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Este concepto se refiere a la falta de bondad que una persona debe tener
según su naturaleza o destino. De esta manera, el mal es el valor dado a algo
que cumple con esta característica, a veces se aparta de la legalidad o la
honestidad, perpetrando infortunio o calamidad, convirtiéndose en
consecuencia malo. El mal es un elemento metafísico que el hombre mismo
forja cuando toma decisiones y que, en general, encierra aspectos bastante
malos.
LA MALDAD Y SU ORIGEN
¿Qué sienten estos privilegiados seres humanos, que a lo largo de sus vidas se
les ha estado separando de los valores éticos fundamentales de la vida?, pues
que los más débiles intelectuales de ellos, recurrirán a la violencia contra los
más débiles físicos, para solucionar sus problemas, siempre que puedan.
Decía Ruseau: El hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo
corrompe, hoy sabemos que lo primero no es enteramente cierto, pero sí
sabemos, que la sociedad para bien o para mal, si puede influir drásticamente
en el comportamiento de sus individuos.
TEORÍAS QUE SEÑALAN A LA MALDAD COMO RASGO HEREDITARIO
Aún así, Ouellet-Morin cree que "estos resultados muestran claramente que los
genes no tienen todas las respuestas sobre el futuro de una persona, al menos
no más que su entorno". Y que parte de esas respuestas se encuentran "en la
constante interacción de una persona con su entorno y en su bagaje
genético".
Este punto de vista coincide con el de otro estudio realizado en 2011 que,
aunque reveló que un gen particular (el CHRM2) tiene influencia en los
comportamientos peligrosos que desarrollan algunos adolescentes, también
señaló que el CHRM2 solo se activa en este sentido cuando los padres son
distantes con su descendencia.
El gen MAOA influye en el desarrollo de comportamientos
antisociales(Un estudio analiza el efecto de la exposición a la violencia
en la infancia, en relación con la genética)
Un gen implicado en la regulación de las emociones y del comportamiento
podría influir a largo plazo en el impacto de la violencia experimentada en la
infancia sobre el comportamiento antisocial, ha revelado un estudio. Sin
embargo, la investigación también señala que el ambiente -en concreto, la
exposición a la violencia en la infancia- es igualmente determinante. En
realidad, dicen los expertos, lo más determinante en este sentido es la
constante interacción de una persona con su entorno y su bagaje genético.
Un gen implicado en la regulación de las emociones y del comportamiento
podría influir a largo plazo en el impacto de la violencia experimentada en la
infancia sobre el comportamiento antisocial.
"Los estudios genéticos han demostrado que esta influencia puede verse
exacerbada a través de diferencias en el ADN, por ejemplo, en el gen de la
monoamina oxidasa A (gen MAO-A" , añade Ouellet-Morin, que es profesora de
la Escuela de Criminología de la Universidad de Montreal.
"Hasta ahora, los estudios sobre cómo el gen MAOA está involucrado en la
conducta antisocial vinculada a experiencias adversas en la infancia han sido
inconsistentes. Hicimos esta investigación para tratar de aclarar la situación",
sigue diciendo la investigadora.
Son muchos los factores que influyen para que alguien sea un criminal.
Algunos especialistas están convencidos de que si la ciencia fuera capaz de
comprender la neurobiología de la violencia, la sociedad podría tomar medidas
para contenerla.
Por ejemplo, existen técnicas muy invasivas pero con muy alta resolución, en
las que se colocan electrodos en el cerebro para ver lo que sucede ahí, estas
técnicas solamente se utilizan para animales, como primates, no en humanos.
Precisamente por ser de más reciente evolución, esas áreas, en todos los
seres humanos, se encuentran sujetas a procesos de maduración cerebral y de
aprendizaje que son progresivos y pueden verse afectadas por el medio
ambiente, por ejemplo, experiencias muy tempranas de abuso, podrían afectar
el desarrollo de esta corteza prefrontal.
Los estudios también han revelado que los estilos de crianza de un individuo
influyen de manera importante en su personalidad futura y en si éste se vuelve
criminal o no. Puede haber estilos de crianza sumamente permisivos o
indiferentes. En los individuos violentos que se han estudiado en el laboratorio,
se han encontrado estilos de crianza sumamente permisivos o, por el contrario,
muy dictatoriales.
La ciudadanía actualmente no sabe que hacer con toda la violencia que se vive
en nuestra sociedad, hay niños abandonados en la calle o personas con
carencias y si los ciudadanos no hacemos nada esa violencia se nos va a
regresar en forma de individuos criminales.
Más allá de lo que hayan revelado los estudios a lo largo de estas décadas, la
realidad indica que existe una gran variedad de parientes que comparten el
gusto por la maldad. Aquí es donde aparecen casos como el de los hermanos
David y Bryan Freeman, quienes -cuando tenían 16 y 17 años
respectivamente- abandonaron sus creencias religiosas y torcieron el rumbo
para unirse a un grupo neo-nazi y matar al resto de su familia sin razón
aparente y con una frialdad incalculable.
Otro caso escalofriante fue el de los Bender, una familia de Kansas que tenía
una taberna en la que asesinaba a sus clientes. Tampoco se queda atrás la
historia de los gemelos Kray, quienes no dudaron en mantener negocios
mafiosos,ofreciendo ‘protección’ a quien la necesitara,robando a mano armada
y secuestrando, entre otros delitos.
BIBLIOGRAFIA:
1. Big Think. The Neurobiology of Evil [Internet]. [citado 21 de abril de 2018]. Disponible
en: https://www.youtube.com/watch?v=XsiGLqBuVxs
2. Brandt R. What Can Neuroscience Tell Us about Evil? [Internet]. MIT Technology
Review. [citado 21 de abril de 2018]. Disponible en:
https://www.technologyreview.com/s/407738/what-can-neuroscience-tell-us-about-
evil/