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Es necesario que el niño vaya captando poco a poco las cualidades de los sonidos: altura,
intensidad, duración y timbre. Para ello, irá realizando actividades basadas en experiencias
psicomotrices, auditivas, vocales, rítmico-dinámicas y plásticas. Por el momento, solo
experimentará a través de juegos, canciones, manejo de instrumentos sencillos y audición de
grabaciones.
ALTURA O ENTONACIÓN. La altura de los sonidos depende de la rapidez con se producen las
vibraciones de los cuerpos sonoros. Estas vibraciones crean una gran cantidad de sonidos con los
cuales se componen las melodías.
Los sonidos, por su entonación o altura, pueden ser graves o agudos. Para trabajar la altura
podemos realizar actividades del tipo:
Hablarán con voz aguda o grave aprovechando una sesión de títeres: p.e, imitando a
Laurel y Hardy.
Caminarán sobre la punta de los pies en la música aguda y sobre los talones en la música
grave.
Cantarán la canción.
DURACIÓN. Los sonidos pueden ser largos o cortos y esta duración se representa por medio de las
figuras musicales. En algunos cuerpos sonoros las vibraciones se reproducen durante más tiempo
que en otros, dando así un sonido más largo. Este es el caso de los objetos construidos con metal:
campanas, gong, platillos, triángulo; las cuerdas tensadas metálicas y de tripa: piano guitarra,
viola, violín,…
Algunas actividades que podemos realizar son:
Nombrarán objetos y cosas que conozcan que produzcan sonidos largos o cortos: el silbido
del aire de la olla a presión, el teléfono, el golpe de un martillo, etc.
Nos situaremos dando la espalda a los niños. Empezarán a emitir un sonido y cuando nos
volvamos rápidamente se pararán.
Para introducir a los niños en el conocimiento y diferenciación de los distintos timbres debemos
permitir que empiecen experimentando con todo tipo de material susceptible de producir sonidos
y, al mismo tiempo, utilizar instrumentos de percusión como panderetas, cascabeles, maracas,
triángulo, etc. Desde un principio tendremos que vigilar la sonoridad dada por un instrumento
enseñando a los niños a tocarlo para que produzca un timbre bonito. P.e, suena distinto el
triángulo si, al tocarlo, dejamos que vibre o, por el contrario, cogemos uno de sus lados con los
dedos; al tocar un pandero, dejamos la baqueta apoyada en la membrana o la levantamos
inmediatamente.
Podemos realizar actividades del tipo:
Experimentarán con los objetos a su alcance que puedan producir ruidos y sonidos: tocar
el timbre, pasar un lápiz por los radiadores, entrechocar los cubiertos, hacer crujir las
hojas secas caminando sobre ellas, romper las burbujas de los embalajes, pellizcar un
globo, etc.
Imitarán los timbres producidos por voces de animales, voces de personas de distintas
edades…
Cada niño tiene un instrumento u objeto diferente y, nosotros, de espaldas a los niños,
haremos sonar uno de ellos y el niño que lo tenga acompañará con él. • Nos colocaremos
detrás de una cortina, haremos sonar distintos instrumentos y los reconocerán por el
timbre.
Es conveniente, al principio, que cuando el niño marca el ritmo batiendo palmas, tocando el
tambor, etc. se acostumbre a hacer coincidir sus pasos con los pulsos correspondientes, es decir, a
marcar el paso. Cuando haya conseguido esto, habrá intuido que, en una marcha, cada paso =
pulso equivale a un tiempo del compás y que puede corresponder a una figura negra, corchea…
según sea el compás.