Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
DE LA DESIGUALDAD
ENTRE LOS HOMBRES
Serie Filosofía
Dirigida por Jacobo Muñoz
Edición e introducción
de Eduardo Maura y Clara Navarro
Rousseau, Jean-Jacques
Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres / Edición de
Eduardo Maura y Clara Navarro. – Madrid : Biblioteca Nueva, 2014.
192p. ; 21cm (Colección Clásicos del Pensamiento Económico y Social)
ISBN 978-84-9940-745-6
1. Historia de la filosofía occidental 2. Sociología
1(09) hpc
304.2 jhb
ISBN: 978-84-9940-745-6
Depósito Legal: M-5.522-2014
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distri-
bución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización
de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede
ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sigs., Código Penal). El
Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados
derechos.
J. Starobinski
1
J. Starobinski, Jean-Jacques Rousseau. La transparencia y el obstáculo,
traducción de Santiago González Noriega, Madrid, Taurus, 1983, pág. 34.
J. J. Rousseau
2
J. J. Rousseau, prefacio de Emilio o De la educación, traducción de
Mauro Armiño, Madrid, Alianza, 2011, pág. 38.
3
J. J. Rousseau, Prefacio al «Discurso sobre el origen y fundamento de
la desigualdad entre los hombres», en Del Contrato social, traducción de
5
J. J. Rousseau, DOD, pág. 263.
6
J. J. Rousseau, DOD, págs. 246-247.
7
J. J. Rousseau, DOD, pág. 236.
8
Cfr. E. Durkheim, ob. cit., págs. 116-117.
9
J. J. Rousseau, «Del Contrato social», en Del Contrato social, traducción
de Mauro Armiño, Madrid, Alianza, 2008, págs. 37-38. En adelante, CS.
10
E. Durkheim, ob. cit., págs. 124-125.
11
A. Honneth, La sociedad del desprecio, edición y traducción de Fran-
cesc J. Hernández y Benno Herzog, Madrid, Trotta, 2011, pág. 76.
12
J. Starobinski, ob. cit., pág. 38.
13
J. J. Rousseau, Las confesiones, traducción de Mauro Armiño, Ma-
drid, Alianza, 1997, pág. 223. Cfr. P. McPhee, Robespierre. Una vida revolu-
cionaria, traducción de Ricardo García Pérez, Barcelona, Península, 2012,
pág. 48.
14
Puede verse, por ejemplo, la hipótesis de Rousseau sobre el origen de
las lenguas. Cfr. J. J. Rousseau, DOD, pág. 252 y sigs.
15
Cfr. S. Sevilla, ob. cit., pág. XXXIII.
16
J. J. Rousseau, DOD, págs. 276-277.
17
J. J. Rousseau, DOD, págs. 294-295.
18
Cfr. S. Sevilla, ob. cit., pág. XXXVI.
G. Büchner
19
G. Büchner, Lenz, en Obras completas, Madrid, Trotta, 1992, pág. 137.
20
J. J. Rousseau, DOD, pág. 316. Cursivas nuestras.
21
J. J. Rousseau, DOD, págs. 231-232.
22
Cfr. F. Neuhouser, Rousseau’s Theodicy of Self-love: Evil, Rationality,
and the Drive for Recognition, Oxford University Press, 2010.
23
G. della Volpe, Rousseau y Marx, Barcelona, Martínez Roca, 1969,
pág. 37.
24
Cfr. G. della Volpe, ob. cit., págs. 71-82.
25
F. A. Hayek, «Individualismo: el verdadero y el falso» (1945), Estu-
dios públicos, núm. 22, 1986, pág. 15.
26
K. Marx y F. Engels, «Glosas marginales al programa del Partido
Obrero Alemán», en Crítica del programa de Gotha. Crítica del programa de
Erfurt, Madrid, Fundación Federico Engels, 2000, págs. 28-29.
27
J. J. Rousseau, Emilio, ob. cit., pág. 123.
28
E. Durkheim, ob. cit., pág. 136.
29
Cfr. E. Durkheim, ob. cit., pág. 105.
30
J. J. Rousseau, CS, pág. 38.
31
E. Durkheim, ob. cit., pág. 138.
32
J. J. Rousseau, Discurso sobre la economía política, edición de Fabio
Vélez, Madrid, Maia, 2011, pág. 28. En su introducción, Fabio Vélez se
hace eco también del vínculo entre Rousseau y las teorías posteriores de la
sociedad civil, particularmente la de Hegel.
33
Cfr. E. Cassirer, Rousseau, Kant, Goethe. Filosofía y cultura en la Euro-
pa del Siglo de las Luces, edición de Roberto R. Aramayo, Madrid, Siglo XXI,
2007, pág. 76. Cfr. E. Cassirer, ob. cit., pág. 196.
34
G. W. F. Hegel, Principios de la filosofía del derecho, § 183, traducción
de Juan Luis Vermal, Barcelona, Edhasa, 1999, pág. 304.
35
G. W. F. Hegel, Principios de la filosofía del derecho, § 182, ob. cit.,
págs. 303-304.
36
«En un primer momento es la familia la totalidad sustancial a la que
corresponde la previsión de este aspecto particular del individuo [la partici-
pación de la riqueza general por el lado subjetivo, EM y CN], tanto respec-
to de los medios y habilidades necesarios para poder adquirir parte de la ri-
queza general, como respecto de su subsistencia y mantenimiento en caso de
incapacidad. Pero la sociedad civil arranca al individuo de estos lazos, aleja a
sus miembros y los reconoce como personas independientes. Sustituye la
naturaleza inorgánica exterior y la tierra paterna, en la que el individuo tenía
su subsistencia, por la suya propia, y somete a la totalidad misma de la fami-
lia a su dependencia, a la dependencia de la contingencia. De este modo, el
individuo ha devenido hijo de la sociedad civil, que tiene exigencias con él,
del mismo modo que él tiene derechos sobre ella» (G. W. F. Hegel, Principios
de la filosofía del derecho, § 238, ob. cit., pág. 355).
37
Se sigue a J. M. Ripalda, «Hegel y Rousseau», Revista de estudios polí-
ticos, núm. 8, 1979, pág. 147 y sigs. De hecho, Hegel es influido por Rous-
seau en la etapa de Berna (1794-1796), en un contexto en el que su recep-
ción se asemeja a la de un Schiller francés. Para la cuestión de la acumu-
lación de riquezas y de la economía política (popular) de la voluntad general,
cfr. J. J. Rousseau, Discurso sobre la economía política, ob. cit., págs. 48-49 y
págs. 28-29.
38
M. Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, edición de
Jorge Navarro Pérez, prólogo de José Luis Villacañas, Madrid, Istmo, 1998,
pág. 259.
39
G. W. F. Hegel, Principios de la filosofía del derecho, § 185, ob. cit.,
pág. 305.
40
G. W. F. Hegel, Fenomenología del espíritu, edición bilingüe de Anto-
nio Gómez Ramos, Madrid, Abada, 2010, pág. 495. Cfr. J. M. Ripalda, ob.
cit., págs. 154-155.
41
La articulación entre lo universal, la ley, y lo absolutamente indivi-
dual, el corazón, que orienta la acción de manera intensamente conflictiva.
La ley del corazón, que pasa por ser el límite superior del individualismo, se
opone a la ley de otros corazones, con la que no coincide, en busca de un
orden del mundo que coincida con dicha ley. Hegel concluye que el desor-
den es definido entonces de manera estrictamente individualista, esto es,
como inadecuación con la ley del propio corazón.
42
Donde Príncipe significa gobernante o cuerpo de gobernantes, no
individuo de la familia real. Cfr. J. J. Rousseau, CS, pág. 82.
43
Cfr. J. Starobinski, ob. cit., págs. 35-46.
44
Citado en J. García Sánchez, Robespierre, Barcelona, Galaxia Guten-
berg, 2012, pág. 1111.