Sei sulla pagina 1di 24

Reseña Bibliográfica:

Ficha de cátedra: “Psicología Socio comunitaria” Uader 2014


Autora: Prof.Esp. Ps. Silvia Lampugnani
La constitución de los peligros sociales. Análisis de
peligrosidad, de las categorías sociales de riesgo y
vulnerabilidad.

Constituyendo como referencia metodológica principal para nuestro


desarrollo el concepto genealogía de Foucault (1995) que intenta
rastrear los procesos y condiciones de emergencia histórica de los
discursos y practicas y sus objetos. Intentaremos situar la
emergencia de los conceptos o categorías de peligrosidad social,
riesgo y vulnerabilidad.

Ciertamente, el pasado no se repite a sí mismo hasta el presente;


sin embargo, el presente no actúa fuera del pasado, sino que
innova utilizándolo. La genealogía implica, en otros términos, el
“acoplamiento de los conocimientos eruditos [históricos] y las
memorias locales [presentes], acoplamiento que permite la
constitución de un saber histórico de las luchas y la utilización de
ese saber en tácticas actuales” (Foucault, 2006: 22)

En primer lugar, en la primera parte de este trabajo realizaremos


una reseña de lo que denominaremos “la cuestión social en la
Argentina” Tomaremos los aportes que Vezzetti (1985) realiza en
su libro “Historia de la locura en la Argentina” una genealogía de la
locura que contribuye a pensar los mecanismos de segregación que
produjeron el concepto de peligrosidad. También integraremos
aportes de Bisg(2009); Donzelot (1979) Cortes y Kessler (2013),
Relacionaremos estos conceptos con los que Lewcowicz nos brinda
en “Pensar sin Estado”. En la segunda parte de este texto
relacionaremos el concepto de segregación al de desafiliación de
Castel (1997), tomando en primera instancia el cruce que hace el
autor entre la lectura genealógica de los dispositivos de Foucault y
el interaccionismo de Goffman, para dar cuenta de las metamorfosis
y procesos que emergen como fenómenos sociales de:
marginalidad, exclusión, vulnerabilidades.)

En la tercera parte de este trabajo realizaremos una reseña que


pone en escena el retorno a lo local como forma de emergencia de
cuestiones societarias específicas y locales (una especie de
fragmentación o “localización” de la “cuestión social”)

I-Estado de la cuestión social en la Argentina:


I.1 La conformación del Estado Nación y sus políticas de
segregación –filiación:
Según Vezzetti (1995), la conformación del Estado argentino
no puede separarse de un movimiento centrado en la reforma moral
y mental de la población. Los escritos fundacionales del proyecto de
Nación buscan detectar ciertos parámetros de la realidad nacional,
haciendo hincapié en una fractura originaria definiendo una
alienación y extravío colectivo respecto de los fines que el destino
ofrece a la República. Se construye un espacio de irracionalidad
como punto de mira para caracterizar la cultura y la sociedad, se
puede intuir allí un primer fantasma de locura colectiva: la barbarie.
Vezzetti reconstruye en la lectura de los fundadores: Un país
visualizado por sus fundadores como “un desierto bárbaro” con
algunas ciudades civilizadas, donde la incorporación de
inmigrantes combina el proyecto de expansión económica con el de
moralización. Siempre y cuando exista la posibilidad de diferenciar
las masas de las elites. El “hombre argentino” se proyecta como la
síntesis de la fecundidad de las pampas con el ego de elite
europea.
Podemos afirmar entonces que El Estado Argentino como
Nación se funda en el rechazo al nativo (la barbarie) y propone un
proyecto de moralización e higiene […] Un proyecto fundado en
cierto rechazo a la alteridad, a pensar al otro distinto y al mismo
tiempo como semejante.
Higiene Pública, medicina mental y criminología están
fuertemente comprometidas en este proyecto de Nación y en sus
condiciones de “gobernabilidad” que por la afluencia inmigratoria
tiene que armonizar la expansión y el control de masas. La masiva
inmigración reputa resultados no esperados, entonces, la
negatividad antes proyectada sobre la población nativa y el gaucho
pasa a ser encarnada por la ciudad y la masa inmigrante

Así aparece un nuevo concepto, el de peligrosidad social.

El concepto de peligrosidad encierra una condición virtual que


proyecta el diagnóstico hacia la previsión del riesgo futuro: es el
núcleo central de la criminología como disciplina que promueve
reajustes de nociones y criterios que fundan la doctrina jurídica.

Criminalidad, peligrosidad, locura aparecen confundidas en


sus modos de abordaje y en los dispositivos creados para su
control, que montan instituciones de encierro y asistencia (alienismo
manicomial; instituciones de expósitos)

En el nacimiento mismo de las instituciones públicas de


asistencia, los proyectos reformadores y la beneficencia aparecen
invadiendo el espacio con sus prácticas de segregación. Estas
prácticas diseñan sus objetos y los producen: el loco, el vagabundo,
el menor, el delincuente.(todos asimilables a la categoría de
peligrosidad)
Estos modos de segregación son productos también de la
política de la filiación que se pone en juego.
Los montajes filiatorios y simbólicos del Estado moderno 1 son
los que ubican la filiación dentro del ámbito familiar. Con esa
misma lógica, si las familias no pudieren hacerse cargo de sus hijos
el Estado junto con algunas organizaciones filantrópicas instituyen,
como respuesta a ese vacío, dispositivos bien diferenciados en las
prácticas y las estrategias, el de la niñez genealógicamente
aceptada y el de la minoridad, ofrecidas a los niños cuyos padres no
pueden constituirse o ser soportes (en lo cotidiano) de las funciones
de filiación. La mayoría de los trabajos consultados (Ariès, 1987;
Bisig, 2009; Cicercchia, 1998; Nari, 2004; Donzelot, 1979) ubican
en la transición del infanticidio a la conservación de los hijos, una
multiplicidad de montajes jurídico-institucionales. A partir del siglo
XVIII abundan los consejos impartidos por médicos, reyes, legistas
sobre las pautas necesarias para la conservación de los hijos. La
transición hacia un cuidado doméstico de los niños se acompaña
de prácticas de segregación. Aparece la medicina doméstica y
educación para unos, vigilancia y control social para otros. Esto está
estrechamente ligado al régimen de filiaciones, encargado de
preservar el patrimonio y establecer las diferencias. Esto también
implicaría que las lógicas empleadas para con los niños y niñas que
1
El surgimiento del Estado moderno implica por lo menos tres líneas de transformación que
fueron denominadas: revolución industrial :que cambia las relaciones de hombres mujeres y
niños con el trabajo; la revolución filosófica (Descartes, Pascal, Rosseau, Freud) que cambia la
relación entre razón y ciencia vs creencia y experiencia y hace surgir la normalidad estadística;
la revolución francesa que cambia la relación Estado- sociedad transformando el marco jurídico
de esta relación.(Minnicelli 2013)
no pudieron crecer dentro de su ámbito familiar fueran siempre más
represivas que protectivas. Pero también tiene relación con una
matriz institucional que vino a hacerse cargo de niños que
aparecían en las calles producto de cómo dice Donzelot ausencia
de una economía del cuerpo en el extremo más rico de la
población y, en el extremo más pobre, la ausencia de economía
social
Donzelot (1979) delinea los ejes de transformación que van
del antiguo régimen al estado moderno. Todo lo que en el antiguo
régimen era cuestión de familia pasa a la égida del Estado. El autor
explica la instauración de las prácticas de acogida y de segregación
en relación a los axiomas que regían el antiguo sistema de alianzas
y de filiaciones y relaciona el interés familiar con el del Estado:
“Para el Estado, los individuos que la ley de alianzas rechaza , se
convierten en fuente de peligro por su vagabundeo y su miseria
pero también en una pérdida, pues constituyen fuerzas
desocupadas” (1979:27)

Bisig (2009) realiza un análisis crítico acerca de la


construcción discursiva del abandonado/delincuente, posterior a la
sanción del Código civil a fines del siglo XIX hasta comienzos del
siglo XX, cuando se demandan leyes específicas a escala nacional.
Mediante
el análisis de tesis doctorales y otras fuentes históricas, poniendo
énfasis en la provincia de Córdoba Argentina, da cuenta de las
perspectivas ideológicas y los debates que en el campo intelectual y
académico legitimaron las características, enfoques, modalidades y
lógica de la intervención estatal, que se formaliza posteriormente
mediante instituciones asistenciales y jurídicas que enmarcaron la
protección de la infancia abandonada; configurando una cultura
de judicialización y criminalización de los problemas sociales que
goza, hasta el presente, de una fuerte legitimidad.
La autora afirma que los valores de la sociedad en los
principios del Estado-Nación, eran la defensa del honor y la pureza
del linaje.
Se procuraba, según esta autora, la protección jurídica de la
familia y sus hijos legítimos y su patrimonio, sosteniendo a los hijos
ilegítimos por fuera de esos derechos, encubriendo el abandono,
ocultando el origen y la identidad familiar de estos últimos.
Entonces se gestan una serie de discursos, dispositivos y
prácticas de segregación que podemos leer como “desafiliación a
este modelo hegemónico de inscripciones”. Retomaremos este
concepto más adelante , en la letra que nos lega Castel( 1997)
Continuando con los desarrollos que fundamentaran “el
estado de la cuestión social en la Argentina”, podemos retomar a
Bisig en su escrito “Estado de Abandono” Según la autora, los
conceptos en los que descansa la función tutelar del Estado
Moderno en la Argentina son: abandono material, abandono moral y
riesgo social. La pregunta que podríamos formular es riesgo para
quién ¿?
Para Bisig(1995) Inciden asimismo en el perfil de esta
función tutelar aspectos vinculados al “riesgo social” este, según la
terminología mencionada, es definido como: “el conjunto de
condiciones objetivas y subjetivas por influjo de las cuales es
probable que un menor cometa un hecho socialmente dañoso”- Se
produce en la función de tutela del Estado una prolongación del
concepto de peligrosidad social?
Conviven el concepto de peligrosidad individual y su
desplazamiento al concepto de grupos de riesgo, que se construye
a partir de la presencia de factores objetivos (condiciones de vida,
desnutrición, estructuración familiar, promiscuidad, hacinamiento,
alcoholismo) Bisg (s/F)

l.2 La conformación de la “cuestión social en la Argentina


democrática”

Avanzando en el análisis de los procesos históricos Cortes y


Kessler nos aportan “Miradas sobre la cuestión social en la
Argentina democrática” (1983-2013)
Los autores hacen una semblanza de las políticas y los
discursos como modos de construcción de la cuetión social.
Según los autores, desde la restauración democrática
argentina en 1983, la pobreza comienza a ocupar un lugar central
en la política pública social. Contribuyeron a ello su incremento
durante el gobierno militar y las décadas siguientes; la movilización
social de pobres y desocupados; la acción de nuevos o remozados
actores de la sociedad civil abogando por o asistiendo a los
necesitados; el trabajo de expertos y el progresivo interés de los
medios de comunicación y la constitución de un público preocupado
por el tema.
Podríamos delimitar dos campos de ideas persistentes en
política social: un modelo con énfasis en los instrumentos estatales
basados en el empleo y otro focalizado en la asistencia de la
pobreza, la vulnerabilidad o la exclusión social; el primero enfatiza
la importancia de los seguros y las regulaciones laborales, y el
segundo, la administración de programas de carácter
compensatorio y no contributivos5.
Durante el gobierno de Alfonsín (1983-1989), la respuesta
principal frente a la pobreza, el Plan Alimentario Nacional (PAN),
condensa las tendencias señaladas. Haciéndose eco de protestas
barriales en 1982, de las ollas populares y las campañas de Caritas
contra el hambre, el proyecto del Ejecutivo juzgó el «alimento como
un derecho humano central para nuestra sociedad» y a quienes
carecían de él, «como víctimas de la Dictadura». El PAN distribuyó
bolsones de comida en zonas críticas, y llegó a unos 4 millones de
personas.
El PAN influyó en la nueva imagen que la sociedad estaba
construyendo sobre sí misma; su magnitud puso en evidencia el
mito de que la Argentina era un país fértil y sin hambre mientras que
la periferia porteña, como nuevo locus privilegiado de la pobreza,
objetaba la ilusión metropolitana de una miseria confinada a los
lugares más remotos, pues la descubría ahora en las puertas de la
capital. Política y saber técnico entablaron una articulación
novedosa. Los expertos en el Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos (INDEC) construyeron un «mapa de emergencia social» e
instituyeron la focalización territorial como técnica usual para los
programas sociales subsiguientes. Por su parte, la publicación en
1984 de La Pobreza en la Argentina, con datos censales, desnudó
la extensión de la pobreza frente a la sociedad, y colocó su
medición como asunto de Estado y, de allí en adelante, su
crecimiento o disminución, como un criterio para juzgar cada
gestión de gobierno
El avance neoliberal se caracterizó por dos movimientos en
franca contradicción: el primero el de la privatización y vaciamiento
del Estado , de la mano de la propalación de discursos que
apelaban a valores comunes de la sociedad como el valor del
trabajo y la educación se promovieron la flexibilización laboral , la
precarización del empleo y la privatización encubierta de la
educación y el aranxelamiento t ercerización de los servicios en
salud..
La idea de compartir con el sector privado la provisión social
en el área de las políticas hacia la pobreza estuvo presente en el
período bajo formas diversas. La más extendida fue la asociación
con organismos no gubernamentales, denominada genéricamente
como sociedad civil, que albergaba un conjunto heterogéneo de
instituciones, algunas directamente vinculadas con empresas, otras
con partidos políticos u organizaciones territoriales.
La crítica al modelo neoliberal vino de la mano de conceptos
como exclusión, desafiliación, segregación socio-espacial fueron
usados para intentar determinar los procesos que la sociedad
estaba sufriendo

Introduciremos un comentario extraido de un trabajo de


investigación realizado en el 20082:
Cierta continuidad discursiva nos obliga a interpelar prácticas
y dispositivos vigentes ante el hallazgo en documentos oficiales de
la Secretaria de sm del Municipio de Rosario:
Recurrentemente en diversos documentos se caracteriza
como ‘nuevo problema epidemiológico’ (que también se
menciona como desafío) a ‘la vulnerabilidad social de amplios
sectores poblacionales’ cuyas manifestaciones se desagregan en
‘problemas de adicciones o de consumo o de violencia, o de
deserción escolar o de marginalidad’. Esta problemática se
atribuye causalmente a la exclusión (a la que en documentos
2
(2008) Procesos de atención y procesos de trabajo en Salud Mental del Municipio de Rosario. Boggio,
Germaine Lampugnani
anteriores se señala como equivalente de la pérdida de la condición
humana) y se propone como respuesta ‘la puesta en acto de
procesos de inclusión en las instituciones’ que se traduce en el
párrafo posterior en términos de ‘acceso’ al sistema de salud
(documentos N° 4, 10, 13). Probablemente debido a que lo que se
caracteriza como problema es un compuesto indeseable, pero sin
analizar, sin un saber específico respecto de sus dimensiones
causales, las propuestas que se realizan para abordarlo refieren a
aspectos absolutamente instrumentales de gestión, se piensa más
bien en qué se hace con el sistema público de salud, como se lo
ordena, se lo articula, se lo vuelve accesible, se le asigna una
población… es como si se pensara que modificar el sistema de
salud que se tiene que hacer cargo de intervenir (en su dimensión
de gestión, organizacional o técnico-burocrática, generación de
espacios de encuentro, de dispositivos, etc.) Fuera lo mismo que
intervenir sobre las causas del problema. Volviendo a Cortes y
Kessler (2013) los autores afirman que la estrategia social de la
Argentina “pos-neoliberal” combinó re-regulación de relaciones
laborales con la extensión de las transferencias condicionadas y
con un giro socio-productivo, más difícil de implementar que lo que
se ansiaba. En educación y salud hubo mayor provisión de fondos,
aunque no grandes innovaciones. Derechos, desigualdad,
universalidad, inclusión, economía social, territorialidad,
fragmentación, sin ser, claro está, tópicos novedosos fueron y son
de presencia obligada en los fundamentos de las políticas, en las
leyes y en las controversias.

I.3.La globalización y sus efectos:


Continuando un análisis de las controversias mostradas ,
tomaremos los desarrollos de Lewcowicz (2004) ubica la
globalización y sus efectos en un doble juego entre las prácticas
que consigna como perdidas dentro del Estado Moderno y las
nuevas formas de subjetividad.
Tras la aparición de un público cada vez más representado como
público-consumidor, la cuestión es establecer las dificultades para
la participación y la organización colectiva. Para ello analiza
fenómenos como el corte de una ruta, marchas de silencio,
escarches… movimientos colectivos que piensan que hacer..o
hacen. no tienen un sentido que va más allá. Para Lewkowicz se
trata de indicios de concertación en espacios anteriormente
pensados sólo como lugares de exclusión.
La posibilidad de actuar de manera concertada, estableciendo
vínculos sociales que no vienen dados sino que son establecidos en
situación, parecería habilitar un marco de catarsis en el que lo
importante es la expresión, el pensamiento por el pensamiento
mismo. La cuestión es ambigua, por un lado genera un canal de
expresión pero a la vez limita la capacidad de actuar
concertadamente .
El autor afirma que la modalidad específica de la exclusión en
la actualidad es “la expulsión”: “es un tipo de realidad en la cuál un
término no queda incluido ni siquiera en los márgenes de una
sociedad (2006:79)
Refiriendose a los mecanismos del la sociedad con Estado ,
los de la reclusión , Lewcowicz afirma: La reclusión supone un
sistema de tratamiento hacia el que la sociedad deriva la custodia y
rehabilitación de los recluídos. La expulsión no contempla este tipo
de tratamiento, pues el carácter tajante de la demarcatoria
determina limpiamente la imposibilidad de irrupción intempestiva de
los expulsados en el mundo de la red. Estan entre nosotros pero en
un mundo diferente del pequeño mundo virtual.(2006:80) Lewcowicz
propone pensar los modos de subjetivación que la expulsión
produce..

Sus análisis interpelan la desinstitucionalización como modo


de desvinculación universal.. desierto de la desvinculación. (2006:
112)
Múltiples abordajes teóricos nos ayudan a pensar en esta
causalidad denegada en la descripción y constatación de factores
de riesgo, vulnerabilidades y marginalidades. Uno de los más
importantes aportes es el de Castel tomaremos algunas referencias
de sus escritos para repensar el concepto de exclusión social,
vulnerabilidad y desafiliación. Castel, a diferencia de Lewcowicz,
invita a rescatar los soportes que el Estado Moderno proveía a los
sujetos , no dándolos por aniquilados.

II. El concepto de desafiliación:

Castel realiza un planteamiento que privilegia los juegos de


constitución del individuo mediante el trazo de la emergencia y
metamorfosis de campos de problematización y dispositivos que
definen soportes a la individualidad del hombre moderno. La mirada
se dirige, además, al punto donde los soportes se encuentran
fragilizados, es decir, a los procesos de desafiliación y sus zonas de
vulnerabilidad: aquellos espacios donde el individuo comienza a ver
socavadas las instancias que le permitirán constituirse
precisamente como individuo.
Para afianzar su lectura, Castel asienta la necesidad de
recuperar el concepto de institución total, el cual ha de entenderse
como “[…] un lugar de residencia y trabajo, donde un gran número
de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un
periodo apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina
diaria, administrada formalmente” (Goffman, 2001: 13).
Estos lugares pueden ser instituciones sociales como los
centros psiquiátricos, las prisiones, los hospitales o los campos de
concentración. Todos estas instituciones comparten, de diversas
maneras, algunas de estas características: 1) funcionan como
espacios aislados y cerrados; 2) existe un ambiente promiscuo
entre los individuos que ocupan estos espacios; 3) la administración
del establecimiento se encarga de cubrir las necesidades de los
internos; y 4) en ellos se hace una referencia constante a un corpus
teórico o filosófico que facilita la organización de la vida diaria de
sus ocupantes. Sin embargo, lo importante para Castel es tomar el
concepto de institución social definido por Goffman más como un
término estructural que situacional. Para Castel (1989), las
características de dichas instituciones no pueden entenderse en
tanto auspiciadas por interacciones o situaciones de cualquier tipo,
sino respondiendo a efectos institucionales que conservan una
dimensión trans-subjetiva e histórica.
Una sociedad no totalitaria, es una sociedad de pluralismo
institucional. El señalamiento es menos banal si comprendemos por
esto que toda institución es totalitaria a partir del momento en que
es única. El totalitarismo no es más que el autodesarrollo de una
lógica institucional dejada a ella misma […]. Y su funcionamiento no
puede ser reequilibrado más que por la existencia de otras
instituciones que intervienen como contra fuerzas para neutralizar la
tendencia imperialista inscrita en la lógica de toda forma particular
de organización (Castel, 1989: 38).–

Para Castel esta circunstancia no puede llevar a considerar a lo


microsocial como el resultado de lo macrosocial, lo cual obliga a
comenzar cualquier estudio siempre desde este punto de partida.
Muy por el contrario, se debe partir de la especificidad del orden de
la interacción y de su sistema propio de constreñimientos, en la
medida en que es allí donde los individuos se mueven, mientras que
el orden macrosocial queda en posición de exterioridad en relación
con el orden de las interacciones, aunque de cierta manera algo de
este orden se entreve en las fallas de la interacción.
En términos generales se puede observar que el análisis de la
vulnerabilidad propuesto por Castel (1989) se sustenta en el análisis
de los soportes que abastecen un espacio institucional al individuo
para desarrollar su fachada. Estos soportes permiten la
construcción de los espacios de posibilidad del individuo y su
capacidad de representarse en las interacciones
De esta forma, lo que obtiene Castel de Goffman es un
horizonte que permite apreciar cómo la presencia de ciertos
soportes habilitan la conformación de la individualidad del hombre
moderno, la construcción de su interioridad, al igual que la
posibilidad de que los sujetos construyan estrategias de acción
como actores, en tanto que, por el contrario, quienes no cuentan
con ciertos soportes se encuentran desafiliados y poblando
determinados espacios de vulnerabilidad (Castel y Haroche, 2003).
Para introducirnos directamente en la diferencia que el autor
establece entre desafiliación y exclusión nos remitiremos a su texto:
Castel(1997:15)”En lugar del tema hoy en día abundantemente
orquestado de la exclusión, yo preferiría el de la desafiliación. “La
exclusión es inmóvil, designa un estado o más bien estados de
privación. Pero la simple constatación de las carencias no permite
captar los procesos que la generan”
“Hablar de desafiliación(..) no es confirmar una ruptura, sino re-
trazar un recorrido. El concepto pertenece al mismo campo
semántico que la disociación, descalificación o la invalidación
social.” Pero el autor se interroga: disociado, descalificado
invalidado en relación a que? “Habrá que reinscribir los deficit en
trayectorias, remitir a dinámicas más amplias, prestar atención a los
puntos de inflexión generados por los estados límite. Buscar las
relaciones entre la situación en la que se está y aquella de la que se
viene, no autonomizar las situaciones extremas sino vincular lo que
sucede en las perisferias y lo que llega al centro.” (1997: 17)
Para Castel estos espacios de vulnerabilidad se encuentran
ligados –desde una perspectiva de larga duración- al lugar ocupado
por un individuo en la división social del trabajo, a su participación
en las redes de sociabilidad y en los sistemas de protección, los
cuales permiten cubrirlo frente a los avatares de la existencia –
cuestión a la que Castel (2003) llama seguridad social. En otras
palabras, para este autor el lugar que el individuo ocupa en el
sistema salarial –en tanto institución social– le ha permitido obtener
un soporte objetivo, una manera de poder construir un “sí mismo”
en la medida en que posibilita su acceso a otras instituciones
sociales (Castel, 2006c). En este sentido, los conceptos de
desafiliación y vulnerabilidad social dibujan esos vínculos
intermediarios e inestables que conjugan la precariedad del trabajo
y la fragilidad de los soportes de proximidad, produciendo que el
sujeto reduzca su registro de interacciones y relaciones
institucionales
Las distintas capas que protegen a los individuos pueden ser
consideradas metafóricamente, apunta Castel, como zonas de
cohesión social. De esta manera, una inserción sólida en
determinadas redes laborales, donde se tenga una cierta seguridad
en términos salariales y de protección a la salud, entre otros
aspectos, implica la ubicación del individuo en una zona de
integración; mientras que su inserción en redes laborales débiles
genera un proceso de vulnerabilidad social: “[…] una zona
intermediaria, inestable, que conjuga la precariedad del trabajo y la
fragilidad de los soportes de proximidad” (Castel, 1997: 17).
Castel considera que para el individuo “[…] es necesario [contar
con] una instancia, una matriz o un zócalo sobre los cuales […]
pueda apoyarse, y que le otorgue dicha consistencia. Para decirlo
de otra manera –puesto que todas estas metáforas son
aproximativas–, le es necesario disponer de una cierta superficie,
ocupar un cierto espacio en la sociedad, para desarrollar la
capacidad de ser un individuo” (Castel y Haroche, 2003: 21).
Esta matriz o superficie está directamente ligada con los procesos
de cohesión y vulnerabilidad social, pero también con las instancias
sociales que permiten la constitución de espacios de soporte para el
individuo. En el contexto de las sociedades modernas, el Estado es
la instancia que tradicionalmente ha venido constituyendo esas
superficies de soporte. En general, se puede apuntar que el
desarrollo del Estado-nación ha sido acompañado de una
configuración particular que permite garantizar un conjunto de
protecciones en el marco geográfico y simbólico de la nación, en la
medida en que ésta tiene un cierto control sobre determinados
recursos –económicos, ecológicos, laborales, por mencionar sólo
algunos–, lo cual en mayor o menor proporción garantiza una serie
de protecciones de carácter civil –libertades fundamentales y
seguridad sobre bienes y personas–, así como los derechos
sociales (Castel, 2003). Aún más, hasta un determinado punto el
Estado-nación es capaz de generar una propiedad social que
permite, a través de un orden jurídico e institucional, que los no
propietarios tengan un sostén frente a ciertas condiciones de riesgo.
Sin embargo, es cierto que el umbral de protecciones que en este
sentido puede proporcionar un Estado resulta sumamente móvil, y
que dichas protecciones pueden fortalecerse en ciertos momentos
históricos y debilitarse significativamente en otros..(es esto lo que
para Lewcowicz está desfondado)
Por lo menos tres situaciones aparecen como cualitativamente
diferentes aunque todas estén caracterizadas por la pobreza: la
pobreza integrada, que es una pobreza trabajadora; la indigencia
integrada, que obtiene ayuda sobre la base de su inserción
comunitaria; la indigencia desafiliada, marginalizada o excluida, que
no encuentra lugar en el orden laboral ni por inserción en las redes
comunitarias

Al identificar con una zona precisa a un tipo específico de


sujeto, como en el caso de los suburbios franceses, donde la
mayoría de los habitantes son jóvenes árabes, desempleados y
excluidos de la educación formal, se ponen en marcha políticas
institucionales concretas (policía, servicios de salud, educativos o
laborales, entre otras) para disminuir los efectos de una alteridad
total, en la que se cristalizan los temores y los rechazos de los
sujetos no vulnerables. Dichas políticas institucionales pondrían en
práctica lo que Foucault (2004) llama “los dispositivos de
seguridad”, al mismo tiempo civiles y sociales, o mejor, biopolíticos,
es decir, que unen el orden del conocimiento penal con aquél de la
salud en el contexto de una sociedad liberal. Castel hace un análisis
de la precarización de las relaciones laborales como base de la
precarización de las relaciones sociales y dice sobre los contratos
laborales, algo que podríamos extender a la proliferación de marcos
legales de protección a individuos o grupos por “discriminación
Positiva” donde el otorgamiento de un derecho queda subordinado
a constatación de una deficiencia, de “dificultades particulares” de
naturaleza personal o psicosocial Castel (1997:476).
Sin la mediación de los derechos colectivos, con la individualización
del socorro y el poder de decisión fundado en el conocimiento
recíproco que se le otorga a las instancias locales, se corre siempre
el riesgo de que renazca la lógica de la filantropía: “promete
fidelidad, y serás socorrido”. (Castel 1997)
Para Castel (1997) es el Estado estratega el que debe desplegar
sus intervenciones para “acompañar los procesos de
individualización, desactivar los puntos de tensión, evitar las
fracturas y “re-patriar” a quienes han caído bajo la linea de flotación”
“No hay cohesión social sin protección social”

III- El retorno a lo local: nuevos escenarios de la “cuestión


social”

La mayoria del llamado tercer mundo se desarrollará en el


último siglo, dentro de un proceso de continuidad/ discontinuidad,
una consistente tendencia al incremento de la pobreza y extrema
pobreza, a la acentuación de la desigualdad y polarización social
en términos económico-ocupacionales, a la instalación o incremento
de varios tipos de violencias como parte normal de la vida cotidiana
así como a la acentuación de las condiciones de dependencia de
todo tipo, es decir no sólo económico-políticas, sino ideológico-
culturales y científico técnicas. ( Menendez, 2010:96)
Según este autor estos procesos económico-sociales van
acompañados de una constante “explosión de particularidades
políticas, étnicas, religiosas, nacionales,de género. Que en su
mayoría emergen como opciones societarias específicas y locales”.
(2010:97)
El autor avanza con una hipótesis muy fuerte: La crítica y
desmoronamiento de proyectos ideológicos y políticos globales de
orientación socialistas aparece sustituída por el desarrollo de
proyectos locales.
III.1El estudio del otro:
Centrado en una posición muy crítica respecto de la producción
academica de la antropología y otras ciencias sociales el autor
ubica respecto de los fenómenos “particulares” o locales de los que
venia dando cuenta, el surgimiento de identidades diferenciadas.A
partir de los sesenta y los setenta una parte de los nuevos sujetos
se constituyen a partir de la reivindicación de la diferencia, incluída
la diferencia estigmatizada.. No constituyen sólo grupos reactivos si
no que tratan de legitimar socialmente tipos de identidad
diferenciada.
El autor señala: “El impulso no sólo a las diferencias sino a la
conciencia activa de las mismas si bien favorece el desarrollo de
nueva y antiguas también tiende a multiplicar áreas conflictivas en
muy diferentes sectores sociales” (2010:101)
III.2 Hibridación, Multiculturalidad y migración. El lugar del otro.

Menendez se detiene a analizar el retorno de una lógica


identitaria propia de la antropología tradicional, en los estudios
contemporáneos sobre multiculturalidad hibridación y migración.
Paradojalmente a lo que postulan estos nuevos enfoques
antropológicos, que es la existencia de una subjetividad fluctuante
que se ensambla y reensambla constantemente;estos modos de
pensar la subjetividad como articulación de fragmentos de
diferentes identidades que los sujetos adecuan a las relaciones que
establecen con personas y grupos en diferentes situaciones,
se parece notablemente a la manera en que la antropología pensó
hegemónicamente al sujeto.
La posición hegemónica fue la de ignorar al sujeto o pensarlo
en términos de identidad casi indistinguible de su etnia, grupo local
o comunidad de pertenencia, de tal manera que el sujeto
adquiría/expresaba los rasgos de estas unidades consideradas
como homogéneas, integradas, coherentes, auténticas que
caracterizaban simultáneamente a la cultura y a su sujeto. Entonces
el sujeto es pensado como reproductor de la cultura y no como
agente que la constituye ( 2010: 106)
“La concepción de un sujeto híbrido contribuyó a cuestionar la idea
dominante en la antropología de sujeto monolítico, integrado,
auténtico, así como a colocar el acento en los procesos de cambio
más que en los de continuidad. Pero estos aportes redujeron las
posibilidades analiticas e interpretativas debido a la ahistoricidad, a
la exclusión de lo económico-político y a la superficialidad en la
definición y descripción de la subjetividad de los actores sociales.
Su énfasis en la fragmentación, autoensamblaje y capacidad
selectiva propone un sujeto imaginario que tiende a acentuar las
diferencias simbólicas, ignorando, o sólo incluyendo limitadamente
las fuerzas económico-sociales que tienden a la homogeneización y
restricción de las autonomías de estos sujetos en función de las
condiciones de pobreza o extrema pobreza en las que desarrollan
sus vidas, sus migraciones, sus hibridaciones.

IV. Conclusiones:
La lectura de los autores explorados nos invita a interpelar la
heterogeneidad social. Haciendo un esfuerzo de síntesis, podemos
afirmar que el trabajo de leer los conceptos que nos ofrece el
campo de lo comunitario desde su genealogía y la desnaturalización
de los sentidos cristalizados nos permite despejar las lógicas que
promueven. El intento de lectura es poder, desde diferentes modos
de abordaje de la cuestión social, construir la heterogeneidad y
diversidad no homogeneizando puntos de vista. Por eso tomamos
desarrollos teóricos que no adscriben a una sola tendencia de
lectura de lo social.
Asimismo la invitación es a poder leer “procesos” donde tanto las
condiciones estructurales de una sociedad como las interacciones
de los sujetos en juego nos permitan el análisis historico- político de
las articulaciones.
Bibliografia:

Bisig, E (s/F) Estado de Abandono. DE LA DOCTRINA DE


LA SITUACIÓN IRREGULAR A LA DOCTRINA DE LA
PROTECCIÓN INTEGRAL disponible en :
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/hegemo/amin.
rtf

(2009) Prácticas y debates socio-jurídicos en torno al


lugar de los niños en el espacio familiar y social -
Postrimerías del siglo xix. En Opinión Jurídica . vol 8, n°
15 enero-junio 2009 Universidad de Medellin Colombia
Castel, R ( 2007 )La discrimination négative. Citoyens ou
indigènes?, Éditions du Seuil-La République des Idées,
París.
(2006ª)“Crítica social. Radicalismo o reformismo político”,
en Fernando Álvarez-Uría y Julia Varela (coords.), Pensar
y resistir. La sociología crítica después de Foucault,
Ediciones en Ciencias Sociales-Círculo de las Bellas
Artes, Madrid.
(2006b) “La sociología y la respuesta a la demanda
social”, en Bernard Lahire (ed.), ¿Para qué sirve la
sociología?, Siglo xxi Editores, Buenos Aires.
(2006c) “La précarité ou l’individu par défaut”, en Castel,
L’individu contemporain, regards sociologiques, Éditions
Sciences Humaines, París.
(2003) L’insécurité social; Qu’est-ce qu’être protégé?,
Éditions du Seuil-La République des Idées, París
(1997) La metamorfosis de la cuestión social. Buenos
Aires, Mexico, Barcelona: Paidos.

(1991) En Espacio Institucional: LA DINÁMICA DE LOS


PROCESOS DE MARGINALIZACIÓN: DE
LA VULNERABILIDAD A LA EXCLUSIÓN.
Buenos Aires: Editorial lugar

Cortes, Kessler(2013) Miradas sobre la cuestión social en la


Argentina democrática (1983-2013)
Cuestiones de Sociología, nº 9, 2013. ISSN
2346-8904 .Universidad Nacional de La
Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación.
Departamento de Sociología
Goffman (2001) Internados Buenos Aires: Amorrortu
editores

Foucault (1995) Discurso poder y subjetividad.


Buenos Aires: el cielo por asalto
(2004,2006) Seguridad, Territorio, Población.
Buenos Aires: Fondo de Cultura
Economicas Argentina.
Lewcowicz:((2004) Pensar sin Estado Buenos Aires:
Paidos
Menendez, E (2010) La parte negada de la Cultura. Rosario:
Prohistoria
Vezzetti, H (1995) Historia de la locura en la Argentina Buenos
Aires: Paidos

Potrebbero piacerti anche