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Marx

Para Marx el hombre es un animal trabajador, sometido a una dialéctica humana revolucionaria
con el capital. Es un epifenómeno en un mundo puramente económico.

La doctrina de Marx y el mito del ateísmo militante marxista fue un estruendoso fracaso. Las
purgas, los campos de concentración, los asesinatos, la falta de libertades sociales, la negación de
la libertad personal, la escasez de medios económicos, etc., fueron los que asfixiaron a la gente de
los países comunistas y marxistas. Y precisamente en esos países es donde hoy se siente con
mayor vigor la religión y en los que florece el cristianismo.

La explicación científica del universo que hacia inútil la creencia de Dios como profesaba Marx,
reclama y demuestra la existencia de este, ya que mientras más se conoce más preguntas hay y
estamos obligados a admitir que la naturaleza está regida por una voluntad inteligente.

Nietzsche

Califica al hombre como una especie de parásito guiado por sus impulsos. La libertad de voluntad
es una invención de la clase dominante,

Las diatribas de Nietzsche fueron negadas por la historia de este siglo que muestra que la profecía
de <<Dios ha muerto>> no se ha cumplido, sino que, en muchos lugares del mundo se constata un
resucitar de la idea y creencia de Dios.

Einstein proclama que el mundo y la vida humana no tienen explicación sin Dios.

Freud

Redujo al hombre a una serie de complejos de índole sexual, que, a su vez, originan un cúmulo de
traumas infantiles.

La psicología actual contradice la tesis del conocido psicoanalista. Viktor Frankl, sucesor de Freud,
afirma que en el subconsciente no existe una represión de naturaleza sexual, sino, al contrario, se
encuentra una riqueza de índole religiosa.

Freud se dedicó de forma especial a la tarea de interpretar el sentido de los síntomas neuróticos,
lo que le impelo a profundizar en la vida inconsciente del alma, que como sabemos es algo más
que instintos sexuales. Nos vemos en la necesidad de englobar lo espiritual dentro de lo
inconsciente. Se descubre dentro del hombre algo así como una religiosidad inconsciente de
relación con Dios. Esta fe nos revela que tenemos una tendencia a Dios inconsciente.

Así no se reprime un lívido, sino, una religión.

El ateísmo es negado porque la cultura moderna descubre que la muerte de Dios en estos autores
llevaba consigo la muerte del hombre y la grandeza de Dos agranda la dignidad del hombre.

La razón está a favor del creyente, pues es más fácil afirmar la existencia de Dios que negarla. La
ciencia no es un obstáculo para creer en Dios. Los creyentes afirman que su fe está avalada por la
ciencia, los que se declaran ateos confiesan que lo hacen como convicción personal y no por
razones científicas.

ATEÍSMO EN EL SIGLO XX

No obstante, las consecuencias de esos <<expertos>> en negar a Dios se han dejado sentir en un
sector de la cultura del siglo XX. Cada uno a su modo niegan a Dios para sustituirlo por el hombre y
por la ciencia autónoma.

Segmentos que marcan la increencia de nuestro tiempo:

a) Positivismo
Sembró la sospecha que no existe más que aquello que podemos certificar por la ciencia
experimental, por ello, no sólo Dios, sino otros conceptos como alma o espíritu carecen de
sentido.
Prescinde de Dios y trata de huir de él porque la autonomía del hombre y la del mundo
son tan proclamadas que no sólo es innecesario el recurso a Dios, sino que se le rechaza
expresamente. Dios hace al hombre heterónomo.
No pocos presienten que no cabe explicar la existencia humana sin relación a Dios y sin
embargo capitulan ante el inmediato porque son conscientes de que estarían obligados a
revisar algunas tesis fundamentales de su pensamiento y sobre todo a cambiar de modelo
en su conducta personal y social.
b) Agnosticismo
Es un compromiso personal y social para no declararse ateos, pero que les aproxima a una
conducta cercana al ateísmo, pues, sin negarle, se prescinde de Dios.
Se extiende actualmente por su simplicidad, pues el agnóstico no tiene que demostrar
nada ni se toma la molestia de atacar la opinión contraria. También porque se ve libre de
la acusación, no como el ateísmo que carga gran dosis de intolerancia e injusticia. Y por
último por su comodidad, pues para ser agnóstico no se necesita pensar, sencillamente se
suspende el juicio. Basta con decir que la razón no puede demostrar ni la existencia de
Dios ni negarla.
c) Materialismo práctico
En el nuevo estilo de vida, en medio de la abundancia de bienes y del consumo de los
mismos, ha distraído al hombre de las dimensiones espirituales específicas de la persona
humana.
El cultivo y desarrollo de los valores espirituales han pasado a un segundo lugar, la
economía y la producción ocupan y preocupan a los pueblos más ricos y prósperos del
mundo.
d) Secularización
Todos estos factores juntos dan lugar a una situación ambiental de distintas
manifestaciones culturales que se denomina secularización. Se piensa, se actúa y se vive
como si Dios no existiese, de este modo en la práctica se olvida el recurso a Dios.

La situación es un reto para que los creyentes purifican la idea de Dios liberando la de
ciertos antropologismos históricos.

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