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¿Cómo podemos apoyar a una mujer
que nos dice que está siendo maltratada?
Abordaje del hombre violento
Pilar BLANCO PRIETO y Lurdes MENDI ZuAZo
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rencia a quien la mujer puede acudir ante cualquier duda, siguiendo
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todo el proceso (Perlado y Azpeitia, 1999). Aunque casi siempre nece-
i sitaremos de la asesoría y colaboración de otras profesionales, dado que
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1 en general la mujer presenta necesidades múltiples y el seguimiento es
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li ' complejo.
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Si no nos consideramos con capacidades para ofrecer seguimiento a
'i' la mujer o si no tenemos tiempo para ella, la orientaremos hacia la tra-
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/: 1 bajadora social del centro o hacia un centro de atención a mujeres.
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En el caso de que no sea una paciente nuestra y estemos en un con-
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! texto de Urgencias, o nos sintamos con inseguridad ante este problema,
la propondremos derivación a un centro de atención a mujeres o a una
profesional, con experiencia en intervención en situaciones de maltrato
(psicóloga, trabajadora social, etc.). Es deseable que nos aseguremos de
que la derivación ha funcionado y la mujer dispone de apoyos.
h) Debemos evaluar asimismo si está en una situación de peligro inmedia-
to para su vida, preguntándole directamente si cree que es seguro volver
a su casa e informándole de la Orden de protección.
i) Registro en la historia si la mujer está de acuerdo, del relato, de cómo se
siente, de cómo la percibimos y de la información que la devolvemos.
Pueden constituir un aportación importante si la mujer decide emprender
una acción judicial en ese momento o má~ adelante.
7.2. SEGUIMIENTO
a) Identificar, con la ayuda de la mujer, los diferentes tipos de maltrato a
los que está sometida. En la Tabla 7 .1 se expone un posible test para la
valoración de diferentes tipos de maltrato, que podemos pasar en con-
sulta. Además de ayudar a la mujer a hablar, nos puede dar información
no solo para caracterizar el tipo de maltrato, sino también su gravedad.
En nuestra experiencia es un instrumento útil, ya que a la mujer maltra-
tada espontáneamente le resulta muy difícil hablar sobre los diferentes
tipos de maltrato a los que está sometida y suele verbalizar solo una
pequeña parte, por pudor o desconocimiento.
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE ... 123
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contrario supone para ellas un esfuerzo añadido a una situación ya en sí
misma angustiosa.
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Evitar en lo posible interrupciones como llamadas de teléfono, que
~1 alguien entre en consulta ... Si sucede, ser muy breve y pedir disculpas,
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indicar de antemano que no está en nuestra mano evitarlo de forma
absoluta. Que al menos perciban nuestra sensibilidad ante su situación.
No culpabilizar ni buscar culpables ni hacer juicios de valor (¿Por qué
sigue con él? ¿Qué ha hecho Vd. para que él sea tan violento? Si Vd.
quisiera realmente acabar con la situación se iría). No interpretar, des-
cribiendo hechos y situaciones tal como ellas mismas los dicen. Devol-
verles la realidad cuando ~antienen ilusiones absurdas, niegan o justi-
fican.
- Favorecer su autoestima, señalándoles sus capacidades y logros.
- Evitaremos dar la impresión de que todo se va arreglar fácilmente.
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Respecto a la confidencialidad.
Apoyo
Ayudarla para su futura
seguridad. Reconocer la injusticia.
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. decisiones en su propia vida,
. · cuando esté preparada. Ella es .· )i,,.~
. .· & : quien más sabe sobre · ~~ ·
· t't,,A su vida: . ~:~ .·
¿Es celoso y posesivo? ¿Le acusa de ser infiel y coquetear sin motivo?
¿Le dificulta estudiar o trabajar? ¿Decide las cosas que usted puede
hacer o no?
¿No tiene en cuenta sus necesidades (le deja el peor sitio de la casa, lo
peor de la comida ... }?
¿Le dice que adónde va sin él y que no es capaz de hacer nada por usted
misma?
¿Compite con los hijos e hijas por su atención? ¿La desautoriza habitual-
mente delante de ellas o ellos?
Siempre que atendamos a una mujer que ha sido agredida por su pareja, la
preguntaremos que desde cuándo viene ocurriendo y si piensa que es seguro
volver a su casa. Si la mujer piensa que corre peligro, le ayudaremos a decidir
adónde ir: a casa de un familiar, de una amiga, a una casa de acogida. Le infor-
maremos de la Ley que regula la protección de las víctimas de la violencia
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d) Después de la separación
Continuar alerta y mantener la protección. En la escuela de los hijos e hijas
deben saber que nadie, salvo que ella lo autorice, puede recogerlos.
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I', 130 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
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No conviene tener contactos con él y menos a solas o en casa; si lo hace,
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debe tener siempre testigos. Si se pone violento, no intentar hacerle compren-
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:i der, ni calmarlo, lo adecuado es irse inmediatamente.
Si llama por teléfono y está agresivo: conviene colgar el teléfono y comuni-
carlo a su abogada y, si puede, grabarlo. Es útil cambiar de número o filtrar las
'! llamadas con un contestador. Puede llegar correo ofensivo que conviene sea
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atendido por otra persona.
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7.5. EL TRABAJO GRUPAL
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En la atención a mujeres en situación de riesgo o de maltrato es necesario
considerar la posibilidad de poner en marcha grupos de mujeres o derivarla a
grupos de apoyo y autoayuda (OMS, 2002) que puedan existir en nuestra zona
o área de salud.
Entendemos por trabajo grupal aquel en el que:
- Hay tiempo para que las participantes expresen sus creencias, valores y
experiencias, e interactúen entre sí, para poner en contacto y compartir
sus distintos marcos de referencia.
- La coordinadora del grupo favorece la participación e interacción entre
las personas del grupo.
a; si lo hace, se relaciona con la educación que como mujeres han recibido. El darse
rlP. r.omnren- cuenta de que no solo les pasa a ellas les supone un gran alivio.
«A mí el grupo me ha ayudado a descargar mi dolor y ver que no estoy
loca; que lo mismo que sufro yo, sufren otras.» «Yo creía que era yo sola
la que tenía problemas y he visto que las demás poco más o menos tam-
bién los tienen».
• Clarifican sus propios pensamientos, sentimientos, y conflictos y les ayu-
da a irlos elaborando, a irlos resolviendo.
• Se dan cuenta de que ocupan un lugar dentro del grupo. Este se constitu-
ye en un espacio propio, fuera de su familia, en el que se sienten a gusto
il y son respetadas. Ello les ayuda a establecer relaciones significativas unas
,,ij con otras y salir de su aislamiento.
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IJ • Desarrollan habilidades de comunicación y escucha. Al ser diferentes
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¡! entre ellas encuentran distintas formas de relacionarse, de solucionar con-
il flictos, de tomar iniciativas, etc.
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Debemos ser conscientes también y ayútlar a la mujer a que evalúe los ries-
gos de mayor violencia cuando decide irse. En estos momentos es cuando su
seguridad y la de sus hijas e hijos puede verse más amenazada.
Para que haga todo este trabajo de elaboración psíquica, la mujer precisa,
a ser posible, un encuadre psicoterapéutico individual o grupal. No obstante,
creo que como profesionales debemos saber todas estas dificultades, para
reconocerlas, para damos cuenta de sus avances, para no juzgarla y recha-
zarla y porque a veces no vamos a encontrar profesionales a quienes derivar-
134 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
la o puede llevar mucho tiempo que la mujer comprenda y acepte una de-
rivación.
Hasta el momento actual, desde los servicios sanitarios hemos dado priori-
dad en la mayoría de nuestras intervenciones a las mujeres víctimas de violen-
cia. De esta manera parecería que existe la creencia errónea de que la violencia
en los hombres es innata y por tanto intratable. Contribuimos así, de alguna
manera, a «invisibilizar» al hombre que maltrata, a quien no responsabilizamos
del daño que está haciendo ni intervenimos para hacer posible el cambio de
conducta.
Desde los servicios sanitarios podemos y debemos contribuir también a dis-
minuir la violencia, interviniendo con los hombres (Heise, 1999; Bonino, 2000)
a nivel social. Es imprescindible que !?s hombres reciban información a través
de campañas en los medios, que les ayuden a descubrir si están ejerciendo vio-1
lencia sobre las mujeres y a hacerse responsables de la misma.
7.8.2. Intervención
Cuando el hombre acepta el maltrato o viene pidiendo ayuda porque se ha
dado cuenta de su comportamiento violento, debemos:
7.9.1. Caso 1
r~. La enfermera le dice que puede venir cuando quiera, que cree que necesita
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ayuda y que es posible ayudarla y que se puede salir de ahí aunque no en un solo
paso. Añade: «Hemos estado hablando de la menopausia».
Cuando la enfermera abre la puerta, ve al marido de pie, esperando al lado.
Comentarios
Comentarios
Dada la alta frecuencia de violencia en las personas que acuden a los Servi-
cios de Urgencias, actualmente se recomienda indagar siempre si hay algún
problema en las relaciones con la pareja . Más cuando observamos que la mujer
está con ansiedad.
Aunque algunos síntomas que los niños presentan (trastornos de conducta,
de alimentación, problemas psicológicos, traumatismos poco claros), nos deben
hacer sospechar una situación de violencia, puede ser que en este caso los sín-
tomas del niño estén vinculados con la escena violenta de sus padres, pero es
evidente que los niños perciben el estado de tensión que existe entre los adultos.
La mujer ha presentado los golpes recibidos como un hecho puntual, pero
sabemos que aunque es frecuente que lo hagan así, es muy probable que esta
mujer esté sometida a una violencia continuada desde hace tiempo. Por ello, es
necesario preguntar más sobre la situación de maltrato, cuándo comenzó, qué
formas de maltrato están ocurriendo, etc. (verTabla 7.1), cómo se siente ella,
con qué apoyos cuenta y cómo es la relación del padre cori el niño.
El que la enfermera haya podido establecer una relación de confianza y
escuchar a la paciente, sin juzgarla, es de gran importancia.
Una vez que se ha descubierto que la mujer está inmersa en una situación de
víolencia y de garantizar a la mujer la confidencialidad de la entrevista, es la
ocasión apropiada para:
a) Informarla:
• De que los hechos que refiere pueden calificarse de malos tratos.
• De que ella no es culpable. Nadie merece ser maltratado.
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7.9.3. Caso 3
La señora V., 51 años, está casada desde hace 28 años y tiene tres hijos. Des-
de hace 25 años su marido la golpea; y la insulta y la critica a diario. Ella dejó
de trabajar para ocuparse de sus hijos, por lo que depende económicamente de
él, quien le da una vez por semana el dinero que él considera necesario para el
funcionamiento de la casa.
1 ! Ella acude habitualmente a su médico de cabecera (que también atiende al
resto de la familia), a quien consulta regularmente por trastornos del sueño y
distintos dolores crónicos conside,rados de origen psicosomático.
El médico, al corriente de las relaciones de la pareja, intenta apoyar a su
paciente, la escucha y le prescribe regularmente somníferos y analgésicos.
No obstante, le cuesta manejar esta. situación y a menudo se siente impo-
1
tente ante la violencia que reina desde hace tanto tiempo en ese hogar, sobre
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todo teniendo en cuenta que la señora V. se niega a divorciarse.
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¿Por qué la mujer se mantiene en esta relación? ¿Por qué el médico se sien-
te impotente? ¿cómo puede intervenir el médico?
¿CÓMO PODEMOS APOYAR A UNA MUJER QUE NOS DICE. .. 141
Comentarios
Existen muchas posibles razones por las que esta mujer se está mantenien-
:di ca. do en la relación: por su dependencia económica y quizás también emocional,
porque se sienta incapaz de salir para adelante sola, por miedo a las represalias
Irarse de que ella de su marido y a perder su casa, porque la separación vaya en contra de sus
is tenido miedo?, creencias, porque se sienta culpable de la situación, por el miedo al rechazo
rr su seguridad y social o de sus hijos, porque no haya nadie que sienta que la puede apoyar, etc.
ecesario.
Parece claro que el médico desconoce algunos aspectos fundamentales de la
:abajadora social violencia de género. Y aunque no es su deseo, está medicalizando y contribu-
les), contactando yendo a cronificar el problema al prescribir medicación habitual sin haber
hecho una evaluación psicosocial en profundidad y sin ayudar a la mujer arela-
a mujeres, cono- cionar sus síntomas con la relación de maltrato.
Si las profesionales nos sentimos impotentes para ayudar a resolver una
1idas, previo con- situación de maltrato crónica 'es fundamental el tener presente que existen otras
profesionales con quienes podemos comentar y a quiénes podemos derivar: tra-
bajadora social (del Centro de Salud o de Servicios Sociales), psicóloga del
ituación familiar, Centro de Atención a mujeres, asesoría jurídica. El trabajo de profesionales en
red es más efectivo que el de una sola profesional. Es posible ayudar a la mujer
en su autonomía, su autoestima, en protegerse y en iniciar otras relaciones
(favoreciendo su contacto y amistad con otras mujeres, a través de su inserción
en actividades comunitarias y reorientación formativa y laboral.
1e tres hijos. Des- Creemos que a esta mujer le sería muy útil encontrar a una profesional que
t diario. Ella dejó
actúe como figura de referencia y apoyo, que sea capaz de evaluar, junto con la
mómicamente de mujer, la situación para poder dar pequeños pasos tendentes a su recuperación.
necesario para el Es una mujer que en un momento de su vida trabajó fuera de casa y que es posi-
ble activar el desarrollo de sus recursos personales que han ido quedándose
truncados.
unbién atiende al
irnos del sueño y
ico. 7.9.4. Caso 4
tenta apoyar a su
analgésicos. La señora L., marroquí, residente en España desde hace 8 meses, acude por
cuarta vez a su médica por dolores pélvicos bilaterales; Como no sabe expresarse
o se siente impo-
en español, viene siempre acompañada de s'H marido, quien se encarga de traducir.
. ese hogar, sobre
e. La médica había realizado exploración general, abdominal y ginecológica;
analítica y ecografía abdominal y la había derivado al ginecólogo y al internis-
:!l médico se sien-
ta. Los resultados habían sido normales. En esta ocasión, la profesional prescri-
bió unos analgésicos. Por otra parte, la señora L. parecía triste y distante. Su
marido, jovial, hablaba en su lugar para explicar los síntomas.
¿Por qué hay que sospechar violencia? ¿Cómo se podría intervenir con la
señora L.?
142 LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
BIBLIOGRAFÍA