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Consideraciones
El estrés es un sentimiento normal. Hay dos tipos principales de estrés:
Estrés agudo. Este es estrés a corto plazo que desaparece rápidamente. Puede
sentirlo cuando presiona los frenos, pelea con su pareja o esquía en una pendiente.
Esto le ayuda a controlar las situaciones peligrosas. También ocurre cuando hace algo
nuevo o emocionante. Todas las personas sienten estrés agudo en algún momento u
otro.
Estrés crónico. Este es el estrés que dura por un período de tiempo prolongado.
Usted puede tener estrés crónico si tiene problemas de dinero, un matrimonio infeliz o
problemas en el trabajo. Cualquier tipo de estrés que continúa por semanas o meses
es estrés crónico. Puede acostumbrarse tanto al estrés crónico que no se de cuenta
que es un problema. Si no encuentra maneras de controlar el estrés, este podría
causar problemas de salud.
EL ESTRÉS Y SU CUERPO
Su cuerpo reacciona ante el estrés al liberar hormonas. Estas hormonas hacen que su
cerebro esté más alerta, causar que sus músculos se tensionen y aumentar su pulso.
A corto plazo, estas reacciones son buenas porque pueden ayudarle a manejar la
situación que causa el estrés. Esta es la manera en que su cuerpo se protege a sí
mismo.
Cuando tiene estrés crónico, su cuerpo se mantiene alerta incluso cuando no hay
peligro. Con el tiempo, esto le pone en riesgo de problemas de salud, incluyendo:
Insuficiencia cardíaca
Diabetes
Obesidad
Depresión o ansiedad
Diarrea o estreñimiento
Mala memoria
Dolores de cabeza
Problemas sexuales
Cansancio
Malestar de estómago
Causas
Las causas del estrés son diferentes para cada persona. Usted puede tener estrés a
causa de buenos desafíos y también a causa de los malos. Algunas fuentes comunes
de estrés incluyen:
Casarse o divorciarse
Empezar un nuevo empleo
La muerte de un cónyuge o un familiar cercano
Despido
Jubilación
Tener un bebé
Problemas de dinero
Mudanza
Tener una enfermedad grave
Problemas en el trabajo
Problemas en casa
Las razones por las cuales usted posiblemente necesite buscar más ayuda son:
Nombres alternativos
Ansiedad; Estrés; Tensión; Recelo; Sentirse nervioso; Nerviosismo
No importa la edad que tengas ni el empleo al que asistas a diario. Presta mucha
atención a las señales que te ofrece el cuerpo. En este artículo encontrarás técnicas
para combatir el estrés crónico.
Todas las personas pueden tener estrés y hay factores que pueden hacer que este se
vuelva crónico. No se trata de un mal que afecta únicamente a empresarios y
ejecutivos de multinacionales o a aquellos que tienen un empleo muy rutinario en
medio de la ciudad más caótica del mundo. Las amas de casa, los estudiantes, los
independientes o autónomos y los comerciantes, solo por citar algunos, también
pueden padecer la “enfermedad del siglo XXI”.
Al formar parte de la sociedad moderna, hay veces en las que no lo tomamos tan en
serio como deberíamos. Puede tener una influencia más que negativa en nuestro
rendimiento y en nuestra salud. El estrés es necesario (cuando está en los niveles
normales), pero el problema surge cuando hay un exceso.
Se dice que el estrés es un enemigo silencioso porque no ataca directamente o en un
solo ámbito. Se va gestado de a poco en el organismo hasta que en un momento nos
da “el golpe por la espalda”.
Así como tus músculos y órganos necesitan descansar, tu mente también
precisa de un respiro. No basta con dormir un rato, sino que hace falta una técnica
más intensiva para eliminar el agotamiento (el signo más conocido del estrés).
Si te falta definición, concentración, memoria o rendimiento, puedes estar sufriendo de
estrés crónico. Algunas de las situaciones más frecuentes que desencadenan este
problema son:
Entornos caóticos.
Esperas inesperadas.
Interrupciones constantes.
Muchas tareas.
Relaciones tensas.
Inseguridad.
Problemas económicos.
Peleas en la pareja.
Las técnicas para reducir el estrés crónico son similares a las del estrés común, sólo
que quizás la urgencia de conseguir efectos es otra. Solamente podemos descansar
la mente como corresponde si “bajamos varias revoluciones”, como se dice
popularmente.
Ahora bien, es preciso realizar una terapia integral con todas las técnicas, o la mayoría
de ellas, para que el efecto sea más rápido y eficaz. No existe por el momento una
medicina que nos sirva para reducir el estrés crónico, ni natural ni química.
1. Hacer deporte
Si, como lo estás leyendo. Muchas personas creen que para eliminar el estrés tienen
que dormir una semana seguida y eso no es así. En realidad, una de las mejores
formas que tenemos a disposición para quitarnos el exceso de estrés es haciendo
ejercicio. Sí, ya sabemos que no tendrás muchas ganas de ponerte a andar
en bicicleta, apuntarte a un gimnasio o trotar en el parque, pero es justo y necesario.
Con el ejercicio te cansarás más, pero también liberarás endorfinas, la llamada
“hormona de la felicidad”. Además, como vas a estar molido por la actividad física, por
las noches dormirás plácidamente, dejando de lado el insomnio. No importa qué
disciplina elijas, puede ser una moderada o una de alto rendimiento. Verás que al
regresar a casa después de una clase o sesión de ejercicio te sentirás más renovado.
2. Reír
Otra vez tenemos que nombrar a la hormona de los que están contentos. Al reír a
carcajadas (no vale solo una sonrisa de compromiso), te sentirás mucho mejor y
podrás disfrutar de muchos beneficios como un mejor ritmo cardíaco, mayor irrigación
sanguínea, función pulmonar, etc.
La alimentación tiene mucho que ver con cómo nos sentimos se dice que somos lo
que comemos). Los alimentos con harina blanca, los edulcorantes artificiales, la
comida rápida, los refrescos, los dulces y los fritos no ayudan para nada a mejorar la
situación. Deberíamos evitar toda esta “comida” que hemos nombrado y, en lo posible,
eliminarla de la dieta diaria.
Elige las frutas en lugar de los postres muy azucarados y los vegetales antes
que las hamburguesas o las pizzas. Prefiere el agua antes que los refrescos, las
infusiones de hierbas al café y los cereales integrales mejor que los refinados. A su
vez, está comprobado que consumir semillas de quinoa, trigo y mijo nos ayuda a
mantener estables los niveles de azúcar en sangre, algo que también puede
desequilibrar el estrés.
Los alimentos refinados, procesados y preparados pueden causar problemas como:
Inflamación.
Sobrepeso.
Colesterol.
Problemas cardíacos.
Acné.
Presión arterial elevada.
Retención de líquidos.
4. Desconectar
Puedes, por ejemplo, dejar el móvil en otra habitación mientras comes o duermes, no
mirar televisión antes de dormir, evitar el uso de los videojuegos o del ordenador un
rato antes de ir a la cama, no usar el Internet cuando estamos de vacaciones y dejar
los problemas laborales en la oficina.
Tómate el tiempo que precisas para hacer lo que te gusta, como leer, hacer
deporte, jugar con tus hijos, ir al cine o al salón de belleza.