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México.
Química Inorgánica I.
Profesor: José Alberto Alarcón Díaz.
Alumno: Hernández Vidal Héctor
Mario.
Investigación Compuesto Inorgánico.
Ácido Clorhídrico y sus usos en la
Metalurgia.
Ácido Clorhídrico.
El ácido clorhídrico, ácido muriático, entre otros, es una disolución acuosa del gas cloruro de
hidrógeno (HCl). Es muy corrosivo y ácido. Se emplea comúnmente como reactivo químico y se
trata de un ácido fuerte que se disocia completamente en disolución acuosa. Una disolución
concentrada de ácido clorhídrico tiene un pH inferior a 1; una disolución de HCl 0,1 M da un pH
de 1 (Con 40 mL es suficiente para matar a un ser humano, en un litro de agua. Al disminuir el
pH provoca la muerte de todo el microbioma gastrointestinal, además de la destrucción de los
tejidos gastrointestinales).
El cloruro de hidrógeno tiene numerosos usos. Se usa, por ejemplo, para limpiar, tratar y
galvanizar metales, curtir cueros, y en la refinación y manufactura de una amplia variedad de
productos.4 El cloruro de hidrógeno puede formarse durante la quema de muchos plásticos.
Cuando entra en contacto con el agua, forma ácido clorhídrico. Tanto el cloruro de hidrógeno
como el ácido clorhídrico son corrosivos.
En la Edad Media, el ácido clorhídrico era conocido entre los alquimistas europeos como
espíritu de sal o acidum salis. En el siglo XVII, Johann Rudolf Glauber, de Karlstadt, Alemania,
utilizó sal (cloruro de sodio) y ácido sulfúrico para preparar sulfato de sodio, liberando gas
cloruro de hidrógeno. Joseph Priestley, de Leeds, Inglaterra preparó cloruro de hidrógeno puro
en 1772, y Humphry Davy de Penzance demostró que su composición química contenía
hidrógeno y cloro.
Durante la Revolución industrial en Europa, la demanda por sustancias alcalinas, tales como la
sosa (hidróxido de sodio), se incrementó, y el nuevo proceso industrial para su obtención
desarrollado por el francés Nicolás Leblanc permitió la producción a gran escala con bajos
costes. En el proceso Leblanc, se convierte sal en sosa, utilizando ácido sulfúrico, piedra caliza
y carbón, liberando cloruro de hidrógeno como producto de desecho. Hasta 1863 éste era
liberado a la atmósfera. Una ley de ese año obligó a los productores de sosa a absorber este
gas en agua, produciendo así ácido clorhídrico a escala industrial.
A comienzos del siglo veinte, cuando el proceso Leblanc fue sustituido por el proceso Solvay,
que no permitía obtener ácido clorhídrico como el primero, éste ya era un producto químico
utilizado de manera frecuente en numerosas aplicaciones. El interés comercial llevó al
desarrollo de otros procesos de obtención, que se utilizan hasta el día de hoy, y que son
descritos más abajo. Actualmente, la mayoría del ácido clorhídrico se obtiene absorbiendo el
cloruro de hidrógeno liberado en la producción industrial de compuestos orgánicos.
El cloruro de hidrógeno es un ácido monoprótico, lo que significa que solo puede liberar un ion
H+ (un protón). En disoluciones acuosas, este ion se une a una molécula de agua para dar un
ion oxonio, H3O+:
El otro ion formado es Cl−, el ion cloruro. Por eso el ácido clorhídrico puede usarse para
preparar sales llamadas cloruros, como el cloruro de sodio. El ácido clorhídrico es un ácido
fuerte, ya que se disocia completamente en agua.
La siguiente etapa son procesos químicos que se efectúan a altas temperaturas o bien se
utilizan soluciones acuosas o corriente eléctrica, esto con la finalidad de eliminar la mayor
cantidad de impurezas (refinación)
Después que los metales son refinados, se les somete a diferentes tratamientos físicos y
químicos para obtener de ellos determinadas cualidades, adaptándolas a las aplicaciones que
se les va a dar, es en este punto donde entra el HCl ya que se le suele usar como un agente
atacante durante la realización de un proceso llamado Metalografia, en la que gracias al HCl
podemos observar con mayor precisión la composición química de alguna material.