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ANEXO TEMA 3 FÁRMACOS EN HTA

La hipertensión arterial es definida como el aumento mantenido de las cifras de presión arterial
sistólica/diastólica (PAS/PAD) en valores superiores a 140/90mmHg respectivamente. La decisión de iniciar
un tratamiento antihipertensivo se basa en dos criterios:
— Los valores de PAS/PAD.
— El grado de riesgo cardiovascular del paciente.

En el momento actual, hay cinco clases de fármacos


antihipertensivos considerados de primera línea:
antagonistas de calcio, β-bloqueantes, IECAs, antagonistas del receptor AT de la angiotensina II. Cada uno de
estos fármacos ya han sido tratados en otros temas.

El beneficio del tratamiento antihipertensivo está relacionado con la reducción de la presión arterial en sí
misma y es, en su mayor parte, independientemente del fármaco empleado. Por ello, la elección del fármaco
antihipertensivo o de la combinación de varios de ellos debe ser un proceso individualizado en cada paciente,
de acuerdo a las indicaciones y las contraindicaciones de cada grupo farmacológico.

El tratamiento farmacológico debe iniciarse inmediatamente en la HTA de grado 3, así como en los grados
1 y 2 cuando el riesgo cardiovascular es alto o muy alto. Además, no se recomienda la administración de β-
bloqueantes o de diuréticos tiazídicos en pacientes hipertensivos sin enfermedad asociada, ya que ambos
grupos farmacológicos aumentan la incidencia de diabetes.

Los fármacos que bloquean el sistema renina-angiotensina son menos efectivos en pacientes de raza negra,
en los que los diuréticos y las antagonistas del calcio son de elección. Los IECAs y los antagonistas del
receptor de angiotensina II son los más efectivos para reducir la hipertrofia ventricular y en pacientes con
insuficiencia cardíaca, diabetes, fibrilación auricular o en presencia de microalbuminuria/proteinuria.

Los antagonistas del calcio se han convertido en los fármacos que mejor se combinan con otros
antihipertensivos, estando indicados en pacientes con arterioesclerosis carotidea o coronaria y, junto a los
diuréticos tiazídicos, en el tratamiento de la HTA sistólica en el anciano. Los beta-bloqueantes y los
antagonistas del calcio son de elección en los pacientes con angina de pecho, así como para controlar la
frecuencia ventricular en pacientes con fibrilación auricular y HTA. Los beta-bloqueantes, unidos a los
fármacos inhibidores del eje angiotensina-renina-aldosterona son de elección en los pacientes con
insuficiencia cardíaca, disfunción ventricular izquierda o infarto de miocardio previo.

Por último, en la embarazada está indicados los beta-bloqueantes y los antagonistas del calcio y están
contraindicados los fármacos inhibidores del eje angiotensina-renina-aldosterona. El control de la presión a lo
largo de las 24 horas del día es un importante factor pronóstico. Los fármacos de acción prolongada y las
formulaciones que permiten administrar una dosis al día favorecen una pauta terapéutica más sencilla, mayor
adherencia al tratamiento y menor variabilidad en la presión arterial.

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Otra alternativa consiste en la utilización de combinaciones de dos fármacos antihipertensivos en dosis fijas
que presentan mecanismos de acción distintos y complementarios. Por otro lado, como ya se ha mencionado,
en los pacientes hipertensos con diabetes, insuficiencia renal o enfermedad cardiovascular asociada, es
necesario asociar tres fármacos o más para controlar la presión arterial. En este caso, es conveniente
administrar alguno de los fármacos antihipertensivos por la noche, a fin de asegurar un buen control de la
presión nocturna. Lógicamente, por la noche se administrarán los fármacos que entrañen mayor riesgo de
producir hipotensión ortostática o somnolencia.

Si el tratamiento fracasa, en caso de monoterapia, se recomienda llevar a cabo un incremento gradual de la


dosis o bien cambiar de grupo terapéutico. En el caso de que sea una politerapia, se asocia otro u otros fármacos
de primera elección. En crisis hipertensivas, se utilizan fármacos por vía parenteral, tales como:
— Vasodilatadores: Hidrazalina, diazóxido, nitroprusiato de sodio, nitroglicerina, enalapril o
nitroglicerina.
— Antagonistas de los receptores adrenérgicos: Labetalol-HCl o esmolol-HCl.

Ante una situación de HTA sistólica aislada (TAS >140 mm Hg + TAD <90 mm Hg) el tratamiento se basa
en diuréticos unidos a bloqueantes de los canales de calcio. La HTA del embarazo es una TA superior a 140/90
mm Hg con un aumento de 30/15 mm Hg sobre las cifras pregestacionales.

Se utilizan simpaticolíticos como la metildopa o los beta-bloqueantes. La emergencia


hipertensiva es una HTA muy grave aislada que afecta a órganos diana y con
compromiso vital. Frente a ello, la urgencia hipertensiva es una HTA muy grave aislada
pero sin afectación de órganos diana ni compromiso vital.

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