Es una fiesta muy popular y la más típica entre los huancavelicanos, tiene como escenario casi toda la ciudad de Huancavelica y participan como protagonistas una buena parte del pueblo. Esta Fiesta, a manera de auto sacramental, representa el paso de los Reyes Magos hacia Belén. Consta de actos preparados con mucho cuidado. Los actores aprenden sus parlamentos y los encargados de los vestuarios trabajan afanosamente. Los bailarines, hombres y mujeres, se disfrazan con máscaras, pelucas y plumajes formando comparsa con personajes grotescos que hacen las veces de bufos llamados en el idioma quechua como “kichcamachu”. El 06 de Enero al mediodía, los tres Reyes magos lujosamente ataviados, parten en sus cabalgaduras de la Plaza Tupac Amaru templo de San Francisco, rodeados por su comitiva de esclavos avanzan por la ciudad en medio de una gran multitud. En cada esquina pronuncian discursos exponiendo el motivo del viaje que los llevará hasta el Mesías. Los diálogos se suceden en el camino hasta la plazuela de Santo Domingo, donde se acondiciona un espacio de reposo para luego de un breve descanso proseguir su viaje llegando hasta la plaza principal, donde en los portales de la Biblioteca Municipal acampan simulando estar en Jerusalén preguntan por el Mesías prometido. Herodes instalado en su corte en el atrio de la Catedral, los manda llamar y entabla con ellos un diálogo para indagar sobre el motivo del viaje y la misteriosa estrella que los guía. Terminada la entrevista los tres embajadores continúan pronunciando discursos en las esquinas simulando el trayecto a Belén. El Pesebre es instalado en el atrio de la Iglesia de San Francisco, allí llegan los Reyes Magos quienes se postran y reverencian al niño, a la Virgen y a San José. La ceremonia termina, los Reyes suben a sus cabalgaduras y se despiden. El mayordomo de la fiesta se encarga de dar alegría ofreciendo licor y comida a los actores. Esta fiesta tiene su epílogo al día siguiente con la Procesión de la Sagrada Familia. Durante esta fiesta es típica la danza de “los pastores” que veneran al recién nacido en diferentes etapas durante tres días. LOS NEGRITOS : Fue a principios del siglo XIX, donde las circunstancias brindaron a los mestizos ya numerosos en la población de la “Villa Rica de Oropesa” la posibilidad de introducir esa su expresión originaria literaria de tipo folklórico o “baile de los Negritos” con todas sus características, valiéndose del razonamiento convincente para el párroco de la Iglesia “esos negros morosos, pecaminosos, lejos de estar barzoneando en Chincha, se les debe traer con látigo en mano para que vengan a regenerarse adorando al Niño Perdido y aprender los mandamientos morales de la Ley de Dios. Así se organizó novedosamente ese grupo folklórico con su expresión afroide y lenguaje ingenuo, pícaro y romántico. Tal sucede que, simulando su llegada a caballo a la Villa Rica, hacen su aparición por las inmediaciones del cementerio, afectados por la fiebre palúdica, tras su paso por altos picos nevados, de Portachuela y Chonta, dan lectura de su característico “Bando”, agradeciendo por la acogedora y bulliciosa bienvenida, ofreciendo bailes modernos y trayendo su mensaje de amor “de un beso para las serranas solteronas; así fueran barrigonas”, “un abrazo fuerte para cada vieja vanidosa”, “una esperanza para cada viuda”, y “dos uvitas maduras y jugosas para cada muchacha quinceañera”, y “que su venida de 5 días será para besar, bailar, cantar y adorar al Niño Perdido por ser Dios de Dioses”. En ese mismo “Bando”, se hacen portavoces a nombre de sus patrones que en este caso resultan el mayordomo y el autor, a quienes lo motejan previamente de apodos, “invitando a todos los aficionados al vicio, chupacañas, traga de envaldes, a beber y comer a piernas sueltas”, “ucuchas (ratones) al palo aderezado con grasa de llama, jugos especiales preparados con aguas negras y lodo de pantano”, y otros chistes con sátira para burlarse de las autoridades, muy bien captadas de la imaginación cunda del negro; y se dirigen a la Plazuela de Santo Domingo. Desde vísperas del día central, el clán de 20 a 24 negros más o menos, integrados por “Branco” o “Huaqra Senqa” (nariz larga) representando al capataz blanco, que látigo o tronador en mano, viene abriendo campo y obligando a bailar a los negros para el Niño Perdido, por cuya razón se le llama también “Abrecampo”; “Marica“ o “María Rosa” negra (hombre disfrazado de mujer), que haciendo el papel de bufona, se muestra coqueta y provocadora, mostrando los encantos de su cuerpo y repartiendo cucharonasos de barro a todo espectador desprevenido; el “Caporal Mayor” y el “Caporal Menor”, haciendo el papel de vigilantes de la disciplina del clan, adorando todos ellos, de vistosos y originales disfraces con pañuelos de seda y campanillas de plata en mano, bailan al ritmo de hermosas piezas musicales, rematados en cierto momento, con el “zapatín” lleno de destreza, equilibrio y filigrana. En medio de esos bailes combinan con ocurrencias y expresiones eróticas ingenuas de tipo negroide, por ejemplo, resulta común y tradicional de todo negro su afición por “son congonea” que llega cautivar al público pueblerino. Este clan, el día central o de la procesión del Niño Perdido, rinden en cada esquina que descansa el anda, hermosos salmos o discursos, escrito por poetas Huancavelicanos tradicionistas huancavelicanos; concluida la procesión los negritos bailan el atipanacuy que se reduce a movimientos con el taco, este baile dura varias horas luego del cual salen danzando por calles y plazas; para el último día entre llantos y ataques de “María Rosa” realizar la despedida; con caña al hombro y tonada especial interpretada por los músicos; se irán bailando por las calles de Huancavelica. LA SEMANA SANTA : Sólo esta semana escapa del bullicio que caracteriza a otros cultos, con la misma fiel expresión de otras fiestas. La ciudad permanece quieta y tranquila, viviendo intensamente el drama del calvario; resaltando las procesiones nocturnas. DOMINGO DE RAMOS : Que recuerda la entrada triunfal del señor de Jerusalén. Salen de la Iglesia de Santa Ana representando a Jesús, montado en un pollino vivo, siendo el animal casto y de exclusividad de uso para este fin, dicha expresión recorre longitudinalmente por casi toda la ciudad, de oriente a occidente. En todo el recorrido no falta el ingenio andino expresado en alfombras de flores naturales por donde recorre el señor montado en el asno blanco; concluyendo su trayectoria en el barrio de Ascensión. LUNES SANTO : Sale en procesión la efigie de Jesús preso por los judíos “Señor del Prendimiento” de dignísima humildad y dulzura infinita, que cautiva el espíritu y enternece el corazón, haciendo brotar de los ojos lágrimas de amor, de arrepentimiento y de compasión. MARTES SANTO : Conmovedora imagen es la que se presenta en procesión del “Señor de los Azotes”, en una de las más culminantes del doloroso martirio de nuestro Señor Jesucristo, haciendo el recorrido de la Iglesia de Santa Ana pasando por las principales arterias de la ciudad para luego retornar a la iglesia de origen. MIERCOLES SANTO : La impresionante efigie del “Señor de Nazaret”, cariñosamente llamado “Villa Señor”, quien es llevado en anda de la Iglesia Catedral, portando la cruz, representando la caída donde Cirineo lo ayuda cumplir como parte de su recorrido, espera en las inmediaciones de los portales de la Biblioteca Municipal; en paralelo a ello, de la Catedral sale en anda San Juan que va a su encuentro y Haciendo tres reverencias al señor se marcha para colocarse delante; seguidamente llega la Santa Verónica, quien luego de la consiguiente reverencia le arroja flores del delantal; dejando traslucir el rostro del Señor; quien se ubica inmediatamente luego de San Juan y finalmente llega el SOLEMNE ENCUENTRO, entre la Virgen de los Dolores y Jesús de Nazareno, donde el público se arrodilla, guardando silencio por algunos minutos, para luego continuar con la procesión en el orden siguiente: San Juan, La Verónica, Jesús de Nazaret, y la Virgen Dolorosa, regresan a la Iglesia de origen. JUEVES SANTO : Es el rezo de las estaciones ante los monumentos elaborados en las Iglesias; con motivos e ingenios, simbolismos religiosos, que hacen relación con la magna fecha y otras ceremonias litúrgicas de la Iglesia. VIERNES SANTO : A las 3.00 p.m. las diferentes Iglesias en forma sincronizada celebran misas por espacio de tres horas. Esta misas son conocidas con el nombre tradicional de el SERMON DE LAS TRES HORAS, continuando con la procesión de la Virgen Dolorosa y del Santo Sepulcro, que sale de la capilla de la Dolorosa y del templo de Santo Domingo respectivamente. Durante su trayecto es acompañado por autoridades civiles, militares, religiosas y pueblo en general. Es costumbre elegir en la puerta de la Capilla a una persona que será el mayordomo para que se haga cargo al año siguiente de la organización; en coordinación con los miembros de la hermandad. SABADO GLORIA : En horas de la mañana se darán las celebraciones de la Vigilia Pascual, bendición del fuego, del cirio pascual, del agua bautismal, celebración eucarística, repique de campanas de todos los templos comunicando la resurrección de Cristo. Aleluya, Aleluya. Este día desde tempranas horas los negociantes se instalan en el campo ferial; dando inicio a la feria comercial, ganadera, artesanal, agropecuaria, donde el visitante podrá disfrutar del tradicional “Cuchuscha” o trompeo organizado por los campesinos de las diferentes comunidades. Es una fecha propicia para saborear la deliciosa pachamanca. DOMINGO PASCUA DE RESURRECCION : 4.00 a.m., luego de las funciones litúrgicas, se da la procesión matinal de la Imagen de Cristo Resucitado, quien en el trayecto se encontrará con la Virgen María. Concluida la procesión en la Plaza de armas se quemará un muñeco representativo de Judas en presencia de la población. Durante la semana en los portales de la biblioteca municipal, es característico la venta de platos típicos, así como los suculentos ponches, igualmente los días sábado y domingo se da la gran final de la carrera de caballos, donde intervienen los bravos y aguerridos “Chopccas”. Estas carreras se inician en el mes de enero, compitiendo Domingo tras domingo. FIESTA DE LAS CRUCES O DEL ESPÍRITU SANTO : Mes de Mayo, mes festivo - religioso, caracterizado por las tradicionales corridas de toros, venido desde España y asimilado por la cultura andina, hoy fiesta tradicional con motivo de la celebración de la fiesta de las cruces. En el mes de mayo: los barrios de Yananaco, Ascensión, San Cristóbal y Santa Ana son centros de ésta colorida fiesta; la misma que comienza con la bajada de las cruces de los cerros de “Cruz Pata” del barrio de Yananaco, Cruz del Cerro Potocchi, del Señor de Potocchi, que es la más grande y mide Ocho metros, pertenece al del barrio de la Ascensión; “Cruz Soltera” cerro del mismo nombre, ubicado en el barrio de San Cristóbal, “Cruz del Señor de Oropesa”, del barrio de Santa Ana. El día central se anuncia con “harawi”. Los obligados, personas parte del sistema de cargo deben traer los toros más bravos de las estancias más lejanas. En este acto son especialistas los famosos chalanes nativos o jaladores de toros quienes interactuan con la sonata de los “waqrapucus” (corneta de cuerno de toro), del que se dice que su melodía es el lenguaje de los toros, así como el de los “pitureros” quienes recepcionan en la plaza central anunciando la llegada de los toros que en su afán de querer huir generan un espectáculo aparte al margen del que se da en el ruedo. En este evento participa la población en general día tras día, por el espacio de seis días, donde la parte jocosa y resaltante lo hacen los aficionados que animados por unas copas de licor desafían a los toros y a la muerte; utilizando como capa prendas de vestir como chalinas, chompas o ponchos, quienes muchas veces son cogidos por el toro. Ya es costumbre de la gente del pueblo decir que fue una buena corrida cuando hubo muertos o heridos. La culminación de la fiesta de las cruces consiste en trasladar sobre los hombros el pesado madero hasta la cima del cerro, entre cantos y brindis de licor. El retorno del cerro es triste. Las mujeres descienden llorando y musitando las siguientes palabras “ahora nos encontramos solos, huérfanos por haber dejado nuestro Dios”. EL VIGA WANTUY : Fiesta costumbrista que subsiste hasta nuestro días en la Provincia de Acobamba, que en castellano quiere decir “Cargar el tronco”, en este caso es para proveerse de combustible para los festejos de la fiesta patronal. Como referencia histórica, manifiestan los paucarinos y andabambinos, que antes que existiera la carretera Huancayo – Ayacucho; ni aun el ferrocarril de Lima a Huancayo, las tropas de caballería e infantería obligadamente pernoctaban en esa zona para resguardar a la ciudad de Ayacucho, donde se selló la Independencia Americana. En el itinerario del viaje de la tropa, Paucará era el lugar de descanso. Los moradores de Paucará así como los de Acobamba, tenían que constituirse con su “Varayoq” a la cabeza llevando combustible y víveres consistente en reses, carneros y varias cargas de leña, por lo que para evitar sorpresas, los comuneros por previsión ya tenían vigas secas traídas de las quebradas de Anco. Posteriormente las vigas no solamente servían para convertirlas en combustible sino para obras públicas o en todo caso para levantar arcos para la procesión del Santo Patrón, para la construcción o reparación de Iglesias, escuelas, o casas comunales. Cada “Varayoc” organiza la faena aprovisionándose previamente de coca, cigarrillos, tragos, merienda y chicha, la cordial invitación se hace a través de cánticos en quechua. En la víspera del viaje el “Varayoq” nuevamente efectúa el “Jayaku”, esta vez con acompañamiento de “Pincullo y Tinya”, recorriendo las calles y anotando el nombre de quienes van ha salir al día siguiente. Efectivamente el varayoq reúne en la plaza principal con sus familiares y allegados. Algunos “maqtas” disfrazados con piel y cabeza de venado cual coraza y casco los mismos que son decorados con cintas de diferentes colores y las muchachas adecuadamente ataviadas comienzan el viaje con los “varayoq” a la cabeza, al son de los pincullos, tinyas, cantos y “harawi”. La Juventud se entusiasma con dos o tres tragos que han saboreado, y para que el viaje no sea cansado cantan. Llegado al lugar donde se hallara el material deseado; en medio de cánticos y trago; el árbol es cortado. Concluido con el acto ceremonial del corte del árbol; los jóvenes se alistan y preparan sus “kirmas” que consiste en atar y amarrar con gruesas sogas atravesadas por palos a la viga, con las mismas ramas; a una distancia de un metro y medio; los que son cargados por varones en un número de cinco o seis a cada lado, es decir por 10 o 12 parejas; naturalmente según el espesor y peso de cada viga. La parte delantera del árbol es atada con cabresto trenzado del cuero de toro que es jalada por las muchachas, iniciando el viaje al son de tinya, pitos, pincullus y el canto de las pasñas, vigorizados por el alcohol, chicha y coca. El viaje se realiza por caminos pedregosos, angostos y escabrosos. El sudor de los mozos es secado por las muchachas, quienes están atentas en recoger cualquier prenda que se caiga. La compañía de las pasñas les infunde más valor y aliento a los varones que rápidamente avanzan con su pesada carga. La entrada al pueblo es muy ceremoniosa; cada uno de los “varayoq” ingresan montado sobre la viga, libando caña e invitando a los acompañantes, que luego de dar un recorrido triunfal, la viga es dejada en la plaza principal. EL HUAYLAS TRILLA Y TROMPEO : En la zona de Acobamba se denomina qachuwa y en otros lugares de la región se llama Huaylas trilla. Se halla ligada a las actividades agrícolas y se realiza en la época de cosecha de trigo y cebada. Es practicado por los jóvenes campesinos de ambos sexos cuando las gavillas ya han sido secadas y apilonadas en la eras. El dueño del predio luego de proveerse de aguardiente, coca, cigarro y chicha de molle o de “jora”, invita especialmente a las mozas solteras o pasñas casaderas, así como a los maqtas o joven adolescentes de la comunidad, para el famoso Huaylas Trilla, que consiste en un animado baile y fuerte zapateo sobre las gavillas para separar los granos al son de cantos con el acompañamiento de charangos y rondínes. La noche fijada para el huaylas en una “era”, es noticia que se esparce como un reguero de pólvora entre la enamoradiza juventud, que escoge las noches de luna por ser más propicia para sus cuitas. Los maqtas y pasñas, por sinuosos senderos comienza a llegar a la “era”, cada cual disfrazado para no ser reconocido. Los hombres con sus chalecos o “loqos” multicolores y con sombreros amarrados con pañuelos de algodón en la mandíbula, con sus infaltables watanas y maquitus, ataviados también con ponchos y bufandas que les cubre casi toda la cara. Las mujeres con sus “ucunchas” bordados y sus “walis” o centros de bayeta azul o negro con múltiples vastas, con llicllas y pullos multicolores; su gran pañuelo “inisku” al cuello, sombrero de lana de oveja adornado con cintas tejidas y flores, señal de soltería. Algunos maqtas artistas portan charango o bandurrias y rondínes mientras que algunas mujeres sus “trompas” que son pequeños instrumentos metálicos que se ejecutan con un solo dedo colocando a la boca. Los concurrentes que generalmente suman entre 18 a 20 jóvenes de ambos sexos que son recibidos por el dueño, quien los invita a sentarse en torno a la “era” previa libación de sendas copas de aguardiente o por lo menos de “verde lojo” (ron), coca y cigarrillos. Después de una amena “Chakchapada”, los mozos empiezan con el “Harawi”; anunciando a los “Maqtas” la iniciación de la faena o “huaylas trilla”. Continúa el huaylas trilla en medio de la alegría general, sobre todo entusiasmado por el trago y la coquita dulce. Las “pasñas” giran en torno a la “era”, mientras que los mozos rítmicamente siguen zapateando sobre las gavillas del trigo. Pasada la media noche, las espigas ya están desgranadas. Es hora de tomar aliento, para proseguir con los diferentes juegos como: “el león y el zorro”, “el sacha tiray” (extraer el árbol), “la paka paka” (las escondidas), la corrida de toros, luego el trompeo o “champa tikray”, dando fin a la madrugada con el “SAWANAKUY - KULLKUY”, que no es sino cargar con la chalina a las muchachas con rumbos desconocidos. GALAS, LAYQAS O TUSUQ : Baile Pagano religioso, de origen medieval; quienes mediante la danza demuestran habilidades extraordinarias del cuerpo y de la prestidigitación, todo ello asociado a lo demoniaco. Según la tradición, la danza es competitiva, de barrio a barrio o de pueblo a pueblo. La sangre no hace mella, primando el dominio mental y manejo corporal a fin de brindar adoración a la Virgen de la Natividad, Niño Lachocc, Niño Nativo y Niño Manuelito. Los Tusuq, layqas, antecesores de los danzantes de tijeras, era considerados sacerdotes, adivinos, brujos y curanderos y eran muy respetados por el pueblo. Al llegar los españoles y desterrar las ancestrales costumbres agrícolas para establecer las mitas minera, fueron también los principales perseguidos, puesto que se resistían a abandonar sus tradiciones ancestrales. Llamados entonces “supaypa wawan” que significa “hijo del diablo”, se refugiaron en las alturas más inhóspitas. Como los españoles no lograron borrar la cosmovisión y mitología andina, aceptaron integrarlos a su sociedad con la condición de que danzaran en honor al Dios occidental; es decir, que participen en los rituales de la Religión Católica, con la cual someterían a los pueblos. En la actualidad, la danza de tijeras es una danza clásica, ritual, de carácter mágico y religioso, en la que se representa coreográficamente a los espíritus de la pachamama, yacumama, hanaccpacha, ucupacha y otros wuamanis que son los dioses andinos; así como diferentes aspectos de la vida del poblador de la región. Históricamente su escenificación esta vinculada a movimientos mesiánicos andinos o de reivindicación religiosa y cultural, en sectores con una fuerte raíz prehispánica coreográfica, la danza esta influenciada por los bailes que los españoles trajeron consigo, especialmente las jotas, contradanzas y minues, así como por la vestimenta de los grandes señores virreynales. El uso de las tijeras, constituida por una tijera hembra y otra macho, se debe a un proceso histórico donde los tusuq, sometidos a las explotaciones mineras y de fundiciones, buscaban una aleación de metales que expresasen sus sentimientos y los espíritus de sus antepasados. El atuendo de los danzantes es variado, dependiendo del personaje y de las circunstancias. En la época colonial empezaron a imitar los brillantes uniformes militares, con ciertos cambios de acuerdo al gusto personal. Así, los bordados con hilos metálicos fueron poco a poco representando los seudónimos de los danzantes y figuras de la naturaleza que aparecen en los trajes actuales, integrados por plumajes, sombreros, peluca, pechera, camiseta, casaca, faja, pantalón, mangas, medias, plantillas o zapatillas, pañuelos, guantes, y por supuesto las tijeras. La danza se puede clasificar en: danza mayor o de competencia, llamado atipanacuy; danza menor o Qolla alva, que se baila por las noches; y zapateos, ejecutados en las festividades navideñas. Los danzantes tienen una vocación casi sacerdotal, iniciando su aprendizaje, que se transmite de generación en generación, durante la infancia. Impresión de afiches, trípticos y folletos informativos de los paquetes Turísticos que ofertan y que deben ser distribuidos estratégicamente, dirigido al mercado turístico, lo que permitirá una adecuada y oportuna promoción y difusión. Determinación de la Infraestructura necesaria para que la zona pueda lograr sus objetivos y metas.