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“Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora á tu Padre que está
en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.” Mat 6:6
Es importante comprender la importancia de la intimidad con Dios y darle prioridad a la devoción
diaria, estar cerca de su corazón y escuchar sus pensamientos; nos llevan hacia la plenitud de ver su
voluntad completa en todo momento, por el contrario, ignorar y descuidar el compromiso de nuestra
relación nos limita como instrumentos de la manifestación de Su gloria, no podemos discernir el tiempo y
el mover de Dios, si no entendemos el lenguaje de quien nos está guiando.
Una vez leí en una revista cristiana una frase que expresa una verdad practica: “Horas con Dios, hacen
minutos efectivos con los Hombres”.
Me atrevo a exhortarte a cuidar tus tiempos con Dios, es común perder el objetivo, y en repetidas
ocasiones podemos escuchar de ministros de alabanza sobre lo difícil que es cumplir con
responsabilidades propias como familia, trabajo, ministerio… entre otras; que nos restan tiempo para
construir una relación provechosa con Dios, sin embargo debemos considerar que El no es otra actividad
más en nuestra lista, ¡EL ES TODO!
En fin no estamos para entretener a las personas, sino para unirnos en adoración, cada quien aportando
la porción de Gloria resultado de la comunión con Dios en lo individual; para derramar su
revelación y poder en lo colectivo. “La adoración es corporativa”; esta no es solamente
responsabilidad del equipo de alabanza y adoración.
“Sonaban pues las trompetas, y cantaban con la voz todos á una, para alabar y confesar á
Jehová: y cuando alzaban la voz con trompetas y címbalos é instrumentos de música,
cuando alababan á Jehová, diciendo: Porque es bueno, porque su misericordia es para
siempre: la casa se llenó entonces de una nube, la casa de Jehová”. 2Cr 5:13
Armonía es una palabra que determina en buena medida el éxito de un servicio suntuoso, es en donde
todas las ideas, expresiones musicales y espirituales convergen para ofrecer nuestra ofrenda de alabanza
en la Casa de Jehova, esta no se puede alcanzar sin la unidad en Cristo y por supuesto entre tañedores
y salmistas, en donde el enemigo busca separar y generar confusión por medio de fricciones, orgullo,
chismes, criticas y murmuraciones que frenan la colaboración y el mover del Espíritu Santo. Debemos
confesar nuestras faltas para unirnos en una sola voz y desatar el sonido del cielo, la nube de su
presencia.
“…ASI que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro racional culto.” Rom
12:1
Antes de subir a ministrar considera la condición de tu corazón y si está listo para adorar, libre de toda
distracción y enfocada a quien merece la Gloria. “Es mejor no subir con la actitud equivocada, porque
eso es lo que vas a ministrar.”
Pensar que estas en el equipo de adoración solo por tu habilidad, es la mentira mas grande que puede
obstruir el crecimiento y fluir de Dios en tu vida,
“Dios da la habilidad, pero busca un corazón” y esto es lo que nos separa de un músico o
cantante secular quienes solamente mueven los sentimientos y emociones.
No hay mayor poder en este mundo que descubrir tu identidad, ¿Quienes somos en Cristo?,
la preparación y pleno conocimiento de lo que hacemos es lo que distingue a cada uno en Cristo, nos
permite desatar la unción que hay en nosotros para liberar, derribar fortalezas, abrir los cielos, traer
sanidad, manifestar señales y prodigios.
“Y Pedro dijo: Ni tengo plata ni oro; mas lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret,
levántate y anda. “ Hechos 3:6
Pedro y Juan entraron a la hora novena adorar al templo , un tiempo para manifestar el poder de Dios a
través de los dones del espíritu, Pedro y Juan fueron sinceros y conocían su posición e identidad, fueron a
adorar; no tenían nada material en ese momento para darle al cojo, sin embargo activaron los dones y le
ofrecieron algo mas precioso que el mismo oro y la plata, su libertad.