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Gerardo Queipo de Uano

Director
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Director Adjunto
Arturo Revener

Redactor Jefe
Enrique Martínez Miura

Consejo de Dirección
Javier Alfaya, Domingo del Campo Castel,
Manuel García Franco, Agustín Muñoz Jimé-
ne?, Enrique Pérez Adriánr

Secciones
Año III - n.° 22 - MARZO 1988 - 400 ptas.
Redacción en Barcelona: César CalmeH. Actua-
lidad: Arturo Revener y Enrique Martínez Miu-
ra. Discos; Enrique Pérez Adrián. Alia
Fidelidad: Alfredo Orozco. Danza: Roger Sa-
las. Libros: Xoan Manuel Carreira. Jazz: Ebbe
Traberg. Música contemporánea: José Igei.

Colaboran en esle número:


Roberto Andrade Molde, Franz Braun, José
Carlos Cabello Arroyo, César CalmeJl, Domin-
go del Campo Castel, Sansón Carrasco, Xoan
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Agustín Muñoz Jiménez, Kans Joachim Nos
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José Manuel Ruiz Conde, Roger Salas, Olga H DANZA:
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— La danza en Valencia, Roger Salas ... 28
ENTREVISTA:
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Salvador A laico DISCOS ... 35
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Polygram ibérica. S.A. LIBROS ... 64
Publicidad, Redacción LA GUIA ... 65
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28028-Madrid do Mayo 68
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— En el centenario de Kna: recuerdos de Munich y Bayreuth, Franz Braun 72
Imprime — Un hombrecillo largo muerto, Hans Jürgen Kallmann 74
REYMASA, S.A. — Un saludo de gratitud y amor, Hans Joachim Nóssell 76
MOV1EGRAF, S.A. (Color) — Evocación personal de Kna, Antonio Fernández-Cid 78
FotocomposKión — Cronología 80
Lumimar. S.A. — Tres momenios cumbres, Knappertsbusch dirige Beethoven, Schubert
Albasanz, 48-SO y Bruckner, Enrique Pérez Adrián 82
28037-Madrid. Teléf. 204 30 01 — Knappertsbusch y Brahms, Roberto Andrade Malde 84
Depósito legal ,, — Knappertsbusch director de ópera, Arturo Reverter 86
M-41822-198S - l l — Knappertsbusch, director festivo, Arturo Reverter 88
ISSN-0213-4802 — Anecdotario, Ángel Fernando Mayo H8
SCHERZO es una publicación dr carácter plural
— Discografta, Ángel Fernando Mayo 91
y no pertenece ni está adscrita a ningún orga- JAZZ:
nismo público ni privado. La dirección respeta — Episodios, Ebbe Tráberg 93
la libertad de expresión de sus colaboradores. EDUCACIÓN MUSICAL EN ESPAÑA:
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sabilidad de los firmantes, no siendo por lanío ALTA FIDELIDAD:
opinión oficial de la reviita. — La caja acúslica Spendor SP/1. Alfredo Orozco 96

Scberzo 3
OPINIÓN

£1 reino de la confusión
a reciente decisión del INAEM de cesar en sus conseguir un reglamento que encauce y perfile la un
L funciones de directora del Coro Nacional a la
venezolana Carmen Helena Téllez a instancias del
tilular de la Orquesta Nacional Jesús López Cobos
tanto difusa y contradictoria personalidad del coro; ni
tampoco a estimar inaudita su pretensión de que aquél
adquiriera una real independencia de la orquesta... Son
merece un comentario, bien que breve y aproximativo, en todos ellos aspectos que convendría estudiar o, al menos,
esta página editorial. clarificar para que unos y otros supieran por dónde se
El caso, visto así, desde fuera y con ojos candidos, andan. El primero, el INAEM, que hasta ahora no ha
podría no revestir más importancia y significación que la sabido qué hacer con esta patata caliente. Puede que
propia y natural relativa a la rescisión de un contrato por tampoco lo sepa a ciencia cierta López Cobos, que no ha
denuncia de una de las partes. Habría que suponer, claro, mantenido, según todos los indicios, una relación artística
que el INAEM, contratante, ha ejercido el derecho constructiva con la directora del coro, básica para que la
previsto en una concreta cláusula incumplida por la colaboración del mismo con la agrupación sinfónica
contratada. Pero ¿cuál? hermana sea productiva, se establezca desde la
dependencia o desde la autonomía. Habría que aclararlo
El hecho de que el cese haya venido sugerido (¿o cuanto antes para evitar tragos como éste.
impuesto?) por López Cobos hace pensar que el director También debería definirse si se quiere un coro grande o
artístico de la ONE ha estimado que la labor desarrollada uno pequeño; si se busca una profesionalidad a todos los
por Téllez no sólo no ha sido buena, sino que, niveles; si se prevé la posibilidad de que la Formación
paladinamente, ha sido mala; no se adoptaría una pueda contar para la constitución del futuro coro de la
decisión semejante tan pronto considerando que la rectora Opera Nacional... Asimismo, habría que establecer con la
del coro no llevaba ni un año en el desempeño de su mayor de las diafanidades cuáles son las competencias del
misión, poco tiempo para poder realizar una labor titular de la orquesta. No parece serio que éste, tras
provechosa, teniendo en cuenta además la idiosincransia admitir el nombramiento de quien se ha de encargar del
del conjunto vocal, su estado de permanente crisis y la coro, lo defenestre a los pocos meses por una
compleja problemática en la que se desenvuelve casi incompetencia no del todo probada y no comentada
desde su creación por ya lejana Orden Ministerial de 23 previamente. Los indicios apuntan a que no ha habido en
de octubre de 1970. Hay que entender, por tanto, que se ningún momento diálogo entre él y la ocasional directora
ha prescindido de los servicios de una persona que hace de la agrupación coral.
un año se contrató a bombo y platillo como competente En fin, son muchas las cosas que sería necesario
profesional porque ha realizado una labor catastrófica. aclarar, concretar y modificar. Está prácticamente todo
La cuestión de si, realmente, el fracaso ha sido tan por hacer. Lo primero, perfilar y definir el status del
monumental —en lo musical y en lo humano— es la coro. Luego, adecentar los sueldos para exigir —con
primera que cabría situar a la cabeza de un larga serie de nuevas pruebas si es preciso— lo máximo. Después elegir
ellas, emanadas espontáneamente de un simple, objetivo y cuidadosamente, no a la ligera, un director competente,
algo inquisitivo examen de un tema en verdad poliédrico. solvente, experto y dejarle trabajar con tiempo suficiente,
¿Está el Coro Nacional mejor que cuando se hizo misión en la que, con la dependencia que previamente se
cargo de él la directora suramericana? ¿Está peor? Sería haya establecido, debería estar apoyado por el director
difícil establecerlo. Quizá ni mejor ni peor, sino todo lo titular de la orquesta. La dependencia en sí puede no ser
contrario. En realidad es pronto para decir una cosa u mala si se plantean bien las funciones y se planifica un
otra. Los mismos vicios —casi imposibles de eliminar en calendario inteligente. Pensemos en las relaciones que a
unos meses de trabajo— parecen seguir existiendo; vicios este respecto existen entre conocidas orquestas europeas y
que vienen puede decirse que desde el momento de su sus coros: Sinfónica o Philharmonia de Londres,
creación y que Lola Rodríguez de Aragón, para quien Orquesta de París, Filarmónica Checa, etc. No cabe
verdaderamente se constituyó —he ahí un gran fallo de tampoco perder de vista la posibilidad de disolver el Coro
origen que se está pagando ahora— no acertó a borrar: Nacional y crear uno no profesional —categoría que
propensión irresistible a cantar fuerte, escasa capacidad poseen, y los resultados son mucho mejores, la mayoría
de matizaeión (que afectan a la generalidad de los coros de los grandes conjuntos occidentales, algunos ligados a
españoles), irregular empaste, relativa afinación... La orquestas como las citadas—.
buena calidad de gran parte de los instrumentos Hay que actuar, pues, en este asunto —que no sería el
integrantes, la musicalidad de algunos siempre ha único— para evitar que sucedan cosas como las
permitido pensar en la posibilidad, hasta el momento, no comentadas, tras las cuales queda una sensación nada
fructificada, de contrarrestar estos rasgos negativos. agradable, un mal sabor de'boca, una sospecha de que
Desde aquí se han hecho comentarios desfavorables a «algo huele a podrido en Dinamarca». En definitiva, lo
actuaciones concretas de Carmen Helena Téllez como que debe perseguirse, lo que perseguimos todos, es que el
directora (Alalia, por ejemplo); no nos atreveríamos, sin Coro Nacional sea de una vez un coro serio, capaz,
embargo, a catalogar su trabajo interno como desastroso dotado de una gestión transparente y de una altura
ni a juzgar descabelladas sus ideas de potenciar la artística como corresponde. Que el propio conjunto no
consolidación de una amplia plantilla para diversificar las devore a sus directores y que no se devore a si mismo. Y
actividades del conjunto ni, claro, a criticar sus deseos de que no lo devoren desde fuera.

4 Scheizo
OPINIÓN

EL DISPARATE MUSICAL

El piano también tiene pedales


uisito Ponecajas, o sea, don Luis
L Cobos, sagaz ministro de ta so-
ciedad de autobombos (nunca
mejor empleado el término bombo),
implacable ejecutor del arte de los di-
mirado tenor. Le llamaré, digamos.
Tormentoso Lunes. ¡Qué razón tenía
don Santiago Amón cuando hace po-
co decía que éste es el país de-la-flauta-
de-pico-de-plásiico-marca-Hóhner!
funtos grandes de la historia musical, Tal vez por ello no sea de extrañar
ataca de nuevo. Yo tengo que recono- que un amigo me consultara el otro día
cer que Luisilo Ponecajas ha demostra- sobre una enciclopedia musical en fas-
do una habilidad sin par. En el cículos de reciente aparición, dudando
principio de su fulgurante y rentabilí- sobre si la calidad justificaba o no su
sima carrera, el mimetismo camaleón i- adquisición. Tras hojear índice y pri-
r UNA BROMA MUSICAL co con el titular de la Orquesta meros fascículos y escuchar las prime-
Nacional, maestro López Cobos, in- ras cintas, no pude evitar una
cluía bigote, peinado y uno de los ape- deprimente sensación. Un repertorio
llidos. Lo acertado de la confusión se bien elegido, unas versiones de calidad
unca hay dicha completa, dice
N un refrán aprendido en estas (ie-
rras, lan proclives al dramatis-
mo. Pero lo estoy experimentando per-
reveló en poco tiempo: cierto matuti-
no madrileño llegó a referirse en titu-
lares al éxito de Ponecajas al frente de
la Nacional; yo mismo he tenido que
y, con ello, una aproximación que pa-
rece destinada para bobos. Vean, si no,
algunas muestras: «Los instrumentos
de viento suenan... soplando»; «Hoy
sonalmente. Mi narcisismo, de iodos sacar del error a diversas personas que día, muchas flautas son de metal, pero
conocido, me hace permanecer en la pensaban que el maestro zamorano y algunos siguen tocando las de madera»
pantalla televisiva todos los martes de Luisiío eran la misma persona, con lo (sólo le faltó añadir que éstas tienen
430 a 6 de la tarde viéndome bastante que sus desarreglos adquirían el nece- ¡agujeros!); «El piano entra inopinada-
bien reflejado en la serie de Marcel Blu- sario sello de seriedad. Consolidada su mente»; «El tercer tiempo es un ron-
wal. Cuanto más me veo, más genial carrera, Ponecajus dejóse el bigote co- dó; la orquesta expone el refrán», y así
me parezco. Cómo puede un ser huma- mo estaba y permitió crecer su melena, sucesivamente.
no, desde tan tierna edad, hacer lo que en la búsqueda de su propia imagen.
yo hice. Pero qué maravilla de músico Tan fastuoso recital de despropósi-
Recientemente, el responsable de la pá- tos pertenece tanto al lexto como a una
fui. No hay Otro igual en la historia de gina hepática de un matutino madrile-
la música... y que se mueran los feos. llamada «Guía de la audición» que co-
ño le espetó a Luisilo la negativa rre a cargo de un experto (?), y se con-
Claro que mi vida fue lo punetera- opinión que a Lope? Cobos le merecían
mente desgraciada como para que se tinúa con lindezas como «el violoncelo»
sus arreglos (?). Ponecajas no dudó un (pronúnciese como se lee) y con senten-
acabara lan pronto como se terminó. segundo en responder: «Si López Co-
No hay dicha completa. Pero no me cias como «el piano también tiene pe-
bos ha dicho eso, es una estupidez". dales». Por lo visto, la no iniciación a
molesta mi paso por este mundo con- ; Hombre! miren por donde ahora re-
templado a través de las bellísimas imá- la música debe presuponer retraso men-
sulta que quienes desaprueban los de- tal, porque de lo contrario no se entien-
genes televisivas. Me fastidia que sólo sarreglos de Luisilo dicen estupideces.
algunos privilegiados puedan verlo. de que la simplificación del lenguaje
La cosa tiene bemoles. técnico, deseable para permitir que el
¿Quién está en su casa en este país des- Ayer, iras armarme de considerables
de las cuatro y media a las seis de la tar- individuo lo asimile y se familiarice con
de?. Pues aparte de mi mismo, que dosis de paciencia, aguanté por el En- él, aboque a vulgaridades propias de
como recuerdan no soy mortal, algún te unos minutos de su desagradable me- jardín de infancia. Por lo demás, el in-
ama de casa despistada, los tres millo- dicina: Pucciní, Donizetti, Albinoni, fantil destinatario no aparece citado es-
nes de parados, los Albertos, Pedro de fueron despiadadamente ejecutados, pecíficamente en ningún lugar de la
Toledo y la Sra. de Botín, D. 1 Paloma. sin posibilidad de reclamar desde sus obra (hasta ahora).
Pero el pueblo soberano yace en sus lu- tumbas. También ayer leí que Luisilo En fin, cualquier día nos encontra-
gares de trabajo, camina hacia o vuel- se ha puesto al frente de una recién remos a alguien que pensará, muy se-
ve de ellos. O sea, que voy a seguir creada Asociación de Auiores e Intér- rio, que el tema principal de un rondó
siendo un desconocido para la gran pretes, encaminada a proteger el dere- se llama refrán. Yo si que voy a termi-
masa. cho de la propiedad intelectual. País sin nar con un refrán que me acabo de in-
remedio éste, en el que quien se carga ventar: «A Dios rogando y con el
Mi gozo en un pozo. Esta emisión por decreto lo compuesto por otros se
vespertina acaba con mis posibilidades. convierte en paladín de la propiedad in- bombo de Luisito {Ponecajas, claro)...
Sólo este rincón ponzoñoso de telectual (??). l.uisito Ponecajas es la dando».
SCHERZO me permitirá sobrevivir. mejor representación de la penuria de (El mes que viene les contaré sobre
Habrá que esperar el Canal 10 donde nuestro nivel cultural, y sus cientos de ópera y un señor que se llama García,
seguramente me programarán_aj(eÍK>- miles de discos vendidos la más esca- que la cosa tiene tela; ahora me voy a
ra de las estrellas. Papageno tenía ra- lofriante demostración de la estupidez, por una versión de Fídelius, que es una
zón cuando vio a Pilar Miró por el ésta si, que nos invade. ópera de Beethoven que no lengo. De
pasillo de la casa Schikancder y le can- Y lo peor es que, como vende, atrae. paso voy a ver si encuentro alguna de
ló: Das ist der Teufel... dicho en otros También he leído que Plácido Domin- Aidus y Rigoleiius, y alguna cosa más
lérminos: el futuro recordará a Ange- go pensaba grabar un disco con .él. Si que ya les diré.)
la Channig no a mi... tal dislate resulta cierto, no tendré más
W.A.M. remedio que cambiar de nombre al ad- Rafael Onega

Scherzo 5
OPINIÓN

BACHILLERÍAS TRIBUNA
DE OPINIÓN

Sierva, que no señora Musicólogos, Musicógrafos, Musicócagos


H a no muchos días platicaba con
cierto licenciado y cieilo doctor
acerca de] estado de desatención
(Sobre la nueva Licenciatura rn Musicología)logía universitaria funciona bien y otros
donde simplemente no funciona. Cu-
l Consejo de Universidades ha riosamente suele coincidir que funcio-
que la Música sufre al présenle, si la com-
paramos con oirás artes. «Compárese con
el Teatro», dije yo, «para el cual las subven-
ciones son cuantiosas, o con el Cinemató-
grafo, al que le ocurre lo mismo. Se asocian
E hecho público, al fin, el informe na bien, o mejor que, alli donde no ha
técnico del grupo de trabajo 14 sido desligada de los restantes estudios
sobre el proyecto de Título de Licen- superiores de música. Y no funciona,
ciado en Musicología. Se abre ahora un o funciona peor que, donde ha sido se-
tres amigúeles, hacen un presupuesto, piden periodo de debates para que, dentro de parada de los Conservatorios y unida
la subvención y les es concedida». «Por cier- unos meses, el Consejo de Redactores a Departamentos humanísticos genera-
to», repuso el licenciado, «y ello ha traído apruebe el texto definitivo y ¡o eleve al les. Asi, en Francia sin ir más lejos, las
como consecuencia que no se vea en esce- Gobierno. A partir de entonces será clases de Musicología se llenan <te alum-
nario ni en pantalla ninguna obra que ten- puesto en práctica en distintas Univer- nos sin conocimientos previos de téc-
ga un asomo de critica al podet, omitiendo sidades españolas. nica musical, para desesperación de sus
asi una de las más importantes funciones que profesores y mediocridad de sus traba-
siempre tuvo el Teairo. «El docior, cual a Según declaraciones del profesor Ca- jos finales.
su rango correspondía, dedujo este ingenioso sares en La Nueva España (Oviedo,
corolario, utilizando un silogismo en cela- 1-11-1988) el plan comenzara, además Esto ha sido observado, naturalmen-
ren/: «No se han necesitado subvenciones de en Oviedo, en Barcelona (1988-89), te, por los padres del proyecto español,
para acallar los afanes críticos de la Músi- en Granada y Madrid (1989-90) y en y de ahí que, para solucionarlo, en el
ca, puesto que nunca los tuvo o nunca fue- Santiago (1980-91). No se entiende muy informe técnico que comentamos, don-
ron entendidos». bien cómo pueden haberse ya adopta- de la especialidad de Musicología se
do decisiones tales como a} el título es consigue en los dos últimos años de la
Si un ciudadano desea estudiar música o lodavía un mero proyecto sujeto a de- carrera, se hayan proyectado para los
que lo hagan sus hijos y no encuentra plaza bale, y b) es evidente que no hay sufi- alumnos que procedan de la propia
en el Conservatorio, no protesta, sino que ciente profesorado universitario Universidad (primer ciclo de Historia,
se matricula en un ceniro privado. La Mú-
sica ha sido y es a los ojos del Estado (y, mínimamente preparado para impartir Geografía, Arte, Filosofía...) unas in-
posiblemente, de los ciudadanos mismos) tales disciplinas. teresantes maierias troncales comple-
una cuestión ornamental, no un articulo de
primera, ni de segunda, ni de tercera nece-
El tal título se inscribe en el deseo de mentarias: Elementos del lenguaje
musical, lectura y escritura musicales...
sidad. Por eso entre los Derechos del Hom- ta Universidad española de abrirse a Si han conseguido ya dominar la car-
bre no figura uno que diga: «Todo hombre nuevas titulaciones más acordes con la cajada, admitirán conmigo que la so-
tiene derecho a gozar de la Música hacién- realidad social. En el caso de la Musi- lución es original: Ya que no saben
dola o escuchándola». Por eso puede haber cología es, sin embargo, evidente que: solfeo, armonía, contrapunto (ni tienen
encierros y protestas callejeras, que no pa- a) No se traía de una nueva titula- por qué saberlo, dado su origen), se lo
sarán de ser vjsias como algo simpático. Je, ción, ya que el mismo Ministro de Edu- enseñarán a marchas forzadas rememo-
je. Qué graciosos, simples ingenuos e infan- cación expide, y muchos años antes que rando aquellos viejos planes franquis-
tiles son los músicos. en Oviedo, un título de Profesor Supe- tas de formación profesional acelerada.
«Lo raro es», continué, «que, dependien-
rior de Musicología a través de los Con- Acelerada e inútil, me temo. Y para
do la Música y el Teatro del mismo ente bu- servatorios Superiores. El que ese compensar, a los alumnos que proce-
rocrático, no existan cauces similares para superior del título no sea todavía equi- den del' Conservatorio les enseñarán
el apoyo a uno y a otra. ¿Por qué no ha de valente al de licenciado (sí lo es ya en Arte, Filosofía, Historia... Todo muy
juzgarse igual una producción musical que algunos casos concretos), es algo que bonito.
una teatral? ¡.No tienen idénticas necesida- no afecta a la cuestión de fondo. Por
des y parecidos riesgos?» Aquí el doctor hi- lo que, de momento, hétenos aquí an- Pero allá cada cual, yo me lavo las
zo gala de la agudiza de su ingenio: «Si, en te una curiosa duplicación de títulos manos. Ahora bien, dado que el Sr. Ca-
todo eso wn idénticos, pero no en la jerar- que supongo dará su juego. sares, en sus ya citadas declaraciones,
quia. Desde que don Claudio Monieverdi de-
cidió que la Música era esclava y no señora b) Si comparamos el titulo viejo inscribe este plan en «la lucha de los
de la Palabra, se estableció un plano jerár- con el proyecto de título nuevo, encon- profesores españoles por sacar la Mu-
quico que se ha mantenido hasta nuestros tramos también sabrosos puntos de me- sicología del estado impresentable en
dias, igual que tamas otras invenciones del ditación. Al Profesor Superior de que se encuentra», ya que «lo poco que
genial don Claudio. No olvides que todavía Musicología (Conservatorios) se le exi- se ha hecho lo ha sido por aficionados
estamos a la espera de que se produzca otra ge el BUP, mientras que al universita- o intrusos» (¡Oh, manes de Eslava","
revolución tan arraigada como la suya». El rio se le exige, además, el COL) y el Barbieri, Pedrell, Anglés, Querol, Ru-
licenciado, más dado a retruécanos que a si- examen de selectividad. Pero, para bio...!), me creo obligado a dar mas ex-
logismos, replicó: «Cuando uno decide de- compensar tal carencia, el alumno que plícitamente mi impresión personal de
dicarse a la Música, debería cumplir una llega a la Musicología del Conservato- todo el asunto, que es la siguiente: El
ceremonia iniciática similar a aquella de rio ha debido superar numerosas asig- plan propuesto es una chapuza y el pa-
"compañera os doy y no sierva», en la que naturas específicamente musicales dre de tal engendro es o un indocumen-
un director general o alguien en el que é¡ de- (armonía, contrapunto, varios años de tado y/o un caradura.
legare le dijera: «Sierva os doy, que no se- piano, folklore, conjunto instrumental,
ñora». A continuación le impondría el frac conjunto coral...) que los universitarios Fue don Julio Gómez, creo, el que
y la pajarita como uniforme-símbolo de su no han tenido que saludar siquiera. hace muchos años lanzó una termino-
nuevo estado, socialmente equiparable al de logia profesional que ahora viene muy
camarero». La experiencia de la enseñanza de la al pelo: Hay, decía, musicólogos (los
Musicologia en el extranjero es muy va- listos), musicógrafos (menos listos) mu-
Así y todo, yo me sigo preguntando por riada y variopinta. Que es asunto típi- sicócagos: los del nuevo título. Pues
qué el INAHM traía a sus dos ramas de mo- camente universitario a nadie le cabe la eso.
do tan dispar. menor duda, pero hay Universidades (y
aun países enteros) y donde la Musico-
Sansón Carrasco Antonio Gallego

6 Scherzo
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BEETHOVEN: SlnfoniM Ntt. 2 y 5
Orquesta Filarmónica de Viena. Claudio Aboado
CD 423590? • LP 4235901 • MC 4235904 Digital

BEETHOVEH: Slnlanii Hs. 3 "Heroica", 0tortura Corlolano MAHLER: Slnlonia No. 6. Slnlonis No. 10: Adagio
Orquesta Filarmónica de Viena. Claudio Atibado Philharmonia Orchestra. Giuseppe Smopoli
CD 4195972 . LP 4195971 . MC 4195974 Digital 2 CD 4230822 • 2 LP 4230821 • 2 MC 4230824 Digital

BEETHOVEN: Sinlania Na. 6 "Paatoral"


F i n t u f i Car». Mir m cilmi y viajo [ttíz
Maurizio Pollini Coro cte la Opera Estatal, Viena
Orquesta Filarmónica de Viena. Claudio Abbado
CD 4197792 • LP 4197791 • MC 4197794 Digital

MANZOHI: Matsi [Homena|n a Edgar Varaiel


SCHOENBERG: Slnlonia da rimara op. 9
Mauníio Pollini. Orq. Fil. de Berlín. Giuseppe Sinopoli
CD 4233072 Digital

MOZART: Conclortoa pira piano Not. 15 y H


BEETHOVEN: Sintonías Hoa. 7 y 8 Rudolf Serkin. Orquesta Sinfónica de Londres
Orquesta Filarmónica de Viena Claudio Atibado Claudio Abbado-CD 4154882 Digital
CD 4233642 • LP 4233641 • MC 4233644 Digital
MOZART: Cuartetos da cuerda K 589 y 590
BEETHOVEN: Sinfíníi No. 9 Cuarteto Hagen
Benackova, Lipovsek. Winbergh. Prey. Coro de la Opera CD 4231082 • LP 4231081 • MC 4231084 Digital
Estatal y Orquesta Filarmónica de Viena. Claudio Abbada
CD 4195982 - LP 4195981 • MC 4195984 Digital MOZART: Slnlonia! Noa. 3S "Praga" y 39
Orquesta Filarmónica de Viena. James Levlne
BEETHOVEN: Sonatas p i n plano Ni». 7 ¥ IB CD 4233742 • LP 4233741 • MC 4233744 Digital
Variaciones "Heroica"
Emil Gilels-CD 4231362 Digital MOZART: Sonatat para plano K 2B1 y 310
Fantatii K 397. Varltclonn K 398
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PAGANINI: Concierto! para vlolin Noa. 3 y 4


Salvatore Accarúo Orquesta Filarmónica de Londres
Criarles Outoit-CD 4233702

BEETHOVEH: Sonilu pira plano Nos. 31 y 32


Daniel Barenooim- CD 4233712 Digital

BEETHOVEH: Sonata* para vlolín Noi. 4 y 6 "Prlmavtn"


Gidon Kremer. Marina Aigerich
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Solistas, Coro y Orquestas Sintónicas de Boston Orquesta Filarmónica de Viena. Leonaro* Bernstem
y San Francisco. Seiji Ozawa-2 CD 4230682 3 CD 4230992 Digital

GIELEH: Cuarta» "Un Viajo Rtcuirdo" VIVALHI: L'Eiiro Amónico


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La Asociación
Consolidación de la Orquestra «Amics del Liceu»
de Cambra Catalana Una nueva asociación se presentó al
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iempre resulta reconfortante yos regulares por semana, condi- tro del Liceo. Esta asociación ha naci-

S asistir, no ya a la creación de
una nueva orquesta de cáma-
ra por ser un futurible incierto car-
gado de ilusiones, sí, pero también
ción indispensable para la buena
salud de una orquesta. Pero a di-
ferencia de oíros precedentes, y este
es un ejemplo que podrían aplicar-
do como una entidad privada,
destinada a fomentar la difusión de los
espeeláeulos del Gran Teatro del Liceo.
Entre sus objetivos figuran: favorecer
el apoyo público y privado a esta insti-
de interrogantes, sino a su consoli- se a sí mismos, y no sólo en el te- tución; difundir la importancia de las
dación como grupo estable, homo- rreno musical, tantos y tantos actividades que tienen lugar en el Liceo,
géneo y con una trayectoria rédenle pedigüeños de subvenciones públi- como uno de los centros culturales de
aunque firme tras de sí. Este es el cas en este país nuestro de la farán- mayor importancia en Cataluña y con
un mayor renombre en el extranjero;
caso de la Orquestra de Cambra dula, la orquesta dirigida por Joan potenciar la proyección del Teatro del
Caialana fundada en 1985 por su Pámies es totalmente autogestiona- Liceo en el conjunto de la vida cultu-
director, Joan Pámies, y que des- ria, es decir, vive de lo que consi- ral catalana y la resonancia de sus es-
de el año pasado se articula como gue recaudar en taquilla los días de pectáculos entre sus asociados en
grupo profesional autogestionario. concierto. Pensamos que este he- general. Esta asociación ha surgido por
Pretendiendo llenar un vacío real- cho ya es en si mismo digno de elo- iniciativa de diversas personalidades
barcelonesas, procedentes de diferentes
mente existenle en Catalunya don- gio y demuestra una concepción sectores de la vida ciudadana, que han
de apenas hay un grupo instrumen- europea de lo que tiene que ser una querido avalar con su presencia y su es-
tal estable que se dedique al culti- empresa musical, aunque no sabe- timulo el nacimiento de esta entidad.
vo de la música de cámara, Joan mos si esta mentalidad se corres- Además de lo dicho la Junia Promo-
Pámies es consciente de la funcio- ponde todavía con la discutible tora pretende ofrecer un boletín perió-
nalidad social que debe perseguir equiparación europeista de nuestro dico informativo sobre las actividades
del Gran Teatro del Liceo y de otros
un conjunto constituido por cator- público por lo que a afición musi- teatros líricos de España y del extran-
ce profesionales competentes elegi- cal se refiere. Pero en todo caso es jero; dar ciclos de conferencias sobre
dos después de superar rigurosas este público quien debe decidir, y temas relacionados con las temporadas
pruebas de admisión. Ya se sabe en el de la Orquestra de Cambra y actividades del Gran Teatro del Li-
que el mal que aqueja a las forma- Catalana parece haberlo hecho si ceo; facilitar la posibilidad de asistir a
ciones de cámara es la circuns- tenemos en cuenta la favorable aco- determinados ensayos de las represen-
taciones que se preparen en el Gran
lacialidad de sus miembros normal- gida que el aficionado barcelonés Teatro del Liceo, y obtener entradas
mente reunidos para dar unos po- le ha dispensado en el primero de para lo.s espectáculos que tienen lugar
cos conciertos a bolo después de los los cuatro conciertos que la orques- en el Coliseo y en oíros teatros de ópe-
cuales el grupo se disuelve sin ha- ta tiene programados la presente ra europeos, así como beneficiarse de
ber podido fraguar nunca proyec- temporada en el Teatre Condal de las ventajas que otras instituciones si-
tos a largo plazo. Es por ello que nuestra ciudad, los cuales vendrán milares ofrezcan a la Asociación Amics
del Liceu, y que serán objeto de
en sus mismos estatutos la Orques- a ser algo así como el espaldarazo convenio.
tra de Cambra Catalana prevé un definitivo para la consolidación de
salario fijo al mes para cada uno de un grupo.
sus componentes lo que significa
unas horas determinadas de ensa- C.C. Francesc X. Mata i Bertrán

l.u Orquestra de Cambra Catalana.

N Scherzo
ACTUALIDAD

conjuntado con empaste, pero excesi-


Las Escenas de Faust de Schumann vamente dado al griterío; en definitiva,
está por solucionar el problema del Co-
ro y la O.C.B. necesita uno propio y
Barcelona: Palau de la Música Catalana. 28 de profesionalizado. Pero eso parece mu-
enero de |ygS. Schumann: Esrema de Faust de cho pedir a estas alturas en que bastante
Goethe, para so lisian, coro y orquesta. Ednh Mat- trabajo da la creación de la Orquesta
his. Ludwig Baumann. Osfcar Hillebrandl. Donald (que consideramos no concluida aún).
Georgc, Rowmaric Stdudei, Hosa M . ' Concha.
Anna ÜL Mauro. Montserrat Comadira, M , ' Do- A su lado, el Coro Infantil de Vila-Seca
lurs Aldea. Cloti Miro. Anna Velando, Joan Ca- y Salou empezó timidamente (núm. 6
bero. Josep BeiseE. Jordi kicari Coral Carmina de la parte 11, Muerte de Fausl, inter-
Idir.: Jordi Casas). Coro Infantil del Conservato- vención de los lémures); en la segunda
rio de Vila-Seca y Salou (dirs.: Joaquim Garrigo. parte del concierto (parte 111 de la obra,
sa y Charo García). Orquesta Ciudad de
Barcelona. Dirccior: Franí-Paul Decfcer. núm. 7, Transfiguración de Fausto, in-
lervención de los niños bienaventura-
dos) se mostró ya más seguro.

B arcelona ha podido aplaudir, con


carácter de primera audición, las
Escenas de Faust de Schumann,
obra híbrida, a medio camino entre la
ópera y el oratorio, pero quizás la me-
Al equipo de cantantes dispuesto pa-
ra la ocasión es justo calificarlo de gra-
to, situado a un nivel medio-alto y con
unas segundas partes bastante acepta-
jor de Schumann perteneciente al gé- bles. En las voces femeninas destaca-
nero dramático, y objeio de una ron Edith Mathis (Gretchen, una
obsesiva y prolongada elaboración, que penitente), que conserva bastante bien
comprende desde 1844 a 1853, poco an- su voz y su buen guslo; y la también
tes de que el compositor sufriera defi- soprano Rosemarie Stauder (Inquietud,
nitivo internamiento en un sanatorio Ángel), dotada de una voz en fresquí-
cercanoa Bonn (marzode 1854). A pe- simo estado aunque un punto estriden-
sar, pues, de la importancia de esa te. En las voces masculinas hubo
obra, el público que asistió a la ejecu- Fronz-Paul Decker. BARCELO
igualdad de resultados; un buen nivel
ción de la misma en el Palau era algo tanto en el tenor Donald George (Ariel,
escaso: demasiados turnos —cuatro—• tamos si los hubo suficientes (este con- Pater Ecstaticus) como en los baríto-
se han organizado en la presente tem- cierto se ofreció en jueves, y tan sólo nos Ludwig Baumann (Faust, Dr. Ma-
porada de la O.C.B., y aún no se ha el sábado anterior se había dado otro rianus) y Oskar Hillebrandt, el cual,
creado un público que se abone o sim- con distinta programación y dirigido además de interpretar las panes de
plemente asista a unos turnos de jue- también por él), más aún si tenemos Mephistofeles, Espíritu Maligno y Pa-
ves, viernes o sábado por la noche, presente que la orquesta no conocía es- ter Seraficus, por repentina indisposi-
como se pretende. la obra. Y, aunque el rendimiento de ción del bajo Erich Knodt tuvo que
la misma fue por lo general satisfacto- hacerse cargo de la parte de Pater Pro-
Decker dirigió con corrección la ex- rio, hubo por ejemplo problemas evi- fundus, cometido que cumplió con
celeme partitura stfiumanniana, re- dentes en los violines en la Obertura y probidad.
creándola con empuje; en ocasiones en la escena de Ariel (núm. 4 de la par-
acusó empero un cierto efectismo y a te II) que se habrían solucionado de ha-
su rectoría le faltó crear sonido con la ber sido trabajados con mayor intensi- Jo.R.B.
orquesta. Claro está, Decker es un dad ciertos pasajes. Por su parte, diga-
hombre de ensayos si lo que se desea mos que la Coral Carmina es una for-
es que su trabajo rinda; y nos pregun- mación con voces de calidad, un grupo Ida Haendel, un poco tarde
Barcelona: Palau de la Música Catalana. 15 de
enero de 1988. Ida Haendel. vioHn. Orquesta Ciu-
ddd de Barcelona. Oircuor: Fran/Paul Decker.

Un dúo de dos grandes artistas Obras de Villa-Lobos, Brahms y Beelhoven.

Ida Haendel, violinista polaca pero


Barcelona: Palau de la Música Catalana. 21-1-88 Natalia Guiman, violoncello; Eli so Virsaladie. pia- de nacionalidad británica, alumna de
cus Sonata pura vtotoncetio _v piano n." 2 en Sol menor de Beelhovcn. Sonata para violoncelo y piano
n. " I en Mi menor Op. 3R de Brahms. Tres piezas fantásticas Op. ?J de Schumann. Sonara en La Flesch y Enescu, una de las históricas
menor Op. 36 de Gheg. de su cuerda, ha tocado por fin en Bar-
celona, y lo ha hecho con uno de los
Con gran expectación recibimos en Barcelona la visita de la violoncellista Na- grandes conciertos del repertorio vio-
talia Gutman y de la pianista Eliso Virsaladze. Especialmente, Natalia Guiman linístico, el de Beethoven. Pero creemos
llegaba rodeada con el halo de ser considerada actualmente una de las mayores que ha venido un poco tarde, cuando
figuras internacionales en su especialidad. Y después de lo que oímos creemos sus facultades no estaban ya en su me-
que la violoncellista merece con [oda justicia el lugar destacado que ocupa. De jor momento. Nada que objetar al fra-
lo que ya no estamos tan seguros es de la viabilidad de un dúo que parece tener seo, resuelto y más bien viril, más que
todos los ingredientes para serlo menos uno: la cohesión íntima y fecunda de el de otros violinistas, varones éstos,
sus componentes. En realidad escuchamos a dos buenas intérpretes solistas reu- que han interpretado este concierto en
Barcelona (como Ughi, Cornelias o Ac-
nidas fortuitamente para hacer juntas música de cámara. La fusión indispensa- cardo). El problema surgió con la afi-
ble no se produjo en ningún momento y la responsable en mayor medida de ello nación, que no podríamos tachar de
fue Eliso Virsaladze. Par.aB»lMRft)bstma~damente detrás del importante papel que impecable. Con todo obtuvo un buen
siempre posee el piano en las sonatas de cámara románticas, olvidó que su mi- éxito y fue bien acompañada por Dec-
sión era si no la de acompañar al menos sí la de concertar con su compañera, ker y sus huestes. El director alemán
e insistió en subrayar desmesuradamente su trabajo, por otra parte excelente. optó por una formación sinfónica cla-
Y el halo de Natalia Gutman, quien posee una sonoridad penetrante y cálida, sicista, haciendo resaltar debidamente
elegantemente apagada pero intensa, se echó a perder al querer ser codiciosa- las maderas.
mente compartido por su partenaire.
ce. Jo.R.B.

Scher/o
ACTUALIDAD

Un Bailo in maschera de calidad La orquesta del Liceo en alza


En el aspecto musical quiñis haya ha-
Barcelona: Gran Teatro del Liceo. 21 de enero de 1988. Verdi: Un Bailo in maschera. Adelaide Negn, bido menos coherencia, pero los pun-
M . ' Angeles Pelers. Fiorenza Cogollo, Dennis O'Neil. Joan Kons. Ivo Vinco. Slefano Palalchi, Fran- tos de interés han sido muchos,
cesc Vallsh Anión i lluch. Dirección musical: U * e M u n d . Dirección escénica: Mario Gas. Escenografía empezando por la dirección musical de
y vestuario: Marcelo Grande (nueva producción del Gran Teatro del Liceo).
Uwe Mund, quien, amén de coordinar
vistoso diseño de luces, que —aun sin fisuras la necesaria unidad entre fo-
l Bailo verdiano llevaba diez años
E sin ponerse en escena en el Liceo,
y ahora ha retornado con una
buena versión, aunque los resultados
cuando fueran sometidas a cambios ex-
cesivamente bruscos— otorgaban un
apropiado aspecto sombrío pero a la
so y escena, llevó a cabo una lectura
sinfónica de la ópera enormemente
creativa y contrastada (por ejemplo en
el Preludio del Acto 1, con perfectas
hayan sido menos felices de lo que el vez verosímil a la excelente escenogra- gradaciones) y en algunos momentos,
reparto inicialmente previsto podía fía de Grande, dotada de una absoluta por qué íbamos a negarlo, con alguna
apuntar. Sólo hubo un cambio, pero unidad de concepto tanto en las esce- exageración (desbocamientos en los
fundamental: en un principio, se espe- nas de interior como en las exteriores. timbales, excesiva sonoridad de los vio-
raba con mucho interés la venida de Para las primeras se partía de una sala lines en divisi que arropan el Ella é pu-
Margaret Price, que debía interpretar de tonos cobrizos transformable y co- ra de Riccardo al final de la ópera...).
la parte de Amelia; peto una bronco- ronada por un significativo friso que re- La orquesta del teatro ha demostrado
traqueítis aguda (?) echó las expectati- producía un magnicidio en un ambiente —como ya sucedió en Tito— estar en
vas por los suelos, y la Price fue susti- clásico —muy bella la antecámara del una fase de auge.
tuida por Adelaide Negri. despacho del gobernador en el Acto I
e igualmente admirable el gabinete de
Mas hablemos ante todo de la parte Renato en el III. Para los exteriores el Adelaide Negri posee una voz de so-
escénica, en la que se estrenaba produc- punto de partida era el orrido campo prano no demasiado bella, no siempre
ción propia y firmada por catalanes. El del Acto II, con la obligada horca y un proyectada adecuadamente y que pare-
regista Mario Gas y su escenógrafo cielo bastante cinematográfico; la adi- ce estar eternamente trastornada. Por
Marcelo Grande han optado por la ca- ción de unos sugerentes elementos mó- las razones que hemos ya citado, fue,
ra tenebrosa y el aspecto puritano, que viles laterales lo transformaban en la particularmente en el Acto II, tratada
es el que por razones de censura Verdi choza de Ulrica del Cuadro II del Ac- con indiferencia, frialdad e incluso des-
tuvo que aceptar y que coexiste en el to I. Comparativamente, el vestuario precio, pero en el Acto III fue valora-
ambiente de esta ópera junto con la ca- resultó ser más bien pobre y anodino, da debidamente, ofreciendo una
ra más galante y artificiosa. Además de pero en definitiva esta nueva visualiza- notable versión de Morro, ma prima in
mover adecuadamente a los personajes ción del Bailo ha demostrado algo que grazia. Menos apreciado aún fue el te-
principales, Gas ha sabido potenciar la ya sabíamos de antemano: que en el Li- nor Dennis O'NeilI, quien ciertamente
teatralidad del coro en su pumo justo, ceo se pueden realizar muy buenas pro- recurrió a un histrionismo vocal que le
mostrando también una atención minu- ducciones y coproducciones con genie ayudó poco en su lírico cometido, co-
ciosa por los pequeños detalles (perfec- de aquí, y no existe la necesidad —sólo mo tampoco le ayudó la mala pronun-
tamente explicado el desarrollo de la el interés creado— de encomendarlas a ciación (puro chapurreo en ocasiones)
escena de Silvano en el Cuadro II del registas y escenógrafos reclutados en la del texto italiano. Pero la voz tiene cier-
Acto I y el de la votación en el Cuadro trastienda del mundillo operístico ita- ta belleza y no merecía tanta frialdad.
1 del Acto 111). Ha realizado además un liano actual. Quedó además algo minimizado por el
Renato de Joan Pons, imponente tan-
to en lo vocal como en lo escénico.
Cierto, Pons tiene un perpetuo handi-
cap, que es el de su limitación en la zo-
na aguda, ya patente en su Alia vita che
i'arride del Acto 1; pero en Eri tu del
III se ciñó a la perfección al canto es-
pressivo que Verdi exige en este caso.
Hubo también una Ulrica de lujo: la
admiradísima Fiorenza Cossoito, aún
en una espléndida madure/ y exhibien-
do una auténtica voz de contralto; sus
versiones de Re dell'abisso y É luí, é lui
fueron antológicas. En los restantes pa-
peles destacaron el Osear de M.a An-
geles Peters y el Samuel de Ivo Vinco,
aunque aquélla sea más una soprano
lírico-ligera que una auténtica colora-
tura como exige su parlicella.
-i .

Ex'Oelente el coro e inexistente e! ba-


llet (el presente ha sido un Bailo sin bai-
le). Sí: el tema de un cuerpo de baile
estable y de calidad es una de las asig-
naturas pendientes del actual Consor-
cio liceísta.
Lscena final de un Bailo in maschera en el Lii-eu.
Jordi Ribera Bergós

1(1 Scherzo
ACTUALIDAD

Der FreLschütz, un espectáculo total


BarceloM: tiran Ttairo del Liceo, 8 de febrero de 1988. Der Freischuiz de Cari María von Webei.
Edilh Mathis (Agalhe), SiegFried Jem&alem (Max), Sonia Chazarían (Annchen), Ekkerhard Wlaschiha
(Kaspar). Jaroslav Sianje (Kuno y Samiel). Kun Ryd! (Ermitaño). Petcr Bailie (Kilian). Coio del Gran
Teatre de] Liceu. Dirección del Coro: Romana Gandolfi y Viltorio Sicuri. Direccián de escena: Picr-
Luigi Pizzi. realizada por Umberto Banci. Dirección de orquesta: Peler Schneider.

i tenemos en cuenla que la idea a través de la transformación continua


S perseguida por Weber al dar a luz
a su Der Freischütz fue la de ob-
tener un organismo dramático íntegro
operada en unos mismos elementos
mantenidos desde el comienzo. El he-
cho de transfigurar en Barranco del Lo-
donde la idea de totalidad significaba bo el mismo agradable paraje otoñal en
colocar en un mismo plano de impor- el que el pueblo celebra sus fiestas es
tancia música, dicción, gestualidad de una réplica exacta de cuanto ocurre a
los intérpretes y escenificación, diremos nivel musical. No era necesario trasla-
que este efecto ha sido conseguido ple- darnos a un lugar lejano. Bastaba con
namente en la representación dada de modificar levemente los sitios conoci-
esta obra en el Gran Teatre del Liceu. dos, ya que el dominio del mal se hace
Partiendo del eje central de una natu- más efectivo cuanto más cerca de no-
raleza protagonista, lugar de encuentro sotros lo sentimos. Asi la presencia in-
y escenario viviente de la lucha enco- quietante de la noche como potencia-
nada entre las fuerzas del bien y del lidad maléfica latente estuvo siempre
mal, la escenografía producida por el presente y dejó sentir sus efectos incluso
Teatro Comunale de Bolonia y dirigi- cerniéndose sobre el aparentemente
da por Pier-Luigi Pizzi fue desde todos tranquilo interior de la casa de Kuno Eduh Mathis en Agalhe.
los puntos de vista un acierto. Las mis- con Annchen tratando de alejar los ne-
mas zonas de luz y de sombra que ca- gros presagios de Agathe. también fue una delicia oír a Ekkehard
racterizan la planificación tonal y Si pasamos a valorar el trabajo de los Wlaschiha interpretando con convic-
tihibrica de la obra y que la dividen en cantantes diremos que lodos ellos ac- ción e intensidad al maligno Kaspar. Y
un polarizado juego de contrastes son tuaron con un nivel de calidad excep- por último, si decíamos que uno de los
las que la escenografía nos ha permiti- cional, y tanto la soprano Edith Mathís protagonistas de la ópera había sido su
do visualizar en la dinámica cambian- (Agathe) como el tenor Siegfried Jeru- brillante plasmación escenográfica,
te de luces y en el ritmo dramático y salem (Max) convirtieron sus momen- otro sin duda, en el aspecto musical, lo
subjetivo proyectados sobre una natu- tos líricos en auténticos recitales fue el Coro del Gran Teatre del Liceu
raleza igual y a la vez distinta, apaci- liederísticos ricos en sutileza y hondu- que tuvo en esta obra una oportunidad
como pocas de demostrar el altísimo ni-
ble pero susceptible de convertirse en ra expresiva. La soprano Sonia Ghaza- vel a que está llegando últimamente.
determinados momentos en demonía- rian (Annchen) supo expresar toda la
ca. Porque Pier-Luigi Pizzi supo espa- gracia y frescura de su papel en contra-
ciaiizar y corporeizar la materia musical punto a la melancolía de Agathe. Y César Calmell

A veces se da el caso de que los in- tanciales en Mompou, esa nuance sin
térpretes ocupen un lugar especialmente
privilegiado a la hora de ejecutar la mú-
Homenaje
#
la cual la música de este compositor se
convierte en una ridicula caricatura de
sica de un determinado compositor, y
esto ocurre cuando los artistas encar-
gados de realizar este trabajo tuvieron
a sí misma. La delicada utilización de los
pedales para crear atmósferas en las
que se entremezclaban vibraciones cá-
la suerte de mantener una relación
amistosa y personal con el creador. Si
se da esta feliz concurrencia de circuns-
Mompou lidas de sonidos que se intensificaban
después de ser percutidos según la teo-
ría místico-acústica del músico catalán;
tancias un concierto es siempre más que Barcelona: Palau de la Música Catalana, 19 cit- la gracia en la evocación de las melo-
un simple concierto de música y la ve- en ero de I9S8 Alicia de Larrocha. piano; Victo días populares des mal erial izadas en el
lada se convierte en una evocación en- ría de Los Angeles, soprano, acompañada por Ma- tejido de fondo de un acompañamien-
nuel García Morante, piano. Programa Mompou.
trañable de recuerdos en la que la to esencial y a veces silenciado en Mú-
músk -JS un elemento más del cúmulo parte de las composiciones que se oye- sica callada. Todo ello fue fielmente
de emociones que, derramado sobre el ron llevaban una dedicatoria expresa reproducido por el arte de Alicia de La-
público, palpitan en la sala. Porque un del autor para ambas artistas. Ante es- rrocha, como lo mismo hizo la sopra-
Homenalge a Mompou protagonizado te hecho sería absurdamente pedante no Victoria de los Angeles en una
por Alicia de Lar rocha y Victoria de los que el crítico pretendiera dar su opinión segunda parte dedicada a canciones del
Angeles es el más digno tribuno que pu- acerca de cómo transcurrió la sesión. maestro tanto sobre textos catalanes co-
do rendirse a nuestro insigne músico de- Pedante y fuera de lugar calibrar el gra- mo castellanos. Escuchar a Victoria de
saparecido. Recordemos a este propó- do de calidad de un concierto que te- los Angeles cantando nuestra música es
sito que las dos intérpretes fueron las nia, más allá de lo específicamente un placer inigualable y su voz será siem-
elegidas en su dfa por Frederic Mom- artístico, la fuerza y la intensidad de un pre para nosotros una especie de sorti-
pou para dar a conocer en público por auténtico acto ritual. Sólo diremos que legio, un talismán interpuesto al paso
primera vez muchas de sus obras. En la pianista supo crear como nadie el cli- del tiempo.
la noche a la que nos referimos gran ma de intimidad y confidencia consus-
c.c.
Scherzo
ACTUALIDAD

El calor viene de abajo


Madrid: Teatro Lirico Nacional La Zarzuela, 23 de enero de 1988. Puccinh La bohéme. Luis Lima
liona Tokody, Carmen González, Paolo Gavanelli, Alfonso Echevarría, Enríe Serra... Direcior de es-
cena; Horacio Rodríguez Aragón. Escenografía y figurines: Hugo de Ana. Director musical: Antonio
Ros Marbá.

E n toda representación operísti-


ca convencional hay dos partes
bien diferenciadas físicamente:
la escena, o espacio, en donde se desa-
rrolla la acción, y el foso, que alberga
siones, con intimismo y buen pulso
dramático, sin renunciar a los brillos y
explosiones dinámicas. Y lo hizo, arti-
culando correctamente, respirando con
los cantantes, en función de unos tem-
a la orquesta, sostén de todo el edifi- pi, en ocasiones muy lentos, peligrosos
cio musical. Lo ideal es que se establez- para aquéílos que, sin embargo, se vie-
ca entre ambas una colaboración tal ron en iodo momento arropados. Una
que acaben por fundirse en una sola bella lección musical a la que se pres-
voz {más o menos múltiple) y, en todo taron el Coro de la entidad y la Orques-
caso, que surja de abajo el pulso, el la- ta Sinfónica «Arbósw, que dieron
tido, la vida que ha de alimentar el dis- mucho de lo mejor de si mismos (que
currir dramático, con independencia de parece más de lo que habituaimente
problemas o irregularidades de los can- ofrecen cuando esián en manos tan
tantes] o incongruencias de las puestas acogedoras).
en escena.
Meritoria la prestación de Lima, de
La bohema que aquí se comenta voz lírica fresca y timbrada, igual y ex-
—que utilizaba una producción reciente tensa, ya que no específicamente bella.
del Teatro de 1986—, incorporada al Cantó honradamente (a tono el racon-
cartellone tras la supresión del Sansón io) sin especiales brillos expresivos, al-
y Datila que había de cantar Carreras go monocorde, pero musical, y brindó
fue, en su conjunto, muy digna, de ma- un convincente Rodolfo. La Tokoky,
yor altura que la que, con algunos mim- lejos de los fulgores que esparció en su
bres iguales, se representó hace dos primera actuación madrileña (Simón Luis Lima e ¡lona Tokody.
años con un inadecuado Domingo co- Boccanegra), cantó con pasión y bien
mo protagonista. Pero esa dignidad vi- administrado patetismo, aunque su voz De Ana mantiene las mismas virtudes
no dada sobre lodo por el impulso lírico se haya agostado no poco. Potente y y defectos ya conocidos: bello diseño
que subía del foso, por el calor benéfi- sincero el Marceilo de Gavanelli, de voz —con ciertos toques de realismo
co emanado de la batuta de Ros, ple- nada despreciable, a pesar de su-feo tré- mágico—, adecuada iluminación, buen
namente identificado con la tersa y molo. Bien compuesta la Musetta de movimiento general —excluido el ma-
romántica melodía, con las suaves ar- Carmen González, que canió con gus- remágnum del segundo aclo— en cuan-
monías, con los timbres y el colorido to haciendo olvidar la excesivamente li- to a las primeras; incongruencias,
tan personal de la orquesta pucciniana, gera condición de su intrumento. Muy abusos de determinadas actitudes físi-
tan elocuente en los acentos, tan veci- gris, perjudicado por la pobre calidad cas (los personajes se pasan la vida en
na en ocasiones a los procedimientos de su voz, aunque es buen actor, Serra, el suelo) y, sobre todo, a pesar de la
impresionistas. Menos audaz que Tos- como Schaunard, y sólo discreto Eche- modificación efectuada con respecto a
ca, es obra tan delicada como vibran- verría, que aunque dijo muy bien, con la primitiva producción, inadecuada re-
te. Ros —casi siempre triunfador en lirismo de la mejor ley, la Veccflia zi- solución del cuadro del Café Momus,
es le coliseo— aprehendió todo ello y lo marra, evidenció cierta cortedad, tan- en cuanto a los segundos.
vertió cálidamente, con excelente dosi- to expresiva como vocal.
ficación, con regulación de las progre-
El montaje de Rodríguez Aragón y A.R.

Attila, una representación vacía campaña para Attila digna de las


fantasías oníricas de un orientalis-
ta decimonónico. Otro tanto se
Madrid: 13-2-88. Teatro Lirito Nacional La Zarzuela. Verdr Amia. Attila: Vevgeny Neslerenko. Ezio
John Ra»nsle> Odabella: Mará Zampieri Oresio: Mario Malagnini. Uldino Santiago Sanche; (iericó. puede decir del vestuario de Pepe
Director muiical Romano Gandolfi. Director de Escena: José Luis Alonso. Escenografía: Mario Ber< Rubio, carnavalero y caprichoso.
nedo. Figurines Pepe Rubio. Romanos de blanco, recién salidos
Hila es una de esas creacio- sentación que de esta ópera se ha de la lavandería. Hunos de negro,
nes del joven Verdi, cuyas hecho en La Zarzuela. con sugerencias de punk. El Papa
debilidades formales son Los decorados, ostentosos e ine- y sus prelados con hábitos propios
compensadas por la arrolladora ficaces, de Mario Bernedo, no ayu- de la Roma de Fellini. Odabella, en
fuerza de sus melodías. Un fresco daron en absoluto a la comprensión el segundo acto, entre la Teodora
histórico, en el que la Historia co- de ta trama argumental. Una ciu- de San Vital de Ravena y la Amne-
mo tal, no es sino un vehículo, efi- dad de Aquilea, sin rasiro alguno ris de una A ida de los años irein-
cacísimo, por cierto, para encender de saqueo, ornada con esculturas ta... Para qué continuar.
los ánimos de un país sojuzgado. El doradas (espantosas) sobre una ar- José Luis Alonso se limitó a mar-
lenguaje de Allila es directo, sen- quitectura de mármol negro. Un car las entradas y salidas de los can-
cillo. Por esto, disfrazar su magní- bosque a medio camino entre las tantes, que encarnaron sus perso-
fica simplicidad con un espectáculo masas rocosas de un Wieland Wag- najes sin ninguna entidad dramá-
vacío y pretencioso me parece la- ner y ei decorativismo vienes de tica. La dirección también estuvo
mentable. Y esto ha sido la repre- principios de siglo. Una tienda de ausente en las intervenciones del co-

12 Scher/o
ACTUALIDAD

D
urante el presente año se con-
memora en toda España el se-
gundo centenario de la muerte
En torno El mes de mayo nos trae cuatro in-
teresantes sesiones, dedicadas a la
Ilustración en el País Vasco, a la to-
del rey Carlos 111, figura esencial en
el resurgimiento de las artes y las le-
tras españolas durante la segunda mi-
al Rey nadilla escénica, a la música religio-
sa y a la música de cámara.
Protagonizarán cada una de las sesio-
tad del siglo XVIII.
Carlos III, por otra parte, fue el
gran reformador del urbanismo y de
Carlos III nes grupos especializados, como son
la Capilla «Peñaflorida», el Conjun-
to Hesperion XX, la Coral de Santan-
las costumbres madrileñas, haciendo der, con orquesta, y el Conjunto
de la capital española una ciudad mo- «Zarabanda».
derna y abierta, con jardines y bellos Junio se abre con tres representa-
monumentos. ciones de una zarzuela del año 1769.
La Consejería de Cultura de la Co- Será la primera vez, desde hace mu-
munidad de Madrid, a través de su chos años, que se pone en pie una pie-
Centro de Estudios y Actividades za lírica tan antigua. Sus autores son
Culturales (CEAC), ha trazado un Ramón de la Cruz, el gran saitenero
plan para hacer fructífera la conme- del Madrid goyesco, y el compositor
moración de Carlos III y, entre las ac- Antonio Rodríguez de Hita, célebre
tividades previstas, figura un ciclo maestro del Real Convento de la En-
musical en el marco más idóneo: el carnación. La obra. Las labradoras
Teatro Real Coliseo de Carlos 111, de de Murcia, será interpretada por la
San Lorenzo de El Escorial. Compañía Opera Cómica de Madrid,
El CEAC ha preparado un atrayen- bajo la dirección musical de Luis Re-
te proyecto, que dará comienzo el sá- martínez y la escénica de Horacio
bado 12 de marzo, y finalizará la Rodríguez Aragón.
primera semana de julio. Se trata de Las restantes sesiones incluyen una
un ciclo de conciertos cuyo título es dedicada al sinfonismo clásico, por la
«En torno al rey Carlos III», en el que Orquesta de la Comunidad de Ma-
se da un repaso al arte musical del si- El Rey Carlos Ui. drid; otra a la música de cámara, por
glo XVIII, haciendo hincapié en loes- el Trío Academia de Harmonía y,
pañol y en lo madrileño del reinado la, a la que aportó obras capitales, co- otra, al sinfonismo europeo del cla-
de Carlos III (1759-1788). mo la serie iniegral de conciertos para sicismo, donde figura una de las sin-
Se inicia, en el mes de marzo, con dos teclados, que él mismo ejecuta- fonías de Cari Philipp Emanuel Bach,
[res recitales del gran pianista e inves- ba en El Escorial con el infante don cuyo segundo centenario conmemo-
tigador de esa época Antonio Bacie- Gabriel, uno de los hijos de Car- ramos este año. Su intérprete será la
ro, que ofrecerá una muestra del los III. Junto a estos conciertos —que Orquesta Reina Sofía, dirigida por
teclado español del tiempo de Car- interpretan la clavecinista Genoveva Max Bragado.
los III. Gálvez y la organista Montserrat Se cierra el ciclo a primeros de ju-
Durante el mes de abril se dedican Torrent—, habrá otros dedicados a la lio, con una actuación del Cuarteto
cuatro sesiones a diferentes aspectos música para flauta travesera barroca Soler, con base en el cuartero de cuer-
musicales de la Ilustración, dos de y clave y al cuarteto de cuerdas, a car- da madrileño y el del genio europeo
ellas al padre Antonio Soler, figura go, respectivamente, del conjunto La por excelencia de esta época, Wolf-
esencial en la música rococó españo- Stravaganza y del Cuarteto Arión. gang Amadeus Mozart.

ro, circunscrito a colocarse delan- te de Dios. John Rawnsley fue un voz grande, pero metálica y nasal.
te del director de orquesta, como si Ezio de voz empastada y buen fra- Da todas las notas, pero casi siem-
de un oratorio se tratase. seo, aunque su materia carezca de pre fuera de tono. Para colmo, gus-
Romano Gandolfi logró,_en ge- la dimensión heroica que requiere ta de lucir sus estentóreos agudos
neral, un excelente sonido del coro el personaje. Mario Malagnini no en los concertantes, azotando los
de La Zarzuela. Sin embargo, la canta mal, pero, como en el caso tímpanos del auditorio con persis-
buena orquesta del teatro, bajo su de Rawnsley, su voz, de tintes muy tencia machacona. Como actriz,
batuta, fue un instrumento afina- líricos y poca extensión, hizo pali- Zampieri tampoco es nada fuera de
do, pero gris. Los tempos rutina- decer el brío épico del personaje de lo corriente. Su Odabella fue his-
rios y sin matices que impuso el Foresto. térica y lineal. La soprano cantó
maestro a la partitura fueron vul- Od abe I la, el único endemoniado discretamente su romanza Oh, nel
gares y sin el menor asomo de crea- papel femenino de la ópera, tuvo en fuggente nuvolo que, en contraste
tividad. u ',' Mará Zampieri una intérprete muy con lo pésimo del resto de su actua-
Los cantantes, en una ópera de de nuestros días, es decir, un pro- ción, sonó contenida, musical y casi
las características de Attila, son un ducto de la publicidad, del capricho entonada.
elemento primordial. Nesterenko, de cierta crítica y de un público que Una representación aparatosa y
en el papel protagonista, cumplió sigue los dictados de la moda, sin vacía, carente de interés.
con dignidad, aunque no posee ni preocuparse en discernir entre lo
la voz, ni la línea de canto, ni la es- que se dice de los artistas y lo que
cuela idónea, para encarnar al Azo- de verdad son. Zampieri posee una Francisco José Villalba
Scherzo 13
ACTUALIDAD

r amen te musicales como para hacer


Una curva ondulante naufragar la sesión. El más grave la in-
definición estilística que afectó tanto a
las dos muy distintas y muy flojas obras
Madrid. Teatro Real. 31 -1-B8. Bruckner, Misa n. " 3 en fa menor. Te Deum. Andrea Trauboth, Jadwi-
ga Rappé. Hursl l.aubcnthal. Harald Stamm. Orfeón Donostiarra. Orquesta Nacional de Esparla. Di- de Schumann como a Schoenberg.
rector: Je^ús López Cobos. Quedó deslabazado el Réquiem por
5-2-88. Schumann. Réquiem pt/r Mignon Op. 98b; Schoenberg, Un superviviente de Vanovaí; Schu- Mignon debido a la ausencia de convic-
manri. Réquiem en re bemol mayar Op.l4S. Ana Higueras, Maria José Sanchei. Jadwiga Rappé, Lola ción. Los escollos del Réquiem en re be-
Casariego, Manuel Cid, Douglas Lawrence, üunter Reich. Orquesta y Coro Nacionales de España.
Director: Jesús Lope; Cobos. mol mayor fueron de otro tipo. La
I2-Z-H8. Bautista, Sinfonían. "2 «Kuordiana»; Sibelius, Concierto pato vioiin y orquesta en re menor batuta supo dotar determinados instan-
Op- 411 Schumann, Sinfonía n." 4 en re menor Op. 120. (Primera versión de 1841). Dmilry Sitko- tes de una apropiada contención, mas
vetsky, violín. Orquesta Nacional de España. Director: Jesús López Cobos. la tendencia al puro grito del coro en
más lugares de la obra de los que el es-

T res conciertos consecutivos del ti-


tular de la formación, circuns-
tancia que no vuelve a darse
hasta el final de la temporada, se ofre-
cen como una buena ocasión para rea-
emprender una curva continuadamen-
te ascendenie.
El programa Bruckner confirmó que
en López Cobos hay madera de direc-
tor entendido en el arte del gran sinfo-
pacio impuesto nos permitiría reseñar
y la insolvencia —salvable Rappé, pe-
se a su oscura dicción e impresentable
Cid que tuvo un par de notorias entra-
lizar una breve descripción de la nista. No fue esta vez, empero, una de das en falso, cuando no cantó con una
situación de la orquesta. El préseme es las consecuciones más acertadas del za- afectación insufrible— de los cantan-
uno de los cursos más interesantes de morano relativas a la música bruckne- tes inclinaron definitivamente la versión
los últimos años, en especial por la riana. Hubo momentos, más o menos del lado negativo. Un superviviente de
apertura —en la que esperamos se in- amplios, plenamente logrados en la Mi- Varsovia se vio privada de su rasgo
sista en el futuro— a nuevos reperto- sa: El resurrexil del Credo, todo el Be- esencial, el desgarro, con lo que aun
rios. Lamen! abléntente, está siendo casi nedicius por su lirismo; control con la expresiva intervención de Reich
una constante que la novedad y atrac- dinámico del Dona nobis pacem final. se nos brindó una muy pálida imagen
tivo de la obra seleccionada no vayan Reconociendo esto, como es obligado, de su verdadera dimensión.
a la par con una interpretación de también es forzoso observar una cier- La Sinfonía n.° 2 «Ricordiana» de
auténtica altura estética. Es sintomáti- ta inmadurez de concepción, aparición Julián Bautista hubiera debido cono-
co, a este respecto, que el mejor con- de pasajes muy opacos y una disposi- cerse en 1957, su año de composición,
cierto de los hasta ahora oídos, el de ción general de la dinámica algo estre- ahora, aun con sus indudables rasgos
Inbal (véase critica en estas mismas pá- cha. Mucho mejor perfilado el Te de originalidad y el interés de la recu-
ginas), estuviera dedicado en su integri- Deum, manejando aquí López Cobos peración que comparte con todas las
dad a Beethoven. En una medida con habilidad las masas y los acentos. músicas de la generación de la Repú-
considerable, las buenas intenciones de Debe destacarse el muy musical solo de blica, viene a simbolizar el callejón sin
que hablábamos al comentar (SCHER- violín de Domingo Tomás en Te ergo. salida de un sin fon i sm o carente de tra-
ZO n." 18, pp. 10-11) las previsiones Dentro de lo aceptable los solistas vo- dición. López Cobos subrayó la vida
de la temporada no están cuajando to- cales, si bien con un endeble Laubent- rítmica de la obra —muy insistente en
talmente en realidades tangibles. Natu- hal, sobresaliendo la nobleza y la este aspecto hasta casi lo reiterativo—
ralmente, no se trata de que no existan capacidad comunicativa de Stamm. pero descuidó un tanto el relieve. Un
las versiones notables —jugar al catas- trabajo tímbrico más refinado también
trofismo no es nuestra intención—, El siguiente concierto ha constituido hubiera beneficiado a la obra de Bau-
pero éstas aparecen aisladas, en el se- una de las grandes decepciones de la tista. Dmitry Sitkovetsky fue un solis-
no de una marcha en la que hay avan- temporada. Con un programa bien ta en conjunto acertado del Concierto
ces, retrocesos y balbuceos, errores y construido y formado por tres obras de para violín de Sibelius. Tuvo algún ac-
problemas arrastrados desde mucho absoluta novedad, los resultados ape- cidente en los movimientos rápidos y
tiempo atrás aún no solucionados. Pre- nas pudieron ser más deprimentes. obtuvo sonoridades en ocasiones me-
cisamente la cuestión se cifra en la ne- Aparte de la por completo subjetiva tálicas de su instrumento, pero dijo fra-
cesidad de la Orquesta Nacional de sensación de aburrimiento sin limites, ses muy hermosas, tocó con claridad las
confluyeron numerosos elementos pu- partes con dobles cuerdas y su afina-
ción se mostró segura en el agudo. El
acompañamiento de López Cobos, que
daba la sensación de ser de circunstan-
cias, no encontró el tono sibeliano
apropiado, sobre todo por la falta de
pasión. Quizá haya que coincidir con
Brahms en su preferencia por la versión
original de la Cuarta Sinfonía de Schu-
mann. Lo que es evidente es que la
revisión le quitó mucha de su esponta-
neidad a la obra. Como se demostró en
este concierto, está perfectamente jus-
tificado el tocar la primitiva redacción.
Con algunos fallos de ejecución en la
orquesta —cuerda, metal—, la inter-
pretación conducida por López Cobos
fue lo más redondo del concierto y la
aproximación estilística más válida de
las dos sesiones comentadas que con-
tenían piezas de Schumann. El tono
fresco, juvenil, con pinceladas de liris-
mo se reveló idóneo en la recreación de
la página en su versión de 1841.

Lúpez Cobos A. MUÑOZ Enrique Martínez Miura


14 Scherzo
ACTUALIDAD

una fuerza arrolladora, que electrizó al


Inbal, el despertar del letargo público.
Charlando con el maestro después
del concierto, comentó lo positivos que
Madrid. Tealro Rea], 24 de enero de 1988. Bcelho*eiv Sinfonías tt.', «Pastoral»1} 7 ". Orquesta Na- hubieran sido algunos ensayos más, en-
cional de Empana. Director: Eliahu Inbal
sayos que, al parecer, fueron denega-
omo si un sueño imposible se tervenciones de los nuevos solistas de dos. Creo que a intérpretes como Inbal

C hubiera hecho realidad, la pre-


sencia del maestro israelita Elia-
hu Inbal al frente de laO.N.E. ha ser-
la O.N.E., la versión que se escuchó,
poco inttmista pero muy nerviosa y ex-
trovertida, tuvo algunas arbitrariedades
o Sanderling, los mejores directores de
esta temporada y con los que la O.N.E.
aprende a trabajar de verdad lejos de
la rutina, se les debería facilitar su la-
vido para demostrar que, cuando sube por parte del director. Lo mejor y más
al podio un director de verdad, la logrado de la velada fue la Séptima que bor al máximo porque en caso contra-
O.N.E. hace música y disfruta hacién- Inbal tradujo con incisividad, brillan- rio es invitarles a que no vuelvan y
dola, aunque se trate de obras del re- tez y nervio, y de la que destacó sus desde luego eso contribuye a extender
pertorio más trillado y archiconocido aristas y perfiles más rudos poniendo la mala fama de la orquesta de modo
como son las Sinfonías 6." y 7." de en evidencia toda la fuerza rítmica de gratuito, sin que se trale de algo impu-
Beethoven. la obra y acumulando tensiones que se table a los profesores del Conjunto.
La O.N.E., que tantas veces sirve de resolvieron en el báquico Allegro con
conejo de indias a directores mediocres brio final que la orquesta interpretó con A.M.J.
que practican a su costa, vibré con In-
bal y dio su mejor concierto en lo que
va de temporada, haciendo realidad la
vieja frase de Von Bülow de que «no
hay orquesta mala...».
Las sinfonías del músico de Bonn,
bases del repertorio sinfónico, exigen
una preparación cuidadosa que, en el
caso de la agrupación madrileña, era
más que necesaria porque el 40fo de sus
componentes, muy jóvenes la mayoría,
no las han interpretado jamás, de ahí
que la presencia de un artista tan mu-
sical y solvente como el maestro israe-
lita fuese una suerte para trabajar el
empaste y la afinación del conjunto con
unas garantías mínimas de obtener
unos resultados estéticos notables.
Inbal planteó las dos obras como ar-
cos sonoros en progresión constante si
bien a la «Pastoral» le faltaron ensa-
yos para lograr una versión más nítida
y pulcra, aunque hay que hacer notar
que hubo momentos muy expresivos a
lo largo de su ejecución con buenas in- Eliahu Inbal \ . MUÑO/

de la unidad y con una clara intención di. Las intervenciones instrumentales a


Hesperion XX: de que todos los componentes del con-
junto presentes en Madrid pudieran
mostrar su virtuosismo. Los músicos se
solo nos depararon un nervioso e inte-
resante Scarlatti a cargo del siempre
personalisimo Ton Koopman y una ex-
un instante de encontraban demasiado fríos en la pri-
mera obra de Marais, donde no se lo-
gró un equilibrio instrumental óptimo
celente —tanto por limpieza como por
musicalidad— interpretación de las Va-
riaciones de Sors por José Miguel Mo-
desfallecimiento y hasta Savall tropezó con problemas
que afearon la en general muy bella so-
noridad que logra casi siempre. Desta-
reno. Savall, Koopman y Moreno
lograron una versión mucho más no-
table de las Folias de Marais, sortean-
Madrid. Teairo Real 12-1 -88. Obras de Marai(. có ya en esta pieza el nítido y do el violista con facilidad las
Sírozzt, Scarlatíi. Vivaldi. Sori y Laserna. Hea- totalmente perceptible sonido de Mo- intrincadas demandas de la partitura.
perion XX: Jordi Savall. viola da gamba y direc- reno en su labor de acompañamiento,
ción; Moniserrai Figueras. soprano: José Miguel La un tanto trivial tonadilla de Láser-
Moreno, tiorba y guitarra: Ton Koopman, cjavp algo que muchas veces queda sepulta- na gozó de una recreación de lujo en
do por los otros instrumentos. Mont- lo musical, pero perdió quizá en exce-
Contra lo que suele ser habitual en serrat Figueras acertó en el tono del so de vista las connotaciones popula-
este grupo, los miembros de Hesperion Lamento de Stro2?j, págirta que requie- res de la página. El texto fue dicho por
XX escogieron para su reaparición en re más un adecuado enfoque concep-' Montserrat Figueras con poca inteligi-
Madrid un programa excesivamente he- tual que un virtuosismo vocal acusado. bilidad, lo que vino a sumarse a que
terogéneo, pese al pretendido hilo con- Por lo demás la cantante no estuvo es- Las murmuraciones del Prado se con-
ductor del lema escogido, «Del Barroco pecialmente feliz en los adornos y agi- virtiese en un objeto bello pero distante.
al Virtuosismo». Concierto concebido lidades, salvando este aspecto con
mucho más desde la variedad que des- mayor fortuna en la cantata de Vival- E.M.M.

Scherzo 15
ACTUALIDAD

El alma en música
Madrid. Teatro Real. 4 y 5 de febrero. Mozart: Serenóla K 239; J L. Turina: Ocios; Bcrg- Concierto
un liberador acorde perfecto- La sec-
ción es firmada por pizzicati del cello.
La tercera parte es quizá la menos lo-
para vioíin y orquesta; Stravinsky: Sutle n." 2. Julio Núflez, recitador; Silvia Marcovici, violin, 0r-
grada y sugerente. Escrita impecable-
quesia de la RTVE Dirccior: Juan Pablo Izquierdo. mente, da paso a un descriptivismo
puede que excesivo, con timbales subra-
uy interésame el programa de
M este concierto de la RTVE y
muy decorosos los resultados
sonoros conseguidos a lo largo de su in-
yando frases como «... el primer true-
no rompió aún lejano». La percusión
en pleno tiene aquí su gran momento,
los metales (reforzados sobre la plan-
terpretación. Tanto el conjunto sinfó- tilla habitual) disparan rápidas y vio-
nico como su director ocasional, el lentas andanadas. La calma retorna
chileno Izquierdo, un hombre siempre tras un pasaje semialeatorio. Divisis,
inquieto y batallador en el campo de la primeros atriles y cello, solo una vez
música de nuestros días, actuaron a un más.
estimable nivel a pesar de los proble- El pulso y la mayor finura, la gran
mas de ajusie y sintonía manifestados música reaparecen en los pentagramas
en el apoyo a la excelente violinista ru- alusivos a Escrito en el agua, un poe-
mana Marcovici en la difícil y delicada ma auiénticamente demoledor. El tim-
obra de Berg. Mozart, correctamente bre de la marimba anuncia unos tristes
tocado, quedó, no obstante, algo gris y sombríos contrapuntos, preparatorios
y difuso, y Stravinsky, fraseado con in- de una casi religiosa peroración de los
tención, no acabó de pulirse lo suficien- metales. Interviene, ya con aire de can-
te. El músico suramericano dirigió José Luis Turina to postrero, cada vez más desgarrado,
entregado, con soltura y conocimien- el violoncello —el alma del poeta—, los
to, aunque su manera de marcar (sin en los que la temperatura de la pieza timbales marcan una siniestra danza,
batuta) resulte a veces demasiado espas- comienza a fraguarse: combinaciones iluminada, sobre la oscura voz del cla-
módica y su trasiego por el podio nada maderas-celesta-xilófono, aparición de rinete bajo, por leves pizzieati de arpa.
elegante. metales al final de un lento crescendo, Una nota larga, aguda —«¿Cómo pue-
Lo mejor desde el punto de vista de climax subsiguiente. Las trompetas, do existir yo?»— del cello se une im-
la interpretación global puede ser que con notas mantenidas, cierran esta par- perceptible y delicadamente al timbal
se diera en la obra estreno, IV Premio te inicial culminando un lento proceso que con un toque suave, casi una cari-
Reina Sofía de la Fundación Ferrer Sa- en el que han tenido lugar una danza cia, concluye la composición en clima
lat, una partilura sumamente merito- ensoñadora, unos suaves toques de sereno, contemplativo, pero triste, de
ria, bien hecha y rematada, plagada de bombo seguidos de sordinas de los me- asunción de una realidad nada alenta-
detalles de excelente e inspirada músi- tales y un feroz acorde en tutti. dora; nihilista.
ca, buena muestra del arle cada vez más El clarinete bajo abre el comentario Para terminar, debe consignarse,
refinado, sentido y profundo de José musical a Pregón tácito en el que des- además del triunfo, el excelente traba-
Luis Turina. taca en seguida una frase sombría de jo det violoncellista Arturo Muruzábal.
La composición aparece estructura- la cuerda, que se debate en medio de
da en cuatro secciones claramente úi- pasajes cromáticos, que conduce inexo-
ferenciadas: Preliminar, que emplea rablemente a un enorme crescendo y a A.R.
texto de Goethe, Pregón tácito. La tor-
menta y Escrito en el agua, que utilizan
poemas en prosa del libro Ocnos de
Luis Cernuda, cuyo mundo onírico,
nostálgico, amargo, dotado de una des-
Inesperada mediocridad
nuda e impresionante belleza, ha inten- Madrid. Teatro Real. 3O-I-8S. Ciclo Orquestas del Mundo de Ibermúsica. Prokofiev, Suile de Ro-
meo y Julieta; Brahms. Concierto para violin, violoncello y orquesta en la menor Op 102; Wag
tado plasmar, desde su óptica y con ner, Obenura de Los Maestros Cantores de Nuremberg. Chnstian Funke, violin; Juerniakob Timm,
notable fortuna, el compositor. Un re- violoncello. Gcwandhaus Orchester Leipzig. Dirección: Kun Masur.
citador —en este caso un algo desvaí-
do y no siempre preciso, pero sobrio Los conciertos grises y de inmediato olvido son, lamentablemente, mucho más abun-
Julio Núñe?— desgrana los textos, su- dantes de lo que seria deseable, l o malo es encontrarse frente a la mediocridad más
brayados en ocasiones por música y se- ramplona cuando la convocatoria podía hacer esperar todo lo contrario. El condeno
de la Gewandhaus, dada la gran tradición de esta orquesta y su magnífico nivel habi-
parados entre sí por intermedios tual, hacia presagiar resultados bien diversos de los realmente escuchados. Parte de
alusivos a su íntimo contenido. La or- la decepción es posible que sea achacar)!e al agitado carácter de estas giras, que de to-
ganización del conjunto sigue, a gran- das formas exigen del aficionado elevadas aportaciones económicas. Sea como fuere,
des rasgos, la de los antiguos melólogos la Orquesta de la üewandhaus sonó por debajo de sus posibilidades, con problemas
—o monólogos o melodramas— de un en el metal, especialmente en las trompetas. Debe salvarse, con todo, la espléndida cuerda
Benda. La calidad evocativa y dramá- de la centuria, que tocó empastada y brillante. A la batuta le cabe la responsabilidad
del carácter anodino de las interpretaciones obtenidas. Por completo ausente el senti-
tica de poemas y música abonan esta do del drama en los pasajes de Romeo y Julieta, qut^Masur planteó sin atender a los
adscripción. acentos o los contrastes y sin alcanzar en ningún caso el clima, emotivo o trágico, re-
El violoncello es gran protagonista, querido por cada número. Su acompañamiento a los solistas en la obra de Brahms,
con su permanente soliloquio, con su éstos voluntariosos pero insuficiente^ para su cometido, estuvo dotado de un vigor ma-
tensa declamación, junto a la voz recí- cizo, cuadriculado en lo métrico y cincelado a martillazos. Un punto de mejor fortuna
tuvo la obertura de Wagner, que aun así no escapó de un tosco efectismo. Curiosa-
tame. Interviene ya tras el violento mente, la obra tocada fuera de programa, la obertura de Oberon de Weber, fue la mú-
acorde con que se inicia la obra. Lue- sica recreada con más frescura y vitalidad de toda la noche.
go de la primera presencia del texto,
después de sucesivas figuraciones del E.M.M.
solisia de cuerda, sobrevienen pasajes

16 Sctierzo
ACTUALIDAD

Herreweghe y la música española Sólo para gourmets Los grandes señores, nobles y hasta

protagonistas de la Semana de Cuenca monarcas del XVII y XVIII se ponían


morados de codillo mientras escucha-
ban, en una agradable lejanía, bellas
músicas escritas por plumas lan gala-

L a Semana de Música Religiosa de


Cuenca es uno de los festivales
con mayor solera del país —se
llega esle año a su edición XXVII— al
XXVÜ Semana
de Música Religiosa
nas como las de Telemann, Quantz,
Cari Philipp Emanuel Bach, Johann
Stamitz y tanios otros asalariados en-
cargados de solazar con sonidos arti-
mismo tiempo que su especiaüzación te-
mática le otorga una personalidad de- Cuenca culados los ocios de sus amos.
finida que no siempre se encuenlra en No es mala idea el intentar, ahora,
esle (ipo de manifestación es. La Sema- de vez en cuando, devolver a estas mú-
na conquense es un acontecimiento de sicas a su entorno natural, uniéndolas
primer orden en la vida cultural de la a otras para constituir programas que
ciudad castellana y su implantación, pa- sirvan de base a actos que se quieren
rece definitivamente asegurada, sobre plantear con parecidos presupuestos
todo desde el momento en que se cuen- ambientales que los que contaban en
ta, como este año, con los apoyos eco- pretéritos fastos. Quizá lo ha pensado
nómicos del Ayuntamiento y la Dipu- así John M. Maceda, director gerente
tación de Cuenca y la Consejería de del Hotel Ritz, cuando ha decidido or-
Educación y Cultura de la Junta de Co- ganizar por segunda vez un pequeño ci-
munidades de Castilla-La Mancha. Co- clo de conciertos en el lujoso marco del
labora también la Caja de Ahorros de establecimiento que regenta.
Cuenca y Ciudad Real en la realización
de uno de los conciertos (La Creación De esta forma, las personas (no más
de Haydn). Este planteamiento no im- de 150 teniendo en cuenta las disponi-
pide reconocer que la Semana va a pa- bilidades de espacio) —sin duda dota*
sar en la edición de 1988 por una prueba das de buen paladar estético y gustativo
al haberse decidido su celebración en las y, por supuesto, de crecida cuenta
fechas inmediatamente anteriores a la corriente— que puedan pagar, por
propia Semana Sania (21-27 de marzo). ejemplo, 36.000 ptas. por abono, po-
Suponemos que la razón que ha movi- drán asistir a la actuación de artistas de
do a tan drástica solución está en el en- indudable solvencia: Cuarteto Philhar-
torno poco propicio a la cultura que monia de Berlín (27 y 28 de febrero);
[o de la Orquesta y Coro de la Funda- Gersende de Sabrán, Duquesa de Or-
durante la Semana Santa bulle en Cuen- ción Gulbenkian (26), que dirigirá Fer-
ca (puede verse una colorista descrip- leans, piano (26 y 27 de marzo); Jean-
nando Eldoro, con obras de Brito, Car- Pierre Rampal, flauta, y Marielle Nor-
ción del ambiente ciudadano del año los Patino y con el Réquiem de Mo-
pasado en El Disparale Musical del n." mann, arpa (23 y 24 de abril), y Joa-
zart, obra de repertorio pleno. Un quín Soriano, piano (21 y 22 de mayo).
15 de SCHERZO), pero nos tememos enigma en cuanto a los resultados cons-
que el paso a días laborables reste pú- ¡Buena música y buena digestión!
tituye la programación de Belshazzar de
blico al acontecimiento, sobre todo te- Haendel —cuya elección es desde lue-
niendo en cuenta la importancia de la go un acierto— encomendada a The
afluencia procedente de Madrid.

Una preocupación de las últimas con-


Downshire Players y dirección de Pe-
ter Ash (22), aunque la profesional i dad
inglesa y la presencia del extraordina-
rio contratenor James Bowman nos ha-
Opera, gana
vocatorias de la Semana es la apertura La ópera es hoy valor seguro, lo que
ce confiar en lo mejor. Pocas novedades no deja de ser curioso en este país, en
a los repertorios menos trillados con es- aportan los dos conciertos de la Wiener
pecial atención a la música española. el que hace 62 años que no hay un Tea-
Mozart Kamerorchester y el Wienerka- tro Nacional. Pero el aficionado, qui-
Las producciones propias del festival in- merchor (director: Uwe Christian Ha-
ciden claramente en esta linea. La con- zá m ¡mélicamente o puede que por
rrer), que darán en su primer día (24) influjo atávico, gusta cada vez más del
junción de esta programación, inquieta unas no muy habituales obras religio-
e inteligente, con intérpretes de gran ca- género: se ha pronunciado por él. a lo
sas de Mozart junto a un fuera de con- que sin duda ha contribuido la existen-
lidad nos brinda los dos conciertos más texto Quinto Concierto de
interesantes de la Semana (21 y 27) a cia de una pléyade de voces famosas na-
Brandenburgo de Bach, mientras su se- cidas dentro de nuestras fronteras. No
cargo del Ensemble Vocal deja Chape- gunda actuación (25) esíará centrada en
lie Royale y su director Philip Herre- es raro por ello que una editorial co-
La Creación de Haydn, obra en algu- mo Salvat, siempre en primera linea de
weghe. El primero de ellos, con la na medida tradicional de las fechas.
colaboración del Baroque Ensemble la vanguardia cultural, una de las que,
Muy atractivo el programa de la Or- en el mundo, ha cultivado en mayor
Kóln, presenta obras de Gilíes y Dela- questa de Valladolíd y la Coral de Cá-
lande y Moteles de Lully y Rameau; la medida el tema de la música, se haya
mara de la Comunidad de Madrid, que decidido a lanzar una colección de fas-
sesión de clausura de la Semana, en la dirigirá Luis Retnartinez, que compren-
que el conjunto instrumental se une a cículos operísticos. Conociendo la ca-
de la Música fúnebre de Lutoslawski, lidad proverbial de sus productos y el
las voces de la Chapelle Royale, es mo- el Stabat Mater de Ángel Oliver, parti-
délica por su equilibrio de obras de Bach cuidado que pone en su realización a
tura comisionada por la Semana, y el todos los niveles —lo que ha quedado
poco tocadas (Misa BWV 234, Canta- rescate del Réquiem de Salieri, músico
ta BWV196) con el interesantísimo res- cumplidamente acreditado en diversos
en continua ascensión. Por último, pa- proyectos anteriores— no es difícil pro-
cate del Réquiem de José de Netira, rece un error la inclusión de un concier-
página que conocerá en esta ocasión su nosticar un éxito para esta nueva aven-
to del pianista David Wehr (26, sesión tura que recogerá, en 60 fascículos y sus
estreno mundial. matinal), que interpretará en el inade- • correspondientes grabaciones, 40 ópe-
cuado medio de su instrumento una de- ras individualizadas y fragmentos de
El resto de los conciertos pievistos no sordenada selección de 12 preludios y otras muchas. La colección, presenta-
poseen quizá la misma altura si se con- fugas de los dos libros de la nada reli- da en el Liceo a lo largo de un brillan-
templa el valor y novedad de las obras giosa música de El clave bien tempera- te acto el 10 de febrero, se ha iniciado
y se pone en relación con la previsible do de Bach. con uno de los títulos indiscutibles del
calidad de las interpretaciones. Un pun- repertorio: Carmen.
to muy elevado tiene también el concier-

Scherzo 17
ACTUALIDAD

ficientes para que se llegara al éxtasis


Festival de Canarias 1988 expresivo, que siempre debe buscarse
en la Acción de gracias. Un buen con-
cierto, de todos modos, que nos pone
l Festival de Canarias, un auténtico cónclave de orquestas, sigue
E su curso conducido por la entusiasta mano del director con el que
empezó a andar, el febril y maratoniano Rafael Nebot. Son ya cua-
tro, con la que acaba de cumplirse, las ediciones.
en la pista de un cuarteto que, consi-
derada la gran calidad de sus compo-
nentes, dará mucho y bien que hablar.
En las páginas que siguen Antonio Moral y Arturo Reverter hacen
un pequeño recorrido crítico por algunos de los acontecimientos más re- La mirada del tuerta
levantes desarrollados en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas. En rea-
lidad los más importantes a excepción de la actuación de Ashkenazy. Con seguridad un tuerto se paseó por
los aledaños del Pérez Galdós enire el
Barenboim, con el mismo programa, tocó en Madrid poco después y ya 7 y el 12 de enero. En algún momento
fue juzgado. La Philharmonia y Domingo también han actuado en la debió de echarle la vista encima a Ne-
capital y su intervención no merece mayor comentario. Las orquestas de bot para que, inesperadamente, comen-
las Islas, en claro auge, no constiiuyen novedad. zaran a producirse problemas de
Incorporamos asimismo una breve, aunque sustanciosa, entrevista con intendencia. Primero, la soprano Edith
ese fino músico que es Václac Neumann, quien nos habla de una de sus Mathis se vio aquejada de una traqueí-
pasiones y devociones: Gustav Mahler. tis que, después de su al parecer más
que aceptable actuación en Santa Cruz,
Artillería pesada le impidió intervenir en Las Palmas pri-
vándonos así de las programadas can-
n programa íntegramente ruso ciones de Strauss. En su lugar se

U componía el segundo de los dos


conciertos ofrecidos por la Fi-
larmónica de Moscú —orquesta susti-
dispuso que el concertino ocasional de
la Sinfónica de Londres, el ruso Ale-
xander Barantschik, que amablemente
se brindó a ello, tocara el Concierto pa-
tuía de la Nacional de España, que cos-
taba seis millones más— en Las Palmas ra violfn de Sibelius. Luego, y al ata-
(12 de enero): Russlan y Ludmila. de car el segundo movimiento de esta obra
Glinka; Sinfonía «Clásica», de Proko- —en la que hasta el momento el instru-
fiev, y Sinfonía n." 10, de Shostako- mentista había demostrado grato soni-
viich. En esias tres obras, tan distintas, do, seguridad y envidiable aplomo
el conjunto evidenció espectaculares y teniendo en cuenta las circunstan-
tradicionales características de cohe- cias—, el director austríaco Walter We-
sión, poder, intensidad de arcos —antes ller —que, por su parte, había sustitui-
que tersura o levedad— y fortaleza de do, aunque esto ya se sabía hacia
metales, casi siempre agresivos y un tiempo, a Maazel— cayó repentina-
tamo estentóreos. La firme y elástica mente desplomado con el consiguiente
batuta de Dimitri Kitaienko, su titular susto de la parroquia. El acto, lógica-
de hace años, construyó con propiedad mente, quedó suspendido, coa lo que
y vigor antes que con delicadeza sono- nos vimos privados de la segunda par-
ra y variedad de acentos y de tintas, ca- te de Sibelius y de la prevista Vida de
da una de las partituras, de entre las héroe, de Strauss. Previamente Weller
que, sin duda, resultó claramente favo- H'alter Weller —que, como se sabe, es invitado de la
recida —aunque a falta de un mayor ataques, homogeneidad, perfecta con- ONE— y la Sinfónica londinense ha-
sentido de lo histriónico, de un fraseo junción y claridad de dicción.son algu- bían interpretado una presurosa y bri-
más ácido y de una organización sono- nas de las cualidades que los adornan llante obertura Carnaval, de Dvorak,
ra más limpia y calibrada, especialmen- y que convierten al grupo en un exce- durante la que sin duda se incubó la in-
te en el progresivo finale— la citada en lente servidor de la extensa literatura disposición del director, victima, lue-
tercer lugar. Vibrante, pero algo des- camerística. Su concierto del 15 de ene- go se supo, de una intoxicación
cuidada en los planos y escasamente ro en el Pérez Galdós, de Las Palmas, alimenticia. Buen detalle por su parte
virtuosislica, la endiablada obertura de fue modélico, bien construido y nítida- el de convocar al día siguiente una rue-
Glinka, aquí locada,-en conira de lo mente locado, l.as tres obras ofrecidas, da de prensa para lamentar el percan-
acostumbrado, no al final sino al prin- muy difíciles —«Emperador», de ce y para prometer repetir, cuando sea
cipio del concierto, que usualmente,y Haydn; n. " 2. de Bartok y n. " 15, de posible, gratis, el concierto.
ésta no fue la excepción, se interpreta Beethoven—, pudieron ser así degusta- El 13 de enero habíamos tenido
muy fuerte y muy deprisa. Sosa, pesa- das en buena parte de su belleza. Estos oportunidad de escuchar una correcta,
da de texturas, falta de gracia, roma de cuatro músicos, jóvenes aún, pertene- bellamente tocada por la Sinfónica,
acentos la frágil sinfonía de Prokofiev, cientes a la Filarmónica de Berlín, ac- «Incompleta», de Schubert y una bien
lo peor de una noche que se cerró bri- túan milagrosamente sincronizados y organizada, planificada y expuesta
llantemente con el Vals del ballet Mas- son muy musicales. Pese a todo ello Quinta, de Mahler, en la que sólo se
carade, de Khachaturian. —que es muchísimo e incluso raro— echó a faltar un más variado colorido
solamente pudo avistarse una cima ar- —la acústica es verdad que no
tística y expresiva, la situada en su lec- acompaña—, una acentuación más in-
Pureza de linea cisiva y un más claro señalamiento de
tura de la página bartokiana, en la que
No cabe duda de que los instrumen- casi tocaron fondo, !o que, pese a la ex- los múltiples contrastes que animan es-
tistas que componen el Cuarteto Phil- celencia de la letra, estuvo lejos de pro- ta página proteica, arrolladura e
harmonia de Berlín son de gran calidad: ducirse en Beetnoven. La belleza irregular.
belleza sonora, afinación, exactitud de sonora y la buena dicción no fueron su- Arturo Reverter

18
ACTUALIDAD

Václav Neumann o la pasión Mahler


Václav Neumann, continuador de la gran tradición directoría! centroeu- do de defender su música, de inter-
ropea, es actualmente uno de los grandes maestros de la dirección y uno pretarla... de todas formas, durante los
de los más reputados mahlerianos. Neumann, que ya se asomó a estas años de la guerra se enrareció mucho
el ambiente y se dejó de hacer su música.
mismas páginas a lo largo de una extensa entrevista, publicada con mo- Fueron sólo cinco años. Esta pausa no
tivo de su visita al Festival de Granada, en junio de 1986, vuelve de nue- fue tan larga como en Alemania. Por
vo a aparecer en SCHERZO para hablarnos de su gran pasión: Gustav otro lado, los músicos checos siempre
Mahler. hemos tenido un instinto muy especial
con la música de Mahler, no olvide us-
CHERZO— Usted, al igual que ted que Bohemia es una mezcla de che-

S otros muchos colegas de su gene-


ración, inició su carrera como mú-
sico de atril, al tiempo que hacia músi-
ca de cámara en algún conjunto más o
S.— Dirigió alguna vez Bruno Wal-
ter a Mahler cuando usted tocaba en la
Filarmónica Checa?
N.—No, eso fue antes de la guerra.
co, húngaro y austríaco, es como si
todos respirásemos la misma atmós-
fera.
Entonces venían a dirigir, además de S.—Después de grabar el ciclo com-
menos estable, en su caso se trataba del Bruno Walter, Otto Klemperer, Zem- pleto de las sinfonías de Mahler para
prestigioso Cuarteto Smetana. ¿Cree linsky, Erich Kleiber... Václav Talich, Supraphon con la Filarmónica Checa,
que esta formación, en parte perdida que en aquellos momentos era el direc- existió un proyecto para registrar Das
en el director actual, es básica para lue- tor titular de la orquesta, también es- Lied von der Erde con Christa Ludwig
go dirigir? tuvo muy interesado por la música de ¿Por qué no se llevó a cabo al final?
NEUMANN.—La mejor escuela pa- Mahler. Antes de la guerra se hacía to- N.—No la hicimos porque ella ha he-
ra un buen director es el cuarteto de dos los años un Festival Mahler con la cho la grabación tres veces anterior-
cuerda, y aún es mejor si formas parte Filarmónica Checa, teníamos entonces mente y entonces Supraphon perdió el
de la cuerda de violln. En cuanto al [ra- excelentes cantantes mahlerianos, como interés. Ahora la vamos a hacer en di-
bajo realizado, es igual hacer música de por ejemplo, Marta Kratseva, y en los gital con una joven contralto escandi-
cámara que sinfónica. Lo que ocurre programas de los conciertos de tempo- nava, pero... no recuerdo su nombre.
con la música de cámara es que requiere rada era muy frecuente que apareciera
su nombre. En nuestro país siempre ha S. —Cuando usted estuvo de director
un trabajo más intenso, has de (raba- titular con la Gewandhaus de Leipzig,
jar más el detalle, las pequeneces... es existido una gran tradición mahleriana,
el mismo Mahler, como usted sabe, lle- además de grabar las Sinfonías 5, 6, 7
un trabajo como de miniaturista. Efec- y 9 de Mahler, registró, entre otras co-
tivamente, yo toqué durante siete años gó a ser director de la Opera en Praga,
y todavía vivo era frecuente que se di- sas, la Primera de Bruckner. ¿Por qué
en el Cuarteto Smetana, fue una expe- no ha vuelto a grabar alguna otra sin-
riencia muy interesante, una excelente rigieran su obras. Nunca hemos deja-
fonía del compositor austríaco?
base para después. Quizás, no trabaja-
mos un repertorio demasiado amplio,
aunque sí importante: Janacek, Sme-
tana, Dvorak... pero, también Beetho-
ven, Mozart... fue una buena
educación.
S.—Supongo que esto ayuda a un
músico que empieza a profundizar más
en la partitura ¿No?
N.—Por supuesto, aunque yo siem-
pre he buscado el contenido de la mú-
sica, sea del tipo que sea, de cámara o
sinfónica. Por eso hago con tanto pla-
cer la música de Beethoven, Mahler,
Martinu... Lo importante es el conte-
nido y eso lo he aprendido en el
cuarteto.
5. —Desde el principio de su carrera
usted ha mostrado siempre un interés
muy particular por la música de Gus-
tav Mahler. ¿Le viene este interés ya
desde antes de dedicarse a la dirección?
N.—Efectivamente, siempre me in-
teresó mucho su música. De todas for-
mas, mi gran interés por Mahler no se
materializó hasta después de la guerra,
cuando acabó la prohibición nazi. Por
aquella época era casi imposible escu-
char su música, tampoco había dis-
cos... recuerde que era mucho más fácil
encontrar el Tristan de Furtwángler con
la Flagstad que una sinfonía de Mah-
ler. Ya casi al final de la guerra, bueno
creo que ya había terminado, Rafael
Kubelik dirigió La Canción de la Tie-
rra, y a partir de ese momento se em-
pezó a dirigir de una forma sistemática.
Václav Neumann A. MUÑOZ

Scherzo 19
ACTUALIDAD

£1 éxtasis realizado Yevgueni


Mravinski
P»rfs. Sala Pleycl, 29 de enero áe I98S. Brucfcner;
Sinfonía n." 8. Orquesta Filarmónica de Munich.
D i rector: Sergiu Celibidache.
Nadie como Celibidache, alquimis-
ta supremo, sabio hacedor, demiur-
(1903-1988)
go incomparable, sabe moldear la
scuchar la impresionante Oc- materia sonora bruckneriana, darle Mravinski, el legendario director

E tava de Bruckner a Celibi-


dache con sus filarmónicos
muniqueses después del enorme pro-
su personalidad a veces oculta. Los
tempi —sí, extraordinariamente len-
tos, tamo como para, en ocasiones,
ruso, se ha ido de este mundo. Y lo
ha hecho sin ruido, discretamente. Su
salud, muy delicada durante los úl-
timos años, hacía peligrar cada una
ceso de depuración y maduración a hacer peligrar el ajuste, tal es la ten-
la que el genial director rumano la ha sión impuesta— inefables, las pro- de sus anunciadas actuaciones. En
sometido durante los últimos años, gresiones, cuidadosamente prepara- Madrid, a donde acudió en diversas
es toda una sensacional experiencia. das para que los climax alcancen su ocasiones con su querida Filarmóni-
La abstracción absoluta dentro det lógica resolución; el tratamiento va- ca de Leningrado, hubo de anular
reino innominado en el que rigen las riado de los temas y los subtemas, de más de una vez.
más altas leyes de la música pura; la los monumentales desarrollos; la ab- El aficionado siempre recordará su
trascendencia total; la integración en soluta transparencia polifónica, la planta di rector ¡al soberana, su esta-
el cosmos; la completa realización... amplitud del fraseo, la elocuencia de tura, su delgadez extrema, su mira-
Son conceptos que intervienen en la los acentos, la riqueza contrapuntís- da profunda, factores físicos que
continua búsqueda celibidachiana. tica así obtenida. Son otros tantos suponían un importante ascendiente
Todos se dan en la intemporal, ma- factores de una versión antológica en sobre los músicos a sus órdenes y que
jestuosa y tensa recreación del maes- la que, fundamentalmente, pudimos se complementaban con unas cuali-
tro de Román. Lo estático y lo respirar la música, sentirla muy den- dades artísticas verdaderamente ra-
extático se dan la mano en esta pro- tro; en la que brilló la singular tona- ras por la finura, la lucidez y la
digiosa prospección, en la que el lidad del sonido Bruckner, llena de elegancia.
tiempo queda abolido, y en la que la claroscuros, de misterios, de resplan- Las interpretaciones de Mravinski
tensión interior se une en íntima dores. Momentos como la cima del poseían una tensión, una concreción,
asunción con el fenómeno sonoro. El Adagio (¡35 minutos!), situada; en una intensidad y una vida interior
timbre individual, determinante del contra de lo habitual, no en la terce- igualmente poco corrientes. Sabía en-
color global, de la consistencia de la ra, sino en la segunda gran ascensión, contrar rápidamente la estructura bá-
textura, ilustra místicamente y viste son difícilmente olvidables. sica de la música, extraer su esencia
las líneas vertebrales —armónicas, elemental y definitoria. Explicaba
agógicas, dinámicas, fraseológicas, con máxima elocuencia, ajena a cual-
acentuales— de la música. quier ganga melodramática, con una
A. R. transparencia meridiana, las más
complejas edificaciones orquestales y
localizaba con pericia y naturalidad
las líneas que convertían en compren-
sible cualquier discurso. Sus parcos
movimientos, en los que suaves giros
de muñeca eran capaces de provocar
inusitadas tempestades sonoras, no
impedían la acritud ni la violencia
de ciertos ataques. La Filarmónica,
imantada por el magnetismo de su
gesto y el fulgor de sus ojos, actua-
ba atenta, unitaria, tensa, compacta.
Mravinski, viejo león, director
emérito de la URSS, heredero de una
brillante tradición, ha dejado una
discografia breve pero intensa, gran
pane de la cual proviene de las salas
d*é**«oocierto. Sus interpretaciones,
claras, ígneas, fustigantes, revelado-
ras las más de las veces, de músicas de
Prokofiev, Tchaikowsky, Shostako-
vich y tantos otros quedarán como
modelos.
Adiós, maestro.
Sergiu Celibidache can la Orquesta Filarmónica de Munich. A.R.

22 Scherzo
MASTERWO TRAITj)
('itera Kdirion

Beethoven
Cifenn f rould

*' f

* • ' —

BACH BEETHOVEN BERG


Las 4 suites para orquesta Sinfonia n.° 5 Wozzeck
Orquesta del Festival de Marlboro (transcripción de Franz Liszl) Eileen Farreil. Mack Harrell
Paul Casáis Glenn Gould, piano Filarmónica de Nueva York
M2P 42468 MP 42465 Dimitri Mitropoulos
M2P i?470 - 2 LP'S

MAHLER MAHLER MAHLER


Sinfonia n.° 2 "Resurrección" ;•• Sinfonia n.° 4 La canción del lamento
Emilia Cundan, Maurreen Forrester Judith Raskin Sinfonía n.510 "Adagio"
Coro de Westminster Orquesta de Cleveland Soederstroem, Hoftman, Lear, Haefliger
Filarmónica de Nueva York George Szell Orquesta Sinfónica de Londres y Coros
Bruno Walter MP 42464 Fierre Boulez
M2P 42472 - 2 LP'S M2P 42469 - 2 LP'S

.umann

MOZART 3CHUMANN TCHAIKOWSKY/MENDELSSOHN


Pequeña serénala nocturna Amor y vida de una mujei Concierto para violín
Cuarteto de Budapest con Julius Levine Amor de poeta Zino Francescatti
Dúos para violín y viola ¿ote Lehman y Bruno Walter /piano) Fí de Nueva York-Thomas Schippers
Joseph y Lillian Fuchs MP 42463 Miembros de la 0. de Cleveland
MP 42467 George Szell.
MP 42462
EXCEPCIONAL OFERTA LIMITAD* DISCOS M IMPORTACIÓN FABRICADOS '
A PARTIR re CINTAS HEPBOCESAOAS AL SISTEMA NEW DOLBY I .
DANZA

más maduros, bordaron los excelsos


momentos de su arle.

Una gala por vida Entre los primeros destacaron Arant-


xa Arguelles y Antonio Castilla en sus
momentos de virtuosismo individual,
María Teresa del Real y Pablo Saboya
[• pane: Gala Dance for your life Paí de dem Don Quijote: Minkus/Petipa: Aramxa Arguelles por su arrojo, y sobre todo Koen On-
y Amonio Castilla; Prousi: Faure/Roland Petit: Win Broekx y Jan Broekx; Tchaikowski pas de deu>; zia, un joven belga que está ahora en
Tchaicouski/Balanchine: María Teresa del Real y Pablo Saboya; Othelto: Arvo Part/John Neumeier: el London Festival Ballet que posee esas
Gigi Hyan y Camal Gouda; Cnopiniana: Chopin/Fokine; Irina Kolpakova y Sergei Bercsnoi; Carmen:
Biíel/Petit; Natalia Makarova y Denys Ganio. dotes de brillante genialidad artística
2,' pane: La Bella Durmiente (pas dedeux tercer acto): Tchaikowsky/Peiipa: Liudmila Semeniaka con las que están dotados muy pocos.
y Youii Posokov; Morgen: Sirauss/luk de Layress: Koen Onzia; La prisionera: Saine SaénVPetii: Eva Salto, poesía, elasticidad, belleza den-
Evdokimovay Denis Ganio; Agón: Stravinsky/Balanchine:. Slefanie Saland y Oito Neubert; Diva (Ho- tro de sus formas armónicas a la vez
menaje a María Callas): Wagner/Méndez: Alicia Alonso y Orlando Salgado.
3.' parle: Romeo y Julieta: Prokofiev/Cranko. Marcia Haydee y Richard Cragun; Three easy tan- que menudas. Sus intervenciones fue-
gos: Pial/olla' l.dyrtis: María Teresa del Real y Pablo Saboya; Piano pitres. Tchaicowsky/Jetóme Rob- ron apasionadas, de una gran entrega
bíns: Slefanie Saland y Olio Neuben; Papillon: Offenbach/Marie Taglioni: Irina Kolpakova y Serguei en algo tan difícil como los solos. Las
Beresnoi; Adagio del 2do. aelo de El lago de ios Cisnes: Tchaikowsky/Sergueiev/Makarova: Naialia
Makarova y Paul Chalmer; Finale: Eileen Brady y Todos los Artistas. piezas de Layress, creadas para él, ex-
Dirección artística: Luk de Layress: diseño de luces: Eric Teunis; con la participación del Real Tea- plotan ese lirismo casi doloroso con que
lri>de la Moneda: director: Gerad Monier. Organización: The Foundalion AIDS Pievention. Bruselas. se expresa.
Royal Circus, ]7 de enero de 1988.
Había una generación intermedia,
donde Stefanie Saland y Liudmila Seme-
niaka eran los dos polos opuestos de
Por primera vez en Europa, estrellas de ia danza de todo el mundo se reunían dos universos muy diferentes a la hora
para bailar con un fin altruista y ciertamente conmovedor: recoger fondos para de concebir el baile y la estética de la
la prevención del SIDA, una enfermedad que ha sido azote de muchas personas bailarina. La Saland, larga, potente, ba-
en el universo de la danza en particular y de la humanidad en general. lanchiniana hasta ser un perfecto mol-
de de la bailarina neoyorkina hecha ya
a la imagen y semejanza de ese neocla-

S in duda fue una ocasión irre- sicismo tecnicista y ciertamente frío;


petible por varias razones, y se por otra parte, Semeniaka es la gracia
justifica sobradamente tan de proporciones, la técnica muy sólida,
amplia ficha. La gala duró pero puesta detrás de un estilo que
más de tres horas, y en el¡a actuaron guarda las maneras antiguas rusas, al-
las mejores estrellas de la danza del go evolucionadas, pero con esos arcos
mundo. Comercialmente, nunca se hu- de brazos y esas muñecas quebradas,
biera podido reunir, por una noche, que pueden gustar o no, pero que son
a tantas celebridades, y entre ellas, a va- sellos de identidad de una escuela y una
rias figuras que son hoy día el signo tradición.
más elevado del ballet. Entre las mayores, Marcia Haydee
La idea surgió a Luk de Layress, mostró su baile generoso, expansivo,
uno de los coreógrafos belgas más ac- noble. Eva Evdokimova, tierna y segu-
tivos, y actualmente en la plantilla del ra sobre sus hermosos pies tan de bai-
Ballet de Flandes. Dos años antes, se larina, Irina Kolpakova, que viene de!
había creado en Bruselas la fundación Kirov, poseedora de un refinamiento
que se marcó como pauta hacer gran- que salta a la vista desde el más leve pa-
des eventos que permitieran recoger so, mostrando la custodia de su pasa-
fondos. Layress se personó en la funda- do dorado, y finalmente, Natalia
ción con el ambicioso y a todas luces Makarova, algo disciplente, pero con
imposible proyecto de [raer a Alonso los aires de una gran bailarina. Fuera
de Cuba, a Makarova de New York, a de toda clasificación, había un punto
Kolpakova de Leningrado. Sólo por de arte puro: Alicia Alonso. No en bal-
una noche. Poco a poco aquello fue to- de el programa la catalogaba de mito
mando forma, y la gala se fue hacien- viviente, de hecho histórico.
do realidad. Todos los artistas sacaron Alonso, acompañada por el bailarín
unas horas de sus apretadas agendas de Orlando Salgado, demostró unas esen-
irabajo y volaron hasta Bruselas. Mar- cias balletísticas que están por encima
cia Haydee hizo el recorrido desde Ale- de toda técnica. Las propias bailarinas
mania en tren. Otros tomaron hasta jóvenes estaban pasmadas de su arabes-
tres aviones. La fundación se planteó Alicia Alonso al final de «Diva». que, como una flecha de corrección
recoger beneficios tanto del taquillaje lanzada al horizonte, de sus manos,
tomo de los derechos de venta de un describiendo un lenguaje de signos pu-
precioso video que reunía la grabación ros, y del drama expresado por su pa-
integra del espectáculo. Los más sobresal ¡en les bailarines so a dos, creando una tensión que hizo
El Royal Circus se llenó y varias te- apagar todo rumor en la sala.
levisiones europeas ya han comprado
y emitido e) programa. Televisión Es-
pañola, sin embargo, a pesar de la pre-
P oco hay que decir del nivel de bai-
le de la noche. Esiaban los mejo-
res y dieron lo mejor de sí. Los más jó-
Cuando la cortina se levantó y esta-
ba Alicia, toda de oro, sola en el cen-
tro de la escena, una oleada de aplausos
sencia española en tan noble acto, no venes demostraron la pujanza que los que duró varios minutos inundó el Ro-
ha querido el programa. ha llevado a un pronto estréllate y los yal Circus. Hacía 18 años que la baila-

26 Scher/o
CONOZCA LAS GKANDKS OPKRAS...
1
La historia, la anécdota, la música y el libreto de las óperas más famosas.

...Y DISFRUTÓLAS INTENSAMENTE.


Los momentos cumbres de la ópera, con tas más grandes voces en sus inicrpreíaciones más brillantes.
la Opera es una obra de divulgación de tarad er enciclopédico, que «capítulos. Cada capítulo consta de un fascículo y una grabación
pasa revisia a todos los componentes del mundo operístico intimamente relacionados. 1 .as grabaciones, de gran calidad sonora,
—de los compositores a los libretistas; de los intérpretes a los directores han sido seleccionadas, en su mayoría, de entre los fondos musicales d
escénicos; de la historia a la anécdota—, estructurándolos en M) apañados Dccca. l'hilips \ Deutsehe Grammoplion.

I na yran i¡ala semanal, en tomnañía de las voces más exlraiirdinurius.

Próximas enllocas:
N'.' Compositor Obra ImérpKhi
Carmen A. Balisa. J. Carreras, J. van Dain, K. Kíixiorctli.
l a Biihtinc M.Irtni, [. PavanKii. b. Haiinwd,H. Paiitrai.
3 Souini lí BarlK'nidt Sctilla T. Hergan/a. L. Alva, H. Ptej, F:. Dará, P. Momarsolu.
4 Verdi Aída I'. Domingo, K. Riu:iaieli¡, b. Obralaiva, N. tilliauruv. R. Xaimondi.
1 Mozarl l a Maula Má(!ioi P. Lorcngar, S. Burrcms, H Pre>, ('. Deuickom, M. Talvela, D. Fjschei-Dieskau,
Donizt'LLi l u n a d r Liimmi-rmuur M C'jhallé, J. Carreras, V. Sardinero. S. Ramey.
7yS Wagner Vi Anillo ckl Mbdungu K. hlagsiad, Vv1. Windgassen, B. Nilsson, J. King, G. lindan, R. Crepin, H. Hofter, J. Suthcrland, C. Ludwig.
9 Vcrdi Ix Traviita M tallas, i-. Albancse, U. Savarese
1(1 Puccini Tosa M. CabaJkí. J. C a r r a s , S. Kamey.

m
IJí BOHEYIE
LATRAVIATA

í r< Mí :-

60 discos o cassettes
60 fascículos de aparición semanal
4 volúmenes

Salvat 960 páginas


1400 ilustraciones y fotografías a todo color
ENTREVISTA

Ivo Pogorelich:
Ese delicado equilibrio

Pogorelich, uno de los indiscutibles divos del actual pianismo in-


ternacional, visita de nuevo Madrid. Va a tocar con la Nacional el
próximo mes de abril los Conciertos n." I de Tchaikovsky y n. ° 2
de Chopin. Durante su anterior estancia entre nosotros, hace tan só-
lo un par de meses, nos concedió la siguiente entrevista. En ella, tan
lejos del divismo puro como de la camaradería, en un tono reserva-
do, medido, casi íntimo, el pianista yugoslavo, que conserva siem-
pre un aire elegante y una actitud en la que son frecuentes los instantes
de abstracción, nos expuso, en un inteligible inglés, algunas de sus
ideas sobre el arte de hacer y de interpretar música. Un arte que en
él se plantea siempre a través de caminos nada fáciles, poco trillados
y, en consecuencia, especialmente subjetivos. Actuó como amable in-
troductor e intérprete Eduardo Clausen.

30 St-hcrzo
ENTREVISTA

CHERZO.— ¿Existían antecedentes mu- las diluyeran. El pianismo cambia constantemente. Pero en
sicales en su familia? época de Liszt era superior en casi todos los órdenes. Prime-
ro, Liszi trataba el piano como un instrumento que a la vez
POGORELICH.—Sí, desde luego. puede cantar y representar a la orquesta, lo que le otorgó un
S.—¿A qué obedeció su marcha a papel verdaderamente complejo; no era solamente un piano
Moscú a los once años? de macillos, era un piano en el que podías reproducir la voz
humana y al tiempo tocar transcripciones de Wagner, por
P.—Al entendimiento por parte de mi ejemplo. Liszt, a través de esta evolución, llegó a ejercer so-
familia y profesores de que tenía un tá- bre el instrumento un soberano control, un dominio absolu-
lenlo innato que debía potenciar. Fui a to, que no era el resultado de su experiencia aislada o de la
Moscú en realidad para desarrollar un búsqueda de una vía de escape a un sentimienlo romántico,
eslilo. sino que era consecuencia de una experiencia acumulada. Ese
S.—¿Cómo encajó usted en la tradi- control, ese acercamiento al sonido del piano, a la forma en
ción pianística rusa? que el pianista escucha su propia interpretación, todo eso vie-
ne de Liszt. En los últimos cincuenta años han sucedido mu-
P.—Me interesaba mucho el pianismo ruso, pero cuando chas cosas. Entre ellas el advenimiento del disco. La música
llegué tenia sólo once anos, como usted ha dicho; sabía muy grabada, es curioso, limpió los oídos de mucha gente, per-
poco no ya de la tradición rusa, sino de la de cualquier país, mitió comparaciones. Como artista que graba le puedo de-
e incluso me encontraba por detrás del nivel de los niños de cir que el micrófono no recoge un cien por cien de lo que
mi edad. Para mí se trataba de estudiar, de practicar mucho haces, quizá el sesenia; pero ello no disminuye su importan-
para alcanzar la altura técnica que tío poseía, porque los ru- cia a la hora de oír la misma interpretación muchas veces.
sos estudian de una forma muy concentrada en una perma- La posibilidad de realizar comparaciones creo que ha tenido
nente competencia y empiezan muy pronto. gran influencia en la conformación del moderno estilo inter-
S.—Enconces ¿no ha sido, en contra de lo que siempre se pretativo.
ha dicho, un niño prodigio? S.— ¿Conocía a Eduardo del Pueyo o escuchó algún disco
P.—Según se mire. En realidad, ya a los once años me ma- suyo?
nejaba con gran facilidad y mis interpretaciones estaban ba- P.—No.
jo el control de magníficos maestros, lo que me permitía
aproximarme a la música con una madurez y un rigor que parS.—Lo pregunto porque era un pianista, fallecido hace un
no siempre pueden conseguirse. Todavía hoy podemos en- una discípuloconde años,
de
permanente afán de búsqueda, discípulo de
Liszt. Algunas de las cosas que usted ha co-
contrar ejemplos de los abusos que se derivan de la mala ad- mentado le preocupaban también. Sin duda era un seguidor
ministración de los jóvenes talentos, embebidos por lo común de similares teorías y planteamientos lisztianos.
en su deseo incontrolado de tocar, empujados por una fuer-
za irresistible. Podría citarse a este respecto el caso del grie- P.—No lo discuto, pero hay que tener en cuenta que Liszt
go Sgouros, que en vez de esperar, de seguir un plan, fue era una especie de gran aeropuerto en el que aterrizan avio-
forzado por los agentes y quizá por la familia a hacer dine- nes de todas partes. Hay muchas interpretaciones individua-
ro, desperdiciando quizá unas dotes naturales muy intere- les, no siempre fieles a sus ideas. Los amaneramientos a partir
san I es . de ellas no han sido raros. De todos modos, en arte, al ha-
S.—¿La revelación de su pianismo, sobre el que se basa blar de una escuela lo importante, desde luego, es tomar lo
su estilo actual, vino dada, como se cuenta, por el enlace con mejor de ella, sin desechar, claro, las aportaciones individua-
la tradición Liszt-Siloti a través de su profesora Keseradze? les, que son, en ocasiones, las que pueden arrojar nueva luz.
Una mera reinterpretación, por el contrario, quizá no llegue
P.—No exactamente. Yo trabajé con profesores de distin- a tener ni vida ni autenticidad, a no ser, repito, que se apor-
tas tradiciones cuya herencia profesional tenía orígenes di- te algo de uno mismo, de tal manera que se realice lo que
versos. Los seguidores de Liszt eran muy diferentes entre si. llamaríamos una aproximación creativa de la escuela. Es de-
Los que estuvieron en Viena poseían un estilo muy particu- cir, que una escuela no se debe tomar como algo fijo, sino
lar y los de Rusia, probablemente, estaban más interesados como algo que evoluciona constantemente.
en el arte de tocar el piano que en los aspectos conectados
con la música de salón. Los rusos siempre están dispuestos S.—Todo esto es muy interesante, porque el artista recibe
a empezar una discusión y plantearse un dilema en busca del una herencia que él adapta a su modo creador y reinlerprela
arte puro, genuino. La ingenuidad en arte es crucial para ellos. cada vez.
No sólo fue la directa herencia de Liszt, sino también el in- P.—Sí, y al tiempo tiene que experimentar. En arle la ex-
creíble momento cultural de San Petersburgo y Moscú, lo que perimentación es imprescindible.
ocasionó la aparición de tantos maravillosos músicos y com- S.—Da la impresión escuchándole al piano que lo que to-
positores; eso, probablemente, es lo que ha determinado la ca, lo que interpreta es el resultado de una profunda medita-
enorme riqueza de nuestros días. Imagínese los nombres que ción realizada tranquilamente, sin prisas.
han surgido en el campo de la interpretación pianística: Si-
loti, Rachmaninov, Scriabin, todos ellos, además de compo- P.—Sí, es posible. La verdad es que siempre he estado ob-
sitores, magníficos pianistas. Mucho bueno de todo ello ha sesionado por producir calidad; y para ello hace falta tomarse
subsistido en Rusia, pero, naturalmente, dada la fragilidad todo el tiempo preciso. Le puedo decir por experiencia que
del arte de la interpretación, mucho también se perdió. Los cuando repaso una obra que conozco muy bien y que inclu-
tiempos cambiaron, los ideales artísticos soviéticos no eran so he interpretado durante seis meses, si estoy, por ejemplo,
los mismos. Pero de nuevo hubo suerte: Prokofiev volvió al un año con ella, al final mi aproximación a la partitura es
país, e influyó poderosamente para bien... Siempre ha habi- diferente. Y si más adelante la vuelvo a estudiar, profundi-
do por tanto algo interesante. zando en eUa, se establecen nuevas diferencias. Algunos ele-
mentos permanecen, claro, pero otros aparecen por primera
S.— ¿Podrían concretarse las características esenciales devez en un momento determinado. Creo que es un proceso nor-
ese pianismo que usted aprendió de una tradición semejante? mal: si se invierte una enorme cantidad de trabajo en una
P.—Hoy sería muy difícil. Pero le puedo ilustrar acerca obra, y no sólo trabajo, sino horas para darle vueltas a cier-
de las que lo constituían antes de que los tiempos actuales tos aspectos, a la postre se produce una maduración.

Scherzo 31
ENTREVISTA

S.— ¿Se considera emparentado en su forma de entender tro de lo que es un puro negocio. Ahora estoy en condicio-
y locar la música con algún pianista actual? nes de exigir. He conseguido generar un repertorio muy
interesante para grabar, he hecho suficientes conciertos en
P — No. todo el mundo como para que se sepa quién soy y de esta
S.—¿Admira a alguno en particular? forma he adquirido mayor libertad potencial para trabajar
en el repertorio que yo quiero.
P.—No soy la persona más indicada para contestar a esa
pregunta. Cuando voy a un concierto me gusta salir de él con S.—¿ Y cuál es el repertorio que trabaja especialmente, en
algún recuerdo que pueda atesorar, con algo que me pueda qué autores está sobre todo interesado?
servir. Hoy en dia eso es cada vez más difícil. Muy raramen-
te descubres cosas nuevas en un concierto. P.—No tengo preferencias. Estoy interesado en todo des-
de el barroco hasta nuestros días. En estos momentos prepa-
S.-—¿Es fundamental para usted la comunicación con el ro Gershwin. Si llego a ofrecer Gershwin al principio de mi
público? carrera me hubieran puesto un sello aquí, (señala la frente).
La gente me habría identificado diciendo: «¡Mira! Este toca
P.— Para todo artista. Es esencial e imprescindible. jazz». Hoy, en cambio, no lo recibe asi.
S.—¿Elige y selecciona usted mucho sus grabaciones? S.—Hay que suponer que, si no ¡o ha hecho ya. tendrá pen-
P.—Depende. Tiene que darse cuenta que trabajo para la sado locar y grabar algún concierto de Mozart.
casa discográfica más comercial del mundo, la que más ven-
de. Mi intención en un principio no era ir detrás del merca- P.—(Ríe divertido) Eso es precisamente lo que tengo en
do persiguiendo una venia copiosa de mis discos, iino crear la cabera.
ciertos pasaportes o salvoconductos musicales que me legiti- S.— ¿Cuál?
maran en mis primeras grabaciones. No se tralaba de hacer
muchos. Debe entender que hacer discos tiene muchas ven- P.—La verdad es que son dos los que estoy estudiando.
tajas. Lo que yo quería conseguir era una posición artística Pero prefiero no decirlo por ahora.
plenamente independíeme que me pudiera dar la oportuni- S.—¿Entre el 20 y el 27?
dad de grabar el repertorio que me interesaba, aunque éste
no se considere muy popular. Hacia falta que mi nombre lle- P.—Es posible... (con una sonrisa cómplice). Es una mú-
gara a considerarse suficientemenie grande para lograrlo y sica maravillosa.
para que los discos fueran pedidos por el público. Es una pa-
radoja, porque sin un gran nombre no puedes vender un dis- S.— ¿Qué opinión, después de bastantes actuaciones en Es-
co; normalmente la gente piensa que sin un repertorio popular paña, le merece nuestro publico?
no vendes. Por tanto, lo que tuve que hacer al principio fue
cortar, abrirme camino a través de esta situación paradójica P.—Es muy musical. No tiene nada que ver con el italia-
y esperar. Hacer poco, pero hacer cada cierto tiempo lo que no o el suramericano o con el de cualquier otro país latino.
yo quería, de forma que hoy si grabara los Estudios de Y además es un público muy disciplinado; casi nunca está
Czerny, el público lo encontraría interesante y compraría el dispuesto a que su emoción se desborde. Pero un público muy
disco. Quería ganar esta posición en verdad única que es tan interesante.
importante para transmitir mi propia libertad artística den-
Arturo Reverter
34 Seherzo
DISCOS

BACH: El ane de la fuga. Herberi Táche- den de los contrapuntos y la ausencia de la


la, Árgano. Teldec 8. 43771ZS. Disco com-
pacto. AAD. Grabado en 1967. Duración: DISCOS fuga final, entre otras cosas. Una de las que
más me sorprendió (o mejor dicho, me vol-
vió a sorprender) fue la exírema claridad e*-
posHiva que consigue este hombre en un
En el año 1967 apareció al pú- instrumento tantas veces acusado por la falla
blico en soporte de disco conven- de posibilidades de destacar algo. Instrumen-
cional, pasada en el presente año tos aparte, y partiendo de la base del exce-
el compacto, la muy seria y honda versión lente nivel de Savall, debo reconocer que
de una de las más profundas obras teóricas Leonhardt infunde algo especial a esta mú-
de J. S. Bach, interpretada por Herberl Ta- sica. Su articulación exquisita, su ajustadí-
chezi. Lo primero que hemos de señalar es simo y equilibrado uso del rubato, su manera
que la técnica digital ha permitido que El arle única de entender la rítmica bachíana, le
de la fuga se contenga en un soto disco com- convierten en un intérprete irrepetible. Es-
pacto, lo que añadido a que aparece publi- ta, pues, sería ta única duda ante la compra
cado en una sene de precio medio, resulta del disco de Savall. Si ya posee la de Leon-
un buen aliciente para quien no tenga oirá hardt, esta versión de Savall no puede con-
versión de esta formidable obra, que en rea- siderarse adquisición errónea. Si no ha oído
lidad está constituida por 19 piezas indepen- a Leonhardt, tenga en cuerna que las prio-
dientes, integradas por trece contrapumos, ha contado, entre otras, con versiones de ridades... son las prioridades.
algunos de ellos con sus inversiones, y cua- agrupaciones tan prestigiosas como la Aca-
tro cánones, también en diversos contra- demy of Si. Martin in the Fields.
puntos. Además de la discusión instrumental, exis- R.O.B.
te el problema (presumiblemente también sin
La pieza ha sido grabada en bástanles oca- fin) del orden de los contrapuntos y el de la
siones y la mayoría de ellas con acierto su- fuga inconclusa que, generalmente, cierra la BACH: Oratorio de Navidad, BWV 248.
ficiente como para destacar sus enormes obra (Walcha y el mismo Savall, entre A. Rol fe-Johnson, Evangelista; N. Argen-
valores artísticos, si bien ninguna de ellas otros). Esta última ha sido omitida en algún ta, soprano; A.S. von Oller, mezzo-soprano;
pueda acaso considerarse como modélica. caso (Leonhardt, que piensa que nada tiene H.P. Btochwltz, tenor; Olaf Bar, bajo. The
Recordemos la registrada por Walcha para que ver con esta guerra) y objeto de algún MorUeverdi Choir: The F.nglish Baroque So-
Archiv en 1956, la de Leonhardt, para Har- que otro intento para completarla. lo ¡sis. Dirección: John Eliot Gardiner. 2
monia Mundi, dos versiones orquestales de CD's ARCHIV 423232. DDD. Duraciones:
1965. la primera de ellas a cargo de la Or- El resumen es, pues, que la situación más 73'fll" i 67'03" (también distribuido rn 3
questa de la Radio Televisión Suiza-italiana, o menos caótica en torno a esta obra, mo- LP's y dos muskassetles).
bajo la batuta de Scherchen, y la segunda numenlo supremo, lección magistral del arte BACH: Oratorio de Navidad, BWV248. P.
por la Orquesta de Cámara del Sarre, diri- contrapuntístico, permite en si misma una Schreter, Evangelista; M. Llpovstk, contral-
gida por Ristenpart, sin olvidar la mucho variedad de aproximaciones de las cuales to: H. Do nal b, soprano; K. Büchner, tenor;
más reciente de Marriner, para Philips con ninguna es, a priori, totalmente rechazable. R. Holl, bajo. Rundfunkchor Leipzig;
la Academia of St-Martin-in-the-Fields. Se- Este largo preludio me sirve para justifi- Slaalskapelle Dresden. Dirección: Petír
guramente cualquiera de ellas puede cum- car lo aceptable de la base de que parte Sa- Schreier. 3 CD's PHILIPS 420204. DDD.
plir las exigencias de los más exquisitos, aun vall en su, anticipo, muy peculiar visión de Duraciones: 55'IS", 4Ó'S3" y 46'59". (Tam-
cuando mi predilección se inclina por la ver- la obra. En efecto, (al y como dice él mis- bién st distribuye en 3 LP's y muskassetles.)
sión de clave de Leonhardt y la de Walcha mo en el folleto que acompaña al álbum, BACH: Oratorio de Navidad, BWV 248.
al órgano. En cualquier caso, la visión de nunca se ha intentado interpretar en disco Knabensolis(en; T. Altmeyer, tenor; B.
Tachezi es de total solvencia, buscando en el Arle de la fuga con un conjunto presu- Me Daniel, bajo; Tol/er Knabenchor; Colle-
cada una de las panes que componen la miblemente al uso de la época. Savall utili- gium Aureum. Dirección: Gerhard Schmidi-
obra la eficacia sonora apoyada en el órga- za un grupo de 4 violas (soprano, alto, tenor, Gaden. 3 CD's EMI-Deutsche HM CDS 7
no de Bremen. La grabación, a pesar del bajo) al que se añade otro de 4 instrumen- 49119 8. AAD. Duraciones: 54'21", 48' y
tiempo transcurrido desde la toma inicial, tos de viento (cometió, oboe da caccia, 49'30" (también en 3 LP's).
es muy buena y la transposición al disco trombón tenor y fagot) en determinados
compacto nos permite eludir cualquier tipo contrapuntos (n.° 3, 5, 7. 9, 11 y 18). La reciente aparición de las dos
de ruidos, disfrutándose también de una ma- versiones de Gardiner y Schreier,
yor presencia del órgano. En definitiva, una El efecto es sumamente curioso, ya que
excelente versión que no desmerece de las que el sonido oscuro y el timbre cálido y opaco junto a la inminente disponibi-
han quedado citadas. de las violas conjunta muy bien con los ins- lidad en CD de la que en 1975 grabara
trumentos de viento escogidos, que, en cierta Schmidt-Gaden, motivan este comentario,
medida, poseen las mismas características. en el que haremos una pequeña compara-
Podría decirse que esta combinación carece ción de estos registros con el comúnmente
G.Q.LL.O. por ello del necesario contraste, pero creo considerado de referencia, es decir, el de
que resulta, por el contrario, o (al vez por Harnoncourt (1972).
eso mismo, muy equilibrada. Decir, por lo Repasemos en primer lugar qué medios
BACH: El arle de la fuga. Hesptrion XX. demás, que el fraseo, la articulación y los utiliza cada director: Gardiner usa instru-
Director: Jordi Savall. ASTREE AUVIDIS tempi están en general sabiamente elegidos mentos originales, solistas adultos y coro
E 201 (2Lp). (en algún caso éstos son algo morosos) mixto; Schreier, por el contrario, se vale de
El arle de la fuga es una indis- —aunque éste es también campo abierto pa- instrumentos modernos, aunque también
cutida obra de arte que, sin em- ra la discusión; tómese por ello el juicio co- con voces adultas y coro mixto; Schmidt-
bargo, ha pasado por las fases mo muy personal— es esperable por demás Gaden y Harnoncourt utilizan instrumentos
del olvido, rechazo y consideración como en músico de competencia y rigor reconoci- antiguos y voces de varón, con lo que las más
mera teoría escrita, para terminar sumida, dos como lo es Savall. Si a ello añadimos altas son asumidas por niños, tanto en el pla-
una vez parecen favorablemente resueltas las una ejecución irreprochable y un sonido, no solistico como en los coros.
dudas sobre la conveniencia o no de inter- cuando menos, bueno (mi prensado es im-
pecable), entenderá el lector que la impre- De las grabaciones con criterios de épo-
prelarla, en una nueva polémica —ésta pre- sión global no puede ser sino positiva. ca, ninguna se parece demasiado a las de-
sumiblemente sin fin— sobre el modo de más. La más floja es, evidentemente, la de
aproximarse a ella. En este último sentido, No obstante, no debe deducirse de lo an- EMI, peor cantada y tocada. Los niños de-
podemos distinguir dos apostolados diferen- terior que esla sea la versión del Arte de la safinan bastante en esta versión, sus voces
tes. El primero, que considera la obra co- fuga que yo recomendaría como primera suenan muy forzadas. Altmeyer y McDaniel
mo adecuada —casi diriamos que elección. están muy correctos, pero su labor se ve en-
especifica— para el teclado, ha contado en- torpecida por unos músicos que no le sacan
tre sus filas a Walcha, Leonhardt y Mooro- Tras haberla escuchado varias veces, volví
a la versión de Leonhardt (Harmonía Mun- partido a las posibilidades del instrumental
ney, entre otros. El segundo, partidario de antiguo. El coro de Tolzer está a un nivel
la utilización de un conjunto tnst rumen (al, di), por olra parte radicalmente distinta, no
sólo en cuanto a instrumento sino por el or- más bajo que el demostrado después en la

Scherzo 35
DISCOS

inlegral de cántalas de Harnoncourt, y en trompetista, de completísima técnica, pero La sombra de las pasiones de Johann Se-
general !a atmósfera es un poco pesante, de- verbenero sonido—, aunque algunas veces bastian Bach se proyecta con fuerza sobre
bido quizás a los lentísimos lempi que im- dificulta las intervenciones del coro, que se esta Pasión según San Marcos. En concre-
pone el director. Si esta versión tuvo en su ve obligado a cantar a toda mecha. No obs- to, son muchas las conexiones de la obra
motílenlo interés, ahora con la aparición de tante, se nata de una versión muy acepta- ahora grabada con la Pasión según San Ma-
la de Gardiner sólo sería recomendable pa- ble, en la linea de lo que ya Schreier realizara teo del gran genio del barroco: imitación de
ra aquellas personas que lo compran lodo. con las cantatas profanas. Lo que peoí se procedimientos en algunos coros, halo de los
El director briiánico, buen bachiano por lleva quizás sea la obsesiva utilización del instrumentos de cuerda envolviendo las pa-
lo general, hace un gran i raba jo en esta oca- Llave como instrumento da chiesa, pero qué labras de Cristo, disposición de un aria con
sión. Obtiene un sonido de la cuerda muy le vamos a hacer... solo de viola da gamba. Naturalmente, el cli-
inglés, aterciopelado y terso, con unos ex- En resumen, dos opciones para el Orato- ma espiritual es muy otro, pues el drama-
celentes y brillantes metales y madera muy rio: Gardiner y Harnoncourt; después, tismo y la honda concentración de la Pasión
acaramelada. Los solistas están a un inme- Schreier y, por último, Schmidt-Gaden. según San Maleo no hacen casi acto de pre-
jorable nivel, con Rol fe-Johnson en un sencia en esia Pasión según San Marcos, que
Evangelista contenido pero mal i lado, muy J.C.C.A. da muestras de un estilo complejo pero un
sensible: Nancy Argenta ha demostrado so- tanto salido de diversas corrientes. El ma-
bradamente ser una exquisita soprano, y su C.P.E. BACH: Los últimas sufrimientos del nuscrito de la Pasión, encontrado en la Bi-
voz tiene toda la transparencia que requie- Salvador Wq. 233. Barbara Schf'ck, Grela blioteca de la Universidad de Colonia en
re la música de Bach (hace una sensacional de Reyghere, Catherine Patriasz, Christoph 1985, no hacia mención alguna a su autor.
recreación del aria con eco). Anne Sofie von Prega rdiem Max van Egmond. Collegium El conocimiento de la Pasión según San Ma-
Otter es también una extraordinaria cantan- Vocale Geni. La Pe lite Bande. Uirecliir: Si- teo de J.S. Bach, en un momento en que la
le, con una vo/ menos oscura que la de otras giswald Kuijken. LMI Deulsthe Harmonía obra no había sido impresa, llevó al conven-
contraltos aulénticas (como la Watkinson, Mundi CDS 7 47753 8. 2 Compactos ADD. cimiento a los musicólogos de que la pieza
por ejemplo), que si bien no hace olvidar al MT12" 59'04". se debía a la pluma de Cari Philipp Ema-
coniratenor Paul Hsswood en la grabación nuel Bach, poseedor del manuscrito de su
de Harnoncoun (estaba en uno de sus más La Pasión-Cantata Los últimos padre. Se sabe que Cari Pitilipp llegó a es-
felices momentos), sí puede ser considera- sufrimientos del Salvador (1770) cribir hasta 21 Pasiones, pero todas ellas de-
da como maravillosa en su papel. Blochwitz es uno de los grandes oratorios saparecieron durante la Segunda Guerra
y Bar. quizás sin llegar a igualar a Equiluz escritos por Cari Philipp Emanuel Bach. Los Mundial sin haber conocido la imprema. Es-
y Nimsgern, resuelven sus intervenciones de otros títulos inomitibles al referirse a este ta Pasión según San Marcos, de confirmarse
muy buena manera. El bajo tiene una voz sector de su obra son Los israelitas en el de- la atribución, sería la única sobreviviente de
poderosa y noble, aunque parece que le fal- sierto y Resurrección y Ascensión de Jesús. tan nutrido Corpus. No existen desde luego
ta alguna capacidad de matizadón, y el te- Lamentabiemenie, lo que se nos ha conser- pruebas en contrarío, pero hay que recono-
nor no es tan dramático como Equiluz. El vado de la música coral escrita por Bach es cer que las que se manejan a favor tampo-
Monteverdi Choir me parece, sin más, un una mínima parte cuya representatividad ig- co tienen mucho peso. La música de la obra,
coro perfecto. Las sopranos cantan con una noiamos. Lo que si es cieno es que Los úl- en todo caso, tiene interés bastante como pa-
delicadeza y transparencia tales que no se timos sufrimientos, de segura atribución, es ra la presente recuperación discográfica.
echa de menos el timbre de los niños de Har- una obra totalmente lograda y estilísticamen- Constituye además la pieza una curiosidad
noncoun, menos desafinados, eso sí, que los te homogénea, algo que no pasa con la Pa- histórica por la mezcla de la tradición coral
de EMI. En el plano instrumental, Gardi- sión según San Marcos, supuestamente de con arias de la más epidérmica galantería.
ner ofrece una interpretación menos puntia- nuestro compositor (véase la critica a ia ver-
guda que la del berlinés, menos angulosa que sión de Rilling en este mismo numero). Se-
la que caracteriza el sonido de Harnoncoun. gún las acertadas notas, debidas a Eckhardt Los discos comentados recogen una inter-
Pero las prestaciones de sus músicos a me- van den Hoogen, que acompañan a los dis- pretación pública de la obra (8-V1I1-1986)
nudo alcanzan mejor nivel (en todos los ins- cos, es lames ante una de las obras maestras en Stuttgart, que muy posiblemente fuera la
trumentos de viento, por ejemplo, y sobre de Cari Philipp. Los últimos sufrimientos primera desde su composición. La versión
iodo en las trompetas y flautas). Los lempi del Salvador, con alguna referencia a Jo- tiene el mérito indudable de ser funcional y
son bastante más vivos que los de Harnon- hann Sebastian Bach, nos da el punto más convincente, sobre todo en ausencia de to-
court. y ayudan a que el ambiente general alto del estilo independiente de Cari Philipp da tradición interpretativa. No se trata, en
sea más brillante. De estas tres versiones, na- Emanuel Bach. Es interesante observar que cualquier caso, de ningún logro estilístico,
turalmente desechamos la primera, y seria la forma ha perdido rigidez, con momentos al menos si relacionamos lo escuchado con
muy recomendable tener las de Gardiner y en que la relación entre recitativo y aria se lo que se ha consagrado como la manera de
Hamoneourl. que en si son bastante dispa- hace más flexible por medio de la utilización C.P.E. Bach por otros intérpretes. La eje-
res pero igualmente válidas. Creo que no se del arioso. cución posee buen nivel técnico dentro de
puede escoger una por encima de la otra, un tono genera] no muy expresivo. Aprecia-
porque representan dos concepciones dispa- El trabajo de interpretación de Sigiswald ble trabajo de los cantantes, destacando el
res dentro del mundo de la interpretación Kuijken y La Petire Bande es verdaderamen- Evangelista de Peter Schreier.
auténtica, y las dos excelentes. te admirable. Dominadores del estilo pro- E.M.M.
pio de la música de Cari Philipp, los
responsables de la versión han descubierto
Para los que no piensan que la rica pale- el tono exacto de esta obra. No era fácil por- BKETHOVEN: Concierto para piano y or-
ta musical de Bach requiere medios instru- que la obra discurre con una linea general questa :V. " 5 en Mi bemol mayor. Op. 73
mentales antiguos, o simplemente no doliente y contenida. También era preciso "Emperador». Murray Perahia, piano. Or-
soponan el color de los insirumenlos de épo- lograr el equilibrio de estos momentos con questa del Concertgcbouw, Amslerdam.
ca, la versión de Schreier es muy recomen- los instantes de agitación, cosa que Kuijken [)¡r.: Bernard Haitink. CBS DIGITAL M
dable, puesto que está muy bien carnada y ha salvado con acierto. Los solistas vocales 42330. 38T.
excelentemente tocada. Lo peor de la gra- tienen un nivel general muy alto, cumplien-
do sus cometidos con acierto, destacando El norteamericano Murray Perahia se ha
bación —aparte del precio de los í CD's— consolidado como uno de los grandes pia-
es el propio Schreier, que, definitivamente, quizá un poco la labor de Max van Egmond.
Grabación, en definitiva, que supone una nistas de su generación. Confieso haber ad-
se ha quedado sin la voz suficiente como pa- mirado su gran musicalidad desde la primera
ra hacer el Evangelista en condiciones. El importante aportación a la recuperación dis-
cográfica de la música de Cari Philipp Ema- vez que le escuché en directo un magnifico
otro tenor, Búchner, también deja que de- Concierto de Schumman. Artista de nota-
sear —aunque más bien porque su instru- nuel Bach. '
ble sensibilidad y muy considerables —que
mento tiene un feo color—, mientras que el E.M.M. no deslumbrantes— recursos técnicos, en-
resto del reparto está bastante mejor, des- tiende y traduce con aparente facilidad la
tacando Lipovsek y Holl. que son cantan- música que interpreta, aunque a veces da la
tes sensacionales. Schreier conduce toda la C.P.E. BACH: Pasión según San Marcos.
Kriulina Ijiki, Úrsula kiinz, Peler Schreier, sensación de no redondear la faena.
obra a una velocidad vertiginosa, lo cual
ayuda a tragar de mejor manera los instru- Andreas Schmidt. Gachinger Kantorei Stull- Pese a todo ello, recibí este disco con cier-
mentos convencionales —especialmente al gart. Bach Collegium Slultgarl, Dirección: IO escepticismo, dado que se trata de la ené-
Hclmul Hitling. CBS 2LP I2M 42511. sima versión del «Emperador», concierto del

36 Scherzo
DISCOS

que ex i sien unas cuantas versiones excelen- es de los grandes, sino por la finura del so- leto Brandis. Harmonía Mundl. H.M.C.
tes. Tampoco las tenia todas conmigo en to nido, nítido y transparente, que permite dis- 1223.
que a Haitínk se refiere, dada la poco posi- frutar plenamente tanto de tas texturas
tiva experiencia que su Beethoven me depa- orquestales como de la sonoridad det pia- Una nueva integral de los cuartetos de
ró en fecha no lejana. no, que siempre fue muy agradecida con el Beethoven viene a enriquecer a las numero-
Sin embargo, puesto el disco me vi inme- compacto y que aqui alcanza cotas verda- sas ya existentes de cuartetos profesionales co-
diatamente ganado por lo que no dudo en deramente gozosas. Silencio inmaculado y mo el Húngaro, Amadeus o Italiano, etc.
calificar de extraordinaria versión; más aún: presencia estéreo, completado todo ello con Harmonía Mundi con bastante buen crite-
de lo mejorcilo que he tenido ocasión de es- una profundidad por desgracia no habitual rio ha elegido para su serie nada menos que
cuchar sobre este concieno en los últimos en los compactos. al Cuarteto Brandis. Un conjunto formado
anos. Perahia está magnifico, y nos propor- Por lo tanto, si usted desea adquirir una alrededor del concertino de la Filarmónica
ciona un Beethoven de una claridad poco ha versión con garantía suficiente de musicali- berlinesa, quien con ese profesionalismo y
bitual. no exento de vigor, pero sin caer en dad y arropada por unas condiciones técni- ese amor a la música tan característico en
desmelenamiemos más o menos efectistas. cas inmejorables, ésta es la ocasión. No se Centroeuropa viene a demostrar que se pue-
Haitink parece, por su parte, haberse trans- arrepentirá. de compaginar lo sinfónico con lo cuarte-
figurado, y su acoplamiento al solista es irre- tistico con musicalidad.
prochable. La grabación es asimismo Recordemos, finalmente, que Serkin-
impresióname. Magnífico resultado en cuan- Ozaiva han completado la integral de los En esta primera entrega de dos volúme-
to a brillantez y equilibrio orquesta /so lista, conciertos beethovenianos. nes se nos ofrece un panorama de todas las
con justa presencia de éste, pero sin que en etapas estilísticas beethovianas, !o que
G.Q.LL.O. facilita la comprensión de los planteamien-
ningún momento la orquesta quede en se-
gundo plano. El prensado de mi ejemplar tos estéticos de los filarmónicos berlineses
resultó perfecto en la primera cara y no tanto que son claramente ctasicistas, lo que hace
BKETHOVEN: Concierro para violi'ny or- que su Beethoven tenga una transparencia
en la segunda, que presentaba alguna que questa, en re mayor, Op. 6!. Isaac Slern,
otra fritura. inusual, lejos de otras concepciones más ro-
vloiín. Orquesta Filarmónica de Nueva mánticas o incluso expresionistas. Los cuar-
York. Director: Daniel Bariaboim. CBS tetos, sólidamente construidos, forman un
Escuchados posteriormente Benedetti- MYK426I3. CD (ADD. 42'37").
Michelangeli (DG), Barenboim (EM1) y arco interpretativo en los que las tensiones
Kempff (DG) no dudo en considerar que Pe- En el otoño de 1806 Beethoven dialécticas de cada obra encuentran su rique-
rahia puede situarse entre ellos —si no por pasó una temporada en la resi- za psicológica. Tal vez con el paso del tiem-
encima— con toda tranquilidad. Una pena dencia del príncipe Lichnowsky, po tos componentes del Cuarteto Brandis
que el disco sólo dure 38 minutos, lo que es en Graz. A pesar de la ruptura con el prin- interioricen más algunos pacajes de esta mú-
más bien poco tal como está el palio, espe- cipe, la estancia en dicho lugar no fue in- sica y le den la intensidad dramática que tie-
cialmente si va uno a por el compacto. Pese fructuosa en la creación beeihoveniana, pues ne y que la convierte en la más difícil del
a ello mi consejo es que no se lo pierda. Por en esta época surgieron la Cuarta Sinfonía repertorio. Exige la madurez y el estudio de
mi parte, no dudo que volveré a escuchar y el Concierro para vioh'n, opus 61. La obra toda una vida, porque el mensaje de Beet-
esta versión con mucha frecuencia. Este es fue estrenada el 23 de diciembre del mismo hoven de «Por el sufrimiento a la alegría»
un pianista de primerísima fila. año por el violinista Franz Clément y, poi tiene como denominador común ta soledad
increíble que parezca, pasó sin éxito algu- y la incomunicación y dar la dimensión a ese
no, hasta el extremo de que, para poder edi- universo tan amplio es tarea de titanes.
B.O.B. tarla, Beethoven se vio obligado a aceptar
las condiciones del impresor, que le exigía Un sonido excelente que realza el equili-
BEETHOVEN: Concierto para piano y or- una versión para piano y orquesta de la mis- brio y el empaste det cuarteto redondea la
questa n. " 5 op. 73 «Emperador». Rudolf ma obra (se ejecuta como Concierto núm. calidad de un producto recomendable que
6 para piano y orquesta). se puede adquirir en volúmenes sueltos.
Serkin, piano. Orquesta Sinfónica de Bos-
lon. Director: Seiji Ozawa. Telare Digital Como era de esperar, la exposición de la A.M.J.
CD-80065. DDD. 1981. 42"04". obra resulta magistral a cargo de Isaac Stern,
Entre las cerca de treinta versio- cuyo dominio del instrumento solista ha de-
nes discográficas que se pueden mostrado en múltiples ocasiones. Es de des- BEETHOVEN: Sonaras para violoncelloy
adquirir hoy en día del «Empe- tacar, junto a una técnica perfecta, la piano n.0' I a 5, l.ynn Harríl/Wladimlr Ash-
rador», incluida la última de Barenboim en enorme fuerza expresiva que Slern logra kenazy. 2 Discos compactos DECCA
compacto, ésta que hoy nos ocupa tiene unas arrebatar a estos pentagramas, expresividad 417.628-2. DDD. 50'03" y 63'04".
características específicas que la sitúan en- aprecia ble de modo singular en algunos mo- Las sonatas para cello y piano de
tre tas mejores. Ser km es un patriarca del mentos concretos, como, por ejemplo, en la Beethoven son las primeras que
piano en el mejor sentido de la expresión, cadencia del primer movimiento. Lo mismo se compusieron para esta com-
la Orquesta Sinfónica de Boston se encuen- cabe afirmar de la lectura del Larghetto, cu- binación instrumental, aunque dentro de la
tra entre las mejores del continente ameri- yo carácter lírico y meditativo está plena- obra beethoveniana no alcancen la catego-
cano, y sólo la a veces superficial batuta de mente conseguido por el arco de este gran ría de otras obras. De todas formas estas so-
Ozawa nos podía hacer presagiar unos re- violinista. natas al pertenecer a períodos creativos
sultados incompletos. Pero en honor a la distintos son un magnifico exponente de las
verdad hemos de decir que el acompaña- Et trabajo realizado por la Orquesta Fi-
larmónica de Nueva York, dirigida en esta duras búsquedas y logros de su autor. Sí en
miento es de primera clase y Ozawa no sólo las sonatas de la Op. 5 el piano es protago-
no perturba la excelente y vitalista versión ocasión por el director y pianista argentino
Daniel Barenboim, es también encomiable. nista absoluto en detrimento del cello, en la
de Serkin, sino que la apoya decididamente. Op. 69 el equilibrio instrumental es eviden-
La mejor virtud del solista es, sin duda, Únicamente cabe apreciar algunas pequeñas
inseguridades y, sobre todo en el primer mo- te, al igual que en el grupo de las sonatas
su capacidad de comunicación, su vibrante Opus 102 hallamos a Beethoven probando
personalidad, que arrolla con fuerza en los vimiento, cierta falta de claridad timbrica
en la masa orquestal, aunque esto sólo se esquemas que culminarán en los últimos
movimicnlos extremos, y es capaz de alejarse cuartetos.
lo necesario en el Adagio un poco mosso pa- presenta en leves momentos. Ello no empa-
ra obtener una versión de primera catego- ña, por supuesto, el juicio general positivo. Harrell y Ashkenazy, los Serkin y Casáis
ría, sil liándose entre los grandes: Resumiendo, compacto muy interesante de nuestros días, conscientes de los distin-
Kempf-Leilner. Fiéis her-Siell. Oilels-Szell, tanto por la obra como por la versión, aun- tos momentos a los que pertenece cada so-
Ashkenazy-Solti, Barcnboím-Klemperer y que muy mal aprovechado en cuanto a la du- nata, saben adaptarse perfectamente a su
un largo etc.. en el que se incluye la ante- ración (no llega a los cuarenta y cinco estilo de tal forma que un cellista de sonido
rior versión del propio Serkin con Bemstein. minutos). tan grande y tan extrovertido como Harrell
Pero sin duda lo más destacado de iodo F.C.U. sabe mantener un discreto segundo plano a
es la primorosa grabación digital efectuada veces muy neutro en las primeras sonatas pa-
por Telare con sus excelentes medios habi- BEETHOVEN: Cuartetos n." 3 Op. ¡8/3y ra dialogar apasionadamente en el resto de
tuales. Se trata de un sonido espectacular, la serie con su partenaire.
pero no por el poderío del volumen, que no n.°S Op. 59/2. Cuantió Brandis. Hirmo-
niaMundi. H.M.C. 1214. Cuartetosn.° II De todas formas, si el tándem Ha-
Op. 95 y n." 16Op. n.' ¡6Op. 135. Co«r- r reí/Ashkenazy funciona admirablemente

Scherzo 37
DISCOS

como dúo, se les podría achacar una cierta nianas del director húngaro, pero posee to- mejor Berlioz, aquél en que no se da jamás
superficialidad en sus planteamientos mu- davía una fuerza, una dicción, una el efecto sin causa, lo que viene a emparen-
sicales, (oda vez que su virtuosismo oculta incisividad y una elocuencia superiores a ¡a tarías con Romeo y Julieta, La Infancia de
al Beethoven intimo y humano que se halla más tranquila y sosa —y, hay que repetir- Cristo o la parte de Margarita del Fausto.
en su música. lo, bien hecha— de Dohnányi. Elly Ameling no estaba ya en su mejor
Registro espectacular de 1984 y 1986 que momento cuando grabó estas canciones en
no hace olvidar el atiento de los Rkhler/Ros- A.R. 19S5; además las había registrado pocos
ir opo vi eh, en gracia de Dios cuando reali- años antes Te Kanawa con la voz más fres-
zaron en 1961 la integral para Philips. BEETHOVEN: Romanzas para Violtn Op. ca; sin embargo, el compacto nos la hace re-
40&5Q; SHUBERT: Koncertslük, D. 345, vivir y en muchos instantes —sobre todo en
A.M.J. Rondó, D. 438, Polonesa, D. 580; DVO- las más lentas—, vuelve a darse esa trans-
RAK: Romanza Op. 11. St. Paul Chamber parencia de antaño que tancas veces nos ha
BEETHOVEN: Obertura Leonora III, Sin- Orquestra: Pinchas Zukermann. Director y conquistado. El agudo, nunca facilísimo, es
solista. Philips 420 168-2. Compacto DDD hoy desgarrado, la emisión se ha vuelto ve-
fonía n.° 6 en Fa mayor. «Pastoral». Or- lada y carentes de vibración algunos pianos.
questa de Cleveland. Director: Christopb 59'55".
No obstante, al final de una de las mejores
von Dohnányi. TFXARC CI) 80145 DDD. Otoño, 1802. Un hermano de canciones, la citada Ausencia, es magistral
Grabado el 15 de diciembre de 1986. 55'01". Beethoven más guiado por el el contraste entre la frase ¡Qué suerte tan
Et director alemán, de ascenden- afán de lucro que p"r el de di- amarga!, cantada primero con una emisión
cia húngara, Von Dohnányi nos fundir la música, ofreció las 2 Romanzas pa- natural y a continuación conteniendo ¿[fía-
ofrece en este compacto —de ra violín a la casa editora Breitkopf & Har- lo, para finalizar la estrofa con una serie de
bello, transparente, equilibrado y algo apa- te!. Reflejan un Beethoven dócil y reguladores de volumen casi tan impercep-
gado sonido— dos aprecian les recreaciones sentimental, sin excesivas búsquedas, y se co- tibles como expresivos.
de sendas famosas páginas beethoven ianas. dean con algunos opus de circunstancias -
Brillan el buen arte de la batuta para situar preludios, serenatas, randós...—, marcados Completa este disco el Pelléas de Gabriel
adecuadamente los planos, regular las inten- por el tono crítico con que su autor solía re- Fauré. Músico sin concesiones, que única-
sidades y controlar las progresiones, su sen- ferirse a los trabajos menores. mente transigía ante la belleza, su obra se
sibilidad para discernir los timbres y la Sin embargo, el aciago testamento de Hei- constituye como el auténtico eslabón perdi-
excelente manera de distribuir los acentos ligestadl —redactador también en otoño de do entre el romanticismo francés y el impre-
dentro de un acercamiento estilístico muy 1802—, muestra un estado de ánimo muy sionismo.
plausible. Son visiones claras, fraseadas con diferente ai que estas piezas parecen suge- R. Shaw ha captado bien la atmósfera de
lógica; bien hechas, podría decirse. rir, y no es aventurado pensar que las dos melancolía de! preludio, cuyo misterio algo
Romanzas fueron compuestas por Beetho- se ha exagerado al ser la única nota agorera
Falta, sin embargo, en estas interpretacio- la llamada de un cuerno de caza en la leja-
nes algo que usualmente no se echa de me- ven con anterioridad, de tal forma que 1802
es solo la fecha de edición. nía. Para el tercer fragmento de los que com-
nos en aproximaciones del director a ponen esta suite, la Siciliana, Zinmann
partituras más modernas, particularmente El presente disco se completa (hay que de- encuentra un ritmo más vivo que Shaw en
las de la escuela de Viena y aledaños, en las cir que por todo lo alto, desde el punto de ta flauta y el arpa que exponen el tema re-
que se percibe un mayor mordiente e inten- vista melódico), con tres obras de Schubert currente. El primero, no obstante, valién-
sidad expresiva, un más incisivo tratamien- y una de Dvorak. Las de Schubert tuvieron dose de múltiples sfumature contrasta muy
to de la materia sonora. La variada rítmica como probable destinatario a su hermano bien las diversas secciones de esta página de
—tan esencial— y el fluido aconiecer de la Ferdinand, ejecutante de violín, quien las es- sabor arcaico e involuntariamente cinema-
Pastoral han estado mejor manejados y ex- Irenaba ante el compositor. La Romanza tográfico.
puestos otras muchas veces. Dohnányi re- Op. 11 de Dvorak es más conocida en su re-
sulta casi siempre, dentro de su comentado ducción para violín y piano, aunque ésta nos Shaw ha intentado superar sin traicionarla
bien hacer, algo genérico, poco espirituoso, impida gustar del colorido orquestal que, in- la habitual monocromía de la orquesta fau-
próximo a lo prosaico. No arrastra, no con- cipientemente, está contenido en esta página. reana, destacando nítidamente las lineas de
tagia. El comienzo de ta sinfonía es ya un La interpretación de Zukermann, de so- las distintas familias instrumentales sobre el
perfecto ejemplo. La hondura musical, la nido limpio a la par que firme, otorga a es- tejido dominante de la cuerda. En este sen-
complejidad de texturas y el sutil juego agó- tas obras las dosis justas de virtuosismo, tido, sin ser excepcional, su versión deja
gico del Andante no acaban por ello de que- pero sin dejar entrever en muchos pasajes atrás a otras anteriores y muy concretamente
dar del todo reflejados. Excelente el especial convicción o entusiasmo. La Or- a la de Batido.
arranque de la (ercera parte de la obra, lle- questa de St. Paul, muy funcional, perma-
vado a buen aire, correcta la Tempestad y J.M.S.
no especialmente afortunado el Allegietto nece siempre en segundo plano, sin perturbar
conclusivo, carente de esa serena transpa- los más altos cometidos de su director y
solista. BIZET: Carmen. Teresa Berganra. Plácido
rencia, de ese tono himnico. de esa dinámi- Domingo, [lesna Cotrubas, Sherrill Milnes.
ca interna que ha de promover la ideal En resumen, disco amable, quizá en ex- Ambrosian Singers. London Symphonj Or-
asunción entre la danza y !a mística. ceso, loque motiva la sensación deque está chestra. Director: Claudio Abbado. 419
un tanto pensado como música de fondo, 636-2 Díutsch* Grammophoa. 3 CD. ADD.
Hay muy buenas versiones de estas dos propio para oírse en un confortable auto-
composiciones, en general superiores a las móvil de alto standing e interrumpirse su es- hn 1977 el Festival de Edimbur-
aquí ofrecidas —de nivel excelente en todo cucha cuando comienza la discusión sobre go ofreció una Carmen que pro-
caso y con una orquesta de auténtico lujo—. temas de trabajo. vocó gran expectación: Teresa
De entre las antiguas de la sinfonía, todas Berganza, famosa en todo el mundo por sus
ellas, cada una en su estilo, de gran catego- J.M.S. interpretaciones rossinianas y mozartianas,
ría, pueden citarse las de Furtwángler, Wal- se ocupaba por primera vez de tan comple-
ter, Schurícht, Klemperer (con la Sinfónica BERLIOZiLeíNuitsd'Eié, Op. 7FAURE: jo rol. Inmediatamente, la producción se lle-
de Viena y con la Ph i [armonía, a cual más Pelléas el Mélisande Op. 80. Eli y Ameling vó al disco. Con dos cambios importantes:
interesante) o Kleiber (espléndido en cual- (soprano) Allanti Symphony Orp.: Robert Milnes sustituyó a Krause en Escamujo; Co-
quiera de las que dejó, modelo de claridad, Shaw (director). TELARC-Digilal trubas a Freni en Micaela. Esta grabación
justeza e intención cantabíle). Más moder- DC-10084. Compacto BOOM. 47-18". se presenta ahora en disco compacto, a pe-
namente habría que recordar a Cluytens, sar (se dice) de ¡as reticencias de Karajan,
Giulini (cualquiera), Bohm (con Viena) y al- Este disco reúne a dos composi- uno de los accionistas de la DGO, que te-
guna de las de Karajan (cuanto más antigua, tores franceses, Berlioz y Fauré, mía la competencia con su propia versión de
mejor), junto a la bellísima de Kubelik. En- de muy opuesto temperamento y la obra {Baltsa, Carreras, 1983).
tre las más recientes se sitúan a buen nivel en algún aspecto grandes desconocidos aún
Ashkenazy y Muli. Puede ser curioso e ins- en la actualidad. Este registro se distingue por la presencia
tructivo escuchar la de Szell, con la misma El primero de ellos orquestó sus seis can- directorial de Claudio Abbado. El director
formación americana, para CBS. No es de ciones sobre poemas de T. Gautier hacía italiano ha elegido la versión original de Car-
las más logradas interpretaciones beelhove- 1855, con la sota excepción de Ausencia, or- men, Opera-comique con diálogos hablados,
questada con anterioridad. Pertenecen al sin los recitativos de Guiraud. Parte de la

38 Scherzo
TEATRO
III
IBERDUERO

OROUESTAYCORO
NACIONALES
DE ESPAÑA
TEMPORADA i987/i988

20 Director:
4. 5. 6 Mano 1988

Coro Nacional de España


Sergill C O I O Í S S Í O I U
Solista: Joaquín Soriun, plano
Abono B
22 18, 19, 20 Marzo I9S8

Liircctor Walter Weller


Sdiiu Dotningo Tomát, vioJin
Abono B

Obra esp«itoJt de careno absoluto a determinar


Bach-Stckotnliy Preludio de la suite en Re Monrt Concierto para violin y orquesta núm. 7 en Re
Screwtasky Sinfonía de los salmos mayor. K 271 A
Lkxt Tounlanz. piano y orquesta Chaikovskl Sintonía núm. 6 en Si menor. Op. 74 "PatiHica'

23
Stni» Las travesuras de TiII Eulenspiegel. Op. 28

21 Solult:
II. 12. 13 Mano 1988

Muhai Tang
Dmttri Alemev, ptuo
Abono A

Director:
25. 26. 27 Marco 1988

Coro Nacional de España


Helmut Rilling
Solinu: Syrvi* McNalr, « p n n o
Unuui K u u , msioloprAno
Abono Libre

Su Cong Obcrtun (Dcdnadj a Muhai Tang) Aldo B^dln, Icnor IcvangellMa)


PTOIUHV* Concierto pan piano y orquesta nüm 3 en Do David ünrdon, Irnor (arúu)
mayor. Op. 26 PMer Uka,. bajo IJBÚJ)
Riimky-Konalu» Scheheraude. Op 35 A n d r w Schmktl, b«Jo {>ruu}

Baefc Pasión según Sui Mateo. BWV 244

Gcrkvd Concieno para vtoltn y orquesa


Reno de programa a determinar

Este avance de programas es susceptible de modificación

Localidades disponibles en taquilla todos los Domingos

MINISTERIO DE CULTURA
DISCOS

edición de 1S7S de Choudens, teniendo en la gitana comprende que JOSÉ es un ser ma- mite esa sensación de temor que texto y mú-
cuenta, igualmente, las precisiones que el nejable, porque es débil y está enamorado, sica exigen.
descubrí míenlo de la partitura autógrafa del no es el nombre que ella creía; en fin, para El equipo de comprimarios colabora con
autor, por Oeseten 1961, sacó a la superfi- Carmen es una decepción y en esc punto qui- corrección, con una salvedad: Robert Lloyd
cie. Detenernos en pormenorizar lo que Ab- zás ya deja de amarlo. Pues bien, aquí la hace un Zúfliga de insoportable audición.
bado seleccionó o desechó excedería los Carmen de Berganza comienza a cojear: le F.F.
limites de una simple reseña discográfica. faltan medios y arrestos pata convencernos.
Quede claro solamente, que como siempre Carencias éstas que se agravan al final del
este director se mete de lleno en una obra, acto III en las bfeves, pero decisivas frases, BOCCHERINI: Conciertos para violance-
brillan su honradez y honestidad profesio- con las que despide a José. En el dúo final llo núms. I, 7 y 9. Wouler M 611er, violon-
nales, cualidades que en el caso que nos ocu- la cantante recupera apariencia, frase por cillo. Lmde-Consort. Director: Ha n^-Martin
pa adquieren especial valor por ser Carmen frase, pero ¿no falta algo de creciente ten- Linde. EMI Reflexe CDC 7 490832 Compac-
una obra particularmente manipulada. sión interior desde C'esl loi? hasta el Tiens to. DDD. SS'OS".
decisivo y culminatorio? El Aria de las Car-
Abbado plantea Carmen esquivando to- las merece especial atención. En el recitati- Sólo en los últimos años parece
do efectismo brillante (cómo suaviza la per- vo, Berganza consigue un efecto sorpresa que vuelve a existir un cierto in-
cusión), cualquier contraste excesivo. Asi lo valioso (con ayuda del micrófono). «Cuan- terés por la música de Luigi Boc-
que para Abbado sucede en la acción de ¡a do las canas anuncian la llegada de la muei- cherini, compositor perteneciente a las legio-
ópera es consecuencia directa de ia evolu- :e», continúa expresándose la cantante, la nes de los autores no de genio deslumbran-
ción interna de los personajes: lo externo es música se transforma en un pianisimo tam- te, pero a los que es necesario acercarse si
circunstancial; ¡o esencial está dentro del bién íntimo y trágicamente dulce. Afirma la queremos tener un conocimiento más com-
protagonista. Con ello, y ésta es una cuati- cantante: «Las interpretaciones de esta es- pleto del clasicismo. La producción came-
dad infrecuente en los directores operísticos cena presentan casi siempre una Carmen agi- ríslica del italiano, en especial los Quíntelos,
de hoy, no sólo da una visión intima, pro- tada, nerviosa, extrovertida. Yo, en cambio, ha sido sacada a la luz por el disco, mien-
funda, de Carmen, sino que se adapta a las opino lo contrario. Carmen vive todavía sólo tras permanece oculta o falseada su obra or-
voces con las que ha contado para realizarla. para si misma... pero siempre audazmente questal. Su Concierto para violoncello en si
serena, segura de sí misma, perfectamente bemol mayor —la pieza más famosa salida
Esla visión saca a la superficie nuevos ma- de su pluma en esta parcela— se venía in-
tices. Entre muchos, dos ejemplos para com- conocedora de la situación». Está bien, pe-
ro ¿cómo se explica entonces que en esla par- terpretando en un disparatado arreglo de-
probarlo. Cuando don José escucha el toque cimonónico. Conocer a Boccherini a través
de retreta en el acto II, la trompeta gana re- te Bizet obligue a la intérprete a emitir esas
graves notas de pecho sobre la palabra Morí, de sus páginas concertantes para violonce-
pentinamente una presencia sonora prota- llo parece en principio un método idóneo,
gónica. No se trata de un simple efecto con el salto de octava desde el anterior agu-
do de Vingtfois? Aquí, creo, hay algo más pues el músico fue uno de los más grandes
estereofónico: es dentro de José donde esa virtuosos de su tiempo y escribió para su pro-
llamada resuena, ineludible y molesta. Otro que serenidad y aceptación.
pio uso las obras de las citadas característi-
modelo: el breve diálogo entre Carmen y las cas. Sin embargo, se plantea un grave pro-
dos gitanas del acto IV (Carmen, un ban En definitiva, la Carmen de Berganza blema: de los once conciertos tenidos como
conseil) está susurrado. Efecto magnífico: combina genialidad e insuficiencias. Es pre- de Boccherini, se duda de la autenticidad de
en medio del esplendor del gentío que llena ciso añadir que la mezzosoprano, en la pres- cinco. Los que son suyos con seguridad to-
la plaza ese intercambio de palabras a me- tación escénica del personaje, consigue paliar man todavía muchos esquemas del concier-
dia voz, con la noticia ominosa de la pre- estas carencias: es difícil hoy encontrar una to barroco, aunque otros elementos, como
sencia de José entre la multitud, da a la actuación teatral tan atractiva, rica y varia- el dibujo melódico, son >a plenamente
sección un poderío dramático insólito. La da (citemos a Piero Faggioni que algo ten- clásicos.
acción de Carmen, pues, casi puede seguir- drá que ver con esto). Para probarlo: existen
se a través de la orquesta, sin que jamás, em- varios registros en video; desiacable ei de la
pero, e! cantante aparezca empequeñecido. Las interpretaciones recogidas por el dis-
representación de la Opera de París de 1980. co suponen todo un hito en la restitución de
Al contrario, como antes se insinuó, siem-
pre está presente Abbado para compensar Se afirma que la complejidad del rol de la auténtica sonoridad de la música de Boc-
la debilidad de las voces. Don José radica en ia necesidad de contar cherini. Se contaba con el precedente, des-
con un tenor lírico para los dos primeros ac- de luego, de la extraordinaria grabación de
Teresa Berganza ha explicado repetidas tos y otro dramático para el resto de la ópe- Bylsma y el Conceno Amsterdam, pero las
veces su concepción de la gitana de Bizet. ra. Es bastante evidente. Plácido Domingo, obras escogidas en uno y otro caso no son
Previamente a su presentación en Edimbur- en esta grabación, repetía papel (antes con coincidenles. Móller demuestra poseer la
go y en sucesivas entrevistas. Esto puede Solti en 1975); luego triplicaría José para la acabada técnica precisa para reproducir es-
entenderse tanto como justificación sospe- banda sonora del film de Krancesco Kossi. tas músicas. Destaca por su inatacable afi-
chosa, petulancia (en 100 anos de vida de Con Abbado, Domingo se manifiesta más nación. Sólo puede reprochársele que el
Carmen todas la* anteriores intérpretes no controlado que de costumbre, lo que, en de- sonido pierda algo de redondez y belleza en
han descubierto la auténtica psicología de finitiva, le perjudica. En el dúo con Micae- el registro agudo. Elegante y refinado acom-
la gitana) o genialidad. De todo hay algo. la es incapaz de acomodar la voz al lirismo pañamiento del Linde-Consort.
«Caimen», dice la mezzosoprano, «es una de la página y su emisión resulta tosca y E.M.M.
mujer llena de vida, simpática, divertida. Su apretada. El Aria de la flor está cantada con
presencia es desde el principio alegre y ma- más pasión que linea. Es a partir del en fren-
liciosa... No hay pasión violenta, fatalismo, tamiento con Escantillo del acto III donde BORODIN: El principe Igor, apera comple-
sólo alegría, diversión... Nunca expresa se- Domingo se hace con el personaje. Las fra- ta. Ivan Petruv, Tallan» TugarInova, Vla-
xualidad, sino sensualidad». Tales premisas ses finales de este mismo acto (con ciertas dimir Atlantov, Artur Eisen, Ale xa nd re
conceptuales le funcionan a la cantante du- reservas para el agudo) son impresionantes. Vedemikov y Fien» übrazlsova. Coros y Or-
rante una buena parte de la ópera. Poco co- Lo mejor de su contribución, magníficamen- quesla del Teatro Bolshoi de Moscú. Direc-
rriente es encontrar una Habanera tan bien te sostenido por Abbado, está en el dúo con tor: Mark Ermler. Álbum <ie 3 discos com-
cantada, por fraseo, musicalidad y medios Carmen en el acto IV. Globalmente, creo pactos Le chan! du monde LDC 278871-3.
vocales. O una Seguidilla (an llena de mali- que Domingo sale mejor parado con las di- Por una vez, y sin que sirva de
cia insinuante. O una Canción gilana, diná- rectrices de Solti o Maazel. precedente, la industria discográ-
micamente diferenciada en sus tres estrofas. fica no será blanco de acerbas
O anteriormente el Traja Ja del n . ' l , don- A Sherril! Milnes le resulta muy incómo- criticas: si El principe Igor no cuenta aún
de se burla desafiante de Zúñiga. Bergan- da la fatua canción del toreador: los graves con una grabación digna, la culpa debe im-
za, pues, está sencillamente magistral, sin redondez, los agudos calantes. El resto, putársele, primeramente, al mismísimo Bo-
aunando intenciones con resultados. Pero, de respetuosa rutina. rodin, que después de trabajar casi 20 años
a partir de Au quartier, pour l'appel (acto lleana Cotrubas tiene la voz y personali- sobre la ópera, fue incapaz de dejarla escri-
III) Carmen descubre un aspecto nuevo de dad idóneas para Micaela, papel que no le ta. Asi, Rimsky hubo de orquestar aquí y
su personalidad: mujer de gran carácter, te- origina ninguna dificultad, por ende. Sin em- allá; Giazunov tuvo que reproducir de me-
rrible cuando se enfurece, posesiva. Este mo- bargo, en su dúo con José acentúa en de- moria la Obertura, escuchada el autor al pia-
mento de la obra es crucial: en ese instante masía la ñoñería del personaje. Pero en el no; y entre ambos, completar el tercer Acto.
aria Je dis que ríen ne m 'epouvante trans- Pero Borodin también tiene disculpas. La

40 Scherzo
DISCOS

principal consiste en que su oricio nunca fue ra el sello Columbia, y la Cuarta en septiem- mer movimiento. Allegro non troppo, bas-
el de compositor. Su vocación musical hu- bre de 1956, de nuevo para EMI. Del ciclo tante contrastado y coherente en su fuero
bo de dar prioridad a su pasión por la Quí- con la Filarmónica vienesa es la Cuarta la interno. Con el Adagio non troppo-l. 'isie-
mica y a sus obligaciones como profesor en que nunca fue grabada: la Primera fue gra- so tempo, ma gravoso notamos una vez más
la Academia de Medicina de San Petersbur- bada en diciembre de 1960 para R.C.A., la la sensibilidad de Karajan hacía los segun-
go. Otra disculpa, de importancia no menor, Segunda en 1951 para Columbia, y la Ter- dos movimientos de las sinfonías brahmsia-
radica en la epopeya nacional elegida como cera en septiembre de 1962 para Decca. Que- ñas. El uso frecuente y di versificador de
base del libido: tema muy afín a los presu- dan además, en tercer lugar, otras dos crescendos y decrescendos —uno de los ras-
puestos nacionalistas del Grupo de los Cin- versiones sueltas de la Primera, ambas con gos que mejor caracterizan a este movi-
co —del que Borodin formaba parte— re- la Filarmónica de Berlín: una, que inaugu- miento— está vertido a la perfección, mien-
sultó poco apio para su tratamiento operís- ró las grabaciones brahmsiana.s de Karajan, tras que en el terreno instrumental podría-
tico. Para más detalles puede el lector con- realizada en 1940 para D.G.G.. aún en 78 mos destacar la plenitud sonora de los
sultar el artículo de Gerardo Queípo de r.p.m.; otra, que data de abril de 1955, y pa- \ioloncelos. Si el tercer movimiento. Alle-
Llano en el número 17 de SCHERZO. ra el sello italiano Cetra. En total, pues, se gretto grazioso IQuasi Andontinol-Presto
contabilizan seis versiones de la Primera, ma non assai-Tempo /tiene las dosis de en-
De resultas de todo ello, ninguna de las cuatro de la Segunda, tres de la Tercera y canto necesarias, el cuarto y último. Alle-
cinco ediciones que forman la discografía de tres más de la Cuarta, gro con spirito, resulta en algunos casos algo
Igor es plenamente satisfactoria. Las dos plano (escúchese por ejemplo la exposición
primeras, dirigidas por el notable Melik- Ante tan vistoso catálogo, conviene pre- del muy bello segundo tema a cargo de vio-
Pashaev datan de los años 30 y 50, el soni- guntarse, consideraciones económicas aparte lines y violas). Pero la extensa coda es in-
do es mediocre y no están completas. Para —Karajan podría recibir, como Dalí en su terpretada con la debida brillantez. Com-
la siguiente (1955), Osear Danon no contó día, el sobrenombre de «Ávida Dollars»—. pletan el disco las Variaciones Hayan, que
con el equipo vocal y orquestal que mere- el por qué de una nueva integral. ¿Tiene el dentro de una traducción globalrnentc muy
cía. Por su parte, EMI tuvo la infeliz ocu- maestro salzburgués algo más que decir acer- satisfactoria, tiene como momentos de es-
rrencia en 1967 de no grabar el tercer acto ca de las Sinfonías de Brahms? La respues- pecial validez las Variaciones II (Poco viva-
—supongo que por reputarlo espurio— in- ta, claro, se la pueden ya imaginar ustedes: ce). [V (Ándame con moto) y la deliciosa
validando así el buen hacer del director Sem- el anciano director, que empezó a grabar- Vil (Grazioso).
kow y el de Boris Christoff, en el doble papel las en 78, deseaba sin duda alguna hacerlo
de Galitzky y Kontchak. ahora en la maravillosa técnica del CD. Ante En resumen, pues: salvo los reparos men-
Así las cosas, la grabación hoy comenta- esa posibilidad, que no admite réplica (7) pa- cionados, estamos a mitad de camino de un
da, que data de 1970, campa por sus respe- saremos ya a analizar el contenido de las dos ciclo de las Sinfonías de Brahms muy pro-
tos sin competencia. La interpretación tiene primeras entregas. metedor. Esperamos que su terminación no
un buen tono medio, del que sobresalen el nos defraude.
Resulta ante todo curioso destacar que,
noble I van Petrov como prolagonista —aun- contrariamente a lo que ha venido sucedien- Jo-R.B.
que la voz declinaba ya— y la gloriosa pri- do en sus realizaciones de los últimos tiem-
mavera vocal de Elena Obraztsova como pos, el nuevo Brahms del viejo Karajan no BRAHMS: Sinfonías 1-4: Obertura trágica,
Kontchakovrta. Los restantes solistas, el co- se muestra proclive a sus caros desmelena- Op. 81: Obertura pura un festival académi-
ro, la orquesta, el director y la grabación sonmientos efectistas y opta por la mesura y la co. Op. 98. Orquesta Sinfónica de Chicago.
aceptables, pero la obra, aun con todas sus reflexión, pero con las debidas matizacio- Director: Sir Üeorg Solli. DECCA 421
desigualdades, merece bastante más. Ojalá nes, como ahora mismo veremos. Veamos 074-2. 4 compactos ADD.
Rojdeslvensky o Svetlanov tengan ocasión su lectura de la Primera: al Un poco sosle-
de demostrarlo. „ , ., nuto inicial le falta algo de fuerza e incluso De la misma manera que Brahms
unos gramos de efectismo bien entendido, no empezó hasta muy tarde su
pero todo el despliegue del restante primer producción sinfónica, Georg Sol-
BRAHMS: Sinfonía núm, I en Do menor, movimiento está satisfactoriamente interpre- ti esperará mucho tiempo en iniciar las gra-
Op. 68. Orquesta Filarmónica de Berlín. Di- tado, aunque no dejemos de echar de me- baciones de las cuatro sinfonías del maes-
rector: Hcrbtrl von Karajan. D.G.G. 423 nos en él un cierto pathos. Se advierte ya tro alemán. Su venerable respeto por uno de
141-2. Digital compacto. 44*38". Sinfonía aquí un rasgo que volveremos a encontrar los ciclos más impresionantes de la historia
núm. 2 en Re mayor, Op. 73. Variaciones en la coda de esta Primera Sinfonía y aún de la música le hará ser cauto y precavido
sobre un lema de Joseph Hoyan, Op, 56 a. en la Segunda: el deseo por dibujar perfec- en este terreno, y es por esto que cuando Sol-
Mismos intérpretes. D.G.G. 423 142-2. Di- tamente, por hacer más audibles las inter- lí al fin se decide al frente de ta Sinfónica
gital compacto. 59'30". venciones de los metales, que en otras de Chicago a llevar a cabo esta empresa, el
versiones de otros directores no se pone de director es ya un músico maduro que ha per-
dido pane de la convulsiva gestualídad rít-
Nos encontramos ante las dos manifiesto, quedando mis camuflados en el mica de sus comienzos para ganar en cambio
primeras muestras de una nueva caudal sonoro del conjunto orquestal. La serenidad y reflexiva concentración que se
integral de las Sinfonías de .audición del segundo movimiento, Andan- ponen de manifiesto en la mayor importan-
Biahms a cargo de Karajan y sus músicos te sostenuio, produce una sensación de evi- cia dada a la amplitud del fraseo melódico
berlineses, y cuyas entregas sucesivas debe- dente mejora; la versión es de un primor > a la densidad del tejido orquestal. El
rán ir apareciendo. Dios mediante, en el mer- absoluto, con unas intervenciones individua- Brahms de Solti emerge y se expande en to-
cado internacional. Se traía, además, de una les y colectivas de la orquesta extraordina- das direcciones con la misma necesidad que
integral que se editará exclusivamente en dis- rias. Si no fuera por la solidez de muchos gobierna el paulatino crecimiento de un ser
co compacto y en vídeo, con producción en rivales en cuanto a concepto, orquesta y di- vivo. No existe violencia alguna ni obsesión
este caso a cargo de Telemondial Video. rector, nos atreveríamos a afirmar que es por remarcar los aspectos estruciurales de
una de las mejores de cuantas se han graba- la partitura, sino que todo fluye romo si en
A lo largo de su dilatada carrera como su- do en disco. Tras un Un poco aUegretto per-
ma batuta discográfica, Karajan se ha mos- fectamente medido y explicado, llegamos al realidad se tratara de algo divinamente sen-
trado interesado una y oirá vez, casi sin cuarto movimiento, Adagio-Piú Andante- cillo. Fl director húngaro consigue aquel
tregua, por ¡as Sinfonías del gran composi- Allegro non iroppo. ma con hrio. donde el efecto tan humanamente difícil de conseguir
tor de Hamburgo. Cifras cantan: tiene en director salzburgués parece sacar al exterior en Brahim y que consiste en hacernos olvi-
primer lugar en su haber dos integrales com- lodas las energías contenidas a lo largo de dar la complejidad de una escritura contra-
pletas con la Filarmónica de Berlín, ambas la sinfonía. Hay unos muy buenos solos de puniística que va disgregándose y perdiendo
para D.G.G., la primera grabada en octubre- trompa y flauta, y en el célebre tema del sentido cuanto más de cerca la contempla-
noviembre de 1964 y en enero de 1965, y la Allegro, expuesto con esplendorosa pleni- mos. Y es que el discurso sinfónico del com-
segunda durante 1978. Un segundo capítu- tud, queda demostrada una veí má". la ma- positor no quiere intelectuales descifra-
lo sería el de las integrales nunca completa- leabilidad y transparencia de las cuerdas de mientos miniaturistas, sino el aliento unita-
das, una con la Orquesta Filarmonía de la Filarmónica berlinesa. La ya menciona- rio y global tapaz de desvelar la esencia me-
Londres y oirá con la Filarmónica de Vie- da coda es especialmente brillante y espec- diante la subordinación de lo que es secun-
na. Del ciclo con la Orquesta Mlarmonía fal- tacular. dario, mediante el adecuado alejamiento y
ta la Tercera Sinfonía, mientras que la la exacta perspectiva que permiten ver cada
Primera fue grabada en febrero de 1954 para cosa en su lugar. Este álbum, que incluye
EMI; la Segunda en noviembre dt 1957 pa-
En la Segunda Sinfonía hallamos un pri-

Scherzo 41
DISCOS

además de las cuatro sinfonías, la Obertura menzaba a prevalecer; y tampoco la graba- cen en un cielo tempesluoso, el Réquiem
Trágica y la Obertura para un festival aca- ción contribuía al éxito de una integral brahmsiano es una expresión de cristianis-
démico, es pues muy impórtame, porque re- sometida a la competencia de la realizada mo existencia!, de vivencia de la muerte en
sume el trabajo maduro de uno de los por Katchen, Suk y Starker para Decca, que vida, repasada sobre la traducción luterana
directores más grandes y prolífieos que aún era y sigue siendo referencia. Así pues, na- de la Biblia. Germán i dad romántica tardía
viven, y aunque en principio la grabación no da de extraño tiene que el Bellas Artes haya al máximo, en suma.
constituye ninguna novedad por ser una vuelto sobre estos Tríos, aprovechando las Shaw se equivoca de lectura. Se equivoca
adaptación al CD de una toma efectuada en favorables condiciones acústicas de La a partir de sus propias excelencia» técnicas,
1979, no obsiante tiene a su favor la inme- Chaux-de-Fonds, en Suiza, que ya nos han que no se ponen en duda. El es, ante iodo,
jorable calidad del registro obtenido. valido excelentes registros recientes de Clau- un maestro de coros, atento a la homoge-
dio Arrau. neidad del timbre en la masa vocal, a la cla-
C.C. Durante los veinte años que separan una ridad de la articulación, a la nitidez del
y otra integrales, el conjunto americano ha solfeo. Esta fórmula redunda en sonorida-
BRAHMS: Sonata en Fa menor para viola registrado los Tríos de Haydn, Mozart, Beet- des aéreas y diáfanas, acaso propias de una
y piano Op. 120 N." I; Sonata en Mi bemol hoven (también por dos veces), Schubert, página de Mendelssohn. En cualquier caso,
para viola y piano Op. 120 N." 2. Mendelssohn, Dvorak, Rachmaninoff y todo lo contrario al presente Brahms.
SCHUMAN: Márchenbitder para viola y otros autores. Incluso, con ayuda de solis- El coro protagoniza la versión y la orques-
piano. Op, III. Nobuko Imii, viola. Roger tas de viola como Trampler o Giuranna, han ta acompaña, lo cual acentúa lo impropio
Vif>noles, piano. grabado Cuartetos con piano de Brahms o de la interpretación. Se pierden la robustez
CHANGOS A8RD 1156. Mozar!. Repertorio amplísimo que los acre- y la densidad de la textura brahmsiana y dejan
dita como uno de los más destacados expo- de oírse cantidad de efectos de la partitura.
Como es bien sabido no es que sea dema- nenies de esta formación cameristica.
siado abundante el repertorio dedicado a la Los solistas contribuyen a la levedad y en-
viola, y es por ello que cada nueva graba- La nueva interpretación de los Tríos de deblez general: Auger es una soprano lige-
ción constituye siempre una agradable sor- Brahms que ahora comentamos es superior ra y Stilwell, un barítono claro, cuando no
presa, especialmente para el aficionado a la a la antigua: más intensa y personal, da una descolorido.
música de cámara, que es el destinatario idó- imagen más acabada del período románti- De esta obra hay discografía generosa,
neo de esta última producción de Chandos. co en que se inscriben las opus 8 (18S4, re- versiones de referencia que exigen afinar la
La selección de piezas escogidas forman par- visada en 1890), 87 (1882) y 101 (1886) y, puntería en caso de reiteración. De las vie-
te de la literatura considerada como clásica sobre todo, de las circunstancias y finalidad jas e incólumes de Walter y Karajan hasta
de aquel instrumento y los dos intérpretes de su composición. Tengamos presente que las más recientes de Haitink y Solti. Al de-
son verdaderamente sensacionales. En pri- los amigos de Brahms estimaban sus obras sacierto de la lectura colabora una toma de
mer lugar los Márchenbilder deSchumann, de cámara por encima de las restantes, y ellos sonido que, sin dejar de ser limpia, ofrece
expresión que traducida al castellano sería mismos las leian o locaban para su propio un punto de audición lejano, que atenúa aún
algo así como Ilustraciones de cuentos de ha- placer. Pero es precisamente ese goce en et más la escueta sonoridad de Shaw, más pro-
das, son tres deliciosas estampas sin más re- hacer música lo que sigue faltando al Trio pia de una celebración dominical cualquie-
ferencias literarias que aquel título genérico. Bellas Artes, proclive a realizar la partitura ra que de una desgarrada meditación
Traducen la originalidad, tanto armónica co- antes que a abandonarse o volcarse en una teutónica sobre este y otros mundos.
mo melódica, del último período creativo del interpretación comprometida. Indiscutible-
compositor tres años antes de su reclusión mente, su enfoque objetivo corresponde más B.M.
definitiva en el sanatorio mental de Ende- al gusto actual que la antigua manera de los
nich. Schumann supo entender las posibili- Casáis, Szigeti o Stern, y Myra Hess, cuyas
dades cantabiles de la viola, la calidad casi versiones de los Tríos Op. 8 y 87 han llega- CESTI: Orontea. Opera en tres actos. Bier-
humana que proporciona su registro medio do a nosotros en registros de hace cuarenta baum, Cidelo. Müller-Molinari, Rrinhart,
aterciopelado y de lineas gruesas que rehu- años o más. Sin embargo, y aun aprecian- De Mey, Jacobs, Sartl, James, Ponlenard,
ye de forma consustancial cualquier amago do la labor del Bellas Artes, hay que decir Feldman. Ensamble insl ru mental. Di rector:
de virtuosismo hueco. El carácter liederisti- que aquellos artistas sabían transmitir me- Rene Jacobs. Harmonía Mundi HMC
co e íntimo de estas tres piezas ha sido per- jor la esencia de unas obras, que no sólo es- 9Ü11O02.02.CD. Álbum tres discos. DDD.
fectamente captado por Nobuko Imai que, tá en las ñolas y en las parcas acotaciones Grabado en 1981.
a diferencia de otros intérpretes del Lejano expresivas del pudoroso Brahms. Tam-
Oriente, parece poseer una densidad concep- poco hace falta volver la vista tan atrás, Han tenido que pasar cinco años
tual y un savoirfaire típicamente europeos. los citados Katchen-Suk-Starker (Decca); para que llegara a España la ver-
Por no hablar ya del pianista Roger Vigno- Rubinstein-Szeryng-Fournier (RCA) o sión en disco compacto de esla
les, intérprete que desde hace ya tiempo vie- Vasary-Brandis-Borwitzky, en la gran edi- pieza esencial de la obra de Cesti. Cuando
ne trabajando para la editora Chandos en ción DG de 1983, leen las obras de forma Harmonía Mundi importó este disco en vi-
concepto de acompañante de canta mes co- suficientemente objetiva sin marginar el ca- nilo, ya tuve ocasión de realizar un comen-
mo Evelyn Lear, Teresa Cahill o Sarah Wal- lor y la comunicatividad, y hacen justicia tario sobre la gran calidad de esta grabación.
ker. La gran talla de este pianista aparece, tanto al lado clásico como al romántico de Se trata de la primera pieza dramática del
sin embargo, en las otras dos obras inclui- la personalidad brahmsiana. compositor, representada por vez primera
das en este disco: las dos sonatas de la en Veneciaen 1650. Autor no excesivamen-
Op. 120 de Brahms. originales para clarinete te conocido del gran público, Cesti compu-
y piano, pero que el mismo compositor En suma: una publicación de calidad so unas quince óperas, algunas cantatas, y
adaptó posieriormenie para viola y piano. aceptable y de interés en cuanto que añade composiciones vocales de cámara e iglesia.
Dos obras maestras tocadas por dos gran- a los tres Tríos habituales uno postumo, de Con él. el drama en música se transformó
des insl rumen listas. grata escucha, y que bien puede ser una obra en melodrama o, según algunos autores, en
primeriza de Brahms. Pero parece conve- ópera de corte. Desaparecen ios valores dra-
niente aguardar a que Decca reedite los re- máticos en favor de los musicales y vocales,
gistros de Katchen, Suk y Starker. tales como la expresión y el virtuosismo.
C.C. R.A.M. Escuchando la Orontea se tiene ciertamen-
te esta sensación. Algo cambia respecto a sus
predecesores. Las melodías son claras y ele-
BRAHMS: Los Tríos para piano, violin y BRAHMS: Un Réquiem alemán, Arletn gantes y con él la ópera barroca es ya lodo
violonchelo opus 8. 87. 101 y postumo. Trío Auger (soprano), Richard Stilwell (baríto- un hecho. Sobre un libreto de Jacinto An-
Beaux Ans. Philips 416.838-1. 2 discos com- no), Coro y Orquesta Sinfónica de Allanta drea Cicognini articula una serie de escenas
pactos DDD. Duración: I h. 57'30". (director: Roben Sha»), Telare Digital CD conformadas por arias y recitativos, esen-
Hace ya unos veinte anos el Trio 80091. Duración 69' 06". cialmente, apoyadas por alguna breve inter-
Bellas Artes grabó para Philips Brahms es un músico inmenso. vención coral, en base a una música notable
estas cuatro obras, siendo enton- Shaw, un excelente director de por su invención melódica, por la estructu-
ces Daniel Guilet violin del conjunto, hoy coros. Tal vez nunca debieron ra métrica y prosódica, por una velada se-
reemplazado por Isidore Cohén. La inter- encontrarse en este Réquiem alemán. ducción que se compagina bien con el lexio,
pretación era correcta, pero fría y distante, Obra densa y sombría, con intermitencias entre carnavalesco, misterioso y vagamente
en la línea objetiva que ya por entonces co- de luz, como esos rayos metálicos que lu-

42 Scherzo
LiCHANT
DU MONDE

HEfTOR VILLA-LOBOS BIZET, TCHAIKOVSKI LALO


Quartetos Oe cuerda n ° 4/5/6 Roma/Sintonía en Da Pana Concertos 1 & 2 Lo Roí DYS
Quarteto BESSLER-REIS URSS Radio Sympho. Swaloslav ñichtef. piano Alam Vanzo. Roben: Massard
CD LDC 278901 Orchestra Emile Guilels. piano A GUIOL Jane Rhodes
FouadMansounan. Dir. Orquesta Sintónica de la URSS Fierre Dervau^. Dir
CD LDC 278844 EuQueni Mravinski. Dir CD LOC 278879/80
CD LDC 278848
PROKOFIEV =
i n B f t . (>j OO
LENINGRAD PHILHARMONIC
Chandos ORCHESTRA
PfiOKOHEV
Sinfonía n s & en si
PROKOFIEV
Alexander Nevsky. op 78
Bemol op 100 Linda Finme SNO
Orquesta Filarmónica CHORUS
Leningrado Scottish National Orchestra
Dtor Mariss Jansons Neeme JSrvi. Dir.
CD CHAN 8576 CD CHAN 8584

J. 8RAHMS
Sonata para clarinete y piano, op 120. n.a I & 2. Gervase de
clarinete Gviennelh Pcyor. piano. CD CHAN 8563
RICHARD STRAUSS
MOZART
Al so Sprach Zaraihuslia.
Serenata en Si Bemol para 13 instrumentos de viento. Divertimenlo Op 30
en Fa mavor. Scottish National Orchestra Conjunto de Viento Paavo Don Juan. op. 20 Dos
Jarw. Oír CD CHAN 8553 canciones
BEETHOVEN Felicity Lott • Scottish
Obras populares para piano. Sonata n 1 14. op. 27. n 5 2 Ctoo de National Orcriestra
Luna. Sonata n.s 23. op. 57 Apasionada. Israela Margaln. piano CD Neeme J3rvi. Dir
CHAN 8582 CD CHAN 8538

JOSEPH HAYDN SMETANA


LA CREACIÓN MI PATRIA
Margaret MarshalL Vinson Orquesta Sinfónica de la
Colé, Gw/nne FkiweH. Lucia Radio de Bawera
Popp. Sernld Weikl Rafael Kubelik. Dtor
Coro y Orquesta de la Radio CD C 115842
de Bavierá
Rafael Kubelik, Otor.
CD C 150852

MENDELSSOHN
Sinfonía n.° 3 -Escocesa- Overtuía «Suefto de una noche de
verano» Orquesta Sinfónica de la Radio de Saviera. Sir Colín
Daws. Dtor CD C 089841 IGOR STRAW1NSKY
> Pata mayor información EDIPO REY
sobre estos catálogos MAXREG£R Jassye Norman. Thomas
Variaciones y Fuga sotxe un tema de Hitlet; Suite de ballet Opus 130
dirigirse a: Moser. Alexandru lonita.
Orquesta Sinfónica de la Radio Bauíara. Sir Colín Davis. Dtor Michael Piccoli
Harmonía Mundl Ibérica CD C 090841 Coros y Orquesta Sinfónica
Avda. Pía del Vanl, 24 A BRUCKNER de la Radio Baviera
08970 Sant Joan Despf Smfonia n 1 9 en ñe Menoi. Orquesta del Estado de Bavwra Colín Davis, Dior
W Sawalhsch. Dtor CD C 160851 CD C 071831
Vil JORNADAS MUSICALES
DE VILAFAMES, ONDA Y VINARIOS
1988

VILAFAMES 26 marzo VINAROS 30 marzo


DRESDNER VOKALISTEN BENEDETTO LUPO
cuarteto vocal piano

ONDA 30 marzo
ONDA 26 marzo TURBA MUSICI
JOHANNA PICKER música medieval
cello
MARTHA PICKER VILAFAMES 2 abril
piano
JOVEN ORQUESTA SINFÓNICA
AHRENSBURG
(República Federal Alemana)
VINAROS 27 marzo
DIATESERON ONDA 2 abril
música antigua OCTAVIO LAFOURCADE
laúd renacentista
JUAN CARLOS MULDER
laúd renacentista
VILAFAMES 30 marzo
ANA LUISA CHOVA VINAROS 3 abril
mezzosoprano
RODRIGO MADRID ROGELIO IGUALADA
clavecín trombón

GIRA ORQUESTRA D'AHRENSBURG


(RFA)

28 marc BENAGUASIL Lugar y hora por determinar.


29 marc VALENCIA Palau de la Música. 20,15 h.
30 marc ALACANT Aula de Cultura de la Caixa d'Estalvis
d'Alacant i Murcia. 19 h.
31 marc CALLOSA D'ENSARRIA Esglesia Parroquial. 12 h.
1 abril CULLERA Casa de la Cultura. 12 h.
SUECA Centre Municipal «Bernat i Baldovi». 23 h.
2 abril VILAFAMES Societat Musical. 19,30 h.
3 abril VI LLENA Santuario de Ntra. Sra. de las Virtudes. 12 h.

GENERAUTAT VALENCIANA
CONSELLEF» DE CULTURA EDUCADO IOÉNCW
DISCOS

libertino, por supuesto con final feliz. Una vez aclaradas las excelencias del dis- diferencias en la toma de sonido y en los sis-
La interpretación es sencillamente extraor- co quizá me pediría (y con razón) algún lec- temas de reproducción utilizados en los que
dinaria, tanto vocalmente como desde el tor que me definiera entre las tres versiones intervienen un gran desfile de productores
punto de vista instrumental. Jacobs, exce- que he comentado. Me temo que, al menos y de ingenieros de sonido según las ocasio-
lente contratenor, maneja y entiende el es- por esta vez, eso es punto menos que impo- nes. Pero por encima de cualquier diversi-
tilo a la perfección, habiendo realizado un sible. Cada una tiene sus pros y sus contras. dad técnica, que en cualquier caso es siempre
meticuloso estudio de la manera interpreta- Pollini {DG) es arfollador, espectacular, y irreprochable, existe el sello inconfundible
tiva de la época. El denominado Ensemble nos gana en algunos estudios de bravura de Ashkcnazy y de su perfecta comprensión
Instrumenta I, está integrado por expertos (AÍ.7, 12, 23, por ejemplo). Está bien gra- del pianismo chopiniano. Un virtuosismo,
músicos, entre los que cabe destacar a Wi- bado (sin ser excepcional) y tiene algunos de- o mejor, una gama de posibilidades extraor-
lliam Christie, al órgano positivo y clave, a saciertos (estudios 6 y 14. por ejemplo). dinarias puestas al servicio de la fidelidad
Jaap ter Linden al cello y al tiorbista Kon- Ashkenazy es el que posee mejor grabación a un compositor. No dudamos que la pre-
rad Junghánel. La grabación y presentación y, quizá, el más equilibrado, asi como el mas sente grabación es un acierto desde todos los
gráfica también son de alta calidad. La ver- acertado en los estudios más intimistas 16 y puntos de vista y servirá para que aprenda-
sión en compacto, comparada con la con- 19). Sin embargo, Arrau posee muchas de mos a conocer mejor a un músico perjudi-
vencional en disco negro, gana en estas virtudes y está sencillamente insupera- cado por la tirana popularidad de tan sólo
prestaciones tales como una estereofonía es- ble en algunos estudios (N.' 3, ¡I, 23). En algunas de sus obras. Y nada mejor para em-
pléndida, una presencia sonora mucho ma- resumen, trabajo le mando, lector. Todos prender este apasionante redescubrimiento,
yor, una audición exquisita de voces e son muy buenos. Esta es, en todo caso, una que ir de la mano de un último romántico
instrumentos, especialmente los del conti- reedición que debe ser bienvenida por todos como es Vladimir Ashkenazy.
nuo, sin que pueda escucharse el a veces fre- los amantes del arte de tocar el piano.
cuente sonido metálico. Un acierto. C.C.
R.O.B.
C.Q.LL.O. CHOPIN: Polonesas. Vladimir Aühkenazy, DEBUSSY: Suile Bergamasque, Pour le pia-
piano. DECCA 421 032-2. 2 compacto» de no. Estampes. Slanislas Bunin. Disco com-
CHOPiN: Estudios Op. lOyOp. 25. 3 Nue- 4T06" y S7'48". pacto D.G. 4Z3.066.2. DDD. 42'57".
vas esludios. Claudio Amu, piano. EM1 Hablar de Chopin significa inva-
Référeflces CDH 7610162 ADD. 6**07". La escueta biografía de Stanis-
(Grabación mono, 1956. Reprocesada por riablemente hacerlo de sus ma- las Bunin, tan escueta como sus
sistema digital.) zurcas y polonesas, los dos gé- 22 años, no le ha impedido ob-
neros que acompañaron siempre toda su ac- tener los premios Marguerite Long/Jacques
Tengo que empezar quizá por el tividad desde el principio hasta el fin de sus Thibaud en el 83 y e! Chopin de Varsovia
final, o sea, reconociendo que es- días. Las dos resumen los estadios sucesivos en el 85. Carrera de inicios brillantes si nos
te disco es magnifico. Arrau es estéticos por los que fue atravesando el mú- atenemos a sus palmares y carrera que es-
uno de los pocos patriarcas que nos quedan sico polaco, y no hay duda de que este ál- peramos se prolongue muchos arios, a la vis-
aún de la vieja generación de grandes pia- bum que reúne en 2 CD la integral de las ta de su aproximación al mundo de Debussy.
nistas. Cuando grabó esta versión en los Es- polonesas se convierte en algo asi'como una El piano del compositor francés es una
tudios (1956) estaba en plena madurez. No biografía abreviada, pero exhaustiva del síntesis en la que la búsqueda de un nuevo
voy a descubrir ahora las características de compositor. La polonesa debe a Chopin el lenguaje se une a la evocación de la poesía
su pianismo. Sólo reseñar que sigue llaman- convertirse en un himno patriótico, en un y la pintura en unas piezas generalmente bre-
do la atención el artista, con tan peculiar for- verdadero poema sinfónico pianístico apa- ves en las que el color, el timbre o lo suge-
ma de hacer caniar al piano. Sus estudios sionado y ardiente en el cual se mezclan el rente crean un nuevo mundo sonoro. Cons-
son una lección de musicalidad antes que de miedo, la ternura y la grandeza para sim- ciente de estas premisas, Bunin sabe recrear
técnica. Es;a, con ser espléndida, no es in- bolizar los valores de una patria idealizada el mundo debussysta dando ese tono deca-
falible (roces en el Op. 25 n. ° I, compás 25, vista desde e! exilio. La ocupación rusa de dente y refinado a la juvenil Suile Bergamas-
o en el n. "6, compás 13, por ejemplo). Sin Polonia en 1831, cuando a la sazón Chopin que, de ciaras resonancias veríais!escás,
embargo, encontramos un respeto escrupu- contaba 21 anos y se hallaba fuera de su país, aunque unos tempi algo amplios priven al
loso de las indicaciones dinámicas de la par- significó eí detonante, el catalizador que con- discurso sonoro de sus aspectos más ligeros.
titura, una claridad meridiana (¡qué forma virtió al simple diveri intento aristocrático y La concentración y la capacidad de matiza-
de destacar el tema en el estudio de octavas, cosmpolita de moda en todos los ambientes ción del pianista soviético se ponen de ma-
Op. 25 n. " ¡Q\) y, vuelvo a ello, una forma musicales de las distintas cortes europeas en nifiesto en la exploración tímbrica de la Suile
especial de hacer cantar al piano. El estu- un volcán de confesiones íntimas a la vez que Eslampes, de las que sabe evocar su ambien-
dio de los arpegios (Op. 10 n. ° II) está ex- en la crónica de las vicisitudes trágicas de te exótico; español en La larde en Granada
puesto de forma inigualable, con un gene- un país que se debatía por mantener sus se- u orienta! en Pagodas. En resumen, nos ha-
roso rubato que nos hace llegar un mensaje nas de identidad. Chopin conservará el rit- llamos ante un pianista de gran técnica y con
distinto del de, por ejemplo, un Pollini mo marcial característico, el compás temario un amplio conocimiento de los estilos que
(DG). El pasaje marcado delicalo en el Op. y algunos giros modales de la antigua dan- interpreta: de sonido cálido, al que la ava-
10 n. ° 7 (compases 17-25) nos llega con una za tradicional, pero estos elementos van a ricia de D.G. priva de exhibir sus cualida-
juguetona ligereza que ni Pollini ni Ashke- revestirse de una sustantividad expresiva iné- des en un tacaño compacto de 42' que no
nazy transmiten. dita hasta entonces. La polonesa en sus ma- justifica su excesivo precio de mercado.
nos se convierte en un campo de
experimentación armónico y técnico en el
Claro es que, junto a ello, hay también que el músico se encuentra a placer consigo
algún que otro punto más flojo. Asi, el A.M.J.
mismo. Oyendo esta excelente grabación po-
Op. 25 n." 7 está tocado a un lempo más dremos observar el dilatado camino recorri- DVORAK: Sinfonía N."5en Fa mayor Op.
cercano al andante que al lento que marca do desde las juveniles producciones editadas 76; El duende del agua Op. 107. Orquesta
la partitura. Ello obliga a frenazos súbitos tras la muerte del compositor donde la mú- Nacional Kscncesa dirigida por Neeme Jar-
en los compases 18-19, con el fin de que la sica transparenta todavía una vital objeti- vi. CHAÑÓOS ABRU 1258.
frase de la mano izquierda obtenga el nece- vidad, hasta la postrera incursión de Chopin
sario reposo. En este caso Ashkena/y (Dec- en este campo en la obra maestra que es la Muchas veces el éxito consegui-
ca) está mucho más acertado. Algo parecido Polonesa-fantasía en La bemol cuyas armo- do por algunas obras de un com-
ocurre en el Op. 10 n. " 6, y de nuevo es el nías hacen presentir el futuro, mundo de positor sirve para dejar en la
soviético el que da en la diana. Wagner y Richard Strauss y donde la for- penumbra otras que quizás, no tan popula-
Estas discrepancias, muy personales por ma emerge desde su interior con una fuerza res, no por ello dejan de ser menos bellas.
demás, no deben hacernos llegar a conclu- que relega hasta casi lo anecdótico los dis- En la literatura sinfónica este hecho es muy
siones erróneas. Estamos ante una versión tintivos de la danza original. El presente ál- frecuente y afecta, entre otros, de manera
del máximo nivel, que suena muy aceptable- bum recoge grabaciones de eslas piezas directa a la producción de Dvorak. Cuan-
mente (pese al inevitable soplido) y que, ade- hechas en distintos años por Vladimir Ash- do en 1888, después de que transcurrieran
más, incluye una espléndida lectura de los kenazy, y es por ello que notaremos leves 13 años desde su composición, el editor Sim-
tres nuevos estudios, generalmente —e rock decidió al fin publicar la Quima Sin-
injustamente— olvidados. fonía del compositor checo, la sensación

Scherzo 45
DISCOS

general fue de que.se trataba de una com- la Sinfonía) que ha mejorado en su repro- O. Philh»rmonia/C.M. Giulinl.—O. de la
posición reciente, tal era la perfección for- cesado a digital. A los interesados en esta Sociedad de Conciertos del Conservatorio/
mal y la frescura expresiva que rezumaba composición les recomendaríamos esperar a Ffühbeck de Burgos. Disco compacto. EMI
esta obra en la que su autor nos muestra un que EMI lanzase en compacto la espectacu- Studio. CDM. 7.69037-2 (70'01" ADD).
mundo sonriente y festivo, libre de angus- lar y vibrante lectura de Bemard Haitink con
tias, que tendría su prolongación, si bien la Philharmonía (comentada en la modali- La sabiduría del productor de
dentro de un clasicismo más controlado y dad LP en el n." 1 de SCHERZO) o la cáli- EMI Walter Legge permitió que
menos folclóríco, en la delicada Sinfonía da y sensual del ya citado Sir John la versatilidad y el arte de C.M.
N. ° 8. Pero el oyente, en general, educado Barbirolli, ambas versiones alejadas de los Giulini constituyeran desde el comienzo de
como está en el prejuicio de que en el dis- fastos Victorianos de ésta y, en consecuen- su carrera uno de los legados discográficos
curso sinfónico romántico y tardorromán- cia, preferibles. Por si usted, lector, decide
tico debe actuar siempre un cierto no esperar, le indicaremos además de las vir- más interesantes de la historia del disco. Bril-
mecanismo catártico que acepta la alegría tudes y defectos reseñados, que la versión len, Brahms, Debussy o Tchaikowsky fue-
siempre y cuando és(a emerja como reden- de Boult es hoy por hoy la mejor transferi- ron registrados con la Filarmonía londinense
ción del dolor, pone serios obstáculos per- da a compacto. A usted le toca decidir... en discos que ya son historia.
ceptivos a aquellas obras que transcurren en Falla, con cuya Vida breve se presentó
uri puro ambiente de gozo y donde los con- E.P.A. Giulini en la Scala de Milán, también fue lle-
trastes, que son de todas maneras el pan y vado al disco por el maestro italiano entre
la sal de la música, nacen del estricto tra- FALLA: El sombrero de tres picos; Ho- los años 57 y 61. Las obras elegidas fueron
mado de una escritura mostrada sin amba- menaje; Interludio y danza de la vida bre- sus ballets El sombrero de tres picos y El
ges en todos sus entresijos a la luz de un ve. Flnrence Quivar. Orquesta Sinfónica de amor brujo, festivos, bufos y con duende.
radiante sol de mediodía. Este es el caso de Cinciniuili. Director Jesús Lóptz Cobos. Te- La música de D. Manuel encuentra en ma-
la Quinta de Dvorak, una sinfonía perfecta lare C D 80149. D D D. 6O'1S". nos de Giulini su dimensión más luminosa
y unitaria —con un cuarto movimiento y mediterránea en una visión de lo español
auténticamente genial— en la que si alguna Los devaneas del corregidor y la estilizada sin caer en el folklorismo, La ele-
cosa falla somos nosotros y nuestros malos molinera de Pedro Antonio de gancia y claridad de la dirección orquestal
hábitos adquiridos en lo que a escuchar mú- Alarcón inspiraran a Falla su ba- permite escuchar algunos estrenos mundia-
sica se refiere. Neeme Jarvi es uno de los úl- llet más logrado y el que con el paso de los les en la Danza final de El sombrero o en
timos grandes Henajes de la firma Chandos años se ha convenido, por su brillantez y por la Danza del fuego. La presencia de V. de
y realmente consideramos que la elección ha su populismo directamente inspirado en e! los Angeles añade un nuevo atractivo a la
sido un acierto dada la calidad de sus ver- folklore, en la quintaesencia de ese algo in- interpretación, porque la soprano catalana
siones, principalmente de compositores es- definible que es el carácter español. Obra sabe encontrar el tono popular en sus can-
lavos, al frente de la Orquesta Nacional agradecida, muchos directores del midi, en- ciones sin caer en lo afectado ni en lo cursi,
Escocesa. El haber ampliado su repertorio tiéndase España, Fracia e Italia, se han de- por lo que en conjunto la versión de El amor
a las sinfonías y poemas sinfónicos de Dvo- jado seducir por su colorido y fuerza rítmica, brujo, a pesar de sus buenos veinte anos, si-
rák y a las obras orquestales de Richard dando interpretaciones muy diversas a la in- gue siendo la de referencia con la de
Slrauss —en curso de edición— no ha des- triga por Falla. Argenta.
merecido en nada su interpretación, que se
distingue, como es el caso que nos ocupa en Ya se había acercado López Cobos a la
obra del autor gaditano cuando la firma Te- Es una lástima que al desaparecido Gon-
este disco, por la duct i bilí dad expresiva y la zalo Soríano no le acompañase Giulini en
potenciación de los elementos rítmicos den- lare con la que parece va a grabar muchos
discos en los próximos años edita este bien las Noches. Su arte depurado e inigualable
tro de un esquema fluyente y nada agarro- merecía un acompañamiento mucho más su-
tado, donde lo que predomina es la aprovechada compacto con su orquesta de
Cinrinnati. El resulado en esta primera gra- til y refinado que el que le brinda el ilustre
cuidadosa definición de los grandes arcos se- coronel de Burgos, tan rígido y excesivo co-
cuenciales y la amplia dinámica de conjunto. bación es un disco neutro y un tanto gris en
el que unos planteamientos correctos no son mo casi siempre, sin ningún sentido del tim-
compensados con una dirección incisiva e bre en una partitura llena de evocación y
idiomática que ponga en evidencia ni la su- nostalgia.
CC. gerente paleta orquestal ni la enorme fuer- En resumen, 70' de música en la que un
ELGAR: Sinfonía n.° 2 en Mi bemol ma- za rítmica de las obras interpretadas. Esta Giulini joven y con duende demuestra que
yor. Op. 63, Obertura Cockaigne, Op. 40. neutralidad de planteamientos priva a las no hace falta ser español para entender a Fa-
Orquesta Filarmónica de Londres. Director obras de Falla de un carácter festivo y poé- lla, y buena lección para Frühbeck al que
Sir Adrián BouII. EMI7 47205 2. Compac- tico pese a la brillantez de muchos momen- desde luego le queda mucha mili para apro-
to ADD. Duración: 6*'12". Grabaciones: tos. De todas formas, conviene señalar la ximarse a la versión de Soria no/Argenta.
29/9/1970 /Cockaigne) y 3/11/1975 y dificultad que tienen determinadas obras im-
presionistas, y más en concreto las de Fa- A.M.J.
2-7/1/1976 (Sinfonía 2). Reprocesado a di- lta, para las orquestas sajonas, que no las
gital en 1987. interpreten habitualmente, algo muy eviden- FKANCK: La obra para órgano (val. 2).
te en la agrupación americana a la que el Andre Isolr, órgano. CALL1OPE, CAL
La crítica inglesa suele conside- maestra zamorano no logra sugestionar ple- 9921. Compacto ADD (73*SS").
rar como clásica esta versión de namente. Las breves coplas que entona la
la Segunda lie Elgar dentro de la mezzo Florence Quivar en el Tricornio, pe- César Franck, músico belga por
historia fonográfica de esta partitura, aun- se a ser cantadas correctamente, tropiezan su cuna, pero francés por su re-
que menos vital que la que el propio Sir con una dicción lamentable del español. sidencia parisina durante casi to-
Adrían grabara en Í945. Nos hallamos, no da su vida, constituye, indudablemente, un
obstante, ante una interpretación más me- En consecuencia, nos hallamos ante una hito fundamental en la música organística
ditativa y cuidada que la realizada en la de- grabación que no aporta nada nuevo y que del siglo XIX. Las doce piezas integrantes
cada de los cuarenta, con una buena (exce- no hace olvidar aquellas legendarias de Ar- de su música para órgano se encuentran en-
lente en ocasiones) prestación orquestal de genta con la mítica ONE de los cincuenta, tre lo mejor de su obra. Aunque le tocó vi-
la Filarmónica londinense, agrupación muy de sonido deficiente y llenas de vida. Pero vir una época en que la música francesa se
familiarizada con estos pentagramas, aun- en esta época de avances tecnológicos es pre- caracterizó por su frivolidad, incluso en lo
que a veces se eche de menos un poco más ciso recomendar a los navegantes las esplén- que a la música de órgano respecta, Franck
de efusividad e Ímpetu, a la manera de Sir didas versiones en compacto de Ansermet/ llevó la música de aquel período a alturas
John Barbírolli (también en EMI, empresa Suisse Romande o Dutoit/Montreal (Dec- considerables. La mayor parte de sus obras
que debería empezar a considerar su lanza- ca) o los fragmentos de Giuli ni/Filarmonía para órgano fueron escritas para el instru-
miento en la serie económica Studio), y le (EMI) mucho más idioma ticas y sobre todo mento instalado por Aristide Cavaillé-Coll
sobre grandilocuencia y solemnidad. La ver- con duende. en la iglesia de Santa Clotilde de París, en
sión, de todas formas, posee las suficientes la que Franck era organista titular.
virtudes como para tenerla en consideración: A.M.J.
equilibrio, coherencia, claridad e idioma!is- Este segundo volumen de la obra organís-
mo, contando con una buena toma de soni- FALLA: El sombrero de tres picos; El amor tica de César Franck contiene el Preludio,
do (algo opaca en determinadas secciones de brujo; Noches en los jardines de España. Fuga y Variación, la Pieza heroica, el Fi-
Victoria de los Angeles, Gonzalo SorlíBO, nal y los tres Corales. André Isoír realiza,

46 Schcrzo
DISCOS

en general, una bóllame lectura de las obras, quesla de la Opera de Cima ra de Virsovia nesa de Orfeo ed Eurídice (1762) y junto al
destacando la interpretación de aquellas que, (Sinfonielta ih Varsovi»). Director: lomasz libretista Ranieri De'Calzabigi, su reforma
por su mismo contenido, se prestan a un ma- Bugaj. 60'H". La Danza. F>a Ignatowicz, de la ópera. Pero La Corona, con texto tam-
yor aprovechamiento de los recursos del ins- Kazimierz Myrlak. La misma orquesta > di- bién de Metastasio, está aún al margen de
trumento, [ales corno, por ejemplo, la Pieza rector. 49'I3 M . ORFEO C 135 872 H. Dos los preceptos reformadores. Esta azione tea-
heroica y el Final, obras ambas que permi- compactos DDD. trate te fue encomendada a Gluck para ce-
ten al ejecutante una utilización plena de la lebrar la onomástica del Emperador Fran-
capacidad sonora del órgano, a través de un U na de las características que de- cisco I, debiendo ser interpretada por las
poderoso empleo del pedal y de sucesivas finen al joven sello alemán Or- cuatro jóvenes archiduquesas. Pero la muer-
combinaciones entre éste y el teclado ma- feo es su interés por rescatar para te súbita del monarca en agosto del mismo
nual. Por el contrarío, la lectura de las obras disco las óperas de Gluck, habiendo reali- 1765 echó el proyecto por la borda. La Co-
de carácter lento y meditativo —caso del zado ya excelentes versiones de Iphigénieen rona cayó en el olvido y no fue rescatada
Preludio, Fuga y Variación— resulla algo Tauride, Paride ed Elena y de la Akeste en hasta 1837, año en que se ofreció en Viena
más fría, aunque sin ninguna objeción des- francés de 1776. A éstas se te suma ahora en versión de concierto. El tema, en el que
de el pumo de vista puramente técnico. las de La Corona y La Danza y, aunque los aparecen entre otros personajes Atalanta y
resultados no sean tan felices, debemos sa- Meleagro heroicamente enzarzados en una
Añadiré, para terminar, una pequeña ludar con aplauso su aparición en el merca- competitiva cacería de! jabalí, es sólo de re-
—no por ello carente de importancia— con- do discográfico. lativo interés; pero la música —una breve
sideración. Me refiero, en concreto, al tipo Sinfonía en tres partes, seis arias, un duelo
de órgano utilizado para efectuar el presen- Hablemos en primer lugar de La Danza, y un cuarteto final más los recitativos— tiene
te registro, a mi juicio muy acertado. Se traía que precede cronológicamente a La Coro- momentos de gran interés, como el aria de
del órgano Cavaillé-Coll de la catedral de na. Se trata de un componimento dramma- Atalanta Quel chiaro rio che appena y la de
Lucon. Este tipo de instrumentos son idó- lico en un solo acto con un anodino texto Meleagio Fe'germogliare ¡I falo per degno
neos para la interpretación de obras de revisado de Metastasio representado con mu- tuo decoro, con un atractivo y virtuosístico
Franck, no sólo por su especial cromatismo, cho éxito en el castillo de Laxenburg en 1755 obbligato de oboe. Entre los intérpretes, de-
sino también porque —no se olvide este como prólogo a un ballet de género pasto- bemos destacar el buen nivel de los dos pro-
detalle— César Franck concibió su obra or- ral de Joseph Starzer. Corresponde al perio- tagonistas: A lieja Sklowakiewícz como
ganística para ser ejecutada, al menos ini- do vienes comprendido entre 1750 y 1761; Atalanta y Halina Gorzytiska como Melea-
cialmenle, en órganos construidos por Gluck, retornando triunfante de Ñapóles, se gro. Pero lo mejor quizás nos llegue —en
Cavaillé-Coll. convirtió en un personaje admirado en la una y otra obra— de la dirección de Tomasz
F.G.U. Corte, gracias al apoyo del principe de Bugaj y de la prestación, tanto a nivel co-
Sajonia-Hildburghausen, favorito de la Em- lectivo como individual, de la Sinfoníetta de
peratriz María Teresa. La Danza es una obri- Varsovia.
CLASUNOV: Sinfonía n. ° 2, op. 16. Vals la similar a su precedente inmediata Le
de Concierto n. ° I, op. 47. Orquesta Sinfó- Cinesi (1754, en la anualidad felizmente re-
cuperada en Schwelzingen, junto con Echo Jo.R.B.
nica de Bamberg. Dir.: Necme Jürvl. OR-
FEO CD C148101 A. DDD. el Narcisse en junio pasado); contiene una GLUC: Iphigénieen Tauride. Pilar Loren-
breve Sinfonía en tres movimientos, cuatro gar, Walton Crotoróos, Franco Bonisolli,
Las Sinfonías de Glasunov (res- arias y un dúo final, amén de los consuetu-
petemos la fonética española y dinarios recitativos al cémbalo. Destacan el Dietrích Fischer-Dleskau. Coro y Orquesta
escribámoslo con s y no con z aria de Tirsi Va: della danza é l'ora, en la de la Radio Bivara. Director: Lamberto
que corresponde al afrancesa miento de su que hallamos material temático que después Gardelli. ORFEO C 052832 H.DDD . 2 CD.
nombre) se benefician los últimos meses de Gluck reutilizará en la escena del templo Duración: 116' 35".
nuevas versiones que enriquecerán sin du- (Cuadro II del Acto I) de Alcesie. tanto en
da la escasa representación discográfica de la versión origina! vienesa de 1767 (la invo- Hasta 1983, ano de la aparición
su música. Al margen de la integral a cargo cación del gran sacerdote Dilegua il ñero tur- de este registro, ahora presenta-
de Rozhdeslvensky para el sello Olympia, bine, recogida por el coro) como en la do en disco compacto, de Iphi-
aparece estos días en España, a través del francesa (lo mismo, que ahora empieza con génieen Tauride sólo existían dos versiones
cada vez más prestigioso sello alemán Or- las palabras Dieu puissani, ecarte dutrñne). completas: una de 1952 con Patrizia Neway
feo, una lectura de la Sinfonía n." 2 a car- Son asimismo interesantes las dos arias de y Giulini y otra tomada en vivo en la Scala
go de Neeme Jarvi. Tirsi Se tu non verdi tullo il cor mió y Che de Milán, 1954, con Callas y Sanzogno, de
chiedi? che brami?. esta última bastante pésimo sonido y con cortes sustanciales, jus-
No estamos ante lo mejor de la música or- extensa. tificable únicamente por la marca alemana
questal de Glasunov, ciertamente (como pue- Orfeo, dos nuevas entregas ampliaron el ca-
den ser ¡a Sinfonía n." 5 o el Andante de la tálogo de la obra: La de Le Chant du Mon-
7. °), peto si puede funcionar como introduc- Por lo que a los dos intérpretes vocales de con Crespin en I9S4. recogiendo su
ción de la música soviética para el aficiona- de esta grabación de La Danza se refiere, de- interpretación en el Colón de Buenos Aires
do poco formado. La obra adolece de un bemos afirmar la superioridad de la sopra- veinte artos atrás, y ta de Philips de 1985,
excesivo uso de los temas populares emplea- no Ewa lgnatowicz, de voz límpida y consecuencia de unas representaciones en la
dos como leii motivs, aparte de un escaso delicado gusto interpretativo, ame el tenor Opera de Lyon. Esta edición Philips, por ser
contraste de planos sonoros (un Andante Kazimierz Myrlak, quien además de pare- la única equiparable técnicamente a la que
maestoso, un Andante y un Andantino cer una pálida imilación de Franco Boníso- motiva esta reseña, servirá de referencia para
maestoso) y le falta un movimiento pivole lí i —tenor activo en las citadas grabaciones emitir un juicio vatorativo de la misma, sin
que haga de climax y resumen. de Iphigéme en Tauride y Paride ed Elena olvidar aquéllas cuando la estimación se im-
para Orfeo— exhibe unos agudos guturales ponga inevitable. Como es el caso que se pre-
Esa misma uniformidad viene servida por senta al comentar la Iphigéníe de Pilar
la interpretación de Jarvi, que no parece hi- y escasamente atractivos. Pero éste y aqué-
lla son unos cantantes que, como los de La Lorengar. La soprano zaragozana no posee
lar fino como Kozhdestvensky y la Orques- el genio dramático de Callas, ni la autori-
ta Sinfónica del Ministerio de Cultura de la Corona, se esmeran por una correcta dic-
ción del texto italiano. En resumen. La Dan- dad vocal y noble fraseo de la Crespin. Si
URSS. La Sinfónica de Bamberg no penetra se parte de estos modelos, la espartóla se em-
en el ambiente ruso de la partitura, faltán- za es una pequeña ópera virtual mente
desconocida en España que gustará a mu- pequeñece ante la griega y la francesa. Sin
dole chispa, la misma que le aportarían ins- embargo, el personaje creado por Lorengar
trumentistas más conocedores del acervo chos. Y decimos virtualmcnte porque sólo
recordamos una versión de la misma en Bar- es de una sobria eficacia en la lectura, mu-
musical del autor. Más parece como si se hu- sicalmente impecable, de voz firme, pese al
biera querido contentar a un público occi- celona en 1975 con la soprano Jill Gómez,
el tenor Gerald English y la Orquesta de la característico vibtato. Y, en cualquier caso,
dental sin cargar en exceso las tintas con sin posible competencia por parte de Diana
elementos de procedencia eslava. Ciudad dirigida por Ros Marbá.
Montague para Philips, cantante de ambi-
guo registro y mezquino instrumento, insu-
F.R. La Corona, obra más desconocida entre ficiente para dar rango al papel.
nosotros que la anterior, puede resultarnos
GLLJCK: La Corona. AHcja Slowakiewkz, aún de mayor interés por ser de mayores am-
Halini Gorzyñska, Lidia Juranek, Barbara biciones. Data de 1765, de modo que Gluck Pero las bondades de la grabación Orfeo
Nowicka. Coro de ia Radio de Baviera. Or- había ya iniciado con la versión original vie- se terminan con Lorengar, porque el resto

Scherzo 47
DISCOS

de! equipa no está a la altura de lo requeri- jo la denominación de Órgano ad iibilum o Tenemos en este espléndido CD
do. Ni Walion Groentoos, esforzado intér- bien Adagio e fuga ad Iibilum, el propio dos muestras preclaras del arte
prete, traicionado por unos medios vulgares, Haendel dejó sin anotar, al objeto de que maduro, para algunos superado
como Oestes; ni Franco Bonisolli, torpeen cada intérprete pudiera libremente mostrar y demasiado igual a sí mismo, de Cristóbal
la emisión, lineal en el concepto, insopor- sus aptitudes como improvisador. Llama la Halffter. El Concierto, dedicado a la me-
table Pylades ni Fischer-Diesbau, en apre- atención, a este respecto, el hecho de que en moria de Lorca en el cincuenta aniversario
ciable declive, en el episódico y cómodo la versión que se comenta estos movimien- de su muerte, es excelente y reciente mues-
Thoas. Philips tuvo más tino al elegir para tos ad Iibilum no han sido cubiertos con im- tra (estrenado en Freiburg en el verano de
estos papeles a Thomas Alien, John Aler y provisaciones del solista, sino acudiendo a 1986, en seguida tocado en Granada) de las
Rene Massis, respectivamente, más centra- breves obras escritas para órgano por auto- características del compositor madrileño.
dos en el estilo gluckiano. Como la direc- res barrocos (tales como Telemann, Stanley, Encontramos en é¡ ese dominio de la forma,
ción de John Eliot Gardiner, imaginativa y el propio Haendel). Por lo demás, los co- trabajada sobre su habitual y depurado len-
contrastada (aunque algunos lempi, los re- mentarios que acompañan a los discos no guaje microtonal y su peculiar entendimiento
feridos a los escitas, están demasiado mar- explican el motivo de tal solución, que, co- del contrapunto, esa hábil gradación de efec-
cados rítmicamente), frente a la plana y mo se ve, no se corresponde, en sentido es- tos (que aquí rara vez son efectismos), esa
fastidiosa de Gardelli. tricto, al concepto anteriormente expresado. cuidada caligrafía y esa técnica orquestal que
visten, cada vez con mayor propiedad, la es-
F.F. F.G.U critura del autor desde mediados de los se-
senta. Cuatro citas del poeta granadino
HAENDEL: Conciertos para órgano, Op. HAENDEL: Arias para Senesino. Dre» Min- aparecen encabezando la obra y cada uno
7, núms. 1-6. Conciertos para órgano núm. ter, co ni interior; Philhannoni» Baroque Or- de sus tres movimientos, otorgando asi. de
15, en re menor, y núm. 16, en fa mayor. cheslra. Oír.: N ¡cholas McGegan. CD HM entrada (lo que es habitual en la música half-
Peter Hurford, órgano. Orquesta de dma- 90518.1. ADD. Duración: 60'44". fteríana, cargada por lo común de intencio-
n> dd Concerigebouw. Director: JostllM Rif- nalidades expresivas, apoyadas frecuente-
Este disco es en realidad la pri- mente en lo literario), una especie de guía,
kin. DECCA 417 560-2 DHI. Dos discos mera grabación de una serie de- proporcionando pistas para que el oyente se-
compactos UDD (67'40" } S3'27"). dicada a famosas arias de Han- pa de antemano dónde se va a meter: un
Aunque Haendel no realizó pa- del, interpretadas por grandes cantantes co- mundo íntimo, concentrado, obsesivo, des-
ra el órgano una labor parango- mo Rene Jacobs o David Thomas. Y preci- garrado, lleno de claroscuros. A pesar de las
nable a la de Bach, ello no samente Jacobs iba a realizar este registro, variaciones de color y las alternativas que
significa, por su pane, un olvido de este ins- pero una enfermedad de última hora se lo se van produciendo ;n el largo diálogo en-
trumento. Antes bien, Haendel amaba el ór- impidió, y hubo que llamar a Dre* Minter, tre orquesta y solista, el paisaje interior, la
gano y ampliamente lo demostró a través de que en tres días tuvo que leer el disco (ob- atmosfera gravemente ¡Inca que se nos ofre-
sus magníficas improvisaciones que, con fre- viamente, esta información no consta en la ce es básicamente la misma. Las tres partes
cuencia, realizaba ante el público asistente carpetilla interior). Los resultados obtenidos se suceden sin rupturas apreciables en el fluir
a sus conciertos. Prueba incontestable de este son, sin embargo, sorprendentes. Si tenemos musical y vienen marcadas desde el princi-
interés son los numerosos conciertos salidos en cuenta lo antedicho, habrá que pensar en pio por ese obsesionante Si bemol repetido
de su pluma para el instrumento de referen- serio en las posibilidades de Minter. El ori- que abre la composición. Singularmente in-
cia. Estas obras fueron escritas, en su ma- ginal Senesino (Francesco Bernardi era su quietante —y soberbiamente resuello— es
yor parte, como intermedios para sus nombre auténtico) era, como saben, uno de el enlace, sin solución de continuidad, en-
oratorios y —con una sola excepción pata los cantantes preferidos por el público en tre el segundo y el tercer movimiento, pro-
un órgano sin pedal. Durante su estancia en tiempos de Handel, quien compuso muchos ducido, iras un dramático soliloquio, muy
Italia, Haendel tuvo la oportunidad de es- papeles estelares para él. Su voz de contral- contrastado, del cello, que finaliza con la in-
tudiar la forma del concertó con sus alter- to —era un castrado— era clara, dulce y lim- sistente repetición de un Sol agudo recogi-
nancias de tutti y soli. Sus conciertos para pia, y poderosa cuando la música lo do por unos violines que emergen como
órgano ofrecen, a menudo, la forma de cua- requería. Cantaba, al parecer, con perfecta desde una nebulosa sonora y que lo habrán
tro movimientos practicada por Corrí 1 i afinación y de modo refinado. Su coloratu- de mantener durante minutos a modo de no-
(lento-rápido-lento-rápido) y, en menores ra era brillante y espectacular y tenía un es- ta pedal mientras se continúan originando
ocasiones, la de tres movimientos propia de pecial sentido de lo dramático. Drew Minter transformaciones en la textura y en el dis-
Vivaldi (rápido -lento-rápido). es un muy buen contratenor que se distin- currir de la música. Sutilísimo el cierre, con
gue por la dulzura de su voz —con un color un armónico (Si) que se desvanece («Si mue-
generalmente muy atractivo, aunque algu- ro, dejad el balcón abierto») acariciado por
El excelente sonido del órgano, unido a na vez peque de meloso—, menos agresiva suaves golpes de bombo.
la claridad interpretativa de Peter Hurford, que la de Rene Jacobs, por ejemplo, y con-
son dos factores que apuntalan de forma po- sigue hacer unas vertiginosas vocalizaciones,
sitiva este registro. Sí a ello añadimos una amén de cantar con sensibilidad y musicali-
magnífica coordinación entre e! instrumen- dad en los recitativos y pasajes menos en- Paráfrasis, de 1984, es precisamente eso,
to solista y el elemento orquestal, cabe afir- cendidos. El estilo haendeliano le va muy una paráfrasis, realizada en este caso a par-
mar que nos encontramos ante una versión bien —ya grabó Esther con Hogwood—, y tir de una obra del propio Halffter de 1981:
más que interesante de estas obras, que vie- si en algún caso se muestra a no tan buen Fantasía sobre una sonoridad de Haendel.
ne así a enriquecer el número de otras ver- nivel, habrá que pensar en la forma en que Como dice Halbreich, «variación amplifi-
siones existentes. tuvo que grabar c! disco. cada». Un pretexto para que Halffter urda,
En lo que afecta al instrumento utilizado, con su oficio acostumbrado, un compacto
y dadas sus características (dos manuales, entramado del que acabará saliendo —en
pedal, 24 registros), cabe preguntarse sí no La Phi I harmonía Ba roque Orchestra de procedimiento inverso al comúnmente
habría resultado más aconsejable utilizar este San Francisco tiene también muy buen fu- empleado— el tema haendeliano.
instrumenta sólo para la ejecución del Con- turo, aunque sus posibilidades técnicas y ex-
presivas anden aún a medio camino. Pero La interpretación, bien recogida en la ex-
cierto núm. I, Op. 7 —el único de la colec- entre tocios, director, orquesta y cantante, celente toma sonora, es de altos vuelos, con
ción escrito expresamente para órgano de consiguen un disco perfectamente recomen- un Rostropoviteh (destinatario de la obra
pedal, que es empleado con virtuosismo des- dable, con el que se puede pasar un muy concertante) dueño de lodos sus recursos;
de el primer movimiento—, destinando un buen rato. y éstos era preciso que fueran muchos da-
órgano de dimensiones más modestas para das las permanentes exigencias de la escri-'
la interpretación de los restantes conciertos. J.C.C.A. tura. Halffter gobierna —es difícil que
Esta puntualizaron no empaña, por supues- alguien dirija con lama pasión y convenci-
to, los aspectos positivos arriba men- miento su música— a una espléndida Nacio-
cionados. nal de Francia. El Concierto está grabado
C. HAI.FFTER: Concierto n.° 2 para vio- en un estudio de Radio Franee en septiem-
Peter Hurford pone de relieve sus mag- loncello y orquesta, -No queda más que el
nificas dotes como solista, sobre todo, en silencio»; Paráfrasis. Orquesta Nacional de bre de 1986. Paráfrasis un año antes durante
un concierto en el Teatro de los Campos
aquellos pasajes en los que el órgano carece Francia. MMlslav Rosiropovilch, violonce- Elíseos.
de acompañamiento orquestal. Me refiero, IIo. Director: Cristóbal Halffter. Compac-
más en concreto, a los movimientos que, ba- to ERATO ECD 75320 DDD. 5T24". A.R.

4H Scherzo
DISCOS

HAYDN: Concierto en Re Mayor, para pia- llante Sinfonía «París», n. ° 31 K. 297 de x?. de aliento. No o óslame, la voz sigue
no y orquesta, Hob. XVIII, n. ° II. BOC- Mozart. La 83 es una de las más interesan- siendo dúctil y seductora en el centro y el
CHERIM: Sinfonía en Re Mayor, opus 12, tes de la serie. Más cameristica, enlaza con grave, y el conjunto no plantea excesivas de-
número 4, «La casa del diablo». Nikifa Ma- el espíritu de la etapa Slurm und Drang de mandas de localidad. Su dicción es impe-
galoff (piano). Orquesta de Cámara del Fes- los años 70. El remoquete de «La Gallina», cable y su expresividad, como siempre,
tival de Brtscia > Bérgamo. Director: que tan poco conviene a una composición manierísta y coqueta. En suma, por parte
Agostillo Urízio. tone. 86 F 06-12. tan apasionada y, en ciertos aspectos, gra- de todos, una muestra de previsible solven-
ve, proviene del juego, próximo a lo ono- cia académica.
Se trata de un concierto en vivo, registra- matopéyico, que se establece en el segundo BM.
do en Livorno duranie la Temporada de tema del primer tiempo entre el cacareo del
Concierlos de 1985, que organizan las ins- oboe y las figuraciones de la cuerda. La 82 KODALY: Sonóla para violoncelo solo Op,
tituciones locales y el Instituto Musical P. recibe el apelativo de «El Oso» por el carác- 8; Dúo para riolin y violoncelo, Op. 7. Yu-
Mascagni. El concierto tuvo lugar el 16 de ter pesante, con ñolas pedales, de la danza li Turovsky, violoncelo; Eleonora Turovsky,
enero de 1985 en el Teairo La Gran Guar- de su último movimiento. violín. CHANDOS 8427. Compacto DDD.
dia de aquella ciudad italiana. Nos encontramos, pues, con sinfonías que 58*16".
Nikita Magaloff hace gala de sus excelen- no solo admiten, sino que incluso se ven be- A diferencia de Bela Bartók, la
tes facultades, pese a los setenta y tres anos neficiadas de ello, la intervención de un con- música de su compatriota Zoltan
que ya contaba en la época de la grabación, junto orquesta) crecido, superior al de obras Kodály, desde la perspectiva ac-
en este Coni-terto de Haydn, posiblemente anteriores del autor. Desde esta perspecti- tual permanece más ligada a la inmediatez
el más célebre de los diez escritos para pia- va, la interpretación que de ambas lleva a de sus orígenes folklóricos sin haber sido ca-
no (diez, si descontarnos los tres de dudosa cabo Davis, apoyado en la suntuosa y refi- paz de convertir los materiales propiciados
autenticidad). Sin embargo, dos errores hay nada sonoridad de la Concertgebouw (per- por la etnología musical en instrumental al
que destacar; dos errores que aparecen en fectamente captada por la excelente servicio de un lenguaje que fuera a la vez ori-
la portada, etiqueta y documentación dei dis- grabación), es modélica: vital, elegante, bien ginal y universal como ocurre en cambio en
co. El primero, el número de Hoboken atri- acentuada y ritmada, elocuentemente frasea- la producción de Bartók. Ahora bien, esta
buido al Concierto, que no es el aHob. da, clara y excelentemente construida con limitación expresiva que se traduce en la ex-
XVIII, n. ° 2, sino el Hob. XVIII, n. II. arreglo a las paulas de un riguroso y bien cesiva utilización de un tipo de melodía par-
El segundo, el cambio de denominación de entendido clasicismo. Preferible a Mamner lame genumamente húngara y en unos
los tres movimientos que integran la obra: (Philips), preciso, nervioso, transparente, y rilmos de danzas demasiado locales, no sig-
Vivace, Un poco adagio y Rondó a Ka rajan, solemne, compacto y virtuoso nifica que el oyente no pueda disfrutar de
all'Ungarese-allegro assai, que, por el con- <DC). la belleza de la obra de Kodály, en particu-
trario, aparecen aquí anunciados como Alle- lar de su música de cámara, y muy especial-
gro modéralo, Adagio y Allegro, corres- A.R. mente de las dos composiciones que figuran
pondientes al Hob. XVIII, n." 2. en este registro efectuado en 1983 y que tie-
HINDEM1TH: Ausgewáhlte Lieder (Can- ne como protagonistas al matrimonio Tu-
Poi lo que se refiere a la Sinfonía de Boc- rovsky. La Sánala para violoncelo solo es
cherini, compuesta en 1771 y dedicada al in- ciones escogidas), Dietrích Ftscber-Dieskaii, una obra única en su género no solamente
fante de España Don Luis, supone un tri- barítono, y Arlberl Reinmann, piano. Or- por su dilatada duración, en la que sin em-
buto a su admirado Christoph Gluck, del feo C 156861 A. DDD. bargo, se resuelven sabiamente los proble-
que utiliza un tema del ballet Don Juan, que mas de falta de variedad, que podría
figura también en la danza de las furias de Durante toda su vida de compo-
sitor, Hindemilh se dedicó a la ocasionar el monólogo instrumental, sino
Orfeo y que da título a la obra, La casa del también por las extraordinarias dificultades
diablo. Equilibrada y correcta es la versión música vocal, aunque ésta haya
sido la menos frecuentada por conciertos y técnicas que plantea al intérprete y que no
que nos ofrece en este disco Agoslino Ori- tienen nada que ver con las de obras solis-
zio, fundador, en 1963, de la Orquesta de discos. Iniciada en la materia con La vida
de María, sobre textos de Rainer María Rilkc tas precedentes en el campo de la literatura
Cámara del Festival de Brescia y Bérgamo, violoncelistica, como pueden ser las Suiles
que se presentó entonces bajo [a denomina- (primera versión: 1922/3), se orientó en se-
guida hacia el mundo de la poesía expresio- de Bach. La utilización de la scordatura en
ción de Orquesta Gasparo da Saló. Esta las dos cuerdas bajas del instrumento, el
agrupación es, asimismo, la orquesta oficial nista alemana.
acertado manejo de las dobles y triples cuer-
del Festival Internacional de Piano Arturo Las piezas incluidas en el presente com- das y de los registros extremos dialogantes,
Benedetti Michelangeli, con quien Orizio pacto datan de la época nazi, en que Hin- crea una tal ilusión de profundidad de cam-
realizó sus cursos de perfeccionamiento de demith fue prohibido por el régimen y po sonoro que en ocasiones se diría que son
piano. convertido en un exilado interior. El músi- más de uno los intérpretes que están actuan-
co se volcó en el mundo lírico del siglo XIX, do. Menos en ta obligada linea rapsódica y
J-A.L.D. con el romanticismo en el centro (Shelley, más dentro de la concepción comrapuntís-
Rückert, Brentano, Novalis), sus anteceden- tica de la invención estricta a dos voces en
HAYDN: Sinfonías 82 en Do mayor, «El tes (Blake, Hólderlin) y algunas de sus con-
Oso», y 83 en Sol menor, «La Gallina», Or- perfecta paridad de protagonismo, se halla
secuencias (Nielzsche, Walt Whitman). Se la otra obra incluida, el Dúo para violín y
quesia del Conten ge bou w de Amslerdam. oye la voz solitaria, megalómana, lamento- violoncelo, interpretado por el matrimonio
Director: Colín Davis. Philips Di gil al Clas- sa y omn¡potenle del poeta aislado en la no- ruso residente en Canadá, como sólo sabe
sics 420 688-2 CU DDD. Grabado en enero che del mundo, quejándose de sus pérdidas hacerlo una pareja que además de compar-
de 1986. 49'3I". y profetizando sobre un fondo tenebroso de tir la misma profesión comparte asimismo,
infinito. la vida.
Las llamadas Sinfonías Parisinas
o®© de Haydn fueron consecuencia Hindemilh se reconcilia en estas partitu-
h*aa de un encargo de la Logia Olím- ras con el mundo neoclásico y queda, en los
pica de París realizado a través del Conde acompañamientos de piano, citada la armo- C.C.
d'Ogny. El compositor creó seis hermosas nía de su juventud expresionista. Son pági-
partituras escritas en el curso de los años nas recargadas de literatura, en que la
1785 y 1786. Aunque no todas poseen el mis- música sirve fiel y modestamente a la pala- LISZT: Annees de pétérinage. Deuxiéme an-
mo carácier, el músico fue consciente de que bra, respetando las exigencias de la proso- née: Italia, Alfred Brendel, piano, Philips.
la orquesta a la que iban destinadas era un dia alemana o inglesa. A veces, no siempre, Digital Clas.sk- 420169-2, DC. DÜD, dura-
espléndido y amplio conjunto que podía dar el piano crea un paisaje o clima sonoro y co- ción: 46' 70".
más completas prestaciones que el reduci- bra mayor relevancia (cf. Fragment sobre
do, aunque virtuoso, grupo de instrumen- Hólderlin). El conjunto produce una impre- A pesar del título y de la antici-
tistas a sus órdenes en Ester haza. La sión de maestría y oficio no exentos de cier- pación impresionista que siempre
Sinfonía n. ° 82 es un produelo orquestal ta aridez y pedantería. se atribuye a Liszt, he aquí una
muy acabado que sigue la linea sonora fas- obra que, si algo tiene de viaje, es metafó-
tuosa de las números 41. 48,60,90o 97. Una Fischer-Dieskau ha grabado estas cancio- rico y, si algo lleva de italiano, es como re-
ubra muy cercana a la tradición francesa, nes en 1987 y se adviene en su patrimonio ferencia cultural (alusiones a Rafael y Miguel
con trompetas y timbales, al estilo de la bri- vocal la usura de los años. El agudo ha per- Ángel, citas de Dante y de Petrarca) y no
dido firmeza y color y a menudo hay esca- como rememoración de viaje ni, mucho me-

Scherzo 49
• 1 I KM KO IÍRUHO

KEAL I-NDESA

X CICLO DE
CAMARAY
POLIFONÍA
TEMPORADA 1987-

23 1 de marzo, martes

Trío de Barcelona
Abono D
25 15 de marzo, martes

Cuarteto Smetana
Abono D

Con Enrique Santiago (viola) Smetana: Cuarteto de cuerda núm. 2


C. Franck: Sonata para víolin y piano eo La mayor Dvorak: Cuarteto de cuenta núm. 12, Op. 96, «Americano»
E. Chausson: Trío con piano, Op. 3 Jaoácelt: Cuarteto de cuerda núm. 1, «Sonata Kreutzer»
E. Chaussoo: Cuarteto con piano en La mayor, Op. 30

24 8 de marzo, martes Abono C 26 22 de marzo, martes

Orquesta de Cámara Española


Abono C

Orquesta de Cámara Villa de Madrid Coro de Cámara


Directora: Mercedes Padilla
Solista: Miguel del Barco (órgano) de la Comunidad de Madrid
Mozart: Divertimento en Fa mayor Director: Miguel Grota
Albinoni: Adagio Concertino: Victor Martin
Haydn: Concierto en Do mayor para órgano y orquesta Vivaldi: Credo, Magníficat
HOB 18:8 Mozart: Misa, K. 49 y Motetes, K. 222, 273 y 618
Grieg: Surte Hollberg, Op. 40
Hokt: St Pauls suite

Este avance de programas es susceptible de modificación

Localidades disponibles en taquilla

MINISTERIO DE CULTURA
DISCOS

nos, como color local meridional. Estamos, MASCAGNI: Cava/lena rusticana. COSMH- logar bis a bis con el compositor, tal y co-
pues, ante una iulianidad reflexiva, concep- to, B«rgonzi, Guclfi. LEONCAVALLO: / mo sonara Beethoven, irrumpe superando
tual, resuelta por Liszt con dominante de Pagliacci. Bergonzt, Carlyle, Taddei, Bene- los estrechos márgenes del salón pequeflo-
adagios y recitativos, un lirismo contenido lli, Panerai. Coro y orquesta del Teatro alia burgués. En consecuencia, la fácil y meló-
y transido de elocución dramática y un pia- Scala. 1NTEKMEZZI. Orquesta Filarmóni- dica música del berlinés debía parecer dema-
nismo que recuerda más a la diafanidad ro- ca de Berlín. Director: Herheii von Kara- siado academicista a sus colegas que ya
mántica que al fin de siglo sin fon izante de jan. 3 CD DGG 419 256-2. batían armas en pos de una música nueva
otras páginas liszteanas. en la linea que la concebían y practicaban
El maestro húngaro puede abordarse des- Chopin, Berlioz o Liszt, tomando el ejem-
Reedición en disco compacto de plo del último Beethoven.
de supuestos divergentes. Pensemos en los estas dos óperas grabadas en
arrestos líricos de Rubinsfein. la traca vir- 1965, a raíz de una representa- El tiempo distanciador ha restañado las
tuosistica de Georg Cziffra o el patetismo ción de la Scala dirigida escénicamente por heridas evidenciando una crisis, y si lo más
demoniaco de Horowiiz. Pensemos en las Oiorgio Strehler. Los registros tienen la im- logrado de Mendelssohn no está en sus cuar-
tres opciones, porque ninguna de ellas es la pronta personal y dominante de Karajan. El tetos, éstos ponen al menos de manifiesto
de Brendel. Si alguna afinidad puede bus- director austríaco propone una visión reno- la facilidad creadora de un autor honesto y
cársele se hallará cieno parecido de familia vada, mitigada de excesos tradicionales, re- demasiado culto para liberarse de la tradi-
con Claudio Arrau, en tanto ambos intér- finada e intima. La orquesta brilla con una ción, pero que precisamente se salva no por
pretes privilegian el mecanismo y la elabo- transparencia deslumbrante, en un juego di- sus innovaciones sino por su vena melódica
ración del timbre como base de su lectura. námico contrastado tan peculiar con su ba- y su apasionada melancolía romántica.
La de Brendel es de una notable familia- tuta. Los tempi están planteados con notoria El Cuarteto Melos, que en los últimos
ridad con la partitura, que recorre por ave- lentitud (sin caer en la morosidad, caso de aflos ha desarrollado con sus ciclos disco-
nidas y rincones, exponiéndola con tersura Cavalleria, del propio Mascagni en su gra- gráficos una gran labor de difusión de la mú-
infalible. Su sonido es rotundo, nunca bri- bación completa de 1940). Ello permite a Ka- sica centroeuropea, realizó esta integra! entre
llante, siempre equilibrado entre los extre- rajan sacar a la superficie aspectos inéditos 1977 y 1981. Sin ser el Melos uno de los gran-
mos de la dinámica tímbrica de Liszt, que de las partituras. Pero tanta elaboración y des cuartetos de nuestro tiempo, sus versio-
ocupa toda la extensión del teclado. Su ex- meticulosidad ¿no perjudica a las partitu- nes de los Cuartetos de Mendelssohn son
presividad es meditaiiva y de un dramatis- ras, que se distinguen precisamente por su transparentes, contrastadas y cálidas, por lo
mo intelectual, acorde con las mediaciones inmediatez y vehemencia? que rinden un buen servicio a unas partitu-
literarias, pictóricas y escultóricas de estas ras a las que había que prestar más atención.
piezas. Brendel las prefiere entre todo el re- Karajan se supo rodear de un equipo de
pertorio liszteano, después de la Gran So- intérpretes capaces de satisfacer sus inten- Una toma de sonido equilibrada y exce-
nata. Esta preferencia resulta evidente y ciones. Bergonzi, fraseo acabado, musica- lente y un buen aprovechamiento de los com-
favorece la escucha, por el cuidado y la aplo- lidad de ley, pródigo de matices, se ajusta pactos hacen que este producto, que además
mada maestría del pianista que se ponen de- más, no obstante, al lánguido patetismo de es de serie económica, sea plenamente reco-
votamente en juego. fl.Af Canio que a la juventud insolente de Turid- mendable.
du. Cossotto, como Santuzza, en plenitud A.M.J.
de medios (excepcionales en volumen, exten-
sión y timbre, aunque su color vocal no sea MENDELSSOHN: Sinfonías numero 3
MARAIS: Piéces de viole du cinquieme iiv- de una auténtica mezzosoprano); dramáti- Opus 56, Escocesa y número 4 Opus 90, fia-
re, 1725. Jordi Savall, basse de viole Bu rali camente, el control de la batuta, perjudica liana. Obertura Las Hébridas Opus 26. Or-
Norman, Londres 1611; Ton Koopman, cla- su personalidad extraverlida. La rudeza de questa Filarmónica de Viena. Director:
vecín; Hopkinson Smith, ihéorbe; Jean- Al fio aparece convenientemente expresada Chrístoph von Dobnanyi. Disco compacto
Michel Damián, recitador. CD Asirte E por Gian Giacomo Guelfí. Taddei, con ma- Dtcca ADD y DDD. Duración: 72'I6".
7708. AAD. Duración: 51*20". nifiestos problemas en el registro agudo, ha-
ce un Tonio, en el plano dramático, Este bien aprovechado compac-
Como ya alguna vez había co- minuciosamente trabajado. En cuanto a la to reúne tres espléndidas obras
mentado en esta revista E.M.M., Nedda de Joan Carlyle, bien cantada, con sinfónicas de Mendelssohn en fa-
no hay duda de quién es el supre- suficientes medios, resulta, sin embargo, al- vorables condiciones: grabación e interpre-
mo traductor de Marais: Jordi Savall. Por go distanciada del personaje. Panerai es un tación son buenas en la Escocesa y mejores
si hubiera alguna duda, Astree ha tenido la adecuado Silvio de Payasos su segundo Sil- aún en Italiana y Hébridas. La proverbia]
felicísima idea de editar en CD este registro vio; antes con Serafín en 1954) y bien el Bep- transparencia de la cuerda vienesa es idónea
de 1983, excelente noticia para los incondi- pe de Ugo Benelli. para estas partituras, de muy difícil ejecu-
cionales del genial gambista catalán. Ade- ción. Pero las versiones de Dohnanyi no al-
más, la música contenida en este quinto libro El tercer compacto se completa con va- canzan el último grado de excelencia que sí
es de una belleza muy especial, reposada y rios intermedios de óperas veristas, con el se da, por ejemplo, en las de Klempe-
melancólica, en donde hasta los minuetos añadido un tanto chocante del preludio de rer/EMl (las tres obras), Szell/CBS o Ab-
destilan pena. En este libro se incluye tam- La Traviala y la Meditación de Thais, gra- bado/DG (Italiana) y Maag/Decca
bién la Operation de la Taille, que Marais bados por Karajan y la Filarmónica de Ber- (Escocesa y Hébridas).
compuso al salir con vida de lo que era una lín en 1968. Por tanto, un disco especialmente atrac-
peligrosa intervención quirúrgica en aquel F.F. tivo para quienes inicien una discoteca en
tiempo: la operación de extraer las piedras compacto, por la cantidad y calidad de la
del riñon. Por lo demás, estamos ante una MENDELSSOHN: Los cuartetos de cuer- música que contiene, ofrecida a precio mo-
hermosísima colección de piezas selecciona- das. Cuarteto Melos. 3 discos compactos derado. Resulta superfluo. en cambio, pa-
das por Jordi Savall, que además las inter- D.G. 415.883-2. ADD. 7 1 ' « " , 57'07" y ca quienes posean las muchas buenas versio-
preta de forma magistral, agotando todas 69'44'\ nes que existen de estas obras, debidas a
las posibilidades de un instrumento tan ri- Bernstein, Karajan, Masur, Muti, etc.; o las
co y complicado como la viola de gamba. l.os Cuartetos de Mendelssohn excepcionales antes citadas.
Por cierto, que también en este disco em- ni gozan de mucha estima, ni se
plea su ya legendaria Barak Norman, que prodigan demasiado por las sa- R.A.M.
tiene un sonido realmente es [remecedor. Y las de conciertos. Este olvido de la música
como este registro se comenta por si solo al camerística del autor de la Sinfonía Esco- MONTEVERDI (Vespro delta Beata Vergi-
escucharlo, finalizaremos aquí esta reseña, cesa se debe, en buena parte, al momento ne, 1610). Solistas, Colleglum V oca le de
no sin antes decirles que Savall también ha en que se compone y a la evolución del gus- Gante, Coro y Orquesta de la Chapelle Ro-
llevada al disco, para Asiree, los otros cua- to musical del pasado siglo. Tachados en su yale de París y Les Saqueboutlers de Tou-
tro libros de viola de Marín Marais. Si no día despectivamente como neoclásicos por lousee. Director: Philip pe lierreweghe. ZCD
los tienen, háganse con ellos. Y si ya los es- su evidente conexión con sus homónimos de Harmonía Mundi HMC 901247. 8. DDD.
cucharon, vuelvan a oír este quinto libro, pe- Haydn o Mozart, estos cuartetos ponen de Duraciones: SV4S" y 3630".
ro ahora en CD: se lo agradecerán a Jordi manifiesto el cambia de mentalidad de una
Savall y sus estupendos acompañantes. época en la que Mendelssohn sigue escribien-
do como entretenimiento para diletantes, MONTEVERDI (Vespro della Beata Vergi-
cuando un nuevo público dispuesto a dia- ne. 1610) Tavemer Consort, Taventer Choir
J.C.C.A. and Tavemer Players. Director: Andrew Pa-

Scherzo 51
DISCOS

rrolf. 2 CD fcmí-Refkxf 7 47078 8. 1)DD. por maestros consumados. Cada cual, con ra cuarteto de cuerda (Amadeus, DG) co-
Duraciones: WJT" y 55'47"'. su propia técnica y concepción, obtiene mag- mo mucho más acertada.
níficos resultados. Donde si pierde claramen- En resumen, pues, y dejando aparte que
La grabación de las Vísperas de te Herreweghe es en e! tratamiento mi Mozari está muy lejos del big-band, creo
Monteverdi en 1986, bajo la di- instrumental. No parece haber escogido muy que existen versiones superiores de estas
rección de Herreweghe, nos da bien a sus solistas —excepto a los Saca bu- obras, con el permiso del anónimo autor de
pie a comparar —no en profundidad, Chetos deToulouse. y su director, Jean-Pie- las notas del disco, que las considera defi-
lógicamente— esta versión con la registra- rre Canihac, cornetista que aparece también nitivas. Si a eso añadimos una Columbia
da en 1983 por Andrew Parroit, y que a par- con Parrott, aunque con otros compañe- Symphony que no pasa de ser un conjunto
tir de ahora se encuentra regularmente en ros—, y esto es particularmente perceptible
en el violin primero —discretísimo—, el chi- bueno a secas y una duración escasa (45 mi-
España en versión de compacto. En primer nutos), no podrá extrañarse el lector de que
lugar describiremos las posturas de cada di- tarrone —aburridísimo— y el clavecín —a
reflor: Herre«eghe opina que algunos de los menudo con un sonido demasiado no le recomiende este disco con entusiasmo.
fragmentos de las Vísperas (concretan! en le embarullado—. Parrott cuenta con mejores R.O.B.
los cuatros motetes o concerti y la sonata ins- instrumentistas, con los que logra un soni-
trumental, esto es. Nlgra sum, Pulchra es, do más noble y claro, máí bello, en defi-
Dúo Seraphitn. Audi Coelum y la Sonataso- nitiva. MOZART: Obras para pianoforte. Paul
pra Sancia Mario) no pertenecen a la lilur- Biidura-Skoda, pianoforte (Johana Síhintz,
gia. y que por tanto no será necesario ¿Con qu¿ versión quedarse? En el caso de Vieiw. c.1.790). ASTRÉK AUDIVIS com-
realizar una reconstrucción litúrgicamente tener que forzosamente optar por una, me pacl E 7710 (AAD. 54' 20").
correcta para grabarla cuando el propio permitirán que les recomiende la de I'arrott,
de unü riqueza vocal, (imbrica y has'a te- Este disco merece un aplauso por
Monteverdi ya da un orden en el que esas el repertorio elegido. Dicho con
cinco piezas reemplazan a las repeticiones mática superior. Además de folletos que
de las antífonas de los cinco salmos (es de- acompañan a los discos y cassettes del in- otras palabras: la música para
cir, Dixi Dominus. Laúdate piten, Laetatus glés dan una información detalladísima de piano de Mozan es bastante más que las So-
sum, Nisi Dominus y Layda Jerusalem Do- los criterios que se han seguido, quién in- natas. Se incluyen aquí ocho obras a las que
minum, respectivamente). Peto Andrew Pa- terviene en cada pieza, etc. Por otro lado, ha hecho poco o ningún caso en la música
rran duda de la edición, y de que se respetara da un cieno reparo comprarse un com- grabada: Fantasía y fuga K.Í94, Marcha fú-
el parecer de Monteverdi, que desearía una pacto que dura 37 minutos —segundo de nebre del Signar Maestro Contrapunto,
interpretación musical en el contexto litúr- Herreweghe—, asi que casi todo se pone a K.453a. Adagio, K.540, Minueto K.35S, Pe-
gico, por lo cual reconstruye, cambia y com- favor de la versión editada por EMI-Refiexe. queña Ciga K.574, Fantasía K.397, Rondó
pleta algunos fragmentos. Así, en su versión K.511 y Variaciones K.265.
la Sonóla será la repetición del Magníficat, J.C.C.A.
El instrumento utilizado es un pianofor-
mientras que el Dúo Seraphim reemplaza al te construido por J. Schantz hacia 1790. per-
responso Deo Granas; posteriormente colo- teneciente a la colección del intérprete. Posee
ca la antífona marial Salve Regina (no in- MOZAKT: Eine Kleine Nachtmusik, K. 525.
Oberturas: El Empresario, K. 486; Cosí Jan un sonido bello, especialmente en la zona
cluida por Monteverdi en 1610, sino que fue media, y resulta un pumo duro en la zona
editada en 1624, en otra colección), cuma tune, K. 588; Las botlas de Fígaro, K. 492;
La flauta mágica, K. 620. Música fúnebre aguda. El registro de sordina proporciona
seria litúrgicamente correcto, complementa- un timbre mucho más opaco. Y éste es uno
da con su versículo, oración y conclusión masónica, K. 477. Columbia Sjmpheny Or-
cheslra. Dir.: Bruno Waller. CBS Maeslro de los principales problemas del disco.
(gregoriano). ¿Cómo soluciona entonces las Badura-Skoda, notable musicólogo y pianis-
repeticiones de los salmos Eli y V? Tal y co- CD MVK «593 ADD. 4T58.
ta (aunque cada vez más lo primero y cada
mo era normal en el siglo XVII, con dos so- Dentro de la política de reedición vez menos lo segundo), entiende bien las
natas instrumentales da chiesa, en este caso de antiguas grabaciones en com- obras, en general, pese a que. por ejemplo,
del composilor Cima. Aunque el oyente mo- pacio, CBS está prestando espe- las Variaciones «Ah, vous dirui-je. Maman»,
derno está bastante desconectado de lo que cial atención a Bruno Waltcr, una de sus má- K.265, están locadas como meros ejercicios,
en su día fue la liturgia musical, es muy de ximas estrellas. Este compacto se basa en con lo que uno tiene la sensación de que pasa
agradecer el esfuerzo de Parrott por resti- grabaciones de 1961 cuyo sonido es más que por ellas sin siquiera intentar sacar la gra-
tuir la furnia de las Vísperas, si bien He- aceptable. cia y ligereza que contienen (óigase, por
rrcwghe lleva su parle de razón ejemplo, la variación V que, merced a un
acomodándose a lo publicado por el editor. Walter, maestro indiscutible de la direc-
ción orquestal e interprete imprescindible de lempo moroso, pierde todo el encanto, o la
Para nosotros, no obstante, la versión del X, que por excesivamente rápida, se embo-
británico posee una mayor riqueza, un atrac- Mahler y Brahnis, entre otros, presló espe-
cial atención también a Mozari. rrona totalmente).
tivo suplementario.
Su visión del sal/burgués se encuadra, co-
mo era esperable, en la tradición románti- No obstante la buena aproximación ge-
ca, que incluye nutrido conjunto orquesta!, neral (salvo las variaciones, como queda di-
En cuanto a la interpretación en sí, tam- fraseos amplios con abundante uso del le- cha), el gran problema de Badura-Skoda se
bién hay algunas diferencias dignas de ser gato, y lempi muy moderados. En una pa- llama afán de demostración del instrumen-
mencionadas. De momento, Hetreweghe sue- labra, lo que los ingleses han denominado to. Por ello, recurre en exceso al cambio de
le reforzar el sonido de las voces en las di- big-band Mozart con particular acierto. Y. registro, no sólo en las repeticiones, sino in-
versas parles de las Vísperas utilizando en cu efecto, todo ello se encuentra aquí. Tal cluso en medio de una frase, lo que rompe
general dos o tres elementos por cuerda, aproximación resulta, en la personal viiión lu línea y dificulta la transmisión de un men-
mientras que Parrott se sirve casi siempre de de quien esto firma, inadecuada la mayoría saje musical coherente.
can i antes solistas. El resultado es de una ma- de las veces, y sólo aceptable cuando la obra Y reitero que es una pena, porque hay
yor fuerza y rotundidad en el belga, que sin en cuestión se haya más cerca de lo que ha- aquí piezas deliciosa; y muy poco conoci-
embargo pierde en claridad, la textura no se bía de traer el romanticismo. Por ello, en- das, como el Adagio en si menor, K.540. la
sigue tan fácilmente como en la grabación cuentro que la deliciosa Nachtmusik es en bachiana Pequeña Oiga, la Fantasía y Fuga
de Parrott. En cuanto a los solistas, si bien manos de Walter una pieza morosa y pesan- en do menor o el Rondó en la menor, por
hay alguna coincidencia —el sensacional l>a- te, falta de toda la gracia y ligereía que de- no hablar de la más tocada Fantasía en Re
\id Thomas en las dos versiones—, los in- be contener. Las oberturas adolecen del menor (en la que Badura-Skoda comienza
gleses demuestran una técnica más depurada mismo defecto (especialmente Fígaro y Co- muy bien pero cae en un Allegretto sin
—con Herreweghe hay varios solistas britá- sí). La música fúnebre K.477 no ha sido muy gracia).
nicos también, pero no de tanta altura—, bien tratada en disco, y, quizá también por
aunque salvo Emma Kirkby y Nigel Rogers, su propio carácter, acepta mejor la aproxi- El sonido es bueno, sin más, y creo que,
que están fabulosos en todos los sentidos, mación de Walter. En todo caso, y *alvo esta dadas las circunstancias de las piezas, toda-
los demás caen en el perpetuo pecado de los última obra, existen ejemplares de obertu- vía había sitio para cuatro o cinco más.
músicos de las islas: su frialdad, su poca ex- ras con aproximaciones parecidas, pero sen- En resumen, disco con acertado reperto-
presividad. En el tratamiento coral podre- siblemente superiores (Haitink. Philips), y rio y adecuado instrumento que, desafortu-
mos encontrar grandes satisfacciones en lo mismo ocurre con la música nocturna, de nadamente, no ha obtenido la utilización que
ambos registros, puesto que son conducidos la que no dudo de recomendar la versión pa- debiera. Si es capaz de escuchar con agrado
los continuos cambios de registro, este dis-

52 Scherzo
DISCOS

co es para usted. Confieso que a mi me re- de Orpheus no podría considerarla una ad- En el Concierto núm. 3. Ashkenazy se re-
sulla algo irrítame. quisición incorrecta. veta como un pianista caracterizado por sus
espectaculares dotes virtuosísimas, por su
R.O.B. R.O.B. gran agilidad y por una pulsación particu-
larmente recia (escúchese la gran cadenza del
PURCELL: Music jor a while, Paul Ess- primer movimiento, ejemplar muestra dees-
MOZART: Serénala N.' 10 en Si bemol Ma- tas facultades). Por su parte, Ormandy se
yor, K. 361 «Gran Partita», para doce ins- wood (conlralenor), Johann Sonleitner, cla-
vecin, Digital Stereo, DDD, C DA 66070, esfuerza —y lo consigue— por mostrai lo-
trumentos de viento y contrabajo, Orpheus do lo que la rica paleta orquestal de Rach-
Chamber Orchestra. DG Compacto duración: 43'49".
maninov permite, secundado maravillosa-
423061-IGH. (DDD. SO'S2"). Música para un ralo o Un poto mente bien por la dúctilísima Orquesta de
de música podrían ser, tal ve?, Filadelfia, que durante tantos anos fue su
La Serénala K.36I marca la ci- las traducciones alternativas de
ma mozartiatia en el género üe orquesta. Estamos sin duda alguna ante una
esta colección de canciones de Purcell, cu- de las más ejemplares versiones de este cé-
la composición de cámara pata yo único rasgo de unidad formal está dado
conjunto de viento, y es, sin duda, una de lebre concierto, y debemos situarla al mis-
poique pertenecen a dos series impresas co- mo nivel que la grabada para CBS por
las más bellas seténalas compuestas por el mo Orpheus Briionnicus, ambas postumas
genio de Salzburgo. Obra de tinte cortesa- Berman y Abbado (comentada también por
(1698 y 1702). El presente compacto toma quien esto escribe en el número de marzo de
no, auna lo ligero, lo galante y lo simple- su titulo de la pieza con que Tircsias conju-
mente hermoso. La combinación de dos 1987 de SCHERZO, p. 44). La loma de sonido
ra a Laio con versos de Dryeden, en una ver- es excelente por su pulcritud y claridad, aun-
minuetos (con dobles trios) con dos movi- sión del Edipo de Sófocles representada en
mientos lentos, una romanza y un tema con que con pasajeras limitaciones en los agu-
1692. Otro punto en común parece ser el he- dos (como puede observarse en algunas
6 variaciones se cierra con un finale rápido cho de que estas piezas fueran interpretadas,
y alegre y constituye un equilibrio perfecto. intervenciones de las maderas).
en la época, por el contratenor Palé, forma-
Alguna de sus melodías (comienzo del ter- do en Italia. En su tiempo se acompañaba
cer movimiento Adagio) ha sido populari- de una tiorba-laúd, luego reemplazada por Completan el discolas Variaciones sobre
zada recientemente en cierta oscarizada una espineta o clavecín y con bajo de viola un Tema de Paganini, a cargo de Pennario,
película coyo título no es necesario recordar. de gamba, fórmula escogida en la presente la Boston Pops y el —como Ormandy— ya
versión. desaparecido Arthur Fiedler, verdaderas ins-
Desde el punto de vista interpretativo, una tituciones para la difusión de la Música Clá-
primera audición de este disco deja la im- He aqui a un Purcell incidental, a menu- sica entre la ciudadanía de la capital de
presión de que la obra está bien locada sin do músico de teatro, de un carácter corte- Massachusetts. Aun sin llegar a la altura del
más. La orquesta norteamericana, lanzada sano y, con frecuencia, galante. Para dar concierto más arriba comentado, la versión
hace poco por el sello amarillo, es induda- coherencia a la serie, se han obviado otros debe juzgarse como muy satisfactoria, aun-
blemente un grupo competente y bien con- perfiles del compositor inglés: sus obras ce- que Fiedler parece querer a veces recortar
juntado. Sin embargo, en cuanto a su visión lebrato ri as y pomposas de los poderes mo- en exceso los contornos del discurso sin-
de Mozart, hay varías cosas que se intuyen nárquicos, o sus sombrías meditaciones fónico.
en la primera audición y se confirman pos- barrocas acerca de lo incomprensible y pe- Asi pues, un disco muy recomendable en
teriormente. En primer lugar, el balance fa- recedero de la vida. Si hay aquí tragedia se el que sólo echamos en falta los obligados
vorece claramente a los instrumentos más trata de una función de corte, nunca del ris- coméntanos sobre el compositor y las obras
agudos, lo que quiere decir que oboes y cla- pido patetismo retomado de la antigüedad interpretadas.
rinetes nos llegan con nitidez, lo que no ocu- clásica. Si hay quejas de amor, están profe-
rre en el caso del contrabajo —apenas ridas por un enamorado de muy buenas ma- Jo. R. B.
perceptible— y fagotes. Las trompas, pese neras. Si se canta lo marcesible de la
a ser superiores en numero están también en primavera, se lo hace con pasos de noble
segundo plano. Este desequilibrio, unido al RAVEL: Trío en la menor. FAURE: Trio
danza. La música es «la comida del amor» opus 20. Marco Fornaciari. violin, y Dúo
hecho de utilizar instrumentos modernos (y según reza un cantable purcelliano.
por ello con afinación más alta) proporcio- Hayashi, violonchelo y piano. Foné. 86 F
na una atmósfera que, en general, peca de Esswood sirve este repertorio con una es- 05-11.
chillona. tremada propiedad de estilo, notoria, ante Dos Tríos franceses, muy cercanos en el
todo, en la recitación del verso barroco y en tiempo, pero muy distintos en su concep-
La Orpheus se inclina por unos tempi rá- el senlido estrófico de su canto. Por otra par- ción, es lo que se nos presenta en este disco
pidos, lo que se agradece en los movimien- le, su voz excede las corrientes limitaciones de Foné. Fauré y Ravel, dos de las grandes
tos que lo piden, pero con ello se pierde una lie su cuerda (timbre metálico, vibrato es- figuras, junto con Debussy, de la música
buena parte del encanto de los adagios, es- caso) y se oye como un contralto rotundo francesa; maestro y discípulo, pues Ravel
pecialmente en el primero de ellos. Así. el y fluido, lo cual, para este repertorio, resulta cursaría composición en la clase del músico
conjunto americano se encuentra más en su más adecuado. Una voz blanca y escuela de Pamiers. Si Fauré llegó a consolidar el
sitio en el Molió allegro inicial y en el que queda pertinente en la música antigua, pe- romanticismo francés, no por ello vería con
cierra la obra , asi como en los minuetos. ro el final del XVII pide, ya, más cuerpo, malos ojos aquellas diabluras armónicas de
Por lo demás, el fraseo es siempre elegante más escenario, más Italia. Lo que debió ha- la joven generación impresionista. Esta es
y correcto. cer Mr. Pate. la síntesis lograda en esta grabación, reali-
Como contraste, escuché posteriormente zada en febrero de 1986 en el Teatro de los
B.M. Diferentes, de Barga, por el italiano Marco
la versión que hace el Collegium Aureum
con instrumentos originales (BASF; no sé si Fornaciari y los japoneses, y hermanos, Tos-
actualmente está editada por Harmonía RACHMANINOV: Concierto núm. 3 en Re hiaki y Yukako Hayashi, violonchelista él
Mundi). En general, sus instrumentos po- menor. Op. 30. para piano y orquesta. Rap- y pianista ella, que forman, desde 1973, el
seen un sonido más bello (especialmente los sodia sobre un Tema de Paganini, Op. 43 Dúo Hayashi. Ambos nacieron en Tokio y
oboes, sin duda preferibles para estas obras) Vladimir Ashkenazv, Leonard Penoario. en esta ciudad estudiaron, diplomándose en
y el equilibrio instrumental es mucho ma- 1970 y 1974 respectivamente.
piano. Orquestas Sinfónica de Filadelfia y
yor, con lo que se oyen muchas más cosas. Boston Pops. Directores: Eligen Ormandy
Los tempi son más lentos, en ocasiones de- Sin que pueda ser abiertamente censura-
> Arthur Hedler. R.C.A. PAPILLON CO- da la actuación de los citados intérpretes, lo
masiado (molió allegro citados antes): no LECTION GD 86SM. W42".
obstante, creo que su versión es más mozar- cierto es que su ejecución, correcta en las
liana que la de los americanos. R.C.A. es un sello al que no formas, salvo cierto barullo en algunos pa-
siempre se le presta la atención sajes, no resulta del todo convincente. La
En resumen, correcta interpretación de es- que merece, puesto que tiene en música francesa tiene una especial manera
ta hermosa obra, con grabación aceptable su haber grandes grabaciones de los discos de entenderse y, quizá, la lejanía de cultu-
(que no deslumbrante). Creo, no obstante, géneros de la Música Clásica y con destaca- ras entre autores e intérpretes, fundamen-
que ninguna de las dos da de lleno en la dia- dos intérpretes. Ahora nos ofrece la serie talmente e! dúo, ha provocado ese distan-
na. Si estuviera en su lugar, amigo lector, económica en compacto o musicassette de ciamienlo estético, que lleva a momentos de
probana con Harnoncourt, que suele acer- carácter divulgativo Papillon, a base de gra- cierta pesadez y aburrimiento. No obstan-
tar en estos casos. De cualquier forma, esta baciones preexistentes. te, la trayectoria profesional de los intérpre-

Scherro 53
DISCOS

tes hace esperar actuaciones de mayor ROBLEDO: (Misa a cinco voces; Magnifi- es mas problemático; queda interrumpido
relieve. ca!; Motetes). The Scboiars. Acctnto Re- bruscamente en medio de una extensa y de-
J.A.L.D. cords ACR 102. sesperada intervención de Martha. Lo cier-
RUIMONTE: (Misa In Diebus lilis; Madri- to es que este acto no posee ni la unidad ni
gales). Tbe Scholars. Árcenlo Records el tono del primero, ya que se advierte en
REGER: Obras pora órgano. Graham Bar- ACR 103. él una mayor proximidad a un estilo más pu-
ber, órgano. Hyperion CDA66223, DDD ramente teatral, por lo que Schubert pudo
(55'2 V'h Agrupamos en este reseña dos grabacio- pensar que se estaba alejando de sus propó-
nes correspondientes a la colección Hispa- sitos iniciales. Por otra parte, no es menos
No es muy frecuente la presen- significativo que el compositor sintiera una
cia de Max Reger en las salas de niae Música Vocibus —volúmenes I y 2—, mayor identificación con la idea de la muerte
concierto. Tampoco el disco le realizada con medios e intérpretes británi- —temida y a la vez amiga—, que con la Fies-
ha prestado excesiva atención. Son, en efec- cos, aunque con participación de la Dipu- ta de la Resurreción, subtítulo inicial del
to, pocas las obras grabadas de este com- tación Provincial de Zaragoza, en una oratorio.
positor alemán. Aparte de algunas obras iniciativa más que encomiable. Se presenta
orquestales (entre ellas, las Variaciones y fu- a todos los aficionados la obra de dos poli- ¿Y la ¡ntepretación? Este disco fechado
ga sobre un lema de Mozort, Op. 132, tal fonistas españoles de una calidad muy gran- en el 81 reúne a algunos conocidos represen-
vez su obra más conocida) y otras vocales de, pero que durante cuatrocientos arlos han tantes de escuela germánica, hoy todavía en
y corales, quizá su faceta más conocida sea permanecido casi en el olvido: Melchor activo, y a su vez permite constatar el no del
la de organista. Este desconocimiento de la Robledo (1511-1586) y Pedro Ruimonte todo óptimo momento que atraviesa el canto
producción de Reger ¿puede deberse a la es- (1565-1627), autores de espléndida música de aquellas latitudes. Hollweg, protagonis-
pecial situación de su obra, a caballo entre que ahora encuentra por fin una digna re- ta activo sólo durante el primer acto, tiene
el pasado y el presente? Como señala Alfred cuperación para el mundo del disco por parte una voz fea y galleante, casi a lo G. Stolze
Einsiein, «cada vez que se interpreta una de The Scholars, un conjunto inglés que no pero sin su impronta. La línea, en cambio,
obra de Max Reger, nos enfrentamos de nue- sólo canta polifonía renacentista, si bien su es aceptable y en conjunto resulta más va-
vo con la cuestión: ¿cuál debe ser nuestra labor se centra en ella. Su estilo es muy bue- riado que Laubenthal, voz mínima, cuyo en-
postura ante ella?» Sea como fuere, lo cier- no, y están dotados de una espléndida téc- golamiento no puede disimular la casi total
to es que cada interpretación de una de sus nica, aunque sin llegar a la calidad de otros blancura del timbre. Prey da vida a Simón
obras constituye para el público el encuen- grupos como Tallis Scholars (dirigidos por Saduceo con innegable veteranía, pero la téc-
tro con un desconocido; en definitiva, el re- Peter Philips), Pro Cantione Antiqua o al- nica de emisión es muy gutural, especialmen-
descubrimiento de las creaciones de este guno de los coros de catedral brilánicos. De te en los agudos, y el grave es muy engolado
compositor no se considera de excesiva im- todos modos, y salvo pequeños detalles — aunque no desagradable.
portancia. excesivo vibrato del tenor solista en algún
momento, o el color poco claro de la voz del Entre las mujeres es poco satisfactoria vo-
contratenor—, podemos recomedar viva- calmente la Wulkopf, de instrumento ma-
Como antes se dijo, la faceta más cono- mente estos discos, que son ya parte de nues- te, quien tiene a su cargo la parte de la
cida de Reger es la organistica. Compuso al- tra historia, y felicitarnos por su edición. contralto que no es...
rededor de 200 obras para este instrumento, Excelente música, con mienas interpreta- No merece la pena alargar más el comen-
muchas de ellas en forma tradicional, como ciones. tario, ya casi notarial, si no es para resaltar
preludios corales, passacaglia, variaciones, entre todas la labor de la Mathis. La anti-
toccatas, preludios, fugas, etc. J.C.C.A. gua soubrette conserva aquí parte de su li-
gereza e íntima vibración y es la única que
El presente registro nos ofrece una visión a veces nos trae a la memoria la gloriosa tra-
muy general de la extensa producción orga- SCHUBERT: Lazarus: Drama Sacro para dición vocal de su país.
nistica de Max Reger, aunque las obras en Solistas, Coro y Orq. D.689. Werner Holl- Conclusión: Para recomendar —como lo
él contenidas son muy representativas de su weg (Iaíurusí. Edith Malhis(María),Cor- hago—, la adquisición de esta obra basta con
estilo en dos momentos dispares de su crea- nelia Wulbopf (Martha), Han na Schwarz un argumento: la obra misma. Si además son
ción artística: la Fantasía Coral sobre uSiraf (Jemina), Hom-Laubenthal INathanael), precisos otros ahora es momento de resal-
mich nicht in deinem Zorn», op. 40 núm. Hermann Prey (Simón). Südf unkchor Stutt- tar también la fina dirección de Chmura, la
2 y Introducción, Passacaglia y Fuga, op. garl & Radio-Sinfonieorchester Stultgirt: unción de ¡os coros en sus dos intervencio-
127, páginas escritas en 1899 y 1913, respec- Gabriel Chmurm (Director). Orfeo. Compac- nes y el limpio sonido de este compacto, que
tivamente, y que plantean al ejecutante se- to. DDD. COLL 101A (74'20") concede bastante primacía a las voces.
rias exigencias técnicas. Por el contrario, los
Preludios Corales, op. 67, publicados en Lazarus, es una obra única den- J.M.S.
1902. aunque escritos a lo largo de su con- tro del catálogo schubertiano. Se
siderable lapso de tiempo, son de sencilla eje- trata de un oratorio sobre un tex-
cución y respiran un profundo sentido to en tres actos del teólogo luterano A.H. SCHUBERT: Integral de los Cuartetos de
mistico. Niemeyer, al que Schubert comenzó a po- cuerda. Cuarteto Melos. Deutsche Gram-
ner música en 1820 como una suerte de com- mophon 419879-2, Álbum de 6 discos com-
El organista británico Giaham Bar ber, in- pensación a su primer fracaso teatral, pactos ADD. Duraciones: 70,07; 58,36;
térprete de las obras contenidas en este com- constituido por el estreno de su ópera ¿os 68,55; 62,35; 62,46 y 55,57. Grabaciones
pacto, realiza, en general, una excelente hermanos gemelos. Sin embargo, esta par- efectuadas entre 1971 y 1975 en la Mozsrt-
lectura de las mismas, quila algo oscura en titura que su autor no completó y dio a co- SML\. Liederhalle, de Slultgarl.
pequeños momentos de la Introducción, nocer únicamente en el estrecho círculo de
Passacaglia y Fuga y de la Fantasía Coral amigos, pudo haber tenido notable influen- Calurosa bienvenida a este her-
sobre «Straf mich nicht in deinem Zorn». cia, dado su carácter de obra marginal no moso álbum con todos los Cuar-
No obstante, esta mínima objeción no res- sometida a los imperativos del estreno in- tetos del compositor austríaco,
ta valor a las cualidades musicales demos- mediato. parcela tan importante dentro de la produc-
tradas por Graham Barber como virtuoso ción schubertiana como desconocida entre
e intérprete. En este sentido, destaca, en es- Música muy lírica, en la que las arias es- el gran público y que gozaría de una evidente
pecial, su exposición de los cinco Preludios tán maravillosamente fusionada con el re- mayor atención y popularidad si se progra-
Corales que, del total de cincuenta y dos citativo expresivo, ha hecho proclamar a mase adecuadamente en los ciclos españo-
compuestos por Reger, han sido selecciona- Alfred Einstein que este oratorio —visto con les de música de cámara y también, por
dos para su inclusión en el conocimiento del ojos actuales— es más importante para el supuesto, si las empresas del disco le dieran
instrumento y, en particular, de la variedad desarrollo de la ópera alemana que Tann- mayor relevancia a pesar de ser tradicional-
y riqueza [imbricas del gran órgano (cuairo hauser y Lohengrin. mente un género minoritario y, en conse-
manuales, pedal, sesenta registros) de la ca- cuencia, poco vendible. No obstante hay que
No es fácil saber por qué motivo no fina- aplaudir el loable intento de la Deustche
tedral de Limburg, con el que se ha realiza- lizó Schubert la obra que da pie a juicios tan
do la presente grabación. Crammophon al ofrecernos en discos com-
encomiásticos. Encontramos en ella un pri- pactos de espléndido sonido y a precio me-
mer acto magnífico, dotado de cohesión te- dio lo más representativo de su catálogo de
mática y equilibrados asompailamientos; un música de cámara. Hasta ahora se han pu-
F.C.U. material ejecutable per se. El segundo acto

54 Scherzo
DISCOS

blicado ya en esta serie las siguientes graba- que haga, da la impresión de que está pen- lo que todos los aficionados esperan de una
ciones: los Tríos de Beethoven (Kempff, sando precisamente en Schoenberg (recor- lectura del Pierrot.
Szeryng, Fourniei. 3 CD), las Sonatas de demos el Beethoven último de hace unos Antes de la llegada de este CD a las tien-
violín y piano del mismo compositor (Me- siete aflos). Pero su Schoenberg (y los otros das, solamente se podía contar entre noso-
nuhin, Kempff, 4 CD), Seis Cuartetos, dos) es un compositor que canta. Quizá sea tros con la versión de Ivonne Minton y Pierre
Op. 76 de Haydn (Cuarteto Melos, 2 CD), esa la diferencia con Juilliard, el único cuar- Boulez, una vez agotada la excelente lectu-
los Seis Cuartetos dedicados a Haydn de teto con que es posible compararlos. Juil- ra que hadan Jan de Gaetani y Arthur Weis-
Mozart (también por el Melos, 3 CD), la liard es aristada y dramático. LaSalle es dra- berg para Nonesuch. Ciertamente, la versión
obra completa para cuarteto de cuerda de mático y hace predominar el melos. LaSa- que nos propone Hungaroton viene a qui-
Schónberg, Beig y Webern (Cuarteto La Sa- lle canta, el otro no. Ya hemos visto en tarnos el mal sabor de boca que nos dejó el
lle, 4 CD), los Cuartetos de Mendelssohn Madrid hace unas semanas al Juilliard to- disco de Boulez. En aquel disco CBS se echa-
(nuevamente por el Cuarteto Melos) y, fi- cando Brahms: lo hacían como si se tratara ba en falta un mayor rigor a la hora de en-
nalmente, el álbum objeto de este comenta- de un Schoenberg haciendo hablar a Moi- frentarse con el indudable carácter
rio dedicado a la obra cuartelíslica de Franz sés, o como un Banók agitado camino del dramático de la pieza. Boulez no hacía hin-
Schubert y que ya estuvo publicado en Es- exilio. Era una bella opción. LaSalle, sin pre- capié en la notable cualidad teatral de la es-
paña en modalidad LP allá por el ano 1978. tender concesión alguna, permite una escu- critura para solista, y la cantante campaba
ConTiamos en que el sello amarillo no se ol- cha distinta: esta música ya tiene suficiente por unos derroteros lindantes más con el lied
vide del Cuarteto Amadeus dentro de esta carga de agresividad por sí misma y por eso romántico que con el sprechgesang. Toda la
magnífica serie. no pretendemos maximizarla, vamos a can- vitalidad y la presencia física que allí falla-
tarla, verán ustedes lo que es bueno. No hay ban, en la versión de Mi ha] y son puro ner-
Como es sabido, el Cuarteto Melos de ningún embellecimiento ¡legítimo, sino la vio y potencia, y la dicción de Sziklay,
Stuttgart es un conjunto de evidente solera convicción de que los cinco cuartetos de fielmente balanceante según el humor de ca-
en el actual panorama europeo de grupos de Schoenberg, los dos de Berg y los cuatro de da uno de los poemas, o, lo que es lo mis-
cámara. Posee un repertorio amplísimo que Webern (falta alguna piedrecita de juventud) mo, expresando el texto en perfecta
abarca desde Haydn, Mozart y Cherubini se enmarcan más en la lógica posroman- comunión con la atmósfera mórbida y fan-
hasta las obras más representativas de hoy ticismo-suspensión de ¡a tonalidad que en la tasmagórica con que fue creado. La punzan-
(Lutoslawski, Horvath y Wiitinger), pasan- del tránsito al expresionismo (que no sería, te timbrica de la instrumentación está
do por Brahms, Debussy, Janacék, Alban para esta lectura, sino un ismo localiza ble ejemplarmente servida por el conjunto de
Berg, Hugo Wolf y un largo etcétera. Des- antes de la sistematización del dodecafonis- Mihaly y sin caer en el tono postromanti-
de su contrato en exclusiva para la Deuts- mo; y, añadimos nosotros, más aplicable al cista de Boulez.
che Grammophon su discografla ha teatro o al cine que a la música, qué
aumentado considerablemente, aunque no caramba).
siempre con el mismo grado de calidad ar- El disco no es sólo memorable por lo que
tística (recuérdese, por ejemplo, su último concierne a Pierrot, sino también por sus
ciclo de los Cuartetos de Beethoven). En Con esto queremos decir que tanto la del complementos: dos excelentes muestras vo-
cuanto a su Schubert hay que decir que son Juilliard (CBS) como esta propuesta de! La- cales del minimalismo weberniano, que son
versiones sobresalientes, con sensibilidad, Salle son únicas y que se complementan. hoy difíciles de encontrar, si no es en la in-
elegancia, adecuación, inteligencia y estilo, Afortunado el que pueda escuchar ambas es- tegral de CBS. En ambas piezas Sziklay ofre-
con un refinamiento instrumental muy su- pecialmente en un soporte CD como los que ce una interpretación que respeta el carácter
gestivo. Quizá en algunos de los últimos presentan estos agrá nados registros. Para el anguloso de la escritura de Webern, y, fi-
Cuartetos se eche de menos la profundidad curioso lector no olvidemos recordar otras nalmente, una lectura más profesional que
y sabiduría constructiva de un Cuarteto grabaciones magníficas, fuera de integral: creativa de las Improvisaciones sobre Ma-
Amadeus, pero en conjumo, el álbum es me- los dos de Berg por el Cuarteto Alban Berg llarmé de Boulez, no aportando nada nue-
recedor de todos los elogios. Además es el (Telefunken) y el Op. 3 por el desaparecido vo al lado de las irreprochables versiones del
único integral disponible de los Cuartetos de Cuarteto Weller (Decca). De Webern des- mismo autor contenidas en el reciente do-
Schubert (las antiguas versiones del Cuar- taquemos aquel precioso disco del Quarte- ble álbum CBS, junto con Le marteau sans
teto Konzenhaus son prácticamente inen- lo Italiano que incluía también el maStre.
contrables), con sonido excelente y a precio Movimiento lento juvenil (Philips). En re-
sumen: este cuádruple álbum de LaSalle y Aunque el sonido, en general, no es ple-
reducido. Una oportunidad de oro para in- namente satisfactorio (hay un soplo en el ini-
troducirse en este mundo fascinante. Viena es un excelente regalo para amantes
de los clásicos de nuestro siglo. cio de Pierrot y en algunas de las pausas,
aparte de ser una grabación ADD, como co-
rresponde a la toma del disco LP original,
E.P.A. S.M.B. SLPX 11385, de 1971), la calidad de la in-
terpretación y de las obras elegidas hacen de
este CD un regalo para el aficionado.
SCHÓNBERG: Pierrot Lunaire. WEBERN:
SCHOENBERG, BERG, WEBERN: Los 2 canciones, op. 5, 5 cánones op. 16. BOU- F.R.
Cuartetos de cuerda de la Segunda Escuela LEZ: Improvisaciones sobre Mallarmé n. °
de Vierta. LaSalle Quartet. Deutsche Cram- I y 2. Erika Szlklay, soprano. Orquesta de SIBELIUS: Concierto para violi'ny orquesta
mophon 419 994-2 GCM4 4CDs ADD. 72' Cámara de Budapest, dirigida por Andrés en Re menor, Op. 47. Finlandia, Op. 2. El
41", 62' 41", 57' 00" y 45" 48". Mih.lj. Hungarotoo HCD 11385.2. ADD. Cañe de Tuonela (segunda leyenda de la Sui-
1
La aparición de estos registros en SI . te de Lemminkainen, Op. 22). Karelia, Op.
1971 supuso en la Europa meló- Aunque, relativamente, han si- 10, Obertura. Thomas Zefitlmalr, vjotin.
mana la consolidación de un re- do muchas las grabaciones dis- Orquesta de la (¡rwandhaus de Leipiig. Di-
pertorio difícil de encontrar en vivo o en dis- cográficas de la obra mayor de rector: Kurt Masur. TELDEC 6.43241 AZ.
co, difícil de interpretar y difícil de escuchar. Schónberg, desde la ya lejana de 1940 que Digital. 52-03".
Por IOQIS esias dificultades no es raro que realizara el propia autor para CBS, la ofer- El presente disco constituye principalmen-
no haya más integrales que otra, ia del Juil- ta actual es tan parca que hay que recibir con te una buena muestra de las obras más co-
liard Quanet, cada uno de los composito- el mayor de los plácemes esta flamante ver- ' nocidas de Sibelius, en tres frentes distintos:
res grabado en momentos diferentes. Seis sión de Hungaroton a cargo de la soprano la música concertante (el Concierto para vio-
aAos o liele tardó el álbum de 5 LPs en lle- Erika Sziklay y A. Mihaly dirigiendo un gru- lin), el poema sinfónico (Finlandia y El Cis-
gar a España. Era el año 1977. Diez años po de cámara de Budapest. Y ya no tanto ne de Tuonela) y la obertura (Karelia)
después aparece en 4 CDs en soporte de so- por la novedad en sí, sino por otras dos ra- A pesar de tener buenos rivales en las ver-
noridad más cuidada, con un relieve sono- zones de peso: se trata de la primera versión siones de Ferras/Karajan (D.G.) y Perl-
ro de tal calidad que la verosimilitud en disco compacto, con lo que eso conlleva ntan/Previn (EM1), la lectura que aquí se
hogareña llega al extremo de estar tentados de ganancia en vivacidad y transparencia so- nos ofrece del Concierto para violin es bas-
de invitar a una copa a Walter Levin al fi- nora y, al mismo tiempo, constituye una in- tante apreciable, aunque se vea algo perju-
nal de una de las piezas. terpretación (an llena de intensidad y dicada por una toma de sonido poco idioma-
fidelidad a las propuestas de Schónberg, que (ica, en la que la orquesta queda en ocasio-
No creo que sea necesario recordar que puede ser considerada, si no la mejor ver-
se trata de un álbum de referencia interpre- nes demasiado alejada —escúchense los so-
sión posible, sí al menos la más cercana a los de flauta y clarinete del primer movi-
tado por uno de esos cuartetos que, haga lo

Scherzo 55
DISCOS

miento— y excesivamente definida en un so- y Lovra von Mmtack. Erai— Keférenccs ya voz, homogénea, extensa, fácil, resplan-
lo bloque sonoro. Zehetmair, violinista a CDH 7610012. ADD. Duración 68'OS". dece con las mil irisaciones de un metal
quien no conocíamos, se muestra como un precioso y es empleada por ende con exqui-
traductor fiel a Sibelius, llegando incluso en El 22 de mayo de 1950, después sita sensibilidad y multitud de matices. De-
ocasiones a extremos algo asépticos. El so- de ocho meses de la desaparición masiados, podría decirse. La soprano
nido es un tanto delgado, pero hay un buen del compositor, se estrenaban en neozelandesa no posee el talento de la
templamiento del instrumento y una gran Londres los Cuatro últimos Heder de Richard Schwarzkopf para apurar hasta el límite la
limpieza, particularmente en el registro agu- Strauss con Kirsten Flagstad, la Orquesta Fi- voluta, el dibujo vocal, el glissando, el por-
do del mismo y en las dobles y triples larmonía y Wilhelm Furtwángler. Un regis- tamento; para regular, sin perder la línea de
cuerdas. tro en vivo de aquel estreno evidencia la flotación ni la entidad del personaje, de for-
Un Finlandia, Masur opta por un enfo- incapacidad de una intérprete, excepcional ma tan exagerada, la dinámica canora. Su
que del poema más bien vivaz, pero la to- en otros climas, para calar en la entraña de Arabella, de tantos kilates vocales, resulta
ma de sonido relega maderas y metales a un una obra que le es ajena. Tres años más tar- bastante artificiosa y endulza aún más un pa-
exagerado segundo plano. Mejor le van las de (exactamente en noviembre de 1953) las pel que, dadas las características del com-
cosas al Cisne de Tuonela, debidamente me- cuatro canciones, ya para siempre insepa- positor, posee una escritura que roza lo
surado y grabado, con un muy apreciable rables, son registradas por Schwarzkopf, lo- decadente. Pero Arabella es. después de to-
solo de corno inglés en el tema que se iden- grando de esta reflexión sobre la muerte algo do, una joven chica bien casadera, pertene-
tifica con el triste canto del cisne. La ober- propio y paradigmático. Es imposible, pa- ciente a la mejor sociedad vienesa de la
tura Karelia sigue en el mismo nivel, que rece, traducir mejor la transparencia de un segunda mitad del XIX; una gentil sonado-
podliamos calificar de medio-alto. texto con un canto tan diáfano y seductor, ra. Kanawa envejece al personaje. En cual-
transmitiendo al mismo tiempo una vibra- quier caso está muy por encima de los
En resumen, estamos ante un disco muy ción incesante. Esta grabación, pues, justi- demás. Grundheber, barítono un tanto for-
provechoso para quienes no conozcan la mú- fica por sí sola la etiqueta de la colección: zado, demasiado amigo del portamento, os-
sica de Sibelius y que deseen, antes de aden- Referentes (Referencias). Anos después, con curece ficticiamente su color (hay bastante
trarse en el denso mundo de sus sinfonías, la Sinfónica de Radio Berlín y George Szell, semejanza entre él y un Siegmund Nimsgern,
establecer un primer contacto con sus obras mejor dirigida que en esta ocasión, la sopra- que posee sin embargo, una emisión más
más prodigadas y asimilables. no repetirá su versión, aunque los resulta- franca y noble; la penuria de voces wagne-
Jo.R.B. dos serán inferiores, enfática y disminuida rianas les ha hecho habituales intérpretes de
la intérprete. Existe además un registro Uve Wotan) sin dar casi nunca ese tono entre
de 1967 con la Filarmónica de Berlín y Her- provinciano y noblote que define a Mandr-
SCHUMANN: Famasiaen Do Mayor, opus bert von Karajan, que apenas puede com- yka (un barón de Ochs sin su ropaje bufo),
17. Seis estudios sobre los caprichos de Pa- pararse con el de 1953, una auténtica e papel sin duda de gran dificultad que preci-
ganini, opus 3. Nikila Magaloff (piano). Fo- imprescindible pieza discográfica, en suma. sa un barítono muy amplio, sólido capaz de
né. 85F01. La escena final de Capriccio, grabada superar una escritura muy comprometida en
Nos ofrece el sello italiano, en este disco, también en noviembre de 1953, ya presagia todos los puntos de la tesitura y dotado de
una grabación en vivo del célebre pianista la inmensa condesa que será la Schwarzkopf flexibilidad para sondear en los repliegues
suizo, aunque nacido en San Petersburgo, en la versión completa de la ópera, realiza- y matices del ingenuo y sorprendido enamo-
Nifcita Magaloff. El registro tuvo lugar el 30 da con Sawallisch cinco años después. rado. Voces y temperamentos como los de
de marzo de 1984, en el Teatro Goldoni, de Hans Hotter (e! mejor en el cometido según
Livotno, con molivo de la Temporada de el autor), Hermann Uhde, George London
El disco compacto se concluye, con la co- y, en menor medida aunque siempre intere-
Conciertos organizada por el Ayuntamien- rrecta presencia de Meiternich en Mandryka sante por su inteligencia, Fischer-Dieskau
to de la ciudad, la Provincia de Livorno y y Felbermeyer como Zdenka, con cuatro han servido adecuadamente la parte.
el Instituto Musical P. Mascagni de la Re- fragmentos de Arabella, extraídos de una se-
gión Toscana, bajo la dirección artística de lección de la ópera hecha en 1954, con Ma-
Alejandro Specchi. tacic. Schwarzkopf quizás comprendió, Decepcionante Gabriele Fontana, de voz
Dos obras de Roberto Schumann se inclu- inteligente, que su época tenía ya una Ara- oscura, esforzada, opaca, que canta con du-
yen en el disco. En primer lugar, la gran Fan- bella de excepción: I.isa de la Casa. reza sin dar la imagen fresca, lírica, contras-
lasia en Do mayor, opus 17, un auténtico F.F. tada con su hermana, que ha de tener
poema de amor, cuyo primer movimiento Zdenka. Discreto Gutstein, notable Der-
es, en palabras del compositor, «un lamen- nesch e insuficiente Seiffen. Nada especial-
to por Clara», «lo más apasionado que he STRAUSS: Arabella Kiri Te Kanawa (Ara- mente dcstacablc en el resto a no ser la
escrito», en el que incluyó el tema de cinco bella). Krsnz Cjrundhfber (Mandryka), GB- soltura con la que se desenvuelve en las en-
notas descendentes que pertenecía a la briele Fontana (Zdenka), Ernst Culstein diabladas fiorituras de Milli «la del fiacre»,
Wieck. Magaloff, buen conocedor del pia- (Waldncr). Hclga Demesch (Adriaide), Pe- la canzonetisia tradicional del típico Baile
no romántico, y especialmente de Chopin, ler Seifferl (Matteo) en los principales pa- de los Cocheros —durante el que se desa-
ofrece una magnifica versión de esta obra, peles. Orquesta y Coros del Covent (¿arden. rrolla la acción del segundo acto— (uno de
escrita en los turbulentos meses de 1836 y Director: Jeffrev Tale. UECCA 417 623-2. esos papeles coloratura tan propios de
1837. A ese buen resultado colabora, ade- 3 compactos DDI). Se presenta también en Strauss; recordemos a Zerbinetta), Gwcn-
más, el piano Sleinway utilizado en el con- disco negro y cassette. 2 h. 3T51". üolyn Bradley.
cierto.
Se nos ofrece ahora la posibili- Se ha hablado ya de la espléndida loma
Algo anteriores son los Seis esludios so- de sonido. Des taquemos "final mente el ex-
bre caprichos de Paganini, opus 3, que cons- dad de captar lodas las rutílan- celente trabajo, bajo las persuasivas órde-
tituyen la segunda obra de este disco, y que 'es y mágicas bellezas de la nes de Tate, de los conjuntos del Covent
tratan de llevar al piano el virtuosismo del prodigiosa orquestación que Richard Strauss Garden. Gfobalmente, por supuesto sin el
violinisia italiano. En ellos Magaloff luce su preparó para esta su última colaboración con citado nivel técnico, son preferibles en to-
habilidad en el teclado, arrancando un so- von Hofmannsthal. El disco compacto, en do caso la algo antigua e incisiva versión de
nido limpio y dejando constancia de su ya una espléndida y cuidada toma sonora, cla- Solti (DECCA). con una modélica y natu-
acreditada maestría. rísima, aérea, presente, es el vehículo que no* ral Della Casa y London, y la equilibrada
lo permite. Las suntuosas sonoridades de es- y bien cantada de Sawalüsch. (EMI), con el
La grabación es de una gran calidad, no ta comedia vienesa, tan emparentada con El
estorbando el ambiente de sala ni la presen- caballero de la rosa del mismo autor, 22 años matrimonio Vaiady-Dieskau, ninguna de
las dos del todo redonda. Como testimonio
cia del público, que sólo se advierte en los anterior, son perfectamente discernibles ade-
aplausos finales de las dos obras. más en virtud de la elegante, medida, plás- debe recordarse la tomada en 1947 en Salz-
J.A.L.D. tica y persuasiva dirección de Tate,. que se burgo (Melodram), con Bóhm en el pupitre.
revela excelente maestro y hombre de'teairo. Reining, Della Casa (como Zdenka) y
No se mantiene idéntica altura en el as- Hotter.
R. STRAUSS: Cuatro útlimosheder. Esce- pecto vocal, igualmente básico y tan difícil
na final de Caprtccio. Es Irados de Arabe- A.R.
de diseñar en ésta como en otras obras del
¡la. Eliiabeih Schwarzkopf. Con Josef compositor bávaro. V ello aun aceptando la
Medernich y Anny leí berra ayer. Orquesta notable prestación de Kiri Te Kanawa, cu- R. STRAUSS: Dan Quijote, Op. 35. Ulrich
Phílharmonía. Directores: Olio Ackermann Koctl (vlota], Msíistsv Rostropovitch (violon-

56 Seherzo
DISCOS

cello). Orquesto Filarmónica de Herlin. Di- ñero ti metal resulta más bien chillón y es- tuya una pieza clave dentro de la historia
rector: Herbert ><>n Ka rajan. KM I 7 49JO8 'iiiki.ie, y, en general, la orquesta escocesa fonográfica de este drama. Fue precisamente
2. compaclo ADI). Duración 43'53". Gra- se muestra .ner.os conjuntada que la Filar- Roslropovitch quien grabó una vibrante y
bación realizada en la Philharmonk de Ber- mónica berlinesa. La grabación es especta- apasionada versión de esta ópera para la
lín en enero de 1975. Rfprocesados digital cular y el disco está muy bien aprovechado, Deutsche Grammophon con un reparto vo-
en 1987. pero esio, a pesar del DMM, trae sus pro- cal bastante más adecuado en todos los sen-
blemas y el ruido es considerablemente ma- tidos que el que ahora se publica en España
¿Se puede decir algo nuevo de es- yor que en el ejemplar de Karajan. Versión, debido al elenco del Bolshoi de Moscú. En
. I®. ta archi famosa grabación? Va en pues, muy correcta y disfrutable de esta lineas generales esta interpretación está por
0fiHH.1V»
su día fue merecedora de [oda obra, si bien creo que Karajan sigue enca- debajo de la del gran violoncellista-director
clase Je elogios y premios, añadamos que bezando la lista. ruso, aunque sea poseedora de evidentes
con toda justicia, pues Karajan y la Filar- aciertos parciales y de una notable realiza-
Respecto a Una Vida de Héroe creo que ción general. La dirección de Mark Ermler
mónica de Berlín siempre han hecho de las aquí Jarvi está más cerca de la diana, inclu-
obras de Richard Strauss un mundo aparte es impulsiva y vigorosa, poniendo especial
so en los momentos más alegres y jugueto- énfasis en los pasajes concertantes y obte-
por su suntuosidad sonora, por el desplie- nes (La compañera del héroe). La tensión
gue de virtuosismo, por la elegancia, nobleza niendo de la orquesta del Bolshoi una res-
está graduada y la exposición de la batalla puesta marcada por el equilibrio sonoro y
y convicción puestas en juego, en fin, algo consigue el deseado contraste. La contribu-
si no único, si muy personal y de innegable la convicción. Las intervenciones vocales, sin
ción de Fdwin Paling (violin) es en todo mo- embargo, no alcanzan las mismas cotas de
belleza. En cuanto a Rostropoviich digamos mento adecuada, y la ejecución orquestal,
que sus fogosas y a la vez rigurosas inter- calidad: Atlantov, forzado y litante, queda
por su parte, es excelente (salvo el defecto por debajo de Peter Gougaloff en su regis-
venciones dejan sin aliento al oyente (no se antes citado de los metales, que se reprodu-
puede especificar un ejemplo concreto: es- tro con Rostropovitch, lo mismo que Táma-
ce). En resumen, versión muy aceitada de ra Milachkina. sin la sensualidad y adecua-
cúchese cualquier variación). Podríamos de- este poema sinfónico, a la que ayuda un
cir que en conjunto quizá sea una lectura ción de Calina Vishnevskaya. El resto de las
magnífico sonido del compacto. No obstan- iniervenciones, correctas en líneas genera-
cuya perfección abrume, pero a la vez es te, el problema principal de Járvi se llama
muy emotiva y ensoñadora; aquí Karajan se les, quedan un tanto pálidas al lado de nom-
oirá vez Karajan (DG), que hace una. para bres como Regina Resnik. Bernd Weikl,
erige como consumado narrador, como un mí, memorable lectura de esta obra.
mago que fascina al oyente de inmediato con Hanna Schwarz o Lucia Popp, intervinien-
essa historia fantástica contada con induda- Finalmente, el apartado Lieder. No vamos les todos ellos en la grabación de Deutsche
ble pericia y maestría. La grabación ha ga- a descubrir a estas alturas los cuaíro últimos Grammophon. El álbum de 3 discos com-
nado claridad y definición en esta nueva Lieder, obras suficientemente elogiadas y pactas, de buen sonido, viene acompañado
lectura por láser, y el resultado es que usted grabadas en más de una ocasión. Los oíros con un libreto con el texto de la ópera en
hará una buena compra si es admirador de cuatro proceden del período 1894-1900. ex- francés y sin estudio alguno sobre esta com-
esta partitura, teniendo en cuenta que en bre- ceptuando la nazi Das Bachlein (dedicada posición. Hoy por hoy creemos preferible
ve aparecerán en compacto otras versiones a Joseph Goebbels, 1933). Se irata de obra< recomendar a los interesados en esta ópera
no menos famosas que la que ahora comen- de alegría y paz, siendo Das Báchlein la más la versión de Mslislav Rostropoiiich, aun-
tamos: Tortelier/Kempe (EM1) o Four- extrovertida en forma y orquestación y Mar- que ésta no haya sido transferida a compacto
nier/Szell (CBS). gen! ta más conseguida y elaborada y la que (por el momento).
más nos gana, con un precioso tema lleno
de ternura a cargo del violin. C. * • A.
Felicity Lott es intérprete irreprochable de
STRAUSS: Sinfonía Alpina Op. 64. 4 todas ellas, aunque su bonita voz, emplea- TF.LEMANN ¡Concierto a 6 para flauta dul-
Lieder: Uhandos ABRÍ) 1263. Una vida de da con sabiduría y gusto exquisito, se en- ce, fagot, dos violines, viola y clave. Con-
héroe, Op. 40. 4 últimos Lieder*. Chandos cuentre algo nasal en determinados deno para cuatro violines sin bajo. Obertura
Compacto Chan 8518 (DDR; 66' 43"). momentos de los Cuatro últimos Lieder. En a 5, para cuerno de caza, violines y clave y
*Felk-it> l.ott. soprano. Scollish National éstos quizá le falte algo de esa elegancia c concierto para tres oboes, tres violines y bajo
Orcheslra. Dir.: Neeme Jarvi. intimismo que tan difíciles resultan y que tan continuo. Conrenlus musicus de Viena. Di-
bien sabía obtener la Schwarzkopf (EMI). rector: Nikolaus llarnonciiurl. Disco com-
El director estoniano Neeme Jár- No obslante. no puedo dejar de rts^ñai la pacto. Grabad» en 1966. AAD. Duración:
v¡ lia grabado para Chandos, con muy buena exposición de la Lott en el últi- 53'5O". Teldec 8. 43773ZS.
éxito considerable, el ciclo sintó- mo Üed de la colección In abenárot, en el
nico completo de Prokofieff, así como al- que la frase «¿es ésio quizá la muerte?» al- La serie media de Teldec Refe-
gunas obras sinfónicas no especialmente fre- canza el tono justo de pregunta entre me- rence nos está ofreciendo un con-
cuentes de compositores rusos, como la lancólica y resignada. junto de grabaciones produ-
Segunda de Scriabin o la Primera y Sexto cidas inicialmente por Telefunken entre los
de Shostakovitch. En suma, pues, buen comienzo de Jarvi años sesenta y setenta, muchas de las cua-
en esta serie, si bien ha ido a dar con un com- les ni siquiera habían aparecido en disco ne-
Tras estos comienzos, Jai vi entra ahora positor especialmente bien tralado por un
en un ciclo dedicado a Richard Strauss, del gro en nuestro país. La opción resulta muy
señor que puso el listón muy alto y que se interesante, puesto que a las ventajas del dis-
cual estas son las dos primeras entregas (la llama Herbén von Karajan. En cualquier
tercera estará dedicada a Don Juan y Zara- co compacto hay que unir las de un precio
caso, versiones disfrutables de ambas obras. que ya va resultando menos prohibitivo pa-
tuslra, y se completara, igual que los discos
aquí comentados, con cuatro Lieder del ra los bolsillos del sufrido aficionado. Asi
R.O.B. resulta que por menos de dos mil pesetas,
compositor bávato).
puede usted adquirir cualquiera de los ejem-
Digamos en seguida que Járvi se muestra TCHAIKOVSKV: La Dame de Pique. Vla- plares de esta serie, que sin duda, hará sus
como un competente intérprete de Slrauss, dímir Ailanlov, Vladimir Valaitis, Andrei delicias, tanto por las obras programadas,
si bien creo que con resultados algo varia- FedossMv, Valentina I*vko, Támara Mi- como p<>r las versiones que contienen.
bles. S.1 Alpina es más apasionada y espec- lachkina. Calina Borisová, And™ Sotólov.
tacular que lírica. Asi, encontramos lo mejor Coros j Orquesta del Tealro Bolshoi de En el año 1966, cuando apareció este dis-
en secciones como En la cima o Momentos Moscú- Director: Mark fcrmler. Mftodva- co en el ya histórico vinilo, la gente se hacía
peligrosas, y. en cambio, resultan más fio l í Chint du Monde I I X 278864/66, álbum lenguas, bien que otros lo denostaban, de
jas las panes en las que debe existir una fuer de 3 discos compactos. Grabación realiza- las versiones del Concenlus Musíais de Vie-
[c dosis de calma y reposo (Visión, Final). da en Moscú en 1974 y re procesad a * digi- na y de Harnoncoun. Hoy el tiempo, que
Favorece los lempi rápidos, en ocasiones tal en 1986. Distribuido en España por hace milagros, ha conseguido unificar aque-
quizá excesivamente (Ascensión). No obs Harmonía Mundi Ibérica. • llas dispulas y la opinión generalizada es
lante. se trata de una visión musicalmente unánime: Harnoncoun y su grupo son uno
correcta y, como tal, respetable. Pese a ello, de los hitos históricos de la interpretación
prefiero a Kempc (EMI) o Karajan (DC¡), Otra nueva versión de La Dame de la música barroca. Este disco con tres de-
que se me antojan más equilibrados. Desde de Pique, «lo más grande de liciosos conciertos y una magnífica obertu-
d punto de vista orquestal, ta contribución Tchaikovsky» en palabras de ra de Telemann es una prueba evidente de
de la Nacional de Escocia es muy notable. Mstislav Rostropovitch. aunque la interpre- ello. La adaptación al estilo, la viveza del
tación objeto de este comentario no consti-

Scherzo 51
CICLO MUSICAL C(
91
Carlos ¡II de
II CENTENARIO I
España.

ORGANIZA:
Real Coliseí
Centro de Estudios
V Actividades Culturales San Lorenzo de El Esc
MARZO ABRIL

MÚSICA DE TECLADO ESPAÑOLA DE Sábado, día 9


LA ÉPOCA DE CARLOS III Y
LA ILUSTRACIÓN
UN MONJE ILUSTRADO: Antonio Soler
Genoveva Gálvez, clave
Sábado, día 12 Montserrat Torrent, órgano
Tres conciertos para dos teclados: Padre Soler
Recital de Antonio Baciero. Piano. (1729-1783), más obras de Pedro José Blanco,
Obras de Vicente Adán, Pedro Manuel de la Fuente, Casanovas, Félix Máximo López, ate.
José Lidón, Vicente Martin y Soler, Joaquín Asiáin,
Antonio Soler y Lulián Prieto.

Sábado, día 16
Sábado, día 19
Genoveva Gálvez, clave
Recital de Antonio Baciero. Piano. Montserrat Torrent, órgano
Obras de José Moreno Polo, Joaquín Oxinagas, Juan Fin de la integral de los conciertos para dos teclados
Sessé, Félix Máximo López, Anselmo Viola, Francisco del Padre Antonio Soler.
Marines, Francisco Rodríguez, Pablo Marsall, Antón Tres conciertos para dos teclados: Padre Soler, más
Guin, Fray Joaquín de Jesús María y José, Joseph obras de Pedro José Blanco, José de Nebra, Sebastián
Vails y Carlos Bagues. Albero, etc.

Sábado, día 26 Sábado, día 23

LA MÚSICA EN LA ÉPOCA DE CARLOS III


Recital de Antonio Baciero al pianoforte. La Stravaganza.
Obras de Blasco de Nebra, Joaquín Montero, Felipe
Mariano Martín - flauta travesera barroca
Rodríguez, Rafael Anglés, Ramón Ferreñac, Fernando
Inés Fernández Arias - clave
Sor, Francisco Rodríguez, Mariana Martínez, María del
Obras de Kirnberger, J. Chr. Bach, Rodil, Minguet y
Carmen Hurtado y Torres, María Dolores Estepas.
Felipe Lluch.
• Esle ciclo de tres recitales es una muestra del
repertorio español de música para redado po-
co conocido e inédito, en buena parle produc-
to de la labor de búsqueda o inuesligaciori del
propio intérprete. Sábado, día 30
Todos los conciertos de este Ciclo, y los del
Ciclo Carlos III, serán a lazs 22.30 horas de
los sábados, excepto el del domingo 5 de ju- EL CUARTETO, EN TIEMPOS DE CARLOS III
nio, que será a las 19,30 horas. Cuarteto Arión
Pintiotorte construido por J. C Neu&en. Siguiendo un modela da OuMron. Gentilmente
Obras de Manuel Canales, Luigi Boccherini y Wolfgang
cedida par ¡a casa Hajsn. de Madrid. Amadeus Moza ti.
MEMORATIVO DEL
EL REY CARLOS III
> de Carlos III Comunidad de
)ríal Marzo-Julio 1988 Madrid
MAYO JUNIO

Viernes, día 3; sábado, dia 4,


y domingo, dfa 5

UNA ZARZUELA CASTIZA DEL SIGLO XVIII


Compañía «Opera Cómica de Madrid»
Sábado, día 7
Solistas, orquesta y coro.
Dirección escénica: HORACIO RODRÍGUEZ
ARAGÓN
LA ILUSTRACIÓN EN EL PAÍS VASCO Dirección musical: LUIS REMARTINEZ
Capilla «Peñaflorida» «Las labradoras de Murcia». (1769).
Dirección: JOSÉ RADA Zarzuela de don Ramón de la Cruz, con música de
Obras de Larra naga, Asiáín y Xabier Munibe. Textos de Amonio Rodríguez de Hita.
Sama niego y Peñaflorida.
Sábado, día 11
EL SINFONISMO CLASICO
Orquesta de la Comunidad de Madrid.
Sábado, día 14 Director: MIGUEL GROBA Y GROBA
Obras del Españólete Brunetti, Ordóñez y Mozart.

LA TONADILLA ESCÉNICA, UN FENÓMENO Sábado, día 18


DEL REINADO CAROLINO
Conjunto «Hesperión XX» MÚSICA DE CÁMARA EN LA CORTE
Dirección: JORDI SAVALL DE CARLOS III
Obras de Esteve, Misón, Laserna, Plá, ate. Trío Academia de Harmonía
Emilio Moreno, violin
José Miguel Moreno, laúd y guitarra
Sergi Casademunt, violonchelo
Sábado, día 21 Obras de Cayetano Brunetti, Joseph Haydn, Fernando
Sor, Pablo Vidal y Antonio Ximénez.

Sábado, día 25
LA MÚSICA RELIGIOSA EN EL SIGLO XVIII
Coral de Santander y Miembros de la Orquesta SINFONISMO EUROPEO DEL CLASICISMO
Sinfónica de Madrid Orquesta Reina Sofía
Dirección: LYNNE KURZAKNABE Dirección: MAX BRAGADO
Obras de Carrasquedo, el Españólelo, Telemann y Obras de Dittersdorí, Cari Philipp, Emanuel Bach y
Pérgoles. Mozart.

JULIO
Sábado, día 28

Sábado, dfa 2
LA MÚSICA EN TIEMPOS DE CARLOS III
Conjunto «Zarabanda» EL CUARTETO MADRILEÑO
Sonatas y tríos de Francesco Mancini, Domenico Y EL GENIO DE MOZART
Scarlatti, Johann Adolf Hasse, Antonio Rodríguez de Cuarteto Soler
Hita y Hermanos Plá. Obras de Canales, Boccherini y Mozart.
DISCOS

ritmo, el tratamiento del bajo continuo, la WALTONi Sinfonía n.° I en si bemol me- por las firmas de los poetas que ilustra:
calidad de los solistas y de la propia orques- nor. Corona imperial. El globo y el cetro. Goethe y Se hill er; tras ellos, August Sen le-
ta, constituyen un autentico placer. La gra- Koyal Philharmonic Orchestra. Director: gel y Matthison.
bación, magnífica en sus orígenes, queda André Previn. Telare. Compacto. CD Las melodías, sin atreverse a ir muy alto,
realzada en su paso al compacto. M¡ conse- 80115. DDD 5 9 W . nos acarician y nos acompañan con halago.
jo es que adquiera el disco por todo lo se- Et piano, a veces, tiene momentos de arpe-
ñalado y porque el prolifico Telemann nunca El sinfonismo británico ha esta- giado protagonismo. Todo es acolchado y
dejará de sorprendernos por la variedad de do marcado por un notable des- elegante. No corremos e! menor riesgo con
sus obras y por las diversas combinaciones fase estilístico, un postroman- aproximarnos al maestro Zeiler.
instrumentales que utiliza, que !o convier- ticismo un tanto confuso que guió a la ma- Fischer-Dieskau canta con una elevada
ten, a veces, en un músico auténticamente yoría de los compositores incluso bien avan- autoridad prosódica, con inteligencia esti-
barroco o en un autor de composiciones de zada nuestra centuria. El ejemplo de Etgar lística y con una vocal í dad bajo-barí ton a I
estilo galante. Los comentarios son intere- llegó a hacerse paradigmático. Todas estas que no plantea problemas a su estado sonoro
santes si bien no están traducidos a) caste- circunstancias determinantes se aprecian con actual (el registro es de 1934). Reimann
llano, como suele ser habitual. claridad en William Walton, autor cuya valia acompaña con solvencia, pulsando un pia-
se reconoce sin dificultades en los terrenos no arcaico (1828), de timbre corto y acera-
C.Q.LL.O. del oratorio y la música cinematográfica, Su do, que contribuye a recrear el clima de
Primera Sinfonía, que ie llevó cuatro años época
VICTORIA: Réquiem lOffwium Defunclo- de trabajo, 1932-35, y muchos quebraderos fl.M.
ntm, 1605) Wrstminsler Calhedml Choir of de cabeza, no es en absoluto vina partitura
London (sij-uiendo una edición de Biuno totalmente conseguida. Son muchos los ha-
Turnerl. Dirección: David Hitl. Hjper ion llazgos que se dan en la obra, aun movimien-
A66250.
Sin duda en la historia de la música han
tos enteros poseen indudable empaque, pero
el gran problema de la sinfonía se encuen-
RECITALES
destacado muchos compositores, pero genios tra en su desequilibrio. La tensión del Alle-
de los de verdad, ¿cuántos? Victoria seria gro de apertura o la quietud del bello CONCIERTO DE AIÍO NUEVO: Obras de
uno de los poquísimos maestros con mayús- Andante encajan muy mal con el Maestoso Johann Straussl y TI y Josef Slrauss. Kath-
culas. Y entre sus obras ocupa un lugar muy final, que es un cierre de la obra que consti- leen Batí le, soprano. Orquesla Kil armóni-
especial el Officium Defunctorum, monu- tuye un error monumental. ca de Vleoa. Director: Hcrberl »on Kara jan.
mento supremo de la contemplación extáti- Concierto grabado en la Musikverein de Vte-
ca española, y que sólo últimamente está Está claro que Previn cree en la obra. Bas- na el 1 de enero de 1987. itG CD ÜDD 419
teniendo su debida traslación al mundo del ta con escuchar el magnifícamente construi- 616-1. 69'02".
disco (de forma digna, queremos decir). Va- do movimiento inicial. Pero hay muchos
yamos con la interpretación que nos ofrece más valores en la interpretación, como cier- Llega ahora a España, al año de
el Westminster Cathedral Choir. En primer tos rasgos impresionistas o el acertado tra- su celebración, este concierto de
lugar habría que resaltar la fundamental bajo tímbrico. El centro de la Primera I de enero de 1987 en forma de
contribución que ha hecho Bruno Turner Sinfonía de Walton formado por su movi- disco compacto. El acontecimiento, criticado
con su nueva edición del Officium, publi- miento lento es intensificado pot Previn, en estas páginas por el que suscribe
cada hace no mucho por Mapa Mundi (ver quien lo lleva a un sincero climax pasional. (SCHERZO. n." 11), tuvo, además del ha-
SCHERZO n.° 16, pág. 45). Turner ha ve- En el último tiempo, Previn logra sacar ade- bitual, un interés suplementario: la presen-
lado además muy especialmente por la in- lante una música epidérmica. Gran presta- cia en el podio de Herbcrt von Ka rajan, que
terpolación correcta del canto llano y el reslo ción la de la Royal Philharmonic. No es volvía en tal fecha frente a la l-ilarmónica,
de los cantos litúrgicos en el modo en que necesario insistir demasiado en el idiomatis- en su escenario de la Musikverein, al cabo
se empleaban en la España del XVI. mo de la lectura. Las dos piezas de circuns- de varios lustros. La sesión fue de alto ni-
tancias que completan et disco son también vel artístico y la pastosa calidad sonora de
En cuanio a las intervenciones del Coro, convincentemente interpretadas. la formación vienesa, la transparencia de sus
no dudaremos en calificarlas de prodigiosas, arcos, iá dulzura de sus maderas, el vigor
demostrando una vez más ser vehículo per- El sonido del compacto es de gran fideli- de sus metales, se vieron realzados por el ya
fecto para la música de Tomás Luis de Vic- dad, sin falsas sensaciones estéreo fónicas, anciano pero todavía vital y sumamente ele-
toria. Desde el principio hasta el final se una limpieza notable y un volumen sonoro gante director, cuya batuta, flexible y sabia,
aprecia la modélica comprensión de la obra algo bajo en relación con lo que se está acos- marcó con su personalidad el muelle y flui-
por parte de Hill. Jamás se produce un sal- tumbrado. do discurrir de la música. Acento, gracia
to al vacio, puesto que siempre se encuen- E.M.M. controlada, justeza de tono, virtuosismo or-
tra una continuidad y progresión entre las questal quedaron impresos en la interpreta-
diferentes partes del Réquiem. El vello se po- ción de cada pieza, acogida de manera suave
ne de punta ya con la 1 ección de Maitines ZELTER: A usgeváhlle Lteder (Canciones y natural a un lempo por lo común mode-
Taedel animan meam (preludio de la pro- escogidas), Dirtrich Fischer-Dieskau, barí- rado, a una agógica de amplio espectro.
pia Misa de Réquiem), expuesta de forma tono, y Aríbert Reimann, piano. Orfeo C
tan clara como excitante, y la emoción con- 097841 A Digital Audio. Compacto. 48' 10". El clima cálido de la sala, el frescor de la
tinúa hasta el final, cori el Coro derrochan- En 1984, Rscher-Dieskau, tal ve/ música, el brillo y autenticidad de las ver-
do técnica y sentimiento, recreando J1CHHCT
agobiado por una carrera don- siones de pequeñas obras maestras como el
mágicamente cada detalle, cada matiz, no
sólo de la polifonía, sino también del gre- te© de todo ha cabido, echó mano de vals Delirios, las polkas Pizzicato o Bajo
truenos y relámpagos o la obertura de El
goriano (;qué manera tan bella decantarlo!), un compositor menor y olvidado de la tar- Murciélago, aparte los consabidos Dünubio
que juega aquí un papel importantísimo. Po- día Ilustración, Zelter (1758-1832). que go- azul y marcha Radetzky, aparecen perfec-
dríamos destacar muchos fragmentos de la zó de la amistad y la admiración de Goethe tamente recogidos en una muy natural y es-
versión aquí reseñada, como el motete extra- y luego, cuando se advirtió la cana visión paciosa toma sonora, que capia también con
litúrgico Versa esl in Imtum (parece que el musical del genio de Weimar (que despre- fidelidad el timbre ligero y luminoso de la
tiempo se detiene al escucharlo), et Sanctua ciaba a Beethoven y a Beilioz y admiraba voz de Kathlcen Battle, afortunada en la re-
(en el pleni surtí caeli el ierra nos sentimos a Meyerbeer), fue archivado junto con las producción de los pasajes coloratura de la
inundados por la poesía y el misticismo de copias de escayola de aquella pequeña cor- versión original del vals Voces de primave-
Victoria), o et responsorio final Libera me, te provincial. ra de Johann II.
poderoso, conmovedor. En definitiva, este Zelter llega tarde tras Mozan y tempra-
disco es un auténtico acontecimiento. Me- no, antes de Schubert. A Beethoven le pasa A.R.
rece la pena dejarse por unos momentos de de costado. Es un músico amable y deleito-
sinfonías panorámicas y Aperas plúmbeas so, como para una velada cortesana, de esas CARMINA BLRANA VOL. 1 (21 cancio-
para empaparse de música sublime, de mú- que ninguno de nosotros hemos conocido. nes del manuscrito original de principio* del
sica pura. Sus canciones, mis que al modelo estrófico siglo XIV). Sludin dtr hriihen Musih; direc-
que abundará en el romanticismo, apelan al ción: Thom¡.s Binkley. CD I eldec 8.43775.
recitativo y al arioso de la ópera de cáma- AAD (grabación de 1964). Duración:
J.C.C.A. ra. Su buen gusto literario está acreditado SJ'19".

60 Scherzo
DISCOS

He de confesar la decepción que A RENAISSANCE CHRISTMAS (Obras 1L BALLARINO (Danzas ¡i alia ñas -le los
ha supuesto para mi escuchar ei «te diversos autores de los SÍRIOS XV al siglos XVI y XVII). Thr Broadside Band;
compacto que paso a reseñar. No XVII). The Boslnn Cameral*; dirección: dirección: Jeremy Bario». CI> llyperion
cabe duda de que supuso un enorme éxito Joel Cohén. CD Nonesuch-Wea Records •) COA 66244. DDD. Duración: S8'2S".
para Binkley a mediados de los 60, y eso hay 79134-1. DIJD. Duración: 6J'O7".
que vaíorarlo, pero es que ¿I mismo demos- The Broadsidc Band es un redu-
tió la ingenuidad de sus resullados tres altos cido conjunto de instrumentistas
después, al grabar el volumen 11 {muchísi- que interpreta música de) rena-
mo mejor realizado que esle primero), y no El nuevo y bellísimo disco de la
Camerata de Boston se basa, co- cimiento bajo un prisma claramentefolky,
digamos con sus grahaciones de los años 70 esto es, sin excesiva preocupación por las
—y las actuales, claro—, que son imprescin- mo en otras ocasiones, en una
recopilación de estupenda música en torno cuestiones musicológicas de base, dando im-
dí bies en la discoteca de los aficionados a portancia a la instrumentación, ornamenta-
la música medieval. Pero lo cieno es que este a una idea común, que en esle caso es la Na-
vidad. El repertorio es tan poco conocido ción, etc., sino más bien deseando ofrecer
volumen es un verdadero castañazo, al que unas versiones sencillas, claras y simples, que
sin embargo se le puede sacar algún partido como interesante (sobre todo en cuanto a ias
canciones provenzales y catalanas que se in- lleguen fácilmente. Esto, unido a una cier-
para divenirse: por ejemplo fijándose en la ta pobreza [imbrica que les caracteriza (úni-
cantidad de veces por minuto en las que el cluyen), proporcionando una variedad muy
de agradecer. camente utilizan un instrumento melódico,
percusionista pierde el ritmo de forma es- un violin, una cuerda pulsada y una viola
candalosa —da auténtica risa—, en lo mal Tanto The Boston Camerata como su di- de gamba), hace que sea bastante poco atrac-
que canta el contratenor Gtayslon Burguess rector confirman con este registro su exce- tivo para el puro y simple oyente, que más
—mejor en registros más tardíos—, etc. Pero lente trayectoria, que se apoya en una bien tendrá que acudir a grabaciones ricas
en general diré que me ha costado Dios y vitalidad e ingenio siempre patentes en sus e interesantes como las de Hesperion XX o
ayuda escuchar todo el disco. Y eso que sien- recreaciones. Voces e instrumentos tienen el Clemencic Consort para tener una idea
to devoción por la música medieval, pero ni una muy alta calidad, y son dirigidos por más profunda y ajustada de lo que era la
asi. Obviamente, ei secreto está en que por Coben de manera muy persuasiva, consi- música del renacimiento. Pero la pretensión
ningún lado se encuentran las virtudes que guiendo un sonido bastante reconocible, pe- que anima este disco es la de ofrecer unas
poco después el mismo Binkley encarnaría, culiar. Además el disco está muy bien danzas para ser bailadas, más que escucha-
y que han sido finalmente expuestas de for- planeado y secuenciado, produciendo un tre- das (ya decimos que oír a este conjunto es
ma magistral por el extraordinario conjun- mendo placer al oyente, que durante más de bástanle aburrido, puesto que su sonido es
to Sequentia —cuyos discos han sido ya una hora se ve transportado a un precioso lineal, sin gracia, soso), lo cual nos parece
comentados en SCHERZO y que pasan por viaje a través de las más importantes formas estupendo, puesto que muy pocos discos de
un cambio bastante radical en ¡a p¡asmación musicales del renacimiento de la mano de un esta música nos proporcionan la posibilidad
estética, por una muy diferente impostación conjunto tan sugestivo como la Camerata. de escuchar estos bailes a su lempo óptimo
de las voces —lo cual lleva su estudio preli- Cohén explicó perfectamente la filosofía de para poder danzar (el último y triste ejem-
minar, claro—, por una mejor técnica ins- su conjuto en estas páginas (ver SCHERZO plo se reseñó en el pasado número de
trumental, y sobre todo por la adquisición n." 16); conjuga singularmente la musico- SCHERZO — Praetorius: danzas de Terpsi-
de unos criterios estables y claros, lo cual logía y la imaginación, y los resultados son chore—, puesto que el Ne» London Con-
faltaba en esle registro de 1964. ¿Qué otras vivos y brillantes. Para nosotros, quizás sea sort escogió unos lempi de absoluta locura,
referencias serán válidas? Con reservas, la esle disco, junto al que hace ya tiempo gra- imposibilitando casi completamente el bai-
del New London Consort —ver antes baron con obras de Pierre Certon (HM 1034) lar las gallardas, voltas, branles, etc.). Así,
SCHERZO n." 18, pág. 41—, el segundo vo- lo mejor de toda su carrera. Por otro lado, desde el punto de vista de esas personas
lumen —y los demás discos— del propio la versión en compacto viene lujos/simamen- —aún pocas, lamentablemente— que están
Binkley, las vigorosas recreaciones de Rene te presentada en un estuche muy elegante, interesadas en la danza antigua, esta graba-
Clemencic —discutible, pero al menos diver- dentro del cual se halla la propia grabación, ción les aporta la comodidad de tener de for-
tido, y a veces genial—, y, sobre todo, el^ru- con un folleto con los textos y con intere- ma fácil una buena colección de danzas
po Sequen tía. santes comentarios —en inglés— de Cohén. disponibles y de un tirón. Pero para los que
aún desconozcan los bellísimos secretos co-
reográficos que encierran los tratados de Ca-
roso, Negri, Lupi y compañía, una recomen-*
J.C.C.A. J.C.C.A. dación: no compren este disco.

J.C.C.A.

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N." 4D N.° 9 G N» u • N? 20 U
Domicilio.
B Agolados N? 15 N: 21

Scherzo 61
XXVII SEMANA DE MÚSICA RELIGIOSA
CUENCA 2 1 - 2 7 MARZO 1988

LUNES, 21 marzo. Iglesia de San Pablo, 19,30 h. VIERNES, 25 Marzo. Iglesia de San Pablo, 19,30 h.
BAROQUE ENSEMBLE KÜLN WIENER MOZART KAMERORCHESTER
ENSEMBLE VOCAL DE LA CHAPELLE ROYALE DE WIENERKAMERCHOR.
PARÍS La Creación, de I. Haydn.
Lamentadora pour la Semaine Sainíe, de J. Gilíes. Solistas: M. Lenz (s), E. Mendl (c),Z. Vandersleene (t),
O lachrymae fideles, motete de ]. B. Lully *. W. Masons(b).
Sympkonia, de M. R. Delalande.
In convertendo, motete de J. Ph. Rameau *. Director: UWE CHRUSTIAN HARRER
Solistas: de la Chapelle Royale.
Director: PHIUPPE HERREWEGHE Con IB colaboración de la
MARTES, 22 marzo. Iglesia de San Pablo, 19,30 h.
THE DOWNSHIRE PLAYERS
Belshazzar, oratorio de C. F. Haendel. SÁBADO, 26 Marzo. Iglesia de San Miguel, 12,30 h.
Solistas: J. Rodgers(s),J. Bowman (ctn), D.Joans (ro),R. DAVID WEHR, Piano. (Primer Premio del Concurso
Morton (t), S, Dean (b). Internacional de Piano "Paloma O'Shea").
Director: PETER ASH El Clave Bien Temperado, de J. S. Bacb (12 preludios y
fugas)
M I É R C O L E S , 23 marzo. Iglesia de San Pablo, 19,30 h.
ORQUESTA DE VALUDOLID S Á B A D O , 26 marzo. Iglesia de San Pablo, 19,30 h.
CORAL DE CÁMARA DE LA COMUNIDAD DE ORQUESTA Y CORO DE LA FUNDACIÓN C. CUL-
MADRID. BENKIAN
Música fúnebre para cuerda, de W. Lutoslawski. Obras de C. Patino •
Obra de encargo de la XXVII edición: Stabal Moler, de Réquiem, de W. A. Mozart.
Ángel Oliver. Director: FERNANDO ELDORO
Réquiem, de A. Salieri.
Director del Coro: MIGUEL GROBA. D O M I N G O , 27 marzo. Iglesia de Arcas, 12,30 h.
Director: LUIS REMARTINEZ ENSEMBLE VOCAL E INSTRUMENTAL DE LA CHA-
J U E V E S , 24 marzo. Iglesia de San Pablo, 19,30 h. PELLE ROYALE DE PARÍS
Misa en La M, (B. W. V. 234), de J. S. Bach.
WIENER MOZART KAMERORCHESTER Cantata B.W.V. 196, de J. S. Bach.
WIENERKAMERCHOR Réquiem, de José de Nebra (Estreno Mundial}*.
Moteles, de W. A.Moíart (Sancta María, Ave Verum, Solistas: de la Chapelle Royale.
Misericordias Do mi ni) Director: PHILIPPE HERREWEGHE
C. Brandemhurgo n° 5, de J. S. Bach
Vespeares Solemnes de Confessore, de W. A. Mozart
Solistas: M. Lenz(s),Z. Vandersleene (l), W. Masons(b).
Director: UWE CHRIST1AN HARRER * (Producción SMRQ

INFORMACIÓN: reserva y venta anticipada de localidades y alojamiento: VIAJES ZAIDA, Teléf. (966) 213863 - Télex
VIBAI 48256. DIRECCIÓN: c/ Princesa Zaida, 13. 16002 CUENCA. DÍAS DE VENTA: ABONOS: 15-2-88 al 27-2-88.
LOCALIDADES SUELTAS; 29-2-88 al 27-3-88. HORARIO: delunes a viernes. Mañana de 10,00a 14,00 h. Tarde de 16,30
a 19,30 h. Sábados mañana de 10,00 a 14,00 h.

[ T T ] AYUNTAMIENTO
r r n « CUENCA
ESTUDIO DISCOGRAFICO

Treinta años de música soviética


1953/1983 Treinte ans de musigue sovieti- Erkain, Rubén Sarkissian y Aram Salían y nal, sacra y profana, y sin olvidar los influjos
que. Le Cha ni du Monde - LDC 78037/5 los georgianos Vaja Azarachvili y Ramaz procedentes de los sistemas no temperados
LP. Importador: Harmonía Mundi Ibérica. Karukhnisvili. de origen Extremo-oriental..
Schedrin figura en la antología con et
Concierto n," 3 para piano y orquesta
s este un título demasiado ambiciosa Las ausencias (1973), obra sólida sobre la que gravitan in-

E para la modesta antología que se nos


propone. Con iodo, no puede negár-
sele un primer mérito al empeño, el de lla-
Como no podía ser menos, la selección tie-
ne grandes lagunas. Así están ausentes Va-
lentín Silvestrov y Leonid Grabovski del
fluencias aparentemente irreconciliables y en
la que está presente en muchos momentos
la formación académica del autor. Las com-
posiciones de los autores armenios escogi-
mar la atención sobre un capitulo de la van- grupo de Kiev, los estonianos Arvo Pyart,
guardia musical que, como tantos otros, es das tienen un indudable encanto y explícitas
prácticamente desconocido. Este, además, Kuldar Sink y Veljo Tormis, el letón Pauls resonancias historicistas, mientras que los
tiene que enfrentarse con toda clase de reli- •anbis, los azerbaidzanos Kara ICaraíev y georgianos seleccionados, a pesar de su ju-
cencias y se baila sometido, por razones de Avet Terterian o el georgiano Guia Kancheli. ventud, utilizan un lenguaje más cauto y tra-
todos conocidas, a esquemas simplistas, dig- Incluso centros musicales especialmente di- dicional.
nos del maniqueísmo hoUywoodiense. Es có- námicos tienen fallos notables: de Leningra-
do faltan Alexandr línaife! y Serguei Slo- Paisaje, pues, limitado, pero muy rico y
mico ver a gentes que no han pasado de El nimski y de Lituania Eudardas Batsys o Ju- hasta abigarrado. La lista de intérpretes es
caballero de ¡a rosa exigir con gran severi- lius Juzeliunas. amplia y resultaría inútil hacer un análisis
dad de los compositores soviéticos muy ri- pormenorizado de sus méritos, máxime al
gurosas pruebas de aptitud vanguardista. Pero no hay mal que por bien no venga no existir otras versiones de referencia. Sche-
y el disco dedicado a Liluania permite co- drin, Artiomov y Sarkissian intervienen co-
Otro mérito del álbum es el revelar un ám- nocer a dos compositores muy interesantes
bito de creación muy variado y difícil de re- mo pianistas en sus obras, éste último
que sin embargo no vienen en el Ne* Gro- también como recitador. Artiomov por su
ducir a cómodos clichés. Pues en él se ve. Especialmente el oratorio de Katavicius
mezclan desde experiencias postseriales hasta parte dirige el conjunto del gran percusio-
Los últimos ritos paganos para soprano, co- nista Mark Perkaski. Otros nombres que fi-
movimientos como el conocido por Vieja ros femeninos y de niños, órgano y cuatro
Rusia que, con escrupulosidad filológica, guran en la grabación son la soprano Lidia
[rompas (1978) es una obra cuya utilización Davidova, los directores de orquesta Svella-
trata de retomar y reabsorber en clave de de arcaísmos y repeticiones rituales le con-
modernidad las formas más arcaicas del nov y Alexandr Lazarev, un hombre diná-
fieren una magia de gran fuerza comunica- mico éste último, de gran protagonismo en
folklore, purificadas de adherencias que ve- tiva; su misma teatralidad permite recuperar
nían sofocando la auténtica cultura nacio- la difusión de la nueva música, el Cuarteto
ai género oratorio una de sus dimensiones Taneiev, los solistas del Teatro Bolshoi, la
nal. Movimiento este último que tiene signi- fundamentales.
ficativas equivalencias de las Repúblicas no Orquesta Sinfónica Académica Nacional de
rusas. De parecidos esquemas parte el moscovi- la URSS, la Orquesta Sinfónica de la Filar-
ta Artiomov en sus Variaciones Los pája- mónica de Lituania y el Conjunto de Músi-
No debe interpretarse esto como un en- ros Antsalí y en las Cuatro Invocaciones ca Contemporánea de Verevan.
frentamiento entre occidenlalistas y nacio- para soprano y percusión; primitivismo, rui-
nalistas. Lascosas no son tan sencillas y las dos naturales, inspiraciones de Extremo Decir que esta producción llena un hue-
dos corrientes, y otras, entre las que no de- Oriente acercan esta música a las de Jolivet co suena a tópico y sin embargo es una rea-
be olvidarse el academicismo, confluyen en yMessiaen. Las connotaciones Vieja Rusia lidad. A España esta música apenas llega.
proporción variable en los distintos compo- se hacen paientes en Suzdal de Tischenko: El Sol de los Incas de Denisov se estrenó en
sitores. es una evocación de esta ciudad monumen- Madrid en abril de 1969 en un concierto or-
Otra cueslión que afronta la música so- tal en la que este discípulo de Shosiakovich ganizado por Alea. Del mismo autor se es-
viética actual es el enlace con la generación logra una fascinante amalgama de ancestros trenó en enero de 1971 la obra titulada
de principios de siglo. De esos arios se tiene y vanguardia. También el Cuarteto de Pri- Música Romántica, por el Ensembfe Instru-
una idea parcial y siempre se piensa en la co- gozhin se remonta al canto bizantino, pero mental Musiques Nouvelles de Betgique,
rriente conservadora de los Glazunov, Rach- el lenguaje es muy actual y revela una bri- conjunto en el que a la sazón formaban parte
maninov, Liapunov, Gretchaninov o Medt- llante imaginación i imbrica. los hoy famosos Sigiswald y Wieland
ner. Se olvida toda una vanguardia audaz Kuijken.
y original que tiene nombres importantes co- Las figuras más conocidas de la vanguar-
dia soviética están representadas aquí con Schedrin ha estado recientemente en Es-
mo Roslavets—que elaboró a partir de 1912 pana con motivo de la gira del Ballet del Tea-
un sistema dodecafónico original, indepen- varias obras; Gubaidulina con Detto III y
Concordanza. Schnitke con Tres Madriga- tro Bolshoi, que ponía en escena dos de sus
dientemente de Schoenberg—, Lourié, Mos- obras, pero no ha merecido especial aten-
solov, Popov, Vychnegradski y Obukhov. les para soprano y cinco instrumentos y De-
nisov con Tres Piezas para violoncello y ción su presencia por parte de las instan-
La selección que contiene el álbum está piano y el ciclo para soprano e instrumen- cias musicales. Radio Nacional de España
condicionada, como se advierte en el folíe- tos £/SoMf Aw/neos (1964) que, escrito so- (Radio 2) ha difundido algunos importan-
lo explicativo, por la disponibilidad de los bre poemas de Gabriela Mistral, es ya un tes estrenos de música soviética; últimamen-
documentas sonoros. Los [res primeros dis- clásico de la vanguardia soviética con evi- te, por ejemplo. Ofrenda Musical para
cos se dedican a músicos de Rusia, en torno dentes reminiscencias de Le Marteau sans órgano y nueve instrumentos de viento de
a los grandes ceñiros de Moscú y Leningra- Maítre de Boulez. Schedrin y Voces-Enmudecimiento de Sofía
do: Rodion Schedrin, Edison Denisov, Al- Gubaidulina con dirección de Rozhdest-
fred Schnitke, Sofía Gubaidulina, Viat- venski.
cheslav Artiomov, Boris Tischenko y Lint- Acompaña al álbum, y'con su mismo tí-
sian Prigozhin, con la inclusión del arme- La líaea actual
tulo, un breve libro de 120 páginas firmado
nio Tigran Mansurian. El cuarto disco Superado ya el postserialismo de los arios por Jacques di Vanni de notable valor di-
contiene obras de dos músicos lituanos, Bro- dáctico e informativo.
nius Kutavicius y Vytautas Bakauskas y el 60, todos estos músicos han evolucionado
quinto se reparte entre los armenios Ervan asimilando nuevas sugestiones como el mi-
nimal, profundizando en la tradición nacio- Domingo del Campo Castel

Scherzo 63
LIBROS

MARIANO PÉREZ GUTIÉRREZ: La es- a la hora de discusión de fuentes y atribu-


tética musical de Ravel. Editorial AI puerto.
Madrid 1987. 559 páginas.
LIBROS ciones.
Así, prosigue Siemens con la cuestión de
atribución dudosa de un responsorio Domi-
El presente libro del profesor Mariano Pé- ne quando veneris que en una copia de Mon-
doñedo aparece como Matías García
rez Gutiérrez produce más fácilmente la im- Benayas... en un baxo de regir hecho en el
presión de ser un fichero exhaustivo de siglo XV1I1. Es de resaltar la argumentación
materias raveliañas que un texto propiamen- de Siemens para valorar la cuestión que no
te dicho. Todas las voces se oyen discurrir deja de conslrastar con la superficialidad con
en sus numerosas páginas, tanto que apenas que lo hace su comunicante, Joam Trillo,
si Oírnos al profesor Pérez Gutiérrez. en su libro La música en la catedral de Tui
(A Corana, 1987). Hace unos años tuve que
Si hubiera que ordenar méritos, sin duda rebatir a este último una atribución hecha
que el más notable del trabajo es una infa- a un autor del XVH1 de una obra compues-
tigable, diríamos que implacable erudición. ta alrededor de 1920 y desde entonces he ad-
Partitura a partitura del maestro francés, quirido especial sensibilidad al problema de
cronología a cronología, libro a libro, arti- erudición, que sacrifica una síntesis impres- la fiabilidad de una atribución cuando la
fuente es muy posterior al presunto amor.
culo por articulo, todo lo dicho por y sobre cindible en materia tan fatigada como Ra- Nuestra bibliografía musical está plagada de
Ravel está reseñado en estas páginas. vel. El uso de una nomenclatura consabida ediciones de música del renacimiento hechas
El autor pasa revista a la periodización de pero imprecisa, en el orden de las aprecia- a partir de copias del XVU1 y aun del XIX.
la obra ravel ¡ana, a su tema armónico, a su ciones estéticas, y que urge revisar y poner ¿Cuántas veces no se habrán publicado
tratamiento de la palabra cantada y del tea- a punto. Una laboriosidad en cualquier ca- obras a 4 voces que en origen eran a 5, o
tro musical, a su pianismo, a sus orquesta- so encomiable, aunque no se trate de un mé- al revés? ¿Cuántas cosas no nos han de re-
prochar los musicólogos de dentro de vein-
ciones, a las vertientes estéticas de su rito estrictamente literario. No olvidemos ticinco anos por nuestra prisa por publicar
producción (el sesgo neoclásico, los mate- que, en definitiva, estamos ante un libro, an- sin reparar en la veracidad de lo que publi-
riales exóticos, sus contactos con España, ie un objeto de lectura. camos? Siemens, desde luego, se atreve a
sus buenas y malas relaciones con Debussy ¿Hace falta recoger todo lo que usted qui- enfrentar la cuestión con argumentos no tan
y el impresionismo), la recepción critica de so sobre Ravel y nunca se atrevió a pregun- sofisticados como los que permite la reciente
tecnología, pero tan poderosos como el pro-
los contemporáneos y ta posteridad. tar? ¿No es preferible hacer una elección fundo conocimiento del estilo del autor y de
Las conclusiones, sin embargo, no son ex- previa de lo dicho y resolver el resto con un su época y unas dosis poco comunes de
cesivamente novedosas ni agudas. Definir la apéndice bibliográfico convenientemente ra- lógica.
armonía raveliana a partir de sus acordes con zonado? A cincuenta años de su muerte, Ra-
recargos y añadidos, y un esbozado bitona- vel pertenece ya al mundo sin almanaques
Es asimismo de elogiar la decisión de com-
listno que no llega nunca a cristalizar, des- de los clásicos, de los músicos con una cla- pletar una Salve Regina a 12 voces. Dice el
lindar su vocalismo de la escuela italiana y se definida y reconocible. Sentados estos tó- propio Siemens que «los musicólogos esta-
de Wagner, recoger los ecos del folklore es- picos, la critica debe apoyarse en ellos para mos en la obligación, cuando sea posible,
panol en muchas de sus realizaciones, deta- dar un salto hacia las alturas de lo inédito, de abordar recuperaciones de este género,
llar y ensalzar su arte sutil de orquestador, so pena de caer asfixiada en un fichero. cuidando siempre de situar entre paréntesis
no parecen cosecha proporcional a la mo- cuadrados las partes suplidas, con el objeto
B.M. de contentar a los escéplicos, a los puristas
rosidad con que se recogen descripciones y y a los inteligentes que se crean capaces de
opiniones ya acreditadas. hacerlo mejor. Lo positivo es que una obra
CARLOS PATINO: Obras musicales reco-
Pérez Gutiérrez maneja un arsenal de c:1- en principio perdida es factible de ser razo-
piladas Xol. I I . ¡Secuencia del Corpus. Nue- nablemente recuperada y, por consiguiente,
tegorías técnicas muy aguzado y preciso. Me- vas antífonas moríanos. 17 Salmos
nos agudeza y precisión muestra en cuanto interpretada y degustada».
bicomles): Estudio y transcripción por Lol-
a conceptos más decididamente esléticos, co- har Siemens Hernández. Instituto de Musi- Propone Siemens otro tipo de recupera-
mo los anunciados en el título. Acude a ca- ta Religiosa de la Diputación Provincial de ción, en concreto la reconstrucción funcio-
tegorías vagas v no siempre operativas, como Cuenca. Cuenca. 1987. 620 pp. (585 de mú- nal de los oficios a partir de los salmos que
sica). 29 x 21 cm. vayan apareciendo. Es, una vez más, una
la oposición entre cerebralismo y emociona-
propuesta a la que soy sensible tras un error,
lismo, o a reiterar casilleros como el del im- esta vez mió, cometido al catalogar la obra
presionismo musical, el que, a poco que se En SCHERZO n.° 6 (julio-agosto de
1986) tuve ocasión de hacer la recensión del cuando se trataba de un único oficio de Vís-
vuelva sobre el, muestra su inoperancia co- I Volumen de esta monumental edición de peras. Lo que no deja de sorprenderme es
mo categoría. En rigor, la música jamás ha uno de los autores fundamentales de nues- que tras proponer tal cuestión y aplicarla a
trabajado a partir de impresiones que no fue- tro barroco musical. A esta recensión remi- la reconstrucción de algunas colecciones, lue-
ran, a su vez. y desde su origen, musicales. to en los considerando sobre las cuestiones go opta por ordenar los salmos alfabética-
de lenguaje del autor y sobre la estrategia mente y no fúncionalmente. Cierto es que
Los elemenlos impresionistas en la obra de el intérprete que lo desee puede reconstruirla
un Debussy, por ejemplo, son puramente li- de fuentes del compilador.
según las intrucciones del prólogo.
terarios y remiten más al mundo de los sim- Precisamente se inicia este libro con una
bolos (en el sen I ido de signifieames visuales, autocrítica sobre tal cuestión al recoger la Por lo que se refiere a la música, una ver
discusión de errores del I Volumen. Uno ya mas hemos de rendirnos a la evidencia de
vcrbalmcntc mencionados) de la literatura fuera notificado en mi recensión, un mote- su belleza. Me impresionó el monumental
simbolista. te que no es de Patino sino del maestro gra- ¡n exilu Israel procedente de Santiago que
Otra objeción a formular pertenece al len- nadino Rodrigo Ceballos. Lo impórtame no Siemens publica con continuo de arpa según
guaje empleado. Dada la extensión de la es tanto la devolución a Ceballos de su obra el uso compostelano del XVII —y en el res-
obra, se habría agradecido un peinado final como un comentario de Siemens: «Ante la to de España— y que en la interpretación
que evitara filissemenis expresivos como «vi- primera sospecha que tuvimos, nuestra obli- aclual de esta música se practica menos de
gación era por lo menos comparar la obra lo que seria de desear. El sonido de la cuer-
sitó los frescos de Goya» o «presenció al- atribuida a Patino con obras de igual titulo da pulsada proporciona un soporte audita-
gunas columbres de los marroquíes». ya editadas, y no lo hicimos. Pedimos dis- livamente diverso del órgano y creo que tal
A la hora de balancear el ingenie trabajo culpas.,.» No es habitual en la musicología diversidad puede ser relevante. Quizás pue-
del profesor Pérez Gutiérrez, podríamos se- española —donde prima el sostenella y no da servir mejor al énfasis que requiere el can-
ñalar la utilidad del libro (como material bi- cnmendalla lal lección de espíritu científico to de los salmos y que mucho tiene que ver
y así es obligado decirlo, pero creo que es con la retórica del XVII, Dice Siemens que
bliográfico exhaustivo de consulta) reñida de gran interés lo que ello tiene de lección «fue precisamente la recitación gregoriana
con la amenidad de la lectura. Su analítica

64 Scherzo
LIBROS/LA GUIA

alternada de los salmos en el coro de los mo- mano tras cuya monumentalidad policoral lar que el pentagrama vacío que separa las
nasterios y catedrales la que, en un momenio denuncia Bianconi la supervivencia anacró- voces del continuo hubiera sido preferible
dado, contribuyó a la idea de la btcoralidad nica del espíritu del X V I , siquiera en el res- eliminarlo redistribuyendo la página. Asi en
barroca: en los salmos bicoraleí del siglo peto a la integridad del texto ya no de su las piezas, a 6 voces permitiría una más neta
XVII se encierra la sublimación suprema de inteligencia, asi como en la opción por la separación del conjunto, pues es absurdo
mía praxis musical antiquísima, cosa que los aparatosidad del primer barroco en cuanto que sea más estrecha la franja que separa
músicos de entonces sabían muy bien». a requerimientos corales, pero no en cuan- dos medias páginas que la que separa el con-
Olra cuestión que me hace reflexionar es to a la aceptación de la ideología retórica. tinuo de las voces. En la obra a 12 voces la
que «dentro de su estilo barroco y con res- Quizás en el XVII español haya algo mas que eliminación de ese pentagrama permitiría se-
peto al tratamiento musical de la palabra. la austeridad más o menos genética y ello parar más emre si los tres coros facilitando
Patino seguía asumiendo los preceptos es- sea un aferrarse al pasado tanto más evidente la lectura. Y en general ganaría la plástica
téticos humamstas de los grandes composi- cuanto mayor sea el talento del autor. Pati- de la página. Pili lo que se refiere a la escri-
tores españoles del siglo anterior» que si bien no era sobrado de talento y por eso puede tura e<i clara y proporcionada según acos-
es cierto que «supo conjugar con la novísi- ser mayor reflejo de las contradicciones de tumbran las monjas zaragozanas de San
ma forma expresiva de su época» no por ello su entorno. Me atrevo a invitar a los espe- Benito. Por lo que se refiere al texto de las
deja de revelar una ideología muy diversa cialistas en el XVII a considerar esta notas criticas, se agradece la selección de un
de la del barroco veneciano, napolitano o cuestión. tipo generoso y el equilibrio de la caja.
florentino y cierta concomiíancia con el ro-
Sobre la cuestión tipográfica he de seña- X.M.C.

BILBAO wesifunk. Siockhaui.cn. Kapjic, MI>M.T. Schaiinger.


CONCIERTOS Sin (única de Bilbao LAGIUDESCHERZO Boule?. Schnebet. (CBA). Bach. Pasión según San
3, 4 de marzo: Enrique Gar- 21: Pedro Espinosa, Joa- Juan.
quín So nano, Guillermu
cía Aseriólo. Masao Kawasa- Gonzálc?. A Iberio Giménc?
ki, viola- Puicd). Wallon, 15: CuarifM Smctaria. Smc-
[ana. Dvorak, Janacck. Atcnelk", piano. Hslrenodc RKKLIM
ASTURIAS Schumann. 21 obras de autores españo-
21: Orquesta de Cámara Es- Orquesta Filarmónica
Si ni finita de Asluriai 10, 11: Enrique García pañola. Coro de Cámara de les dedicadas a Rubmstein- dcBertin
Aicnsio. Félix Ayo. Varwan la Comunidad de Madrid. (Escuela superior de canio).
9. 10. I I de marzo; Las/lo
Helia*. Mozari. Cozighian. vioíines. Mozan. Mipuel Groba. Vivaldi, 2. 3 de marzo: Semyon
23, 14, 15: M. Acschbacher. Haydn. Mozarl. Bychkov. Ivo Pogorelich.
Moiiivalvatge, Crusell, PAMPLONA piano. Haydn, Tchai-
Weber. Orquesta de RTVE Orqxesla Santa Cecilia kovuty. Slravinsky.
CANARIAS 5. 6: Semyan Bychkov.
Sinfónica d> Tenerife 3, 4 de marzo: Paul Corpo- 11 de murió: iacquei Bod- Dmitri Sitkoveisky, violin.
BARCELONA longu Joaquín Achücdrro, mer. E5peran<a Abad, so- Smeiana, Shoslakovilch.
Orquesta Ciudad de 3. 4 de mano: Víctor Pablo piano. Halfiler, Schumann. prano. Homs, Berio.Taure. Mendelssohn.
Barcelona Pérez. Boccheri ni-García 10, 11: Alexander Myrat. García Leoz. , ' 10.11: liriBclohlavek. Paul
5, ó, de marzo: Franj-Paul Abril, Mo¿an, Schuberl. Rau,ena Arrieia. piano. TortclTer, violoncelo. Jana-
Decker. Shura Cherkassky, 17, 18, 19: Víctor Pablo Pé- Kachmaninov, Bdcarisse, cek, Elgar, Martinu.
piano. Schreker, Slrauss, rez. Cristina Ortiz, piano. Strau.-s. TARRASA
Rachmariinov. Darías, Rachmaniítov, 17. 18: Jacques Mercicr. Cvalru Cullural de la Cafo*
10, I I : Franz-Paul Decker. Gary Hoífman, vioionccllo. BOSTON
Svhumann. de Tamisa
( laudio A r r a u , piano. 29,30: Cora Polifónico Uni- Berlio7. Schurnann. Mcn- Sinfonjea de
Beeihoven. versitario Víctor Pablo Pé- delssohn. 24 de mano: Coro y Or-
18, 19. 20: Coral Carmi- rez. Sibelius, Fauré 24, 25: Pinchas Sieinberg. questa de Frankfurc. Har.i 2, 3, 4, 5: Seiji Ozawa. Yo
na. Fmnz-Paul Decker. Coro RTVE. Millo. Nave, Michacl Beuerle. Bach. Vo Ma. violonccllo. Haydn,
Brahmh, Elgar Sociedad Filarmónica /amfir. Kanci. Verdi, Shostakovitch, Beethoven.
26,27: Franz-Paul Decker. de Las Palmus Réquiem. 10. 11, 12: Seiji Ozawa.
(Preseniarión d i los nuevos VALENCIA Slrauss. Bruckner.
solistas de la orquestal 15 di1 marzo: Dirnnri Ale- Asociación Palau de la MÚÍKS 17, 18. 19, 22: Vikioria
Gershwin. xeev, piano. de Música éc Cámara Poünikoia, piano. Rimsly-
14: Música Aeternit. 4. 5 de mano: Oiqucsta Korsakov. Prokofiev. Stra-
Ib» numera 10 d i marzo: COÍCLIIVO de vinsky.
músicos de la Asociación. Municipal de Valencia. Ma-
1 de marco: Trio di Milano, Juana Guillem, flauta; Vi- nuel tíalduf. Joan Pons. ba- 24. 25. 26: Gennady Rozh-
Haydn. J'aure, Brahrm. MADRID ten le Mcrendano, fagot. jo. Salvador, Mussorgsky. denienik>. Haydn. Si-hniuke.
14: Orquesta del Mozarteuni Orquesta Nacional Tríos de Bcethoven (111). 12: Orquesta Nacional de la 30. 31, I de abril: Charles
de Saizburgo. Hans GraT. (Teatro Albíniz). URSS. Evgucni Svdlanov. Duioit. Gidon Krcn^er. vio-
Coral San i Jurdi. Havdn. 4, 5, t> de mawo: Coro Na- 24: Cuartel o Mcdici. (Tea- boroüin. Rachmamnov. lin. Mussorgsky, Gubai-
24: Orqu«ia Nacional de la cional. Scrgiu Coniíspiona. tro Albéniz}. 15: Orquesia del Mozaiteum dulina.
URSS. Eigueni Svetianuv. Joaquín Soriano. piano. de Salztiurgo.
Baiak'rev. Rachm-minov. BacJi-Stokowtliy, Stra- 23: La Chapclle Royale
virnky, Liszt, Slrauss. IbermúsKi Philippe Herreweghe. Lully.
Eurofoottrt Bach. BUDAPtST
I I , 12,13: MuhaiTang. Di- 16 de marzo: OrqufSla del
[5 de mana: Coro y Or- milri Aleseei. piano. Cong. Festival d i Primavera
Moíarleum de Salzburgo. 29: Orquesta Municipal át
questa MadrigaliMas dt Ba- Prokofiev, Rimsky-Kor. Hans Graf Aimudena Ca- Valencia. Solistas. Galdul,
silea. fría NáT. Bach. sakov. no, piíino. Mozart, Chopin. Bach, Pasión según Son IR de mano: Coro y Or-
25: Cuarteio Emeta. Beet- 19: (Iryunra Nacional de la Mateo. questa de la Radio Húnga-
hoveri, Schumann. Brahms. 18. 19, 20: Walter Wclkr. ra. Antal Dora! i. Erkel.
Domingo l'omás, viDlin. URSS. Eigueni Jjvetlanov.
Balakircv. Raerimaninov. Bariok, Kodalv.
Mozari, Tchaikowsfcy. 20: Orquesta del Festival de
(Cual del Mdgel 15, 26. 26: Coro Nacional Budapest. Ivan Fischcr. Zol-
Hclniui Rilling. McNaJr, O n l r o DifuElión Música AMSTLHUAM tan Kocsis. piano. Mozarl.
6 * t mano: Oriol Romani, Kunz, Baldin. Gordon. Li-
clarinete: Xuuer Pares, pia- CUJÍ lempo ranea Orquesta dtJ Li&zi, Stravinsky, Strauss.
ka. Schmidl- Bach. Pasión 22: Orquesta Nacional Filar,
IIU. Brahm*. Üebussi. Guin- leguri Susí klufw T de mano: Grupii Koan.
loan, Weber. Albénii. José Ramón Encinar. Ber- mónica Húngara. AldoCec-
Messiacn. Milhaud. Integral 3. 4. S de mano: Riccardo eaiti. Michele Campanella.
Cklo át Cámara naola. (Circulo de Bellas piano. Rachmamnov. Res-
üc la obia para piano de Artes). Chailli. Beño. Slravinsky.
Mornpou. y Polifonía 9, 10: Riccaido Chailly. Ei- pighi. Raiel.
1: Adela Gómez, órgano.
IS: Miquel Ferié. 1 de mano: Trio de Barce- Mcssiaen, Kopelent. Paz. cher. Bruckncr. U : Cuerdas de Budapest.
IT: Antom Besse*. lona. Enrique Samtago. vio- Tisné. íAcademia de San Ib. 17, 20: íldo de Waan. Coro Madrigal de Budapest.
19: Miqacl 1-arre. la, liar.ck, Chausson femando). Esabelle van Keulen. violin. Perene Sickeres. Verebics,
20: Antom Besscs. í : Orqucslu de Cámara Vi- 14: María Oran. Miguel Za- Keiiing. Prokofio. Slrauss. Takacs. Nakoneczy. Vival-
27: Jaunlc Francés h, violín; lla de Madrid. McrLCdcs Pa- netti. Mcssiaen (CBA). 27: Coro de Cámara de Ho- di. Judithti Triwnphans.
Dolor s Cano, piano. dilla. Mozarl, Albmnni, 11: Múiica clcctrúníca de la landa. Nikolaus Harnon- 26: Hermann Pre). Hdmul
Bccthoven. Haydn. CÍTÍCIE. Holsr Heinrich Strobct de la Sud- coun. Equilu/. HoB, Augct. üeutsch. Schuben.

Scherzo 65
LA GUIA DE SCHERZO

17: Guslav Leonhardi, vínsky, Turnage, Weiü, Sax- 1,3 d* mano: Daniel Baren- 24, 25: Edward Downcs. PARS1FAL (Wagner). Sa-
clave. lon, SchoenberH. boim. Midori. violln. Scria- [>irk Jóres, piano. Bax. Bril- nallisch. Kollo, Brendel,
19: Academy of Si. Martin- bin, Tchaíkow&ky, Denisov. len, Shoslakovilch. Molí. Nócker. 17, 31 de
in-lhe-Fields and Chorui. 5: Daniel Barenboim. mano.
CLEVELAND Neville Marriner. Laki, Ga- Schoenbcrg, Tchaikowsky.
le. Walker. Lewis. Alien. 30, 31: Daniel Barenboim
Orquesla de Cleveland Kavel, Charpentier, Bach. Solistas. Wagner. Lo Walki- NUEVA YORK
22: Royal Philharmonic. ria (Acio III). '
OPERA
3,4, S di mino: Wiiold Lu- Wladimir Ashkenaiy. Beei- Mrtronollian Opera
íosla wski. Luloslawski. hoven. Mozarl. Franck, KHOVANSHCHINA
17. 19, 22: Coro de la Or- Mahler. Conciertos Lamaireu* BARCELONA (Mussorgsky). Conlon.
questa de Cleveland. Coio 6 de marta: Mar cello Viot- ( ¡ n i Tealro del Liceo Knighlon. Tocíyska, Och-
de Niños. Solistas. Yoe] Le- 13: English Baroque So- man. Gulyas, Noble, Talve-
loisis. Monlevtrdi Choir. IÍ. Mojan. FEDORA (Giordanol Julius
vi. Brillen. Wat Réquiem. John Eli 01 Gardiner. Rol fe 13: iean-Claude fiernede. Rudd. Manon. Domingo. la.Haugland.1,4,9,12,17,
Johnson, Schmidt, Bonney. [vry Gillys, violln. Rousscl, Rinaldi. 6, 9, 12 de marzo. 21, 26 de mano.
Monoyios. Vermillion, Paganini. Saint.Saens, IL TROVATORE (Verdi) TURANDO! (Puccini).
DRESDE Chance. Crook, Bar, Ravel. Julíus Rudel. Chiara. Mau- Santi. Napier, Mitchell,
Philharmonk de Drcsde Hauptmann. Bach. Pasión 20: Roger Boutry. Coral E. ro, Cossotio, Saccomam, Mauro. Plishka. 1, 5, 10 de
según San Mateo. Brasseur. Debussy, Orff. Vinco. M, 21, 24, 27 át nano.
25, 26 de mino: JorgPeiet 15: Enghsh Chamber Oi- ARIADNE AUF NAXOS
Weigle. Natalia Schachows- thesira. Philip Ledger. Pur- Orque*M Nadonal de (Slrauss). Levine. Hoss, Bat-
kaja, violoncillo. Maiihus. cell, Bach, Chilcoll. Franda lie, Troyanos. King, Nenl-
29: London Philhatmonic. MADRID wig. y, S, 12 de muño.
Tchaikowsky. Schumann. S de mano: Colín Davis.
Riccardo Muli. Kryüian Z¡- Talro Lirko Nación»l SIEGFR1ED (Wagner). Le-
merman, piano. Beeihoven, Solistas. Coro Radio Fran- Li Zarzuela vine. Behrens, Bradley, Gje-
Cherubini. cia. Debussy. vang. Hofmann. Hiesier-
LEIPZ1G LULU (Berg) Anuro Tama- mann. Solin. Wlaschicha,
29: Chrisloph Perick. Mitsu- yo. José Carlos Plaza. Ge-
Orqutsla de la Gewaadbaus 31: Royat Philhannonic. koUchida. piano. Schuben. Macurdy. 5 de marzo.
Charles Groves. Paul Torte- rardo Vera. Wise. Lipovsek, COSÍ FAN TUTTE (Mo-
Mozarl. Brahms. Eder. George, Reich, Hop-
3.4 de mmrio: LíOpold Ha- lier. violoncello. Dvorak, zarl). Levine. Te Kanawa,
Holsi. ferwiser, Burgstahler. Quirtmeyer, Hong, Rendall,
ger. Elly Ameling, soprano. Schwanbeck, Guitslein,
Coro femenino. Ravel. SALZBURGO Winkler. Frazen, Bóhm, Magegard, Montarsolo. 7,
Debussy. Palzer, Witscher. 19,22,25, II. 15, 18, 22, 26. 31 de
FesliviJ de Pascua nano.
10, II: Kurl Masur. Reinec- LOS ANGELES I*. 31 de nano.
ke. Franke, Beethoven. Filirmónica de 26 de mirto. 4 de abril: DIE WALKURE (Wagner).
16: Thomanerchores. Hans- TOSCA (Puccini). Coro de Levine. Behrens, Rysanek.
Joachim Roizsch. Solistas Los Angeles BRUSELAS
la Opera de Viena. Filarmó- Meier. Hofmann. Adam.
Bcethoven, Misa en do La Monnaie Haugland. 14. 19. 23 de
mayor. 2 de marzo: André Previn. nica de Berlín. Herbcri von
Ka rajan. IL BARBIERE DI SIVl- mano.
17: Kurl Masur. Beeihoven. Haydn. Debussy. Slrauss. GLIA (Rossini) Alberto
3,4,6: André Previn. Uzhafc 17. 2 de abril: Filarmónica LES CONTES D'HOFF-
Segunda. de Berlín. Emil Tchakarov. Zedda. Rigacci. Marlin. MANN (Offenbach). Du-
24, 25: Kurt Masur. Peler Perlman, violín. Harbison. Dran, Gavanelli, Ma/zola,
Coldmark. Mozarl, Tchaikowsky. toii. Bradley. Alexander,
Donohoe. piano. Bartok. 29, I de abril: Filarmónica Brun. 1, 3, 5, 8 de mano. Dupuy. Ciesinski, Domin-
Crieg. 10, 11, 12:KurlSanderlmg. go, Eslcs. 16, IV, 24, I» de
Elízo Virzaladze. piano. de Berlín. Coro de la Socie-
31, I de «bril: Thoma dad Amigos de la Música de L1NZ mano.
netchor. Hans-Joachim Wagner, Mozsrt, Brahms.
17, 18, 20: Kurl Sandecling. Viena. Herbcrt von Kara- LULU (Berg). Levine. Mal-
Roizsch. Bach, Pasión se- jan. Brahms, Réquiem fitano, Troyanos, Hamil-
gún San Maleo. Haydn. Shoslakoviich. DER PROZESS (Einem)
Alemán. ton, McCauley, Mazura,
Mayrhofer, Stbgmúller. Oh- Carlson, Foldi. 25, 29 de
land. 20 de nano. marzo.
LONDRES MUNICH WERTHER (Massenei).
FilarmAnica de Munich SIENA LONDRES Fournei. Von Stade, Ups-
Tbc Soulh Bank Ctnlre
. Academia Musical Roya] Opera House hav. Kraus, Snlwell, Malas.
3, 4, 5 de mino: Krzysiof Covenl Carden 30 de mano.
2 de marro: Orquesta BBC. Pendertcki. Penderecki, 4 de mano: Alexander Mar-
Loihar Zagrosek. Coro Shoslakovitch. kov, violin. Paganini. fcUGENE ONEGIN (Tchai-
BBC. Beethoven, Berg. 16. 17, II: Jiri Belholavek. II: SoliElasde Moscú. Yuri kowsky). Maik Ermler. Fre- PITTSBURGH
Mozart. Rudolf Firkusny, piano. Bashmet, viola y director. ni, Rigby, Knighl, Bren de I, Piltsburgh Opera
Andrcw Davies. Delius, Dvotak, Maninu. Suk. 18: Wladimir Spivakov. Bo- Ghiaurov. 5 de mirzo
Slrauss. Prokofiev. 2t, 27; Sergiu Celibidache. rií Bekhtcrev. Beethoven, (primera). DON GIOVANNI (Mo-
R: Orquesta BBC. Gennadi Elena Baschk^rova, piano. 25: Coro de Cámara de Co- TOSCA (Puccini}. lames zarl). Theo Alcántara. Tilo
Rozhdeslvensky. Viktoria Prokoriei, Franck. Si bel ¡ib. lonia. Collegium Cartusia- Loe khan Zeffirelli. Earie. Capobianco. Milncs, An-
Poslnikova, piano. Gubai- 31,1 de abril: Coro Filarmó- num. Peicr Neuman. Bach. Giacomini. Bumbry 14 de drade, Ginsberg, Hinch-
dulina. Schumann, Bach- nico. Cario Marta Gtulini. Pasión según San Juan. mano (primera). man. Parcher. 19, 22, 25 Ót
Elgar. Auger, Fassbaendcr, Arai mano.
za, Schmidl. Bach. Mise en EngHsh rN ilion al Opera
9: London Mozarl Players. BILLY BUDD (Brillen).
Jane Glover. Stephen David Atheoon. Alien, Lan VENECIA
Hough. piano. M. Haydn. VENEC1A
Mozarl, Harveyh Haydn. L» Ftitkc gridge. van Alian, Byles. 1.
10: Royal Philharmonic. 4,1,17,23, 25. 29 de mano.
Walter Weller. Louis Lonie. 1 QUATTRO RUSTEGHI
NUEVA YORK 9 de mano: Philharmonia (Wolf-Ferrari). Evelino Pi-
piano. Dvorak. Rachmani- Filarmónica de Nueva York Orcheslra. Giuseppe Sino- do. De Bosio. Mariotti,
nov. Mussorgsky. poli. Bmckner. MILÁN
1t: London Philharmomc- Teatro alia Stlla Condó. Pizio, Boscolo. Pe-
2, 3,4. 5,1 de mano; Klaus 13: Orquesta del Tealro La [roni. Vinco. Befielli. 4, 6. S.
Semyon Bychkov. Hermann Tennsledi. Moiarl, Bee- Fenice. Guslav Kuhn. Juslus DER FLIEGENDt HO- 10. 12 de mano.
Baumann, i rompa Hinde- ihoven. Franlz, piano. Betihoven. LLAENDER (Wagner). SALOME (Slrauss). Guslav
milh. Mozarl, Berlioz. Riccardo Muti/Waller Wt Kuhn. Pizzi. Holdorl, Glua-
13: Jorge Bolci. piano. Men- ie.ll,12:KlausTenn»edt.
Radu Lupu. piano. Bee- llet. Morris, Muff. Lloyd, ser, Anderwin, Conwell,
delssohn. Beeihoven. Franck, Gessendorf. Goldberg, Lag- Price. 27.29.31 de mano.
Bellini-Liszl. ihoven. VIENA
17.1», l9:KlausTennsiedi. OrquesU de I t ORF
hezza. 22, IS. 27, » de
15: Royal Philharmonic. Pinchas Zukerman. vioUn. mano.
Waller Weller. Janci Baker, viola. Bach, Bariok, 6 de marzo: Coro de la VIENA
mezzo. Wagner. Mahler. Dvorak. ORF. Udo Zimmermann. MUNICH Slaalwner
Schuberl. 24, 23. 26: Junes Con Ion. Schedrin. Zimmctmann,
16: Orqucsia BBC. David Mahler. Luloslawski, Hcn¿e. Barerische Sttalsoptr DIEZAUBERFLOTE(Mo
Alherlon. Lucia Popp, so- 10: Coro ORF. Erwín Ott- DIE SCHWE1GSAME ^ a r l ) . Nikolaus Harnon-
prano; Thomas Alien, bajo. ner. F. Martin. FRAU (Slrauss). Sawallisch. couri. Salminen. Rrey,
Schumann-Mahler, Mahler. 14: Coro ORF. Mílliades Molí. Araiza. Rauch, Roo- Zcdnik. Hadley, Schuman.
17: London Sinfonietta. PARÍS Caridis. Solistas. Haydn, lering, Kuhn. Cetny. 19, 22. Melbye, Smytka. Serra. 19.
Lotiiar Zagrosek. Sira- Orquesta de Piris Berg, von Eintm. 25, 29, 31 de marzo. II, 28, 3» de a a n .

66 Scherzo
Hans Knappertsbusch
1888-1988

omo dicen los alemanes, el 12 de marzo de 1988 Quizá lo que más sorprenda hoy es comprobar la plena vi-

C Hans Knappertsbusch (Kna, en el siglo), hubiera gencia de las palabras que le dedicara Wieland Wagner en
cumplido cien años. Munich, la ciudad donde vi- 1958, al convertirse Kna en un septuagenario: «Su nombre
vió y a la que estuvo ligado durante más de cua- despierta cariño y respeto, sentimientos de veneración inspi-
renta años de actividad, va a recordarle con una rados, antes que por su avanzada edad, por su personalidad.
representación de Los maestros canfores —«honrad a vues- Esta es inaclual en el mejor sentido de la palabra: aristrocrá-
tros maestros alemanes»—, que dirigirá el actual director de tica, idealista, al mismo tiempo arrogante y humilde. Su vi-
la Opera del Estado, Wolfgang Sawallisch. SCHERZO va da es servicio a la música, dedicación a los grandes maestros
a acudir a ese acto. Pero antes ya hemos querido sumarnos del pasado. Su secreto es la fe absoluta e incondicional en
a la conmemoración con un dosier, que debe contribuir a la la obra que interpreta: transmite esta fe mágicamente a sus
actual y progresiva recuperación de la verdadera figura del músicos y al público en igual medida, creando así una co-
mítico «guardián del Grial» en Bayreuth. Como en el caso munidad de creyentes». Efectivamente, las páginas que si-
de Furtwángler, aunque sin la complejidad de éste, la fasci- guen rezuman muchas veces un afecto vivo y real a Kna. No
nación que en vida ejerció Kna ha superado la barrera de la cabe más bello premio para una vida guiada siempre por la
muerte y del olvido, así como la de la evolución de los gus- fidelidad a las propias convicciones.
tos y de la propaganda que contribuye a formarlos.

Scrwrzo 67
í ~^:
DOSIER

Knappertsbusch ola dirección


de orquesta como acto
os testimonios, recuerdos y anécdotas que SCHER- Autoridad natural

L ZO recoge hoy sobre Kna proporcionan la imagen


verídica de un hombre a la vez adusto y cálido,
mordaz y vulnerable, distante e intimo, inflexible
y respetuoso, siempre de una honradez profesional
a prueba de los peores desaires y, finalmente, amado y vene-
rado por muchos de quienes le conocieron. Como en Kna no
se dio la condición pareja de instrumentista o compositor,
B ien, el código de comunicación que Kna llegó a desarro-
llar fue necesariamente personal y daba como resultado
ejecuciones subjetivas, que comenzaban por el sonido: las no-
tas, claro, son las mismas, pero si las leían Furtwangler, Klem-
percr, Krauss, Kleiber o justamente Knappertsbusch (por citar
sólo unos cuantos nombres coetáneos señeros), la dirección,
la entonación, la respiración, en suma, el sonido resultante
ni la de industrial de la música o comerciante de su propia llegaba a ser distinto en cada caso. La técnica de Kna era él
figura, sino sola y exclusivamente la de director en las salas mismo. Su sola presencia significaba mando, imperio; de to-
de conciertos y en los teatros de ópera, hay que deducir que dos los testimonios resulta el principio de autoridad natural,
aquella imagen era también la del director real, quien dijera que infundía seguridad y era acatado sin reservas. Pero Kna
una ve¿ a un joven estudiante: «Dirigir es mantener la ten- no abusaba, no era —por decirlo con una palabra de moda-
sión entre dos extremos». prepotente. Comenzaba ya teniendo siempre en el atril la par-
titura, aunque él sí se la supiera realmente de memoria y la
Alemán de pura cepa, un germano de Wuppertal sin inhi- dominara; pasaba cuidadosamente las hojas con el pulgar y
biciones o problemas neuróticos al el índice de la mano izquierda que
subir al podio, altísimo, de largos humedecía de vez en cuando lleván-
brazos y grandes manos, con el ros- *%r^'.. ', . *- '•"% doselos antes a los labios. Esto con-
tro tallado a golpes de cincel, y tan tenía implícito un geslo de humil-
rubio en una tierra donde abunda dad: él y los instrumentistas estaban
la gente blonda que antes de ser el allí para leer la partitura, para ser-
Kna fue conocido como Hans el ru- vir al compositor y hacer sonar su
bio, este hombre nació para ser di- música, para nada más. Luego la
rector de orquesta cuando las cir- mano derecha, que empuñaba una
cunstancias históricas favorecían la batuta de considerables dimensio-
aparición de los mariscales de la f nes, aunque liviana, marcaba y con-
música. La orquesta postromántica ducía con flexible juego de muñeca;
aún eslaba ampliándose y consoli- la mano izquierda acentuaba, des-
dándose; la onda expansiva del gran tacaba la voz dominante, moldea-
repertorio centroeuropeo se hallaba ba y, llegado el caso, también
aún lejos de alcanzar sus bordes ex- agradecía o amonestaba; los ojos,
teriores; la concurrencia de tradi-
ción ~en este caso el profesor por último, pasaban de la partitura
oficial, Fritz Steinbach— y moder- a los músicos para prevenirlos, es-
nidad wagneriana —el profesor es- timularlos y leer con ellos.
piritual, Hans Richter— hacía Visto desde la sala sorprendía que
sentirse en posesión de una fuerza ' la parquedad de su gesto consiguie-
maravillosa que exigia. para mani- ra resultados tan rotundos: Erich
festarse en toda su pujanza, la afir- Hans Richler Kleiber dijo en una ocasión que Kna
mación al máximo de la propia personalidad: el resultado fue, era el único director capaz de hacer
naturalmente, el desarrollo de un código de comunicación pasar a una centuria sinfónica del pianísimo al fortísimo con
—lo que llamamos técnica— subjetivo, personal, único e in- un leve movimiento del gemelo del puño izquierdo de su ca-
transferible... misa, y un critico —cuyo nombre no he podido comprobar
ahora— aseguraba que Kna tenía espina dorsal en el lugar
{Antes de seguir, valga esta breve digresión: salvo excep- donde otros directores tenían spaghetti. Observando desde
ciones, hoy la técnica de dirección de orquesta es homogé- el estrado o mejor desde el foso de Bayreuth —como relata
nea, más disciplinar; suenan en el mundo unos cuantos Antonio Fernández-Cid y como yo mismo pude hacerlo en
nombres de maestros comunes para la profesión, y en efecto 1962— el juego de la presencia y los tres medios de comuni-
de muchos directores, por su técnica, sabemos con quiénes cación dichos (mano derecha, mano izquierda, ojos) fasci-
han estudiado directa o indirectamente; esa técnica aprendi- naba por la adecuación de la potencia y el acto, pero casi
da consigue ejecuciones objetivas, intercambiables, válidas aún más por su educación: quiero decir, que lo anguloso de
para su consumo universal; por último, la dirección de or- la figura, del rostro, perdia las aristas para hacerse movimien-
questa no es el acto, sino su preparación). to curvo, y que el imperium se producía dulce y relajado. Qui-

68 Scherzo
zá lo más característico era cómo la mano izquierda, abierta de arriesgado en hacer música a la primera responsabilizaba
con el cuenco presentado a la orquesta, paraba, templaba y más a la orquesta, estimulada por la confianza puesta en ella
reducía mientras ¡a derecha mandaba. Ningún abuso, nin- por el maestro. Así, los restillados no eran jamás exactamente
guna acritud, ninguna crispación, ninguna violencia. Y, sin los mismos; el acto de hacer música dependía mucho del áni-
embargo, allí abajo podía haber también momentos de gran mo del director, de su voluntad haciéndose ahora presente,
espectáculo sin otro público que la orquesta o algún testigo y los bufidos, taconazos y comentarios sotio voce (o incluso
subrepticio. Uno de estos momentos era el interludio del pri- harto audibles) de éste ya le decían a la orquesta cómo iban
mer acto de música de la transformación; hasta el Grial se las cosas y acentuaban el carácter del concierto —o de la re-
llega sólo por caminos espirituales, como dice Gurnemanz presentación de ópera— como reunión de músicos, en la que
«el tiempo se hace aquí espacio» y Kna desplegaba sus lar- el público cumplía la función acústica de ocupar la sala: Kna
guísimos brazos —hasta aquí casi siempre próximos al comparecía, hacía una leve inclinación, interrumpía los aplau-
cuerpo— y literalmente echaba a volar. Otro momento era sos dando la entrada, daba ai final las gracias a la orquesta
la marcha fúnebre de El ocaso de los dioses; ahora resonaba o soltaba el último sarcasmo, saludaba una vez, y adiós, muy
el tiempo, la tierra, y todo el corpachón de Kna marcaba el buenas. No será preciso extenderse en cómo agradaba todo
ritmo del trágico destino —su glosa musical— del último esto a los músicos, y más en tiempos de necesario pluriempleo.
welsungo. La imagen resultante de soberano-servidor de la música
Autoridad natural, fidelidad a la tradición, técnica subje- (hoy inexistente), concretada en Bayreuth en aquello de:
tiva, servicio a la música (al hecho de hacerla), antidívismo, «¿Recibir aquí un salario? Aún tendría que pagar de mi bol-
explican el escaso interés de Kna por los ensayos. Con las sillo...», iba del brazo también con la de músico-ciudadano.
orquestas con que solía actuar, el concierto consistía en una Kna viajó en algunos momentos de su vida y, naturalmente,
reunión para hacer música. Kna conocía muy bien su reper- daba conciertos o representaciones aquí o allá como direc-
torio. Tenía de cada obra un concepto muy claro (con mati- tor invitado; pero no salió de Europa, a Inglaterra fue sólo
ces o variantes según fuera la circunstancia), sabía construir una vez, y si en Bayreulh hacía ejercicios espirituales, vivió
el edificio sonoro desde los cimientos hasta el tejado, y no en Munich como director general de música. Sin hacer de-
precisaba de explicaciones previas. El era el encargado de claraciones —la protesta colectiva contra Thomas Mann fue
«mantener la tensión entre dos extremos», y para conseguirlo la excepción—, sin anunciar nada, sin acariciar a los niños
no le servían interrupciones destinadas a pulir detalles: la obli- por la calle ni marear al personal apareciendo hasta en la so-
gación de los músicos es tocar bien su instrumento dentro pa, el Kna se hizo carne con Munich, fue su director por an-
de su escuela o tradición, que era también la de Kna. «Seño- tonomasia, un regalo del Rin para los bavaros, y por eso
res, ustedes conocen la obra, yo conozco la sala», dijo en Munich le recuerda, le añora y renueva las flores sobre su
una gira a la Filarmónica de Berlín. Además, lo que había tumba en el cementerio de Bogenhausen.

Kna en el ensayo: forte... y piano. FOTOS: RUDOLF BF.TZ

Scherzo 69
DOSIER

Celebrante wagneriano bato, la enorme acumulación de tensión obtenida le permi-


tían matices de caracterización o figuración (el bamboleo de
L a fama universal de fina es la de intérprete de Wagner
(hoy está volviendo a imponerse también la de apóstol
de Bruckner). Ni el tópico peyorativo de «guardián del Grial»
los marineros de embarcaciones a vela, el vigor de un dios
al clavar su espada en el tronco de un duro fresno, la victoria
del amor sobre la reserva del juez, el gozo del fuego devo-
ni los ríos de tinta sobre el Wagner moderno han podido im- rando el Walfhall, por ejemplo) que reforzaban la situación,
pedir, desde 1976 al présenle, la imparable recuperación de la acción o la palabra; llenaba de vida los largos monólogos;
la importancia de Kna como último gran celebrante wagne- sacrificaba oropeles y estruendos —«Sigan a la señora Grüm-
riano. Ni siquiera Furtwángler puede ser considerado como mer, si la oyen es que ustedes lo están haciendo bien» —para
él un eslabón en la cadena de la dirección wagneriana germi- que la voz humana fuera protagonista cuando tenía que serlo...
na, pues el director de la Filarmónica de Berlín fue en esle El Wagner de Kna es —y digo es porque está vivo en sus
terreno un converso. Por el contrario, Kna se hizo director discos— una verdad incontrovertible, la más radical profe-
desde la fe absoluta en la obra, la estética y los procedimien- sión de fe de este soberano-servidor, y para mi gusto el do-
tos directorales de Wagner. Se consideraba a si mismo here- cumento que más y mejor hace justicia a la poderosa
dero de los discípulos de Wagner, Hans von Biilow, Hans intención, a la descomunal voluntad y al casi increíble genio
Richter, Félix Motil, Karl Muck; ponía toda su capacidad dramático del creador del drama musical. En particular, le
al servicio de «lo más grande»; conseguía que la microestruc- quedaban c1 I todo afines Los maestros cantores, El ocaso
tura del relato dramático wagneriano, el leitmotiv, fuera for- de los dioses •• Parsifal, las tres obras dramáticas más monu-
mando la macroestructura de las grandes escenas en arco con mentales; Tristón fue —es— de Furtwángler, porque Tris-
toda su carga de inestabilidad temporal dentro de un fluido lán no pertenece sólo a la dramaturgia, sino a la metafísica,
constante; la acentuación, su soberbia habilidad para el ru- y Kna era, con todo, un ser de este mundo.
En octubre de 1975 publiqué en RITMO mi
primer trabajo sobre Kna con otra extensión,
otra intención y otra temperatura; se trataba en-
tonces de recuperar entre nosotros su recuerdo
y contribuir a la corriente de opinión que, so-
bre todo en Inglaterra, comenzaba a exigir la
publicación de su Anillo. Aún estaba vivo John
Culshaw, el principal responsable de esta caren-
cia (véase el número 20 de SCHERZO, diciem-
bre de 1987, La carrera wagneriana de Solti).
Hoy la situación es por fortuna muy distinta.
Pero DECCA se ha mostrado recalcitrante, en
1988, en su decisión no ya de no editar el míti-
co registro del Ocaso del Festival de Bayreuth
de 1951; tampoco ha lanzado un álbum conme-
morativo con siete u ocho discos de oro de ley
—los valses, los dos poemas de Strauss, el «Em-
perador», el disco Brahms, la Tercera Sinfonía
de Bruckner, oberturas y fragmentos de Wag-
ner...—, sin duda porque sus actuales cabezas
rectoras creen que Kna no vende. Por ello hay
que seguir animando a los editores privados y
esperar la publicación de la Quinta Sinfonía de
Beethoven y del Don Quijote, de Strauss, cuya
existencia se rumorea entre los iniciados. Y por
e!lo creo oportuno cerrar esta breve semblanza
con las mismas palabras finales de octubre de
1975: «La dirección de orquesta es un arte efí-
mero. Preguntarnos hoy por lo que queda de
Hans Knappertsbuch a los diez años de su muer-
te es preguntar por cenizas o, a lo sumo, pave-
sas, como en el caso de cualquier otro maestro
del pasado. De aquí la importancia cultural del
disco, que aun pálidamente preserva algo de ese
arte, y la responsabilidad que adquieren las
compañías gramofónicas cuando contratan a un
gran director (...). Ahora que ya no hay un nue-
vo Hans el rubio que pueda decir al término de
una representación: «Hoy Kna se hubiese sen-
tido contento de mí», no podemos perder una
sola oportunidad de conservar en lo posible
ejemplos del arte de un hombre que quiso ser
heredero de una tradición que ha perdurado vi-
Va a lo largo de cuatro generaciones, pero no
su último epígono».
Ángel-Fernando Mayo
(De la Sociedad Hans Knappertsbusch
Kna en Bayreuth con Eugen Oetler. el viejo jefe de máquinas del Fesispiethaus, Munich)

70 Scherzo
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DOSIER

En el centenario de Knappertsbusch
Recuerdos de Munich y Bayreuíh
ans Knappertsbusch —¡qué amante de la Lo mismo era predicable para sus funciones, en la

H
música no siente latir su corazón al recor- ópera, de los grandes dramas musicales de Richard
dar este nombre sonoro y luminoso! — . Wagner, al que, según sus propias palabras, debía «lo
Con los ojos del alma vemos a Kna, co más grande y mayor». Con absoluta superioridad acer-
mo siempre fue cariñosamente llamado, caba al mismo tiempo a cantantes y coros, a podero-
aún en su figura corporal: caminando erguido, de irra- sos bajos, a tenores heroicos y sopranos dramáticas
diación en verdad majestuosa, casi inalcanzable y ro- —como partes— no sólo a la orquesta, sino que sabía
deado de un aura de autoridad absoluta. cómo coordinar entre sí magistralmente la respectiva
Cuando aparecía ante la orquesta para un concier- dominancia expresiva de cada participante. Así, cada
to, era como si un mariscal apareciera ante su Estado una de estas representaciones dirigidas por él llegaba
Mayor. Sin embargo, cuando daba la entrada para el a ser una auténtica función de gala.
comienzo de una sinfonía de Brahms, o de una de
Bruckner, cada miembro de la orquesta sentía —y es- Recordemos hoy los primeros años después de la úl-
to era sentido también por Knappertsbusch— como un tima guerra mundial, cuando el director, poco estima-
órgano configurador del logro del conjunto. No sólo do políticamente desde 1936 por los déspotas en el
el concertino, sino también el hombre más modesto que poder del Reich alemán de aquel tiempo, apareció de
toca el triángulo, era preso de la fascinación de Knap- nuevo triunfalmente en su amada patria de elección,
pertsbusch. Esto era no en último lugar el efecto psi- Munich. En aquel entonces la Opera del Estado de Ba-
cológico de la personalidad de este director, que en la viera fijó una representación de La Waíkyria el 11 de
unión de autoridad y colegialidad provocaba del todo abril de 1948 en el Teatro del Príncipe Regente, única
intuitivamente, con un mínimo de actuación directo- gran sala de ópera que permaneció utilizable durante
rial, un máximo de resultado artístico. Esta feliz sínte- más de quince años en Munich, a cuyo efecto fue de-
sis, sazonada con el hacer su absoluta santa voluntad signado director de la misma el retornado Knappert-
de Knappertsbusch, daba a sus ejecuciones el brillo inal- sbusch. Ya minutos antes de su aparición, al declinar
canzable y la impronta única que había que entender la tarde de este día, se vivía en el teatro, lleno a reven-
bajo el incomparable concepto de Concierto Knappert- tar, una chisporroteante expectación en la espera, en
sbusch.

Placa de ¡a calle dedicada a


Kna en Bayreuíh. en las inme-
diaciones del Festspielhaus.

11 Scherzo
ses se mostrara una única vez delante del telón, casi
siempre ya con el abrigo puesto y el sombrero en la
mano.
Este deseo de retraerse del público lo halló al fin ple-
namente satisfecho en Bayreuth desde 1951. En el abis-
mo místico del Festspielhaus, como soberano-servidor,
libre de cualesquiera formalidades y sustraído a las mi-
radas del público, pudo dedicar por entero su fuerza
creadora a !a obra representada. ¡Quien tenía la suer-
te de observarlo allí no hallaba un final para su asom-
bro! Con una fuerza elemental y mágica pilotaba desde
su atril orquesta y escena para llegar a representacio-
nes espléndidas, como sólo él podía llevarlas a cabo.
En Bayreuth dirigió Parsi/al cincuenta y cinco veces,
seis ciclos completos de El Anillo del Nibelungo, trece
representaciones de Los maestros cantores y tres de*£7
Holandés errante.
De algunas de estas funciones desarrolladas en Bay-
reuth bajo su dirección existen magníficas tomas dis-
cográficas en vivo, en las que hoy, escuchando
retrospectivamente, también podemos sentir un deste-
llo de aquellas interpretaciones únicas de estas obras.
Hay numerosos ensayos en los que se habla del Anillo
del Nibelungo, de Wagner, a cuyo efecto la obra gi-
gantesca, tratada más o menos filosófica o intelectual-
mente, analizada desde mil punios de vista, es sometida
a intentos de explicación y aclaración. A todas estas
audaces empresas, también a aquellas con las que se
trata de acercar el conjunto del Anillo a la juventud
actual con supuestos atractivos políticos y tan confor-
me a los tiempos, se opone el hecho de la interpreta-
ción musical de la Tetralogía por Hans Knap-
pertsbusch. Quien se tome la molestia de dejar que és-
ta produzca en él efecto, escuchándola con entendi-
miento sensible, habrá aprendido musicalmente más y
en verdad habrá descubierto también más que lo que
permiten tantas otras interpretaciones.
Así, en el centenario del nacimiento de este director
Hans el rubio genial, el 12 de marzo de 1988 le honraremos con gra-
verdad indescriptible. Apenas apareció Knappertsbusch titud y veneración, y al recordar su inalcanzable reali-
en el foso, recibido por un redoble de timbal y una fan- zación en Bayreuth del Parsifat, tan amado por él,
farria de trompetas, el público rompió en un júbilo fre- haremos nuestras tas palabras pronunciadas antaño por
nético, superior a todo lo concebible, que ha Hans von Wolzogen al final de la obra, y que son tan
permanecido inolvidable para todo aquél que, como particularmente aplicables a Knappertsbusch:
yo, fue testigo. En io sucesivo, tal acogida jubilosa se «¡Una vez que cayó el telón, Franz Braun
convirtió para Knappertsbusch en regla —fuera cuan- el último sentimiento Presidente de la Sociedad
Htini Knoppertsbusch-Mumch
do dirigía en la Opera los dramas musicales de Wag- fue gratitud y loor!» (Traducción: A.F.M.I
ner, o si eran confiadas a su dirección Saloméo Elektra,
fuera también cuando daba conciertos con la Filar-
mónica.
t'¿cuela de cTk)ma
Lejos del público
ero Knappertsbusch, el director tan celebrado y
^m SOTO MESA
P amado en igual medida tanto por las orquestas co-
mo por el público, buscaba —tanto más al hacerse más
viejo— casi siempre escapar al aplauso del público. Así, 13 años de experiencia nos avalan
era una verdadera suerte que, después de un ciclo del • predi» interesantes llainaw..
Anillo dirigido por él, al final de El ocaso de los dio- - m wnha s<- hoy wismo 24785 83 / 248 29 27

Scher/.o 73
DOSIER

Un hombrecillo largo muerto


Hans Jürgen Kallmann (1908), pintor alemán, natural de la hoy polaca Pos-
nania, conocido sobre todo como retratista (Theodor Heuss, Konrad Ade-
nauer, Ernst Bloch, Otto Hahn, Marc Chagall, Romano Guardini, Juan
XXII I, etc.), publicó en 1980 un libro de memorias titulado Der verwund-
bare Slier (El toro vulnerable). En él recuerda su tardía, pero estrecha, amis-
tad muniquesa con Hans Knappertsbusch, y relata su experiencia de la
muerte de éste. He aquí lo que dice Kalimann, en traducción deliberada-
mente respetuosa con su estilo expresivo.

S
e dice tan sin pensar, cada persona es sustituí- Las manos de Kna
ble, no hay nada máf> tonto. Esas, tas que yo
pienso, dejan detrás vacíos y huecos, no he vuel-
to a hallar llenado ninguno, la despedida de la
vida sería más fácil si uno pudiera imaginarse
Y o me sentaba a menudo entre los músicos de una or-
quesia famosa, la Filarmónica de Munich, y partici-
paba en los ensayos como invitado mudo. En la vieja se-
volver a encontrarlas reunidas. Qué poderosa energía de de de ensayos del Teatro Nacional de Munich veía yo a
fortaleza y debilidad ha poblado la Tierra, un mosaico Knappertsbusch desde la perspectiva de los músicos, pa-
de almas y cuerpos aún tierno y apretado en el recuerdo. ra estudiar sus movimientos, sus expresiones. Dibujaba
Qué favor de la vida haber encontrado tanto, haber sido sin descanso sus grandes manos, que parecían más delga-
receptor y emisor —el duelo es insuficiente, pero los bra- das de lo que eran, y estaba fascinado por cómo daban
zos lo abarcan todo—. A los diez años de la muerte de las entradas. Es decir, no eran en absoluto las manos las
una persona comienza a evidenciarse lo que fue partici- que así mantenían mi interés, era su movimiento de dan-
pante en la vida, lo que ha roto el muro del gran silencio. za, cuando interpretaban música. El profesional sabe que
Si se ha visto una vez al recién fallecido en su lecho de su gesto responde a normas determinadas, pero para el
muerte, se comprende cuan poca corporeidad se precisa profano ese gesto conjura música visible. En casa, en re-
para albergar un espíritu grande, qué lastimoso es lo que, poso, las manos eran sólo grandes, rojas, delgadas.
materialmente tangible, queda allí para convertirse en pol- Análogamente, yo presenciaba la transformación de su
vo y cenizas. He observado que un hombre en el decurso rostro. En descanso, en el trato civil, Kna era lo que se
del envejecer se hace de repente distinto, esto indica un llama una cabeza de carácter. En la intuición en que le
proceso que puede ser la consecuencia de un padecimien- ponía la música se tensaba todo, sus altos pómulos se apre-
to y debería llegar a ser advertido de uno. Esie tiempo taban hacia arriba, la frente aparecía entonces más pe-
—puede ser más largo o más corto— pasa, y entonces el queña, la ancha boca se adelantaba como si hiciese mimos
hombre es de repente muy parecido..., hasta su muerte. a cada nota, las grandes orejas eran como antenas recep-
Y luego vuelve a suceder oirá vez lo mismo, sólo que a toras y acercaban ambas mitades del rostro la una a la
intervalos muy cortos: dos horas o también tres, extraño otra —era maravilloso cómo Dios mudaba en visión una
y enteramente otro, después se opera la vuelta al conoci- cara, Diosera aquí la Música...— Cuando Kna vio el cua-
do de nosotros, pero la extrañeza y la nueva magnitud no dro y lo comparó con los estudios para él y naturalmente
se pierde ya del todo. echó de ver cómo el oír iba deslizándose en sus rasgos,
dijo que podía indicarme exactamente el pasaje, en ¡a par-
tirura de El ocaso de tos dioses, para el que él estaba dando
la entrada en el cuadro.
He vivido las fases de la muerte de mi tan querido y Ambos vivimos dos años largos en gran proximidad hu-
venerado amigo Hans Knupperslsbusch. Cuando vi al mana. Como todos los jueves a mediodía Kna tenía a su
muerto, no quise creer que esto era lo que quedaba de disposición una mesa en un reservado de una vieja
Kna: una carta pequeña con una nariz afilada, no la nue- cervecería-restaurante de Munich, en Bógner ¡m Tal, pe-
va ascética adquirida que, causada por sus terribles su- ro a la que cada vez invitaba personalmente y con toda
frimientos, podía esperarse. No, nada, un hombrecillo solemnidad, pude estar allí siempre con mi mujer, aun-
largo muerto, no olra cosa. Y qué hombre era. De vitali- que él amaba la variación y por eso no invitaba siempre
dad que le reventada rubicundez, que le llegaba a la re- a las mismas personas. Allí concurrían Ernst Buchner y el
donda punta de la nariz y le sombreaba tamo las mejillas, dermatólogo Marchionini, que en aquel entonces era jus-
que se pensaba que estuvieran pintadas. Ojos azul acero, tamente el rector, el famoso cirujano y discípulo de Sauer-
que estaban delimitados hacia arriba a canto y podían dar bruch, Frey, el abogado Winiersicin, que poseía una
una expresión también algo acechante. La frente, no famosa colección gráfica del Romanticismo y cuya mu-
alia, pero inteligente, con el rubio rizo, al que Kna había jer era hermana del banquero von Finck, el Dr. Thomas,
acostumbrado de tal manera que le colgaba oscilante so- propietario de la cervecería Pau/aner, Spelman, el repre-
bre ella. La magnífica y proporcionada boca, que hacia sentante de Life, y muchos otros. También pertenecía a
ambos lados se perdia estrechándose en las mejillas, pero ellos el secretario de Estado del Ministerio de Hacienda,
que en el centro se redondeaba llena y jugosa. Los altos Lippert —bastante a menudo venían con sus mujeres, así
pómulos ensanchaban las sienes, las mandíbulas se corres- que el circulo podía ser amplio—. Interesaba todo lo que
pondían con ellos, y iodo daba junto una cabeza bien era actual, corrían las ocurrencias, y una buena comida
acentuada. bávara hacía enmudecer un rato todas las conversaciones.

74 Scherzo
Este almuerzo duraba unas dos hoias y cada uno disfru- constantemente en su mira. Fui para él algo asi como un
taba ora con éste, ora con el otro. Yo tenia que sentarme médium que, cara a cara, le estimulaba desde el mundo.
siempre al lado de Kna, igual que en nuestras reuniones Para mí todo esto fue una gran experiencia. Empezó con
privadas, que a iniciativa suya tenían lugar en el Cuatro el tercer movimiento, el más difícil, y construyó con inau-
Estaciones o en La Luminaria. Allí su grave y bronca voz dita precisión esta complicada partitura —es inolvidable
podía retumbar de cuando en cuando en todo el local, allí con qué delicadeza dominaba, empezándolas de muy le-
Kna podía quitarse de encima con irritación y seguramente jos, las enormes gradaciones—. Kna absorbía entonces
también sin lacio a admiradoras, llegadas a serlo con los todo mi tiempo, yo no sentía el paso de las horas y hu-
años, que desde la mesa de al lado adoraban a su ídolo. biese sido dichoso si aún hubieran sido más largas. Fue
Su inclinación era más el beber que el comer, como por en la calle del Príncipe Regente, en la proximidad de la
sus orígenes era de Wuppertal apreciaba mucho la cerve- Casa del Arte, cuando me crucé con él por primera vez,
za de Dortmund, pero en Munich la tomaba sólo en La un gigantesco sombrero calabrés en la cabeza, alto, an-
Luminaria. Después venía un tinto francés y una botella guloso, esbelto, con paso lento mas a la vez acelerado;
de vino espumoso concluía, pasadas horas, su velada. Las me miró fijamente, yo le devolví la mirada, entonces nin-
más de las veces éramos cinco: el matrimonio Knappert- guno sospechaba que llegaríamos a ser amigos.
sbusch, mi mujer y yo y el señor Georg Wolf. Este era
el propietario de las tiendas Rodensiock, un hombre muy
devoto de Kna que siempre estaba con su coche a dispo- El fin
sición de éste, no motorizado, un aficionado a la música
y filántropo que, por desgracia, estaba entregado a las
apuestas y la pasión del juego, asi que perdió hasia la ca- L os meses de su agonía fueron terribles, se había caí-
do, se había roto el cuello del fémur, fue tratado mal,
misa y se suicidó, pero sólo después de la muerte de Kna, y los gérmenes cancerosos que escondía su cuerpo se ha-
que ya no tuvo necesidad de alcanzar a ver esto. bían tornado virulentos. Dos meses antes de su óbito lo
Como Kna y yo nos sentábamos juntos lambién cuan- visité por última vez —una gigantesca camisa colgando
do el corro era mayor, conversábamos mucho, yo obte- alrededor de su cuerpo, delgadez y color cadavérico, ésta
nía mucho provecho de él, de su música. Seguramente me fue mi última impresión—. El acceso a su cadáver tuve
creta más musical de lo que en realidad soy, y por ejem- que conseguirlo luchando junto con Georg Wolf. Su en-
plo me pidió que participara de la A a la Z en las lomas tierro en el viejo cementerio de Bogenhausen empezó con
de la Octava Sinfonía de Bruckner, que una firma ingle- una tarjeta de inviíado que el Ayuntamiento de Munich
sa hizo grabar en Munich; por deseo suyo tuve que sen- me envió la víspera, dicho exaciamente: sólo habían sido
tarme en una determinada silla, asi que me tuvo distribuidas catorce invitaciones personales. Kna había dis-
puesto esto él mismo, la lista tenía aún su temblorosa le-
tra, mi nombre estaba arriba del todo. La policía rodeó
el cementerio, antes había sido difundido que Kna sería
enterrado en el Waidfriedhof (Cementerio del bosque)
—las masas peregrinaron allí—. Seguramente era el hom-
bre más popular y querido de Munich, y nadie quería pri-
varse de acompañarlo a la última morada. Hubo mucha
irritación entre las gentes por haber sido guiadas en di-
rección falsa —el último camuflaje de Kna—. Por lo de-
más, éste estaba muy afligido porque no le habían dejado
dirigir la primera representación en el reconstruido Tea-
tro Nacional, La mujer sin sombra, sino que lo había he-
cho su sucesor. Tampoco la segunda, ni la tercera, para
ésta se buscó a Karajan —Kna se quedó con las ganas—.
No se sobrepuso a ello —después vino la gran soledad—.
Cuántas cosas están ante los ojos del alma. La dulce
luz de enero, carente de la claridad del sol, es una mina
para el recuerdo, sí, así fue esto entonces. Aún siento la
mano de Kna en la mía cuando volvíamos a vernos des-
pués de algunos días, el gesto significaba cuánto precisa-
ba él de la proximidad del amigo, cuan susceptiblemente
podía reaccionar a los acontecimientos del mundo exte-
rior. Su manera de ser a veces fuerte debía ocultar sólo
un callado retraimiento del mundo exterior. Cuan bello
fue el momento en que, inducidos a ello por Georg Wolf,
fuimos a una pequeña cervecería en el Mercado de Abas-
ios, en la que alternaban bávaros genuinos, vecinos del
a. mercado, mujeres que tenían allí un puesio. Cuando Kna
O
entró en aquel espacio, silencio sepulcral, luego un repen-
O tino ponerse en pie de estas personas sencillas —Kna es-
a. taba hondamente emocionado y muy feliz—; el aplauso
O en la Opera no podía decirle más.
c
Hans Jürgen Kallmann
«... Y qué hombre erg ¡Traducción de A.F.M.I

Scherzo 75
DOSIER

Un saludo de gratitud y amor De la oración fúnebre pronunciada por Hans Joa-


chim Nósseh, presidente de la Junta Directiva de
la Orquesta de la Opera del Estado de Baviera, oc-
tubre de 1965.

l carácter del difunto traía su causa de la idea de fidelidad, de fidelidad a la tradición. El maes-
E tro no nos ha ofrecido ni una jota más, sino Wagner tal como lo recibió de Hans Richter, Bruckner
de Arthur Nikisch y Brahms de Fritz Steinbach, y ello a pesar de todos los cambios del espíritu
de los tiempos y de sus portavoces.
No podía demostrarlo más bellamente sino entrando en el foso de Bayreuth únicamente por don-
de antes que él lo había hecho siempre Hans Richter. Este gesto debía anunciar ya por anticipado su
culto a la fidelidad.
Con esta fidelidad a las aún en verdad grandes concepciones recibidas un día, manifestaba que
ias partituras no han de ser expuestas con objetividad fotográfica ni tampoco con la subjetividad de
un estilo al fresco, sino que han de ser elevadas a cuadros sonoros absolutamente personales con la
más amorosa entrega a cada detalle, a cada figura dramática, al colorido específico.
Con esto está asegurado el espacio, absolutamente necesario a toda interpretación musical, para
la improvisación congenial. Sólo este componente improvisador de la interpretación garantiza el llegar
a ser del acontecimiento y, con ello, la impresión inolvidable de una composición. Sólo allí donde se
reúnen la tradición de la concepción y la improvisación soberana alcanza su realización la fidelidad
a la obra. Hans Knappertsbusch ha sido uno de los maestros de tal realización.
De ello resultaba de suyo su clara relación con la orquesta. La orquesta no podía ser para él apá-
ralo o instrumento en sentido burocráiico, ni tampoco un algo más que la suma de sus miembros,
sino que, en su confianza total e inmediata en ella, estaba comprendida como una comunidad de cele-
brantes. Cada uno de nosotros era invitado a unirse a él como artista de su instrumento en un plano
de igua! responsabilidad, a recibir el sorprendente impulso de la nérvea punta de su batuta y a sentirse
llamado desde la soledad del genio de sus magníficos y elocuentes ojos a la dación de la sangre de
las venas.
Así nacía la prodigiosa reciprocidad de director y orquesta. El respiraba con nosotros, instrumen-
tistas de viento, tocaba en el espíritu con nosotros, instrumentistas de cuerda, todos ios pasajes. Y
una vez que la obra había nacido con toda la riqueza de los perfiles, acentos y colores musicales, se
inclinaba ante nosotros en pleno reconocimiento de nuestra permanente buena voluntad y de lo mejor
que podíamos darle.
En esta su aristocrática nobleza hacia nosotros, los músicos de la orquesta, su nombre puede lle-
gar a ser citado simultáneamente solo con un único nombre del pasado: con el de Arthur Nikisch.
Traducción: A. F. Mayo

La tumba de Knu y su mujer Manon en Munich.

76 Scherzo
harmonía
mundi
IBÉRICA
A ,D
J S BACH
Johannes Passion
Collegium Vocale. Geni
Orquestre de
La Chapelle Royale. París
Huward Crook. Peter Lika
Barbara Sonde*. Calherme
Patnasz. Wilham Kendall.
Peter Kooy
Dir Philippe Herreweghe
CD HMC 901264 65
LP HMC 1264 65
MC HMC 406fl 65

GLUK
ECHO & NAftCISSE
Sophii 3 Bou! n - Kort Streí
Concena KOln
Dir Rene Jacobs
CD HMC 905201 02
LP HMC 5201 02
Mr HMC 405701 0?
8EETH0VEN/LI5ZT

r
1
i ÍÁICK i-
Symphonie n 4 9 - - -:••- - ^ ? E

Georges Pludei mache r


& Alain Planes/pianos
CD HMC 90119fl
MCHMC 401198

J B LULLY
Penis Moléis
Les Arts Flor issanls
Dir Willtam Cfinsiie
CD HMC 901274
LP HMC 1274
MC HMC 4D12 74

C SAINT SAENS
MELODIES 3 ° Symphorne avac oigue
sur des poémes de La Jeunesse d'Hercule
Baudelaire de Duparc. Fauré. J L Gil. orgue
Debussv M O P de la Radio France
Feliciiy Lott. soprano Dn MareK Janowstei
G Jodnson, piano CD HMC 905197
CD HMC 901219 LP HMC 5197
MCHMC 401219 MC HMC 405197

MUSIOUE PIERHE BOULEZ


JUDEÓ—BAR OQUE PIDtRE BO11UZ Doma mes
Boston Camérala Ememble musique wante
MICXL POMA!
Dir Jqei Cohén Dn Diego Masson
CD HMC 1901021 CD HMC 190930
DOSIER

Evocación personal de Kna


L
os ya tradicionales dosier de SCHERZO mo- El templa wagneriano
vilizan, con una voluntad muy lejos del es-
píritu que su título enuncia, conocimientos,
abían de pasar muchos años sin nuevos encuen-
evocaciones y análisis profundos. Ahora se
trata de recordar a Hans Knappertsbusch.
La sola cita del nombre ha reavivado lejanas impre-
H tros. Los sucesivos se produjeron en Bayreuth. Fue
en 1954 cuando pude cumplir la ilusión, quizá la más
siones personales sobre un maestro, sin duda excepcio- grande que, con afición a la música desde que nací, ali-
nal y distinto, al que tuve la fortuna de admirar en menté desde el momento mismo en que, entusiasta de
actuaciones directas, e incluso conocer, llevado a él por Wagner, tuve conocimiento de la existencia de Bayreuth
el agregado cultural de la Embajada de su país, a raíz y de lo que el Festpiethaus• suponía para la herencia
de un comentario crítico no del todo favorable a la con- —y como herencia— del genio. Han sido varias, por
fección de sus programas. No importa, claro, el deta- ventura, las visitas posteriores, pero ninguna causó en
lle, ni siquiera recuerdo las reservas opuestas por mi mí la impresión de aquella en la que, no sin varias se-
juvenil osadía. El tiempo me ha hecho rectificar en lo manas de previo paladeo imaginativo del regalo, viví
que se refiere a la aceptación gozosa de las obras más
de repertorio y conocidas, pero sólo cuando !a extraor-
dinaria calidad interpretativa y rectora suponen garan-
tía para que renazca la atención entumecida ante tantas
y tantas reiteraciones que no añaden —
muchas veces restan— valor alguno a lo ar-
chiexplotado.
Knappertsbusch me recibió cortés, ama-
ble, comprensivo. Llenaba el pequeño cama-
rín con su impresionante Figura. Opuso a mis
vehementes razones un: «Pudimos haber
cambiado los títulos, pero confío en que al-
go le interesará de lo que escuche.» Fueron
conciertos memorables.
En aquella década de los cuarenta nos vi-
sitó la Filarmónica de Berlín en tres ocasiones,
y con otros tantos magníficos maestros: Karl
Bóhm, Clements Krauss —pese a sus circunstan-
ciales y caprichosas indolencias, un director es-
tupendo— y Knappertsbusch. La sensación ma-
yor me la produjo este último,que sabía infundir
vida y aliento especialísimos a versiones plan-
teadas con gran lentitud, cabría decir que con
un sentido profundo, muy por encima de gangas
efectistas.
Recuerdo el impresionante arranque de la regala-
da obertura de Los maestros cantores, nunca más
majestuosa y solemne, y la grandeza, no reñida
con la gracia y acentuación vienesas, del vals del
Emperador. Apenas ondulaba la mole del maestro,
contenido el vuelo de la batuta hasta la brillante todo un ciclo de representaciones memorables, inclu-
adopción del lema por los trombones. Con la mano so con aquella mítica Novena Sinfonía, de Beethoven,
izquierda en el pabellón de su oído —«¡quiero que Wilhelm Furtwángler nos había legado ya en dis-
oíros!», parecía demandar— y la batuta en brazo de co en 1951, testimonio de la excepcional personalidad
curvilínea incisividad, la explosión desató murmullos rectora.
incontenibles. Un instrumento mágico, sin duda los Conocí a Wíeland Wagner, firme columna entonces
filarmónicos berlineses lo son, contaba con alguien de la revolución estética, hecha de poesía y sobriedad,
capaz de arrancar sus infinitas posibilidades. de luces y sombras en grandes espacios desnudos, que
no creo superada. Pude, incluso, hacerle una entrevis-
Entonces pude intuir lo comprobado andando el ta en Wanhfried. Tuve la oportunidad de acercarme,
tiempo: no era Knappertsbusch un maestro capaz de reverente, a Knappertsbusch, de verle pasear solitario,
realizar minuciosos trabajos de laboratorio, de multi- en las mañanas, lento al andar, grave y serena la ex-
plicar los ensayos. No era el orfebre que calibraba em- presión, en torno a la mole rojiza que horas más tarde
pastes y timbres. Era, antes, el músico de cuerpo entero animaría con sus versiones únicas.
continuador de la gran tradición, que, sobre la mar- Aquella vez dirigía Parsifal. Pocas obras más suje-
cha, en pleno trance directorial, contagiaba sus ideas, tas a cambios de concepto acusados. Las visiones de
imponía sus versiones, lograba el máximo rendimien- Knappertsbusch y Pierre Boulez, sirva el ejemplo de
to de las orquestas que le tenían por timonel, más o dos mantenidas varios años, se hallaban en los antípo-
menos circunstancial. das. No dudo al afirmar que personalmente me incli-

Scherzo
Una en el foso de Bayreuth en 19S2.

FOTOS: FESTIVAL DF RAYREUTH

no por la unción, el grave, intenso misticismo, la


ternura, el triunfo de la serena paz espiritual que emer-
gía de la interpretación de Knappertsbusch.
Tuve el privilegio de asistir a dos representaciones
del drama sacro. Desde la sala, en mi puesto normal,
la primera de ellas. Desde el foso, en parte escondido
entre las arpas del lateral derecho del maestro, a me-
dia altura en el graderío inclinado que acoge la orques-
ta, la segunda vez. Con gran desesperación de un
encargado que insistía inútilmente —fórmula de oídos
sordos, gestos de no entender sus imperiosos «¡Verbo-
ten!»— para que abandonase mi rincón y saliese del
abismo místico. ¡Valia la pena! Pude comprobar, de una
parte, cómo, con qué entrega ilusionada y concentra-
ción atenta se producían unos profesores invisibles para
el público, muy lejos de ampararse en esa característi-
ca y abandonarse a un trabajo de rendimiento estric-
to. Sobre todo, viví en su grandeza la dirección de
Knappertsbusch.

El hechizo de la mirada

D irigía, como es habitual en Bayreuth —en muchos


oíros grandes teatros, también— sentado. Preci-
samente por esa invisibilidad del foso, lejos del encor-
setamiento de la etiqueta. Muy al contrario, en man-
gas de camisa. Empleaba los tirantes, siempre
antiestéticos cuando se contemplan. Desde mi rincón,
ya hundido en las profundidades del foso en declive,
su estampa se antojaba más grandiosa, de manera es-
pecial cuando, en momentos cumbres, se levantaba, ex-
tendía el ángulo de sus brazos y movimientos, por lo
general tan sobrios, animaba el curso de un pasaje o
diseño. Yo estaba preso del hechizo de su mirada, de
las órdenes, tan ciertas como lejanas al rigor geomé-
trico y la disciplina castrense, de una batuta que no pre-
cisaba manejarse como látigo para imponerse.
Hay algo que no olvidaré mientras viva. En el ter-
cer acto, en la transición de cuadros, la mutación sin
solución de continuidad que nos lleva al templo, se ele-
vó Knappertsbusch, más que nunca gigantesco, en al-
to la batuta, la mano izquierda abierta, curva la palma
orientada hacia los trombones, para pedirles, yo no di-
ría tres, cinco efes en un fraseo grandioso, de enorme
efecto por la anchura y la plenitud, cuyo desvaneci-
miento coincidió con la vuelta del maestro a la posi-
ción sentada, no sin enviar un beso a los instrumentistas
que habían sido capaces de darle todo lo mucho que
de eilos esperaba.
Sí; después, concluida la obra sin aplausos, no hu-
bo el rito de los saludos, la espera del director en esce-
na, para aclamarle. Pero él, sus músicos, sabían que
ningún premio puede compararse al del deber cumpli-
do por auténticos caminos de arte. Y Knappertsbusch,
en Parsifal lo colmaba y nos hacía gustar esa tan rara
emoción de sentir que el legado de Wagner no podía
encontrar reproducción más fiel y profunda.
Antonio Fernández-Cid
(De la Real Academia de Bellas Arles
de San Fernando./

Scherzo 79
DOSIER

1888 Nace en Elberfeld (Wuppertal) 1923 Profesor en Munich.


el 12 de marzo, hijo de un fabri-
cante de alcoholes. CRONOLOGÍA 1928 Primeras grabaciones (véase la
Discografia).
1908 Estudios superiores de música en Bayreuth. Pasa aquí los años de
el Conservatorio de Colonia, guerra. 1933 Colabora en la redacción de la
con L. Uzielli (piano), O. Loh- proclama de la Ciudad Richard
se (composición) y F. Steinbach 1918 Nombramiento como primer Wagner-Munich contra Thomas
(dirección); entre sus condiscípu- maestro de capilla en Leipzig. Mann, que también firma.
los se encuentran los hermanos
Adolf y Fritz Busch; simultánea- 1919 Director de la Opera de Dessau 1936 Conflicto con las autoridades
mente, cursos de Filosofía y Mu- como sucesor de F. Mikorey. nacionalsocialistas; relegación
sicología en la Universidad de de sus cargos en Munich, prohi-
Bonn. 1920 Director general de Música en bición de residencia en esta ciu-
Dessau. dad, exilio en Viena; dirección
1909 Asistente musical de Hans Rich- comisarial de la Opera de Viena;
ler y Siegfried Wagner en Bay- 1922 Se presenta en Munich el 2 de en Munich le sucede Clemens
reuth, con repetición en 1911 y mayo con un concierto: Segun- Krauss.
1912. Al no tratarse de un em- da y Tercera Sinfonías de
pleo oficial, hay quien ha pues- Brahms; el 4 de mayo dirige en 1937 Presentación en el Festival de
to en duda esta actividad (Egon el Teatro Nacional Los maestros Salzburgo; hasta 1941 dirige re-
Voss): hay testimonios feha- cantores; el 6, La flauta mágica; presentaciones de El caballero de
cientes. el 8, La Walkyria; el 5 de octu- la rosa, Elektra, Tannhauser, Fi-
bre dirige Tristón ya como direc- delio, Der Freischüiz, Las bodas
1910 Asistente musical en Mülheim tor general de Música vitalicio de de Fígaro y Don Giovanni, ade-
del Ruhr y en Bochum. la Opera de Munich, en sustitu- más de varios conciertos, en los
ción del judío Bruno Walter. que no faltan las sinfonías de
1912 Inicia la dirección de los festiva- Hasta 1936 dirige allí cinco es- Bruckner. Única actuación en
les wagnerianos de Holanda, trenos mundiales (Braunfels, Inglaterra (Salomé, Covent Gar-
que mantiene hasta 1914. Wolf-Ferrari, Coates, Weinber- den), tras insistente invitación de
ger, Pfitzner (Elcorazón}), quin- sir Thomas Beecham; las auto-
1913 Dirige a la Universidad de Mu- ce primeras funciones en ridades nacionalsocialistas no
nich una tesis doctoral Sobre la Munich (La ciudad muerta, Ju- vuelven a autorizarle la salida.
naturaleza de Kundry en el lio César, El Mikado, /dome-
«Parsifal», de Wagner, que no neo. Intermezzo, Arabelia, Tu- 1942 Dirige El anillo del nibelungo en
llega a leer y se ha perdido. Di- randot, Macbetn, etc.) y veinti- Budapest.
rector de la Opera de su patria nueve nuevas producciones de
chica, Elberfeld; aquí estrena en obras de Beethoven, Cornelius, 1943 En gira con la Orquesta Filar-
Alemania La fanciuíla delWest. Humperdinck, Mozart, Nicolai, mónica de Berlín vuelve a Espa-
Pfitzner, Puccini /Tosca, La Bor ña (había dirigido en Barcelona
1914 El 1 de febrero dirige en Elber- heme), Strauss, Wagner (todo el en 1936): Madrid, Barcelona,
feld su primer Parsifal, ya pres- repertorio desde Ríenzi), Wal- Bilbao, Pamplona, Sevilla...; la
crita la exclusiva de la obra para tershausen y Weber. gira se repite en 1944.

Ei alcalde de Bayreuth felicitando a Kna el día en que le fue impuesto la Legión de Honor Kna con Wilhelm Pitz en Bayreuth en 1951.
en julio de 1959.

80 Scherzo
1945 Primera actuación después de la ner acude a Knappertsbusch: de 1988 El 13 de marzo la Opera del Es-
guerra: Munich Mar en calma y nuevo Parsifal. lado de Baviera conmemora el
viaje feliz, obertura de Mendels- cenlenario del nacimienio de
sohn; en el invierno, prohibición 1955 Dirige en Bayreuth la nueva pro- Knappertsbusch con una repre-
de dirigir dispuesia por los alia- ducción de El holandés errante sentación de Los maestros
dos contra él y oíros colabora- (Wolfgang Wagner). cantores.
cionistas nazis: Furtwángler, 1956 Vuelve a dirigir la Tetralogía en
Krauss, Bohm, Karajan... Bayreuth; también dirige el Ani-
1946 Actuaciones en Suiza. Georg llo en París (repetición en 1958);
Solti es nombrado director de la graba los Wesendonk-lteder con
Opera de Munich. Kirsten Flagsiad.

1948 Reaparición en Bamberg; pro- 1958 Cumple setenta años; medalla


grama Schubert; reaparición en conmemorativa de la ciudad de
Munich: repite el programa Munich; caballero de la Legión f/Hunln, 57 -,T«|.: « 9 19 47
Brahms de su presentación en de Honor; último Anillo en Tudm li» dííi
1922; en la Opera (Teatro del Bayreuth. Mi»ka Clisio rn directo
Di: lunes a jueves > a las 23.30: CICLOS
Principe Regente) lo hace con La 1960 Últimos Maestros cantores en ÜL MÚSICA C'LASIC A. dedicado', a un
Walkyria. Bayreuth. ¡luior. a un csulo o a un período de la
Hulnnd de la Música.
1949 Intensa actividad previa a la rea- 1962 Grabación de Parsifal para Phi- Viernes, sanados y domingos, dos actua-
pertura del Festspielhaus de Bay- lips: Gran Premio del Disco. ciones: a las 20..10 y lai 23.30.
reuth; dirige aquí y en otros
lugares varios con cien os para 1963 Ultimo regisiro: Octava Sinfonía
allegar fondos. de Bruckner, para Westminster.
1950 Con la compañía de la Opera de 1964 Ultima actuación en Viena
Viena comienza a grabar para (Cuarta Sinfonía de Bruckner);
Decca el primer registro comple- el 13 de agosto dirige en Bay-
to en estudio de Los maestros reuth su último Parsifal (conser-
cantores. vado por Melodram); desde
1951 ha dirigido en Bayreuth no- ALBURQUERQUE. 14
1951 Reapertura del Festival de Bay- venta y cinco funciones; en sep- Junio Metro Bilbao
reuth. Dirige Parsifal, El anillo tiembre sufre la fractura de la
del nibelungo y Los maestros cabeza del fémur, que lo postra-
El mejor
cantores; grabación de Parsifal
para Decca.
rá hasta el final. Jazz en Vivo
1965 Fallece en Munich el 25 de cada
1953 Ruptura con Bayreuth; Wieland
Wagner llama a Clemens
octubre. noche
Krauss; nuevo impulso del Fes- 1966 Wieland Wagner muere en Mu- con 2 PASES
tival de Munich. nich el 17 de octubre. diarios
1954 Clemens Krauss muere en Méji- 1974 Fundación en Munich de la So- 11,30 y 1,30 h.
co el 16 de mayo; Wieland Wag- ciedad Hans Knappertsbusch.

Kna con Wieland y Wolfgang Wagner en 1950.

Scherzo 81
DOSIER

Tres momentos cumbres


Knappertsbusch dirige Reethoven, Schubert y Bruckner

E
l crítico italiano Sergio Salbich describía asi la clo duerme el sueño de los [in] justos). De las cintas y dis-
colosal figura del maestro alemán (ver texto cos disponibles con sinfonías del músico de Bonn destacan
en la carpeta del disco de la Novena de Longa- especialmente la Octava y la Heroica en la versión con
nesi Periodici, I grandi concerti): «Ya sólo ver- la Orquesta de la Radio Bávara. Ambas son interpreta-
le en el podio daba miedo, alto, desmesurada- ciones personalísimas y caracterísücas del quehacer direc-
mente largo, imponente, granítico, Hans Knappertsbusch torial del maestro alemán: tempi amplios, construcción
parecía una gran ave rapaz con brazos enormes, despro- unitaria, respiración dilatada, nobleza en el fraseo, ex-
porcionados respecto al resto de su cuerpo, amplios co- traordinaria claridad de texturas orquestales, sobre lodo
mo grandes alas, con manos nudosas y fuertes. Empu- en las voces intermedias de la orquesta; admirables uni-
ñaba, cual bastón de mando, una batuta larguísima, de dad y coherencia internas, así como una evidente espon-
madera pesada, con la cual parecía querer prolongar so- taneidad. La Marcha fúnebre de la
bre la orquesta la sombra de su presencia omnicompren- Heroica, sobre todo.
siva. Si su figura recordaba la de un águila sólidamente
asentada en el podio, escrutadora y siempre
dominante, las líneas de su cara parecían
las de un mastín: duras,cuadradas, con ojos
de fuego y guiño feroz. Parecía querer mor-
der en cualquier momento y, en efecto, mor- i
día a veces. Su batuta, frecuentemente sal-
picada de dialecto bávaro, no ahorraba nada.
IrónicQsarcástico(de una ironíaquizá un tanto
subida de tono), Kna pasaba por ser un tipo
corrosivo, áspero como su apellido, antipá-
tico y quizá odioso; pero como director per-
teneció al exiguo grupo que ha sabido impo-
ner su personalidad con la sola fuerza de su
presencia, y como artista comunicaba desde
el primer ataque el sentido de total grande-
za, de profunda y misteriosa verdad...»
En su figura confluían los nombres de
Richter, de Nikisch, de Bülow... Era el roman-
ticismo en persona, alejado por completo de
la imagen impuesta por Toscanini del moder-
no director de orquesta. Tampoco podia
compararse con ninguno de sus ilustres con-
temporáneos: Klemperer, Clemens Krauss,
Erich Kleiber, Furtwangler o Bruno Walter... Era distin- se aleja de la enorme intensidad de, por ejemplo, un Furt-
to a todos ellos, con todas las ventajas e inconvenientes, wangler, o de las tintas casi expresionistas de la versión
pero con la suficiente personalidad como intérprete co- de Szell (por citar dos versiones consideradas históricas),
mo para no poder ser encuadrado bajo un estilo imper- ofreciéndonos en cambio el sencillo, emotivo y humano
sonal y abstracto. dolor que nos causa la desaparición de un ser querido,
con esas sordas pulsaciones del timbal que, en palabras
Una integral beelhoveniana perdida de Alejo Carpentier (ver Los pasos perdidos) «parecen na-
cer del centro para descargarse en las sienes». En suma,
una Heroica cálida y de sonido aterciopelado de la que
K na no fue un director de estudio, como casi ninguno
de su época (no hace mucho Rafael Kubelik declaraba
que «uno de los males menores sería grabar los concier-
parece que en cualquier momento va a nacer la Pastoral.
La Octava en manos de Kna es un clarividente anuncio
tos en público») y el máximo atractivo de sus versiones de la Novena, en contraposición a los planteamientos ha-
radica, precisamente, en el proceso creador que se verifi- bituales de ligereza que podemos escuchar en cualquiera
ca durante la interpretación. La oportunidad de grabar de los numerosos ciclos existentes. De las seis versiones
un ciclo Beethoven para Decca fue desaprovechada por de Conciertos para piano y orquesta de Beelhoven (una
la firma británica, quien prefirió el binomio Suisse Ro- del Tercero, dos del Cuarto y tres del Emperador, ver dis-
mande/Ansermei al de Filarmónica de Viena/Knapperts- cografía), aun siendo todas poseedoras de innegable in-
busch (a la vista está que el director suizo, excelente in- terés, hay que destacar, a juicio de quien esto escribe, una
térprete de Ravel, Stravinsky y, en general, de toda la mú- de las lecturas más bellas del juvenil Tercer concierto con
sica del primer tercio de nuestro siglo, no dio lo mejor un Arrau en estado de gracia: es una interpretación ex-
de sí mismo en los pentagramas beethovenianos y su ci- traordinariamente coherente y unitaria, aunque el califi-

82 Scherzo
W
ce
>.
a
g

2
con Joseph Keilberih y André Ctuytens en Bayreulh en 1956.

cativo real sería conmovedora (el disco en modalidad LP de uno de los Bruckner más emotivos de todos los graba-
todavía se puede encontrar en alguna tienda especializa- dos hasta la fecha, sobre todo en lo que respecta a regis-
da). A destacar también las líricas y vigorosas traduccio- tros tomados en conciertos públicos (las tres estimables
nes de los Conciertos Cuarto y Quinto con Clifford versiones de las sinfonías Tercera, Cuarta y Quinta he-
Curzon, hechas en estudio para Decca. chas en estudio con la Filarmónica de Viena para Decca
La más popular de las sinfonías de Schubert, la Incom- no poseen, a mi modo de ver, la magnificencia sonora y
pleta, es en manos de Knappertsbusch otro de sus indis- el calor de sus interpretaciones en vivo, aunque nos en-
cutibles logros. De algún modo se emparenta contremos con excepciones como la meditativa y miste-
emocionalmente con la Marcha fúnebre de la Heroica y riosa lectura de la Octava hecha con la Filarmónica de
en muchos momentos recuerda al mundo de Bruckner; Munich para Westminster y publicada en Alemania por
sin embargo, Kna creía en la concepción vigente del cla- CBS). Los planteamientos interpretativos de Knappert-
sicismo como realización suprema de la unidad entre idea sbusch en Bruckner oscilan entre el lirismo y la tensión,
y forma, y de este modo realiza una interpretación férrea- siempre con un escalofriante poderío sonoro y asombro-
mente unitaria que en nada tiene que envidiar a las archi- sa unidad constructiva, y eso contando con que nuestro
famosas versiones en la línea de Furtwángler. Es más, sin director (como es bien sabido) no daba apenas instruc-
alcanzar el grado de catarsis propio de aquél, Kna consi- ciones a la orquesta en los ensayos sobre articulación, tem-
gue como contrapartida una espontaneidad y frescura ja- po, dinámica, fraseo o intencionalidad expresiva: todo era
más puestas tan en evidencia como aquí. regido por una milagrosa intuición (compárese cualquie-
ra de ios exhaustivos y agotadores ensayos de, por ejem-
Subjetivismo en Bruckner plo, un Erich Kleiber —quien necesitó nada menos que
137 ensayos para dar el estreno de Wozzeck en Berlín—,
B ruckner es otro de los grandes caballos de batalla de
Knappertsbusch aunque, y esto va por los puristas,
no siempre se observen las indicaciones pertinentes (a mo-
con esta conocida anécdota: Hans Knappertsbusch sube
una mañana al podio de la Opera de Munich (véase el
Anecdotario] y dirigiéndose a los profesores de la orquesta
do de ejemplos: tempi de introducción en los dos movi- les comenta con su flema habitual: «Señores, ustedes se
mientos extremos de la Quinta; ulilización de triángulo saben la obra y yo también; o sea, que nos veremos el día
y platillos en la coda final de la misma sinfonía; supre- del concierto. Buenos días»). De ahí que en muchos mo-
sión de los tres pizzicati al final de la Novena; ostensibles mentos los desajustes sean inevitables; pero su Bruckner,
cambios de tempi en varios pasajes del Adagio de esia sin- hecho con el corazón (como todo lo que hizo), se puede
fonía —compás 173—, en donde se indica Sehr langsam tomar o dejar, jamás discutir.
[Muy despacio), Kna lo entiende como Andantino; y así
un largo etcétera). A pesar de ello estamos en presencia Enrique Pérez Adrián
Scherzo 83
DOSIER

Knappertsbusch y Brahms
o cabe duda de que las Cuatro Sinfonías escritas Un brahms i ano riguroso

N por Johannes Brahms son favoritas del público.


Hoy día las grabaciones del ciclo completo su-
peran las cincuenta y, además, existen numero-
sísimas versiones de Sinfonías aisladas a cargo
de directores que, por una causa u oirá, no alcanzaron a gra-
barlas todas. Tal abundancia de registros trae consigo que
junto a los nombres clave en este repertorio, como Furtwán-
E n otro lugar de este homenaje a Kna se ha mencionado
su aversión al ensayo o, por matizarlo mejor, al ensayo
excesivo: Kna apreciaba sobremanera la espontaneidad al ha-
cer música y pensaba, con razón, que el abuso de repeticio-
nes podía matarla. Su técnica de batuia excepcional y su
imponent= presencia física en el podio creaban, en el momento
gler, Walter, Giulini, Sanderling, Loughran o Lindenberg. A del concierto, la tensión suficiente para aunar las voluntades
tenor de ello, ¿puede entenderse que ni un solo microsurco de sus músicos que, además, pertenecían a Orquestas alema-
oficial recoja el arte de Knappertsbusch como intérprete de nas o austríacas (Berlín, Viena, Munich, Colonia...) fami-
estas obras? En otros artículos de este homenaje al director liares a Kna, cuya técnica y maneras conocían. Pero esta
alemán se explican con mayor detalle los porqués de esta si-
tuación lamentable, que sólo remedian, en parte, los discos espontaneidad no suponía falla de rigor en los planteamien-
privados, más o menos piratas. Pero vayamos por orden. tos ni era causa de que la realización se supeditase a la inspi-
Knapperstsbusch grabó para Decca tres discos dedicados a ración del momento. Kna era un brahmsiano riguroso y
Brahms. El primero, recién terminada la guerra, con la Or- coherente, y no sólo en sus versiones de una misma sinfonía,
questa de Suisse Romande: una Segunda Sinfonía que, se- como la Tercera, que nos ha llegado en tomas sonoras de
gún mis noticias, nunca fue transfe- 1943, 1950 y 1955; también entre sus registros de las distin-
rida al microsurco. Unos diez años
más tarde, al frente de la Filarmóni-
ca de Viena y con Clifford Curzon,
registró el Segundo Concierto para
piano y orquesta, Opus 83; y poco
después ya en estereofonía y con idén-
tica orquesta, una colección de cua-
tro obras orquestales: las dos Ober-
turas, Opus 80 y 81; las Variaciones
Haydn, Opus 56b y la Rapsodia pa-
ra contralto, Opus 54, con Lucretia
West como solista. Parece como si
Kna hubiera sido un mediocre brahm-
siano, a juzgar por tan exigua disco-
grafía; veremos en seguida que la
realidad es otra. Pero digamos aún
que de esta pobre situación, la respon-
sabilidad no sólo afecta a los técni-
cos de Decca, con el productor John
Culshaw al frente. Lo cierto es que
Kna era hombre de concierto o de tea-
tro, pero no de estudio de grabación,
lugar que siempre debió resultarle
extraño.
Kna en el concierto. FOTO: U.G.G.

De sus registros oficiales desconozco la Segunda Sinfonía, tas obras orquestales de Brahms cabe señalar puntos comu-
pero los otros dos son dignos de atención y bien podía Dec- nes y un criterio unificador que da al conjunto valor superior
ca reeditar en compacto el Segundo Concierto con el com- al de la simple suma de las partes.
plemento de un par de piezas: en primer lugar, la Obertura Al escuchar a Kna en estas páginas llama poderosamente
Académica, cuya versión entrañable y plena de humor hace la atención su peculiar calidad de sonido, en la que destaca
justicia a la obra; y luego las Variaciones Haydn, en las que la línea del bajo siempre presente y bien audible, y el relieve
despliega Kna su peculiar sentido del color orquestal. El Se- otorgado a los voces medias. Ello confiere a la textura or-
gundo Concierto es también un bello disco en el que sorprende questal ese color típico de ciertos directores germánicos de
una textura orquestal desusadamente ligera. Es obvio que Kna ¡a vieja escuela (Furtwángler, Keilberth, Jochum). El sonido
adecuó su concepto al arte camerislico del sensible Curzon, de Kna siempre se mantiene empastado y cálido pero, a la
con quien también colaboró en los Conciertos Cuarto y Quin- vez, transparente, nunca opaco: en todo momento puede es-
to de Beethoven. Pero para intuir cómo era el Brahms de cucharse cualquier voz de la orquesta; no se trata de un lim-
Hans Knappertsbusch, hay que acudir a la discografía pri- bre brillante o incisivo, sino aterciopelado y denso.
vada que nos ofrece las Cuatro Sinfonías en versiones plena-
mente representativas de su arte, cuya audición es Aún más característicos resultan los tempi. Aunque no cabe
recomendable no en prioridad a las grabaciones clásicas an- generalizar, Kna acostumbra a moverse con solemnidad y par-
tes mencionadas, sino como complemento de ellas. En efec- simonia. Así sucede en la Tercera Sinfonía, especialmente en
to, Kna fue un músico cuya fuerte personalidad brilla aun los tiempos extremos. Pero parsimonia no equivale a pesa-
en sus interpretaciones de un autor como Brahms, menos li- dez, porque Kna es maestro en el arte de las transiciones, vi-
gado a su nombre que Wagner, Beethoven, Richard Strauss tales para un correcto desarrollo del fluir musical. Así sucede,
o Bruckner. Más abajo se indican las referencias de estas ver- por ejemplo, en los dos momentos más líricos en el Andante de
siones privadas. la citada Sinfonía, situados en la mitad de su curso e inme-
diatamente antes de la Coda. Kna sabe prepararlos con ma-

84 Scherzo
no maestra creando un clima expectante luego resuelto con
una expansión que relaja la tensión acumulada. También es
muy ilustrativo cómo plantea Kna e! final de esta obra. Al
igual que Furiwángler, en los primeros compases no aplica
crianza c7Víúsica
el que será su tempo básico, allegro non troppo, al que sólo NOVEDADES
llega tras la primera explosión de los metales. Kna sabe des-
tacar el climax casi wagneriano de este movimiento, que es
también la culminación de la obra, y que ocurre, cuando, du- CHRISTOPHER H0GW00D
rante el desarrollo, entran con poderío los trombones. En la g¥ ¡i

aDK •UNÍ
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Haendd
gran Coda, introducida por las violas con sordina, Kna lo-
gra un bello efecto al remansar paulatinamente el tempo y
dejar morir con suavidad el vigoroso tema inicial de la obra,
que parece disgregarse como la ola que muere al alcanzar la
orilla.
Muy hermoso el tercer tiempo, el célebre un poco Allegret-
to, tantas veces sentimental en exceso. Kna conjura ese peli-
gro mediante la elección de un tempo movido —de nuevo,
como Furtwángler— y destacando los tejidos de las made-
ras, que acentúan la sonoridad agridulce de este fragmento.
u. h ameno retidlo de la evolución del carácter
<t de la obra de esta gran figura de la música.
des de sus primeros anos en Halle yHamburgo
hasta los días del apogeo desús operas y oratorios
Visiones subjetivas en Londres, pasando por su aprendíate en Italia

E l reproche más serio que cabe formular a las versiones


Kna es la excesiva libertad que se toma para alterar el
pulso básico de un movimiento, sea al abordar un pasaje más ARNOLDSCHOENBERG
YWftSSILVKANDINSKY
lírico —como el segundo tema en el allegro inicial de la Cartas, cuadros y documentos de vn encuentro
Tercera—, sea a fin de destacar el acento o la articulación extraordinario
de una determinada frase. Por supuesto, mantener invaria-
ble el tempo a lo largo de un movimiento resulta textualmente
irreprochable, pero el resultado, aun en manos de un direc-
tor genial como Szell, puede rozar lo árido. Kna se sitúa en
el polo opuesto estimando, sin duda, que las indicaciones de
Brahms son demasiado parcas e insuficientes. Hoy día, acos- L i amulad que unió alcreadot de la pintura
tumbrados como estamos a una mayor objetividad, esa prác- abstraerá con el descubridor de la música alonal.
tica puede parecer arbitraria; pero pensemos que está dos personalidades del arte del itqlo XX gue
respaldada por la autoridad de los maestros con que Kna se marcarían un nuevo camino, origino una abundante
formó, y que eran coetáneos de Brahms. correspondencia que hace posible una unión
mas prolunda de sus procesos de creación.
Las otras dos Sinfonías son análogas en sus planteamien-
tos. Sorprende, no obstante, el enfoque directo, vigoroso y
dramático, inobjetable partitura en mano, del primer tiem- CWUDt DEBUSS\
po de la Cuarta, cuyo carácter otoña! resulta compatible con El Sr. Corchea y otros escritos
una tremenda tensión, sólo remansada en el meditativo pa-
saje que precede a la recapitulación. Muy intensa también
la Chacona conclusiva a pesar de las muchas fluctuaciones
de tempo y de que Kna —como otros muchos maestros— ig-
nora el piú allegro en la sección conclusiva de la obra, a la
que resta impacto. En la Segunda hallamos al Kna relajado
y sonriente, intérprete supremo de los valses de Strauss. Es-
pecialmente los dos primeros movimientos, líricos, cálidos,
cantables, fluidos de tempo, desmienten el tópico de un Kna
u. tna edición completa de la obra cniíca de
Debussy que cubre desde las conocidas diatribas
wagnenanas. las declaraciones blasfemas sobre
pesadote y teutónico. A ello contribuyen en buena medida el Premio de Roma y los prejuicios contra Cluck
la sensibilidad para las transiciones y la textura orquestal siem- i a lavorde Ramean hastafesalusiones a la música
pre aterciopelada y clara. c«wti>a<ograiica incipiente
En suma, un Brahms original, potente, germánico, rica-
mente creativo, que a muchos les puede servir de contraste JOSÉ MARÍA MARTIN TRÍANA
a la objetiva aridez de tantos maestros actuales, cortos de El libro de fa ópera
fantasía. _ , ,
Roberto Andrade Malde
DISCOGRAFIA
Las versión» privadas objeto de este comentario figuran edita-
das por la Bruno Walter Sociely de California, USA, y son las si-
guientes:
Segunda Sinfonía. Filarmónica de Munich (1952). BR 3S8.
Tercera Sinfonía Filarmónica de Berlín (ca. 1943). 1GI 3H3.
Cuarta Sinfonía. Sinfonía de la WDR, Colonia (1952). RR 543.
a 'escnpcion detallada de los elementos
musicales v de los argumentos de las 100 opera'
mas representadas en la actualidad Completan
También he tenido acceso a otros registros de la Tercera: a) con el volumen el análisis délas diez operas españolas
la Filarmónica de Viena (Salzburg, 1955), b) con la Filarmónica de mai importantes
Berlín (I9S0), procedentes de iransmisiones radiofónicas. No he po-
dido conseguir la Primera Sinfonía con la Siaatskepelle de Dresdc Solkilf Mitin. 3S
(ca. 1961) editada por Rococó en Canadá.
Los dos microsurcos oficiales con la Filarmónica de Viena figu-
ran o figuraron en el Catálogo Decca, con referencia ECS 701 {obras
orquestales) y ECS Segundo Concierto, con Curzon).
nuestro boletín

grtmHo ALIANZA KDITOIUAI.


Tel 20000-li

R.A.M.

Scherzo K5
DOSIER

Knappertsbusch, director de ópera


n director como knappertsbusch, tan ligado a la mú- bastantes directores, encuentran en Kna un mágico servidor.
U sica de Wagjier, es lógico que encontrara alguno de Aquélla resulta siempre en sus manos excelentemente articu-
sus mejores momentos Ínter pretal i vos en el mundo de lada y flexible; ésta aparece dada en todo momemo sin difi-
la ópera; en él hallaba el idóneo cultad por la especial facilidad
caldo de cullivo para el desarro- de la batuta para combinar las
!lo de sus innatas condiciones, distintas voces, para acomodar
fomentadas y trabajadas duran- el timbre de la humana a la re-
te años de oscuro director de fo- sultante de la suma de los cons-
so en teatros de provincias y de titutivos del conjunto orquestal.
asistencia devota y colaboración Pocos como Knappertsbusch
en misiones de ayudante en el han sabido diferenciar, sin que
templo de Bayreuth. e¡ magma perdiera su consisten-
Kna llevaba en la sangre, qué cia, unos timbres de otros, lo-
duda cabe, el secreto, para mu- grar que la voz se integrara en
chos nunca desvelado, de la dic- él y, al tiempo, que resultara per-
ción justa, el acento preciso, el fectamente audible, cumpliendo
tcmpo adecuado, la medida exi- asi una de las máximas exigen-
gida del lenguaje musical del ge- cias de toda ópera, singularmen-
nio de Leipzig. Cuando en 1951, te, por su estructura especial, de
en la apertura tras la guerra del la de Wagner.
Festspielhaus, accede por prime- Gran parte de lo dicho puede
ra vez a su podio es ya un maes- advertirse en el Trisian muni-
tro con un importante historial qués de 1950, en el que, con can-
que se integra sin problemas en tantes discretos, Kna acierta a
el particular universo que se vi- dibujar con claridad, otorgando
ve —música, tradición, atmós- al conjunto la temperatura ade-
fera— en la pequeña ciudad bá- cuada, los estratos sonoros que
vara. Su Pursifal, recogido en edifican la música a lo largo del
disco aquel mismo año, es uno dramático segundo acto. No hay
de los más sobrecoged ores testi- en la pintura la envolvente y sen-
monios del arte wagneriano y sual magia de Furtwángler, pe-
una de las pruebas irrefutables ro si encontramos un puntillismo
de la personalidad directorial de y una calibración de efectos, una
Knapperlsbusch como gober- gradación ¡imbrica que nos trae
nante de un complejo entrama- Una escena del Parsifal de W. Wagner Kna. la noche con evidencia casi físi-
do operístico de la talla, de la ca y nos explica la situación de
significación a todos los niveles del tejido en torno a la le- manera se diría que impresionista. El monólogode Isolda,
yenda del Sanio Grial. En verdad, nadie ha podido ni podrá previo'algran dúo, es, pese,a la cortedad de la Braun, de
igualar el pulso, la amplitud, el misterio, la alteridad conse- enorme valor evocativo.
guidos tan plásticamente en esta histórica y ejemplar inter-
pretación.
Las características de un estilo
Servk-in al can lo En otro apartado de este dosier quedan recogidos los fac-
tores que definen el estilo direciorial de Knappertsbusch. Aquí
las leyes definidoras del canto wagneriano eran cumpli- interesa aprehender aquellos rasgos que, con bien adminis-
das a la perfección, de manera al parecer natural, libre de trada utilización, lo convierten en maesiro grande no ya pa-
cualquier lastre o ganga deformadores, por la batuta del maes- ra Wagner sino para otros operistas de talla a los que el
tro de Elberfeld. Las mayores sutilezas expresivas, las claves director se acercó: Strauss, Beethoven, Pfitzner... Se ha ha-
sintácticas aparecían nítidamente resaltadas y servidas a tra- blado muchas veces de su naturalidad, de su forma, en ab-
vés de su pulso, firme y elástico al tiempo. El Wagner de Kna soluto sofisticada, de frasear, de decir la música, de dejar
era, por encima de todo, germano, claro, pero sabía desta- que ésta fluyera no mansamente sino libremente, sin trabas
car los innegables aspectos herederos de la ópera italiana que ni corsés excesivos; algo que en ópera, cuestiones de ajuste
en él se albergan. Nuestro protagonista no tenía el más míni- aparte —que se deben suponer solucionadas a determinados
mo problema en concertar y dosificar las características, a niveles—, es fundamental: la vo¿ ha de correr con soltura
veces contradictorias, que contiene: melodía continua, infi- para que el mensaje expresivo que porta —el texto que
nita, densidad orquestal, variedad acentual, especial textura canta— quede explícito. Óigase cómo las de Siegfried y
sonora (con los polos tonales situados en notas atractivas ale- Brünnhilde se explayan, se extienden, se extasían hasta el in-
jadas de las que, armónicamente, debieran cumplir el papel), finito, nítidamente diferenciadas de una orquesta rica y su-
amplitud estructural junto a factores tan antiguos como di- gerente en todo el dúo fina! de Siegfried (Bayreuth, 56 y 57).
visión en periodos o matización fraseológica derivada de la
necesidad de seguir una en ocasiones bien definida y tradi- Hay, por supuesto, dentro de esta naturalidad, un arte,
cional línea de canto. La fluidez de la escritura y la relación trabajado más en el foso, en vivo, que en la sala de ensayos,
voz-orquesta, presupuestos contra los que se suelen estrellar hecho a partes iguales de serenidad, adecuada dosificación
de dinámicas, planificación progresiva, amplitud de fraseo.

86 Scherzo
Un arle tranquilo que se nos muestra en la respiración casi
humana del discurso sonoro y en el color con que éste se nos
presenta. La técnica, tan propia del director, de destacar fre-
cuentemente las voces intermedias, que acceden asi a primer
El Knappertsbusch festivo
plano, proporciona una apariencia especial y característica
a la textura y a la superficie haciendo que el todo orquesta-
voces adquiera una tonalidad, una pasta tan densa y oscura
P ues sí: el aparentemente serio, solemne, profesoral
Hans Knappertsbusch era un enorme director tam-
bién de música festiva; valses vieneses. polkas, mar-
chas, galops, suites de danzas y otras minucias poseían
en sus manos un sabor, una frescura y una gracia acen-
como equilibrada y transparente. Ello es perfectamente ob-
servable en ¿os maestros cantores de 1951 y l%0, tanto en tual verdaderamente rutilantes. De hecho, si se analizan
los conjuntos como en los solos (¡magistral | a Danza de los con detalle sus interpretaciones operísticas y sus grandes
discursos brucknerianos, se puede uno dar cuenta de que,
aprendices!). en el fondo, hay una tersura y una espontaneidad, y, en
Estas características otorgan a la música operística dirigi- la forma, un equilibrio y un sentido estructural que pue-
da por Kna un sabor terrenal, sano, una corporeidad y una den llegar a corresponderse perfectamente con piezas cor-
viialidad fuera de lo común que contribuyen a hacer de sus tas necesitadas de un impulso que las aleje de la mera
versiones para el escena experiencias dotadas de un raro sen- decoratividad.
tido dramático tan alejado de la frialdad como del énfasis. Han llegado a ser históricas —y hoy en día nada
Drama que puede estaxajjmenido en un simple acento, en sorprendentes— las versiones que Kna realizaba, recreán-
una pausa y que tan bien se adapta a la estructura del len- dose auténticamente en la suerte, de ciertas músicas aus-
guaje wagneriano, plagado de claves, de sugerencias, de in- tríacas, alemanas, o incluso, rusas, vecinas muchas veces
dicaciones contenidas en los repetidos leitmotiv. Nadie ha al mundo de la canción o de la danza, surgidas habitual-
subrayado con tanta plenitud como Knapperisbusch el co- mente del acervo popular. El sentido de las proporciones,
nectado con el filtro de Trísian e Isolda; la manera de alar- el hábil uso del rubato, la capacidad para rallentare y rí-
gar la primera nota y la de acentuar la tercera crean un clima tardare, el manejo de una vanada y contrastada acentua-
oneroso, un dramatismo cargado de significaciones; produ- ción eran recursos que el maestro alemán practicaba con
soltura y exacta matización en busca de legítimos efec-
cen una atmósfera en la que el aire se corta y dejan, como tos. Su batuta, tan personal y concisa, sus gestos econó-
quería Wagner, la escena enrarecida ante la posterior evo- micos pero elocuentes prendían fácilmente la atención del
lución de los acontecimientos. instrumentista y la música surgía espontánea y fluida, cá-
Los elementos naturales que juegan en la compleja sirti- lida y sensual, como si por primera vez se hubiera produ-
bología de la Tetralogía no han encontrado nunca tan clara, cido el encuentro entre orquesta y director. Las
acusada y dramática plasmación como en la batuta de Kna. interpretaciones resultaban de tal forma frescas y conta-
Frente a la mayor crispación o raciocinio de Furtwángler o giosas. La elección de tempi moderados no producía por
a la concisión y elegancia extremas de Krauss —por citar dos otra parte, en contra de lo que podría haberse pensado,
grandes versiones históricas—, opone una vibración interior, sensación de pesadez, sino que concedía a estas partitu-
ras una especial y atrayente personalidad sonora y una
una intensidad tan cercana y una amplitud tan exenta de re- singular e irónica —siempre tamizada— apariencia hacien-
tórica que llegan a captar fácilmente la atención del oyente, do que el oyente quedara captado por el fluir sin obstá-
forzando con ello su comprensión. Agua, aire, fuego, bos- culos de la música, dotada de una tensión interior y de
que... Son elementos vivificadores que localizamos también una dinámica exterior peculiares y de fin i lorias de un estilo.
en el arte vitalista, tan sencillo y grandioso, como la existen- Es toda una experiencia gratificante escuchar a Knap-
cia misma, de este poderoso recreador de toda una mística. pertsbusch su auténticamente desaforada y embriagado-
Knapperisbusch sabia hacer cantar con la máxima elocuen- ra versión-de] vals Bad'ner Mad'ln del checo Komzak. La
cia a los instrumentistas y obtener instantes de una sencilla manera lenta, parsimoniosa, cadenciosa en que el tema
sublimidad: maderas en el monólogo de Marke y en la inicial es expuesto tras los redobles de caja resulta arre-
batadora, como lo es la paulatina aceleración posterior.
presentación de la rosa de Der Rosenkavalier de Richard Una página que el director gustaba de ofrecer como bis
Strauss (en la que hay una soberana manera de aceniuar los de sus frecuentes conciertos ligeros dados en Viena o Mu-
valses del segundo acto)... Y hacer crecer hasta extremos pa- nich, en los que solía incluir también otra pequeña joya,
vorosos, siempre sin romper el equilibrio natural del sonido, refulgente en su batuta. Wiener Biirger del vienes Zieh-
la dinámica. Su habilidad para jugar con este factor en com- rer. Sus recreaciones de algunas de las mejores piezas de
binación con un tempo por lo común mesurado produda efec- los Strauss han quedado recogidas en unas pocas —dema-
tos asombrosos: comienzo de El oro del Rhin, turbulencia siado escasas, por desgracia— grabaciones con la Orquesta
subsiguiente a la maldición de Alberich; transición de la se- del Estado de Baviera y la Filarmónica de Viena. En ellas
gunda a la tercera escena del tercer acto de Siegfried... brilla el savoirfaire del músico, su magistral administra-
ción del riimo. Inolvidables los valses Aceleraciones, Rosas
Ese desbocamiento, libre y controlado al tiempo, de la na- del Sur y Cuentos de tos bosques de Viena y sus polkas
turaleza, que se nos presenta sensitiva y físicamente, lo en- De Ana y Trüsch-Tratsch y sensacional, con un conteni-
contramos también en el formidable Buque fantasma del 55, do lógicamente más dramático, la obertura de Las ale-
en donde el canto agonístico de Hermann Uhde y el fulgor gres comadres de Windsor de Nieolaí, inigualada por su
lacerante de Astrid Varnay hallan su perfecto vehículo en la ideal combinación de leyenda, chispeante rítmica y páti-
vibrante y poderosa dirección de un Kna dotado de un alien- na romántica. Espléndida, muy rica de acentos, colorista
to romántico contagioso. Reconocemos en él al espontáneo la suite de Cascanueces de Tchaikowsky con la Filarmó-
recreador de leyendas, al juglar. nica de Viena, en la que Kna se nos muestra como ines-
Carnal, elocuente, salvador de un reparto mediocre y más perado director de ballet.
bien prosaico, es nuestro director en El caballero de la rosa
(Munich, 1955); capaz también de ensimismarse con los te- Cabe situar estas aproximaciones del maestro que hoy
mores de la Maríscala y de brincar con las danzas de la V¡e- recordamos a la música festiva —gran música en muchos
na de María Teresa. Buen organizador en el Fidelio casos— como sobresalientes, peculiares y, en general,
beethoveniano (Munich, 1963), que no se beneficia por otro comparables a las de otros reconocidos como verdaderos
lado de unos cantantes no siempre adecuados ni de la en este especialistas: Krauss, elegante, incisivo, equilibrado; Ka-
caso algo monocorde panoplia agógica, con tempi muy len- rajan, solemne, muy sinfónico y amplio; Boskowsky, vi-
ios, de la batuia. tal, nervioso, idiomático; Siolze, ágil, ligero, local...
Arturo Reverter A.R.

Schcrzo 87
DOSIER

n 1956 se hacían en Bayreuthlos strid Varnay fue deteni-


E Anecdotario
A
preparativos para la nueva pro- da por un policía de
ducción de Los maestros canto- Bayreuth porque había
res (Wieland Wagner/André Cluytens). cometido con su coche
Kna se dio un paseo hasia el Festspiel- una falla de circulación.
haus y vio un ensayo del coro de entrada del primer acto. La configuración del Kna pasa por allí:
escenario era tal, que el piso descendía un tanto oblicuo hacia la boca. Cuando «¡Imagínese, señor Director General de
Kna salió, se cruzó en el pasillo con un colaborador de Wieland. Lo paró, le Música, estoy detenida!». Knappert-
cogió de la manga y le dijo: «¿De verdad tiene Wieland el piso en Wahnfried sbusch: «¡Vaya, por fin!».
asi de tan inclinado?» (F.B.)
(F.B.)
a amistad entre Wieland y Cari Orff
e 1956 a 1958 Ferenc Fricsay
L
D fue Director General de Mú-
sica de ta Opera de Munich,
con sede entonces en el Tea-
tro del Príncipe Regente.
Kna entró en el (eatro por una pequeña
puerta trasera, para dirigir una represen-
tación de Tristón, y tuvo que rodear al-
era sospechosa para Kna. Después de
un ensayo general, especialmente be-
llo, de Parsifat, Kna se dispone a dejar, muy
satisfecho y del mejor humor, el atril del di-
rector; allí viene un empleado viejísimo, del
que se decía que aún había tenido a caballo
en sus rodillas a Siegfried Wagner, y quiere
gunos materiales de construcción que recoger la partitura. Aquí Kna con una mi-
había amontonados allí. Preguntó a uno rada de soslayo a Wieland: «No, me la lle-
de los operarios qué se estaba haciendo. vo a casa. Qué sé yo, si no, lo que me
Esie contestó que el señor Director Ge- escribirá aquí el Orff por la noche...».
neral de Música hacía instalar un nuevo (W.P.)
baño en el Teatro- Kna: «¿Cómo? ¿Un
baño? ¿Es que el tío viene a !a Opera sin
lavarse?»
(F.B.) E n la época de su más estrecha relación con la
Opera de Viena, Kna fue abordado un día por
Clemens Krauss, gran director, hombre astuto y en
cierto sentido la sombra de Kna. Krauss: «He oído
que ha contratado usied a un joven director. ¿Có-
E n 1956 trabajaban en Bayreuth
como asistentes musicales Her-
mann Weiss <Bianco) y Günthei
mo se llama?». Kna: «;Ah, sí! Se llama Moral!.
Es mejor que yo, pero no tan bueno como usted».
Schwarz (Negro). Kna los confun- (P.B.)
día por principio. Enfadado, refun- Ya .mln verle en el podio duba miedo... —
fuñó por último: «¡Ya lo sé!...
Negro y Blanco. ¡Voy a hacerlo más
sencillo!» Antes de un ensayo gene-
ral pidió un determinado cuaderno
D espués de una representación de Sigfrido, en Bayreuth, en la que en la escena de los
murmullos de la selva no había habido un auténtico bosque, sino su figuración por
medio de juegos de luces, en el Eule (La Lechuza) la conversación recayó en un bello para-
de música. «¡Que se ocupen de es- je de un bosque cercano. Wieland dijo que recordaba haber estado allí una vez con su pa-
lo los señores Gris (Grau)!», dijo al dre. Aquí, Kna, sorprendido; «¿Cómo? ¿Sabe usted cuál es el aspecto de un auténtico
avisador y se encaminó al atril del bosque? ¿Habla usted en serio? A lo que parece, de tanto bosque, no ha visto usted nunca
director. los verdaderos árboles!...».
(F.B.) (W.P.)

R ichard Strauss dirige su Salomé, en


Viena. Al acabar la representa-
ción, ve entre el público a Kna, quien
lenía que dirigir la misma obra unos
pocos días después. Strauss se despide
de la orquesta y, señalando a Kna, le
dice al concertino: «La próxima sema-
na, caballeros, datan ustedes Salomé al
dictado».
(P.B.)

n 1959 Lovro von Matacic dirigió Lohen-


E grin en Bayreuth. Matacic era un gran ad-
mirador de Kna y durante una de las
representaciones de Parsifal se metió en el foso
para observarle. Al final de un acto Matacic
aguardó en la salida, se acercó a Kna al pasar
éste por allí y le dijo lleno de entusiasmo:
«¡Maestro, lo admiro!». Kna replicó: «¡Si vuel-
ve usted a llamarme "maestro", me lo pongo
a usted en el culo!»
Los personajes de Loricngrin empujan al reacio Kna u saludar (F.B.)

88 Scherzo
espués del estreno de ia nueva producción de Los maes.-

D ¡ros cantores en el Festival de 1956, Kna se encontró en


una calle de Bayreuth con un renombrado critico de Mu-
nich y le dijo que no podía informarle positivamente so-
bre la puesta en escena. Como el crítico respondiera que
ya había cursado su crítica favorable, Kna replicó: «Hay una bella
canción de Gustav Mahler: ¡ch bin der Well abhanden %ekommen
(Estoy perdido para el mundo)». Dijo, siguió su camino y dejó allí
plantado al crítico. (F.B.)

M ientras Kna ensayaba en Bayreuth,


la Dirección de la Filarmónica de
Vidna le exhortó a cumplir un compro-
A l comienzo de una representa-
ción de Salomé, en Munich, des-
pués de la guerra, el cantante que
miso para dirigirla, ya convenido: hacia el Narraboth, un estadouni-
«...pues quien dice A, también tiene que dense, no atendió a tiempo la en-
decir B», se remachó desde Viena. A trada marcada por Kna, Cantante,
vuelta de correo telegrafió Kna: «¡Voy, orquesta y público pudieron oír
pues quien dice A, también tiene que de- bien a las claras desde el foso:
cir... rsloch!» (Arsloch; «¡Hijos de «¡Demasiado tarde, amt de
puta!») (F.B.) mierda!» (W.P.)

después, en Bayreuth estaba también el terrible Knappertsbusch,

Y que era aniifrancés y no había apreciado en absoluto la elección


de Wieland para Kundry. No había querido verme antes de los
ensayos con orquesta. Por lo demás, todo se había desarrollado bien
y se llegó a la primera representación. Pero ahora, la catástrofe: ¡el Kna y el conde Gravina. Nielo de Wagner, discípulo de
fallo! Cuando yo podía cantar Kundry cabeza abajo, con los pies en Lisz¡...
alto, tumbada, levantada... ¡me equivoqué de tema y me salté cuatro

T
páginas! Entonces vi a Kna desplegar su metro noventa en el foso: ¡te- ras dos horas de ensayar las campanas de
rrible! Al punto me di cuenta y pude arreglarlo y seguir. ¡Mas luego, Parsifal, locadas con un teclado eléctrico, no
cada año, en el mismo pasaje, él se levantaba algunos minutos antes, había manera de que fueran juntas con la or-
sacaba un inmenso moquero y lo agitaba largamente! Bien seguro, no questa. Pulsaba el teclado el conde Gravina, hijo
volví a equivocarme nunca; pero sus relaciones conmigo han sido siem- de la segunda hija de Hans von Bülow y Cosima
pre distantes. Sin embargo, el cuarto año (1961), un poco antes del co- Liszt, quien se ocupaba de éstas y parecidas tareas
mienzo del tercer acto pasó cerca de mí, se detuvo y me dijo con su en Bayreuth. Era de la edad de Kna y muy amigo
voz de cuervo: «He visto unas cuantas Kundrys, pero creo que usted suyo. Harto del continuo fallo, Kna tronó desde
es la mejor». Yo estaba sofocada y balbuceé: «Gracias, maestro»; pe- el foso: «¡Nieto de Wagner, discípulo de Liszt...
ro él se alejaba ya mascullando: «ca va, ?a va...» (R.C.) el muy hijo de puta!» (W.P.)

K na debía dirigir La Waíkyria en n el ensayo general (1952) se le deslizó a mi mujer


A l comienzo de su carrera, era
la Opera de Munich. Como ha-
bía pasado algún tiempo sin que la
obra figurara en el repertorio, fue
dispuesto un ensayo general en la
mañana del día de la representa-
E (Lisa della Casa) un error insignificante en el due-
lo con Sachs; tras el arrebato de Eva: «Ja! anders-
WÜ...» (¡Si! En otra parte...) no hizo la breve pausa
y siguió inmediatamente con «solí» (debe). Kna levantó
amenazadoramente su dedo índice. Algunos años después
normal que Knappertsbusch
terminara una representación con-
movido hasta las lágrimas: «En
aquel entonces, me acostumbré a
todos los tacos que a comienzos de
ción. Kna aparece puntualmente, nos lo encontramos casualmente en Munich. Lisa dijo: nuestro siglo se conocían como el
golpea ostentosamente la partitura «Con mucho gusto volvería a cantar una vez la Eva con non plus ultra de la grosería. En-
y dice: «Señoras y señores, ustedes usted...». Kna la miró un instante a los ojos, levantó el ín- tonces esto no era tan llamativo,
conocen la obra, yo lambién. Nos dice y cantó con su voz grave y bronca: «¡Si! ¡En otra par- pero a mí me ha servido; desde en-
veremos esta tarde». Dicho y te..-, bum... debe...!» tonces al menos salgo del teatro
hecho... (W.P.) (D.D.) con los ojos secos». (U.K.)

K
na era un músico maravilloso y era una auténtica lgunos meses después de hacer el tercer acto de La
alegría y una ventaja trabajar con él. La absoluta
seguridad de su dirección, la claridad de su sobrio
gesto conseguía que uno se sintiera siempre a salvo con él.
A Waíkyria (con Solti), hicimos el primero con Kirsten
Flagstad en la parte de Sieglinde. Como director, allí
estaba nuestro querido, encantador e irresponsable amigo
Si a pesar de ello le pasaba algo a un caneante, Kna podía Knappertsbusch, que recibió una ovación de la Filarmónica
echarle a éste un rapapolvo con expresiones muy fuertes. de Viena cuando apareció para la primera sesión. Diez
Una vez, como Walther von der Vogelweide, en minutos antes se duchó prácticamente, y con él a mí y a
Tannháuser, me salté en el primer acto una entrada quien quiera que estuviera allí, con agua de colonia,
importante. Fue un fallo llamativo, porque Waliher mientras preguntaba: «¿Cuánto he de hacer?» Le dije que
capitanea el conjunto de cantores. Por ello al final del acto los dieciséis minutos previstos. «¿En Ires horas?», dijo Kna
aguardé en la salida del foso, para disculparme con Kna. mirándome incrédulamente. «¿Qué haremos el resto del
Pero no me dejó hablar. «¡Usted, mierda, precisamente tiempo?» Le contesté que ya sabríamos qué hacer, si la
usied!», me increpó, y se marchó mascullando. Asi de claro. cantante no acababa cansada {*). «¿Cansada?», dijo. «¡No
Pero con esto el caso estaba cerrado. Kna no me ha parece que vaya a cansarse, pero si es como un acorazado!»
guardado rencor por este fallo. (A.D.) (*) Kirstín Flagslad icnia ya sesenta y dos años. (J.C.)

Scherzo 89
DOSIER

P or deseo de la orquesta, en
cuyas filas, por el motivo
que fuera, había muchos susti-
tutos, Kna tuvo que ensayar la
t n el ensayo general del Holan- Heroica con la Filarmónica de
dés errante (Bayreuth, 1955), lle- Viena. No muy conforme con
gados a la gran cadencia ames de ello, lo hizo sin especial placer,
la sirena de la obertura, Kna pa- determinó las repeticiones a ha-
ra, deja la batuta, hace como si se cer y se fue después al Sacher.
arremangara las mangas de la ca- Por la tarde vinieron al concier-
misa, se escupe en las manos y di- to algunos de los titulares que no
ce: «¡Aquí sólo ha habido gas!» habían estado en el ensayo, pues
¿Consecuencia? ¡Más de diez re- no querían privarse de la alegría
peticiones de la cuerda! de tocar dirigidos por Kna. La
(M.K.) mala suerte quiso que éste hubie-
ra ordenado algunas repeticiones
Kna y W. Wagner, tradición y ruptura. inhabituales. De repente se lle-
E stábamos grabando la Sépiiina
Sinfonía de Bruckner cuando n año más tarde grabamos un vals de
gó a un respetable tambaleo, del
que se salió sólo con el esfuer-
llegó la nolicia de la muerle de
Knapperisbusch. La comunicó Ot-
lo Sttasser, el presidente de la Filar-
mónica de Viena, que pidió un
minuto de silencio. Muchos de los
instrumentistas lloraban. Después,
Solti dijo a la orquesta: «Sólo pue-
U Strauss, sin ensayo previo alguno; en una
de las numerosas repeticiones, media or-
questa entró a tiempo mientras la otra
media se despistaba. El desorden duró
sólo cuatro compases y la pieza volvió en seguida a
su cauce. Al final, Kna me llamó: «¿Puede usted
aprovechar esto? No tendremos necesidad de hacer-
zo. Aquí Kna, bien audible tam-
bién del público: «¡Esto es lo
que tenéis con vuestros puftete-
ros ensayitos!»
ftV.PJ

do añadir una nota personal. De to- lo otra vez, ¿verdad?» Le recordé lo que había pa- Chorno discípulo de Hans Richter y,
da la genie que pudo tener alguna sado. «Mierda, ¿cree usied que alguien va a darse con ello, como eslabón de la cadena,
razón en contra de mi nombramien- cuenta?» (•). Knapperisbusch se ha sentido siem-
to en Munich después de la guerra, I") El vals era El Danubio azul; desgraciadamente el registro no pre custodio de la tradición; cuando
había uno que tenía más razón que ha sido publicado en el verano de 1957, después de El
ningún otro: ésie era Hans Knap- (J.C.) ocaso de los dioses, buscaba yo pala-
perisbusch. También hubo allí uno bras de gratitud en su minúsculo ca-
que me ayudó más que ningún otro, Transmisores de las anécdotas merino, dijo tan sólo: "Creo que hoy
en mi inexperiencia: éste fue Hans (F.B.) Franz Braun. (P.B.) Peier Burkhardi. (J.C.I John Culihaw. Hans Richter habría estado contenió
Knappertsbusch. Fue un padre pa- ftegine C'rcspin (D.D.) Dragan Debeljevic. (A.D.) Anión Dermota, de mí». Nunca he visto a Kna tan
ra mí...». (U.K.) Hans Knappertsbusch. (M.K.Í Masimilian Kojelinsky. (W.P.)
Waller Panoískv. (W.W.) Wieland Wagner. feliz.
(J.C.) (W. W.)

ORQUESTA SINFÓNICA
DE ASTURIAS
CENTRO REGIONAL DE BELLAS ARTES

Vil Concurso de
composición musical

«Dotado con 1.000.000 de pesetas»

Información. ORQUESTA SINFÓNICA DE ASTURIAS


Plaza Cor rada del Obispo.
Edificio del Conservatorio de Música
"Eduardo Martínez Torner"
Teléf. (985) 21 02 01 - 33003-OVIEDO

90 Scherzo
/Lw-><w7b v-

I sección Rosas del Sur. O. Fil. Munich,


1955. CM - Archivos Radio
BEETHüVKN DISCOGRAFIA Baviera. {•),
Sinfonía n." 3 «Heroica". O. Tritsch-tratsch Polka. O. Fil.
ada la maraña de reediciones, no es posible ofrecer aquí Viena, 1958. Decca.
Fil. Berlín. HMV (78).
Sinfonía n." 3 « Heroica». O
Radio Baviera, Munich. 19)0.
Cetra. Hay edición Rococó
atribuida a la Filarmónica de
D y ahora, referencias útiles. Sí se indica, en todo caso, el
sello discográfíco original. Si la grabación es anterior al
disco microsurco, se advierte así: (78). Las tomas en vivo se dis-
ZIEHKER
Wiener Burger Vals. O. Fil.
Viena. 1958. Decca.
Munich, 19-5 3-. En Iodo taso, tinguen de esta manera: (*). A la fecha del cierre de esta lista, III sección
se trata del mismo registro (*). los registros editados tamben en disco compaclo van acompa- WAGNER
Sinfonía n." 3 ''Heroica». O. ñados de la indicación: (+ CD). En algunas ocasiones incluimos
Fil. Viena. Salzburgo, 1962. El Holandés emnie
CM-GSA. (•). tomas distribuidas en cinta magnética abierta, que creemos no Opera completa. H. Uhde. A.
Sinfonía n. " 7. O. Opera Eí- existen en disco; en este caso, el signo es: (CM), seguido del se- Varnay, L. Weber, W. Wind-
Lado Berlín. l929.Odeón(78). llo. Cuando es conocido, se da el año de la loma. Por último, gassen. E. Schartel, J. Traiel.
O. y C. del Feslival de Bay-
Reedición en LP en Electrola- la relación aparece dividida en tres secciones: Com pos i lo res en reulh. 1955. Melodram. (•).
Dacapo.
Sinfonía n." 8. O. Radio
general, Valses y Wagner. Obertura. O. ñl. Berlin, 1928.
Hamburgo, 1961 <?). 1G1. (•). sión). O Radio Hamburgo. HAVDN Til! Eulensptegel. O. Opera DGC, (78).
Condeno para piano y or- 1962. IGI. (•)• Estado Berlín. Parlophone Obertura O. Fil. Viena. 1956.
questa n." 3. C. Arrau. O. Ra- Sinfonía n. ° 94 «Sorpresa» (78). Decca.
Sinfonía n." 4 «Roifíiintica» O. Opera Estado Berlín.
dio Hamburgo. 1962. (versión de 1888, revisada por Odeón (78) Et caballero de la rosa (ópera Obertura. O. lil. Munich.
Longanesi. (•). Lo*e). O. Fil. Berlín, 1943. Sinfonía n " 94 «Sorpresa- completa). M. Schech. O. 1959. Westminster.
Concierto para piano y or- Melodiya/lGl ( + CD). (•). Edelmann. H. Topper, E. Die Frist ist um. G. London.
questa n." 4. C. Curzon. O. O. Sinfónica Berlín. ParLopho- Kóth, P. Kuen, I. Gerhein. C O. Fi!. Viena, 1959 Decca.
Sinfonía n." 4 nRomántica» ne (78>.
Fil. Viena. 1957. Decca. (misma versión) O Fil. Vie- Sinfonía n " 94 «Sorpresa- y O. Opera Estado Baviera, •.uhengrin
Concierto para piano y or- na. 1955. Decca. I95Í. CM • GS.A. (•).
questa n." 5 "Emperador-, p. O. Fil. Berlín. 1950, Longane- Intermezzo (escena del vals). Preludio del neto I O. Tonha-
Sinfonía n." 4 «Romántica» si. (•). O. Opeía Estado Berlín. Par- llc Zunch, 1948. Decca (78).
Badura-Skoda. O. Radio (misma versión). O. Fil. Vie-
Hamburgo. 1960. 1G1 ( +CD}. na. 1955. Decca. Sinfonía n." 100 «Militar». O. lophone (7B>. Preludio del acto II. O. Fil.
Opera Estado Berlín. Odcón Salomé (danza de los siete ve- Munich. 1959. Weslminsler.
C). Sinfonía n.n 4 nRomántica» (78).
Fidelio. Obertura "Leonora (misma versión). O. Fil. Vie- los). O. Opera Estado Berlin. Preludio de! acto III. O. Fil.
n. "3-, O. Fil. Viena, Salzbur- na, 1964. CM - G.S.A. (•). HOFFMANN Parlophone (78). Londres. 1952. Decca
go, 1938. Melodram (•>. ¿Ukimo concierto en Viena? Einsam m truben Tagen. K.
Fidelio (ópera completa con Sinfonía n." J (versión de Ondina (obertura). O. Sinfó- TCHAIKOVSKY Flagstad. O. Fil. Viena. 1957,
oberturas Fidelio y Leonora IR94. revisión de Schalk). O. nica Berlín. Odéon (78). Cascanueces (suite). O. Fil. Decca.
n." 3. S. Jurinac, J. Peerce. F¡¡. Viena, 1956. Decca. Viena. 1959. Decca.
LISZT I.os naesiros canlortt de
M. Stader. G. Neidlinger. O. Sinfonía n." 5 (misma ver- Nnremberg
y C. Opera E&lado Baviera, sión). O. Fil. Munich. 1959. Los Preludios. O. fil. Berlín. WEBKR
1963. Wesiminsler. Memento Música. (*)- HMV (78). Reedición en ál- Euryanthe (obertura). O. Ra- Opera completa. P. Schóffler,
Sinfonía n." 7. O. Fil. Viena, bum conmemorativo del cen- dio Colonia, 1962. [GI. ("). O. Edelmann, K. Donch. A.
BRAHMS Salzburgo. 1949. Melodram tenario de la citada orquesta. Invitación al vals (orquesta- Poell, G. Treptow. A Dermo-
Sinfonía n." i. O. Estado ( + CD). C). Mazeppa. O. desconocida. ción Berlio/). O. Fil. Berlín. ta. H. Güdcn, E. Schurhoff.
Polydor (78). HMV (78). H. Proglhof. O.Fil. Viena.C.
Dresde, I%1 (?). Rococó. (•). Sinfonía n." 7. O. Radio Opera Nacional Viena, 1950/
Sinfonía n.n 2. O. Suisse Ro- Hamburgo. CM - G.S.A. (*). MOZART Invitación al vals (orquesta- 51. Decca.
mande. 1946. Decca (78). Sinfonía n.° fi (versión de ción fk-rhoz). O. Fil. Viena,
Opera completa. O. Edel-
Sinfonía t.° 2. O. Fil. Berlín, 1892, revisión de Oberleilh- Sinfonía n." 39. O. Opera Es- 1958. Decca. mann, K. Bdhme. H. Pflanzl,
1944. IG1. (*). ner|. O. Kil. Munich, 1955 tado Berlin. Odeón (78).
W0I.F W. Faulhaber, H. Hopf, G.
Sinfonía n." 2. O. Fi3. Mu- CM - Archivos Radio Baviera. Danzas K.S09/560. O. Opera Unger. L. della Casa. I. Ma-
nich, 1952. !GI. ('). (•). Está anunciada su edición Estado Berlín. Odeon (78). Serénala italiana. O. Fil. Ber- laniuk, G. Neidlinger. O y C.
Sinfonía n "J. O. Fil. Berlín, por Music and Arts (CD). Concierto para clarinete y or- lín. 1952. IGI, (•). Festival Bayreuth 1952. Melo-
1943. IGI. ( + CD). (•)• Sinfonía n." 8 (misma ver- questa en La mayor K. 622. A dram. (*).
sión). O. Fil. Viena, 1961. IGI. Birkner. O. Fil. Berlín. 1952. II sección
Sinfonía n.' 3. O. Fi!. Berlín, Opera completa J. Greindl,
1955. CM - Archivos Radio I-I. Melodram. (•). KOMZAK
Th, Adam, K. Schmitl-Waller,
Baviera. <•). Sinfonía n." 8 (misma ver- Concierto para clarinete y or- Bad'ner Mad'ln vals. O. Fil. L. Weber. W Windgassen, G.
Sinfonía n." 3. O. Fil. Viena, sión). O. Fil. Viena. 1963. CM questa en La mayor K. 622. A. Munich, 1955. CM - Archivos Slolze. E. Grümmer, E. Schar-
- G.S.A. (•). Birkner, O. Fil. Berlín. 1956. Radio Baviera. ("). [el, D. Bell. O. y C. Festival
Salzburgo 1955. CM - G.S.A.
(')- Sinfonía n." 8 (misma ver- Longanesi. Bad'ner Mad'ln vals. O. Fil. Bayreuth 1960. Melodram.
Viena, 1958. Decca. <•>-
Sinfonía n. J 4. O. Radio Co- sión). O. Fil. Munich. 1963.
NICOLAT
lonia. 1953. 1G1. (•)• Westminster/CBS. (+ CD). Preludio del acio. I O. Fil.
Sinfonía n. " 9 (revisión Lowe). I.a¡ alegres comadres de LACHNER, J. Berlin. 1928. DGG. (78). Exis-
Concierto para piano y or-
quesla n." !. C. Curzon. O. O. Fil. Berlín, 1950. Melo- Windsor (obertura). O. Fil. Schonbrunnen. O. Fil. Mu- te reedición en LP.
Fil. Viena, 1957. Decca. diam. Longanesi ( + CD). (•). Viena, 1958. Decca. nich. 1955. CM - Archivos Ra- Preludio del acto. I. O. Suisse
Obertura para un Festival Sinfonía n." 9 (misma ver- dio Baviera. ('). Romande, Ginebra. 1948.
sión). O. S. Estado Baviera. PFITZNF.R Decca. OS).
Académico. O. Fil. Viena.
1958 (?). Decca. 1959. Seven Seas. (•). Paleslnna (preludio del Acto STRAUSS. J. (padre! Preludio del acto 1. O. Fil.
Obertura Trágica. O. Fil. Vie- Sinfonía n." 9 (misma ver- l¡. O. Fil. Berlín. HMV (78). Marcha Radetijtv. O. Fil. Vie- Viena, 1956. Decca.
na. 1958 <?). Decca. sión). O. F. Berlín u O.F.Mu- na. 1958. Decca. Preludio del acto I. O. Opera
nich. Suite (CD) (•>. SCHUBERT Esiado Berlín, 1959. IGI (•).
Variaciones sobre un tema de
Preludio del acto I. O. Fil.
Hayan. O. Fil. Viena, 1958 Nol»: El registro FoniL Ce- Sinfonía n." 8 "Inacabada". STRAUSS, j . (hijo) Munich, 1959. Westminsler.
(?). Decca. Ira de la Sinfonía n." 8 (ver- O. Fil Berlín. 1950. Melo- Aceleraciones. O. Fil. Viena. Preludio del acto I. O. Radio
Rapsodia para contralto, curo sión de 1892, revisión de dram. (*). 1958. Decca. Hamburío, 1963. IGI < +CD).
Oberleithner) editado con el Marcha Militar (arreglo (?)).
•• orquesta. L. Wty. O Fil n." 17 de la Edición Furtwan- O Fil. Munich. 1955. CM Cuentos de los bosques de Vie- C).
Viena, 1958 (?). Decca. gler, O. Fil Viena, 1954. (•). Archivo Radio Baviera. (*). na. O. Hl. Viena. 1958. Dnxa. Preludio del acto III. O. Fil.
BRL'CKNER ha sido airibuido a veces a Marcha Militar (arreglo Wc- Leithtes Blut Polka. O. Fil. Berlín, 192B DGG (78). Exis-
Knappertsbusch. por razón de ninger). O. Fil. Viena, 1958. Viena. 1958. Decca. te reedición en LP.
Sinfonía n." 3. (versión de la versión utilizada. En mi opi- Decca. Marcha egipcia. O. Fil. Mu- Preludio del acto III. O. Ope-
1889-90. revisada por Sitialk- nión, cada palo debe aguantar nich. 1955. CM - Archivos Ra- ra Estado Baviera. Archivo
Lowe). O. Fil. Viena. 1954. su vela: es de Furlwangler. STRAUSS, R. dio Baviera. (*1. Sonoro Crundhaber. Munich.
Decca. (+ CD). Don Juan. O. Conservatorio PokadeAna. O. Fil. Munich. C>-
Sinfonía n. " 3. (misma ver- GLIMKA París. 1956. Decca. 1955. CM • Archivos Radio Preludio del acto III. Dunai de
sión). O. Radio Baviera, 1954. Russlan y Ludrnila (obcriura). Muerte y transfiguración. O. Baviera. (•). los aprendices, Morena de las
CD - Music and Ain (*). (1 Opera Estado Berlín. Par- Conservatorio París, 1956. Polca de Ana. O. Fil. Viena, corporaciones. O. Fil. Lon-
Sinfonía n. " 3. (misma ver- lophone (78). Decca. 1958. Dccc». dres, 1948. Decca.

Scherzo 91
DOSIER

Preludio del aclo 111. O. Ra- Tercer ocio comíselo H Rein- Entrada de los invitados. O. A. Vainay. W. Windgassen. Cabalgata de las waliiyrias. O.
dio Ham burgo, 1963. [G] mar, L. Weber. C. Hanmann. Fil. Berlín, 1928. DGG (78). H. Holter. J. Greindl, H. Uh- Fil. Berlín. 1928. DGG (78).
( + C D ) . C). U. Lárcén. O. > C. Opera Es- Dich, teure Halle. O. Torrha- de. G. Brouuenstijn y J. Ma- Existe reedición en LP.
Danza de los aprendices. O. tado Berlín. 1Í43. (•). Un !lc Zurich. 1948. María Rei- deira, Existe edición Cabalgata de las KSlkyrias. O.
Fil. Berlín. 1928. DGG (78). fragmento —Mein Valer! ning. Decca. Melodram de La Walkyria y Fil. Viena. 1956. Decca.
Existe reedición en LP. Nochgesegn eler der Helden— A Itmacht 'ge Jun&frou. M. El ocaso de los dioses; El oro Der Manner Sippe- K. Flags-
ü'as duftet doch der Flteder. csia editado lambién en BASF, del Rm y Sigfrtdo sólo han cir- tad. O. Fil. Viena, 1957.
Reimng. O. Tonhalle Zurich, culado hasta ahora en CM • Decca.
Th. Schddl. O. Fil. Betlin, 100 anos de Bayreulh 1948. Decca.
Preludio del acto I. O. Opera G.S.A C).
1928. DGG (781. Reeditado en fnbrunsr im Harten. M. Lo- Du bi.u der Lenz. K. Hagsiad.
LV (recital Theodot Scheidll. Alemana Btrlin. 1943. Acau- renz. O. Fil. Viena, 194! Elec- Festivalde Bayreulh 1957. H O. Fil Vieiu. 1957. Decca.
Was dufiet doch der Flieder. la. (*). trola (78). Existe reedición en Houer, G. von Milinkovic. L. Leb'wohl, du kuhnes, herrii-
G. London. O . Fil. Viena. Preludio del aclo I. O. Fil. LP. Suthaus. G. Neidlinger. P. ches Kind. G London. O. Fil.
1959. Decca. Viena. 1U53. Decca. Kuen, A. van Mili, J. Greindl. Viena. 1959. Decca. ( + CD).
Preludio del aclo !. O. Fil. M von llosvay. R. Vinay, B.
üut'n Abend Meisler. P. Nilsson, J. Greindl, A. Var-
Schoffler, M. Keining. O. Munich, 1959. Weslmmster. Tríslán r Isolda
Música de la transformación. nay. B. Aldenhoff/W. Wind-
TonhalleZurich, 1948. Decca. Opera completa. G. Treplow, gassen, H. Hoiier, J. Greindl, Dass der mein Valer nichl ist.
Wahnl Wahn.'G. London. O. O. Fil. Berlín, 1928. DGG H. Braun, M. Klosc, P. Schof- H. Uhde, E. Grummcr y M F. Lechleitner. O. Fil. Viena,
Fil. Viena, 1959 Decca. (781. Eiiste reedición en LP.fler. F. Franlz. O. y C Opera von llosvay. Estro Armónico. 1950. Decca
Hal man mil dem Schuhwerk. Músico de lo transjormorton.Estado Batiera, 1950.1GL (•). Cetra. Documents, Melodram
P. Schóffleí, M. Reining, O. O. Fil. Viena, 1953. Decca. Preludio del aclo t y muerle de (en esta edición Sigfrido fue t i ocaso de lo* dioses
Tonhalle Zurich. I94S. Decca. Das U'eihgefas-ses golilicheramor. O. Fil. Munich. 1959. lomado el 16.8.57; en lat Opera completa. B Nilsson,
Gehall. Th. Scheidl. O. Fil. WesEminsler. otras, el 29.7.37). ( + CD)(*). B Aldenhoff. G. Frick. O.
Panifal Berlín, I92S. DGG. 678). Ree- Sigfrido fue tomado el Krauss, H. Uhde, L. Rysanek,
Preludia del ario I y muer/e de
Opera completa G. London. ditado en IV (recital Thcodoramor. O. Opera Estado Berlín, 16-8-57; en las otras, el I. Malaniuk. M. Schech. O.
A. van Mili. 1. Weber, W. Scheidi). 1959. IG1. (•). 29-7-57). t + CD) (•). Radio Baviera. C. Opera Esta-
Windgassen. H. Lhdc. M Escena de las muchachas-flor. Festival de Bayreuth I95S. H. do Baviera, 1955. Melodram.
Preludio del acto I y muerte de Hotter, R. Gorr, F. Uhl, F.
Modl. O. y C. Festival Bay- G.Trepio*. O. Fil. Viena. C. amor. O. Radio Hamburgo.
reuih 1951. Decca. <•]. Andersson, G. Stolze, Th.
Opera Nacional Vtena. 1950. l%3. 1G1. ( + CD) (•). Adam, J. Greindl, M. von ülarke Scheile schichiel mir
Opera completa. D. Fischer- Decca Preludio del aero I y muerle de don. Ch. Ludwig. O. Radio
Dieskau. H. Hotier, J. Llosvay. J. Vickers, L. Rysa-
Ich sahdos huid. K. Hagslad. Isolda. B. Nilsson. O. Fil. Vie- nek, J. Greindl. A. Varnay, Hamburgo, 1963. IG1 ( + CD).
Greindl, R. Vinay. T. Blan- O. Fil. Viena, 1957. Decca
ktnheim. M. Módl. O. y C. na. 1959. Decca ( t C D ) . W. Windgassen, H. Hotter. J.
(+ CD). Preludio del aclo III. O Esta- Greindl, O. Wiener, E. Grúm- Introducción y viaje de Sigfrt-
Festival Bavieuth 1951. Celra.
O- do Prusia, 1943. Archivo So- mer y M. von llosvay. Melo- do por el Rin. O. Fil. Viena.
Rienzi noro Grundheber, Munich. dram. (•). 1942. Electrola (78).
Opero completa. E. Waechiei. Obenuia O Fil. Viena, 1940. (*>- introducción y viaje de Sigfn-
J. Greindl, i Hiñes, H. Bei- fcleclrola (78). ftehl, ach weh! Dtes zu dul- Ñola: Decca recogió com- do por el Rm. O. Fil. Viena.
rer, T. Blankenheún, R. Cres- Obertura. O. Fil. Londres. den. B. Nilsson, G. Hoff- pleto el ciclo del Festival de 1958. Decca( + CD).
pin. O. y C. Festival Bayreulh mann. O. Fil. Viena. 1959. 1951, a excepción de Sigfndo, Introducción y viaje de Sigfri-
1958. Melodiam. (•]. 194S. DeCLa.
Obertura. O. Fil Viena. 1950. Decca . por fallo técnico. EM1 impidió do por el Rin, O. Opera Esta-
Opera completa. Th. Ste*art. la publicación de El ocaso de do Berlín. 1959. IO1. ('>•
D. Ward. J. Greindl, H. Bei- Decca.
los dwses. Marcha fúnebre. O. Fil. Vie-
rer. G. Neidlingcr, R. Crespin Obertura. O. Fif. Munich. £1 Anilla d>l Nlheluitgo
na, 1958 Decca ( t C D ) .
O. y C. Festival Bayreulh 1959. Vvestminster.
Ciclos completo-,. Se dan los Obras aislad!» Marcha fúnebre. O. Opera Es-
1960. Melodram. ("). intérpretes de Wotan, Fricka. lado Berlín, 1959. 1G1. (*).
Opero completa. G. London, Loge, Alberich, Mime. Fasolt. El oro del Rin. Hut»o un pro- idilio de Sigfrido. O. Fil. Vic-
M. Talveia. H Hotler, J. Obertura. O. Fil. Munich. Fafncr, Erda. Siegmund, Sie- yecto para grabar en 1955, pa- i a . 1949 (Salzburgo). Melo-
Tilomas. G. Neidhnger, I. Da- 1959 Wesiminster. glinde, Huniling, Briinnhilde, ra Capítol, la Entrada de los dram (').
lis, O. y C. Festival Bayreulh Obertura y Bacanal del Venus- Siegfried. Wanderer. Hagen, dioses en el Walhall, no reali-
1962. Philips. (•). berg. O. Fil. Londres, 1948. Gunther, Gulrunc y Wal- zado. No se conocen grabacio- Idilio de Sigfrido. O. Fil. Vie-
Decca. (78). traule. nes de fragmentos de esta obra na, 1956. Decca.
Opera completa. Th. Stewari, por Kna. Idilio de Sigfrido. O. Fil. Mu-
H. Hagenau, H Houcr. i. Obertura y Bacanal del Vtnus- Festival de Bayreulh 1956 H.
nich. 1959. Weslmínslei.
Vickers. G. Neidlinger. B. herg. O. Fil. Viena, 1956. Holter. G. Von Milinkovic. L.
Wesendonk-Lieder. K. Flags-
Ericson. O >C Festival Bay- Decca. Suthaus. G. Neidlinger, P. La Walkjria tad. O . Fil. Viena. 1956
reuth 1964. Melodram. (•) Ul- Hocanoldel Venusberg. O. Fil. Kuen. J. Greindl. A. van Mili. Acto /compíelo, k. Ftagsiad.
tima actuación de Kna. Decca .
Berlín, 1928. DGG |78). Exis- J. Madeiía. W. Windgasíen. S. Svanholm, A. van Mili,
(13.8.1964). te reedición en LP. G. Brouwenstijn, J. Greindl, 1957. Decca. A.F.M.

the aeg.s 3t the European Corrimunity

PHILIPPE HERREWEGHE
ANNOUNCES THE OTATION OF
THE EUROPEAN VOCAL ENSEMBLE Sous i'égide aes Communautés Européennes

12 young European professional singers


Repertoire: Renaissance Polyphonv PHILIPPE HERREWEGHE
1988/9 season: LASSUS, VICTORIA, GESUALDO CONSTITUE
Annual Programme L'ENSEMBLE VOCAL EUROPÉEN
11nternational Symposium, 2 Records, 3 Concert Tours
ENQUIRIES.'AUDITIONS
12 jeunes chanteurs professionnels européens
Enssmr* i'ooal Europeen . S> rus Berget. ! 75001 PAR6 Repertoire : Polyphonie de la tenaíssance
ApDlicatifxis lor on auaiiion shouia inciiííe a aefaiied C V Saison 88/89 . LASSUS. VITORIA. GESUALDO
aemonslrating eitensiue eipeie^ce ot Earlv Mtsic
Chaqué année : 1 colloque, 2 disques, 3 tournées

RENSEIGNEMENTSi'AUDITIONS
Ensemble '.'ocal íuopéer : 47. fue Be'get.' 75001 PAlíS
Pour les autJnioní mera (Je pndie ur. C V
JUSMKJN d'jne bonw eipétience de Tisiqus anoenr*

92 Seherzo
ltimamente los coleccio- B/90169) que pretende tener a Miles
nistas no damos abasto, Davis como solista en lodos los lemas,

Ú y nueslra endeble econo-


mía corre grave peligro.
El mercado, en otras
épocas tan desolador, se ha llenado de
novedades discográficas que se impor-
cinco en total que resultan no tener na-
da que ver con el famoso trompetista
que aparece en la portada con una re-
pelente foto del principio de los anos
ochenta. El disco contiene tres graba-
tan en cantidades industriales. El dinero ciones del quinteto que dirigían el trom-
que antes gastábamos en viajes y en pe- petista Donald Byrd y el saxo barítono
didos al extranjero, desaparece ahora Pepper Adams hace veinticinco años,
en manos de cajeras de pocas sonrisas más dos de Charlie Parker realizadas
y nulos conocimientos en materia mu- para el sello Dial en la posguerra, pie-
sical. Pero no necesitamos ayuda ni zas estas últimas que aparecen en do-
amabilidad en nuestros solitarios pa- cenas de discos, la mayoría de ellos
seos por las tiendas donde cada día en- perteneciendo a sellos altamente sospe-
contramos cosas que nos llaman la chosos —como el mencionado—, que
atención y despiertan nuestra curiosi- además, en su miserable coniraporta-
dad. ¿Podremos, al fin, llenar los tris- da, promete la presencia del saxofonis-
tes huecos en nuestras respectivas ta Gerry Mulligan. Otra estafa más...
colecciones y acercarnos a esta visión Líbrenos Dios de tener amigos en la
total del universo que nos (iene apre- policía alemana, pero sí los tuviéramos
sados? les sugeriríamos dirigirse al número 120
Si este repentino y tan estimulante de Weidestrasse en Hamburgo, donde
cambio en las costumbres se debe a la el distribuidor de esta triste y fraudu-
entrada en este país en la Comunidad lenta mercancía tiene su domicilio. '
Europea, entonces elogiado sea el acon- Y aún falta otra perla recién halla-
tecimiento, aunque lo decimos con re- da: el álbum Swingin' Sax, de Lester
traso y, lo confesamos, con cierta Young, que edita una compañía llama-
alarma... da Manhattan Records (5035), siendo
Ingenuamente creíamos poseer la ca- mensiones de galimatías cuando descu- el distribuidor Presiden! Records, Lon-
si totalidad de las grabaciones de los brimos que el resto del contenido no don (sin más señas). El disco, de aspec-
grandes maestros, o por lo menos do- guarda ni la más remota relación con to decente y de discreta presentación,
minar sus obras hasta tal punió que sa- el genial saxo alto, sino que consiste en cumple con lo prometido en su cara A,
bíamos con dolorosa exactitud las un material oscuro donde creemos re- que incluye cuatro temas grabados por
pocas piezas que aún nos faltaban. Y, conocer otros saxofonistas, tales como el histórico saxofonista en un club don-
de pronto, surgen discos misteriosos cu- Ysef Lattef, Gene Ammons, Dexter de la clientela cubre la música con su
ya existencia no consta ni en los más Gordon, Pepper Adams y, quizá, Way- ruido infernal. Buena muestra de las la-
fiables libros especializados, títulos que ne Shoner. mentables condiciones que los jazzmen
ignorábamos por completo y que nos La misma absurda mezcla se encuen- tienen que soportar en su trabajo dia-
dejan perplejos. Descubrir obras inédi- tra en otras ediciones que producirán rio, pero realmente ¿qué falta hacía este
tas de un Charlie Parker a los treinta inevitablemente confusión entre aque- disco pirata? La cara B ostenta otros
y tres años de su muerte podría pare- llos principiantes y no iniciados que tie- cuatro títulos que nada tienen que ver
cer un sueño, pero es más bien una pe- nen la mala suene de caer en la tenta- con Lester Young. Parecen datar de
sadilla para cualquier aficionado que ción de adquirir estas falsificaciones. una sesión desconocida de un trompe-
hasta la fecha se sienta seguro conoce- Un sello alemán que se llama Tobacco tista que creemos poder identificar co-
dor de la materia. Ofende su amor pro- Road (¡!) ha lanzado una serie con el mo BookerLittle (1938-61) en la última
pio y le hace vacilar. Allí está este Bird pomposo nombre American Jazz A fase de su breve carrera, pero aquí tam-
Song editado por Movieplay Portugue- Bines History. El volumen 173 está de- bién se trata de un blindfold lest, del
sa en una colección titulada Yes lo jazz dicado al inolvidable contrabajista cual no saldremos probablemente
Isic) —10053— con una docena de te- Charles Mingus que, sin embargo, no nunca.
mas desconocidos. ¿Qué tratamiento le interviene en más que uno de los seis Como se ve, no es oro todo lo que
dará el maestro revolucionario a la vie- temas. En ninguna parte consta que to- brilla en las tiendas españolas que, en
ja canción ¡t's A Sin To Teil a Lie? do el material proviene de la serie su inmensa mayoría, son llevadas por
¿Qué se ocultará detrás de temas como Who 's Who in Jazz que el vibrafonis- gente inexperta que suele importar lo
Inside Out, Blue Lamen I o Puré De- ta Lionel Hampton grabó a loda prisa que sea, ya que el jazz, según se dice,
lighl? La respuesta nos espera en casa en el otoño de 1977, figurando él mis- está de moda. El aficionado es la pri-
donde la frustración alcanza límites in- mo como mediocre protagonista en casi mera víctima de esta deprimente falta
descriptibles porque nos han dado ga- todas las grabaciones. de criterio y debe rehuir estos escanda-
to por liebre. Resulta que el disco tiene Ya sabíamos que los italianos son losos engaños contra los cuales no sir-
muy poco que ver con Parker, a quien campeones en lanzar discos piratas y ve desgraciadamente ningún defensor
sólo se puede atribuir una escasa cuar- pésimamente documentados. Parece ser del pueblo. Y ¿qué decir de los propios
ta parte. Bird's Nest y Yardbird Suile, que ciertos almacenes intentan ahora músicos que son constantemente explo-
éste último en dos versiones que en la batir los récords establecidos cometien- tados, manipulados y traicionados por
contra portada se llaman otra cosa muy do fraudes casi inimaginables como és- gente sin escrúpulos? ;Los pobres!
distinta, Bird Song y Cool Bird. Es de- te. Otro ejemplo es un horroroso LP
cir, un auténtico disparate que toma di- titulado Yardbird Suite (Happy Bird Ebbe Traberg

Scherzo 93
LA EDUCACIÓN MUSICAL EN ESPAÑA

La confabulación de los elementos


a música en España sufre un respetables. Nadie negará que es mu- se, y que además se ve desplazada por

L problema de orden meieoro-


lógico. La luminosidad me-
diterránea de nuestras tierras
es un factor nada desdeñable
a la hora de favorecer unas actividades
culturales y artísticas en detrimento de
otras. Entre las primeras se encuentran
cho más homogénea y concreta en
cuanto a contenidos y objetivos didác-
licos, el área de matemáticas e incluso
la de ciencias sociales, cuyo perfil y pro-
yección están mucho más definidos y
son más verosímiles, al menos sobre el
papel.
la preeminencia de unos contenidos teó-
ricos y recargados.

La paradoja universitaria

el humanismo y las artes visuales, y en-


tre las segundas la música y el espíritu
científico, que, como bien se sabe, se
En la enseñanza media, la música
aparece sólo en el primer curso como
una asignatura de historia. Esta asig-
F inalmente, en la Universidad la mú-
sica sólo aparece circunstancial-
mente como una actividad de extensión
corresponden con las sociedades del natura significa poco o nada para unos cultural. Recieniemenie se ha publica-
norte antes que con las del sur. La mú- adolescentes ajenos y muchas veces re- do la propuesta para la creación de una
sica occidental es en todas sus facetas, beldes hacía una manifestación artísti- licenciatura de musicología, que con-
desde su génesis hasta su ejecución, un ca que es emblema de ciertas capas siste en una carrera de segundo ciclo
arte de interiores bien resguardados y sociales con las que no se identifican en con una duración de dos años. El per-
confortables. A nadie se le escapa que
mientras que muchos de los grandes
músicos han surgido de la cultura ger-
mana, los maestros de la pintura per-
tenecen al mundo latino. Trascendien-
do el asunto de los incontrolables ele-
mentos, podemos incluso llegar a esta-
blecer que el problema de la música en
España es astronómico. A esta misma
conclusión ya llegaron los antiguos ha-
ce muchos siglos.
En el centro de lodos los males se en-
cuentra el factor clave de la educación
musical, ruinosa y totalmente abando-
nada por nuestra desidia musical. Se
produce un ciclo infausto, y sobre la
educación musical, ya haya sido causa
o consecuencia de nuestro desastroso
pasado musical, recae la grave respon-
sabilidad de no garantizar un futuro
distinto, y, como tal, sin duda mucho
mejor.
La música ocupa en la actualidad un
lugar protocolario en los niveles de la
enseñanza reglada. Esto es mejor que
£/ Conservatorio de Madrid durante la protesta del mes de diciembre pasado.
nada, pero, de momento, no tiene nin-
guna consecuencia en la práctica y el te- absoluto. Si no fueron motivados con fil de estas enseñanzas aparece poco de-
ma está aún por desarrollar. En la anterioridad. es sumamente difícil que finido en el proyecto, pues pretende
escuela no ha llegado a implantarse por en esta precisa fase vital puedan serlo. abarcar un campo de capacitación pro-
la falta de preparación y cultura musi- Además existe en esta asignatura un fesional que va desde la pedagogía has-
cal del propio profesorado (¡Oh, ele- problema fundamental de espacio, l a ta la investigación, pasando por la
mentos funestos!). La más elemental música es un arte que se manifiesta en crítica y naturalmente la docencia. El
práctica del canto con una mínima in- el tiempo y que requiere, tamo para ha- perfil del alumnado que acceda a esta
tención artística y musical, tan habitual cerse como para degustarse, una con- especialidad tampoco es claro. Si en vez
y doméstica en los países del norte, si- siderable inversión de horas acumu- de una disciplina musical se tratara de
gue siendo para nosotros un hecho ladas por una experiencia dilatada a una especialidad de filología, no deja-
anormal e infrecuente. El canto se re- través de una disciplina progresivamen- ría de sorprendernos enormemente que
laciona fundamentalmente con especia- te educada. Empleando la terminolo- a ella accedieran personas sin un gra-
listas profesionales o con los momentos gía de Willems, podemos decir que esta do mínimo de alfabetización. Así, en
de euforia etílica o marcial. asignatura está abocada al fracaso, por- el mencionado proyecto aparece para-
Por otro lado, la música aparece en que carece de una base psicológica pre- dójicamente una asignatura como pa-
los programas como una disciplina del via que motive al estudiante hacia la leografía musical a la vez que otra de
área de educación artística, en la que reflexión a partir de una experiencia an- lectura y escritura musical. Sin embar-
se agrupan las materias más originales, terior asumida como propia, que en es- go, no cabe ninguna duda de que !a
dispares, heterogéneas y, a veces pos- te punto ya no encuentra psicológica ni musicología, que desde hace más de
modernas, aunque no por ello menos materialmente espacio para desarrollar- veinte años se imparte en los conserva-

94 Scher/.o
LA EDUCACIÓN MUSICAL EN ESPAÑA

torios, ha de convertirse en una ense- prioriiarias personales, de acuerdo al escaso, que producen los conservato-
ñanza universitaria. tiempo libre que sus estudios serios les rios, es cada vez menor y más insufi-
Con este triste panorama, la ense- deja. Es raro encontrar en los conser- ciente para cubrir la demanda creciente
ñanza musical por excelencia queda re- vatorios, aunque cada vez menos, es- de profesionales para las escuelas, los
legada en nuestro pais a los oscuros tudiantes que se dediquen como carrera conservatorios, las orquestas y agrupa-
conservatorios. En ellos los escolares principal y exclusiva a la música; el fra- ciones musicales, los centros culturales
pueden recibir una formación musical caso escolar alcanza a un cuarenta por y otros. El índice de abandonos sube.
sacrificando casi todo su tiempo libre, ciento, y el abandono es superior al no- El problema, desde las movilizacio-
si es que consiguen matricularse salvan- venta por ciento. nes que en diciembre pasado hubo en
do todas las trabas burocráticas que fil- los conservatorios, ya tiene una dimen-
tran de manera restrictiva la gran sión política. La sociedad y los medios
demanda que hay. Las enseñanzas que La urgencia de un espacio social de comunicación empiezan a sensibili-
se imparten en los Conservatorios su- zarse y a preocuparse por esta grave ca-
fren atávicos males estructurales y aca- rencia. Hasta los propios conserva-
démicos derivados de una desastrosa y
degenerada ordenación. Como carecen
de una articulación en niveles educati-
E l caos estructural y ei bajo rendi-
miento académico hace que la ren-
tabilidad social de estos estudios sea nu-
torios, que han sido tradicionalmente
un sector reaccionario y pasivo, ya han
agotado su santa paciencia. Sin embar-
vos bien definidos, con objetivos y con- la y totalmente insuficiente para curar go, nuestros gobernantes aún no han
tenidos propios, y dada la inopia del la indigencia musical del pais. Las du- asumido la magnitud del problema y la
resto de nuestro panorama musical, es- ras restricciones en el acceso a la for- parte de responsabilidad que les toca.
tos estudios absorben necesariámenle y mación musical elemental limitan de Son víctimas de su propia ignorancia
de forma indiscriminada todo lo que manera decisiva la cantera de los futu- y del buen tiempo, y las escasas medi-
pueden de la creciente demanda de edu- ros profesionales y discriminan injus- das que han dictado en relación a esta
cación musical, a pesar de las estríelas tamente a grandes sectores sociales. Al grave cuestión han sido hasta hoy su-
normas selectivas que año a año se en- crecer la demanda, se han aumentado mamente desafortunadas y contradic-
durecen arbitrariamente. Ello, unido al iremendamente las restricciones y la so- torias. La enseñanza musical todavía
bajo rendimiento de los escolares, pa- brecarga escolar en un falaz intento de no ha encontrado su sitio en nuestra so-
ra quienes estos estudios son una sobre- profesionalizar la enseñanza musical ciedad y sigue siendo una tierra aban-
carga de su actividad escolar, ha que se imparte a niños de ocho años. donada y de nadie. Ya es hora de que
conducido a una situación degenerati- Es un hecho comprobado que la difi- la música se incluya con igualdad y con
va en la que las carreras duran entre cultad de los estudios de los conserva- una seriedad ilustrada y desprovista de
diez y dieciséis artos y carecen de un torios crece constantemente en una mitos románticos en la gran reforma
plan de estudios que agrupe las asigna- aspiración vana de subir la calidad de que actualmente se está desarrollando
turas en cursos integrales, para que así la enseñanza. El resultado no está sien- en todos los niveles de la enseñanza.
los estudiantes puedan acomodar sus do el apetecido, sino totalmente con-
lecciones de música a sus necesidades trario. El número de titulados, siempre Víctor Pliego de Andrés

Orquesta Sinfónica
V Coro de RTVE MARZO
PROGRAMA 17 Jueves 3, Viernes 4 PROGRAMA 19 Jueves 17, Viernes 18 |
Director Director
Paul Capolongo Jacques Mercier
C. HALFFTER: Tiento de Primer Tono y Batalla Im- BERLIOZ: El Rey Lear, op. 4.
perial. SCHUMANN: Concierto para violonchelo y orquesta
SCHUMANN: Concierto para piano y orquesta en La en La menor, op. 129.
menor, op. 54. Solista: Gary Hoffman (violonchelo)
Solista: Joaquín Achúcarro (piano). MENDELSSOHN: Sinfonía núm. 3 en La menor, op. 56.
SCHUMANN: Sinfonía núm. 1 en Si bemol mayor,
op. 38.

PROGRAMA 18 Jueves 10, Viernes 11 PROGRAMA 20 Jueves 24, Viernes 25


Director Director
Alexander Myrat Pinchas Steinberg
RACHMANINOV: Concierto para piano y orquesta núm.
2 en Do menor, op. 18 VERDI: Misa de Réquiem,
Solista: Rowena Arrieta (piano) Solistas: Apríle Millo (soprano)
BACARISSE: Tres movimientos concertantes para María Luisa Nave (mezzosoprano)
violín, viola, violonchelo y orquesta. Mihai Zamfir (tenor)
R. STRAUSS: Las Travesuras de Till Eulenspiegel, Vladimir de Kanel (bajo)
op. 28. Coro de RTVE

Scherzo 95
ALTA FIDELIDAD

La caja acústica Spendor SP-1


aja acústica o caja de mú- do alusivo a cajas acústicas rayanas en piedades y virtudes ya conocía gracias

C sica? Tal vez y de una for-


ma metafórica conviniese
en esie caso emplear el se-
gundo de los términos; des-
pués se verá por qué.
Si me preguntan por un número uno
en materia de sistemas de altavoces in-
la perfección. El trabajo de Hughes en
la BBC fue amplísimo; entre oirás co-
sas es el creador de la caja LS3/5A de
universal renombre y de los basamen-
tos del modelo BC/1 que fue gestado
ya en la última fase de la permanencia
de Hughes en la emisora. De hecho es-
a una inolvidable sesión de escucha que
me facilitó esa Institución de la vida
musical londinense que se llama Tho-
mas Heinitz. La ilusión no pudo reali-
zarse gracias a mi innata torpeza para
el trato con aduaneros, con lo que el
proyecto BC/I se fue diluyendo en el
dudablemente no podría dar respues- le diseño significa el nacimiento de recuerdo hasia que hacia 1978 los pro-
ta; creo sinceramente que nadie podría Spendor como firma que muy pronto ductos Spendor comenzaron a ser im-
de un modo totalmente objetivo defi- alcanzó renombre mundial, sobre todo portados en España gracias a la
nirse sobre una cuestión ian compleja. por su total aceptación en medios pro- iniciativa de una firma de Madrid de
Habría en todo caso que manejar com- fesionales, emisoras y estudios de gra- nombre Esindus, S.A. Ya con el mate-
ponentes de referencia, establecer com- ria! en España tuve la ocasión de reali-
bación fundamentalmente. Dentro del zar bastantes audiciones de los diversos
paraciones, experimentar con acústicas campo de los audiófilos y aficionados
diversas y con electrónicas y no llega- modelos de la firma y un reportaje re-
ría fácilmente a acuerdos claros. Ha- lativamente amplio sobre la caja
blando de cimas en la materia podría- BC/HI, por enionces el modelo tope de
mos citar el sistema Infinity Referen- Spendor, que fue publicado en 1980
ce, los Apogee Diva, el sistema HQD por la revista RITMO.
de Mark Levinson, la caja Rogers Ac-
tiva, el sistema WAMM de Dave Wil- Después, hacia 1982 si no recuerdo
son o alguna que otra golosina por el mal, Esindus suspendió sus actividades
estilo. importadoras de material fino de soni-
do y el mercado español se quedó de
Si me preguntan en cambio cuál es nuevo huérfano de las cajas Spendor y,
a mi juicio el lugar del mundo donde a decir verdad, se ha notado mucho es-
mejor y más se investiga sobre cajas ta ausencia. Realmente, Esindus fraca-
acústicas contestaría sin vacilar que el só en sus nobles propósitos de dar a
Laboratorio de Investigaciones Acús- conocer estos excelentes materiales tal
ticas de la BBC. Los técnicos británi- vez por causa de la crisis que ha azota-
cos, algunos verdaderas eminencias, do el sector durante unos cuantos años
han vertido mucho sudor y esfuerzo en y también seguramente porque la acti-
lograr sistemas de verdadera categoría vidad fundamental de la empresa no
dentro de unos márgenes asequibles versó nunca sobre la importación de
tanto desde el punió de vista económi- materiales de Alta Fideüdad; más o me-
co como del espacio (metros cuadrados nos llevaron el tema como una especie
o cúbicos). No se olvide que los técni- de hobby.
cos británicos se han visto en la necesi-
dad de diseñar con eficacia verdaderos Ahora se ha cubierto de nuevo el ba-
monitores de control destinados por che y tenemos otra vez las cajas Spen-
consiguiente a ser utilizados en espacios dor en el mercado español cuya gama
reducidos. El mejor ejemplo lo consti- completa comprende ios siguientes mo-
tuye seguramente el modelo LS3/5A delos: SA-I (minicaja), SP-2, SA-3 (en
que fabrican indistintamenie Rogers, versión pasiva y en versión activa con
Goodman y Spendor, firmas autoriza- etapas de potencia incorporadas de 100
das por la BBC para poner en el mer- y 50 vatios respectivamente), LS3/5A
cado esa pequeña maravilla de la que (minicajas diseño de la BBC), BC/I y
publiqué un pequeño reportaje en el con un cierto nivel de exigencias tam- BC/'II, BC/lll, Prelude y SP-L. Sub-
número cero de SCHERZO (diciembre bién caló rápidamente el diseño BC/I sisten, pues, de la primera época los
1985). gracias sobre todo a una precisión enor- modelos BC/I, BC/II y BC/HI. La su-
me y a un comportamiento en la gama pervivencia sobre todo del modelo
de medios que vino a equipararse a los BC/I constituye para mí todo un sím-
En este mismo orden de razonamien- bolo, una prueba fehaciente de cómo
tos creo que se podría afirmar con ab- mejores electrostáticos. A mi juicio el los componentes de verdadera calidad
soluta convicción que la bonísima fama BC/1 es ya un modelo clásico y más que desafían el paso del tiempo y subsisten
de que gozan los altavoces ingleses es consagrado; el SP-1 es una remodela- aun cuando el propio diseñador mejo-
debida en gran parte a esos inefables ción mejorada del BC/1. re lo ya hecho, como es el caso que nos
trabajos del Laboratorio de la BBC. Si ocupa. El modelo SP-1 puede perfec-
hago alusión definida a estos detalles tamente ser considerado como el suce-
o circunstancias ello es debido a que la Spendor y el mercado sor del BC/I naturalmente con algunos
caja acústica que analizamos, el modelo español perfeccionamientos y ventajas. La ca-
Spendor SP-1, encuentra sus orígenes ja SP-1 es un verdadero monitor y el
últimos en el ya citado Laboratorio de propio goza de una musicalidad excep-
la BBC, donde se formó y creció en co-
nocimientos y experiencia el malogra-
do Spencer Hughes fundador de la
firma Spendor. Esie nombre para mu-
M is intentos de investigación so-
bre Spendor se remontan a los
años 1969-70 en que anduve
en tratos con un tal Sr. Banlett de la
firma Audio-T de Londres para ver de
cional. Gracias a la amabilidad de Cliff
Orman, importador de Spendor en Es-
paña, he podido gozar de las excelen-
cias de este sistema de altavoces durante
chos tiene como un mágico significa-
procurarme un par de BC/I cuyas pro-

96 Scherzo
ALTA FIDELIDAD

un periodo aproximado de veinte dias. la caja es de una elegante sencillez. Por deben utilizar soportes recios y amor-
Las escuchas han sido realizadas con otra parte, sus características de dimen- tiguantes en consonancia con la calidad
gran variedad de discos y programas siones y peso (15 kilos) hacen de la de la caja. Escuchando largamente la
FM; no he empleado ni cintas ni dis- Spendor SP-1 una caja bastante mane- SP-1 se da uno cuenta de la importan-
cos compactos. Los componentes de jable, virtud de suma importancia en cia del empleo de unos buenos sopor-
acompañamiento han sido básicamen- este caso dado que la SP-1 es enorme- tes. Para estas pruebas el propio Cliff
te los siguientes: mente critica en cuanto a su colocación. Orman me facilitó unos sopones ad
En este aspecto el usuario debe traba- hoc fabricados en Madrid por el dise-
Platos: Uno arcesanal de suspensión y [ransmisión jar un tanto hasta obtener una posición nador Ricardo Jiménez. El soporte en
por correa. Un Thorens TD-521. óptima que permita recoger las excep- cuestión eleva la caja a 38 centímetros
Bruñí: SME-3OO8 Serie ]V. Technics EPA-100.
cionales cualidades acústicas de este de altura, pesa entre 15 y 20 kilos y es-
SME-W12-R. tá fabricado en hierro; los cuatro tubos
Cápsulm: Dceca Gald Van den Huí. EMT- componente de sonido casi mágico si de que consta el soporte van rellenos de
MCH/tl. Denon Dl_-Lo3. Orlofon SPU-Gold. el resio del equipo está a su nivel; des- arena. Indudablemente su comporta-
PreampOncadorn: Maraniz 7. Radford ZD-22. pués daré algunas ideas básicas sobre
Coumerpoini SA-5. Burinester S3S. Figuerat, miento acústico es magnífico y pone de
PF1. Crofl Micro (Solamente durante 3 horas). esto. relieve el brillante camino recorrido por
Elipis de Potencia: Radford STA-25 ftenaissan- la Teoría de los sopones. Parece men-
ce. Radforn TT 100. Beard P-50. BeardP-55. tira, pero las cajas cambian por com-
Dynaco Slereo 70. Williamson 1* vaüos íar- Aprovecha míen I o máximo pleto al utilizar soportes verdadera-
lesanal). mente bien concebidos. ¿Cuántos de
La SP-1 se ha metido con las cajas
que utilizo habitualmente, a saber:
Chartwell PM-450, Rogers LS3/5A,
Uale 401-A y AR-LST. Son las cajas
U na cuestión esencial para apro-
vechar al máximo este soberbio
sistema de altavoces hace refe-
rencia a su colocación. El excelente ma-
nual técnico editado por Spendor y que
ustedes, queridos lectores, estarán sa-
cándole el máximo a sus cajas acústi-
cas? Me temo que un porcentaje más
bien escaso.
que se han ido quedando en mi colec-
ción de componentes gracias a sus vir- Ya indiqué anteriormente que la
tudes; en este terreno he sido siempre Spendor SP-1 debe ir acompañada de
muy conservador y bastante minucio- componentes de su nivel. Tengo la im-
so. Es muy posible que la colección presión de que se trata de una caja
aumente a cinco pares en breve plazo. acústica capaz de acreditar cualquier
electrónica con que se la excite, o cual-
Como se dijo antes la Spendor SP-1 quier conjunto de lectura de discos. De
constituye un avance con respecto al ahí su condición de verdadero monitor.
modelo BC/I. Las diferencias básicas Desde luego no presenta especiales pro-
son las siguientes. blemas de compatibilidad con amplifi-
cadores; su impedancia es sumamente
1.a Para la SP-1 se diseñó un nuevo estable y el Power Rating de 90 vatios
altavoz de graves con cono de polipro- especificado por el fabricante hace de
pileno. Esto supone una mayor capa- la SP-1 una caja casi universal en lo que
cidad de presión sonora, una mayor concierne a su posible maridaje con
potencia en suma. amplificadores de diversas tecnologías
siempre y cuando éstos sean de una ca-
2." Mejoras en el filtro divisor de lidad más que estimable. Realmente, la
frecuencias. SP-1 merece su asociación con electró-
3.* El comportamiento en las fre- nicas del más alto nivel. De las seis eta-
cuencias medias es el clásico de Spen- pas de potencia que he utilizado en las
dor en su modelo BC/I, pero se aprecia escuchas, las que mejor han sido dige-
una mayor transparencia. En general la ridas por la SP-1 han sido las dos Rad-
SP-1 reproduce la cuerda de un modo ford, TT-100 y Reinaissance, respecti-
diría que imbatible. vamente, y la Wiliiamson de 15 vatios.
4.a Se han mantenido en el modelo Esta última, pese a su modesta poten-
SP-1 los clásicos altavoces Coles 4001C cia, ha resultado suficiente para con-
y el venerable Celestion HF-1300 a pe- seguir muy buenos niveles de presión
sar de lo cual la SP-1 produce un agu- sonora de la SP-1; es una prueba más
do más fino y penetrante sin llegar a de que la potencia no lo es todo en un
resultar nunca molesto o hiriente. amplificador, y de cómo posiblemente
los conceptos de estabilidad y dinámi-
La presentación fisico-estética es acompaña a la SP-1 da algunas atina- ca revisten una mayor trascendencia.
prácticamente idéntica que en la BC/I: das insirucciones en torno a la coloca-
Se trata de una caja de tamaño medio ción de las cajas (Stereophonic
de 63,5 cms. de altura y 30 cms. tanto Reproduction, Loudspeaker Posiiio-
de ancho como de profundidad. La ning). No obstante, se hacen necesarias Gran escena sonora
SP-1 es también un sistema reflex sin pruebas concretas a realizar por el
duda para ayudar en el comportamien- usuario ya en la sala de audición habi-
to de graves y en la sonoridad de la ca-
ja que está construida a mano con
láminas de abedul de alta calidad con
varias opciones de acabado exterior
tual. La SP-1 exige algún trabajo, al-
gunos experimentos sobre iodo para
conseguir definición de escenas sono-
ras verdaderamente sorprendentes. Un
U na vez ya dentro del campo de
la escucha de la SP-1, lo prime-
ro que llama la aiención, y a fe
que de un modo extraordinario, es la
excepcional coherencia del sistema. No
(nogal, teca, roble negro o palisandro). centímetro en más o menos puede in-
El grosor del bafle donde van alojados fluir poderosamente en este aspecto. La da la impresión de que se están escu-
los altavoces es de 18 milímetros. La caja no vale para estanterías; necesita chando dos cajas acústicas; más bien
descripción física puede complementar- aire y espacio. La separación mínima parece como si se estuviese escuchan-
se diciendo que los correctores son los con respecto a los muros puede cifrar- do una sola con una enorme escena so-
clásicos banana-hembra de 4 mm. y que se en unos 30 ó 40 centímetros. La al- nora. En este mismo orden de cosas, y
la tela frontal es de una transparencia tura con respecto al suelo debe oscilar con cualquiera de las electrónicas em-
acústica absoluta. El aspecto general de entre los 35 y los 40 centímetros y se pleadas, la música se ha percibido de-
trás de las cajas acústicas, como si éstas

Scherzo 97
ALTÁ'WDEUDAD.•* ' V .

se hubiesen esfumado. Naturalmente,


esta observación no ha sido uniforme,
puesto que en la apreciación de estos
grados, o niveles de naturalidad sono-
ra, influyen poderosamente las tomas Discos básicamente utilizados para las pruebas de la caja
de sonido, entre las que hay grandes di-
ferencias. Pero lo que ha quedado cla- Spendor SP-1
ro es Ea capacidad de las Spendor SP-1
para crear escenas sonoras de un enor- Phillips: Beethoven. Sonalai para violin y piano. Ingrid Haebler y Henryk Szeryng.
me realismo. Cuando al principio del Sheffield Drum Record. ItJisco de pruebas de grabación direcia, con unos registros de ba-
presente informe aludía a la SP-1 co- [cria verdaderamente problema! i eos.)
mo verdadera caja de música, estaba
haciendo referencia a estas propieda- DG Bruckner. 7.' Sin/onia: Filarmónica de Viena. C.M. Ciulini. (Definición soberbia de
lo i grandes climas orquestales.)
des, tan de agradecer cuando uno se
sienta a escuchar música con la aspira- Sample Record, de la colección Windham Hill-
ción de olvidarse de los instrumentos [X.¡: Privilege. Dvorak: Condeno para cello» orquesta. Pierre Fourniei. Orq. Filarmónica
técnicos que está manejando. En este de Berlín. George Szell. (El cello de Fourtitcr, virtualmeme en el aire.}
mismo terreno hay que hacer notar que CBS: Shosiakovitch. Sinfonía N.° /. Filarmónica de Nueva York. Bernstein (versión de
la SP-1 tiene una información lateral 1959).
formidable, lo que es muy importante EM1: Vivaldi. Cuairo Estaciones. Anne Sofie Mutter, Fil. Viena. Karajan.
para una caja acústica. Estos aspectos Discos de pruebas Orto fon y Shure.
han sido disfrutados al máximo escu-
chando, por ejemplo, Iberia, de De- EMl: Puccini: Tosca. Callas. Di Stefano. Gobbi, De Sabata. (Aparte de su valor musical
enorme, el álbum resulla magnífico para prueba de componentes.)
bussy, en la versión de A. Argenta al
frente de la Orquesta de la Suisse Ro- RCA: Rimsky-Korsakov. Scheherazade. Sinfónica de Chicago: Reiner.
mande. Esta grabación resulta, a mi Phillips. Rimsky-Korsakov. Sheberazade. Concertgebouv. de Amslerdam: Kondrashin.
juicio, excepcional, desde el punto de ECM: Keith Jarre!. Sun Bear Concerts. (Piano sólo. Gira por Japón. Álbum de 10 discos).
vista de la dimensión orquestal, tanto Sonido de piano absolutamente anco lógico.
en profundidad como en panorama. DO: Privilege. Hsydn. Bocchenni. Conciertos para cello. Pierre Fournier.
Del mismo modo, aigunos discos de
ópera en vivo han resultado útilísimos DECCA: Bcethoven. Concierto para piano N." 4 Wilhelm Backhaus. Orq. Fil. Viena. Hans
Schmidth-lsscrsted (prensado anliguo).
para medir la SP-1 bajo estos aspectos
concretos. t C M . Voyage: Chick Corea. Steve Kujala. (Piano y flauta en todo su esplendor.)
DECCA: Álbum de A. Argenia.
Phillips: J.S. Bach. Suites inglesas y francesas. G. Leonhardt (clave).
Otro aspecto esencial en el análisis de
una caja acústica es el de los timbres Phillips: Bruckner: 4.a Sinfonío «Romántica». Fil. de Viena. B Hailink.
instrumentales. Se trata de un terreno DECCA: R Wagner. Tetralogía. Solti (fragmentos diversos).
más fácil que el anterior, aunque no por PROPRIUS. Cuniate Domino.
ello desdeñable; quiero decir, simple- CBS: J.S. Bach: Variaciones Goidberg. Glenn Gould.
mente que, en general, las cajas acús- CBS: Beeihoven. Sonatas para cello y piano. R. Serkin y Pablo Casáis.
ticas responden mejor en las cuestiones
tímbricas que en el escabroso campo de CHANDOS: Arnold Bax: 4.- Sinfonía. Ulster Orchestra. Br>den Thomson.
las espacia/idades. De todas formas, THORENS: Discos del Centenario.
hay diferencias y matices y, en todo ca- DECCA: G. Mahler: 2.a Sinfonía. Filarmónica de Viena: Mehta.
so, hay que saber ponderar, cosa no DhCCA: Walkyria (primer acto). Filarmónica de Viena: H Knapperlsbusch.
siempre sencilla, lo que hay de verdad
o no en las grabaciones. Fácil cosa es CHANDOS: B. Brillen. Sinfonía para cello. Sutle de «Muer/e en feneció».
suponer que la SP-1 se comporta muy Raphael Wallfisch (cello). Englis Chamber Orcheslra. Bcdford.
bien en este aspecto, siendo su fuerte, ECM: «Standars» I y 11 Keith Jarret, Jacfc de Johnneite y Gaiy Peacock.
a mi juicio, la reproducción de los ins- ORFEO: Brahms. 2." Sinfonía. Orq. de la Radiodifusión Bávara: R. Kubelik.
trumentos de cuerda, tanto individual-
mente como en bloque. Esta virtud EMI: Mahler: 2.' Sinfonía. New Philharmonia. Klemptrer.
reviste una gran importancia pues, se- PROPRIUS- Mojan; Gran Partita.
guramente, es el campo más difícil pa- AS1REE. J.S. Bach: A ne de la fuga. H e s p í " " " XX. Jordi Savall.
ra una caja acústica, desde el punto de ASTREE: Capiain Tobías Hume; Musical! Humors. Jordi Savall.
vista estrictamente ¡imbrico. Algunos
diseñadores, incluso de cajas de pres- RCA (Gold Seal): Beelhoven: 3.' Sinfonía. London Symphony: Stokowski.
tigio, intentan salvar el problema car- RKCU1 RhCORDS: Beerhoven: 5 ' Sinfonía. Concertgebouw: Ench Kleiber.
gando tintas en el espectro de medio y DG: SibehLis: 2." Sinfonía. Filarmónica de Viena: L. Bernslein.
agudos, lo que suele traer como conse-
cuencia un sonido crispado y algo hi-
riente a veces, que termina por fatigar.
La SP-1, en cambio, ofrece en este as-
pecto una total naturalidad. ¿Se pue- ve de la SP-1 es de una total contun- No es poco decir, en un lema tan tri-
de decir más? De nuevo se viene a las dencia. Personalmente, prefiero un llado como el de las cajas acústicas. El
mientes la cita de la caja de música. grave limitado, pero limpio, a un gra- P.V.P. vigente en España, de 170.000
ve amplio pero borroso. En la repro- pesetas la pareja resulta, a mi juicio,
Coherencia, naturalidad, fidelidad, ducción de timbales se puede apreciar acorde con el precio vigente en el mer-
son adjetivos suficientes para compren- perfectamente esta capacidad de la cado inglés, y barato, si me paro a con-
der que la caja Spendor SP-1 es un gran SP 1. I siderar la calidad del material, su
componente, uno de esos componentes La caja no está diseñada para atro- comportamiento acústico y la circuns-
que no se piesentan con frecuencia. El nar espacios, pero sí puede producir tancia de que hay cosas bastantes más
sonido es de una gran transparencia, y presiones sonoras más que suficientes caras que no suenen lo mismo.
para los eternos buscadores del grave para una escucha doméstica.
defecto diré que hasta los 45 ciclos, y He analizado, pues, un componente
tal como especifica el fabricante, el gra- con nota de sobresaliente cum laude. Alfredo Orozco
98 Scheizo f. - -
PIANOS
PPPfi SENTIP Lfi mUSlCP

T
>
PETROF

CHERNY
i) -a

AL SERVICIO (RM) DE LA MÚSICA

REAL MUSICAL
CARLOS II 1. 1
(Frente al Teatro Real)
Tels. 241 30 09 - 241 31 06
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