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CÉSARMAN

Los objetos y las cosas.

Utilización del termino objeto para referirnos a las personas ( como objetos de
impulso). Término cosa para referirnos al recipiente de la necesidad.
En psicoanálisis se refieren a los objetos como lo humano, el recipiente del deseo
sexual. El objeto es para el deseo, lo que cosa es para necesidad.

Las cosas y el inconsciente.

El concepto de tiempo no existe, el tiempo es infinito, por tanto tampoco existe


espacio, se considera sin limites y sin dirección. El inconsciente es un marco en el que
no existen ni tiempo ni espacio, el panorama no se puede comprender sin la
estructura ni los conocimientos del yo.
Necesidades de autoconservación: suma de imágenes de los elementos que somos
descendientes y le da sentido a elementos inorgánicos de los que aun dependemos.

El superyó y la realidad.

Superyó: se encuentra el impulso de transformar la realidad y también esta la imagen,


el retrato, la película interna de cómo desearíamos transformar la realidad. Los
aspectos de la realidad en el superyó nos impulsan a buscar el mejor sitio posible
donde existir.
La existencia, en la estructura del superyó de un impulso que nos obliga y nos ordena
ir a la continua exploración. La búsqueda del entorno ideal responde una tendencia a
buscar la realidad externa anhelable.
Claro que cabe pensar que esta búsqueda en el futuro no es si no el recuerdo de
condiciones ya experimentadas.
Cerca del territorio del superyó subyace la percepción que forma parte de los
procesos secundarios y el principio de realidad que nos permite organizar el
conocimiento de las cosas de acuerdo con nuestras necesidades, y elaborar un
concepto de constancia de la realidad que nos permita el seguro desplazamiento e
intercambio con las cosas.

Las cosas en el yo.

En el yo más primitivo existen las estructuras para entender nuestra relación con la
naturaleza no modificada. En el inconsciente no existen la distinción entre tiempo y
espacio, en el yo estas ideas se estructuran y son las directrices que componen el yo
naturaleza en su forma original: el paisaje, el paraíso.
El yo naturaleza, además de estructurar los conceptos de tiempo y espacio, coloca los
recuerdos que se establecerán como forma de introyectos de todas las cosas que
gratifiquen sus necesidades o aquellas que por su naturaleza son nocivas y de las
tendremos que defendernos.
En el yo introyectamos, junto con las representaciones de los objetos, las
representaciones de las cosas.
El deseo y la necesidad pueden expresarse entretejidos, pero corresponde a dos
representaciones distintas, una que se origina en el inconsciente, parte de los
impulsos libidinales (deseos), y otra que se origina en los estratos más orgánicos, que
se origina en el yo y responde a una necesidad.
Además, esta representación de la madre (objeto del deseo) y de la leche nutritiva
(recipiente de a necesidad) la podemos colocar casi paralela con las de la madre y la
leche mala, la madre que abandona o lastima y la leche que no llega en el momento de
la necesidad o carece de las características necesarias. Las variantes son múltiples. En
su manifestación patológica se encuentra la obesidad y la anorexia nerviosa, al igual
que la distintas variantes de las adicciones, tales como el alcoholismo, el tabaquismo y
las drogas.
Paisaje interior: se sumaran las cosas en su estado primario o modificadas por otras
funciones del propio yo.
Todas las representaciones de las cosas que están en el escenario interior se
encuentran estrechamente vinculadas con las representaciones objetales y son
utilizadas para la expresión de las fantasías inconscientes.

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