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1
PRIMERA UNIDAD
las siguientes:
5
forma de objeto o acontecimiento, que influye en el organismo (…)
ESTÍMULO; un cambio en el organismo que se traduce en alguna forma de
comportamiento observable (…) RESPUESTA ó CONDUCTA; y un nuevo
cambio en el medio en forma de objeto o acontecimiento, efecto de dicha
conducta (…) CONSECUENCIA” (11). Lo que esquemáticamente sería:
E R E
6
relaciones de “dependencia y contingencia” diversas que tiene la conducta
con los estímulos consecuencia (Reynolds, 1975) (13).
12
reforzamiento, programas de reforzamiento, etc.; Ribes 1975; Keller y Ribes,
1973; Bijou y Baer,1975; Krunboltz, 1975).
Una vez alcanzada la última fase: repertorio terminal, especificado
previamente durante la primera fase en términos de objetivos conductuales,
se considerará luego una etapa de seguimiento que garantiza el logro del
programa. El repertorio conductual terminal está “definido corno aquella
(11)
conducta final que es meta y objetivo de un programa particular” ,
establecido con previa anterioridad a la utilización de una operación o técnica.
Estos repertorios conductuales pueden ser establecidos ya en términos de
“conductas naturales” o conductas arbitrarias.
Obviamente la metodología implica la observación y registro (medición)
continúo durante todo el desarrollo del programa; así como también debe
medirse la permanencia del cambio, midiendo la conducta durante un periodo
posterior a la terminación del programa, esperándose que el mencionado
cambio se mantenga por los estímulos reforzadores naturales otorgados en
contingencias naturales. El registro y medición de la conducta, se lleva a cabo
“antes”, “durante” y “después” del tratamiento (Buckley y Walker, 1970)(27).
A lo largo de la programacion conductual se tiene que estar aIerta del
listado de reforzadores potenciales, que para un organismo en particular (Io
son) en su ambiente natural.
Es obvio, en consecuencia, que la metodología es siempre la misma:
“las líneas base de la conducta se obtienen en condiciones constantes, se
estudia una por une las variables ambientales que ejercen control y se
cuantifican cuidadosamente los cambios resultantes (…). Se miden por
consiguiente en forma directa las conductas de uno, de dos o más Ss, como
función de acontecimientos especificables y manipulables" (28), Ribes (por
otro lado) afirma que “los criterios de evaluación de los efectos del tratamiento
en general, se han especificado en términos del establecimiento de un
repertorio terminal y el mantenimiento del mismo a lo largo de un período
prolongado después de suspender los procedimientos técnicos. El cambio se
evalúa siempre a través de un registro continuo, versus un registro inicial
tomado antes de la aplicación del tratamiento que constituye la línea base-
control. El procedimiento que se aplica es consecuencia del tipo de repertorio
conductual del S, del propósito inmediato ya sea en términos de aplicación o
13
reducción de dicho repertorio y de las características del medio ambiente
natural en que se desenvuelve el S”(5).
Metodológicamente el A.E.C. ha desarrollado los llamados “métodos
operantes”, estos constituyen recientes incorporaciones a la Psicología
moderna y “proporcionan medios eficaces para investigar las funciones
psicológicas básicas que probablemente compongan las ejecuciones más
complejas de un organismo” (W.K. Honig- 1966) (23).
14
b.- Riguroso control del ambiente experimental.
15
desarrollo de una verdadera tecnología de la conducta humana significa y
(28)
“entraña la posibilidad de réplica de los principios generales” , puesto que
la mayoría de los avances de la tecnología provienen de Io que esencialmente,
es la investigación fundamental (investigación de base). Una tecnología
(como dice José F. de Castro, prolongando a Skinner, en “tecnología de la
enseñanza”, 1970) no es sino “la aplicación sistemática y experimental de los
principios científicos”(30), y la tecnología conductual aplicada ha surgido a
partir de un análisis experimental que rara vez (dice Ulrich, 1974) estuvo
dirigida hacia los problemas humanos y que en pocas ocasiones se interesó
en la conducta humana. Los fundamentos de la tecnología de la conducta.-
agrega- se establecieron en el laboratorio animal. Esta tecnología conductual
aplicada se da tanto en “áreas terapéuticas”, como en “áreas educativas”
(máquina de enseñanza, enseñanza programada y la misma “tecnología de la
educación”) (31).
17
Esquemáticamente la relación entre las dos tecnologías correspondería
a:
E R E
19
SEGUNDA UNIDAD
(36)
Bijou y colaboradores (1968) consideran que toda “metodología
para un estudio de campo descriptivo” usando medidas de frecuencia,
20
requiere en primer lugar el especificar en términos lo más objetivos posibles la
situación integral en la cual se ve a llevar a cabo la investigación. Sobre este
punto se debe enfatizar en las siguientes características:
C. Categorización y Codificación
22
conducta, la intensidad o fuerza (se refiere a la cantidad de energía
necesaria para una conducta). El criterio utilizado para definir cualquier
categoría “varía de acuerdo con la conducta, con el ambiente”(27) y con el
organismo en particular. Sabremos que una categoría está bien definida
cuando se refiere a conductas observables; cuando específica los estímulos
anteriores en términos físicos; cuando al registrar se obtienen una alta
confiabilidad; y finalmente cuando las conductas que queremos registrar son
las únicas que cumplen todos los requisitos especificados anteriormente.
Golpear Go ………………
Jugar Ju ………………
Hablar Ha ………………
D. Confiabilidad
23
que son efectivos, dependen de los procedimientos de mediciones de
medidas confiables”. “Si no se usan procedimientos de medida confiables es
posible que la conducta permanezca estable mientras que el registro de la
conducta cambie (debido a una predisposición en el observador), y viceversa,
es posible que la conducta cambie y los registros permanezcan inalterados”
(32)
(Vance Hall, 1973) . Por tanto los índices de confiabilidad se usan para
proporcionar mayor seguridad y objetividad al registro.
C D Plumilla
A B A B
Ventajas
Desventajas
Ventaja y Desventaja
C. Registros Observacionales
28
relaciones funcionales, por lo que se le llama registro anecdótico tipo “diseño
de contingencias”.
29
conductas en forma de eventos observables, sino también precisar la
frecuencia con que estos ocurren”(27).
Ventajas y Desventajas
30
Modalidades.-
Confiabilidad
N° = Número
< = Menor
> = Mayor
31
Este registro consiste en medir el tiempo que dura una conducta,
es decir durante cuánto tiempo el S emite la conducta. O como dice Bijou y
(36)
colb (1968) “se mide el tiempo que emplea el s en una conducta” . Por
consiguiente, en este registro “la tarea del observador consiste en lo
siguiente: una vez elegida la conducta, estando el observador con el
cronómetro en la mano, se le hace funcionar inmediatamente cuando la
conducta se presente, y se detiene cuando la conducta cese. Este
procedimiento lo repetirá cuantas veces se presente la conducta en
cuestión”(38).
Ventajas
32
estas manera en algunos registros, de acuerdo con la conducta, y en función
de la investigación experimental lo considera importante, se obtendrán datos
de medición totales así como parciales.
Materiales.-
Confiabilidad.-
33
INTERVALO 10”
un minuto Bloque
Leyenda:
1. Tenemos dos bloques de
duración
2. Tenemos doce intervalos de
10”.
3. Cada bloque de 1’.
Ventajas.-
Confiabilidad.-
34
desacuerdos (Ribes I. 1975 Pág.71). El coeficiente resultante se nos da en
términos de porcentaje.
A = Acuerdos
D = Desacuerdos
Vance Hall (1973) refiere que “mientras más se aproximen los
registros a un acuerdo perfecto, más cercanas serán las cifras a cien por
ciento. Noventa por ciento es considerado deseable, pero 80% de acuerdo es
aceptable”(37).
35
Registro
Observación
15” 5”
Un minuto
Ventajas
Confiabilidad.-
A = Acuerdos
D = Desacuerdos
36
VI Registro de Actividades Planeadas (Pla-check)
Tipos
T 1’ 2’ 3’ 4’ 5’ 6’ 7’ 8’
S
1 x x x x x x x x
2 x x x x x x x x
3 x x x x x x x x
4 x x x x x x x x
5 x x x x x x x x
38
Confiabilidad.-
39
TERCERA UNIDAD
40
se emiten las conductas. La Tasa de Respuesta “es, simplemente, el número
de respuestas en una determinada unidad de tiempo” (Skinner, 1938, 1953,
Ferster y Skinner 1957). Es importante señalar que la ocurrencia de una
respuesta, tal como se maneja en esta metodología de Línea Base, “es
relativamente libre”; es decir el experimentador no impone restricciones
acerca de cuándo “debe” ocurrir una respuesta o cuál es el tiempo límite para
alcanzar un criterio arbitrario. La conducta que ocurre bajo estas
circunstancias es conocida como “operante libre”(39). Melvin H. Marx al definir
“operante libre”, como concepto fundamental de la metodología operante de
línea base, considera que “la operante libre es totalmente diferente del
conocido procedimiento de ensayos discretos”. La distinción fundamental está
en la oportunidad que se le da al S para responder repetidas veces en una
misma sesión de entrenamiento. En el entrenamiento de la operante libre, el
S puede responder en cualquier ocasión sin las restricciones que suelen
imponer el procedimiento de ensayos discretos. En la situación experimental
de la operante libre que desarrolló Skinner, se permite una libertad máxima
para la respuesta”(40).
La Línea Base, es un término genérico que incluye tanto al concepto de
tasa de respuesta (que es la que se establece en ese periodo arbitrario de
registro), como al de “operante libre”. “Son normas cuantitativas que permiten
comparar y evaluar los efectos que producen en nuestros programas
conductuales” (11).
Una “Línea Base” puede tomarse “antes”, “durante” o “después” de La
aplicación de la variable experimental (Luis Castro, 1975). Registro de “línea
base” antes (pretratamiento), durante el tratamiento y registros post-
tratamientos o seguimiento (Buckley y Walker, 1971).
La “línea base” antes y después de la “terapéutica”, “se le considera
como línea base observacional” ya que el experimentador no interviene en
absoluto para determinar la forma que ésta adquiere. La “línea base” que
ocurre como producto de un tratamiento es considerada como manipulativa,
ya que en este caso el experimentador manipula ciertas variables, a fin de
producir cambios notables en la línea base" (39)
41
Al registro de línea base antes de cualquier manejo de la variable
experimental (antes del “tratamiento”) se le conoce también como “Línea Base
Control” o “Línea Base del nivel Operante”.
El nivel operante, "es la fuerza de una respuesta antes de su
(18)
condicionamiento” (Luis Campos, 1973) . Es el nivel de frecuencia de
emisión de una conducta antes de cualquier intervención, o, antes de ser
sometida a alguna consecuencia especial (Ferster y Perrot, 1975; Ch.
Catania,1974; Millenson, 1974).
Los registros u observaciones del nivel operante, sirven como
fundamento para comparar los efectos de proporcionar consecuencias
especiales a determinadas conductas. Por ello se le conoce coma
observaciones de Línea Base Control o de comparación.
En suma, dentro del Analisis Conductual Aplicado el primer paso es
obtener un registro del nivel operante de una conducta. Registro de Línea
Base pre-experimental. Debe establecerse el nivel de ocurrencia de la
conducta antes de intentar modificarla, para poder decir (luego del
ordenamiento experimental) si los procedimientos de modificación de
conducta están afectando la fuerza de la conducta bajo estudio (Vance Hall,
1973).
La línea base es siempre representada gráficamente, para permitir su
análisis, facilitado por su presentación visual. Los gráficos pueden
estructurarse en base a “polígonos” o en base a “barras”, de acuerdo a las
conveniencias del estudio. Los datos conductuales siempre son desplegados
en papel milimétrico convencional en formato standart. El eje vertical (La
ordenada) se usa para identificar el nivel de la conducta y el eje horizontal.
(abcisa) indica la dimensión temporal. Cuando el registro de línea base
muestra un aumento se conoce como línea base ascendente. Cuando la
frecuencia de conducta observa un decremento se llama línea base
descendente. Cuando el registro de línea base no varía o permanece en la
misma tasa o similares, se dice que es una línea base estable.
El “período arbitrario” de la línea base, es arbitrario en cuanto a la
longitud, tiempo o sesiones de observación. No dependen del observador,
sino del propio organismo, en la medida que sus conductas observadas se
estabilicen. La “longitud -afirma Vance Hall- de la fase de Línea base de un
42
programa de modificación de conducta está determinada por su estabilidad”.
Por Io anterior se considera como una metodología en la cual el “sujeto sirve
como su propio control” (Vance Hall, 1973; Luis Castro,1975; Sidman,1973).
Emilio Ribes Iñesta, añade al respecto, que tanto la duración del periodo de
registro dentro de una sesión y la duración del registro de línea base (control)
estará sujeto al tipo de conducta que se registre (si es o no peligrosa para el S
u otros), a las condiciones en las que se registra (bajo condiciones naturales o
controladas). También es importante tener presente la “tendencia de la línea
base” al dar por terminado el periodo de registro de línea base control, para
no confundir los efectos de la intervención con esa “tendencia de la línea
base”. Por ello es siempre preferible (como regla) cortar el registro de línea
base control al estabilizarse la conducta y cuando la tendencia está en
dirección opuesta a los efectos de la técnica a utilizar. Si se trata de eliminar o
disminuir una conducta, la “tendencia de línea base” debe apuntar hacia el
incremento (hacia una mayor tasa, hacia una mayor pendiente). Si el manejo
experimental busca incrementar conductas, la tendencia de Línea Base debe
indicar una disminución (a menor tasa, a menor pendiente).
La graficación de los datos de línea base implica el reconocimiento de
algunas apreciaciones técnicas, como, el unir entre ellas los puntos
indicativos de niveles de frecuencia dentro de la misma fase, no así las
correspondientes a dos fases diferentes. Estas últimas jamás se unen, al igual
que los puntos indicativos de niveles de frecuencia de la fase de seguimiento,
que tampoco deben ser unidas por líneas (Procoro Millan).
43
oscurezca o bien los datos que con ella obtengamos o bien la interpretación
de los mismos"(1).
Sidman considera tres características principales, que debe cumplir toda
línea base:
A. ESTABILIDAD
Una línea base para ser útil, debe ser estable. “La conducta del S debe
alcanzar un estado fijo a fin de poderse utilizar como nivel de comparación”
(Luis Castro, 1975) (39).
Un “estado estable”, como característica a ser alcanzada por una línea
base “es aquel estado en el cual las características de una conducta no
cambian durante largos periodos de tiempo"(44). Esta definición (estado
estable) implica la aplicación a la conducta de algún criterio: ya el tiempo que
debe mantenerse una conducta, o, la magnitud de la variabilidad de la
conducta. Estos dos criterios pueden ser determinados, por un examen visual
de la curva o por complicados análisis matemáticos.
Obviamente, afirma Sidman, “sí, la conducta de línea base es
excesivamente variable, cualquier cambio producido por las operaciones
(técnicas) resultan disfrazadas. En consecuencia se podría llegar a la
conclusión incorrecta”(44). Conseguir un estado de estabilidad de determinada
respuesta es, básicamente, un problema de control de variables. A mayor
control de las variables de las que depende el comportamiento mayor
estabilidad de ella. Luis Campos considera al respecto, “que es necesario
identificar las variables de las cuales una respuesta es una función y,
entonces, proceder a establecer un control sobre ellas, con el fin de producir
precisamente el tipo de comportamiento deseado”(18). Un máximo control
encontramos en las investigaciones experimentales de base o investigación
fundamental. Al trabajar en el Analisis Conductual Aplicado, (ambientes
naturales), en que el control sobre las variables es más laxo deberá
registrarse la línea base durante un periodo controlado hasta que se esté
absolutamente seguro de que la conducta se ha estabilizado, antes de
proceder a aplicar un procedimiento (Luis Campos, 1975; Vance Hall, 1973;
Honig, 1975).
44
La estabilidad mantenida a lo largo de un dilatado periodo de tiempo, a
menudo va a permitir al investigador evaluar su manipulación experimental
mediante la replicación intra-sujeto (Sidman, 1973).
La estimación de la estabilidad de una línea base, puede realizarse por
inspección visual de los gráficos o por procedimientos matemáticos
complejos. Sin embargo, “una forma simple de estimación que puede
obtenerse con las medidas de tendencia central: mediana y media” (Vance
Hall, 1973)(37). La mediana es el puntaje o valor medio; se encuentra,
ordenando por rangos los puntajes de menor a mayor, para luego ubicar el
número medio. Dicho número se llevará al gráfico y se consignará con una
línea punteada horizontal. La media o promedio aritmético, se obtiene
sumando el número de respuestas y dividido ese total por el número de
observaciones.
B. SENSIBILIDAD
45
esperados, o a la inversa. Apreciaciones erróneas, debido a la insensibilidad
de la línea base.
46
La línea base simple observacional o de “control”, “nos servirá
como parámetro para evaluar el efecto producido por alguna manifestación
experimental posterior. La secuencia de presentación de la variable
experimental, es la que forma la lógica del diseño experimental particular”(38).
Las técnicas de control que permiten asegurarse de que los
cambios observados entre la “línea base control” y el registro obtenido
después de la aplicación del programa, se deben efectivamente a los factores
manipulados, son fundamentalmente de tres clases:
I.1 REVERSION.-
48
El reforzamiento diferencial do otras conductas (RDO) consistirá
en “la acción de reforzar una conducta dejando de reforzar la otra”(18). Es decir
el reforzar diferencialmente una conducta en relación a otra que deja de
reforzarse.
52
fase, consiste en la introducción de la variable experimental para el S meta,
mientras que el S (s) adyacente pertenece bajo condiciones de línea base
control. La tercera fase, incluye la introducción de la variable experimental
para el S adyacente. Este procedimiento se repite secuencialmente para
todos los Ss que forman la población”(38).
Entre otras, la desventaja que acarrea este tipo de línea base, es
que al introducir la variable experimental para el S meta afecta directamente
aI S adyacente, porque el S meta desarrolle propiedades discriminativas para
el S adyacente (Kazdin, 1972).
53
d.- Cuando deseamos explorar todas las situaciones que se desprenden de
los diferentes tipos de línea base múltiples que se han descrito (Ribes I.
1975).
La línea base múltiple, como “diseño experimental” (que lleva su propio
nombre) tiene la ventaja que en “ella se puede demostrar la relación causal
entre las variables dependientes y las variables independientes, en forma tan
convincente corno mediante el diseño reversible, Se puede estudiar varias
respuestas simultáneas, y, siempre queda la posibilidad de utilizar un diseño
de línea base múltiple y también hacer reversiones (Luis Castro, 1975).
Sidman (1973) considera que “el valor de la línea base de elementos múltiples
no consiste tanto en su comodidad, como en el grado de control experimental
que proporciona sobre fuentes de variabilidad normalmente difíciles de
manejar”(41).
54
conductas registradas, sin necesidad de diseñar programas específicos
para cada una de ellas.
55
CUARTA UNIDAD
1. CONDUCTA OPERANTE
Las diversas formas de actividad comportamental de los organismos
humanos o no, pueden quedar comprendidas dentro de la doble clasificación
Skinneriana: conducta respondiente y conducta operante (Skinner 1937).
Ambas conductas implican relaciones particulares con el medio ambiente, y,
obedecen a principios y leyes específicas.
56
estímulo incondicionado específico que sé presente. Mientras que la
ejecucion operante puede tomar cualquier forma, pues “su topografía está
determinada en gran medida por la elección que el experimentador haga de
que conducta operante llevará el reforzador”(13).
57
incluye “que la característica importante de la conducta operante es que
puede ser diferenciada en forma y estructura temporal a través de los eventos
(43)
consecuencias” Vale decir que las conductas operantes son mantenidas
por las consecuencias-estímulos-eventos.
Las operantes pueden producir consecuencias en las siguientes formas:
a) Su emisión puede causar ciertos eventos-estímulos y como resultado de
ello la operante aumenta en frecuencia. A estos estímulos consecuencia
se les llama: “Reforzadores Positivos” (Holland y Skinner, 1975 Pág. 71-
75; Skinner 1971 Pág. 92-93).
b) Su emisión puede eliminar, evitar o terminar algún evento-estímulo y
como consecuencia de ello la operante aumenta en frecuencia. A estos
estímulos se les llama: “Reforzadores Negativos” (Ferster y Perrot, 1975
Pág. 181-190; Reynolds, 1973 Pág.12-15).
c) Su emisión puede producir reforzadores negativos como consecuencia.
La probabilidad futura de emisión disminuirá.
d) Su emisión puede producir, eliminar o evitar reforzadores positivos.
3. REFORZADOR
4. REFORZADORES POSITIVOS
58
Son eventos-estímulos cuya presentación incrementa la probabilidad
de emisión de la respuesta. El término alude a que existe una operación que
implica adición, es decir se añade algo a la situación, se presenta al
organismo algún estímulo (consecuencia) por cierta emisión (Bijou y Baer,
1969 Pág. 55; Reynolds, 1973 Pág. 12) o como asume W.H.Morse
“operacionalmente se define un evento como un reforzador positivo si la
frecuencia de las respuestas de una clase dada (operante) aumenta cuando
la presentación del evento se hace contingente a una respuesta de esa
clase”.
5. REFORZADORES NEGATIVOS
Son aquellos eventos – estímulos cuya eliminación o evitación,
incrementan la probabilidad de la respuesta, que al emitirse la eliminan o
suprimen (Skinner). O como afirma Reynolds (1973) "si la desaparición de un
estímulo como consecuencia de una respuesta, resulta en que la respuesta
ocurre en el futuro con mayor probabilidad, el estímulo recibe el nombre de
reforzador negativo”. Es decir se está dando dentro de una operación de
sustracción (Skinner, 1971 Pág. 93; Bíjou y Baer, 1969 Pág.55).
6. REFORZADORES CONDICIONADOS
59
Aquellas cuyas propiedades reforzantes no son adquiridas. Estas pueden ser
funcionalmente ya como reforzadores positivos o como reforzadores
negativos, de acuerdo aI proceso conductual que generen.
7. REFORZADORES GENERALIZADOS
60
situaciones particulares. Los refuerzos generalizados son efectivos aún en el
caso de que los refuerzos primarios en que se basaron no lo acompañan ya.
61
como toda técnica tiene su propio “paradigma conductual”. Configuran el
lenguaje técnico de una disciplina.
62
Estos principios del Analisis Experimental de la Conducta constituyen la
base experimental del Análisis Conductual Aplicado (A.C.A.) dentro del cual
podemos clasificar las diversas técnicas de cambio conductual como sigue:
1. REFORZAMIENTO POSITIVO
64
Como “operación”, el reforzamiento positivo -es una técnica o
procedimiento consistente en “presentar a continuación de cada emisión de la
operante elegida, el reforzador positivo (Millenson, 1974). Es decir, es
administrar una consecuencia tan pronto se emita una conducta determinada
(Ribes I.1975). Es la presentación contingente de un reforzador positivo sobre
una operante, o, como afirma Skinner “hacemos contingente una
consecuencia dada ante ciertas propiedades físicas de la conducta” (Skinner,
1971).
65
tiempo y se pierde lentamente"(43). Bajo condiciones óptimas el aumento en la
frecuencia puede demostrarse con un sólo reforzamiento (Skinnerr1938).
66
proceso, pero parece ser que ocurre tan instantáneamente como el cambio en
la tasa absoluta.
En otros términos, “se modifica la forma exacta, la fuerza y duración de
varias respuestas sucesivas” (Reynolds, 1973).
68
adultos. En 1962, Ferster y De Myer fueron los primeros en aplicar el “sistema
de fichas” en niños autistas. Ellos demostraron la adquisición de ejecuciones
operantes simples y complejas. Birnbauer, Bijou y Kidder (1956a); y,
Birnbauer y Colb.(1956b), describen también el sistema de fichas aplicadas a
problemas en la instrucción escolar de niños retardados. Wolf, Giles y Hall
(1968) aplicaron reforzamiento de fichas a clases especiales de niños de 5° y
6° grado que eran de logros bajos y provenían de re giones pobres de una
gran ciudad. Los trabajos de sistemas de fichas en Ss psicóticos
institucionalizados realizados por Ayllón (1963, 1965), Ayllón y Azrin (1968)
son de vital importancia
2. REFORZAMIENTO NEGATIVO
Estímulo Aversivo.-
70
• Frio, mediante chorros de aire (Weiss y Laties,1961)
• Golpes dados por la palanca (Skinner, 1938)
• Luz de alta intensidad (Kaplan y Colb. 1965)
• Ruidos y sonidos fuertes (Azrin, 1958)
• Tiempo fuera de reforzamiento positivo (Morse y Hernstein, 1956).
71
El “Resultado” o producto final, es el alcanzar tasas
constantes de emisión de Ia respuesta que suprime el estímulo aversivo
(reforzador negativo).
Conducta de Escape
72
discriminación entre la presentación del estímulo aversivo y Ia ausencia de
éste. Por lo tanto el estímulo aversivo mismo, será un estímulo discriminativo
en cuya presencia una respuesta será reforzada con la terminación de ese
estímulo.
73
cambios en la dirección propuesta como objetivo. Tal implica una forma de
aplicación altamente utilizada. Sin embargo ejemplos de “riguroso control
experimental” son escasos, debido a la preferencia natural por la utilización de
las técnicas de reforzamiento positivo y otras.
Gelber y Meyer (1965) proporcionan ejemplos
ilustrativos al “desarrollar adecuados adiestramientos en el uso del baño en
un niño institucionalizado simplemente permitiéndole salir del pabellón cuando
defecaba en el baño o cuando, al revisar al azar su pabellón estaba limpio.
Lovaas, Shaefer y Simmons (1965) quienes
introduciendo reforzadores negativos nuevos al ambiente y eliminándolos de
modo contingente según la conducta social de dos niños autistas, produjeron
cambios muy rápidos en esta característica, situando al niño descalzo, sobre
un piso que el experimentador podía electrificar a conveniencia.
Risley (1968), desarrollo el lenguaje inicial de una
niña autista implementando primero un programa tendiente a suprimir las
tasas sumamente elevadas de subirse a los muebles y dinteles de puertas,
anaqueles, etc.
Sylvester y Liversedg (1960) informan del
tratamiento de 39 casos de calambre del escribiente y del mecanógrafo,
utilizando ingeniosos métodos que incluían castigo positivo a la conducta de
temblores y espasmos y reforzamiento negativo al evitar el choque eléctrico.
Feldman y Mac Culloch (1965), trabajaban en el
tratamiento de casos de homosexualidad y transvestismo.
3. PROGRAMAS DE REFORZAMIENTO
74
le sigue contingentemente el reforzador y el efecto general y simple es el
incremento en la tasa de emisión. Este paradigma puede llevarlo a cabo tanto
el científico conductual, como los padres, maestros, amigos o la propia
naturaleza. Ellas se dan, ocurren dentro de cualquier interrelación social o
natural. Dado que el efecto de un solo reforzamiento es intensificar la
conducta subsecuente, resulta natural que una serie de reforzamientos
también intensifiquen la conducta subsecuente. Esta serie de contingencias
de reforzamiento organizados (programados) bajo ciertos criterios, se les
conoce como programas de reforzamiento.
Los efectos de los programas de reforzamiento no sólo han sido
estudiados y determinados en relación a la tasa de respuesta (aunque ésta
dimensión es Ia más conocida) sino también en relación a otras dimensiones
que no sea la probabilidad de ocurrencia, tales como:
a) Programas de reforzamiento y fuerza de la respuesta
(Skinner,1938),
b) Programas de reforzamiento y estereotipia de respuesta
(Antonitis, 1951; Herrintein, 1961b),
c) Programas de reforzamiento y duración de respuesta
(Skinner, 1938),
d) Programas de reforzamiento y topografía de Ia conducta
(Hefferline y Keepnan, 1963; Notterman y Mintz, 1962;
Skinner y Morse,1958),
e) Programas de reforzamiento y ampliación y variación de la
respuesta (Lane y Shinkman,1963).
76
Existen una diversidad de programas de reforzamiento,
que van de los más simples a los más complejos. Dentro de los programas
básicos de reforzamiento se puede considerar:
77
resistencia a la extinción de una respuesta”(10). Lo que es igual, las
conductas adquiridas por reforzamiento intermitente son más difíciles de
ser extinguidas que las adquiridas por reforzamiento continuo.
78
W.H Morse, resumiendo establece que “en un Programa de razón, una
respuesta es reforzada después de Ia emisión de cierto número de
respuestas designadas a partir de la última respuesta reforzada o algún otro
evento especial. El número requerido puede ser fijo o variable dando lugar al
reforzamiento de Razón Fija (RF) y el de Razón Variable (RV). En un
programa de intervalo una respuesta es reforzada después de un período
designado a partir de algún evento (comúnmente el último reforzamiento). En
el reforzamiento de Intervalo Fijo (IF) el tiempo entre el inicio del intervalo y la
disponibilidad del refuerzo es fijo, y la siguiente respuesta después de la
terminación del período es reforzada. El reforzamiento de Intervalo Variable
(IV) es semejante, excepto que los periodos designados son de duración
variable” (43).
79
En relación a la ejecución, en general, los programas de
razón producen frecuencias de respuesta más altas en tiempo. Los
programas de razón controlan mayor cantidad de respuestas que los
programas de intervalos. Y dentro de los programas de razón, los de razón
variable, producen mayores ejecuciones que los de tipo fijo (Ribes I.!976). Por
otro lado una segunda ventaja de los programas de razón sobre los de
intervalo consiste en que producen formas más constantes de respuesta, es
decir, el S tiende a responder siempre a la misma velocidad (Ribes, 1975).
81
la tasa de respuesta constante y elevada de un programa de RF, dependerá
de los mismos factores responsables de Ia ejecución RV reforzamiento de
TERs relativamente cortos, dependencia entre la tasa de respuesta y la tasa
de reforzamiento, además puede incluirse para esta última el “número
constante de respuestas requeridas para el reforzamiento- (Hilgard y Marquis,
1969; Reynolds, 1973; Honig, 1975).
83
operantes nuevas, ya que esos procedimientos sirven para modificar la
frecuencia y la topografía de la respuesta” (13).
84
este juego de reforzar las conductas que se semejan más y más a la
conducta terminal y se extingue (no se refuerza) las conductas
anteriores, incluyéndola inmediatamente anterior, De tal, suerte que a
lo largo del moldeamiento, se van reforzando las “aproximaciones
sucesivas” a la conducta terminal, a través del “reforzamiento
diferencial” (Skinner, 1975; Vance HaIl, 1973; Reynolds, 1973).
85
La solución práctica que se da aI problema de
proporcionar el reforzamiento inmediato, consiste en emplear un estímulo
discriminativo como reforzador condicionado (Reynolds, 1973; Pierrel y
Sherman, 1972).
Una siguiente consideración, apunta a que Ias
aproximaciones sucesivas a la conducta final, deben ser reforzadas
adecuadamente, Si una aproximación se refuerza demasiado tiempo, puede
que se genere una “saciedad del estímulo reforzador”, o que la aproximación
quede tan estabilizada que sea luego difícil de dar el paso final (Liberman,
1971). Por otro lado, el procedimiento no puede ser demasiado lento, ni
demasiado rápido. En este último caso se puede generar una dificultad,
respecto a Ia facilidad en la extinción de la o las conductas ya moldeadas.
86
e.- Cuando el S se encuentra sometido a otros programas que le permiten
también adquirir al mismo reforzador (condicionados) debe suspenderse
o disminuirse los reforzadores para otras conductas (Ayllón y Azrin,
1974.
f.- Siempre se debe tener presente los demás principios del A.C.A.
g.- Generalmente, el moldeamiento ha sido utilizado no en su metodología
pura, sino en una de sus variaciones: Instigación-Moldeamiento. En este,
el procedimiento es idéntico, solo diferenciándose únicamente en el
“investigador”. La instigación (promting) es una técnica suplementaria
que utiliza instigadores (Campos L. 1974). Los instigadores son
estímulos que permiten Ia ocurrencia de una respuesta cuya
probabilidad es baja, no obstante, estar presentes las variables que
ordinariamente controlan su ocurrencia (Skinner, 1957). Los diversos
estudios en modificación de conducta usando el moldeamiento; han sido
acompañados de instigación, ya que esto posibilita un mayor avance en
el procedimiento (Ayllón y Azrin, 1974); dado que describen
detalladamente la respuesta esperada y posibilitan su emisión, así como
permiten especificar los reforzadores que siguen a Ia respuesta. “Los
resultados indican -afirma Ayllón y Azrin- que el procedimiento
instigación-moldeamiento es un método eficaz para establecer cadenas
de respuestas largas y complejas que en ausencia de un instigador” (46).
1. Extinción Operante
Toda conducta operante guarda “relaciones funcionales”
con sus consecuencias. Cuando ésta última es un reforzador (positivo o
negativo), el comportamiento se hace más frecuente en el futuro. La extinción
88
va aludir a la interrupción o ruptura de estas relaciones funcionales
(Millenson,1974).
El paradigma de la extinción comprende en su
“presupuesto” la existencia de una respuesta operante anteriormente
reforzada. De una respuesta condicionada. Respuesta con cierta tasa de
emisión. Por otro lado, de un reforzador que esté manteniendo dichas
emisiones.
Es de importancia capital al aplicar la extinción operante
para modificar comportamientos, el “lentificar el reforzador que mantiene la
(11)
conducta, pues de otra manera es imposible utilizar el procedimiento” .
Cuando realizamos un A.C.A. en ambientes naturales, la identificación de
reforzadores es un problema de entrenamiento. Para lograr identificarlos es
necesario observar muy cuidadosamente lo que sucede inmediatamente
después de emitida Ia respuesta. Los sistemas de observación y registros
anecdóticos, especialmente el de la triple relación de contingencia, son útiles
e indispensables para el objetivo particular. Un registro minucioso de las
consecuencias durante varios días, puede darnos un índice adecuado para
ubicar reforzadores (Ribes I. 1974). Lo más importante y fundamental, no es
sin embargo, identificarlos sino demostrarlos. Probar sus reales “relaciones
funcionales”, presentándolo o suprimiéndolo y observando el efecto
conductual. La extinción en cuanto procedimiento u operación, consiste en
“retirar el reforzador a la operante” (Millenson, 1974). “Es un procedimiento en
el cual una operante que ha sido reforzada en el pasado, deja de ser
reforzada en un momento determinado” (13). Este procedimiento -afirma Ribes
Iñesta consiste en suspender Ia entrega del reforzador, es decir, suprimir las
consecuencias que siguen a determinada conducta. Buckley y Walker, al
enfatizan que es una técnica de disminución de conducta, considera que “es
un procedimiento a través del cual se elimina el reforzador que previamente
había sido contingente a la conducta” (27). Es decir, “el ambiente suspende el
reforzador que el organismo venía recibiendo por responder” (47). En suma, al
considerar la extinción nos estamos refiriendo a conductas que previa historia
de reforzamiento, están siendo mantenidas por sus reforzadores particulares.
Están guardando relaciones funcionales estrechas, al querer eliminarlas por
extinción, simplemente alterarnos tal relación. De tal forma que aI emitir la
89
conducta el S no encuentra la contingencia reforzante (reforzador) que venía
recibiendo, simplemente se omite el reforzador a Ia aparición de la respuesta.
No se despoja de un reforzador (Krumboltz y Krumboltz, 1972).
Esta suspensión del reforzador va a generar diversos
aspectos o procesos conductuales: en primer lugar, va a modificar la tasa de
respuesta, consistente en la declinación de ella (Millenson, 1974). Va a
generar una disminución gradual en Ia frecuencia de la respuesta (Reynolds,
1973). Este el proceso mejor documentado y estudiado. Esta disminución
gradual en la frecuencia de la respuesta, aparece como “fluctuaciones tipo
ondas”, sobre impuestas a una “aceleración negativa”. La curva de extinción
en consecuencia, es muy irregular y contiene muchos periodos de elevada
actividad mezcladas con otras de baja actividad (Millenson, 1974; Keller y
Shoenfeld, 1975). La característica importante, que se da en los períodos
iniciales de no reforzamiento (procedimiento de extinción) es el incremento
temporal en la tasa que sobreviene antes de comenzar a declinar y
extinguirse la conducta. “Al principio de la extinción se produce un aumento
transitorio en la conducta que disminuye luego rápidamente; es aconsejable
entonces no cambiar de procedimiento en forma inmediata, pues tal efecto es
de esperarse por características propias de la extinción” (11) (Ribes I.; Sulter,
Mayer y Cody, 1968).
91
a.- El programa de reforzamiento con el cual se mantuvo previamente la
conducta. Es decir el programa bajo el cual se adquirió la conducta a
extinguirse (Reynolds, 1973; Millenson, l974).
b.- La magnitud del reforzador y el número de reforzamiento recibidos antes
de la extinción (Keller y Shoenfeld, 1975; Millenson,1974; Zeaman,
1949; Pirin, 1942; Hearst, 1961).
c.- El número de extinciones previas que haya tenido el organismo
(Reynolds, 1973).
d.- El grado de “motivación” presentes durante la extinción y el
condicionamiento (Keller y Shoenfeld, 1975; Strasburger, 1950; Pirin,
1942).
1.2 Recuperación Espontánea.
92
tienen presentes todos los principios del Analisis Conductual Aplicado
(Blackham y Silberman,1973).
b) El “principio de extinción” es excluyente,
en su utilización, del principio de saciedad. Bajo ninguna circunstancia, debe
emplearse ambos principios en forma alternada (Krumboltz y Krumboltz,
1972).
c) Hay que tener siempre presente el
programa de reforzamiento bajo el cual se adquirió la conducta (en ambientes
naturales es siempre intermitente) y el reforzador que generó la adquisición.
Pues, de ellos depende la mayor o menor facilidad para la extinción.
Conductas adquiridas por reforzadores positivos son más fácilmente extingir,
que las adquiridas por reforzadores negativos, que son más resistentes a la
extinción (Kohen, 1969; Blackham y Silberman; 1973).
d) La extinción, de aplicarse, debe ser
continua a las conductas que deseamos suprimir (Ribes, I. 1976). Dado que
es recomendable y eficaz cuando se puede controlar todos los factores o
ambientes de refuerzo (Krumboltz y Krumboltz, 1972). Pues de éste modo, la
extinción tendrá efectos duraderos e incluso permanentes, por su sola
suspensión indefinida del reforzador.
e) La operación de extinción se está
presentando continuamente en cada momento de interacción del S con su
medio, es por ello que se aplica a una diversidad de conductas, tanto
“conductas deseables”, como para “conductas indeseables"(Buckley y Walker,
1971).
f) Por otro lado la operación de extinción es
recomendable de ser usada cuando la conducta que se desea debilitar es
“relativamente inocua en sí misma”, es decir para aquellas conductas
“indeseables” que “resulten molestas” pero no particularmente dañinas para el
S (Krumboltz y Krumboltz, 1972).
Es sumamente importante que aI organizar
el medio ambiente la operación implique explícitamente una extinción y no
costo de respuesta (no se despoja del estímulo reforzador, sino se omite el
reforzador, simplemente). De igual modo la identificación del reforzador que
guarda relaciones con la conducta, es importante ser determinada.
93
1.4 Extinción.- Aplicaciones.
C.D. Williams, reporta uno de los primeros trabajos
clásicos de cambios de comportamientos por extinción.
Williams (1959) eliminó conductas de “rabietas” y
“berrinches” en un niño de 22 meses de edad, que estuvo seriamente enfermo
gran parte de los primeros 18 meses de vida. Después de ello su salud
mejoró considerablemente y ganó peso y vigor.
Harris, Wolf y Baer (1964) mostraron la eficacia del
procedimiento de extinción al modificar la conducta de niños de 3 y 4 años.
Las conductas sometidas a estudio fueron: llanto exagerado, pasividad,
aislamiento en el juego.
Hart, Allen, BueII, Harris y Wolf (1964) realizaron estudios
en los que la extinción fue la técnica central en relación a tasas de llanto
excesivo en dos niños de edad pre escolar.
Lovaas (1967), y Sailor, Guess, Rutherford y Baer (1968)
estudiaron ciertas conductas “indeseables - como rabietas y auto
destrucciones - como función operante de escapar a las demandas crecientes
que se le hacen al niño, aI trabajar (los segundos) con una niña retardada
bajo irritación vocal.
Zimmerman y Zimmerman (1966), llevaron a cabo
estudios del método de extinción de un niño de 11 años, trabajando con
conductas de hacer “berrinches". Los diversos trabajos de Ayllón y de Azrin
(1963 y 1968) con Ss psicóticos tienen presente el principio de extinción como
técnica adicional.
2. El Castigo
Una de las técnicas de control más comúnmente
utilizada en el mundo moderno, para hacer decrecer la frecuencia de una
conducta: es el castigo. Sin embargo “existen diversas concepciones
proporcionadas por el sentido común acerca de lo que es el castigo, casi
siempre en términos de efectos que se suponen desagradables o dolorosos
para el S que los recibe"(11). El castigo tiene muchas connotaciones cargadas
de sentido ético, moral y cultural, dentro del lenguaje del profano.
Actualmente, la opinión pública parece estar en contra del uso del castigo sin
94
embargo es la más utilizada asistemáticamente, en la educación, gobierno,
religión y en Ia delincuencia, etc. con la intención de reducir las tendencias a
comportarse de forma determinada (Skinner, 1971). Se han planteado
múltiples preguntas alrededor del castigo ¿Debe emplearse el castigo, es
efectivo el castigo, es necesario su utilización, por los efectos secundarios
que genera? etc. EI neutralismo científico -afirman Azrin y Holz “exige que no
formulemos ningún juicio, sino hasta que la evidencia experimental sea
(51)
completamente definitiva” y así mismo, “busquemos una definición
(25)
funcional que relacione la conducta con el estímulo aversivo” y no la
establezcamos en términos de “estados desagradables subjetivos”
(Thorndike, 1911), ni como “una variable de pulsión” (Dollard y Miller, 1950).
Dentro de las técnicas de modificación de conducta
disponibles en la actualidad en el A.C.A., el castigo es la técnica quizá menos
utilizada de todas las existentes. Las razones de esto son múltiples, sin
embargo, en años recientes se han obtenido una gran cantidad de datos
experimentales sobre la forma de aplicación y efectividad del castigo (Ribes y
Colb, 1970). Estudios experimentales con anímales y humanos: Muenzinger
(1934 y 1948), Mowrer (1947), Thorndike (1911), Skinner (1953), Salomón
(1964), Estén (1944); Masserman (1943), Ardilla (1967b), Deese (1966), Azrin
y Holtz (1966) Church (1969), Rachlin y Herrntein (1969), dan cierto asidero
para hacer algunas consideraciones sobre él.
Al igual que el reforzamiento, el castigo puede ser:
positivo y negativo, Hablamos de Castigo Positivo cuando aplicamos
contingentemente a la emisión de una respuesta un estímulo aversivo.
Hablamos de Castigo Negativo o Costo de respuesta, cuando a Ia emisión de
una respuesta sigue contingentemente Ia pérdida de un reforzador positivo.
En ambos casos se produce la reducción en la probabilidad de ocurrencia,
futura de la respuesta (Skinner, 1953; L.H.Ramírez, 1974; Blackham y
Silberman, 1973; Campos L. 1974; Catania, Ch. 1974).
95
una conducta emitida con tasa superior a cero. Segundo, un estímulo evento
aversivo, llamado también “reforzador negativo” (Skinner 1953),
estímulo”punitivo” (Azrin y Holtz, 1966. En Honig Pág. 459), “estímulo
castigante” o “castigador” (Hake y Azrin, 1965). Pero, ¿Cómo identificar un
“estímulo punitivo”?. En “general podemos suponer que los estímulos muy
intensos que causan daño, dolor o algún tipo de molestias, pueden ser
utilizados como estímulos punitivos, pero de ninguna manera esto constituye
una regla. Los estímulos punitivos, varían de S a S y según todas las demás
condiciones presentes, por lo que hay que identificarlos en la práctica misma,
o mediante la observación cuidadosa de aquellas situaciones
correspondientes al ambiente natural del S que parecen funcionar como tales”
(11)
. “El estímulo punitivo no depende solo de Ia intensidad, de Ia molestia o
dolor que pueda causar, sino de algo más sutil, de Ia relación que guarda con
la respuesta. El estímulo punitivo en sí, no es nada; lo que le hace punitivo es
la relación funcional que se establece entre él y una respuesta”(47). Entre la
respuesta y el estímulo punitivo siempre hay una relación funcional igual, a Ia
que ocurre entre Ia respuesta y el reforzador positivo. Existe una diversidad
de estímulos punitivos-aversivos incondicionados y condicionados. Lo que es
un estímulo aversivo para un sujeto no puede serlo para otro.
96
relaciones funcionales entre conductas y evento-estímulo. Liberman (7974) al
hacer referencia aI castigo positivo considera que”recibe el nombre de castigo
sólo cuando un determinado estímulo debilita o pone fin a Ia conducta
respecto a la que es contingente”. Ribes I. afirma que el castigo positivo es un
procedimiento mediante el cual aplicamos un estímulo (punitivo), como
consecuencia de una conducta; el efecto que persigue es la supresión de
dicha conducta por reducción de una probabilidad futura”. Como resultado de
la operación del castigo positivo, se extingue la conducta debajo del nivel de
cero: valores inferiores al nivel operante.
97
De la diversa gama de estímulos aversivos, cada una en sí misma y en
su intensidad, afecta en mayor o menor grado en la supresión de la
respuesta (Azrin y Holtz, 1966).
c.- El tiempo que media entre la respuesta y el estímulo punitivo.- Por otro
lado, la “inmediatez en la administración deI estímulo punitivo, también
es determinante en la supresión de las respuestas, fundamentalmente
para generar efectos supresores duraderos (Skinner, 1953). Azrin y
Holtz (1966) concluyen, luego de la revisión controvertida de los
resultados de Estes (1944), Flunt y Brade (1955), Azrin (1956) sobre el
particular, “que la administración debe ser inmediata para lograr un
máximo de efectividad, duradera y a largo plazo”. Sólo en las etapas
iníciales tiene efectos apreciables en la reducción de la “respuesta, el
castigo mediato o demorado.
98
Los estudios de castigo, en programas de razón fija (Azrin y –
Holtz,1966), concluyeron que “mientras mayor sea la proporción de
respuestas castigadas, mayor será la reducción de las respuestas”.
99
en la nueva situación de castigo en base de respuesta emitida en la
experiencia anterior al estímulo punitivo”.
100
a.- La irreversibilidad de la respuesta.- Cuando la estimulación aversiva es
sumamente intensa no hay recuperación de la respuesta. “El castigo
intenso no sólo reduce Ia respuesta aI nivel operante, sino al nivel
absoluto de cero a diferencia del procedimiento de extinción que sólo
genera disminución de la respuesta hasta el nivel operante
incondicionado” (47).
102
Ayllón y Azrin (1966) informan de
estudios en tres Ss psicóticos, con logros óptimos.
Ribes y colaboradores (1970),
informan sobre el uso del castigo en la modificación de la conducta de 4
niños con retardo en el desarrollo.
103
recuperación en la respuesta durante el período de castigo negativo, tan igual
que en castigo positivo. Reese (1966), concluye que la técnica de costo de
respuesta es diferente al procedimiento de extinción, en cuanto en el primero
se niega (quita) el refuerzo dependiente de le ejecución; en la extinción
simplemente la emisión no encuentra el refuerzo que venía recibiendo.
Además -acota Reese- que la disminución de la respuesta es más rápida en
el costo de respuesta que por la técnica de extinción. Ferster (1957) concluyó
en su trabajo experimental (“el retiro de reforzamiento negativo como castigo”)
que la supresión de la respuesta puede ser total (como en el caso del castigo
positivo) o fluctuar a diversos niveles, dependiendo de las variables que la
afectan.
105
a.- Para una mejor comprensión de la efectividad del castigo es necesario
advertirlo en función de las diversas variables de las cuales depende
(intensidad, frecuencia, programes, etc.).
b.- Los efectos indeseables del castigo que merecen atención especial no
son precisamente los de provocar “perturbaciones emocionales crónicas”
que no los genera (Azrin y Holtz, 1966; Ribes y colb, 1970), sino los
efectos de evitación de lugar punitivo, lo que resulta en la terminación de
la relación social. La “agresión provocada” es decir la agresión del S
castigado hacia otro S próximo, incluso a los que no tienen ninguna
relación con la administración del estímulo punitivo, esto provocará
“perturbaciones sociales”. Ambos efectos colaterales, parecen ser los
más indeseables cuando un individuo aplica un castigo a otro, pues el
proceso de socialización debe depender necesariamente de una
interacción continua con otros individuos Azrin y Holtz, 1966).
106
directo e inmediato de contingencias positivas de refuerzo (Ribes y
Colb., 1970).
108
cuando la conducta del S “no es seriamente dañina” (Krumboltz y Krumboltz,
1974).
109
(Azrin, 1960). A intensidades muy altas se producirá una reducción de las
respuestas o que prevalecen aún después de concluido el procedimiento de
castigo positivo, a diferencia de la saciedad, de Ia extinción y del cambio de
estímulos (Holtz y Azrin, 1963). Es obvio que al utilizar la saciedad en
ambientes naturales, la programación de cambio conductual debe considerar
los parámetros de mantenimiento de conducta, para que el efecto buscado
permanezca.
El procedimiento de saciedad al
estímulo como operación demostrada experimentalmente por Ferster y
Skinner en 1957, ha sido también un procedimiento aplicado con fines
“terapéuticos”. Dentro de un A.C.A., toda programación debe tener presente a
todo lo largo del tiempo “el principio de saciedad”. Teodoro Ayllón (1963) lo
utiliza como técnica independiente para lograr el control de una forma de
conducta de atesoramiento de toallas en un S hospitalizado (9 años), de 47
años de edad, diagnosticado con "esquizofrenia crónica”. El reforzador
positivo administrado en exceso fueron las toallas. Se llegó a administrar 625
toallas, luego de lo cual la conducta de sustraerlas y atesorarlas disminuyó
progresivamente.
110
comportamientos dentro de un A.C.A. El tiempo-fuera se ha utilizado
ampliamente como medida disciplinaria por parte de los Psicólogos (Baer,
1962; Wolf, Risley y Mees, 1964) y su uso se ha generalizado debido no sólo
a Ia eficacia relativa, sino también a su practicidad (Barreda-Rendón, 1964),
sin tenerse muy en cuenta los parámetros metodológicos y la presencia obvia
de variables fuertemente contaminantes, que no han permitido (al menos en
los primeros trabajos) hacer una verdadera, “tecnología del tiempo-fuera”.
Recientemente han aparecido en Ia literatura especializada esfuerzos
sistemáticos, que proporciona una inspección más detallada y menos
simplista del tiempo-fuera (Bartón, Guess, García y Baer, 1970, Burchard y
Barreda, 1970, 1972, Barreda 1971).
El tiempo-fuera de reforzamiento es
un procedimiento de gran utilidad cuando aún conociendo el reforzador que
mantiene la conducta, no podemos suspender su administración (Ribes,
1976). EI tiempo-fuera en su concepción alude a un “retiro de las
oportunidades que tiene el S de recibir refuerzo, implica claramente la
necesidad de señalar al organismo la ausencia potencial del refuerzo al cual
había de responder“(56) (Barrera -Rendón, 1975). En el tiempo-fuera, en
consecuencia, se excluye al S de la situación a la cual está recibiendo el
111
refuerzo cuando emite una conducta determinada (”indeseable”), es decir, se
rompe las relaciones funcionales de la conducta a disminuir con los estímulos
discriminativos y estilos reforzadores (incondicionados o condicionados). Es
obvio, que en esta operación lo que se “requiere es suministrar una
especificación precisa y empírica de aquello de lo cual se aparta al S
(Barrera-Rendón, 1975). Un tiempo-fuera no señalado es, desde luego una
operación de extinción en cuanto el organismo debe descubrir Ia ausencia de
refuerzo a través de sus respuestas más que por medio de un estímulo.
112
Se plantea la interrogante de saber
si la supresión conductual a efecto del tiempo-fuera es debido a Ia reducción
del refuerzo (oportunidad de recibir refuerzo, ruptura de relaciones funcionales
con los estímulos discriminativos y reforzadores) o a las características
aversivas intrínsecas del componente de confinamiento (práctica mal
difundida), o debido a otras variables presentes aI introducir el procedimiento
de tiempo-fuera. O lo que es igual, ¿el tiempo fuera al presentarse con cuál
de las variables es más efectiva?, ¿qué importancia tienen unas u otras
variables?.
113
protestar”, “no golpear la puerta” “no hacer berrinches”, etc.). Pero la
abertura del cuarto de tiempo-fuera a consecuencia del “comportamiento
adecuado” (según criterio), está permitiendo reforzar positivamente al S
(RDO: Reforzamiento diferencial de otras conductas). Incluso, muchos
estudios (Barrera-Rendón) habiendo manejado explícitamente el RDO a
través de reforzadores condicionados (fichas), llegaron a la conclusión
que el tiempo-fuera (tipo confinamiento) con RDO, produce efecto de
supresión de conducta claramente marcados, demostrando ser más
efectivo que al usar el tiempo-fuera con “costo de respuesta” y que al
tiempo-fuera-renovación de confinamiento (aversivo). Aronfred (1968) y
Walters y Forke (1967) destacan las funciones discriminativas,
considerando que las contingencias RDO suministran a los Ss fuentes
explícitas de información referente a los comportamiento pro-sociales
adecuados que se espera de ellos. El tiempo-fuera con RDO
(reforzamiento diferencial de otras conductas) tiene ventajas
discriminativas sobre el confinamiento y renovación de él (permanencia
de S en el “cuarto” si no presenta conductas pro-sociales).
114
En suma cuando más procedimientos de extinción (que están inmersos
en el tiempo-fuera) se tengan presentes, se incrementará la efectividad
de él.
115
contexto económico particular de la economía de fichas en la cual se
implementa.
Octavo, una consideración especial que optimiza los efectos del tiempo-
fuera se refiere al hecho de elevar el poder reforzante del ambiente en el
que se desenvuelve el S.
Aplicaciones
Estas diversas técnicas de modificación de conducta se han venido
utilizando con gran éxito en casi todo tipo de problemas conductuales:
En niños autistas (Fester y De Myers, 1961; Lovaas; Shaefer y
Simmons, 1965).
Con niños retardados y con daño neurológico (Fuller, 1949; Barret y
Lindsley, 1962; Biernbrauer, Bijour, WoIf y Kidder, 1965.
Con niños esquizofrénicos (Hingtgen, Sanders y De Myers, 1963;
Hingtgen y Trost, 1964).
Entrenamiento de niños mudos (Kerr, Meyerson y Michael, 1965).
En desviaciones conductuales en niños normales (Williams, 1959;
Harris, John Tom, Kelley y Wolf, 1964, Patterson, 1965; Baer, 1962).
En conductas neuróticas como anorexia en adultos (Bachrach, Erwin y
Mohr, 1965).
En fetichismo (Kushner, 1965.
En tics y automatismos (Barret, 1962).
En tartamudez (Flanagan, Goldiamond y Azrin,1958).
En problemas maritales (Goldiamond,1965).
En insomnio (Bijou, 1969).
En ceguera histérica (Brady y Lind, 1961; Zimmerman y Grosz, 1966).
En fobias (Bandura, Gruseo y Menlove, 1967).
En obesidad (Ferster y Nunrberger y Levit, 1962).
En psicóticos adultos (Linsley, 1956; Ayllón 1965, 1963; Azrin y Ayllón,
1968; Hughton y Ayllón, 1965).
117
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