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7
¿Cómo podemos apoyar a una mujer
que nos dice que está siendo maltratada?
Abordaje del hombre violento
Pilar BLANCO PRIETO y Lurdes MENDI ZuAZo

7.1. PRIMERA ENTREVISTA

Cuando una mujer nos refiere una situación de maltrato, es importante


(OMS,1998; Salber, 2000):

a) Recibir a la paciente sola, escucharla, creerla e intentar que se sienta


cómoda y segura. El ser escuchada y creída puede ser para la mujer una
· experiencia importante de reafirmación.
b) Asegurarle la confidencialidad de la visita: «Sepa Vd. que lo que me
está diciendo es confidencial y quedará entre nosotras».
c) Informarle de que el maltrato es un problema que afecta a muchas muje-
res puede ayudarla a disminuir el sentimiento de soledad y aislamiento.
d) Decirle que nadie merece ser maltratada, que ella no tiene la culpa.
e) Comentarle que precisa ayuda y se la puede ayudar, aunque no inter-
vendremos si ella no lo desea.
f) Explicarle que no es conveniente para ella que comente esta conversa-
ción con su pareja (habitualmente el marido ha logrado el control sobre
ellas, obligándoles a contarle todo lo que hacen).
g) Empezar a explicarle que algunos de los síntomas que presenta son con-
secuencia de la violencia que padece.
'•
La escucha activa y comprensiva y el dar unas informaciones bási-
cas constituyen ya de hecho una intervención terapéutica que puede
resultar de gran ayuda para la mujer.
Además de esta mínima intervención, proponemos continuar para
hablar específicamente de su situación y ayudar a organizar el seguimien-
to. Cuando una mujer confía en nosotras su situación de maltrato, este
hecho en sí mismo le supone un gran alivio. Si nos es posible, la ofrece-
remos seguir viéndola en consulta, para valorar sus posibles necesidades
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1¡ j\ 122 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES


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tanto en materia de salud como de trabajo, amigas, autonomía, etc., y
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:i seguir ofreciendo apoyo (Me Cauley, 1998). Salir de una relación de
maltrato es un proceso en general largo que requiere uria intervención
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continuada. Incluso si consideramos necesaria la derivación a otros pro-
fesionales o instituciones, es necesario mantener el seguimiento, ya que
la derivación puede funcionar o no.
1 Es muy importante que la o el profesional en quien la mujer se ha
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confiado se constituya siempre que sea posible en una persona de refe-
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rencia a quien la mujer puede acudir ante cualquier duda, siguiendo
1
todo el proceso (Perlado y Azpeitia, 1999). Aunque casi siempre nece-
i sitaremos de la asesoría y colaboración de otras profesionales, dado que

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1 en general la mujer presenta necesidades múltiples y el seguimiento es
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li ' complejo.
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Si no nos consideramos con capacidades para ofrecer seguimiento a
'i' la mujer o si no tenemos tiempo para ella, la orientaremos hacia la tra-
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/: 1 bajadora social del centro o hacia un centro de atención a mujeres.
) ~1
En el caso de que no sea una paciente nuestra y estemos en un con-
:
! texto de Urgencias, o nos sintamos con inseguridad ante este problema,
la propondremos derivación a un centro de atención a mujeres o a una
profesional, con experiencia en intervención en situaciones de maltrato
(psicóloga, trabajadora social, etc.). Es deseable que nos aseguremos de
que la derivación ha funcionado y la mujer dispone de apoyos.
h) Debemos evaluar asimismo si está en una situación de peligro inmedia-
to para su vida, preguntándole directamente si cree que es seguro volver
a su casa e informándole de la Orden de protección.
i) Registro en la historia si la mujer está de acuerdo, del relato, de cómo se
siente, de cómo la percibimos y de la información que la devolvemos.
Pueden constituir un aportación importante si la mujer decide emprender
una acción judicial en ese momento o má~ adelante.

7.2. SEGUIMIENTO
a) Identificar, con la ayuda de la mujer, los diferentes tipos de maltrato a
los que está sometida. En la Tabla 7 .1 se expone un posible test para la
valoración de diferentes tipos de maltrato, que podemos pasar en con-
sulta. Además de ayudar a la mujer a hablar, nos puede dar información
no solo para caracterizar el tipo de maltrato, sino también su gravedad.
En nuestra experiencia es un instrumento útil, ya que a la mujer maltra-
tada espontáneamente le resulta muy difícil hablar sobre los diferentes
tipos de maltrato a los que está sometida y suele verbalizar solo una
pequeña parte, por pudor o desconocimiento.
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE ... 123

El abordar todos los aspectos que constituyen el maltrato ayuda tan-


to a la mujer como al profesional a conocer su verdadera dimensión.
b) A partir de los datos que ella nos ha dado, nombrar y devolver mínima-
mente elaborados, los tipos de maltrato en los que se encuentra.
Debemos tener presente que puede ser difícil admitir que se está en
situación de maltrato o negarlo por baja autoestima, lealtad a la pareja,
vergüenza, no haber conocido otra forma de relación, etc. No se deben
forzar mucho las resistencias.
c) Dar información a partir de lo que nos está diciendo sobre:

• Los derechos de las personas, en especial de aquellos que ellas de for-


ma personalizada no se atreven a ejercer y legitimarlas para ello; por
ejemplo: «lo que te sucede es una violación; tienes derecho a negarte
y si te niegas no es faltar/e a él, es hacerte respetar».
• Sobre la escalada de la violencia, el ciclo de la violencia, situaciones
de riesgo, estrategias habituales del hombre violento, etc.

d) Valorar el grado de peligro que suele estar en relación con su sensación


de riesgo. Aunque hay ocasiones en las que las mujeres no valoran sufi-
cientemente el riesgo. Si una mujer nos dice que corre peligro es preci-
so creerla.
e) Identificar las creencias erróneas (mitos y estereotipos) sobre el rol
femenino, así como señalar y cuestionar la justificación, protección y
defensa que hace muchas veces del hombre que las está maltratando.
Ayudándole a ampliar su perspectiva.
f) Estimular que sea parte activa en resolver su situación. Que sea ella mis-
ma la que diga qué necesita y cómo desea ser ayudada. Puede ser útil
preguntarla qué cree que podría hacer para mejorar su situación (en el
aspecto psicológico, físico, social, económico ... ). Ellas mismas tienen,
por lo general, ideas para mejorar algunos aspectos de su situación, que
por inseguridad no se han atrevido a realizar.
g) Estimularla en su propia autonomía y desarrollo, en especial frente a la
figura masculina y frente a la sociedad, desmitificar la necesidad de
mantener la relación y apoyarla para. que comience a pensar y cuidar de
su propio bienestar así como el de sus hijas e hijos.
h) Favorecer contactos y derivar, si lo desea, a profesionales sensibiliza-
das/os con experiencia en trabajar con mujeres en situación de maltrato.
La mujer en situación de maltrato en muchas ocasiones precisa no solo
atención sanitaria, sino también asesoría jurídica, laboral, psicoterapia,
apoyo social, etc. Mantener seguimiento, aunque derivemos a otras pro-
fesionales.
124 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

i) Favorecer que tenga proyectos y actividades propias, así como relacio-


nes de amistad con otras mujeres.
i!:
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j) Considerar la posibilidad de derivar a grupos de mujeres de promoción
de la salud o desarrollo personal y autoayuda. o planteárnoslo como
actividad del centro de salud.
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En el proceso de atención es preciso:

Tener en cuenta sus temores y responder a ellos activando sistemas de


seguridad (ver plan de seguridad), no forzarlas a que tomen ninguna
decisión, ni dar consejos; en su lugar sugerir, ayudarla a reflexionar,
proponer, pero manteniendo un respeto en todo momento a su proceso,
para que sea ella quien tome sus propias decisiones.
Evitar que se culpe, se autocritique, se reproche así como cualquier otra
autovaloración negativa. Por ejemplo: cuando las mujeres se califican a
sí mismas como tontas, torpes, ignorantes, estúpidas ... , devolverles que
,, han actuado como mejor han sabido o podido en su momento; si no ha
funcionado es momento de rectificar y aprender de ello, no de lastimar-
1:1
¡i se más aún, tratándose mal a sí mismas.
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Permitir manifestaciones emocionales como llanto, rabia... , ya que lo
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contrario supone para ellas un esfuerzo añadido a una situación ya en sí
misma angustiosa.
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1 ,1'1.·,
Evitar en lo posible interrupciones como llamadas de teléfono, que
~1 alguien entre en consulta ... Si sucede, ser muy breve y pedir disculpas,
! ¡1
indicar de antemano que no está en nuestra mano evitarlo de forma
absoluta. Que al menos perciban nuestra sensibilidad ante su situación.
No culpabilizar ni buscar culpables ni hacer juicios de valor (¿Por qué
sigue con él? ¿Qué ha hecho Vd. para que él sea tan violento? Si Vd.
quisiera realmente acabar con la situación se iría). No interpretar, des-
cribiendo hechos y situaciones tal como ellas mismas los dicen. Devol-
verles la realidad cuando ~antienen ilusiones absurdas, niegan o justi-
fican.
- Favorecer su autoestima, señalándoles sus capacidades y logros.
- Evitaremos dar la impresión de que todo se va arreglar fácilmente.

En la Figura 7 .1 se resumen los aspectos básicos de la invervención.


¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE. ..
125

Figura 7.1. ¿Cómo podemos intervenir desde el sector salud


para ayudar a la mujer?

Desde el sector salud podemos ayudar si aprendemos a preguntar a nuestras


pacientes sobre el maltrato, si tenemos presentes los síntomas, y signos que nos
pueden ayudar a detactar, si ayudamos a las mujeres a protegerse y contribuimos
a crear un entorno de apoyo. Todas y todos podemos ayudar a nuestro alrededor
a promover relaciones nO violentas, favoreciendo el diálogo y las relaciones.

Vemos como nuestras actuaciones a


menudo contribuyen a la victimización de la Como profesionales de salud
¿somos parte del problema?
mujer, a través del poder y control médico.

~\ltt'ento ~el Pe119,.


- SI violamos
0
la confldenclalldad .•. Entrevistando
a la mujer en presencia de su pareja u otro familiar
comentando con las/los compañeros lo que la
SI nos mujer nos ha contado confidencialmente,
parece sin su consentimiento... llamando
nonnel la a la policía o comunicando al Juez
· vlctlmlzaclón. No los hechos, sin el consentimiento Si
· dando importancia de ella. trlvlallzamos o
cuando nos revela algún tipo minimizamos
de maltrato al que se está
el mallrato••• No tomando
viendo sometida. Aceptando
que las amenazas o insultos en serio el miedo o peligro que
habituales forman parte de las ella siente. Asumiendo que si ella
relaciones. Creyendo que el abuso ha aguantado el maltrato durante
es normal cuando les mujeres años no puede ser tan malo.
desobedecen a sus parejas.
Poder médico
y control
No teniendo en cuenta su SI culpamos a la mujer.
necesidad de seguridad. Preguntándola qué es lo que hizo
No preguntando si cree que puede para provocarle. Señalándola
volver a su casa o si tiene un lugar a ella como el problema:
donde pueda ir ¿Por qué no te vas ya?
si la situación empeora. ¿Por qué le agu~ntas?
¿Por qué le dejas
SI no respetamos su autonomía.·. hacerte eso?
Prescribiéndola que se divorcie,
tranquilizantes, Que vaya a una casa
de acogida, terapia de pareja '
o intervención de la policia.
Castigándola o negando nuestra atención
si no hace lo que la
aconsejamos. ~ •
LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
126

Figura 7 .1. Continuación

¿O somos parte de la solución?

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autoes~· .
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Respecto a la confidencialidad.

El diálogo con la mujer debe ser a solas,


sin otros miembros de la familia presentes.
Es esencial para ir construyendo
confianza y asegurar
Promover su seguridad. Creer y validar
el acceso a servicios sus experiencias.
de la comunidad.
Escucharla y creerla.
Conocer los recursos Validar sus sentimientos
de nuestra zona. Conocer e informarla de que no es
los teléfonos de urgencia la única: muchas mujeres
y derivación. están siendo maltratadas.

Apoyo
Ayudarla para su futura
seguridad. Reconocer la injusticia.

¿Que ha realizado en el pasado Ella no es culpable


para preservar su seguridad? de la violencia.
¿Ha funcionado? ¿Tiene un Nadie merece ser
sitio donde refugiarse maltratada/o.
si necesita escapar Respetar su autonomía.
del peligro?
Respetar su derecho a tomar

~
. decisiones en su propia vida,
. · cuando esté preparada. Ella es .· )i,,.~
. .· & : quien más sabe sobre · ~~ ·
· t't,,A su vida: . ~:~ .·

""81'11,.,· ·.. - - - - .· .·. ó,09' .


··. . · •·. ··C/o las riend&5 ..... ···

Adaptado de: The medica! power and control wheel.


Domestic Violence Project, lnc., 6308 Eigth Ave., Kenosha, Wl53143, USA.
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE ... 127

Tabla 7.1 .. Test de detección de tipos de maltrato

¿Controla continuamente su tiempo?

¿Es celoso y posesivo? ¿Le acusa de ser infiel y coquetear sin motivo?

¿Le desanima a tener relaciones con familiares o amigas o los menos-


precia o ridiculiza?

¿Le humilla o ridiculiza frente a los demás? ¿La insulta o amenaza?

¿Le dificulta estudiar o trabajar? ¿Decide las cosas que usted puede
hacer o no?

¿Controla sus gastos o la obliga a rendir cuentas?

¿No tiene en cuenta sus necesidades (le deja el peor sitio de la casa, lo
peor de la comida ... }?

¿Le dice que adónde va sin él y que no es capaz de hacer nada por usted
misma?

¿Ironiza sobre sus creencias o no las valora?

¿En ocasiones le produce miedo?

¿Cuando se enfada, llega a empujarla o golpearla? ¿Desordena o ensu-


cia a propósito?

¿Rompe o destruye objetos de valor sentimental?

¿Compite con los hijos e hijas por su atención? ¿La desautoriza habitual-
mente delante de ellas o ellos?

¿Insiste en tener relaciones sexuales o la fuerza aunque usted no tenga


ganas? ,

7 .3. EN SITUACIONES DE URGENCIA

Siempre que atendamos a una mujer que ha sido agredida por su pareja, la
preguntaremos que desde cuándo viene ocurriendo y si piensa que es seguro
volver a su casa. Si la mujer piensa que corre peligro, le ayudaremos a decidir
adónde ir: a casa de un familiar, de una amiga, a una casa de acogida. Le infor-
maremos de la Ley que regula la protección de las víctimas de la violencia
: . - ......... ·-~···: '='- , ~ ~ .._....:~:

128 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

doméstica (Ley 27 /2003 de 31 de julio). Deberemos tener siempre a mano un


teléfono de referencia para ingresar en una casa de acogida. Si no hay aloja-
miento en una casa de acogida, tendremos previsto qué hacer: ¿Vales para una
pensión u hotel? ¿Admisión en un hospital?
Preguntas que nos pueden ayudar a valorar la situación: ¿Dónde está el
agresor? ¿Últimamente se han intensificado sus conductas abusivas? ¿Tiene él
acceso a armas de fuego o de otro tipo? ¿La ha amenazado con matarla? ¿Ella
le cree?
Si ha pensado en ir con su familia o amigas, ¿tiene la seguridad de que no
van a confabularse secretamente con el hombre violento, permitiendo que él
tenga acceso a ella, al pensar equivocadamente que ayudan a salvar la familia?
¿Dónde están los niños y niñas u otras personas a su cargo? ¿Cree que están
seguros? ¿Tiene miedo de que estén en peligro si ella no regresa a casa?
¿Necesita intervención médica o psiquiátrica inmediata? ¿Tiene ideas de
muerte? ¿Ha pensado en matarse? ¿Necesita psicoterapia en crisis urgente?
Si ella desea volver a su casa, le daremos los teléfonos de referencia para
ayuda a mujeres maltratadas y le ofreceremos una cita de seguimiento. Algunos
recursos se enumeran en la Tabla 7 .2.

Tabla 7 .2. Recursos de ayuda para mujeres en situación


de maltrato de pareja

ill · Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas. Tfno. 91 441 85 55.


1·:

i Asociación de Mujeres Juristas Themis. Tfno. 91 319 07 21.


'1
Federación de Asistencia a mujeres violadas. Tfno. 91 574 01 10.

Instituto de la Mujer. Teléfono gratuito de información las 24 horas del día:


900 19 10 10.
:

7.4. LA SEGURIDAD DE LA MUJER

En cada consulta, es conveniente evaluar el riesgo que corre la paciente


(García-Moreno, 2002). Ello permite a la mujer percatarse mejor del peligro y
a nosotros organizar mejor el seguimiento y los dispositivos de ayuda a poner
en marcha.
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE ... 129

a) Preparar un plan por si necesita salir urgentemente


de su casa (Salber, 2000)
Aunque en muchas ocasiones a la mujer en situación de maltrato le cuesta tra-
bajo percibir las posibles situaciones de peligro, la animaremos a tener prepara-
dos documentos de la casa (títulos, seguros, documentos del coche, hipotecas),
DNI, permiso de conducir, pasaporte, certificados de nacimiento, libro de familia,
informes médicos, dinero, llaves, certificados, carnets, agenda, títulos, medica-
ción que esté tomando, teléfono móvil, número de teléfono y direcciones de agen-
cias comunitarias, familiares y amigas, etc., en una bolsa y guardarlos en casa de
una amiga o familiar de confianza. Que no tema dejar los bienes, ni la casa, ya que
su persona vale mucho más que todo ello.
Debe decidir adónde ir si tuviera que dejar urgentemente su casa y tener un
plan previsto para acudir allí.

b) Preparar qué hacer ante una agresión


En el caso de que ocurriera una agresión la animaremos a alejarse cuanto
antes e ir a un lugar seguro. Si no pudiera alejarse, abrirá puertas y ventanas y
gritará ¡fuego! Que todo el mundo se entere en vez de callar, puede salvarla.
Puede acordar con hijas o hijos mayores, vecinas, amigas, familia o policía
no estar sola y aislada en la casa. Acordará una señal para usar si necesita ayu-
da inmediata.
Evitar ir con él a lugares aislados o que él la lleve en coche al lugar de tra-
bajo e incluso al centro de salud o al hospital para que la vea el personal sanita-
rio, sobre todo si esto sucede después de un episodio de agresión.
No tomar tranquilizantes ni otras sustancias que puedan disminuir sus reflejos.

c) Planificar la salida, si ha decidido dejarle


No debe darle información sobre sus planes y se irá cuando la situación no
cree sospechas. Mantener en secreto dónde va, para que él no pueda encontrar-
la. Preparar documentos importantes, escritqras, certificados, títulos.
Denunciar si forma parte de una estrategia mayor y cuidadosamente plani-
ficada y si su seguridad puede quedar garantizada.

d) Después de la separación
Continuar alerta y mantener la protección. En la escuela de los hijos e hijas
deben saber que nadie, salvo que ella lo autorice, puede recogerlos.
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I', 130 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

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No conviene tener contactos con él y menos a solas o en casa; si lo hace,
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debe tener siempre testigos. Si se pone violento, no intentar hacerle compren-
'!::
:i der, ni calmarlo, lo adecuado es irse inmediatamente.
Si llama por teléfono y está agresivo: conviene colgar el teléfono y comuni-
carlo a su abogada y, si puede, grabarlo. Es útil cambiar de número o filtrar las
'! llamadas con un contestador. Puede llegar correo ofensivo que conviene sea

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atendido por otra persona.

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7.5. EL TRABAJO GRUPAL
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En la atención a mujeres en situación de riesgo o de maltrato es necesario
considerar la posibilidad de poner en marcha grupos de mujeres o derivarla a
grupos de apoyo y autoayuda (OMS, 2002) que puedan existir en nuestra zona
o área de salud.
Entendemos por trabajo grupal aquel en el que:

- Hay tiempo para que las participantes expresen sus creencias, valores y
experiencias, e interactúen entre sí, para poner en contacto y compartir
sus distintos marcos de referencia.
- La coordinadora del grupo favorece la participación e interacción entre
las personas del grupo.

En nuestro país están teniendo lugar diversas experiencias de trabajo con


grupos de mujeres, puestas en marcha desde los Servicios de Atención Prima-
ria y Salud Mental, Ayuntamientos, Organizaciones No Gubernamentales, Aso-
ciaciones de Mujeres, etc. ( Nogueiras, 1999; Sanz, 1997; Calle, 1999; Millán,
2002; Távora, 2003) tanto con mujeres en situación de maltrato como de quie-
nes se encuentran en proceso de separación o que ya se han separado o con
quienes están en situación de malestar psicosocial (depresión, ansiedad, soma-
tizaciones, aislamiento social, etc.).
· En el contenido de los talleres es importante abordar los estereotipos,
expectativas sociales y socializacion de mujeres y hombres; los diferentes roles
que realizamos, cómo percibimos nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, las bases
de las relaciones de pareja; el reparto de responsabilidades; las relaciones afec-
tivas, adaptación a los cambios y elaboración de las pérdidas afectivas.
Al compartir sus experiencias en el grupo, y poder expresar sus vivencias
libremente, sin ser cuestionadas, las mujeres:

• Comienzan a valorar su propia experiencia y la de las demás y adquirir


seguridad en ellas mismas. ,
• Se dan cuenta de que sus vivencias tienen aspectos comunes y de que no
solo es un problema de ellas individual, sino que tiene un origen social y
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE ... 131

a; si lo hace, se relaciona con la educación que como mujeres han recibido. El darse
rlP. r.omnren- cuenta de que no solo les pasa a ellas les supone un gran alivio.
«A mí el grupo me ha ayudado a descargar mi dolor y ver que no estoy
loca; que lo mismo que sufro yo, sufren otras.» «Yo creía que era yo sola
la que tenía problemas y he visto que las demás poco más o menos tam-
bién los tienen».
• Clarifican sus propios pensamientos, sentimientos, y conflictos y les ayu-
da a irlos elaborando, a irlos resolviendo.
• Se dan cuenta de que ocupan un lugar dentro del grupo. Este se constitu-
ye en un espacio propio, fuera de su familia, en el que se sienten a gusto
il y son respetadas. Ello les ayuda a establecer relaciones significativas unas
,,ij con otras y salir de su aislamiento.
JI
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IJ • Desarrollan habilidades de comunicación y escucha. Al ser diferentes
JI
¡! entre ellas encuentran distintas formas de relacionarse, de solucionar con-
il flictos, de tomar iniciativas, etc.
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d

J 7.6. EL PROCESO DE DEJAR UNA RELACIÓN


j DE MALTRATO Y RECUPERARSE
Cuando una mujer es víctima de violencia por su pareja, poco a poco se va
aislando de familia y amigas, intemaliza la visión de su compañero de que no
sirve para nada sin él, y poco a poco va perdiendo el control de su vida. Tiende
a protegerse y también a su compañero, siendo lo habitual que no hable a nadie
en detalle sobre la relación de abuso en la que está inmersa, pues se siente cul-
pable y avergonzada. Llega un momento en que se siente anulada, como parali-
zada, incapaz de salir de su situación.
No obstante, en ocasiones desea salir de su situación y da pasos para salir de
la relación.
Salir y recuperarse de una relación de maltrato es un proceso largo, que
puede durar años o toda una vida y a veces las mujeres no logran recuperar ple-
namente el control sobre sus vidas y llevar una vida satisfactoria.
Habitualmente el proceso comprende intentos repetidos de irse y volver,
que pueden hacerse efectivos o no. En los intentos iniciales, la mujer a menudo
lo que desea es cortar el maltrato pero no la relación. Irse puede ser una forma
de presionarle. Cuando estos primeros intentos se actúan, la mujer corre el ries-
go de que él realice más acciones intimidatorias y a ella le hagan volverse atrás.
Pero podemos decir que si la mujer ha dado un primer paso para irse es un
hito importante en el proceso de reestructuración y recuperación de su vida.
En la relación de ayuda que establecemos con la mujer debemos reconocer
las dificultades y problemas a los que la mujer debe hacer frente (Landenbur-
132 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

ger, 1998): Pérdidas, soledad; lograr su supervivencia sola, seguridad, com-


,¡ prender qué está pasando.
:¡,
• Pérdidas: la mujer va a atravesar un proceso de duelo. En muchos
momentos puede echar de menos los momentos y aspectos buenos de la
relación y sentir vacío y tristeza. Un pensamiento constante permanece:
¿Y si volviera con él?
La mujer tiene que elaborar la pérdida de la relación con él, a quien
quería; la pérdida de la familia que creó junto con él; la pérdida en oca-
siones del padre de sus hijas e hijos, la de las muchas amigas y amigos
que tuvieron como pareja. Es frecuente que la mujer atraviese todo este
proceso con síntomas de ansiedad y depresión e incluso que llegue a pre-
sentar una depresión severa.
La mujer tiene que ir adquiriendo la capacidad de ver a su pareja como
parte de su pasado, ir poco a poco disminuyendo la presencia de él en su
vida y poderse ver ella como persona completa.
Todo este proceso de duelo es difícil de ser entendido por quienes la
rodean, que asumen que simplemente está dejando una relación de mal-
trato. Muchas veces tiene que emplear una energía importante en justifi-
car ante los demás (su padre, madre, hermanas, hijos) por qué ha dejado
la relación. La mujer puede tener que afrontar incluso una actitud hostil
por parte de algún hijo o hija porque rompe la familia y la relación con el
padre. A veces la presionan, porque desearían que todo fuera bien en la
familia y también deben hacer frente a su propio proceso de duelo.
Debemos ayudarla a entender por qué los demás pueden considerarla
culpable. Y apoyarla para que adquiera la capacidad de mantener sus
decisiones. Debe aprender a asumir que es posible que sus personas más
allegadas no la comprendan, que basta con que ella entienda por qué toma
esta decisión.
• Lucha por la supervivencia.,Soledad. Muchas mujeres nunca han tenido
la experiencia de mantenersé ellas mi~mas, por sí solas. Pasaron de la casa
de su familia de origen a casarse.
Ahora tienen que aprender ~ procurarse vivienda, alimentación y
seguridad. •
Deben afrontar la posible pérdida de casa, de poder adquisitivo, de su
entorno social habitual. Y dudan de su capacidad de sobrevivir y de vivir
solas.
Deben aprender a confiar en sí mismas y en otras personas.
Muchas veces la mujer debe atender además los ruegos que su pareja
o ex pareja le hace de perdón.
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE ... 133

Comprender todas estas dificultades y reforzarla constantemente es


una tarea de quienes atendemos a la mujer. Valorar sus esfuerzos, sus
capacidades y sus logros es·esencial para que ella llegue a tener una ima-
gen de sí misma positiva y disminuir sus sentimientos de culpa (Jiménez
Casado, 1999).
Es fundamental, asimismo, que la motivemos para buscar nuevas rela-
ciones de amistad o recuperar las que antes tuvo, para que se sienta apo-
yada y querida. Para ello, favoreceremos su integración en grupos de
mujeres de crecimiento personal, de actividades lúdicas o formativas e
incluso en grupos terapéuticos, si lo consideramos oportuno.
• Búsqueda de significado. La mujer intenta entender por qué estuvo meti-
da en esta relación. ¿Qué hizo ella mal?
Es esencial que pueda ser capaz de entender lo que pasó. Que pueda
dejar de culparse. Que desarrolle una visión positiva de sí misma. Que
pueda controlar las decisiones que afectan su vida.
• Recuperar su autoestima. Otro de los aspectos que debe abordar la mujer
es mejorar su autoestima. Pasar de culparse por la relación «yo no lo hice
bien y eso fue lo que provocó que me maltratara» a conseguir atribuir la
responsabilidad de la violencia al que la realizó, reemplazando su idea de
autoculpabilización por otra de autoaceptación. Debemos tener presente
que cualquier avance en la autonomía de la mujer le va a proporcionar una
mejor autoestima.
• Creencias y actitudes previas. Cuando la mujer tiene actitudes tradiciona-
les que justifican la violencia, que colocan a la mujer en un lugar de
subordinación dentro de la pareja, «mi obligación es cuidar de mi marido
y de mis hijos, mis necesidades son secundarias», suele estar más aislada
y haber desarrollado menos habilidades sociales.
Tiene interés que la ayudemos a ver cómo esas creencias limitan sus
alternativas y a descubrir el origen de las mismas. Pero es difícil y por tan-
to lento el que la mujer pueda ~ambiar lo que hasta ahora han sido sus
creencias, centrar sus esfuerzos en su propio bienestar y sentirse respon-
sable de su autonomía y del cuidado de sí misma.

Debemos ser conscientes también y ayútlar a la mujer a que evalúe los ries-
gos de mayor violencia cuando decide irse. En estos momentos es cuando su
seguridad y la de sus hijas e hijos puede verse más amenazada.
Para que haga todo este trabajo de elaboración psíquica, la mujer precisa,
a ser posible, un encuadre psicoterapéutico individual o grupal. No obstante,
creo que como profesionales debemos saber todas estas dificultades, para
reconocerlas, para damos cuenta de sus avances, para no juzgarla y recha-
zarla y porque a veces no vamos a encontrar profesionales a quienes derivar-
134 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

la o puede llevar mucho tiempo que la mujer comprenda y acepte una de-
rivación.

7.7. LA PROMOCIÓN DE LA SALUD DE LAS MUJERES


Y LA PREVENCIÓN DEL MALTRATO DESDE
LOS SERVICIOS SANITARIOS

Las sociedades que muestran menores índices de violencia son aquellas en


las que hay fuertes sanciones contra la violencia interpersonal; existe un apoyo
social efectivo para las víctimas; en la familia los roles entre hombres y muje-
res son flexibles y hay mayor igualdad en el acceso a los recursos y en la toma
de decisiones; se ha avanzado en una ética cultural que condena la violencia
como medio de resolución de conflictos y las mujeres han desarrollado mayor
autonomía y poder a nivel social (Heise, 1999; Saltzman,1996).
Trabajar para conseguir una mayor autonomía y desarrollo educativo y labo-
ral de las mujeres, así como la toma de conciencia sobre los estereotipos cultura-
les en los que están inmersas, no solo tiene sentido para favorecer su salud y bie-
nestar como personas, sino que es una estrategia clave para eliminar la violencia
(Atsbury, 1999). Trabajar para que las mujeres tengan control sobre sus vidas y
sus cuerpos va a mejorar su autoestima y sensación personal de valía.

7.8. ABORDAJE DEL HOMBRE VIOLENTO

Hasta el momento actual, desde los servicios sanitarios hemos dado priori-
dad en la mayoría de nuestras intervenciones a las mujeres víctimas de violen-
cia. De esta manera parecería que existe la creencia errónea de que la violencia
en los hombres es innata y por tanto intratable. Contribuimos así, de alguna
manera, a «invisibilizar» al hombre que maltrata, a quien no responsabilizamos
del daño que está haciendo ni intervenimos para hacer posible el cambio de
conducta.
Desde los servicios sanitarios podemos y debemos contribuir también a dis-
minuir la violencia, interviniendo con los hombres (Heise, 1999; Bonino, 2000)
a nivel social. Es imprescindible que !?s hombres reciban información a través
de campañas en los medios, que les ayuden a descubrir si están ejerciendo vio-1
lencia sobre las mujeres y a hacerse responsables de la misma.

- A nivel sanitario, la capacitación de profesionales para atender a hom-


bres violentos tanto en sus fases iniciales (mucho más fáciles de abor-
dar), como en las situaciones de gravedad.
136 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

pueda reflexionar sobre sus creencias, conductas y actitudes y cuestionando


aquellas que dificultan de hecho la democratización en la vida de pareja, esta-
remos ayudando a que ellos se responsabilicen de sus conductas y previniendo
situaciones de maltrato manifiesto.

7.8.2. Intervención
Cuando el hombre acepta el maltrato o viene pidiendo ayuda porque se ha
dado cuenta de su comportamiento violento, debemos:

• Informarle de que está ocasionando un daño importante en la salud y bie-


nestar de su mujer e hijas e hijos.
• Informarle de las consecuencias y peligros para sí mismo, si continúa en esta
escalada: destrucción de la familia, juicios, costes económicos, cárcel, etc.
Sin embargo, es habitual que el hombre violento no sea capaz de ver
las posibles consecuencias y cuando le llegan, culpe a la mujer de todo lo
que está pasando, siendo difícil el que asuma su responsabilidad.
• Ofrecerle derivación a centros específicos de tratamiento, si bien son hoy
por hoy escasos. En general, los programas incluyen trabajo grupal y
duran varios meses.
• Informarle de que su conducta es un maltrato a su mujer y de que es un
delito.
• Es preciso evitar la terapia de pareja.

En los casos en que sea él quien nos plantea el problema y su mujer es


paciente nuestra, es imprescindible ponemos en contacto con la mujer, para
conocer la experiencia de ella y ofrecer nuestra atención si fuera necesaria y ella
lo desea, respetando no obstante la confidencialidad en cuanto a la información
que hemos recibido de él.
En relación con los program&s de tratamiento, las experiencias llevadas a
cabo hasta ahora han estado didgidas a hombres que han llegado a grados
1

graves en la escalada de violencia. Las evaluaciones muestran que aproxi-


madamente un tercio completan los programas y abandonan la violencia físi-
ca después de uno a dos años de tratainiento. También se ha observado que 1
muchos abandonan la violencia física pero mantienen otros tipos de compor-
tamiento abusivo hacia sus parejas. Sin embargo, no hay apenas experiencias
de tratamiento con hombres en grados más iniciales de comportamiento vio-
lento.
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE ... 137

7 .8.3. La colaboración de los hombres en la erradicación


de la violencia

Hay programas recientes dirigidos a los hombres para que examinen su


asunción de roles y estereotipos sobre su masculinidad y colaboren en la erra-
dicación de la violencia: se están realizando campañas dirigidas no a las muje-
res en situación de maltrato ni a los hombres violentos, sino a hombres capaces
de comprometerse en la denuncia de la violencia contra la mujer. En Europa, la
del símbolo del Lazo Blanco. En España; el Proyecto Mercurio y el manifiesto
de «Hombres enfrentándose a la violencia contra las mujeres», cuyos objetivos
son, entre otros, no ser tolerantes ni cómplices silenciosos, salir de la pasividad
y de considerar el maltrato como un problema de algunas mujeres, cuando lo es
de los hombres que la ejercen, cuestionar la masculinidad tradicional y revisar
el comportamiento propio en relación a las mujeres.

7.9. CASOS PRÁCTICOS

7.9.1. Caso 1

M., de 49 años, acude un sábado por la mañana a Urgencias, en el Centro de


Salud, con un dolor torácico. El médico la explora y solicita un ECG. El marido la
acompaña muy solícito y está muy atento a ella. El ECG es anodino y el médico
diagnostica crisis de ansiedad y le prescribe Lexatín, recomendando que acuda a su
médico de cabecera el lunes siguiente. Cuando salen de la consulta médica, la
enfermera ve a la pareja, la paciente dice estar peor, su dolor ha empeorado y tiene
ganas de. vomitar. La enfermera la invita a pasar a su consulta. Comienza a hablar
con la paciente y le pregunta que por qué cree que le pasa eso. El marido responde
que su señora está nerviosa porque él se ha quedado en el paro. La mujer responde
que eso no le importa, que para comer van a tener. El marido dice: «En el trabajo
yo no puedo tolerar injusticias». La mujer insiste en que eso no es y no parece
importarle mucho ese asunto. La enf~rmera pide al marido que les deje solas.
Cuando él ha salido le pregunta «¿cómo van las cosas con él?» La mujer se
encoge de hombros. Después de un silencio largo y llanto, la mujer dice: <<No
me deja trabajar; él deja los trabajos cuando quiere. Estoy todo el día con mie-
do de que venga y con qué me vendrá. Mi'hermana me dice que me vaya a vivir
a su casa». La enfermera le comenta que puede haber profesionales que la pue-
den ayudar. La mujer responde: «Pero no puedo salir de casa, no tengo dinero,
no puedo ni ir a Madrid; él no me deja. Donde más segura estoy es en casa.
Cuando sale una mujer muerta en la tele, él dice «Se lo merecía, que algo habrá
hecho». La enfermera pregunta si tienen hijos. La mujer, entre sollozos, res-
ponde que tres y que están de parte de ella. Se limpia la cara; no quiere que el
marido sepa que ha estado llorando.
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138 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

r~. La enfermera le dice que puede venir cuando quiera, que cree que necesita
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ayuda y que es posible ayudarla y que se puede salir de ahí aunque no en un solo
paso. Añade: «Hemos estado hablando de la menopausia».
Cuando la enfermera abre la puerta, ve al marido de pie, esperando al lado.

Comentarios

En una consulta ordinaria o de Urgencias en la que la paciente presenta


ansiedad, el médico debe entrevistar a solas a la paciente e investigar el origen
de la ansiedad, antes de hacer una prescripción sintomática, preguntando desde
cuándo ha comenzado a sentirse mal y a qué atribuye lo que le pasa.
Y es importante indagar específicamente por una posible situación de mal-
trato: ¿Cómo van las cosas en casa?
Acertadamente, la enfermera pide al marido que las deje solas, es capaz de
crear un clima de confianza y pregunta a la mujer por la relación con él. No
interviene ante el largo silencio de ella, sino que la da tiempo para que pueda
expresarse. Sospechó y detectó una relación de malos tratos. Le da esperanzas
y ofrece ayuda. Ante la posible pregunta del marido «¿de qué habéis habla-
do?», anticipa una respuesta «neutra» que la proteja.
Es posible que la mujer en una ocasión cómo esta no se atreva a expresar su
situación por el miedo a que el marido que está afuera pueda escuchar y tome
represalias.
¿Qué más podría haber hecho la enfermera?:

- Investigar en profundidad a qué tipos de malos tratos está sometida la


mujer y su gravedad. Y dar a la mujer algunas informaciones básicas.
- Evaluar la seguridad. Ella ha dicho que tiene miedo. «¿crees que puedes
volver hoy a casa?»
- Informarla y dar por escrito (d.ada la situación de intensa ansiedad de la
mujer) su nombre, consulta y teléfono,:e incluso concretar una cita con
ella, así como los de los Servicios de Urgencia a mujeres en situación de
maltrato. Es importante que las Y. los profesionales conozcamos los
recursos de nuestra Zona y Área en ia atención a las mujeres.
- Registrar en la historia la información que se intercambia durante la
entrevista, ya que puede ser útil en el futuro para la mujer, para evalua-
ción de sus síntomas y si emprende acciones judiciales.
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE ... 139

7.9.2. Caso 2 (adaptado de Eyler y Cohen)


Una mujer joven llega al Servicio de Urgencias del Hospital con su hijo de
ocho meses de edad, el sábado a medianoche. Refiere que el niño tiene fiebre y
vomita. Está gruñón y parece que le duele algo. La mujer está muy inquieta.
La pediatra, después de examinarlo, decide hospitalizar al niño para rehi-
dratarlo.
La enfermera se ha quedado preocupada por la actitud de la madre que esta-
ba muy nerviosa. Al día siguiente fue a verla y se puso a conversar con ella. La
madre preguntó si los vómitos pueden ser debidos a una contrariedad. La enfer-
mera le pregunta si ha habido alguna dificultad en casa y la mujer cuenta que la
víspera su marido y ella tuvieron una pelea fuerte y que su marido la golpeó.
Desde entonces, el niño empezó a vomitar y ella tiene miedo de que la escena
del día anterior hubiera afectado al niño.

Comentarios

Dada la alta frecuencia de violencia en las personas que acuden a los Servi-
cios de Urgencias, actualmente se recomienda indagar siempre si hay algún
problema en las relaciones con la pareja . Más cuando observamos que la mujer
está con ansiedad.
Aunque algunos síntomas que los niños presentan (trastornos de conducta,
de alimentación, problemas psicológicos, traumatismos poco claros), nos deben
hacer sospechar una situación de violencia, puede ser que en este caso los sín-
tomas del niño estén vinculados con la escena violenta de sus padres, pero es
evidente que los niños perciben el estado de tensión que existe entre los adultos.
La mujer ha presentado los golpes recibidos como un hecho puntual, pero
sabemos que aunque es frecuente que lo hagan así, es muy probable que esta
mujer esté sometida a una violencia continuada desde hace tiempo. Por ello, es
necesario preguntar más sobre la situación de maltrato, cuándo comenzó, qué
formas de maltrato están ocurriendo, etc. (verTabla 7.1), cómo se siente ella,
con qué apoyos cuenta y cómo es la relación del padre cori el niño.
El que la enfermera haya podido establecer una relación de confianza y
escuchar a la paciente, sin juzgarla, es de gran importancia.
Una vez que se ha descubierto que la mujer está inmersa en una situación de
víolencia y de garantizar a la mujer la confidencialidad de la entrevista, es la
ocasión apropiada para:

a) Informarla:
• De que los hechos que refiere pueden calificarse de malos tratos.
• De que ella no es culpable. Nadie merece ser maltratado.
I,
1'

140 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

• De que la violencia es un delito.


• De que hay profesionales que pueden ayudarla.
• De sus derechos: darle un teléfono para asesoría jurídica.

b) Valorar con la mujer la gravedad de la situación y asegurarse de que ella


y el hijo no estén en peligro inmediato: ¿alguna vez has tenido miedo?,
¿crees que podéis volver a casa?, para poder garantizar su seguridad y
ayudarla a elaborar un plan de seguridad por si fuera necesario.
c) Proponerle y, si ella está de acuerdo, derivarla a la trabajadora social
(del Hospital, del Centro de Salud o de Servicios Sociales), contactando
telefónicamente para facilitar el encuentro.
d) Recomendarla alguna asociación o centro de atención a mujeres, cono-
cido por la enfermera.
e) Transcribir a la historia clínica las informaciones recibidas, previo con-
sentimiento de la mujer.
f) Dar a conocer a la pediatra que ha evaluado al niño la situación familiar,
para que sea tenida presente en las actuaciones.

7.9.3. Caso 3

La señora V., 51 años, está casada desde hace 28 años y tiene tres hijos. Des-
de hace 25 años su marido la golpea; y la insulta y la critica a diario. Ella dejó
de trabajar para ocuparse de sus hijos, por lo que depende económicamente de
él, quien le da una vez por semana el dinero que él considera necesario para el
funcionamiento de la casa.
1 ! Ella acude habitualmente a su médico de cabecera (que también atiende al
resto de la familia), a quien consulta regularmente por trastornos del sueño y
distintos dolores crónicos conside,rados de origen psicosomático.
El médico, al corriente de las relaciones de la pareja, intenta apoyar a su
paciente, la escucha y le prescribe regularmente somníferos y analgésicos.
No obstante, le cuesta manejar esta. situación y a menudo se siente impo-
1
tente ante la violencia que reina desde hace tanto tiempo en ese hogar, sobre
¡
todo teniendo en cuenta que la señora V. se niega a divorciarse.
'I
¿Por qué la mujer se mantiene en esta relación? ¿Por qué el médico se sien-
te impotente? ¿cómo puede intervenir el médico?
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE. .. 141

Comentarios

Existen muchas posibles razones por las que esta mujer se está mantenien-
:di ca. do en la relación: por su dependencia económica y quizás también emocional,
porque se sienta incapaz de salir para adelante sola, por miedo a las represalias
Irarse de que ella de su marido y a perder su casa, porque la separación vaya en contra de sus
is tenido miedo?, creencias, porque se sienta culpable de la situación, por el miedo al rechazo
rr su seguridad y social o de sus hijos, porque no haya nadie que sienta que la puede apoyar, etc.
ecesario.
Parece claro que el médico desconoce algunos aspectos fundamentales de la
:abajadora social violencia de género. Y aunque no es su deseo, está medicalizando y contribu-
les), contactando yendo a cronificar el problema al prescribir medicación habitual sin haber
hecho una evaluación psicosocial en profundidad y sin ayudar a la mujer arela-
a mujeres, cono- cionar sus síntomas con la relación de maltrato.
Si las profesionales nos sentimos impotentes para ayudar a resolver una
1idas, previo con- situación de maltrato crónica 'es fundamental el tener presente que existen otras
profesionales con quienes podemos comentar y a quiénes podemos derivar: tra-
bajadora social (del Centro de Salud o de Servicios Sociales), psicóloga del
ituación familiar, Centro de Atención a mujeres, asesoría jurídica. El trabajo de profesionales en
red es más efectivo que el de una sola profesional. Es posible ayudar a la mujer
en su autonomía, su autoestima, en protegerse y en iniciar otras relaciones
(favoreciendo su contacto y amistad con otras mujeres, a través de su inserción
en actividades comunitarias y reorientación formativa y laboral.
1e tres hijos. Des- Creemos que a esta mujer le sería muy útil encontrar a una profesional que
t diario. Ella dejó
actúe como figura de referencia y apoyo, que sea capaz de evaluar, junto con la
mómicamente de mujer, la situación para poder dar pequeños pasos tendentes a su recuperación.
necesario para el Es una mujer que en un momento de su vida trabajó fuera de casa y que es posi-
ble activar el desarrollo de sus recursos personales que han ido quedándose
truncados.
unbién atiende al
irnos del sueño y
ico. 7.9.4. Caso 4
tenta apoyar a su
analgésicos. La señora L., marroquí, residente en España desde hace 8 meses, acude por
cuarta vez a su médica por dolores pélvicos bilaterales; Como no sabe expresarse
o se siente impo-
en español, viene siempre acompañada de s'H marido, quien se encarga de traducir.
. ese hogar, sobre
e. La médica había realizado exploración general, abdominal y ginecológica;
analítica y ecografía abdominal y la había derivado al ginecólogo y al internis-
:!l médico se sien-
ta. Los resultados habían sido normales. En esta ocasión, la profesional prescri-
bió unos analgésicos. Por otra parte, la señora L. parecía triste y distante. Su
marido, jovial, hablaba en su lugar para explicar los síntomas.
¿Por qué hay que sospechar violencia? ¿Cómo se podría intervenir con la
señora L.?
142 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

La mujer presenta un aspecto triste, acude a menudo a consulta y presenta


dolores pélvicos crónicos no atribuibles a causa orgánica; la conducta del mari-
do, jovial, y que habla en lugar de ella. Todo ello nos debe hacer sospechar vio-
lencia. Más allá de que en la tradición cultural musulmana a la que pertenecen
ambos esté normalizado el dominio y superioridad del hombre sobre la mujer.
Es fundamental que la profesional que la atienda sea mujer para lograr un
clima de confianza y que sea aceptado por ambos el que la mujer sea entrevis-
tada sola. Para lograr comunicarnos con la mujer valoraremos la necesidad de
:\
una mediadora social que pueda traducir y seguramente contribuir a la creación
'1
de un entorno de apoyo (algunos Ayuntamientos, Servicios Sociales o Asocia-
ciones de Inmigrantes cuentan con ellas).
En la entrevista a solas con la paciente es necesario explorar cómo es su
vida cotidiana, cómo se está adaptando a este país, qué otros miembros de la
j.¡. familia están aquí: ¿hijos?, ¿hermanas?, si cuenta con amistades o apoyos den-
l 1 tro de su familia, sus habilidades, sus temores, deseos y creencias, otros sfuto-
mas psicológicos (presencia de ansiedad, dificultades en el sueño, etc.) y a qué
los atribuye: ¿desde cuándo te encuentras mal? ¿por qué crees que estás tris-
te?; cómo son las relaciones familiares y en concreto con su pareja: ¿desde
cuándo estás con él?; ¿hay algún problema en vuestra relación? y si tiene mie-
do o cree que corre algún peligro.
Los objetivos a medio plazo serán fomentar su autonomía e independencia.
Aprender el idioma español y favorecer sus relaciones, por ejemplo integrándo-
se en algún grupo o asociación de mujeres inmigrantes son medios fundamen-
tales para conseguirlos.
Es recomendable que la médica de cabecera, a quién la mujer está haciendo
su demanda, se convierta en figura de referencia y apoyo a lo largo del tiempo.
También es importante la implicación de la trabajadora social para conocer cuál
es la situación de las hijas e hijos si los tuviere (contacto con el colegio y visita
al domicilio familiar).
La médica de cabecera puede hablar a solas con el marido para favorecer el
que la mujer aprenda el idioma y conocer más sobre él y las circunstancias en
las que están.

BIBLIOGRAFÍA

AsTBURY J. Promoting women's mental health. Geneva, World Health Organi-


zation, 1999.
BLANCO P y ABRIL V. Abordaje de la violencia contra las mujeres desde los ser-
vicios sanitarios. En: Propuestas de las asociaciones de mujeres para un
plan integral contra la violencia hacia la mujer en la Comunidad de
Madrid, Edita Consejo de la Mujer (CAM), febrero, 2001.

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