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La cultura en

la tradición
marxista

Sociología
General

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La cultura en la tradición
marxista
“La ideología representa la relación imaginaria de los individuos con sus
condiciones reales de existencia” (Althusser, 1994, p. 139).

La tradición marxista tiende a homologar la cultura a la ideología,


ubicándola en el nivel superestructural. Los autores enmarcados en la línea
marxista abordan la cultura en función de su contribución a la dinámica de
la lucha de clases (desde una perspectiva políticamente valorativa).

Los aportes de Lenin a la comprensión de la cultura


Figura 1: Vladimir Ilich Lenin (1870-1924)

Fuente: Fundación Wikimedia, 2015, http://goo.gl/FV0CsL

Lenin fue uno de los dirigentes del partido bolchevique desde su formación
en 1903; condujo a los soviéticos al poder en octubre de 1917. Fue puesto
al frente del gobierno soviético hasta 1922, cuando se retiró por problemas
de salud. Después de liderar la Revolución de Octubre, Lenin sirvió como el
primer y único presidente de la República Socialista Federativa Soviética de
Rusia (RSFSR). En 1919 Lenin fundó la Internacional Comunista,
organización comunista internacional que gobernaba a los partidos
comunistas de distintos países y cuyo objetivo era luchar por la supresión
del sistema capitalista, el establecimiento de la dictadura del proletariado y
de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las
clases y la realización del socialismo como primer paso hacia la sociedad

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comunista. En sus años finales, Lenin escribió sus últimos artículos, donde
expuso un programa de lucha contra la burocratización del Partido
Comunista y del Estado soviético. Lenin murió el 21 de enero de 1924
(Encyclopedia of Marxism, 2015).

Como es de suponerse, en los escritos de Lenin se plantea la determinación


de la cultura por factores extraculturales (las condiciones materiales de
existencia) y se introduce la relación dominación-subordinación en la
esfera de la cultura. En referencia a la cultura nacional, se distingue entre
la cultura dominante, propia de la burguesía; la cultura dominada,
característica del campesinado tradicional; y elementos de la cultura
democrática socialista, característica del proletariado.

Lenin erige su tesis en contra del populismo de fines del siglo XIX. Pensaba
que en la etapa prerrevolucionaria la tarea cultural debía subordinarse a la
instancia política, pero que en la fase posrevolucionaria la revolución
cultural debía pasar a primer plano.

“La concepción leninista de la cultura contrasta con el positivismo y el


relativismo cultural de los antropólogos, en la medida en que se inscribe en
el contexto abiertamente valorativo de un proyecto político y social”
(Giménez Montiel, 2005, p. 58).

Para Lenin, una cultura era superior a otra en la medida en que permitía
una mayor liberación de la servidumbre de la naturaleza.

El aporte fundamental de Lenin en cuanto al tema que estamos tratando


fue plantear la relación de dominación, que mencionamos anteriormente,
en el terreno de la cultura. Si bien Marx se había referido a tal relación de
condicionamiento al hablar de la conciencia, no había profundizado en la
magnitud de su importancia. Lenin, bajo el concepto de dirección, ubicado
en la esfera de la sociedad política (Portelli, 1998), instala la idea de
hegemonía, que luego retomará Gramsci para explicar el consenso
generado por la sociedad civil mediante el control cultural del bloque
ideológico.

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Ideología, estructura y material ideológico en Antonio
Gramsci

Figura 2: Antonio Gramsci (1891-1937)

Fuente: Fundación Wikimedia, 2015, http://goo.gl/8g6XYL

Antonio Gramsci nació el 22 de enero de 1891 en Ales, Cagliari, en la isla de


Cerdeña (Italia). Fue uno de los pocos intelectuales surgidos efectivamente
en el seno de las clases subalternas que alcanzó la categoría, propuesta por
él mismo, de intelectual orgánico de las clases subalternas, creador de
ideología.

En 1911 se matriculó en Filología Moderna en la Facultad de Letras de


Turín, merced a una beca. En 1913 ingresó al Partido Socialista Italiano e
inició una activa militancia por la causa proletaria.

A partir de marzo de 1922, Antonio Gramsci representó en Moscú al


Partido Comunista Italiano (en el cual se convertiría en el PSI) en la
Internacional. En octubre de ese mismo año, se produjo la marcha de
Mussolini sobre Roma y la toma del poder por el fascismo. Al año siguiente,
se ordenó el arresto de Antonio Gramsci, pero fue posteriormente
liberado.

En 1926, Gramsci fue designado secretario general del Partido Comunista


Italiano.

El 8 de noviembre de 1926, fue detenido, situación que perduró hasta unos


días antes de su muerte, en 1937. El fiscal fascista que pidió la condena de

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Antonio Gramsci alegó que había que evitar que su mente pesara durante
veinte años.

Gravemente enfermo, Gramsci escribió en la cárcel una obra que


trasciende el marxismo, Los cuadernos de la cárcel, y cuya influencia, en la
actualidad, abarca a las ciencias sociales de todo el mundo.

Antonio Gramsci fue un pensador clave en la historia de la teoría marxista,


porque fue uno de los primeros que, en el marco de dicha corriente
teórica, puso un fuerte acento en los fenómenos ideales, sin dejar de lado
el materialismo. Particularmente, se enfocó en la superestructura,
observando los mecanismos mediante los cuales el capitalismo era
legitimado.

La pregunta que Gramsci se propuso en el siglo XX fue: ¿Cómo opera la


superestructura para sostener el orden capitalista? Para dar respuesta a
este interrogante, desarrolló dos conceptos a los que llamó funciones de la
superestructura: la sociedad política y la sociedad civil. Según él, la
sociedad política está constituida por el Estado; pero no hace referencia a
los gobernantes, sino al Estado como fuerza, único autorizado a utilizar la
violencia legítima (ejército, policía, etc.). Gramsci entendía que si la ley en
una sociedad capitalista era el reflejo de la estructura, de las relaciones
entre privilegiados y no privilegiados, entonces el Estado detentaba la
violencia con el fin de mantener el orden capitalista establecido. Esta
acción del Estado fue llamada por Gramsci función de coerción. Desde la
postura gramsciana, la necesidad de detentar la violencia por parte del
Estado da cuenta de la injusticia del sistema capitalista.

Por otra parte, bajo el concepto de sociedad civil, Gramsci incluye los
fenómenos puramente ideológicos que tienen lugar en instituciones tales
como las escuelas, las bibliotecas, iglesia, etcétera, y que ejercen la función
de consenso. Gramsci entiende que la lucha contra el capitalismo ya no
pasa por la lucha contra la sociedad política, sino con la sociedad civil. El
logro de consenso por parte de la sociedad civil posibilita la hegemonía,
entendida como un vínculo de dominación aceptada, como una concepción
del mundo compartida, como una modalidad de poder, como la capacidad
de dirección basada en el consenso cultural. Cultura e ideología configuran,
entonces, el instrumento privilegiado de la hegemonía, por la cual una
clase social logra el reconocimiento de su concepción del mundo. La
cultura entendida de este modo posee una eficacia integradora y
unificadora. Por esta vía, la cultura determina la identidad colectiva de los
actores histórico-sociales.

Gramsci toma el concepto de hegemonía del propio Lenin, pero lo explica


en términos de una especie de atracción que se va dando entre los

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intelectuales de las distintas clases, generando así un bloque ideológico. De
esta forma, los intelectuales de las clases fundamentales captan, mediante
un proceso de transformismo, a los intelectuales que representan a las
clases subalternas. El bloque ideológico estaría, entonces, controlado por la
clase fundamental, quien dispone de materiales y medios que le permiten
el manejo de la estructura ideológica (instituciones de difusión de esta
ideología) y del material ideológico (instrumentos utilizados para dicha
función, tales como las bibliotecas o los medios de comunicación) (Portelli,
1998).

Tabla 1: instituciones de difusión de ideología

ESTADO
Su objetivo es generar consenso
IGLESIA para la legitimación o abolición del
ESCUELA orden social establecido.
PRENSA

Fuente: elaboración propia.

La posición de la clase subalterna o dominante determina, según Gramsci,


una gradación de niveles jerarquizados en el ámbito de la cultura. De tal
modo, podemos hablar de formas elaboradas, sistemáticas y políticamente
organizadas de cultura, tales como la filosofía o la religión, y de formas
menos elaboradas y refinadas, tales como el sentido común o el folklore.
Gramsci toma una posición a favor de la elaboración de la cultura, de la
transformación cualitativa de las subculturas folklóricas a partir de una
reforma intelectual y moral, pero insiste en la necesidad de constituir un
bloque intelectual moral, una gran cultura nacional-popular de contenido
crítico y sistemático. Para Gramsci, la revolución se debe pensar a partir de
la superestructura. Esta es la diferencia fundamental con Marx.

La hegemonía de un centro director sobre los intelectuales


se confirma a través de dos líneas principales: una
concepción general de la vida, una filosofía,… y un programa
escolar, un principio educativo y pedagógico original, que
interesen, en su dominio técnico, a la fracción más
homogénea y numerosa de los intelectuales, desde el
maestro de escuela a los profesores universitarios. (Gramsci,
1954, p. 105).

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Para un análisis crítico de la cultura

La propuesta de Gramsci, a pesar de haber sido producida en la década del


30, resulta un encuadre teórico valioso y actual para el análisis crítico de la
cultura y de la ideología. Particularmente, el esquema teórico propuesto
por el autor nos permite analizar la construcción de consenso mediante el
papel de los intelectuales y el uso de material ideológico (como los medios
masivos de comunicación, por ejemplo), lo cual se constituye en un tema
de debate altamente presente en nuestra cotidianeidad.

Ilustramos, dentro del esquema teórico de Gramsci, lo que atañe a este


capítulo: la función de consenso ejercida por la sociedad civil a través del
control del bloque ideológico.

Figura 3: La función de consenso ejercida por la sociedad civil

Fuente: elaboración propia.

Sintetizamos la idea de hegemonía, clave en este punto, según explica


Portelli (1998):

El aspecto esencial de la hegemonía de la clase dirigente


reside en su monopolio intelectual, es decir, en la atracción
que sus propios representantes suscitan entre las otras
capas de intelectuales… Esta atracción termina por crear un
“bloque ideológico” –o bloque intelectual- que liga las capas

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intelectuales a los representantes de la clase dirigente.
(Portelli, 1998, p. 71).

Raymond Williams y los estudios culturales


Figura 4: Raymond Williams (1921-1988)

Fuente: Fundación Wikimedia, 205, http://goo.gl/UuvD9f

Raymond Williams nace en Gales el 31 de agosto de 1921 y es considerado


el principal referente de la Escuela de Birmingham o de Estudios Culturales.
Tal como otros intelectuales marxistas contemporáneos de las décadas de
los años 50 y 60, comienza perteneciendo al partido comunista, y luego, a
partir de ciertas diferencias con el sector ortodoxo, se aleja de este y
comienza a concentrarse en el estudio de la cultura y en el desarrollo de
una historia cultural. La perspectiva "marxista culturalista" es uno de sus
mayores aportes a la línea crítica, puesto que pone en evidencia las
implicaciones de la cultura en los procesos históricos y el cambio social
(Karam, 2009).

Desde el punto de vista de Raymond Williams, el motor de cambio social


está relacionado a la acción orientada por valores, por lo cual la cultura
está en su eje de análisis. Williams retoma entonces los aportes de Gramsci

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y entiende la cultura bajo la idea de consenso, propuesta por aquel autor, y
se refiriere a la hegemonía en términos de “una cultura en el más estricto
sentido, pero también entendida como vívida dominación y subordinación
de clases particulares” (Williams, 1980, p. 110).

De acuerdo con el axioma que maneja Williams, afirma que la cultura


popular, es decir, los modos de vida de las clases subalternas, es un
aspecto decisivo para entender las relaciones sociales. Por lo tanto, la
comprensión de cualquier relación social implica previamente la
comprensión de la cultura en la cual tiene lugar. Esto nos permite hablar de
una sociología de la cultura.

Williams aborda, como preocupación original, el arte. Su enfoque es crítico


y entiende la sociedad como distintas formas de distribución de poder.
Entre las distintas formas que observa está la economía, por ejemplo, pero
también otras más sutiles tales como las diferencias de género, etnias e
identidades sexuales. La cultura es, entonces, la lente a partir de la cual
percibimos las relaciones de desigualdad de poder, y el objeto de la crítica
cultural debiera ser evidenciar dichas relaciones.

Williams se enfoca luego en el hecho de la reproducción cultural,


entendida como mantenimiento o estabilidad de pautas culturales, y
afirma que discutir la reproducción cultural es sinónimo de discutir la
reproducción social (Williams, 1980). Al mismo tiempo, recupera la idea de
autonomía relativa de las manifestaciones culturales, que depende de cuán
cerca estén estas de las relaciones de poder. A su vez, la autonomía de la
producción cultural condiciona la posibilidad de reproducción: a menor
nivel de autonomía, mayor reproducción social (Williams, 1980). Por
ejemplo, los medios masivos de comunicación poseerían menor autonomía
relativa que ciertas áreas minoritarias, ya que se encuentran afectados por
las relaciones de poder actuales. Las manifestaciones culturales que surgen
en los medios, por su escaso nivel de autonomía, no darían lugar a ruptura
alguna.

¿Será pertinente esta línea teórica en América Latina?, ¿problematizará los


mismos temas?, ¿cuáles serán sus singularidades?

Los estudios culturales latinoamericanos


La propuesta de los estudios culturales desembarca en América Latina
adquiriendo diferentes orientaciones; por lo tanto, definir de lo que hoy
implica esta línea no resulta tarea sencilla. Catherine Walsh, referente
clave de esta perspectiva de pensamiento, se plantea por qué resulta
necesario hablar de la construcción o articulación de un campo y proyecto

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intelectual denominado “estudios culturales” (Walsh, 2003, p. 12). La
respuesta es que los ejes sobre los que se sostiene este campo están
vinculados a la necesidad de pensar la producción simbólica en relación a la
reproducción de las desigualdades. En torno a ello, los estudios culturales
son un espacio, un marco teórico, crítico pero también político, para dicha
reflexión.

La cultura ya no puede entenderse como el conjunto de


costumbres o valores. Tampoco puede ser el dominio de
una sola disciplina o área de conocimiento, o quedar aislada
en la práctica y teoría de asuntos económicos, sociales y
políticos. (Walsh, 2003, p. 12).

La propuesta de los estudios culturales se sostiene en la observación de la


relación entre la totalidad social y los fenómenos culturales, y evidencia la
manera en la que el conocimiento está entretejido con el poder. Para
Walsh, hoy podemos entender el campo de los estudios culturales
latinoamericanos como una forma de pensamiento crítico renovado, que
ya tuvo su desarrollo en las décadas de los años 60 y 70 a partir de la teoría
de la dependencia (que veremos en el Módulo 3), las teologías de la
liberación, la investigación-acción participativa y la pedagogía del oprimido
(Walsh, 2003).

Quienes se dedican a los estudios culturales latinoamericanos, como


revitalización del pensamiento crítico, consideran relevante comprender
las relaciones íntimas entre cultura, política y economía, así como
considerar otras formas de conocimiento o epistemologías fronterizas
(Mignolo, 2002), como las promovidas por los movimientos indígenas y
africanos.

Desde esta perspectiva, los estudios culturales resultan necesarios para


problematizar las relaciones de poder, la reproducción de las
desigualdades y las condiciones materiales de existencia en las cuales la
cultura se entreteje; problemáticas que son locales pero al mismo tiempo
globales, reflejo de la actual lógica del capitalismo tardío. A su vez, deben
repensar las tendencias dominantes en las universidades latinoamericanas
de adoptar y reinstalar perspectivas eurocéntricas (Lander, 2000, como se
cita en Walsh, 2003).

¿Qué singularidad tiene este abordaje en Latinoamérica?

La colonialidad y la interculturalidad son, entre otras, problemáticas


particulares de Latinoamérica que no pueden perderse de vista ni

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neutralizarse. Por ello, el desafío estaría en demostrar cómo la
incorporación de las experiencias históricamente excluidas es fundamental
para lograr un conocimiento objetivo de los procesos culturales.

Para sintetizar, diremos que el enfoque de los estudios culturales se


caracteriza por:

 plantear estudios “no eurocéntricos”;


 dar importancia al análisis histórico local;
 estimar los valores asociados con las realizaciones tecnológicas y su
relación con otros valores.

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Referencias
Gramsci, A. (1954). Il Risorgimento. Torino, IT: Einaudi.

Fundación Wikimedia, Inc. (s. f.). Wikipedia. Recuperado el 02/02/2015 de


http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada

Giménez Montiel, G. (2005). Teoría y Análisis de la Cultura. MX: Conaculta-Icocult.

Karam Cárdenas, T. (2009). Nuevas relaciones entre cultura y comunicación en la


obra de Raymond Williams. Estudios sobre culturas contemporáneas, XV(29), 69-
90. Colima.

Mignolo, W. (2002). Posoccidentalismo: las epistemologías fronterizas y el dilema


de los estudios (latinoamericanos) de área. Revista Iberoamericana, LXVIII(200),
847-864.

Portelli, H. (1998). Gramsci y el Bloque Histórico. MX: Siglo XXI Editores.

Walsh, C. (2003). Estudios Culturales Latinoamericanos. Quito, PE: Universidad


Andina Simón Bolívar.

Walsh, C. (2007). Lo Afro en América andina: “Reflexiones entorno a luchas


actuales de (in)visibilidad, (re)existencia y pensamiento”. Journal of Latin
American and Caribbean Anthropology, 12(1), 200–212.

Williams, R. (1980). Marxismo y literatura. Barcelona, ES: Península.

Referencias web:
Centro Cultural Proletario. En http://proletario.cl/chavez-gramsci-y-la-
hegemonia/ Último acceso:
21/01/2015.

Encyclopedia of Marxism. En https://www.marxists.org/glossary/people/l/e.htm


(Traducción propia del redactor). Último acceso: 21/01/2015.

Norbert Elias Fundation. En http://www.norberteliasfoundation.nl/ Último


acceso: 21/01/2015.

Portal de la educación Intercultural. En http://aulaintercultural.org Último


acceso: 21/01/2015.

Sitio Web Educar. En http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=90007


Último acceso: 21/01/2015.

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Video Milly y Moli (transmitido por Discovery Kids) y Como Hermanos
(transmitido por Disney XD). En https://www.youtube.com/watch?v=HlFKuXcTyv0
Último acceso: 21/01/2015.

Sitio web Le Proyect White (Elaboración propia sobre la base de caricatura


extraída de Velasco Reguero). En
http://leproyectowhite.blogspot.com.ar/2012/04/pierre-bourdieu-1930-
2002.html Último acceso: 21/01/2015.

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