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3 razones sorprendentes para dejar los refrescos

Si eres de los que acostumbra a tomar un refresco al día, en el aperitivo, con la comida e incluso nada más
levantarte, deberías conocer algunas de las cosas que no sólo se dicen, sino que se han demostrado
científicamente, de estos elixiris casi 'mágicos' que prometen la felicidad.

Los expertos recomiendan reducir el consumo de


bebidas endulzadas. Foto: Getty.

La grasa se adosa a tus órganos. Un estudio danés


reciente reveló que beber soda de manera regular
conduce a un aumento espectacular de las grasas
peligrosas y difíciles de detectar. Los investigadores
pidieron a los participantes que bebieran soda, leche,
que contiene la misma cantidad de calorías, o cola diet
todos los días durante seis meses.

¿Los resultados? La masa grasa total es la misma en


todos los casos, pero los que tomaron soda
experimentaron un aumento espectacular en las grasas nocivas (ocultas en el hígado) y en el colesterol.

Los edulcorantes artificiales y colorantes alimentarios se han relacionado con daños en las células del cerebro
y la hiperactividad. Además, la investigación ha demostrado que las personas que beben refrescos de dieta
tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes.

Contiene retardantes de llama. Algunas de las marcas de refrescos más populares utilizan aceite vegetal
bromado —un tóxico retardante- para mantener el aroma artificial. Un ingrediente peligroso que suele
aparecer etiquetado como BVO en refrescos y bebidas isotónicas, y que puede causar síntomas de
envenenamiento por bromuro, como lesiones en la piel y pérdida de memoria, así como trastornos nerviosos.

El americano medio consume casi 45 litros de soda al año.

Beber soda te convierte en una rata de laboratorio. Muchas marcas endulzan sus refrescos con jarabe de
maíz alto en fructosa, un compuesto genéticamente modificado que desde la década de los 90 forma parte de
nuestra cadena alimentaria.

El problema es que no sabemos cuáles serán sus efectos sobre la salud a largo plazo porque las empresas que
desarrollaron estos cultivos no tenían que probar la seguridad a largo plazo. La cuestión es que algunos
resultados recientes sugieren que los cultivos genéticamente modificados están vinculados a daños en el tracto
digestivo, al envejecimiento acelerado e incluso son una causa probable de infertilidad.

Ya sabes, a partir de ahora cuando te pregunten qué quieres para beber, acuérdate de responder: "Sólo agua
por favor".

Fuente: adaptación del artículo de Leah Zerbe publicado en Rodale.com

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