Sei sulla pagina 1di 11

Doctrina Pauliana:

En el seno del imperio romano, los cristianos de os orígenes forman


incontestablemente una sociedad.
El primer punto de la enseñanza evangélica, el “Dad al Cesar lo que es del cesar y a
Dios lo que es de Dios” adquiere toda su importancia. Se recalca la obediencia al
poder establecido. Los cristianos de la época necesitan, en cierto modo, rivalizar en
lealtad porque es muy importante para ellos que el Imperio romano, ya en
decadencia y con señales de decrepitud, no se derrumbé.
La primacía de del deber de obediencia al Cesar es el resultado del deseo de los
cristianos y más todavía de sus jefes de responder con la doctrina y con los hechos
a las calumnias de los paganos, que ven en ellos una secta de revolucionarios
Para que pueda producirse la revolución religiosa el cristianismo, no es necesario
que se deslice hacia la revolución política o social.
San Pedro, el primer Papa, escribe a los fieles de su jurisdicción: “Sed sumisos a toda
institución humana para bien del Señor; ya sea al rey por ser quien posee la suprema
autoridad, ya a los gobernantes por ser en quienes él ha delegado”. También repite
esta enseñanza San Pablo “Que todas las almas se sometan a los soberanos porque
no hay poder que no venga de Dios”. No hay poder que no venga de Dios. Igual los
cristianos deben “someterse no solo por temor sino por escrúpulo de conciencia”.
Se llega de ese modo a establecer una concepción pauliana de la autoridad política.
La iglesia constituye una formación casi exclusivamente espiritual aun cuando preste
a sus fieles algunos servicios de orden practico, especialmente de asistencia a los
pobres. Los deberes de los cristianos frente al Estado pagano descartan
exclusivamente el derecho natural. Solo porque los emperadorres y sus delegados
llenan de manera natural su ministerio para el bien le hacen objeto aquellos de una
obediencia deferente y asimismo de sus rezos al Dios de los cristianos.
TOMAS DE ANTIOCO
Precisa bien la naturaleza de la autoridad de los príncipes. Hace una distinción entre
el culto y el honor. “No puede rendirse culto al César porque César no es Dios”, pero
debe rendirse a César y a quienes lo representan legitimos honores porque si bien
Cesar no es Dios, es el hombre establecido por Dios. Los legitimos honores
consistirán en el amor, en la obediencia y en la oración. El mismo autor buscara en
la biblia y recordará el proverbio. “Honra, hijo mio, a Dios y al rey y no les seas
rebelde porque El se venga en seguida de sus enemigos”.
Atenagoras que se esfuerza en combatir las ideas paganas referentes a los cristianos
estima que estos son calumniados cuando se los presenta como malos ciudadanos,
siendo, por el contrario, los mejores súbditos. Hay que orar por el Imperio, hay que
orar por su acrecentamiento porque el mantenimiento de su reino es una condición
para la tranquilidad de los cristianos y para su posibilidad de dedicarse al cuidado de
sus almas y a las demás tareas espirituales.
Pero si los cristianos no pueden rezar al emperador, pueden en cambio, rezar por él
y por los poderes establecidos. Esta oración por el emperador tuvo una forma
particularmente bella y conmovedora en Tertuliano uno de los primeros apologistas
cristianos. Nacido hacia el año 160, su participación en la herejía de los montanistas
no permite que se lo considere como un Padre de la Iglesia; aunque haya tenido el
inmenso merito de “hacer entrar la apología en la literatura”. “Invocamos al Dios
eterno” – dice Tertuliano- “para la salvación de los emperadores rogamos siempre
para que tengan una larga vida, un reinado tranquilo, un hogar seguro, ejércitos
valerosos, un senado fiel, un pueblo honesto”
Los Móviles de Tertuliano:
-En primer lugar, el cristiano ruega por el emperador porque no se siente enemigo
de nadie. El emperador debe ser amado aunque sea un perseguidor, “Incluso el
príncipe hostil debe ser objeto de una oración a su favor.”
-En segundo lugar, el cristiano, al beneficiarse con la tranquilidad del orden civil que
permite su elevación espiritual, debe en consecuencia, orar por el mantenimiento
de ese orden.
-En tercer lugar, el cristiano debe venerar en el emperador al hombre nacido de Dios.
Tertuliano señala que el emperador es, en suma, más emperador de los cristianos
que de cualquier otro.
- En cuarto y último lugar, Tertuliano, como muchos, cree que el fin del imperio de
Roma ha de acarrear el fin del mundo. En tales condiciones, es necesario rogar por
el emperador porque de la prosecución de los destinos de Roma depende, al mismo
tiempo, la supervivencia de la humanidad.

El imperio Cristiano
La situación de la Iglesia primitiva es clara en su simplicidad, porque el Estado y la
Iglesia se mueven en dos campos diferentes.
Desde el momento en que el emperador se hace cristiano, las cosas ocurren de otro
modo. Los titulares del poder se convierten en fieles y en calidad de tales pertenecen
a la Iglesia. Por otra parte, ésta, al salir de las catacumbas, es simplemente tolerada
primero y luego directamente reconocida. Existió un problema
“interconstitucional”.
La primera fase era esencialemente la de la obediencia al poder establecido, llevada
al extremo. La segunda fase ya implica ciertas tentativas en los hombres de Estado
de convertir los hombres de Iglesia en subordinados suyos, y en los hombres de
Iglesia, de tomar ventaja sobre los hombres de estado.
San Juan Crisóstomo y la explicación de la doctrina Paulina.
Crisostomo no tiene inclinación hacia la política, solo ve en ella el aspecto moral.
En primer lugar, la obediencia a los poderes constituidos. Quienes los resisten
resisten la orden de Dios. La obediencia es debida no al principio sino a Dios; no
representa un favor, una liberalidad de los súbditos sino una deuda que pagan.
Crisostomo añade un detalle muy importante. Según la afirmación Pauliana todo
poder emana de Dios, OMNIS POTESTAS A DEO, es pues, el poder en si mismo, el
poder objetivo y no la persona de su titular, sujeto del poder, lo establecido por Dios.
¿Todo príncipe ha sido ordenado por Dios? “No es eso lo que digo porque en este
momento no hablo de cada príncipe en particular sino del cargo mismo”
El poder es obra de Dios, no hay poder que no emane de Él. Lo divino es institución
del poder, lo librado a las querellas de los hombres en su titular.
En cuanto al carácter de la dominación legítimamente ejercida, Crisóstomo la
considera natural, pero no invoca la naturaleza racional de Aristóteles; aquella que
destina al hombre a vivir en una ciudad, como expansión normal. La subordinación
de los individuos es una consecuencia de sus faltas, al igual que la sumisión de la
mujer a su marido y la del esclavo a su dueño.
Dios es comparado a un padre de Familia que tiene hijos difíciles y que no puede con
ellos. Toma entonces, un preceptor porque este es generalmente mas rudo en el
manejo de los hijos que el padre de familia. Es pues la perversidad lo que torna
indispensable la autoridad. Según el Antiguo y Nuevo testamento si el hombre no
fuese pecador, resultaría inútil el gobierno. Pablo dice a Timoteo que la ley no es
para el justo sino que el pecado ha hecho necesarios los poderes y que Dios los
convierte en útiles para nosotros.
San Ambrosio y el nacimiento del sacerdotalismo.
Al hacerse cristianos al jefe de Estado o el Estado mismo han dejado de ser extraños
a la Iglesia.
Entre él y el emperador se multiplicaran los motivos de friccion.
1) Los senadores habían reclamado que la estatua de la Diosa pagana Victoria
presidiera de nuevo sus tareas, siendo asi que los primeros emperadores
cristianos la habían hecho desaparecer. Ambrosio interviene “Se trata de un
asunto religioso; como obispo me asiste el derecho de hacerme escuchar”
2) El segundo asunto interés a la Basilica porciana de Milán, reclamada por los
arrianos. El emperador a sus representantes han dado la razón a los heréticos
y Ambrosio protesta. Se le responde que debe callarse porque todo pertenece
al emperador, conforme a sus propias palabras. No – Contesta Ambrosio-
porque una basilica es un bien consagrado a Dios. Al príncipe le cuidado de
los palacios, a los sacerdotes y por lo tanto a mi, obispo, el cuidado de la
Iglesia.
3) El tercer problemas es que unos cristianos un poco exaltados han demolido
una sinagoga y el emperador muy justamente para nuestro criterio actual los
invita a reparar el daño. Mas no es esa la opinión de Ambrosio. Con ese motivo
se privara a la Iglesia de una parte de sus recursos. En condiciones tales,
cuando el emperador Teodosio viene a Milán y ocupa lugar en la basilica,
Ambrosio le niega la participación en la ofrenda, a menos que, previamente,
revoque las ordenes referentes a la sinagoga de Calinico.
4) Ultimo caso, en Telsalonica se han producido algunas refriegas, con matanzas
de algunos funcionarios. El emperador ha ordenado algunas represalias
sangrientas que han degenerado en verdadera matanza. Cuando el
emperador regrese a Milan, Ambrosio se alejan de la ciudad para no
encontrarse con el y le prohible participar en el culto. Se obliga al emperador
a que haga penitencia públicamente antes de asistir a los oficios y recibir los
sacramentos.
Ambrosio especifica que reconoce plenamente los derechos del emperador, pero
que este, como cristiano, tiene deberes para con la Iglesia. Y he aquí la formula
capital cuyo alcance no es exagerado “El emperador está en la Iglesia y no por
encima de la Iglesia”
Asi existe una subordinación del emperador frente al poder eclesiástico. En lo
referente a la religión y a la moral la obediencia amplia y casi incondicional de los
poderes políticos es sustituida por una obligación de esos mismos poderes
aceptar la autoridad espiritual.
SAN AGUSTIN.
CIUDAD DE DIOS.
Existen 2 ciudades: la del bien y la del mal.
Dos amores han consituido dos ciudades, el amor a si mismo llevado hasta el
despecio de Dios: la ciudad terrenal; y el amor a Dios llevado hasta el despecio
de si mismo: la ciudad de Dios. Una se glorifica en si, la otra en el Señor.
No se debe confundir la ciudad Humana con el Estado ni la ciudad de Dios con la
Iglesia.
Para Agustin, el hombre no tiene en si mismo ninguna autoridad sobre los demás
hombres. El imperio que le acuerda el Genesis alcanza al reino animal y a las cosas
inanimadas mas no se extiende a sus semejantes e iguales, libres como él;
creados por Dios a su imagen y semejanza y dotados de un alma.
Es natural que los hombres se alien entre si para gozar de paz y aun para buscar
seguridad contra los peligros exteriores, a menos que el instinto social sea
inicialmente en ellos el resultado de un lazo familiar y de la consanguinidad.
Los ciudadanos son los elementos y los gérmenes de la ciudad. En primer lugar
se combinan para formar una familia, que es el nucleo de la Ciudad. Una
asociación fundada en el derecho solo existe donde se encuentra la justicia. No
podría ser este el caso del Imperio Romano puesto que ignorante del verdadero
Dios ha ignorado también la justicia. “Sin Dios no hay justicia, sin justicia no hay
derecho, sin derecho no hay Pueblo y sin pueblo no hay Estado”.
AUTORIDAD:
En la familia la autoridad recae sobre el padre.
La autoridad política emana así de la autoridad familiar. Los primeros reyes
nacieron de la estimación que se hizo de sus cualidades. Su autoridad no se deriva
de si mismo ni de la sangre ni de los sufragios sino de Dios que ha delegado su
poder en cada nación. Dios no actúa directamente salvo a titulo excepcional. En
cambio, en los demás pueblos, su acción se manifiesta por las vías naturales de
los sucesos y por los procedimientos del derecho positivo.
Así aparece en Agustín el esbozo de un de las teorías cuya influencia habrá de ser
considerable en los siglos posteriores. Es la llamada teoría del derecho divino
providencial y puede resumirse de la siguiente manera: Dios ha creado al
hombre de tal manera que la sociedad civil, y por lo tanto el poder, le son
indispensables. Pero únicamente determinados hechos humanos dan al poder,
en cada sociedad, su forma concreta y legítima así como su titular. El hombre
por naturaleza necesita de la sociedad y de una sociedad que implique una
autoridad.
EL EJERCICIO DEL PODER
El ejercicio del poder abarca tres áreas fundamentales:
1. El officium imperandi, o actividad que debe cumplirse en el servicio del
gobierno, sin mediocridad, ni desfallecimiento, con fuerza y prudencia, evitando
la soberbia, el orgullo y la concupiscencia del poder.
2. el officium providendi, consiste en discernir los verdaderos intereses del
Estado, previendo las necesidades genuinas de la comunidad. El gobernante
deberá promover la moderación y evitar la disolución de las costumbres.
3. El officium consulendi, Esta referido al rol de consejero de su pueblo que
incumbe a todo aquel que se encuentre investido de autoridad.
De esta forma, el programa de San Agustín está contenido en esta trilogía:
ORDEN, UNIÓN y PAZ. Obteniéndose el orden mediante la unión y lográndose la
unión a través de la paz. " La paz de la ciudad es la concordia (unión de corazones)
de quienes gobiernan y de quienes obedecen."
Los príncipes cumplen verdaderamente su misión "cuando reinan justamente;
cuando no se ensoberbecen en los elogios y las sumisiones de quienes los
saludan, sino que recuerdan su condición de hombres , cuando ponen sus
dignidad y poder al servicio de Dios.
POLITOLOGÍA
¿Cuál es el ideal político de San Agustín?
Sin dudas, el de una humanidad unida pero fraccionada en pequeños
Estados, lo que haría más fáciles sus relaciones con la Iglesia, al moderar
sus pretensiones debido a su exigüidad.
S. Agustín demuestra plena confianza en el emperador cristiano, se guarda
cuidadosamente de identificar al Estado con la Iglesia, discierne con
claridad el carácter legítimo de las instituciones políticas. Proclama el papel
que Dios ha querido atribuirles para mantener el orden y afirma la necesidad
de someterse a él para obedecer los designios providenciales, incluso
cuando los emperadores fueran paganos.
La tesis Gelaciana
A fines del siglo V, el papa Gelasio I distingue dos jurisdicciones claramente:
la espiritual y la temporal. “El origen de la separación de los poderes
espirituales y temporales debe buscarse en el orden mismo establecido por
el divino Fundador de la Iglesia.” Gelasio I además sostenía que los
príncipes cristianos deben servirse del sacerdocio en las cosas que se
refieren a la salvación. Por su parte los sacerdotes deben atenerse a
aquello que los príncipes establecieron para todo lo que se relaciona con los
acontecimientos temporales. Divididos así los dos poderes, deben estar
atentos a que ni uno ni otro puedan atribuirse una fuerza preponderante y a
que cada cual se mantenga fiel a la misión que le ha sido confiada.

La Querella de las investiduras


Enfrentó a papas y reyes católicos del Sacro Imperio Romano Germánico
La causa de dicho desencuentro era la provisión de beneficios y títulos
eclesiásticos. Se puede resumir como la disputa que mantuvieron pontífices
y emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico por la autoridad en
los nombramientos en la Iglesia, en el fondo no es más que un
enfrentamiento entre el poder civil y el eclesiástico sobre la cuestión de a
quién compete el dominio del clero.
Enrique IV no parecía dispuesto a admitir la menor merma en su autoridad
imperial y se comportó con desdeñosa indiferencia frente a las
prescripciones pontificias. Lo que fue más hiriente para la sensibilidad
vaticana: nombró al arzobispo de Milán, cuya población había rechazado al
designado por el papa. Gregorio VII recriminó al emperador su insolente
actitud, le dirigió un nuevo llamamiento a la obediencia y le amenazó con la
excomunión y la deposición.
LA ESCOLÁSTICA
Corriente teológica y filosófica que utilizó parte de la filosofía
grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo.
Fue la corriente dominante del pensamiento medieval, tras la patrística de
la Antigüedad tardía, y se basó en la coordinación entre fe y razón, que en
cualquier caso siempre suponía una clara subordinación de la razón a la fe.
Su formación fue, sin embargo, heterogénea, ya que acogió en su seno
corrientes filosóficas no sólo grecolatinas, sino también árabes y judaicas.
Esto causó en este movimiento una fundamental preocupación por
consolidar y crear grandes sistemas sin contradicción interna que
asimilasen toda la tradición filosófica antigua.
También es un método de trabajo intelectual: todo pensamiento debía
someterse al principio de autoridad, y la enseñanza se podía limitar en
principio a la repetición de los textos antiguos, y sobre todo de
la Biblia (principal fuente de conocimiento). A pesar de todo ello, la
escolástica incentivó la especulación y el razonamiento, pues suponía
someterse a un rígido armazón lógico y una estructura esquemática del
discurso que debía exponerse a refutaciones y preparar defensas.
Sin duda, el máximo representante de la teología dominica y en general de
la escolástica es Santo Tomás de Aquino. En su magna obra “Summa
teológica” aceptó el empirismo aristotélico y su teoría hilemórfica y la
distinción entre dos clases de intelectos. El tomismo, que con sus
argumentos cosmológicos para demostrar la existencia de Dios: las cinco
vías ha sido la base fundamental de la filosofía cristiana durante muchos
siglos. La demarcación entre filosofía y creencia religiosa llevada a cabo por
Tomás de Aquino iniciará el proceso de independencia de la razón a partir
del siglo siguiente y representará el fin de la filosofía medieval y el comienzo
de la filosofía moderna.

SANTO TOMÁS DE AQUINO


EL ESTADO
Santo Tomás parte de la disyuntiva del “poder sacerdotal” y del “poder
principesco”. Para él la relación entre las dos autoridades, es comparable a
la del alma y el cuerpo.
“Hay en el hombre dos naturalezas, dos fines, dos órdenes de virtud, dos
grados de felicidad” y a esas dos partes de la naturaleza humana deben de
corresponderle dos poderes; “el poder temporal” y “el poder religioso”. El
poder religioso es necesariamente superior al poder temporal, al igual que la
superioridad del alma sobre el cuerpo proviene de la superioridad del fin.”
La Edad Media propone un sistema político homogéneo (formado por
elementos con características comunes lo que permite establecer entre ellos
una relación de semejanza y uniformidad) y exclusivo, fundado sobre la idea
de una comunidad constituida por Dios y comprensiva de toda la humanidad.
Lo que hace Santo Tomas es que con su gran audacia rompe con la
confianza hacia las fuentes paganas (adoran a Dioses que son consideran
falsos), a Aristóteles, a Cicerón, a los juristas romanos, pensamientos que
pregonaban hasta su aparición, que es conocida como la vuelta de
Aristóteles, el politólogo por excelencia.

CIUDAD- OBRA DE NATURALEZA Y RAZÓN


Tomas afirma la existencia y valor de la Ciudad en sí misma. La
sociedad política es natural al hombre, porque éste es, también por
naturaleza un animal cívico (adopta la terminología de Aristóteles, que
muchos autores tergiversan, llamando al hombre “animal social”).
A diferencia del resto de las criaturas, solo el hombre es un animal
político. Su vida exige, para desenvolver y perfeccionarse, “la seguridad
frente a los enemigos exteriores e interiores”, “el orden legal que concede a
cada uno de lo que le es debido y permite la abundancia de los recursos
naturales materiales y espirituales”. El hombre participa de ella por causa de
una inclinación a la vida social aceptada y reglada por la razón. En este
sentido, hay en la asociación humana una parte de voluntad y un elemento
contractual. Tomas lo reconoce haciendo suya la misma definición de
Cicerón “la sociedad es una multitud organizada bajo una ley de justicia
consentida en interés común”.

La concepción de St. Tomas de la Ciudad es orgánica, no mecánica. La


comunidad política – Ciudad – está formada por individuos o, mejor dicho,
por sociedades humanas que no se convierten en siervos sino que
permanecen libres dentro de una sociedad mayor, de la que son miembros
vivientes.

ORIGEN Y FORMAS DE PODER

Para la unidad humana, natural y racional, que constituye la Ciudad, se


necesita un poder político. Existe en sí mismo, en tanto sea conforme a la
naturaleza y no en cuanto proceda de otro poder humano que le fuera
superior. Tiene a Dios en su origen, pero a Dios como creador de la
naturaleza.
Tomas de Aquino ha formulado una teoría del origen del poder a través de
silogismo:
Premisa mayor: La sociedad es una exigencia de la naturaleza del
hombre, ser moral, razonable, religioso, social;
Premisa menor: Para vivir en sociedad se necesita una autoridad superior
que ordene a cada miembro con vistas al bien común;
Conclusión: Así, pues, la autoridad es una exigencia de la naturaleza,
porque el fin no se puede alcanzar sin los medios.

La comunidad misma es, necesariamente, el primer sujeto del poder. Ella


puede - y de hecho - debe transmitirlo a una o varias personas
determinadas por un tiempo limitado e incluso por un periodo indefinido.

FORMAS DE GOBIERNO:
St. Tomas adopta la clasificación de Aristóteles, distingue tres tipos
específicos de gobiernos:
Gobiernos puros: la MONARQUIA, la ARISTOCRACIA y la
DEMOCRACIA;
Gobiernos Impuros: la TIRANIA, la OLIGARQUIA y la DEMAGOGIA.-
Acentúa el carácter moral de la distinción al separar los gobiernos que
actúan derechamente – recte – de los que hacen injustamente – non recte –
con relación al bien común, que es el fin de la sociedad. St. Tomas acepta las
formas derechas y las aprueba, cualquiera sea tu estructura. Descarta por
injustas las desviaciones, ya que persiguen el bien particular.
Según el mismo esquema se diferencian el “poder político” y el “poder
despótico”. El “poder político” existe, ya sea por uno solo, ya sea por varios,
con arreglos a determinadas leyes o convenciones. El “poder despótico” es
ilimitado, igual que el del amo sobre el esclavo.
Por último, Tomás discierne entre las dos una tercera forma de poder, el
“PODER REAL” que no es político ni despótico. El príncipe gobierna sin ley,
pero su libertad es prudente – virtud ordenadora de la razón -, saca de su
corazón la inspiración de sus actos e insinúa así la divina Providencia.-

REGIMEN MIXTO:
La monarquía pura representa el sistema ideal pero el régimen mixto
resulta PREFERIBLE:
Es preferible el régimen mixto porque:
a) Un solo jefe puesto a la cabeza del Estado y que gobierne conforme a
la ley (elemento de la monarquía).-
b) Existencia de un determinado número de magistrados que colaboren
con la administración (elemento de la aristocracia).-
c) Que todos los ciudadanos participen de la soberanía como electores y
sean elegidos para ocupar cargos de magistratura (elemento de la
democracia).-

Potrebbero piacerti anche