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Estudió en las universidades de Leipzig, donde alcanza el título cuando tenía 40 años. Además
cursa estudios en Wurzburgo y Göttingen y enseñó e investigó en la Universidad de Londres (1907
– 1931).
En psicología desarrolló el Análisis factorial, que es su clásico trabajo sobre inteligencia, donde
distingue un factor general (factor G) y cierto número de factores específicos.
Creó y desarrollo la metodología de los llamados experimentos factoriales para la estadística, que
son aquellos experimentos en los que se estudia simultáneamente dos o más factores, y donde los
tratamientos se forman por la combinación de los diferentes niveles de cada uno de los factores.
Logró con el estudio de la Psicología completar su estudio de la estadística y viceversa, para él una
se completaba con la otra.
Por todo esto es considerado uno de los grandes estadistas de todos los tiempos. Su método,
inscrito en las matemáticas experimentales, estudia las dimensiones del campo empírico. Sus
aportes metodológicos no sólo se han constituido en herramientas fundamentales para algunos
ámbitos de la psicología, sino que son instrumentos para la ciencia estadística. El desarrollo de
Spearman es útil en todas las ciencias sociales que requieran de técnicas de estadística
correlacional para poder interpretar la información recogida.
Spearman observó que las puntuaciones que los niños en edad escolar sacaban en cada una de las
asignaturas mostraban una relación directa, de manera que un escolar que saque muy buenas
notas en una asignatura tenderá también a puntuar bien en el resto de asignaturas. A partir de
este hecho, ideó un modelo explicativo sobre la inteligencia apto para ser punto de partida de la
medición del cociente intelectual (CI). A este modelo explicativo se le llama Teoría Bifactorial de
Inteligencia.
Según esta teoría, la inteligencia, que es el constructo teórico que se mide mediante los tests en
forma de CI, tiene dos factores:
Factor G
Factores S
Una serie de factores específicos, que se pueden entender como habilidades y aptitudes que están
presentes sólo en ciertos ámbitos de la vida y cuyos resultados no pueden ser generalizables a
otros dominios.
Un buen ejemplo para explicar la Teoría Bifactorial puede encontrarse en el caso de los
videojuegos Brain Training. Estos videojuegos parecen estar diseñados para mejorar nuestro
Factor G mediante el juego. Es decir, unas horas de juego a la semana tendrían que producir el
resultado en la persona que los juegue de una mayor inteligencia en cualquier situación. Sin
embargo, parece ser que sólo actúan sobre los Factores S: uno ve un incremento en su habilidad a
la hora de jugar, pero esta mejora no se generaliza a otros ámbitos, se trata de un aprendizaje
específico cuyos resultados no van más allá del propio videojuego.
Podemos estar de acuerdo con Spearman en que si algo caracteriza la inteligencia es su naturaleza
abstracta. En el estudio de la inteligencia se da la paradoja de intentar explicar algo que se define
por cambiar todo el rato en su adaptación a los diferentes problemas que vivimos: nuestra
capacidad de solucionar con éxito la serie infinitamente variada de problemas con escasos
recursos (entre ellos, el tiempo). En este sentido, parece necesario dar cuenta de algo parecido al
Factor G.
Ahora bien, al incluir un concepto dan abstracto como el factor general de la inteligencia, este
modelo teórico se vuelve poco práctico si no se basa en el dato concreto, en aquello que
encontramos empíricamente mediante las mediciones de CI. Por eso, además de acuñar el
término Factor G, Spearman ideó paralelamente una estrategia para llegar empíricamente a
valores concretos que lo definiesen. De este modo, a la hora de operativizar conceptos para
construir herramientas de medición de inteligencias (el test de CI), el Factor G está definido como
la representación de la varianza común a todas las tareas cognitivas que son medidas por el test.
Esta estructura interna de las relaciones entre los datos se halla mediante el uso del análisis
factorial.
Speraman pensaba que la inteligencia consistía en saber cómo realizar una serie de tareas y que
las personas más inteligentes sabían hacer bien todas las tareas. Las diferentes tareas que
proponía en el test de CI se podían organizar en tres grupos (visual, numéricas y verbales), pero
todas ellas estaban correlacionadas. Este último factor, resultante del estudio de esas
correlaciones, sería el significativo.
Por lo tanto, el Factor G que está reflejado por los tests es en realidad una medida cuantificable
que sólo se puede hallar mediante operaciones estadísticas a partir de los datos en bruto
recogidos en cada una de las tareas del test. En oposición a las llamadas variables observables, el
Factor G de Spearman nos muestra una matriz de correlaciones entre variables que sólo se puede
hallar mediante la técnica estadística. Es decir, hace visible la estructura de relaciones entre
diversas variables para crear un valor general que estaba oculto, el valor del Factor G.
El Factor G, hoy
Hoy en día cada test de inteligencia se puede basar en diferentes marcos teóricos y concepciones
de la inteligencia, precisamente por lo abstracto de este último concepto. Sin embargo, es común
que estas herramientas de medida incluyan puntuaciones sobre ámbitos de competencia
específicos (lenguaje, inteligencia espacial, etc.) en varios niveles de abstracción, y que ofrezcan
también un Factor G como valor que resume la inteligencia general del individuo. Se puede
considerar que muchas modalidades de medida de inteligencia son descendientes directas de la
teoría de Spearman.
Críticas y discusión
Las críticas que se le pueden hacer son básicamente dos. La primera es que el factor general de
inteligencia parece estar afectado por el sesgo cultural: la posición económica, el nivel educativo y
la distribución geográfica de la vivienda parece afectar a los resultados de la inteligencia, y esta es
una cuestión que no puede explicarse sólo por la variación genética. La segunda es que, por muy
práctico que pueda resultar, el Factor G es insensible a las diferentes formas de manifestación de
la inteligencia, las particularidades que hacen que cada persona desarrolle la conducta inteligente
a su manera (algo que ha intentado corregirse desde el modelo de las inteligencias múltiples de
Howard Gardner, por ejemplo).
Sea como sea, queda claro que el Factor G es un concepto muy interesante de cara a la
investigación en psicología y ciencias sociales.
La noción de un factor general despertó gran interés y mucha controversia. Spearman desarrolló la
técnica estadística conocida como análisis factorial como complemento indispensable de su teoría.
También aportó el coeficiente de correlación ordinal que lleva su nombre, que permite
correlacionar dos variables por rangos en lugar de medir el rendimiento separado en cada una de
ellas. Sus obras más importantes son The nature of intelligence and the principles of cognition
(1923) y The abilities of man (1927).
En la actualidad, prácticamente todos los autores coinciden en que hay cualidades mentales
específicas, aunque no acaban de ponerse de acuerdo en su número ni en su naturaleza. Por otra
parte, los datos de que se dispone siguen apoyando la existencia de una cierta relación entre esas
diferentes cualidades específicas. La demostración de Charles Spearman de la existencia de por lo
menos un factor omnipresente en todas las actuaciones que requieren aptitud intelectual
continúa siendo uno de los grandes descubrimientos de la psicología. Posiblemente la inteligencia
tenga una estructura jerárquica, con algunas capacidades básicas de procesamiento de
información todavía desconocidas, cuyo grado de desarrollo facilita o entorpece el despliegue de
una serie de habilidades específicas potenciadas por una cultura en especial.
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Raymond Cattell
Raymond Bernard Cattell (Hilltop, Inglaterra, 20 de marzo de 1905–Honolulu, EE. UU., 2 de
febrero de 1998) fue un psicólogo británico afincado posteriormente en Estados Unidos.
Cattell teorizó sobre la inteligencia y la personalidad, proponiendo la existencia de una
inteligencia fluida y una inteligencia cristalizada. Se trata de uno de los psicólogos más
famosos del siglo XX, a lo que hay que unir su gran productividad literaria, lo que conllevó
esa popularidad. Es el autor o coautor de 55 libros y más de 500 artículos en revistas
especializadas y de divulgación, además de haber realizado o participado en la realización
de al menos 300 pruebas estandarizadas de uso común entre los psicólogos. Todo esto le
convierte en un autor muy influyente.
Como psicólogo, Cattell fue seguidor y defensor del método científico aplicado a la
psicología, siendo de los primeros en proponer el método de análisis de factores, en
oposición a lo que llamaba «verbal theorizing» (teorización verbal). Una de las
aplicaciones más importantes del análisis factorial de Cattell en la psicología fue la
definición de 16 factores o rasgos fundamentales que subyacían a la personalidad
humana. A estos factores los llamó factores fuente, pues pensaba que a partir de ellos se
creaba la personalidad individual. Esta teoría de los 16 factores y los instrumentos
estandarizados usados para su medida, se conocen colectivamente como 16PF o 16
factores de la personalidad
Método uni o bivariado: con el que se establecen relaciones entre la VI manipulada y la VD, que es
medida para comprobar los efectos de la manipulación de la VI.
Método multivariado: tiene como finalidad estudiar las relaciones simultáneas existentes entre
gran número de variables. El investigador no manipula las variables, sino que deja que se
manifiesten tal cual son y se sirve de métodos estadísticos para estudiar las relaciones entre ellas.
Cattell defiende la utilización de este método porque considera que la conducta humana es muy
compleja y entren en juego las interacciones de múltiples variables.
Personalidad: Aquello que nos dice lo que una persona hará cuando se encuentre en una situación
determinada (Cattell). Lo que una persona hace (R o respuesta) es función de la situación (S) y de
su personalidad (P). Por tanto, R = f (S, P).
Tipo:
De acuerdo con su rango de aplicación: rasgos comunes (aplicables a todos los individuos) y rasgos
específicos (exclusivos de una persona). El trabajo de Cattell se centra en los primeros.
De acuerdo con su significación: rasgos superficiales (conductas que, aparecen unidas a nivel
superficial pero que realmente no covarían ni tienen raíz causal común) y rasgos fuente o
profundos (determinados por conductas que covarían, de forma que constituyen una dimensión
de personalidad unitaria e independiente). Cattell estudia los segundos, ya que considera que
constituyen los pilares de la personalidad, utilizando AF para descubrirlos y poder describir la
esfera de la personalidad constituida por estos rasgos.
Concepciones previas.
Para obtener los rasgos fundamentales de personalidad, Cattell partió del análisis del lenguaje, ya
que consideraba que el idioma dispone de palabras que recogen cualquier cualidad (criterio
léxico). Pero estaba en contra de la utilización de términos del lenguaje común para denominar a
los rasgos, ya que podían llevar a confusión al estar cargados de juicios de valor y connotaciones.
Propuso utilizar letras (A, B.) o Índices Universales (IU) seguidos de un número, términos griegos o
neologismos en la descripción de estos rasgos.
También argumentaba que en psicología se obtiene datos de múltiples formas, pero dado que
ninguna es completamente satisfactoria, conviene utilizar distintos procedimientos para
compensar los aspectos negativos de unos con los positivos de otros.
Datos L (life o vida) que hacen referencia a hechos de la vida real que son contrastables (edad,
nivel educativo, etc.).
Datos Q (quiestionnaire o cuestionarios) que son datos informados por la persona, que puede
mentir o autoengañarse.
Datos T (objective tests o pruebas objetivas), los preferidos por Cattell, que hacen referencia a
pruebas en las que la persona evaluada no es consciente de la relación existente entre su
respuesta y la característica de personalidad que se pretende medir.
La estructura de la personalidad
Cattell se basó en un estudio de Allport y Odbert en el que recopilaron casi 18.000 términos del
diccionario relativos a aspectos relevantes de la personalidad. Como estaba interesado
fundamentalmente en rasgos estables, partió sólo de estos y le quedaron 4.500 términos que,
mediante diferentes análisis se podían agrupar en 171 grupos o variables distintas. Cien adultos
fueron evaluados en estas variables y el AF arrojó la existencia de 35 variables bipolares. Las
variables bipolares se pasaron auna amplia muestra de adultos para que las evaluaran y el AF
arrojó 12 factores.
La segunda fase consistió en ver si era posible encontrar los mismos factores (hallados con datos L)
con datos Q. Se construyeron cuestionarios que se administraron a grandes grupos obteniéndose
16 factores, de los cuales 12 eran comunes a ambos métodos.
Proceso.
Cattell utiliza también el AF para desarrollar una taxonomía de las fuentes motivacionales de la
conducta.
Los rasgos dinámicos los divide en actitudes, sentimientos y ergios. La unidad básica es la actitud
que expresa la fuerza del interés por seguir un curso de acción en particular, y los sentimientos y
ergios se infieren del estudio factorial de las actitudes.
Con el propósito de conocer los componentes de las actitudes elabora más de cincuenta tests
objetivos con los que pretendía medir diferentes actitudes o motivos. Se obtuvieron cinco factores
componentes de las actitudes:
Factor alfa o Ello consciente: es la búsqueda consciente de la satisfacción sin considerar las
posibles consecuencias.
Factor delta o Ello inconsciente: Incluye las respuestas motivadas de naturaleza fisiológica ante los
estímulos relacionados con el interés.
Estos cinco factores de pueden reducir a dos componentes, uno consciente (Yo y Super-Yo) y otro
inconsciente (Ello, expresiones fisiológicas y complejos reprimidos).
Para determinar los diferentes motivos o factores dinámicos elaboró una muestra amplia de
actitudes y las midió. El AF arrojó dos factores: los ergios o factores que reflejan impulsos
biológicos innatos, y los sentimientos o factores determinados por el ambiente, adquiridos
fundamentalmente a través de la familia y la escuela.
Un ergio se activa por estímulos ambientales y cesa cuando la meta se logra. Los sentimientos son
actitudes complejas que incorporan intereses, opiniones y actitudes menores.
Estos tres tipos de rasgos dinámicos se organizan de manera compleja en un entramado dinámico,
en el que ciertos rasgos son subsidiarios o dependientes de otros. Los sentimientos dependen de
los ergios, y las actitudes de los sentimientos. Las actitudes sirven para satisfacer a los
sentimientos, los cuales dan satisfacción a los ergios o necesidades biológicas.
Modelo econético
Econético hace alusión al estudio de la ecología, del ambiente. Cattell además de elaborar una
taxonomía de situaciones y ambientes, valora el impacto de la situación en el individuo. Unas
situaciones pueden ser relevantes para el individuo mientras que otras no. Dentro de las
relevantes unas producen más impacto que otras. Lo que la situación significa para el sujeto
depende también de su estado de ánimo. Cattell expresa los elementos que considera
importantes para predecir la conducta en la ecuación de especificación (especifica la manera en
que rasgos y situaciones se combinan para predecir la conducta).
R = (b1A1 + b2A2 + .bnAn) + (b1B1 + b2A2 + .bnBn) + (b1C1 + b2C2 + .bnCn) + (b1K1 + b2K2 +
.bnKn)
R es la respuesta que queremos predecir y que está determinada por una combinación ponderada
de:
Rasgos fuente de la persona (A1, A2.An), estados y roles de la persona (B1, B2.Bn), los significados
culturales y sociales de la situación para la persona (C1, C2.Cn) y la combinación ponderada de
cualquier otro factor que no se haya especificado (K1, K2.Kn). Los coeficientes b1, b2.bn son los
pesos de cada unos de los factores e indican el grado en que factor está implicado en el
comportamiento del individuo en una situación concreta (si un factor tiene un peso de 0.9 es más
importante en la predicción de la conducta que uno con 0.5).
Valoración.
1. Aunque hay base empírica para la mayoría de su teoría, el modelo econético no ha sido
probado. Además, aunque se reconoce su papel, los factores ambientales no se incluyen en la
predicción de la conducta.
3. Los 16 factores no son independientes entre sí, por lo que no son totalmente distintos.
5. La varianza que explica cada factor (como factor aislado) decrece a medida que el número de
factores aumenta (siendo el 1º más importante que el 2º, y así sucesivamente). Esto implica que la
supuesta igualdad en la importancia de los factores no ha sido contrastada empíricamente.
Cattell diseñó el cuestionario "16 Factores de Personalidad" (16PF) destinado a investigar estos
factores. A cada uno de los 16 grupos le puso una letra que luego derivó en un título
correspondiente al nombre de algún rasgo. Los denominó sizia/affectia (persona
reservada/persona demostrativa), inteligencia, fortaleza yoica (estabilidad o inestabilidad
emocional), dominio/sometimiento, desurgencia/surgencia (precavido o confiado en la buena
suerte), fuerza superyoica (concienzudo o no), threctia/parmia (timidez o desinhibición),
harria/premsia (rudeza o ternura), alaxia/protensión (confianza o suspicacia), praxernia/autia
(práctico o imaginativo), sencillez/astucia, adecuación no perturbada/proclividad a sentir culpa,
conservadurismo/radicalismo, adhesión grupal/autosuficiencia, integración del sentimiento de sí
(indisciplina o control), y tensión érgica (tranquilidad o tensión); estas dimensiones están
correlacionadas entre sí y mediante un análisis factorial se pueden reducir de 4 a 8 factores de
segundo orden. Entre sus numerosísimas obras cabe destacar The scientific analysis of personality
(1965) y Personality and mood by questionnaire (1973).
La técnica para la medición conocida como análisis factorial múltiple, que puede manejar varios
factores de capacidad simultáneamente, se convirtió a partir del impulso que le dio Thurstone en
un potente instrumento de análisis estadístico aplicado a la investigación psicológica, cuyas
repercusiones se extienden hasta nuestros días. Sus trabajos sobre análisis factorial pudieron
aplicarse a múltiples problemas, como el análisis de las capacidades perceptivas humanas o el
desarrollo de nuevos tests de aptitudes. L. L. Thurstone se interesó también por las características
de la personalidad y elaboró un test de tendencias psiconeuróticas. Fundador y director de la
revista Psicometrika, entre sus obras destacan The nature of intelligence (1924) y Vectors of the
mind (1935).
Joy Paul Guilford (Marquette, Nebraska, EE.UU., 7 de marzo de 1897 - Los Ángeles, EE.UU., 26 de
noviembre de 19871) fue un psicólogo estadounidense, conocido por sus estudios sobre la
inteligencia con su modelo de Estructura de la inteligencia.
Falleció en los Angeles, EE.UU., el 26 de noviembre de 1987 a la edad de 90 años, después de una
larga serie de dolencias.
TEORIA
Desde una visión clásica que tratan la inteligencia como una capacidad única y unitaria a otras que
consideran que se trataba de un conjunto de capacidades independientes entre sí y pasando por
otras en las que se estipulaba la existencia de conjuntos de habilidades organizadas
jerárquicamente, han surgido una gran cantidad de teorías y modelos que intentan explicar qué es
la inteligencia, cómo se estructura y cómo actúa.
Tal y como se acaba de mencionar, existe un gran variedad de perspectivas respecto a qué
significa el término inteligencia, y las investigaciones llevadas a cabo han variado en gran medida
el enfoque de su estudio y análisis.
Sin embargo, de un modo general podemos considerar que se trata de la capacidad o conjunto de
capacidades mentales que permiten nuestra adaptación, permitiéndonos gestionar nuestros
recursos cognitivos de la manera más eficiente a la hora de hacer frente a diferentes situaciones.
Joy Paul Guilford fue un psicólogo estadounidense cuyas aportaciones al estudio de la inteligencia
confluyen en una teoría de la inteligencia que supone junto a Raymond Cattell y Thurstone uno de
los modeles de las aportaciones más relevantes en lo que respecta a la concepción de la
inteligencia como un conjunto de habilidades.
Para la teoría de la inteligencia de Guilford las tres principales dimensiones de cada una de las
aptitudes que configura la inteligencia son tres: los contenidos o percepciones, las operaciones
que se llevan a cabo con ellas y por último los productos o resultado de elaborar las primeras.
1. Los contenidos
Por contenidos se entienden toda aquel conjunto de informaciones y datos recabadas, sean del
medio externo o provenientes del propio sujeto. Se trata principalmente de los datos, sin que se
haya realizado ningún tipo de trabajo sobre ellos. En definitiva, estamos hablando del elemento
básico desde el cual el organismo trabaja para elaborar contenidos a partir de operaciones.
Conductual o comportamental: todo aquel dato proveniente de la vinculación con el medio o con
otros individuos. Incluye gestos, deseos, intenciones o actitudes.
Memoria: se basa en la retención de la información con el fin de operar en algún momento con
ella.
Evaluación: realización de comparaciones entre los diferentes contenidos que permite establecer
relaciones.
3. Los productos
Los productos pueden entenderse como el resultado de las transformaciones realizadas mediante
las operaciones a los contenidos. Así, hace referencia a la expresión o respuesta generada por
éstos, sea bien conductual o mental.
Relaciones: se trata de la idea de una conexión entre las distintas informaciones manejadas. Por
ejemplo, se vincula el rayo al trueno.
Independientemente de que la teoría de la inteligencia de Guilford sea más o menos válida, una
de las principales y más importantes aportaciones a la concepción de la inteligencia es la
incorporación del pensamiento divergente como elemento distintivo que forma parte de la
inteligencia. Anteriormente, no se consideraba que la creación de alternativas fuera indicio de
inteligencia, basándose el estudio de éste en la búsqueda de una única alternativa correcta.
A partir de Guilford, sin embargo, se comenzó a trabajar el estudio de la creatividad como parte de
la capacidad intelectual. La generación de nuevas alternativas de respuesta igualmente eficientes
entre ellas o incluso de mayor eficiencia que las preestablecidas permiten realizar modificaciones y
flexibilizar la actuación en situaciones conocidas, pudiendo generar nuevos resultados. De hecho,
hoy en día la presencia de creatividad es un requisito básico para hablar de sujetos con
superdotación intelectual.
Referencias bibliográficas:
en los años 50, Paul Guilford, en su modelo de estructura del intelecto incluye más de ciento
veinte factores (en una revisión posterior incluye ciento cincuenta) de la mente. De acuerdo con
Guilford, la inteligencia puede comprenderse en términos de un cubo que representa la
intersección de tres dimensiones: operaciones (procesos mentales), contenidos (semánticos,
simbólicos, visuales y conductuales) y productos (tipos de respuestas requeridas o forma de tomar
la información procesada).
La importancia sobre los estudios de J.P. Guilford es que fue el primero en que clasificó a la
creatividad como una característica independiente a la inteligencia (cociente intelectual).
Posteriormente, se introdujo la creatividad como cualidad de la inteligencia.
NUEVO “Acaso el énfasis más extremo puesto en las facultades específicas se nos presenta en el
modelo estructural de inteligencias propuesto por Guilford (1967). Este modelo distingue tres
componentes mayores de la inteligencia: operaciones, contenidos y productos. Cada uno de estos
componentes está representado por varios tipos. Los tipos de operaciones que postula su modelo
son la cognición, las operaciones convergentes, las operaciones divergentes, las operaciones de la
memoria y las operaciones evaluativas. Hay contenidos conductuales, figurales, semánticos y
simbólicos. Los productos son las unidades, las clases, las relaciones, los sistemas, las
transformaciones y las implicaciones. Las 120 combinaciones posibles de las cinco operaciones, los
cuatro contenidos y los seis productos se exponen como representación de la “estructura de la
inteligencia” completa. Y se supone que cualquier actividad intelectual es reducible a una o más de
esas combinaciones” [Nickerson, R., Perkins, D. y Smith, E. (1987). Enseñar a pensar. Aspectos de
la aptitud intelectual. Barcelona: Paidós. Pp. 33-34]
Joy Paul Guilford desarrolló un modelo de intelecto humano, basado en el desarrollo de las
habilidades de pensamiento. Este modelo implica 5 operaciones: captación de la información,
memoria, evaluación, solución de problemas y creatividad.
Su Modelo Estructura del Intelecto consta de tres dimensiones que representó por medio de un
cubo. Cada una de sus tres dimensiones representa tres aspectos distintos, cuya combinación da
lugar a lo que llama “factores mentales”:
OPERACIONES MENTALES: Proceso intelectual que el organismo realiza con la información que
recibe.
Simbólico: Información que es tratada en forma de signos indicativos que no tienen significado por
sí mismos. Son informaciones que se manejan como monedas o fichas que se pueden combinar
entre si.
PRODUCTOS: Todas las formas en que se puede expresar el individuo a partir de las informaciones
procesadas por distintas operaciones.
Unidades: Una entidad como puede ser un objeto, una palabra, una idea, un dibujo, etc.
Clases: Es un producto formado por un conjunto de unidades que son similares, son conjuntos de
ítems que se agrupan, ya que comparten atributos entre ellos.
Relaciones: Una conexión observable entre elementos, por ejemplo, dos nombres que están
ordenados alfabéticamente, la relación familiar entre parientes, etc.
Implicaciones: Elementos de información que son sugeridos por otros elementos de información
dados.
Elaboración: no basta con tener una buena idea, hay que saber llevarla a cabo.
Contenidos: Que son las categorías fundamentales que adopta la información o material sobre la
que trabaja el sujeto.
Productos: Que son las formas básicas que toma la información en el curso del proceso.
Una de las mayores aportaciones que ha hecho Guilford ha sido la de diferenciar entre todas estas
aptitudes las que tienen que ver con el pensamiento convergente y divergente.
PENSAMIENTO CONVERGENTE
PENSAMIENTO DIVERGENTE