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1.- ¿Cuál es el “problema” que le interesa resolver a Austin?

¿Cómo está
estructurado el escrito? ¿Qué temas se tratan en cada sección?

Antes que nada, resulta de gran importancia reconocer el modelo de


discusión filosófica seguido entre Austin y Frege, en relación al tema del
“significado de la palabra”. A diferencia del modelo de relación maestro –
discípulo, en el cual un primer autor distingue una serie de hechos, de los cuales
determina un problema, y ofrece una o varias soluciones a aquél. Su discípulo,
partiendo del mismo problema ofrece otra alternativa de solución; desarrollando un
poco más la teoría de su maestro.

Por el contrario, en la discusión entre Austin y Frege; partiendo de una


misma serie de hechos, ambos plantean u observan un problema distinto a lo cual
ambos plantean soluciones distintas. Por allí se observa entonces la gran
diferencia principal en cuanto al problema en cuestión; ambos autores no
distinguen un mismo problema, es decir, sus intereses son distintos.

Es por ello, que de acuerdo con Austin, el verdadero problema que se debe
resolver es aclarar y mostrar que el uso que se da a las palabras en lo cotidiano es
muy distinto al que se da a nivel filosófico; ya que en este último se le da un uso
exacerbado, lo cual es inadecuado y desproporcional con respecto al uso que le
dan las personas en la vida diaria. El problema, observado por Austin, radica en
que se debe tratar de descubrir lo que hace la gente, cuando se le pregunta sobre
el significado de las palabras. Sin embargo, él no hace énfasis en las palabras en
general sino en el significado de una palabra concreta.

Así pues, para Frege, una palabra tiene significado, si y solo si, aquello a lo
que hace referencia existe. Si no existe, la palabra puede tener sentido, pero no
significado. Austin, sin embargo, afirma que esa manera de interpretar el problema
del significado de las palabras es equivocada. Y su propuesta como solución a
dicho problema radica en desmontar aquella obsesión, de parte de los filósofos
por la frase “el significado de las palabras”. Por ejemplo, una persona que sea de
una religión distinta a la cristiana y a la vez no entienda el español; que no
conozca la palabra “reclinatorio” y pregunte: ¿Qué es el reclinatorio? O ¿Cuál es
el significado de reclinatorio? Y que reciba como respuesta: es el objeto mismo
al que hacemos referencia con esa palabra. Allí en ningún momento se le está
dando el significado que pide la persona. Entonces, aquí radica la crítica de Austin
en cuanto a la posición de Frege, ya que no explica nada. Diciendo que la
afirmación el objeto mismo al que hace referencia una palabra, pareciera
explicar mucho; no obstante, al enfrentarlo a una realidad concreta no explica
nada, como en el caso del ejemplo anterior.
Por lo tanto, Austin propone que cuando nos enfrentamos al problema del
significado de una palabra se deben considerar tres (03) aristas o aspectos muy
importantes; a saber: a) la frase “el significado de la palabra”; b) el problema del
significado de una palabra tal y como nos la ha legado la tradición filosófica, es
decir, la manera cómo los filósofos han entendido este problema y c) las cosas a
las que las palabras hacen referencia.

En tal sentido, para Austin, preguntarse “cuál es el significado de una


palabra”; es una pregunta sin sentido. Que no puede ser respondida. Haciendo a
la vez la acotación, que ésta no puede ser respondida por difícil que sea, sino más
bien porque se convierte en un argumento circular, en un problema aporético; sin
salida.

Es por ello, que ofrece una serie de ejemplos o especímenes que dictan la
verdadera razón de preguntas con sentido y sin sentido, resumiéndose así:
especímenes con sentido o preguntas con sentido, cuando estas son razonables,
legítimas y están bien planteadas; preguntas que, por supuesto, giran en torno al
significado de una palabra particular específica. Y por otro lado, los especímenes
o preguntas sin sentido, las cuales no son razonables e ilegítimas y no se
encuentran bien planteadas, es decir, las preguntas generales en torno al
significado. En conclusión, Austin afirma que; el problema radica en que esta
pregunta no está bien planteada.

En relación al texto; éste se encuentra estructurado en tres (03) partes; las


cuales se detallan a continuación. 1era sección: abarca acerca de la explicación por
qué preguntar de manera general por el significado de una palabra carece de
sentido. 2da sección: replanteamiento de la distinción entre juicios analíticos y
sintéticos. Y 3era sección: replanteamiento del problema del nominalismo.

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