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Los mejores ejemplos de impresionantes

construcciones pre Incas e Incas


Tupac Kapitah 2 937

En este artículo vamos a apreciar y estudiar algunas de las más sorprendentes


construcciones Pre Incas e Incas. Desde muros construídos utilizando enormes rocas
cortadas y talladas con gran precisión, hasta impresionantes templos en montañas y
lugares alejados de cualquiera cantera y de acceso casi imposible.

Y todo esto sucedió durante la época Pre Inca y en el Imperio Incaico, una de las civilizaciones
más sorprendentes del mundo antiguo.

Evidencias que demuestran el talento para construir de las culturas pre Inca y de los propios
Incas son las ciudades antiguas: Puma Punku, Tiahuanaco, Machu Picchu y Ollantaytambo.
Allí podemos encontrar enormes bloques de piedra que fueron traídos a estos lugares por
medios desconocidos. Ellos trabajaron la piedra Andesita, extraídas de canteras a grandes
distancias. La Andesita es una de las piedras más difíciles de trabajar, e incluso hoy en día lo
sigue siendo.

¿Cómo pudieron los individuos de esta antiguas culturas lograr tantas hazañas de
ingeniería sin tener los concimientos que tenemos ahora y sin herramientas
avanzadas? Ese es un misterio que la ciencia actual no ha podido solucionar.

¿Cómo pudieron los antiguos cortar, transportar y posicionar los enormes bloques de
piedra que pesan más de 50 toneladas? ¿Dónde el hombre antiguo obtuvo el
conocimiento para hacerlo?

En Ollantaytambo, Puma Punku, Tiahuanaco y Sacsayhuaman existen paredes compuestas por


rocas inmensas unidas entre sí, y en donde ni siquiera un papel puede ser insertado en las
uniones.

Entonces sale a la luz nuevamente la pregunta: ¿cómo ellos pudieron lograr todo
esto? Debemos tomar en cuenta que algunos de aquellos sitios tienen hasta 10 mil años de
antigüedad. Entonces… ¿tenían ellos algo que nosotros no tenemos? ¿No estamos
considerando el uso de alguna tecnología perdida? Suena lógico, sin embargo esto no esto
no es tomado en serio en la actualidad. Entonces: ¿cómo resolver el misterio que encierran
estas construcciones pre Incas e Incas? La más respuesta más posible que creo (y no solo
yo) es: existencia de avanzada tecnología en la antigüedad y que se ha perdido en el
tiempo y en el espacio.
El templo de las tres ventanas de Machu Picchu, Perú. Foto: Beto Santillán. Machu Picchu Tours &
Machu Picchu Travel.

Sacsayhuaman: La precisión de las rocas es increíble.


Después de ver las anteriores imágenes, es posible que no encontremos explicación de como
los antepasados pudieron erigir estructuras tan increíbles como estas. Si usted no las ha visto
en persona, espero que muy pronto pueda hacerlo, sin embargo le comento que su nivel de
sorpresa al tener estas construcciones frente a sus ojos se multiplicará por mil.

Ollantaytambo: El templo del sol.

¿La humanidad antigua pudo lograr esto sin ninguna ayuda externa? En esta imagen
tenemos los seis monolitos de granito rojo que iban a ser parte de una pared sin terminar.

Los monolitos están separados por un “espaciador de rocas” que les impide derrumbarse
durante eventos sísmicos.
Otra imagen del templo del sol, Machu Picchu, Perú. Observe los detalles increíbles de esta estructura.
Nuevamente, ni siquiera una hoja puede caber entre las rocas.
Templo de la luna, Machu Picchu, Perú.
Otro ejemplo que apunta claramente hacia una civilización muy avanzada.

¿Se imaginan estar encargados de un proyecto que implique construir estas maravillas
del pasado solo con herramientas de bronce y rocas?

Sacsayhuaman: Detalles increíbles como se ve en los sitios antiguos tales como Ollantaytambo, Machu
Picchu.
Puma Punku es uno de los lugares más importantes si usted quiere ver lo que el hombre antiguo era
capaz de realizar. Estas estructuras son unas de las más grandes jamás encontradas.
Increíble precisión encontrada en Puma Punku. ¿Cómo logró esto el hombre antiguo? Observe los
agujeros casi perfectos en los lados. ¿Cómo se crearon estos agujeros? Están espaciados
uniformemente.
Palacio de Roca Inca, Cuzco, Perú. Otro ejemplo de extrema precisión. Ni siquiera una hoja de papel
puede entrar entre las rocas, e impresionantemente estas parecen estar fusionadas. ¿Aplicación de
altas fuentes de calor?

Estos son sólo algunos los increíbles ejemplos que demuestran las antiguas
habilidades Inca y pre Inca. La pregunta que queda es… ¿Cómo se pudo
hacer todo este hace miles de años? ¿Existió tecnología avanzada en el pasado que se
perdió? ¿Cómo cortaban, transportaban y colocaban con tanta precisión estas estructur
as increíbles? No se puede subestimar la capacidad de los antiguos habitantes de estas zonas,
pero considero que estas construcciones no pudieron ser hechas solo utilizando
sencillas herramientas de bronce, madera y roca.

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construcciones-pre-incas-incas/#ixzz4weYuPIQ6
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ARQUITECTURA PRE-INCA
ARQUITECTURADELPERU - 09 DE NOVIEMBRE DE 2010 - 09:38 - ARQUITECTURA
PRE-INCA

Evolución y periodización de las culturas preincaicas

PRIMER HORIZONTE (HORIZONTE TEMPRANO):


CULTURAS CHAVIN CUPISNIQUE PUCARA
UBICACIÓN Departamento de Departamento de Departamento de
Ancash, a 300 KM, al La Libertad, a 600 Puno, a 61 Km al norte
norte de la ciudad de Km , al norte de la de juliaca
lima. ciudad de lima.
ARQUITECTURA  Templo viejo con  La Huaca de  Kalassaya
su plaza circular. los Reyes
“Complejo (Complejo
 Galerías caballo arqueológico de
subterráneas muerto” Pucara.)

 Templo nuevo con  Monte


su plaza grande.
cuadrangular
hundida

La arquitectura chavín se evidencio a partir del primer milenio antes de Cristo.


En esta época nos enfrentamos a una gran civilización andina “Chavín (de
Huántar)”.Esta civilización andina estuvo situada en el pueblo chavín de huántar,
en el departamento de Ancash, a 300 Km, al norte de la ciudad de lima. Asimismo,
esta cultura fue descubierta por Julio C. Tello en 1919[1]

La arquitectura Chavín se manifestó a través de sus piedras labradas y pulidas,


cientos de monolitos y de estelas, dotados de rasgos mágico-religiosos. Asimismo,
esta constituido por diversos edificios piramidales, Plazas, portadas, etc. Sin
embargo, La mas representativa muestra de su estructura arquitectónica fue el
templo de chavín de huántar o también llamado “Castillo de Chavín de
Huantar”.[2]

El templo viejo de chavín de huantar fue construido entre 1000-500 a.c. Este
templo esta constituido por 3 pirámides que en conjunto forman una letra U. El
templo viejo fue construido con una masa constituida por piedras sin labrar y
barro. Asimismo, este Templo en su interior albergaba una red de pasajes
subterráneos que fueron llamadas “galerías”, las cuales tenían funciones
importantes dentro de las ceremonias que se celebraron en el templo. Entre las
más importantes galerías tenemos a la galería del lanzón.[3]

La galería del lanzón, tiene en su interior al ídolo llamado lanzón monolítico que
se sitúa en una intersección entre el laberinto de túneles. Además, la abertura
situada encima de la cabeza le dio el nombre de lanzón. Esta piedra es de gran
importancia para los Chavín, ya que esta tallada la imagen del dios de abajo “dios
sonriente” que representa la fecundidad de la tierra.[4]
El templo viejo se halla precedido por una plaza de forma circular hundida. Esta
plaza tiene dos escalinatas, que se encuentran ubicadas en lados opuestos. por los
que se puede acceder adentro . Las paredes de este patio circular fueron de
piedras finamente pulidas y decoradas con figuras míticas en alto y bajo relieve.[5]

El templo viejo con el tiempo habría experimentado ampliaciones y


remodelaciones, que habrían dado paso al “templo nuevo”. Este al igual que el
templo viejo comparte la forma de U del templo. La pirámide central tiene forma
de cubo e impresionan a todo visitante. Es por ello, que se le da el nombre de
“castillo”. Asimismo, en la construcción de esta pirámide se utilizaron piedras
como el granito blanco a las que pulieron y le dieron forma rectangular.[6]

La plaza cuadrangular hundida se encuentra frente a la pirámide principal.


Cuatro escalinatas comunican el exterior con el interior. estos cuatro muros están
compuestos de piedras pulidas. Sobre uno de los muros se encuentra tallada la
famosa medusa.[7]

La divinidad principal en la época del templo nuevo se encuentra tallada en un


gran bloque de piedra que es denominado La estela de Raimondi. Esta constituida
de granito pulido ;y esta hecha con una técnica de rivalidad del contorno en las
formas de su arte.esta técnica significa que la imagen se puede ver de varias
maneras.[8]

Por otro lado, también, se manifestaron las grandes edificaciones arquitectónicas


de la Cultura Cupisnique a través de las edificaciones del complejo caballo
muerto, que esta compuesto por siete edificios que exhiben la plantas en forma
de U, siendo el mas conocido el edificio de la Huaca de los Reyes. Esta es la
pirámide sagrada más famosa del Centro Ceremonial de Caballo Muerto del periodo
FORMATIVO. Se ubica en el distrito de Laredo, cerca la ciudad de Trujillo, en la
costa norte del Perú.

La "Huaca de los Reyes" fue descubierta científicamente por Michael Moseley en


1972.Esta edificacion es un monumento de la arquitectura religiosa del complejo.
Esta edificacion adopta una típica configuración en forma de U. La huaca de los
reyes estuvo compuesta por plataformas superpuestas, con un patio hundido y
cuartos rectangulares con entradas múltiples. Asimismo, esta edificación fue
hecha con piedras semilabradas y adobe. Esta construcción fue obra de los grandes
arquitectos cupisnique, que lograron realizar una majestuosa obra arquitectónica
que tiene un armonioso diseño. La técnica de los arquitectos cupisnique consistía
en realizar planos para elaborar sus construcciones. Esto lo realizaban por motivos
de estética. Asimismo, los materiales mas comunes que utilizaban eran humildes.
Por ejemplo, utilizaban la piedra del sitio, el barro.[9]

Otra gran edificación es Monte Grande en el Valle de jequetepeque que destaca


por sus plataformas conectadas con escalinatas. Asimismo, esta presenta una plaza
cuadrangular hundida. En el valle de la leche se encuentra la edificación
denominada huaca de lucia con las columnas pintadas de rojo.[10]

Otra cultura desarrollada en el mismo periodo es la Cultura Pucara, esta se


destaca porque edifica sus construcciones con piedra, superando a los maestros de
chavín de huantar. una de las estructuras mas importantes de la cultura pucara es
Kalassaya pirámide de 300 m de largo, por 150 metros de ancho y 30 m de
altura,[11]

INTERMEDIO TEMPRANO

CULTURAS NAZCA MOCHICA


UBICACIÓN Valles de pisco, chincha, Valle de moche en la libertad,
nazca (rio grande), Ica y su origen esta en la cultura
Acari (costa sur del Perú) vicus
ARQUITECTURA  Centro cultural y
ceremonial Cahuachi

 Construyeron ciudades:  Huaca del sol


la estakeria, tinguiña.
 Huaca de la luna
 Huaca del sol
 Huaca la cruz
 Huaca de la luna
 Complejo arqueológico de
 Huaca la cruz sipan

 Complejo arqueológico
de sipan

En el intermedio temprano, una de las culturas que destacaron en cuanto a


arquitectura fueron La Cultura Nazca que se desarrollo en la región de pisco,
chincha, nazca (rio grande), Ica y Acari (al sur del Perú). La capital de la sociedad
nazca se encontraba en Cahuachi. Esta cultura fue descubierta por el arqueólogo
alemán Max Uhle entre 1900 y 1901y corresponde al periodo del horizonte
temprano intermedio . Esta cultura destaco por las famosas líneas de nazca que
hasta la fecha es un gran enigma de la historia humana.[12] En cuanto a su
arquitectura la cultura Nazca destaco, ya que tenían un gran sentido de diseño
urbano. Este tenia como principal centro cultural a Cahuachi, situado al suroeste
de la actual ciudad de Nazca, es una ciudad conformada por 6 complejos
arquitectónicos, murallas. Al interior de esta ciudad se construyeron enormes
monumentos arquitectónicos. El material de construcción que utilizaron fue la
piedra y el adobe. Asimismo, la ciudad de cahuachi ha sido considerada como la
capital de la cultura nazca., ya que fue su centro administrativo más
importante.[13]
Por otro lado, La Cultura Moche corresponde al denominado periodo intermedio
temprano. Esta cultura se desarrollo entre los siglos 300 a.C y 700 d.C. Su ubicación
geográfica es en la costa norte del Perú. Esta cultura abarca los departamentos
actuales de Ancash, Lambayeque y la libertad. En cuanto a su arquitectura los
mochica presentaron diferentes estructuras arquitectónicas como grandes
monumentos, templos y plataformas.[14]

Los moche se caracterizaron por utilizar el barro y el adobe en sus construcciones.


Esta sociedad construyo centros urbanos ceremoniales, talleres artesanales, etc.
Asimismo, los moche construyeron dos importantes estructuras que fueron la
Huaca del sol y de la luna. a 16 km al sur de la ciudad de Trujillo, , siendo éstas
las estructuras de adobe más grandes de Sudamérica. Estas fueron hechas de barro
y adobe y Estas fueron construidas sobre plataformas solidas con terrazas
escalonadas y rampas de acceso. La huaca del sol fue un centro administrativo,
que mide 493 m. de largo por 160 m. de ancho y 41 m. de alto. esta huaca presenta
terrazas superpuestas, y vista de arriba tiene la forma de una enorme cruz con sus
brazos extendidos. La construcción es de adobe. Asimismo, se sostiene un mito en
base a esta edificación. El cronista Calancha sostiene que esta edificación había
sido levantada en tan solo 3 dias de trabajo y con el esfuerzo 200 mil
hombres.[15] A comparación, La Huaca de la Luna (Muro con frisos decorado) es
de poco volumen y se encuentra en la base del Cerro Blanco. Era el centro
religioso. Está formada por tres pirámides, midiendo 290 m. de norte a sur y 210
m. de este a oeste. Además de presentar varias reconstrucciones se caracteriza
por sus murales pintados.[16]

CULTURAS TIAHUANACO HUARI


UBICACIÓN Al sureste del Lago Titicaca en Al noreste del
el Altiplano Boliviano, a una departamento de
altura de 3825 metros sobre el Ayacucho, en los andes
nivel del mar. centrales.
ARQUITECTURA  Kalasasaya(interior del  Restos de las murallas
templo) de la ciudad de huari

 Chulpas Construcciones de caminos

 La puerta del sol

 Complejo arquitectónico

SEGUNDO HORIZONTE MEDIO

En el segundo horizonte medio se desarrollo la Cultura Tiahuanaco. Esta se


destaco por su gran complejo arquitectónico. Este se encuentra ubicado a 20 Km
del lago Titicaca. Es un centro compuesto de edificios administrativos y religiosos,
Esta cultura utilizaba el adobe en sus edificaciones. Es por ello. Que tiahuanaco
no ha podido ser conservada debido a la poca resistencia del adobe frente a un
clima devastador. Al centro de este complejo se encuentra el edificio de
kalasasaya. Este ultimo fue uno de los mas importantes edificaciones ceremoniales
del gran conjunto de Tiahuanaco. Kalasasaya significa “piedra parada”. esta
edificación esta constituido por grandes piedras alargadas plantadas en el suelo a
manera de estacas.[17] Las grandes piedras utilizadas fueron aprox. de 5m de
altura y algunos bloques pesaban mas de 100 toneladas.[18] En su interior existe
un gran patio rectangular hundido al que desciende por una escalinata labrada;
pasando a través de una puerta monolítica, en cuyo centro se encuentra una
estela.[19]

Por otro lado, en este mismo periodo también se desarrollo la Cultura Huari. La
arquitectura de su capital se veía como las ciudades europeas antiguas. Huari era
tan amplia que los arqueólogos la dividieron en sectores. Asimismo, Los huari
fueron los primeros en desarrollar la idea de urbanismo en la sierra. En esta cultura
se construyeron majestuosos complejos arquitectónicos. Entre ellos, destacan
unos edificios en forma de “D”. que tienen un contorno circular y son grandes.
Eran centros donde se realizaban ceremonias. También se puede encontrar una
organización arquitectónica ”Pikillaqta”. Este es un inmenso yacimiento que posee
enormes muros exteriores que atraviesan el paisaje. su planta es casi cuadrangular
y miden 1200 metros de largo. Se construyeron estos edificios para la
administración civil y guarniciones militares.[20]

Los huari se caracterizaron de las demás culturas por la independencia de centros


urbanos amurallados con una buena planificación y ubicación (lugares
estratégicos). Las murallas estaban hechas de piedras unidas con barro; y los muros
alcanzaban una gran altura de hasta 12 metros.[21]Una muestra de sus
edificaciones es el edificio del conjunto de huilcahuain, cerca de huaraz, en el
callejón de Huaylas. Esta edificación formaba parte del núcleo urbano de
hualcahuain. Era de considerable tamaño, construido con ´piedras labradas, mide
15m por 20 m y tiene 3 pisos que alcanzan una altura de 9 m y tiene un sistema de
ventilación.[22]

rquitectura incaica
Piedra de los doce ángulos en la Calle Hatum Rumiyoc (Ciudad del Cuzco), es considerada por
muchos como la figura más representativa de la perfección lograda en la arquitectura inca. Corresponde
al estilo arquitectónico: Cuzqueño, al tipo arquitectónico: Engastado o Enchased y a la Fase
incaica: Regional o de la Confederación.

Muro del templo de Coricancha en Cuzco, la capital incaica. Corresponde al estilo


arquitectónico: Cuzqueño, al tipo arquitectónico: Imperial o Rectángular y a la Fase incaica: Imperial o
de la Expansión.

Se denomina arquitectura inca al estilo arquitectónico que estuvo vigente durante el imperio
inca, especialmente a partir del gobierno de Pachacutec Inca Yupanquihasta la conquista
española (1438-1533).
La arquitectura desarrollada en el incanato se caracteriza por la sencillez de sus formas, su
solidez, su simetría y por buscar que sus construcciones armonicen el paisaje. A diferencia de
sociedades costeñas como la chimú, los incas utilizaron una decoración bastante sobria. El
principal material utilizado fue la piedra, en las construcciones más simples era colocada sin
tallar, no así en las más complejas e importantes. Los constructores incas desarrollaron
técnicas para levantar muros enormes, verdaderos mosaicos formados por bloques de piedra
tallada que encajaban perfectamente, sin que entre ellos pudiera pasar ni un alfiler. Muchas
veces esos bloques eran tan grandes que resulta difícil imaginar su colocación, las mejores
muestras de esta habilidad se encuentran en la zona del Cuzco. Se sabe que los mejores
talladores de piedra eran collas, provenientes del Altiplano y que muchos de ellos fueron
llevados al Cuzco para servir al estado.
Índice
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 1Características de sus construcciones


o 1.1Sencillez
o 1.2Solidez y Materialidad
o 1.3Simetría
o 1.4Monumentalidad
o 1.5Materiales
 2Formas arquitectónicas incas
o 2.1Kancha
o 2.2Kallanka
o 2.3Ushnu
o 2.4Tambo
o 2.5Acllahuasi
 3Construcciones arquitectónicas
o 3.1Ciudad del Cuzco
 3.1.1Cuzco monumental
 3.1.2Cuzco: Símbolo del Tahuantinsuyo
o 3.2Centros administrativos provinciales
 3.2.1Tambo Colorado
 3.2.2Huánuco Pampa
 3.2.3Tomebamba
 3.2.4Cajamarca
o 3.3Construcciones de carácter religioso
 3.3.1Vilcashuamán
 3.3.2Coricancha
o 3.4Construcciones militares y conmemorativas
 3.4.1Inca Huasi
 3.4.2Sacsayhuamán
o 3.5Arquitectura de élite
 3.5.1Ollantaytambo
 3.5.2Písac
 3.5.3Machu Picchu
 4Notas
 5Bibliografía
 6Véase también
Características de sus construcciones[editar]

Detalle arquitectónico de una ventana en Machu Picchu. Corresponde al estilo


arquitectónico: Cuzqueño, al tipo arquitectónico: Pirqa o Rústico y a la Fase incaica: Imperial o de la
Expansión.

Sencillez[editar]
Las construcciones incas carecen de adornos o decoraciones complicadas. El tallado,
escultura, altos o bajos relieves no se utilizaron de manera excesiva o decorativa. Esta
austeridad se refleja también en la disposición de los ambientes dentro de los templos, ambos
o incluso dentro de la misma habitación del Inca gobernante.
A pesar de esta sencillez, las crónicas hispánicas hablan de un decorado especial en
el Coricancha en donde destacaban los relieves y esculturas en oro. Al parecer este templo
sería el único que ostentaba este tipo de decoraciones.
Solidez y Materialidad[editar]
Emplearon la piedra en grandes bloques sin ninguna necesidad de utilizar argamasa. Las
piedras eran usadas de tal manera que encajaba una con otra. Un ejemplo de esta
arquitectura se encuentra en el templo de Sacsayhuaman.
Simetría[editar]

Maqueta inca del Tambo Real de Huancabamba (Yauya, Áncash).

Los muros incas son perfectamente ensamblados.

Las partes de sus construcciones eran iguales a partir de su eje. En planta, la simetría es
difícil de apreciar ya que los espacios están superpuestos, aunque suelen converger en un
ápice o en algunos casos, en una sala principal.
Monumentalidad[editar]
Por sus grandes proporciones. Las piedras, que eran muy grandes, ayudaban a que las
construcciones fueran también grandes, por lo que se puede encontrar varios sitios en la
ciudad del Cuzco con monumentos de piedra bastante grandes. Tenía una adaptación a la
topografía y los accidentes geográficos de la zona. Los incas, querían demostrar que ellos
podían hacer lo que ellos quisieran con la piedra, por lo que hicieron una de sus más grandes
obras: la piedra de 12 ángulos.
Materiales[editar]
Muchos de los materiales empleados en la construcción de la arquitectura inca no pertenecían
exclusivamente al Cuzco. Por las fuentes etnohistóricas, se creía que muchas de las
estructuras incas contenían materiales totalmente foráneos, entre ellos la piedra o el adobe
(ladrillo de barro cocido).
Formas arquitectónicas incas[editar]
Kancha[editar]
Fue la unidad de composición arquitectónica más común, consistía en un cerco rectangular
que albergaba tres o más estructuras rectangulares dispuestas simétricamente alrededor de
un patio central.1 Las kanchas alojaban por lo general diferentes funciones ya que
conformaban la unidad básica tanto de viviendas como también de templos y palacios;
adicionalmente, varias kanchas podían ser agrupadas para formar las manzanas de los
asentamientos incas.2 Un testimonio de la importancia de estas unidades de composición en
la arquitectura inca es la ciudad del Cuzco, cuya parte central consistía de grandes kanchas,
incluyendo el tempo del sol (Coricancha) y los palacios del Inca.3 Los más preservados
ejemplos de kancha se encuentran en Ollantaytambo, un asentamiento inca ubicado al
margen del río Urubamba.4
Kallanka[editar]
Eran grandes recintos rectangulares, hasta de 70 metros de largo, asociados a centros
estatales de importancia. Estas estructuras, mencionadas como galpones en las crónicas,
presentaban por lo general varias puertas, nichos y ventanas y se cubrían con techos a dos
aguas. El hecho de que aparezcan en las proximidades de grandes plazas, sugiere que
estuvieron vinculadas a actividades ceremoniales, así como al hospedaje de numerosas
personas; principalmente administradores o funcionarios en campaña.
Ushnu[editar]

Ushnu en Vilcashuamán.

Estructura piramidal trunca y escalonada, configurada a partir de la superposición de varias


plataformas rectangulares. Se encuentra presente en los centros administrativos estatales. El
acceso a la cima del ushnu era realizado a través de una escalinata central. Su función era
servir como estrado. Desde su cúspide, el Inca, o su representante, dirigía ceremonias
religiosas y reuniones de carácter familiar.
Tambo[editar]
Posadas construidas a lo largo de los caminos principales del Tahuantinsuyo, llamados
mesones o ventas por los cronistas. Eran edificaciones sencillas de uno o varios ambientes,
las cuales eran ocupadas por los viajeros como lugares de reposo. Contenían espacios para el
almacenamiento de los suministros necesarios para el sostenimiento de los caminantes.
Acllahuasi[editar]

Acllahuasi en Pachacámac.

Identificado por Garcilaso como la "Casa de las Escogidas", corresponde a los edificios
residenciales de las acllas, que eran los grupos de mujeres especializadas en actividades
productivas, particularmente en la textilería y preparación de chicha, y que estaban obligadas
a prestar servicios laborales al Estado. Estos edificios, comparados erróneamente por los
cronistas con los conventos cristianos, se encontraban distribuidos en todos los centros
provinciales del Tahuantinsuyo.

Construcciones arquitectónicas[editar]

Muro inca en la ciudad del Cuzco.


Ruinas incas de Wiñay Wayna. Cusco - Perú.

Construcción inca de Ingapirca. Provincia de Cañar-Ecuador.

Ciudad del Cuzco[editar]


Artículo principal: Cuzco

Antes de la fundación del Cuzco se ubicaba en el lugar una pequeña aldea llamada Acamama.
Estaba formada por humildes construcciones de piedra y paja, y en ella se cobijaban
varios ayllus. Se dividía en cuatro secciones, que tenían que ver con los criterios de arriba y
abajo, izquierda y derecha.
Cuando Manco Cápac funda la ciudad, ésta se ubica entre los cauces de los ríos Tullumayo y
Saphy, desde una colina hasta la confluencia de ambos ríos. Dicha ciudad se convirtió en la
capital política y religiosa del Estado y con el tiempo fue necesario introducir nuevas formas de
subdividir el espacio.
Cuzco monumental[editar]
Durante mucho tiempo la ciudad fue bastante simple, pero luego de la guerra con
los chancas quedó muy destruida. Entonces Pachacútec decidió construir la majestuosa
capital que conocieron con asombro los españoles.
Cuzco era una ciudad llena de palacios y grandes canchas cercadas por un muro con una sola
entrada, donde tenían su residencia los señores de mayor importancia. Lucía muy ordenada.
Sus calles eran empedradas y contaban con sistemas de drenaje. Destacaban dos plazas
principales separadas tan solo por el riachuelo Huatanay: Huacaypata y Cusipata. En la
primera se realizaban los más importantes rituales y fiestas.
Los más grandiosos edificios dentro del Cuzco y en sus alrededores son: el Coricancha, la
fortaleza de Sacsayhuamán, Ollantaytambo, Písac, Quenqo y Machu Picchu, los que
pertenecieron a la época imperial.
La ciudad alcanzó gran prestigio como centro religioso, además de constituir el centro político
del imperio. Cada uno de los incas que moría tenía allí una casa que se conservaba para él,
con todas sus pertenencias dentro incluyendo la servidumbre y sus mujeres.
Se dice que el plano de Cuzco tenía la forma de un puma y que su cabeza estaba
representada por Sacsayhuamán, fortaleza planificada por Pachacútec. Entre las piernas del
animal se encontraría la plaza Haucaypata.
Cuzco: Símbolo del Tahuantinsuyo[editar]
El historiador Franklin Pease decía que los cronistas destacaron el sentido simbólico del
Cuzco como centro y origen del mundo de los incas. La ciudad misma era reverenciada y se
indica que era un símbolo de todo el Tahuantinsuyo. Esto explicaría la repetición simbólica de
la estructura de la ciudad en los centros administrativos incaicos. Algún cronista llegó a decir
que quien venía del Cuzco debía ser reverenciado por quien iba a él, ya que había estado en
contacto con la ciudad sagrada.
Centros administrativos provinciales[editar]
Conforme se iba expandiendo el Tahuantinsuyo se fueron construyendo centros provinciales
desde los cuales se administraban las diferentes regiones conquistadas. La planificación
estatal implicaba el uso de maquetas de barro en las que se representaba desde valles
enteros hasta un edificio, antes de empezar a construirlo. En la costa, la piedra usualmente
era sustituida por el tapial o el adobe.
Tambo Colorado[editar]
Artículo principal: Tambo Colorado

Fue uno de los centros más importantes establecidos por los incas en la costa. Es un conjunto
de construcciones hechas con tapiales y adobes. Aunque en algunas zonas presenta una
decoración aparentemente anterior, las puertas y hornacinas tienen la forma trapezoidal típica
de los incas. Se le conoce como Tambo Coloradopor la pintura roja, que todavía se puede ver
en sus paredes, a pesar de que también se conservan algunos muros con pintura amarilla y
blanca. En torno a una plaza de planta trapezoidal se distribuyen varias estructuras entre las
que se cuentan depósitos, viviendas y un edificio principal conocido como la Fortaleza. [1]
Huánuco Pampa[editar]
Artículo principal: Huánuco Pampa

Puerta inca de ingreso a Huánuco Pampa. Huánuco-Perú.


Fuerte de Samaipata, de antecedentes preincas y ocupado por los Incas. Departamento de Santa Cruz-
Bolivia.

Conocido también como Huánuco Viejo. Es un importantísimo centro de más de 2 km.²


ubicado sobre una explanada a cuatro mil metros de altura. Fue establecido allí porque
marcaba el punto medio del camino entre el Cusco y Tomebamba. Alrededor de una gran
plaza que contiene un ushnu o estructura sobre la cual se ubica una especie de asiento, se
distinguen cuatro diferentes sectores: uno de depósitos al sur, uno de confección de tejidos al
norte, uno de viviendas comunes al oeste, y otro de residencia del inca durante sus visitas al
sitio. En total habría unas cuatro mil construcciones dedicadas a funciones militares, religiosas
y administrativas.
Tomebamba[editar]
Artículo principal: Tomebamba

Túpac Yupanqui inició la construcción de este centro administrativo, desde el cual se afirmó la
conquista de los cañaris y se controló el límite norte del Tahuantinsuyo. Su importancia fue
aumentando rápidamente tanto que se convirtió en la segunda ciudad más importante del
imperio.
Cajamarca[editar]
Artículo principal: Cajamarca

Lugar de especial importancia, pues allí fue capturado el inca Atahualpa marcando el inicio del
ocaso del imperio. Por aquellos momentos era un pueblo muy grande, con una plaza
amurallada al centro. El Templo del Sol, el Palacio del Inca y el Acllawasi, reproducían el más
puro estilo arquitectónico cuzqueño. Se dice que el fundador de la ciudad fue Túpac Yupanqui.
Otros centros administrativos y religiosos incas fuera del Cusco
fueron: Samaipata, Incallajta, Tilcara entre otros.
Construcciones de carácter religioso[editar]
Vilcashuamán[editar]
Artículo principal: Vilcashuamán

Fue un centro administrativo y religioso establecido luego de que los Incas conquistaran a
los Chancas y a los Pocras. Se ubica en la provincia de Vilcashuamán, en el departamento
de Ayacucho, a 3.490 msnm. Según los cronistas, Vilcashuamán debió albergar a unas 40.000
personas. La ciudad estaba conformada por una gran plaza en la que se realizaban
ceremonias con sacrificios, alrededor de esta se encuentran los dos edificios más importantes:
el Templo del Sol y la Luna y el Ushnu. El Ushnu es una pirámide trunca aterrazada de cuatro
niveles a la que se ingresa por una puerta de doble jamba, característica de los recintos más
importantes. En su plataforma superior hay una piedra grande tallada de manera singular
conocida como el Asiento del Inca y se dice que antiguamente estuvo recubierta con láminas
de oro.

Vista del Coricancha (construcción inferior) y Convento de Santo Domingo (edificado encima del
anterior) en la ciudad del Cuzco. El Coricancha fue considerado la principal construcción de todo
el imperio inca, condición que perdió al ser destruido en la conquista española.

Coricancha:restauración digital de su posible aspecto original.

Coricancha[editar]
Artículo principal: Coricancha

Fue el templo principal del Cusco. Después de la guerra con los Chancas, Pachacútec se
encargó de reconstruirlo, colocando en su interior grandes cantidades de oro y plata, tanto así,
que de Inti cancha (recinto del sol) pasó a ser conocido como Coricancha (recinto de
oro). Pachacútec colocó al sol (Inti), divinidad de los incas cuzqueños, en el lugar principal.
Este templo es una de las mejores muestras de la fina arquitectura inca. Destaca su muro
curvo hecho con una perfección admirable. Sobre los restos de los muros incas se levanta hoy
el Convento de Santo Domingo.
Construcciones militares y conmemorativas[editar]
Inca Huasi[editar]
Artículo principal: Inca Huasi

Está en el valle de Lunahuaná, cerca a San Vicente de Cañete. En aquella zona existía un
curacazgo conocido como Guarco, que fue conquistado por los incas luego de cuatro años de
tenaz resistencia. Según la tradición, Túpac Yupanqui decidió llamar a este extenso centro
administrativo Cusco, igual que la capital del imperio, y quiso que sus calles y plazas llevaran
los mismo nombres que las que había en él. En Inca Huasi se reproducía la distribución
cuatripartita del espacio. El Complejo Arqueológico Incahuasi, cuya traducción al castellano es
"Casa del Inca", se encuentra en el Km 29.5 de la carretera Cañete - Lunahuaná. Corredores y
pabellones al interior del Templo del Sol. Fue también un centro de adoración, sacrificio y
observación climatológica. En la parte de este complejo dedicado al Templo del Sol, se puede
apreciar que las habitaciones tienen columnas de forma cilíndrica, incluso hay un recinto en el
cual una de estas columnas forma parte de la pared. Aparentemente estas columnas
formaban parte de un Intihuatana (Reloj solar inca).
Sacsayhuamán[editar]

El santuario de Saqsaywaman, también llamado fortaleza ubicada en las afueras del Cusco y edificada
por motivos religiosos,y no bélicos fue usada como centro de adoración al sol, resistencia militar durante
la conquista de los españoles.

Artículo principal: Saqsaywaman

Sobre una colina que domina el Cusco desde el lado norte se ubica el recinto religioso
de Saqsaywaman. Se compone de tres plataformas hechas con enormes muros de contención
en forma de zigzag, sobre las que se ubicaron tres torreones. Los muros se hicieron uniendo
bloques de piedra de dimensiones sorprendentes, algunos llegan a medir 9 m por 5 m por 4 m.
La historiadora María Rostworowski especula respecto de si Saqsaywaman fue una fortaleza
militar usada para la defensa del Cusco, pues los relatos de invasión chanca dicen que éstos
entraron fácilmente a la ciudad sin enfrentar una resistencia militar importante. Además,
mientras el imperio del Tahuantinsuyo se expandía, no existía el peligro de ataque
al Cusco. Rostworowski cree que fue un monumento a la victoria sobre los chancas, y que en
las festividades se representaba allí batallas rituales. Esto además sirvió como gran ayuda a
los incas a poder defenderse contra las tropas militares extranjeras.
Arquitectura de élite[editar]
Ollantaytambo[editar]
Artículo principal: Ollantaytambo

Ollantaytambo o Ullantaytampu es otra obra monumental de la arquitectura inca. Es la única


ciudad del incanato en el Perú aún habitada. En sus palacios viven los descendientes de las
casas nobles cusqueñas. Los patios mantienen su arquitectura original. Esta ciudad constituyó
un complejo militar, religioso, administrativo y agrícola. El ingreso se hace por la puerta
llamada Punku-punku. Ollantaytambo está ubicado en el distrito del mismo nombre, provincia
de Urubamba, aproximadamente a 60 km al noroeste de la ciudad del Cuzco y tiene una altura
de 2.792 metros sobre el nivel del mar.Situado 600m más abajo de Cuzco, disfruta de un clima
más cálido y de una tierra más fértil, que los incas aprovecharon al máximo para levantar
poblaciones e importantes centros agrícolas. El valle está rodeado de escarpadas montañas
que hacen que adquiera una sensación de estar en un sitio especial, pero bueno, eso no es
novedad, se respira nada más entrar aquí.
Písac[editar]
Artículo principal: Písac

Písac.

Písac (también Pisaq) está ubicado a 33 kilómetros de la ciudad del Cuzco. Su sitio
arqueológico es uno de los más importantes del Valle Sagrado de los Incas. La arquitectura de
Písac es mestiza, construida sobre restos indígenas por el virrey Francisco de Toledo. La
belleza de sus muros, construidos con grandes bloques pétreos pulidos con extraordinaria
simetría e inigualable manejo de la piedra dejan al visitante perplejo."A orillas de Willkamayu,
el sagrado río dios que corre por cauces de piedra labrada dominando su furia, comienzan las
franjas de luz y sombra de los famosos andenes de P´isaq, la gran ciudad de los perdices.Una
urbe de leyenda que fue construida en una cresta de roca azul, casi sobre el aire para avizorar
el más hermoso de los valles cusqueños".
Machu Picchu[editar]
Artículo principal: Machu Picchu
Machu Picchu, considerada actualmente la construcción más representativa del imperio inca, está
enclavada en las faldas de dos montañas: el Machu Picchu y el Huayna Picchu. Es una de las pocas
construcciones que resistieron intactas el paso de la conquista española por la región.

Machu Picchu ha sido por mucho tiempo uno de los más inquietantes enigmas del pasado
incaico. Se ubica a algunos cientos de metros sobre la margen izquierda del
río Vilcanota o Urubamba, a 2490 msnm. El primer aspecto que llama la atención es su
ubicación, en la cima de un cerro cubierto de vegetación y de difícil acceso. Este aislamiento
hizo posible que el sitio se mantuviera intacto por cientos de años. Al principio se pensó que
podría tratarse de Pacaritambo, el lugar de origen de los incas. Luego creyó que
era Vilcabamba, refugio de los descendientes de los gobernantes incas. El hecho es que,
hasta entonces, no se tenía noticia de la existencia de este sitio ni siquiera a través de las
crónicas.
Para su estudio fue dividido en diferentes sectores, dependiendo de las características, poco o
muy elaboradas, de la arquitectura. Estos podían ser el sector urbano, el agrícola, el religioso,
etc. El sector agrícola corresponde a un conjunto de terrazas o andenes perfectamente
adaptados a las abruptas laderas del cerro, y que se complementaban con canales. Existe un
ingreso principal resguardado por puestos de vigilancia, así como una muralla que separa el
sector agrícola del urbano. Al centro del sitio se ubica una plaza principal con una roca
alargada parada al medio.
En el sector religioso destacan el Templo de las Tres Ventanas y el Intihuatana, o reloj solar,
bloque de piedra con funciones astronómicas ubicado sobre una pirámide trunca. Hacia el
lado este, en la parte inferior de las terrazas, hay un cementerio. Las excavaciones realizadas
han sacado a la luz una serie de entierros, de los cuales la gran mayoría eran de mujeres. Tal
vez vivió allí una reducida élite de sacerdotes rodeados por un grupo de mujeres dedicadas al
culto, las llamadas Vírgenes del Sol.

Los Andenes
Carpeta Pedagógica Técnicas Agrícolas Inca

Los Andenes
La forma más conocida es la construcción de andenes o terrazas agrícolas artificiales para el sembrio de
diferentes productos, asociado comúnmente con el cultivo del maíz. Los andenes son conocidos desde tiempos
muy anteriores a los Incas, pero hay que indicar que durante el período de los Incas la construcción de los
andenes se generalizó enormemente por todo el Tawantinsuyu.

Para la construcción de andenes, todas las etnias o culturas sujetas por los Incas, estaban obligadas a entregar
una sétima parte del número de jefes de familia quienes eran destinados a las construcciones de andenes durante
el Tawantinsuyu.

Utilidad de los andenes

La utilidad de los andenes era múltiple, entre ellas tenemos:

1. Para habiliar la tierra para la siembra en las escarpadas laderas andinas. Así lograban ampliar la frontera
agrícola.

2. Permitían aprovechar mejor el agua (tanto de lluvia como de regadío), haciéndola circular a través de los
canales que comunicaban los diversos niveles de los andenes.

3. Evitaba la erosión hidraúlica del suelo. Es muy posible que hubiera andenes destinados únicamente a evitar
la erosión, y los había también para usos distintos, como el lavado de la sal mineral.

4. Formada microclimas y retenía la humedad.

Andén (agricultura)
Andenes en el Valle Sagrado de los Incas, en proximidad de Písac, Perú.

Los andenes son bancales o conjuntos de terrazas escalonadas construidas en las laderas de
las montañas andinas y rellenadas con tierra de cultivo. La mayoría de los andenes existentes
datan de los tiempos precolombinos.

Índice
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 1Origen e historia
 2Zonas de andenes
 3Temas relacionados
 4Referencia externa

Origen e historia[editar]
Los ríos que discurren por la cordillera de los Andes forman valles estrechos de los territorios
situados por encima de los 500 metros de altitud. A diferencia de la zona costera donde la
irrigación con canales permitió ganar tierras cultivables a los desiertos planos, en las zonas
montañosas de la cordillera existen valles muy estrechos y profundos lo que impedía la
existencia de una agricultura a gran escala. Los antiguos habitantes de la región andina, al
necesitar tierras de cultivo adicionales a las que les ofrecían sus estrechos valles, intentaron
ganar esas tierras a costa de las montañas y crearon los primeros andenes.
La escala no parece haber sido muy importante hasta aproximadamente el siglo VI de nuestra
era, cuando el Estado Huari o Wari empieza una masiva construcción de andenes en la región
de Ayacucho, lo que implicaba una gran inversión de fuerza de trabajo. Es precisamente a
partir de ese momento en que Huari cobra importancia geopolítica y empieza su expansión por
los Andes Centrales en lo que es considerado el primer imperio andino (siglos VI a X).
En los siglos sucesivos se perfeccionó la técnica de construcción de andenes, incorporando
capas de diferentes materiales al relleno, para controlar mejor el drenaje de los mismos frente
a las lluvias. En el siglo XV, los incas invirtieron recursos considerables no solo en los rellenos
sino en la calidad de los muros de piedra. En el período incaico, precisamente, los andenes
fueron usados para otros fines, como controlar la erosión de las montañas donde construían
sus centros ceremoniales. Por ejemplo, buena parte de los andenes construidos en el extremo
oeste de Machu Picchu tienen esa finalidad.

Zonas de andenes[editar]
Los andenes de una escala poseen un atractivo extra más allá del histórico y de sus originales
motivaciones económicas: Son en sí mismos recursos paisajísticos y su distribución en las
montañas andinas no está exenta de valores estéticos. Muchos de ellos siguen la curva
natural de las laderas lo que hace que guarden armonía visual con el entorno. La idea de
jardines colgantes en las montañas, puede calzar bien con la descripción de los andenes.
Entre el centro del Perú y el norte de Bolivia se encuentran algunos los conjuntos de andenes
mejor conservados, aunque los hay también en el norte de Chile y Argentina. Probablemente
una de las zonas de andenes más destacadas se ubiquen en Andamarca (provincia de
Lucanas, departamento de Ayacucho) ,y el Valle del Colca (cuyas terrazas fueron construidas
por los collaguas a partir del siglo XI). Son visualmente impactantes los de las islas del
lago Titicaca (construidos por los aimaras) y los del llamado Valle Sagrado de los Incas en
el Cuzco, construidos por los incas donde destacan especialmente los conjuntos de andenes
concéntricos de Moray, y las enormes terrazas de Pisaq y Ollantaytambo. Buena parte de
estos andenes son usados hasta el día de hoy, lo que refleja la calidad de su diseño.
Durante la época inca, la principal preocupación fue ganar tierras para la agricultura; por esa
razón, construían sus ciudades en lugares altos, pedregosos, como Machu Picchu, por ejemplo.
De esta manera, los incas no utilizaban tierras agrícolas, las cuales eran manejadas con
las Terrazas o Andenes.

¿Qué eran los andenes?


Eran construcciones a manera de escalones amplios, que se trabajaban en las montañas,
buscando ganar tierras para la agricultura; se construian en las laderas, en lo alto de las
montañas y en todo lugar, donde se pudiera ganar terreno adicionales, para desarrollar la
agricultura.
Los Andenes o Terrazas Incas fueron las obras de adaptación al paisaje, más importantes de los
incas, que tuvo sus antescedentes en las culturas preincas, probablemente 900 A.C. Cabe
aclarar, que los incas, llevaron estas construcciones a su máxima expresión.
Tipos de Andenes

En los andes peruanos el territorio es muy agreste, cumbres, montañas altas, ríos, lugares
rocosos, etc. Todo esto ofrecía un terreno poco favorable para la agricultura. Entonces, para los
incas fue un gran reto, desarrollar técnicas para hacer más eficiente, el uso del suelo. En este
sentido, los incas desarrollaron, los siguientes tipos de andenes:
 Los Andenes de Contención:
Eran construcciones que se hacían para evitar la erosión de los cerros, antes de realizar una obra
grande como templos, casas, ciudades, etc.
 Los Andenes de Agricultura:
Servían para obtener tierra útil, para la siembra en las laderas. Estos andenes ayudaban a evitar la
erosión de los suelos, permitían aprovechar mejor el agua tanto de las lluvias como en riego. Para
ello utilizaban, los canales que se comunicaban en sus diversos niveles.
Los andenes, que se utilizaban para la agricultura, seguían el contorno y el paisaje natural del
terreno y no estaban necesariamente cerca a los poblados. Eran de gran extensión, servían para
aclimatar productos.
Los andenes de agricultura tenían una particular importancia porque abastecían de productos, a la
población eran el soporte económico del gran estado inca.
 Andenes ubicados en los Centros Ceremoniales
Eran construidos con piedras menos toscas y eran menos extensos, estaban relacionados a centros
importantes, ya sean ceremoniales o administrativos.
Se trata de Andenes, inclinados hacia la pendiente con presencia de canales, escalones y algunas
veces con presencia de fuentes o baños. Se caracterizan por moldear artificialmente las laderas, los
cerros pudiendo ver como resultado final líneas curvas o en zigzag.
Un ejemplo de esto, son los Andenes de Pisaq, Ollantaytambo y Machu Picchu. Estos andenes
servían también como andenes de ornamentación.
 Otros tipos de Andenes
También existieron andenes de ornamentación y andenes para lavar sal. Un ejemplo, de andenes
para lavar sal son los Andenes de Maras (a 40 km de la Ciudad del Cusco). Son una especie de
pozos, que se llenan de agua cargada de minerales y que es distribuida a través de canales y luego
esta se evapora quedando bloques de sal, luego de su cristalización.

Importancia de los Andenes


Los Andenes Incas, fueron importantes porque permitían ampliar las fronteras agrícolas, con
estos se ganaban espacios para cultivar más productos ayudaban a evitar, la erosión de los
cerros y también eran la parte complementaria de las construcciones ceremoniales más
importantes.

RESUMEN

Este estudio reflexiona sobre el rol de la vivienda en la historia andina. Se analiza la persistencia
de percepciones espaciales a través del estudio del registro arqueológico y el ceremonial asociado
a la construcción de una vivienda en el altiplano de Arica. Se describen y comparan las evidencias
respecto del uso del espacio entre sitios arqueológicos y comunidades actuales de la región de
Arica y Parinacota (Chile) con el propósito de obtener luces sobre el rol social que la vivienda ha
cumplido a lo largo de la historia.

Palabras clave: Vivienda; Espacio doméstico; Comunidades andinas; Vivienda prehispánica; Rito
de consagración.

ABSTRACT

Delving andean housing through history: perception and occupation of


domesticceremonial space in the valleys and highlands from arica and Parinacota region,
Chile. This study reflects on the role of Andean housing. We analyze the persistent spacial
perception through a study of the archaeological record and the ceremonial association of the
construction of housing in the highlands of Arica. We described and compared the evidence
regarding the use of space between archaeological sites and current communities of Arica and the
Parinacota region, Chile. The purpose was to shed light onto the social role that housing had played
during history.

Keywords: Housing; Domestic space; Andean communities; Intermediate Period; Pre-Hispanic


housing; Consecration rites.

INTRODUCCIÓN
La casa como un espacio de relaciones afectivas, identitario e histórico, constituye
la antítesis de un no lugar o espacio del anonimato como son hoy los espacios
públicos de la modernidad que Augé (2002) conceptualiza como una antropología
de la sobremodernidad. Adentrarnos en su estudio es entonces introducirnos en la
comprensión de la identidad del grupo familiar que la habita; de ese modo, la
decoración, la distribución de los enseres, los aromas impregnados en ella se
transforman en elementos característicos de sus ocupantes. En este mismo
sentido, Bachelard (1957) plantea la casa como una imagen poética que emerge
de la conciencia humana, un espacio donde se proyecta la identidad del grupo que
la habita, que es, ante todo, un espacio para ser "vivido". En la misma línea, Jung
(1995) señala que la casa es un importante instrumento para el análisis del alma
humana, que muchas estudio de la casa en cuanto tal, sino que también ha
incorporado espacios más amplios como punto de referencia para el análisis de la
identidad del grupo (Lévi-Strauss 1970). Para las culturas indígenas, las casas
eran percibidas como una extensión más íntima y protegida de un marco vital más
amplio, el cual estaba constituido por la aglomeración de viviendas vistas como un
todo (Rapoport 1972). Un claro ejemplo de este concepto lo encontramos en
ciertas sociedades amazónicas, en las que los niños jamás dibujan una casa
aislada, sino un conjunto de ellas formando una aldea (Caiuby Novaes et
al. 1983).
En los Andes, los estudios antropológicos han determinado que ciertos lugares,
como la casa, se relacionan con acontecimientos del pasado y son usados por la
memoria para registrar y mantener el recuerdo de dicho acontecimiento histórico.
Tal es su importancia, como lo señala Muñoz (2012), que el mismo Guaman Poma
de Ayala en 1615 presenta la evolución de las viviendas como uno de los
principales elementos para datar las diferentes edades que caracterizaron al
antiguo Perú. En la actualidad, Muñoz (2012) señala que los comuneros quechuas
de Coipasa explican su historia a través de los lugares que han habitado, de tal
manera que desde la ocupación de una cueva hasta las casas construidas más
recientes forman parte de una continuidad cultural construida sobre la base de la
identidad y la memoria. En la sociedad andina, la casa se constituye como la
síntesis de la vida; cada uno de sus espacios representa un aspecto de la
organización familiar y, al mismo tiempo, refleja la interacción de cada uno de sus
miembros. La vivienda representa un microuniverso que alberga todas las
manifestaciones que la familia y el individuo desarrollan en su diario vivir. Es
también un espacio donde se conjugan equilibradamente el universo interior y el
exterior. En este contexto, la vivienda andina cobija espacios de eminente
connotación social, como por ejemplo la cocina/comedor/ dormitorio, donde se
visualiza de mejor forma la interacción de los individuos, pues es el lugar donde se
come, se duerme y se descansa. Estudios desarrollados en la provincia de Arica y
Parinacota (Muñoz 1988; Muñoz y Chacama 2006) han permitido definir formas y
aspectos comunes en la de los dioses; la cosmogonía. Añade que la ejecución de
un sacrificio permite la transferencia del alma a la casa, dotándola de vida, con lo
que se reproduce la creación del mundo a partir de un espacio sagrado. La
antropología ha intentado definir el papel que construcción de viviendas
prehispánicas (zona centro sur andina) mediante el análisis del registro
arqueológico. Junto con esto, se ha podido determinar la existencia de algunos
elementos distintivos ligados a las manifestaciones sociales y mágico-religiosas de
las poblaciones que edificaron dichos inmuebles. Estos antecedentes, sumados a
la información etnográfica relativa a la compleja actividad social que se desarrolla
durante el proceso de construcción de una vivienda andina en la actualidad, nos
permiten sugerir que el acto ritual implícito en la construcción de la vivienda ha
sido una constante en la historia y en la sociedad andina (Figura 1).

Figura 1. Mapa ubicación sitios de estudio etnográfico. a.- San Lorenzo (Lat. 18°31'22.35"S, Long.
70°11'3.71"O); b.- Caillama (Lat. 18°23'57.13"S, Long. 69°34'46.15"O); c.- Chucuyo (Lat.
18°12'6.63"S, Long. 69°16'5.09"O); d.- Parinacota (Lat. 18°13'6.38"S, Long. 69°19'17.50"O).

La investigación que se presenta a continuación, no obstante, no pretende


adentrarse en el estudio del proceso de continuidad y cambio relativo a la vivienda
andina, sino más bien busca desarrollar un análisis comparativo en torno a la
percepción del espacio dentro de las unidades habitacionales en determinados
periodos de la prehistoria (período Intermedio tardío y Tardío) e historia andina
reciente en la región de Arica y Parinacota. Se complementa este análisis con la
discusión sobre el rol social que posee la vivienda y cómo éste se ha proyectado
desde el pasado hasta la actualidad. En esta perspectiva, se sugiere que el ritual
de construcción de una vivienda, junto con las ceremonias de la tierra y el ganado,
se constituyen aún como los elementos estructurales sobre los cuales reposa la
cultura andina en los altos de Arica.

LA VIVIENDA PREHISPÁNICA, A TRAVÉS DE LAS CRÓNICAS


Este texto describe, en primer lugar, los antecedentes aportados por las
tempranas crónicas españolas sobre los poblados y viviendas precolombinas en
los Andes meridionales, más específicamente en el altiplano de Perú y Bolivia;
estos antecedentes son relevantes pues las poblaciones que habitaron dichos
poblados están relacionadas con el desarrollo cultural del norte de Chile.
Seguidamente se describe el impacto de las políticas de reducción de los
poblados prehispánicos implementadas por el virrey Toledo y cómo esta afectó a
los valles de Arica.
Según Canals Frau (1959: 349), quien cita a Cobo (1956 [1653]) y a Garcilaso de
la Vega (1943 [1609]), la vivienda andina prehispánica consistía generalmente en
una o dos habitaciones rectangulares, formadas por muros de piedra sostenidas
mediante una especie de argamasa de barro; las paredes eran levantadas con
piedras canteadas que ajustaban con gran precisión. Sobre unos tijerales de
madera, muchas veces de cardones, descansaba un techo bastante inclinado
recubierto de pasto (ichu), hierbas o paja y barro. La puerta era estrecha, y las
ventanas, poco frecuentes, y carecían de cualquier otro método de ventilación.
Este tipo básico de vivienda se repite en las construcciones de mayor
envergadura, en las que combinaban varias habitaciones o cámaras dentro de un
conjunto, con un patrón interno o calle para la intercomunicación. En cuanto a la
forma de las viviendas, Vázquez de Espinoza señala: "Las casas de esta provincia
de Paria y todas las mas de este Reyno que están en la sierra y tierra fría de los
pueblos de los indios, son redondos de hechura de media naranja por causa del
frío" (Vázquez de Espinoza 1948: 51 [1628]). En las tierras serranas del Collao, las
viviendas agrupadas formaron poblados y, en algunos casos, por razones de
seguridad o de defensa, se construyeron en los cerros o elevaciones escarpadas
fortalezas denominadas pucaras. Al respecto, Cieza de León (1932 [1554]) indica
que "[...] antes que los ingas, los señores [...] por lo alto de los cerros tenían sus
pueblos fuertes, de donde se daban guerra [...]". El mismo autor señala también
que en el interior de las viviendas dormían todos los miembros de la familia juntos
sobre el suelo, cubriéndose con mantas o frazadas, o sobre una baja plataforma
de palos o de piedra y barro ubicada en un rincón de la habitación. No usaban silla
ni otro mobiliario para sentarse. Describe además que, en ocasiones, el ganado
doméstico ocupaba parte de la vivienda, especialmente el patio interior.
Bartolomé Álvarez (1998 [1588]), al describir las costumbres de los indios del
altiplano boliviano cercano al lago Poopo, señala que las casas eran de forma
redonda y que no tenían más que una puerta angosta. Indica además que, por el
bien de las personas que habitaban la nueva casa, se colgaban mazorcas de maíz
o a veces estas mismas las enterraban en la entrada. La caída de un rayo
implicaba que deshabitaran la vivienda porque era señal de malos augurios o
desdicha.

Toledo y la política de reducciones en los pueblos en Arica


La presencia hispana en los valles de Arica se desarrolló de manera muy
temprana. La primera encomienda registrada en la región data de 1540 (Trelles
1991), y ya en 1554 se reconoce formalmente el establecimiento de la Iglesia
católica en el valle de Lluta. El arribo de población europea fue potenciado tras
declararse, hacia 1574, el paso de la remesa de azogue del mineral de Potosí por
el puerto de Arica (Chacama et al. 1992).
Los españoles que no se avecindaron en el puerto buscaron territorios más
cálidos, como los cursos medios de los valles para establecerse, y compartieron
los mismos espacios agrícolas con los campesinos indígenas. Posteriormente,
hacia 1570, el Virrey Francisco de Toledo dictó un conjunto de leyes que
modificaron profundamente el modo de vida de estas poblaciones (Toledo 1986).
De estas medidas, la de mayor impacto fue la política de reducciones. Esta política
consistió en el abandono forzoso de los dispersos poblados indígenas y la
reubicación de sus habitantes en centros poblacionales españoles. El objetivo
principal de esta regulación fue aglutinar la disgregada población indígena en
núcleos poblacionales centralizados, donde fuera posible ejercer un mayor control.
En 1618, la precordillera de Arica registra el establecimiento pleno de la política de
reducciones. En dicho año, el religioso Antonio Vázquez de Espinosa visitó la zona
(Vázquez de Espinosa 1948 [1628]), y en su descripción señala que la mayor
parte los pueblos están construidos sobre un patrón de damero, cuyas calles en
forma de una rejilla ortogonal constituyen el símbolo más claro del esquema
español de planificación.
Los pueblos de reducción se emplazaron muy cerca de las cabeceras de los valles
precordilleranos buscando, de acuerdo con el paradigma hispano, espacios más
abiertos y planos, evitando las quebradas profundas; situación que permite, por un
lado, instalar sus pueblos ortogonales en damero y, por otro, facilitar el control de
la población. La implantación de este nuevo modelo provocó cambios significativos
en la forma de vida de las poblaciones andinas: si bien la economía agrícola siguió
siendo en gran medida la misma, la conceptualización ideológica del espacio
cambió indefectiblemente. El modo andino prehispánico -cuyo énfasis estuvo dado
por la utilización de espacios de naturaleza comunal, como las plazas, cabildos y
áreas de trabajo (terrazas agrícolas y tierras de pastoreo)- dio lugar a un modelo
según el cual la vivienda familiar concentró mayor protagonismo en el contexto de
las actividades de subsistencia, y generó como consecuencia un uso más
intensivo de dicho espacio en contraposición del comunal. La política de
reducciones fue altamente resistida por la población indígena, no sólo por el hecho
en sí de cambiar una ancestral forma de habitar el territorio, sino también porque
los alejaba físicamente de sus raíces simbólicas (huacas), sin las cuales les era
casi imposible concebir la vida. En ese sentido, no es casualidad que el nuevo
trazado español impusiera como eje de los nuevos asentamientos el templo
cristiano (Durston 1999).
Ahora bien, poblados indígenas en la cordillera de Arica y Tacna insertos en este
nuevo trazado son descriptos por Canales (1925), quien señala que las casas
tienen una sola puerta baja y angosta, hay ausencia de ventanas; dentro de un
único cuarto, no hay muebles, solamente una suerte de estrada de piedra con
barro, la que se ubica frente a la entrada. Por su parte, Cáceres et al. (1977)
señalan que los pobladores de San Francisco de Socoroma, ubicado en la
precordillera de Arica, aprovecharon los mismos materiales que los que habían
sido utilizados en tiempos prehispánicos; sin embargo, a diferencia de los
poblados de la cordillera, las casas tienen puertas y ventanas de madera de
eucaliptos. Los techos están construidos de paja brava; las paredes exteriores
están pintadas de color blanco. Desde el punto de vista social, construir una casa
en este poblado implicaba un trabajo comunitario que se pagaba con comida y con
una fiesta que se realizaba al término de la construcción.

LA VIVIENDA EN ARQUEOLOGÍA: EL ESTUDIO DE ÁREAS DOMÉSTICAS

A continuación analizamos la importancia del estudio de las áreas domésticas en


arqueología en relación con la vida cotidiana de las poblaciones. Seguidamente,
analizamos dos casos de estudio sobre viviendas prehispánicas descritas
arqueológicamente: San Lorenzo y Caillama. Luego se describen las ofrendas de
sacrificio de animales, posiblemente asociadas a rituales de fundación. Por último,
se discute la organización y uso del espacio tomando como indicadores viviendas
de los sitios arqueológicos anteriormente mencionados.
Según Cerrillo et al. (1986), Sorin (1989) y Kent (1993), es posible determinar el
sentido de identidad y pertenencia de una familia o grupo humano a un
determinado sistema cultural mediante el análisis del patrón de disposición de los
elementos en la unidad doméstica (vivienda). Por su parte, López y Molina (1986:
259) indican que el análisis de la complejidad de una unidad doméstica (o un
conjunto de ellas) permite vislumbrar el grado de desarrollo y estratificación de la
sociedad a la cual pertenece. En otra línea, Rappaport (1990) plantea que la
relación entre el espacio doméstico y las actividades que se desarrollan en él está
influenciada por la cultura (o más específicamente, las expresiones sociales de la
cultura). El análisis de ese proceso hace hincapié en la forma en la cual un
conjunto de acciones son organizadas en "sistemas de actividades". Estos
sistemas, a su vez, no hacen énfasis únicamente en las actividades por sí mismas,
sino también en la forma en que son ejecutadas, por quiénes, en qué momento,
lugar y cómo son combinadas con otras actividades relacionadas, y en qué
secuencia ocurren (Blanton 1998). En este contexto, uno de los sistemas de
actividades fundamentales y clave en el diagnóstico en terreno del estudio de las
unidades habitacionales son las evidencias sobre el consumo y preparación de
alimentos (Manzanilla 1986) que, para el caso de nuestro estudio, son las más
representativas. En este sentido, estudios desarrollados en Conchopata (Andes
centrales, Perú) señalan que el indicador principal de actividad doméstica y
consumo de alimentos fue el fogón. Este estuvo constituido generalmente por
concentraciones de cenizas, partículas de carbón, piedras ennegrecidas producto
de la combustión, elementos asociados a manos y morteros y, en algunos casos,
a excrementos de cuy (Cavia porcellus) (Ochotoma 2007).

Descripción de viviendas prehispánicas a través de la arqueología


Los asentamientos de San Lorenzo y Caillama, ubicados en el valle de Azapa, son
los sitios arqueológicos más representativos del periodo Intermedio tardío y Tardío
en la zona (Muñoz y Focacci 1985; Muñoz 2007). Ambos se caracterizan por
presentar buena conservación de los materiales: se observan edificaciones de
piedra y cañas y, distribuidos en la superficie, gran cantidad de restos materiales
vinculados a las actividades domésticas. Se ubican en distintos microambientes y
alturas, lo cual supone la existencia de algunos niveles de especialización de
actividades económicas.
El sitio pukara de San Lorenzo, emplazado a 250 msnm, a 14 km de la costa,
presenta un modelo habitacional propio de las zonas costeras, con
preponderancia en el uso de la caña (Arundo donax sp) para el levantamiento de
muros (Figura 2, Tabla 1). Esta materia prima se obtenía fundamentalmente en
lugares inundados o en riberas de ríos intermitentes como el San José, cuyo
cauce pasa a escasos metros del asentamiento. Los recintos habitacionales
fueron construidos sobre un terraplén de 180 m2, con muros de caña empotrados
a doble y triple hilada, a una profundidad de 38 cm. La planta de estos recintos es
generalmente rectangular, con esquinas semicurvas, con cierta irregularidad en el
trazado. Para dar solidez a la cubierta de cañas, se dispusieron cañas en el
exterior de manera transversal, a modo de trabas, sujetas con amarras de totora
que pasan por entre los tubos. Ello contribuyó a obtener una cubierta densa y
compacta que ayudó a evitar la circulación de viento en el interior del recinto. No
existen indicios de estucos de barro. El pukara de Caillama se encuentra ubicado
a 3000 msnm, a 80 km de la costa en la precordillera, y se emplaza sobre un
abrupto montículo. Sus recintos habitacionales se caracterizan por un patrón de
plantas arquitectónicas de forma circular y oval (Figura 3, Tabla 2). Por lo estrecho
del terreno rocoso, las viviendas tuvieron un crecimiento orgánico, fueron
adosadas unas a otras, lo que dio origen, en algunos casos, a pasillos de
comunicación. Los cimientos son gruesos, para sostener un pircado de 1,50 cm de
altura. Algunos edificios presentan accesos definidos por jambas pircadas o en un
sólo bloque. Existe también evidencia de relleno de sedimento entre las hileras de
piedra.

Figura 2. Panorámica pukara San Lorenzo, valle de Azapa. Provincia de Arica, Chile.
Tabla 1. Distribución en el espacio interior de los recintos.

Figura 3. Panorámica poblado prehispánico de Caillama. Provincia de Putre, Chile.


Tabla 2. Distribución en el espacio interior de los recintos.

Ritos asociados a la construcción de viviendas prehispánicas, a través de


los datos arqueológicos
El sitio de San Lorenzo destaca por poseer las evidencias más claras sobre el
sacrificio de animales, a manera de ofrenda, asociado a la edificación de una
casa. En dos de las viviendas, numeradas como recintos 1 y 13, fueron halladas
dos inhumaciones de animales. En la vivienda 1, esquina suroeste y adosada al
muro sur, se constató la inhumación de un llamo, un perro y dos cuyes. El entierro
del camélido (Figura 4) correspondió a un animal de corta edad (8 meses) al que
los ganaderos aymaras en la actualidad llaman "maltón", de color café, depositado
con las patas en posición flexionada. El cuerpo del animal está casi completo, sólo
fue removida la cabeza. Se observa una cobertura de piedras, tierra y fibras
vegetales; el perímetro de la tumba fue a su vez demarcado con piedras y cantos
rodados.

Figura 4. Fotografía entierro de camélido, sitio San Lorenzo. Provincia de Arica, Chile.
La inhumación de los cuyes, en cambio, destaca por haberse ubicado en dos
sectores diferenciados de la vivienda; uno en la pared sur y otro en el centro del
recinto. Ambos fueron depositados en fosos que alcanzan 20 cm de diámetro por
25 cm de profundidad. No presentan ofrendas, los cuerpos se conservan en buen
estado; en ambos casos, los cuyes son de color negro. Evidencian pequeños
cortes a la altura del corazón, indicativo de que fueron degollados. El perro fue
sepultado adosado a la pared sur, en un foso de 50 cm de diámetro, a 45 cm de
profundidad. La longitud del animal es de 45 cm y su color es blanco con manchas
negras; las patas están en posición flexionada. Al igual que los cuyes, no presenta
ofrendas, sin embargo, es claro que fue depositado con fines ceremoniales. Este
tipo de ceremonia está relacionado con la construcción de los primeros cimientos
de la vivienda.

Organización y uso del espacio a través de las evidencias arqueológicas


Tomando como referencia los recintos habitacionales 1 y 13 del pukara de San
Lorenzo, y gracias al análisis de serie de componentes orgánicos y culturales
como áreas de combustión (fogones), basurales internos, lineamientos de postes,
morteros, etc., fue posible definir cuatro espacios en el interior de estos recintos
habitacionales prehispánicos, a saber: el descanso, la cocina, el área de
almacenaje y los corrales. La evidencia más diagnóstica para definir un área
residencial fue la existencia de las áreas de combustión o fogones, que en el caso
de la vivienda 1 se encuentran situados en los sectores sureste, noreste y
noroeste (Figura 5). Estas áreas de combustión, que constituyen ocho en total,
presentan un diámetro promedio de 40 cm; a su vez, dos presentan un
revestimiento de piedras angulosas y pequeños cantos rodados. La estructura
orgánica de estos fogones está formada por dos y tres capas o lentes de cenizas y
carboncillos mezclados con sales (carbonato de sodio), que en algunos casos
constituyen verdaderos pisos compactos. El estudio de los componentes químicos
en los fogones señaló una alta concentración de fosfato, con un valor de pH alto, y
la presencia de ácidos grasos y proteínas. Junto a estas áreas de combustión se
halló una probable área de preparación de alimentos. Así tenemos que, asociados
a cuatro fogones (1, 3, 4 y 6), se hallaron batanes para moler maíz, uno de los
cuales presentaba la superficie con evidente marca de haber sido golpeado.
Asociados a estos morteros (batanes) se hallaron restos de zuros de maíz (Zea
mays) con un promedio que varía entre 15 a 25 cm por unidad; también en este
espacio fueron encontrados restos de fragmentos de conchas (Choromythilus
chorus y Concholepas concholepas) y aproximadamente 250 gr de semillas de
molle (Schinus molle).
Figura 5. Dibujo de planta, recinto 1, sitio San Lorenzo.

La presencia de artefactos para hilar y confeccionar textiles evidenciaría que parte


de las prendas usadas por las poblaciones de San Lorenzo fueron tejidas en las
áreas habitacionales del poblado. Junto con esto, existen evidencias de trabajo en
fibra vegetal, preferentemente totora (Typha angustifolia) y junquillos (Scirpus sp),
destinado a la preparación de hilados, cuerdas para elaborar faldellines,
cobertores púbicos, bolsas, cestería, esteras y techumbres, entre otros. Existen
evidencias que indican que en dicho espacio también operó como curtiduría: se
hallaron 12 fragmentos, de un total de 20, de piel animal con rasgos de
curtimiento, posiblemente cuerdas para amarrar sandalias tipo ojotas. Se
encontraron, además de cuerdas, dos piezas de sandalias sin terminar. Otra
manufactura confeccionada en el interior del recinto habitacional fue la cerámica;
los mayores testimonios los tenemos en seis fragmentos de cerámica no cocida,
con restos de hollín, ubicados en el sector suroeste de la vivienda. En este mismo
sector fueron encontradas dos espátulas de hueso y pequeñas piedras circulares,
elementos que tal vez sirvieron para pulir y moldear el alfar.
En la superficie del asentamiento de Caillama se hallan restos cenizales que se
desplazan a lo largo de los recintos; asociados a ellos se hallaron morteros de
superficie plana tipo batán. Hacia los sectores este y oeste de los recintos se
ubican las cocinas, compuestas por dos hileras de piedras. Estas cocinas se
hallan asociadas a restos de fogones (carbones y cenizas), fragmentos de
cerámicas con restos de hollín en su superficie; también fueron hallados restos de
fragmentos de palas líticas y huesos de mamíferos terrestres (camélidos) (Figuras
6 y 7). El análisis químico en los recintos excavados señala actividades
alimentarias: la concentración de fosfato y el valor de pH son altos; además, hay
presencia de ácidos grasos y restos de proteínas.
Figura 6. Fotografía recinto excavado, unidad doméstica poblado de Caillama.

Figura 7. Dibujo de planta recinto excavado poblado de Caillama.

La evidencia física en el interior de las viviendas de San Lorenzo y Caillama


reconoce la existencia de un grupo de individuos que usó dichos espacios para
desarrollar actividades básicas de subsistencia. Presentan áreas definidas para la
preparación y consumo de alimentos; y espacios de almacenaje o despensa,
ubicados dentro y fuera de las viviendas. Esto último evidenciaría la existencia de
una organización familiar y comunitaria respecto de la distribución de la
producción; la presencia de pozos de almacenaje en el interior sugeriría que cada
grupo doméstico almacenó sus propios granos, posiblemente de su propia
producción. El trabajo artesanal también se desarrolló en el interior de las
viviendas, aunque no existen evidencias de especialistas en la elaboración de los
objetos, más bien pareciera ser que el artesano hubiera sido un miembro del
grupo familiar que habitó dicho recinto. De la misma forma, la arquitectura en
general no presenta grandes diferencias entre los grupos de poder y la población
común. La homogeneidad de las viviendas pudo ser consecuencia del predominio
de aspectos colectivos en la organización política, descansado en el control de los
medios de producción local mediante códigos que enfatizaron la solidaridad entre
unidades sociales. Tal como lo plantea Nielsen (2006), los espacios en San
Lorenzo no se construyeron a partir del engrandecimiento del individuo, sino en
función de la solidaridad comunitaria.

LA VIVIENDA EN EL MUNDO ANDINO CONTEMPORÁNEO

En los Andes, los estudios de Kessel (1974), Platt (1976), Ravines (1978), Ossio
(1980), Román (1985), Valiente (1986), Urton (1988), Gose (1991) Dransart
(1996), Abercrombie (2006), Muñoz (2012), entre otros, indican que la vivienda,
los terrenos agrícolas, los ritos de pasaje, los combates rituales, etc., concentran
de manera profunda la riqueza de las construcciones ideológicas más sugerentes
de la sociedad andina actual. Es así como, desde el punto de vista simbólico, la
casa entre los aymara encarna la idea de protección, de refugio, es la
representación simbólica del vientre materno (Contreras 1974; Flores Ochoa
1977). Arnold (1992), por su parte, vincula a la casa con el cosmos, y señala que
su construcción constituye un arte de la memoria vinculado con el parentesco.
Para Joly (1982) e Isbell (1976), esta misma percepción estaría presente en el
registro arqueológico, un claro ejemplo sería el de los templos con forma de "U" de
Chavín de Huántar; los que no sólo serían representación de una visión
cosmogónica, sino también evidencias de la permanencia y continuidad del
simbolismo prehispánico en muchas tradiciones andinas.
No obstante lo anterior, la vivienda andina también posee cierta connotación
masculina, asociada a los elementos estructurales del inmueble. Así por ejemplo,
el tejado representaría el cabello del dueño de casa; y los tijerales, sus costillas
(Martínez 1974). Esta concepción binaria y de opuestos complementarios también
es posible observarla en los pueblos altoandinos de Arica, donde comúnmente se
señala que la cocina es el espacio de la mujer, y el patio, el del hombre. Otro
símbolo importante es el que indica la relación con el adobe, el que, en palabras
de un comunero aymara de la provincia de Parinacota, "[...] no es más que la
misma Pachamama que se deja moldear fácilmente, para proteger al ser humano
[...]" (Francisco Chambi, pastor aymara, oriundo de la localidad de Sajama,
Bolivia).

Análisis de la vivienda andina en la actualidad


A continuación discutimos los resultados de análisis desarrollados en torno al
comportamiento de la vivienda andina en la actualidad, y se enfatizan también
aspectos relacionados con tipos de vivienda, emplazamiento y materiales de
construcción utilizados, y uso de los espacios interiores. Para reforzar este último
aspecto se describe en términos generales la materialidad que arrojaron las
excavaciones realizadas en una vivienda andina de mediados del siglo XX en la
provincia de Parinacota. Concluimos este capítulo con la discusión en torno al
ritual de mayor importancia dentro del contexto de la edificación de una vivienda,
cual es la Wasichocouyo Achokallo.
Tipos de vivienda
Para el área nuclear aymara (circumtiticaca y áreas aledañas), Tschopik (1951)
,Loza Balsa (1971), Flores Ochoa (1977) y Šolc (2011), entre otros, señalan que
los tipos de vivienda varían de acuerdo con el ambiente geográfico en que se
encuentran. Así por ejemplo, los umasuyus poseen tres tipos de viviendas: las
emplazadas en las riberas del lago, las que se encuentran fuera de la influencia
lacustre y las ubicadas en la cordillera o sitios fríos. Los tres tipos mantienen
uniformidad arquitectónica, sin embargo, varían en cuanto a los elementos
empleados en la construcción. La diferencia entre los sistemas constructivos
estriba en que las viviendas construidas en las zonas lacustres poseen un
cimiento más profundo en comparación con las viviendas construidas en terrenos
más alejados del lago, donde el cimiento es de menor profundidad. Sobre estos
cimientos se ubican adobes, de los cuales existen dos tipos y tamaños diferentes:
los que se logran utilizando un molde y los que se obtienen a partir del
endurecimiento del barro mezclado con raíces vegetales, para ser cortados y
moldeados manualmente. Los tres tipos de vivienda constan de un mínimo de dos
habitaciones y un cuarto pequeño que funciona como cocina, y cada cuarto es
independiente respecto de los otros. El tamaño de la vivienda dependerá del
estatus social o económico del propietario; sin embargo, las dimensiones
promedio bordean los seis metros cuadrados. Las puertas en general son
pequeñas, alrededor de 120 cm, de una sola hoja, no poseen cerradura, sólo se
anudan con una soga. Los materiales empleados para el techo también dependen
de la solidez económica del campesino. Los grupos que viven a orillas del Titicaca
utilizan para el techado la totora (Melacochacte totora); en las pampas se usa paja
(Tiphie ichu); en las cordilleras, "paja brava" (Stipa pungeres). Para los puntakes o
tijerales se usa la Keñwa (Polilepsia Tarapacá), la Kiswara (Budleva incona) o, a
veces, el eucalipto. Para la trama se usa la socosa (Arunda donax), llamada
también "caña hueca". Para atar las trabazones se utilizan unas correas de cuero
o unas sogas hechas de paja (Stipa ichu) (Figura 8).

Figura 8. Fotografía poblado de Parinacota, provincia de Putre, Chile. Destaca el techado hecho
de paja.

Construcción de una vivienda andina actual


Según datos entregados por los lugareños de Chucuyo (provincia de Parinacota,
Chile) existen cuatro variables fundamentales que definen la ubicación de una
vivienda: a) un amplio dominio visual del espacio: el lugar debe poseer una vista
amplia que permita ejercer control sobre las actividades de subsistencia (por
ejemplo, en el caso de los ganaderos, debe orientarse en dirección de las áreas
de pastoreo; para los agricultores, debe permitir la visión amplia de las terrazas de
cultivo); b) baja humedad: debe estar alejado de lugares húmedos, para no
contraer enfermedades como el reumatismo o neumonía; c) evitar lugares
cercanos a volcanes o nevados, dada la posibilidad de erupciones o aludes; d) de
acuerdo con la concepción mágico-religiosa se evitan, para la ubicación de la
vivienda, lugares con connotación espiritual, como vertientes, lagunas o cerro
(Mallku). Desde el punto de vista material, el elemento principal es el adobe, uno
de los materiales constructivos fundamentales en el área surandina (Figura 9). El
proceso de construcción se inicia con la confección de planchas de adobe; y
posteriormente se seleccionan y trasladan las piedras con las que se construirá la
planta o base de la vivienda. A continuación, se construye una habitación de forma
rectangular, que constituiría el dormitorio, luego la vivienda se amplía edificando la
cocina y la despensa. Finalmente se instala el techo, que consiste en un
entramado de paja apoyado en una estructura de madera (Figura 10). En términos
generales, las viviendas de esta zona son bastante homogéneas, no se
encuentran diferencias importantes en cuanto a características arquitectónicas.
Los campesinos que tienen mayor poder económico, en lugar de ampliar su
vivienda en Chucuyo o Parinacota, privilegian la construcción de una vivienda
adicional en las zonas urbanas como Arica, con el propósito de albergar a sus
hijos cuando deben iniciar la educación secundaria en la ciudad.

Figura 9. Construcción de una vivienda en el poblado de Parinacota, 1986.


Figura 10. Ilustración construcción de techo de una vivienda aymara (Tomado de Contreras 1974:
29, 30 y 32).

Organización y uso del espacio en una vivienda andina actual


Cada uno de los espacios que conforman el hogar posee distintas funciones y
concentra aspectos diferenciados de la vida familiar. La cocina es un espacio
social eminentemente femenino, es donde la dueña de casa invierte la mayor
parte de su tiempo una vez finalizadas las labores de pastoreo; en ella se dedica a
la preparación de alimentos; participa de reuniones informales con otras mujeres;
se comunica con sus hijos e instruye a sus hijas sobre las labores domésticas; en
resumen, es el espacio donde se produce un acercamiento familiar efectivo. El
dormitorio-comedor, en cambio, es el lugar de reunión familiar, por lo general,
estas reuniones se desarrollan antes de dormir o durante el desayuno. Es allí
donde se planifican las faenas de trabajo familiar y se resuelven los problemas
domésticos propios de la vida cotidiana. En el centro de la habitación se dispone
de una mesa destinada al consumo de alimentos, que en ocasiones es utilizada
por el jefe de hogar para conducir las conversaciones e informar las novedades.
La despensa es la habitación de menor tamaño, es el sector donde se almacenan
las provisiones adquiridas tanto en mercados externos como los productos
obtenidos de la agricultura y ganadería familiar. Finalmente, el patio concentra
actividades de las que participan todos los miembros del grupo, por ejemplo, la
molienda de grano, tejer en telar al piso o la curtimbre de cueros, etc. Todas estas
actividades permiten la interacción familiar y el diálogo entre los miembros de la
familia. Excavación de una vivienda aymara de mediados del siglo XX En 1986 se
excavaron las ruinas de una vivienda aymara ubicada en la localidad de Chucuyo.
Según fue informado por los lugareños, el recinto habría sido habitado por una
familia de cuatro personas en el década de 1940 (Tabla 3). El inmueble fue
construido con piedra, muros a hiladas dobles y techos de doble agua. La vivienda
presenta la distribución típica de dos habitaciones, un dormitorio y un comedor,
que funcionó también como despensa. Análisis químicos realizados en los pisos
ocupacionales indican una alta concentración de sales y restos orgánicos en el
dormitorio, posible evidencia de fluidos (orina) y fecas humanas; en el comedor se
halló una alta concentración de fosfato, vinculado al consumo de alimentos, pH
relacionado con la quema de basura, ácidos grasos vinculados al consumo de
carnes rojas y carbonatos relacionados con desechos de basuras de alimentos y
fermentaciones.

Tabla 3. Indicadores arqueológicos hallados en excavación de una vivienda aymara.

Ceremonialismo en la construcción de una vivienda


El rito de consagración es, tal vez uno, de los actos ceremoniales más
profusamente estudiados en el contexto de la construcción de una vivienda en los
Andes. Duviols (1974) entrega uno de los primeros antecedentes, la crónica de
Fabián de Ayala, religioso que visitó la localidad de Chincha y cocha (Junín, Perú)
en 1603. En ella se describe el ritual de edificación de una vivienda y se destaca la
activa colaboración de los familiares del propietario en los trabajos y la
participación del pueblo en las festividades posteriores. Para el siglo XX, Bandelier
(1910: 94), Paredes (1936) y Le Barre (1948) detallan los rituales de consagración
de la vivienda aymara. Morote Best (1956) describe detalladamente las relaciones
que se establecen entre los participantes durante las ceremonias del techado en
los departamentos de Amazonas, Junín y Ayacucho (Perú). Por su parte, Mayer
(1974), Aranguren (1975), Nachtigall (1975) y Ochoa (1976) describen un ritual
llamado Wasichocouy (quecha: wasi: casa; chacuy: construcción), ceremonia
destinada a la elaboración del techado de viviendas en la sierra central de Perú,
puna de Moquegua y Atacama (Argentina), y destacan la cohesión social de los
pastores puneños. Allen y Albó (1972) describen un hogar aymara en la zona rural
de Achacachi (Bolivia) con base en su construcción, y enfatizan las interacciones
sociales producidas entre los miembros de la comunidad durante las
celebraciones posteriores a la edificación. Tschopik (1968) describe en detalle el
proceso de construcción en las poblaciones indígenas de Chucuito (lago Titicaca),
y recalca el papel preponderante de la comunidad en las tareas constructivas y las
relaciones de reciprocidad entre el propietario y su colectividad. La mayor parte de
los estudios enfatizan las relaciones de cooperación que se generan entre los
propietarios de la casa en construcción, la familia nuclear y extendida de estos y la
comunidad; tanto en el proceso constructivo mismo, como en las festividades
desarrolladas una vez finalizados los trabajos.
En el caso de las poblaciones aymaras de los altos de Arica, un análisis resumido
de este ritual señala que la consagración de una casa se inicia con una ceremonia
llamada wajjt'ana (ofrendar), la cual es ejecutada por un yatiri; consiste en el
vertido de alcohol en el lugar de emplazamiento del inmueble en honor a
la pachamama. El ceremonial se inicia cuando el yatiri y el propietario determinan
el lugar donde se celebrará el rito. Este se define en virtud de la orientación de la
puerta principal: cuando la puerta se ubica en dirección poniente, el ritual se
desarrolla en la esquina este del inmueble, e inversamente si la disposición de la
puerta es hacia el oriente. Concluida la wajjt'ana, se procede con la ceremonia de
techado, esta comienza al alba y debe finalizar antes del ocaso. Al inicio, los
participantes hacen entrega de algunas especies a manera de contribución, otros
indican que su cooperación será a través del trabajo, esto a manera de retribución
de favores previamente otorgados (reciprocidad). Seguidamente se ausculta el
cielo en búsqueda de Venus, Hidra y la constelación del Cochero. Cuando se ha
acabado la operación del techado se queman petardos y cohetes. Esta ceremonia
debe realizarse por la noche y cuando las estrellas citadas aparecen en el
firmamento. Antes de terminar el ceremonial se instala la cruz cristiana en el
mojinete de la casa para ahuyentar los malos espíritus.
La permanencia de ciertos rituales asociados a la construcción de una vivienda,
como por ejemplo el sacrificio de animales (wilancha), es un indicador claro de que
ciertos mecanismos vinculados con la estructura ideológica del mundo andino
prehispánico han perdurado a pesar de las transformaciones que ha sufrido la
estructura del ceremonial. En este sentido, y como se comentó para el caso del
sitio San Lorenzo, el sacrificio de animales se presenta como uno de los
elementos fundamentales de la ritualidad aymara. En la localidad de Chucuyo y
Parinacota, una vez finalizada la construcción de la vivienda se desarrolla la
ceremonia de Achokallo. Una ceremonia plena de algarabía, humor, cánticos y
comida ceremonial. Para tal efecto se ejecuta una wilancha o sacrificio de sangre.
El rito consiste en la selección de una llama de color blanco (u otro color,
exceptuando el negro), la cual es atada en sus extremidades y dispuesta frente a
la iglesia, mientras miembros de la comunidad la adornan con flores (Figura 11).
Una vez finalizados los preparativos y otras rogativas, un anciano ganadero,
seleccionado por el yatiri, procede a degollar al animal, no sin antes pedir perdón
por el sacrificio a los malkus. Mientras brota la sangre, el sacrificador direcciona la
cabeza del animal hacia el poniente como señal de buen augurio. La sangre es
depositada en recipientes, luego es vertida en las cuatro esquinas de la vivienda,
además de la iglesia y el campanario. Es requerimiento que la muerte del animal
sea rápida, evitando el sufrimiento excesivo. El ritual finaliza con el despostado del
animal y la quema de la mesa donde se llevó a cabo el sacrificio, sólo entonces
están en condiciones para preparar el alimento.

Figura 11. Preparativos para sacrificio de animal. Poblado de Parinacota, 1986.

CONSIDERACIONES FINALES
La casa, a lo largo de la historia andina (Figuras 12a y 12b), particularmente en la
sierra y puna de Arica, ha desempeñado un rol fundamental por su función
simbólica. Es y ha sido percibida como un refugio, como el microcosmos del
individuo, vinculada simbióticamente con la aldea, representación del
macrocosmos, espacio donde converge la comunidad. Ambas esferas constituyen
una dualidad en la vida de los comuneros andinos, situación que ha ayudado,
junto con otros aspectos de la vida cotidiana como los rituales del agua, montañas
y floreo, a la permanencia de algunas tradiciones andinas de larga data. Estos
elementos, sumados a los conceptos y valores como solidaridad y reciprocidad
permiten visualizar los componentes que dieron origen y desarrollo a la identidad
andina.

Figura 12a. Desarrollo de sistemas constructivos en viviendas aymara en el norte de Chile. Formas
de viviendas y techos. Viviendas de piedra.

Figura 12b. Desarrollo de sistemas constructivos en viviendas aymara en el norte de Chile.


Formas de viviendas y techos. Viviendas de caña.

Si bien es cierto que nuestra intención no ha sido constatar el proceso de


continuidad y cambio en torno a la vivienda andina desde el siglo X al XX -puesto
que, como ya lo señala Wolf (1984), las culturas no son identidades estáticas,
cambian a lo largo de la historia o, como lo indica Politis (2004), el significado de
los objetos y de los elementos naturales varía de una cultura a otra por la
transformaciones que sufren las sociedades-, sin embargo, como resultado de
nuestro estudio no podemos dejar de reflexionar sobre dos aspectos que llamaron
profundamente nuestra atención: por un lado, la permanencia en el tiempo de
ciertas estructuras mentales vinculadas a la devoción que la comunidad profesa
por sus deidades tutelares, y por otro, la ceremonialidad y ritualización celebradas
en torno a la vivienda, en las que el sacrificio de animales se constituyó como el
elemento de mayor importancia en el proceso de consagración de una nueva
casa. El primero de los aspectos se manifiesta de manera explícita en la selección
del lugar donde se emplazará la nueva construcción. La devoción, el respeto y,
muchas veces, el temor que siente la comunidad por los distintos hitos geográficos
de su entorno (cerros, vertientes, bofedales) se revela constantemente. Por
ejemplo, los pastores del departamento de Lípez (sur de Bolivia), como también en
otros lugares del altiplano, ordenan el espacio en relación con sus referentes
naturales y simbólicos. Estas concepciones se ponen de manifiesto en múltiples
contextos, como la disposición de los edificios y altares en el espacio doméstico, la
organización de las ceremonias y las ceremonias en sí (Nielsen 1998). El paisaje
vivo se asocia al mundo mágico religioso; en muchos casos, los cerros y vertientes
se consideran lugares sagrados, pues ahí está el origen de la vida, aunque
muchos de ellos pueden tener connotación positiva o negativa, según las fuerzas
que emanen. Dadas estas características es central, en el proceso de
construcción, contar con la aprobación de las deidades (pachamama) respecto de
la idoneidad del lugar donde se construirá la vivienda; es a esas deidades a las
que se les invoca, agradece y ofrenda. Es en este sentido que los asentamientos
prehispánicos ubicados sobre cerros debieron tener una connotación simbólica
muy fuerte. Son poblados de amplia visibilidad, cercanos a cerros tutelares y a
fuentes naturales de agua. Respecto del segundo de los aspectos relevantes, esto
es, la relación con el ceremonial, vemos una ritualización de los espacios
construidos mediante el sacrificio de animales. Estas ceremonias se constituyen
como ritos fundacionales importantes en el contexto del equilibrio emocional de las
familias que lo realizan. En el período prehispánico, esta ceremonia quedó
atestiguada por ofrendas de camélidos y otros animales menores, los cuales
fueron depositados sobre una hondonada hecha especialmente para ese objetivo.
En la actualidad, en cambio, es la sangre del animal (camélido) la que toma el
papel preponderante: esta es vertida en el piso, preferentemente en las esquinas
de la vivienda y en la entrada a la casa. Actualmente, este ritual tiene entre otras
funciones: agradecer y evocar deseos de prosperidad a los ocupantes de la
vivienda; por lo tanto, la casa debe ser ocupada una vez que se hayan ritualizado
los cimientos y el techo. El análisis de estos dos aspectos nos hace reflexionar
sobre el simbolismo asociado a ciertos objetos e íconos que han sobrevivido hasta
nuestros días: la organización de ciertos elementos, como el lugar donde se
levantará una nueva casa, o el sacrificio de una llama y el posterior vertimiento de
la sangre de este animal en las esquinas y el piso de la casa nos dan pistas
acerca de cómo abordar sus múltiples significados en el pasado.
Las páginas precedentes nos permiten esbozar algunas conclusiones respecto de
la concepción y construcción del espacio habitacional entre las poblaciones
residentes en los valles y altiplano de la región de Arica y Parinacota, y en las
poblaciones andinas urbanas vinculadas al mundo occidental. Ambas poblaciones,
pese a concebir el espacio habitacional de manera diferenciada, han generando
una serie de referentes simbólicos que tendrían sus orígenes en tradiciones
prehispánicas. En coincidencia con lo planteado por Politis (2004), el estudio de
las viviendas nos ha permitido definir algunas representaciones icónicas
vinculadas con la tradición oral, la historia y la mitología indígena, lo cual nos lleva
a sugerir que en la historia de una vivienda se han preservado y comunicado
patrones cognitivos y simbólicos que dan cuenta de algunas ideas centrales y
principios dominantes de las sociedades precolombinas.
Ahora bien, el trabajo que se ha presentado es una aproximación al estudio de la
materialidad y su relación con ciertos patrones de conducta de las poblaciones
que habitaron y habitan una región con un pasado milenario y con una manifiesta
presencia multiétnica. No obstante, se hace necesario el desarrollo de un
programa de investigación orientado desde la óptica de la etnoarqueología que
pueda analizar y rescatar ciertas materialidades encontradas en los asentamientos
precolombinos y vincularlos con comportamientos sociales presentes hasta la
actualidad en el mundo andino, sin caer en estudios de analogías sin
fundamentos, como lo señala Robrahn-González (2004). Desde esta óptica, se
puede abordar cómo las sociedades precolombinas usaron y jerarquizaron el
espacio no sólo en función de la estructura de los recursos sino también en
relación con la percepción simbólica del paisaje, de la cosmovisión y la trama
social del territorio.

Agradecimientos

Este artículo es resultado del proyecto Fondecyt Nº 1130249 y UTA- 1830-3740-12. Se agradece el
apoyo del Convenio de Desempeño Universidad de Tarapacá-Mineduc. Agradecimientos
especiales a Octavio Lagos Flores por la edición del manuscrito y sus comentarios en la
formulación del texto final de este artículo. A Christine Boston por la traducción del resumen.
Finalmente, el autor agradece los aportes y sugerencias emitidas por lo evaluadores del presente
artículo.

REFERENCIAS CITADAS

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comunidad andina. Instituto Francés de Estudios Andinos e Instituto de Estudios Bolivianos (IFEA-
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PUTUCOS, SISTEMA CONSTRUCTIVO


ANCESTRAL DE PUNO
noviembre 6, 2014 · por Identidades Peruanas · en Tradiciones, Uncategorized
En los distritos de Taraco, provincia de Huancané, y de Samán y Arapa, provincia de
Azángaro, los pobladores del altiplano son herederos de un sistema de construcción ancestral
denominado putucos. Aquí te explicamos en qué consiste esta tradición puneña.

© Foto: Cortesía Ministerio de Cultura.


Escribe: Sonia Obregon (@soniaobregond en Twitter).

Ante el rigor del frío en el altiplano, sus pobladores idearon un sistema constructivo
conocido como putucos, que les permitió adaptarse al medioambiente y continuar con
sus actividades ganaderas y domésticas con normalidad. Esta tradición ancestral,
recientemente declarada Patrimonio Cultural de la Nación, constituye una original
expresión de nuestra ingeniería andina.

Técnica de construcción

Los putucos son construcciones tradicionales elaboradas a base de barro y pasto. Con
la mezcla, denominada champa, se arman las paredes y los techos. Según el arquitecto
e investigador, Fernando Ferrucio Marussi, la champa está conformada por bloques de
tierra con raíces entrecruzadas de ichu y otras plantas silvestres, como chiji o quemello.

Durante la época más húmeda, cuando el suelo es más suave, los pobladores de Puno
extraen el material y lo dejan secar para que adquiera dureza y consistencia. Ellos saben
que el tipo de composición del suelo, mezclado con las raíces vegetales, genera una
combinación perfecta para que la mezcla adquiera plasticidad, durabilidad y peso liviano.

Aunque los putucos de adobe son comunes, muchos optan por los bloques de barro y
pasto, ya que es más resistente a la erosión y tiene un alto grado de impermeabilidad. El
sistema, que es propio de las provincias puneñas de Huancané y Azángaro, tiene una
base rectangular y un techo que termina en punta. Cuenta, además, con pequeñas
aberturas para la ventilación.

Uno de los beneficios de esta tradición ancestral, que cuenta con una sola puerta baja y
angosta, es mantener el calor en una zona que se carece de recursos naturales para
construir viviendas. Desde la antigüedad, no solo ha sido considerado un excelente
hogar para las personas, sino también un espacio ideal para conservar los víveres y
refugiar al ganado.
© Foto: Cortesía Ministerio de Cultura.
Tradición vigente

El primer paso para construir un putuco es preparar el terreno, nivelándolo si es


necesario. Continúa el proceso de trazado, en el que se establecen las dimensiones de
los cuatro lados de la base, que tienen forma de cuadrado o rectángulo. Cuando el muro
está listo, se agregan refuerzos de madera que permiten edificar el techo de forma cónica
o piramidal.

Aunque la obra está a cargo de los hombres de la familia, quienes heredaron la técnica
de sus padres y abuelos, a veces se contrata el servicio de maestros expertos. El periodo
elegido para la edificación, que dura de dos a cuatro días, coincide habitualmente con la
etapa seca del año, cuando el suelo y las champas, previamente extraídas, están secas y
duras.

El sistema ancestral forma parte de un complejo habitacional rural mayor, que


usualmente se complementa con otros putucos. Una familia puede tener varios putucos,
que serán usados como cocina, habitación y refugio de animales. Según los recursos y
los gustos de las personas, los espacios cuentan con diversos acabados mediante el
tarrajeo.

Gracias a nuestros antepasados, los habitantes transmiten los conocimientos y las


técnicas de este sistema constructivo a las nuevas generaciones. Aunque la palabra
putuco tiene un origen lingüístico incierto, representa una tradición ancestral que se
mantiene vigente y de la cual todos somos herederos y estamos orgullosos.
Arquitectura ancestral: los putucos
de Taraco en Huancané
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Escribe: ALINA BARRANTES | Sociedad - 16 ago 2015

Pese a que han sido declarados como Patrimonio Cultural de la Nación, los
Putucos de Champa, en el distrito de Taraco (Huancané), son reemplazados
paulatinamente por construcciones modernas a base de ladrillos y bloquetas.

Sergio Medina Ticona, encargado del área de Patrimonio de la Dirección


Desconcentrada de Cultura de Puno, anuncia que los putucos del distrito de
Taraco fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación, pero que igual están
dejando de hacerse, por lo que se muestra preocupado.

Los putucos de Taraco son ancestrales: en su construcción están implícitos estilos


de vida que permiten sobrevivir los bruscos cambios del clima. Y es que se trata
de una tecnología proveniente de la época prehispánica, nacida a partir de las
necesidades de la población local.

Gary Mariscal Herrera, director Regional de Cultura Puno, da a conocer la


declaratoria reciente como Patrimonio Cultural de la Nación, que avala la
Resolución Viceministerial N° 116-2014-VMPCIC-MC, amparado en el artículo 21
de la Constitución Política del Perú que señala que es función del Estado la
protección del Patrimonio.

El pasado año, fue remitido por la Dirección de Patrimonio Inmaterial, a través del
cual se recomendó la declaratoria como Patrimonio Cultural de la Nación, a los
conocimientos, saberes y técnicas relacionadas a la construcción de putucos en el
distrito de Taraco (Huancané) y los distritos de Samán y Arapa, provincia de
Azángaro.

“Esta construcción ha sido muy bien recibida a nivel nacional, incluso se ha visto
que tiene mucho potencial para ser reconocida y postulada para ser reconocida
como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, todas estas cosas han sido
evaluadas, queremos postular en los próximos años como patrimonio de
humanidad”, indicó Mariscal Herrera.

La arquitectura muestra la estética en su construcción, tiene una forma piramidal


con una base rectangular y un techo que termina en punta, en el que hay
pequeñas aberturas para la ventilación; constan de una única puerta baja angosta,
las dimensiones son variables; sin embargo, la medida aproximadamente es de 3
x 2.5 m. y 3 m. de alto.

Gary Mariscal resalta el potencial del putuco, “mantiene el calor y protege del frío y
la humedad, por lo que se convierten en una excelente vivienda para los humanos,
un adecuado espacio para proteger los víveres y un refugio abrigado para las
ovejas o terneros, en una zona que puede alcanzar muy bajas temperaturas”.

Esta expresión cultural se encuentra ubicada a 40 minutos de la ciudad de Juliaca,


realmente es un viaje hacia el noreste de la región de Puno, mediante el recorrido
de Juliaca-Huancané se observa una pampa, casas de adobe, material noble y
pocos putucos o construcciones vivas, y por el este, se observa el lago Titicaca.
Cabe señalar que estas construcciones funcionan muy bien con el cambio
climático, muchas veces la zona ha sufrido la inundación, el desborde del Río
Ramis y del mismo lago. Ante ello, esta construcción de “champa” que son
bloques de tierra con raíces entrecruzadas de ichu y otros pastos silvestres (chiji ,
quemello) es resistente.

El arqueólogo y catedrático de la Universidad Nacional del Altiplano, Edmundo De


La Vega explica, “los putucos son parte de un proceso de tecnología formada
desde la época formativa, es decir, desde hace miles de años, es una solución
técnica que surge a base de la adaptación creativa e histórica de la población
altiplánica”.

Sin embargo, en vox pop realizado a la población de la zona, una gran mayoría
desconoce el valor potencial de los Putucos, generalmente la población joven, es
por ello que en la actualidad se observa los Putucos abandonados en las pampas,
muchos de ellos derribados.

Las construcciones modernas como el adobe, ladrillos, bloquetas, casas de


calaminas y techos de cemento, reemplazaron a estas construcciones ancestrales,
y pocos de los putucos están vivos en algunas familias como despensas, cocinas,
refugios de terneros y ovejas.

Según la promotora cultural Ana María Pino, “las tradiciones se van perdiendo
porque la gente joven sale de las comunidades, los chicos básicamente no
conocen y lo que no se conoce no se cuida a diferencia de la gente antigua. El
sistema educativo es un sistema que no valora el patrimonio y eso deforma tanto
las culturas quechua como aymara”.

El pasado 6 y 30 de julio del presente año, el Ministerio de Cultura y los


burgomaestres del distrito de Arapa, Samán y Taraco, se reunieron para revalorar
la cultura como patrimonio y no esté en descenso, “en estos últimos años no se
están construyendo más putucos, es una preocupación para nosotros”, indicó
Sergio Medina.

“La dirección desconcentrada como política cultural, es recuperar las


construcciones ancestrales, conjuntamente con el Ministerio de Cultura se
realizará un documental audiovisual para difundir a nivel nacional e internacional
que puede ser parte del turismo vivencial”, expresó Sergio Medina encargado de
patrimonio de la Dirección Desconcentrada de Cultura Puno.

Por otro lado, el l burgomaestre del distrito de Taraco, Edgar Rosendo Puma,
adelantó “más adelante estaremos construyendo un Putuco en la carretera Juliaca
a Huancané así también publicaremos libros, videos, en coordinación con el
Ministerio de Cultura”.

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