Sei sulla pagina 1di 4

BÚSQUEDA DEL MAESTRO INTERNO

Discurso del 1º de noviembre de 2000.

Por Ángel Herney Sánchez Ramos, Gran Consejero.

Indudablemente encontramos que una finalidad que se encuentra en los estudios


de la Orden Rosacruz son indicaciones para aprender a pensar constructivamente.
En ellas se señala la verdadera dirección, y se deja al estudiante el trabajo de
esclarecer por sí mismo sus propias percepciones, de afinar la técnica que le
permita ampliar el campo de sus propias intuiciones, y de desarrollarse por
esfuerzo propio, emulando el proceso natural de todas las cosas creadas que
tienden a desarrollarse. Es claro que con este trabajo nos ubicamos, con buena
disposición, para sobrepasar el límite en que podíamos ser afectados por lo que
exteriormente nos rodea, aún fuera favorablemente, y aunque debemos aprender
de estas impresiones externas, nos encontramos con herramientas para resistirlas
y ocuparnos en el logro de relaciones más elevadas.

Con “una mirada interior”, que es el lema de esta Convención, buscamos


estimular la mirada más profunda al origen de los conocimientos que ha elevado a
la humanidad, y poder apreciarlos en su justo valor. Busquemos participar de lo
Divino, para que nos encontremos protegidos contra las exigencias y también la
curiosidad de los indiferentes que viven de acuerdo con las impresiones del
mundo exterior sin percatarse del engaño de los sentidos. Recordemos que
algunos personajes los determinamos como grandes por las energías divinas que
circulan en su interior; son grandes, porque han aprendido la manera de recibir
estas influencias celestiales de las esferas superiores del Cósmico; son los
verdaderos servidores que se convierten como discípulos de su propio Maestro
Interno y pueden cumplir en debida forma la misión humanitaria y universal que
les corresponde.

Al colocarnos en el estado de servir en la misión que nos corresponde,


irrigaremos mensajes de amor, paz y conocimiento para que el que pueda los
recoja, porque al igual que las enseñanzas de nuestras monografías, nada se
insinúa sobre temas mágicos, ni se formulan creencias ni se crea la ilusión de la
entrega de la llave para abrir el baúl de los poderes que se han escondido a
propósito, solamente se busca absolver las inquietudes de las almas despiertas, y
con estudio y ejercicios se señala el camino por dónde podemos encontrar la
entrada que ha de enrutarnos hacia la Conciencia Cósmica.
Muchas son las insinuaciones del mundo profano que busca hechos que se
puedan realizar en forma sobrenatural, pero el estudiante en el camino místico,
que ha resuelto alcanzar el Ser superior, solamente desea encontrar el verdadero
camino. Por eso no debe preocuparnos si muchos interpretan nuestro trabajo
como meros preceptos morales, pues sabemos que para nosotros son
instrucciones prácticas; puesto que a medida que avanzamos en el trabajo de la
Orden se va percibiendo su relación con hechos y leyes que se pueden
comprobar.

No perdamos de vista que los personajes a quienes conocemos como Maestros


alguna vez estuvieron en el mismo grado de evolución en el cual estamos
nosotros ahora y ganaron su elevación con esfuerzo y sacrificio. Por eso en el
curso de los estudios rosacruces y martinistas busquemos bajo sus letras el
sentido imperecedero que nos conducirá a la maestría. Nos sentiremos animados
si podemos trazar el difícil camino que dejaron las huellas de los Maestros en el
tránsito de su desarrollo y encontraremos que en él brilla la luz de la Verdad. Sin
embargo, la interpretación de esta luz unas veces de día se verá como una nube
y de noche como una bola de fuego, razón por la cual debemos constantemente
estar interrogando las apariencias externas, hasta aún aquellas que se involucran
con la fe; pues el secreto y germen de las cosas está oculto en el fondo.
Purifiquemos nuestra intención en todos nuestros trabajos y busquemos la Verdad
misma, y no nos apeguemos tanto a los conceptos que tenemos de ella.

Miremos pues en nuestro interior las percepciones internas, para realizar


permanentemente nuevos arreglos de acuerdo con los conocimientos que vamos
logrando. Como no conocemos todas las causas, incurriremos en errores, pero es
la oportunidad de dirigirnos a esas causas misteriosas para que emprendamos su
estudio y saquemos de nosotros mismos recursos que nos lleven al fondo del
misterio que origina las supuestas dificultades en el entorno de nuestra vida.

Una inquietud que nos surge cuando emprendemos estos estudios, como los que
estamos realizando a través de la Orden Rosacruz y los que ya están afiliados a la
Orden Martinista, es tratar de entender mejor el origen de las causas y entrar en
comunicación más directa con ellas, pero en la mayoría de los casos el
impedimento se torna muy grande: nosotros mismos. Por eso debemos dirigir
toda nuestra voluntad a vencer este obstáculo, o sea la personalidad que en ese
momento creemos que somos. Cada uno tendrá la forma de llevar a cabo esta
lucha, pero si logramos avanzar nos encontraremos que a cada paso que
adelantemos se presenta un nuevo obstáculo, lo que nos parecerá que no hemos
logrado mucho. Solamente si miramos hacia atrás es que podemos ver lo que
hemos ganado.

Desde las primeras monografías recibimos de la Orden Rosacruz el impulso fuerte


sobre el principio de conocernos a nosotros mismos, por eso al aplicarnos en el
estudio, mis queridos fratres y sorores, nos une un lazo sin igual, porque
estaremos compartiendo ese logro forjado en el fuego de las batallas indecibles
que no nos han podido domar debido a la asistencia del amor Divino que nos hace
permanecer fieles a nosotros mismos, pues somos nosotros mismos la Gran Vida,
y en la medida que la hacemos más extensa, rompemos las cadenas que nosotros
mismos nos hemos impuesto. Esto nos hace libres de lo material y obedientes a
los dictados de nuestro propio Maestro Interno.

Este trabajo del conocimiento de sí mismo debe ser intenso y no debe reducirse
solamente al cumplimiento de un código moral de conducta, porque estos varían
según las distintas regiones, religiones, etc., y para el usuario no deja de ser una
simple rectitud de cuerpo y de mente, y si bien es una actitud loable, es
insuficiente para llegar a la rectitud de la naturaleza psíquica. Son los atributos de
la espiritualidad en pro de nuestra evolución la que debemos seguir, porque es la
gran Ley de la Divinidad, que por su propio modo de ser tiende a la manifestación,
al conocimiento de sí mismo y a la reintegración con la Unidad.

Pero aquí viene la parte interesante, el conocimiento profundo de la vida espiritual


a la que aspiramos, en su gran parte está más allá del alcance de la inteligencia y
por ende fuera de las expresiones del lenguaje, es decir, más allá de nuestro
cuerpo y nuestro pensamiento, aunque éstos pueden reflejarla.

Sobre este tema Porfirio dijo: “Muchas cosas de esa naturaleza que están más allá
de la inteligencia, son por ésta confirmadas; pero se contemplan mejor en la
suspensión de la energía intelectual que por medio de ésta”.

Aunque se dice que el pensamiento es limitado, es justamente éste y la


inteligencia las herramientas que tenemos a mano con los cuales allanamos el
camino que nos ubica en la puerta de penetrar en lo ilimitado. Penetrando lo
ilimitado vigorizamos nuestra inteligencia, y utilizando la energía del pensamiento
en la comparación, en la instrucción y eliminación de la duda, llegamos al punto en
donde podemos dominar las tendencias externas de la Naturaleza. Cuando la
Naturaleza se ha conquistado por completo, este hecho se refleja por dentro y por
fuera de ella, lo que indica que se ha alcanzado la armonía con niveles elevados
de conciencia, porque estos niveles son estados ilimitados y sin forma, que no se
pueden expresar en palabras. Por eso el esfuerzo interno para lograrlos no tiene
más ayuda que nuestra propia Alma Personalidad evolucionada como resultado de
nuestro propio trabajo.
Este mensaje busca una seria motivación para que, con la mirada interior, se
busquen nuevos temas que animen nuestros esfuerzos dirigidos al logro de la Luz
Mayor.

Ejercicio:

Vamos a realizar un ejercicio durante los 3 minutos siguientes. Cierren los ojos, y
en silencio, realicemos “una mirada interior” a nuestro Ser y verifiquemos cual es
el trabajo que hemos hecho para alcanzar el conocimiento superior, aquel que no
podemos recibir por medio de la palabra oral o escrita, y cuyo tema nos ha movido
a la meditación en los últimos 3 meses, e identifiquemos el nuevo esfuerzo que
debemos realizar para dar nuevos pasos de progreso.

¡Que así sea!

Por Ángel Herney Sánchez Ramos, Gran Consejero zona centro Colombia.

Los Rosacruces pueden ayudarlo a Usted a encontrar


la paz, prosperidad y felicidad.
Para mayor información, puede comunicarse con:
Calle 67 No.6 – 41 Bogotá;
Teléfonos 248 11 67 y 3 46 36 01
www.rosacruz-colombia.org
E-mail: nuevomundo@rosacruz-colombia.org

Potrebbero piacerti anche