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Bilbao

Juan José Benítez, p>eriodista e investigador del fenómeno OVNI

«El País Vasco es una zona muy


caliente de casos de ovnis»
Juan José Benítez persigue incansable la estela de tactos entre los extraterrestres y el
cualquier objeto volador no identificado. De forma G obierno de los Estados Uni­
dos...
exhaustiva, las 24 horas del día, y con el mismo en­ —Yo creo que es una intoxica­
tusiasmo de sus comienzos periodísticos en La Ga­ ción de los Servicios de Inteligen­
ceta del Norte« allá por 1972. Convencido de la ve­ cia. Aunque a la opinión pública
le suene a chino, estas agencias
racidad de todos sus trabajos, Juanjo Benítez consi­ (por ejemplo la CIA) están meti­
dera que «los militares están amarrando el secreto dos en el fenómeno OVNI porque
de los ovnis en las grandes potencias e incluso en saben lo que es desde el año 47, y
porque intentan derribarles para
nuestro país». N o en vano asegura que el Ejército es­ conseguir su tecnología.
pañol le confió documentos confidenciales en 1976,
tras haber publicado recientemente la vida de Jesús —¿También es una intoxica­
ción el tema de los UMITAS?
de Nazareth en el cuarto Caballo de Troya. —Esto ya no está tan claro.
Hacia los años 60, 70 estos su­
Ana Mendieta casos ovni en España. En estos in­ puestos extraterrestres se mezcla­
formes el Ejército verifica que los ron entre los hum anos y comen­
u a n j o Benítez no cree que ovnis no son naves procedentes de zaron a enviar informes a diversos

J
haya decaído el fenómeno la tierra. científicos. Yo llevo muchos años
ovni. «El interés de la opi­ — ¿Por qué piensas que el Ejér­ investigando el tema, y me incli­
nión pública en este tema va pa­ cito le reveló precisamente a usted no a pensar que los UMITAS han
esta información?
rejo a la difusión en los medios de existido. Sin em bargo, ahora es-
comunicación. De hecho, la gente —Pues nunca lo he sabido. Ha o tán circulando cartas de supuestos
que tiene un mínimo de docum en­ habido mucho «vampiros en la < UMITAS que p ara mí son falsas.
tación entiende que el fenómeno ufología» que dicen que no me la u
dieron para difundir. Pero yo ten­ j —En los últimos meses han es-
es cierto».
go cartas del propio general Ga- Q tado trabajando en Sudamérica.
—Actualmente la ufología no
larza agradeciéndom e el tra ta ­ E ¿Cuáles han sido los resultados de
tiene aún carácter científico. ¿A este viaje?
qué se debe? miento que se había dado a los in­
— Yo supongo que ocurre lo formes en los medios de com uni­ —He hecho trece documentales
mismo que con la parapsicología, cación. Quizás pudo ser un expe­ pero no pudieron alcanzar las na­ jaron varias noches seguidas. De­ para las televisiones autonómicas.
que hoy es una disciplina acadé­ rimento de los norteamericanos ves. jaron más de ochenta huellas que Estuvimos desde México hasta la
mica en muchas universidades y para estudiar la reacción de un —¿Cumple el País Vasco algu­ correspondían a naves de más de A ntártida pasando por la isla de
gabinetes de experimentación de país que estaba saliendo de la na condición especial para ser, treinta toneladas cada una. En Pascua, y el desierto de Arica en
los dos bloques. Con los ovnis pa­ dictadura. como dice, un terreno atractivo Alava se dió un caso que me lla­ Chile. En México pudimos acer­
sará exactamente lo mismo. Mien­ para este tipo de fenómenos? mó mucho la atención. Lo prota­ carnos a la zona del silencio, al
tras los militares estén am arrando O vnis co n n o so tro s —Yo supongo que el País Vas­ gonizó una familia que habla eus- norte, donde se supone que hay
el secreto en las grandes potencias —En nuestro entorno de Bil­ co reúne una serie de condiciones kera. Les acom pañó una nave a su un monstruo parecido al del lago
o incluso en nuestro país, las co­ bao, ¿existen experiencias com­ interesantes para unos científicos casa durante un tiempo. Ya en la Ness. En Costa Rica hemos visto
sas seguirán como están. Un día probadas de avistamientos de ov­ exteriores: una cultura y una len­ puerta, el padre y los dos hijos unas esferas de piedra de hasta 16
los militares abrirán los archivos nis? gua muy especiales, es una zona empezaron a llamarle en euskera toneladas y dos metros de diáme­
porque se lo exigirá la opinión —Muchas, el País Vasco es una industrial, y con un conflicto so­ a la nave, y ésta se aproximó. A tro , que parecen indicar rutas de
pública. zona muy caliente de casos de ov­ cial im portante. Desde luego que la madre le entró miedo y le pidió navegación anteriores a Colón.
—En este sentido, usted ha afir­ nis. El caso más cercano ocurrió estas razas que nos vigilan tienen que no se acercara más. El ovni — F a lta n diez años p ara el
m ado en diferentes ocasiones que el pasado mes de marzo en Sope- un enorme respeto por la libertad. así lo hizo. Con lo cual se pueden 2000. En este tiem po, ¿vamos a
las Fuerzas Armadas españolas le lana. Un ovni se colocó encima de Por eso creo que no se manifies­ sacar dos conclusiones. Que saben ser testigos de algún aconteci­
confiaron hace unos años unos una casa y levantó todas las tejas. tan públicamente. todo tipo de idiomas, o que bien miento especial?
docum entos confidenciales. También a finales de marzo en el —¿Cuál es el caso que más te que captan el miedo. —Sí, quizás podam os asistir a
—En efecto. El general Galar- santuario de la Peña O ro, en ha impresionado de los ocurridos una reacción más seria por parte
za, jefe del Estado M ayor de los Munguia, se vieron tres aviones en Euskadi? Otras in vestigacion es de la opinión pública. Pero es
E jércitos, me entregó en 1976 enormes a la una de la m adruga­ —H a habido aterrizajes muy —Cambiando de tema, el pasa­ muy poco tiempo para que los ov­
doce expedientes —hasta entonces da, y salieron dos aviones de com­ interesantes. H ubo uno en Gallar- do año fue noticia el llamado in­ nis establezcan un contacto pú­
reservados— sobre otros tantos bate desde Madrid a perseguirlos. ta, hace ya varios años, donde ba­ forme Matrix, que habla de con­ blico.

Mendiburu entre los árboles


José Luis Merino Hondarribia. O tra cosa es que el espectador
haya asimilado lo que el artista le estaba
L escultor Remigio Mendi- ofreciendo.
buru nos ha dejado para En Remigio Mendiburu se da la circuns­
siempre. A hora hace dos tancia fervorosa de habitar dentro del ár­
meses se celebró en el Mu­ bol. P ara este artista la escultura acaba en
seo de Bellas A rtes de Bilbao ese buscar por el bosque la m adera adecua­
una exposición antològica da. Lo dejó dicho en palabras contunden­
de su obra. Vimos las múl­ tes: «Una escultura no sale de un árbol, ni
tiples variantes de la creación en madera. de dos, ni de tres; es de muchos árboles de
Emoción del artista ante la voz y sustento donde surge al final una sola escultura».
del bosque. Aquellas palabras que me con- Por eso, no es de extrañar que posea una
fidencló en una ocasión el propio Mendibu­ manera diferente de trabajar respecto a
ru, «el árbol es lo más parecido al ser hu­ otros escultores a la hora de ponerse frente
m ano», siempre han antecedido al acto de a su obra. En algunos escultores (los más)
ver sus esculturas. Más no es tiempo de di­ existe un irrefrenable deseo por poner su se­
vagaciones estéticas, cuando uno quiere de­ llo personal a todo lo que hacen. Im porta
ja r en la página un recuerdo de carácter dotar a la escultura que realizan ei sello de
humano. su m arca, su estilo. Contrariam ente, Men­
diburu es él quien se am olda a las cosas, por
La relación de Remigio Mendiburu con respecto a esas cosas. Quiere convivir con
Bilbao, en términos artísticos, data desde ellas. No les impone su sello, su estilo. En
1969. Ese año expuso de m anera individual realidad, su estilo consiste en respetarlas.
por prim era vez en la Galería «Grises». Si­ Simplemente, modifica un poco, lo justo,
guió exponiendo individualmente en 1971 aquello que puede hacerlas variar sin dañar­
(Galería Mikeldi), 1973 (Galería Lúzaro), las. Esa mínima-máxima esencia me parece
1974 (Mikeldi), 1975 (Lúzaro), 1980 (Gale­ fundamental en el hacer de M endiburu...
ría Windsor), Í983 (Windsor). Durante esa Pero yo quería hablar del Remigio Mendi­
estela de años expuso colectivamente en al­ buru hombre. Se nos ha ido un gran artis­
guna ocasión esporádica. ta, un hombre bueno, un hombre apacible
P or lo que puede colegirse, son años su­ y honesto. Lo veremos eternamente entre
ficientes como para que se conozca la tra­ los árboles: entre asom bros de lluvias y
yectoria artística-creativa del escultor de viento...

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