ésta le siguieron más de
50 trabajos en relación con la postura humana y el control del movimiento. Estos
primeros trabajos estaban basados en el uso de una plataforma móvil que se
comercializó en 1986 (EquiTest‚ Neurocom International, Inc., Clackamas, Ore).
Como en tantos otros campos de la Medicina, la informática también favoreció, a
partir de los principios de Kapandji, fisioterapeuta francés que estudió la
distribución de la carga del cuerpo al suelo, el desarrollo de un software único,
incorporado a la plataforma posturométrica, que permite la comprobación exacta y

30
el seguimiento de todos los valores posturométricos, estableciendo un protocolo
de medición que podía ser utilizado por las distintas especialidades.101
La Estabilometría permite analizar las oscilaciones posturales de un individuo de
pie en diferentes situaciones y de este modo tener una idea sobre su equilibrio y
su sistema postural; mediante el estudio de la proyección en la base de
56
sustentación, del centro de presiones, asociado al CDG del cuerpo. Pero de
forma general sus principales aplicaciones son: 104
1. Diagnóstico. Desde el punto de vista del diagnóstico etiológico tiene un valor
limitado ya que no existe un patrón patognomónico de cada enfermedad, aunque
permite conocer mejor al enfermo con vértigo y complementa los resultados de la
electronistagmografía, informando más sobre la integración central del equilibrio
que sobre el funcionamiento del órgano vestibular periférico. También es un
método importante para la realización de informes médico legales, ya que permite
estudiar comportamientos sospechosos de simulación gracias a la valoración de
los mismos por sistemas expertos.
2. Tratamiento. Por una parte la Posturografía no sólo permite realizar una
planificación correcta de la terapéutica reeducativa, sino que además la
introducción de programas de entrenamiento en el software informático de las
plataformas dinamométricas contribuye a la rehabilitación del enfermo al permitir al
paciente compensar su déficit sensorial o motor por medio del entrenamiento en
diferentes condiciones. También la comparación de las diferentes pruebas
realizadas al paciente nos informa de su evolución y permite evaluar tanto la
efectividad del tratamiento como la compensación central alcanzada.
Se ha considerado que en lo que a la Estomatología se refiere, con la
Posturometría podemos establecer si la mandíbula está en equilibrio con el
cuerpo, ver si su dimensión vertical es correcta, y controlar si la oclusión está
alterando la posición mandibular. Con los valores estabilométricos proporcionados,
se puede medir si el sistema masticatorio y su tono provocan o no una alteración
del resto del sistema tónico postural, valorar si el paciente está confortable con
esa posición y si su baricentro está cerca del CDG. Además se puede observar si
en la nueva posición de la mandíbula se gasta mucha energía corpórea. Con

31
todos estos datos es posible, no sólo diagnosticar sino además seguir la evolución
de los tratamientos.101
En la actualidad muchas plataformas estabilométricas son usadas. La mayor parte
de ellas registran parámetros de frecuencia absoluta y relativa de parámetros
asociados a la estabilidad postural del paciente. Los siguientes métodos de
estabilometría son universalmente aceptados: Variante Europea del Test de
Romberg (VETR), la Variante Estabilométrica Europea (VE), Variante Americana
Universal del Test de Romberg (VAUTR), Variante Americana del Test de
Romberg (VATR). Además de estos exámenes, hay numerosos métodos
accesorios para los estudios estabilométricos como por ejemplo, el Complejo
estabilométrico MBN que registra 16 parámetros cuantitativos. 105
No obstante, estudios más recientes realizados con el objetivo de evaluar la
validez de los dispositivos clínicos e instrumental disponible (la electromiografía de
superficie, kinesiografía y las plataformas posturales) para medir la relación entre
la oclusión dental, la postura corporal y los Trastornos Temporomandibulares,
mostraron que el empleo de estos métodos de medición no estaban respaldados
por la gran mayoría de los investigadores, principalmente por la amplia variedad
de variables posturales medibles (área de oscilación, velocidad de oscilación,
discrepancia del centro de presiones con el centro teórico, entre otros).106, 107
Sin embargo, de forma general existen tres métodos, que son los más populares,
para valorar la postura corporal. Un procedimiento implica tomar fotografías y
entonces realizar las mediciones pertinentes, un segundo método implica el uso
de telerradiografías y por último la evaluación clínica (observación) de la postura
del paciente con relación a la línea de gravedad y determinados puntos. Aunque el
método teleradiográfico se considere el más preciso, no hay un acuerdo estándar
acerca de la forma de posicionar la cabeza y el cuello para tomar las radiografías y
evaluar exactamente la posición y el patrón postural del paciente. 46
Empleando el análisis teleradiográfico de la postura en el plano sagital se han
señalado diversos puntos anatómicos de referencia y varias clasificaciones.
Las marcas de referencias más empleadas señaladas en la literatura son: el
maléolo, la tuberosidad calcánea posterior, la cabeza del peroné, la tuberosidad

32
tibial, el trocánter mayor del fémur, el ángulo anterior y el borde lateral posterior
del acromio, las espinas ilíacas antero-superiores y postero-superiores, la columna
vertebral (en particular C7), el ángulo inferior de la escápula, el manubrio del
esternón, protuberancia mentoniana, y la escotadura intertrágica.108
Entre los puntos de referencia para el análisis cefalométrico tenemos: 109
 Nasion (N): Situado en la intersección del hueso frontal y los huesos
propios de la nariz.
 A: Punto más posterior en la concavidad del maxilar, en el plano sagital,
entre la espina nasal anterior y el prostion.
 B: Punto más posterior del contorno mandibular, entre el infradental y el
pogonion.
 S: Situado arbitrariamente en el centro de la fosa pituitaria del hueso
esfenoides.
 Prostion (Pr): Punto del proceso alveolar superior que más anteriormente se
proyecta en la línea media.
 Pogonion (Pog): Punto más anterior del contorno del mentón.
 Gnation (Gn): Punto más anterior e inferior del contorno del mentón, se
determina por la bisectriz del ángulo formado entre los planos mandibular y
nasión-pogonión.
 Gonion (Go): Punto medio del ángulo goníaco, se determina por la bisectriz
del ángulo formado entre el plano mandibular y un plano a través del
articular que siga el borde posterior de la rama mandibular.
 Porion (Po): Punto ubicado en el medio del borde superior del conducto
auditivo externo.
 Orbital (Or): Punto más bajo del margen de la órbita.
Planos de referencia:
 Plano Nasion-Centro de la silla turca (SN): Unión de los puntos SN. Para
Steiner éste es un plano fácil de trazar y muy útil por estar localizado en el
plano medio sagital.
 Plano NA: Unión de los puntos N y A.
 Plano NB: Unión de los puntos N y B.

33
 Plano de Frankford: Representa la base del cráneo y se forma al pasar por
los punto Po y Or.
 Plano Mandibular: Steiner localiza este plano uniendo los puntos Gonion y
Gnation, que para él representan mejor el cuerpo de la mandíbula.
 Plano de la rama: Se traza tangente al borde posterior de la rama
ascendente de la mandíbula en sus puntos más prominentes en sentido
posterior.
Ángulos:
 SNA: Formado por la unión de los planos SN y NA. Tiene un valor de 82º.
Sí es mayor hay prognatismo total superior y sí es menor retrognatismo
total superior.
 SNB: Formado por la unión de los planos SN y NB. Tiene un valor de 80º.
Sí es mayor hay prognatismo total inferior y sí es menor retrognatismo total
inferior.
 ANB: Formado por la unión de los planos AN y NB. Tiene un valor de 2º. Da
la relación que existe entre el maxilar y la mandíbula en sentido
anteroposterior. Cuanto mayor es el valor de este ángulo, la separación de
las bases óseas será también mayor.
Roussouly,110 también apoyándose en los estudios teleradiográficos define cuatro
tipos posturales según la alineación espino-pélvica en el plano sagital:
Tipo 1: Inclinación sacra menor de 35°. El ápice de la lordosis lumbar está
localizado en el centro del cuerpo vertebral de L5.
Tipo 2: Inclinación sacra menor de 35°, pero el ápice de la lordosis lumbar está
localizado en la base del cuerpo vertebral de L4.
Tipo 3: Inclinación sacra entre 35° y 45°, con el ápice de la lordosis lumbar en el
centro del cuerpo vertebral de L4.
Tipo 4: Inclinación sacra mayor de 45°. El ápice de la lordosis lumbar está en el
centro del cuerpo vertebral de L3 o más alto.
En muchas ocasiones el desarrollo tecnológico invita a olvidar el pasado, la
historia, aunque no signifique que sea caduca o inútil, por lo que es prioritario que
se valore y se rescate el verdadero examen clínico, basado en el interrogatorio

34
preciso y la observación de signos semiológicos, imprescindible para sustentar el
quehacer cotidiano del profesional de la salud. 111, 112
La observación visual del paciente también es usada frecuentemente en la
práctica clínica.113, 114
Es por eso que la clasificación de la postura corporal que
42
propone Bricot, basada en el método observacional, que resulta funcional y
describe bien las variantes de postura que pueden ser detectadas en el plano
sagital, fue seleccionada para esta investigación.

35
CAPÍTULO I I – MÉTODO
2.1- Clasificación de la investigación:
Para dar salida a los objetivos propuestos se realizó un estudio analítico de casos
y controles en el período comprendido de diciembre de 2010 a junio de 2013.
2.2- Selección de los sujetos:
2.2.1- Universo y muestra de estudio:
De un universo de 1600 pacientes atendidos en la consulta de Trastornos
Temporomandibulares de la Facultad de Estomatología “Raúl González Sánchez”
de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, se seleccionó una muestra
de 320 individuos, que fue dividida en dos grupos: uno de estudio y otro de control.
El primer grupo estuvo formado por 160 pacientes, seleccionados aleatoriamente,
que acudieron a la consulta en busca de tratamiento para sus síntomas, sin haber
recibido tratamientos anteriores para este desorden.
El segundo grupo control, se conformó con la misma cantidad de individuos y
también de forma aleatoria, pero con la condición de que los pacientes no debían
presentar síntomas o signos de Trastornos Temporomandibulares.
Para el cálculo del tamaño muestral necesario se utilizó una opción del menú de
STACALC, programa EPINFO versión 6, considerando un nivel de confiabilidad
del 95%, una potencia de la prueba de 95% y una prevalencia de TTM de un 20%.
Esta cifra es la resultante del promedio de la prevalencia de TTM referida en los
estudios de Jiménez22 y Zacca 115 (32% y 8% respectivamente).
2.2.2- Criterios de inclusión:
Fueron incluidos en el estudio:
 Pacientes dentados totalmente en el maxilar y la mandíbula o que
presentaran como máximo sólo la pérdida de un diente en cada
hemiarcada, teniendo en cuenta que no se afectara la Dimensión Vertical
Oclusiva ni la Guía Anterior.
 Pacientes que expresaran su conformidad a participar en el estudio
mediante su consentimiento informado.
2.2.3- Criterios de exclusión:
En todos los casos fueron excluidos los pacientes con:

36
- Antecedentes de traumas faciales, de las Articulaciones
Temporomandibulares o la columna vertebral.
- Oclusión dentaria abierta anterior, resalte invertido en el sector anterior o
borde a borde.
- Embarazadas.
- Tratamiento previo con medicamentos analgésicos y/o antiinflamatorios.
Obsérvese que todas las muestras fueron tomadas en la Facultad de
Estomatología de La Habana, que recibe pacientes de todos los municipios, por lo
cual podemos considerar que representan a la población de La Habana.
2.2.4- Criterios diagnósticos:
Para identificar la presencia de Trastornos Temporomandibulares se empleó el
test de Krogh- Paulsen (Anexo 1), que comprende 9 parámetros clínicos
relacionados con estos trastornos. Tres evalúan la presencia de trastornos
funcionales de los músculos, tres los de las Articulaciones Temporomandibulares y
otros tres los del componente dentario. En dependencia de la cantidad de
aspectos positivos identificados se establecieron las categorías de:
- Sano.
- Sano con riesgo.
- Perturbación.
- Disfunción.
Todos los pacientes fueron remitidos al investigador principal para que los
examinara y determinara si cumplían o no con los criterios diagnósticos o de
inclusión.
Los pacientes considerados sanos fueron incluidos en el grupo control, y en el
grupo estudio fueron ubicados aquellos en los que se identificó al menos un
parámetro positivo.
Este diagnóstico fue establecido por el interrogatorio y el examen físico y
caracterizado por la presencia de dolor espontáneo, o provocado a los
movimientos mandibulares o a la palpación, en una o ambas Articulaciones
Temporomandibulares, en uno o varios músculos que intervienen en la
masticación u otros músculos que no intervienen directamente en la función,

37
presencia de limitaciones en la abertura bucal y a los movimientos mandibulares,
desviación o deflexión mandibular y presencia o no de ruidos articulares.
2.3- Operacionalización de las variables:
Las variables a emplear incluyeron las variables demográficas, posturales, las
relacionadas con el test de Krogh- Paulsen, así como las oclusales morfológicas y
funcionales; como son mostradas a continuación:
Variables Operacionalización Categorización Expresión
Sexo Género 1- Masculino %
2- Femenino

Edad En años cumplidos 1- 19 a 25 %


2- 26 a 35
3- 36 a 45
4- 46 a 55
5- 56 a 65

Grupo Se refiere a la presencia o no de 1- Casos %


Trastornos Temporomandibulares. 2- Controles
Casos: Sí presenta Trastornos
Temporomandibulares.
Controles: No presenta Trastornos
Temporomandibulares.

Variables posturales en el plano sagital

Tipo postural Se refiere a la línea de gravedad vista 1- Tipo A %


lateralmente. Determinada por la 2- Tipo B
posición de la cabeza, los hombros y la 3- Tipo C
pelvis, con la cabeza erguida y la 4- Tipo D
mandíbula en posición de reposo. 5- Tipo E
Tipo A: Es la normal. Dejando caer una
plomada desde C7 ha de pasar por el
surco interglúteo.
Tipo B: Plano escapular y glúteo
alineados, con aumento de las curvas
anteriores.
Tipo C: Plano escapular posterior.
Tipo D: Plano escapular anterior
Tipo E: Planos escapular y glúteo
alineados, con disminución de las
curvas anteriores.

38
Variables posturales en el plano frontal

Hombros Se refiere a la simetría en la altura de 1- Equilibrados %


los hombros derecho e izquierdo con 2- Desequilibrio
respecto al plano horizontal. derecho.
Equilibrados: Cuando están en un 3- Desequilibrio
mismo nivel. izquierdo.
Desequilibrio derecho: Cuando el
hombro derecho es el más alto.
Desequilibrio izquierdo: Cuando el
hombro izquierdo es el más alto.

Pelvis Se refiere a la nivelación de las espinas 1- Equilibradas %


ilíacas derecha e izquierda en el plano 2- Desequilibrio
horizontal. derecho.
Equilibrados: Cuando están en un 3- Desequilibrio
mismo nivel. izquierdo.
Desequilibrio derecho: Cuando la
espina ilíaca derecha es la más alta.
Desequilibrio izquierdo: Cuando la
espina ilíaca izquierda es la más alta.

Variables posturales en el plano horizontal

Rotación de Se refiere a la nivelación de los 0- Sin rotación %


hombros hombros derecho e izquierdo en sentido 1- Rotación
anteroposterior. Se considerará sin derecha
rotación cuando los hombros estén 2- Rotación
nivelados. Será derecha cuando el izquierda
hombro derecho sea el más
adelantado. Será izquierdo en el caso
de que el izquierdo sea el que esté en
una posición más anterior.

Rotación pélvica Se refiere a la nivelación de las espinas 0- Sin rotación %


ilíacas derecha e izquierda en sentido 1- Rotación
anteroposterior. Se considerará sin derecha
rotación cuando las espinas ilíacas 2- Rotación
estén niveladas. Será derecha cuando izquierda
la espina ilíaca derecha sea la más
adelantada. Será izquierda en el caso
de que la izquierda sea la que esté en
una posición más anterior.

39
Síntomas y signos de Trastornos Temporomandibulares

Restricción a la Cuando durante el movimiento de 0- No %


abertura abertura mandibular la distancia 1- Sí
interincisiva es inferior a 40 mm.

Irregularidad en Cuando se observa zigzagueo o 0- No %


abertura y desviación durante estos movimientos. 1- Sí
cierre.
Dolor muscular Cuando el paciente refiere dolor al 0- No %
a la palpación palpar los músculos Masetero, 1- Lado
Temporal o durante la manipulación derecho
funcional de los pterigoideos interno y 2- Lado
externo. Se determinará en qué lado se izquierdo.
presenta el dolor. 3.- Ambos

Dolor en ATM Cuando el paciente refiere dolor al 0- No %


palpar la ATM. Se determinará en qué 1- Lado
lado se presenta. derecho
2- Lado
izquierdo.
3.- Ambos

Chasquido Se puede determinar por audición 0- No %


simple o auxiliado del estetoscopio 1- Lado
durante la palpación de la ATM. Se derecho
determinará en qué lado se presenta el 2- Lado
chasquido. izquierdo.
3.- Ambos

Traba Limitación de la apertura que solamente 0- No %


se puede vencer con esfuerzo y es 1- Sí
seguida generalmente de desviación
mandibular acompañada de chasquido.

Inestabilidad El paciente en posición postural y con 0- No %


entre RC y PMI. vista al frente cerrará lentamente con el 1- Sí
menor esfuerzo posible, se le
preguntará la sensación que
experimenta. Si siente contactos
simultáneos en ambos lados o no
identifica diferencias es indicación de
estabilidad. Si toca de un lado antes
que el otro o solamente delante existe
inestabilidad.

40
Deslizamiento Se manipula la mandíbula y se 0- No %
anterior de RC a determina si existe desplazamiento 1- Sí
PMI mandibular mayor de 1 mm en el
segmento final del arco de cierre.

Deslizamiento Cuando el segmento final del cierre 0- No %


lateral de RC a tiene un componente lateral. 1- Sí
PMI

Severidad Se considerará sano cuando no tiene 1- Sano. %


ningún ítem del test de Krogh- Paulsen 2- Riesgo.
positivo, riesgo con un aspecto positivo, 3- Perturbación.
perturbación dos aspectos positivos, 4- Disfunción.
disfunción tres aspectos positivos.

Variables oclusales morfológicas

Resalte incisivo Consiste en la distancia horizontal Se expresará en mm


(entrecruzamiento horizontal u overjet) mm
que existe entre el borde incisal del
diente superior más vestibularizado y la
cara vestibular del diente inferior más
lingualizado.

Sobrepase Distancia verical (entrecruzamiento Se expresará en mm


incisivo vertical u overbite) entre el borde incisal mm
o punta cuspídea del diente superior y
el borde o punta cúspides del diente
inferior.

Diferencia Diferencia entre los valores del Se expresará en mm


incisiva sobrepase y el resalte incisivo. mm

Relación de De acuerdo a la posición de al estría 0- No hay %


molares mesiovestibular del primer molar relación
permanente inferior respecto a la 1- Disto
cúspide mesiovestibular del primer 2- Neutro
molar superior. Si la estría coincide es 3- Mesio
neutro, si está por detrás es disto y por
delante se clasifica como mesio.
Cuando falta uno de los molares se
plantea que no hay relación.

Oclusión Cuando en PMI, los dientes inferiores 0- No %


dentaria se encuentran por vestibular de los 1- Posterior

41
cruzada superiores. Se considerará solo la derecha.
oclusión dentaria cruzada en los 2- Posterior
sectores posteriores derecho o izquierda.
izquierda.
Espacio libre Se refiere al espacio que queda entre Se expresará en mm
los dientes superiores y los inferiores mm
cuando el paciente está en la posición
de reposo, y es igual a la diferencia
entre la dimensión vertical en reposo y
la oclusiva.

Variables oclusales funcionales

Interferencias Se presentan cuando una vertiente o 0- Sin %


propulsivas superficie oclusal interfiere al papel guía interferencias
de los incisivos durante el movimiento (Sanos).
de propulsión. Si es un diente de la 1- En Área de
zona anterior se clasifica como no trabajo.
interferencia en el Área anterior o de 2- En Área de
trabajo (AA o AT) y si es un diente trabajo.
posterior se clasifica como interferencia
en el Área posterior o de no trabajo (AP
o ANT).

Interferencias Se presentan cuando una vertiente o 0- Sin %


laterales superficie oclusal interfiere al papel guía interferencias
de los dientes durante el movimiento de (Sanos).
lateralidad. Si es un diente de la zona 1- En Área de
hacia la que se desvía la mandíbula se no trabajo.
clasifica como interferencia en el Lado 2- En Área de
de trabajo (LT) y si es un diente del trabajo.
lado contrario se clasifica como
interferencia en el Lado de no trabajo
(LNT). Se examinará el movimiento
hacia la izquierda y hacia la derecha.

Función lateral Se clasifica en dependencia de los 1- Canina %


dientes que guían el movimiento 2- Grupal.
mandibular contactante durante la
lateralidad. Se analizará en la derecha
y en la izquierda. Será canina cuando
los caninos contacten dejando una
desoclusión posterior. Grupal cuando
además del canino participe otro diente.

42
2.4- Examen clínico.
El examen clínico se realizó mediante el interrogatorio y el examen físico,
desarrollados por el investigador principal y tres residentes, debidamente
supervisados.
Los investigadores fueron capacitados de manera continua en todos aquellos
temas identificados como necesarios para el desarrollo del estudio.
En este sentido, previo a la recolección de la información, a los residentes se les
enseñó de forma teórico-práctica la metodología para realizar la exploración del
Sistema Estomatognático. Además se realizaron las coordinaciones necesarias
para que un ortopédico, un fisiatra y un anatomista adiestraran al personal
involucrado en la realización del examen postural.
La eficacia de la capacitación y la asimilación de los residentes se verificaron
regularmente.
Los datos obtenidos fueron vaciados en la ficha diseñada al efecto (Anexo 2).
2.4.1- Exploración del Sistema Estomatognático:
Para identificar los trastornos funcionales musculares se realizó la exploración
neuromuscular con la que se valoró el estado y la función de los músculos:
- Temporal: La presencia de sensibilidad o dolor se determinó por medio de la
palpación digital.
- Masetero: La presencia de sensibilidad o dolor se determinó por medio de la
palpación digital.
- Pterigoideo medial: Los síntomas musculares se valoraron por medio de la
manipulación funcional.
- Pterigoideo lateral: Los síntomas musculares se valoraron por medio de la
manipulación funcional.
Además se valoraron otros músculos como el esternocleidomastoideo y los
cervicales posteriores del cuello.
Los trastornos funcionales de las Articulaciones Temporomandibulares se
identificaron por palpación o auscultación.

43
Para examinar correctamente la integridad de las arcadas dentarias, estando
sentado el paciente en el sillón dental, bajo luz artificial, fue necesario el auxilio de
un espejo bucal plano.
Se determinó la clase de Angle y se empleó una regla milimetrada para determinar
el resalte y el sobrepase a nivel de incisivos.
Para identificar la presencia de las interferencias oclusales y de inestabilidad entre
las posiciones de relación céntrica y máxima intercuspidación se utilizó el papel
articular bicolor. Este se colocó entre las arcadas dentarias en PMI, de forma tal
que se marcaran los puntos de contacto en esta posición. Si se colocaron con la
parte roja hacia arriba, los contactos en PMI se marcaron de color rojo en la
arcada superior y azul en la mandíbula.
Cuando se realizó el examen de las relaciones de los dientes anteriores durante el
movimiento funcional de propulsión y de lateralidad, se invirtió el papel articular, de
forma de que cualquier otro contacto que se produjera durante el movimiento
mandibular se marcara de color azul en el maxilar y rojo en la mandíbula. Esto
permitió diferenciar los contactos en PMI de los demás contactos dentarios
excéntricos.
Para determinar el espacio libre, estando el paciente en una posición erguida, se
marcó con un lápiz dermatográfico un punto debajo de la base de la nariz y otro a
nivel del mentón, la distancia entre ambos puntos fue determinada con la regla
milimetrada estando el paciente tanto en posición de reposo como en PMI. La
diferencia entre ambas distancias fue el espacio libre.
2.4.2- Exploración postural:
Para realizar la exploración postural se le pedió al paciente que se retirara la ropa
de la parte del tronco (pudiendo conservar alguna prenda de vestir ceñida al
cuerpo y que dejara al descubierto los hombros). Debían colocarse en
bipedestación con las manos a ambos lados del cuerpo, sin zapatos, con los pies
separados a la amplitud de las caderas, formando un ángulo de 30° y con la vista
al frente.
Siguiendo la clasificación de Bricot,42 los desequilibrios posturales se estudiaron
en los tres planos del espacio:

44
- el plano sagital o anteroposterior.
- el plano frontal
- el plano horizontal.
Se procedió a examinar primeramente el plano sagital, en el cual se determinó el
tipo postural colocando la plomada a nivel de C7, que debía caer hasta el surco
interglúteo. También se observaron las curvas del raquis (Fig. 2).

Fig. 2: Trastornos estáticos en el plano sagital.


En el plano frontal, con un nivel, se observó si había simetría bilateral, y se
determinó la simetría en la altura de los hombros o de las espinas ilíacas
anterosuperiores para determinar cualquier desequilibrio (fig. 3).

Fig. 3: Desequilibrios en el plano frontal.


Para el examen en el plano horizontal el paciente extendió los brazos hacia
adelante y el examinador observó la posición de las espinas ilíacas
posterosuperiores y los hombros en sentido anteroposterior para detectar
cualquier rotación de los mismos (fig. 4).

45
Fig. 4: Desequilibrios en el plano horizontal.
2.5- Consideraciones bioético-sociales:
En esta investigación se siguieron los principios de la Declaración de Helsinki,
donde se afirma claramente que: ….“en la investigación biomédica con seres
humanos, los intereses de la ciencia y de la sociedad no pueden anteponerse al
bienestar del individuo. Igualmente el médico debe por principio ayudar al enfermo
y si no puede ayudarlo, ha de esmerarse al menos en no causarle daño”.
Para evitar conductas éticamente inaceptables y eliminar posibles daños morales
asociados con el pudor de los individuos, el protocolo que sirvió de base a este
estudio fue revisado y evaluado desde el punto de vista ético, científico y
metodológico por un Comité de Revisión y Ética, el cual dictaminó, a través de
carta, que estaba aprobado y acorde con los principios éticos requeridos para
realizar una investigación científica.
Este protocolo también fue presentado y aprobado por el Consejo Científico de la
Facultad de Estomatología de La Habana y por la Comisión de Grados Científicos
de Estomatología.
Las acciones son autónomas cuando cumplen tres condiciones: intencionalidad,
conocimiento y ausencia de control externo. Por tanto, si el agente no entiende la
acción, esta no puede ser autónoma. Es por eso que, como se establece en las
normas de Buenas Prácticas Clínicas, a todos los pacientes examinados se les
brindó una información escrita (Anexo 3) sobre los propósitos y la metodología del
estudio, con un lenguaje claro y entendible para la mayoría de la población y en
caso de no entenderlo se le explicó oralmente, lo cual era responsabilidad de los
examinadores.
De este modo los examinados tuvieron la autonomía para decidir si participaban
en la investigación o no. En los casos que expresaron su conformidad, el

46
consentimiento de participación quedó registrado mediante la firma del modelo de
consentimiento informado (Anexo 3).
Teniendo en cuenta siempre los principios bioéticos de beneficencia y no
maleficencia, el examen físico postural se realizó en un ambiente de respeto y en
un local cerrado destinado al efecto, de forma que no se violara la intimidad del
paciente, estando presentes al menos dos de los investigadores. La información
relacionada con su identidad y los resultados obtenidos fueron tratados
confidencialmente y atendidos solo por el personal especializado que participó en
la investigación.
Aunque durante la recopilación de la información, no se realizaron intervenciones
clínicas, los pacientes afectados por Trastornos Temporomandibulares o con
interferencias oclusales fueron informados oportunamente y tratados en la
consulta destinada a su efecto que atiende el autor de este trabajo. A los casos
con alteraciones posturales, se les sugirió que acudieran a su Médico de Familia
para iniciar el tratamiento correspondiente.
2.6- Procesamiento estadístico:
El procesamiento estadístico se realizó vaciando los datos en una base creada en
la versión 11.0 del SPSS (Statistical Pachage for Social Scences).
En el análisis descriptivo de los datos fueron utilizadas las tablas de contingencia
con el test clásico de Chi- Cuadrado. Los resultados fueron considerados
significativos cuando la significación del test resultó menor que 0.05. Los
resultados se vaciaron en tablas de una y dos entradas, y cada vez que se
entendió conveniente, se visualizaron adicionalmente en gráficos para facilitar la
interpretación (Anexo 4).

47
CAPÍTULO III – RESULTADOS
3.1 Caracterización de la muestra.
3.1.1 Sexo.
En la tabla 1 se muestra la distribución de los pacientes por grupos según sexo,
donde podemos apreciar que de los 320 examinados que constituyeron la muestra
de estudio, el 60.9% de los casos pertenecía al femenino, no existiendo
diferencias significativas entre los sexos (p>0,05). En el gráfico 1 podemos
constatar además, que las mujeres también fueron la mayoría tanto en grupo de
los casos (90) como en el de los controles (105).
3.1.2 Grupos de edad.
La composición de la muestra según grupos de edades se puede apreciar en la
tabla 2, donde es significativo el hecho de que el 36.9% del total de los
examinados se encontrara entre los 36 y 45 años de edad, seguido por el grupo
de 26 a 35 años que representó el 27.5% del total.
En el gráfico 2 se comprueba que la distribución de los pacientes en los casos y
los controles fue muy similar en los diferentes grupos de edades, excepto en el de
26 a 35 años, donde el número de enfermos (55) fue mayor con respecto a los
sanos (33), así como en el de 56 a 65 años donde no hubo ningún representante
en el grupo de los controles. En los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares se puede identificar un igual porcentaje de individuos
(34.4%) en el grupo de 26 a 35 y de 36 a 45 años de edad.
A continuación se procederá a presentar como se comportaron los Trastornos
Temporomandinulares y las variables oclusales con respecto a las variables
posturales en los diferentes planos del espacio (sagital, frontal y horizontal).
3.2 Plano sagital.
3.2.1 Tipo postural.
En la tabla 3 se presenta la distribución de los pacientes según el tipo postural. Se
puede observar que de los individuos con posturas Tipo A y B, el 93.9% y el
66.4% respectivamente pertenecían al grupo de los controles. De forma contraria
ocurrió con los que tienen una postura tipo C, pues el 89% se encontraba en el

48
grupo de los pacientes con Trastornos Temporomandibulares. También la postura
tipo E fue encontrada mayormente en el grupo de los casos (87.5%).
Apreciando el gráfico 3 se constata que en el total de la muestra estudiada
predominó la postura Tipo B, presente en 113 pacientes, que representaron el
35%, seguida por la Tipo C (26%) y posteriormente la Tipo D y la Tipo A (16 y 15%
respectivamente). La postura Tipo E solo se identificó en 24 pacientes (8%).
3.2.1 a) Signos y síntomas de Trastornos Temporomandibulares.
Si se aprecia la tabla 4, en la que se expone el conjunto de signos y síntomas
identificados en los pacientes con Trastornos Temporomandibulares según el tipo
postural, se observa que de un total de 160 pacientes, por orden de frecuencia, se
identificó en primer lugar, en 104 examinados, los chasquidos o sonidos
articulares, que representaron el 65% de los casos. Seguidamente se encontró en
el 45.6%, irregularidades en la abertura y el cierre bucal. El 39.4 y 31.9% de los
afectados presentó dolor muscular a la palpación y dolor en la ATM
respectivamente. Con menor frecuencia se halló la inestabilidad entre la Relación
Céntrica y la Posición de Máxima Intercuspidación (7.5%), así como el
deslizamiento anterior de RC a PMI y la restricción a la abertura que sólo se
observaron en el 0.6 y 1.9 % de los casos.
No sólo los chasquidos, sino todos los signos y síntomas, se presentaron con
mayor frecuencia en los pacientes con postura Tipo C, excepto la restricción a la
abertura bucal que sólo se observó en tres pacientes del grupo estudio. En los
casos con postura Tipo A se identificó la menor cantidad de alteraciones.
3.2.1 b) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares.
La distribución de los casos según tipo postural y la severidad de los Trastornos
Temporomandibulares se muestra en la tabla 5, donde se comprueba que el test
Chi-cuadrado detectó una significativa diferencia de proporciones (p<0.05). Los
pacientes con una postura Tipo C no solo constituyeron el 45.6% de todos lo
casos con alteraciones temporomandibulares, sino que también fueron los que
predominaron en todas las posibles clasificaciones.

49
Es notorio el hecho de que sólo 3 pacientes con postura Tipo A estuvieron
incluidos en el grupo de los enfermos y ninguno de ellos fue clasificado con
disfunción.
En el gráfico 4 se aprecia también que al clasificar a los casos, el 47% fue
considerado con perturbación, el 37% con disfunción y tan solo el 16% con riesgo.
3.2.1 c) Resalte y sobrepase incisivo.
Los valores medios de resalte incisivo son mostrados en la tabla 6 según grupo y
tipo postural. De forma general los menores valores de resalte se presentaron en
los pacientes con posturas Tipo A y B (2.93 y 2.87 respectivamente).
Mientras que en los pacientes con la postura Tipo E se apreciaron las mayores
medias; tanto en el grupo con Trastornos Temporomandibulares (4.26) como en el
de los sanos (3.33).
También la media total en los individuos sanos fue menor que en los enfermos
(2.96 < 3.22). Son llamativas las diferencias en los valores de resalte de los
pacientes con postura Tipo D y E, siendo mayores en los casos (4.2 y 4.26) que
en los controles (3.09 y 3.33).
En la tabla 7 se expresan los valores medios de sobrepase incisivo según el tipo
postural, donde se observa que aunque los pacientes con posturas Tipo A y B
mostraron las cifras más elevadas (3.71 y 3.80 respectivamente), estas no
alcanzan diferencias significativas (p>0.05). Los menores valores de sobrepase
los mostraron los individuos con postura Tipo C. También se constata que el grupo
de los sanos tuvo como promedio mayores valores de sobrepase (3.64).
3.2.1 d) Diferencia incisiva.
Como se aprecia en la tabla 8, las mayores diferencias entre el sobrepase incisivo
y el resalte incisivo se aprecian en los individuos sanos (0.68 > 0.35).
Contrario a esto, los pacientes con Trastornos Temporomandibulares y postura
Tipo E muestran el valor más negativo de esta variable (-0.86).
Los casos con postura Tipo C tienen valores negativos de diferencia incisiva (-
0.12); por su parte, los individuos sanos con este tipo postural muestran los
menores valores de esta variable dentro del grupo control (0.21).
3.2.1 e) Espacio libre.

50
En la tabla 9, se presentan los valores medios de espacio libre según tipo postural
y grupo, pudiendo observarse diferencias altamente significativas (p < 0.001) entre
los tipos posturales. Los menores valores de espacio libre los mostraron los
individuos con una posición anterior de la cabeza (postura Tipo C) tanto en los
casos como en los controles (3.02 y 2.94 respectivamente).
Mientras que los mayores valores de esta variable, en los pacientes con Trastorno
Temporomandibulares, se presentaron en los casos con postura Tipo A y E con 4
y 3.91 mm respectivamente.
3.2.1 f) Relación de molares.
En las tablas 10 y 11 se distribuyen los pacientes según el tipo postural y la
relación de molares. Podemos constatar en el lado derecho (tabla 10) que
predominaron de forma general los pacientes con neutroclusión para todos los
tipos posturales, presente en 271 individuos, no apreciándose diferencias
significativas entre ellos (p > 0.05). Sí observamos el gráfico 5 podemos corroborar
que la distoclusión sólo se presentó en el 6% de la muestra y la mesioclusión en
el 8%.
Porcentajes similares se identificaron en el lado izquierdo, como puede apreciarse
en la tabla 11. Tanto en el lado derecho como en el izquierdo la mayor cantidad de
pacientes con mesioclusión (11 y 10 respectivamente) tuvo una postura Tipo B.
3.2.1 g) Interferencias oclusales propulsivas.
En la tabla 12 se puede apreciar una diferencia altamente significativa en la
presencia de interferencias oclusales entre los casos y los controles según tipo
postural; aunque el porcentaje de pacientes en el grupo estudio que presentó
interferencias propulsivas (31.3%) fue mayor que en grupo control (18.8%).
El 52% de los incluidos en el grupo de los casos con interferencias presentó una
postura Tipo C.
En ninguno de los individuos con postura Tipo A del grupo estudio se apreciaron
interferencias propulsivas, sin embargo, en 3 de los del grupo control con este tipo
postural sí fueron identificadas. Con la postura Tipo B ocurrió algo similar pues los
enfermos presentaron menos interferencias propulsivas que los sanos (9 <18).

51
Como se presenta en la tabla 13, estas interferencias se ubicaron mayormente en
el área de trabajo (58) y de los examinados con postura tipo A ninguno presentó
interferencias en el área de no trabajo.
En el área de trabajo no se identificaron diferencias significativas entre los tipos
posturales (p > 0.05), no obstante, en el área de no trabajo no fue así (p < 0.05).
De los 32 pacientes con interferencias oclusales en los sectores posteriores
durante la propulsión mandibular, 12 tuvieron una postura Tipo C, representando
el 37% de ellos, como bien muestra el gráfico 7.
3.2.1 h) Función lateral.
La distribución de los pacientes se mostró similar al analizar la función lateral en el
lado derecho e izquierdo, como se observa en las tablas 14 y 15, no apreciándose
diferencias significativas entre los grupos (p > 0.05). En ambos lados
aproximadamente el 68% de los examinados presentó guía canina y un menor
porcentaje (32%) función en grupo.
El tipo postural tampoco mostró diferencias significativas en relación a la función
lateral en los lados derecho e izquierdo, como se presenta en las tablas 16 y 17.
En ambos lados, el mayor porcentaje de casos con guía canina (34.6%) y función
en grupo (38%) tuvo una postura Tipo B. Aunque de forma general, para todos los
rangos de la variable tipo postural predominaron los pacientes con guía canina,
evidenciándose en mayor medida al observar los gráficos 8 y 9.
3.3 Plano frontal.
3.3.1 Equilibrio de hombros.
Se pueden apreciar diferencias significativas (p < 0.05) en la distribución de los
pacientes por grupos según el equilibrio de hombros, como se observa en la tabla
18. Se identifica además que tan solo 120 de los examinados tuvieron los hombros
equilibrados, y de estos el 57.5% no presentó Trastornos Temporomandibulares.
Aunque el desequilibrio derecho se comportó de forma similar en ambos grupos,
los individuos con desequilibrio izquierdo fueron mayores en el grupo control que
en el estudio (56 > 36).
Apreciando el gráfico 10 se comprueba que los pacientes con los hombros
equilibrados representaron sólo el 37% del total, y predominaron los desequilibrios

52
de hombros, siendo más frecuente el desequilibrio derecho (34%) que el izquierdo
(29%).
3.3.1 a) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares.
La severidad de los Trastornos Temporomandibulares es presentada en la tabla
19 según el equilibrio de hombros, donde se observan diferencias significativas en
la distribución de estas variables (p <0.05). Los individuos clasificados con riesgo
fueron los que mostraron un mayor porcentaje de casos con los hombros
equilibrados (57.7%). Tan solo el 31.9% de los pacientes con trastornos tuvo los
hombros equilibrados.
3.3.1 b) En los casos con dolor en ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos.
Los pacientes a los cuales se les detectó durante el examen clínico la presencia
de dolor articular son mostrados en la tabla 20 según el equilibrio de hombros. En
todos los rangos de la variable equilibrio de hombros se observa que de un modo
altamente significativo (p < 0.01) predominaron los casos sin dolor en la ATM,
representando el 68% de la muestra, lo cual se comprende mejor al analizar el
gráfico 11.
La mayor cantidad de casos con dolor lo presentó en el lado derecho, y de estos el
54,5% tuvo desequilibrio izquierdo de hombros. Lo contrario se observa en los
pacientes con dolor en el lado izquierdo, pues el mayor porcentaje (66.7%)
presentó desequilibrio derecho de hombros.
Al valorar los casos según equilibrio de hombros y dolor muscular a la palpación
(tabla 21), se observa que también predominaron los individuos sin dolor
muscular, con una diferencia significativa (p < 0.05), pues 97 de los examinados
no presentaron este síntoma. El gráfico 12 muestra que estos pacientes sin dolor
muscular representaron el 61% del total, a los cuales les siguió en orden
descendente los pacientes con dolor muscular en el lado derecho (21%).
Similar a lo ocurrido en los pacientes con dolor en la ATM, cuando el dolor
muscular se presentó en el lado derecho, la mayoría de los pacientes tuvo
desequilibrio de hombros del lado contrario o sea izquierdo (48.5%) y cuando el
dolor era en el lado izquierdo el desequilibrio fue mayormente derecho (53.3%).

53
En la tabla 22 también se aprecian diferencias altamente significativas (p < 0.01)
en la distribución de los pacientes según el equilibrio de los hombros y la
presencia de chasquidos en las Árticulaciones Temporomandibulares. El 60.9% de
los individuos con sonidos articulares en el lado derecho tuvo desequilibrio
izquierdo de hombros y el 48.8% de los que lo presentaron en el lado izquierdo
mostraron los hombros más elevados hacia el lado derecho.
Como bien se refleja en el gráfico 13, tan solo el 35% de los casos no presentó
chasquidos, y de los diagnosticados con estos sonidos articulares, los mayores
porcentajes se observaron cuando aparecían en el lado izquierdo (26%) o a
ambos lados (25%).
3.3.2 Equilibrio de pelvis.
La distribución de los pacientes por grupos según el equilibrio de pelvis se refleja
en la tabla 23, apreciándose una relación altamente significativa entre estas
variables (p=0.001). También se puede constatar que de los individuos con las
pelvis equilibradas tan solo 60 estaban incluidos en el grupo de los casos,
representando el 39.7%. El desequilibrio izquierdo no mostró grandes diferencias
entre los grupos, pero el mayor porcentaje de desequilibrio derecho se identificó
en los casos (63.5%).
Se observa en el gráfico 14 que los pacientes que tuvieron las pelvis equilibradas
representaron sólo del 47% del total, seguido de los que tuvieron desequilibrio
derecho (30%).
3.3.2 a) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares.
El equilibrio de pelvis según la severidad de los Trastornos Temporomandibulares
es mostrado en la tabla 24, donde se comprueba que en los pacientes con riesgo
y perturbación predominaron los casos con desequilibrio izquierdo de pelvis
(53.8% y 44% respectivamente). Sin embargo, de los casos con disfunción sólo el
44.1% tuvo las pelvis equilibradas.
3.3.2 b) En los casos con dolor en ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos.
En la tabla 25 se aprecia el equilibrio de pelvis según la presencia de dolor en la
ATM, donde es posible observar que de casos sin dolor la mayoría tuvo un

54
desequilibrio derecho de pelvis (41.3%) y el 36.7% tuvo las pelvis equilibradas,
aunque estas no fueron diferencias significativas (p > 0.05).
Cuando el dolor se identificó en el lado derecho el 45.5% de los casos tuvo un
desequilibrio izquierdo de pelvis y por el contrario, de los pacientes con este
síntoma en el lado izquierdo el 46.7% mostró las pelvis equilibradas y otro
porcentaje igual desequilibrio derecho.
En la tabla 26 tampoco se aprecian diferencias significativas (p > 0.05) en la
distribución de los examinados según el equilibrio de las pelvis y el dolor muscular
a la palpación, apreciandose que la cantidad de casos sin dolor que presentó las
pelvis equilibradas (37) fue igual a la de los que tenían un desequilibrio derecho
(37). Cuando los pacientes tenían dolor en el lado derecho el mayor porcentaje de
casos presentó las pelvis equilibradas, representando el 42.4% de ellos. Si el dolor
era en el lado izquierdo, el 73.3% tenía las pelvis más elevadas en el lado
derecho.
La distribución de los casos según el equilibrio de pelvis y los chasquidos están
representados en la tabla 27, siendo significativo el hecho de el 44.6% de los
examinados sin este signo tuvo las pelvis equilibradas. El 47.8% de los casos con
los sonidos articulares en el lado derecho tuvo desequilibrio izquierdo de pelvis y
cuando el chasquido se observa en el lado izquierdo, el 61% de los casos tiene
desequilibrio derecho de pelvis.
3.3.2 c) Oclusión dentaria cruzada.
En la tabla 28 se observa la distribución de los pacientes según el equilibrio de
pelvis y la presencia de oclusión dentaria cruzada. En todos los rangos de esta
última variable predominaron los individuos con las pelvis equilibradas. El 30% de
los examinados tuvo desequilibrio derecho y tan solo el 22.8% desequilibrio
izquierdo.
Se evidencia en el gráfico 15 que el 93% de los examinados no tuvo oclusión
dentaria cruzada, sólo 13 pacientes tuvieron esta maloclusión en el lado derecho y
10 en el izquierdo.
3.3.2 d) Interferencias oclusales laterales.

55
La distribución de los pacientes por grupo según el equilibrio de pelvis y la
presencia de interferencias laterales no mostró diferencias significativas (p > 0,05)
entre estas variables en los grupos estudio y control, como bien se aprecia en la
tabla 29. 121 de los pacientes con Trastornos Temporomandibulares presentó
interferencias oclusales durante el movimiento de lateralidad, y de ellos sólo el
37.2% tuvo las pelvis equilibradas.
Se encontró una diferencia altamente significativa (p = 0.000) en cuanto a la
presencia de interferencias oclusales laterales entre los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares y los sanos.
Como se aprecia en el gráfico 16, en el grupo control predominaron los pacientes
sin interferencias (128), sin embargo, de los afectados, 121 tuvo interferencias
oclusales.
3.3.3 Equilibrio de pelvis y hombros.
3.3.3 a) En los casos con dolor en ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos.
En la tabla 30 se muestra la distribución de los pacientes con dolor en la ATM
según el equilibrio de pelvis y hombros, donde se observan significativas
diferencias (p < 0.05) entre los grupos. De los 51 pacientes con esta
sintomatología, sólo 9 tenían al unísono las pelvis y los hombros equilibradas.
Se aprecia que cuando los pacientes tenían las pelvis equilibradas el 45% de
ellos tuvo los hombros equilibrados e igual porcentaje desequilibrio derecho de
hombros; cuando las pelvis mostraban desequilibrio derecho, el mayor porcentaje
de casos también tenían desequilibrio derecho de hombros (62.5%) y si por el
contrario, el desequilibrio de pelvis era izquierdo, la mayoría de los examinados (8)
mostraba los hombros más elevados del lado derecho; todo lo cual se aprecia más
fácilmente se observa el gráfico 17.
Al distribuir los casos con dolor muscular en la tabla 31 según el equilibrio de
pelvis y hombros, se apreció que los mayores porcentajes de afectados se
presentaban cuando existía un desequilibrio izquierdo de pelvis y hombros
(81.3%), o cuando ambas estaban equilibradas (43.5%). Estas diferencias también
alcanzaron valores significativos (p > 0.05). En el gráfico 18 observamos además

56
que 9 de los pacientes con desequilibrio derecho de pelvis tuvo los hombros
equilibrados y la misma cantidad los mostró inclinados hacia la derecha (9).
La distribución de los casos con chasquidos según el equilibrio de hombros y el
equilibrio de pelvis es mostrado en la tabla 32, donde se observa que la mayor
cantidad de individuos con desequilibrio derecho de hombros también tuvo
desequilibrio derecho de pelvis (19) y 20 de los casos con desequilibrio izquierdo
de hombros tuvo desequilibrio izquierdo de pelvis para un 83.3%. Cuando los
hombros estaban equilibrados el 42.9% de los casos tuvo desequilibrio derecho de
pelvis, lo cual se observa en mayor medida en el gráfico 19.
3.4 Plano horizontal.
3.4.1 Rotación de hombros y pelvis.
En la tabla 33, que representa la distribución de los pacientes según grupo y
rotación de hombros no se observan diferencias significativas (p > 0.05), ya que el
comportamiento de estas variables fue similar en los grupos estudio y control.
La mayoría de los pacientes no mostró rotación de hombros (50.6%). Los
pacientes con rotación derecha de hombros representaron sólo el 26,3% y los que
tenían rotación izquierda el 23.1%, lo cual se corrobora al observar el gráfico 20.
Al analizar la severidad de los Trastornos Temporomandibulares según la rotación
de los hombros, en la tabla 34, se aprecia que en todas las posibles
clasificaciones del test predominaron los casos sin rotación.
La tabla 35 muestra la distribución de los pacientes según grupo y rotación de
pelvis. Se puede comprobar que predominaron los pacientes sin rotación de pelvis
(55%). También se aprecia, en el gráfico 21, que el porcentaje de individuos que
tenía rotación derecha de pelvis (29.7%) fue mayor que el que la tenía rotada
hacia la izquierda (15.3%).
La distribución de los casos según la rotación de pelvis y la severidad de los
Trastornos Temporomandibulares, expresada en la tabla 36, tampoco refleja
diferencias significativas (p > 0.05) entre los grupos. La mayoría de los clasificados
con perturbación y disfunción no tuvieron rotación de pelvis; sólo en los pacientes
con riesgo se observó que más de la mitad de los casos tuvo rotación pélvica
derecha o izquierda (34.6 y 19.2% respectivamente).

57
CAPÍTULO IV –DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
La alta prevalencia de los Trastornos Temporomandibulares determina el
constante interés de los estomatólogos por estas patologías y ha dado origen a
numerosas investigaciones, tanto en población sana como en servicios de
urgencia, en consultas de ortodoncia, de prótesis y otras. El trabajo realizado aquí
se une a esta experiencia científica acumulada, abordando además un nuevo
aspecto: la postura corporal.
4.1 Caracterización de la muestra.
4.1.1 Sexo.
Un gran número de teorías han sido evocadas para explicar el predominio del
sexo femenino en los casos con Trastornos Temporomandibulares, incluyendo la
influencia de factores biológicos, emocionales y culturales. 116, 117 Entre los factores
biológicos mencionados en la literatura, que pretenden explicar la mayor presencia
de estos trastornos en las mujeres, están la influencia de factores genéticos y
hormonales.117,118
Bagis,116 en su estudio identificó que las mujeres tenían un mayor riesgo de
padecer Trastornos Temporomandibulares (2.3:1) que los hombres, pero sus
resultados no fueron significativos. Manfredini119 realizó observaciones similares
en un estudio de 433 pacientes en los que el riesgo relativo fue de 2.6:1.
Castillo23 también encontró que entre las mujeres el porcentaje de casos con
disfunción fue significativamente mayor que entre los hombres (48.6% vs. 27.1%).
Como se pudo constatar, en nuestra investigación, la mayoría de los examinados
también pertenecía al sexo femenino, tanto en grupo de los casos como en el de
los controles. Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas entre los
diferentes sexos, lo cual puede estar asociado con el hecho de que algunas
mujeres no expresaron su consentimiento para participar en el estudio al conocer
las condiciones del examen clínico de la postura, necesario para dar salida a los
objetivos.
Con relación al género también se ha sugerido que la inclinación de la columna
cervical puede estar asociada al sexo, ya que los hombres generalmente muestran
una curva menos marcada y las mujeres usualmente exhiben una curvatura

58
parcialmente inversa.120,121 A pesar de que no existen investigaciones recientes
que respalden estos planteamientos, sí es evidente que algunos factores
morfofuncionales son diferentes entre los hombres y las mujeres como lo es el
tamaño de la abertura mandibular, que es mayor en los hombres.122 Así mismo,
los valores de la inclinación y la altura de la eminencia articular del temporal son
mayores en los hombres que en las mujeres tanto en los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares como en los controles, pero estas diferencias no son
significativas.123
Sahin Sağlam124 reportó que aunque la posición del hueso hioides era más
superior y posterior en las mujeres, la posición de la cabeza no se modificaba
según el sexo; y de acuerdo a los resultados de Zheng, 125 las mujeres y los
hombres pueden tener similares posturas cuando los ángulos cervicales son los
mismos. Lo cual es respaldado por Araújo, 126 que determinó que el sexo no tenía
un potencial importante para determinar una postura no neutral entre la población
general adulta.
Es decir, la mayoría de las investigaciones actuales no respaldan una posible
asociación entre el género y la postura corporal, por lo que no se consideró
pertinente analizar el sexo al valorar las diferentes variables posturales.
4.1.2 Grupos de edad.
Se señala que el establecimiento de los Trastornos Temporomandibulares ocurre
después de la pubertad, alcanza el máximo en los años reproductivos,
decreciendo entre los adolescentes y ancianos. 127
Autores como Yekkalam,128 al analizar y comparar la presencia de signos y
síntomas indicativos de Trastornos Temporomandibulares en la población sueca,
identificó una mayor prevalencia de estos trastornos entre los 35 y 50 años de
edad, con respecto a los pacientes con edades entre 65 y 75 años.
Mohlin,129 por su parte encontró una considerable reducción de las afecciones en
la región temporomandibular durante las edades de 19 a 30 años, y Abud 130
reportó que la prevalencia de signos de Trastornos Temporomandibulares en una
muestra de pacientes ancianos brasileños institucionalizados fue del 44%, similar
a los reportes de Criado131 que los obsevó en el 40.7 %.

59
Grau127 identificó que en la Facultad de Estomatología de La Habana el 38.8% de
los examinados con afecciones temporomandibulares estaba en el rango de edad
de 26 a 35 años. Además, se ha reportado que en la población villaclareña los
individuos de 30 a 34 años mostraron la mayor proporción de enfermos, aunque
no se encontraron diferencias significativas por grupos. 23 Todo lo cual está en
concordancia con los resultados apreciados en nuestro estudio, en el que
predominaron los pacientes con edades de 26 a 35 y de 36 a 45 años.
También con la edad, la postura corporal experimenta cambios involutivos. No se
puede determinar cuando exactamente es el comienzo de estos cambios, pero sí
se sugiere que su progreso aumenta luego de los 60 años de edad.132
Aunque en el último grupo de edades (56-65 años), en los casos estuvieron
incluidos pocos pacientes con alteraciones temporomandibulares, la edad
promedio fue de 61 años, por lo que consideramos que la variable edad no influyó
en los resultados obtenidos.
Basta133 observó una relación no lineal entre la edad y las oscilaciones posturales
del cuerpo. Mientras que Drzał-Grabiec132 señala que hay cambios significativos
en la postura corporal de mujeres y hombres mayores de 60 años de edad tanto
en el plano frontal como en el sagital. Estas personas tienen un ángulo
significativamente mayor de lordosis lumbar que pacientes entre 20 y 25 años.
Los adultos mayores también presentan una menor fuerza muscular 134 y un
deterioro en las funciones sensomotoras, 135 que puede alterar la estabilidad
postural, especialmente durante tareas de mayor complejidad.136 Sin una
apropiada respuesta de control postural cuando se experimenta una perturbación
externa inesperada, puede ocurrir una caída. 134
Sin embargo, Pereira137 expresa que la edad no es un significativo factor de riesgo
de caídas bajo condiciones favorables de salud, complexión corporal, y balance.
Wild138 tampoco encontró diferencias significativas en los parámetros espino-
pélvicos medidos en pacientes adultos mayores con respecto a los más jóvenes
ante la inducción de un desbalance en el largo de las piernas.

60
Los planteamientos antes señalados nos sugieren que de forma general la postura
corporal se mantiene estable después de la segunda y hasta la sexta década de
vida, sin apreciarse variaciones en cuanto al sexo.
No obstante, en busca de un enfoque más global, en la presente investigación las
variables posturales fueron estudiadas en los tres planos del espacio asociadas a
los Trastornos Temporomandibulares así como a las variables oclusales
morfológicas y funcionales.
4.2 Plano sagital.
En los últimos años ha aumentado progresivamente la importancia de la
evaluación de la alineación sagital espinal cuando se investiga la patogénesis y se
tratan las enfermedades degenerativas de la columna vertebral, 139 pues la postura
corporal en el plano sagital se ha asociado con la presencia de síntomas músculo-
esqueletales y con la calidad de vida en la población general. 126
4.2.1 Tipo postural.
Si se tiene en cuenta que las posturas Tipo A y B son las menos patológicas, 42
entonces podemos considerar que las alteraciones posturales son frecuentes en
la población, lo cual es similar a lo identificado por Ramova 140 en una muestra de
adolescentes serbios. Aunque esta autora estudió otros grupos de edades,
observó que el 59.5% de estos jóvenes también presentó alguna alteración
postural en el plano sagital. Esto se señala puede estar asociado a los estilos de
vida y a la actividad física cotidiana.
Al estimar la asociación de las características sociodemográficas, antropométricas
y de comportamiento con la postura en el plano sagital, según la clasificación de
Roussouly, Araujo126 identificó que el bajo nivel educacional y la obesidad se
asociaban a un incremento en el eje vertical sagital. Tomando el patrón postural
neutral (Tipo 3) como variable dependiente en un modelo de regresión
multinominal, independientemente de la edad, el sexo, y la actividad física total,
los adultos con sobrepeso tuvieron mayores probabilidades de presentar
patrones posturales diferentes al neutral.
Los resultados de la presente investigación están en correspondencia con los de
un estudio previo desarrollado por el propio investigador en el que la postura Tipo

61
B se identificó en el 40% de los estudiantes de Estomatología que participaron en
el mismo y la postura Tipo E también fue la menos frecuente, apreciándose sólo
en el 3% de la muestra.141
Diversas investigaciones reportan que individuos con alteraciones
temporomandibualares presentan una excesiva posición anterior de la cabeza,
usualmente asociada con un acortamiento de los músculos extensores cervicales
posteriores así como del esternocleidomastoideo. 96, 142
La postura adelantada de la cabeza (PAC), conocida por sus siglas en inglés
Foward Head Position (FHP), característica de los pacientes con postura Tipo C,
es uno de los problemas más comúnmente descritos dentro de las alteraciones
posturales.143 Esa postura anormal es, la mayoría de las veces, mantenida por los
pacientes como respuesta a una condición patológica o psico-emocional,
ejerciendo influencia estructural y funcional en el Sistema Estomatognático 144 Es
considerada uno de los factores que pueden conducir al desarrollo de los
Trastornos Temporomandibulares y al aumento de la tensión en la musculatura
masticatoria.145
La mayoría de los casos analizados en nuestra investigación con una postura Tipo
C presentaron signos y síntomas de Trastornos Temporomandibulares, postura en
la que el plano escapular se encontraba en una posición más posterior con
respecto a la posición de la cabeza y el resto del cuerpo, o lo que es lo mismo, la
cabeza estaba en una posición más adelantada.
Pasinato,146 al evaluar la postura de la cabeza y la columna cervical en pacientes
con alteraciones temporomandibulares, también comprobó que en una vista
lateral, el valor del ángulo medio formado por la postura de la cabeza y la vertical
fue mayor en los individuos afectados, correspondiéndose con una posición
adelantada de la cabeza.
Se describe que mantener la cabeza en esta posición anterior, con una
disminución de la lordosis cervical y un aumento de la cifosis torácica, provoca al
mismo tiempo una elevación y protrusión de los hombros, alterando la posición de
reposo de la mandíbula y la respiración torácica superior, lo que a su vez causa
una hiperactividad de los músculos accesorios relacionados con la posición de

62
reposo para la lengua. Esta posición también causa una tensión muscular
creciente y fuerzas compresivas en los tejidos móviles, apófisis articulares y
superficies posteriores de los cuerpos vertebrales, con un excesivo alargamiento
de los flexores del cuello y acortamiento de los extensores.43 La flexión
incrementada en la articulación atlanto-occipital aumenta la distancia horizontal del
centro de masa de la cabeza a su centro de rotación, así que tanto la flexión
atlanto-occipital como la cervical aumentan la torsión requerida por la musculatura
de los músculos extensores para mantener el equilibrio estático.147,148
Armijo-Olivo149 realizó un estudio para determinar si los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares tenían una postura cervical y de la cabeza diferente con
respecto a individuos sanos. La única diferencia estadísticamente significativa en
la postura cráneo-cervical fue en el ángulo Ojos-Tragus-Horizontal, indicando una
posición más extendida de la cabeza. Sin embargo, la diferencia fue muy pequeña
(3.3 grados) y considerada como clínicamente no significativa.
Perinetti150 tampoco detectó una correlación entre las alteraciones posturales y los
Trastornos Temporomandibulares.
Otros estudios investigan la relación entre la curvatura cervical y la morfología
esqueletal facial a través de estudios cefalométricos estando la cabeza en una
posición natural, y sugieren que la curvatura cervical es más marcada en sujetos
con una menor longitud de la base maxilar. Los sujetos con una base maxilar más
corta e incisivos superiores más protruidos son con frecuencia Clase III de Angle,
en los cuales el Sistema Estomatognático ajusta o compensa la discrepancia
esqueletal variando la inclinación de los dientes anteriores, con el objetivo de
disminuir la diferencia entre las bases maxilar y mandibular en el plano sagital.
151,152

Dubojska,153 con el propósito de determinar la existencia de una correlación entre


la posición natural de la cabeza y la dirección de crecimiento cráneo-cervical y si
esta posición de la cabeza era capaz de influenciar la dirección de crecimiento
facial examinó 160 cefalogramas. De este modo determinó que los individuos con
un crecimiento anterior de la mandíbula posicionaban la cabeza más verticalmente
y tenían una cara más corta. Los que tenían un crecimiento mandibular posterior

63
inclinaban sus cabezas más hacia atrás y mostraban una cara más larga. Por lo
que se puede considerar que un cambio adaptativo en la posición de la cabeza
puede ser un factor que altere la dirección de crecimiento facial.
Estos resultados junto con los de otros investigadores indican que al valorar los
pacientes con Trastornos Temporomandibulares también se debe tener en
consideración tanto las variables posturales como las oclusales, ya que estas
pueden estar modificando la posición del cuerpo en el espacio.
4.2.1 a) Signos y síntomas de Trastornos Temporomandibulares.
Se señala que los signos que se encuentran en los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares son principalmente dos: el dolor y la disfunción;3,10 siendo
generalmente las primeras manifestaciones clínicas dolorosas las musculares, ya
que los músculos son elementos motrices y su hiperactividad no solo será
responsable de dicha sintomatología sino que producirá y acompañará el resto de
la sintomatología de los demás elementos del sistema. 154
Sin embargo, al igual que en nuestro estudio, en otras investigaciones
desarrolladas en la propia Facultad de Estomatología de La Habana, los
chasquidos o sonidos articulares fueron el signo más común, presentes en el
67.5% de los pacientes.20 Algozaín155 también reporta un porcentaje similar de
sonidos articulares (63%) en pacientes atendidos por urgencia con Trastornos
Temporomandibulares. Estos resultados son, a su vez, superiores a los reportes
de Corsini,12 quien informó de una prevalencia de un 50% como signo y de un
37.9% como síntoma.
Como se puede constatar, los sonidos articulares son muy frecuentes en los
pacientes con Trastornos Temporomandibulares y sus causas pueden ser
artrósicas, variaciones anatómicas, incoordinaciones musculares y es más común
el desplazamiento anormal del disco, todo lo cual ha sido confirmado por técnicas
imagenológicas de punta.155
Determinar la presencia de sonidos articulares es de gran importancia, aunque no
se tenga claridad sobre su significado, pues como plantea Okenson,100 es
probable que las alteraciones del complejo cóndilo- disco, iniciadas con un

64
desplazamiento discal, constituyan una progresión a lo largo de un espectro
continuo y terminen en una luxación discal sin reducción.
La presencia de alteraciones a nivel de las ATM en los casos con postura Tipo C
podría estar asociada con la posición anterior de la cabeza, que obliga a la
mandíbula a ubicarse más adelante, con lo cual los cóndilos mandibulares además
de desplazarse hacia delante y abajo, realizan un movimiento de rotación
posterior, adoptando una posición en la que los ligamentos capsulares están en
máxima distensión y, por lo tanto, son más susceptibles a los desgarramientos.
Así mismo, en opinión del autor, se puede considerar que una remodelación
disfuncional del cóndilo, como en el caso de las osteoartritis, debido a un estrés
físico excesivo y sostenido, o un desplazamiento discal, también pueden conducir
a una rotación mandibular hacia atrás. Por lo que la PAC podría producirse como
una respuesta funcional compensatoria para mantener el equilibrio postural en los
individuos con Trastornos Temporomandibulares que presenten una mandíbula
rotada hacia atrás.
Entre pacientes con una posición normal del disco y otros con desplazamiento
discal, Alves156 no encontró ninguna diferencia estadísticamente significativa
referente a los ángulos cráneo-cervicales, pues ninguna relación fue identificada
entre los Trastornos Temporomandibulares y la disfunción cráneo-cervical. En su
investigación, la mayoría de los desplazamientos discales (56%) estaban
relacionados con ángulos cráneo-cervicales mayores que 106º en individuos
sintomáticos, en correspondencia con lo observado por Lee y colaboradores.157
Diferentemente, Armijo Olivo158 encontró que el 80% de los individuos sintomáticos
con desplazamiento del disco presentaban estos ángulos alterados. La mayor
parte de ellos (60%) presentaron valores compatibles con una rotación posterior
de la cabeza en relación a la columna vertebral.
Rocabado159 señala que ángulos menores a 96º conducen a una rotación
exagerada de la cabeza hacia atrás que puede causar gran cantidad de
alteraciones, como la reducción del espacio suboccipital con signos de dolor
craneofacial y fuerte tensión en la musculatura supra e infrahioidea. Por otra parte,
los ángulos mayores que 106º están asociados con una rotación anterior de la

65
cabeza que provoca un incremento en el espacio suboccipital, la inversión de la
curvatura fisiológica (la cifosis) y una tensión exagerada en tejidos blandos
cráneo-vertebrales posteriores.
Se debe considerar también las notables correlaciones que se muestran en la
literatura entre los sistemas visuales y motores, y la importancia de la función
visual, particularmente el papel del campo periférico paracentral visual, en la
coordinación motora, la deambulación y el mantenimiento del balance del
cuerpo.160-162
Se ha descrito que las alteraciones en la convergencia ocular son capaces de
provocar una adaptación postural de la cabeza llamada tortícolis ocular,163 que
puede modificar además la posición de la mandíbula y favorecer la aparición de
signos y síntomas de Trastornos Temporomandibulares. Una vez establecido un
cambio en la postura de la cabeza se intensifica el fenómeno compensatorio
postural de todo el organismo, en aras de mantener un CDG compatible con la
posición erguida.164 Se describe una mayor prevalencia de defectos oculares en
adultos con limitación de la abertura bucal, dolor miofacial y en la región del cuello
y los hombros.165
Al evaluar la literatura consultada se aprecia alguna relación entre el dolor y
factores psicosociales, los cuales pueden influir también en los resultados del
tratamiento de los pacientes. Estos resultados avalan el criterio de que los
síntomas de dolor crónico y persistente están asociados a menudo a alteraciones
emocionales y psicosociales planteando así un enigma diagnóstico-terapéutico, al
considerar que el dolor puede deberse más a problemas personales que a
cambios patológicos en órganos y sistemas corporales. 166
Sanders167 realizó un estudio para analizar cuál de las diferentes afecciones a la
salud aumentaba el riesgo de desarrollar los primeros signos de Trastornos
Temporomandibulares. Para ello evaluó 2722 individuos entre 18 y 44 años sin
antecedentes clínicos de alteraciones temporomandibulares. Después de un
período medio de 2.8 años, se examinaron nuevamente 260 personas, y se pudo
estimar que la aparición del primer signo de Trastornos Temporomandibulares fue

66
50% mayor en personas con dolor lumbar, lo cual revela la influencia del estado
de salud en la aparición de estos trastornos.
Son varios los estudios que también han remarcado la importancia de los
músculos para estabilizar la columna vertebral cervical y evitar la aparición de
síntomas de dolor miógeno, así como la existencia de conexiones diversas entre
los músculos faciales y del cuello.
Ries168 al evaluar la estabilidad y la distribución del peso corporal en individuos
con Trastornos Temporomandibulares en posición ortostática encontró que estos
individuos presentaban mayor estabilidad postural así como asimetrías en la
distribución del peso en el plano frontal. Esta autora reporta además una
presencia significativamente mayor de dolor cervical en estos pacientes, y plantea
que los dolores en esa región junto a las afecciones temporomandibulares podrían
mostrar un concomitante desequilibrio postural debido a alteraciones en todas las
cadenas musculares.
Se podría suponer que para compensar la posición adelantada de la cabeza en los
pacientes con signos y síntomas de Trastornos Temporomandibulares, y lograr
que la línea bipupilar retorne a la horizontal, es necesario elevar la frente mediante
la contracción de los músculos de la nuca y los laterales del cuello (entre otros el
trapecio y el esternocleidomastoideo), lo cual aumenta la lordosis de la columna
vertebral cervical y permite el regreso de los cóndilos de la mandíbula a su
posición céntrica funcional. Pero, por llevar a una contracción permanente de
estos músculos y a una hiperextensión de los músculos supra e infrahioideos, se
pueden originar síndromes dolorosos cervicogénicos.
Estos planteamientos son respaldados por otros autores que han hallado que los
músculos extensores de la cabeza y del cuello como el semiespinalis capitis de la
región cervico-torácica, en individuos sanos, tienen mayor capacidad de
generación de fuerzas cuando la cabeza está en una posición neutral que en
flexión o extensión.169
Se señala que de forma general, las personas con Trastornos
Temporomandibulares presentan un mayor deterioro de los músculos flexores y
extensores cervicales.170 Petty171 reportó que la debilidad en estos músculos

67
provoca una consecuente disminución en su capacidad adaptativa y activa los
músculos más superficiales, el esternocleidomastoideo y el músculo escaleno
anterior, lo cual provoca un movimiento excesivo del mentón y la cabeza, dando
como resultado extensión excesiva de los músculos posteriores del cuello y una
reducción de su estabilidad.
Por su parte, Weber172 no encontró diferencias en la postura cráneo-cervical entre
pacientes con y sin dolores musculares asociados a los Trastornos
Temporomandibulares, sin embargo estas patologías fueron más frecuentes
cuando existían síntomas de dolor cervical. Por eso plantea que la coexistencia
de signos y síntomas parece estar más relacionada con las inervaciones del
complejo trigémino-cervical y la hiperalgesia en estos pacientes que a las
desviaciones en la postura cráneo-cervical.
Aunque en nuestra investigación el dolor muscular en la región cráneo-cervical fue
más frecuente en los casos con una PAC, el porcentaje de afectados con este
síntoma fue menor al identificado en la muestra de estudio de Algozaín 155 (50.7%)
así como al reportado por Martins173 (62.7%) y de Farias Neto174 (58.4%).
Los efectos de la postura adelantada de la cabeza sobre la actividad de los
músculos rotatorios elevadores de la escápula durante la flexión isométrica de los
hombros en el plano sagital han podido ser comprobados por Weon,175 quien
reportó un aumento significativo en la actividad electromiográfica en el trapecio
superior e inferior y significativamente disminuida la actividad en el serrato mayor.
Por lo que esta posición también puede contribuir al desarrollo de dolor a nivel de
los hombros y el cuello.
Reafirmando la estrecha interrelación entre el sistema cráneo-cervical y el cráneo-
mandibular, en un estudio preliminar desarrollado por Ballenberger, 176 se destaca
que los movimientos cervicales también influencian la actividad electromiográfica
del músculo masetero. Sin embargo, en esta investigación no se aprecian
diferencias significativas en la actividad de las fibras anteriores del temporal, lo
cual no es lo esperado, pues en estudios previos se ha comprobado que cuando la
actividad del esternocleidomastoideo se incrementa de 5 a 6 veces, la actividad de

68
las fibras anteriores del temporal se incrementa en 56 veces y la de las fibras
posteriores 25.177
El estudio de la prevalencia de Trastornos Temporomandibulares entre pacientes
bajo tratamiento de fisioterapia por dolores en la región cervical ha mostrado que
estos trastornos se presentan hasta en el 90% de los casos. 144
Con la colocación de férulas oclusales para el tratamiento de los Trastornos
Temporomandibulares, se han observado diferencias estadísticamente
significativas en la posición de la cabeza antes y después de la terapéutica (a la
semana y al mes); lográndose disminuir la sintomatología dolorosa y el
mantenimiento de la corrección en la posición de la cabeza. 164
Gupta,178 comprobó que un entrenamiento para fortalecer la musculatura cervical
profunda en estomatólogos que sufrían dolores cervicales no severos, permitía
mejorar significativamente la posición anterior de la cabeza y reducir el dolor y la
incapacidad en estos pacientes.
Un programa de ejercicios para corregir la PAC en combinación con la
rehabilitación convencional, también mostró una mejoría en la postura
tridimensional y en el estado funcional en pacientes con escoliosis idiopática de la
adolescencia.179
Por lo que si se considera que la posición anterior de la cabeza, observada en los
casos con postura Tipo C, es tan frecuente en los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares, se puede esperar que estas terapias posturales también
contribuyan a la eliminación de los síntomas en los afectados por estos trastornos.
El método de reeducación postural global ha mostrado resultados favorable en el
tratamiento de pacientes con mialgias a nivel del Sistema Estomatognático, 180, 181
así como también ha mostrado resultados positivos en la prevención y
rehabilitación de otras disfunciones músculo-esqueletales.182-184
Valorando los signos y síntomas oclusales, He 185 examinó a 107 pacientes entre
18 y 32 años, con Trastornos Temporomandibulares previo al tratamiento
ortodóntico e identificó que existía inestabilidad entre la posición de relación
céntrica y la oclusión céntrica en el 72.9% de los valorados. A diferencia de los
resultados de este y otros autores, los nuestros no soportan los planteamientos

69
que reconocen a la oclusión dentaria como agente causal, precipitante o
perpetuador de los Trastornos Temporomandibulares,186 pues este síntoma sólo
se identificó en un pequeño porcentaje de la muestra analizada.
Se ha comprobado que la presencia de grandes diferencias entre la oclusión
céntrica y la máxima intercuspidación influencia significativamente la presencia de
dolores de cabeza.187
También un análisis comparativo de los puntos de contacto oclusal en niños con y
sin signos y síntomas de Trastornos Temporomandibulares en la posición de
máxima intercuspidación permitió apreciar que sin tener en cuenta el grado de
severidad, el número de puntos de contacto es menor en los niños con altraciones
temporomandibulares.188
Al evaluarse la presencia de maloclusiones a través del Índice de Estética dental
y la presencia de Trastornos Temporomandibulares en escolares de quince años
en Méjico, el modelo de regresión logística mostró una asociación significativa (p <
0.05) entre estas variables.189
La oclusión puede ser la causa de que aparezca una alteración de la Articulación
Temporomandibular, si existe una situación de inestabilidad máxilo-mandibular no
compensada que provoca una sobrecarga articular, ya sea porque dicha
inestabilidad genere bruxismo o porque obligue a trabajar la ATM en una situación
de carga desfavorable,47 siempre y cuando se sobrepase la capacidad adaptativa
del individuo.
Nuestra experiencia clínica nos señala que generalmente, la mayoría de los
pacientes jóvenes que acuden a nuestra consulta de Trastornos
Temporomandibulares refieren durante el interrogatorio haber tenido tratamiento
ortodóncico, el cual abandonaron antes de recibir el alta, ya fuera en la fase activa
o durante el período de contención. Esto provoca la persistencia de puntos
prematuros de contacto oclusal que afectan la estabilidad de la oclusión y
consecuentemente a la musculatura masticatoria y las Articulaciones
Temporomandibulares.
Varios autores señalan la importancia de eliminar esta inestabilidad en edades
tempranas por lo sencillo del tratamiento. Además, de no ser tratadas trae consigo

70
una atrofia funcional en la primera dentición, la cual se trasmite a la dentición
permanente.190, 191 Se afirma que la atención temprana compensa en la solución y
en el resultado final. Aunque sea necesaria una terapia en una segunda etapa
(adolescencia) ésta será menos agresiva.97
Asimetrías faciales menores que pueden ser detectadas en infantes recién
nacidos indican que el crecimiento facial en estos niños también será asimétrico.
Cuando se detecte un desplazamiento de la mandíbula en la dentición temporal
esto probablemente indicará la presencia de asimetrías en la función masticatoria,
lo que deberá ser evaluado adecuadamente pues también podría ser un indicativo
de la posible presencia de una asimetría en la conformación de la fosa glenoidea,
y la posterior aparición de Trastornos Temporomandibulares.192
El desplazamiento mandibular no solo es capaz de afectar el Sistema
Estomatognático sino que según reportes previos, los pacientes con este tipo de
afección también presentan una morfología anormal de las vértebras cervicales;193,
194
e investigaciones más recientes también señalan que el grado de desviación
mandibular tiene una alta correlación con la escoliosis y el desequilibrio del tronco,
por lo que estas tres deformidades deberían ser evaluadas clínicamente al
diagnosticarse un caso con desviación de la mandíbula. 195
La restricción de la abertura fue un síntoma poco frecuente en la presente
investigación. Aunque se ha señalado que en logro de una máxima abertura
mandibular voluntaria y en los movimientos condilares,196 el tamaño morfológico
facial tiene un efecto limitado, otros factores han sido considerados a la hora de
valorar esta variable.
La Touche197 al evaluar la influencia de la postura cráneo-cervical en la máxima
abertura bucal y el umbral del dolor a la palpación en pacientes con Trastornos
Temporomandibulares encontró que la inducción experimental de diferentes
posturas cráneo-cervicales influencia la máxima abertura de la boca y los valores
del umbral al dolor en las regiones que reciben una inervación sensorial y motora
del nervio trigémino. Para ello examinó 29 pacientes con la cabeza en una
posición retraída, intermedia o neutral y adelantada. Las comparaciones
indicaron diferencias significativas entre las tres posturas (fue mayor en la posición

71
adelantada) con respecto al umbral doloroso en tres puntos dentro de la
musculatura inervada por el trigémino [dos en el masetero y uno en las fibras
anteriores del temporal]. Hubo también diferencias significativas en la abertura
bucal en las tres posiciones.
198
Higbie, en un estudio similar, al determinar diferencias en la magnitud de la
abertura mandibular en sentido vertical en estas tres posiciones encontró que la
abertura mandibular fue significativamente mayor en la posición adelantada (44 +/-
5.3 mm) que en la posición neutral (41.5 +/- 4.8 mm) y en la posición retraída (36.2
+/- 4.5 mm).
4.2.1 b) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares.
En la bibliografía consultada existen considerables variaciones en cuanto a la
severidad de los Trastornos Temporomandibulares y se deben, probablemente, a
la falta de métodos de examen estandarizados válidos y confiables, que hagan
posible la comparación entre los diferentes estudios, a deficiencias metodológicas
y a la falta de definición y caracterización de estos trastornos, así como a las
diferentes opiniones acerca de los hallazgos positivos y negativos encontrados,
más que a reales diferencias de las muestras en estudio. 199
En un estudio desarrollado en Brasil, al aplicar el test de Helkimo, no se hallaron
diferencias significativas entre los grupos examinados con Trastornos
Temporomandibulares, aunque sí se reconoce que existió una tendencia en el
grupo con disfunción más severa a presentar una posición adelantada de la
cabeza.200
En nuestra investigación, se obtuvieron resultados diferentes al aplicar el Test de
Krogh-Paulsen, pues se comprobó que los pacientes con una postura Tipo C no
solo constituyeron el mayor porcentaje de todos lo casos con Trastornos
Temporomandibulares, sino que también fueron los que predominaron en todas
las posibles clasificaciones del test.
Perillo201 también investigó sí tener un Índice de Helkimo ≥ 5 mostraba una
correlación detectable con las alteraciones en la postura corporal en niños y
adultos jóvenes. En un total de 1178 sujetos de 11 a 19 años de edad la única
correlación significativa que se apreció fue en los casos con maloclusiones y un

72
Indice de Helkimo ≥ 5, que tuvieron una mayor asimetría del tronco. Dado el
número pequeño de asociaciones significativas observadas, este estudio no
soporta la existencia de correlaciones clínicamente pertinentes para las
maloclusiones y un Índice de Helkimo ≥ 5 con la postura corporal, lo cual está en
discrepancia con lo identificado en nuestra investigación.
Nuestros hallazgos muestran que muy pocos pacientes con postura Tipo A
estuvieron incluidos en el grupo de los casos y ninguno de ellos fue clasificado con
disfunción. Esto reafirma los beneficios mecánicos y funcionales de una óptima
postura para el adecuado funcionamiento del sistema osteomioarticular planteados
por Smith.202
Estos resultados también son respaldados por los hallazgos de Galbusera, 203
quien, empleó la clasificación de Roussouly, con el objetivo de predecir las cargas
de la columna vertebral durante dos condiciones estáticas (estando los individuos
parados y sujetando un peso en las manos). De este modo encontró que, en el
caso de una carga externa moderada de 50 N, una columna vertebral Tipo 3,
lordótica y bien simétrica (que se corresponde con la Tipo A de la clasificación
Bricot42) puede reducir al mínimo la activación de la musculatura paravertebral. Sin
embargo, una configuración sagital de este tipo no se halló correlacionada con una
minimización de la carga en los discos intervertebrales, especialmente referente a
cargas anteroposteriores de esfuerzo cortante.
Aunque los Trastornos Temporomandibulares son muy frecuentes, no quiere decir
que en todos los casos necesiten tratamiento, pues sólo del 5 al 6 % lo requieren.
Los demás afectados padecen formas leves, e incluso transitorias, de la
enfermedad.204
Es por eso que en comparación con nuestra investigación, los estudios realizados
en muestras aparentemente sanas reflejan una prevalencia muy diferente, como lo
reportado por Vojdani,205 quien durante el examen clínico de 200 estudiantes
universitarios iraníes, comprobó que del 71% al que se le diagnosticó Trastornos
Temporomandibulares, el 50% fue leve, el 13% moderado y el 8% severo. Lo cual
a su vez es similar a lo reportado por Nomura,206 que en una muestra similar
identificó que el 37.8% tuvo formas leves, el 11.9% moderadas y el 5.5% severas.

73
Lo cierto es que independientes de estas variaciones, los signos y síntomas
de los Trastornos Temporomandibulares son comunes en población de niños,
adolescentes y adultos tanto en la población enferma como en la población
de individuos sanos. Por este motivo es imprescindible llegar a un
consenso entre los profesionales dedicados al estudio de estas
patologías, para establecer normas que guíen los estudios epidemiológicos en la
población, al menos dentro del marco del territorio nacional.
4.2.1 c) Resalte y sobrepase incisivo.
Como la oclusión dentaria es un área básica en la Estomatología, sus
componentes, fisiología e integración con el Sistema Estomatognático continúan
siendo objeto de interés para el mundo científico. Sin embargo, el enfoque dado a
estos aspectos ha ido cambiado sustancialmente con el transcurso de los años y
nuevas investigaciones se han desarrollado con el objetivo de actualizar
conceptos y demostrar la completa integración y funcionalidad de este sistema
dentro del cuerpo humano.207
Los resultados observados en la presente investigación pueden sugerir que en los
pacientes con posturas Tipo A y B los menores valores de resalte tienen algún tipo
de efecto estabilizador en la postura de la cabeza, pues la distancia desde los
bordes incisales de los dientes anteriores al eje axial que pasa por el CDG
supuestamente es menor y por tanto contribuiría a que esta se mantuviera dentro
de los límites del equilibrio.
Sin embargo, estas medias no se corresponden con las identificados en un estudio
previo desarrollado con una muestra de individuos sanos, 208 donde los menores
valores de resalte se presentaron en los que tenían una postura Tipo C. No
obstante, sí es coincidente el hecho de que en los pacientes con postura Tipo E se
apreciaron las mayores cifras; que en el caso de la presente investigación fue
tanto en el grupo con Trastornos Temporomandibulares como en el de los sanos.
Hosseinzadeh152 señala que la forma de la curvatura cervical está asociada con la
distancia del punto interincisivo a nivel de los incisivos superiores al plano A-
Pogonio, mientras más protruidos los incisivos superiores, mayor la curvatura
cervical, lo cual está en oposición a lo observado en nuestro estudio pues los

74
pacientes con postura Tipo E presentan un plano escapular y glúteo alineados,
con disminución de las curvas anteriores.
Al examinar 213 niños con un resalte mayor de 6 mm y Clase II de Angle,
Arntsen209 encontró que las desviaciones en la columna cervical eran
significativamente más frecuentes (p <0.05) en los pacientes con resalte
esqueletal al compararlos con los grupos con resalte dentoalveolar. Sus
resultados se pueden considerar importantes para establecer un correcto
diagnóstico y un certero plan de tratamiento en estos niños.
Los pacientes con Trastornos Temporomandibulares tienen un ángulo SNB
significativamente más pequeño. También tienen un ángulo ANB más grande, y
una mayor distancia del plano de Frankford al plano y a la rama mandibular,
comparado con los individuos de grupos testigos. También los pacientes con
osteoartritis presentan un ángulo del plano oclusal significativamente mayor, así
como un menor ángulo de los incisivos inferiores al plano mandibular. 210
Otro estudio desarrollado en Italia no mostró una correlación relevante entre las
maloclusiones y la postura corporal empleando la posturografía como medio de
diagnóstico. Usando modelos multivariados, todos los parámetros postugráficos
tuvieron una gran variabilidad y sólo se detectaron débiles correlaciones
significativas, principalmente entre el sobrepase y la fase de dentición.48
Esto no se corresponde con nuestros resultados, pues al comparar los valores
medios de sobrepase incisivo entre los diferentes tipos posturales, se observó que
aunque los pacientes con posturas Tipo A y B mostraron las cifras más elevadas,
estas no alcanzaron diferencias significativas.
El grupo de los sanos también tuvo como promedio mayores valores de
sobrepase. Esto está en correspondencia con lo planteado por Castillo, 23 quien
destacó que los resaltes y sobrepases determinan la funcionalidad de la oclusión
al combinarse e interactuar con las demás variables oclusales, mostrándose más
protector para el Sistema Estomatognático el sobrepase a medida que es mayor
dentro de determinados rangos funcionales.

75
Se señala además que un sobrepase aumentado muestra una asociación
estadísticamente significativa con una ligeramente mejor función del test dinámico
Fukuda.201
Otros estudios han evaluado la relación de la oclusión dental y el sistema
oculomotor. De este modo se señala que individuos con una oclusión dentaria
profunda muestran un porcentaje significativamente mayor de trastornos en la
convergencia ocular en relación a los pacientes con una oclusión dentaria normal
o abierta.211
No obstante todas estas asociaciones, se debe recordar siempre que desde el
punto de vista funcional el sobrepase determina el grado de desoclusión posterior
que se logrará y el resalte el tiempo que demora en lograrse la misma; 212 pues
además del corte de los alimentos, uno de los fines fundamentales del
acoplamiento de los dientes anteriores es lograr una desoclusión posterior
adecuada en cuanto a velocidad (tiempo) en que se produce la misma y la
magnitud en que se exprese;213 imprescindible para el adecuado desempeño del
Sistema Estomatognático.
4.2.1 d) Diferencia incisiva.
Se señala que para lograr una buena función oclusal no es suficiente lograr
valores de sobrepases y resaltes lo bastante grandes para llegar a un correcto
fisiologismo, sino que la diferencia entre estos parámetros debía ser
suficientemente alta para optimizar la función. Nuestro estudio mostró que las
mayores diferencias entre el sobrepase incisivo y el resalte incisivo se apreciaban
en los individuos sanos, aunque los valores son menores a los reportados por
Castillo23 (1.04 > 0.87), quien encontró una correlación altamente significativa
entre la diferencia incisiva y el grado de desoclusión. Por lo que se podría esperar
que los individuos con postura Tipo A y B, con los mayores valores de diferencia
incisiva, logren mayores valores de desoclusión posterior y tengan menos
interferencias propulsivas y disfunción.
Contrario a esto, los pacientes con Trastornos Temporomandibulares y postura
Tipo E mostraron el valor más negativo de esta variable, por lo que, según lo que
plantea este autor, serían más susceptibles a padecer esta enfermedad. Esto se

76
corresponde con los resultados mostrados anteriormente, donde pudimos apreciar
que un alto porcentaje de los pacientes con este tipo postural estaba en el grupo
estudio. De los que tenían postura Tipo C, también el mayor porcentaje estaba
incluido en el grupo de los enfermos, y podemos constatar además que tuvieron
valores negativos de diferencia incisiva; por su parte, el resto de los individuos
sanos, mostró los menores valores de esta variable dentro del grupo control. Por
lo que se reafirma lo planteado anteriormente acerca del papel de este tipo
postural en el desarrollo de Trastornos Temporomandibulares.
4.2.1 e) Espacio libre.
Cambios en la postura de la cabeza en el plano sagital provocan una alteración en
el patrón de cierre mandibular así como en la capacidad de alcanzar la posición de
máxima intercuspidación. González214 mostró que la posición anterior de la
cabeza se acompaña de cambios en la posición de la mandíbula y una
disminución del espacio interoclusal fisiológico, que ocurre como resultado del
desplazamiento mandibular hacia arriba y atrás debido a la excesiva contracción
de los músculos masticatorios.
Esto se corresponde con los resultados apreciados en la presente investigación,
donde los valores medios de espacio libre mostraron diferencias altamente
significativas entre los tipos posturales.
En la posición erguida, la posición de la mandíbula se mantiene estable con una
separación aproximada de 3 mm de la posición de oclusión céntrica. 215 No
obstante, un cambio en la postura corporal afecta la posición mandibular, e
inversamente, cambios en la posición de la mandíbula afecta la postura corporal.
Sakaguchi,216 al evaluar estas variaciones, identificó que la proyección del CDG se
alejaba menos del punto medio de la base de sustentación en la posición de
oclusión céntrica que en la posición de reposo (p < 0.05). Por lo que podemos
considerar que en la posición de máxima intercuspidación, las oscilaciones del
cuerpo son menores, lo que le permite a los pacientes tener una mayor
estabilidad. Lo cual es corroborado por investigaciones en las que se ha
comprobado que el apretamiento dentario juega un importante papel en la rápida

77
adaptación postural ante perturbaciones antero-posteriores cuando los individuos
están en bipedestación.217
Como se planteó en el marco teórico, los pies son unos de los elementos
fundamentales que garantizan el equilibrio dinámico del cuerpo. Cuando existe un
pie normal, el apoyo no se realiza sobre toda su superficie, sino que se presenta
un arco interno que lo eleva en su parte media (puente o empeine), lo que
contribuye a que la postura sea adecuada. La huella plantar tiende a presentar
mayor carga en la zona del antepié y en la zona del retropié o talón, lo que indica
una distribución balanceada del peso corporal que permite mantener una postura
armoniosa en bipedestación. Aunque debe haber un apoyo de todos los dedos,
mayormente el pulgar, de los restantes se marca sólo el pulpejo.218
Cuccia219 encontró que hay diferencias entre el arco plantar de pacientes con
Trastornos Temporomandibulares y los del grupo control y que, en cada grupo, la
condición de apretar voluntariamente los dientes con fuerza determina una
reducción de la presión promedio de carga en la superficie plantar y un aumento
de la superficie total en ambos pies, mientras la situación inversa ocurre al colocar
rollos algodón entre ambas arcadas.
Tomando en consideración los resultados alcanzados por los dos autores antes
mencionados podemos suponer que la posición de máxima intercuspidación
garantiza un mejor equilibrio postural del organismo, según se ve reflejado en su
base de sustentación. Por lo que también podríamos suponer que en los pacientes
con una postura Tipo C, el espacio libre reducido también sea un mecanismo
compensatorio que le permita a la mandíbula estar cerca de la posición de máxima
intercuspidación, y de este modo garantizar el equilibrio corporal al estar la cabeza
en una posición adelantada.
Sin embargo, Baldini220 tan solo encontró una débil correlación entre la posición
mandibular y la postura corporal en individuos sanos. Otros estudios, tampoco han
podido mostrar ninguna asociación significativa entre las diferentes posiciones de
la mandíbula en el plano sagital y los ángulos cifóticos y lordóticos así como con la
inclinación torácica y pélvica.221
4.2.1 f) Relación de molares.

78
Al igual que en nuestro estudio, en la mayoría de las investigaciones predominan
los pacientes con neutroclusión, sin embargo, los casos con distoclusión
reportados por Perinetti48 (34.4%) y por Lippold222 (32%), son muy superiores a
los identificados en este estudio. La mesioclusión también tuvo una baja
frecuencia en los estudios de estos investigadores (4.1 y 5% respectivamente).
Se plantea que cuando existe una Clase II o Clase III de Angle, los niños adoptan
posturas que les permiten compensar su retracción o protrusión mandibular
respectivamente, en busca del equilibrio postural. En la Clase II (distoclusión) el
maxilar está en posición mesial en relación al arco mandibular, y el cuerpo de la
mandíbula en relación distal con el arco maxilar, lo cual hace que el niño, en busca
de compensación, adelante la posición de la cabeza; lo que repercute sobre la
ATM y sobre la columna cervical y por ende en todo el resto de la columna
vertebral (fig. 6) En la Clase III (mesioclusión) la mandíbula se encuentra en
relación mesial al maxilar, esto hace que el niño tienda a ubicar la cabeza hacia
atrás en una postura que no es normal lo cual afecta la columna vertebral y la
postura general del niño. (fig.7) 223

Fig. 6. Postura compensatoria en la Clase II. Fig. 7. Postura compensatoria en la Clase III.
Si la posición anterior de la cabeza es mantenida durante todo el período de
desarrollo del individuo, puede producir una alteración en la dirección del
crecimiento craneofacial y dentoalveolar como consecuencia de la nueva actividad
muscular, o sea, un desarrollo facial vertical (dólicofacial), un posicionamiento
posterior de la ATM, la retrognacia mandibular, un ángulo goníaco mas ancho, en
otras palabras una Clase II esquelética puede ser observada asociada a la
extensión cráneo-cervical.224

79
Al Kofide225 plantea que la Clase II muestra una relación significativa con mayores
ángulos cráneo-cervicales y cérvico-horizontales que las otras dos clases.
152
Hosseinzadeh Nik también identificó una significativa correlación positiva entre
los ángulos ANB en pacientes con maloclusiones de la Clase II. Cuando se
incrementaba la inclinación cervical, los parámetros de ANB también se
incrementaban.
Sin embargo ninguno de estos planteamientos pueden ser corroborados por los
resultados de nuestro estudio.
Ferrario226 tampoco encontró que las modificaciones en el centro de presiones
estuvieran influenciadas por alteraciones oclusales como la Clase II de Angle.
No obstante, Machado218 pudo notar que los niños con maloclusiones Clase II
según Angle, si bien no presentaban un pie plano, sí presentaban un mayor apoyo
en la parte media de la bóveda plantar aparte de la zonas normales del antepie y
retropie. En cambio en las maloclusiones Clase I y Clase III no se notó ninguna
correlación aparente.
En la literatura se reporta que variaciones en la postura de la cabeza y el cuello
pueden también ser asociadas con las maloclusiones de la Clase III. Al
compararse la morfología de la columna cervical en pacientes con estas
maloclusiones Meibodi227 encontró que el 73.3% de los examinados tenía una
fusión del cuerpo de las vértebras, mientras que en el grupo control sólo el 32.6%
lo mostró. En este último grupo, la fusión aparecía entre C2 y C3, y en los casos,
entre C2-C3, C3-C4 o C4-C5. Además, las desviaciones en el grupo estudio
fueron significativamente más frecuentes que en el grupo control.
Varios autores han remarcado la importancia del adecuado desarrollo de la parte
superior e inferior de la columna vertebral cervical. Se plantea la hipótesis de que
hay un desarrollo diferente entre los segmentos superiores e inferiores de la
columna cervical, mientras el segmento superior se desarrolla asociado al
desarrollo facial, el segmento más bajo clásicamente ha sido considerado como la
parte superior final de la columna. Tecco 193 cita que Hellsing (1987) encontró en
125 niños, con edades de 8, 11, y 15 años, de ambos sexos, que a medida que se
incrementó la edad mostraron correlaciones altamente significativas entre el

80
desarrollo de curvatura torácico y lumbar, mientras que no se encontró ninguna
correlación entre el ángulo de la lordosis cervical y la cifosis torácica. Estos
resultados sugieren que la curvatura de la columna vertebral cervical se desarrolla
en estrecha unión con el complejo cráneo-facial y no con el resto de columna. La
misma observación fue confirmada por otro estudio longitudinal realizado por
Tecco228 con un grupo de pre-adolescentes femeninas con maloclusión Clase II
esquelética, tratadas con aparatología funcional, pues el cambio en el Sistema
Estomatognático (debido a la terapia funcional) provocó un cambio en la
inclinación del tracto superior de la columna cervical pero ninguna variación en la
inclinación del tracto inferior.
Por todo esto es necesario que se fortalezcan y amplíen las labores que
contribuyan a la prevención de las anomalías dentomaxilofaciales en los primeros
años de vida y permitan un desarrollo postural adecuado de la población infantil.
4.2.1 g) Interferencias oclusales propulsivas.
Las cifras de pacientes incluidos en el grupo estudio que presentó interferencias
propulsivas son similares a las reportadas por Otaño 229 en pacientes de alta de
ortodoncia (40%), pero muy inferiores con respecto a las identificadas por Grau, 230
en la que el 75% de los pacientes con Trastornos Temporomandibulares mostró
este tipo de interferencias.
Las interferencias en el área de trabajo tienen influencia en la aparición de
microtraumatismos y desgastes dentarios en ese mismo lado debido a las fuerzas
oclusales horizontales ejercidas, sin embargo, se reconoce que las que aparecen
en el área de no trabajo son las más perjudiciales para el correcto funcionamiento
del Sistema Estomatognático.231
Contrario a lo esperado, en los individuos con postura Tipo A y B, los enfermos
presentaron menos interferencias propulsivas que los sanos, aunque realmente
estas interferencias se ubicaron mayormente en el área de trabajo. Como se había
señalado anteriormente, estos pacientes también fueron los que mostraron los
mayores valores de sobrepase incisivo, por lo cual es lógico comprender que al
aumentar la distancia que deben recorrer los incisivos inferiores sobre las caras
palatinas de los superiores (Guía Incisiva), es más probable que aparezcan

81
desajustes en este acople durante un deslizamiento mayor, sobre todo
considerando las irregularidades morfológicas de estas superficies por la
presencia de las crestas marginales.23
Autores como Castillo23 y Albertini,232 hacen énfasis en la importancia del
establecimiento de una correcta Guía Incisiva, la cual debe ser simétrica a ambos
lados de la línea media, pues la presencia de una interferencia oclusal en un solo
diente facilita un inmediato patrón de asimetría oclusal que provoca una alteración
en la función neuromuscular, con una consecuente afectación a otras estructuras
del Sistema Estomatognático.193
Nuestros resultados señalan que de los pacientes con interferencias oclusales en
los sectores posteriores durante la propulsión mandibular, casi un tercio tuvo una
postura Tipo C.
Los cambios voluntarios en la postura corporal son capaces de afectar la fuerza de
contacto proximal entre los dientes, que es importante para mantener la
estabilidad en las arcadas dentarias. Kim 233 apreció que generalmente, ocurre una
disminución en la fuerza de contacto proximal cuando la postura cambia de la
erguida inicial para el decúbito supino, mientras que aumenta cuando la postura
cambia de la posición supino para la posición erguida. Un cambio significativo se
observa en todas las áreas excepto entre el primer premolar y el canino maxilar y
entre el primer y segundo molar mandibular.
Por lo que si se instaura una postura compensatoria en alguna etapa de la vida,
también se podría modificar esta fuerza de contacto interdentaria, que muchos
estomatólogos generalmente consideran una característica estática de la oclusión,
lo cual favorecería la aparición de interferencias oclusales.
También se ha comprobado que la manipulación temporal de la oclusión a través
de la colocación de dispositivos oclusales de silicona a nivel de la región premolar
es capaz de modificar en cierta medida la postura a nivel de la región cervical,
torácica y lumbar, tanto en una posición erguida como durante la deambulación. 234
La relevancia de estos pequeños cambios debe ser valorada cuidadosamente,
pues pueden no tener significación clínica.
4.2.1 h) Función lateral.

82
La función lateral es una expresión funcional importante en el desarrollo de una
correcta Guía Anterior, y dentro de ella, la guía canina, o sea, el solo contacto de
los caninos en el lado de trabajo al realizar las excursiones laterales, ha sido la
que ha tenido más aceptación en los últimos tiempos para mantener o recuperar la
salud del Sistema Estomatognático, siendo uno de los principios básicos de la
Escuela Gnatológica, que promulga la Oclusión Mutuamente Protegida (en donde
los dientes anteriores guían en contacto a la mandíbula en todo recorrido
excéntrico propulsivo y transtrusivo, impidiendo los contactos e interferencias en
dientes posteriores).23, 235
Se pudo apreciar que tanto en el lado derecho como el izquierdo la mayoría de los
examinados presentó guía canina y un menor porcentaje función en grupo, lo cual
es similar a lo reportado por otros autores que señalan un predominio de la función
canina en la población general.193
Las características que posee el canino, como son su ubicación en el arco, el
tamaño de su raíz y las características del hueso que lo rodea, le permiten resistir
las fuerzas generadas por estos movimientos. 193 La organización que se establece
en sus estructuras periodontales lo avalan biológicamente como el diente ideal
para disipar las fuerzas, así mismo, el control sensorial que realiza le permite
modular con suavidad y precisión las fuerzas producidas en cada golpe de la
masticación.236
Aunque Leiva237 comprobó una actividad electromiográfica del músculo
esternocleidomastoideo significativamente menor en la guía canina que en la
función en grupo, la mayoría de los investigadores no detectan una correlación
significativa entre el tipo de función lateral y la actividad muscular en otras
regiones de la cabeza y el cuello.238, 239
Lo que nos hace cuestionarnos acerca de la capacidad que tienen las pautas
masticatorias que se establecen durante la lateralidad de modular la postura del
cuerpo, lo cual no fue posible confirmar con nuestra investigación pues el tipo
postural tampoco mostró diferencias significativas en relación al grupo y la función
lateral en los lados derecho e izquierdo.

83
Independientemente de que sea canina o grupal, lo importante es que la función
lateral que presente el paciente sea efectiva para evitar las interferencias
oclusales y de este modo haya menos riesgo de que aparezcan los Trastornos
Temporomandibulares. De todos modos siempre se debe tratar de lograr la
función canina por su ventaja biológico-mecánica y porque desde el punto de vista
terapéutico, es más fácil lograr la guía en un solo diente que en varios.23
4.3 Plano frontal.
Los efectos de las posturas inadecuadas apreciadas en el plano frontal incluyen
disturbios en la simétrica distribución de las fuerzas compresivas y tensionales que
actúan sobre ambos lados del cuerpo, provocando el surgimiento de fuerzas
dañinas para el sistema.240
4.3.1 Equilibrio de hombros.
Algunos investigadores sugieren que la postura corporal puede estar afectada o
ser cambiada a una posición inusual cuando se produce una pérdida de la
estabilidad oclusal, provocando además dolores a nivel del cuello y de los
hombros.241 Se reconoce, además, que las disfunciones avanzadas y moderadas
en el Sistema Estomatognático se encuentran, frecuentemente, en pacientes que
presentan una alteración de la postura a nivel de los hombros.242
En nuestro estudio, predominaron de forma general los desequilibrios de hombros,
mostrándose con más frecuencia el desequilibrio derecho que el izquierdo. Sin
embargo, como en la población mundial los individuos zurdos representan
solamente alrededor del 10% del total,243 y en ellos generalmente el hombro
derecho es más alto, se esperaba una mayor frecuencia de desequilibrios
izquierdos, pues en el individuo diestro sucede lo opuesto.40
De cualquier modo, los desequilibrios a nivel de los hombros fueron muy
frecuentes, similar a los reportes de Fuentes,242 que identificó que el 66,9% de su
muestra de estudio tuvo los hombros no alineados. Espinoza-Navarro79 en 120
niños de 4 años de edad encontró que la alteración postural de mayor prevalencia
correspondía a la inclinación de los hombros, con un porcentaje de un 86%. Yu-
Cho,244 reportó que en la población joven china, también la alteración más común
era la inclinación de los hombros, pero con una incidencia de un 36%.

84
Más de la mitad de los pacientes que en nuestra investigación tenían los hombros
equilibrados, no presentaron Trastornos Temporomandibulares.
Esto está en correspondencia con los resultados de investigadores
norteamericanos que realizaron un estudio prospectivo para identificar la
prevalencia de asimetrías craneofaciales y de los hombros, así como para
determinar si estaban relacionadas con los Trastornos Temporomandibulares y
encontraron una asociación altamente significativa entre estas variables. 245 Según
sus resultados, estas asimetrías se relacionan con un riesgo relativo de 5.89 de
presentar algún tipo de alteración temporomandibular (p = 0.0001).
Se ha comprobado que niños respiradores bucales también muestran una posición
más superior de las escápulas que aquellos sin el hábito, por la posición más
adelantada de la cabeza, conduciendo a una alteración en el posicionamiento de
la mandíbula. Además presentan incrementada la lordosis cervical, una posición
más anterior del CDG y una reducción de los volúmenes pulmonares. Sin
embargo, la ausencia de diferencias significativas en el patrón postural entre los
grupos, los autores lo atribuyen a que producto del desarrollo, a esta edad, la
postura de los niños cambia para adaptarse a las nuevas proporciones del
cuerpo.246, 247
4.3.1 a) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares.
Podemos considerar que el desequilibrio a nivel de los hombros tuvo un notable
impacto en la severidad de los Trastornos Temporomandibulares, pues en los
casos con perturbación y disfunción predominaron los pacientes que tenían
desequilibrio derecho de hombros seguidos por los que tenían un desequilibrio
izquierdo. Correspondiéndose con lo expresado por otros autores que destacan
que la mala postura de los hombros aumenta la prevalencia de Trastornos
Temporomandibulares.242
Machado218 plantea que al estar desequilibrados los hombros, la posición de
equilibrio de la cabeza sobre la columna cambia, la posición postural de la
mandíbula tiende a lateralizarse hacia el lado opuesto a la inclinación de la
cabeza.

85
Sin embargo, nuestra experiencia clínica nos muestra que cuando la cabeza está
desviada hacia un lado, la mandíbula también puede ser desplazada en el mismo
sentido, e incluso, el plano de oclusión superior, en muchas ocasiones, se aprecia
paralelo al desnivel de los hombros. De este modo se observa que el paciente
presenta, mirándolo de frente, un hombro más bajo, la cabeza inclinada hacia el
lado opuesto, y la mandíbula lateralizada hacia el lado en que se observa el
hombro más alto, todo lo cual puede ser la causa de que se origine una función
asimétrica mandibular, y una inclinación en el plano oclusal en la vista frontal, así
como un posterior desarrollo de Trastornos Temporomandibulares.
A continuación procederemos a analizar algunos de los signos y síntomas del Test
de Krogh-Paulsen en relación al equilibrio de los hombros.
4.3.1 b) En los casos con dolor en la ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos.
Para el diagnóstico de las patologías temporomandibulares la exploración de los
músculos y las articulaciones es fundamental.
Los dolores que parten de las estructuras de la Articulación Temporomandibular,
con la educación y el entrenamiento adecuado del examinador se diagnostican
fácilmente, pues como son del tipo somático profundo se acentúan de forma
gradual con la palpación manual o la manipulación funcional y además están
fuertemente relacionados con las exigencias de la función masticatoria. 127
En un grupo de estudiantes, Fuentes242 encontró una relación estadísticamente
significativa entre el dolor a la palpación a través del meato acústico externo de la
ATM y la alteración de la postura de los hombros, sin embargo, al examinar el
grupo de pacientes con Trastornos Temporomandibulares no pudo hallar ninguna
correlación entre estas variables, para lo cual no tuvo una posible explicación.
En nuestro estudio se puede apreciar que este signo clínico aparece con más
frecuencia del lado contrario al hombro más elevado. Si la mandíbula, para
contribuir a la estabilidad corporal, se desliza en el mismo sentido que el hombro
más alto, este se convertiría en el lado de trabajo de la Articulación
Temporomandibular que tan solo realiza el movimiento de Bennett. En la otra
articulación se haría evidente el ángulo de Bennett, que para su descripción

86
precisa de un mayor recorrido del cóndilo de no trabajo durante la lateralidad, y es
producto a este mayor recorrido que se esperaría una mayor presencia de
alteraciones a nivel de las estructuras articulares.
Aunque también predominaron los pacientes sin dolor muscular, se debe tener
presente que los grupos musculares del Sistema Estomatognático pertenecen a la
cadena muscular cervical, y al considerar que el sistema músculo-esquelético está
compuesto por múltiples cadenas musculares que se interrelacionan unas con
otras, es fácil comprender que cualquier alteración en un segmento del cuerpo va
a provocar una reorganización en otro segmento. 94 La hiperactividad de los
músculos de la masticación conlleva a la hiperactividad de la musculatura cervical,
determinando así la contracción de los músculos responsables por la elevación y
protrusión de los hombros.248
Sin embargo, cuando Schindler,249 indujo experimentalmente una lateroflexión a
nivel del cuello, y provocó un cambio en los patrones de contracción isométrica de
la musculatura masticatoria, sus resultados sugirieron una transmisión de fuerzas
entre el cuello y el Sistema Estomatognático, pero no fue capaz de identificar
diferencias significativas en la activación de estos músculos al modificarse la
postura del cuello.
Tal vez en su investigación no se apreció una variación en la activación muscular
porque el experimento se realizó tan solo durante un corto período de tiempo,
pues se señala que un desequilibrio postural mantenido conduce a la fatiga y
desarrollo de estímulos dolorosos nociceptivos a nivel de los músculos, que se
mantienen extremadamente tensos para mantener la postura anormal. El espasmo
y el dolor pueden emerger con el tiempo.83
La alta frecuencia de chasquidos en las Articulaciones Temporomandibulares
asociados a los desequilibrios a nivel de los hombros identificada en nuestra
investigación, está en correspondencia con los resultados de Munhoz200, que
encontró en sus estudios una frecuencia más alta de hombros elevados (p = 0.04)
y de cambios en la cadena anterointerna de las caderas (p = 0.02) en pacientes
con cambios degenerativos a nivel de la ATM, con una tendencia a presentar una
posición adelantada de la cabeza.

87
También respaldan la teoría de que una alteración en una articulación puede
conducir a modificaciones compensatorias en otras articulaciones, sintomáticas o
no.248
4.3.2 Equilibrio de pelvis.
Se pudo apreciar en la muestra de estudio que más de la mitad de los examinados
mostró desequilibrios pélvicos y que en los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares predominaron de forma altamente significativa los casos
con una alteración postural a este nivel.
En correspondencia con nuestros resultados, Fischer250 comprobó que los
Trastornos Temporomandibulares también pueden desempeñar un importante
papel en la restricción de los movimientos experimentados a nivel de las caderas,
al observar que pacientes con un síndrome doloroso regional complejo podían
mostrar una mejoría, en el rango de movimiento, después de aplicar una técnica
de relajación miofacial en las zonas próximas a la Articulación
Temporomandibular.
Aunque en la literatura no se reportan muchos otros casos que vinculen la
aparición de Trastornos Temporomandibulares con los desequilibrios a nivel de la
pelvis, sí aparecen otras investigaciones que muestran como las alteraciones a
nivel de la región máxilofacial puede influenciar la postura de la pelvis o viceversa.
Wakano,251 con el objetivo de determinar el efecto de la desviación horizontal de la
mandíbula en la estabilidad del cuerpo en una posición erguida sobre una
plataforma inestable, estableció tres condiciones experimentales: primero, evaluó
la posición de reposo mandibular, segundo, una posición en la cual la desviación
mandibular horizontal experimental fue mantenida por una férula y tercero cuando
la posición de reposo mandibular también fue mantenida por una férula. Cada
participante recibió la indicación de estar de pie en una postura natural erguida
sobre una plataforma inestable, y entonces la variación resultante en el ángulo de
la plataforma fue medida. Se observó que tanto la variación en el ángulo de
inclinación de la base como el equilibrio dinámico fue mayor cuando la mandíbula
fue lateralizada y fijada en esta posición por una férula.

88
Por lo que, si para mantener el cuerpo erguido, durante la desviación horizontal
de la posición mandibular, se requirió de una mayor estrategia de corrección
postural, se puede considerar que los cambios en el Sistema Estomatognático
pueden afectar también el equilibrio dinámico, en el cual las maniobras de cadera
juegan un papel fundamental, como habíamos expresado antes.
Esto es posible gracias a que las caderas son articulaciones sinoviales con una
extremadamente baja fricción, y sus ligamentos no restringen los movimientos a
menos que el arco de movimiento exceda los límites fisiológicos normales.252
Por tanto, es de esperar que cualquier afectación a nivel del Sistema
Estomatognático, que provoque un desnivel en la postura corporal, se vea
reflejada a nivel de las caderas y las pelvis.
Al comparar la morfología facial de niños con displasia de cadera, que es una
condición que afecta la cabeza del fémur y el acetábulo provocando subluxaciones
y dislocaciones de esta articulación, Hanis 253 identificó que con respecto al grupo
testigo, estos niños presentaban una desviación a la derecha de la punta del
mentón, un puente orbital izquierdo más prominente, una nariz y un labio superior
también más prominente. Concluyendo que los pacientes con displasia de cadera
muestran mayores asimetrías faciales que los grupos controles sanos.
Tolleson254 también halló algo similar, pues en su muestra, el 45% de los niños
examinados, con afectaciones a nivel de las caderas, tuvo asimetrías faciales, y el
40% desviación del mentón. Ambos resultados fueron significativos, mostrando
hasta 2 mm de desviación.
4.3.2 a) Severidad de los Trastornos Temporomandibulares.
Los casos con desequilibrios de pelvis predominaron en los pacientes con riesgo y
perturbación, pero se esperaba que el porcentaje de pacientes con las pelvis
equilibradas y disfunción fuera menor, pues del Sol85 recuerda que sin restar
importancia a la posición de los pies, que son los que establecen la base de
sujeción, debe afirmarse que la posición de la pelvis representa la clave del
correcto alineamiento postural, por encima o debajo de ésta. Además, al estar la
pelvis próxima al CDG del cuerpo, cualquier desbalance en esta área debería

89
tener un mayor impacto en las regiones más alejadas, como el Sistema
Estomatognático.
De cualquier modo, para realizar una correcta valoración de esta variable postural
se debe evaluar como se relaciona con los signos y síntomas incluidos en este
test.
4.3.2 b) En los casos con dolor en la ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos.
En relación al equilibrio de pelvis y la presencia de dolor en la ATM, los resultados
de la presente investigación respaldan los planteamientos de Blum,255 que destaca
la relación entre las alteraciones de la postura en la región sacroilíaca y los
trastornos de la ATM.
Collado256 cita que Stute observó, que las alteraciones de la Articulación
Temporomandibular son más frecuentes cuando en el mismo lado del cuerpo se
presenta la cadera más baja, lo cual es lo mismo que decir que del lado contrario
la cadera es más alta, que fue lo identificado en nuestro estudio.
Fuentes,242 por su parte mostró que los individuos que presentan un desequilibrio
a nivel de la cadera tienen una mayor sensibilidad a la palpación de los músculos
temporal y masetero cuando son comparados con aquellos que presentan la
cadera alineada.
Sin embargo, en nuestro estudio no se apreciaron diferencias significativas en la
distribución de los casos según el equilibrio de pelvis y el dolor muscular a la
palpación, observándose que la cantidad de casos sin dolor que presentó las
pelvis equilibradas fue igual a la de los que tenían un desequilibrio derecho.
Aunque no ha sido posible establecer una positiva relación causa efecto, se ha
verificado que pacientes con desplazamiento anterior del disco articular muestran
una significativa desviación postural a nivel de la pelvis, la espina torácica y
lumbar.248
Los desniveles de cadera también reflejan alteraciones de la longitud de los
miembros inferiores. El estudio realizado por Michelloti y colaboradores257 en 1159
adolescentes mostró una prevalencia de longitudes desiguales de miembros
inferiores del 10,3%. No se encontraron otros estudios similares de reciente

90
publicación.
Por su parte, Maeda258 en Japón, evaluó cuantitativamente el efecto de la
discrepancia experimental en el largo de las piernas sobre la postura del cuerpo y
la oclusión dentaria en sujetos asintomáticos con una edad media de 25.6 años.
Para lograr la diferencia en el largo de las piernas se emplearon diez tipos de
calzos con alturas desde uno a diez milímetros. Cuando los sujetos usaban un
calzo de seis mm o más, bajo el pie derecho, se apreciaba un desplazamiento
lateral del cuerpo hacia la izquierda y sí se colocaba bajo el pie izquierdo uno de
cuatro milímetros o más se desplazaba hacia la derecha. Al evaluar
experimentalmente la fuerza de la oclusión cuando el calzo era de siete mm o
más, bajo el pie izquierdo, las fuerzas oclusales en apreciaban trasladadas al lado
izquierdo. Cuando los sujetos usaban un calzo de ocho mm o más, bajo el pie
derecho, las fuerzas oclusales se desviaban al lado derecho. Basados en estos
resultados concluyó que la discrepancia en el largo de las piernas afectaba la
postura y la oclusión dental.
Es posible considerar por tanto, que los pacientes con desequilibrios pélvicos
también van a tener una alteración en la posición de relación céntrica,
estableciéndose una mayor presión interarticular a nivel de la ATM que está del
mismo lado de la pelvis más alta, por lo cual se esperaría que en ella aparecieran
la mayor cantidad de afectaciones discales, contrario a lo identificado en nuestro
estudio. Podría ser entonces que el desbalance postural tenga un efecto más
negativo en el lado contrario, donde se provoca un aumento del espacio
interarticular, acompañado de distensión de los ligamentos discales y capsulares
así como de una mayor activación del músculo pterigoideo externo. De este modo
pueden desarrollarse los desplazamientos discales, cuyo signo clínico
característico es el chasquido.
4.3.2 c) Oclusión dentaria cruzada.
Se ha reportado que la oclusión dentaria cruzada unilateral es una de las
maloclusiones de la dentición primaria de mayor prevalencia en niños caucásicos.
Las asimetrías faciales que se presentan en estos pacientes, por el
desplazamiento lateral de la mandíbula, si no son tratadas en edades tempranas

91
pueden provocar una modificación del crecimiento que resulte en asimetrías
faciales de origen esquelético. 259
Además, en pacientes con hiperplasia condilar o la de la rama mandibular que
presentan oclusión dentaria cruzada unilateral, se ha observado que la habilidad
para realizar movimientos simétricos de los músculos de la mandíbula, la cabeza y
el cuello están perturbados, pues se aprecia una coactivación asimétrica del
260
esternocleidomastoideo y el masetero durante los movimientos mandibulares.
Estos elementos son de interés clínico pues la actividad asimétrica puede ser un
factor etiológico en los Trastornos Temporomandibulares y el dolor cervical.
Se evidenció en nuestro estudio que sólo un pequeño porcentaje de los
examinados tuvo oclusión dentaria cruzada, similar a los hallazgos de Wurgaft y
colaboradores261 que también detectaron un baja prevalencia de esta maloclusión
(9%) en niños con Trastornos Temporomandibulares.
Un resultado no esperado fue el hecho de que predominaran los individuos con las
pelvis equilibradas en todos los rangos de la variable oclusión dentaria cruzada,
pues está descrito que entre ambas existe una estrecha relación, con tendencia a
la elevación del hombro en el lado contrario y de la pelvis en el mismo lado. 262 No
obstante, Morais263 al considerarla como variable dependiente tampoco encontró
una asociación con ninguna de las variables posturales.
La ausencia de relación significativa en el estudio actual puede deberse al
reducido número de examinados con dicha maloclusión.
4.3.2 d) Interferencias oclusales laterales.
Como se esperaba, se encontró una diferencia altamente significativa en cuanto a
la presencia de interferencias oclusales laterales entre los pacientes con
afecciones temporomandibulares y los sanos.
Para Arenas264 las interferencias durante los movimientos de lateralidad, también
aparecen en un porcentaje muy elevado (73,7%) en los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares, siendo más frecuente en los varones (77,6%) que en las
mujeres (71,7%). Estos resultados son similares a los del presente estudio,
aunque en este no se tuvo en cuenta la diferencia entre sexos.

92
Si existe un contacto dentario en el lado de trabajo, entre los dientes posteriores
superiores e inferiores, y es suficientemente fuerte como para desocluir los dientes
anteriores, se considera una interferencia. Si la misma fuera en el lado de no
trabajo, sus efectos se considerarían especialmente destructores. 127
Dawson6 señala que las interferencias oclusales en el lado de balance en los
segundos molares están entre las interferencias más comúnmente omitidas.
Desafortunadamente son unos de los desencadenantes más potentes para el
dolor ocluso-muscular. La alteración de una sola vertiente de un diente, tiene la
capacidad de alterar el equilibrio y todo del sistema, pues una mínima interferencia
oclusal puede interferir en la armomía muscular y la función temporomandibular.
En nuestra práctica clínica observamos, en la mayoría de las ocasiones, una
mejoría que puede ir de moderada a muy satisfactoria cuando se suprimen este
tipo de contactos dentales en pacientes aquejados de dolor temporomandibular.
Pero esto debe realizarse con mucho cuidado, y preferentemente después del
alivio de los síntomas, pues se supone que al estar afectados los músculos o la
articulación por estos trastornos, también van a estar afectados los movimientos
mandibulares. Si el examen de las interferencias se realiza en la fase aguda,
puede provocar una valoración incorrecta de los contactos oclusales interferentes.
En los últimos años, los trabajos que muestran la nociva influencia de las
interferencias sobre la articulación han ampliado su campo de estudio al aspecto
postural, mostrando que determinados grupos musculares también pueden verse
afectados de manera evidente por las alteraciones oclusales.265
No obstante, las investigaciónes en esta área del conocimiento no son muy
frecuentes. De cualquier modo se debe recordar que para que se logre una
desoclusión posterior completa en LT y LNT durante la lateralidad debe haber una
correcta función lateral, específicamente una guía canina (que fue la más
frecuente en la muestra analizada); siendo necesario que exista una combinación
adecuada de variables oclusales para que esto suceda satisfactoriamente. Las
variables son:
 Contactos de caninos en PMI.
 Sobrepases de caninos mayores que el de los incisivos.

93
 Resaltes caninos menores que el de los incisivos.23
Si se logran las tres condiciones de la clásica función canina, se puede lograr una
función lateral correcta, disminuyendo el riesgo de aparición de las interferencias
oclusales y subsecuentemente de los Trastornos Temporomandibulares.
4.3.3 Equilibrio de pelvis y hombros.
Las variables equilibrio de hombros y pelvis, por sí solas, se relacionaron
significativamente con la severidad de los Trastornos Temporomandibulares y con
sus signos y síntomas. Del total de la muestra, 200 (108 + 92) de los examinados
tuvo desequilibrio de hombros, y 169 (96 + 73) mostraron las pelvis
desequilibradas, para una proporción de 1.18. Es decir que ambas alteraciones
posturales se mostraron con una frecuencia alta y similar en los pacientes
examinados, por lo que también sería conveniente analizar su asociación en
conjunto en la aparición de estos signos y síntomas.
4.3.3 a) En los casos con dolor en la ATM, dolor muscular a la palpación y
chasquidos.
En los pacientes con dolor en la ATM se apreció una asociación altamente
significativa de este síntoma con el equilibrio de hombros, pero no ocurrió así con
respecto al equilibrio de la pelvis. Sin embargo, se pudieron apreciar diferencias
altamente significativas en la distribución de estos casos según el equilibrio de la
pelvis y los hombros.
Llama la atención el hecho de que cuando los pacientes tenían las pelvis
equilibradas el mayor porcentaje de pacientes también tuvo los hombros
equilibrados y cuando las pelvis mostraban un desequilibrio hacia un lado, el
mayor porcentaje de casos también tenían los hombros desequilibrados en el
mismo sentido.
Según Bricot,42 cuando los hombros y la pelvis basculan en el mismo sentido, el
exteroceptor inicialmente perturbado es el ocular. Una causa podal inicial, provoca
un desequilibrio de la pelvis inverso del de los hombros.
Por eso, debemos considerar que para poder ser tratados con éxito, los pacientes
con Trastornos Temporomandibulares, no sólo requieren de una atención
multidisciplinaria tradicional (ortodoncistas, protesistas y cirujanos maxilofaciales),

94
sino que en muchas ocasiones es necesaria la participación de profesionales de
otras ramas de la salud como los psicólogos, ortopédicos,
otorrinolaringólogos, reumatólogos, neurólogos e inclusive oftalmólogos, que a
menudo desconocen éstas alteraciones y sus complicaciones.
En los pacientes con dolor muscular a la palpación y chasquidos, el
comportamiento del equilibrio de hombros y pelvis también fue similar al de los
pacientes con dolor en la ATM.
Fuentes242 con su estudio no pudo determinar que los síntomas de Trastornos
Temporomandibulares se encontraran con más frecuencia del mismo lado del
cuerpo, donde la cadera es más baja, pero los resultados de nuestra investigación
sí sugieren que tanto el dolor en la ATM, como el dolor muscular y los chasquidos
se presentan mayormente cuando del lado contrario se presenta un desequilibrio
de hombros y pelvis.
Sin embargo, a la hora de realizar el examen de los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares, la variable equilibrio de hombros, por sí sola, fue la que
mostró una asociación significativa con todos los signos valorados, por lo que
podríamos considerar que clínicamente nos ofrecería una mejor idea del problema
de salud, sin necesidad de vincularla con el equilibrio de pelvis.
4.4 Plano horizontal.
4.4.1 Rotación de hombros y pelvis.
La rotación de hombros y la rotación de la pelvis no mostraron diferencias
significativas en los grupos estudio y control. La mayoría de los pacientes no
presentó rotación de hombros como tampoco de pelvis.
De cualquier modo, del Sol85 observó un porcentaje de anteroversión de la pelvis
(inclinada para el frente) (44%) similar al nuestro, pero Neto Júnior266 identificó
índices más elevados (73%) en atletas brasileños, en los cuales desencadenaba
cifosis torácica y anteposición de la cabeza. Estos investigadores indicaron que las
causas de las alteraciones pélvicas estaban asociadas con mecanismos de
compensación en los procesos de estabilización de la columna lumbar.
Cándido y colaboradores62 afirman que pacientes con algún tipo de afección
temporomandibular pueden mostrar alteraciones posturales como disminución del

95
ángulo tibio-társico, hiperextensión de la rodilla, antero versión de la pelvis,
además de disminución de la movilidad del tronco y de la columna vertebral
cervical.
Gurfinkel252 señala que la limitación de la amplitud de rotación alrededor del eje
axial que presentan los individuos (puede ser de ±10° a nivel de la cadera), se
realiza en las regiones del cuello y la columna torácico-lumbar, donde el sistema
músculo-esquelético es relativamente flexible y laxo. Aunque se propone que en
gran medida esta resistencia está dada por la distensión muscular, es posible que
la rotación también evoque alguna restricción al torque en estructuras no
contráctiles como los ligamentos, tejidos capsulares de las articulaciones y las
fascias musculares.
Si se considera que la musculatura del tronco se resiste dos veces más a la
rotación del cuerpo que la cadera y diez veces más que el cuello, podemos
suponer que la tensión que se genera por la rotación de las estructuras de cuello,
no va a tener una magnitud tal como para desencadenar una sintomatología
dolorosa o de otra índole en el Sistema Estomatognático. Lo cual se evidencia al
analizar la severidad de los Trastornos Temporomandibulares, donde tampoco se
observaron diferencias significativas con respecto a la rotación de hombros y
pelvis.
La alta prevalencia de trastornos posturales en la población estudiada aquí es un
hallazgo de gran interés y ponen de manifiesto la necesidad de tratamiento entre
ellos. Lamentablemente no se cuenta con estudios de prevalencia en la población
cubana para establecer comparaciones.
Debemos tener presente que aunque en los pacientes con Trastornos
Temporomandibulares se exploren otros factores etiológicos que no provengan del
área del Sistema Estomatognático y se detecten alteraciones en la simetría del
cuerpo que evidencien alteraciones posturales en cualquiera de los planos del
espacio, por la tolerancia estructural de los tejidos, estas no necesariamente
tienen que ser la principal causa de lesión. Es importante considerar al individuo
como un todo, valorarlo integralmente teniendo en cuenta además los

96
antecedentes, los aspectos morfológicos y las variables oclusales, para que de
este modo podamos garantizarle una atención eficiente.

97
CONCLUSIONES

 En los casos con afecciones temporomandibulares predominó el sexo


femenino y los grupos de individuos de 26 a 35 y de 36 a 45 años de edad.
 Las alteraciones posturales en los planos sagital y frontal fueron frecuentes
en los pacientes con Trastornos Temporomandibulares. En el plano
horizontal no se observaron diferencias entre los grupos estudio y control.
 Un alto porcentaje de casos con signos y síntomas de alteraciones
temporomandibulares tuvo una postura Tipo C.
 El tipo postural y los desequilibrios de hombros y pelvis se asociaron
significativamente con la severidad de los Trastornos
Temporomandibulares.
 El dolor muscular y en la ATM así como los chasquidos fueron más
frecuentes cuando del otro lado del cuerpo el hombro o la pelvis estaba
más elevada.
 Los desequilibrios de hombros se asociaron más con la presencia de estos
signos que los desequilibrios de pelvis.
 Los menores valores de resalte y los mayores de diferencia incisiva se
apreciaron en los pacientes con postura Tipo A y B. Las menores cifras de
espacio libre se identificaron en los casos con postura Tipo C.
 No se halló una asociación significativa entre el sobrepase, las
interferencias oclusales, el tipo de función lateral y la oclusión dentaria
cruzada con las variables posturales.

98
RECOMENDACIONES
 Generalizar los resultados de esta investigación para hacer concientes
no sólo a los estomatólogos dedicados a la atención de los pacientes
con Trastornos Temporomandibulares, sino también a los profesionales
de otras ramas de la salud acerca de la necesidad de tener una visión
integral en el momento de tratar estas alteraciones.
 Continuar realizando estudios que evidencien la estrecha relación de la
postura corporal con el Sistema Estomatognático, especialmente los
asociados con las terapias posturales, de forma tal que se pueda
mejorar la calidad de vida de la población afectada, promoviendo estilos
de vida saludables.

99
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127
ANEXOS
Anexo 1: Test de Krogh- Paulsen para diagnosticar Trastornos
Temporomandibulares.
El test de Krogh- Paulsen consta de 9 indicadores de disfunción, que se resumen
en un cuadro como se muestra a continuación:
Signos y síntomas Si No
1.- Abertura menor de 40 mm
2.- Irregularidades en mov. de abertura y cierre.
3.- Dolor muscular a la palpación.
4.- Dolor en ATM.
5.- Chasquido o crujido.
6.- Traba en apertura y cierre.
7.- Inestabilidad entre RC y PMI.
8.- Deslizamiento anterior > 1mm.
9.- Deslizamiento lateral.

Clasificación: _____Sano
_____Riesgo
_____Perturbación
_____Disfunción
1.- Restricción de la apertura: Cuando la separación entre los bordes incisales
superiores e inferiores en apertura máxima, más el sobrepase a ese nivel es
menor que 40 mm.
2.- Irregularidades en el movimiento de apertura y cierre: Al observar cualquier
zigzagueo o desviación durante esos movimientos.
3.- Dolor muscular a la palpación: Si el paciente refiere dolor al palpar o manipular
los puntos indicados para cada músculo (Pterigoideos Interno y Externo, Masetero
y Temporal), se marca si en el cuadro.
4.- Dolor en la ATM: Con el dedo meñique en el conducto auditivo externo se
presiona hacia adelante y se hace abrir y cerrar la boca. En esta maniobra y en las

128
anteriores hay que usar el lado opuesto como control, y se le da importancia al
elemento comparativo entre un lado y otro.
5.- Chasquido o crujido: Se puede determinar por audición simple o auxiliándonos
del estetoscopio.
6.- Traba: Limitación de la apertura, que solamente se puede vencer con esfuerzo
y seguida, generalmente de desviación mandibular acompañada de chasquido.
7.- Posición del primer contacto muscular diferente de PMI (Inestabilidad entre RC
y PMI): Se le pide al paciente que en posición postural y con la vista al frente,
trague saliva, se humedezca los labios con la punta de la lengua y que deje la
mandíbula suelta (sin contacto dentario). Se le pregunta la sensación que
experimenta. Existen cuatro posibles respuestas de paciente: si sienten contactos
simultáneos en ambos lados (a) o no se puede identificar diferencia (b) es
indicación de estabilidad entre RC y PMI. Si toca un lado antes que el otro (c) o
solamente delante (d) existe inestabilidad entre estas dos posiciones y se marca
“Si” en el cuadro.
8.- RC a más de 1 mm (sagitalmente) de PMI: Se manipula la mandíbula y se
determina si existe desplazamiento mandibular mayor de 1 mm en el segmento
final del arco de cierre.
9.- Desplazamiento lateral de RC a PMI: Se considera positivo si el deslizamiento
mandibular en el segmento final del cierre tiene un componente lateral.
Categorización:
Sano ________________Ningún aspecto positivo.
Riesgo ______________ Un aspecto positivo.
Perturbación __________Dos aspectos positivos.
Disfunción ____________Tres aspectos positivos.
Ítems 6 o 9 positivos (son determinantes)

129
Anexo 2: Formulario para la recolección de la información.
1.- Datos generales:
Nombres y apellidos: ______________________________________________
CI: ______________________
Edad:_________ Sexo:________ Fecha:__________
2.- Examen morfológico de la oclusión:
2.1- Resalte incisivo: ______mm 2.2- Sobrepase incisivo: ______ mm
2.3- Diferencia incisiva: _____mm

2.4- Relación de molares:

Derecha: ___ No hay relación Izquierda:___No hay relación

___Neutroclusión ___ Neutroclusión

___Mesioclusión ___Mesioclusión

___Distoclusión ___Distoclusión

2.5- Oclusión dentaria cruzada: ___No


___Posterior derecha.
___Posterior izquierda.
2.6- Espacio libre: _______mm
3.- Examen funcional de la oclusión:
3.1- Interferencias propulsivas: ___No ___AT ___ANT
3.2- Interferencias laterales derechas: ___No ___LT ___LNT
3.3- Interferencias laterales izquierdas: ___No ___LT ___LNT
3.4- Función lateral: ____Canina
____ Grupal
4. Test de Krogh- Paulsen:
Signos y síntomas Si No
1.- Abertura menor de 40 mm
2.- Irregularidades en mov. de abertura y cierre.
3.- Dolor muscular a la palpación.

130
4.- Dolor en ATM.
5.- Chasquido o crujido.
6.- Traba en apertura y cierre.
7.- Inestabilidad entre RC y PMI.
8.- Deslizamiento anterior > 1mm.
9.- Deslizamiento lateral.

4.1- Severidad: _____Sano


_____Riesgo
_____Perturbación
_____Disfunción
4.2- Dolor en ATM: ___No
___Lado derecho
___Lado izquierdo.
___Ambos
4.3- Dolor muscular: ___No
___Lado derecho
___Lado izquierdo.
___Ambos
4.4- Chasquidos: ___No
___Lado derecho
___Lado izquierdo.
___Ambos
5.- Examen postural:
5.1- Tipo postural: ___Tipo A ___Tipo B ___Tipo C ___Tipo D ___Tipo E
5.2- E. Hombros: ___Equilibrados ____Deseq. derecho ___Deseq. izquierdo.
5.3- E. Pelvis : ___Equilibrados ___Deseq. derecho ___Deseq. izquierdo.
5.4- Rotación de hombros: ___No rotación ___R. Derecha ___R. Izquierda
5.5- Rotación pélvica: ___No rotación ___R. Derecha ___R. Izquierda

131
Anexo 3: Modelo de consentimiento informado.
Información al paciente:
Los Trastornos Temporomandibulares son una de las patologías más
controvertidas debido a su origen multifactorial. En las numerosas
investigaciones que se han realizado en nuestro país estos trastornos se han
presentado en cerca del 50% de los casos estudiados y que en muchas
ocasiones representan urgencias estomatológicas.
La mayor importancia del conocimiento de los factores etiológicos fundamentales
de los Trastornos Temporomandibulares y sus interacciones, está dada por la
seguridad y eficiencia que esto implica al tratarlos, o sea, conociendo la causa de
una enfermedad se puede eliminar y aún mejor, evitar.
Realizamos la presente investigación considerando que existe una estrecha
interacción entre los Trastornos Temporomandibulares y las alteraciones
posturales. Con los conocimientos generados, el profesional estará mejor
preparado para realizar su labor preventiva y curativa, en aras de permitir a la
población la pronta incorporación a la vida social sin las molestias que produce un
desorden funcional de esta índole.
Para ello no se le realizará nada doloroso ni agresivo, solamente se le debe
examinar la boca y las regiones adyacentes, así como su postura en posición
erguida, para lo cual es necesario que se retire la ropa de la parte superior del
cuerpo, siempre respetándose su intimidad. Usted tiene el derecho a participar en
el estudio y retirarse cuando lo estime conveniente.
Consentimiento informado
Yo: _________________________________________ expreso mi conformidad
de participar en la investigación que realiza _______________________________
y para que así conste firmo este documento.

______________________
Firma Fecha:
____/____/___

132
Anexo 4: Tablas y gráficos.

Tabla 1. Distribución de los pacientes según sexo.

Sexo Casos Controles Total


Nº % Nº % Nº %
Femenino 90 56.3 105 65.6 195 60.9
Masculino 70 43.8 55 34.4 125 39.1
Total 160 100 160 100 320 100

Chi Cuadrada=2.954, p=0.054

133
Tabla 2. Distribución de los pacientes según grupos de edad.

Grupos de Casos Controles Total


edad Nº % Nº % Nº %
19 a 25 27 16.9 39 24.4 66 20.6
26 a 35 55 34.4 33 20.6 88 27.5
36 a 45 55 34.4 63 39.4 118 36.9
46 a 55 15 9.4 25 15.6 40 12.5
56 a 65* 8 5.0 0 0 8 2.5
Total 160 100 160 100 320 100

Chi Cuadrada=18.72, p=0.001


* Media= 61 años.

134
Tabla 3. Distribución de los pacientes según tipo postural.

Casos Controles Total


Postura Nº % Nº % Nº %
Tipo A 3 6.1 46 93.9 49 100
Tipo B 38 33.6 75 66.4 113 100
Tipo C 73 89.0 9 11.0 82 100
Tipo D 25 48.1 27 41.9 52 100
Tipo E 21 87.5 3 12.5 24 100
Total 160 50.0 160 50.0 320 100

Chi Cuadrada=113.38, p=0.000

135
Tabla 4. Distribución de los casos según signos y síntomas y tipo postural.
Tipo postural
Signos y síntomas Total*
Tipo A Tipo B Tipo C Tipo D Tipo E

Nº % Nº % Nº % Nº % Nº % Nº %

Restricción a la abertura 1 33.3 1 33.3 0 0 1 33.3 0 0 3 1.9

Irregularidad en abertura y 1 1.4 18 24.7 36 49.3 10 13.7 8 11 73 45.6


cierre.

Dolor muscular a la palpación 1 1.6 14 22.2 29 46.0 10 15.9 9 14.3 63 39.4

Dolor en ATM 0 0 17 33.3 19 37.3 9 17.6 6 11.8 51 31.9

Chasquido 2 1.9 22 21.1 52 50.0 14 13.5 14 13.5 104 65.0

Traba 0 0 2 7.7 19 73.1 1 3.8 4 15.4 26 16.3

Inestabilidad entre RC y PMI 0 0 4 33.3 6 50 1 8.3 1 8.3 12 7.5

Deslizamiento anterior de RC 0 0 0 0 1 100 0 0 0 0 1 0.6


a PMI

Deslizamiento lateral de RC a 0 0 3 17.6 11 64.7 1 5.9 2 11.8 17 10.6


PMI

*N=160

136
Tabla 5. Distribución de los casos según tipo postural y severidad de los
Trastornos Temporomandibulares.
Severidad
Riesgo Perturbación Disfunción Total
Postura Nº % Nº % Nº % Nº %
Tipo A 1 3.8 2 2.7 0 0 3 1.9
Tipo B 5 19.2 23 30.7 10 16.9 38 23.8
Tipo C 9 34.6 25 33.3 39 66.1 73 45.6
Tipo D 8 30.8 12 16.0 5 8.5 25 15.6
Tipo E 3 11.5 13 17.3 5 8.5 21 13.1
Total 26 100 75 100 59 100 160 100

Chi Cuadrada=21.16, p=0.007

137
Tabla 6. Valores medios de resalte incisivo según tipo postural y grupo.

Postura Casos Controles Total


Tipo A 2.92 2.94 2.93
Tipo B 2.91 2.84 2.87
Tipo C 3.47 3.23 3.35
Tipo D 4.02 3.09 3.54
Tipo E 4.26 3.33 4.15
Promedio 3.22 2.96 3.12
Valor p 0.006 0.228 0.001

138
Tabla 7. Valores medios de sobrepase incisivo según tipo postural y grupo.

Postura Casos Controles Total


Tipo A 3.67 3.76 3.71
Tipo B 3.79 3.82 3.80
Tipo C 3.35 3.44 3.39
Tipo D 3.68 3.52 3.61
Tipo E 3.40 3.66 3.52
Promedio 3.57 3.64 3.60
Valor p 0.226 0.834 0.395

139
Tabla 8. Valores medios de la diferencia incisiva según tipo postural y grupo.

Postura Casos Controles Total


Tipo A 0.75 0.82 0.78
Tipo B 0.88 0.98 0.93
Tipo C -0.12 0.21 0.04
Tipo D -0.34 0.43 0.07
Tipo E -0.86 0.33 -0.63
Promedio 0.35 0.68 0.48
Valor p 0.004 0.639 0.023

140
Tabla 9. Valores medios de espacio libre según tipo postural y grupo.

Tipo postural Casos Controles Total


Tipo A 4.00 3.55 3.58
Tipo B 3.50 3.24 3.33
Tipo C 3.02 2.94 3.01
Tipo D 3.34 3.52 3.43
Tipo E 3.91 4.67 4.00
Promedio 3.32 3.39 3.35
Valor p 0.000 0.005 0.000

141
Tabla 10. Distribución de los pacientes según tipo postural y relación de molares
derecha.
Relación de molares derecha
Neutroclusión Distoclusión Mesioclusión No relación Total
Postura Nº % Nº % Nº % Nº % Nº %
Tipo A 41 15.1 3 16.7 5 41.0 0 0 49 15.3
Tipo B 96 35.4 5 27.8 11 44.0 1 16.7 113 35.3
Tipo C 72 26.6 7 38.9 3 12.0 0 0 82 25.6
Tipo D 45 16.6 1 5.6 3 12.0 3 50.0 52 16.3
Tipo E 17 6.3 2 11.1 3 12.0 2 33.3 24 7.5
Total 271 100 18 100 25 100 6 100 320 100

Chi Cuadrada=20.04, p=0.066

142
Tabla 11. Distribución de los pacientes según tipo postural y relación de molares
izquierda.
Relación de molares izquierda
Neutroclusión Distoclusión Mesioclusión No relación Total
Postura Nº % Nº % Nº % Nº % Nº %
Tipo A 38 14.4 7 28.0 4 16.0 0 0 49 15.3
Tipo B 95 36.0 6 24.0 10 40 2 33.3 113 35.3
Tipo C 71 26.9 7 28.0 2 8.0 2 33.3 82 25.6
Tipo D 45 17.0 2 8.0 4 16.0 1 16.7 52 16.3
Tipo E 15 5.7 3 12.0 5 20.0 1 16.7 24 7.5
Total 264 100 25 100 25 100 6 100 320 100

Chi Cuadrada=17.06, p=0.147

143
Tabla 12. Distribución de los pacientes según tipo postural e interferencias
propulsivas por grupos.
Interferencias propulsivas
Postura Casos con interferencias Controles con interferencias
Nº % Nº %
Tipo A 0 0 3 10.0
Tipo B 9 18.0 18 60.0
Tipo C 26 52.0 2 6.7
Tipo D 7 14.0 6 20.0
Tipo E 8 16.0 1 3.3
Total* 50 31.3 30 18.8

* N=160
Chi Cuadrada=28.90, p=0.000

144
Tabla 13. Distribución de los pacientes según tipo postural e interferencias
propulsivas.
Interferencias propulsivas N
Postura Área de trabajo Área de no trabajo Sin interferencias
Nº % Nº % Nº %
Tipo A 3 6.1 0 0 46 93.9 49
Tipo B 22 19.5 9 8.0 86 76.1 113
Tipo C 18 22.0 12 14.6 54 65.9 82
Tipo D 10 19.2 6 11.5 39 75.0 52
Tipo E 5 20.8 5 20.8 15 62.5 24
Total 58 18.1 32 10.0 240 75.0 320
Chi Cuadrada 5.86 11.18 15.04
Valor P 0.209 0.02 0.05

145
Tabla 14. Distribución de los pacientes según grupo y función lateral derecha.
Función lateral derecha Casos Controles Total

Nº % Nº % Nº %
Guía canina 117 73.1 100 62.5 217 67.8
Función en grupo 43 26.9 60 37.5 103 32.2
Total 160 100 160 100 320 100.0

Chi Cuadrada=2.07, p=0.093

Tabla 15. Distribución de los pacientes según grupo y función lateral izquierda.
Función lateral izquierda Casos Controles Total

Nº % Nº % Nº %
Guía canina 115 71.9 103 64.4 218 68.1
Función en grupo 45 28.1 57 35.6 102 31.9
Total 160 100 160 100 320 100.0

Chi Cuadrada=2.07, p=0.093

146
Tabla 16. Distribución de los pacientes según función lateral derecha y tipo
postural.
Postura Función lateral derecha Total
Guía canina Función en grupo
Nº % Nº % Nº %
Tipo A 32 14.7 17 16.5 49 15.3
Tipo B 75 34.6 38 36.9 113 35.3
Tipo C 64 29.5 18 17.5 82 25.6
Tipo D 31 14.3 21 20.4 52 16.3
Tipo E 15 6.9 9 8.7 24 7.5
Total 217 100 103 100 320 100

Chi Cuadrada=6.09, p=0.192

147
Tabla 17. Distribución de los pacientes según función lateral izquierda y tipo
postural.
Función lateral izquierda Total
Postura Guía canina Función en grupo
Nº % Nº % Nº %
Tipo A 33 15.1 16 15.7 49 15.3
Tipo B 75 34.6 38 36.9 113 35.3
Tipo C 64 29.5 18 17.5 82 25.6
Tipo D 31 14.3 21 20.4 52 16.3
Tipo E 15 6.9 9 8.7 24 7.5
Total 218 100 103 100 320 100

Chi Cuadrada=5.97, p=0.201

148
Tabla 18. Distribución de los pacientes según grupo y equilibrio de hombros.
Casos Controles Total
Equilibrio de hombros
Nº % Nº % Nº %
Equilibrados 51 42.5 69 57.5 120 100
Desequilibrio derecho 53 49.1 55 50.9 108 100
Desequilibrio izquierdo 56 60.9 36 39.1 92 100
Total 160 50.0 160 50.0 320 100

Chi Cuadrada=7.08, p=0.029

Gráfico 10. Distribución de los pacientes según equilibrio de


hombros.

92; 29%
120; 37%

108; 34%

Equilibrados Desequilibrio derecho Desequilibrio izquierdo

149
Tabla 19. Distribución de los casos según equilibrio de hombros y severidad de los
Trastornos Temporomandibulares.

Severidad
Equilibrio de hombros Riesgo Perturbación Disfunción Total
Nº % Nº % Nº % Nº %
Equilibrados 15 57.7 21 28.0 15 25.4 51 31.9
Desequilibrio derecho 6 23.1 27 36.0 20 33.9 53 33.1
Desequilibrio izquierdo 5 19.2 21 28.0 24 40.7 56 35.0
Total 26 100 75 100 59 100 160 100

Chi Cuadrada=9.96, p=0.041

150
Tabla 20. Distribución de los casos según equilibrio de hombros y dolor en ATM.
Equilibrio de hombros
Equilibrados Desequilibrio Desequilibrio Total
Dolor en ATM derecho izquierdo
Nº % Nº % Nº % Nº %
Sin dolor 38 39.8 28 30.9 43 29.4 109 100
Lado derecho 4 18.2 6 27.3 12 54.5 22 100
Lado izquierdo 5 33.3 10 66.7 0 0 15 100
Ambos lados 4 28.6 9 64.3 1 7.1 14 100
Total 51 37.5 53 33.8 56 28.8 160 100

Chi Cuadrada=24.27, p=0.000

Gráfico 11. Distribución de casos según dolor en ATM.

14; 9%
15; 9%

22; 14%

109; 68%

Sin dolor Lado derecho Lado izquierdo Ambos lados

151
Tabla 21. Distribución de los casos según equilibrio de hombros y dolor muscular.
Equilibrio de hombros
Equilibrados Desequilibrio Desequilibrio Total
Dolor muscular derecho izquierdo
Nº % Nº % Nº % Nº %
Sin dolor 30 38.5 38 36.2 29 25.3 97 100
Lado derecho 13 39.4 4 12.1 16 48.5 33 100
Lado izquierdo 4 26.7 8 53.3 3 20.0 15 100
Ambos lados 4 26.7 3 20 8 53.3 15 100
Total 51 37.5 53 33.8 56 28.8 160 100

Chi Cuadrada=17.7, p=0.007

Gráfico 12. Distribución de casos según dolor muscular a la


palpación.

15; 9%
15; 9%

33; 21% 97; 61%

Sin dolor Lado derecho Lado izquierdo Ambos lados

152
Tabla 22. Distribución de los casos según equilibrio de hombros y chasquidos.
Equilibrio de hombros
Equilibrados Desequilibrio Desequilibrio Total
Chasquidos derecho izquierdo
Nº % Nº % Nº % Nº %
Sin chasquidos 21 41.6 19 34.3 16 24.1 56 100
Lado derecho 5 21.7 4 17.4 14 60.9 23 100
Lado izquierdo 14 34.1 20 48.8 7 17.1 41 100
Ambos lados 11 27.5 10 25.0 19 47.5 40 100
Total 51 37.5 53 33.8 56 28.8 160 100

Chi Cuadrada=20.06, p=0.00

Gráfico 13: Distribución de casos según presencia de chasquidos.

40; 25%
56; 35%

41; 26%
23; 14%

Sin chasquidos Lado derecho Lado izquierdo Ambos lados

153
Tabla 23. Distribución de los pacientes según grupo y equilibrio de pelvis.
Casos Controles Total
Equilibrio de pelvis
Nº % Nº % Nº %
Equilibradas 60 39.7 91 60.3 151 100
Desequilibrio derecho 61 63.5 35 36.5 96 100
Desequilibrio izquierdo 39 53.4 34 46.6 73 100
Total 160 50.0 160 50.0 320 100

Chi Cuadrada=13.75, p=0.001

Gráfico 14. Distribución de los pacientes según equilibrio de pelvis.

73; 23%

151; 47%

96; 30%

Equilibradas Desequilibrio derecho Desequilibrio izquierdo

154
Tabla 24. Distribución de los casos según equilibrio de pelvis y la severidad de los
Trastornos Temporomandibulares.

Severidad
Riesgo Perturbación Disfunción Total
Equilibrio de pelvis Nº % Nº % Nº % Nº %

Equilibradas 10 38.5 25 33.3 26 44.1 61 38.1


Desequilibrio derecho 2 7.7 17 22.7 20 33.9 39 24.4
Desequilibrio izquierdo 14 53.8 33 44.0 13 22.0 60 37.5
Total 26 100 75 100 59 100 160 100

Chi Cuadrada=12.71, p=0.013

155
Tabla 25. Distribución de los casos según equilibrio de pelvis y dolor en ATM.

Equilibrio de pelvis
Equilibradas Desequilibrio Desequilibrio Total
Dolor en ATM derecho izquierdo
Nº % Nº % Nº % Nº %
Sin dolor 40 36.7 45 41.3 24 22.0 109 100
Lado derecho 8 36.4 4 18.2 10 45.5 22 100
Lado izquierdo 7 46.7 7 46.7 1 6.7 15 100
Ambos lados 5 35.7 5 35.7 4 28.6 14 100
Total 60 37.5 61 38.1 39 24.4 160 100

Chi Cuadrada=9.55, p=0.145

156
Tabla 26. Distribución de los casos según equilibrio de pelvis y dolor muscular.

Equilibrio de pelvis
Equilibradas Desequilibrio Desequilibrio Total
Dolor muscular derecho izquierdo
Nº % Nº % Nº % Nº %
Sin dolor 37 38.5 37 38.5 23 24.0 97 100
Lado derecho 14 42.4 9 27.3 10 30.3 33 100
Lado izquierdo 3 20.0 11 73.3 1 6.7 15 100
Ambos lados 6 40.0 4 26.7 5 33.3 15 100
Total 60 37.5 61 38.1 39 24.4 160 100

Chi Cuadrada=12.45, p=0.132

157
Tabla 27. Distribución de los casos según equilibrio de pelvis y chasquidos.

Equilibrio de pelvis
Equilibradas Desequilibrio Desequilibrio Total
Chasquidos derecho izquierdo
Nº % Nº % Nº % Nº %
Sin chasquidos 25 44.6 16 28.6 15 26.8 56 100
Lado derecho 6 26.1 6 26.1 11 47.8 23 100
Lado izquierdo 12 29.3 25 61.0 4 9.8 41 100
Ambos lados 17 42.5 14 35.0 9 22.5 40 100
Total 60 37.5 61 38.1 39 24.4 160 100

Chi Cuadrada=19.48, p=0.003

158
Tabla 28. Distribución de los pacientes según equilibrio de pelvis y oclusión
dentaria cruzada.
Oclusión dentaria cruzada
No cruzada Posterior Posterior Total
Equilibrio de derecha izquierda
pelvis Nº % Nº % Nº % Nº %

Equilibradas 137 46.1 8 61.5 6 60.0 151 47.2

Desequilibrio 90 30.3 3 23.1 3 30.0 96 30.0


derecho

Desequilibrio 70 23.6 2 15.4 1 10 73 22.8


izquierdo

Total 297 100 13 100 10 100 320 100

Chi Cuadrada=2.31, p=0.679

159
Tabla 29. Distribución de los pacientes por grupo según equilibrio de pelvis e
interferencias laterales.
Casos Controles
Interferencias laterales Interferencias laterales
Equilibrio de No Sí No Sí
pelvis Nº % Nº % Nº % Nº %
Equilibradas 15 38.5 45 37.2 75 58.6 16 50.0
Desequilibrio 18 46.2 43 35.5 28 29.1 7 21.9
derecho
Desequilibrio 6 15.4 33 27.3 25 19.5 9 28.1
izquierdo
Total 39 100 121 100 128 100 32 100
Chi Cuadrada 2.595 1.222
Valor p 0.273 0.543
Chi Cuadrada 99.20
Valor p 0.000

160
Tabla 30. Distribución de los casos con dolor en ATM según equilibrio de hombros
y equilibrio de pelvis.
Equilibrio de pelvis
Equilibradas Desequilibrio Desequilibrio Total
Equilibrio de derecho izquierdo
hombros Nº % Nº % Nº % Nº %
Equilibrados 9 45.0 3 18.8 1 6.7 13 25.5
Desequilibrio 9 45.0 10 62.5 6 40.0 25 49.0
derecho
Desequilibrio 2 10.0 3 18.8 8 53.3 13 25.5
izquierdo
Total 20 100 16 100 15 100 51 100

Chi Cuadrada=12.96, p=0.011

161
Tabla 31. Distribución de los casos con dolor muscular según equilibrio de
hombros y equilibrio de pelvis.
Equilibrio de pelvis
Equilibradas Desequilibrio Desequilibrio Total
Equilibrio de derecho izquierdo
hombros Nº % Nº % Nº % Nº %
Equilibrados 10 43.5 9 37.5 2 12.5 21 33.3
Desequilibrio 5 21.7 9 37.5 1 6.3 15 23.8
derecho
Desequilibrio 8 34.8 6 25.0 13 81.3 27 42.9
izquierdo
Total 23 100 24 100 16 100 63 100

Chi Cuadrada=14.56, p=0.006

162
Tabla 32. Distribución de los casos con chasquido según equilibrio de hombros y
equilibrio de pelvis.
Equilibrio de pelvis
Equilibradas Desequilibrio Desequilibrio Total
Equilibrio de derecho izquierdo
hombros Nº % Nº % Nº % Nº %
Equilibrados 15 42.9 14 31.1 1 4.2 30 28.8
Desequilibrio 12 34.3 19 42.2 3 12.5 34 32.7
derecho
Desequilibrio 8 22.9 12 26.7 20 83.3 40 38.5
izquierdo
Total 35 100 45 100 24 100 104 100

Chi Cuadrada=28.21, p=0.000

163
Tabla 33. Distribución de los pacientes según grupo y rotación de hombros.
Casos Controles Total
Rotación de hombros
Nº % Nº % Nº %
Sin rotación 82 51.3 80 50.0 162 50.6
Rotación derecha 42 26.3 42 26.3 84 26.3
Rotación izquierda 36 22.5 38 23.8 74 23.1
Total 160 100 160 100 320 100

Chi Cuadrada=0.079, p=0.961

164
Tabla 34. Distribución de los casos según rotación de hombros y severidad de los
Trastornos Temporomandibulares.

Severidad
Riesgo Perturbación Disfunción Total
Rotación de hombros Nº % Nº % Nº % Nº %
Sin rotación 16 61.5 37 49.3 29 49.2 82 51,2
Rotación derecha 6 23.1 18 24.0 18 30.5 42 26.3
Rotación izquierda 4 15.4 20 26.7 12 20.3 36 22.5
Total 26 100 75 100 59 100 160 100

Chi Cuadrada=2.58, p=0.630

165
Tabla 35. Distribución de los pacientes según grupo y rotación de pelvis.
Casos Controles Total
Rotación de pelvis
Nº % Nº % Nº %
Sin rotación 91 56.9 85 53.1 176 55.0
Rotación derecha 46 28.8 49 30.6 95 29.7
Rotación izquierda 23 14.4 26 16.3 49 15.3
Total 160 100 160 100 320 100

Chi Cuadrada=0.483, p=0.785

166
Tabla 36. Distribución de los casos según rotación de pelvis y severidad de los
Trastornos Temporomandibulares.
Severidad
Riesgo Perturbación Disfunción Total
Rotación de pelvis Nº % Nº % Nº % Nº %
Sin rotación 12 46.2 47 62.7 32 54.2 91 56.9
Rotación derecha 9 34.6 17 22.7 20 33.9 46 28.7
Rotación izquierda 5 19.2 11 14.7 7 11.9 23 14.4
Total 26 100 75 100 59 100 160 100

Chi Cuadrada=3.55, p=0.470

167

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