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-------------------------LA POESÍA-------------------------

La poesía

Dejando aparte su vertiente popular y anónima ya mencionada


(romances, sátiras), es obra de poetas cultos que, en el ambiente
cortesano o señorial, la cultivan con gran destreza técnica pero con
escasa emoción. Pueden señalarse tres direcciones que, más o menos,
se suceden en el tiempo aunque también se dan juntamente en un
mismo autor:

La galaico-provenzal, en versos cortos y airosamente conceptuosos, de


contenido principalmente amoroso;

La alegórico-dantesca, cuyo modelo es la Divina Comedia, de contenido


doctrinal y escrita sistemáticamente en "coplas de arte mayor" (ocho
versos dodecasílabos de ritmo dactílico que riman ABBAACCA)

La que pudiéramos llamar "estoico-castellana", cuyos temas son el


desengaño, la finitud de las cosas humanas, el paso del tiempo, la
fatalidad de la muerte, la conformidad ante las adversidades, etc.;
entronca el estoicismo pagano con el ascetismo medieval y la
concepción cristiana de las postrimerías; a ella pertenecen, entre otras,
el conjunto de la obra de Ferrant Sánchez de Talavera, el Diálogo de
Bías contra Fortuna, etc. Utiliza, por lo general, diversas variantes de la
copla de pie quebrado, y constituye sin duda la tendencia más sincera y
emotiva y de más permanentes valores entre todas las del siglo XV.

----------------------LOS CANCIONEROS----------------------

Los Cancioneros

Los Cancioneros son compilaciones de poesías de diversos autores en


un cuerpo poético homogéneo. Los primeros cancioneros conocidos son
los galaicoportugueses, de los que hablaremos en su lugar oportuno.

Los que se recogen en el siglo XV son, por su parte, los primeros que se
conocen en lengua castellana, (el de Baena, en el siglo XV, o el General,
del XVI), y que permitieron la conservación y el disfrute de tan extensa
producción poética.
---------------------LA POESÍA SATÍRICA---------------------

La poesía satírica

La poesía satírica florece sobre todo en el reinado de Enrique IV, como


consecuencia del desprestigio del rey y de la corrupción de la nobleza.

Pero ya en el reinado de Juan II habían aparecido las Coplas de ¡Ay,


Panadera!, sátira de la cobardía de los nobles vencidos por aquel rey y
don Álvaro de Luna en la batalla de Olmedo.

Las Coplas de Mingo Revulgo son un diálogo entre dos pastores, Gil
Arribato (que representa a la nobleza) y Mingo Revulgo (símbolo del
pueblo llano), que satiriza, sin procacidades, a Enrique IV y a don
Beltrán de la Cueva.

Difamatorias y brutales son, en cambio, las Coplas del Provincial


(escritas entre 1465 y 1474), en las que, comparando la corte con un
convento, el padre provincial fustiga al rey y a los cortesanos. Todas
estas Coplas circularon, naturalmente, como anónimas, y la
identificación de sus autores es una cuestión muy debatida.

-------------------LA DANZA DE LA MUERTE-------------------

La Danza de la Muerte

La Danza de la Muerte es una obra anónima escrita en coplas de arte


mayor a principios del siglo XV, acerca de un tema que venía siendo
muy repetido en Europa desde siglos anteriores: la nivelación de todas
las clases sociales ante la muerte, en cuya presencia van desfilando
eclesiásticos y civiles de todas las categorías.

El humorismo macabro con que son presentados los distintos


personajes hace de la Danza una auténtica sátira social.
JORGE MANRIQUE-----------------------

Jorge Manrique (1440-1479)

De no haber escrito las Coplas por la muerte de su padre don Rodrigo,


Jorge Manrique no hubiera pasado de ser un poeta de cancionero,
notable, ciertamente, pero nada más.

De su breve Cancionero destacan algunas composiciones amorosas,


como la titulada "Porque estando él durmiendo le besó su amiga", las
burlescas "Coplas a una beoda que tenía empeñado el brial en una
taberna" y la procaz composición Un convite que hizo a su madrastra.

Las Coplas por la muerte de su padre son uno de los poemas más
bellos de toda la literatura española. En 40 coplas de pie quebrado, (dos
octosílabos seguidos de un tetrasílabo, formando tercetos según el
siguiente esquema: abc, abc, def ,def), Manrique exalta la figura de su
padre, y sobre todo, muestra, en un estilo impecablemente sereno y
fluido, la brevedad de la vida, la fugacidad de los bienes terrenales y la
universal presencia y potencia de la muerte.

Estos temas, de profunda raíz medieval, se unen a motivos


renacentistas, como la comparación de su padre con los grandes
personajes de la Antigüedad y la creencia en la perduración terrenal a
través de la memoria de las grandes hazañas. Así, pues, para Manrique
hay tres vidas: la "mundanal perecedera", la eterna del alma y la de la
fama, que se consigue "en trabajos y aflicciones contra moros".

La andadura pausada de la copla de pie quebrado, la sencillez de la


expresión y la viveza natural de las comparaciones y evocaciones hacen
de esta obra una pieza maestra que ha vencido a todos los cambios del
gusto y ha sido traducida a todas las lenguas.

-GARCILASO DE LA VEGA--------------------

Garcilaso de la Vega

Garcilaso de la Vega (1503-1536) es uno de los más grandes poetas


españoles de todos los tiempos, Garcilaso encarna el modelo perfecto
del caballero de la época imperial.
Añadamos, sin embargo, que a lo largo de los versos de Garcilaso corre
una vena que llamaríamos "romántica" en el sentido más depurado de la
palabra. Sensibilidad musical, sentimiento del paisaje (nota inédita
hasta entonces en las letras castellanas, salvo algún rasgo de Berceo),
desgana de vivir, melancolía fatalista:

No me podrán quitar el dolorido


sentir si con la vida
primero no me quitan el sentido

éstas son las características singulares de la poesía del toledano, a las


que, naturalmente, hay que añadir las comunes a la poesía viva de su
tiempo, aunque es de señalar que, junto a los italianos, influyen sobre
ella los clásicos (Teócrito, Virgilio,Tibulo, Horacio), más afines a su
temática propia (el amor y el paisaje, conjugados en vivencias
personales).

El aparato convencional en que se despliegan poéticamente esas


vivencias (falsos pastores, ninfas, mitología) procede tanto de los
bucólicos clásicos como de sus imitadores italianos (el Boccaccio de los
Ninfale, el Cenízaro de la Arcadia, etc.).

Otro nombre importante, el de Ausiàs March -neoplatonismo apasionado


y problemático-, vendrá a completar la lista de las influencias.

Desde el punto de vista formal, la poesía de Garcilaso se caracteriza por


la perfecta fluidez de la elocución, que discurre con elegante sencillez a
lo largo de endecasílabos y heptasílabos plenos de una delicada
musicalidad. El lenguaje, absolutamente natural, recurre en ocasiones a
sabrosos arcaísmos y otras veces a latinismos.

Un sentido muy agudo, pero bien medido, del color y de la adjetivación


contribuye a vivificar las evocaciones de la naturaleza:

Por ti la verde hierba, el fresco viento,


el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.

Por lo demás, la obra de Garcilaso es breve, pero la influencia que esta


obra ha ejercido desde su publicación no se ha interrumpido nunca.
Ningún otro poeta español ha gozado de más constante y sólido favor
entre sus contemporáneos y en su posteridad.
---------------------FRAY LUIS DE LEÓN---------------------

Fray Luis de León

Fray Luis de León (1527-1591) estudió en Salamanca, donde, a partir


de 1561, desempeñó varias cátedras.

En 1572 fue encarcelado por la Inquisición: el motivo inmediato fue la


corrección del texto de la Biblia de Vatablo, pero las razones más
profundas fueron las rivalidades y envidias de claustro y, sobre todo, la
enemistad de fray Gallo y León de Castro, neoescolásticos intransigentes
(apoyados por los dominicos) frente al hebraísmo del agustino fray Luis,
cuyas opiniones compartían los maestros Grajal y Martínez
Cantalapiedra, que también fueron encarcelados y murieron en prisión.

Cinco años duró el encarcelamiento de fray Luis en Valladolid, tras el


cual fue absuelto y repuesto en todos sus honores. Participó en la
reforma del calendario gregoriano y tuvo a su cargo la edición de las
obras de santa Teresa de Jesús.

La obra de fray Luis de León abarca el verso y la prosa, las traducciones


y la creación poética personal. Esta última es muy reducida, pero en su
brevedad alcanza la cima de la lírica castellana. A la inevitable influencia
de Garcilaso se unen la de la Biblia y, sobre todo, la de Horacio.

El "ne quid nimis" horaciano, el ideal de la vida retirada (posiblemente


más literario que real, en un hombre como fray Luis), el sentimiento de
la naturaleza, en lo que ésta tiene de reflejo del orden de la Creación y
de la belleza del Creador, la nostalgia de la bienaventuranza eterna: he
aquí los temas de fray Luis, expresados en un vocabulario sumamente
sobrio, pleno de naturalidad y sencillez, alejado de toda pretensión
innovadora.

En ocasiones, la contemplación del orden universal y su transposición a


apasionadas consideraciones sobre la perfección divina y la beatitud
ultramundana -unión del platonismo con la fe cristiana- le llevan a
alturas que rozan la mística. La estrofa preferida es la "lira", cuya
pausada andadura y plácida monotonía le sirven maravillosamente para
la expresión contenida y sin estridencias de sus emociones, "Equilibrio
perfecto -dice Alonso Zamora-, sin antecedentes ni consecuentes en la
historia de la lírica."

Las poesías de fray Luis fueron publicadas en 1631 por Quevedo, con la
intención de poner coto a los excesos culteranos.
---------------------FRAY LUIS DE LEÓN---------------------

Fray Luis de León (1527-1591)

La obra en prosa del famoso agustino cabe perfectamente en este


párrafo. Sus traducciones bíblicas (del Cantar de los Cantares -que,
divulgada contra su voluntad, le acarreó serios disgustos con la
Inquisición- y del Libro de Job) van acompañadas de comentarios que
dejan traslucir su alma de poeta a través de la doctrina ascética y
escrituaria.

La perfecta casada describe, basándose en el ideal bíblico de la "mujer


fuerte", el modelo de esposa cristiana, pero las dotes de observación y
la viveza del estilo convierten la obra en una animada pintura de las
costumbres femeninas de la época. Sin duda alguna, la mejor de sus
obras en prosa, la de mayor enjundia y más perfecto estilo, es el tratado
De los nombres de Cristo.

La prosa de Los nombres es un modelo de equilibrio y naturalidad, a la


vez que un expresivo vehículo de emociones: el silencio del campo, la
noche estrellada, la música de las esferas celestes, el presentimiento de
la bienaventuranza (es decir, los mismos temas de la poesía del
maestro) aparecen aquí comentados con suprema elegancia.

Teócrito, Virgilio y el Cantar de los Cantares están presentes en la


pluma de fray Luis, pero revividos en un alma ardiente que se alza hasta
los límites de la pura mística.

En torno a Los nombres se planteó un problema de originalidad. El beato


Alonso de Orozco había escrito un tratado De nueve nombres de Cristo
que se creyó fuese el origen y la fuente de la obra del agustino. La
superioridad artística de esta última es abrumadora. Y actualmente se
tiende a creer que la obra de Orozco sea justamente un extracto de la
otra.

-------------------SANTA TERESA DE JESÚS-------------------

Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús (1515-1582) representa, con san Juan de la


Cruz, la cumbre de la mística española.
Fue desde su juventud muy aficionada a los libros de caballerías e
incluso intentó escribir uno de ellos en colaboración con su hermano.
Profesó en las carmelitas de la Encarnación, de Ávila, en 1534. Sus
planes de reforma de la Orden la enfrentaron a las autoridades civiles y
eclesiásticas, y el libro de su Vida fue denunciado a la Inquisición.

El nuncio monseñor Sega, enemigo declarado de los Descalzos, la


confinó en Toledo. Procesada por la Inquisición, salió libre. "Fémina
inquieta y andariega", como la calificó monseñor Sega, vivió
constantemente entregada a viajes y fundaciones. Fue canonizada en
1622. En 1970 fue proclamada "Doctora de la Iglesia" por el papa Pablo
VI.

---------------SANTA TERESA DE JESÚS. ESTILO---------------

El estilo de santa Teresa de Jesús

Desde el punto de vista literario, el interés de santa Teresa radica en su


estilo, de una extraordinaria llaneza.

Su lenguaje no es propiamente literario, sino el habla coloquial de


Castilla, en sus formas rústicas. Menéndez Pidal ha hablado agudamente
de una "sintaxis emocional" que rebasa los cauces de la gramática
corriente empleando grupos de palabras antitéticas, diminutivos, etc.

Estilo "ermitaño", ha dicho también Menéndez Pidal, puesto que con él


la santa busca la humildad, como una mortificación más, y sobre todo la
comunicación directa, a sus monjas, de sus experiencias.

En cuanto a la cultura de Teresa, hay que acoger con reservas las


frecuentes alusiones de la santa a sus pocas letras. Ella misma cita sus
lecturas: la Vita Christi, del Cartujano, traducida por fray Ambrosio
Montesinos; las Epístolas, de san Jerónimo; el Flos Sanctorum; las
Confesiones, de san Agustín; las Morales, de san Gregorio; la Imitación
de Cristo, en traducciones anteriores a la de fray Luis de Granada; el
Tercer abecedario espiritual, de fray Francisco de Osuna; la Subida al
Monte Sión, de Bernardino de Laredo, etc.

---------SANTA TERESA DE JESÚS. EL LIBRO DE SU VIDA---------


Santa Teresa de Jesús. El libro de su vida

El libro de su vida (escrito por encargo de sus confesores) no es una


autobiografía, sino una "biografía espiritual, llena de observaciones de
valor piadoso o doctrinal, de delgadísimos análisis de conciencia""
(Alonso Zamora). Complemento de la Vida es el Libro de las relaciones,
dirigido a confesores, a san Pedro de Alcántara, etc.

Otras obras: Conceptos del amor de Dios sobre algunos cantares de


Salomón, Avisos espirituales, siete meditaciones sobre la oración del
Padrenuestro, el Libro de las fundaciones (narración, en estilo más
trabajado, de las que llevó a cabo). Modo de visitar los conventos
(escrito a instancias del padre Jerónimo Gracián) y Camino de
perfección (consejos a las monjas del convento de San José, de Avila).

-------------SANTA TERESA DE JESÚS. LAS MORADAS-------------

Santa Teresa de Jesús. Las moradas

Reservamos un lugar aparte a Las moradas, o Castillo interior, libro


inspirado en una visión y obra capital de la santa y de la mística de
todos los tiempos.

Dice santa Teresa habérsele mostrado "un castillo todo de diamante y


muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo
hay muchas moradas". Estas siete estancias corresponden a diversos
grados de la vía purgativa, de la iluminativa y finalmente de la unitiva.

En las primeras se hallan "los sapos y culebras" de las pasiones,


acechan las pruebas y sequedades de la oración, hasta que en la cuarta
empiezan los favores del Señor. En la sexta, "el alma ya queda herida
del amor del Esposo", y en la séptima se realiza "el divino y espiritual
matrimonio". La unión mística es descrita por la santa mediante una
comparación popular sumamente gráfica: es como "si dos velas de cera
se juntasen tan en extremo que toda luz fuese una, ya que el pábilo y la
luz y la cera es todo uno".

El lector va así conducido de morada en morada, y la religiosidad


teresina -espontaneidad, ternura, voluntad de Dios- lo va ganando,
aunque él se halle muy lejos de los deliquios místicos de la autora, con
"una lengua conversacional, llana, un poco a borbotones" (Alonso
Zamora).

Santa Teresa cultivó también el verso, pero su talento poético es muy


inferior. Todas sus poesías, escritas en metros cortos, son de tema
devoto o piadoso. Destacan la glosa de Vivo sin vivir en mí y las
quintillas que comienzan: Oh hermosura que excedéis. Más afines a su
talante popular, y por tanto más logrados, son sus villancicos: Este niño
viene llorando, Vertiendo está sangre, etc.

--------------------SAN JUAN DE LA CRUZ--------------------

San Juan de la Cruz (1542-1591)

En 1568, el encuentro en Medina con Teresa de Jesús decidió su carrera


de reformador de la Orden carmelita, carrera que le ocasionó
persecuciones y sinsabores. Amante de la naturaleza, su reacción ante
el concierto de las esferas celestes no era, como en fray Luis,
intelectual, sino afectiva, como correspondía al franciscanismo de la
tradición carmelitana.

En su magnífico ensayo La poesía de San Juan de la Cruz, Dámaso


Alonso distingue en la poesía del santo tres etapas correspondientes a
tres influencias: una de carácter popular, constituida por versiones -a lo
divino- de la poesía de tipo cancioneril; otra, mucho más original y de
difícil encuadre en el conjunto de modos poéticos de la época,
caracterizada por un peculiarísimo resurgir de las formas
galaicoportuguesas (la canción con estribillo, las estrofas paralelísticas);
y una tercera en la que, por fin, el poeta se incorpora a las imperantes
maneras garcilasianas, pero con la particularidad de hacerlo a través de
un Boscán y Garcilaso a lo divino, de Sebastián de Córdoba (1575).

Sobre estas tres etapas operaba, continuamente, el influjo de la Biblia:


primero, de los Proverbios y los Salmos; después, y sobre todo, del
Cantar de los Cantores, cuya simbología erótico-religiosa será
determinante en Cántico espiritual.

- A la primera etapa pertenecen las glosas Vivo sin vivir en mí, Tras un
amoroso lance, Sin arrimo y con arrimo, etc., y los romances teológicos,
algunos tan interesantes como la glosa o traducción del salmo Super
flumina Babilonis.
- La segunda etapa se caracteriza por una extrema sencillez en la
exposición de sentimientos tiernos, y, como hemos dicho, presenta
curiosas formas no usuales en la época.

Así, los serventesios consonantados de Un pastorcico solo está penando,


con un estribillo (y el pecho del amor lastimado) cuya repetición acentúa
el tono melancólico, y el bellísimo Contar del alma que se huelga de
conocer a Dios por la fe, en la que la estructura paralelística, con la
insistencia del estribillo (aunque es de noche), y el empleo de formas
arcaizantes (fonte, sin diptongo, manida) y del expletivo que (Que bien
sé yo ... ), logran un conjunto poderosamente afectivo, lleno, a la vez,
de profundo contenido teológico.

- La tercera etapa suele ser considerada como la más cualificada de la


poesía del santo. Adoptando la manera garcilasiana, san Juan pasa a
utilizar sistemáticamente la lira y se adentra, armado de un lenguaje
enfebrecido y lógico al mismo tiempo, en la descripción de la unión
mística, de los gozos de los desposorios y de los deleites del amor
divino.

Sólo tres poemas constituyen esta etapa, pero ellos bastan para
alcanzar el clímax poético más deslumbrante de toda la poesía española.

En el poema de la Noche oscura "canta el alma la dichosa ventura que


tuvo en pasar por la oscura noche de la fe, en desnudez y purgación
suya, a la unión del Amado". El alma, desasida del mundo, huye de él y
se une al Amado; la unión es expresada en términos poéticos,
absolutamente geniales:

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

---------SAN JUAN DE LA CRUZ. EL CÁNTICO ESPIRITUAL---------

San Juan de la Cruz. El Cántico espiritual


El Cántico espiritual consta de 40 estrofas: de la 1ª a la 12ª trata de la
vía purgativa; de la 13ª a la 21ª, de la iluminativa; de la 22ª a la
última, de la unitiva. Las cuatro últimas se refieren al estado beatifico.

Por tanto, es un tratado poético de sabiduría mística, a la vez que uno


de los más bellos poemas de la lírica europea. La idea central (los
desposorios del alma), la forma dialogada y numerosas metáforas
parten del Cantar de los Cantares, influencia que el propio autor señala
en sus comentarios en prosa.

Pero al Cantar hay que añadir la técnica renacentista (garcilasiana) y el


sustrato tradicional-popular. La Llama de amor viva es -dice Blecua-
"una pura y gozosa exclamación". "Esta llama de amor -dice el santo en
sus comentarios- es el espíritu de su Esposo, que es el Espíritu Santo, al
cual siente ya el alma en sí [...] como fuego [...] que arde en ella.

La altísima tensión poética de estas extraordinarias composiciones está


conseguida con pocos y sencillos elementos: exclamaciones, antítesis
(música callada, soledad sonora), onomatopeyas (un no sé qué que
quedan balbuciendo), elisión de los verbos, y lo que Leo Spitzer llama
"enumeración caótica" y que contribuye a transmitir la sensación de
arrobamiento entusiasta:

Mi Amado, las montañas,


los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos.
La noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.

"Lo misterioso seguirá siéndolo -dice Pedro Salinas-, porque san Juan en
sus poemas nada explica lógicamente, pero quedará ya revestido por la
claridad de esa lumbre que lo cruzó como una gracia. Poesía
apocalíptica, reveladora de lo más oculto, pero delicada y suavemente,
por modo de amor puro."

----------------PROSA DE SAN JUAN DE LA CRUZ----------------


Prosa de san Juan de la Cruz

La obra en prosa de san Juan de la Cruz no es más que el resultado de


comentar y aclarar su poesía, a ruegos de distintas personas.

La Subida al Monte Carmelo es un comentario a las dos primeras


estrofas del poema Noche oscura. Consta de tres libros destinados a
mostrar el mejor camino para llegar a la unión del alma con Dios. El
primero trata de la noche oscura del apetito, y los otros dos de la noche
del espíritu, en la que el mejor camino es la fe.

El tratado de la Noche oscura es continuación del anterior y se conserva


incompleto. Trata de la purgación pasiva del sentido. Los comentarios al
Cántico espiritual (escritos a petición de la madre Ana de Jesús) son un
breve tratado de experiencia mística en el que trata de las "tres vías" ya
conocidas.

La Llama de amor vivo es un comentario al poema del mismo título,


escrito a ruegos de doña Ana de Peñalosa, en el que el místico describe,
en una prosa arrebatada y encendida, los deleites de la unión divina.

La prosa de san Juan se caracteriza por sus constantes referencias a la


Biblia, sus símbolos y alegorías, sus comparaciones vivas y pintorescas
(que recuerdan a las de santa Teresa) y, en general, por su tono
vibrante, cálido, que transforma la pura doctrina en comunicativo y
fervorosa efusión.

----------------SONETO A CRISTO CRUCIFICADO----------------

Soneto a Cristo crucificado

El soneto que empieza "No me mueve, mi Dios, para quererte",


anónimo, es, por sí solo, una obra maestra de la poesía mística
universal.

La idea de amar a Dios, no por el premio o el castigo, sino por la


consideración del amor y de los sufrimientos de Cristo, aparece en dos
textos de san Juan de Ávila, y ello ha sido motivo para atribuírselo,
aunque en ninguna de las obras de este santo aparezcan dotes poéticas.
También ha sido atribuido a santa Teresa (que nunca dominó el
endecasílabo), a san Juan de la Cruz, a fray Miguel de Guevara, etc.
La primera versión impresa conocida se encuentra en el Libro intitulado
vida del espíritu (Madrid, 1628), de Antonio de Rojas.

----------------------LUIS DE GÓNGORA----------------------

Luis de Góngora (1561-1627)

Su originalidad radica en haber suprimido la serie de elementos reales y


en operar únicamente con elementos ideales; es decir, en montar las
metáforas unas sobre otras, con lo cual crea un universo de belleza
desligado de la cotidianidad, y de ahí su "oscuridad", su "dificultad", a
las que contribuye un lenguaje específicamente poético en el que se
acumulan los efectos de color, los neologismos, las alusiones mitológicas
y los hipérbatos más violentos.

Así, para referirse a la cueva de Polifemo escribe:

Éste, pues, de la tierra formidable


bostezo ...

O el comienzo de las Soledades:

Era del año la estación florida,


cuando el mentido robador de Europa
-media luna las armas de su frente
y el sol todos los rayos de su pelo-,
luciente honor del cielo
en campos de zafiro pace estrellas ...

(Descripción de un amanecer de mayo: alusión al paso del Sol -Apolo,


raptor de la ninfa Europa- por la constelación de Tauro, descripciones
metafóricas del toro y del amanecer en función de ese "toro". Y todo
ello sin un solo elemento real: la alusión más asequible al lector no
iniciado es esa "estación florida", referente a la primavera.)

----------------------LOS DOS GÓNGORAS----------------------

Los dos Góngoras

La crítica tradicional, hasta Menéndez Pelayo, inclusive, venía


distinguiendo "dos Góngoras": el de las letrillas, villancicos y romances,
de una parte, y de otra el de las Soledades, el Polifemo, el Panegírico
del duque de Lerma y los Sonetos. Y consideraba a este segundo
Góngora como a un extravagante buscador de novedades que había
incurrido en la exageración ridícula.

Los estudios de Artigas y, sobre todo, los de Dámaso Alonso, no sólo


han revalorizado al Góngora culterano, sino que han mostrado que en
sus piezas breves se hallan en germen, y a veces plenamente, todos los
elementos de sus poemas mayores.

Así, en el Romance de Angélica y Medoro se lee:

Las venas con poca sangre,


los ojos con mucha noche,
le halló en el campo aquella
vida y muerte de los hombres.

Lo que sucede es que en los poemas menores la ruptura con la


cotidianidad no está consumada, ya sea por razón del tema, ya sea
porque el poeta ha querido dar a estos poemas un auditorio general:
"los muchos" para los que en otras ocasiones se niega a escribir.

Los romances (líricos, de cautivos burlescos, etc.) nos muestran un


Góngora que va desde la delicadeza sutil hasta la sátira más incisiva.
Las letrillas ofrecen igual variedad, pero en ellas predomina el acento
lírico.

Entre los villancicos hay algunos de tema negro y otros refinadamente


cultos, más intelectuales y menos frescos que los de Lope y Valdivieso.
Los sonetos son de una arquitectura perfecta. Unos van dirigidos a
escritores, bien para zaherirles (Lope, Quevedo), bien para ensalzarles
(Soto de Rojas, Paravicino). Otros son funerarios descriptivos.

Y finalmente, un abundante grupo de tema amoroso en el que es


perceptible la huella de Herrera y que a veces se apoya en una anécdota
nimia sobre la cual el poeta alza un asombroso edificio de metáforas
encadenadas.

Así, el delicado A una dama que poniéndose una sortija se pinchó con un
alfiler y que empieza:

Prisión del nácar era articulado


de mi firmeza un émulo luciente...
Pocas veces asoma la nota íntima, pero entonces los efectos son
maravillosos, como en el que empieza:

Descaminado, enfermo, peregrino...

Ya hemos mencionado los poemas mayores. Las Soledades parece que


iban a ser cuatro (1ª, Soledad de los campos; 2ª, Soledad de las
riberas; 3º, Soledad de las selvas; 4ª, Soledad del yermo), pero
Góngora sólo llegó a escribir la dedicatoria al duque de Béjar (37
versos), la Soledad primera (1.091 versos) y parte de la Soledad
segunda (979 versos).

El argumento (un joven náufrago arriba a una costa y es recogido por


unos cabreros) no es más que un pretexto para una descripción, lírica,
de la naturaleza. De esta naturaleza, "no sólo ha desaparecido lo feo, lo
incómodo, lo desagradable, sino que aun su misma belleza se ha
simplificado para reducirse a bien deslindados contamos, a escorzos
ágiles, a armoniosas sonoridades" (Dámaso Alonso).

La Fábula de Polifemo y Galatea narra los amores del pastor Acis y la


ninfa Galatea y la venganza del gigante Polifemo, según las
Metamorfosis de Ovidio. La desmesura barroca se dispara en la
descripción del gigante ("monte de miembros eminente", cuyo único ojo
"émulo es casi del mayor lucero", en contraste con la fragilidad de
Galatea y la delicadeza de sus amores con Acis, cuya conversión en río
está expresada en imágenes audaces y bellísimas:

A Doris llega, que, con llanto pío,


yermo le saludó, le aclamó río.

----------------AMIGOS Y ENEMIGOS DE GÓNGORA----------------

Amigos y enemigos de Góngora

Las novedades que encerraban los poemas mayores dieron ocasión a


burlas y a defensas, apasionadas unas y otras. El pintor y poeta Juan de
Jáuregui (1583-1641) escribió un Antídoto contra los Soledades, al que
replicó don Francisco Fernández de Córdoba, abad de Rute, con un
erudito Examen del Antídoto en defensa de Góngora, postura que
siguieron después, entre otros, los comentaristas Pellicer, Salcedo
Coronel y Mardones en sus ediciones.
Los ataques de Lope y Quevedo fueron de carácter personal y mucho
más hirientes. El segundo escribió, además, la Aguja de navegar cultos,
caricatura del culteranismo, y publicó, para frenar el avance del mismo,
las obras de fray Luis de León y de Francisco de la Torre.

El didactismo y el prosaísmo del siglo XVIII despreciaron a Góngora;


únicamente a finales del siglo le elogiaron Quintana y Martínez de la
Rosa.

El juicio favorable de Adolfo de Castro se oscureció ante la crítica


adversa de Menéndez Pelayo.

La generación del 98 y el modernismo atisbaron algunos de los valores


esenciales de la poesía gongorina ( Rubén Darío le dedicó un Trébol de
sonetos), pero una crítica en profundidad no se produjo hasta bien
entrado el siglo XX, coincidiendo con el tercer centenario de la muerte
del poeta.

Los estudios de Dámaso Alonso, Artigas, Thomas, Alfonso Reyes, entre


otros, rehabilitaron decisivamente a Góngora y atrajeron hacia él la
atención de los poetas jóvenes del momento, la llamada "generación del
27".

--------------FRANCISCO DE QUEVEDO Y VILLEGAS--------------

Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)

Nacido en Madrid. Intervino en asuntos políticos y diplomáticos, y al ser


nombrado el duque de Osuna virrey de Nápoles (1616) Quevedo, se
encargó de la hacienda del virreinato. A la caída del duque de Osuna,
Quevedo fue desterrado a su señoría de Torre de Juan Abad.

Al comenzar el valimiento de Olivares, recobró el favor real y fue


nombrado secretario del rey. En 1639 (y con motivo de haber aparecido
bajo la servilleta de Felipe IV el memorial que empieza: Católica, sacra
real majestad) fue encarcelado en San Marcos de León, donde
permaneció hasta la caída de Olivares (1643) y contrajo achaques
incurables. Una vez libre, se retiró a la Torre de Juan Abad, y murió en
Villanueva de los Infantes.
---------------------QUEVEDO, EL HOMBRE---------------------

Quevedo, el hombre

Humanista de sólida formación, espíritu despierto y sensible a cuanto le


rodeaba, dueño de un lenguaje riquísimo en recursos expresivos y en
fuerza intelectual, Quevedo fue un escritor político, ascético y satírico
auténticamente genial, que reflejó, deformándolas a propósito, las
trágicas circunstancias de la España de su tiempo.

Pero también, y sobre todo, fue un extraordinario poeta. Quevedo fue


exactamente la conciencia de su España y de su tiempo. Por eso fue
poeta "civil" y poeta "filosófico".

Como poeta "civil", captó el desmoronamiento de la grandeza nacional y


sintió la añoranza de una "edad de hierro" hispana, rica en virtudes
elementales y en vigor físico y moral. El Memorial ya citado, la Epístola
al conde-duque de Olivares, los sonetos Miré los muros de la patria mía,
Un godo que una cueva en la montaña, etc., son espléndidas muestras,
lapidarias en su punzante exactitud, de esta lucidez sobre su país.

La conciencia de su tiempo le conduce a la conciencia del tiempo:


Quevedo es el poeta del tiempo, elevando a categoría metafísica la
condición humana inserta en la temporalidad:

soy un fue y un será y un es cansado

De todo ello resulta que Quevedo es el más moderno de los poetas


clásicos españoles.

-----------------QUEVEDO. SONETOS AMOROSOS-----------------

Quevedo. Sonetos amorosos

Menos interés, aunque igual atractivo por la rotunda precisión de su


lenguaje, tienen los sonetos amorosos, en los que a veces se deja ganar
por el gongorismo, y las composiciones burlescas, verdaderamente
sangrantes cuando atacan a enemigos literarios.

Cercanas a la sátira, pero más bien esperpénticas pinturas del


inframundo social, son las jácaras, romances escritos en lengua de
germanía. Y, en contraste con la implacable fuerza del resto de su
poesía, las letrillas, unas finamente líricas, otras suavemente burlescas
(Rosal, menos presunción, entre las primeras; Poderoso caballero, entre
las segundas).

--------------FRANCISCO DE QUEVEDO Y VILLEGAS--------------

Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)

Quevedo es quizás el más grande escritor español de todos los tiempos.


Su estilo, sus conceptos básicos, su personalidad asoman en las páginas
de sus numerosas obras de un modo vivo y poderoso.

Escritor infatigable y de muy variada inspiración se sintió tentado por los


tratados políticos, los libros ascéticos, las reflexiones morales, la sátira y
la critica literaria. Estudiaremos, muy sucintamente, algunas de sus
obras más características. Pero antes de pasar a ese estudio diremos
unas palabras relativas a sus obras ascéticas.

Integran este grupo la sencilla y encantadora Vida de fray Tomás de


Villanueva (1620); La cuna y la sepultura, de fuerte sabor senequista,
donde se hacen al hombre las oportunas reflexiones para que pueda
enfrentarse con la muerte convencido de la vanidad del mundo y
liberado de los espectros engañosos del sufrimiento, de la enfermedad y
de la muerte misma; Virtud militante (cuatro disquisiciones sobre la
Envidia, la Ingratitud, la Soberbia y la Avaricia); la Providencia de Dios,
Vida de San Pablo apóstol, La constancia y paciencia del santo Job, etc.

Quevedo, consciente de la importancia histórica del momento, dueño de


una capacidad de síntesis que sólo los grandes autores poseen, supo,
como en otros aspectos de su obra, encontrar el tono justo, la imagen
viva, la burla cruel y la reflexión profunda en la prosa didáctica.

---------------QUEVEDO. OBRAS CARACTERÍSTICAS---------------

Obras más características de Quevedo

- Los sueños: conjunto de cinco narraciones fantástico-satíricas,


escritas en su juventud (1606-1622). En ellas, bajo el signo de las
Postrimerías, ataca Quevedo sin piedad lo mezquino, rastrero, vulgar y
hasta ridículo del ser humano.
Cada sueño fue rebautizado, con ocasión de la edición censurada de
1631, con otro titulo que nosotros indicamos aquí entre paréntesis:
Sueño del Juicio Final (Sueño de las Calaveras) en el que la Humanidad
se presenta ante el resplandeciente tribunal de Dios; El alguacil
endemoniado (El alguacil alguacilado), donde se describe el Infierno, a
los condenados, en especial a los mercaderes, enamorados, astrólogos,
alquimistas, médicos, venteros, sastres, bellas, lindos, etc., y donde se
incluye un interesante apólogo de la Verdad y la Justicia, huidas del
mundo; Sueño del Infierno (Los zahúrdas de Plutón), donde ataca a los
libreros, cocheros, bufones, aduladores y a la falsa nobleza; El mundo
por de dentro (único cuyo título, por no hacer alusión a punto alguno de
la religión, no fue cambiado), donde el autor, llevado por el Desengaño
a la calle de la Hipocresía, asiste al espectáculo que le ofrece la falsedad
de los hombres; Sueño de la muerte (Visita de los chistes), donde el
narrador, en la sima del Mundo, del Demonio, de la Carne y del Dinero,
conoce a varios seres estrafalarios: Agrajes, Pero Grullo, etcétera.

- Discurso de todos los diablos o Infierno enmendado (también llamado


El entremetido, la dueña y el soplón). Fechado entre 1627 y 1628.
Fantasía satírica, no carente de alegorías, muy próxima al estilo y tono
de los Sueños. Como en éstos, surge ante su lectura un mundo
alucinado que recuerda las pinturas del Bosco. En el ánimo queda huella
del profundo escepticismo y la amargura que impregna la obra toda de
Quevedo.

- La hora de todos y la Fortuna con seso (1635-1636), conjunto de


escenas, de muy diversa extensión, donde asistimos a los variados
efectos que causa en el mundo la sola hora en que la Fortuna usa su
rueda para actuar con Justicia. En 40 lugares o países diferentes,
Quevedo ridiculiza aquello que considera injusto en este mundo: el oro,
el poder, la estafa, la ciencia torpe de los médicos, los afeites de las
damas, etc. En la obra se incluye La isla de Monopantos (sátira contra el
gobierno del conde-duque). En este libro, Quevedo ya no nos recuerda
al Bosco, sino al Goya más negro y amargo.

- Vida de Marco Bruto (1644). Biografía de fondo senequista donde se


habla de política en el más alto y noble sentido de la palabra.

- Política de Dios y gobierno de Cristo (1655). El autor toma aquí a


Cristo como modelo de reyes y gobernantes. Exalta el desinterés que
debe regir los actos del político, así como el amor profundo que debe
guiar a los dirigentes. Antimaquiavélico. No acepta como hereditaria la
cualidad de gobernante, etc.
- España defendida y los tiempos de ahora (1609). Su entusiasmo
patriótico no le impide ver los defectos que aquejan a España. En cierto
modo, esta actitud le emparenta con los autores del siglo XVIII y de
finales del XIX (generación del 98).

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