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Versión periodística de la grabación magnetofónica de la conferencia ofrecida en el Colegio de Arquitectos
del Perú el 28 de abril de 1982.
UNFV-FAC ARQUITECTURA TALLER DE DISEÑO I
Recopilación y Edición: PROF. ARQ. MANUEL DE LA BARRA CHÁVEZ
LA VIVIENDA DEL HOMBRE
Arq. Oswaldo Jimeno Aguilar
LA CASA: SU SIGNIFICADO
Ahora, bien: las casas nuevas están más muertas que las viejas, porque sus
muros son de piedra o acero, pero no de hombre. Una casa viene al mundo
no cuando la acaban de edificar, sino cuando empiezan a habitarla. La casa
vive únicamente de hombre, como las tumbas, dice César Vallejo en los
"Poemas Humanos”. Si en el concepto de Heráclito, la casa es el lugar donde
se presentan los dioses, en el de Vallejo, la casa es aquello que recibe su
sentido, única y exclusivamente, cuando llega el hombre. De ahí que resulte 6
una redundancia, por decir lo menos, el referirnos a la arquitectura como
"arquitectura social".
Esto es un error que, desgraciadamente, ha sido aceptado. Algo usual hoy día,
pues ha sido tomado como un postulado. Sin embargo, no hay arquitectura
social, como no existe justicia social. La arquitectura es una facultad del
hombre, al servicio de los hombres, y la justicia es solamente justicia. Existe el
peligro que intentando hacer "arquitectura social" nos olvidemos de la
Arquitectura y de la dignidad de la persona, al realizar esas conejeras que
deshumanizan la sociedad; y, consecuentemente, al tener la mente puesta
en la "justicia social" ello nos lleve a cometer gravísimas injusticias.
César Vallejo es el encargado de recodarnos que la arquitectura es solamente
Arquitectura, en cuanto está hecha por y para el hombre. En ese nutrirse de
la vida del hombre, la arquitectura va decantándose. Nos viene desde el no ser
de la técnica y sigue un proceso hasta llegar a trascender en un nuevo ser
que deviene en Arqueología. Porque si hay algo novedoso en la visión de
Vallejo, es el hecho que la casa, al igual que el hombre que la habita, no
mueren, sino que subyacen adheridas como la última epidermis. De ahí esa
irresistible semejanza, prosigue Vallejo, que hay entre una casa y una tumba,
con la sola diferencia que la casa se nutre de la vida del hombre, mientras que
la tumba se nutre de la muerte del hombre. Por eso la primera está en pie,
mientras que la segunda está tendida.
En 1965, presidiendo la delegación peruana en el VIII Congreso Mundial de
Arquitectura de París, visitamos la tumba de Vallejo. A pesar que en el pequeño
cementerio Monte Rouge existían miles de tumbas, y a pesar que no
poseíamos dato alguno como referencia para saber dónde había sido
inhumado, el portero nos indicó el lugar. El nos dijo, que no había semana que
no fuera alguien a colocarle flores. La sensación que sentimos fue de
solemnidad. La tumba de Vallejo se nos antojó, nos hablaba de una casa
que no conocimos, sencilla, apacible, modesta en su loza simple, nutrida de la
vida de los miles que desfilan por ella, en la misma forma que, recordando sus
versos se nutría de su propia muerte.
Vallejo no nos dice que en la casa queden sólo recuerdos. El poeta liberteño no
nos refiere a los fantasmas, que son una tradición anglosajona. Para el poeta
peruano son los mismos hombres los que quedan en la casa, contra las
tradiciones nórdicas, en las cuales son los actos los que se adhieren a las
paredes. Para el poeta humano son los entes mismos, el hombre, el que
perdura. Aunque todos hayan partido de la casa, en realidad, todos han
UNFV-FAC ARQUITECTURA TALLER DE DISEÑO I
Recopilación y Edición: PROF. ARQ. MANUEL DE LA BARRA CHÁVEZ
LA VIVIENDA DEL HOMBRE
Arq. Oswaldo Jimeno Aguilar
Referencia Bibliográfica:
Jimeno Aguilar, Oswaldo. 1982. La Vivienda del Hombre. Revoque, publicación
del suplemento de la revista Habitar. Colegio de Arquitectos del Perú.