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dosier:
BRITTEN, 75 ANOS
estudio.
DE MÚSICA Y TOREO
,cSA-PEKKA SALONEN
4 abrirá el 37 Festival
de Música y Danza de Granada
Turner
Música Clásica
Por fin una tienda que entiende
de música clásica, una tienda
comparable a las mejores de Europa.
Presídeme
Gerardo Queípo de Llano
Director
Antonio Moral
Director Adjunto
Arturo Reverter
Redactor Jefe
Enrique Martínez Miura
Consejo de Dirección
Javier Alfaya, Domingo del Campo Castel.
Manuel Carda Franco, Agustín Muñoz Jimé-
nez, Enrique Pérez Adrián.
Año IV n." 2 4 - MAYO 1988 -400 ptas.
Secciones
Redacción en Barcelona: César Caímell. Actua-
lidad: Arturo Reverter y Enrique Martínez Miu-
ra. Discos: Enrique Pérez Adrián. Alta
Fidelidad: Alfredo Orozco. Danza: Roger Sa-
las. Libros: Xoan Manuel Carreira. Jazz: Ebbe
Traberg. Música contemporánea: José Iges.
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OPINIÓN
La ocasión y el peligro
E l Auditorio de la calle Príncipe de Vergara de
Madrid será, desde el comienza de la temporada
88-89, la nueva sede de la Orquesta y Coro
Nacionales.
El cambio tiene lugar en unos momentos especialmente
Adquisición de localidades.—En equilibrio con los abonos,
debe haber un sistema de venta libre. Hay que planificar la
venta con más tiempo: un mes, por ejemplo, como en otros
países. Y sería necesario estudiar la venta por correo, las
reservas desde fuera de Madrid, el pago dilatado o por
críticos para ese conjunto que gobierna, sin oposición tarjeta de crédito, así como la venta de localidades sueltas
tolerada, el maestro López Cobos, el cual, pese a su —o de abonos— a colectivos.
preparación y sensibilidad para construir al menos sus
programas, no ha conseguido una ostensible mejora de la Programas.—Oportunamente se hará una valoración critica
centuria. La que hay es demasiado lenta, demasiado costosa del contenido de la programación de la próxima temporada.
incluso desde el punto de vista del presupuesto. Y no se han Puede adelantarse que la dedicación de López Cobos no será
afrontado determinados aspectos esenciales en el mayor, que es él quien dirige los programas de mayor
funcionamiento de una orquesta, cuyo aplazamiento no sirve interés, y que en la nómina de maestros invitados no figura
más que para perpetuar disfuncionalidades. ningún primer espada (aunque si algún apreciable maestro,
No son el maestro y los dos conjuntos los únicos invitados como Albrecht). Nada o casi nada de estrenos. Sería
a esta fiesta. También lo es la política, que algo deberá necesario que, en la nueva sede, se planteara una política de
hacer ante esta oportunidad que le brinda el cambio de estrenos y de recuperación de música española de verdadera
Auditorio para recuperar la iniciativa en tantos asuntos de importancia, tanto remota como reciente. Esta es una de las
los que ha abdicado, en tantos temas que ha dejado en más importantes dejaciones de la política artística de López
manos de taifas no siempre sensibles al servicio público Cobos.
cultural. No estará de más recordar algunos de esos temas,
que aquí nos limitamos a enunciar. Ensayos y grabaciones. —Sigue la orquesta aferrada al rígido
sistema de un concierto- por semana, cuando hay obras y
Abonos.—Es éste un tema que podríamos considerar menor, programas que requieren mayor preparación. Es necesario
si no fuera porque, al mantenerse la Orquesta (y algo menos revistar esto, sin perder de vista aquella idea de Marltevitch,
el Coro), al margen de los medios de comunicación, los según la cual la ONE y la ORTVE, con sus coros, podrían
abonos de viernes y sábado y las entradas de domingo turnarse ante el público. Dadas las rivalidades e
constituyen el único medio de escuchar un concierto de la i neo mp res iones entre ambos conjuntos, tal propuesta sigue
serie Orquesta y Coro. El sistema se modificó hace algunos sonando a bienintencionada inopia. También es importante
años: de un abono por persona para toda la temporada, se que la Nacional tenga su propio archivo sonoro, como
pasó a los tres abonos (dos renovables, A y B, y uno libre, tantos otros conjuntos. Podría ser el origen de una política
que no creaba derechos para temporadas siguientes). Los de grabaciones, mundo del que tanto la orquesta como el
abonados tradicionales empezaron a sentir una especie de coro están incomprensiblemente alejados. Se empezó a
acoso, que la rumorología ha ido aumentando en los realizar una política de grabaciones de archivo durante el
últimos tiempos. El anuncio de la temporada siguiente en las mandato del anterior Delegado General del conjunto,
tres últimas semanas de abril ha generalizado el pánico. Se Santiago Martin, que fue sorprendentemente destinado a
trata de un anuncio donde no se prevé la renovación de los otros cometidos dentro del INAEM al año de ejercicio del
abonos, pero donde no se niega- La redacción de la nota cargo. La política de grabaciones se vino abajo,
indica claramente que se trata de una decisión aún sin inexplicablemente.
tomar, que las instancias decisorias del INAEM no tienen
claro aún qué hacer con abonos, abonados y, si se tercia, Transmisiones.—Durante un tiempo los conciertos de la
con el público. Y es que, frente al punto de vista del Orquesta y Coro Nacionales se transmitieron por Radio Dos
abonado tradicional, fiel, que ha acudido a escuchar a la de RNE para todo el país. El escaso presupuesto de la
ONE en sus peores momentos, cuando estaba descabezada y emisora y las apetencias económicas de los músicos —que
en crisis, que se ha tragado conciertos que, sin abono, defienden su peseta con uñas y dientes— terminaron con
hubieran ido destinados a butacas solitarias, existe otro muy esta sana costumbre que permitía la incorporación para la
diferente. Es aquél que considera que el abonado con posteridad de obras infrecuentes o estrenos de compositores
derecho a renovación a perpetuidad es un privilegiado, que españoles. Tengamos en cuenta que la radio es a menudo la
se beneficia de una amplia subvención de los presupuestos a única posibilidad de volver a escuchar una obra estrenada.
la deficitaria actividad de una orquesta sinfónica y un coro El Ministerio de Cultura, también en este caso, se lavó las
profesional. La tentación puede ser la de terminar con los manos, abdicó una vez más de su obligación como gestor de
privilegios, loable y populista. Frente a ella existe el la política cultural, y permitió que la orquesta y el coro se
auiéntico peligro de perder el público de la Nacional, lo que encerraran en. un teatro sólo para el público que pueda
ya ha sucedido con orquestas mucho más importanies y acudir allí, prescindiendo de los que no sean los apenas
consolidadas que la nuestra. 6.000 aficionados que pueden acceder cada semana al Real
(pocos más serán en el nuevo Auditorio), entre los que se
Por lo tanto —y aunque se puede y se debe jugar con la encuentran los españoles que no residen en Madrid. La
enorme cantidad de variantes y posibilidades que permite un nueva temporada puede ser un buen momento para que el
sistema de abonos—, hay que actuar con sumo cuidado, Ministerio se decida a actuar en lugar de dejar todo en
calibrando mucho cualquier decisión. Quizá sea interesante manos de Radio Nacional o Televisión Española y los
pensar en un equilibrio entre el sistema cerrado y el sistema representantes gremiales de los músicos.
de libertad de compra, teniendo en cuenta que la reventa
institucionalizada hace ilusoria esa libertad, pese a denuncias Es importante que se decida abordar estas cuestiones y no
constantes de los aficionados y conocimiento cabal de ¡a dejarlas pudrirse. De ello depende el futuro de una entidad tan
situación por parte de los poderes públicos. En cualquier querida como la Orquesta y el Coro nacionales. Si se evitan
caso, un abono no es una expectativa importante para el peligros como la demagogia de los abonos y se enfrentan los
público más que si hay una expectativa de renovación, si no auténticos problemas más o menos esbozados aquí, en un
vitalicia, al menos a largo plazo.
inmediato futuro (casi) todo sería posible.
4 Scherzo
OPINIÓN
EL DISPARATE MUSICAL
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OPINIÓN
BACHILLERÍAS CARTAS
La vía del no-ser Las notas de un diletante ¿Qué pensaría Mahler?
uesas mercedes me tacharán de an- discográfico ¿Qué pasó el Domingo 18 de febrero
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TRIO DE BARCELONA A. VIVALDI
M. RAVEL Conciertos poro flauta
Trio en lo menor Jonet See, flauta
D SHOSTAKOVITCH Philharmonia Ba roque Flux.'
Trio en mi menor op. 67 Orchestra Nfthto
HMI87001 LP Dir. Nicholas McGegon
HMC 905193 CD
HMC 5193 LP
HMC 405193 MC
Primero grabación del Trio de Barcelono que confirma
la calidod artística de cada uno de sus componentes,
asi como la del propio Trio. A. G. Attenelle, G. Clare!
y Ll. Clare!, formando una auténtico unidad musical
en el más puro estilo de músico de cómara.
AUVIDIS
\ \ 111 [ \ \ i \ •-1 r-
M. n - l v II! I.I i \ \ f i k n \ BAO!
DIE KUNST
FUGE
COMPACT-DISC CATALOGO.
PRECIO ESPECIAL. UNA
INTRODUCCIÓN AL FASCINANTE
UNIVERSO MUSICAL DE *ASTREE>.
Música de todos las tiempos en
vereión de excepcionales artistas al
servicio de la música: JOSEPH HAYDN
Esrtier Lamandier - Jordi Savall - MISSA IN HONOREM BEA-
Hespérion XX - Studium Musicae TISSIMAE VIRGINIS MARIAE
Valencia - Paul O'Óette • Blarvdine MJSSA S A N a i NICOLAI
AJVIDIS Veriet • Hopkinson Smith - Michel
CKapuis - Ton Koopman - Paul
Coros y Orquesta de St.
Agustin de Vieno
un nutrí' tvüfirü sur la inusic/iic Bodura - Skoda Quatuor Végh - Dir. Friedricb Wolf
Claude Hetffer. OP-67106CD
ACTUALIDAD
Un purismo
formalista
Harcdoni. Palau de la Música Catalana. 15 de
marzo de 1988. 111 Temporada E u taconee ri. Ma-
drigalisias de Basilea. Concertó Koln. johanna
Koslowsky, soprano; Ulla Groenewold. cunlral-
lo: Wilfried Jochens, lenor; Dirfc Schoriemeier.
bajo Dtreclor: Frilz Náf. Programa: Concierto
de Brandenburgo n" í en Re mayor, BWV /OJO,
Misa luterana en La mayor, BWV 234; Suite n"
I en Do Mayor, BWV 1066; Misa luterana en Sol
Mayor. BWV 2)6.
— Vvaeak —
SLAVONIC "DANCES
MOZART. Réquiem
Cotru bas I Watts/TearsíShirley-üuirk
Coro y Academy ol St. Marlin/Marriner • 4177462
WAGNER: Oberturas de Tannhauser, Holandés Errante, BEETHOVEN. Sonatas para piano núms. 21 "Waldstein"
Maestros Cantores. Preludio y Muerte de Isolda. 23 "Appassinnata" y 26 "Los Adioses"
0. S Chicago/Solti - 4177522 Kemptf - 4190532
VARIOS. Piezas favoritas para piano. Para Elisa, etc. CHOPIN Conc núm. 1. Andante Spianato y
Ashkenazy/A. Schiti/Lupu/Bolet/Larrocha - 4177512 Gran Polonesa. Vals núm 1
Zimerman/O. Concertgebouw/Kondrashin - 4190542
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ACTUALIDAD
La difícil recuperación
Madrid. Teaiio Lineo Nacional La Zarzuela. 15 y 18 de abril de 1988. Rossini: Ermione. Montserrat
Caballé, Margarita Zimmermann. Chris Merril, Dalmacio González. Liliana l.tvii, Justin La vender.
Boa; Scnator, Francesca Hoig, José Ruiz. Ignacio Díaz Coya. Coro del Teatro, Orquesta Sintónica
de Madrid. Director de escena, escenogiafia y figurines: Hugo de Ana. Director musical: Albeno Zedda.
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ACTUALIDAD
A. MUÑOZ A. R.
ACTUALIDAD
Madrid. Teairo Real. 15 de abril de 1988. Biahms, • Cualquier compacto del merca-
l'a/wt Op. }V, Cunenmes de amor Op. 51; Slra- do español.
vinsky, Las Barias. Virginia Marone, soprano;
Mana Luisa Morah mezzo; Antonio de Marcos,
tenor; Julio Catsma. bajo. Menchu Mendiíibal • A los precios más ventajosos.
y Adela González Campa, piano a 4 manos ÍVal-
\P5j, Sebastián Mariné y Dolors Cano, piano a 4
manos íCaneíonesf. Iniérpreles citados, 4 pianos Algunos de BIIOS:
en Las Bodas Coro RTVfc'. Pcrcussions de Bar-
celona. Director: Jordi Casas.
• Olimpia/Melodiya: 1.800 pts.
El programa presentado por Jordi
Casas reunía originalidad de concep- • Teldec: 2.300 pts.
ción y novedad, aunque no absoluta, • Movimiento Música: 2.150 pts.
sí lo bastante, al salirse las obras esco-
gidas de lo más trillado del repertorio. • Délos: 2.150 pts.
Incluso el medio sonoro exigido por ca-
da una de las páginas se apartaba no- • Orfeo: 2.300 pts.
Heimuth Riiltng tablemente de lo que cabe esperar en la
un tanto propensa a la rutina vida de • Astoría: 900 pts.
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ACTUALIDAD
¡9
lué vienen los rusos! era el ti-
|tulo más o menos afortuna- charon a Yerokhin en el Concurso
do de una película que se Paloma O'Shea de 1987. Especialmente
hizo céleb"re hace tiempo. La frase que- en su fina versión de los Cuadros de
dó para la historia y alude, en parte, una Exposición, en la que la sensibili-
ahizo
acontecimientos
célebre fuertes, y no por es- dad del pianista no estuvo reñida con
perados menos sorprendentes. Con el el poderío que exige la partitura en de-
Festival de Arte Soviético, desarrolla- terminados momentos. Un buen pianis-
do durante el mes de marzo en Madrid, la con un excelente futuro.
y no sólo en el terreno musical, pode-
mos afirmar, sin duda, que ¡vinieron Cerró el ciclo la todopoderosa Or-
los rusos!, o al menos parte de ellos. questa Nacional de la URSS como pen-
sando que el título de esta crónica es
En efecto, dos pianistas, uno de ellos justamente el adecuado. Vinieron los
archiconsagrado y otro un novel que rusos y de qué manera. Formación po-
promete; una orquesta de cámara, vir- derosa y numerosísima, atenta a la ba-
tuosa donde las haya, y el gran colo- tuta, tantas veces genial, como ocasio-
fón de la Orquesta Nacional de la nalmente tosca de Svetlanov. Sus ver-
URSS completaron un cuadro, ya que siones de La Tempestad, una de las
no exhaustivo, si representativo del ha- obras a olvidar de Tchaikovski, de la
cer musical de los intérpretes de la Clásica de Prokofiev y de la Segunda
Unión Soviética. Ante todo, digamos de Scriabin, fueron excelentes, tanto
que no quedó defraudada la expecta- por lo que se refiere a la orquesta, en
ción. El Teatro Real, si no llenos his- la que destacan sensiblemente los me-
tóricos, sí registró unas aceptabilísimas tales, como por lo que concierne a la
entradas. El nivel de los cinco concier- batuta, mejor dicho, a la mano, ya que
tos superó, en creces, la media de lo que Lvgem Svetlanov Svetlanov se basta con los dedos y las
se escucha por estos pagos, y nueva- muñecas para moldear, templar, man-
mente los tópicos han demostrado que El segundo de los conciertos de Los dar y dirigir. Un gran director. La Or-
suelen ser verdad, salvo prueba en con- Virtuosos de Moscú se dedicó íntegra- questa sola, al final, nos dio una
trario. mente a la obra de Mozart: las Sinfo- muestra de su virtuosismo, tocando ella
nía n°28y 15, el Concieno para violín sólita Russlond y Ludmila,
Los Virtuosos de Moscú, bajo la di- y orquesta n" 2; un aria de la Cantata
rección de Vladimir Spivakov actuaron de Pascua K. 42 y el Exsultante Jubílate,
en dos conciertos. El primero de ellos con la intervención de la soprano A raes C. Q. LL. O.
sirvió para escuchar uno de los mejo- Dalvian. Volvimos a comprobar que
res Shostakovitch que han sonado en Spivakov es un violinista sublime, por
el Real. Me refiero a la extraordinaria sonido, afinación, técnica, fraseo, res-
versión del Primer Concierto para pia- piración... algo insuperable. Su labor
no, obra de un virtuosismo exacerba- como director se coloca a niveles bás-
do, en la que el conjunto ruso lució una tanle más terrenales, mucho más dis-
clase inatacable, versión modélica. No cutibles y criticables. Su Mozart resulta,
lo fue lanío el resto del programa, con a veces, demasiado dulzón, excesiva-
Haydn de protagonista, pues ni Spiva-
kov acaba de entender bien al músico mente colocado en un sitio que no le
de Rohrau, ni la Orquesta alcanzó las corresponde. Sus virtuosos tocaron con
prestaciones que en Shostakovitch. En primor, demostrando las excelencias de
cualquier caso, la cuerda volvió a so- la cuerda, sin ocultar una cierta tenden- c / H u t n » . 57 -,Trl.: « 9 29 41
nar con una cohesión y aterciopela- cia al mecanismo, a la expresividad Todos IIM d i n
miento realmente meritorios. Eso sí, en automatizada. La soprano cantó muy Música Cldsíci en directo
la Sinfonía Concertante para violt'n, a lo ruso, con fuerza, sin demasiada
violonchelo y fagot de Haydn, Spiva- gracia, manejando su voz con maestría. [>c lunc> i jueves y a la<> 23. JO CICLOS
kov volvió a dejarnos estupefactos. Se esperaba con gran expectación la D i : M I SICA CLASICA, dedicados a un
actuación de Baskhirov, pianista como autor, a un etilo o a un periodo de la
Historia dt la Música.
En la Sinfonía «Golpe de Timbal» se la copa de un pino, y ejemplo vivo de Viernes, sábados y domingos, dos aclua-
echó otra vez de menos la gracia, a ve- la escuela pianística rusa, que tantos c iones a las 20.30 y las 23.JO.
ces rústica y siempre exquisita de días de gloria ha dado. Obras de Schu-
Haydn, que no entra dentro de los pa- bert, Schubert-Liszt, Beethoven y
rámetros mentales del violinista- Rachmaninov, completaron una jorna-
director. Buena lectura, sin más. da verdaderamente gozosa. La técnica,
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ACTUALIDAD
18 Scherzo
ACTUALIDAD
S.—No hay que descartarlo. Se han ese dinero, era mentira. Lo cierto es que fantasía de Jack sobre la mujer que a
hecho demasiado poco entre nosotros. he pretendido dar viabilidad escénica a él le habría gustado malar.
Sin duda, podrá revisar esas puestas en tres lecturas de Lulu. La primera sería S.—Nada gratuito. Después de todo,
escena en un futuro. la historia que cuenta un domador de las mujeres fatales, operísticas o no,
J. C. P.—Ahora pienso más en am- circo, el personaje del prólogo: estamos suelen ser un fantasma masculino.
pliarlas que simplemente en revisarlas. en un circo, por eso siempre hay per- J, C. P.—Ese es el sentido de la fan-
Hay mucho teatro que descubrir en sonajes mirando, contemplando la fun- tasía de Jack.
Berg. ción circense, como si se tratara de una S.—Para terminar; ¿Cuál es la pró-
S.—Que era fundamentalmente función dentro de la función, y como xima ópera que montará José Carlos
hombre de teatro, incluso cuando com- era un circo, no podía ser todo cerra- Plaza?
ponía música aparentemente abstracta. damente lujoso. La segunda lectura, J, C. P.—Será, probablemente, en el
Siempre contó un drama. acaso más atrevida, pretende contar la Teatro de La Zarzuela, en 1989, pero
J. C. P.—Es un auténtico milagro historia de la muerte de Lulu. Es un está aún sin determinar. En cualquier
teatral. Su cabeza teatral le lleva, por personaje predestinado a la muerte, en caso, no puedo aceptar demasiados
ejemplo, a reducir los libretos a lo esen-el mundo hostil y dominador de los compromisos en este sentido, porque
cial. Si comparamos el texto íntegro de hombres Lulu acepta el papel que le pi- una Ópera me cuesta nada menos que
Wedekind con el utilizado por Berg, se den —dura, niña, diosa— y ante eso los un año y tengo, además, el teatro que
para uno a pensar si no quedaría me- hombres se aterrorizan. Causa muertes, hago habitualmente.
jor así. y el mundo del domador, con Jack, se S.—¿No ha recibido encargos del Li-
venga de ella. Jack está en escena todo ceo de Barcelona?
el tiempo, como una sugerencia de que J. C. P.—Lamento decir esto, pero
siempre está rondando. La tercera lec- la verdad es que, aunque he hecho tea-
Montar Lulu tura consiste en colocar un lujo exqui- tro en muchos sitios, incluso fuera de
S.—Su Lulu ha causado cierta polé- sito encima de la miseria: panteras art España, nunca me han llamado en Ca-
mica entre los aficionados. déco en mármol negro sobre peanas taluña. Soy castellano, y allí no cuento.
J. C. P.—¿De veras? No lo sabia. mar mol izad as, cristales negros también
Creí que esta vez había habido una art déco, utilización de un lujo super- Santiago Martin Bermúdez
aceptación más general. ficial, sobrepuesto a la miseria, pues la
S.—No se discute el nivel de la fun- miseria es la base necesaria de una so-
ción, y en cualquier caso lo que se dan ciedad capitalista. Y, en este sentido,
son desacuerdos, no rechazos. Porque esta lectura constituye una visión polí- AVISO
en la etapa reciente del Teatro de Lu tica, porque queremos retratar el falli-
Zarzuela, con Campos Borrego, ya se do intento de ocultar la miseria
hace en Madrid ópera con dignidad. mediante ese lujo tranquilizador. Los suscriptores a la
Puede haber este tipo de desacuerdos S.—Por todo eso, Jack no se va al revista deberán retirar los
en algún montaje, pero ya no se dan es- final, tras el doble asesinato, sino que abonos reservados para el
pectáculos rechazables por falta de ni- se queda hasta caer el telón.
vel artístico. En este sentido digo que J, C. P.—Es que él es el espectador. FESTIVAL MOZART antes
ha habido cierta polémica con Lulu. La lectura final de la obra (y así se lo del día 10 de Mayo.
Quizá no estaría de mas que diera us- he pedido a los cantantes, como pro-
ted su propia explicación de lo que ha puestas paralela) es que la historia con- (El pago de los mismos se efectuará
hecho, si no considera inconveniente en metálico)
tada acaso no existe, tal vez es sólo la
glosar su propio trabajo. Los desacuer-
dos van por el lado de no comprender
las razones de no seguir determinadas
indicaciones de Berg, en la elección de
unos decorados míseros como fondo
constante de la pieza, frente al lujo que
parecen requerir varias escenas.,.
J. C. P.—En fin, admiro a Berg, pe-
ro no como director teatral. Es como
decir que por qué Chéreau (salvando
distancias, por favor) no respetó las
acotaciones de Wagner. Creo de veras
que a Berg le hubiera gustado esta Lu-
lu. Al fin y al cabo él se tomó muchas
libertades con el texto de Wedekind. En
cuanto al lujo, creo que una Lulu lu-
josa sería un error, porque tanto en
Wedekind como en Berg hay un lujo
deliberadamente artificial. Lulu nace en
la miseria y muere en la miseria. Su lu-
jo es temporal y artificial. Siempre es-
tá con ella un personaje, Schigolch,
auténticamente lumpen, que recuerda
su verdadero medio; nosotros le hace-
mos salir siempre desde abajo, como de
las cloacas. Lulu entra en un mundo de
dinero artificial, incluso se da un crack
económico (en el tercer acto): no había Lulu, de Alba» Hvrg, en lu Zarzuela i D i o Al.t A N I \k-\
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ACTUALIDAD
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ACTUALIDAD
Opera en Varsovia
París estrena festival Polonia es un país culto que tiene
una importante tradición musical repre-
Francia es sede ya, a lo largo y an- in-the-Fields, que actúa con el contra-
cho de su geografía, de multitud de ma- tenor James Bowman (17 de junio), son sentada por nombres señeros como
nifestaciones musicales, que se suceden las acreditadas formaciones de cáma- Moniuszko, Szymanowski o Lutos-
imparablemente de primavera a otoño. ra que tienen prevista su intervención. la wski, este último preclaro represen-
Pero la eapila! aún no tenía su festival Hay que sumar a ellas la de la Orpheus tante actual, en unión de Penderecki,
seriamente organizado. Ya lo tiene y, de toda una estirpe creadora. No tiene
Chamber Orchestra de Nueva York, nada de extrañar, por ello, que en esta
por lo que se deduce de su contenido, junto a la que tocará Alicia de Larro-
empieza con buen pie. Vean si no. nación, que tantos artistas ha dado en
cha (9 de mayo). La Orquesta de París el campo de la interpretación (Rubins-
Esta primera edición liene como in- dirigida por Sol i i cerrará el festival en tein, Hofmann, Kiepura, Klecki, Ro-
vitada de honor a Italia, lo que se apre- un concierto gratuito en la Plaza Ven- wicki, Zylis-Gara), exista una bien
cia en amplias franjas de la dóme (Sinfonía «Heroica» de Beelho- cuidada y organizada vida musical y
programación y de participación artís- ven) el 1 de julio. que se puedan programar manifestacio-
tica: concierto de Grandes Arias de nes que no por escasamente conocidas
Opera Italiana (4 y 5 de mayo), con Lu- El ballet tiene también su importan-
te sitio: Dance Theatre of Harlem (3-8 en la parte más occidental de Europa
cia Aliberti, Ghena Dimitrova, Lucia tienen menos valor. A esta revista, que
Valentini-Terrani, Nicola Martinucci, de mayo), Ballet de Lausanne de Bejan más de una vez ha mostrado su sensi-
Antonio Salvadori y Luigi Roni, todos (9 y 10 de mayo). Danza Teatro Koros bilidad hacia figuras concretas de la
ellos cantantes de talla; representacio- (17 y 18 de mayo) y el Ballet de música polaca (Szymanowski, Rubins-
nes de Jphigenie en Tauride de Piccin- Francfort. tein, Penderecki...), incorporando en
ni (25, 27 y 29 de mayo), con Ricciarelli Elisabeth Schwarzkopf y Gabriel sus páginas trabajos extensos sobre
y Bauman, puesta en escena de Ronco- Bacquier (y esto es significativa nove- ellas, le satisface poder dar noticia aho-
ni y dirección musical de Renzelti; El dad) impartirán sendos cursos de inter- ra de la celebración en Varsovta de los
nacimiento de ¡a aurora de Albinoni (13 pretación del 2 al 7 y del 16 al 28 de llamados Días del Gran Teatro, entre
y 14 de junio), con Gasdia y Zimmer- mayo respectivamente. elI 29 de abril y el 8 de mayo. Se ha pre-
mann, dirección musical de Scimone, visto lo que realmente puede conside-
y El sombrero de paja de Italia de Ro- Como se ve, y sobre todo para una rarse un interesante festival en el que
ta (17, 18 y 20 de junio), con Rigacci primera edición, se ha conseguido, en ópera y ballet se dan la mano. Al lado
y Mateuzzi, dirección musical de Cam- el papel al menos, un festival muy equi- de dos obras básicas del repertorio wag-
panella; versión de concierto de Ade- librado, que conjuga, partiendo de neriano, como El oro del Rin y La wal-
laide de Bourgogne de Ros si ni (15 de mimbres de teórica excelente calidad, kiría, que cuentan con la solvente
mayo), que dirigirá Zedda a Dupuy y admirablemente lo nuevo con lo cono- dirección musical de Roben Sa taño ws-
Devia; concierto de 1 Musici (4 de ju- cido, lo antiguo con lo moderno, sin ki (director general y artístico del tea-
nio) y concierto del Mayo Musical Flo- caer en planteamientos ni demasiado tro) y la puesta en escena de hombres
rentino a las órdenes de Mehta, con la facilones ni elitistas. En la manifesta- tan prestigiados como August Everding
Turangalüa de Messiaen (25 de junio). ción, que organiza la Alcaldía de París y Günther Schneíder-Siemssen, figuran
La presencia transalpina se cierra con y que dirige Jean-Albert Cartier, cola- títulos clave dentro del repertorio po-
sendos recitales: Renata Scotto (6 de ju- boran el Ministerio francés de Cultura laco como Rey Roger de Szymanows-
nio) y María Tipo-Uto Ughi (7 de y Comunicación y el italiano de Turis- ki —que también dirige el ubicuo
junio). mo. Importantes firmas aparecen co- Satanowski— o La plaza de fuego, es-
mo patrocinadoras: Air France, Grupo pectáculo basado en parte del amplio
Ferruzzi, UAP, JP Morgan e Yves ciclo de Moniuszko Libro de canciones
El Concent us Mu si cus de Viena con Saint Laurent. Para información se
Harnoncourt (16 de mayo), el Conjun- para el hogar.
puede escribir a la oficina del Festival:
to Orquestal de París y la Chapelle Ro- 2, Rué Edouard Colonne, 75001, o lla-
yal con Herreweghe (30 de mayo), el mar al teléfono (que atiende también
Conjunto Schoenberg de La Haya (3 y reservas) 40 26 05 03. Los nombres de otros importantes
4 de junio) y la Academyof St. Martin- autores polacos —nada conocidos
aquí— se encuentran en el interesante
programa: Ludo mí r Rózycki, fallecido
en 1953, de quien se ofrece el ballet Pan
Twardowski (1921), con dirección mu-
sical de Agnieszka Kreiner; Witold
Rudzinski, que aparece con su ópera
Los maniquíes, y Edward Boguslaws-
ki, con La sonata de Belzebú, Las dos
últimas cuentan con dirección musical
de Satanowski. El omnipresente direc-
tor interviene asimismo en el ballet El
maestro y Margarita de Rainer Ruñad,
mientras que Andrzej Straszynski em-
puña la batuta en la Cinderella de Pro-
kofiev, que utiliza coreografía de
Vinogradov.
Las representaciones, que incluyen
otras sesiones de ballet, con participa-
ción en algún caso de coreógrafos muy
activos en occidente como Béjart, se re-
parten entre la sala grande y la sala pe-
queña de la Opera. La organización ha
preparado también vídeo-shows de re-
presentaciones del habitual repertorio
Sir Georg Soln FOTO:DECCA polaco.
Scherzo 23
ACTUALIDAD
Celibidache: maestrode
obras marginales
En una temporada que podría cali- Donde hay que rendirse definitivamen-'
ficarse de sui generis, el rumano Ser- te es ante la Sinfonía Clásica de Pro-
giu Celibidache sigue dictando lecciones kofiev, caramelito de repertorio donde
con su Filarmónica de Munich. Al éxi- el virtuosismo de las orquestas suelen
to parisino con la Ociava de Bruckner convertir la música en circo. Si la ra-
(que en otoño interpretó en Munich, dio de Baviera tiene a bien ceder a Ra-
Linz y Berlín) y un programa Ravel- dio Nacional la grabación del
Debussy-Wagner difícil de olvidar, se concierto, ustedes se harán una peque-
unen las lecciones cotidianas en \a fá- ñísima idea de lo que ocurrió en Gas-
brica de Gasteig. Un buen aperitivo teig. La simultaneidad de la fase
Bernard Haiíink musical lo constituyó el concierto de la discursiva y recursiva de la música, el
Sinfónica de la Radio de Baviera, diri- efecto que la tercera mayor produce en
PROFESORES
. , ; , - r-- •* ti
r 1
A. SCRI ABIN
Estudios Op. 8
Poema Trágico Op.34
Preludios Op.74
GUILLERMO GONZÁLEZ
piano
REEDICIONES:
- AGUILERA DE HEREDIA 02-A XIII JOSF FERRFR 02-A-EX - ANDRÉS GAOS 02-A XII
Migue] del Barco, órgano Almudcna Cano,piano Joan Molí, pruno
- BLASCO Dh NEBRA 02-C XIV CARLES BAC.UER 02-A-XX! ROMÁN ALIS 04 A-XVII
Josep Colom,pinito Jordi Vilaprinyó./iw/Kí Alberto Gómez,
\IIIM MIMII--
I I K I ! I > ~ III | V
MI M i V I > l ' l \ l l l \
Knsaladas tic
Música
enla Maleo Flecha,
^Hi»ri• niniI^'I'L'IL- r kvniLnr iiuiir.H^LiiL-l
IV|VTITII i --u ^. r V j t i i m •: iw.-.tcitu i\\ji-\,
Gortl el Viejo
innt.iLMiiinn ii^• nJTcil.ITivIIK\ HL-I .I^LIII IL'I
etnos
MÚSICA CLASICA ESPAÑOLA
— -jfifíRn - M i n n i n -^. Tfnn
ESTUDIO
De música y toreo
íia inquietud para estas reflexiones me viene ya de antiguo. ¿Por qué me interesan
tanto ¡a Música y ¡os Toros? ¿Habrá una causo o razón común? Joaquín Vidal, crítico
taurino de El País, me invitó a escribir sobre la cuestión para la isidrada de 1985, y
entonces pergeñé unas rápidas asociaciones de ideas para un espacio muy tasado. Los
responsables de Quites, excelente publicación taurina que edita anualmente la Diputa-
ción Provincial de Valencia, se interesaron por aquel articulito, así que les hice una se-
gunda entrega un poco más generosa fn." 4, ¡985). Después, los de José y Juan, la vieja
y asolerada peña que me honra contándome entre sus miembros, me invitó a hablar
sobre la materia en su ciclo de conferencias de ¡986. Faltaba, pues, la publicación en
un medio musical; SCHERZO se ha decidido a ello en el mes taurino por antonomasia,
mayo. A unque la posibilidad de conferencias sigue abierta, mi intención es no escribir
más sobre Música y Toreo, al menos por el momento. El desarrollo del esbozo que hoy
acoge SCHERZO requiere el tiempo moroso de los jubilados, y yo estoy aún lejos del
evento. También creo oportuno advertir que este artículo no intenta echar su cuarto
a espadas en la añeja polémica toros sí-toros no, que se prolongará mientras exista Es-
paña. Mi pesquisa no persigue lo accidental, sino, dentro de mis posibilidades, los subs-
tantivo del ser.
L
as relaciones entre las Artes sí conviene señalar esta diferencia sus- proviene de la previa degradación del
son múltiples y así son tam- tancial de la ópera con la corrida de lo- concepto de Gesamtkunstwerk (Obra
bién entre la Música y el To- ros de muerte a la española: la ópera, de Arte total), que desde Thomas Mann
reo. Después de la revela- como todo el teatro, es representación; a esta parte no es más que la diletan-
ción de los ballets rusos, que la corrida es inmolación. Cuando, por tesca acumulación de arles especializa-
coincidió con la llamada Edad de Oro continuar con la cita de Ótelo, cae e! das y separadas. Pero la teoría y la
del Toreo, se comenzó a hablar de ba- telón con los postreros estertores del práctica de la obra de arte total, una
llet trágico, aplicado a la corrida. Pe- celoso moro y el complacido público vieja aspiración de nuestra cultura, no
ro al aficionado taurino no le agrada —si es éste el caso— reclama con sus consiste en la acumulación de elemen-
este punto de referencia, pues en el lo- aplausos a los cantantes, allí compare- tos poéticos, musicales, mímicos y es-
reo, cuanto menos se baile, mejor. cen la asesinada Desdémona y el suici- cénicos; consiste en el carácter sacro de
Aproximadamente desde 1983 a es- da Ótelo cogidos de la mano y con la la representación dramática presente en
ta parte —me refiero ahora exclusiva- sonrisa en el rostro, para recoger los la tragedia griega y al menos en la vo-
mente a España— se trazan paralelis- aplausos y los ramos de flores. En la luntad que impulsó la creación del dra-
mos entre la ópera y la corrida de to- corrida, el matador recibe —también si ma musical.
ros. La ópera, denostada hasta ayer es éste el caso— la admiración popu-
lar; pero al toro —salvo devolución al Algo parecido sucede con la corrida
mismo como caduco código de identi- corral— lo arrastran siempre las muli- de toros. Cuando se dice a tontas y a
ficación de la burguesía, ha sido redes- llas, y sobre el albero queda el rastro locas que es un espectáculo total, se ha-
cubierta como espectáculo total que ha inequívoco del cumplimiento inexora- bla de la acumulación de sus procedi-
de hacerse asequible al pueblo: ejem- ble del destino, de la sangre del animal mientos. Mas si el toreo aspira a la obra
plo de la paulina revelación, el Ótelo a veces mezclada con la de sus li- de arte total no es a consecuencia de sus
ofrecido no hace aún mucho en el es- diadores. procedimientos, aunque yo sea un con-
tadio del Club Atlético de Madrid. Los vencido de que el toreo sin técnica —
toros, puestos en entredicho como sin destreza, oficio o marta— es una pu-
causa-con secuencia del secular atraso Cuando estos charlatanes de todo
comparan al divo con el torero se es- ra barbarie: e! toreo aspira a la obra de
hispánico, han sido redescubiertos tam- arte total porque desarrolla bellamen-
bién como manifestación de la más ge- tán refiriendo en realidad al as, al num-
ber one destacado de la masa por la te un ritual de inmolación necesaria o
nuina «cultura popular». Los neoanal- trágica que diviniza traslativamente al
fabetos «omniopinantes» creen haber práctica de una técnica: el tenista, el
futbolista, la estrella de cine, también dominador y matador del toro, convir-
«desvelado» de repente la relación de tiéndolo en dios para la comunidad de
parentesco «a nivel de» divo y lorero el cantante y el torero. Por otra parte,
confunden la guardarropía de la creyentes formada por el público. En
por su enfrentamiento público, en cues- el drama musical el dios está ya dado,
tión de segundos, al éxito o al fracaso. grand'opera con la guardarropía de la
corrida, pues hoy, cuando apenas se re- es el propio autor, y la ceremonia de
A un lector con información musi- su representación es el ritual por el que
cal no será preciso intentar describirle presenta la grand'opera genuina, todo
espectáculo operístico que se precie los creyentes participan de la función
aquí qué es la ópera. Por el contrario, redentora implícita en la tragedia.
tiende a lo grande. Toda esta confusión
Scherzo 27
ESTUDIO
j otra cuestión muy interesante: mente viciada de esa radical diferencia na que protagonizó Luis Procuna; La
eT rfcinio de la ópera y el del loreo. El final que antes señalé: la corrida no es corrida fantástica, un documental fran-
teatro italiano tiene forma de herradu- representación, sino inmolación. Ade- cés donde los lances del toreo, ral en ti-
ra. Lo máü característico en él no es el más, Richard Wagner el amante de los zad os, se convenían en manchas
escenario, ni el foso, ni c! patio de bu- animales que en su vejez se manifestó plásticas sostenidas por los abstractos
tacas —un espacio desjerarquizado y públicamente en contra de la vivisec- acordes de. viejas composiciones para
promiscuo—, ni tampoco la galena o ción y en su juventud juró no volver a órgano... Poco más. El llamado plane-
gallinero, a la que suele acceder se por disparar contra un irracional el día que ta de los toros es muy burocrático. Su
una calle lateral y una escalera mera- le trajeron una liebre abatida por su es- código de relaciones es prosaicamente
mente utilitaria. El elemento determi- copeta y le dijeron: «¡Esta es su lie- mercantil. Dentro de él, la única gran-
nante es el palco con el antepalco y las bre! », mientras la zamarreaba el perro, deza está en el acto mismo del toreo.
cortinillas, el espacio donde se concre- seguramente se horrorizaría si pudiera que es autónomo y casi intransferible
ta la propiedad y la jerarquía, que es leer las disquisiciones de un cruel lati- a otros medios de expresión. La poten-
el verdadero espectáculo, la auiéntica no que se atreve a tender puentes entre cia del Toreo es tal, que rechaza casi
representación. El teatro de herradura manifestaciones artística-* en principio siempre cualquier lenguaje reforzador.
no está hecho para oír y ver ta ópera, tan distantes entre sí (*).
sino para la manifestación y la vigilan- Si. ya sé, hay quien llegados aquí es-
cia sociales. la verdad es que el toreo y la corri- tara pensando en Carmen, con lo que
da han inspirado siempre mucho más recesamos a la ópera. Pues no, la obra
El Fesispielhaus de Bayreuth es otra a lab artes plásticas, escultura y pintu- de Bizet no versa sobre un asunto tau-
cosa y no tiene más imitaciones que el ra, que a la música. Los pasodobles, rino. El toro y el toreo no están pre-
Prinzregementheater de Munich. La sa- asociados frecuentemente con motivos sentes en la entraña del drama. La
la del Festspielhaus forma un segmen- taurinos, son una manifestación más corrida es aquí un tópico español, te-
to de circunferencia con las filas del costumbrismo español. Las bandas lón de fondo, pintoresquismo, color lo-
dispuestas en graderio. Al diseñar su los tocan indistintamente en los actos cal. Precisamente, lo más endeble de
teatro ideal, Wagner se inspiró en el es- corporativos, en el baile y en los toros, esta ópera es la españolada, al borde del
pacio teatral griego, que adoptaba la pues todo ello forma parte de la Tiesta ridículo en el desfile de las cuadrillas.
forma de un graderio semicircular ce- popular. Es significativo que la única Kscamillo es un as de clase baja; por
rrado por la orchesira, esto es, el esce- plaza donde las faenas de muleta —o eso consigue la admiración de Carmen,
el tercio de banderillas— no son ame- que pertenece al mismo mundo. Don
nario. El Festspielhaus de Bayreuth nizados por la banda es la de Madrid.
carece de palcos laterales. Su sala es un José, encarnación de la autoridad y la
Cuando algunas voces piden: «¡Músi- jerarquía, se degrada al vulnerarlas e
espacio para ver > oír, para concentrar ca!», inmediatamente surgen otras que
la atención en la representación, es de- implorar a Carmen, al hacerse juguete
reclaman silencio y proclaman: «¡EMO en manos de ella. la fatalidad surge del
cir, en el ritual artístico encerrado den- no es un pueblo!». La exclamación ne- choque de imposibilidades. El circulo
tro del circulo (que este espacio fuera gativa suele ser despectiva y. como la!, Eros-Tánatos, que es el elemento pro-
ideado para representar El Anillo del necia; pero subraya y confirma la con- fundo asociable con el ritual de inmo-
Nibelungo, obra circular, no es obvia- dición marginal del pasodoble en rela- lación de la corrida, ¡¡ene que cerrarse
toiente una casualidad, aunque ahora ción al toreo. En Madrid, tan grande o cumplirse biológica y socialmente. El
haya que dejar inexplorada la relación: y amorfo, la fiesta popular y el costum- drama de Carmen es universal. Carmen
baste su constancia). brismo apenas están presentes en la co- Jones, la reinterpretación del mito más
rrida. La ceremonia de inmolación, válida hasta el presente, demuestra que
El circulo no tiene principio ni fin. aquí más evidente, no necesita de mú- iodo color local es accesorio a la entra-
¿Por qué las plazas de toros son circu- sicas mayores ni menores. El pasodo- ña del drama. Por ello la insistencia en
lares y tienen forma de graderio? Pue- ble puede ser un objeto de análisis la ambientación laurina puede produ-
de darse respuesta con argumentos interesante al considerar la música de cir monstruos como aquella emisión,
meramente visuales o de la técnica de los toros, pero no tiene nada que ver La ópera en Sevilla, que no hace aún
la lidia: el circulo evita la huida del to- con la estructura de la corrida. tres años realizara RTVE. Jean-Pierre
ro y reduce su tendencia a aquerenciar- Ponelle y Plácido Domingo, dos nom-
se. Mas yo creo que se da aquí la bres prestigiosos. El marco, el incom-
reminiscencia del escenario de la trage- También llama la atención la penu- parable de la Maestranza sevillana.
dia griega, donde el hombre era venci- ria de obras musicales cultas taurinas. Don José aparecía como un soldado-
do por el deslino. Prestemos breve En algunas zarzuelas los loros son siem- presidiario en la linea de Wozzeck. Car-
atención al comportamiento del toro pre un elemento costumbrista más. Tres men, con mantilla blanca. La Maes-
que llamamos bravo y al del que llama- o cuatro obras relativamente un portan- tranza, vacía, anodina, impersonal,
mos manso. Este último quiere sólo tes —el Llamo a la muerte de Ignacio fría, sin completar el circulo de su ma-
romper el circulo, saltando en huida Sánchez Mejias, de Mauricio Ohana, yestática fatalidad, convertida en me-
vergonzante la barrera, o eliminarlo sobre el poema de García Lorca; la ro decorado. El resultado era una
aquerenciándose en el reducidísimo es- Oración del Torero, de Joaquín Turi- muerte de guardarropía por mucha ca-
pacio de terreno donde puede defender- na, posiblemente la tauromúska más ra de pena que pusiera el tenor. El fal-
se mejor; por el conirario, el toro bravo lograda dentro de la estética llamada so ritual de inmolación no producía
acéptala fatalidad del circulo, y en los nacionalista— no hacen sino confirmar dioses traslativos. También los divos se
medios o en el terreno que le marque la pobre/a. Algo parecido sucede con han hecho al fin agnósticos.
ejsjípmbre que va a ser su matador él las artes narrativas: la literatura y el ci-
ífeirriora el circulo describiéndose alre- ne han hecho escasamente justicia a los
dedor de la verticalidad de su dueño, toros. Las Águilas, de Pinillos; Juan
del hombre que sabe llevarlo en ese gi- Belmonle matador de loros, de Chaves
ro que sólo será interrumpido por la re- Para encontrar otras relaciones en-
cuperación de la recta, por el vuelo Nogales; Torero, una película mexica- tre la Música y el Toreo hay que tener
mortal de la estocada. en cuenta el hecho de que la actual co-
rrida de toros cuenta con poco más de
dos siglos de existencia. No es una re-
Mas con ser lodo esto no poco fas- {*) No obslimc. llama la atención que W J * liquia del pasado. Puede ser un atavis-
cinante —al menos yo lo creo así— y ncr. que hablo de casi todo, no dijera nada sobre mo, mas en su formulación, tal como
merecedor de mayor análisis, la espe- los {oros. Liszi había eslado en Empana. Wagner la conocemos, es hija del Siglo de las
Lümrda bien nucMra liierarura del Siglo de Oro Luces. Por otra parte, en la segunda
cífica relación entre el drama musical y consideraba a la España de su deiripo un
y la corrida de toros me parece igual- nHción en decadencis:~— mitad del siglo XVIII se estabilizó el sis-
28 Scherzo
ESTUDIO
tema lona!, que dio vida a la gran mú- o por bajo, para encelar al animal £
sica europea durante casi dos siglo? ahormar su embestida; el natural o r e ¿ _
Esta coincidencia cronológico-cultural guiar para fijar definitivamente el te¿=
hace que la Música y el Toreo, consti- rreno, templar ta acometida y mandar-'
tutivumeme irracionales, aparezcan en ella; el de pecho obligado, para va^="
fuertemente racionalizados en su expre- ciar la suene, producir el silencio y de J 6 ét ¡a yoz qvr acordada'
sión clásica. Hoy apenas decimos poe- ~ se escucha, mústea es
jar al loro otra vez en el terreno más=
sía i líbica, teatro clásico, pero si adecuado para proseguir la faena e.-f
decimos constantemente música clási- consumar la muerte. Esta puede realí—
ca y ¡oreo clásico. Música clásica sig- zarse de ires maneras, a volapié (cuan- En el toreo la transición es el rema
n i rica lo culta, por extensión; mas en do el matador va al terreno del toro te, el salir airoso, el silencio o pausa pa-
rigor es aquélla dei máximo equilibrio para clavarle la espada), recibiendo ra continuar o cambiar de mano. Esto
entre forma y fondo, es decir, la per- (cuando el toro es llamado al.terreno
fecta roúsica racionalista de Haydn y es lo que hizo maravillosamente Anto-
del torero) y al encuentro (una suerte ñete la tarde de su última apoteosis en
Moíart. Toreo clásico es el depurado, intermedia). Naturalmente, la estoca-
el ortodoxo y métrico, el que sigue las da puede darse en cualquiera de los tres Las Ventas (1985), modular el salir de
j ^ for decirlo coajna palabra. terrenos de la lidia, pero al ser su mo- la cara del toro para volver a escoger
el vimiento recto, las suertes posibles son el terreno, llenar el silencio de! tpr
sólo dos, !a llamada natural (cuando el la pausa entre las secuencias de !• f e-
toro es vaciado hacia afuera y el tore- na, con el recuerdo de la mú$iaa«s u-
Además, el toreo coincide con la mú- ro sale por los adentros) y la contraria chada y la anticipación de I4 Í t 4 pa
sica en MI naturaleza temporal. Ei to- (su inversa). Pero además, la estocada otra,#es a-depararnos.
reo nace y muere con cada suerte, con puede ser entera, media o simple pin-
cada lance, con cada pase. La música .cjiazo y caer colocada delantera, en lo
está codificada normalmente en la par- alto o ida (pasada), en la vertical, y en La identidad musical deHOft» tp e-
titura, pero no existe si no se hace so- lo alio, desprendida o baja, en ID hori- cho que en muchos españoles se tlé la
nido perceptible, pues nace y muere con zontal. En fin. el tiempo de que di&po- afición a ambas Arte*. Por supuesto,
cada nota, con cada silencio. He aquí .jie el matador en el último tercio es de no todos los melómanos son taurófilos
otra, lie las razones de que el toreo no %iince minutos (múltipfo de tres), cu- y viceversa. Citaré, a título de maro
sea buena fuente de inspiración musi- yo transcurso se anuncia con tres avi- ejemplo, dos nombres importantes Jn-
cal; como toreo y música pertenecen a sos, y hasta la estructura de algunas tre estos seres singulares bendecidos por
la misma magia, la hipotética partitu- plazas (tendido, grada y andanada) y la fortuna: Antonio Peña y Gofli. di-
ra taurina seria duplicación o mero la jerarquización económico-social del rector de l.a Lidia y a la vez destacado
acompañamiento. Fin «1 clasicismo, la público (sombra, sol y sombra, sol) en- critico y escritor musical; Gerardo Die-
música se fundamenta en la alternan- tran en este juego dominante del tres go, el más taurino de nuestros poetas
cia rítmica del número dos y del núme- que es posible que pueda tener muchas y el más musical de nuestros taurófilos.
ro tres —compases binario y ternario— causas y explicaciones .pero que en to- Una de las cosas que ahora hay que de-
> en la estructural formal basada en esle do caso es estructuráflfc¿'í¿,Hjj(i jar en el tintero es el análisis de (artoin-
último: el trítono, el esquema A-B-A cidencias en las preferencias dentro de
de la forma Sonata y el dinámico de esa doble afición: ¿belcantismo e Ha-
Allegro-Adagio-Allegto, aunque el No se agotan con esííí JaTaSociacio- líanismo predominan en los partidarios
cuarteto y la sinfonía han tendido a una nes enlre Toreo y Música. En el torco del florido toreo sevillano?, ¿wagnetis-
disposición cuatriparlita. 1 V \'- hay tres elementos de expresión musi- mo y germanismo, en general, c¿irtci-
cales. La música clásica se construye den en los admiradores del soljfrié y
Pucsbien, estos mismos números tie- con la repetición y la variación temáti- profundo toreo rondeño? He aqtft una
nen imponencia decisiva en el toreo y cas articuladas por medio de transicio- cuestión de hemeroteca para eíeiicm-
en la corrida, que es su maniíestación nes. En el toreo a la repetición, que es po moroso del jubilado a que p e refe-
pública más codificada, más raciona- condiiio sine qua non, la llamamos li- ícornienzo de estos
lizada. En el ruedo circular, sin princi- gar, esto es, construir una secuencia
pio ni fin, tres terrenos de lidia: los con la insistencia temática, en este ca-
medios, el tercio, lab labias. Tres ter- so la insistencia en el mismo pase, en iv • .• • > ,
cios pata la üd¡a completa: las vaias, el mismo terreno y en la misma unidad Por último, dentro y fuera de fcspa-
las banderillas y la muerte, realmente de embestida. A la variación..., bien, fia gentes bien intencionadas, pero al-
ampliados a cuatro partes —como el ha habido toreros decididamente mu- go desinformadas, me han mirado a
cuarteto y ¡a sinfonía— al haber gana- sicales. Uno de ellos, si no el primero, veces con horror at oírme decir que dos
do hoy la faena de muleta autonomía fue Antonio Bienvenida, cuyo toreo ha gozos estéticos supremos en mi vida jon
en relación a su antigua finalidad de sido comparado con las sonatas de Do-
mera preparación de la muerte del to- tnenico Scarlaiti. En la feria madrile- las representaciones de Parsi/al (Knap-
ro. Por lo común, tres matadores y tres ña de 1959, en una corrida bautizada pertsbusch/Wieland Wagner) que pre-
banderilleros en cada cuadrilla (nueve a prion «el salario del miedo» y que sencié en Bayreuth (1962 y 1964) y la
en total). Para sangrar al toro y medir luego resultó triunfal (los otros dos es- arquetipica faena —un preludio del
su bravura «da reglamentado que la res padas fueron Pepe Luis Vázquez > Ju- Clave bien templado— que Rafael Or-
debe recibir al menos tres puyazos; al lio Aparicio), Amonio toreó a un tega, el gran matador de la isla de San
contrario, srtiown reglamentarios dos sobrero de Juan Amonio Aharcz ex- Fernando, le hizo a un toro de Higue-
pares Je banderillas, pero el uso con- clusivamente ton la mano derecha, re- ro el día del Corpus de 1967, la misma
suetudinario ha impuesto el tercer par pitiendo y, sin embargo, variando tarde que Curro Romero salió de la pla-
de pali|rcK)ues. Los lances de capa fun- gracias a sutiles alteraciones armónicas
damentales son tan sólo tres: a una ma- —distancia, altura, compás, tiazado— za detenido por negarse a matar en Las
no, paía recoger, fijar y medirle al toro el tema del toreo con la diestra. Queda Ventas ul segundo de su loie. Estoy se-
los pies que trae; la verónica, para pa- aún la transición, el silencio expresivo, guro de que el wagneriano y frascuc-
rar, templar y dominar; y la media, pa- la breve modulación, un ritardando, un üsta Peña y Goñi comparte mi
ra recargar el dominio al dar paso a la crescendo... Dominare! arte déla tran- entusiasmo desde su Olimpo presidido
pausa, al silencio. Así ocurre igualmen- sición permite al compositor esa con- por Euterpe y el dios Tauro.
te con los. pases de muleta fundamen- sonancia tantas veces diada por
tales: elayudado a dos manos, por alio Bergantín al referirle, en la Música C*^
r A nnal
Scherzo 29
ENTREVISTA
Esa-Pekka Salonen,
el pequeño gran músico
pcos músicos, directores o no, dan la impresión de tenerlo tan claro como el joven
P director finlandés Esa-Pekka Salonen. A sus veintinueve años, Salonen parece que
ya lo ha vivido casi todo: ha dirigido a casi todas las mejores orquestas del mun-
do, tiene una larga experiencia como compositor, ha logrado publicar casi todas sus
composiciones en una de las más prestigiosas editoriales, la Wilhelm Hansen Edition,
y, por si fuera poco, desde hace tres años es el Principal Director Invitado de una de
las centurias míticas del globo, la Filarmonía londinense. El pasado año, Esa-Pekka
Salonen vino a dirigir a España por primera vez. Lo hizo al frente de la Filarmonía,
dentro del último Festival de Otoño de Madrid, y su actuación causó un cierto revuelo
entre la crítica musical. Inmediatamente surgieron ¡as opiniones encontradas, y, mien-
tras que para unos no pasaba de ser un camelo, para otros se revelaba como un auténti-
co genio, a pesar de su extrema juventud. Ni tanto ni tan calvo. Lo que sí es cierto es
que Esa-Pekka Salonen es un gran músico, que tiene un magnífico futuro por delante
y, lo que es más importante —como puede observarse a lo largo de la entrevista que
sigue a continuación—, no tiene ninguna prisa. Ahora, Salonen vuelve de nuevo con
la Filarmonía a España, en esta ocasión para inaugurar la 37 Edición del Festival Inter-
nacional de Música y Danza de Granada los próximos días 18 y 19 de junio. El director
comienza la conversación comentando la portada de un ejemplar de SCHERZO que
le ofrecemos.
30 Seherzo
ENTREVISTA
landiay después en Eslocolmo, donde llegó a cosechar un gran obras o participara en la interpretación de las mismas tocando
éxito con la nueva producción de Wozzeck, que se estrenó du- el bajo continuo o el primer violín. Había más comunicación
rante ¡a temporada 1983-84, ¿Por qué ha dejado de dirigir ópe- entre el intérprete y el creador, y ahora esto no ocurre. Por lo
ra después de estos primeros años? ¿Ha hecho ópera en otros demás, creo que es muy positivo compaginar las dos facetas,
teatros? siempre y cuando no se desequilibren.
—E-P.S.: Fundamentalmente por falta de tiempo. Mi expe-
riencia operística es muy limitada, sólo he hecho ópera al co- —S.: ¿Su cercanía con la música que hoy se hace es lo que
mienzo de mi carrera y en los teatros que ustedes han apuntado, le lleva a dejar un poco apartada la música de los siglos XVIII
pero ahora voy a volver a hacerla de nuevo; el próximo año, y XIX?
dirigiré Wozzeck en Florencia. De todas formas, no soy amante —E-P.S.: No necesariamente, además ahora no sólo dirijo mú-
de la ópera; me gusta, pero no me interesa demasiado. Tampo- sica contemporánea, sino también la de otros compositores co-
co soy muy amigo de Verdi o Puccini... No obstante, encuentro mo por ejemplo; Mahler, Sibelius, Bruckner, Mozart, Haydn...
muy atractivo poder montar óperas con interés dramático. El Sobre todo me interesa mucho Haydn, su música me resulta muy
pasado año conocí a Ingmar Bergman y discutimos mucho so- excitante. Fue al principio de mi carrera, entonces sólo dirigía
bre estos temas, sobre las posibilidades de la ópera actual, de música contemporánea, por eso empecé, quería dirigir mis pro-
hecho pensamos en trabajar juntos en el futuro. Pero, lo que pias obras. Fue después cuando me di cuenta de que podía vivir
realmente me interesa de la ópera es poder desarrollar una acti- de la dirección. De la composición es imposible vivir, a nadie
vidad conjunta con el director de escena y los cantantes, traba- le interesan los compositores hoy en día. Luego seguí dirigien-
jar en equipo desde el primer momento, y, claro, esto no es do poco a poco, ampliando el repertorio..., así hasta aquí.
posible en la música sinfónica.
—S.: El hecho de empezar su vida musical como compositor
—S.: ¿Cómo compagina su labor de compositor con la de di- y conocer perfectamente las técnicas más vanguardistas, ¿ha fa-
rector? cilitado su comprensión de las obras, sobre todo ¡as del siglo
—E-P.S.: Para componer necesito mucho tiempo, generalmen- XX? Por otro lado, su forma de dirigir, de marcar... parece
te períodos largos como mínimo de tres o cuatro semanas, y es- estar muy influida por la técnica con la que se dirige la música
to es difícil de conseguir si estás constantemente dirigiendo. Por contemporánea...
eso, en el futuro, me gustaría dirigir menos y componer más de —E-P.S.: Creo que todos los intérpretes están influidos por
lo que compongo en estos momentos. La distribución ideal se- su propio medio, su visión persona] y la tradición cultural. Mi
ría poder dedicar a la dirección no más de treinta semanas al tradición cultural es la de una sociedad moderna, digital; por
año y componer durante las otras veinte restantes. eso es lógico que todo ello influya en mi forma de hacer músi-
ca, con independencia de si ésta es antigua o moderna. Lo cier-
—S.: ¿Y descansar? to es que para dirigir bien a Stockhausen es necesario conocer1
—E-P.S.: Bueno, con un par de semanas tengo suficiente pa- bien a Mozart.
ra divertirme.
—S.: ¿No hay más compositores en Finlandia que Sibelius?
—S.: ¿No cree que es un tanto precipitado iniciar una carre-
ra profesional tan vertiginosa como la suya, con poco tiempo —E-P.S.: En cierto sentido, es una pena que en algunos pai-
para estudiar o montar nuevas obras y casi ninguno para com- ses, como el nuestro, se tengan este tipo de héroes culturales,
poner, cuando todavía le queda toda la vida por delante? porque luego no dejan ver nada más debajo de ellos. Creo que
—E-P.S.: Esto es un peligro, efeciivamenté. Es un problema la generación de jóvenes compositores que actualmente hay en
importante, qué duda cabe. Es algo que me preocupa y que me Finlandia es muy interesante, y es una pena que no se conozcan
gustaría eliminar en ei futuro haciendo un repertorio más corto fuera. De todas formas cada vez estamos más abiertos a Euro-
y dirigiendo en menos lugares. No me gusta tener que estudiar- pa y menos encerrados en nosotros mismos. La tendencia de hace
me las partituras por la noche entre concierto y concierto, esto unos años era el aislamiento, me parece que a España le está
me produce mucho stress. ocurriendo el mismo proceso, claro que no son los mismos an-
tecedentes políticos, pero en el terreno cultural la situación es
—S.: Y, además, tiene que grabar... muy similar aquí y en Finlandia.
—E-P.S.: No tengo muchas ilusiones con las casas discográ-
ficas ni con tos managers. A ellos lo único que les interesa es —S.: En su Sibelius llama poderosamente la atención la gran
hacer dinero conmigo. Para las casas de discos lo más impor- vitalidad, los enormes contrastes; parece como si se apartara
tante es el negocio, únicamente quieren crear productos vendi- radicalmente de la tradición, deesa visión más lírica y más pla-
bles y beneficiarse de ellos, están deshumanizadas. Yo he entrado centera de Paavo Berglund, Colin Davis o Rojdestvenski... Por
en el juego de una manera consciente y he aceptado las reglas, no hablar de Kajanus.
pero no por eso voy a dejar de ser crítico con ellos. Me gusia —E-P.S.; Me he criado con Sibelius desde que nací. Después,
jugar limpio y dejar las cosas bien claras. cuando me fui de Finlandia, intenté olvidarme de él, analizarlo
desde lejos, y entonces dejé de dirigir su música durante un tiem-
—S.: ¿No cree que esa dualidad di rector-compositor puede po. Siempre me había gustado mucho Sibelius, pero fue enton-
llevarle a una profunda contradicción, como le ocurrió a Mah- ces cuando me di cuenta de que nunca lo había llegado a analizar
ler, o bien dejar prácticamente de componer, como le ha ocu- profundamente. Quería dirigirlo como si no lo hubiese oído nun-
rrido a Fierre Boulez? ca antes, quería hacer simplemente lo que me sugería la partitu-
—E-P.S.; Sí, pero Mahler solucionó el problema en parte, di- ra. El año pasado hice una gira con la Filarmonía por mi país
rigía en invierno y componía en verano y murió a los 51 aflos. y tocarnos la Quinta Sinfonía, fue un auténtico escándalo. Hu-
En mi caso es muy diferente, bo titulares que llegaron a decir
creo que el principal peligro que que ese Sibelius era una provo-
tenemos los compositores de hoy cación.
es que estamos demasiado apar- —S.: Después de grabar la
tados de la realidad musical. Es- Quinta y el Concierto para vio-
cribimos obras, pero no tenemos H^ ara
contacto con ellas una vez escri- dirigir bien lín, ¿va usted a hacer ei ciclo
completo de Sibelius?
tas. En los tiempos de Mozart o a Stockhausen, es —E-P.S.; No, por el momen-
Haydn era muy natural que el n e c e s a r i o COnOcer
to no quiero hacer más cosas,
compositor dirigiera sus propias bien a Mozart quizá dentro de cinco o seis años
32 Scherzo
ENTREVISTA
Scherzo 33
yfimciiml
ve música^)
MAKIA AMLllíKAN
Scherzo 35
DISCOS
BACH: Pasión según San Mateo. Kiri Te las sobre Los pianos de Beethoven, debidas
Kanawa, soprano; Anne Sofie Olltr. mezzo-
sopreño; Anthony Kolfe Johnson, lenor;
Tom Krause, bajo. Coro de niños The Glen
DISCOS a Michel Bernstein, acaban concluyendo que
el piano de Conrad Graf es más adecuado
que el de Broadwood, pero no nos dice na-
Ellyn. Coro y Orquesta Sinfónica de Chi- da sobre las características del instrumento
cago. Director: Sir Georg Solli. DECCA 421 utilizado aquí. El segundo defecto es que se
177-2. Álbum de 3 compactos. DDL). Da- podía haber metido otra sonata más que, de
ración total: 178' 24". haber obtenido una versión en esta línea, hu-
biera proporcionado aún más placer por el
mismo precio.
Georg Solti ha tardado muchos En resumen, no dudo en recomendar
años en decidirse a grabar la Pa- abiertamente este disco que, pese a las fa-
sión según San Mateo. A pesar mosas siglas AAD (la grabación es de 1980)
de haberla dirigido regularmente en vivo des- suena maravillosamente. Yo, desde luego,
de la primera vez efectuada en el Deutsches volveré a escucharlo con frecuencia.
Museum de Munich en 1947. el director no
estuvo nunca seguro de sus resultados en lo R.O.B.
concerniente a la dilatada arquitectura de la
obra y a la peculiar sonoridad que debía po-
seer. Una cosa, sin embargo, era clara, y es BEETHOVEN: Sonatas pora piano en do BEETHOVEN: Sonata para Piano y Vio-
que Solti comprendió muy pronto que ía Pa- mayor, Op. Í3 uWaldsiein», enfasosteni- lin núm. 4 en La Menor, Op. 23. Sonata pa-
sión no se prestaba a los cortes ni a las mu- do mayor, Op. 78 y en mí menor, Op. 90. ra Piano y Violin n" í en Fa mayor. Op. 24
tilaciones con que se la solía infligir Paul Badura-Skoda, piano forte (Georg «Primavera». Gidon Krcmer. violin. Mart-
normalmente en las audiciones. Era una Hasska, Vitna, c. 1815). ASTRÉE AUVI- ha Argerich, piano D.G.G. « 9 787-1. Di-
obra demasiado compacta >• unitaria para DIS Compacto E 7738 (AAD, 4S'2O"). gilal compacto. 43' 23".
someterla a manipulaciones fraudulentas.
Las secuencias sucesivas de recitativos, ario- Cuando uno recibe al cabo del Publicar en un mismo disco las
sos, arias y corales formaban una trama en Sin©© tiempo un alto, muy alto porcen- o©© Sonatas para violin núms. 4 y 5
la que cada una de las partes cobraban sen- HntHH taje de discos que, en el mejor iiHM de Beethoven se nos antoja un
tido musical y dramático en función del to- de los casos resultan anodinos por falta de acierto absoluto; ambas fueron compuestas
do dentro del cual se hallaban inmersas. Y interés en las obras, en las versiones o, en entre 1800 y 1801, publicadas en este últi-
esta es la preocupación fundamental del di- ambos casos, es bueno poder sentirse opti- mo y dedicadas al conde Moritz Von Fries,
rector en el reciente registro ultimado en el mista de vez en cuando, y comprobar que, gran mecenas musical. Más discutible resul-
mes de marzo de 1987 y que acaba de lan- aun en obras architocadas, como las presen- ta, en cambio, publicar juntas la Sonata
zarse en nuestro mercado discográfico. Ante tes, de vez en cuando surge algún disco re- núm. 5 junto a la Sonata núm. 9 en La ma-
todo, la característica fundamental de esta confortante, como el que nos ocupa. yor, Op. 47 «a Kreutzer», porque ésta data
cuidadísima edición es su trazado continuo, Hace bien poco reflejé aquí mismo no de 1803. Pero la frecuente presencia de am-
sin cesuras, sustentado por un control ab- muy buenas impresiones sobre ei compacto bas en un solo disco obedece fundamental-
soluto de los puntos de engarce de la obra que este mismo pianista dedicó a obras de mente a razones de celebridad, y podríamos
que Solti hace recaer sobre los recitativos de! Mozari. Nada me complace más que poder hallar distinias versiones de esta guisa, co-
narrador. Es en ellos donde el músico man- expresar ahora mi más profunda satisfacción mo la de Yehudi y Hepzibah Menuhin o la
tiene un constante flujo soterrado de inte- con este otro dedicado a Beethoven. Badura- del recientemente desaparecido Henryk
rés puramente instrumenta] por debajo de Skoda opta aquí por una aproximación in- Szeryng junto a Ingrid Haebler.
las palabras que la música procura ilustrar cisiva, de una gran vitalidad y fuerza. Su
en forma de imágenes sonoras. Un tempo Kremer y Argerich son dos músicos co-
más bien lento, característico, por otra parte Waldstein nos gana desde el principio: el pri- mo la copa de un pino, y lo que es más im-
del Solti de los últimos anos, refuerza el con- mer tiempo es realmente un allegro con brío, portante, muestran una compenetración
lenido expresivo de la melodía que acompa- los ataques son de una agresividad enorme, perfecta, como si hubiesen actuado juntos
ña en un registro paralelo e independiente las los sforzandi y los contrastes dinámicos durante toda su vida. El suyo es, ante todo,
arias. No existe nunca la prisa y parece co- (c. 252-263, por ejemplo) de una tensión inu- un servicio a Beeihoven. A lo largo de toda
mo si el director hiciera lo posible por dila- sitada. Toda la sonata está envuelta en una ia Sonata «Primavera», por ejemplo, estos
tar todavía más la obra en la complacencia inconfundible atmósfera beethoveniana. y dos artistas nos refrescan la memoria y el
sin límites por las reapariciones iguales, pe- aunque la articulación no es superlativa, el oído, recordándonos que esta obra requie-
ro a la vez siempre distintas de los ritorne- pianista obtiene un claro beneficio de la pe- re fuertes dosis de elegancia, frescura y agi-
llos hipnóticos de los instrumentos solistas culiar claridad que proporciona el instru- lidad y que, en definitiva constituye una
de las arias. Y contra lo que pueda parecer mento. Es de esas lecturas que arrastran penetrante mirada hacia el pasado, un vol-
a primera vista, Solti no cae nunca en la am- (óigase la sección final, prestissimo, del úl- ver la vista hacía el espíritu de Mozart.
pulosidad de una concepción demasiado sin- timo tiempo) más por la intención que por
fónica, tentación por otra parte muy fácil la técnica, con ser ésta notable. ¿Más grabaciones beethovenianas como
si tenemos en cuenta que los intérpretes son esta? Si, por favor.
miembros integrantes de la gran orquesta de Las otras Sonatas están tratadas también Jo.R.B.
Chicago. Quizá los únicos resabios de sin- con una musicalidad irreprochable. Por se-
fonismo se dan más que en la intensidad so- ñalar un detalle, es curioso oír el fraseo ca-
si harnoneourtiano de los grupos de dos F. BENDA: Conciertos para/lauta, Andrés
nora o en la brillantez instruméntalo vocal, semicorcheas en el último tiempo de la Adorjan (flauta), y la orquesta del Ars Re-
en el grosor con que emergen las líneas y en Op. 78. diviva Enwmble. Di redor: Milán Munclin-
su calidad densamente aterciopelada que, grr. Orfeo, C 151101 A, Stereo. Compacto
evidentemente, poca cosa tienen que ver con El instrumento, todo lo peculiar que se DDD. 62'.
el sonido normal de una orquesta del siglo quiera, tiene un sonido muy bello, y me re-
XVIII. Excelente la labor de los cuatro can- sultó muy fácil acostumbrarme a él, aunque Cada vez que una casa grabado-
tantes entre los que destacaríamos especial- reconozco que la bondad de la versión y el ra, más atenta que otras a los ol-
mente las dos voces femeninas: la de la perfecto acoplamiento de Badura-Skoda a vidos de la costumbre, exhuma
soprano Kiri Te Kanawa y la de la mezzo sus características pueden haber influido en a un compositor, solemos escucharlo con cu-
Anne Sofie Otter. En fin, una muy buena ello. No entraré en gratuitas discusiones sin riosidad y justificar la desatención. No es el
grabación que nos presenta un Solti medi- fin sobre si éste es o no el instrumento ade- caso de Franz Benda (1709-1786), músico
tativo, concentrado y más profundamente cuado. Pienso únicamente que, cuando se bohemio que actuó en la corte de Prusia du-
musical que nunca. loca así hay que rendirse. Seria inútil com- rante el reinado del viejo Fritz. Federico ei
parar versiones. Barenboim {DO, no remi- Grande. Según aseguran las crónicas, acom-
tido para critica) hace un enfoque totalmente pañó al regio flautista en miles de ocasio-
distinto y, por tanto, no comparable. nes y, oyendo estos conciertos, bien se
comprende la mutua afición, pues nada
Por lo demás, sólo dos pequeños defec- ejemplifica mejor el mundo sensible del si-
C.C. tos. En primer lugar, que las interesantes no-
36 Scherzo
DISCOS
glo ilustrado que esta música diáfana, equi- ce justicia tanto al arte de la Neveu como afrontar un género que por su parte Beet-
librada y canónica. al de Issay Dobrowen (Nijni-Novgorod hoven había llevado a sus más altas cimas
Benda ocupa esa zona del mundo rnozar- 1894-Oslo 1953), gran maestro cuyos mejo- de perfección. Enraizado en la más pura tra-
tiano en que se sintetiza el clasicismo con- res anos como director también se vieron dición sonatistica, el Cuarteto n° I manifies-
ceptual germánico de !a escuela de perjudicados por la II Guerra. Aun asi, en ta la gran preocupación del músico por
Mannheim con la necesidad de cantar a la el catalogo de EMI quedan numerosas ejem- elaborar una forma cicüca perfecta, en la
italiana, con una voz solista que sigue los plos de su arte, como el primer Boris Go- que los elementos temáticos de* primer mo-
impulsos melódicos racionalizados del aria dunov de Christoff y abundantes páginas del vimiento perduren recurrentemente a lo lar-
de concierto. Es claro que Mozart tiene mu- repertorio ruso; los Conciertos para piano go de toda la obra. Junto a ello, Brahms
cho más. Pero ser como ese Mozart no es 2 y 4 de Bect noven con Schnabel, el Prime- delimita con precisión el contraste entre mo-
poco y Benda resulta una experiencia sono- ro de Tchaikovsky y ei Segundo de Brahms mentos fuertes y tensos, y otros apacibles, lí-
ra placentera en términos de elegancia for- con Solomon, y éste hoy comentado. La di- ricos o juguetones, lo cual constituye una de
mal, brío melódico y tratamiento del rección de Dobrowen, extraordinariamente las características estilísticas del compositor
contrapunto solo/ripieno. clara, vital y brillante estimula a la Neveu, alemán. Pensamos que estos rasgos han si-
quien firma aquí uno de sus mejores regís- do respetados por el Cuarteto de Tokio, que
Este compacto reúne (res conciertos para tros. Espléndida de principio a fin, es des- ha mantenido la flexible ductilidad del dis-
flauta y cuerdas: en mí menor, en la mayor taca ble su ejecución de la cadencia de curso sin asperezas y con una marcada in-
y en la menor. Formalmente, respetan el es- Joachim, un tanto rapsódica, pero arreba- dividualidad de las cuatro voces integrantes.
quema ternario, acentuando, en el tercer mo- tadora. En números pasados de SCHERZO La ascensión a puntos de luz desde el fon-
vimiento, el talante de scherzo con el uso de critiqué y recomendé las versiones de Ois- do trágico en que se sumerge la obra es lo-
ritmos bailables. traj con Klemperer y de Szeryng con Hai- grada de forma convincente por el grupo,
Los intérpretes sirven a las obras con es- tink, con las que ésta no puede competir en que demuestra poseer en todo momento una
plendor. Ador jan es un flautista brillante, términos de sonido. Pero a precio modera- intencionalidad clara de las principales di-
de timbre áureo, registro homogéneo, fra- do y con el complemento de un aceptable rectrices de la partitura. Y el cambio de es-
seo certero, canto enjundioso y presencia ca- Sibelius, vale la pena como testimonio del píritu que lleva de las procelosas aguas del
rismática. El conjunto se adviene como muy arte de la gran violinista. Cuarteto n" 1 al alegre y reposado bucolis-
experto en estas lides, tiene una sonoridad model Cuarteto n" 3, la otra obra incluida
noble y equilibrada con el solista, acompa- Tanto el Concierto de Sibelius como el en este registro se salva con absoluta natu-
ña, contradice y escucha todo el tiempo, se- Dvorak, en las manos de Mintz y Levine, ralidad y comprensión por parle de los cua-
gún la opon unidad. Nos asegura una carecen de vida y de personalidad, aunque tro intérpretes.
excursión al rococó con todos los recaudos a príori parecieran darse todas las condicio-
que se quieran exigir. nes para un resultado óptimo. Creo que la
culpa debe recaer sobre la anodina labor rec- C.C.
B.M. tora del americano, nueva estrella todo te-
rreno de Polygram, que lo mismo ie BRUCKNER: Réquiem en re menor. Salmo
BRAHMS: Concierto para violto y orques- encomienda Mozart que Beethoven o Wag- 114, para coro a cinco voces y trombones.
ta Opus 77. SIBELILS: Concierto para vio- ner, y la música francesa que la nacionalis- Salmo 112 para doble coro y orquesta. Joan
lín y orquesta Opus 47. Ginetle Neveu, ta. Por su pane, Shlomo Míntz, quien con Rodgers (soprano); Calheríne Den ley (con-
violin. Orquesta Filarmonía. Directores. Is- Abbado ha hecho discos excelentes, se mues- tralto); Maldwyn Davks (tenor); Michael
»y Dobrowen y Waller Siisskinil. EM1 Rí- tra aquí cauteloso en Sibelius, lánguido en George (bajo); Thomas Trotler (órgano).
férences CDH 7610112. Disco compacto Dvorak y amanerado en ambos autores. Es- Corydon Singers y Orquesta de Cámara In-
ADD. Duraciones J8 1 02" y 31' SI". ÜVO- glesa (Matlhew Best). Disco Hyperion, A
RAK: Concierto para violin y orquesta Opus pero con interés su Concierto de Brahms con
66245. digital stereo, 55' 32".
S3. SIBELIUS: Concierto para violin y or- Abbado.
questa, Opus 47. Shlomo Mfnli, Wolín. Or- Mencionemos una vez más que para Si- La música de Bruckner se carac-
questa Filarmónica de Beriin. Director, belius la mejor versión sigue siendo, a los teriza por su denso pompierismo,
James Le vine. DG 419618-2. Disco compac- 54 años de haberse grabado, la de Heifetz su tendencia a la masificación so-
to DDD. Duraciones 35" 31" y 31' 31". con Beechman. El sonido es aceptable, me- nora, su (alta de renuncia a las reiteracio-
jor que el de Neveu / Süsskind. Para quie- nes y divagaciones melódicas. Es un román-
Ginette Neveu contaba 26 años nes prefieran un registro más moderno, tico tardío, que quiere liquidar la herencia
cuando en 1943 grabó esta ver- sugiero a Oistraj con Rojdestvensky (Melo- del romanticismo y, al tiempo, permanecer
sión del Concierto de Sibelius día) o con Ormandy (CBS); a Szeryng con en ella. Pues, de ese Bruckner el aficionado
—obra común a los dos discos aquí Rojdestvensky (Philips); a Chung y Previn hallará muy poco en el presente disco. El Ré-
comentados— que EMI reedita en compac- (Decca) o a Francescatli con Bernslein quiem que incluye data de 1849, es obra ju-
to. Sí su carrera no se hubiera visto brutal- (CBS). Los registros de Accardo con Colín venil, plenamente escolar, de cuando el
mente cortada el 28 de octubre de 1949 por Da vis (Philips) y de Amo y al con Duloit compositor estudiaba intensamente con Si-
una accidente de avión en Las Azores, Ne- (Erato) tienen interesantes acoplamientos, món Sechter. Es una pan llura llena de ci-
veu habría llegado a ser una de las grandes otras páginas para violín y orquesta de .Si- tas neoclásicas, de un liturgismo rococó que
violinistas de este siglo: pensemos sólo que belius, pero las versiones de Opus47sau in- evoca a Haydn y, por momentos, a Mozart.
en 1935 ganó en Varsovia el Concurso In- feriores a las citadas. Para Dvorak, la
ternacional Wieniawski superando a contrin- referencia indiscutible son Suk y Ancerl (Su- De las interpretaciones incluidas, en la pie-
cantes de la talla de David Oistraj. praphon): es ilustrativo comparar el arran- za que analizamos, es la mejor. Los músi-
que del último tiempo en esta versión y en cos, ei coro, el director y los solistas tienen
Por su parte. Walter Süsskind (Praga la de Mintz y Levine. A defecto de ella, son la levedad nítida que exige la partitura. Se
1913-Bcrkeley 1980) fue un notable músico: muy hermosas la del propio Suk con Neu- los imagina habituales intérpretes del festi-
discípulo y asistente de Szell, desarrolló su mann (Supraphon) la de Perlman con Ba- vo barroco al cual son tan afectos los ingle-
labor no sólo en Europa, sino en Australia, renboim (EMI). ses. Los cantantes solistas suenan un tanto
Canadá y Estados Unidos. En su amplia dis- descoloridos e inconsistentes, salvo la sopra-
cografía este registro del Concierto de Sibe- no Rodgers, que destaca netamente.
lius no ocupa un lugar de primer plano. Los R.A.M.
Los Salmos, correspondientes a la litur-
resultados no van más allá de lo correcto: BRAHMS: Cuarteto de cuerda n" 1 en Do gia luterana (los textos están en alemán, aun-
los tempi son cautelosos, a los movimien- menor, Op. 5!. Cuarteto de cuerda n°3 en que cabe recordar que Bruckner tiene
tos entremos les falta tensión y, sobre todo, Si bemol mayor, Op. 67. The Tokyo Strlng también unos moteles latinos y un Te Deum)
las condiciones técnica» son mediocres, lo Qiurtet. MMG MCD 10039. resultan más brucknerianos. Sus in falta bles
que no sucede en el Concierto de Brahms, trombones ayudan a crear una atmósfera de
producido por Walter Legge nueve meses volumetría sonora más robusta y densa. Así
después con el mismo ingeniero de sonido. Brahms confesó que había escrito muchos
cuartetos antes de publicar los del Op. 51 como el Réquiem puede ser de cualquiera,
Superadas las lógicas dificultades de posgue- los Salmos pueden definirse como precoz-
rra, esta grabación resulla ya técnicamente que abarca el primero y el segundo de los mente pertenecientes a Bruckner.
aceptable y es, además, una de las grandes tres que compuso en su totalidad. Y, por lo
versiones de la Opus 77 de Brahms y que ha- tanto, ello ya es un índice de la madurez ad- El interés del disco es más documental que
quirida por el músico en el momento de estético. Resulta imprescindible para quíe-
Scherzo 37
DISCOS
nes quieran estudiar la historia musical de te, y por lo que hace al coro, éste mantiene y 1980, cuando todavía no había cumplido
Bruckner y el noiorio desfase que existía en un elevado nivel interpretativo a lo largo de los 80 (ahora tiene 85) y poseía aún domi-
la Alemania romántica entre la educación toda la obra, descollando de modo especial nio efectivo sobre el teclado, clarividencia
musical y la producción de los músicos. ¿Al- en su lectura el Credo, movimiento de enor- mental y frescura de ¡deas. Su largo reco-
guna vez, en algún lugar, estuvieron empa- me fuerza dramática y expresiva, marcado rrido por el pianismo romántico (Beethoven,
rejadas'.' por la constante repetición, a cargo de los Chopin, Liszt, Brahms) había sido ejemplar.
bajos, de la palabra credo desde la melodía Al acometer el estudio, por ciclos, de es-
B.M. inicial hasta su grandiosa conclusión. tas geniales páginas impresionistas, el ancia-
CHERUBINI: Misa de la Coronación. Or- F.G.U. no chileno está, por tanto, en posesión de
questa y Coro Philarmonia. Director: Ric- un bagaje, de una experiencia y de un saber
cardoMuli. EMI DOC 740302 2. Compacto DEBUSSY: La mer, Nocturnos- Orquesta que lo hacen apto para acercarse, con su tra-
DDD (Sí1 03"). y Coro Pliüarmonia dirigida por C. M" Giu- dicional honradez musical por delante, a los
lini. EMI Sludlo. C.D.M. 7.69.184.2 mundos llenos de sugerencias que aquéllas
Son bastante escasas las oportu- A.D.D. 51' 54". proponen. Y lo hace desde su perspectiva
nidades de escuchar música de! La sensación del paisaje es la no- qije contempla, en efecto, a Debussy como
compositor italiano, residente en vedad y el desafío que Debussy una consecuencia lógica, aunque rompedo-
París, Luigi Cherubini. En las salas de con- propone en Nocturnos o El mar. ra de una tradición. En sus dedos estas com-
cierto brilla por su ausencia y sólo gracias En Juegos de olas o en Nubes no hay anéc- posiciones se nos ofrecen expresivamente
al disco, que en estos casos resulta un pa- dotas más o menos reconocibles. Esos títu- cantadas, admirablemente articuladas, con
liativo idóneo, podemos conocer las exce- los puestos por su autor, al igual que los de un soberano y matizadísimo manejo del pe-
lentes páginas salidad de la pluma de csie los preludios para piano, son el pretexto para dal y con una belleza sonora que sólo el tra-
músico. Es difícil comprender que un com- crear unas miniaturas en las que el poder de bajo de muchos años y el ahondamiento en
positor de tan alta categoría, en lodos los sugestión de la música es el vehículo de vi- el estilo y en el significado de las notas pue-
géneros, se encuentre tan relegado. Cheru- vencias y sensaciones. Piedras de toque pa- den determinar. Las gradaciones están ejem-
bini. autor de obras tan logradas como Me- ra directores y orquestas, estas obras exigen plarmente dispuestas por el instrumentista
dea, los Réquiem, ta Sinfonía en re o los seis de sus intérpretes una rara disposición para para que la sutileza del juego poético, la di-
cuartetos, fue, indudablemente, un músico la proporción y el color, para la efusividad versidad rítmica y la variedad de colores que-
de primera fila. De ello da testimonio la ad- y la sensualidad; el discurso sonoro debe den recogidas, pero siempre a impulsos de
miración que por él sintieron compositores fluir natura], sin aristas, con una plástica casi un planteamiento conceptual y una riqueza
de la talla de Beethoven, Rossini, Ciernen- pictórica. de acentos que convienen en personal y sig-
ti, Mendelssohn o Wagner. Director del nificativa la interpretación, algo reservado
Conservatorio de París y maestro de gran De Giulini, uno de tos grandes intérpre- normalmente a los grandes. Todo es fluido
número de compositores, entre ellos nues- tes de estas partituras que ha llevado al mi- en estas versiones, nimbadas de un encanto
tro malogrado Juan Crisóstomo Amaga, no crosurco en varias ocasiones, EMI ofrece sonoro, de una belleza, de una claridad (la
fue, sin embargo, un mero academicista. Su ahora en soporte compacto los excelentes re- claridad no cegadora de las texturas debuss-
obra demuestra un gran dominio de los re- gistros realizados en el año 1962 con la le- yanas) muy propias. Los tempi son mode-
cursos orquestales y de la voz humana, so- gendaria Philarmonia de W. Legge. L.es rados, a veces sorprendentemenle lentos,
bre todo en el campo de la ópera y de la aconsejo vivamente escuchar estas grabacio- sobre todo en Imágenes, pero resultan no só-
música religiosa principalmente. nes en las que la rica paleta orquestal soña- lo convincentes, sino en ocasiones necesa-
da por Debussy para sus obras maestras rios para dar vida, con ta respiración
encuentra en el director italiano y en la or- adecuada, a las concepciones del artista,que
De sus compositores de carácter religio- questa británica a uno de sus traductores sabe, por otro lado, diferenciar la desola-
so, la llamada Misa de la Coronación, con- más rigurosos, en un impresionante alarde ción de piezas como Pasos sobre la nieve
tenida en el compacto que motiva este de lo que un director y una orquesta pue- (Preludios I) del carácter monumental y sin-
comentario, es una de las más desconocidas. den llegar a lograr cuando sintonizan. Li- fónico de otras como La catedral sumergi-
Escrita para ta coronación de Carlos X co- gereza de lempi, claridad de texturas, da, del mismo cuaderno; o establecer la
mo rey de Francia, se interpretó durante esta colorido, efusividad, dan lugar a unas inter- distribución entre dos humores tan dispares
ceremonia que tuvo lugar en la catedral de pretaciones luminosas, intensas, llenas de ar- como el de General Lavme-eccentric y de
Reims el 29 de abril de 1825. Obra de signo dor meridional; en suma, nos hallamos ante Homenaje a S. Pickwick, ambos del cuader-
grandioso y meditativo, como correspondía unas grabaciones superiores a las realizadas no II; o sugerir la simplicidad de La mucha-
al acto para el que fue destinada, conjuga años después con la Filarmónica de los An- cha de los cabellos de lino (cuaderno 1),
armoniosamente la ir adición de tos clásicos geles, para D.G., más refinadas 1 imbrica- marcar los contrastes y aire danzable de
vieneses con el espíritu romántico imperan- mente, pero sin esa fuerza airulladora y sin Minstrels (I), el sabor exótico de Pagodas
te. La página contiene un gran aparato or- lograr que la agrupación americana siga al (Eslampas), o el delicado dibujo, de liqui-
questa y un nutrido grupo coral, integrado director con la ductilidad de la Philarmonia. das sonoridades, no exento de melancolía,
por sopranos, tenores y bajos, sin contral- de Reflejos en el agua /Imágenes I).
tos ni solistas vocales.
En resumen, EMI hace un buen servicio
Debo señalar, en primer término, que Ric- a la música de Debussy editando estos re-
cardo Muti y el Coro y Orquesta Philarmo- gistros de sonido excelente en serie econó- Esta imerprelación de Arrau se sitúa a no
nia desarrollan una magnifica labor, con un mica, que son una alternativa ineludible inferior nivel —en algunos casos, sobre to-
perfecto sentido del equilibrio orquestal- frente a las versiones de ka rajan o Ash- do teniendo en cuenta la calidad sonora con-
coral y, en especial, con una visión muy acer- kenazy. seguida en esta traslación a soporte
tada del carácter solemne, pero sereno e ín- A.M.J. compacto, por encima— de las ya históri-
timo al mismo tiempo, que impregna cada cas de otros pianistas señeros, a los que siem-
momento de esta hermosa creación. Digno pre hay que dedicar un recuerdo: üieseking,
también de resaltar es el gran colorido tim- DEBUSSY: Preludios, Imágenes, Estampas. menos efusivo, más lineal, pero convincen-
brico, de una luminosa transparencia, alcan- Claudio Arrau. piano. Philips Oassks 420 te en sus antiguas grabaciones de los cincuen-
zado por la orquesta, sobre todo en algunos 393-2 y 420-2 compacto ADD. ta (EMI Références. comentadas en el n" 23
pasajes, como en el Qui tollis peccata, cuya por A.M.J.) por la claridad de texturas y por
intensidad patética se acentúa por el color En estos dos compactos se recoge esa especie de misterioso estatismo que pa-
de los vientos y metales, o en el motete es- buena parte de lo mejor y más rece otorgar a cada pieza; Samson Francois
crito para el Ofertorio, de un gran refina- significativo del piano de De-
miento sonoro dominado por el timbre de bussy (faltan, por supuesto, los Estudios, de (EMI), más soñador, menos de este mundo,
moviéndose abiertamente en el reino de la
las maderas, características asimismo apre- 1915). instrumento que en sus manos ago- subjetividad romántica; Benedetti-
ciables en la Marcha religiosa que cierra la tó, cerrando en cierto modo un ciclo inicia- Michelangeli (DG), sorprendente por su ca-
Misa, especie de apéndice instrumental, in- do en Chopin —el primero que comenzó a pacidad de creación de espacios mágicos y
terpretada durante la comunión del rey y cu- darse cuenta de la importancia del factor por su fino dibujo a la acuarela, que resalta
ya naturaleza es más la de una pieza timbrico—, un largo camino, que acaba por refinadamente los aspectos timbricos... De-
meditativa y recogida que la de una marcha desembocar en la remoción definitiva de la jando a un lado los esporádicos registros,
en el estricto sentido del término. Finalmen- sintaxis y de la articulación clásicas. Arrau ejemplares por la sobriedad y la concisión.
grabó las 33 piezas aquí contenidas en 1979
38 Scherzo
DISCOS
pero dentro de una óptima no diversa de Director: Neeme Jarvi. DGG 413 «79-2. 2 HA EN DEL: El Mesías, oratorio. Marga-
Sviatoslav Richter, debe anotarse el interés compactos digitales. 61 "04" y 61 "40". re! Rilchie, soprano. Constante Shacklock,
de la aproximación, más incisiva y un tanto contrallo. William Hfrhert, tenor. Richard
crudamente analítica, de Paraskivesco (H. Slandtn, bajo. Coro de la Filarmónica de
Mundi). La música de escena que Grieg Londres. Orquesta Sinfónica d* Londres.
escribiera para la magna leyen- Director: Hermann Scherchen. Precisión Re-
A.R. da dramática de Ibsen Peer cords 3 Compactos. PVCDBS 9101 {62'46".
Cynl, solía grabarse hasta la fecha sólo frag- 66'10" y 43'13", respectivamente). Graba-
G1ORDANO: Andrea Chenier. Jote Carre- mentariamente; lo normal era recurrir a las do en 1954. Distribuido por Maslertrax.
ras, Evi Mirton, Giorgio Zanca mro. Co- dos Suilesorquestales(núm. I, Op. 46; núm.
ros y Orquesta del tsisdo Húngaro. 2, Op. 55) publicadas, respectivamente, en
Diredor: Giuseppe Palané. CBS MASTER- 1888 y 1893, por la casa Peters, de Leipzig. Mucho me temo que de los tres
WORKS M2 42369. 2 LPs. Podríamos hallar un respetable número de ejemplares de Precisión Records
grabaciones de estas dos Suites; recordemos, a los que me referí al hablar de
por ejemplo, las versiones de Fjelstadt, Ka- la Segunda de Elgar, éste sea, con mucho,
Después de Fedora, esla nueva coproduc- el menos afortunado. La ausencia de texto
ción de CBS con Hungaroton nos ofrece la rajan o Leppard (esta última comentada por
quien esto escribe en SCHERZO. número alguno es, en esta ocasión, especialmente
ópera más popular de su autor, Andrea Che- conflictiva, por el carácter cantado de la
nier, con un terceto protagonista habitual 20, diciembre 1987, pp. 39-40). En algún ca-
so (como en la versión dirigida por Foumet), obra. Por olía parte, los datos que indican
en los programas de los grandes teatros en la división de cada disco están equivocados
el momento de su grabación, 1986. Luego se interpretaba la Camión de Solveig en su
versión original con soprano. Otra solución (por ejemplo, el segundo disco termina en
de Domingo para Rea en 1977 y de Pava- el Aleluya, no en el coro The sound isgone
rotti en 19S2-S4 era de esperar que el disco fue la adoptada por Beecham; añadir a las
dos Suiles [i Marcha Nupcial (Escena III del oui, como se indica). Todo esto sería un de-
oficial quisiera perpetuar la versión de! otro talle de importancia menor sí la versión fuera
Chenier en rodaje de la presente generación. Acto 1) en la orquestación de Halvorsen, y
la Canción de Solvieg, era cantada en de una gran calidad, pero me temo que no
Carreras, con la seguridad y reposo que da puedo decir que lo sea.
el medio, plantea un atrevido y esforzado alemán.
poeta, de dicción a flor de piel y juvenil en- Por supuesto, hay que considerar la ver-
tusiasmo. Pero la voz traiciona a menudo Ninguna de las anteriores soluciones es sión en su justo contexto, y tener en cuenta
la honradez de los cálculos. El fraseo inso- buena, si tenemos presente que, en primer que en treinta años las pautas de interpre-
lente se rompe por falta de aliento; las desi- lugar, los números de las Suiles no están or- tación del barroco han sufrido, no ya un
gualdades de color vocal, la continuidad y denados cronológicamente, y ofrecen sólo cambio, sino una verdadera revolución. De
redondez de la línea, mientras que el regis- una pequeña parte de lo que es la música in- hecho, e incluso dentro de esta tradición clá-
tro superior, como era de temer ante tales cidental de Peer Gyntr ocho números de los sica de la interpretación barroca, hay un
conceptos, delata un esfuerzo no siempre al- veintiséis (en realidad veinticinco, porque la mundo de diferencia entre esta versión y la
canzado con el preciso desahogo. Sin tratar- Canción de Solveig aparece en dos ocasio- de, por ejemplo, Davis (Philips, a punto de
se de modelos referenciales, las prestaciones nes distintas), que forman todo el conjunto reeditarse en compacto), realizada apenas
de los dos colegas antes citados resultan de y que, ahora, merced a esta grabación de unos cuantos años después. Por otra parle,
mayor adhesión valora! i va. DGG, tenemos ocasión de admirar y aplau- no seré yo quien discuta la maestría de Scher-
dir. La edición de la partitura usada es la chen. Sin embargo, no tengo más remedio
Eva Marión no poseee la variedad de re- del vol 18 de la GGA (Grieg Gesamlansga- que decir que, a mi, su versión de El Mesías
gistros expresivos de una Renata Scotto, ya be, es decir, Obras Completas de Grieg, edi- me ha resultado verdaderamente plúmbea,
metidos en una estimación comparada con tadas por Peters). La base de esla edición y que el único interés que puedo ver en ella
los registros Rea y Decca, pero si mayor ade- es la pane conservada del autógrafo de 1875, es el meramente histórico, el de ver cómo
cuación a Maddalena de Coigny que una Ca- y las partes orquestales escritas para la pri- se interpretaba esta música hace treinta años.
ballé ausente y disminuida. Su voz, plena de mera representación de la obra de Ibsen en
salud, color y densidad, sirve a una intér- Oslo en 1876, cotejables con una larga car- Las numerosas notas que he tomado re-
prete, no obstante, más aplicada que con- ta de Grieg fechada en 14 de diciembre de sultan imposibles de transcribir en su tota-
vencida, que alcanza un estimable momento 1875, y dirigida a Johan Hennum, director lidad, por limitaciones de espacio, por lo que
en La mamma mona. del Teatro de Oslo, que contiene numero- trataré de resumir lo que caracteriza a esta
sas indicaciones acerca de la interpretación versión, dejando claro que la crilica a estas
Giorgio Zancanaro canta muy bien su par- de las veintiséis piezas, que pueden conte- pautas interpretativas es muy personal.
te de Gerard, aunque en los instantes de su- ner, además de partes orquestales o voca-
perior intensidad dramática, que el personaje les, partes habladas y corales. Los tempi de Scherchen son, habitúa]men-
combina con los reflexivos (donde el barí- te, lentos, en ocasiones (comienzo de la ober-
tono veronés de una auténtica lección), pre- tura, recitativo y aria For behold darkness
Neeme Járvi, que hasta hace poco había shall come, aria / *no»' ihat my redeemer
cisaría algo más de presencia y empuje trabajado con el sello inglés Chandos, da
vocales. De cualquier modo, es preferible en livelh, por sólo poner algunos ejemplos) ver-
muestra, una vez más, de sus refinadas do- daderamente insoportables. No obstante,
conjunto a los resultados que proponen Mil- tes rapsódícas y de su mentalidad directo-
nes o Nucci. también peca por exceso en otros puntos
rial, básicamente analítica. Tiene a sus (Coro And he shall purify) pero, en gene-
Giuseppe Patané saca el partido conve- órdenes una orquesta trabajadora, de muy ral, hay más de lo primero.
niente a una partitura orquestal importan- respetable nivel, y unos coros contenidos y
te. Levine y ChaiHy, sin embargo, se delicados. Entre los solistas, destaquemos a Se utiliza constantemente la técnica
muestran más personales y variados. Lásti- la sensible Barbara Bonney, como Solveig, concertino-ripieno. dejando en más de una
ma que, dentro del correcto equipo de se- y entre las panes habladas, el irónico Peer, ocasión el papel de los violines primeros a
cundarios, no se hayan cuidado, como se del ¡lustre actor noruego Toralv Maurstad. uno sólo (aria Iknow..., mencionada antes).
merecen, los papeles de Bersi y la recchia Completa este memorable álbum la música El clavecín apenas si hace algo más que re-
Madelon. incidental para el drama histórico de Bjorn- currir continuamente a los arpegios. Los
son Sigurd Jorsalfar, mucho más breve, y contrastes dinámicos son muy acusados (la
F.F. quizá también, menos imaginativa que la de clásica alternancia f — p, pero muy exage-
Peer Gyni, pero bastante interesante —en rada), y se emplea con frecuencia en los fi-
especial las partes para tenor y coro—, y de nales el «molió rilardando» con regulador
GRIEG: Peer Cynt, Op. 23; Sigurd Jorsal- la que normalmente sólo se grababan para cresc.-dimin. (Coro Lifl up your heads. por
far, Op. 22: música incidental. Barbara Bon- el disco algunos fragmentos sinfónicos (co- ejemplo). En resumen, una visión totalmente
nty. Mi ría Andereson, Monica Einarson, mo la atractiva Marcha de Homenaje). Di- romántica, con abundancia de prolongado
Charlotte Forsberg, sopranos; Marianne Ek- rector, coro y orquesta deben recibir las legato y de recursos como el por (amen Lo
lof. mezzo-soprann: Kjell Magnus S and ve, mismas lisonjas que en la interpretación de (tanto en el coro como en la orquesta).
tenor: llrtaan Malmberg, Cari Cuslaf Holm- Peer Cynl, pero el tenor solista, Sandve.es
gren, barítonos: Wenche Foss, loralv sólo un cantante correcto, y con la voz no Desde el punto de vista de la ejecución,
Maurclad, Tor St»kke, partes habladas. totalmente a punto. tampoco cabe echar muchas flores. El cuar-
Conjunto Vocal di Gosia Ohlin. Coro de teto solista, es francamente flojo. Ellas tie-
Cámara Pro Música (maestro de coros: Cos- nen un vibrato acusado, y en las agilidades
ta OMin). Orquesta Sinfónica de Góteborg. Jo.R.B. no se muestran excesivamente seguras. Ellos,
Schcrzo 39
DISCOS
son aún peores. Herben se muestra muy jus- Es muy importante, a pesar de las reser- nieblas a la luz más cegadora a través del
tiio arriba; Slanden ofrece un víbralo exce- vas apuntadas, conocer esta revisión, la pri- monumental acorde de Do mayor. El trata-
sivo, y una entonación dudosa, y pal i na mera, dicho sea de paso de las cuatro que miento de los numerosos corales obedece a
claramente en las agilidades, en las que es Mozart realizaría de la producción de Haen- estas premisas que posibilitan una exposi-
imposible discernir qué eslá cantando El del (las otras: El Mesías, El festín de Ale- ción transparente de la rica polifonía —tan
Coro, por su parte, parece poco empasta- jandro y Oda para el día de Sania Cecilia/. haendeliana— que los anima. Afirmación
do, desafina abierlámenle en ocasiones (los En consecuencia, es de agradecer la apari- exultante, amplitud, pureza de línea, clari-
lenores, en el Aleluya, están horribles) y, con ción de esie registro, que. una vez más, de- dad de trazado, homogeneidad y regulari-
tanto portamento. llega a recordar a algu- muestra el interés de la marca alemana Orfeo dad cantabiles presiden todo el magno
nos coros de beatas cantando el Vayamos por salirse del repertorio (rulado. Con el edificio, ofrecido, sin embargo, con la sen-
jubilosos. La orquesta, en fin. tampoco es- acierto complementario de cuarteto vocal cillez y la transparencia exigidas.
taba en su mejor momento, especialmente elegido, en el que, incluso Robert Lloyd, no
en lo que a la afinación de la cuerda aguda estropea el conjunto, como es su costumbre. Un coro sensacional, una orquesta dúc-
se refiere. Pese a ello es, quizá, lo más pa- Quizá Schreier precise mayor flexibilidad en til, afinada y precisa, secundan los dictados
sable. La grabación, como las demás de es- la batuta; asi evitaría cierta uniformidad del veterano maestro checo (Praga, 1914),
ta serie escuchada hasta ahora, es muy global. que cuenta con un equipo de solistas voca-
aceptable. les perfectamente integrado en tales plantea-
No está de más, para terminar, recordar mientos. Espléndidas la Mar sha II y la Popp,
En resumen, salvo por su interés mera- tres legítimas de sobresaliente interés: las de cada una en su estilo, Gabriel y Eva de lu-
mente histórico, que en lodo caso contará Marriner. Deller y Eliol Gardiner. jo: la primera quizá mejora su prestación de
con pocos candidatos, versión que creo muy la versión de Jordán (Erato); la segunda ha-
desafortunada del genial oratorio han- F.F. bía grabado ya el arcángel con Dorad (Dec-
de li ano. ca) en 1978. lnieligente Howeil, bajo de
HAYDN: La Creación. Margare) Marsh al I timbre opaco y medios muy justos, que se
R.O.B. } Lucia Popp, sopranos; Vinson Colé, te- defiende en el Sol agudo del n° 7 y que ma-
nor; Cwynne Howtll, bajo; Demd Weikl, tiza adecuadamente de acuerdo con lo pe-
barítono. Coro y Orquesta Sin rímica de la dido por la batuta. Buen fraseggiatore Colé,
HAENDEL: Acisy Caíala (vmión de W. Radiodifusión de Baviera. Director: Rafael pero su voz es muy débil y excesivamente
A. Mozart). Edilh Malhis, Anthony Rolle KubHik. ORFEO C 150 «52 H. 2 compac- corta por abajo. Adecuado Weikl. Una ver-
Johnson, Robert Gambill, Kobert Lloyd. tos DDD. 114' 31". sión, pues, importante, de muy bella cali-
Coro y Orquesta de la ORF. Director: Pe- dad técnica además (las tomas están hechas
ler Schrtier. Orfeo C 133852 H. 2 Compac- En los últimos años esta indiscu- en marzo y septiembre de 1984), que se co-
tos DDD. 99' I I " . tible obra maestra de la música loca a la cabeza de las modernas al lado de
Esta obra de Haendel, designa- sin fon ico-coral de Franz Joseph la atractiva vía intermedia de Harnoncourt
da como masque, serenata, ora- Haydn ha conocido diversas nuevas versio- (Teldec). De las antiguas y aparte las inte-
torio, ele, es, sin duda, una nes di geográficas, con presencia incluso de resantes de Karajan I (DG) y de Munchin-
auténtica ópera por relatar incidentes dra- instrumentos originales de la época, como ger —dentro de su frialdad— (Decca), es
máticos (el segundo acto, después de un pri- en las muy bellas recreaciones de Kuhn y de preciso seguir recordando la monumental
mero descriptivo) a través de una Kuijken, ambas curiosamente Harmonía —aunque algo ampulosa— de Krauss (The
continuidad musical oportuna, requisitos in- Mundi. Viejos divos como Solti (Decca) y Haydn Society) y la linca, sencilla y lumi-
dispensables para encuadrarla en aquel gé- Karaian (DG), éste por segunda vez, han nosa, un tanto nalve, de Fosier (que EMI
nero. El criierio interpretativo adoptado ante tanteado también su acercamiento a la obra haría muy bien en reeditar), que liene, con
la partitura puede orientar el compiomiso: en la década de los ochenta con resultado diferencia, la mejor soprano y bajo de to-
escenario o sala de concierto. Esta segunda vario. das: Elisabeth Grümmer y Gottlob Frick.
opción es la que aparentemente elige el tenor- Vuelve a ser Harmonía Mundi, en esta
director Peter Schreier al encararse con la ocasión a través de su división Ibérica, la
revisión de Mozart de 1788 de la pastoral A.R.
compañía que está presente en la distribu-
haendeliana. ción en España de esta nueva versión de! ora- HAYDN: Missa in honorem Bealissimae
Acis y Calatea fue escrita por Haendel du- i torio firmada por el sello alemán Orfeo, que Virginis Mariae, Missa brevis Sancti Joan-
rante e! período en que fue maestro de ca- tantas cosas interesantes está incluyendo en nis de Deo. Georg Nigl y Dominik Oriesch-
pilla del duque de Chandos, entre 1717 y su catálogo. Lo primero que llama la aten- n>R, sopranos. Michiel Sehwtndingtr,
1720. Contando el compositor con reduci- ción en la dirección de ese gran músico que contralto. Peler JdosiU, tenor. Anión Stha-
dos elementos, la obra está concebida para es Kubelik se localiza en el equilibrio clási- rioger, bajo. Wienrr SanKerknabe». Chorus
cinco cantantes (los solistas, más otro tenor, co que consigue en su acercamiento a la par- Vknnensis. Martin Hasdhmk. órgano. Wie-
hacían también de coro) y siete instrumen- titura que, no obstante, aparece observada ner Symphoniker. Director: I »e Chrisüait
tistas. No es raro por ello que la partitura desde una perspectiva levemente prerromán- Harrer. Philips 420 162-2. Compacto DDD
se distinga por el encamo de su sencillez e tica. La batuta gobierna un conjunto orques- (ST46").
intimidad. Cualidades que desaparecen en tal y coral de cierta amplitud, muy próximo
el arreglo mozartíno, en pro de una sonori- a) que debió de ser utilizado en c! Palacio Además de las seis últimas misas,
dad en consonancia con los gustos de su épo- Schwarzenberg de Viena el 29 de abril de compuestas entre 1796 y 1802.
ca, lo que se traduce (por lo menos, es lo 1798; pero no hay ni un exceso, ni un efec- escribió Haydn otras ocho, entre
que sugiere la audición de este registro) en tismo —a no ser los que, un tanto infantil- lósanos 1750 y 1782. A este segundo grupo
una ampulosidad y pesantez impropias de mente a veces, pide la propia escritura—, ni pertenecen las dos cuyos títulos encabezan
una composición de estas características. El un atrope][amiento, ni un plano que no re- este comentario. Ambas composiciones ofre-
refuerzo instrumental y coral es el único ob- sulte de lo que se adivina un estudio serio cen un único punto común: la intervención
jetivo de Mozart. quien, en contra de las li- y concienzudo de lo pedido por el autor, cu- del órgano como instrumento solista, y no
bertades que solían admitirse en similar tipo yo estilo y características quedan admirable- con el carácter que se le otorga en las res-
de trabajos, respeta el orden y cuantía de los mente preservados. Esa sensación de tantes misas, de ser un instrumento más del
números de la pieza originaria. Solamente interpretación ordenada, redonda, musical, conjunto orquestal. De ahí que estas misas
introduce dos fragmentos orquestales del sin aristas, bellamente cincelada, muy her- sean también conocidas con el nombre de
Concertó Grosso opus 6 y, lo que nos pare- mosa de sonido, se percibe ya en la forma Misas para órgano.
ce más importante, hace algunos cambios en en la que el Caos, el originalísimo y armó- No estamos, por supuesto, ante compo-
las participaciones contables. Asi: la inter- nicamente avanzado preludio de la obra, está siciones vocales de la última época haydnía-
vención de la soprano (Galatea), destacada diseflado, matizado, acentuado y fraseado, na, caracterizada por un elevado nivel de
en solitario, en el coro inicial o la presencia con la mayor de las naturalidades, y en la madurez artística en este terreno. Natural-
de dicho coro cerrando el dúo de los prota- manera en que se marca, en un sobrecoge- mente, ello no resta ni interés ni genialidad
gonistas Wohl uns! ¿No es esto, pues, un dor pianisimo, la entrada inmediata del ba- a estas páginas. Al contrario, la Missa in ho-
intento por parle del músico salzburgués de jo, que prepara el terreno al coro para que norem Beatissimae Virginis Mariae o, como
hacer hincapié en la teatralidad que encuen- éste establezca mágicamente, enlazando con popularmente se la llama, la Gran Misa con
tra en Acis y Galatea? una milagrosa orquesta, el tránsito de las ti- órgano, es muy interesante, por presagiar al-
gunos de los elementos que aparecen en la
40 Scherzo
DISCOS
última serie de misas: el equilibrio estructu- La vitalidad y el colorido de que gozan un compositor especialmente atraído por la
ra] conjunto, por ejemplo, y el uso, consi- las interpretaciones de estas obras por Pin- voz humana, a la que dedicó la mayor par-
derablemente desarrollado, del cuarteto nock y su grupo no tienen paralelo en la dis- te de su no muy prolífica producción. Asi:
solista, como en el Benedictas, y en el Chris- cografía. Desde el asombroso pianísimo nueve óperas, algunas operetas a] estilo de
lieeleison, anticipan en muchos años estos inicial de la Sinfonía n. ° 6, todo son acier- Gilben y Sullivan, corales y canciones. Sá-
mismos rasgos, que aparecerán en la The- tos en unas versiones dominadas por el jue- vitri¡(escrita en 1908, estrenada en 1916) jun-
resienmesse, o en la Ñelson messe. El em- go y la gracia. Además de con una total to The wandering schoíar (de 1951) son sus
pleo de los solistas y del coro dentro de cada corrección estilística, esta grabación cuenta obras teatrales más reconocidas, que mere-
sección la aproxima a la estructura de la también con unas espléndidas intervencio- cen regular atención por pane de la escena
cantata-misa napolitana en mayor grado que nes solistas —las obras están llenas de solos inglesa, pero que fuera de sus fronteras no
ninguna otra de las misas de Haydn. obligados— de los miembros de la English pasan de ser una simple referencia erudita.
Los Niños Cantores de Viena y el Cho- Concert. Una oportunidad única para dis- Es por ello que este disco tiene un interés ini-
rus Viennensis, realizan una magistral inter- frutar del primer Haydn en una visión em- cial imprescindible para el interesado en la
pretación de ambas obras. Estamos en papada de ingenuidad musical. música teatral Inglesa, particularmente en
presencia de dos conjuntos vocales posee- Benjamín Brillen, que tanto debe a aquél.
dores de una perfección técnica envidiable El texto de Sávilri, original de! propio com-
E.M.M, positor, recoge un episodio de la epopeya
y, además, expertos conocedores del clasi-
cismo vienes. Debo resallar las magníficas sánscrita del Mahabharala donde se cuenta
cualidades vocales de los niños, que cantan HOLST: Los planetas. Miembros del Coro cómo la protagonista, por amor, logra res-
las partes solistas, tanto cuando intervienen de la Filarmónica de Londres. Orquesta Fi- catar de la muerte a su esposo Satyavan. Con
acompañados por el tenor o el bajo, como larmónica de Londres. Director: sir Adrián tres solistas, un conjunto instrumental de do-
cuando lo hacen en solitario: el Kyrie. en el Boult. Precisión Records Compacto PVCD ce elementos y el coro, que sólo canta la vo-
primer caso o, en el segundo, el Benedicius, 8381148-57"). Grabado en 1954. Distribui- cal u de la palabra sun (sol), Holst crea una
de la Missa Sancti Joannis de Dea. La bri- do por Maslertrax. obra musical de gran belleza, austera, per-
llante aria del tenor en el Incarnatus no re- sonal e imaginativa. La versión, además, es-
sulta demasiado convincente en la voz de Tercer disco de esta serie que lle- tá correctamente servida, aunque la
Peter Jelosits, algo insegura y no muy lim- OS© ga a mis manos. Los comentarios protagonista femenina es inferior, por voz
pia. Por lo demás, y salvando esta pequeña sobre precio, presentación, etcé- y sensibilidad, a la que figura en una edi-
objeción, la lectura de estas páginas, tanto tera, son totalmente paralelos a los citados ción anterior de la obra (Janet Baker), re-
por los conjuntos vocal y orquesta, como para la Segunda Sinfonía de Elgar, por lo gistro aún en catálogo en el mercado inglés.
por los solistas, merece un puesto de prima- que remito al lector a dicho comentario. El disco Hyperión (Sávilri dura un poco
da en la interpretación de este tipo de obras. Por lo demás, es bueno tener la versión más de media hora) se completa con el ci-
Dentro de este excelente cuadro interpreta- de Boult de esta suite, de la que fue uno de clo de canciones agrupadas bajo el título The
tivo, sería injusto no hacer una especial men- sus mejores intérpretes. El director británi- Dream-City (La ciudad del sueño), Diez can-
ción al organista Martin Kaselbóck, que co emplea unos tempi considerablemente ciones sobre textos del poeta Humen Wol-
interviene como solista en repetidas ocasio- más rápidos que Dutoil (Decca), y se halla fe. escritas por Holst. entre 1917 y 1929,
nes y, en particular, en algunos números de más cerca de la aproximación de, por ejem- orquestadas y reunidas por Colin Matthews
ambas misas como, por ejemplo, en los dos plo, Karajan (también Decca). Es, pues, una en tres partes, con habilidad y bastante res-
Benedicius, en los que el órgano tiene una versión más agresiva /Marte), brillante y ex- peto por el original. La soprano Patrizia
destacada presencia. trovertida que la del titular de la Sinfónica Kwella da el conveniente relieve musical al
de Montreal. La segunda sección de Júpi- conjunto de canciones, muy bien sostenida
ter está expuesta de una forma muy solem- por Richard Hickox, preciso y poético tra-
Finalmente, y por lo que hace a ta infor- ductor de este mundo sutil y de ensueño que
mación recogida en los comentarios que ne; Urano nos ofrece un aire de marcha a el ciclo sugiere. El impecable registro, de
acompañan al disco, resulia bastante esca- lo Dukas muy convincente. Neptuno está en- 1983, no hace más que aumentar el interés
sa y pobre de contenido. Creo que se debe- vuelto en una sugestiva atmósfera de miste- por la grabación.
rían haber esmerado un poco más en este rio, y cuenta con una excelente contribución
punto. coral.
F.G.Ü. Por su parte, la Filarmónica Londinense F.F.
se muestra en muy buena forma, aunque el
metal no es lan poderoso y redondo como
HAYDN: Sinfonía n." 6 en re mayor «La el de sus colegas de Montreal ni, por supues- HUME: PoeiicalMusicke. Thefirstpan of
mañanan. Sinfonía n." 7 en do mayor «El to, como el de la Filarmónica Vienesa Ayres. Moni ser ral Figucras, soprano; Paul
mediodía». Sinfonía n,° Sen sol mayor « La (Karajan). HilÜer, bajo, llesperion XX. Director: Jortli
tarde». Tbe Engllsh Conceri. Director Tre- Savall. EM1 Deutsche Harmonía Mundi.
vor Pinnock. Arcbiv 423 098-Z. Comparto. En cuanto a grabación, también aquí es CDC 749253 2. Compacto. ADD. 5«'2O".
DDD. 64'34". aplicable lo dicho para el caso de Elgar. El
sonido es muy aceptable, teniendo en cuen- La recuperación de la música de
En 1761 compone Haydn este ta la edad de la grabación. No obstante, pue- Tobías Hume (1569-1645) va in-
tríptico sinfónico para sus nue- de considerarse que, en obras como ésta, la disolublemente ligada a! nombre
vos patronos, los príncipes de Es- brillantez sonora es fundamental, y en ese de Jordi Savall. Como primer gambista de
terházy. Esta pintura musical de las partes sentido no dabe duda de quién es el gana- nuestro tiempo, el músico catalán nos ofre-
del día —el cierre con una sinfonía final de- dor (Duloit). Sin embargo, creo que la lec- ció ya un disco impresionante de los Musi-
dicada a La noche, que figuraba en el plan tura de Boult es muy, muy buena y, al precio cal! Humors (Astree E 7723, puede verse la
inicial, acabó por ser desechado —supone que se ofrece, sólo Karajan puede hacerle reseña de J.C.C.A. en SCHERZO n." 16,
un momento de crecimiento en el lenguaje la competencia. En definitiva, si todas las página 36), mientras que en su faceta de di-
sinfónico temprano del compositor. Pero, reediciones de esta casa son como ésta, ha- rector nos da. junto a su grupo, una mues-
incluso reconociendo esto, no deben dejar bremos de darles calurosa bienvenida. tra completamente distinta de la música del
de indicarse las contradicciones y los titu- capitán Hume. Ciertamente, Hume fue, so-
beos. Junto a una fértil capacidad inventi- bre todo, uno de los más grandes intérpre-
va, Kaydn da muestras de verse todavía R.O.B. tes de viola de su tiempo. Ello se nota, pues
obligado a acogerse a procedimientos muy la mejor música que escribió se encuentra
convencionales. Como trilogía, estas sinfo- HOLST: Sávilri. Felkiiy Palmer, Philip en la serie antes citada Musicall Humors.
nías forman un conjunto más bien desigual, Langridge, Slepben Vareo*. The Richard También en ¡as colecciones de ¡as que se ocu-
debido, concretamente, a la menor consis- Hickox Síngers. The Dream-City. Palrizia pa este disco se puede comprobar el interés
tencia que presenta la Sinfonía n. ° 8. Pese Kwdla. City oí London Sinfonía. Director: constante de Hume por su instrumento fa-
a la inspiración extralnusical de las obras, Richard Hickox. Hypcrion CDA 66099. vorito, bien cuando lo integra en forma de
los instantes estrictamente descriptivos se re- DDD. 58' 03". Consort, bien cuando lo utiliza para acom-
ducen al Amanecer de] primer tiempo de la pañar a la voz, cometido en el que deseaba
Sinfonía n." 6 y la Tempestad que pone fin Gustav Holst es mundial mente que la viola desplazase al laúd. En todas es-
a la Sinfonía n. ° 8. conocido por su obra sinfónica tas obras, pero sobre todo en The Souldiers
Los Planetas. Sin embargo, fue
Scherzo 41
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Song y en Tobacco, se comprueba el carác- tados, la carencia se vive aquí como Las cosas cambian, sorprendentemente,
ler siempre cargada de personalidad del ar- irrecuperable mutilación. en el tiempo lento, donde está bien captado
le de Hume, ese gusto por lo inhabitual que Es una situación que ni Chailly ni el Ni- el tono cantabile y las ornamentaciones de
llevó a Gusta ve Reese a calificar a nuestro ño del Remedio pueden solventar. Queda el la cuerda no son nunca empalagosas, man-
compositor como el músico más excéntrico testimonio de un trabajo probablemente sin- teniéndose siempre el aire grave y un afán
de su época. cero y lleno de empeño. Pero si a la tosque- expresivo que nos lleva a pensar que Bych-
En una primera audición, este registro dad impuesta por la Historia añadimos la kov cree en este movimiento, que algunos
causa un impacto menor que el giabado en propia del director, ese soso treíntañero, el consideran el punto más débil de la obra.
solitario por Savall de los Musicall Humon. conjunto no excede de lo discreto, aunque En el resto, la buena impresión se man-
Pero una escucha más atenta revela todos la lectura sea clara y diligente. Falta sensi- tiene, pero queda alguna bruma sin disipar,
sus valores musicales. Quizá la música con- bilidad, delicadeza, patetismo y barbarie, ya que, pese a las virtudes apuntadas, en el
tenida no sea de la misma altura, porque a que todo hay en semejante viña, y la ejecu- fondo todo es un poco estático, archicalcu-
fin de cuentas Hume fue, ante todo, un gam- ción no pone ninguna de estas cualidades de lado, a veces el detalle fulgurante tiene más
bisla. Pero lo indudable es la excelencia de manifiesto: hay, más bien, grisura, conten- importancia que el curso de la sinfonía, o
la interpretación, que nos restituye en toda ción y corrección. su trazado esencial, y jamás estamos frente
su belleza unas piezas olvidadas injustamen- Para completar el álbum han añadido la a una versión de referencia, como la que ha-
te. La linea interpretativa escogida corres- schónbergiana Noche transfigurada: no vean ce Klemperer del primer tiempo de la «Es-
ponde ai quehacer estilístico propio de Savall ustedes el susto que uno se lleva al desplo- cocesa», o Szell del cuarto de la «Italiana:
y Hesperion XX: contención, sobriedad y marse desde las celestiales alturas del Fa sos-
una cierta seriedad en absoluto inapropía- tenido mayor con que la obra mahleriana
da o inexpresiva. Sobresalientes prestacio- J.M.S.
nes solistas, tanto vocales como instrumen- concluye al abismal Re menor con apoya-
tales. tura del 6° grado con que la pieza del calvo
comienza, si no se ha tenido la precaución
de parar el aparato por enmedio y fumarse MOZART: Conciertos para violln y orques-
E.M.M. un cigarrito (de esos que tanto molestan al ta N° 3 en Sol Mayor, K. 216 yN" 5 en La
gobierno) con el fin de tomar nuevos aires Mayor, K. 219. Adagio en Mi Mayor, K.
antes de proseguir la audición. Chailly nos 261. Cho Liang Lin, violtn. English Cham-
MAHLER: Sinfonía n° 10 (Versión de con- ber OrchesU. Dir.: Raymond Lenpard. CBS
cierto realizada por D. Cooke). SCHON- cuenta la obra con un aire muy zarzuelero
y marchosillo que no deja de agradecerse en M 42364.
BERG: Verkiarte Ñachí (Versión para
orquesta de cuerda) Radlo-Symphonie Or- partitura tan aborrascada, aunque se eche Los cinco conciertos para violin de Mo-
chester Berlín. Dir.: Riccardo ChaMy. Ál- a faltar ese trascendentalismo tristanesco tan zart son fruto de juventud; todos ellos da-
bum 2 Discos compartos DECCA 421 181-2. típico y tan finisecular. Cosas de la vida pos- tan de 1775, cuando el salzburgués contaba
DDD. 1987. moderna de ahora. diecinueve arlos. Aunque no alcanzan el ni-
vel de perfección y madurez que podemos
La Décima Sinfonía de Mahler observar en los últimos conciertos para pia-
(como el acto III de Lulu) trae J.L.T. no (instrumento que dominaba más y al que
inevitablemente a la memoria los se sentía más ligado) o en el maravilloso para
esclavos inacabados de Miguel Ángel: en su MENDELSSHON: Sinfonía N.° 3 en La clarinete, todas estas obras tienen el sello de
presencia uno no deja (infructuosamente) de menor, Op, 56«Escocesa». SinfoníaN."4 Mozart, su gran facilidad para dar con el te-
imaginar cómo hubieran sido las esculturas en La mayor, Op. 90 «Italiana». Orquesta ma galante, aparentemente fácil, pero con-
concluidas. En el estado presente, exhiben Filarmónica de Londres. Director: Semyon tagiosamente bonito. Es por eso por lo que
un aspecto de brutalidad sin límite que los Bychkov. Philips-Compteto. DDD. 68'39". movimientos como el adagio del Concierto
aleja, en pos de no se sabe qué horizonte casi K. 216 se han hecho tremendamente popu-
expresionista, de cualquier otra estatua de Semyon Bychkov, nuevo valor lares (dentro de lo que cabe en este mundo,
su época: lo que les falta de elaboración se de la dirección orquestal, llega a claro). Este disco contiene dos de los con-
ve ampliamente compensado (para nosotros, nosotros con dos obras de estric- ciertos más conocidos del ciclo, así como e!
a semejante distancia temporal) con ese ca- to repertorio, impulsadas por el admirable Adagio K. 261, iniciaimente sustituto del ori-
rácter azarosamente visionario que su incon- soporte sonoro que supone este registro. Hay ginal en el Concierto K. 219, al parecer a ins-
creción, hoy, genera; esa misma sensación que decir que en el director ruso, quien sa- tancias de Antonio Brunetti (concertino en
sobrecogedora de desgarramiento y trasiem- be en primera instancia captar nuestra aten- Salzburgo). Este adagio K. 261 es, sin du-
poralidad ofrecida por el torso de Belvede- ción, se adviene el gusto por la frase amplía, da, muy bonito, aunque particularmente
re: la carencia se ofrece como una forma de la respetuosa jerarquía de los diversos pla- coincido con Leppard en no explicarme por
plenitud. nos sonoros —resaltando oportunamente la qué el original (justamente restituido) debía
activa participación de las maderas en am- reemplazarse.
Pero la música, ¡ay!, solamente cabe ima- bas obras—, y un tono discursivo y refina-
ginarla como proposición última, como irre- do que no rehuye las explosiones Cho-Liang Lin es un joven violinista que
nunciable presente. Gustav Mahler dejó su vehementes. ya asombró a los madrileños cuando, ape-
última obra sin perfilar, y el resultado final nas adolescente, ganó el Concurso Reina So-
del trabajo de Cooke (como el de Cerha en En la «italiana», más equilibrada como fia y se presentó con gran éxito después, en
Lulu) merece todo el encomio que cabe dis- obra y como versión, Bychkov exhibe un el mismo escenario, con la Sinfónica de
pensar a un esfuerzo honesto, científico y buen control de la dinámica, fogosidad y re- RTVE.
por demás voluntarioso: se trata —como el solución en los fugados —si bien, engarza-
propio musicólogo ha dicho reiterada- El oriental poseía —y conserva— un so-
dos al discurso— y, en general, magníficas nido abundante y bonito, una técnica con-
mente— no de presentar la imposible ter- prestaciones de signo virtuosístico en los di-
minación de una obra detenida en pleno siderable y unos criterios musicales en
versos cometidos de las maderas, un poco general muy aceptables. Sin embargo, en el
progreso, sino de hacer sonar más o me- a lo Maazel, pero sin llegar a transmitir su
nos aproximadamente aquello que Mah- presente disco, y aunque su intención, den-
energía desbordante. tro de la tradición más rigurosa (léase nada
ler tenía en la cabeza (y, claro está, sobre
el papel) en el mismo punto en el que una La «Escocesa» tiene más altibajos. Tam- que ver con los Harnoncourt y compañía),
llamada más imperiosa le obligase a aban- bién aquí Bychkov trata de domeñar la vita- es loable, la traducción es menos satisfac-
donarlo. Para un compositor con semejan- lidad indomable de una obra cuyos toria. Asi, junto a tempi generalmente bien
te grado de invención tímbrica, ta fina- movimientos debieran sucederse sin inte- escogidos, matización cuidada y fraseo bien
lización de la obra implicaba un nivel de re- rrupción, peculiaridad que no se respeta por pensado, encontramos excesivo víbralo, en-
finamiento al que aún estaba ¡ejos de arri- adaptarse a la forma habitual de separación tonación lejos de lo irreprochable y empleo
bar, cosa que la versión de Cooke pone bien entre ellos que distingue al compacto. en demasía de recursos «románticos» como
de manifiesto (de ahí su honradez). Lo que El contraste más acentuado se da entre los el portameiito; esto, en un concierto en vi-
se escucha es de una tosquedad notable (si movimientos 3." y 4.°, El scherzo escá ex- vo, pasaría sin más consecuencias, pero su
lo comparamos con la Novena o La canción puesto atropelladamente, como un tiempo audición repetida en disco creo que resulta
de la tierra) pero, a diferencia de lo que su- de paso que hubiese que dejar pronto atrás. —al menos en mi caso— un tanto irritante,
cede con los marmóreos ejemplos arriba ci- Los climax son forzados, y la levedad y el dado que conduce a inevitables rupturas del
toque mágico brillan por su ausencia. discurso musical.
44 Scherzo
DISCOS
Puestos a escoger, le veo algo más acer- celente soporte sonoro, que nos hubiese per- tico (Brahms, Liszt). La primera de las Pie-
tado en el K. 219, aunque también aquí « lo mitido oír todo..., si lo hubiera. Réquiem zas Op. 3 transmite un clima de lied muy
estropea» de cuando en cuando, por los mo- recomendable únicamente a aquellos que va- cercano a Schubert. Estas mismas pautas son
tivos antes citados. El acompañamiento de loren en primer termino la sobriedad, y se válidas para la Suite sinfónica (que recuer-
Leppard, en cambio, es, también dentro de conformen con ella. da continuamente a Brahms), y para las Ba-
la más absoluta tradición, una delicia de li- gatelas. Encontré relativamente monótonas
gereza, claridad y sensibilidad. Una verda- J.M.S. y faltas de expresividad Festivala Preiude y
dera lección de lo que acompañar significa The Dream of Merry Chritmas. En la Cha-
en términos de dialogar, de apoyar, no de cona (ya de 1916) nos vamos ya a una obra
mera comparsa. NIELSEN; Obra completa para piano 15 ambiciosa: su escritura es más contrapun-
piezas Op, 3; Suite sinfónica Op. 8; Humo- tistica, y la mezcla con elementos formales
Mi prensado tenía algunas frituras en la resque Bagatelles Op. 11; Festival Preiude; más modernos proporciona un contraste de
primera cara, pero, por lo demás, la graba- The Dream of Merry Christmas; Chacona gran efecto. El tema y variaciones, la Suite
ción es muy buena. En definitiva, y a falta Op. 32; Tema y variaciones Op. 40; Suite Op. 45 y las 3 piezas Op. 59 son, probable-
de una grabación de este ciclo a cargo de al- Op. 45; Tres piezas Op. 59; Músico para jó- mente, las composiciones más completas, y
guno de los representantes de las nuevas venes y ancianos, Op. 53; Pieza en Do). Mi- también las más avanzadas. Nos movemos
—¿o viejas?— tendencias interpretativas, na Miller, piano. Hyperion Compacto COA aquí entre los restos del último romanticis-
prefiero, por ejemplo, la de Zukerman/Ba- 66231/2 (2 discug, DDD, l i r i O " ) . mo, detalles claramente impresionistas e in-
remboim (también CBS, no remitido para cursiones en las -—para entonces— modernas
crítica) pese a que tampoco creo que resis- tendencias compositivas, con creciente uso
tiera una competencia más fuerte. El danés Car! Nielsen (1865-
1931) no ha sido tratado por los de las disonancias y flexibilidad c indefini-
R.O.B. intírpreies con mucha excelen- ción tonal. Las 25 piezas que componen la
cia, que digamos, especialmente por estos Música para jóvenes y ancianos son una
pagos, donde su música permanece constan- suerte de delicioso Microcosmos escrito por
MOZART: Réquiem. Yvonne Kenny, Samh Nielsen, con la peculiaridad de haber limi-
Walker, William Kendal, David Wilson- temente ausente en conciertos y grabaciones.
Sus sinfonías, forma en la que se ha hecho tado la escritura a un intervalo de quinta pa-
Johnson. Choir of Sainl John's College, ra cada mano. Esta colección de ejercicios
Cambridge. EnglUh Chamber Orcbestra. mas popular, son interpretadas y grabadas
de vez en cuando por ahí fuera. —y la Pieza en Do, que contiene similar
Director: Georg Guest. Copado-Digital atmósfera— cierran la obra pianística del da-
Chandas 8574 (1987). Duración: 54'18". Particularmente, siempre me he sentido nés con una vuelta a los orígenes, a las mi-
atraído en buena manera por la música que niaturas con que comenzó sus composiciones
El Réquiem de Mozart admite he llegado a conocer de él. Debo confesar para el teclado. Vuelta que, no obstante, es
una variedad de enfoques, crite- que nunca había tenido ocasión de escuchar fascinadoramentc distinta del principio, des-
rios y acercamientos, que lo ha- ninguna de sus composiciones para piano. de el punto de vista estilístico. En conjun-
cen singular y acaso único. Por ello, sólo pa- Hasta donde he podido saber, sólo cuatro to, pues, obras que tienen interés vario, pero
rece esquivar, o resentirse, ante los plantea- artistas han llevado algunas, o todas las que, personalmente, me han proporciona-
mientos más faltos de garra, tímidos o obras pianísticas del compositor danés al dis- do muy agradables ratos.
escasamente comprometidos. En el caso de co (Ogdon, RCA; Skjold Rasmussen, Fo-
la versión editada por Chandos, comanda- na; Me Cabe, Decca. y Westenholz, BIS).
da por el veterano George Guest, la indefi- No tengo conocimiento de que ninguna Desde el punto de vista interpretativo, la
nición, por ausencia de presupuestos de estas grabaciones haya llegado al merca- Miller se beneficia del, sin duda, profundo
concretos que sirvan de motor de arranque, do español (sólo las dos últimas citadas son estudio que ha tenido que realizar de estas
es lo que hace que el presente empeño que- integrales). Así, pues, éste tiene toda la pinta obras, que entiende, siente y traduce con mu-
de un tanto a medio camino. de ser un debut discográfico, en lo que a sicalidad indudable. No obstante, su carre-
Guest emplea para su Réquiem una or- nuestro país se refiere. ra, un tanto académica, ha perjudicado sus
questa de cámara y unos coros no especial- Nielsen estaba lejos, al parecer, de ser un recursos como virtuosa, por lo que en los
mente robustos, ni nutridos. Este acierto consumado pianista, por lo que su conoci- pasajes técnicamente más difíciles está lejos
básico no le sirve al director gales para re- miento de los recursos técnicos y expresivos de ser impecable, acusando algunos fallos
crear el peculiar universo (imbrico de esta del piano era limitado. En estas circunstan- mecánicos y una articulación simplemente
misa (en este caso hubiera sido deseable el cias, parece que, al menos en buena parte regular. Por otra parte, su uso del pedal es,
uso de instrumenios originales), en la que de las obras, algunos pianistas contempo- en ocasiones, excesivo, lo que, además se ve
las sonoridades oscuras y penetrantes del fa- ráneos tuvieron algo que ver. La aparente agravado por una grabación con demasia-
got y el como di bassetto crean una atmós- distorsión que tales influencias hayan podi- da resonancia (no consta el lugar de graba-
fera semejante a la de aquellas obras de do tener en ta verdadera intención del com- ción). Por ello, no es de extrañar que se
Mozart destinadas al culto masónico. positor, ha llevado a la estudiosa y pianista encuentre más en su jugo en las piezas más
norteamericana Mina Miller a realizar una pequeñas y fáciles (Op. 3, Op. 11. Op. 53),
En estas circunstancias, y con la mayor labor depurativa de lo que pudiera conside- que transmite con un mimo y encanto ex-
tranquilidad. Guest igual nos sirve la com- rarse ajeno al propio Nielsen. Esto se ha tra- traordinarios. En conjunto, no obstante, su
pleja polifonía del Domine Jesu, que el in- ducido en una edición completa de su obra labor es muy aceptable, y aunque de haber
mediatamente posterior Hostias, cuya pianística, debida a la mencionada artista más competencia podría salir mal parada en
homofonia estricta no desmiente las reso- (Edition Wiihelm Hansen. Copenhagen), la comparación, su grabación viene a cubrir
nancias gregorianas. Los coros del KyHe, que es la que se ha grabado en este álbum. una, para mi, imperdonable laguna en el re-
contagiados por la asepsia de su director, y Ño es éste el lugar para enjuiciar la labor mu- pertorio pianístico.
con dicción del texto dudosa, cantan la do- sicológica de la Miller, que requeriría un
ble fuga conclusiva como si se tratase de un análisis pormenorizado de las ediciones an- En resumen, pues, álbum que debe gus-
ejercicio académico, que únicamente nos tes > después. Sin embargo, el terreno siem- tar a todos los buenos aficionados a Niel-
produce placer por lo bien que están sepa- pre es peligroso, por la eterna y difícil sen y al piano. Los pequeños fallos de
rados técnicamente en este registro. pregunta de ¿dónde acaba Nielsen y dón- grabación (de vez en cuando se oye también
Por si fuera poco, flaco servicio nos hace de empieza lo ajeno? el pisado del pedal) y algunas limitaciones téc-
el cuarteto solista, inferior global mente a nicas de la pianista, no me impiden dedicar
tantos que han llevado esta obra al disco, a estos discos mi más calurosa recomenda-
La impresión que produce la audición de ción. Sin la menor duda, es uno de los ejem-
y en el que sólo sobresale, mínimamente, la estas obras es muy curiosa. Situadas en los plares más interesantes que me ha
soprano Yvonne Kenny. Su intervención lle- discos —sabiamente— por orden cronoló- correspondido comentar.
va a que páginas como el Recordare, o el Be- gico, abarcan el periodo que va desde 1890
nedictus, queden notoriamente deslucidas. 15 piezas Op. 3), hasta 1931, ano del falle-
En síntesis, lo esencial del Réquiem de cimiento de Nielsen (Pieza en Do), y se ob- R.O.B.
Guest es su ausencia de tensiones, de con- serva a lo largo de ellas una progresiva y un
trastes, de luces y de sombras, que conduce tanto peculiar evolución. Asi, las piezas del PROKOFIEV:-Sinfonía N.° 5 en Si bemol
a una omnipresente claridad, que aquí no primer disco son muy clásicas en formas y mayor, Op, 100. fres números de la Suite
es sino limitación. lineas, compartiendo estilos cercanos a los de valses Op. 110. Orquesta Nacional de Es-
Conclusión: Se ha desaprovechado un ex- grandes maestros del romanticismo pianís- cocia. Director; Necne Járvi. Chando»CD
Scherzo 45
DISCOS
8450. DDD. 57'IÜ", Fabricado en Alema- te correcta y unas voces —ya lo saben la libertad formal de Leí triolets y la serena
nia. Comentarios de Noel Goodwln, en ustedes de antemano— simplemente mara- expresividad de L 'enharmonique, pasando
inglés- villosas, con una Dido irrepetible (Ftagstad), por la contagiosa melodía de Les sauvages
y una Elisabeth Schwarzkopf en tres pape- y la suave galantería de los minuetos.
e»n««CT Según Prokofiev, ta melodía es, les diferetes. No les afecta el anacronismo ¿Qué decir de la interpretación? Christie
Dg© con mucho, el principal elemen- de la interpretación, aunque recientes lectu- es un músico especialmente ligado a la mú-
TwHi
10 de la música, y el mismo Stra- ras fonográficas hayan aportado nueva luz sica francesa, convertido en apóstol de és-
vinsky decía, en 1939, algo muy similar: (asi, las dos de Leppard —Etato y Philips— ta, especialmente a través de su grupo Les
«Empiezo a pensar, de acuerdo con el gran en una interesante vía muy barroca, ajena Ans Florissants, con el que ha realizado es-
público, que la melodía debe conservar su sin embargo a instrumentos de la época; o pléndidas grabaciones. En su faceta de cla-
jerarquía en la cima de los elementos que las de Harnoncourt — Teldec— y Cohén — vecín isla se prodiga menos. Aquí utiliza dos
componen la música.» Harmonía Mundi— con criterios puristas, clavecines procedentes del Museo del Con-
aunque hay que hacer notar que hace muy servatorio de París, un Goujon-Swanen fSui-
Evidentemente, Prokofiev es un compo- poco que alguien se ha acercado por vez pri- le en La) y un Ruckers-Taskin ISuite en Sol).
sitor de melodías y. de sus obras, la Quima mera a esta obra con instrumentos origina- (Ignoro por qué no se da la fecha de cons-
Sinfonía es una de las que exhibe mayor ri- les). En resumen, este Dido histórico no trucción de ninguno de los dos.) Ambos son
queza melódica, combinada con una buena queda, ni mucho menos, excluido por ver- espléndidos instrumentos, de muy hermoso
dosis de optimismo y toneladas de brillan- siones posteriores, acaso más adecuadas es- y equilibrado sonido, que ha sido captado
tez orquestal. No es ésta una música som- tilísticamente. No le aféctala misma cuestión con particular acierto. Chrislie les saca el
bría y de trágica grandeza, como la Sexla, que a otras obras, que ya no se pueden es- máximo partido. En general, opta por lem-
ni agria y áspeía, como la Tercera. De estas cuchar después de oírlas con otros criterios. pos mis moderados que Cilbert (ARCHIV),
últimas, apenas se encuentran versiones en recurre a los adornos con medida justa y ex-
el mercado. En cambio, de la Quima, sin quisito gusto, y expone su mensaje con una
buscar mucho pueden encontrarse las si- S.M.B. claridad de articulación envidiable (lo que
guientes: André Previn/Filarmónica de Los no es poco en música tan enrevesada como
Angeles {Philips DDD, Primera sinfonía), esta).
Ashkenazy/Concertgebouw (Decca DDD, RAMEAU: Nouvelles Suiles de Piecet de
Sueños). Marti non/Orquesta Nacional de la Clavecín (1718). William Christie, clavecín.
ORTF (Hispavox, LP Primera sinfonía), Harmonía Mundi Compacto HMC 901121 En la piezas más libres (Les Triolets, AUe-
Alain Lombard/Filarmónica de Estrasbur- (ADD, 64' 08"). mande) parece introducirse mejor que Gil-
go (LP, Erato), Bernsiein/Filarmónica de fs- bert en el peculiar mundo de floreo francés,
rael (LP, CBS). Estas colecciones de piezas para y su sentido de la grandeur se antoja más
clavecín pertenecen a la madurez adecuado que el de éste. Los cambios de re-
Sí a ta anterior añadimos la vieja versión mae de Rameau, y no es la primera gistro están realizados con sabiduría, sin que
de Maazel con la Orquesta de Cleveland vez que son llevadas al disco. La Suile en se perciba ruptura alguna en el mensaje, tan-
(Decca), y la de Rozhdestvenski en graba- La Mayor es, de las dos incluidas aquí, la tas veces aparente en manos de quienes con-
ción Melodiya-Hispavox, contamos con un más ambiciosa. Contiene tres movimientos sideran que la existencia de diferentes
magnífico panorama fonográfico, que mue- iniciales en la clásica secuencia Allemande- registros justifica el cambio ininterrumpido
ve a gritar: ¡Graben otras cosas, por favor! Courante-Sarabande, seguidos de otros tres y anárquico.
La versión de Jarvi no tiene nada que en- con título (Les Trois Malas, Fanfarinelie. Sin embargo, Gilbert tiene también mu-
vidiar a las de Rozhdestvenski y Maazet, que La Triomphante) para terminar con una bri- cho que ofreceí, y de sus tempi más rápi-
eran las que conocía quien esto suscribe. El llante Gavota con seis variaciones. La Alle- dos obtiene beneficio en determinadas piezas
director estoniano hace una buena lectura mande es de grandes proposiciones, con un (La Poule, Les Irois mains). Su instrumen-
de la sinfonía, en la que brilla el carácter ju- clima de casi fantasía. La Courante es una to (J. H. Hemsch, 1761, de la misma pro-
guetón del Scherzo y el Allegro giocoso fi- deliciosa demostración de la maestría de Ra- cedencia) posee un sonido, si cabe, más
nal y la riqueza lírica y el ímpetu del Adagio. meau para lo que es tan querido de los fran- potente que el de los usados por Christie.
Quizá una mayor nitidez de planos sonoros ceses: la grandeur. Por su parte, los tres Sin embargo, encontré un cierto desequili-
y un sabor ruso más marcado hacen prefe- tiempos que siguen son, repeclivamente, una .brio en favor de los graves, con agudos muy
rible esta versión a !a de Previn con la Fi- alegre y preciosa danza que recuerda en mo- poco audibles (no sé hasta dónde llegará la
larmónica de Los Angeles. mentos a Sea rían i, con abundantes cruces influencia de la grabación). En fin, decisión
de manos, una delicada y femenina pieza ga- difícil, sí es que uno tiene que tomarla. Es-
Los tres valses que completan el disco tie- lante y un brillante rondó. La Gavota con pléndida demostración de Christie, sin em-
nen un valor de curiosidad. Especialmente variaciones que cierra la obra constituye, se- bargo, y, en definiiiva, disco de total
agradable es el vals Mefisla, procedente del gún Kenneth Gilben, un homenaje a Han- recomendabilidad —otra vez, ¿cuándo
filme Lermonlov. del: una especie de recuerdo del aria con aprenderán oíros?— de Harmonía Mundi.
Por supuesto, e! sonido es excelente. variaciones incluidas por éste en su Tercera
Disco recomendable para quien quiera co- suile para clave (1720). Sin duda, la afirma- R.O.B.
nocer la obra, aunque si yo fuera el intere- ción de Gilbert no es gratuita y, aunque tal
sado internaría antes oír u obtener referen- homenaje revelaría, entre otras cosas, que
cias de la de Ashkenazy. los canales de comunicación entonces no SAINT-SAENS: Concieno para piano N°
eran tan malos como podríamos creer, la 2 en la menor, Op. 22. SCHUMANN: Con-
J.A.T.O. verdad es que el parecido del tema es clara- cierto para piano en la menor, Op. 54. Is-
mente reconocible. Maravilloso y especta- radka Margalil, piano. Orq. Filarmónica de
cular homenaje por demás, ya que el Londres: Bryden Thomson, director.
PVKCELU Dido y Eneas, Kirslen Flagstsd, movimiento, técnicamente rico y musical- Chandos-Digilal ABRD 1254. 54' 2g".
Elisabeth Schwankopr, Ihomas Hemsley, mente muy hermoso, es digno cierre de la
David Lloyd, Arda mandikian. The mcr- Suile. La limitación principal de este registro es
maid Singers and Drche&tra. Director: Ge- que incluye dos títulos archíconocidos ilus-
rainl Jones. EM1 -Referentes CDH 7610062. trados por una pianista, lsraela Margatit, en
Compaclo ADD. Respectoala Suile en Sol Mayor, se com- cuyas manos no nos saben a nada nuevo.
pone de siete movimientos con título y dos La Margalil ni por impronta personal, ni
Una tradición interpretativa con- minuetos. La coherencia estructural de esta por velocidad, contundencia o fluidez del le-
tinuada ha conseguido que obras suite dista de la de la primera, y cualesquie- gato (salvo en algún momento muy concre-
como Dido y Eneas no hayan te- ra de estas piezas podría, tranquilamente, to), es intérprete que pueda otorgar nueva
nido que ser recuperadas del pasado. Siem- figurar por separado (lo que de hecho ocu- trascendencia a estos conciertos, pero discul-
pre ha estado ahí. Su interpretación ha su- rre en casos como La Poule 0 L 'egyplienne pándola un tanto, hay que decir que su la-
frido el cambio de los tiempos, pero no el conocidas en versión orquestal; por cierto, bor se encuentra perjudicada por la de un
olvido. Por eso, este registro de 1952 no sue- que la última, como muy bien afirma Da- director sosísimo, Bryden Thomson, que ni
na, como ocurre con determinadas graba- vid Fuller, autor de las notas acompañan- anima ni da vida a estos pentagramas.
ciones contemporáneas (por ejemplo, de tes, no tiene nada de egipcio). No obstante,
Monteverdi), a a poli liado. Es algo palpitan- todas ellas son también muy hermosas, os- El 2" Concierto de Saint-Sáens, menos in-
te, vivo, servido por una dirección sumamen- cilando entre la ligera gracia de La Poule, terpretado habitualmente que su compañe-
ro, aún encuentra alguna justificación
46 Scherzo
DISCOS
—personalmente estaba ya muy fatigado del Dona Ib, Lucia Ponp, Pettr Schreier, Fran- lo que en estos páramos su nombre resulta
eterno acoplamiento Grieg-Schumann—, cisco Araiza. Adoif Dallapazza, Brtgiiic hasta ahora casi desconocido. Alice Ader,
aunque globalmente la Margal¡t queda muy Fassbaender. Dielrich 1-iy.lier-Dieskau, Co- una parisiense, discípula de Geneviévc De-
lejos de la interpretación que de este con- ro > Orquesta Sinfónica de la Ka di» de Ba- belly, Jacques Février y Bruno Seidlhofer,
cierto hiciera el incansable Rubinstein para viera. Diredor: Wolfgang Sawallisrh. EMI. con quienes estudió en París y en Viena, ini-
RCA. Compactos 7 69222 2 (ADD) y 7 69123 2. ció su andadura profesional en los años se-
Totalmente inoportuna, en cambio, la pu- Duración: 73' 49" y 70' 36". senta, obteniendo, en 1963, el Primer
blicación de la obra de Schumann, de la que Premio del Conservatorio de París; en 1965
conocemos muchas inierpretaciones antoló- Pese a ser un sincero admirador y 1966, el de la Academia de Verano del Mo-
gicas, como las debidas a Cortot (EMI), Li- de la obra e Beethoven no era ba- zarteum sai i burgués; y, al año siguiente, el
paiti (EMI y Ace of Diamonds), Gieseking jo tan gigantesca secuoya donde del Concurso Internacional Margueríle
(Dial) y Benedetti-Mfchelangeli (Cetra y Ro- acostumbraba Schubert a buscar sombra. La Long. Una de las características destacables
cocó), por citar sólo alguna, ya que ia lisia música sacra de la Viena de su época, insu- de esta pianista gala es la especia] i zación a
de grabaciones memorables no tiene fin. flada por una cierta vena clasicista y galan- que ha sometido su repertorio. Por un la-
te, era el abono más propicio para que do, la música francesa y, sobre todo, De-
J.M.S. Schubert desarrollara en este molde un tra- bussy y Messiaen; por otro, el ámbito de la
zo popular y directo, que convenía, según música contemporánea y. por fin, la músi-
SCHNABEL: Cuarteto n, "3. GIELEN: él, a la música religiosa. Los maestro de ca vienesa, interpretándose principalmente
Cuarteto «Un vieux souvenir». Cuarteto La- Schubert en este campo se llamarán enton- por Schonberg y Schubert, que es el autor
Salle. DG 423 109-1. Compacto. DDD. ces Díabelli, Süssmayr y otros muchos nom- elegido en estos discos. Discos que recogen
JS'U". bres que permanecen en el olvido, entre los una abundante selección de piezas corres-
que destaca el de Michael Haydn. pondientes al periodo de 1815 a 1827.
Este interesante registro nos La Misa en La bemol mayor —quinta de Schubert compuso, a lo largo de su vida,
brinda una imagen diferente de sus misas latinas—, alterca brillan i emente una gran cantidad de piezas de danza para
dos conocidas personalidades partes corales y de lucimiento individual in- piano, utilizando las formas que la moda ha-
musicales de nuestro siglo: el pianista Ar- legradas en un lodo generalmente equilibra- bía impuesto en la época, como el vals, los
tur Schnabel —gran intérprete de Beetho- do y homogéneo. La personalidad de landler, la danza alemana o la escocesa. Des-
ven— y el director Michael Gielen, formi- nuestro autor y las influencias recibidas de- graciadamente, no ha llegado hasta nosotros
dable traductor de la música más reciente. terminan un cierto contrapeso entre los dos todo ese material, que nacía las más de las
Nos llegan ambos en su faceta compositiva, polos de su actividad: una sinceridad espon- veces de la improvisación, en las veladas en-
algo especialmente novedoso en lo que a tánea y humanísima y un rígido academicis- tre amigos, en las célebres y entrañables
Schnabel se refiere. El Cuarteto n. ° 3 es. se- mo. Cuando el equilibrio se altera en favor schuber liadas, pasando algunas al papel y
guramente, la obra más importante debida de este último —como sucede en la fuga con- quedando la mayoría en el olvido.
a este músico. Concluido en 1924, antes de clusiva del Gloria—, nos encontramos con
que Schnabel se consagrase por emero a la la música de inspiración más endeble. Alice Ader nos ofrece en estos discos al-
interpretación y la enseñanza, nos hace pen- gunas colecciones completas de valses, co-
sar en el valioso creador que hubo de per- En la Sexta Misa en Mi bemol mayor es- mo ocurre con los doce Valses nobles, D.
derse para lograr un pianista genial. El ta alternancia entre solistas y coro desapa- 969, compuestos hacia 1826, y cuya deno-
Cuarteto n.' 3 de Schnabel posee un lengua- rece. Es la misa de dominio coral por minación, utilizada posteriormente por Ra-
je muy personal, que escapa por igual del excelencia. Es también una obra muy exten- vel, fue, muy posiblemente, idea del editor
dodecafonismo y el regreso neoclásico. Su sa, cuyo latido llegará hasta Bruckner, un Haslinger; completos están también los do-
discurrir ininterrumpido en un solo movi- empeño que casi desborda el marco de la ce Grazer Walzer, D. 924, que datan del oto-
miento contiene en su interior incesantes música sacra por sus enormes contingentes ño de 1827, durante la estancia del
procesos de cambio. El Cuarteto de Gielen, sinfónico-corales. Como si su autor quisie- compositor en Graz, y de ahí el título de la
escrito para el LaSalle, es una página de idio- ra contrapesar de algún modo la abruma- serie. El resto de ¡os valses interpretados por
ma avanzado. Según confiesa el propio com- dora superioridad de la parte coral, la Ader, o bien son pieza sueltas (D. 844,
positor en las notas escritas para comentar encomienda a los solistas uno de los momen- 978 y 979), a bien pertenecen a colecciones
su obra, ésta coincide en sus planteamien- tos más bellos de la obra, un cañón a tres que se presentan fragmentadas (ocho de los
tos con ciertos esquemas del arte del poeta voces para dos tenores y soprano, enmar- doce Valses D. 145, cinco de los veinte Letzte
Charles Baudelaire, al menos en cuanto a cado en el Credo. Walzer, D. 146, siete de los D. 365 y nueve
una afinidad de partida. Dos poemas de de los treinta y cuatro Valses Sentimentales).
Baudelaire deben ser dichos —de manera na- El Coro de la Radiodifusión de Baviera
da ortodoxa, entrecortada, acumulativa, cumple maravillosamente su difícil cometi- Por lo que se refiere a los lándler, en oca-
etcétera— por los mismos instrumentistas en do. Las masas vocales están bien diferencia- siones editados bajo la denominación de
los movimientos segundo y cuarto del Cuar- das, la articulación es nítida y la dicción del Deutsche, los discos que comentamos ofre-
teto. La pieza, que demuestra un gran do- texto latino muy clara. Sawallisch es un cen una variada muestra de los D, 366, 145,
minio de escritura, resulta de gran efecto, auténtico especialista en un repertorio que 783, 769, 734, 971, 972, 973, 790 y 841, Co-
de un expresionismo descarnado por mo- ya ha grabado con anterioridad. Su actual mo es bien sabido, el lándler es una danza
mentos. versión es transparente y fluida, con un pun- procedente de Austria y de ia Baja Alema-
ió de gravedad austera. Pero en algunos mo- nia, muy similar ai vals, aunque de tiempo
mentos puede parecemos algo aséptico y más lento y de orígenes más remotos.
El Cuarteto LaSalle, sin duda el primero lineal, ya que la desigual inspiración de es- Y sólo queda ya comentar el resultado del
cuando aborda música del siglo XX, reali- tas obras monumentales hace difícil mante- producto que se nos ofrece y que hay que
za un ejercicio de suma versatilidad, acer- ner una unidad de trazo e idéntica tensión calificar de forma necesariamente positiva.
(ando plenamente con los dos muy distintos interior. Aunque no de gran popularidad, su proba-
estilos de estas piezas. Su intensa lectura del da experiencia hace que la interpretación de
Cuarteto n." 3 de Schnabel es definitiva y J.M.S. Alice Ader sea sólida y cuidada, con pulcri-
nos convence plenamente del valor intrín- tud técnica que no llega a empañar el apa-
seco de la composición. La página de Gie- sionamiento, aunque se eche en falta, de
len, por su parte, es elaborada con una SCHUBERT: Valses y Landler. Alleí Ader. cuando en cuando, alguna que otra preci-
variedad de intenciones, matices y sonori- 2 Lps. Le Chant du Monde LDC 78875/76. sión de matiz. A ese buen resultado que co-
dades, que sería difícil hallar en la interpre- Grabado en Francia. Fabricado en Alema- mentábamos contribuye de forma notable
tación de otro cuarteto cualquiera. nia Federal. Distribuido poc Hannoant mun- el cálido sonido del piano Steinway con el
di. Duración total: 122' 14". que fue realizada la grabación entre los me-
E.MM. ses de octubre a diciembre de 1986. Un buen
Presenta este doble álbum una selección producto, en definitiva, con un buen soni-
bastante completa de los Valses y Landler do logrado en los estudios de «La clave de
SCHUBERT: Misa en La bemol mayor, del compositor vienes, en versión de una pia- do» en París.
D.678. Misa en Do mayor, D.452. Misa en nista que, aunque ha visitado nuestro país,
Mi bemol mayor D.950, Tanlum Ergo, tiene centrado su campo de actividad fun-
D.962. Offertorium. D.963. SoUMas: Heien damentalmente en Francia y en Austria, por J.A.L.D.
Scherzo 47
DTSCOS
SCHUBERT: Die Winterreise. Hans Hol- tamente románticas. La emoción contenida, resuelve el dilema de modo ejemplar conci-
ler, bajo-barítono; Gat\á Moore, piano. los sutiles cambios de ánimo, el canto aus- llando intensidad expresiva con un lempo
EMI Ráférences CDH Mono 7 61002-2. tero, pero pregnante nos dibujan, nos cuen- movido.
Compitió ADO. 74P 5 1 " . tan sobria y musicalmente esta tragedia La versión de Bernstein de la Sexta baja
interior (distribuida en 24 números o par- algo en los movimientos segundo y tercero,
El viaje de invierno, D 911, de tes) en un plano tan equidistante del subje- a los que falta el sarcasmo, la i nc i si vi dad o
Schubert, indiscutible obra tivismo puro como de la información libre la vitalidad nerviosa típicas de Shostako-
maestra del género, es uno de los de participación y compromiso. Es, pues, vitch. En tal sentido, las orquestas rusas,
ciclos de Heder que más versiones discográ- una aproximación radicalmente dramática aunque inferiores a la de Viena, dominan
ficas ha conocido: no menos de 40 integra- de un cantante sensacional lo que escucha- mejor estos aspectos estilísticos. Observacio-
les y multitud de extractos; por no hablar mos en est3 imprescindible grabación, que nes análogas para la Novena, pero sin que
de números sueltos: Der Lindenbaum (5) ha incorpora, por si fuera poco, el arte exqui- exista gran discrepancia en la duración:
sido grabado más de 200 veces por todo ti- sito, meticuloso y profundo de Gerald Moo- Bernstein invierte 27'09", mientras Kusse-
po de voces, masculinas y femeninas. Son re, ideal compañero de viaje. Encontramos, vitzky o Rojdestvensky superan en unos se-
aquéllas las que predominan en un ciclo pen- y nos lo recuerda Tubeuf, reunidas la ma- gundos los 26'. Sin embargo, la acidez de
sado por el compositor para la de tenor (la su- jestad de un Wotan —personaje en el que este último, o de Kondrashin, tampoco for-
ya), aunque después han sido las de barítono el taciturno Hotler fue maestro—, e¡ dios man parte de! lenguaje de Bernstein.
o incluso bajo las que se han adueñado de viajero y doloroso, y la imperiosa necesidad
él, con las consiguientes trasposiciones to- ambulante de un holandés junto al hombre Así, pues, me parecen más recomendables
nales en algunos casos. impelido a la realización de un fantasmal re- Mravinsky (Zafiro) o Sanderling (Eterna)
corrido introspectivo. Para ello es singular- para la Sexta, y Rojdeslvensky (Melodía -
A titulo ilustrativo pueden recordarse tos mente apropiada esta voz de Heldenbariton, JVC), o Kondrashin (Melodía) para la No-
nombres de grandes cantantes que han de- que tan fulminante contraste marca con vena. No obstante, Bernstein demuestra, una
positado su arle en esta ejemplar serie de otras más líricas y quiza no tan dúctiles, vez más. ser un muy interesante intérprete
canciones: Peter Ande», Julius Patzak, Hüsch, por ejemplo, un clásico Kavalier de la música de Shostakovitch.
Ernst Haefliget, Karl Erb, Jon Vickers, Pe-
ter Pears, Richard Tauber <selección( entre bariton. A.R. R.A.M.
los tenores; Gerhard Hüsch, Schmitt-Walter
(2 veces), Fischer-Dieskau (4), Souzay (2), SHOSTAKOVITCH: Sinfonías número 6 en SIBELIUS: Sinfonías 1-7. Philhannonia Or-
Prey (3), Hynninen entre los barítonos; Si menor, opus 54 y número 9, en Mi bemol chestra. Dir. Vladimir Ashkenazy. DECCA
Greindl, Adam, Talvela, Molí entre los ba- mayor, opus 70. Orquesta Filarmónica de 4 Compacto» (álbum) 421 069-1 DM 4
jos. Aparte de Hotter, claro, bajo-barltono Viena. Director: Lconard Bernslein. Disco (DDD; 62', 46' O9", 58* 11" y 641 08").
o barítono heroico, del que se conocen cua- compacta DG digital estéreo 419.771-2.
tro registros completos: 1942, con Rauchei-
sen; 1955, con Moore (que es el aquí Este álbum forma parte de la mi-
comentado); 1962, con Wcrba. y en 1969 En números anteriores de niserie que el grupo Polygram ha
—en vivo y en Tokyo—, con Dokoupil. SCHERZO ya se comentó que, lanzado a precio muy competi-
desde finales de los años 70, Leo- tivo (por debajo de las 2.000 pías/disco), y
Las dudas acerca de cuál es la mejor ver- nard Bernstein repite para DG, y con la Fi- de la que los primeros ejemplares {Cuarte-
sión de Hotler se centran en las dos prime- larmónica de Viena, buena parte del reper- tos de Schubert y Mendelsshn, Sinfonías de
ras. La del 42, con el cantante en plenitud torio que en los 60 había grabado para CBS Brahms por Solti) fueron comentados en e!
de medios (33 aflos), es famosa por la inten- y con la Filarmónica de Nueva York. Por N" 22 de SCHERZO. La serie se completa
sidad, la tensión, el adecuado punto de én- lo que se refiere a las Sinfonías de Shosta- con otros ejemplares que, desgraciadamen-
fasis dado a las palabras, el mundo kovitch, con la orquesta americana. Bemstein te, no podemos comentar por no haber si-
iluminado que descubre la oscura voz apo- sólo registró los números /. 5, 6, 7, 9 y 14. do remitidos, aunque, a priori, se antojan
yada en el alucinado y dramático acompa- Esperemos que amplíe su discografía de es- muy interesantes.
ñamiento de Raucheisen. La del J5 es quizá, te autor con otras; especialmente bienveni- El ciclo sinfónico de Sibelius, como tal ci-
sin perder casi ninguna de aquellas cualida- das serian los números 4, S, 10, II. I3y!5: clo, no es que se prodigue mucho por estas
des, más rica en matices; menos ardorosa, el propio Shostakovitch consideraba a Bem- tierras, la verdad. No parece sino que los
pero más lírica, menos concentrada, pero stein como el mejor intérprete americano de nórdicos no acaban de calar aquí en el gran
más cuidada estilísticamente, aunque su obra. Por lo pronto, he aquí estas desta- público, lo que no acabo de explicarme, da-
la concepción siga atendiendo al sentido cadas versiones de Sexto y Novena. do que su música es de todo menos fría. La
general de la frasí, sumamente trabaja- representación de los trabajos de Sibelius en
da, más que a un detallado tratamiento También se ha dicho en SCHERZO que
en estos nuevos registros ha habido de to- los conciertos ibéricos suele reducirse las mas
del texto —en lo que otros, entre ellos de las veces a ¡a Segunda y, en menor gra-
Fischer-Dieskau, son auténticos maes- do, desde lo malo (Schumann), hasta lo muy
bueno o excepcional (Haydn, Beethoven, Si- do, a la Quinta.' A bastante distancia, todas
tros orfebres—. El timbre oscuro, la den- las demás, que se escuchan de Pascuas a Ra-
sa y peculiar pasta vocal de Hotler, su belius), pasando por lo más o menos inte-
resante (Mozart, Brahms). En el disco que mos. He podido ratificar lo injusto de tal
inteligencia y su capacidad técnica para man- situación al escuchar el ciclo que se comen-
tener una coherente linea de canio, para hoy nos ocupa, la calidad técnica es muy
buena, la actuación orquestal, también, y las ta, pues el sinfonismo del finlandés es ex-
apianar, musitar si es preciso, regular y mol- tremadamente rico y variado. Creo que su
dear el sonido hacen verdaderas maravillas obras se prestan a las actuales maneras de
Bernstein, comentadas hace poco a propó- obra sinfónica puede dividirse con bastante
otorgando a la obra nuevos valores, presen- claridad en dos panes: el antes y el después
tándonosla con distinta luz. Ya no es en la sito de su Segunda de Sibelius. En concre-
to, los tempi de la Sexta son muy amplios. de la Tercera sinfonía.
voz y la sensibilidad del barítono alemán un
simple ciclo de lieder constituido por una se- Así, fíente a los 26'39" del expeditivo, pe-
ro intensísimo, Mravinsky. Bernstein invierte El antes está compuesto por las tres pri-
rie de corlas e inspiradas páginas que Schu- meras, pertenecientes al periodo 1899-1907,
bert compuso sobre los —en ocasiones 37'54", y más de 22 minutos sólo en el Lar-
go inicial que, no obstante, resulta muy her- y en él encontramos al Sibelus mis clasico,
incluso banales— poemas de Müller; es una con fuertes influencias de Tchaikovsky; aun-
sombría y casi desesperada meditación so- moso. Lo cierto es que, al interpretar esta
Sinfonía, los directores no rusos (Hailink, que la cima de este período es la archi toca-
bre la muerte, un viaje a ninguna parte he- da Segunda sinfonía, sin duda una de sus
cho de retazos e impresiones, vivencias y Stokowsky, Sanderling y Previn, entre otros)
usan tempi mucho más amplios que Mra- páginas más bellas, la Primera es un prodi-
recuerdos a través del que contemplamos de- gio de fuerza romántica y a la vez de mo-
solados paisajes interiores. La técnica schu- vinsky, Gauk, Rojdestvensky oKondrashin;
éste, en su versión con la Conccrtgebouw, mentos con gran intensidad lírica. La
bertiana para la modulación, su capacidad Tercera es una especie de interludio en tres
de ensimismamiento, el cuidado trabajo dia- despacha el largo en I2'55". La indicación
metronómica del autor, corchea = 72, apoya movimientos, de clima más nacionalista, con
logante entre la voz y el piano quedan aquí claros tintes del lenguaje más personal que
proyectados hacia dimensiones inusuales la opción occidental; pero los directores ru-
sos citados colaboraron estrechamente con había de venir.
proporcionando a esta historia llena de sin-
sabores una tristeza y una pulsión absolu- Shostakovitch. Así las cosas, ¿quién tiene El después, o sea las Sinfonías 4- 7 (perio-
razón? Personalmente creo que Mravinsky do 1911-1924), supone un cambio bastante
radical de las cosas. Asi, aunque se sigue re-
48 Scherzo
DISCOS
curtiendo a contingentes orquestales consi- 1945, y representan poco menos que el can- plicación humana desechada por el slravins-
derables, éstos se utilizan generalmente en [O del cisne del maestro mu ñiques, quien ki director, y el pequeño conjunto Philip
forma mucho menos ampulosa que antes. posteriormente ya sólo escribiría los Cinco (ya Jones impregna de un cálido ascetismo lo
Son, pues, obras, en general, de caracteres que no Cuatro) últimos Heder. En ellas apa- que va mas allá de la opción sonora del com-
menos épicos (aun conservando flecos de és- recen tres grupos temáticos distintos y se de- positor, puesto que une a la renuncia de lo
tos) y más introvertidos. La Cuarta es una sarrollan flanqueados por una breve accesorio una inédita dimensión humana.
gran tragedia, absolutamente siniestra, en la introducción y una extensa coda, en la que, En tiempos, la versión de Karel Ancerl
forma, en los temas, llegando a una cuasi poco antes de extinguirse, aparece una glo- (Supraphon) fue considerada la mejor, así,
marcha fúnebre en el tercer tiempo. La sa del tema principal de la marcha fúnebre sin matices. Sigue siendo importante, como
Quinta, segunda en popularidad, es, dentro de la Heroica de Beethoven. Esta cita está lo es la de Leonard Bemstein (CBS), tan con-
de este peiíodo, la que más se acerca el ex- directamente relacionada con la dedicatoria traria, pero la aportación de Preston creó
trovertido romanticismo, especialmente en que puede leerse al final de la partitura: «ln realmente una nueva perspectiva. Ambas
Afínale, Cuando llegamos a la Séptima, en- memoriam», quizá una despedida a todo un fueron publicadas en España, la de Ancerl,
contramos la obra más breve, condensada período de la música y de la civilización en por Discophon en una reproducción no muy
en un sólo tiempo, en la que se mezclan lo plena metamorfosis (clara alusión a los te- justa. Después de todas ellas puede tenerse
épico y lo tenebroso. Es una suerte de rf Ju- rribles trastornos provocados por la Segun- en cuenta la excelente lectura de Karajan de
men de todo lo que vino antes, de lodo lo da Guerra Mundial). La versión que de esta principios de los 80 (DC). La opción de An-
que se adivinaba en las sinfonías previas. obra nos ofrecen Previn y los músicos vie- cerl, como mas tarde la de Karajan, era pró-
neses, enormemente matizada y observante xima a la de Stravinski, es decir, poseía un
En cuanto a la interpretación, debo decir en las dinámicas, debe extraer toda hondu- mensaje ultr aterre no, mientras que el gran
de inmediato que me ha sorprendido muy ra poética que esconde su partitura, ayuda- brillo de la de Bernstein podía considerarse
agradabemente. No tenía muy buenas refe- da por una esmerada toma de sonido. Por más de este mundo. Podría decirse que, no
rencias de Ashkenazy como director, si bien tales motivos, queda por delante de otras sabiendo nada del otro, es legitima la inter-
debo confesar que no he tenido ocasión de versiones discográñeas, como por ejemplo pretación ultraterrena a partir de este mun-
eschucharle en vivo. Sin embargo, me consta la de Hans Stadlmair y la Orquesta de Cá- do (las tan diferentes opciones de Preston
su clase de gran músico, presente en sus ge- mara de Munich, nada desdeñable por otra y Bernstein).
neralmente espléndidas versiones pianísticas. parte.
En este sentido, puede no ser tanta la sor-
presa de encontrar a un director que sabe La Sinfonía de los Salmos es una obra re-
perfectamente lo que quiere y que ha enten- Compleía el disco la amable Sonatina n ° ligiosa, pero no confesional, en lo que se re-
dido muy bien esta música. I para conjunto de viento, compuesta en fiere a estrictas creencias vigentes. Se sitúa,
1943 durante la convalecencia de una en- en la letra, dentro de la tradición judeo-
Aunque ignoro qué resultados habrá con- fermedad (de ahí el título), a pesar de lo cual cristiana, y su espíritu es, simplemente, o na-
seguido con otras obras, aquí su mensaje nos es una obra esencialmente optimista, sin ape- da menos, monoteísta. Le toca ahora el tur-
llega con claridad. Hay atención al matiz, nas ningún momento de sombra y donde no a! director israelita Gary Bertini que,
buena y amplísima gama dinámica, elección aflora el singular sentido del humor straus- además, es especialista en los clásicos de
adecuada de los tempi, excelente di fetenda- siano. La interpretación es excelente; en ella nuestro siglo. Su opción tiene más que ver
ción de planos y, lo que es más importante, se nos depara la posibilidad de gozar de! em- con la lectura de Stravinski que con la de
vida en sus interpretaciones. Ayudado por paste y la musicalidad de los metales de la Preston. Es una versión magistral, especial-
una orquesta verdaderamente espléndida, Filarmónica de Viena. Pero la dicha jamás mente rítmica, que opta por el hieratismo
con una cuerda magnífica, metal redondo es completa: mi ejemplar de la presente gra- orientalista, frente a la expresividad, diga-
y nunca estridente, una madera francamente bación contiene un defecto de fabricación mos humana, de Occidente, pero en su ver-
buena y una percusión sensacional (¡qué tim- que afecta a gran parte del tercer movimien- sión se asume la lección sinfónico-coral que
bal!), el resultado global es francamente bue- to de esta obra. va desde el Renacimiento hasta el posroman-
no. No digo, por supuesto, que en ticismo, como sí quisiera Bertini completar
determinadas sinfonías no puedan encon- el clasicismo stravinskiano con esas aporta-
trarse versiones comparables o superiores (la Jo.R.B.
magnifica Segunda de Szell o la excelente ciones del pasado, que tantas veces reclamó
Quinfa de Karajan, por ejemplo), pero, co- el compositor, sin por eso traicionarle nun-
mo ciclo, este sería una adquisición muy bue- ca con excesos románticos ajenos a su sen-
na. Hay cuatro poderosas razones para ello: STRAVINSKI: Sinfonía de los Salmos, Dos sibilidad, aunque la expresividad dramática
muy buena versión, obras preciosas, graba- poemas de Paul Verlaine, Babel, Abraham de determinados momentos se aparte del pú-
ción sobresaliente y, lodo ello, en cuatro dis- e Isaac, Elegía por J.F.K., Dlelrích Fischer- dico hieratismo de la antigüedad idealizada.
cos bien aprovechados (al menos tres de Dleskau. Coro y Orquesta de la Sinfónica La Sinfonía de los Salmos de Bertini (y esto
ellos) y que, para como está el patio, están de Radio Stuitgart: Gary Btrtini. Orfeo C definirá quizá esta reseña de manera defi-
a un precio muy interesante. Si no tiene el 015 121 A CD DDD. nitiva), nos hace desear versiones suyas de
ciclo sinfónico de Sibelius, esta es una ex- Edipo y Perséfone.
celente oportunidad que no dejaría pasar.
Hay excelentes interpretaciones
en disco de la Sinfonía de los Sal- Las obras que completan el disco consti-
K.O.B. mos. El propio Stravinski grabó tuyen una pequeña muestra de la obra stra-
una versión de referencia, ahora incluida en vínskiana descuidada por el disco: los
la casi integral de CBS. Su opción era la mis- Poemas de Verlaine, de 1910, en la vesión
ma que para otras obras suyas, relativas a para conjunto y barítono de 1951; la canta-
STRAUSS: Metamorfosis. (Estudio para 23 la antigüedad clásica (aunque no religiosas), ta Babel, de 1944, parte de un proyecto co-
como Edipo, Apolo y Perséfone, la de su lectivo en que intervinieron Schonberg,
instrumentos de cuerda). Sonatina núm. I etapa, denominada a veces hierática, don- Tansmann, Milhaud y otros (estaban pre-
en Fa para 16 instrumentos de viento «del de había un distandamiento de cualquier vistos, además. Barí ó k, Prokofiev y Hinde-
taller de un inválido». Orquesta Filarmóni- emotividad y dramatismo en favor de una mith); la balada sacra Abraham e Isaac, de
ca de Vkni. Director: André Previn. PHI- concepción precisamente contraría que pres- 1963. dedicada nada menos que a! pueblo
LIPS DIGITAL CLASSICS 420 160-2. cindía del personaje y de la pasión para re- de Israel, y escrita en hebreo; y la breve pieza
Digital compacto. 61' 17". tratar una situación desnuda, escultural, en honor del asesinado presidente Kennedy,
deshumanizada. La lectura de Simón Pres- inmediatamente posterior. Es decir, apare-
ión en los 70 (Decca), no es menos devota, ce en este breve disco el Stravinski casi pre-
En principio, la aparición de es- pero su fe es mucho mas sensual. No des- ruso, el clásico (en dos composiciones leja-
te compacto debe ser saludada cree, como Stravinski, de lo inmediatamente nas entre sí, Salmos y Babel) y el serial de
con hurraí y bravos, puesto que humano para recrear lo divino. Me permi- la última hora, con su especial utilización del
reúne dos obras de Strauss cercanas crono- to preferir a Preston, pero comprendo per- Sprechgesang (Abraham e Isaac) y del canto
lógicamente entre sí y que demuestran su ca- fectamente que se pueda optar por la versión dodecafónico (Elegía). El concurso de Die-
pacidad compositiva en dos frentes distintos del compositor. Los niños ubicados en el trich Fischer-Dieskau es, con su amplia ex-
y aislados: la escritura para cuerda y la es- canto de la lectura de Preston aportan una periencia en todo el repertorio vocal de dos
critura para viento. belleza adicional impensable antes, una im- siglos, un componente esencial para el lo-
Las Metamorfosis fueron compuestas en
Scherzo 49
DISCOS
50 Scherzo
DISCOS
ESTUDIO
DISCOGRAFICO
S iegfried Wagner, el hijo de Richard, que asi se dirigía Wagner en la noche tene-
oscurecido inevitablemente por el pe- brosa de los tiempos pasados (afortunada-
so de la púrpura heredada, fue un mente se conservan registros de la misma
arquitecto vocacional empujado por la fuer- ¿poca con Muck y Knappcrtsbusch), si no
za de las circunstancias a la dirección de la fuera por el Idilio de Sigfrido y el «Encan-
empresa familiar llamada Festival de Bay- tamiento del Viernes Santón, este último
reuth. El principio de reverencia y fidelidad cantado por Alexander Kipnis.
a la obra de Richard tenia que encarnarse El Idilio es la gratitud de Richard a Cosi-
en el hijo, predestinado, que fue formado ma por esle hijo, y tales cosas imprimen
musicalmente con esta misión por su padre, carácter: no se trata de la más bella inter-
por Engelbert Humperdinck y por Hans Wagner pretación imaginable del sutil poema, pero
Richter. La realización del principio exigía su causante lo vivía con palpable cariño. En
de suyo lanío la dirección del foso como ta ditan parcialmente, se atuvo a su corto re- cuanto al fragmento de Parsifal, éste si es
de la escena, y ello al margen de cualquier pertorio de propagandista, en el que un acabado ejemplo de cómo se cantaba
posible aspiración a realizar una carrera figuraban también unas pocas obras de Beet- Wagner en aquellos oscuros tiempos. Et no-
autónoma en estos campos: el precedente y hoven y Weber. ble, majestuoso y elocuente Kipnis continúa
modelo era el mismísimo Richard, director - insuperado como Gumemanz. Además, la
propagándola en Moscú, Praga o Lon- recuperación de tan bello testimonio signi-
dres. Y como desde que entrara en la trein- Juicios dispares fica conectar con la memoria histórica de dos
tena el nuevo Wagner se dedicó también a generaciones de wagnerianos, que se embe-
la composición —llegó a completar 1! ópe- En su momento, las opiniones y juicios lesaron con los viejos discos de 78 revolu-
ras, una sinfonía, piezas orquestales e ins- críticos fueron dispares. Exaltaciones y ana- ciones sin pedirles nada más que su pálida
trumentales y algunos lieder—, este temas. El mordaz Bernard Shaw alabó la autenticidad.
predestinado se concentró casi exclusivamen- musicalidad y la delicadeza del joven Wag-
te en la difusión de la obra de su padre y ner, quizá porque en éste no concurrían ni El reprocesado en disco compacto asegu-
de la propia. el espeso kapellmeister al uso ni el nervioso ra una mayor limpieza en la reproducción,
divo moderno. En Bayreuth, con la orquesta pero obviamente no mejora las matrices ori-
La actividad como director de orquesta preparada y adoctrinada por Richler, Mottl ginales. En la parte negativa, hay que seña-
se limitó, fuera de Bayreuth, a conciertos da- y Muck, Siegfried se encontraba en el palio lar aún lo tosco de algunos arreglos
dos inicialmemeeonesia intención, amplia- de su casa y rodeado de la idolatría de los («Entrada de los dioses en el Walhall»,
da con la de difundir asimismo la música wagnerianos. Lejos de esta atmósfera, hay «Adiases de Wotan»). Y en la positiva, la
orquestal del abuelo, Franz Líszt. Después otros testimonios críticos que hablan de des- posibilidad de llenar una laguna documen-
de la Gran Guerra, Siegfried reemprendió encanto y decepción. tal a bajo precio.
sus giras —curiosamente ya no volvió a ba-
jar al foso del Festspielhaus— con la volun- Ángel Fernando Mayo
tad adicional de obiener fondos para el
Festival, con lo que también repetía los he- Batuta rígidi
chos de.su padre: en 1914 las obras de éste WAGNER. Fragmentos orquestales de Tannhttu-
pasaron a ser de dominio público y dejaron vJidos ahora los añosos registros, se hace ser. Lohengrm, Tristón e Isolda, Pam/al, El oro
de producir derechos de autor; la inflación evidente que nuestro hombre no era preci- del Rm. La Walkyna; Marcha det Homenaje; Idi-
redujo considerablemente la fortuna fami- samente lo que llamamos una batuta: su am- lio de Sigfndo; aEncaníamiento del Viernes San-
plio lempo —a buen seguro el de Richler— io» « n AituMlcr Klpnb <b*Jo> y Frili Wolff
liar; en 1924 el Festival de reapertura se dio (IvnDr)- Orqunti de li Opera det Ellado dv Ber*
con la sala muy lejos del lleno... En resu- es rígido e indiferenciado, el tejido orques- lin. Sintónica de Lnndrn j del Festival de Buj-
men, Siegfried Wagner no ejerció nunca co- tal se ofrece plano y amazacotado, no hay reuth. Diraior: Sittfried Wiinfr. M•tríen
mo director de orquesta profesional, sin que verdadera dirección; sin embargo, en las original» (Medn. Grabaciones hit I órleu de 1*2*
tampoco pueda reducírsele en propiedad a obras más líricas —Parsi/at, Trislán, y 1911. Duración loul: IM'IJ". rUraim. Álbum
amateur o aficionado, y cuando en 1926 y Lohengrin— alienta espontáneamente esa de doi diicoi. Completo r<proc«ado
1927 realizó las grabaciones que ahora se ree- alabada delicadeza que también parece con- TRXCD111. TunbUn te presenta n cUKttes.
sustancial a la propia música del composi- EdkMn econdaki. ObtribacÜB: Mnlrrtrax.
tor Siegfried Wagner, hoy olvidado segura-
mente no con plena justicia, y cuando la or-
questa es la del Festival de Bayreuth la cali-
dad del relato musical mejora mucho. Con
todo, el documento no merecería mayor
atención sino la mera curiosidad de un oyen-
te curtido y que no cometa el error de creer
Schcrzo 51
DISCOS
ESTUDIO DISCOGRAFICO
CURSOS DE PERFECCIONAMIENTO
VIOLIN Franco Gulli 12-23.7.88
VIOLA Bruno Giuranna 11-23.7.88
VIOLONCELLO Johannes Goritzkí 11-23.7.88
CONTRABAJO Ludwig Streicher 11-23.7.88
PIANO Bruno Mezzena 8-20.7.88
ARPA Osian Ellis 11-23.7.88
FLAUTA DE PICO Solista/Grupo Matthias Weilenmann 11-23.7.88
VIOLA DA GAMBA José Vazques 11-23.7.88
GUITARRA Stefano Grondona 11-23.7.88
FLAUTA Mario Ancillotti 11-23.7.88
OBOE Hans Elhorst 11-23.7.88
CLARINETE Karl Leister 8-19.7.88
FAGOT Janos Meszaros 8-20.7.88
TROMPA Erich Penzel 11-23.7.88
TROMPETA Bo Nilsson 11-23.7.88
TROMPETA/TROMPETA BARROCA Edward Tarr 11-23.7.88
TROMBÓN Branimir Slokar 11-23.7.88
PERCUSIÓN Solista/Grupo Siegfried Fink 11-16.7.88
COMPOSICIÓN Sandor Veress 11-23.7.88
ANÁLISIS Francesco Valdambrini U-23.7.88
MARTON-RHYTHMUS-KONZEPT Anna Marton U-23.7.88
MÚSICA DE CÁMARA
Cuerda Bruno Giuranna 11.-23.7.8Í
Johannes Goritzki 11-23.7.88
Con Piano Bruno Mezzena 11-20.7.88
Vientos y mixto Mario Ancillotti 11-23.7.88
Hans Elhorst
Vientos Janos Meszaros 11-20.7.88
Metales Edward Tarr 11-23.7.88
Branimir Slokar 11-23.7.88
54 Scherzo
POR FIN
LA MÚSICA LLEGA A LA feria del libro d e ÍOadrid
LA MAYOR EXPOSICIÓN BIBLIOGRÁFICA DEL PAÍS, CUENTA ESTE
Al SERVICIO Í R M 1 DE LA MÚSICA
MUSICAL
CML06 « - M- 1 - M0T3 - U W D
LIBROS
re decir que es incurrir en responsabilidad Hay que distinguir dos cosas: por una par- algo habrá de ser. Taylor no sabrá música,
publicarla sin indicar claramente que el li- le, el trabajo de Taylor, que, si bien no ex- pero es honesto. Otro límite, por qué no de-
bro tiene cuarenta años de vida. Lo exigi- cede el planteamiento de «biografías de cirlo, se sitúa en la solapada tendencia a la
ble a una editorial del indiscutible prestigio grandes nombres al alcance de todos tos es- atribución de motivos fisiológicos al lento
de Alianza es haber solicitado un prólogo panoles», queda desde luego muy por enci- proceso de deterioro de la razón del músi-
para esta obra a algún especialista español ma del mínimo exigible. Incluso resulta co. Un enfoque mínimamente psicoanalíti-
en la cuestión que hubiera podido ser el pro- sumamente encomiable el intento de presen- co, científico, acerca del Caso Schumann
fesor Casares, sin duda alguna quien mayor lar a Schumann del modo más alejado po- parece seguir ausente: el estudio de Klein-
preocupación ha mostrado en nuestro país sible del idealizado retrato dominante. El breil (1943) y el de Slater y Meyer (1959) no
por la cuesuón de la historiografía del pe- gran músico emerge de estas páginas harto han trascendido, que yo sepa, la frontera
riodo. Aunque no hubiera incluido ni una contaminado de cotidianeidad, y no se omi- idiomática alemana. Y tampoco puede de-
sola nota a pie de página para actualizar al- ten sus rasgos más mezquinos: es llamativo cirse que lleguen muy lejos.
guna información, ni se hubiera añadido un el tratamiento del episodio de Emestine von
apéndice con bibliografía posterior, tal pró- Fricken, desfigurado u omiiido en tantas re-
logo hubiera sido imprescindible para esla señas al uso, y no deja de tener gracia la hi- La segunda cuestión digna de comenta-
obra cuya publicación, desnuda como las hi- pótesis (probablemente implausible) de que rio se refiere a la edición: mendaz, sórdida,
jas del mar, es al menos imprudente. Por la famosa parálisis del tercer dedo —no el tercerm un dista, de una miseria ciertamente
otra parte, la importancia de este libro hu- cuarto, como aún se dice— estuviese oca- talmúdica. Hay que ahorrar en papel: se po-
biera requerido mejores servidores en la tra- sionada por un envenenamiento por mercu- ne de la peor calidad, aunque el texto se tras-
ducción. El Sr. Martín Trjana es responsable rio, administrado como presunto lenitivo de parente, se quitan páginas, aunque se nos
de pasajes antológicos en sus traducciones una sífilis juvenil... La presencia de estas tur- prive de un catálogo de obras, de una cro-
para otra editorial de una conocida colec- bias cuestiones coloca a Schumann a una al- nología, de un índice onomástico, de unas
ción inglesa de libros elementales; su curio- tura cercana, lo que siempre es de agradecer. mínimas referencias bibliográficas. Se paga
so sentido del humor aplicado al español al La limitación del texto se establece en el ni- poco y mal al traductor, de resultas délo
servicio de la música pudiera haberlo guar- vel puramente musicológico: por continuar cual muchos de los breves comentarios mu-
dado para libros más intrascendentes. con el ejemplo de la mano, Taylor senten- sicales resultan casi ininteligibles, no aho-
cia la cuestión merced a consideraciones lin- rrándonos cosas tales como cornos,
De todos modos, el de Bukofzer sigue güísticas relacionadas con las nomenclaturas leilmolifs, punió pedal y otras lindezas;
siendo un libro imprescindible en toda bi- alemanas e inglesas de la época: su ignoran- unos títulos alemanes aparecen en castella-
blioteca y su publicación es motivo de gozo cia de los estudios de digitación debidos a no y otros no, sin que pueda determinarse
y celebración. Cómprelo y léalo y reléalo con Cortot es absoluta; no obstante, acierta. Es- la razón, se pone en la portada un retrato
fruición, pues aun cuando conozcamos mil tamos, por tanto, frente a una biografía, di- desopilante que invita a la huida (existen li-
y una cosas sobre esos ciento cincuenta años gamos, literaria: bien informada, correcta, bros enteros dedicados exclusivamente a la
y gran parte de la información que contie- incluso innovadora en determinados aspec- iconografía de los Schumann)... Todo ello
ne sea obsoleta, seguirá siendo una obra ad- tos relacionados con la personalidad del constiluye la marca de fábrica de una edi-
mirable por su factura y sabiduría. compositor- Su carencia se halla, como se torial que, por otra parte, está publicando
ha apuntado, en el terreno del puro análisis en castellano algunos textos sumamente ne-
musical, casi inexistente o limitado a con- cesarios (el estudio de Maynard Solomon so-
X.M.C. cepciones más bien rutinarias {aunque no bre Beethoven, pongamos por caso) y muy
accesibles para el aficionado medio que se
obligatoriamente erróneas). Por ejemplo, y
al hablar dd Concierto de violoncello, mues- echaban enormemente en falta.
tra el autor su menosprecio, pero no deja
RONALD TAYLOR; Roben Schumann. de indicar que músicos de la talla de Casáis
Javier Vergira Editor. Buenos Airas, 19S7. o Rostropoviich adoraban la obra... y por
Traducción: Floral Mazfa. 401 págs. J.L.T.
L'ESCOLA DE M Ú S I C A DE BARCELONA
• TRIO DE BARCELONA
ALBERT G. ATTENELLE, piarro
GERARD CLARET, violln
LLUlS CLARET, violoncelo
• ENRIQUE SANTIAGO, viola
• JORDI MORA, música de cámara
«4.- COLONIAS MUSICALES EN CASTELLAR DE N'HUG»
PIANO - VIOLlN - VIOLA - VIOLONCELO - CONJUNTOS INSTRUMENTALES
Para niños y niñas de 8 a 11 años y de 12 a 15 años
Del 10 ai 24 de julio de 1988
no. Coria, Chopin, Tchai- 19, 20: Omitri Kítaienko. David Geringas, violoncetlo.
CONCIERTOS kovsky. LA GUIA DE SCHERZO Lazar Berman'. piano. Vorisek, Schoenberg. Kre-
26,27, 2Í: Jean-Paul Penin. Grieg, Shoslakovitch. nek. Schubert.
Tibor Kovacs. Mateo. Hin- II: Friedrich Cerha. Ant-
demith, Schubert. de Praga. Aldo Cecea!o. MUNICH beil, Satie, Milhaud.
ASTURIAS MahkT, Octava.
MADRID 16: Sinfónica de la Radio FUanóúca de Munich
Slafáain de Asiuriu Polaca. Coro Filarmónico
11. 1!, 13 de mayo: Víctor de Varsovia. Kzrysztof Pen- II, II, 14 demayu: Hiroshi
Cido de Cámara y Polifonía derecki. Pendereckí, Ré- Wakasugi. Mozart. Baird,
Pablo Pérez, Nielsen. Dvo- 3 de mayo: Orquesta de Cá-
rak, Prieto. quiem Polaco. ZemlinsEy. OPERAS
mara Española. José Luis II, 19,10: Giuseppe Patané.
15. 16, 17: Cristóbal Half- Temes. López, Milhaud, Christiane Edingcr, violin.
fin. Guillermo González, Marco, Bautista. BERLÍN Beethoven, Saint-Saéns.
piano. Beethoven, Mozart, 10: Pedro llurralde Quarlet. BARCELONA
C. Halffter. Recital de Jazz. Fllarmóakt de Berlín
11, 12 de mayo: Kzryszlof NUEVA YORK Gran Teatro del Lkeo
BARCELONA Ctnlro pan la Difusión de Penderecki. Penderecki, LA GIOCONDA (Ponchie-
la Manca Contemporánea Shostakovitch. Filamónica de Nueva Yorfc ¡lí). Uwe Mund. Bumbry.
Orquesta Ciudad I. 9 de mayo: Cuarteto Ar- 14, 15: Btrnard Kaítink. 5, A. 7 de mayo: Zubín Meh- Cossotto, Cortez, Mauro,
de Barcelona ditti.Marunu, Halffier. Li- Andrt Watts, piano. Men- la. Martli Talvela. Mus- Manugutrta. Vinco. 5, 1.
geli. Cárter. / Mira. Femey- delssohn, Mahler. sorgsky. 11, 13 de mayo.
7,1 •> muyo: Orquesta Na- nogh, Marco, Bartok. (Circu- 11, 13, M: Zubin Mehla. FAUST (Gounod). Arman-
cional de España. Jesús Lo- lo de Bellas Artes). 27, 21: Seiji Ozawa. Alexis do Gatto. Araiza, Nesteren-
pei Cobos, wagner. Weissenberg, piano. Isaac Stern, violln. Mus- ko, Benackova. 19, 11, 25,
16: Jeffrey Jacob, piano. Brahms. Racnmaninov. sorgsky, Maxwell Davies,
Frosl, Crumb, Enriquez. Ja- Mozan. 11 de mayo.
Ibercamera
cob. Barber. (C.B.A.). JO, 31: Seiji Ozawa. Wol-
9 dr mayo: Camerata de fram Chrisl, viola. Beetho- 19, 10, 14: Zubin Mehla.
29: Trio Opus B. Castillo, ven. Bartok. Tchaikovsky. MahJcr, Novena.
Berna. Thomas Furi. Vival- Rihm. (CHA.). BILBAO
di. C.P.E. Bach, Wasse-
naer. Rossini, Dvorak, CLEVELAND PARÍS Tealro Antoga
Shosfakovitch. AfodadÓB Eipañola L'ELISIR D'AMORE (Do-
13: The Acadtmy of An- de M úrica de C á a a n OrqoetU de Cleveland 1 Fnlival de París nizetti). Enrique García
cient Music. Christopher 11 de mayo: Cuantío S, 7 de Mayo: Jahja Ling. 3-1 de mayo: Dance Theatre Asensio. Mario Gas. Sinfó-
Hogwood. Paul Goodwind. Margand. Mozan, Radzynski. Mahler. of Harlem (Chat ti ti). nica de Bilbao. IR y 20 de
oboe. Haydn, C.P.E. Bach. II, 13. 14: Christoph von 4, S: Coro y Nueva Orques- mayo.
Mozan. Universidad Autónoma Dohnanyi. Boris Bel km, ta de Radio Francia. Jerzy
30. 31: Orquesta del Con- de Madrid violin. Dick. Bruch, Semkov. Grandes arias de ú
certgebouw de Amslerdam. 10 de Baya: Orquesta de Brahms. ópera italiana. A)bent, Di- MADRID
Riccardo Chailly. Schu- Cámara Eslovaca. milrova, Valenlini Tcrrani.
mann. Stravinsky. / Bcrio, 14. 25: I Musici. 19, 20, 11: Coro de la Or- Martinucci. Salvadori. Roni Tettra Lírico N»rtoail
Bruckner. questa de Cleveland. Chris- (Palais Omnisports). La Zarzuela
Ibermitaica toph von Dohnanyi. Men- 9: Orphcus Chamber Or-
Euroconcert 10 de mayo: Camerata Bern. delssohn, Elias. chestra. Aiicia de Larrocha, ADRIANA LECOUV-
17 de mi yo: Slefan Vladar, Thomas Furi. Vivaldi. piano. Haydn, Mozart, El- REURtCilea). Miguel Roa.
C.P.E. Bach, Wassenaer, gar, Stravinsky (Theatre Emilio Sagi. Aragall. Tíoils-
ano. Schumann. Chopin. LONDRES
K i: I Musici. A. Scarlatti,
Pergolesi, Giordani, Marce-
Rossini, Dvorak, Shosta-
kovilch. The South Baak Centre
Mogador). kaya. Obraztsova- S, 11,14,
17,10 de BUYO.
9.10: Bejart Ballet Lausan-
. lio, Aibinoni, Vivaldi. 14: The Academy of An- 5 de mayo; Englkh Baroque ne (Theatre de París). TARRASA
cienE Music. Christopher Soloisl^ John Eliof Gardi- 15: Adelaide de Bourgogne
Moiarttana Hogwood. Paul Goodwin. ner. Malcolm Bilson, forte- Oíossitii). Alberto Zedda. Ccatre Cultaral de la Caiaa
10 de mayo: Solistas de Ca- oboe. Haydn, C.P.E. Bach. piano. Haydn. Mozart. Ensemble Orchestra I de Pa-
taluña. Xavier Güell. Nica- Mozan. 6: London Philharmonic. rís. Ensemblf Vocal Michel de Ternun
nor Zabaleta, arpa; C laúd i Klaus Tcnnsiedi. Wagner. Piquemal. Dupuy, Devia, LA FLAUTA MÁGICA
Arimany. flauta. Mozart. PAMPLONA 7: London Sinfonielta. Wi- Cafo rio, Perrajruin. Viala. (Mozart). Opera de Cimara
Sinfonía n." 7, Concierto lold Lutoslawski. Neil Jen- 15. (Sala Pleyeí). de Varsovia. Stefan Sut-
para flauta y arpa, Adagio OrqueMa de kins. tenor. Lutoslawski. 16: Concentus Musicus kowski. 19 dt mayo.
y Rondó, Serenata Si* la Cedlli 1,11.1S: Royal Philharmo- Wien. NikotauE Harnon-
rHaffntr». nic. Yuri Temirkanov. Ros- court. Blasi. Kenny. Rappe, BERLÍN
17 te naya: Máximo Oló- sini, Brahms, Dvorak. Equíluz, Scharinger. Bach.
XI Festival de Múska riz. José María Orti, trom- 9: Cuarteto Melos. Enrique Cantatas BWV 207, ¡98, Deuuche Oper
Aatlga de La Calía peta. Mozan. Haydn, Bizet. San I ¡ajo, viola. Brahms, 212. (Iglesia de la Trinidad). LADY MACBETH VON
4 de Mtyo: Hans-Mariin Mozan. 17, IB: Danza Teatro Koros. MZENSK IShostakovitch).
Linde, flauta; Osear Milani, SAN LORENZO (Gaie de Test). Jin Kout. Gúnter Kr&mer.
tlaye; Pere ROÍ. viola, l.e- 15, 16, 29: Cuarteto Boro- 25.17. 29: Iphigenie en Tau-
DE EL ESCORIAL din. Beethoven. ride (Puccini). Donato Ren- Dooley. Armstrong. Pell. 7,
dair. Haendel. Bach, Lotti. 17: Royal Philharmonic. 17, I». 13 dr mayo.
11: Orquesta del siglo Real Coliseo de Carlos III zelti- Luca Ronconi.
XVII!. Fian;Bruggtu. Mu- Kurt Masur. Trio Beaux RicciareUÍ. Baumann, Ber-
ían, Beethoven. 7 de mayo: Capilla Peñaflo- Arts. Beethoven. ialo, Naviglio. (Chatelet). BRUSELAS
13: Slanley Hogland, forte- rida. Jmé Rada. LarraAaga, ltt'. Philharmonia Orchestra 30: Ensemble Orchestral de
piano. Haydn. Mozan, Asi ai n. Munibc. and Choru^. Rafael Früh- París. La Chapelle Royale. La Moünafe
Beethoven. Dussek. 14: Hesperion XX. Jordi Sa- beck. Mendel^sohn. Orff. Phíhppe Kerreweghe. Men- FAUST (Gounod). Paul Et-
IB: Coro del Festival de Mú- vall. Estcve. Mi son. LasíT- 19: Royal Philarmonic. Kun dehsonn, Schubert. huin. Laurent, Jacques,
sica Antigua dr Barcelona. na, Pía. Masur. Mozan. Bruckner. Léonard, Fillstad, Vanaud.
Phüippe Herré* eghe. 11: Coral de Santander. 21: Academy of St. Marlin- SalaPtejd 14, 15, 19, 10, 11, 22 de
l*HtspmonXX Jordi Sa- Miembro; de la Sinfónica de In The-Fitlds. Coro de la ••ya.
vall. Música inglesa. Madrid. Lynne Kurzeknabe. Academy. Neville Marríner. 5 de naya: María Tipo.
16: Kecskís Ensemble. An- Carrasqueño, el Espafioteto. Malhis. Schrcier, Luion. Beethoven.
díís Kecikés. Músicas hún- Teleraann, Pergolesi. 21: English Chamber Or- 9, 11: Orquesta de Paris.. GLVNDE8OURNE
gara y turca de los siglos XV lt: Conjunto Zarabanda. chestra. George Malcolm. Daniel Barenboim. Warner.
•1 XVIII Mancini, D. Scarlaili. Has- piano y dirección. Bach, 12: Jorge Bolet, piano. Men- Festfeal de Opcn 19M
se. Rodríguez de Hita, Plá. Mozan. Haendel. delssonn. Beelhoven. D1E E^^TUHRUNG AUS
24: Phi I harmonía Orchestra. Franck, Liszl. DEM SERA1L (Mozan).
BILBAO Bernard Hailink. Brillen, 17: Maurízio Pollini. piano. Lolhar Zagrosek. Peter
VALENCIA Strauss. Liszi, Schubert.
II: Orquesta de París. Esa Wood. Rendall, White,
Teilro Arriaga Oraanla Municipal 2t: Royal Philharmonic. Pekka Sakmen. Sibelius. Evanaelides, Baur. Rolandi.
10 dr mayo: Orqueya del lí- Wladimir Ashkenazy. Radu Grícg, Nielsen. 16. l í . 10. 22. 16. 2> de
alo XVTII. Frans Bruggen. de VakKia Lupu. piano. Brahms, 19: Orquesta de París. En-
Mozart. Beelhoven. 6, & de mayo: Manuel Gal- Beethoven. semble Inierconremporain. KATÁ KABANOVA (Jana-
duf. Corodr Valencia. Ha- 17: Philharmonia Orcheslra. Esa Pekka Salonen. Lind- cek). Andrt* Davis. Niko-
yashi. Di Cesare. Puccini. Bernard Haitinl. Moiart. berg, Schoenberg. Nielsen. laus Lehnhoff. Graham-
CANAR1AS Madamt Butlerfly. {Teatro Shoslakovitch. Hall. Bunning. Adams,
Principal). 19, 31: Philarmonia Orches- 15; Annie Fi&cher, piano.
Saciedad Filarmónica Mozart, Schumann. Schu- McCauley, Bennett. 19.21,
19. II: Coro de Valencia. tra. Ciuseppe Sinopoli. Ca- bert. 25. 27. 29. 31 de mayo.
de Lu Palmas Vinkler, Vinzing, Rafrell- brielí, Stravinsky, Saint-
10 de mijo: Trio de Wagner, Porstfol. (Versión Saens. / Schubert, Schu-
Stultgart. de concierto). (Palau). mann, Mendelssohn. LONDRES
13: FtUrmonka de Gran Ca- 17: Manuel Galduf. Cano. V1ENA
naria. Antoni Win. Trío de Brillen. Stravinsky. (Palau). Royal Opera Hout
Siuitgan. LEIPZIG Filarmónica de Vleaa Covenl Garden
» : Elly Ameling. Rudolf BERGEN 1>, 29: Christoph von Doh- ANDREA CHENIER
Jamen. Orquesta dt la Gewaadlunt nányi. Webern, Brahmi, (Giordano). Zancanaro.
XXXVI Fntlvil 11. 13 de luyo: Coro de la Schoenberg. Zampieri. Powdl, Johnson.
Slatoaka dt Tenerife iDienadonal Gcwandhaus. Kurt Masur. Primera: 17 de mayo.
11. 13, 14 de mayo: Wing 15 áe u r o : Orquesta del Wladimir Spivakov, violin. Orqueata de la ORF ANNA BOLENA (tJonizel-
Sic Vip. Miktuúl Rudy, pia- Festival. Coro Filarmónico Prokofiev, Debuuy. 5 de Buyo: Zdenck Korier. ú). Richard Bonynge. Ment-
Schcrzo 57
LA GUIA DE SCHERZO
Mr. James, Suiheiland, Jones. Pope. David, t , 11, (Siockhausen). Stock hau- (Juiacdt). Peln Schneíder. Setin. Baslin. Caíala. Cog-
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«yo. XÉRXES (Haendel). Char- riweaiher, Sarley. liher- wirlh, l t , 25, 30 de auyo.
les Mackcrras Murray. wood. Stephens. 7, S, H,
Eaglfsh National Opm Maslerson, Robson, Ga- 11, 12 de mayo. VENECIA
DIE ZAUBERFLOTE (Mo- rrel<.IO.t3,21,ISdtmyo.
ian). I van Fischer. Fiíld. PARÍS Teatro La Ftnttt
BuUock. Chnslie. Randlt. 5. MILÁN MUNICH STIFFELLO (Verdi). Hu-
12, 19. 17 de mayo. TVaCn d o Cbanpt Dynta beri Soundanl. Ordónez,
COS! FAN TUTTE (Mo- Tnlro alia Seal. Biytriiebe SüUUopcr Omilian, Noble, Zennuo.
lan). Granae Jcnkins. Loll, WERTHER (Masitnel).
MONTAG AUS L1CHT VEK MAKROPOULOS Marc Souslrol. Baudouin. 20. 22, 21, 31 de maya.
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CUERDA II CICLO DE CURSOS SOBRE
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Abierto a las piezas inéditas posteriores SGAE 1988 DE LA MÚSICA
a 1-111-88 y anteriores a I3-X-S8 (fecha lí- Convocan: Sociedad General de Autores Comunidad de Madrid. Métodos moder-
mite de recepción de originales). Premio: im- de España y Centro para la Difusión de la nos de la enseñanza del violfn (Anna Baget,
presión facsímil de 15 ejemplares e inter- Música Contemporánea. Pueden concurrir 6/8-V). La guitarra flamenca (Andrés Ba-
pretación pública de la obra. Información al concurso los españoles nacidos después tista. 9/13-V). La improvisación en el pia-
en la organización: Academia de Educación de enero de 1958. Duración de las obras: de no para música clásica y jazz (Horacio
Sentimental Agúndez-Palacios. Viriaio, 54. cinco a veinticinco minutos. Premios: l.° Icasio, 19/22-V). Información y matrícula:
28010 Madrid. 750.000, 2.° 400.000 Pts. El plazo de admi- Conservatorio de Música de la Comunidad
sión se cierra el 30-1X-88. Para solicitar in- de Madrid. Ferraz, 62. 28008 Madrid. Tfno.
formación sobre las bases del concurso y la
plantilla instrumental a la que las obras se 241 49 25. Curso de improvisación en el pia-
X CURSO DE MÚSICA BARROCA habrán de ajustar, dirigirse a CDMC, Cen- no: Escuela de Música Creativa. Carlos La-
Y ROCOCÓ tro de Arte Reina Sofía. Santa Isabel, 52. torre, 13. Cuatro Caminos. 28039 Madrid.
San Lorenzo de El Escoria!. 15-27 de 28012 Madrid. ANTAL DORATI: CURSO DE
agosto. Canto: Marius van Aliena, flauta de INTERPRETACIÓN DE MÚSICA
pico; Kee Boeke, flauta travesera: Konrad II CONCURSO HERMANOS CLARET DE CÁMARA
Hünteler, violín y viola: Alda Stuurop, cla- INSTRUMENTOS DE CUERDA Y Berna, 7-18 noviembre 1988. Participa-
ve: Kennelh Gilbert (15-20), Jacques Ogg MÚSICA DE CÁMARA ción abierta a todo tipo de conjuntos esta-
(22-27), vihuela, laúd, guitarra: José Miguel Abierto a catalanes o residentes en Cata- blecidos. Se pide nivel elevado y repertorio
Moreno, viola da gamba: Anneke Pols, vio- luña. Violín, viola, violoncello. Trío de cuer- amplio. Se admitirán 4 grupos. La selección
loncello: Wouter Moeller, música de cáma- da, trío con piano, cuarteto de cunda, cuar- se hará sobre la base de una grabación que
ra: Jacques Ogg, danza: Bárbara Sparti. teto con piano. Pruebas eliminatoria y final se ha de remitir. Inscripciones hasta 15-1X.
Inscripción hasta 7 de agosto. Información del 19-1X-88 al 25-IX en el Auditorio de Es- Información: Sekretariat Meisterkurse des
en Asociación «Música Barroca». Francis- bart de Sant Cugat del Valles. Inscripciones Konservaloriums Bern. Kramgasse, 36.
co de Rojas, 9. 28010 Madrid. hasta 3O-V1-88. Información: Esbart Sant CH-3011 Bern (Schwciz).
58 Scherzo
Benjamín Britten, 75 años
dosier
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Manos a ¡a obra FOTO: BERT1 GAYE
ñámente ingleses. Las Variaciones sobre un lema de Frank delata en ella una habilidad nada común para explotar cada
Brídge para orquesta de cuerda, op. JO (1937) y la construi- instrumento por separado, además de rendir una profunda
da dos años después, Les Illuminations, op. 18, son dos de pleitesía al maestro del barroco inglés por el que sentía una
las obras típicas de Britten de la época aludida. Las Varia- extraordinaria veneración. Como efecto de ello se ha admi-
ciones son esencialmente paródicas. Movimientos como Bou- tido la tópica valoración de «el más grande compositor in-
rrée Classique, Wiener Waltzer y la Marcha Fúnebre son una glés después de Purcell».
serie de variantes de tipo europeo —neoclásico, vienes y
mahleriano— que los aplicaría mas tarde a Les Illuminations, Su habilidad instrumental le llevó a realizar numerosos arre-
aunque no se observa ningún rastro de parodia. El tema cen- glos de obras de otros autores: Soirées musicales y Malinées
tral de las Variaciones proviene del Idilio n." 2
musicales, elaboradas sobre melodías de Rossini. También
escribió para el cine; la banda sonora de la película Night
del Cuarteto de cuerda del que fue su profesor, Frank Brid- Mail (Correo nocturno) llegó a ser casi clásica.
ge, quien le inculcó la perfección técnica y el poner la habili-
dad profesional al servicio de la solución de los problemas Benjamín Britten, de manera parecida a como lo hacían
musicales. Con esta obra produce nuevos y personales efec- los maestros de capilla en el siglo XVIII, escribe sus obras
tos a partir de un idioma básicamente diatónico. motivándolas en unas circunstancias precisas y pensando en
El periodo de madurez y evolución del gran compositor unos intérpretes concretos, que cada obra estuviese idealmente
le llega en los anos 1945-46 con Peler Grímes, la primera ópera adecuada con su propósito primitivo. Cuando se iba a con-
inglesa desde Bal fe y The Mikado, que consiguió un éxito sagrar una gran catedral, edificada con esfuerzo y después
internacional y de la que extrajo los Four Sea InreHudes, de de un período de aflicción, componía el War Réquiem, o si
Peler Grimes, op. 33a y PassacagHa, op. 33b. En ellos en- en un atardecer de verano el público del Festival de Alde-
contramos, gracias a la originalidad de su escritura, una va- burgh se desplazaba ociosamente en pequeñas embarcacio-
riedad de lenguaje y hasta imágenes sonoras muy propias de nes para escuchar un concierto informal sobre el agua,
Shostakoviten y Nielsen. entonces escribía, por ejemplo, las Seis metamorfosis según
Ovidio, op. 49 (1951) para oboe solo. Sirva ya de comenta-
Para finalizar este apartado reseñaremos la obra que vie- rio lo asombrosamente completas y variadas de estas meta-
ne de la mano de su Cuarteto de cuerda n." 2: Variaciones morfosis. La quinta de ellas hace un uso brillante de la
y fuga sobre un tema de Henry Purcelf, op. 34 (1945), tam- diferencia entre el maduro y tenue registro inferior del ins-
bién llamada Guía de orquesta para jóvenes. Fue de hecho trumento y el superior, más dulce, para evocar la imagen de
su última música escrita para películas. La obra iba destina- Narciso enamorándose de su propio reflejo en el agua; los
da a ¡lustrar los instrumentos de una orquesta sinfónica. Po- extremos se aproximan gradualmente hasta que los contras-
siblemente sea su obra más divulgada y con la que el público tes de las frases y los registros se confunden enire si, y el oído
ha establecido un contacto primerizo con el autor. Britten ya no es capaz de distinguir entre el original y el reflejo.
Scherzo 61
dosier
La música de cámara
üistá dominada por dos grupos: El primero está formado
por los Cuartetos de cuerda. En el n." i en re mayor, op.
25 (1941), Britten estaba en EE.UU., el autor logra un buen
empleo de las cuerdas. El n. " 2 en do mayor, op- 36 (1945)
es la composición mejor conocida de las que integran su mú-
sica de cámara, se conmemora en él el 250 aniversario de la
muerte de Purcell, hallándose el último movimiento en la for-
ma de una chacona, forma de la que hizo mucho uso el com-
positor barroco, obra poderosa y expresiva. El n. " 3, op. 94
(1975) es la última composición mayor completada por Brit-
ten; sin tonalidad definida, puede llegar a ser aceptado co-
mo epílogo emocionante a su obra. Pieza especialmente
introspectiva, más enigmático que el Segundo Cuarteto, el
Tercero impresiona tanto por su estructura cerrada como por
su calidad espiritual. Sin ningún género de duda se trata de
un testamento (falleció al otoño siguiente). Cada nota de su
escritura es importante. Geoffrey Crankshau habla de la in-
flexible honestidad de su música que hace recordar los últi-
mos Cuartetos de Bartok, aunque el idioma sea típico de
Britten. Cada movimiento del Cuarteto, curiosamente, lleva
un título que pone el acento sobre un aspecto técnico o so- Brillen. Audrey Mildmay (Mrs. John Crtsiit) y Eñe Crozier en Glyndebour-
bre un determinado estado de ánimo (Duetos/Ost i nato/So- ne. 1947.
lo/Burlesco y Recitalivo/Passacaglia), el primero y el último
tiempo son los más cargados, emotivamente hablando. se requieren, se hacen realidad las intenciones compositivas
El segundo grupo de su música de cámara se refleja en la de Britten al concebir sus partituras en función de los me-
admiración por un determinado intérprete: Mstislav Rostro- dios de interpretación.
povitch, para quien escribió la Sonata para violoncello y pia- El determinar si en la música de Benjamín Britten el estilo
no, op. 65 (1961), obra que enlaza con el mundo de Prokofiev es más impon ante que el contenido, o si además de poseer
y Shostakoviten. Continuó con las tres Suites, para violon- grandes talentos también dispone de una profundidad pecu-
cello solo, op. 72(1964), op. 50(1967) y op. «7(1972). Todas liar de sentimiento, es algo que indudablemente seguirá siendo
ellas despliegan una gran energía. Cierto es que estas Suites, tema de debate. Tanto en su música orquestal como en la
al menos las dos primeras, declaran una deuda a los méto- instrumental y de cámara, Britten siempre fue un interesan-
dos texturales de Bach y más aún a sus movimientos fuga- te experimentador. Su doble sentido de la independencia,
dos. La sucesión de piezas de carácter contrastante que frente al neoclasicismo y también ante el dodecafonismo y
componen cada suite explotan algo las diferentes posibilida- el serialismo, le libró de la confusión que padecieron muchos
des técnicas del cello, algunas de ellas sugieren una compa- músicos de su tiempo. Su aire renovador y su fidelidad al pa-
ración con el estilo inicial de Brilten. Al estar estas obras sado le han hecho ser el perfecto moderno-conservador.
dedicadas al gran intérprete de Bach, Roslropovitch, que do-
mina sin esfuerzo toda la variedad de técnicas especiales que Manuel García Franco
62 Scherzo
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7 69285 2 7 69286 2
7 69282 2 (2CD)
dosier
64 Scherzo
un todo continuo de carácter casi cinematográfi-
co, construido además sobre elementos que otor-
guen unidad estructural a la pieza (la famosa
simetría musical y dramatúrgica de Luiu) o de ca-
da una de sus partes constitutivas (las tres formas
de los ¡res actos de Wozzeck). Así, junto a una con-
tinuidad vocal basada en un recitativo seco que pue-
de irse haciendo cantabile, arioso y hasta
convertirse en aria o conjunto, pero sin separabiü-
dad, sin posibilidad de aislamiento de números (la
vieja herencia de las pre-óperas de la Camerata flo-
rentina justo al empezar el siglo XVII, o el inespe-
rable ensayo de Dargomishki a mediados del XIX,
con El convidado de piedra, seguido por Musorg-
5ski y Rimski en otras obras), se da una continui-
dad total de la música donde la orquesta (o el
pequeño conjunto en las óperas de cámara 6 pará-
bolas de iglesia) asume el cometido de permanen-
cia dramática. Desde los interludios de Peler
Crimes hasta el sutil entrelazamiento de escenas de
Death in Venice, donde apenas hay respiros en for-
ma de intermedios, Britten experimentó amplia-
mente variaciones sobre esa fórmula. No es lo
mismo asegurar la continuidad de un acto amplio
con unidad de situación (A midsummer, que man-
tiene la continuidad dentro de una rica variedad
timbrica y melódica, al definir tres ambientes mu-
sicales completamente distintos: fairies (definición
etérea), lovers (lírica), rustics (buffa), cada uno con
su familia tímbrica y temática reconocible), que di-
señarla para una pieza compuesta de múltiples es-
cenas breves (The turn of the screw, donde, tras
un prólogo declamad o-cantado por un tenor, se
propone un lema (escena 1), que es sometido du-
rante el resto de la obra, en dos actos, a 15 varia-
ciones (escenas 2 a 16), en cada caso con
determinado instrumento o grupo de instrumentos
Muerle en Venecia: Peler Pears coma Guslav van Aschenbach, en la pro- cumpliendo una función expresiva, en dos ocasio-
ducción de la English Opera de 1973. nes con voces de los personajes en esos intermedios-
variaciones). Britten, con sus dieciséis lítulos operísticos, es
aparecen como tales, sino a menudo la base del arioso mis- un típico representante de la creación operística de nuestro
mo, fundamento vocal de esta ópera. Este procedimiento pa- siglo, donde la ópera ha pretendido ser teatro, aunque de otra
sará a ocupar un lugar secundario a medida que Britten manera. También esto es una consumación de la aspiración
domine los recursos dramáticos vocales en su amplia produc- de la Cameraia, pero con medios más amplios, más ricos,
ción lírica. En cualquier caso, el canto, la dimensión vocal, con la lección de más de tres siglos y medio de experiencias,
es esencial en Britten, mucho más que la orquesta. Es cierto rechazos, logros y pasos atrás y adelante.
que Grímes se construye mediante una serie de interludios
orquestales, que el timbre es a veces esencial en la definición
de situaciones o personajes (las variaciones entre escenas en
The turn of the screw, la diferenciación de los tres ambien- La unidad dramática
tes en A midsummer, la definición de los grupos de jóvenes
en Death in Venicé), pero cuando surge el canto, éste es so-
berano, impone sus leyes, y la orquesta, a veces un pequeño AJOS coros tienen en Britten una importancia sólo relativa
grupo de instrumentos, a menudo uno solo, sirve de apoyo, (aunque sean esenciales en algunas obras concretas, como los
de acompañamiento, en una relación donde es un elemento marineros de Billy Budd, los animales (interpretados por ni-
necesario e importante, pero secundario con respecto a la voz. ños) de Noye'sjludd, los peregrinos (pequeño coro) de Cur-
Pero no se trata de un canto en el sentido del belcantismo lew river, los vacanciers de Death in Venice). A cambio,
tradicional. De ser así, ese canto sostendría por sí mismo la algunas óperas carecen por completo [The turn of the screw,
escucha. Hay una interrelación tan fructífera en Britten en- The rape of Lucretia —los llamados coros masculino y fe-
tre canto y situación dramática que la dimensión vocal se sos- menino de esta ópera son un tenor y una soprano) o casi por
tiene a partir de la misma. El belcantismo es referencia, como completo (Owen Wingrave) de intervención coral propiamente
lo es en toda la ópera del siglo XX, y como en ésta reaparece dicha. Lo que si se da como característica muy propia de Bril-
funcional y ocasionalmente en conjuntos, en arias (con todo len es el conjunto. En Peter Grímes, el conjunto de vecinos
el matiz que precisa este término en la ópera de nuestro si- hostiles al extraño protagonista va nutriendo progresivamente
glo), en ariosos... sus filas a medida que avanza la acción, hasta culminar en
un auténtico coro de solistas en la histórica escena de la per-
Como no podía ser menos, esa fórmula operística de Brit- secución del tercer acto. De forma semejante se forma en oca-
ten que consiste siempre en un cien por cien de auténtico tea- siones un coro de paisanos de ambos sexos enAlbert Herríng,
tro, se realiza mediante un discurso musical continuo. Esto y los conjuntos de los personajes reunidos en el Paramore
es lo propio de toda la ópera de nuestro siglo, desde Debussy de Owen Wingrave constituyen a veces un conjunto coral que
y Janácek pasando por el insoslayable ejemplo de Alban Berg. recuerda el procedimiento de Grímes, aunque ahora con me-
Britten tiene muy poco que ver en la letra con Berg, pero es dios mucho más depurados.
tributario suyo en el espíritu, ya que Britten, como tantos El prurito de la unidad dramática, sin duda aprendido so-
otros, ha aprendido de Berg que una ópera ha de constituir bre lodo en Berg, convive con una especial intuición dramá-
Scherzo 65
dosier
te'-
tica que es el gran secreto de las óperas de Brillen. Más que hostil. Es la pureza de Lucrecia que Tarquino desea compul-
tal o cual fórmula, Briden trabaja como dramaturgo musi- sivamente ensuciar, consiguiéndolo y perdiendo después el
cal. Elabora sus libretos junto con los libretistas y los piensa poder por la reacción cívica que ello provoca incluso entre
y realiza musicalmente. Es decir, vate todo, con tal de que los oportunistas; es la inocencia de Billy que Claggart nece-
se someta a la situación dramática. Si al principio (Grimes) sita hollar como algo más fuerte que él; es la candidez de Al-
es mayor el prurito de la unidad, con el tiempo ésta proviene bert Herring ante la hipocresía de las gentes de su pueblo,
de las necesidades mismas del drama, desde la triple defini- que sólo consigue trascender mediante una inocente travesu-
ción ya citada de A midsummer hasta el logro maravilloso ra; o la indefensa y juguetona inocencia de unos niños ante
de Death in Venice, basada en: abundantes soliloquios del unos espectros o, si admitimos la ambigüedad, ante la neu-
protagonista con todo tipo de recursos vocales, diálogos con rosis de su institutriz, en The turn of the screw; es, en fin,
la difícil y generosa elección de Owen Wingrave, pacifista con-
un barítono que interpreta al menos siete papeles que apare- vencido en una familia tradicionalmente dedicada a la mili-
cen en más de diez de las dieciséis escenas, escenas comple- cia, a la guerra, opción pisoteada por la sociedad que se
tamente instrumentales o corales-instrumentales donde el simboliza en Paramore, que desarrolla con brutalidad unas
ballet y el mimo trascienden su función decorativa para con- defensas desproporcionadas y fatales ante la elección ética
vertirse en realidad dramática. Esta libertad formal es, pa- y política del protagonista. Y, desde el principio de la carre-
radójicamente, sometida con rigor a las demandas del drama. ra de Britten, se yergue la inquietante figura de Grimes, un
Pero esa libertad permitió a Brillen pasearse por la música hombre solitario, extraño, a veces brutal, cuyo infortunio no
en plena dictadura se ría lista sin abandonar nunca la tonali- consigue la solidaridad de un vecindario progresivamente hos-
dad, pese a deliberadas indefiniciones tonales, utilización de til, sino que sirve de disculpa para disfrazar un rechazo cuyo
series (no tratadas dodecafónicamenle, como el tema base origen está, precisamente, en su manera de ser huraña, aje-
de The turn of the screw) y amplio recurso de politonalida- na al grupo, soñadora, diferente...
des eventuales o ese elemento plenamente asumido por la mú-
sica de nuestro tiempo: la disonancia. Pero Britten es también un enamorado de los niños, que
siempre estuvieron presentes en sus composiciones desde la
Temas y recurren cías Guía de orquesta hasta La cruzada de los niños. Por eso son
destacables espectáculos como Let's make an opera, donde
Bríritten es el operista que nunca repite tema. Desde el rea- Britten y Crozier hacen participar a unos niños para, como
indica el título, hacer una ópera entre todos, que es The lit-
lismo de Peter Grimes Britten realiza un recorrido donde nun-
ca se da un mismo ambiente: la parábola romana de Lucretia lle sweep. Pero la apoteosis de los niños se da en la deliciosa
(donde libretista y compositor aprovechan la especial pro- operita Noye'sfludde, donde sólo hay tres adultos en escena
puesta distanciadora de la pieza teatral de Obey), la ópera entre cerca de cien personas: Noé, su esposa y la voz de Dios.
buffa enAIbert Herríng (su única aportación al género, a no Los hijos y nueras de Noé y, sobre todo, el montón de ani-
ser que consideremos como tal su arreglo de nueva planta m ale jos que entran y salen del arca, son niños, como lo son
de La ópera del mendigo, de John Gay), la comprometida también la mayor parte de los instrumentistas del acompa-
elegía de Billy Budd, el ambiente histórico isabelino de Glo- ñamiento orquestal, entre los que Britten preveía tres tipos
riaría, la ambigüedad sobrenatural de The turn of the screw, de niveles de preparación musical. Entre músicos y cantan-
la comedia de maravillas feéricas shakesperiana en A mid- tes, Noye'sfludde necesita unos 160 niños.
summer, el alegato político casi desprovisto del elemento fan- Él buen gusto literario de Britten queda reflejado en las
tástico e indefinición argumenta! del relato orginal de James fuentes que utilizó de inspiración (ver Cuadro I): Melville,
en Owen Wingrave y, en fin, la reflexión del creador ancia- James, Mann, Shakespeare, Maupassant, Crabbe... Con sus
no frente a la incapacidad creativa y la belleza personificada libretistas, Britten puso en ópera textos que parece imposi-
en Death in Venice. Lo que sí puede rastrearse en Britten es ble llevar a la escena lírica, como los polisémicos relatos de
una preocupación, común en muchas de sus óperas: la ino- Henry James, o esa especie de monólogo interno indirecto
cencia, o el bien, o la pureza, como víctimas del contrario que es Muerte en Venecia, de Thomas Mann. Los resulta-
66 Scherzo
CUADRO II
OPERAS DE BENJAMÍN BROTEN. Libreliilas y tenia
PAUL BVNYAN: W.H. Auden, a partir de una leyenda americana.
PETER GRIMES: Montagu Slater, a partir del poemaThe Borough, de
George Crabbe.
THE RA PE OF L UCRETIA: Ronald Duncan, basada en la pieza tea-
tral de André Obey.
ALBERT HERRING: Eric Crozier, a partir dele Rosier deMme. Hus-
son, reíalo de Guy de Maupassant.
THE BEGGAR'S OPERA: El mismo libreto de John Gaypara la bailad
opera estrenada en 172S.
THE LITTLE SWEEP: Eric Crozier, basado en The Cimney Sweeper.
poema de los Cantos de inocencia de William Blake.
BILL YBUDD: Editará Morgan Forster y Eric Crozier, según la novela
de Hermán Melville.
GLORIANA: William Plomer (sobre la historia legendaria de la reina
Isabel I y el Conde de Essex).
THE TURN OF THE SCREW: Myfanvy Piper, según la novela de Henry
James.
NOYE 'S FL UDDE: Texto original de la pieza así llamada de los Ches-
ter Miracles.
A M/DSUMMER NIGHT'S DREAM: Benjamín Brillen y Peter Pears.
según la comedia de William Shakespeare.
CURLEW RIVER: William Plomer, a parttr de una pieza de teatro No
del Japón, Sumidagawa. de Motomasa.
THE BURNING FIERY FURNACE: William Plomer, con elementos
del Antiguo Testamento.
THE PRODIGAL SON: miliam Plomer, según la parábola del
Evangelio.
OWEN WINGRA VE: My/anwy Piper, según el flato de Henry James.
DEA THIN VENICE: Myfan wy Piper, según ¡a novela de Thomas Mann.
| BIBLIOGRAFÍA ESENCIAL |
De evicter general: *
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1966; 2.' ed.. 1980).
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Sobre sat óperu:
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Londres, 1983).
• Herbert David: The Operas of Benjamín Brillen (Hamiih Hamilton. Lon-
dres, 1979|.
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Grimes. A rriba: Billy Budd, Theodor Uppman y Peter Pears en la produc-
• Patricia Howard (Ed.): The lurn o/¡he screw [estudios sobre esla ópeía). ción del Covent Carden de 1951. Centro: The prodiga! son. Peter
Cambridge Univ. Press, 1985. Cambridge Opera Handbooks. Pears en ¡a producción del Engtish Opera Group de 1966. Abajo:
Owen Wingrave, Silvia Fisher, Peter Pears, Janel Baker y Jenntfer
Soi impo'lañtts tambitn los estudios sobre cada Ópera incluidos en tas grabaciones de Vivyan en la producción de la BBC en 1970.
Dtcra de la mayor parir de los títulos de Brillen (el de Jola Warrack sobre Billy Budd.
losdr Doitattt Mtlrhtll sobre Owcn WiDjrívt o Dalh in V«ii«. ti anónimo (al menos
rn la edición española) dr The rapt of Lucruia. ele, ele./.
Schcrzo 67
dosier-
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Pease (Balstrode), Brannigan (Swallow), Davis. Philips 410426-1 (1982). logo), Shiiley-Quirk (Shadrach), Tear (Mes-
Kelly (Hobson), Elms (Mrs. Sedley). Covent hach), Dean (Abdnego). Engiish Opera
Garden, Londres. Britten. Decca sxl 2150/2 Group. Britten. Decca set 356 (1967).
(1958).
• Vickers (P. Grimes), Harper (Ellen), Sum- Noye's Fludde {19S8)
Thc Prodigal Son (1968)
mers (Balstrode), Robinson (Swallow), Van
Alian (Hobson), Payne (Mrs. Sedley). Co- • Brannigan (Noé), Rex (su esposa), Pinio
(Sem), Angadi (Ham), S. Alexander (Jafett), • Pears (El Tentador), Shirley-Quirk (El Pa-
venl Garden. Davis. Philips 6769014 (1978). dre), Drake (El hijo mayor), Tear (El hijo
Anthony (Voz de Dios). English Chamber.
Del Mar. Argo znf 1 (1961). menor). Engüsh Opera Group. Britten. Dec-
ca set 438 (1969).
Tbe Rape of Lucretía (1946)
• Pears (Coro masculino), Harper (Coro fe- A Mídsummer nighl's dream (1960) Owen Wingrave (1971)
menino), Shirley-Quirk (Collatinus), Luxon
(Tarquínius), Baker (Lucretia). English • Deller' (Oberon), Harwood (Titania). • Pears (Sir Philipp Wingrave), Fisher (Miss
Chamber. Britten. Decca sel 492/3 (1970). Terry (Puck), Shiriey-Quirk (Theseus), Wingrave), Luxon (Owen Wingrave), Baker
Watts (Hyppolita), Pears (Lysander), Hems- (Kaie), Shirley-Quirk (Coyle), Harper (Mrs.
ley (Demetrius), Veasey (Hermia), Harper Coyle). English Chamber. Brillen. Decca
Alten Hrrring (1947) (Helena), Biannigan (Botlom). London 501/2 (1970).
Symphony. Brillen. Decca sel 338/40 (1966).
• Fisher (Lady Billows), Noble (Gedge),
Brannigan (Budd), Cántelo (Miss Woid- Dtilta in Venice (1973)
sworth), Pears (Herring), Ward (Sid), Wil-
son (Nancy). English Chamber. Britien. Curlew Rivtr (1964)
• Pears (Aschenbach), Shirley-Quirk (varios
Decca 274/6 (1964). papeles), Bowmann (Voz de Apolo). English
• Pears (Madwoman), Shirley-Quirk (Ferry-
man), Backburne (Abboi). English Opera Opera Group. Bedford. Decca 581/3 (1973).
Tbe Lillle Sweep (1949) Group. Brillen. Decca sel 301 (1965). Fernando Fraga
• Anthony (Black Bob y Tom), Hemmings
(Sam), Vyvyan (Rowan), Thomas (Miss
Baggot), Cántelo (Juliet), Pears (Clem y Al-
fred). English Chamber. Britten. Decca ecm
2156 (1956).
• Lloyd (Black Bob y Tom), Monck(Sam),
Wells (Rowan), Begg (Miss Baggot), Ben-
son (Juliet), Tear (Clem y Alfred). Medici
String Quartet. Ledger. Emi asd 2608 (1978).
68 Scherzo
dosier
Diabolus in música
E n 1947, Thomas Mann publicó Doklor Fausius, nove-
la cuyo protagonista es un músico, Adrián Leverkühn,
el cual celebra un pacto con el Demonio a fin de al-
canzar la plenitud de sus facultades como artista. El pacto
lo obliga a renunciar al amor humano y se convierte en una
dente y tan escasamente demoníaco como el muy británico
y tranquilo Benjamín Brillen.
Las coincidencias son por demás sugestivas. Mientras Mann
escribía su novela, en Estados Unidos, vivía allí Brillen. En
algún momento, compartió su vivienda, en una suerte de co-
alegoría del espíritu alemán (el Demonio habla, efectivamente, muna bohemia, con Golo Mann, hijo del escrilor, y con
un idioma germánico de los tiempos de Lulero): para cons- Wystam Auden, el poeta inglés que estuvo casado, al menos
truir una cultura, se aisla del mundo de los hombres y termi- en los papeles, con Erika Mann, otra hija de don Thomas.
na convocando un apocalipsis. Gert Sautermeister ha definido Este y Bntten no llegaron a conocerse, pero, al mismo tiem-
este apocalipsis como el de la Alemania fascista, una suerte po (1943), Britten y Leverkühn componían músicas sobre los
de viaje al infierno del humanismo burgués, resultado de un mismos poemas: el Nocturno de Tennyson, Oh, rosa que es-
vasto proyecto: demonizar la historia y la propia conciencia tás enferma de William Blake, y la Oda al sueño de Keats.
histórica. v La obra de Britlen es la Serenata para tenor, trompa y or-
La robusta ficción manniana cuenta muchas cosas. Entre questa, opus 31.
ellas, la compleja y diversa obra musical de Leverkühn, que
comprende el sistema de composición serial dodec a fónico:
Esta estética de la disolución tonal y el nihilismo armónico
hizo que algún crítico atolondrado confundiera a Leverkühn Le verk üh n / Bri t ten
con Arnold Schónberg, provocando las iras de éste y com-
peliendo a Mann a colocar una nota acerca del origen de la J\. comienzos de marco de 1948, Mann recibió de Heidi Hci-
teoría serial explicada en el libro. mann, una periodista e historiadora del arte que había escri-
Pero el enigma de las obras de Leverkühn siguió en pie. to sobre él, unos discos con la Serenata, que le había llamado
¿Citaba el novelista a ciertos músicos y partituras, en clave la atención por la coincidencia textual apuntada. Mann le es-
(nunca mejor usada la palabra clave)! ¿O sus composicio- cribió el 10 de marzo mostrándole su agrado por el hecho
nes eran miísica de papel, puro invento literario que sólo ser- y confensando que la música de Britten era la que Leverkühn
vían para estructurar la historia? Mann aclaró que ésta era habría querido componer. «Es una música sensitiva, astuta,
la verdad de su novela. No obstante, el intento por dar soni- original, aunque en lo armónico resulte sorprendentemente
do a las mudas páginas de Leverkühn continuó preocupan- moderada. Me había representado al hombre más salvaje»,
do a la imaginación de muchos. dice el escritor en su carta.
Por ejemplo: en 1986, Otto Brusatti organizó un progra- ¿Qué quiere decir Mann en estas lineas? ¿Tal vez que, es-
ma por la radio del Oeste Alemán, Doklor Faustus-Musik, cuchando la música de su personaje lo halla menos salvaje
en que atribuyó al personaje obras de Shostakovitch, Mah- de lo imaginado? Tengamos en cuenta que hombre, en ale-
ler y el propio Brusatti. Durante la redacción de la novela, mán, se dice Mann. ¿Se imaginaba a sí mismo, también, más
cabe recordarlo, Mann contó con ilustrísimos consejeros que salvaje de lo que era en realidad? En cualquier caso, los tres,
reunía la emigración en las costas caiifornianas: Schónberg, Britten, Leverkühn y Mann, terminan siendo menos salva-
Adorno, Stravinski, Bruno Walter. jes de lo previsto.
La cosa alcanzó, por fin, una solución impensada: el mú- En 1982, Franz Seitz dirigió una convincente y digna ver-
sico más cercano a Leverkühn resultó ser alguien tan pru- sión filmica de la novela, que hemos visto hace poco en la
Britten y
Peter Pears
en Snape
en 1974
70 Scherzo
tele local. Encomendó la música a Rolf Wilhelm, quien se romanticismo alemán que el novelista veía como un antepa-
valió, en buena medida, de páginas de Britten. El Apocalip- sado del nazismo. Músicos endemoniados y trinos del dia-
sis cun figuris de Leverkühn es el Réquiem de guerra. El La- blo aparecen cada tanto en la leyenda de partituras y
mento del doctor Fausto aplica unos versos alemanes a un virtuosos.
pasaje de la Sinfonía de Réquiem (opus 20, primer movimien- En definitiva, Britten ha quedado incorporado al univer-
to). Trabajos de amor perdidos, comedia sobre un texto de so mann i ano de tal forma que, en cierto momento, se le ocu-
Shakespeare, se transforma en Sueño de una noche de vera- rrió hacer el camino inverso y meterse a componer a partir
no. Por fin, el violinista Rudolf Schwendtfeger es converti- de Thomas Mann. Aquí la suerte no le fue tan brillante. Ocu-
do en violoncelista para que Leverkühn le dedique el concierto rrió en 1973, en el Festival de Aldeburgh, cuando se estrenó
pertinente de Britten. En cambio, para una composición ju- Muerte en Venecia, una ópera basada en el relato del escri-
venil del personaje, sobre versos de Brentano, se hizo un pas- tor lubequés, sobre una adaptación de Myfanwy Piper.
tiche que recuerda a los maestros en boga, Brahms y Hugo En ese tiempo, Luchino Visconti habla popularizado en
Wolf. el cine la misma historia, con la alteración, harto astuta, de
Wilhelm ha explicado minuciosamente las razones de su convertir al protagonista en músico, lo cual evitaba una se-
elección. La fundamental es la carta de Mann ya citada, pe- rie de párrafos reflexivos sobre los problemas de la creación
ro también otros hechos inherentes a la obra de Britten: que, y el erotismo, la inspiración y la muerte, en que abunda la
alguna vez, se valió del seríalismo, como Leverkühn y que, novela original. Visconti, como es sabido, atribuyó al perso-
a menudo, ha compuesto apelando al trítono diabólico, el naje de Aserienbach la música de Manler, con no pocas pro-
intervalo de cuarta aumentada (o quinta disminuida) que es- testas del gremio, más bien infundadas. Al fin y al cabo, a
taba prohibido en la música medieval, porque se decía que cualquier hijo de vecino de vacaciones en el Lido le puede
invocaba al Demonio (de ahí su nombre): Mi contra Fa est interesar más de la cuenta un muchachito rubio de buena pre-
diabolus in música. sencia.
Britten nos ha dejado una obra latosa y fatigada, llena de
discursos y con alegorías de gusto más que dudoso, inclu-
Lo demoniaco en la música yendo la aparición de Apolo (un contratenor inglés, inevita-
ble) y Dionisos, como clientes del Hotel des Bains. Tadzio
Ei,carácter demoníaco de la música es un tema constante sión y los suyos son bailarines y los sigue una música de percu-
en Mann. La música es la tentadora infernal, esa Hetaera Es- ;ia desde con reminiscencias hindúes, ya que la peste va a Vene-
meralda que contagia la sífilis a Leverkühn (o que Leverkühn la India.
dice que tal), rosa de la tiniebla que, según parece, pegó el Bien: el diablo mete la cola cuando se lo espera. Y así co-
treponema pálido, también, a dos modelos tenidos en cuen- mo es feliz su presencia invocada por un acorde de cuarta
ta por el escritor, Nietzsche y Wolf. La música es la cesación aumentada, puede no serlo cuando se lo intenta yerbalizar
del lenguaje, la unidad mistica con la naturaleza que hace y, sobre todo, cuando la inmóvil belleza de Tadzio se echa
callar a la razón, la intuición inmediata y corporal de las co- a bailar con zapatillas de punta según las ocurrencias tardía-
sas que anula el pensamiento, la crítica, el discurso. De al- mente eduardianas de Frederic Ashton.
gún modo, el arte de lo oscuro y lo profundo, de ese
Blas Matamoro
MOZART
RIMSKI-KORSAKOV Sonata poro violin y piano en re mayor K 306
Trio para piono, violin y violoncelo en do menor RAVEL Sonata para violin y piono en si bemol mayor K 454
Trio para piano, violin y violoncelo en,lo menor Sonara poro violin y piono en mi bemol mayo'' K 481
D. OISTBAKH, violin S. KNUCHEVITSKI, violoncelo D. Oislralth, violin. Paul Badura-SItoda, piono
L. OBORINE, piano LDC 278907 CD LDC 278909 CD
Scherzo 7!
-dosier-
72 Schcrzo
1^^^— * — T - i i - ' - * •**• *** v
* ^ ^ í> LA SEU D'URGELL 1988
% 3-12 septiembre
I
ANTIGUA EN CATALUNYA
Director: Roma Escalas
en /922-2J-
KIBTWEU
MAHAGONNY
OTÍLEN1A
Scherzo 75
-dosier
gran orquesta, incluyendo madoras a tres, cuatro trompas, tres don se estrenó en 1914, cuando el compositor contaba 42 años
trompetas, tres trombones, tubas, timbales, dos arpas y cuer- de edad y fue revisada de manera drástica en 1920. En 1922 apa-
das. La Sinfonía no tiene un programa definido. La única pista reció la sinfonía Pastoral, descrita por el compositor como «ca-
para su interpretación, aparte de la misma música, la dio el propio si totalmente tranquila y contemplativa». Es muy distinta a las
compositor cuando dijo que representaba su opinión sobre la que había escrito anteriormente. A pesar de su falta general de
vida. Después de su estreno en Manchester, con la orquesta Ha- movimiento externo, está llena de contrastes, variedad y vibra-
llé, bajo la dirección de Richter, a quien está dedicada, esta sin- ción espiritual. Doce años separan a la Pastoral de la Sinfonía
fonía alcanzó el record de casi cien ejecuciones en su primer año. en fa menor, la Cuarta, que apareció en 1934. En ella, el autor
La Sinfonía n." 2 en Mi bemol mayor, op, 63 posiblemente pretende plantear el conflicto entre las fuerzas opuestas del bien
sea la expresión más madura y personal de! compositor. En !a y del mal, expresado en términos musicales; es obra de gran fuer-
partitura leemos: «esta obra está dedicada a la memoria de su za y por momentos de gran violencia.
difunta majestad, el rey Eduardo Vil». La orquestación inclu- Como contraste, Vaughan Williams escribió la Sinfonía en
ye grandes masas instrumentales similares a las de la Primera re menor, (la Quinta), terminada durante los años de la guerra
Sinfonía, con la añadidura de un clarinete en mi bemol y oíros y estrenada en 1943. En ella, se percibe una cierta relación con
instrumentos extras de percu- su obra teatral, entonces inaca-
sión. Basin Maine, en su estudio bada, The Pilgrim's Progress,
sobre Elgar la llama «epítome de en la que se originó parte del
la época que tranquila y gradual- material de la Sinfonía. Con es-
mente desaparecería, mientras se ta serena pieza, regresamos al
escribía esta obra». Pero ello mundo contemplativo y modal-
puede inducir a engaño: la cla- polifónico de la Pastoral.
ve del carácter de esta obra tan La Sexta Sinfonía en mi me-
personal se puede encontrar en nor produce en quien la escucha
una cita del poema Innovación una impresión de extrañeza, aca-
de SheMey, que aparece en la so más que de profundidad. Em-
propia partitura: «En muy raras pezada antes de que acabase la
veces, vienes, espíritu del delei-
m ^_^— ,—— guerra, fue terminada en 1947,
te». Este espíritu de desolación
del poema impregna toda la par- M w^W tWm cuando ya contaba más de seten-
la
titura. t ' A^J^m años. The Times dijo que re-
presentaba los sentimientos del
Cuando Elgar murió en 1934 músico sobre la guerra: Vaughan
dejó unos cuantos bocetos para Williams lo negó, insistiendo en
una Tercera Sinfonía, pero que que su única preocupación había
hacen imposible cualquier tipo sido la de crear sonidos, con su
de reconstrucción. propio y único valor.
Ralph Vaughan Williams La Sinfonía Antartica (1953)
(1872-1958) fue el resultado directo de la mú-
sica incidental que el compositor
Creyendo que todo lo que tie- escribió para la película Scoit uf
ne valor en nuestra vida espiri- the Amante, siendo parle del
tual y cultural surge de nuestra material común a ambas obras.
propia tierra, y que el arte debía l.os deseos del autor parecen ha-
expresar toda la vida profunda Elgar, 1919 ber sido los de expresar en una
de una comunidad, Vaughan forma extensa y sinfónica las
Williams se volvió hacia la herencia musical de su país. Como emociones principales del film. Sus cinco movimientos, que du-
Bartok y Kodaly, el compositor se fue a investigar al campo, ran más de cuarenta minutos, hacen que la pieza resulte dema-
vivió entre campesinos y recogió un gran material de origen folk- siado larga.
lórico. Gracias a ello halló un medio natural de autorreaíización. Para la exuberante y optimisia Sinfonía n." 8 en re menor,
Al mismo añadió la rica influencia de la música de la etapa de la orquesta es netamente schubertiana, además de contar con
los Tudoi y, a veces, como Holst, se remitió a épocas anterio- el arpa y todos los aparatos fónicos y spteh conocidos por el
res, llegando a captar matices medievales. También en Purcell compositor, incluyendo tres gongs afinados, como los que usó
halló la fuerza ritmica y declamatoria, y en Parry, una maestría Puccini en Turandot.
coral que admiraba profundamente. Le llevó bastante tiempo Nuevas sonoridades y texturas aparecen también en la Sinfo-
digerir todas estas influencias, alcanzó su auténtica madurez a nía n." 9 en mi menor, compuesta entre 1956 y 1957, La gran
partir de los cuarenta años. orquesta incluye partes importantes para un trío de saxofones
Las últimas sinfonías de Vaughan Williams fueron publica- y para un fiscorno. Con 85 años, el sereno flujo vital de ideas
das con los números S y 9, pero el compositor nunca otorgó nú- continúa vivo en el compositor. Esta Sinfonía es una obra mu-
meros a las demás, aunque ello se haya hecho después por razones cho más seria que la anterior, con una integración muy estrecha
de comodidad. Su primera obra que lleva el (itulo de «sinfonía» de materiales diferentes, que culmina en el último movimiento
fue compuesta entre 1905 y 1910: A Sea Symphony, cuyas rai- que representa un verdadero resumen, al transformar temas an-
ces se encuentran en la tradición coral inglesa y reflejan la ad- teriores de la obra en una forma poderosa y significativa.
miración del compositor por Parry. Ya en esta obra temprana
se pueden ver las huellas características del músico: la frecuente Havergal Brian (1875-1972)
yuxtaposición de tríadas mayores y menores, por ejemplo, y el H e aquí un compositor que escribió, entre otras obras a gran
empleo particularísimo de contrastar los grupos de tres contra escala, nada menos que treinta y dos sinfonías, siendo su perio-
dos. do más activo entre los setenta y ochenta años. Brian suele ser
Los títulos descriptivos de las dos sinfonías siguientes: Lon- calificado como epígono de la escuela inglesa y lo cierto es que
don y Pastoral, no deben inducir a error al oyente, haciéndole creció en el mundo musical que aquellos autores representaban.
esperar que ambas sean de carácter descriptivo. La Sinfonía Lon- Su Primera Sinfonía «Gótica» esiá dedicada a Richard Strauss,
76 Scherzo
Vaughan Williams
pero no cabe encontrar otra relación entre ambos composito- ción y desarrollo. Sin embargo, cada uno por separado han lo-
res. Sería muy difícil encontrar una música menos straussiana, grado sus propios resultados individuales. Los dos han mostrado
menos alemana, que la de esta Sinfonía. Aparentemente, por su interés por la música vocal secular y religiosa de la época isa-
las grandes proporciones de sus sinfonías, podría acercarle a belina, así como por la música monódica del siglo XVII. A és-
Mahler e incluso a Berlioz. Pero se trata de un creador eminen- tas, Rubbra ha sumado una fuerte influencia de sus maestros,
temente individual. Holst y Morris, asi como de Vaughan Williams, aunque su mú-
Después de su primera sinfonía, a parlir de 1949, Brian ha sica no ha utilizado el material folklórico. A partir de 1936 em-
creado toda una serie de sinfonías breves y muy compactas, que pezó a abordar la forma sinfónica. Su Primera Sinfonía exige
asi y todo precisan de una gran orquesta, aunque también evi- una enorme concentración por parte del oyente, ya que su or-
dencian que la espaciosidad en musita puede lograrse mediante questación es de una gran densidad y sin ningún relieve instru-
la sugerencia, más que por el volumen. El pensamiento es tan mental. En sus sinfonías posteriores consiguió superar este
terso como expansivo; en cada caso encuentra la forma que se problema, de tal modo que la Tercera y la Cuarta son dos obras
adapta perfectamente al mismo, haciendo caso omiso de nexos maestras.
de unión esperados, de una manera bastante diferente a Sibe- A pesar de la dificultad ocasional de las composiciones ins-
lius. Sin embargo, como el compositor finlandés, Brian puede trumentales de Tippett, se trata de un músico menos problemá-
tomar la forma sonata y desarrollarla u olvidarse de ella. Sólo tico que Rubbra. Ambos compositores se caracterizan por la
se ve atado por aquello que es esencial. ausencia de !o que podríamos denominar exhibicionismo al en-
Tras la Décima Sinfonía, es decir, entre los 78 y 92 años, Brian focar el acto de la composición. Sin embargo, en la música de
compuso nada menos que otras veintidós sinfonías, explorando Tippett hay una especial animación que se percibe a flor de piel,
una vena de profunda meditación, a menudo enigmática, con y que logra una más fácil comprensión en el oyente. De las dos
una gran concentración de ideas. Tal fenómeno acaso no tiene sinfonías publicadas hasta el año 1967, la Primera resulta técni-
precedentes en toda la historia de la música. camente más acabada que la Segunda, aunque su extensión es
enorme, siguiendo la tendencia de algunos de los más impor-
Arnold Bax (1883-1953) tantes sinfonistas ingleses de este siglo.
tfax se describía a sí mismo como un romántico descarado, aña-
diendo: «con lo cual quiero decir que mi música es la expresión William Walton (1902-1983)
de estados emocionales; no tengo ningún interés en el sonido o Ocrramos este breve análisis del sinfonismo inglés en nuestro
por el sonido o en ningún ismo o facción modernos». La com- siglo, dedicando unas breves palabras a Waitón. Su estilo era
binación de panteísmo y misticismo es la clave del mundo de marcadamente continental, punteado de ingenio y sátira y, a ve-
Bax. A menudo ello se expresa en páginas de obsesionante be- ces, rebosante de exuberancia. Influencias del grupo de Los Seis,
lleza, como en las del epílogo de su Tercera Sinfonía. Aunque de Strawinsky y del jazz, son apreciables perfectamenie en su
no hay un programa específico en ninguna de sus siete sinfo- obra. Walton compone lenta y laboriosamente, por lo que la im-
nías, sus atmósferas, el ámbito de sus estados anímicos es simi- presión final, de brillante técnica, es el resultado de un trabajo
lar al de sus mejores obras orquestales más tempranas, sus bien desarrollado y no carente de dificultades. Cada composi-
poemas sinfónicos. Sin embargo, tanto en la forma como en el ción sinfónica de Walton es un autodescubr¡miento cuidadoso
contenido, las sinfonías de Bax, no son, bajo ningún concepto, y penetrante. En este proceso, las influencias, sean éstas de 61-
ni vagas ni sin importancia, podemos decir que están moldea- gar, Sibelius o Strawinsky, se ven transformadas e integradas
das según los modelos clásicos, aunque sólo con tres movimien- en el conjunto, de tal manera que son difícilmente identifica-
tos, en vez de los cuatro acostumbrados. La riqueza, la bles, convirtiéndose en parte fundamental del estilo personal del
abundancia de invención que demuestran, nos dicen que en ellas autor.
yacen tanto la fuerza como la debilidad de Bax. Con Walton termina, por ahora, el ciclo de un conjunto de
compositores que han dado vida a una escuela sinfónica pecu-
Edmund Hubhra v Michael Tippell liarísima.
Kubbra y Tippett comparten ciertas influencias en su forma- Gerardo Queipa de Llano Onaindia
Scherzo 77
CURSOS MUSICALS D'ESTIU 1988
CURSO INTERNACIONAL DE MÚSICA
C.E.I. DE CHESTE
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Catedrático del Conservatorio Superior de Urbana Sorm. Cl Conde Salvatierra de
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participaren el curso.
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ROGER BOBO hará electiva el primer día del curso.
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profesor será de un máximo de 15.
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musical. tivos habiéndolo así solicitado, tendrán
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FUCHACO* HUKMUL VAincUUU D I R E C C l O G E N E R A L DE C U L T U R A
ANIVERSARIO
Scherzo 79
ANIVERSARIO
De joven, Johann Strauss I se in- una fórmula de evasión mediante una danza popular como la del si-
tegró en el pequeño conjunlo de un el concurso de obras de arte de apa- glo XVIII, a convertirse en un com-
músico llamado Michael Palmer. riencia ligera. Con Johann II, en plejo ceremonial.
Tocaba la viola y allí conoció a otro cualquier caso, pasó el vals de ser En 1867, año de composición de
músico, Joseph Lanner, con el que Vida de artista, cuando comienzan
pronto se fue a locar a oirá orques- a cicatrizar las heridas de la guerra
ta fundada por éste. Pero la rivali- contra Prusia, se produce el com-
dad surgió entre ellos y Johann promiso institucional que desembo-
fundó su propio conjunto a la edad ca en la Doble Monarquía. Es el
de 22 años. Entonces se casa y tie- momento de las concesiones a las
ne un hijo. Es 1825. El niño se lla- minorías, sobre todo a los húnga-
ma Johann y, como sabemos, será ros. Un intento de monarquía tri-
el kaiser del vals. ple, con Austria, Hungría y
Tempo di valse En la foto de la izquierda Johann Strauss,
La rivalidad entre Johann padre (I804-Í849). Abajo, el Emperador
Francisco José, a quien fue dedicado el
Strauss I y Joseph Lanner se con- Vals del Emperador.
vierte en encarnizada. El duelo se
mantuvo durante anos, pero ambos
murieron pronto. Lanner falleció
en 1843, a los 40 años. Johann vi-
viría hasta 1849 y murió con 48
años. Pero el destino victorioso de
éste amargaría los últimos años de
Lanner. Sin embargo, al final de su
vida, Johann Strauss I vio que no
había conseguido apartar a su hijo
mayor del mundo de la música y
que empezaba a ser casi tan cono-
cido como él. Hubo cierta rivalidad
entre padre e hijo, que no llegó de-
masiado lejos porque Johann I mu-
rió cuando su primogénito sólo
contaba 25 años. Como símbolo
queda que el mismo año de la re-
volución, 1848, Johann padre com-
puso la que es hoy su obra más
famosa, la Marcha de Radetzky,
dedicada al conde Joseph Ra-
detzky, uno de los cabecillas mili-
tares reaccionarios del partido ab-
solutista. Johann hijo, mientras
tanto, mostraba sus simpatías por
los revolucionarios con alguna
composición temprana dedicada a
ellos. La Marcha fue uno de los
símbolos del Imperio. Recordemos
que es el título de la novela de Jo-
seph Roth, que retrata los avatares
de Austria desde la batalla de Sol-
ferino a través de una familia de es-
lavos ennoblecidos, los Trotta.
Sobre el fondo de los desastres
bélicos y el deterioro del Imperio se
dibuja la carrera de Johann Strauss
II, que hizo una música amable,
ágil, llena de vitalidad, que puso su
talento al servicio de una causa co-
mo la de elevar el espíritu de quie-
nes escucharan sus obras. Quien le
escuchaba era la alta sociedad, pe-
ro también las gentes del pueblo ad- Caricatura vienesa de un grupo de afans» de J. Strauss que llegan a la capital imperial
miraron sus melodías. Fue, (al vez, para escuchar a su ídolo.
80 Scherzo
ANIVERSARIO
Scherzo 83
MÚSICA CONTEMPORÁNEA
84 Scherzo
MÚSICA CONTEMPORÁNEA
'31
pudor hablar de cifras: el año pasado, te. Acaso la única salida que os queda ¡Los que no hayan venido, peor para
Música en el Círculo contó con un pre- es afrontar lo que los demos no hacen,.. ellos, que se lo han perdido!
supuesto de un millón de pesetas... para —J.L.T.: Efectivamente, así es. Te
todo el año. Vimos entonces que, ha- pongo un ejemplo: no nos interesa pro- —S.: Por último, habíanos del Gru-
bida cuenta que el CDMC no tiene, ni gramar Falla o Rodrigo, porque son po Circulo, que tú mismo diriges. Es,
quiere tener por el momento, local fi- autores ya asumidos por todos los audi- quizá, una de las plasmaciones más so-
jo para conciertos, esos conciertos del torios y, por no haberlo sido aún, nos noras de Música en el Círculo, ¿no?
Centro podían, claro, hacerse en el Cír- interesa dedicar esfuerzos para dar a —J.L.T.: Puede ser que si. En todo
culo. Y creo que, como solución de conocer la obra de Roberto Gerhard. caso, no es un grupo ligado por nece-
compromiso, el binomio Círculo- Todo eso tiene una consecuencia inme- sidad a la actividad concertlstica del
CDMC ha dado muy buen resultado en diata que, si bien con disgusto, asumi- Círculo: no es el conjunto instrumen-
estos dos años de colaboración. mos: la, a veces, escasa asistencia de tal oficial de dichas actividades, sino,
—S.: Además, me doy cuenta de que público. Pero es el precio que hemos de más bien, un modo de que el nombre
es muy difícil que una institución co- pagar. Por otro lado, hemos dado con- del Circulo de Bellas Artes de Madrid
mo el Círculo, sin casi recursos econó- ciertos que yo no dudaría en calificar se asome a importantes foros interna-
micos, pueda tener muchas opciones en como históricos, como el de las Sona- cionales.
una ciudad como Madrid, donde la tas de Boulez a cargo de Claude Helf-
competencia en la oferta cultural —y fer o la integral de los Cuartetos de
musical, en particular— es muy fuer- Bartok... ¿qué quieres que te diga? José Iges
Scherzo 85
MÚSICA CONTEMPORÁNEA
José Iges
VERANO MUSICAL DE ZUMAIA
(Guipúzcoa)
Festival Internacional.
Cursos de interpretación
y conciertos
Duración: 1 al 11 de agosto de 1988
El piano de Chopin
RAMÓN COLL, piano
Música de cámara
KOENRAAD ELLEGIERS, violin
REINER SCHMIDT, viola
YOUNG-CHANG CHO, violoncillo
Técnica vocal
MASSIMO SARDI
Pedagogía musical
LUCHY MANCISIDOR
Información:
Centro de Actividad Musical C.A.M
Ercilla, 20 - 46009 Bilbao Tel. 423 11 58
Leopoldo Amigo en el G.M.E. de Cuenca
86 Scherzo
37 festival internacional de música y danza
19 Curso Manuel de Falla
27 de junio a 9 de julio
4. PIANO: MÚSICA ESPAÑOLA E HISPANOAMERICA-
CURSOS Y PROFESORADO: NA: Guillermo GONZÁLEZ.
Criterios interpretativos de la música española e hispanoameri-
cana para piano. Lo español en la música extranjera para piano.
1. CREACIÓN MUSICAL (Composición): Luigi NONO. 5. GUITARRA; José Miguel MORENO.
Seminario «La Composición Musical en España hoy» (abierto Criterios de interpretación en los siglos XVI al XIX; Tablatu-
a lodos los alumnos del Curso): ras; La música española para guitarra, etc.
Luigi Nono: «Principales aspectos de la Composición musical 6. LA VOZ: TÉCNICAS Y POSIBILIDADES CREATIVAS:
en la anualidad».. Participan los antiguos alumnos del Curso «Ma- Esperanza ABAD.
nuel de Falla»: Nicanor DE LAS HERAS; José GARCÍA RO- Curso en el que se tratan los principales aspectos de la voz hu-
MÁN; Zulem* DE LA CRUZ; Tomás GARRIDO; José Manuel mana, destinado a cantantes, compositores, actores, directores
LÓPEZ. de coro, pedagogos, etc.
2. INVESTIGACIÓN MUSICAL (Musicología): «La Música 7. VIOLIN: Erich HOBAKTH (del 2 al 9 de julio).
medieval).. Técnica y repertorio violinístico de] Barroco al siglo XIX, con
I>r. Jean JANNF.TF.AU (StmioloRis y Modalidad Gregoriana); especial detenimiento en el Clasicismo.
Dr. Hendrik Van drr WhKF (la [.(rica medieval); Dr. John GRIF-
HTHS (Pul¡fon¡a medieval). 8. VIOLA: Anita M ITT ERE R (del 2 al 9 de julio).
Seminario: «La Música Medieval española» (abierto a todos los Curso de las mismas características del anterior.
alumnos del curso), con la participación de: Ismael FERNAN- 9. VIOLONCHELO Y PIANO: Chrislophe CO1N > Palrick
DEZ DE LA CUESTA, Juan José REV, Mari Carmen GÓMEZ COHÉN.
MUNTANE y Antonio MARTIN MORENO. Se dedicará atención especial a las sonatas para violonchelo y
3. INTERPRETACIÓN DE LA MÚSICA CONTEMPORÁ- piano de Bcelhoven.
NEA: Jesús VILLA ROJO. MÚSICA DE CÁMARA: El Clasicismo Vienes y su correspon-
Curso dedicado a intérpretes de cualquier instrumento y a com- dencia en Españ* (del Z al 9 de julio).
positores instrumentistas. Se tratará sobre «Criterios instrumen- INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES:
tales; renovación del mundo sonoro; Grafias musicales, "SECRETARIA DEL CURSO MANUEL DE FALLA, Apar-
aleatoriedad; Improvisación, etc., con la posibilidad de montar tado de Correos, 64, 18080 Granada».
obras con los propios alumnos del Curso. Tfnos.: (958) 26 74 42 - 43. 44, 45, 46, 47.
MINISTERIO DE CULTURA
AYUNTAMIENTO DF GRANADA Nmri de I» Ift b a m y tt la l
Amplias posibilidades
A sí de principio, he de confesar
que muy pocas veces he tenido
la ocasión de manejar unos
componentes con el atractivo estético
de los que integran el Sistema Prima-
El sistema Primare ha sido diseñado
en Dinamarca por el arquitecto Bo
Christensen; se nota en la eslética que
un arquitecto ha mediado en el traba-
jo. Christensen además de arquitecto es
El previo ofrece un abanico de posi-
bilidades casi total que se gobierna a
través de un espléndido juego de llaves
ubicadas en el panel frontal. De lo Úni-
re. Pienso que no sería exagerado ha- un consumado audiófilo. El proyecto co que no dispone es de juego de du-
blar aquí de «instrumental HI-FI» al electrónico ha sido llevado a término plicación de cintas, pero sí dispone en
modo de cómo se estila en Informáti- por un grupo de técnicos afines a la em- cambio de un eficacísimo filtro de gra-
ca o en Medicina para intentar expli- presa Bruel-Kjaer, una institución en la ves y, rara avis, de un comprobador de
car de una forma primaria que la producción de aparatos a medida. Na- fase. Este dispositivo deberían tenerlo
calidad toda de estos objetos está muy ce así pues la firma Primare bajo unos todos los previos, pues permite com-
por encima del nivel habitual, incluso auspicios similares a los de Radford. El probar en cuestión de segundos si el
aunque éste sea alto. gran maestro británico comenzó su ca- equipo está o no en fase sin necesidad
rrera en el campo de los instrumentos de efectuar enojosas operaciones en las
Empleo aquí el término calidad en un de medición para pasar posteriormen- entradas de los altavoces. Este previo
seniido muy amplio y que por supues- te con todo éxito a la fabricación de eminente dispone también de un man-
to desborda el campo del puro compor- componentes, electrónicas y cajas acús- do standby para mantener una tempe-
tamiento musical. Creo que hay que ticas básicamente. ratura constante; no hay pues necesidad
convenir en el hecho de que la presen- de desenchufar el aparato a no ser en
cia en el mercado de una colección de El P.V.P. del Sistema Primare en Es- periodos muy largos de inactividad. El
objetos electrónicos como la presente paña anda alrededor del millón y me- dispositivo eñ cuestión es capaz además
obedece sin duda a la circunstancia de dio de pesetas. Una vez leída y de memorizar algunas funciones del
que hay diseñadores perfectamente constatada la cifra nos podemos con- aparato previamente seleccionadas.
conscientes de que en la demanda de solar cotejando la misma con los pre- Realmente, cuando se maneja el previo
productos de audio existen factores que cios en vigor en tres países punteros en Primare nos damos cuenta de que
indudablemente desbordan el terreno el mundo de la Alta Fidelidad, a saber: estamos llegando al final del milenio.
de la simple apreciación musical y que En Inglaterra, 8.750 libras para el Todo ese complejo conjunto de posi-
hay además una irresistible apetencia Sistema completo. bilidades puede ser gobernado a través
por el objeto bellamente diseñado. Es de mando a distancia que suministra el
un hecho natural y otro tanto sucede En Japón, cerca de 2 millones de ye-
nes para el Sistema completo. fabricante a quien lo solicite.
en muy variados sectores del ya inmen-
so campo del consumo. Pongamos por En Francia, 44.000 francos para el
ejemplo el sector del automóvil; si só- previo y 34.800 para cada una de las Como es natural, lleva una doble en-
lo buscásemos desplazarnos no se ve- etapas de potencia. trada phono de imán móvil y bobina
rían más que utilitarios. Quien, O sea, en España está el producto móvil respectivamente para su uso con
afortunado mortal, se merca un Pors- más barato que en cualquiera de los tres diferentes tipos de cápsulas y en el pa-
che 928 (los mismos números que Pri- países citados. Indudablemente, la nel posterior se puede jugar con un ex-
mare) o un Silver Shadow, por enorme exclusividad de este producto traordinario y sofisticado sistema de
ejemplo, es'obvio que aspira a algo más ha de influir por fuerza en un precio tan ajustes a través de cuatro ventanas o vi-
que a disponer de un simple objeto con elevado; naturalmente, la producción sores a los que se accede fácilmente qui-
ruedas para efectuar desplazamientos. es baja en cantidad, artesanal cien por tando un par de tornillos dorados que
cien y muy alta en calidad. También se sujetan las chapas de protección. Esta
Cuéntase de un visitante a una de las puede llegar a comprender ese nivel de operación se puede realizar manual-
precio cuando se examina el paisaje
últimas ediciones de la CES de Las Ve- electrónico mente sin necesidad de destornillado-
gas que al contemplar las piezas de cualquiera de que hay en el interior de res. La primera de las tablas permite
electrónica a válvulas MANN hizo el gran el sistema.lasYtres piezas que inte- seleccionar la sensibilidad para las cáp-
comentario de que le gustaría poseer- argumento para intentar quizás como último sulas de bobina móvil con un margen
las aunque no sonasen. También re- justificar esa desde 0,05 mV hasta 2.0 mV, para un
cuerdo haber conocido un comentario cantidad en principio exorbitante, me total de diez valores. Puede afirmarse,
parecido en torno al «Instrumental atrevería a analizar el siguiente ejem- pues, que cualquier cápsula de bobina
Burmester». Si traigo a colación estos plo: Hacia 1966-67, es decir, hace más móvil puede escucharse de forma muy
ejemplos y observaciones es porque es- de veinte años, la electrónica Mc-lntosh satisfactoria a través de la correspon-
toy plenamente convencido de que las C-22 (previo) y 275 (etapa de potencia) diente entrada al Primare. No queda-
piezas Primare entran de lleno en esla venía a costar en nuestro mercado unas ría completo el sistema de ajustes para
categoría de objetos. 130.000 pesetas. Traslademos esa can- la bobina móvil sin un buen cuadro de
tidad a nuestros días y saquemos las ajuste de impedancias. Esa es justamen-
El erudito e inefable crítico británi- consecuencias oportunas. Debo aclarar te la función de la tabla 2, que permite
co Ken Kessler, al describir este siste- a título de inciso que la comparación seleccionar entre doce valores compren-
ma en el número de marzo pasado de momentánea entre Primare y Mc- didos entre 2000 y 7.5 ohmios respec-
Hi-Fi News, deja caer la expresión sex lntosh no ha tenido otro objeto que tivamente. Existen, por ejemplo, de
appeal, que ya es decir bastante, y los ilustrar una consideración de tipo eco- forma taxativa los valores de 10, 30, 40
comentaristas y audiófilos japoneses y nómico. No he querido significar por y 100, que son muy usuales. El valor
americanos han colocado rápidamen- lo tanto ningún grado de paridad en- 100 le va divinamente a las Denon y el
te a Primare en la misma cima de sus tre ambas marcas, si bien cada una en 30 a las EMT. De este modo entre el
apetencias. Ha triunfado, pues, el pro- su tiempo han sido consideradas como cuadro de elección de sensibilidades y
ducto a pesar de que tiene un precio de marcas de éli le. el de impedancias pueden manejarse
vértigo.
88 Scher/o
ALTA FIDELIDAD
hasta 120 combinaciones posibles en la ra nunca vistas. Esie conector permite clara desde el principio; el sistema Pri-
escucha en ocasiones problemática de el uso de grosores de cable de hasta 8 mare es básicamente un conjunto. El
las cápsulas de bobina móvil, lo que ha- milímetros. Se trata de una indudable previo se puede casar con etapas de
ce del previo Primare un ingenio difí- ventaja, dado que permite el empleo de otras firmas y viceversa, pero los resul-
cilmente batible en este aspecto. No cables de conexión de altavoces de gran tados nunca resultan tan brillantes co-
obstante, se pueden establecer preferen- calidad. En todo caso, las etapas al ser mo escuchando las dos cosas juntas.
cias hacia el empleo de pre-pres o trans- monofónicas pueden ir ubicadas muy Como casi siempre sucede, el previo tie-
formadores diseñados para los valores cerca de las cajas acústicas y en conse- ne un mayor grado de compatibilidad
justos de una cápsula determinada. Las cuencia realizar algún dispendio en ca- que las etapas, si bien éstas, por ejem-
tablas o ventanas tres y cuairo del pa- ble de alta precisión; aunque el precio plo, han funcionado espléndidamente
nel posterior garantizan la perfecta pre- sea elevado en términos absolutos la con el previo Counterpoint SA-5.
paración del aparato para las cápsulas distancia a emplear en este caso puede Escuchando ya el conjunto comple-
de imán móvil. En este caso, las sensi- ser muy corta. Se supone, por jtra par- to se aprecia desde el principio una ex-
bilidades cpmprenden una escala entre te, que quien puede económicamente traordinaria musicalidad, cuyo mérito
2 y !0 milivoltios. Este margen tan am- acceder al sistema Primare debe poder en mi opinión corresponde básicamente
plio permite obtener resultados óptimos asimismo emplear cable de altavoces al preamplificador como si las etapas
con las cápsulas Decca, por ejemplo, van den Huí Silver o alguna otra joya estuviesen ausentes. La información es-
o las antiguas y soberbias Ortofon SPU por el estilo. pacial constituye a mi juicio uno de los
que, al llevar incorporado el transfor-
mador de bobina móvil, arrojan una El interior de las etapas Primare es puntos fuertes del sistema. He notado
sensibilidad de salida muy fuerte de 10 algo impresionante dentro de su sim- como si la orquesta sonase a una ma-
mV; no todos los previos pueden con plicidad; un enorme transformador de yor distancia y con una delicadeza (im-
esta fuerza. alimentación absolutamente silencioso brica admirable; esta virtud se agradece
flanqueado por dos condensadores mucho en escuchas largas. Una de las
En el panel posterior se encuentran electrolíticos de cerca de 20 centímetros últimas escuchas del sistema a través de
asimismo el interruptor de.encendido, de altura que totalizan un valor de las cajas acústicas AR-LST fue La flau-
una toma de auriculares que funciona 100.000 micro faradios. Los transisto- ta mágica en la versión de Otto Klem-
excepcionalmenle bien y lodo el juego res son de origen Sanken (patente San- perer (EMI) y va a quedar como un
de entradas que van chapadas en oro. sui) y la etapa va provista de un recuerdo de los que difícilmente se bo-
rran de la memoria. En ocasiones la
[imbrica del sistema semeja la de una
electrónica de válvulas y de las de alto
porte sin perder, como es natural, las
características de precisión y cordura en
los extremos del espectro acústico de los
componentes de estado sólido. Quienes
busquen el tan en boga sonido espec-
tacular, olviden el sistema Primare y
busquen otros derroteros. Este sonido
es de una gran finura, sin que ello sig-
nifique que no sea capaz de alcanzar
grandes presiones sonoras; lo que su-
cede es que esas grandes presiones so-
noras discurren con una enorme fluidez
y una claridad más que sobresaliente.
Realmente puedo decir sin reservas que
dentro de las electrónicas de transisto-
res que conozco verdaderamente de cer-
ca, ésta de Primare está entre las dos
o tres mejores. Pongamos que sus com-
petidores más próximos en este terre-
no sean las producciones de Krell y
Preampltficador «Primare 928» Mark Levinson y desde luego una se-
lección entre estos grupos sería una ta-
La conexión con las etapas de poten- vemilador que solamente actúa en ca- rea muy ardua porque cada fabricante
cia puede realizarse a través de un do- so de un calentamiento excesivo del ha dotado a su electrónica de una
ble sistema, a saber, el tradicional de aparato, cosa que no debe suceder casi auténtica personalidad. No puedo ha-
conectores RCA y otro balanceado a nunca, pues he hecho funcionar el sis- cer un elogio mayor sobre todo si se tie-
través de fichas Canon. Naturalmente, tema durante periodos de tiempo supe- ne en cuenta que soy un valvulista
las etapas Primare disponen del doble riores a las cinco horas y los amplifi- acérrimo y bajo este prisma tiene que
sistema y la firma facilita un cable de cadores solamente han llegado a alcan- picar muy alto una electrónica de esta-
conexión ad hoc que puede alcanzar zar un ligero nivel de tibieza. Resulta do sólido para que verdaderamente me
una longiiud de hasta 10 metros sin pér- evidente que los radiadores de refrige- deje contento. La electrónica Primare
didas perceptibles. No hace falta decir ración actúan con una gran eficacia da- lo ha conseguido y los 10 días de audi-
que con la conexión balanceada el equi- do el enorme impulso térmico que des- ciones y pruebas han constituido una
po Primare se comporta sensiblemen- pliegan los transistores Sanken. Com- gratificante experiencia.
te mejor que con la conexión pletemos esta descripción técnica di-
tradicional; ya de por si el cable con los ciendo que las planchas frontales de las
terminales Canon es un objeto de una etapas, al iguaf que en el previo, son de
precisión envidiable. aluminio macizo de 4 centímetros de deMe queda, sin embargo, la sensación
que para comprender debidamente
espesor. un sistema como éste y explotar al má-
Como puede verse por la ilustración, ximo sus posibilidades han de hacer fal-
las etapas monofónicas Primare están ta meses o incluso años. Este es un
diseñadas bajo la misma línea estética denominador común a todos los com-
que el previo. El panel frontal no lleva Resultados musicales ponentes de gran clase. Se trata de un
más que el diodo indicador de encen- fenómeno parajelo a la apreciación del
dido y el logo de la marca y el panel Las sesiones de escucha largas y re- gran Sergiu Celibidache cuando afirma
posterior los conectores habituales, es confortantes han sido realizadas con la que cuanto mejor es una orquesta, más
decir, los ya citados de entrada desde ayuda de mis componentes habituales; trabajo exige y merece de! director.
el previo con la doble posibilidad nor- ya saben: Decca, Thorens, Ortofon,
mal y balanceada y unos conectores de E.M.T., Counterpoint, Marantz, Ro-
altavoces de una calidad y envergadu- gers, AR, etc.. Una cosa quedó muy Alfredo Orozco
Scherzo 89
THIEL
IMAGEN, TIMBRE, DINÁMICA, DETALLE
«Musicalmente, el CS 2 es
sobresaliente. La imagen y
profundidad son
excepcionales, y el excelente
tratamiento de los niveles
bajos transitorios y la
dinámica se extiende hasta
niveles orquestales mayores y
de rock vivo.»
Anthony H. Cordesman.
Stereophile. Voi 8, n.° 6.
Scherzo 91
LA EDUCACIÓN MUSICAL EN ESPAÑA
enseñanza profesional y a la formación por la música, como por cualquier otro participación de todos los sectores im-
del profesorado especializado que, ob- aspecto humano y cultural. Pero... ¿Es plicados, que son muchos, por lo que
viamente, aunque se dedique a la difu- deber de la enseñanza secundaria y su- se requiere un gran esfuerzo de coor-
sión de la cultura musical, ha de tener perior seguir facilitando o imponiendo dinación y un plan integral. La polémi-
una sólida formación técnico-musical el barniz humanístico de una cultura ge- ca no es sólo inevitable, sino además
que hoy pasa necesariamente por nues- neral? ¿Acaso no es eso una responsa- deseable ^enriquecedora. En Vallado-
tros conservatorios. Esta cuestión, bilidad que debería ser asumida por los lid falló ÚT14 buena dosis de autocríti-
esencial para el futuro de la enseñanza propios ciudadanos y propiciada por ca, especialmente en relación a la
musical del tipo que sea, quedó sin acla- otras instituciones públicas, al margen historia de la música que se enseña en
rar. Se denunció la marginación y dis- de los centros de enseñanza reglada? BUP.
criminación de la música dentro del ¿No deberían los institutos y universi- Y termino con unas citas de Marcel
sistema educativo y se reivindicó su dades dedicarse plenamente a preparar Landowski (Batallas por la música, re-
normalización, aunque sin la presencia a los estudiantes, que ya han escogido sultados y experiencias de una política
de los músicos y de los conservatorios, su destino profesional, de una forma musical en Francia, Madrid, Ministe-
tales declaraciones resultaron paradó- más concreta, práctica, rentable y ade- rio de Cultura, 1984): «... habiendo an-
jicas e inconsistentes. Una comunica- cuada a su integración social y laboral? ticipado ingenuamente que para hacer
ción libre sobre la experiencia educativa Pienso que los temores y obsesiones revivir la música hacia falla que hubie-
de los conservatorios fue rechazada por cu 1 tu ralis tas que observo, y que tan rra músicos, fui acusado, con cierto
los organizadores, que alegaron que no profundamente se comprenden y jus- menosprecio condescendiente, de pro-
tenía nada que ver con el contenido de tifican, tienen su origen en lo desastrosa fesionalismo y corporativismo retrógra-
las jornadas. Constantemente se habló que es nuestra educación primaria y en do (p. 12)». El futuro «... supone
de EOB, BUP, universidad y conserva- la convicción implícita de que ello nun- puntos de contacto y de colaboración
torios con gesto de espanto misericor- ca va a cambiar. entre las diversas categorías docentes
de al pronunciar la palabreja, como si Volviendo al asunto de la música, del Ministerio de Educación y los pro-
estos centros pertenecieran a un nivel creo que de las Jornadas de Vallado- fesores especializados. Es un nuevo
educativo aparte. Irma Velasco defen- lid, a pesar de su enorme parcialidad, equilibrio de toda la pedagogía el que
dió en una brillante y magnífica ponen- se pueden sacar conclusiones positivas está aún por inventar (p. 136)».
cia, muy aclamada por los asistentes, y principalmente una esencial: Es ne-
la integración plena de la música en el cesario que el débale continúe con la Víctor Pliego de Andrés
sistema educativo, pero dejó muy cla-
ro que los conservatorios eran algo
aparte y que no había que mezclarlos.
En el fondo se defendió una cuestión
Doktor Musikus
cultural antes que educativa: la músi-
ca como un derecho y una necesidad es-
piritual del ser humano y como una
parte esencial de la formación huma-
L a Universidad Autónoma de Ma-
drid ha convocado unos cursos
de doctorado en Música. Bonita
denominación que anuncia una mayor
consideración hacia la música que la
mente porque en nuestros conservato-
rios hay muy pocos alumnos que se de-
diquen prioritariamenie a la música,
que suele ser una actividad de segunda
categoría. Anle la sobrecarga escolar,
nística y de la cultura general. Cierta- polémica propuesta de licenciado en la música lleva siempre las de perder.
mente, en nuestro país la música ha musicología presentada por el Conse- No es lo mismo cursar estudios supe-
estado trad i ció nal mente marginada y jo de Universidades. Pero las aparien- riores de música que, con todos mis res-
eso nadie lo duda, pero no se puede cias engañan, y esta convocatoria no petos, hacer los sábados por la mañana
pretender que de golpe y porrazo todo aporta nada bueno a nuestro triste pa- un cursillo de chino, papiroflexia, yo-
el sistema educativo se responsabilice norama musical. Los requisitos de ac- ga o repostería. Desde el punto de vis-
de un mal secular. La educación y la ceso son tener una licenciatura y un ta académico es absurdo exigir dos
título superior de conservatorio. Al me- títulos superiores para acceder a un cur-
información de los ciudadanos es algo nos, así los alumnos no serán unos so de doctorado. Además, según una
muy importante, pero en nuestro país analfabetos musicales, pero ¿es acerta- reciente sentencia judicial, contra la que
se cae siempre en el error, no sólo en da esta duplicidad? Desde un pumo de no cabe recurso y que ya ha sido aca-
música, de un afán humanístico y en- vista práctico, me da la impresión de tada por el MEC, el título de profesor
ciclopedista desmedido y excesivamente que no van a encontrar muchos aspi- superior de conservatorio está equipa-
teoricista, que al final frustra cualquier rantes que reúnan tan difíciles requisi- rado al de doctor. El problema de los
proyecto educativo. La música, come tos, especialmente en lo que se refiere esludios musicales ya no es un proble-
otras disciplinas antes operativas que al título superior de conservatorio, que ma de homologación o denominación,
especulativas, sufre las fatales conse- es un bien tan escaso como cotizado. sino de integración. Para dignificar es-
Es además un grave error pretender y tos estudios hay que integrarlos en los
cuencias de esta inclinación cultural, fomentar que haya estudiantes simul- distintos niveles de la enseñanza regla-
tan propia de los países latinos. Este taneando dos carreras superiores. da, aprovechando los medios que ya
afán por culturizar a nuestros ignoran- ¿Acaso alguna de las dos es poco se- hay en los conservatorios y haciendo un
tes alumnos se extiende hasta el nivel ria1? ¿Acaso sólo quieren aspirantes su- gran esfuerzo de colaboración, en vez
universitario, en detrimento de una perito ratfos? El rigor de nuestros de abrir, sin contar con nadie, absur-
auténtica especialización, y prima la in- estudios superiores en todas sus espe- das y estériles vías paralelas, que sólo
formación sobre la educación. Encon- cialidades, y muy en especial en la mú- obedecen a iniciativas y ambiciones per-
trar el equilibrio es difícil, pero sica, ha crecido enormemente en la sonales. E! MEC debería coordinar de
conviene delimitar los objetivos de los última década y aún ha de hacerlo mu- una vez por (odas las iniciativas de los
cho más. Es muy importante y desea- diversos estamentos educativos, para
distintos niveles de la enseñanza, que ble, aunque las estructuras no se evitar todas estas interferencias y rapi-
no se distinguen exclusivamente por presten a ello, que los alumnos de gra- ñas musicales que prosperan ante su
una mayor acumulación de contenidos do superior de nuestros conservatorios manifiesta incompetencia.
y conocimientos. Es evidente que la for- se dediquen con exclusividad a su es-
mación elemental y la cultura general pecialización musical. Si salen escasí-
se empiezan a adquirir en la escuela, en simos titulados de música, es precisa-
la cual es esencial despertar el interés
V.P.A.
92 Scherzo
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R u c m de localidades c iofonnación:
Eo la sede del Festival, C/. Gracia, 21 - 4. a piso 18002 Granada Apartado de Correos, nám. 64 18080 Granada
Telfv: 26 74 42-26 74 43-26 74 44-26 74 45 Telac 78449 (ucg e
Horario Taquilla (a partir dd 16 de Mayo): de 10 hr*. s 14 hrs. y de 17 hn. • 19 his.
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la calle Príncipe de Vergara de Madrid.
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Cristóbal Hallfter
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Kmi H.
DEPARTAMENTO MUSICAL DEL INAEM
MINISTERIO DE CULTURA
Plaza del Rey, na I, planta 3.-
28004-MADRID
CULTURA
DANZA
96 Scherzo
DANZA
Scherzo 97
identidad, son pruebas de la gran cosecha
que (antas semillas norteamericanas vienen
dando. Se trata de cinco músicos daneses que
han sabido madurar el mensaje que les de-
jaron sus ídolos y darle un sello muy perso-
nal y convincente.
De la misma manera urge hablar del fran-
cés Martial Sola!, del italiano Giorgio Gas-
lini, del británico Stan Tracey, del sueco Per
Henrik Wallin... todos pianistas que en su
madurez han llegado a la consagración in-
ternacional y que siguen casi desconocidos
aqui. Otra vez será. Porque, en el justo mo-
mento de redactar esta crónica la llegada de
un paquete de Francia hace virar su orien-
tación. Recordando una vaga promesa del
verano pasado, el amigo Francís Paudras me
envía su gigantesco libro —La Danse des
Infideles— sobre el maestro de los maestros,
Bud Powell, y todo lo demás no tarda en
desvanecerse ante semejante monumento. A
la hora de la verdad, ningún pianista nos ha
emocionado más que este neoyorquino de
color que hizo vibrar como nunca el jazz en
los años 40 y 50, y cuya obra représenla lo
mejor, lo más puro y durable que ha dado
nuestra música hasta la fecha.
Nadie escapará a la honda emoción que
produce este libro que, en sus más de cua-
trocientas páginas profusamente ilustradas,
cuenta la vida turbulenta de un músico que
en su breve existencia (1924-1966) hizo es-
tremecer al piano del jazz impregnándolo pa-
ra siempre de su mensaje. Sobre esta tragedia
del siglo XX construyó Bernard Tavernier
su gran película Round Midnight, en estre-
cha colaboración con Paudras que estable-
ció una fuerte amistad con el protagonista.
Estuvo cerca de él durante la larga y dramá-
tica crisis que oscureció los últimos aflos del
más lúcido y creativo intérprete del bebop
y le condenó a un doloroso aislamiento men-
tal. Sin la generosidad de este aficionado
ejemplar, la obra de Bud Powell hubiera si-
do mucho más corta y limitada.
La fuerza irresistible, la enorme capaci-
dad de improvisación, el profundo e incon-
fundible lirismo de este virtuoso se encuentra
en las grabaciones que efectuó para el sello
Blue Note entre 1949 y 1958. Medio cente-
nar de interpretaciones que ahora se hallan
agrupadas por orden cronológico en la co-
lección que acaba de publicar Másate Re-
cords cuyas lujosas ediciones,
magníficamente cuidadas por Michael Cus-
cuna, son un auténtico deleite para los co-
leccionistas.
La lectura del gran libro de Paudras nos
manda directamente a la audición de esta lar-
ga serie de piezas magistrales que constitu-
yen en su conjunto un capítulo emocionante
y decisivo en la historia del jazz moderno
—sin duda una de las mayores delicias que
nos ofrece la música contemporánea.
Uer y Joachim Kühn durante el festival de mientos durante una reciente estancia en Co-
noviembre. Luego vino el gigante Randy penhague. Atli Bjom, Thomas Clausen, Jan
Weston, y también estuvo por aquí Don Pu- Kaspersen, Niels Thybo, Niels Lan Doky son hrancis Paudras. La Danse des Infideles. Les Edi-
llen. En el mes de febrero Tele Montoliu dio algunos casi exóticos nombres que no dirán lions de l'Instanl. 1986. 410 páginas. 395 Francas.
un memorable recitan en el Teatro Real in- nada a nadie aquí, pero que ya tienen peso 150, me dtí Faubourg Sainl-Anloine!Passage de
cluyendo su Monkiona Suile que fue trans- por el norte de Europa donde el jazz goza la Boule Blanche. 75012 París)
mitida en directo por Radio Nacional —todo de fuertes y sanas raices. Las últimas gra- The Complete Bud Powell Blue Note Recordings.
un gesto. Y dentro de poco, al llegar estas baciones de este quinteto de teclistas, muy Mosaic Records MR5-II6.Í45.
líneas a los lectores, nos habrá visitado el diferentes entre sí y cada uno con propia (197Strawberry HUÍAvenue. Starnford, Connec-
licut 06902. Estados Unidos/
98 Scherzo
• * * • • - • • —
PIANO S
lili
VJT
pETROF
TI!
CHERNY
WEINBAC
AL SERVICIO ÍRMj DE LA MÚSICA
REAL MUSICAL
CARLOS III. 1
(Frente al Teatro Real)
Tels.: 241 30 09 - 241 31 06
28013'MADRID
Madrid, 9 y 10 de Junio
La Flauta Mágica
Opera en 2 actos, KV 620
Libreto: Emanuel Schikaneder
Música: WOLFGANG AMADEUS MOZART
TEATRO ALBEN1Z
Jueves, 9 de Junio de 1988, a las 20 h.
Reparto:
Sarastro, Sacerdote de Isis Josef Frakstein
Tamino. Principe Oriental Jerzy Knelig
Narrador Bogumií Jaszkowski
La Reina de ta Noche Jotania Zmurko
Psmina, su hija Anna Mackowiak
Zona Wrtkowska
1.* Dama Ewa Ignalowic;
2.' Dama Barbara Nowicka
3.' Dama Lidia Juragek
Paoageno, pajarero Adam Krus/ewskt
Papagena, Amada de Papageno Ewa Fraksiein
Monosiatos, Mora Andnej Pslrvka
1." Sacerdote Jerzy Mahler
2" Sacerdote Andrzáj Jaworski
3." Sacerdote Bogumi Jasikowski
1 •' Guardián Andrzej Jaworski
2° Guardian Jer;y Mahier
1 . " Muchacho Joan na Zidínska
2." Muchacho Anna Niedziollo
3 . " Muchacho Miroslawa Kacpfzak
(Cantado en alemán)
TEATRO ALBENIZ
Reparto:
ICantadoen italiano)
:
r —|PRECIOS¡
A 18.000 Pts.). 8 16.000 Pis.l. C (5.000 Pts.l. D 14.000 Pts.) E (3.000 Pe.I. F (2.000 Pts.)
A la venta a partir del dia 3 de Mayo Taquillas del Teatro Albéniz, Redacción de Scherzo
y en todas las secciones de discos de El Corte Ingles
Entradas suertes para cada ópera a partir del 20 de Mayo de 1.500 a 5.000 Pis.
Información: Revista SCHERZO, O Marqués du Mondéjar. 11, 4." C. Teléfono- (911 246 7622
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Pal rocina
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