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La sociología es teórica, porque elabora teorías generales sobre el

funcionamiento de la realidad social o de una parte de la misma. La teoría


sociológica universaliza, o sea integra, los conocimientos que los estudios
empíricos aportan, en un intento de producir generaciones o leyes de
comportamiento de la sociedad y de los grupos sociales

Desde estas perspectivas, la sociología al igual que otras ciencias


sociales debe permanecer abierta a las nuevas experiencias y teorías que
surjan en el decurso del progreso científico.

RESUMEN HISTÓRICA DE LA SOCIOLOGÍA Y SUS


PRECURSORES
El estudio de las relaciones sociales o por precisar mejor, de la
sociedad, es un Hecho relativamente reciente. A lo largo de toda la edad
media, la cultura occidental, dominada por la Escolástica, redujo el papel
de las ciencias naturales o físicas a simples enumeraciones sistemáticas de
fenómenos y el hecho social fue considerado como una realidad
dependiente de la providencialista : « La sociedad que existe es la que la
providencia quiere que exista».

Las ciencias naturales fueron el primer sector del conocimiento que se


liberó del tutelaje providencialista y se orientaron hacia la búsqueda de las
leyes del universo y la naturaleza.

Mientras tanto hasta el siglo XIX, el hecho social permaneció


dominado por la especulación filosófica, conformando lo que se denomina
« pensamiento social». Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes, John Locke y
Jacques Rousseau fueron hitos en este nivel de conocimiento.
Influido por la naturalidad de las ciencias naturales, Henri de
Rouvroy, conocido como conde de Saint-Simón, expuso al iniciarse el siglo
XIX la necesidad de crear una «Ciencia del hombre» que siguiera el
trayecto metodológico de las ciencias naturales: la búsqueda de las leyes
que explican los hechos sociales. Sin embargo, su idea no rebasó el estadio
de proposición. Pocos años después, Augusto Comte recogió la idea de
Saint Simon y elaboró el concepto de sociología, entendida como disciplina
que estudia las causas y efecto del hecho social, casi· paralelamente, Pierre-
Joseph Proudhon y Kart Marx, y unos años después Herber Spencer, cada
uno a su modo y con su propia ideología, colocan los cimientos de la
sociología, cuya expansión fue realidad en el siglo XX.

La sociología a pesar de haber progresado notablemente, aún está


lejos de haber consolidado todas sus premisas fundamentales. Sin embargo,
su porvenir aparece claro y optimista. La complejidad del desarrollo de la
actividad humana y la necesidad de un mundo progresivamente más
civilizado y racial exige ya un indispensable conocimiento de lo que Ch.
Wright Mills definió como «estructura social» donde tiene lugar todo
acontecer humano.
Influencia de la Sociología
A veces, nos parece como cristianos que en este mundo mareado con tantas
ideas, estamos nadando en contra de la corriente y siendo arrastrados por
ella. Las ideas postmodernas en la televisión, las películas y las canciones
fácilmente nos influyen, sin que nos demos cuenta, ejerciendo un dominio
tan fuerte sobre nuestros hijos y seres queridos, que nos lleva a cambiar
ideas y conceptos a los que años atrás no hubiéramos estado dispuestos a
renunciar en modo alguno.
Para no ser arrastrados por esta corriente, y para dar la mano a otros que
están ahogándose en busca de respuestas apropiadas, es imprescindible
conocer las raíces del pensamiento actual, y buscar respuestas correctas
centradas en la Biblia.
El Dr. Cruz hace en este libro un análisis profundo y acertado de algunos de
los pensadores más destacados de los últimos siglos, explicando su
filosofía, y comparando sus ideas con las enseñanzas bíblicas.
“destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se
levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:4-5)!
Si los cristianos quieren participar de manera efectiva para demoler argumentos
y llevar cautivas ciertas ideas para dar gloria a Dios en primer lugar tienen que
entender las ideas y argumentos relevantes. De manera específica, tienen que
entender la base de las proposiciones presentadas en los argumentos que serán
dejados de lado o preservados y ser capaces de contribuir con contraposiciones o
justificaciones bien fundadas que resulten en la generación o adopción de una
posición nueva y más digna de defender. El objetivo de tal ejercicio no es el de
generar teorías estériles que lleven a luchas sin fin, sino más bien, como lo indica
el apóstol Pablo en 2 Corintios, facilitar la obediencia a Dios. Asimismo, el
desafío de Pablo a los cristianos de demoler argumentos y llevar todo
pensamiento cautivo, sugiere que tienen que convertirse en líderes del
pensamiento social. Esta postura armoniza con la comisión de Jesús a sus
seguidores de ser la luz y la sal del mundo (Mateo 5:13, 17). Esta afirmación de
Jesús puede interpretarse como relevante para todas las dimensiones de la
condición humana: social, intelectual, física y espiritual. Esto implica que los
seguidores de Cristo tienen que ser el medio por el cual se sazonan y preservan
(el efecto de la sal) y se iluminan y explican (el efecto de la luz) esas
dimensiones en sus formas operacionales. De esta manera, los cristianos pueden
demostrar su fidelidad al ser la sal y la luz de la sociedad donde viven.

Al ser fiel a esas funciones, llegarán a ser no solo las fuerzas de estabilización y
preservación de la sociedad sino también los generadores de significado. Y como
tal, estarán al frente de la creación de nuevos conocimientos que ofrecerán
respuesta a muchos de los interrogantes perturbadores de la sociedad en áreas
tales como salud, vida familiar y práctica religiosa.

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