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Estatización

Estatización, estatalización o publificación es el conjunto de disposiciones y


operaciones mediante las cuales el Estado asume, en forma variada, la
administración de empresas privadas, de grupos de empresas o de la totalidad de
ciertos sectores económicos manejados con anterioridad por particulares. La
estatización es lo opuesto a la privatización. También se le denomina
nacionalización de los medios de producción, aunque una empresa estatizada
puede ser previamente tanto de propiedad nacional como extranjera. La
estatización o nacionalización es una acción muy característica de ideologías
como el socialismo y nacionalismo, pero con distintos objetivos.

Si bien se utiliza nacionalización como sinónimo de estatización, aunque algunos


autores prefieren reservar el término "nacionalización" para referirse a la
recuperación de una empresa al dominio del estado (como la estatización) pero la
empresa es de propiedad extranjera.

En el socialismo se estatiza para después lograr la socialización de los medios de


producción, en la que la comunidad pasaría a ser la dueña de los medios de
producción, demostrando un carácter colectivista. En el nacionalismo, se recurre a
la nacionalización sin llegar a la socialización ni requerir que la propiedad sea
estatal, ya que lo que el Estado debe proteger es el capital nacional, tomando en
cuenta los intereses nacionales.

La nacionalización implica que el Estado ante la incapacidad de los propietarios


para la prestación del servicio público en una forma eficiente, los absorbe y se
dedica a labores que corresponden a la iniciativa privada. Es así como se dice que
un servicio público o una industria han sido nacionalizados por el Estado, cuando
se elimina de ellos a los empresarios particulares para convertirse el Estado en
empresario de los mismos.

Privatización
La privatización significa lo contrario de la nacionalización, pues en este caso ante
la imposibilidad del Estado de prestar el servicio público lo traslada hacia personas
particulares, para que estos presten el servicio público.
La privatización es un proceso jurídico-económico mediante el cual las
actividades empresariales son transferidas del sector público al sector privado, es
decir, traspasadas o tomadas ya sea desde el Estado o la comunidad (ver Bien
público y propiedad comunitaria) hacia agentes económicos privados.
Con frecuencia, la privatización de monopolios estatales ha sido una medida
típicamente adoptada por gobiernos de la derecha política con el objetivo de
favorecer la competencia. La privatización de un sector que era competencia
exclusiva del Estado permite a otros actores no-gubernamentales intervenir en la
financiación y producción de bienes prestación de servicios. Así mismo la
privatización introduce cambios en las funciones y responsabilidades públicas y
privadas. No necesariamente se limita a la venta de empresas públicas. La
privatización supone disminuir el grado de influencia del Estado, situación que
para algunos puede llegar a un intento de desmontar el Estado, y dejar en manos
de agentes privados y del mercado lo que anteriormente había sido administrado
por el Estado. En sus versiones radicales se plantea que incluso es posible volver
privados servicios como el poder judicial, que actualmente es estatal y único o la
planificación urbana.
Suele confundirse con la capitalización de empresas públicas que se puede definir
como un proceso en el cual se vende a inversionistas privados una parte de las
acciones (como en el caso de Bolivia), que no está definido cuanto debe ser pero
en la mayoría de los casos oscila entre 40 % a 60 % de las acciones, puede ser
más, puede ser menos, ya que no existe un patrón fijo. La privatización es lo
opuesto a la estatización. Tampoco debe confundirse con
la transnacionalización en que el Estado transfiere el dominio de una empresa
pública a un consorcio internacional, estatal o privado, sin que dicha medida
necesariamente vaya de la mano con una apertura a la libre empresa en dicho
servicio.

Tendencia actual

La tendencia mundial actual es la privatización del servicio público, ante la


ineficiencia de los órganos de la administración pública y de las empresas
estatales, que dejan márgenes de perdida, que tiene que ser absorbida por el
Estado. Aunque uno de los problemas que trae la privatización es el
encarecimiento del servicio público.
La tendencia en Guatemala, es la descentralización del servicio público a través
de órganos administrativos, como los Consejos de desarrollo Urbano y Rural.

Privatización por venta de bienes


La acción por la que un bien público pasa a ser controlado por empresas privadas.
En el ámbito empresarial, se produce cuando el estado vende una empresa
pública. Es desde ese momento cuando el Estado deja de ejercer el control directo
sobre esa empresa vendida, de forma que no tiene ni gastos de mantenimiento ni
beneficios, pues este deber lo suplen los accionistas o dueños de la empresa. El
estado sólo controla la actividad y recibe beneficios según lo estipulado a través
de los impuestos y el marco jurídico.
Primera fase
La primera fase para la privatización de una empresa es la preparación de la
venta, aun cuando la presión de la situación puede considerarse como uno de los
factores más importantes que incide en la celeridad con la que se trata de vender
la empresa también existen elementos de política determinantes para la
preparación de la venta. La reestructuración es un paso previo a la privatización,
en algunos casos la reestructuración es absolutamente necesaria para promover
la competencia o facilitar la venta, pero la reestructuración tiene riesgos y plantea
problemas importantes. En primer lugar, puede resultar una operación que
consuma demasiado tiempo, dando lugar a que se pierda la oportunidad de
privatizar. En segundo lugar, puede demandar recursos importantes de los cuales
carece el estado. En tercer lugar, puede ocurrir que la reestructuración disminuya
el número de potenciales interesados si ella no coincide con los programas de
inversión que estos últimos tienen.
Por estas razones es posible concluir que la reestructuración de las empresas
públicas como paso previo a su privatización sólo debe ejecutarse cuando se
cumple alguna de las tres siguientes condiciones.

1. Cuando se requiere para permitir o promover la competencia


2. Cuando es absolutamente necesaria para hacer posible la venta
3. Cuando el estado tiene claras ventajas comparativas para el sector privado
para adelantar la reestructuración de que se trate.
Reestructurar por estas razones, tales como la posibilidad de mejorar el precio de
venta final de la empresa, implica suponer que el sector privado tiene mayor
capacidad de agregar valor que el Estado, esta es una actividad de la cual
precisamente se está retirando el estado. En este sentido cabe decir que las
mismas razones que conllevan a la privatización, deben conllevar a dejar que sea
del sector privado la tarea de la reestructuración de las empresas a privatizar.
Segunda fase
La segunda fase de la privatización es el método de venta, hasta ahora se han
experimentado una amplia gama de esquemas o modalidades de privatización y
se sigue innovando en este campo. Por lo que no existe un patrón fijo, obviamente
la modalidad de privatización ha estado en alto grado determinada por el tipo de
empresa o actividad que se privatiza, pero en general, la fórmula que ha
predominado es la de la búsqueda de un inversionista estratégico al cual se le
vende un porcentaje de acciones con el control de la empresa. Otro porcentaje de
las acciones, que suele estar entre el 4 % y el 20 %, se le vende a los trabajadores
de la empresa privatizada y el resto lo lleva el gobierno al mercado de capitales.
Este ha sido el esquema utilizado en la venta de empresas
de telecomunicaciones, eléctricas y muchas otras. Podríamos decir que este ha
sido el esquema predominante en las grandes empresas.
El objetivo de conseguir un inversionista estratégico para las grandes empresas
que se privatizan ha predominado claramente sobre otros objetivos de política,
como el desarrollo del mercado de capitales. En la venta del bloque accionario al
inversionista estratégico ha predominado ampliamente la licitación pública.
Ello ha contribuido de manera notable a darle transparencia a los procesos de
privatización, lo que a su vez ha contribuido a darle a ésta viabilidad política.
Aunque diversos procesos de privatización han sido una fuente de escándalos o
de corrupción en varios países de América Latina (compañías aéreas y petroleras
en Argentina, compañías de agua en Bolivia, telefonía en México). Luego de haber
desarrollado el esquema sobre el método de venta se procede con el tercer paso,
el criterio de selección de los compradores, al igual que con el método de venta no
ha existido un único método ni siquiera en el interior de cada país para seleccionar
los compradores finales de las empresas públicas a privatizar. Sin embargo, es
posible apreciar un hecho y una tendencia dominante:

1. El precio ofertado ha sido el elemento más importante para la selección de


nuevos inversionistas.
2. El precio ofertado tiende a ser el único elemento para decidir la selección
del nuevo propietario.
En numerosos casos de privatización en América Latina, el precio ofertado por los
inversionistas interesados ha tenido una ponderación alta o dominante en la
selección final; pero ese no ha sido el único elemento. Se le ha dado alguna
ponderación también a los planes de inversión de los competidores. Sin embargo,
en los casos de privatización más reciente, el programa de inversión mínimo lo
defiende el gobierno y se convierte este en una exigencia igual para todos los
inversionistas. Estos, habiendo sido ya precalificados, compiten estrictamente
sobre la base del precio ofertado.
La utilización de un único criterio de Stephanie Guerrero (especialmente el precio)
para la selección de los compradores de la empresa tiene dos grandes ventajas.
Simplifica enormemente el proceso de selección, al remitirlo a un único indicador
cuantificable y, por lo mismo, le dan gran transparencia al proceso. Habiendo sido
previamente precalificados los potenciales inversionistas y habiendo sido
igualmente definido el plan mínimo de inversión (cuando ello procede) por el
estado, se asegura que cualquiera sea el que gane de entre los compradores, se
habrá hecho una buena decisión.

PRIVATIZACION VS NACIONALIZACION: DIFERENCIAS.


A continuación procederé a explicar las diferencias fundamentales que existen
entre dos figuras económicas y políticas que se relacionan tanto, como lo es el
fenómeno de la privatización frente a la nacionalización, dos términos que muchas
veces los usamos indistintamente, a groso modo, para referirnos a algunas
cuestiones, ignorando a veces que las diferencias son abismales.
Antes que nada, es menester empezar destacando que la privatización es un
proceso jurídico-económico mediante el cual las actividades empresariales son
transferidas del sector público al sector privado, es decir, traspasadas o tomadas
ya sea desde el Estado o la comunidad hacia agentes económicos privados. Es
uno de los pilares de la libre empresa, existiendo empresas que libremente
otorguen a clientes cualquier servicio que haya dado anteriormente el Estado,
ahora bajo la libre empresa y competencia para evitar monopolios e intervención
estatal a favor de sectores económicos. Sin restricción comercial del Estado ni
servicios estatales obligatorios los ingresos privados deben ser resultado de la
inversión privada, es decir son los ciudadanos y no el Estado quienes contratan
servicios privados en un sistema privatizado.
Mientras que en la nacionalización, estamos hablando del proceso mediante el
cual el Estado logra la recuperación de una empresa de dominio privado,
específicamente de dominio extranjero, y es por esto que de propiedad extranjera
la lleva a propiedad nacional.
En otro orden de ideas, es importante señalar que se utiliza el término
nacionalización como sinónimo de estatización o estatalización, de manera
incorrecta, ya que la estatización es el conjunto de disposiciones y operaciones
mediante las cuales el Estado asume, en forma variada, la administración de
empresas privadas, de grupos de empresas o de la totalidad de ciertos sectores
económicos manejados con anterioridad por particulares. La estatización es lo
opuesto a la privatización. También se le denomina nacionalización de los medios
de producción, aunque una empresa estatizada puede ser previamente tanto de
propiedad nacional como extranjera. La estatización o nacionalización es una
acción muy característica de ideologías como el socialismo y nacionalismo, pero
con distintos objetivos.
En ese mismo sentido, en contraposición de la estatización, hay toda una corriente
que se opone a ella, conocida como el Antiestatismo que consiste en oponerse a
la intervención estatal en asuntos personales, sociales o económicos. Por
antiestatismo se entienden sobre todo las ideologías que rechazan de plano al
Estado, principalmente el anarquismo[1]; y en parte a aquellas que desean reducir
y limitar el Estado hasta un mínimo como el liberalismo, o a aquéllas que quieren
una sociedad sin Estado como grado máximo de una evolución paso por paso,
como el marxismo.
Nacionalizar significa que el Estado asume la propiedad de una empresa privada,
de grado o por fuerza. Las ventajas son evidentes, el gobierno dispone del control
total y absoluto de la empresa en cuestión, empezando por los beneficios que
genera y siguiendo con la política de gestión, de control ambiental y de
inversiones. Los inconvenientes se presentan enseguida. El principal es que si la
empresa ha sido expropiada, es de esperar que a muy corto plazo se desplomen
las inversiones en el país, sobre todo las extranjeras. También disminuirán los
acuerdos de todo tipo con el país ya que ha dado muestras de ser un socio poco
fiable, con lo que su peso en el escenario internacional disminuirá de manera
drástica en todos los frentes.
Privatizar es el proceso contrario, el Estado vende una empresa estatal al sector
privado. La ventaja inmediata también es evidente, el gobierno consigue un fuerte
aumento en su disponibilidad de recursos. También se espera, por alguna razón
que nunca se menciona, que el sector privado mejore la gestión de la empresa,
aunque hay evidencia de uno y otro signo. Los inconvenientes son claros, el
aumento de recursos por la venta de estos activos se agota enseguida y pronto se
echará en falta el flujo de beneficios que proporcionaba la empresa, si era el caso.
Por otra parte, el gobierno deja de tener el control de empresa que antaño se
consideraba que debían ser estatales debido a su carácter estratégico, como la
banca, la producción y distribución de energía, etc.
El proceso pendular privatización-nacionalización es una fuente clásica de
enormes rentas para personas bien relacionadas. Se privatizan las empresas que
son rentables, los gestores saquean la empresa y entran en pérdidas, el Estado
rescata la empresa, la reflota y la vuelve a privatizar, etc.
El problema es que vivimos en un modelo económico, que se ha adueñado
también de la semántica. Según sus reglas privatizar es algo positivo pues mejora
la gestión, mientras que nacionalizar es un proceso negativo que afecta a la
competencia y al libre mercado. Digo yo que dependerá del caso: Tan mala es una
privatización que deje en cuatro manos resultados millonarios que antes eran de
todos, como una Nacionalización que expropie a bajo precio y atrofie la gestión de
los activos.

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