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Y
PROBLEMAS
DEL HABLA
ALBERTO GARCÍA ONGIL
LOURDES GONZÁLEZ DE LA RED
VARINIA ALONSO DÍAZ
LOURDES CUTULI MORALES
MARÍA AUXILIADORA RUIZ ORTEGA
2º EDUCACIÓN PRIMARIA (TARDE)
Niños sordos y problemas del habla
ÍNDICE
Página
3. ¿Cómo oímos?:_____________________________________________9
6. Evaluación: _______________________________________________ 18
6.1 Evaluación de las deficiencias auditivas ____________________ 18
7. Intervención: _______________________________________________ 21
en el habla _______________________________________________ 38
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10.2 La lengua de signos: Lengua visual. Lengua natural de las personas sordas
___________________________________________________________________ 51
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Desde el punto de vista médico, las personas sordas son objeto de intervención
sobre una deficiencia orgánica y funcional, mediante la utilización de audífonos, im-
plantes cocleares, etc… este enfoque se centra en el oído y en un concepto de caren-
cia propio de la percepción del mundo de las personas oyentes, pero que no es com-
partida por las personas sordas identificadas psicológica y culturalmente con su sorde-
ra.
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No todas las personas sordas, participan en la Comunidad Sorda, las hay que
no se sienten identificadas, en ocasiones porque han interiorizado la imagen negativa
que la sociedad oyente les da de sí mismas y algunas veces porque se trata de perso-
nas oyentes que en un momento de su vida dejaron de oír y permanecen culturalmen-
te oyentes.
Las personas oyentes pueden ser parte de la Comunidad Sorda. Hay dos as-
pectos necesarios para formar parte de la Comunidad, conocer la lengua de signos y
autoidentificación. De hecho, participan personas oyentes que han crecido y evolucio-
nado dentro de ella.
No obstante, por parte de las administraciones públicas continúan vigentes los enfo-
ques de la sordera como deficiencia o discapacidad, cuyas consecuencias son las
políticas asistenciales y rehabilitadoras y la educación especial para alumnos con “ne-
cesidades especiales”. Si, por el contrario, nos referimos a la minoría lingüística y a la
cultura sorda, las consecuencias serían las políticas de reconocimiento de la diversi-
dad, que obligan a modificar actitudes ante las minorías y a construir una sociedad
accesible para todos y todas.
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3. ¿CÖMO OÍMOS?:
3.1 El oído:
El oído es el órgano que recoge las vibraciones sonoras del medio y las trans-
forma en impulsos eléctricos que serán interpretados en la zona correspondiente de la
corteza cerebral.
Anatómicamente el oído está dividido en tres partes: odio externo, oído medio y
oído interno.
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- El oído medio: está formado por la caja del tímpano (cavidad de unos 1,5
cm3 que contiene una cadena de tres huesecillos articulados entre sí: martillo, yunque
y estribo)
Las ondas o vibraciones del mundo sonoro se transmiten en todas las direccio-
nes. En el transcurso del tiempo hay muchos ruidos, silencios, palabras, sonidos, etc.
Las ondas sonoras entran por el pabellón auricular al conducto auditivo externo. Lle-
garán al tímpano y al presionarlo le harán vibrar. Esta vibración es transmitida a la
cadena de huesecillos. Dichas vibraciones son transmitidas a los líquidos cocleares
que junto a las células nerviosas de la cóclea forma un complejo sistema que trans-
forma las ondas sonoras en estímulos bioeléctricos. Los estímulos eléctricos son con-
ducidos por el nervio auditivo hasta el cerebro que es realmente quien percibe y reco-
noce el sonido.
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ción auditiva, mientras que sordera se relaciona con la pérdida total o casi total de au-
dición.
Las deficiencias auditivas pueden ser entendidas como situaciones en las que
la agudeza auditiva resulta insuficiente para el funcionamiento normal del sujeto.
3.4 Clasificaciones:
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pabellón auditivo, etc. Se plantea una solución clínica de tipo quirúrgico, proté-
sico, etc.
- Deficiencia auditiva muy grave o severa: el umbral auditivo se ubicará por en-
cima de 70 y por debajo de 90 dB. Son habituales la falta de atención y los
problemas de aprendizaje. En muchos casos la colocación de prótesis no solu-
ciona la deficiencia. Es necesaria la intervención del logopeda y el uso de pro-
cedimientos alternativos de comunicación.
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- Infecciones de oídos
- Infecciones en la mamá durante el embarazo
- Infecciones en la mamá al momento de dar a luz y/o el momento que el bebé
nazca
- Problemas durante el nacimiento
- Infecciones durante la infancia y niñez
- Medicina
- Ruido
- Genéticos
Educadores y escuelas
El niño podría necesitar ayuda especial cuando asista a la escuela.
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5. DIFICULTADES EN EL HABLA:
Las correcta articulación de los fonemas puede verse comprometida por diferentes
causas. Se han identificado tres tipos de dificultades en la articulación de los sonidos
del lenguaje: las dislalias, las disglosias y las disartrias.
LAS DISLALIAS
Denominamos dislalia evolutiva o fisiológica a una de las fases del desarrollo del len-
guaje infantil en la que el niño no articula o distorsiona algunos fonemas de su lengua,
debido a un incorrecto desarrollo de su aparato fonoarticulador. Se trata de una “falsa
dislalia” que generalmente desaparece con el tiempo.
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b) Dislalia audiógena:
d) Dislalia funcional:
Se refiere a una alteración producida por una errónea utilización de los órganos
que intervienen en la articulación del lenguaje, sin que pueda referirse a una
causa orgánica. El niño con dislalia funcional no usa correctamente dichos
órganos a la hora de pronunciar los fonemas de su lengua. Podemos señalar
diversas causas:
- Deficiencia intelectual.
- Alteraciones temporoespaciales.
- Predisposición genética.
- De origen psicológico.
LAS DISGLOSIAS:
- Labio leporino
LABIALES
- Parálisis facial
- Resección de maxilares
- Atresia mandibular
MANDIBULARES
- Disostosis maxilofacial
- Progenie
- Anomalías dentarias
- Maloclusión dental
DENTALES
- Ortodoncias
- Prótesis
- Frenillo corto
LINGUALES
- Glosectomía
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- Macroglosia
- Malformaciones congénitas
- Microglosia
- Parálisis del hipogloso
- Fulguración lingual
- Fisura palatina
- Fisura submucosa del paladar
PALATALES
- Paladar ojival
- Traumatismos
- Rinolalia abierta
NASALES - Rinolalia cerrada
- Rinolalia mixta
LAS DISARTRIAS:
PRINCIPALES
LOCALIZACIÓN DENOMINACIÓN
ALTERACIONES
Neurona motriz inferior Disartria flácida Fonación, resonancia y
prosodia
Neurona motriz superior Disartria espástica Prosodia y articulación
En los sujetos de habla disfémica se aprecia una disfluencia en la emisión del habla y
de la comunicación, caracterizada por una serie de bloqueos, repeticiones o prolonga-
ciones de sonidos, sílabas o palabras durante la emisión del discurso.
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6. EVALUACIÓN:
Múltiples áreas deberían ser objeto de recogida de información en cada caso de difi-
cultad auditiva
En cada circunstancia serán de interés unos aspectos u otros, siempre con el objetivo
de conocer los aspectos sobre los que se centrará la intervención posterior. A pesar de
la dificultad en establecer pronósticos de manera generalizada o de conocer en cada
caso la evolución prevista, diversas cuestiones entran también en el campo de interés
de la evaluación.
La primera guarda relación con la mera detección de las dificultades auditiva. Inclui-
mos algunas cuestiones que pueden tenerse en consideración, en el contexto educati-
vo. No hay que olvidar que un gran porcentaje de estos problemas se detecta en el
aula:
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Conocer con el máximo grado de especificidad las condiciones auditivas que presenta
el sujeto.
- Omisión: el niño omite el fonema o sílaba que no sabe o puede pronunciar. Por
ejemplo, “ato” por gato, “oche” por coche.
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- Distorsión: el niño articula un sonido de manera deformada pero sin sustituirlo por un
fonema concreto.
- Inversión: el niño cambia el orden de los sonidos de una palabra durante su articula-
ción. Por ejemplo: “cocholate” en vez de chocolate, “tonicias” en lugar de noticias.
Los errores descritos, deben ser analizados desde una triple perspectiva:
- Lenguaje repetido. El niño debe repetir los fonemas, diptongos, sílabas y sinfones de
palabras en distintas posiciones (inicial, media y final), después de que el evaluador
los haya pronunciado previamente.
7. INTERVENCIÓN:
Además, a la hora de llevar a cabo un abordaje completo sobre las circunstancias ge-
nerales del niño con deficiencia auditiva, la intervención habrá de abarcar un conjunto
globalizado de objetivos. Entre las circunstancias a tener en cuenta tendríamos en
primer lugar, la provisión de un sistema operativo de comunicación e interacción social
que aproveche al máximo la audición residual, que se amplificará en la medida de lo
posible mediante dispositivos protésicos.
Una cuestión preliminar de elemental importancia en los centros educativos a los que
asistan los alumnos con dificultades auditivas es la garantía del acceso lingüístico y
comunicativo de éstos a los contenidos curriculares. Deberían arbitrarse sistemas que
permitan el trabajo acorde con metodologías educativas específicas, la participación
en las actividades, operar con materiales concretos, así como la adaptación a las pe-
culiaridades de los sistemas de evaluación que se pongan en funcionamiento.
Por último, estos centros habrán de tener una dotación adecuada en cuanto a espa-
cios, recursos técnicos y humanos, etc.
La respuesta educativa a las necesidades especiales que plantean los deficientes au-
ditivos deberá centrarse en los problemas específicos que muestran estos alumnos en
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Un aspecto importante es el que se refiere a las interacciones del alumno con el resto
de sus compañeros, de ahí lo interesante de trabajar las agrupaciones, la potenciación
de actividades de colaboración, lúdicas, etc... La interacción social positiva habrá de
promover la aceptación y el respeto entre los alumnos, requisitos básicos para un
buen proceso de interacción social. Tampoco ha de dejarse de lado la programación
de actividades extraescolares o los contactos y acciones con asociaciones y entidades
cercanas a la comunidad de personas con problemas de audición.
siempre están abiertos. Por ello puede ser interesante conocer algunos aspectos y
procesos que incumben a menudo a los padres:
La literatura especializada que describe las fases habituales que siguen los padres
desde el momento del diagnóstico hasta la aceptación de la sordera del hijo/a se refie-
ren siempre a familias que podrían denominarse de estructura tradicional (es decir
formadas por padre y madres oyentes e hijos biológicos). Teniendo en cuenta que las
familias de padres sordos estarían exentos de este proceso emocional de desestructu-
ración y readaptación, y que no disponemos todavía de la suficiente experiencia en
relación a otras estructuras familiares, se indicará seguidamente el proceso seguido a
menudo por familias oyentes formadas por padre, madre (que vivan juntos o separa-
dos) y quizás con otros hijos, que hoy deben representar todavía un 90% del total:
c. Impacto emocional:
cido con que puede abordarles el médico. Todavía no han tenido tiempo para hacerse
cargo de la situación.
d. Advertimiento de la situación:
Antes de tener un/a hijo/a los padres imaginaban como sería y proyectaban en él/ella
toda una retahíla de expectativas y deseos. Pero de pronto evidencian que aquel ni-
ño/a que esperaban fuese de una determinada manera tiene unas características per-
sonales bien distintas. Se evidencia una discrepancia importante entre el hijo deseado
y el hijo real, de forma que de pronto es visto como “otro ”, y transitoriamente los pa-
dres no lo/la reconocen ni se reconocen en él/ella. El surgimiento del hijo real les hace
reaccionar emocionalmente. Sienten aflicción, frustración o ansiedad, pueden autoin-
culparse o culpar al exterior (el destino, Dios,...) y sentirse incapaces de hacer frente a
la situación, o no saber por dónde empezar a enfrentarse a ella. Todo ello representa
una amenaza para la estabilidad familiar.
e. Negación:
Tal vez, tras la fase anterior, los padres intentarán mitigar su ansiedad entrando en
una etapa defensiva de negación. Piensan que quizás el diagnóstico que les han dado
es equivocado, y no es difícil que emprendan una larga peregrinación de profesional
en profesional a la búsqueda de otro diagnóstico que contradiga o mitigue el inicial. Es
posible también que busquen en medicinas alternativas o prácticas no médicamente
homologadas la “curación” que la sanidad tradicional no les ofrece. Es una etapa en
que los padres son muy vulnerables y pueden caer en manos de gente irresponsable
que en lugar de ayudarlos a concienciar las limitaciones de la sordera y las expectati-
vas positivas razonables les anuncian o proponen “recetas garantizadas” (implantes,
audífonos, metodologías educativas, escuelas,...) como si prácticamente se pudiesen
anular las consecuencias de la pérdida auditiva. A veces lo que ocurre es que los pa-
dres no están en disposición de valorar serenamente la información que oyen, y la
interpretan en clave de aquello que querrían escuchar, que sería: “Haciendo eso y
aquello, nuestro hijo/a podrá llegar a ser como un oyente”. Por ello es importante que
los profesionales que intervengan los ayuden a situar estas esperanzas en su lugar.
f. Admisión:
g. Reorganización:
En esta etapa final los padres asumen el/la hijo/a real, con sus potencialidades y sus
límites, y su condición de padres de un/a niño/a sordo/a. La dinámica de la familia se
ajusta al nuevo horizonte y a la nueva escalera de valores Esta acción positiva va va-
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riando de perfil a lo largo de la vida con flujos y reflujos, a medida que las condiciones
y las épocas se suceden.
La llegada de un hijo sordo a una familia oyente altera la estabilidad y las dinámicas
establecidas, y reclama que se llegue a una reorganización, un reequilibrio, que inclu-
ya al nuevo miembro permitiendo una dinámica saludable. Todos los componentes de
la familia, además del niño/a sordo/a, son importantes, y por lo tanto todos deben tener
su papel en ella:
Hacerlos renunciar a los amigos, a actividades propias de su edad, etc. para hacerlos
participar siempre en aquellos ambientes y actividades que convienen y estimulan al
hijo sordo/a.
Si los hijos mayores se ven en un lugar y situación que no les corresponde posible-
mente intentarán reafirmarse llamando la atención de los padres, y podrán aparecer
“enfermedades”, poco rendimiento escolar, rabietas, etc. O quizás, todavía peor, no
llamarán la atención, actuarán calladamente y se guardarán para sí mismos los senti-
mientos de ofuscación. Es necesario proporcionar la debida atención y tiempo a los
hermanos mayores para evitar que generen celos y un resentimiento subterráneo o
explícito hacia su hermano/a sordo/a.
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j. El padre/ la madre:
Mantener la relación con todo el mundo: Es necesario conservar las múltiples y varia-
das relaciones con el resto de la familia, con los amigos y con todo el mundo exterior
en general. A veces hay el peligro que se genere una actitud de cerrazón de la familia
en sí misma, provocada por un sentimiento de hiper-responsabilidad y de dedicación
absoluta al hijo/a sordo/a, o bien por cierta angustia de mostrarse en público, que aca-
ba empobreciéndola.
k. El hijo sordo/a:
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Es preciso establecer las relaciones con los padres construyendo un clima de respeto
y confianza mutua, y llegar a ser un equipo que actúa unificada y coordinadamente en
relación al niño sordo/a. En general es bastante posible lograr la complicidad y la em-
patía necesarias. En ocasiones, sin embargo, se pueden dar actitudes y reacciones de
los padres que pueden herir o menospreciar a los enseñantes más directamente impli-
cados (maestro/a, logopeda, o la escuela como tal). En general no se trata de un agra-
vio personal –y los profesionales deberíamos intentar verlo así- sino más bien manifes-
taciones de angustia provocadas por la necesidad de saber si aquello que están
haciendo por su hijo sordo/a es suficientemente correcto, o si los profesionales que
incidimos también. Sería deseable que los profesionales, caso de encontrarnos en
esta situación, reaccionáramos intentando generar confianza y serenidad en los pa-
dres si se dan alguna de estas situaciones:
Este proceso se puede sufrir también al cambiar de maestro/a (al curso siguiente) y
también de logopeda. Los padres ya confiaban plenamente en el anterior equipo.
Quizás incluso habían llegado a idealizarlo, y un cambio siempre genera incertidum-
bre. Se pueden dar episodios tales como que quieran entrevistarse o telefoneen al
maestro/a del año pasado, o al/la logopeda anterior para plantearles sus desazones en
relación al equipo actual. Estas situaciones reclaman profesionalidad tanto a los nue-
vos como los antiguos: A los nuevos para no sentirse heridos, y a los antiguos para
dar a los padres elementos que los ayuden a confiar en los compañeros, del mismo
equipo, que actualmente inciden en el alumno/a sordo/a, y a remitir a ellos a los pa-
dres.
A veces pueden darse casos simétricos, es decir que un profesional “antiguo” intente
entrevistarse o telefonee a los padres para interesarse por la evolución del niño/a en
su nueva situación. Esta acción que en principio demuestra afecto, interés y cortesía a
veces esconde cierta desazón por averiguar si el proceso sigue marchando bien. Evi-
dentemente esta inquietud es percibida por los padres, y ello no refuerza precisamente
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Cuando, inversamente, se produce una “idealización” del enseñante por parte de los
padres es necesario precisamente no alimentarla. A todos nos gusta que nos valoren,
pero si un profesional “es visto como un dios” se crea una relación insana de depen-
dencia que anula la autonomía de los padres y complica el inicio del trabajo de los
compañeros que en el futuro se harán cargo del alumno/a. Un profesional idealizado a
veces sólo es alguien que es visto por los padres como aquél que hace aquello que a
ellos les angustia o que se sienten incapaces de hacer. El camino adecuado pasa por
trabajar la autoconfianza e iniciativa de los padres, y fomentar su implicación en el
proceso educativo de su hijo.
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Convocar, siempre que sea posible, a los dos miembros de la pareja, sobre todo si de
la reunión pueden derivarse decisiones importantes.
Establecer anticipadamente la periodicidad a fin de que los padres puedan hacer pre-
visiones con alcance de un curso académico. Suele haber encuentros con el tutor o
tutora, con el/la logopeda, con el psicopedagogo o psicopedagoga del EAP y del
CREDA, etc. Es preciso que desde la escuela se tenga una visión de conjunto para
poder gestionarlas de forma que el volumen que representan no abrume a los padres y
se pueda respetar su situación laboral.
A cada reunión han de asistir los profesionales necesarios, pero en el mínimo número
indispensable. A veces para dar imagen de unidad del equipo, por una estricta idea
“sistémica” de la actuación sobre el alumno/a, o para evitar que alguien pueda sentirse
excluido, se convocan reuniones con un número excesivo de personas, situación que
puede aturdir a los padres.
Convocar con suficiente antelación las reuniones que impliquen disyuntivas o decisio-
nes importantes, por ejemplo si se prevé una repetición de curso, un cambio de escue-
la, un cambio de etapa, una propuesta de adaptación o modificación curricular, etc., a
fin de que los padres tengan tiempo de elaborar la decisión.
ñ. El tratamiento de la información:
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Animarlos a tomar sus propias decisiones, no las que tomarían otras personas por
ellos o las que nosotros mismos tomaríamos.
Evitar hacer pronósticos que puedan hacerlos imaginar expectativas poco reales.
En el caso de “padres nuevos” que están en proceso de buscar escuela para su hijo/a
les será de mucha ayuda que se les facilite una visita completa al centro, más allá si
es necesario de la “jornada de puertas abiertas”, favoreciendo también que puedan
entrevistarse con el/la logopeda y maestro/a que atenderán al alumno/a.
No evitar que afloren los factores emocionales: Los factores emocionales de los pa-
dres son indisociables de todas las cuestiones referidas a la sordera del hijo/a, y los
acompañan en todas las actuaciones de adaptación o cambio de audífonos, de prue-
bas audiométricas, de búsqueda de centro educativo, de comentario de pautas para
favorecer la comunicación, etc, y ni que decir tiene durante la etapa inicial, aquella en
que todas las informaciones son nuevas. A veces un enfoque excesivamente técnico
por parte de los profesionales, o no digamos ya un simplista e irresponsable “No os
preocupéis, aquí no pasa nada”, impide en buena medida que afloren los aspectos
emocionales, tan necesarios de trabajar como todos los demás. Como enseñantes no
somos especialistas en psicología clínica, pero una mano tendida también es aprecia-
ble: Generalmente sirve de ayuda que tengamos la actitud de escuchar a los padres,
que establezcamos con ellos una cierta complicidad y solidaridad, y que hagamos al-
guna observación pertinente de carácter positivo.
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que evitar que se genere una situación de dependencia emocional o técnica con la
escuela o con una u otra persona, porque ello limita su necesaria autonomía.
Para intervenir en los trastornos articulatorios de tipo funcional se utilizan dos estrate-
gias fundamentalmente:
c. Técnicas de sensibilización:
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d. Técnicas de desensibilización:
8. RASGOS SOCIOLÓGICOS:
La comunidad Sorda como minoría lingüística, la lengua de signos desde sus carac-
terísticas visuales-gestuales y su organización espacial, se convierte en la lengua na-
tural y propia de las personas sordas. Una lengua que ha acompañado a las personas
sordas a lo largo de su historia y que se ha demostrado que está estructurada como
verdadera lengua desde sus diferentes niveles: fonológico, léxico, morfológico, sintác-
tico y pragmático.
Nos falta, su reconocimiento oficial, imprescindible si deseamos que las personas sor-
das se desenvuelvan en cada uno de los ámbitos sociales que les rodean. Las barre-
ras comunicativas se convierten en los principales obstáculos con los que se encuen-
tra la persona sorda. En la formación, en el terreno laboral, en su participación cultural,
la persona sorda ve limitada en gran medida sus posibilidades ante la inexpugnable
carencia comunicativa que le impide su participación en igualdad de condiciones.
Por último también reflexionaremos, sobre el papel protagonista que cobra el movi-
miento asociativo. A lo largo de su evolución, unida a la consideración social de la per-
sona sorda, el movimiento asociativo ha permitido demostrar las capacidades autoges-
toras que las personas sordas pueden desarrollar como agentes activos de transfor-
mación social. En un principio, estos lugares de encuentro fueron uniendo y jerarqui-
zando creando una estructura institucional consolidada que tiene cabida no sólo en el
territorio autonómico, local o comarcal, sino nacional e internacional.
En estos momentos de políticas educativas que tienden a “Integrar” a los niños y niñas
sordos en aulas de colegios oyentes están por ver las consecuencias sobre la transmi-
sión de la cultura y de la lengua de la Comunidad Sorda, que sin duda habrán de
adoptar otras formas.
La información, un valor muy importante para las personas sordas. Valoran el compar-
tir la información. Recibir información dentro de un mundo oyente es arduo para las
personas sordas, por eso se valora y se transmite la información recogida. Es normal
dentro de la Comunidad Sorda asegurar la comunicación y la información para todos y
todas, repetir la información cuantas veces sea necesario y adaptarla a todos los nive-
les de comprensión. Es uno de los aspectos en los que más claramente se manifiesta
la solidaridad y la cohesión del grupo.
Los niños y niñas sordos, son cuidados y valorados por la Comunidad Sorda, no ya
sólo porque significan continuidad y desarrollo, sino porque conocen y comparten sus
vivencias. Por su parte, los niños y niñas sordos encuentran dentro de la Comunidad
Sorda, el espacio donde realmente se sienten cómodos, donde se identifican. Hemos
sido testigos de una escena que según nos dijeron se repite mucho, cuando los niños
sordos procedentes de entornos oyentes visitan por primera vez una asociación de
personas sordas, de pronto, se les ilumina el rostro, miran a los presentes y uno por
uno preguntan: ¿Tú eres sordo? ¿Y tú? ¿Y tú?... se vuelven hacia la madre que les ha
acompañado, que contempla la escena entre la emoción y el estupor: ¡Mama mira,
muchos sordos, yo quiero quedarme aquí! Esta reacción que tantas veces hemos pre-
senciado es la misma que Laurent Clerc, explica de forma emotiva los sentimientos
que la Comunidad Sorda tenía hace más de dos siglos por los niños y niñas, de la co-
munidad. Para las personas sordas, participar en las asociaciones y representar un
cargo es un motivo de orgullo.
La utilización de la visión y del espacio propia de las personas sordas origina determi-
nadas costumbres que en muchos casos se convierten en normas de comportamiento,
utilizan estrategias para establecer la conversación y durante la conversación.
El dominio del campo visual y del espacio es distinto y resulta extraño para las perso-
nas oyentes. Por ejemplo, las personas sordas signan con toda naturalidad cuando
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Es necesario también hablar de las barreras de comunicación, que son definidas co-
mo “aquellos obstáculos, trabas o impedimentos que dificultan o limitan la libertad de
acceso y comunicación de las personas que tienen limitada, temporal o permanente-
mente, su capacidad de relacionarse con el entorno mediante la audición y la lengua
oral”. Y añade que tales barreras “impiden expresar o recibir mensajes a través de
códigos y sistemas de comunicación sean o no de masas como, entre otros, la lengua
oral, la televisión, la radio, el teléfono,... cualquier señal de tipo acústico, etc”. Se trata
de barreras invisibles que generalmente pasan desapercibidas para las personas
oyentes. En consecuencia, a pesar de que ha ido surgiendo una legislación de ámbito
autonómico y local tendente a la eliminación de barreras, en la práctica apenas se tie-
nen en cuenta las de comunicación.
Las personas sordas viajan mucho y realizan constantes intercambios con personas
sordas de otras ciudades y países. Los hábitos de asistencia, al teatro, al cine, a es-
pectáculos deportivos, son similares a los de las personas oyentes. También los hábi-
tos de lectura de prensa y revistas son similares a los de la población oyente, pese a
los problemas de lecto-escritura existentes.
El 52% de las personas sordas se muestra poco o nada satisfecha con la educación
recibida. Algo más de la mitad fue escolarizada en dos colegios o más, lo que segura-
mente indica insatisfacción de los padres con la marcha de la educación de sus
hijos/as. En cuanto a los resultados, el nivel de estudios de las personas sordas es
muy inferior al de la población oyente. Solo un 1.9% de personas sordas acceden a
estudios superiores, frente a un 21% de oyentes, y los problemas de lecto-escritura
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están generalizados, hasta el punto de que buena parte de las personas sordas pue-
den ser consideradas como analfabetas funcionales en lengua oral.
Las soluciones y modos de vida que generaciones anteriores de personas sordas han
ido desarrollando constituyen una experiencia y un legado histórico que no puede des-
echarse en aras de unas ventajas sociales que nunca se han visto en la práctica. Esto
lo saben bien las propias personas adultas sordas, que antes han sido niños y niñas
sordos.
Como hemos dicho, la escolarización en los niños sordos no puede partir de la rehabi-
litación auditiva y del habla, sino de sus posibilidades y potencialidades, no desde un
planteamiento medico rehabilitador, sino de un planteamiento socio-cultural que les
conciba como miembros de una cultura visual con una lengua visual.
El entorno que rodea al niño/a sordo debe ser accesible, donde pueda adquirir la len-
gua de signos de la misma forma espontánea en que los niños oyentes adquieren la
lengua oral, como un medio para organizar su experiencia y comunicar, para que su
desarrollo social, afectivo y cognitivo no se vea limitado.
En cuanto a la Universidad, son muy pocos estudiantes sordos/as que consiguen lle-
gar a ella y menos todavía los que cuentan con intérpretes de lengua de signos, en la
mayor parte subvencionados por instituciones privadas, en algún caso por la Comuni-
dad Autónoma o la propia Universidad.
Ante esta situación, las personas sordas se encuentran con que la educación reglada
no se adecua a sus necesidades y se decantan por la formación no reglada. No obs-
tante, en este sentido, las barreras continúan presentes y son pocos los centros espe-
cializados a los que pueden acceder. Iniciativas como el centro de formación y estu-
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dios para la Comunidad Sorda en Valencia nacen no sólo con el objetivo de formar a
las personas sordas para su inserción socio-laboral, sino para fomentar la reincorpora-
ción de las personas sordas al sistema educativo.
La mezcla entre la situación general dada por el mercado de trabajo y la situación so-
cio-laboral específica a la que se ve limitada la Comunidad Sorda, provoca, en algunas
ocasiones, la exclusión de las personas sordas en la vía laboral. Situación que hacen
que el colectivo de personas sordas, en edad de trabajar, sea especialmente vulnera-
ble. No obstante, a través de los nuevos yacimientos de empleo, promovidos princi-
palmente por entidades de personas sordas adultas, se está favoreciendo un cambio
cualitativo en la inserción laboral de las personas sordas, acorde a sus características
y motivaciones. Profesionales de nueva creación, como los profesores de lengua de
signos, asesores sordos, orientadores y educadores están impulsando una mejora
laboral en el colectivo, reinserciones formativas en la educación reglada, promoción
profesional, etc.
Sin embargo, desde los mismos inicios de la educación de las personas sordas, las
fundaciones y asociaciones han venido agrupándose y constituyendo grandes asocia-
ciones. El hecho asociativo está directamente relacionado con la agrupación de perso-
nas sordas en las escuelas (donde rompían con el aislamiento en el que vivían ante-
riormente), y con la utilización de su lengua natural, la lengua de signos. La sociedad,
también ha tenido intentos de segregar a las personas sordas en diferentes centros
educativos, pero las asociaciones nacidas al calor de los primeros colegios siguieron
desarrollándose, únicamente en estos centros propios encontraban las personas sor-
das plena libertad para usar su lengua natural y propia, mantener una conversación,
una relación social, sensación de estar en su medio, identidad y comunidad.
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Las emociones y las relaciones están constituidas por una serie de limitaciones y posi-
bilidades de la maduración.
Entonces, ¿cuál es la mejor forma de tratar con alguien que tiene impedimentos al
hablar? Para la persona que sufre estas dificultades, es importante que su interlocutor
sepa de qué manera desempeñarse. Aquí presentaremos entonces algunas formas de
colaborar con que la comunicación sea más sencilla.
Hay millones de personas que tienen problemas para hablar sin sufrir ningún otro tipo
de discapacidad o problema. Aunque es cierto que esta dificultad en ocasiones viene
emparejada con otras discapacidades mentales o físicas, con frecuencia solo se trata
del problema puntual de comunicación.
Por esto, usted no debe asumir que debe hablar despacio o usar un lenguaje simple
cuando se dirige a alguien que tiene dificultades de habla. Su problema no es distinto
a encontrarse en una silla de ruedas. Son personas que escuchan bien y pueden en-
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tender lo que se les dice. Solo puede tomarles un poco de tiempo dar sus respuestas.
Las personas que tartamudean o les cuesta pronunciar las palabras, o simplemente no
hablan con claridad, están bien conscientes de su problema; no se preocupe: usted no
es la primer persona que les pide que repitan. En ocasiones les parecerá que hablaron
claramente y no lo hicieron. Todos quieren ser escuchados y entendidos. Por eso, si
usted no comprende lo que dijo alguien con impedimentos de comunicación, hágaselo
saber para que puedan aclararlo. No es necesario adivinar.
Algunas personas con este impedimento sufren con su problema al teléfono y prefie-
ren no utilizarlo. Si este es el caso con alguien que usted conoce, trate de comunicarse
lo menos posible con el/ella por este medio. Si un empleado tiene esta clase de dificul-
tades, tómelo con seriedad; usted podrá encontrar la forma de facilitar la comunica-
ción. Pero, nuevamente, no asuma. Mucha gente con estos impedimentos disfruta
igualmente hablar e interactuar, incluso a través del teléfono. De hecho, muchos bus-
can activamente carreras y pasatiempos que requieren una extensa comunicación
verbal. Esto depende, como en todo, del carácter de cada persona.
A menos que ustedes se encuentren en una relación romántica tan cercana que es
bonito cuando uno termina las frases del otro, una persona con problemas de comuni-
cación prefiere decir las cosas por si misma. A usted no le agradaría que alguien ter-
mine sus frases en su lugar.
En breve, simplemente siga las reglas normales de cortesía. Después de todo, la cor-
tesía existe facilitar la vida y volverla mas placentera para todos. Sea abierto al escu-
char y atienda a las palabras y al contenido, y no al contexto, cuando surja un impedi-
mento de este tipo, y pronto el impedimento causará pocos problemas.
Los impedimentos para hablar correctamente son una gran molestia, pero no evitarán
que nadie pueda lograr una comunicación normal y satisfactoria. Hablar con alguien
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que tiene esta dificultad, tanto en el ambiente laboral como personal, no es tan difícil
después de todo. No se sienta ansioso cuando encuentre a alguien con este problema,
y la comunicación fluirá sin mayor dificultad.
9. RESPUESTAS EDUCATIVAS:
• Que permitan al niño sordo acceder al mismo currículo del niño oyente.
• Cuando observe que el niño no está comprendiendo una idea, no utilice pala-
bras aisladas para explicarle, mejor utilice frases y oraciones completas.
Es importante que los maestros promuevan que los niños con deficiencias auditivas
hablen con frecuencia para que puedan desarrollar esta habilidad de lenguaje, pero no
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Se debe motivar al niño a que exprese cuando no está entendiendo algo; esto puede
evitar futuros problemas comunicativos y emocionales, ya que de mantenerse al mar-
gen de la comprensión, es fácil que el niño comience a alejarse de las actividades gru-
pales. Por último, favorecer los vínculos comunicativos es parte sustancial de la inte-
gración. Si logramos que en el aula hable un alumno a la vez y en ambiente silencioso,
estaremos favoreciendo la integración del niño dentro y fuera del aula, ya que los
compañeros sabrán cómo hablarle y explicarse con él.
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• El lenguaje hablado como medio de comunicación se utiliza todo el tiempo, por eso
es importante que anime a su alumno a que opine, conteste preguntas y tenga una
participación similar a la de sus compañeros. Se debe hablar a la misma altura del
niño para que pueda ver a la cara.
• Igual que los demás niños de su clase, es importante que el niño con pérdida auditiva
aprenda a tomar turnos dentro de un diálogo.
• Motive al niño a que realice estructuras lo más completas posibles en sus aportacio-
nes verbales, incentívelo a que utilice artículos, sustantivos, verbos y adjetivos. Hay
que favorecer la comunicación y respaldar los esfuerzos del niño siempre que sea po-
sible qué saber y esto no nos debe apenar o frustrar. Al enterarnos de que un niño
sordo ingresará a clase podemos concertar una cita con la madre y preguntarle abier-
tamente:
• ¿Desde hace cuánto tiempo el niño utiliza los aparatos? Esto indicará su nivel lin-
güístico, ya que el desarrollo de la lengua varía si la sordera es detectada a los 3 años
o a los 5 meses de edad.
• ¿El niño recibe terapia actualmente? En el caso de que así sea, ¿es posible que co-
mo maestro se comunique y establezca contacto con el terapeuta? ¿cómo funciona un
aparato auditivo?,
• Puede preguntar acerca del carácter del niño. Respecto a la tolerancia a la frustra-
ción y la integración social que ha predominado en él desde que inició su etapa esco-
lar. Y fuera del contexto educativo, ¿cómo se relaciona con otros niños?
• Anote lo más que pueda del desenvolvimiento del niño, de gran importancia para su
adaptación.
Todo lo que usted pueda averiguar acerca de su nuevo alumno le facilitará muchísimo
la tarea.
Por otro lado, es necesario abordar el asunto con los demás alumnos para evitar la
burla o rechazo y procurar una adecuada integración en clase. Es normal que los pri-
meros días los niños pregunten por qué el nuevo compañero no habla bien, o por qué
lleva puestos aparatos “tan raros”…
Los maestros no tienen que abandonar sus proyectos, simplemente han de realizar
algunas adaptaciones para sus alumnos sordos, pues la finalidad de la escuela inclu-
siva es que los niños se integren a la sociedad. No es necesario ni conveniente crear
un programa específico de estudios, se puede echar mano de recursos pedagógicos
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“Los métodos educativos que se desarrollan para éstos alumnos son adaptacio-
nes de los que se utilizan con alumnos oyentes.”
• Presentar en la clase diversos textos, que sean apropiados y fáciles, para que
los alumnos sordos lean y analicen, reflexionando sobre las estructuras discur-
sivas y sintácticas.
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Los implantes cocleares son aparatos implantables diseñados con el objetivo de pro-
porcionar detección de sonido y reconocimiento del lenguaje a personas que reciben
poco a nada de beneficios a través de los aparato auditivos. Hay varios fabricantes de
implantes cocleares tales como Advanced Bionics Corporation, Cochlear Americas y
Med-EI. Sin importar quién lo fábrica, el implante coclear incluye componentes internos
y externos.
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La parte externa, que se muestra en la foto más debajo incluye un procesador de voz
que es conectado por un cable a un auricular. El auricular tiene un transmisor en espi-
ral que envía la señal desde el procesador de voz a la parte interna del aparato. Se
adhiere magnéticamente a la superficie de la cabeza detrás de la oreja en el lugar
donde se encuentra colocada la parte interna del implante.
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Las partes internas y externas funcionan en conjunto para cambiar el sonido a señales
eléctricas que son enviadas al nervio auditivo. Primero el micrófono recoge la energía
del sonido y transmite la señal a través del cable al procesador de voz. El procesador
de voz filtra, analiza y convierte la energía del sonido en un código digital que es en-
tonces enviado de regreso a través del cable al auricular desde donde es transmitido a
través de la piel, por frecuencias radiales, al receptor interno. Entonces el receptor
interno lleva la señal a los electrodos que han sido colocados dentro de la cóclea. Los
electrodos pasan las partes dañadas de la cóclea y envían una pequeñísima carga
eléctrica directamente al nervio auditivo. Finalmente el nervio auditivo lleva estas seña-
les eléctricas al cerebro donde son interpretados como sonido. El proceso ocurre tan
rápido que el oyente escuchará el lenguaje y otros sonidos sin una demora notable.
• ¿Qué es un implante coclear?
• La cirugía y el proceso post operatorio
• Programas de seguimiento e intervención
• El costo del implante
• Expectativas realistas de los beneficios del implante coclear
• Las garantías y los seguros
Un cirujano especialista en oídos determina si el niño puede ser puesto con seguridad
bajo anestesia general y examina los rayos-x para asegurar que las cócleas son ade-
cuadas para insertar el conjunto de electrodos. El médico también buscará otras con-
diciones médicas que impedirían el uso de un implante.
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Se puede solicitar un examen vestibular para determinar la condición de salud del sis-
tema de equilibrio de un niño.
Una evaluación psicosocial estudia otros factores que pueden beneficiar el acostum-
brarse a él o el beneficio de un implante coclear. Toca preguntas sobre las expectati-
vas razonables y asegura que el niño y/o la familia estén muy motivados y deseosos
de participar en un programa de rehabilitación a largo plazo. Adicionalmente, este tipo
de evaluación puede examinar las habilidades cognitivas del candidato para eliminar
otros factores fuera de la pérdida auditiva, que puedan ser la razón de una audición
deficiente y el desarrollo del habla-lenguaje.
incluir una noche en el hospital. Generalmente toma 3-5 semanas para que la incisión
se cure, pero la mayoría de los niños vuelven a sus actividades normales dentro de
pocos días después de la cirugía.
Entre 4-6 semanas después de la cirugía, el niño regresará a la clínica para activar el
aparato por primera vez. Durante el tiempo entre la cirugía y la activación del implante,
el niño no podrá usar un aparato auditivo en el oído implantado de modo que no podrá
escuchar en ese oído. Si usa un aparato auditivo en el oído no implantado, el niño de-
berá continuar usando ese aparato en su oído no implantado para mejorar la localiza-
ción y escuchar en lugares con ruido.
La activación del aparato puede ser un proceso de uno o dos días. Pueden llegar a
necesitarse hasta 20 visitas dentro del primer año para ajustar muy bien el procesador
de voz y el entrenador auditivo o rehabilitación auditiva.
La cirugía del implante coclear debiera considerarse el primer paso en un proceso muy
largo. Los padres deben entender que su participación es crucial en el proceso educa-
tivo de su niño para conseguir el beneficio máximo.
Los niños con implantes cocleares necesitan servicios de apoyo de varios profesiona-
les para su desarrollo educacional y del lenguaje. La cantidad de apoyo varía de un
niño a otro. No se puede predecir el desempeño de un niño con un implante coclear.
Cada niño tendrá un desempeño diferente con el implante coclear. Sin embargo, pres-
tando los servicios de apoyo y ambientes adecuados, puede optimizar el aprendizaje y
el desarrollo. Es importante recordar que puede tomar hasta un año después de acti-
varse el implante para distinguir los cambios que demuestren la habilidad del niño para
comunicarse.
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Los riesgos quirúrgicos incluyen un pequeño riesgo de dañar el nervio facial o la chor-
da-tympani, dos nervios que pasan por medio del oído. El riesgo de la anestesia que
se necesita para la cirugía de implantación, es un poco mayor en infantes y niños pe-
queños, comparado con los adultos. Algunos pacientes también experimentan una
reducción de su función de equilibrio por un corto tiempo después de la operación.
Finalmente, un pequeño porcentaje de pacientes implantados han reportado un au-
mento del zumbido en los oídos (tinnitus) después de la cirugía, en comparación a su
experiencia previa.
La lengua es un aspecto esencial de la cultura, y para las personas sordas quizás más
todavía. Las personas sordas tienen una relación muy especial con su lengua, la co-
nocen y saben de sus posibilidades, la aman, y saben de su belleza, y la cuidan como
algo que en cualquier momento les pueden arrebatar. Como, de hecho, se ha intenta-
do muchas veces, sin éxito.
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La lengua oral se transmite por vía acústica, oral-auditiva. El emisor del mensaje habla
y el receptor lo percibe a través del oído.
Desde el punto de vista de la emisión del mensaje, el habla también precisa de la au-
dición a fin de conocer los modelos a reproducir y de controlar su producción. Las per-
sonas sordas en muchos casos no tienen una imagen mental, un modelo de la palabra
hablada que han de reproducir, y en cualquier caso no pueden controlar su propia
emisión.
Frente a estas características de las lenguas orales, las lenguas de signos son len-
guas visuales, surgidas y desarrolladas espontáneamente en las comunidades de per-
sonas que organizan su experiencia del mundo de manera esencialmente visual. Por
otro lado, es evidente que los niños y niñas sordos no muestran ninguna disposición
natural a hablar, mientras que en un entorno en el que se usa la lengua de signos ad-
quieren competencia lingüística y comunicativa siguiendo las mismas etapas evoluti-
vas que los niños oyentes para adquirir la lengua oral. Estos hechos indican que la
lengua de signos es la lengua natural de las personas sordas.
Que las lenguas de signos son verdaderas lenguas lo han demostrado los lingüistas y
psicolingüistas que han realizado estudios sobre ellas, y han concluido que están es-
tructuradas en diferentes niveles: fonológico, léxico, morfológico, sintáctico, y pragmá-
tico, de la misma manera que las lenguas orales. Desde un punto de vista psicoso-
ciológico, las lenguas de signos cumplen las mismas funciones que las lenguas orales,
comunicar y representar, y ello con el mismo rendimiento y eficacia.
Hablar del origen de las lenguas de signos, es hablar del origen del lenguaje humano,
este razonamiento esta avalado por investigaciones antropológicas que señalan que
ha habido dos evoluciones paralelas del lenguaje, una del habla y otra de los signos
gestuales. Podemos acercarnos a la pregunta de los orígenes del lenguaje de signos
centrándonos en las funciones del lenguaje humano, que son básicamente las siguien-
tes, función interpersonal, comunicativa, y representativa.
Se conocen muchos casos de niños sordos que han vivido aislados, sin contacto con
personas que utilicen la lengua de signos, a pesar de ello, crean gestos para comuni-
carse, con una morfología y una sintaxis simple.
Pero como señala O. Sacks:- “no pueden efectuar por sí solos el salto cualitativo de
ese sistema gestual a un sistema lingüístico completo, plenamente gramaticalizado”,
para que se cree, se desarrolle y se transmita una lengua hace falta el contacto de los
niños con una lengua natural, por lo que las lenguas de signos son creaciones históri-
cas cuya génesis exige varias generaciones.
“las lenguas de signos devienen así en sistemas muy ricos con estructuras complejas
que relejan su larga historia. Han evolucionado a lo largo de las generaciones como
parte de una herencia cultural igualmente rica” (Padden y Humphiries, 1988).
En la actualidad las lenguas de signos están evolucionando a buen ritmo, como co-
rresponde a una época de expansión de las comunidades que las utilizan. Las perso-
nas sordas cada vez más se introducen en campos del conocimiento y en ámbitos
profesionales que hasta no hace mucho les estaban vetados, y esto da lugar a una
constante evolución, por ejemplo a la creación de neologismos.
Pero todavía hoy muchas personas sordas, que nacen en el seno de familias oyentes
y son escolarizadas en colegios donde no se utiliza la lengua de signos, corren el ries-
go de pasar su infancia sin adquirir un lenguaje estructurado y de arrastrar una incom-
petencia lingüística “si no se establece una comunicación se presentan problemas que
son a la vez lingüísticos, intelectuales, emotivos y culturales. Estos problemas ace-
chan, en mayor o menor grado a la mayoría de los que nacen sordos, que se crían
como extraños en sus propios hogares” (Sacks “veo una voz”).
Resulta urgente que la lengua de signos tenga en nuestro país un estatus oficial, que
se reconozca legalmente su categoría de lengua natural propia de las personas sor-
das, que se facilite a los niños sordos un entorno signante desde su nacimiento y que
se incorpore al currículum de todos los niveles de la enseñanza como materia de estu-
dio.
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Las interacciones maternas son uno de los ámbitos de estudio que ha despertado el
interés de los investigadores. Las interacciones comunicativas entre madre e hijo sor-
dos. Los datos obtenidos por Fernández Viader en 1996 entre otros, señalan que las
madres sordas signantes modifican espontáneamente su lenguaje cuando interactúan
con sus hijos pequeños, observándose una adaptación a las características comunica-
tivas del interlocutor.
Tanto los niños sordos como los niños oyentes emplean expresiones gestuales en los
primeros estadios de comunicación con los adultos. Afirman que los gestos juegan un
papel importante en el período preverbal del desarrollo comunicativo tanto en los niños
sordos como de los niños oyentes, y que cuanto se investigan ambos grupos de forma
comparativa y con criterios similares se observa un paralelismo en su desarrollo. En
cuanto al tipo de signos producidos, los campos semánticos observados son similares
a los descritos para los niños oyentes; alimentos, animales, juguetes, medios de trans-
porte, objetos de casa, vestido…
Quizá la característica más peculiar de la lengua de signos, y la que más las diferencia
de las lenguas orales es que un buen número de relaciones morfosintácticas se expre-
san a través del movimiento de los signos, de las expresiones faciales y, sobre todo,
del uso del espacio. A diferencia de las lenguas orales que, en gran medida, expresan
las relaciones sintácticas a través del orden de las palabras, las lenguas de signos lo
hacen a través de la manipulación de los signos en el espacio. Otro tanto sucede con
muchos elementos morfológicos. La adquisición de estos mecanismos gramaticales se
produce en forma paulatina. Hasta los tres años, los niños prácticamente no utilizan el
espacio ni el movimiento, o los cambios de orientación en la producción del signo, para
marcar relaciones gramaticales.
Entre los 3 y los 5 años, los niños sordos adquieren una buena parte de los aspectos
morfológicos y sintácticos.
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Los niños sordos profundos prelocutivos van a tener enormes dificultades para com-
prender y producir mensajes orales. Esta dificultad puede tener importantes repercu-
siones en el desarrollo global del niño sordo ya que el desarrollo cognitivo y socio-
afectivo, los aprendizajes escolares y la posterior inserción en la vida laboral y social
adulta se encuentran, en nuestra sociedad, íntimamente relacionados con la posibili-
dad de contar con un código comunicativo que permita establecer relaciones sociales
con los otros, aprender con ellos, acceder a la información y pensar. La ausencia de
lenguaje o la presencia de un lenguaje pobre limitan las posibilidades de entender el
mundo, de aprender, de discutir, de negociar, de explicar, de preguntar, de hipotetizar,
de anticipar…. Lógicamente, el impacto no será en todos los niños el mismo, sino que
dependerá de diversos factores, tanto internos como externos al propio sujeto. Por su
importancia destacaremos dos de estos factores: las características de la pérdida audi-
tiva (grado y momento) y las condiciones del entorno comunicativo en el que el niño
sordo crece. En efecto, las dificultades para adquirir una lengua oral son mayores
cuanto mayor sea el grado de pérdida auditiva y cuanto más precozmente haya sido la
pérdida. En este sentido no es comparable la lengua oral de un niño sordo moderado o
severo con la de un niño sordo profundo. De la misma manera, también será diferente
el desarrollo de un niño cuyo entorno responde de forma precoz y ajustada a sus ne-
cesidades. La sordera tiene implicaciones en la adquisición de la lengua oral. Sin em-
bargo, es muy importante tener en cuenta que pérdida auditiva no es sinónimo de pro-
blema de comunicación. El desarrollo inicial de las intenciones comunicativas son simi-
lares al descrito en los niños oyentes. Por otra parte, pérdida auditiva tampoco es
sinónimo de problema de lenguaje, como así lo atestiguan los niños sordos que nacen
y crecen en entornos comunicativos signantes. Estos niños suelen presentar un desa-
rrollo del lenguaje completamente normal en lo que se refiere a la lengua de signos.
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PÁGINAS INTERESANTES:
http://www.parasordos.com/Links%20Relacionados/relacionados.htm
Es una página muy interesante, para padres de niños sordos y personas que estén
preocupadas .Se realizan además actividades de formación para distintos profesiona-
les.
http://www.adiosalasordera.com/
Esta página está dedicada a los niños pero puede ser sumamente útil y muy entreteni-
da para los adultos también. Pretende llegar a ser una ludoteca que incluya tanto jue-
gos útiles para entrenamiento del oído, como otros de ingenio o simple esparcimiento,
no menos importantes para el desarrollo del individuo.
BIBLIOGRAFÍA:
- http://es.wikipedia.org/wiki/Howard_Gardner
- http://www.psiquiatria.com/articulos/psicologia/31319/
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- http://www.raisingdeafkids.org/spanish/hearing/index.php
- http://www.correodelmaestro.com/anteriores/2006/octubre/nosotros125.htm
- http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtualData/Libros/Linguistica/Leng_Nino/pdf/Explor_
Producc.pdf
- http://www.audiciondelbebe.org/laaudicionylaamplificacion/implantes/limitaciones.a
sp día de la consulta el 20 de Marzo del 2009. Implantes Cocleares.
-
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