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El cerro Chena

Érase una vez en san Bernardo día jueves a las 3:40 día del cumpleaños de mi hermano, cumplía
sus 19 años y le celebramos el cumpleaños con un rico asados y bebidas y suflés papas fritas y toda
mi familia le celebramos su cumpleaños y subimos al cerro Chena, yo y mi hermano subimos y mi
hermano mientras que el asado estaba listo subimos al cerro y mi hermano iba corriendo y se cayó
y se dobló el pie, lo llevamos al hospital y le pusieron yeso, pero a pesar que se cayó igual lo
pasamos bien.

Teresa 4°A

Cuentos del cerro Chena

Había una vez en el cerro Chena una historia muy particular sobre muchos gigantes. Una historia
muy trágica. Esto comienza con una niña que le pregunta a su papá: ¿papa, ¿cómo se crearon los
cerros? Y el papá le respondió: hija, estos cerros antes eran gigantes, muchos gigantes, por lo cual
tenían mucho cariño hacia el pueblo de San Bernardo, pero los gigantes se dieron cuenta que eran
un peligro para la ciudad, entonces decidieron juntarse entre todos. Finalmente, de tan juntos que
estaban se fueron convirtiendo en roca pura. Así es como se formaron los cerros que hoy en día
llamamos Chena.

Tomás José Pacazochi 4°A

El cuento de la casa embrujada

Había una vez una casa embrujada en la comuna de San Bernardo. Se cuenta que se escuchan
ruidos como risa, gritos, etc. Y por jardín se paseaba la sombra de un hombre. Un día por la noche
un hombre entro a escondidas a la casa, paso tal susto que corrió espantado. Conto en la plaza
que vio al mismo Cachuo, que lo invitó a tomar vino. El prometió nunca más tomar y entrar a casas
ajenas.

Jordan M.Y. 4°A

La noche del diablo

Hace mucho tiempo atrás, en la casa de los García de la Huerta, una tarde los García comían y
escucharon un ruido así ¡iuuuuu! Y otra así ¡jjiccat! Y risas ¡jajaja! Llantos y más llantos. Fueron a
ver y no había nada. En las noches de escucha una risa macabra del diablo ¡jajajajaja! Y un piano
¡pin¡ ¡pin¡ ¡pin¡

Kinan 3°A
Mi juego en Maestranza

Había una vez un lugar muy solitario, se llama maestranza. Yo fui para allá y después aparece un
extraterrestre y estaba con una pelota y me dijo si quería jugar con él y yo le dije quién eres tú, él
dijo soy un extraterrestre, yo le dije ¿en serio? ¡en serio! ¿tú eres bueno o malo? Yo soy bueno
¿quieres jugar conmigo? Está bien, dale juguemos con mi pelota. Si juguemos un ratito no más
porque me tengo que ir a las 8:30 en punto. Ya juguemos rápido, si juguemos mucho. El me
prometió volver final.

Anthony Arévalo (sin curso)

La lluvia en San Bernardo

Érase una vez en San Bernardo un día sábado de invierno del año 2017, llovía y llovía, pero muy
fuerte. De repente de ahí paro la lluvia, estaban todas las casas inundadas y pasaron 3 horas y
comenzó a nevar y toda la gente comenzó a reírse y todos los niños empezaron a jugar con la
nieve y todos los niños estaban muy divertidos por lo tanto empezaron a hacer muñecos de nieve,
ya no estaban tristes porque no llovía, pero nevaba. Ahora ya la gente ya no estaba triste porque
ya no llovía y la gente empezó a ordenar y después de ordenar y secar toda el agua, todos los
papás y mamás salieron a jugar con los niños y fin.

Claudia Martínez 4°A

Los misterios de la casa de la cultura

Había una vez una niña que investigó la casa de la cultura de San Bernardo. En la casa vivía una
niña que lloraba porque se sentía muy triste.

La investigación la incluyó a saber que la niña que lloraba es una fantasma que quedó atrapada en
el tiempo. Trato de ayudarla besando, pero no puedo hacer nada más. Hoy en día se dice que la
escuchan tocar piano, pero las tardes el misterio se realizó, pero no alcanzó.

No registra nombre ni curso

El colegio está triste

Había una vez un colegio donde siempre salía un fantasma. Un día un niño entró al colegio en la
noche, entonces sintió que alguien caminaba, el niño se asustó mucho, corrió, gritó, pidió auxilio,
pero de pronto sintió una voz calmada que le dijo no temas, yo te cuidaré. Cuál fue su asombro
que al ver a un joven carabinero que lucía algo transparente, entonces el niño le preguntó ¿Quién
eres? El joven carabinero contesto: soy Hernán Merino Correa, yo cuido de ti y de tus compañeros.
No temas, ve a tu casa y descansa. Ya somos amigos.

El niño fue a su casa y todos los días iba a saludar a su amigo. Jamás se volvieron a sentir solos.

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