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AÑO DEL DIALOGO Y LA RECONCILIACION NACIONAL

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ESCUELA ACADEMICA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA

FUNDAMENTOS DE LA ARGUMENTACION JURIDICA Y SUS PRINCIPIOS

INTEGRANTES

DOCENTE:

CURSO

LOGICA JURIDICA Y TECNICAS DE LA ARGUMENTACION

TINGO MARIA-PERU
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INDICE

¿QUÉ ES ARGUMENTAR?.................................................................................................. 4

¿QUÉ ES LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA? ................................................................. 4

AMBITO DE LA ARGUMENTACION JURIDICA ............................................................ 5

LA IMPORTANCIA DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA .......................................... 6

PRINCIPIOS DE LA ARGUMENTACION JURIDICA SEGÚN MANUEL ATIENZA ... 7

LA PRINCIPAL DIFERENCIA ENTRE LAS TEORÍAS .................................................... 8

SOPESAR REGLAS .............................................................................................................. 8

UNA DISTINCIÓN ALEXIANA ENTRE REGLAS Y PRINCIPIOS ES POSIBLE A

PESAR DE LA NECESIDAD DE SOPESAR REGLAS ..................................................... 8

¿ES ALGÚN CASO FÁCIL? ................................................................................................. 8

LAS REGLAS JURÍDICAS COMO RAZONES AMPLIFICADORAS .............................. 9

¿GRADOS DE CUMPLIMIENTO DE LOS PRINCIPIOS? ................................................ 9

¿NO HAY UNA DISTINCIÓN CLARA ENTRE REGLAS Y PRINCIPIOS? .................... 9

¿POR QUÉ PRINCIPIOS? ................................................................................................... 10

PRINCIPIOS DE LA ARGUMENTACION JURIDICA .................................................... 11

FUNDAMENTOS DE LA ARGUMENTACIÓN JURIDICA ............................................ 13

CONCLUSIONES ................................................................................................................ 15

BIBLIOGRAFIAS ................................................................................................................ 16
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DEDICATORIA

A Dios, que nos ha dado la fortaleza para seguir adelante.

A nuestros padres, que cada día nos apoyan con sus consejos.

A nuestros docentes, que nos tienen paciencia y nos inculcan sus saberes jurídicos.
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¿QUÉ ES ARGUMENTAR?

Argumentar, es sin duda una de las habilidades (si no es que la más importante) que todo
buen abogado ha de saber desarrollar y llevar a la vida de la práctica forense, es por ello
que hemos de estar los suficientemente preparados para poder llevar a buen término los
asuntos que se encuentren bajo nuestro patrocinio.

Por ejemplo, una sentencia reciente del tribunal constitucional español sobre la
constitucionalidad o no de la ley sobre técnicas de reproducción asistida (LTRA) ocupa casi
50 páginas. Así el tribunal entiende que el LTRA en su conjunto no vulnera la reserva de la
ley orgánica, porque el artículo 15 de la constitución españolase refiere que la LTRA no
desarrolla ese derecho fundamental y en consecuencia no es necesario que adopte la forma
específica de ley orgánica; que permitir a la mujer decidir libremente la suspensión de un
tratamiento de reproducción asistida no afecta al contenido esencial del derecho a la vida,
ni supone admitir tácitamente un nuevo supuesto de aborto, ya que esa decisión solo puede
tomarla hasta el momento en que se haya producido la transferencia de embriones al útero
materno o no permitir la fertilización de cualquier mujer con independencia de que el
donante sea su marido o del hecho de que este o no vincula matrimonialmente no vulnera el
núcleo esencial de la institución familiar, ya que la familia protegida constitucionalmente
no es únicamente la familia matrimonial.
Todos esos argumentos y muchos otros que cabe encontrar en esa sentencia constituyen una
misma argumentación, porque se inscriben dentro de un proceso que comienza con el
planteamiento de un problema y termina con una respuesta. De manera que podemos
distinguir entre la argumentación en su conjunto cada uno de los argumentos que se
compone y los conjuntos parciales d argumentos dirigidos a defender o combatir una tesis o
una conclusión. Así el primero de los argumentos recogidos forma una línea con varios
otros, dirigidos a probar que la ley en cuestión no vulnera la reserva de la ley orgánica.

¿QUÉ ES LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA?

Para Manuel Atienza, la argumentación jurídica es una teoría prescriptiva, que nos sólo
describe el proceso de justificación de las soluciones de los casos jurídicos, que realizan los
jueces y otros operadores jurídicos, sino que también prescribe cómo debe realizarse dicho
proceso de justificación.

Hemos de entender por argumentación jurídica al conjunto de razonamientos de índole


jurídico que sirven para demostrar, justificar, persuadir o refutar alguna proposición que va
encaminada a la obtención de un resultado favorable a favor del litigante y su cliente o para
la resolución de un caso controvertido por parte del juzgador o tribunal de determinada
causa.
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AMBITO DE LA ARGUMENTACION JURIDICA

La teoría (o las teorías) de la argumentación jurídica tiene(n) como objeto de reflexión,


obviamente, las argumentaciones que se producen en contextos jurídicos. En principio,
pueden distinguirse tres campos distintos de lo jurídico en que se efectúan
argumentaciones. El primero de ellos es el de la producción o establecimiento de normas
jurídicas. Aquí, a su vez, podría diferenciarse entre las argumentaciones que tienen lugar en
una fase pre legislativo y las que se producen en la fase propiamente legislativa. Las
primeras de ellas se efectúan como consecuencia de la aparición de un problema social
cuya solución, en todo o en parte, se piensa que pueda ser la adopción de una medida
legislativa. Ejemplo de ello son las discusiones a propósito de la despenalización o no del
aborto, de la eutanasia o del tráfico de drogas, o de regular el llamado "tráfico de
influencias". Otro tipo de argumentaciones surgen cuando un determinado problema pasa a
ser considerado por el parlamento o por algún órgano de la Administración, haya sido o no
previamente discutido por la opinión pública. Mientras que en la fase pre legislativa puede
considerarse que los argumentos tienen, en general, un carácter más político y moral que
jurídico, en la fase legislativa los papeles se invierten, de manera que son las cuestiones de
tipo "técnico-jurídico" las que pasan a un primer plano. En todo caso, las teorías de la
argumentación jurídica de que disponemos no se ocupan prácticamente de ninguno de estos
dos contextos de argumentación.

Un segundo campo en que se efectúan argumentos jurídicos es el de la aplicación de


normas jurídicas a la resolución de casos, bien sea ésta una actividad llevada a cabo por
jueces en sentido estricto, por órganos administrativos en el más amplio sentido de la
expresión o por simples particulares. Aquí, a su vez, cabría distinguir entre
argumentaciones en relación con problemas concernientes a los hechos o bien al Derecho
(estos últimos en sentido amplio, podrían llamarse problemas de interpretación). Puede
decirse que la teoría de la argumentación jurídica dominante se centra en las cuestiones -los
casos difíciles- relativas a la interpretación del Derecho y que se plantean en los órganos
superiores de la administración de justicia. Ahora bien, la mayor parte de los problemas
sobre los que tienen que conocer y decidir tanto los tribunales como los órganos no
jurisdiccionales de la Administración son más bien problemas concernientes a los hechos,
de manera que los argumentos que tienen lugar con ocasión de los mismos caen fuera del
campo de estudio de las teorías usuales de la argumentación jurídica.

Finalmente, el tercer ámbito en que tienen lugar argumentos jurídicos es el de la dogmática


jurídica. La dogmática es, desde luego, una actividad compleja, en la que cabe distinguir
esencialmente estas tres funciones:

1) Suministrar criterios para la producción del Derecho en las diversas instancias en que
ello tiene lugar; 2) suministrar criterios para la aplicación del Derecho; 3) ordenar y
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sistematizar un sector del ordenamiento jurídico. Las teorías usuales de la argumentación


jurídica se ocupan también de las argumentaciones que desarrolla la dogmática en
cumplimiento de la segunda de estas funciones. Dichos procesos de argumentación no son
muy distintos de los que efectúan los órganos aplicadores, puesto que de lo que se trata es
de suministrar a esos órganos criterios, argumentos dirigidos a facilitarles, en sentido
amplio la toma de una decisión jurídica consistente en aplicar una norma a un caso. La
diferencia que, no obstante, existe entre ambos procesos de argumentación podría
sintetizarse así: mientras que los órganos aplicadores tienen que resolver casos concretos
por ejemplo, si se les debe o no alimentar por la fuerza a los presos en huelga de hambre
para obtener determinados cambios en su situación penitenciaria, el dogmático del Derecho
se ocupa de casos abstractos por ejemplo, el de determinar cuáles son los límites entre el
derecho a la vida y el derecho a la libertad personal y cuál de los dos derechos debe
prevalecer en caso de que entren en conflicto. Con todo, parece claro que la distinción no
puede efectuarse siempre o, quizás, casi nunca en forma muy tajante. Por un lado, porque el
práctico necesita recurrir a criterios suministrados por la dogmática, al menos cuando se
enfrenta con casos difíciles por ejemplo, para adoptar una decisión fundamentada sobre la
primera cuestión antes planteada, habría que contestar, con carácter previo a la segunda, al
tiempo que la dogmática se apoya también en casos concretos. Por otro lado, porque en
ocasiones los tribunales o cierto tipo de tribunales tienen que resolver casos abstractos, esto
es, sus decisiones pueden no consistir simplemente en condenar a X a pagar una cierta
cantidad de dinero o en absolver a Y de determinado delito, sino también en declarar que
una determinada ley es inconstitucional, que un reglamento es ilegal, o que una cierta
norma debe interpretarse en un cierto sentido; por lo demás, algunos tribunales, al decidir
un caso concreto, crean jurisprudencia, lo que significa que la regla en que basan su
decisión y que viene expresada en la ratio decidiendo del fallo tiene un carácter general y
abstracto y vale, en consecuencia, para los casos futuros.

LA IMPORTANCIA DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA

Tanto en nuestra vida en general como en la vida profesional de los abogados, la


argumentación es una actividad omnipresente. Cuando argumentamos, lo que hacemos en
realidad es comunicarnos con los demás a través del ofrecimiento de razones.

La argumentación es un proceso comunicativo cuyo objetivo es persuadir. Una buena


argumentación se basa en razones, razones válidas y legítimas, para demostrar que lo que
decimos es correcto, para lograr convencer a las demás personas sobre cierto punto, o para
que actúen como queremos que lo hagan.

Para los abogados, la capacidad argumentativa es indispensable y quizá la cualidad más


relevante para distinguir entre los buenos abogados y los abogados mediocres, sin embargo,
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saber argumentar bien requiere ciertas características y reglas que han venido cambiando y
evolucionando en años recientes.

La manera en los operadores jurídicos tiene que construir sus argumentos, premisas y
conclusiones está condicionada a una serie de factores derivados del tipo de norma jurídica
que se trate, ya sea que estén redactadas en forma de reglas o en forma de principios,
además de la importancia de los Derechos Humanos y los estándares internacionales al
respecto.

Una de las características más relevantes de los ordenamientos jurídicos actuales consiste
en que la mayoría de normas jurídicas se encuentran redactadas en forma de principios, lo
que exige nuevas pautas argumentativas y mayores retos para la construcción de buenos
argumentos. Estas exigencias superan la forma tradicional de la subsunción,
concentrándose en el juicio de ponderación y el principio de proporcionalidad.

PRINCIPIOS DE LA ARGUMENTACION JURIDICA SEGÚN MANUEL


ATIENZA

Atienza y Manero definen los principios en sentido estricto en términos del alcance de
aplicación de una norma: un principio define los casos a los que es aplicable «de forma
abierta, mientras que las reglas lo hacen de forma cerrada

UN EJEMPLO ALEXIANO

Permítaseme comparar esta teoría con un análisis de un ejemplo sueco a la luz de la teoría
de Robert Alexy, estipula lo que sigue: El poder público debe ejercer con respeto al igual
valor de todos los seres humanos y a la libertad y dignidad de cada persona individual. Esta
disposición expresa tres principios, ya que quienes estén en el poder deben respetar la
igualdad, la libertad y la dignidad de cada individuo. Cada principio puede ser una razón
prima-facie para la acción. Pero pueden colisionar de manera tal que, por ejemplo, un
incremento de respeto por la igualdad en el caso particular de que se trate pueda causar una
disminución de la libertad y viceversa. Se necesita entonces un acto de sopesar y ponderar
para escoger entre ellos en un caso individual.

UNA ADAPTACIÓN DEL EJEMPLO ALEXIANO AL LENGUAJE DE ATIENZA-


MANERO

Un aspecto de la teoría de Alexy puede expresarse en la terminología de Atienza-Manero


de la siguiente manera: Un principio prima-facie establece un ideal que puede ser llevado a
efecto en una cierta clase de casos, más o menos extensa. Para determinar la clase, se deben
sopesar y ponderar varias razones prima-facie. Se debe, así, mirar a que, por ejemplo, un
pequeño incremento del número de casos en los que prevalece la igualdad no cause una
disminución demasiado grande del número de casos en los que prevalece la libertad; y
tampoco un pequeño incremento del número de casos en los que la libertad vence debe
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pagarse con una disminución demasiado grande del número de casos en los que vence la
igualdad.

LA PRINCIPAL DIFERENCIA ENTRE LAS TEORÍAS

Por otro lado, un principio alexiano nunca vence totalmente, por ejemplo, cuando prevalece
la igualdad en un cierto caso, sigue existiendo no obstante alguna libertad. Esta forma de
ver la colisión de principios en sentido estricto no es accesible a Atienza y Manero, dado
que ellos asumen que tales principios no pueden ser cumplidos en diversos grados.

SOPESAR REGLAS

¿Cómo afecta esta diferencia a la distinción entre reglas y principios? La cuestión es difícil
porque no sólo los principios sino también algunas reglas crean un deber meramente prima-
facie y por consiguiente exigen deliberación.

UNA DISTINCIÓN ALEXIANA ENTRE REGLAS Y PRINCIPIOS ES POSIBLE A


PESAR DE LA NECESIDAD DE SOPESAR REGLAS

En un lenguaje alexiano, se puede, entre otras cosas, indicar las siguientes diferencias entre
reglas y principios.

1. En los casos rutinarios “fáciles”, se deben seguir las reglas jurídicas socialmente
establecidas sin ninguna necesidad de sopesar y ponderar. Por otra parte, ningún caso que
implique principios es fácil.

2. Hay grados de obediencia en relación con los principios. Por otra parte, una regla puede
sólo ser obedecida o no. No hay grados de obediencia.

¿ES ALGÚN CASO FÁCIL?

Ambas distinciones requieren discusión. Primero de todo, un acto de sopesar y ponderar es


necesario para determinar si el caso bajo adjudicación es fácil o no. Atienza y Manero han
afirmado lo siguiente: Un caso es fácil precisamente cuando la subsunción de unos
determinados hechos bajo una determinada regla no resulta controvertible a la luz del
sistema de principios que dan sentido a la institución o sector normativo de que se trate.
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LAS REGLAS JURÍDICAS COMO RAZONES AMPLIFICADORAS

Ellos extraen la siguiente conclusión. En el caso de las reglas jurídicas, podemos hablar de
una deliberación normativamente guiada, siendo admisible la toma en consideración de
otras razones únicamente en la medida en que las propias pautas jurídicas lo permitan.
Me inclino a concordar con esta observación. Sin embargo, me parece que las pautas
jurídicas permiten tomar en cuenta todas las consideraciones moralmente relevantes.
Por esa razón, permítaseme añadir lo siguiente: las normas jurídicas establecidas
constituyen razones prima-facie, que han de ser sopesadas y ponderadas con otras razones.
Estas razones prima-facie son razones de primer orden para la realización de una cierta
acción, y, al mismo tiempo, razones de segundo orden. En esta última capacidad, indican
que las razones para no hacer pueden prevalecer sólo si son particularmente fuertes, esto es,
claramente más fuerte de lo que necesitan ser en un debate moral libre.

¿GRADOS DE CUMPLIMIENTO DE LOS PRINCIPIOS?

Por lo que respecta a la segunda distinción entre principios y reglas, los autores la rechazan
explícitamente. Según ellos, la tesis de Alexy de que los principios pueden ser cumplidos
en diversos grados es verdadera por lo que se refiere a las directrices o normas
programáticas, pero no lo es en el caso de los principios en sentido estricto. Considérese,
por ejemplo, el art. 14 de la Constitución española: los españoles son iguales ante la ley, sin
que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,
opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. La indeterminación
característica de los principios la encontramos aquí únicamente en la configuración abierta
de las condiciones de aplicación, pero no en la descripción de la conducta prohibida:
discriminar. Atienza y Ruiz Manero rechazan también la asunción de Alexy de que los
principios son mandatos de optimización: los principios en sentido estricto son mandatos de
optimización únicamente en el sentido de que, al estar configuradas de forma abierta sus
condiciones de aplicación, pero una vez que se ha determinado que en ese caso prevalece el
principio, éste exige un cumplimiento pleno.

¿NO HAY UNA DISTINCIÓN CLARA ENTRE REGLAS Y PRINCIPIOS?


Atienza y Manero proponen otra distinción, que es la siguiente: un principio en sentido
estricto define los casos a los que es aplicable «de una manera abierta, mientras que las
reglas lo hacen de una manera cerrada, no se trata sólo de que las propiedades que
constituyen las condiciones de aplicación tengan una periferia mayor o menor de vaguedad,
sino de que tales condiciones no se encuentran siquiera genéricamente determinadas. El
tipo de indeterminación que afecta a los principios es, pues, más radical que el de las reglas.
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En mi opinión, sin embargo, la distinción no es suficientemente clara. ¿En qué consiste esta
radical indeterminación? No en la necesidad de pesar, que se aplica también a las reglas.
Tampoco en la posibilidad de diferentes grados de cumplimiento de los principios,
explícitamente negada por los autores. ¿En qué otra cosa, entonces?

¿POR QUÉ PRINCIPIOS?

Con independencia de la respuesta que se dé a esta cuestión, hay que responder a otra
cuestión más profunda. ¿Por qué son útiles los principios, en todo caso, en la justificación
jurídica? Atienza y Manero indican que los principios son más que las reglas en dos
sentidos. Por un lado, porque al estar enunciados o poder enunciarse en términos más
generales, tienen un mayor alcance justificatorio. Por otro lado, tienen una mayor fuerza
expansiva. Así, por ejemplo, a partir del principio de que todos los españoles tienen
derecho a una vivienda digna conjuntamente con el enunciado de que “abaratar los créditos
para viviendas facilita que un mayor número de personas acceda a una vivienda digna”
puede concluirse, cuando menos, que hay una razón para que el Estado abarate los créditos
la compra de viviendas.
Sin intentar explicar el término «fuerza expansiva», se puede indicar que la principal fuente
de la fuerza justificatoria de los principios consiste en su vínculo uno-a-uno con los
correspondientes valores. Cada principio corresponde a un valor determinado, estipula, por
ejemplo, que la igualdad, la libertad y la dignidad son valiosas. Atienza y Manero se
acercan a este punto, pues afirman que un principio en sentido estricto expresa los valores
superiores de un ordenamiento jurídico que son el reflejo de una determinada forma de
vida.

Un valor puede ser definido como un criterio de valoración. Cada criterio puede
satisfacerse hasta un cierto grado, mayor o menor.Cada principio exige que el valor al que
él mismo corresponde sea respetado tanto como sea posible.

Pero si éste es el caso, la posibilidad de cumplir principios en diversos grados, mayores o


menores, es la propiedad más esencial de los principios. Y Alexy tiene razón, mientras que
la crítica de Atienza y Manero a su teoría no es suficientemente profunda.

Por otra parte, los principios en sentido estricto, según Atienza y Manero, pueden ser útiles,
también, cuando el legislador tiene una razón para hacer una regla «fija» que resulte
aplicable a un conjunto «no fijo» de casos, como ocurre por ejemplo en el supuesto de las
cláusulas generales. Una pregunta interesante es la de cuáles son las condiciones que hacen
justificable esta clase de legislación.
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PRINCIPIOS DE LA ARGUMENTACION JURIDICA

Principio de no contradicción:

Este es el principio más importante de la argumentación racional. Ya Aristóteles en el siglo


IV a.C nos habla de él en su Metafísica. Según este principio no puede ser al mismo tiempo
una afirmación y su contraria; o en otras palabras una cosa no puede ser verdadera y falsa a
la vez. Sobre este principio se asienta el edificio de la racionalidad occidental (filosofía,
ciencia, etc.) pero ha sido criticado duramente desde los inicios de la filosofía (Heráclito s.
VI a.C) hasta la actualidad (Nietzsche s. XIX).

Principio de la deducción:

Se basa en el valor lógico de la relación causa y efecto, y viene a decir que si ocurre la
causa, ocurre el efecto. Cuando alguien afirma: “si llueve se mojan las calles” y,
efectivamente llueve, podemos afirmar que las calles se mojan. Las cadenas de causas-
efectos pueden ser amplias, por ejemplo: si llueven se mojan las calles, si llueven las calles
puedes resbalarte y caer, si te caes… En lenguaje lógico podemos enunciarlo así: si de una
premisa se sigue una consecuencia y ocurre la premisa, entonces ocurre la consecuencia.

Principio del tercio excluso:

Tiene mucha menos validez que los dos anteriores y ha sido rechazado abiertamente por
muchos lógicos en los siglos XIX y XX. Según este principio si una cosa no es verdadera
es falsa y si no es falsa es verdadera. La similitud, al menos a primera vista, con el principio
de no contradicción es evidente, pero se critica, como dijimos, su amplitud ya que hay
situaciones en donde las afirmaciones no son ni verdaderas ni falsas sino solamente
probables o tienen valor de verdad desconocido.

Principio del Onus Probandi o de Carga de la Prueba:

Según el cual el que hace una afirmación debe dar pruebas de su veracidad (affirmanti
incumbit probatio) o, en otras palabras, no corresponde al que refuta la refutación sino a
quien afirma la demostración. Por ejemplo, si alguien afirma que existe una raza de enanos
invisibles en los bosques debe probar que esta afirmación es cierta y no solicitar a terceras
personas que prueben que es falsa. Si pensamos en este ejemplo nos damos cuenta de que
es imposible demostrar la falsedad de una afirmación infundada ¿cómo demostrar que no
existen seres invisibles si su característica principal es, precisamente, que no se pueden
observar?
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Tiene aplicación especial cuando lo que se afirma es algo extravagante o que choca con lo
que conocemos. Si alguien afirma que sabe bailar salsa probablemente le creamos sin
necesidad de que nos lo demuestre pero si esa misma persona afirma que puede volar
entenderemos que debe dar pruebas fehacientes de que tiene esa capacidad o estamos en
nuestro legítimo derecho al pensar que miente.

El onus probandi es fundamental en Derecho, y nos dice que todo acusado es inocente hasta
que no se demuestre lo contrario: quien afirma que alguien ha cometido un delito debe
probarlo y no solicitar que el acusado pruebe la falsedad de la acusación.

Este principio tiene una validez menos firme que los dos primeros e incluso que el principio
del tercio excluso; es perfectamente posible que alguien haga una afirmación extravagante
que no puede demostrar y que esta afirmación sea verdadera. Aún siendo esto cierto
debemos considerar que sin la aplicación de este principio nos veríamos forzados a pensar
que afirmaciones de desequilibrados como “Yo soy la reencarnación de Napoleón” o “He
visto a la Virgen María mientras me duchaba” son, al menos, posibles. Efectivamente, en
nuestra vida cotidiana no estamos dispuestos a admitir esto como cierto hasta que no se nos
demuestre.

Debido a su carácter más subjetivo que los principios anteriores podemos caer en un
razonamiento falaz si aplicamos este principio de manera excesivamente laxa o
excesivamente rígida.

Se comete una falacia de abuso del onus probandi cuando se dan por falsas todas las
afirmaciones que no se pueden demostrar fehacientemente. Esta falacia se denomina
también argumentum ad ignorantiam. Un ejemplo podría ser el siguiente:

“TÚ DICES QUE ERES MI AMIGO PERO NO TIENES NINGUNA PRUEBA DE


ELLO, LUEGO ES FALSO QUE SEAS MI AMIGO”.

De igual manera se comete una falacia de desprecio del onus probandi cuando no se tiene
en cuenta la aplicación de este principio y se solicita al refutante la demostración y no al
afirmante. Por ejemplo:
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“AÚN NO ME HAS DEMOSTRADO QUE DIOS NO EXISTA, LUEGO DIOS


EXISTE”.

Principio de Economía o Navaja de Occam:

Este principio nos dice que entre dos teorías que expliquen un mismo fenómeno la más
sencilla es verdadera, a menos que se demuestre lo contrario. Este principio se encuentra al
final así que debemos considerar que para que se aplique deben haberse cumplido todos los
demás principios; la explicación más sencilla debe ser racional y estar en coherencia con el
corpus de conocimientos previamente adquiridos, si no es así no es aplicable este principio.

Como en el principio anterior, dado que este principio está abierto a un mayor grado de
subjetividad puede dar lugar a una aplicación incorrecta generando dos modos de
aplicación falaz.

FUNDAMENTOS DE LA ARGUMENTACIÓN JURIDICA

CONCEPTO.- Son estudios Jurídicos filosóficos, que esgrimen las diversas corrientes de
pensamiento respecto al contenido de las premisas argumentativas

COMIENZOS.- En siglo XIX, del estado absolutista:

1. Jueces eran simple aplicadores de la ley interpretaba gramaticalmente.

2. Estado constitucional de Derecho interpretaba literalmente de manera sistemático.

3. Estado social de Derecho: interpretación Funcional y se interpretaba de acuerdo a sus


fines.

4. Los jueces depende de su argumentación para resolver los juicios.

FUNDAMENTOS

Argumentación jurídica es el resultado de afirma que un argumento es lógicamente valido


cuando la decisión se sigue tanto de la norma jurídica como los hechos.

Que la argumentación jurídica se asume como un procedimiento discusión.


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Tarea de justifica las decisiones jurídicas.

Teoría del Derecho ha aumentado considerablemente el interés por la investigación acerca


de la argumentación jurídica.

El argumento jurídico se considera como parte de un dialogo sobre la aceptabilidad de un


punto vista legal.

CASO PRÁCTICO:

Patologías en la motivación (STC 037-2012-PA/TC)

El reglamento de la Ley de Procedimiento de Ejecución Coactiva establece en su artículo 3,


referido a la Función del Ejecutor Coactivo, numeral 3.3 que: solo los Ejecutores Coactivos
debidamente acreditados ante (1) las entidades del Sistema financiero y bancario, (2) la
Policía Nacional del Perú, (3) las diferentes oficinas registrales del territorio nacional y (4)
ante el Banco de la Nación, podrán ordenar embargos o requerir su cumplimiento (…)”
Las instancias inferiores consideran la legalidad de la cobranza coactiva requiere que
necesariamente el ejecutor coactivo se encuentre acreditado en todas las entidades antes
referidas. Tal criterio es impugnado manifestando que tal interpretación es meramente
literal y no resiste un análisis de racionalidad y es más, de aplicarse tal criterio, se estaría
afectando seriamente la función de ejecución coactiva de la administración.
La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia sostiene la tesis de que, para
afirmar la legalidad de una cobranza coactiva, es indispensable que los Ejecutores
Coactivos estén acreditados ante todas las entidades a que se contrae el tantas veces citado
artículo 3.3 del Reglamento de la Ley de Ejecución Coactiva, sin hacer referencia al
cuestionamiento de la irracionalidad invocado por la parte impugnante.
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CONCLUSIONES

 La argumentación desde el punto de vista jurídico, aplicado a la impartición de


justicia, se trata de los Razonamientos y Justificaciones del Juzgador para tomar
sus decisiones en los juicios en particular.
 Los fundamentos de la argumentación son los estudios Jurídicos filosóficos, que
esgrimen las diversas corrientes de pensamiento respecto al contenido de las
premisas argumentativas.
 El principio de contradicción nos dice que no puede ser dos cosas al mismo tiempo.
 El principio de deducción nos dice que hay una relación de causa y efecto.
 El argumento jurídico se considera como parte de un dialogo sobre la aceptabilidad
de un punto vista legal.
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BIBLIOGRAFIAS

 https://www.google.com.pe/search?q=fundamentos+de+la+argumentacion+juridica
PREZI&oq
 https://prezi.com/feazqeyayy3i/fundamentos-de-la-argumentacion-juridica/
 http://biblioteca.ucm.es/tesis/19972000/S/0/S0041101.pdf
 https://www.uexternado.edu.co/wp-content/uploads/2017/03/10.-Principios-de-
argumentaci%C3%B3n..pdf
 https://www.derecho.unam.mx/investigacion/publicaciones/cuadernos/Argumentaci
onJuridica-1.pdf
 http://sistemas.amag.edu.pe/publicaciones/teoria_del_derecho/sem_razo_juri_redac
_resol/43-73.pdf
 http://www.miguelcarbonell.com/docencia/La_importancia_de_la_argumentaci_n_j
ur_dica.shtml
 https://www.researchgate.net/publication/42607351_Feteris_Eveline_T_Fundament
os_de_argumentacion_juridica_Revision_de_las_teorias_sobre_la_justificacion_de
_las_decisiones_judiciales_Trad_de_Alberto_Supelano_Bogota_Universidad_Exter
nado_de_Colombia_20

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