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Van a ser 28 años desde que Chile hizo la “vuelta a la democracia”, en este periodo ¿cuáles han
sido los cambios o las reestructuraciones más relevantes? Aún estamos bajo el mandato de una
constitución que fue concebida en un momento de represión, asesinatos y desaparecidos. Dicha
constitución ha vivido poco más de 7 gobiernos de 4 años cada uno, de los cuales 4 de esos 7 han
sido llevados a cabo por sólo 2 personas; Sebastián Piñera y Michele Bachelet. Ambos en contexto
de democracia no han sido capaces de tocar la constitución del país, no han sido capaces de crear
cambios relevantes, verdaderamente relevantes. Sólo han concebido cambios de tipo
reaccionarios; llámese bonos, leyes en base a hechos de naturaleza inhumana, leyes parches para
educación, leyes tributarias que no benefician al trabajador de clase baja, leyes que sólo benefician
a empresarios y yo digo entonces ¿De qué estamos hablando? Han pasado 28 años, en dichos años
a lo menos una generación a cambiado y no ha sido capaz de realizar reales cambios a un país
“construido” básicamente en base a horrores (llámese colonización, asesinatos, golpes de estado,
gobiernos burócratas y otros) construido para ser el apogeo imperialista y paraíso del empresario,
donde las leyes tributarias los benefician directamente, en donde el propio pueblo defiende a
estos aclamados políticos, en donde el propio pueblo se come su propia cola. ¿Qué es lo que está
pasando?
Sartre nos ató a una realidad dolorosa y aborrecible, nos ató a la libertad. Libertad inherente del
ser humano e irrenunciable, “Libres, responsables y sin excusa” Diría Sartre. Somos libres de
decidir y no hacerlo, pero al ejercer esta condición absoluta de libertad, dice Sartre, debemos
hacernos cargo de la libertad del otro, es decir, nuestra libertad termina cuando la del otro
comienza. Podemos y debemos ser libres de crearnos a nosotros mismos, de ser nosotros mismos,
pero ¿qué pasa cuando nuestra individualidad supera nuestra colectividad? ¿Cuándo actuamos en
pos del beneficio propio en lugar de velar por un bienestar social? En este punto irrumpe un
aclamado filósofo llamado Thomas Hobbs. La naturaleza del hombre corresponde a una naturaleza
de animales hambrientos, en donde el físicamente más fuerte no corresponde al mejor, puesto a
que el astuto y débil puede apuñalarlo por la espalda. Hobbs propone un gobierno de tipo
totalitario en donde, en conjunto, se elija a un mandatario supremo que vele por nosotros a costar
de la represión, el poder y el miedo. De no ser capaz este regente de mantener el control en la
sociedad, éste debiese de ser retirado de su cargo y poner otro en su lugar (Rey muerto, rey
puesto). Lo que quiero intentar decir mediante esta analogía, es que un gobierno totalitario es el
paso a seguir en una sociedad como la chilena. Las personas ya no están dispuestas a hacerse
cargo de los horrores que se están cometiendo, del asesinato en masa de la educación, de la
infancia de niños del SENAME, de los sectores vulnerables. Las personas ya no quieren tomar
responsabilidad de esto, sólo esperan a que el próximo mandatario sea mejor con ellos y
posiblemente les ofrezca más dinero y un bienestar material mejor. La gente ya no está en busca
de un sentido, porque su sentido es producir. La gente ya no sueña con ser artistas, porque ser
artista significa sacrificar mucho para obtener poco ($). El arte es cosa de ricos, mientras que las
ingenierías son pan de cada día para las aspiraciones de los niños clase media-baja de colegios
subvencionados. Sartre diría que somos lo que somos porque decidimos ser así, ergo, estamos
como estamos porque hemos decidido estar así. Como podemos ver, las declaraciones de Sartre, si
realmente se le toma el peso, son potentes y abismales, somos tan culpables de estar como
estamos como lo es el presidente de turno, el diputado de turno y el senador de turno. La liberta
es nuestra peor maldición.
De la libertad y la naturaleza de las personas.