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Profesor:
Dr. Claudio Maíz.
Universidad de Antioquia
Facultad de Comunicaciones
Doctorado en Literatura
2016
La red como concepto deconstructivista y una valoración en el
campo de la cultura colombiana
Universidad de Antioquia.
Para poder avanzar, toda área del conocimiento debe estar dispuesta a poner en crisis los
fundamentos que alguna vez definieron sus marcos teóricos y metodológicos. En el caso de
categoría de red representa uno de estos avances. De acuerdo con Claudio Maíz (2016):
La cultura ha perdido el refugio de la nación junto a otras certidumbres que acompañaron a la crítica
literaria y cultural durante la modernidad. La cultura, en suma, puede ser vista inserta en un flujo de
lenguas y discursos en movimiento. Por lo dicho, la categoría de red puede ser un recurso útil para
leer esta nueva coyuntura (1).
nación; a la vez que desarma las tensiones de campos tradicionalistas tales como literatura
otras.
Por su metodología y construcciones conceptuales no sustancialistas, la red permite
que ayuden a la comprensión de los engranajes que definen la conformación de una cultura,
Más que el recorte nacional, y la ligera determinación de periodos cuya principal criterio es
influencia, patria intelectual, pseudoliteratura, entre otros, son objeto de estudio de las
redes, en el marco de algo que sobrepasa el sentido de la mera obra como producto, y que la
No cabe duda de que los estudios transatlánticos constituyen una de las disciplinas más fecundas de
la reciente crítica literaria, que ha visto florecer terrenos agotados y ha descubierto nuevas
perspectivas a través del análisis de las rutas que se establecen entre las dos orillas. La multiplicación
de investigadores, proyectos, publicaciones y revistas que trabajan en esta dirección da fe de la
productividad que supone aplicar un prisma transnacional en el estudio de las literaturas (439 - 440).
Lyotard), apela a un análisis del hecho literario en su conformación teleológica, pero sin
sociológica, por poner un ejemplo, sino que inserta a la literatura en una marco social
global que, a través de la interacción con otras dimensiones que la definen, permiten
revisionismo histórico que fluctúa entre varias escalas de la cultura literaria. Revisar, por
ejemplo, los epistolarios entre autores; autores y críticos; casas editoriales y críticos; y, así
mismo, los eventos, revistas, manifiestos, y demás órganos de interacción cultural en los
que confluyen la vida del hecho literario, no solo otorga nuevos datos para su explicación,
sino que obliga a reconstruir la historia bajo otros preceptos menos abstractos y, por qué no
decirlo, falsos.
Cuando Savater (2009) sostiene que “Lo cierto es que tras una fase de deconstrucción
formas, la filosofía misma, embargada de una intensa pasión por la técnica, se ha ido
estudios a partir de la puesta en crisis de sus principios sustanciales, y que, a través de esa
Esta desconfianza en los principios tradicionales de una ciencia o campo del conocimiento,
deviene de una compleja red de reflexiones gestada en el siglo XX, y cuyos máximos
cultores, Marx, Nietzsche y Freud, fueron catalogados por Paul Ricoeur como “Maestros de
Marx, Nietzsche y Freud, han mostrado desde diferentes puntos de vista que no hay realmente sujeto
fundador ni una conciencia propia de dicho sujeto, y han señalado cómo en la base de esta noción se
esconden una serie de elementos sociales, económicos e ideológicos (el ser del hombre son sus
procesos de vida reales; una moralidad recibida y engendrada a partir de un resentimiento contra la
vida; un inconsciente que rige los actos de la conciencia). De esta manera, el sujeto es expresión de
condicionantes históricos, sociales, morales y psíquicos. La noción de conciencia, pues, pierde su
pretendido carácter regulador, y se hace patente la necesidad de reconsiderar la noción clásica de
interpretación, entendida como relación de la conciencia con el sentido, ya que la misma noción de
sujeto debe considerarse a partir de estos elementos que lo constituyen, es decir: la historia, la moral
y la estructura psíquica inconsciente (3).
Si extrapolamos este criterio al campo de los estudios de redes, es posible afirmar que en la
hechos, y no lo real de los hechos mismos. No hay hechos, hay interpretaciones (Foucault).
Y si no hay hechos, sino interpretaciones ¿Dónde está la verdad? Sería ingenuo pensar
entonces que las redes dan una respuesta definitiva; evidentemente no es así, pero sus
enfoques ayudan a replantear de manera mucho más dinámica, y en una mayor amplitud,
aquellos fundamentos de los que hablo al principio, y que es necesario poner en crisis para
avanzar.
Ahora bien, vale la pena revisar cómo funcionaría, en efecto, un estudio de redes en un
y que me llamó particularmente la atención por la manera como vincula diversas categorías
Escobar.
In Territories of Difference, Arturo Escobar has written one of the most theoretically ambitious and
empirically rich accounts to date of contemporary social, cultural, and biological life in the global
age. The book focuses on a specific region, the Colombian Pacific, and a particular group, Afro-
Colombians, but it speaks to issues and processes at work everywhere, although perhaps most
notably in regions experiencing the most intensive colonization by global capitalism and modernity
(2016: 171).
con date of contemporary social, biológical life, global age, en un contexto de tal conflicto
… the cultural politics of place; the relations between nature, technology, and culture; the play of
identity and difference; the encounter between dominant models of capitalist development and
subaltern forms of social, cultural, ecological, and economic life; networks and self-organization;
knowledge production and social movements; and alternative forms of nonmodern, nonreductive
theorizing (171).
Así, la red expuesta como principio metodológico transdisciplinar echa mano de diversas
es esta perspectiva la que posibilita una mejor comprensión de lo real, y que nutre desde lo
disciplinas con el fin de cuestionar la visión etnográfica convencional que cosifica a las
comunidades como simples objetos de estudio. Una función del activismo social ligado al
afán teórico y al conocimiento académico gira en torno a seis conceptos que definen la
estructura del libro; a saber, capital, naturaleza, desarrollo, lugar, identidad y redes. La
claro y manifiesto el vínculo con el grupo liderado por Walter Mignolo y Dussel, y, a su
vez, con conceptos como el denominado “sujeto subalterno”, “lo postcolonial”, “nación
La discusión que plantea, más allá de los aportes teóricos en términos de actualización, trae
sistemáticamente segregadas por condicionamientos raciales por parte del Estado y los
intereses políticos de unos pocos. Esta voz no es solo la del investigador que acude a ellos
para describir y denunciar, sino la que pugna por la necesidad de que haya en estas
Por otro lado, pero en relación con la utilización de los estudios de redes, el grupo de
declarado por el GELCIL, en voz de Selnich Vivas Hurtado, indica que el trabajo tiene el
facetas con el doble propósito de rememorar algunos de los debates de este campo de
investigación y de facilitar la comprensión de los proyectos culturales diseñados por las
autores que conciben la necesidad de revisar la Historia desde enfoques varios: Estos
enfoques analizan temáticas que incluyen desde la figura del intelectual (que se forjó con
latinoamericano. Para ello toma en consideración las redes establecidas entre los
intelectuales europeos del siglo XIX, su campo de acción ligado exclusivamente al campo
de las letras, y se pregunta si acaso esta visión es la que impide la valoración en América
Latina de otras formas del intelectual: “El intelectual que no escribe, pero canta” (10), por
ejemplo.
XX: “La revista mito (1955 – 1962) y letras nacionales (1965 – 1985): dinámicas del
campo literario colombiano a mediados del siglo XX” (2015), de Marín Colorado. Este
vida intelectual europea”, (2014) de Gildardo Duque, y “Revista Mito: Una contribución a
la historia del pensamiento en Colombia” (2014), de Rivas Polo, trae a colación las redes
amplia difusión.
Esta revisión histórica (en el caso de Marín), política y bélica (en el caso del artículo de
Duque Castaño), estética y sociológica (en el caso de Rivas Polo) ofrece luces sobre el
sentido de redes que no siempre habían sido perceptibles para el campo de la cultura
algunos casos, la identificación de los nexos establecidos entre estas y otros estamentos
A modo de un ejemplo macro que ilustre lo que quiero decir, tenemos un ensayo
Economía. Sin embargo, sin mencionarla o teorizar específicamente sobre esta, y dado el
manejo que Gutiérrez otorga a estas dimensiones, el lector identifica una sincronía en la red
Para Gutiérrez el hecho literario está determinado por la política y las relaciones entre el
escritor y el poder, bien sea como partidario o crítico del establecimiento de la época. De
igual forma las condiciones sociales y económicas de la época lo llevan a incluir o excluir
tal o cual poeta de determinado grupo, pero siendo consciente de que son las variaciones
estéticas y políticas las que definen las variables de determinado grupo, y que cualquier
acomodaticia.
En suma, y tal como lo plantea Fernández (2011), “La red es un concepto dinámico y
móvil, frágil y evanescente como la red de una tela de araña. Parte de su valor y utilidad en
segmentación. La red traza y se deja trazar sobre lo denso a fin de hacer visibles las
relaciones que, a fin de cuentas, son las que sostienen interna y sutilmente a la cultura.
BIBLIOGRAFÍA
Escobar Arturo. 2008. Territories of difference. Place, movements life, redes. Duke
University Press.
Maíz, Claudio. 2016. Curso de Postgrado sobre redes intelectuales. Web Disponible
en: https://qell.wordpress.com/2011/09/15/curso-de-posgrado-sobre-redes-
intelectuales/