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Seminarios de técnicas de investigación

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN HISTÓRICA

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DE LA PROVINCIA DE BUENOS


AIRES

Carrera: Licenciatura en Historia

Cátedra: Seminario de Técnicas de la Investigación Histórica

Alumno: Cucó, Maximiliano

Profesor/a: Barandiaran, Luciano; Arrascaete, Victoria

2018
Seminarios de técnicas de investigación

Introducción

El presente proyecto de investigación surge de la necesidad de enfocar y


visibilizar la historia regional y fundamentalmente la historia social de Mar de
Ajó. Entendiendo el rol elemental de la historia en la reflexión y
autoconocimiento de los sujetos sociales ahondaremos en un aspecto central y
poco conocido de la misma: las mentalidades colectivas de los pioneros
marajense.

Entender un proceso histórico es sin lugar a dudas analizar no solo los hechos
y sucesos que se han registro a lo largo de un periodo determinado, sino ver
mas alla de los mismos, analizando a los protagonista sustanciales de dicha
marco histórico, sus contextos coyunturales, sus realidades sociales, políticas y
eocnomicas, pero también sus mentalidades, sus formas de interpretar la
realidad, de construir ese universo que va estar definido sin lugar a dudas por
las cosmovisiones, los imaginarios, las creencias individuales-propias o
colectivas- sociales. Comprender la base mas elemental de ese pensamiento,
de esas mentas, ofrece respuestas interesantes a muchos interrogantes, mas
alla del propio conocimiento histórico de la vida comunitaria o cotidiana, los
sujetos se comprneden en sus formas de actuar, atraves de cómo piensan,
identificando los facotres de poder que reproducen o crean esa mentalidades.

Este trabajo abordara la historia de Mar de Ajo en la primera década de su


existencia (1935-1945), época central de surgimiento de la ciudad, y
fundamentalmente de las instituciones que han dado forma y vida a la misma.
Durante muchos años se considero que que los dos focos balnearios de la
región: San Clemente del Tuyú al norte y Mar de Ajó al sur, habían surgido a
través de la actividad turística, en un periodo de crisis del Modelo
agroexportador, alla por la década de 1930, cuando la crisis económica de
1929, dispara lentamente la industrialización, el abandono paulatino de un
patrón de distribución del ingreso centrado en el liberalismo económico, que
devendrá en el avance de políticas de masas, aun en plena Decada Infame y
tras la llegada del peronismo en los años 40. El turismo se va delineando de la
mano del avance de la red de caminos impulsada por el gobierno de Justo
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(1932-1938) y las competencias del ACA (Automovil Club Argentino). El turismo


es para esta forma de comprender las fundaciones e los primeros balnearios el
primer motor, parafraseando a Aristóteles, ya que fuerza los loteos de los
fondos de las estancias de esas familias patricias que arruinadas por la crisis
económica y el abandono forzado del modelo agroexportador, ven en ellos las
altas rentabilidades que ofrecía el negocio. A través de esta “historia oficial” de
las fundaciones, consideramos se pierde un elemento central a la hora después
de los loteos y la organización de las “ciudades”, los pioneros. Todas aquellas
personas que formaron parte no solo en las ventas de tierras, sino
constituyéndose como los primeros habitantes, los primeros comerciantes, los
primeros obreros, o simplemente los gestores con su fuerza de trabajo y su
empeño de los trabajos de organización de la región, aisladas en
infraestructura vial y comunicacional con los centros de poder político, y poco
atractivas aun para un turismo elitista, que aun veía a la región en un segundo
plano, frente a los grandes centros turísticos como Mar del Plata o Cordoba. A
través de identificar ese rol central de los pioneros, buscaremos ahondar en
sus formas de pensar, condieramos que existio una “mentalidad pionera” o
“fundacional” que la resumimos a través de una pregunta central: ¿Existió en
la mentalidad de los pioneros un proyecto y representación de la urbanización
de los balnearios, más allá de los fines de explotación turísticos de la zona de
la Margarita, es decir idea inminentemente fundacional, que se materializo a
través de la institucionalización de la Asociación de Fomento Amigos de Mar de
Ajó, en 1936?
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Modelo de Análisis

Tema de la investigación: Aproximaciones a los imaginarios y


representaciones de los primeros pioneros.

Delimitación espacio- temporal: Paraje La Margarita /Mar de Ajó, entre los


años 1935- 1944.

Problema: ¿Existió en la mentalidad de los pioneros un proyecto y


representación de la urbanización de los balnearios, más allá de los fines de
explotación turísticos de la zona de la Margarita, es decir idea inminentemente
fundacional, que se materializo a través de la institucionalización de la
Asociación de Fomento Amigos de Mar de Ajó, en 1936?

¿Cuáles fueron los imaginarios y representaciones de los primeros pioneros


sobre la zona de la Margarita, que estimularon las dinámicas de
institucionalización de la Asociación de Fomento Amigos de Mar de Ajo y
demás instituciones pioneras en el periodo 1936-1944? (problema secundario)
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Objetivos generales:

- Promover la conciencia y la memoria histórica


- Generar identidad y arraigo colectivo a la historia local/regional
- Promover la crítica de la historia regional tradicional

Objetivos específicos

- Reconstruir la mentalidad colectiva de los primeros pioneros de la zona


de la Margarita en el periodo (1935-1944)

- Identificar la influencia de dicha mentalidad en el desarrollo de la


Asociación de Fomento Amigos de Mar de Ajó y del resto de las
instituciones

Tipo de investigación: exploratoria y explicativa, abordaje mixto de los


diversos formatos de investigación para culminar en un modelo explicativo
integral.

Conceptos: Representaciones e imaginarios sociales - pioneros – urbanidad-

Variable dependiente: mentalidad colectiva fundacional de los pioneros,


entendida como proyecto y representación de la urbanización de los balnearios,
más allá de los fines de explotación turísticos de la zona de la Margarita.

Variables independientes:

- Lugar de procedencia de las primeras familias pioneras


- Nivel económico de las primeras familias pioneras
- Composición social de las primeras familias pioneras (profesión)
- Nivel escolar de las primeras familias pioneras
- Objetivos centrales de la Asociación de fomento Amigos de Mar de Ajó
- Composición socioeconómica de la primera Comisión de la Asociación
de Fomento Amigos de Mar de Ajo
- Cantidad de Instituciones intermedias surgidas a partir de la Asociación
de fomento Amigos de Mar de Ajó
- Grado de acceso a la información: diarios, revistas, radios, modas, etc.
- Número de habitantes estables entre 1935-1936
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- Cantidad de viviendas edificadas entre 1935-1940


- Cantidad de lotes vendidos entre 1935-1936

Hipótesis 1: existió en los primeros pioneros de la zona de la Margarita una


mentalidad de desarrollo y pujanza del Balneario, más allá de las
características propias del desarrollo turístico, hubo mentalidad fundacional de
una nueva ciudad, que se materializó a través de la creación e
institucionalización de la Asociación de Fomento Amigos de Mar de Ajó.

Hipótesis 2: la mentalidad de los pioneros marajenses, es conservadora mas


allá de su pujanza en el desarrollo local, esto queda manifiesto en el rol
institucional de la Asociación de Fomento, a la hora de centralizar la atención
de las diferentes necesidades de la zona (caminos viales, servicios de
electricidad, educación, etc.)
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Matrices de datos

Año Cantidad de Cantidad Cantidad


habitantes de de lotes
estables viviendas vendidos
edificadas
1935
1936

Familia Lugar de Profesión Nivel Creencias Nivel Año de


procedencia educativo (religión) económico llegada

Nivel social Número de Familias Pioneras

Alto

Medio

Bajo

Instituciones Año de Fundación Objetivos Número de


miembros
aprox.
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Cuestionario:

Universo: Familias Pioneras de la zona de la Margarita, años 1935-1936

Muestra: 1 descendiente de 10 familias pioneras

1) ¿En qué año llego su familia a la zona de la Margarita?


2) ¿Cuántos miembros vinieron y cuál era su grado de parentesco?
3) ¿Qué razones llevaron a la familia a asentarse en la zona?
4) ¿Existían planes para quedarse en forma permanente en la zona?
5) ¿Compraron lotes en la zona?
6) ¿Cuánto tiempo paso aproximadamente, entre la llegada y la
construcción del hogar familiar?
7) ¿A qué tipo de actividades se dedicaron los miembros de su familia?
8) ¿Participo alguno de los miembros de la familia en la Asociación de
Fomento Amigos de Mar de Ajó?
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Marco teórico

La presente investigación se centra en el análisis de la mentalidad de los


pioneros marajenses, con lo cual es preciso señalar algunas aristas del
derrotero teórico del tema, a modo de esclarecer y simplificar la compresión
metodológica del presente trabajo.

La investigación aquí presentada se enfoca en la corriente de la historia de las


mentalidades, parte de los nuevos aportes de la historia social, que a partir de
los años 60 y 70, conforman una nueva forma de historiografía que se centra
en la mentalidad colectiva y la psicológica social, para explciar los fenómenos
históricos. La mentalidad se constituye en objeto histórico fundamental un
objeto, que es diametralmente opuesto al de la historia intelectual clásica:
frente a la idea, construcción consciente de un espíritu individualizado, se
opone, la mentalidad siempre colectiva que regula, sin explicitarse, las
representaciones y los juicios de los sujetos en sociedad.

A partir de estas aclaraciones el primer eje al que haremos referencia es al


mismo concepto problemático de mentalidad, aludido anteriormente. El
primero en abordar desde la Historiografía a la mentalidad colectiva fue R.
Mandrou, quien la define como los esquemas o los contenidos del
pensamiento que, aunque se enuncien en el modo individual, son en realidad
los condicionamientos no conocidos e interiorizados que hacen que un grupo o
una sociedad comparta, sin necesidad de que sea explícito, un sistema de
representaciones y un sistema de valores. La noción de mentalidad que
engloba, tal como lo escribe R. Mandrou: "tanto aquello que se concibe como lo
que se siente. Tanto el campo intelectual como el afectivo". Para Lukacs, la
mentalidad se asocia al concepto de "visión del mundo", definido como "el
conjunto de aspiraciones, de sentimientos y de ideas que reúne a los miembros
de un mismo grupo (lo más frecuente, de una clase social) y los opone a los
otros grupos. No debemos olvidar que la mentalidad colectiva de un grupo
social va íntimamente ligada a dos conceptos esenciales de análisis: las
representaciones y los imaginarios sociales.
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Para ahondar en estos dos ejes, mencionaremos al clásico Durkheim (2000)


quien emplea este concepto para analizar un tipo de fenómenos que tienen su
origen en el entramado de relaciones sociales que establecen los individuos en
una sociedad. Señala que las representaciones colectivas son “realidades [que]
sostienen con su sustrato íntimas relaciones [y cuya] autonomía no puede ser
sino relativa” (Durkheim, 2000: 48). El sustrato de estas representaciones
colectivas es “el conjunto de los individuos asociados” (:48). Las
representaciones colectivas se producen por el intercambio de acciones que
realizan los individuos como colectividad, en el seno de la vida social y
constituyen, por lo tanto, hechos sociales que sobrepasan y se imponen al
individuo, pues las propiedades individuales, al sumarse en la colectividad,
pierden su especificidad y se constituyen en fenómenos eminentemente
sociales.
Según Moscovici (1979) existe un carácter eminentemente social de las
representaciones, sumado a la naturaleza individual y psicológica. Denise
Jodelet (1986) destaca el carácter psicológico de la representación social al
conceptualizarla como “una forma de conocimiento específico, el saber de
sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos
generativos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido más amplio,
designa una forma de pensamiento social” (:474).
En suma la representación social constituye una forma de pensamiento social
en virtud de que surge en un contexto de intercambios cotidianos de
pensamientos y acciones sociales entre los agentes de un grupo social; por
esta razón, también es un conocimiento de sentido común que, si bien surge y
es compartido en un determinado grupo, presenta una dinámica individual, es
decir, refleja la diversidad de los agentes y la pluralidad de sus construcciones
simbólicas.

Por otro lado para Cornelius Castoriadis, los imaginarios sociales no


constituyen ni más ni menos que algo inventado (...) lo imaginario se separa de
lo real ya sea que pretenda ponerse en su lugar (una mentira) o que no lo
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pretenda (una novela).1Siguiendo a este autor el imaginario necesita del


símbolo para existir y viceversa ya que el símbolo presupone lo imaginario, en
ambos casos se complementan. Ahora el imaginario se hará efectivo en la
medida que vuelva a su capacidad de ver o representar lo que no es. En última
instancia sostiene Castoriadis, la sociedad necesita de los imaginarios para su
ordenamiento social.

1
Castoriadis, Cornelius, La institución imaginaria de la sociedad, Buenos Aires, Tusquets Editores, 2013.
Pp. 16
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Estado del arte

A medida que nos adentramos en la historia de la región de la Atlántida


Argentina, podemos observar una ausencia casi total de trabajos globales y
sintéticos a la vez sobre los orígenes de la región y mucho menos una historia
social de su gente y primeros pioneros locales. Nos encontramos con trabajos
aislados, bien documentados, pero poco difundidos y conocidos por las
comunidades costeras. Algunos de dichos trabajos serán analizados y
mencionados aquí para un mayor detalle de los elementos de análisis en que
basaremos este trabajo.

Durante mucho tiempo la historia local costera se alejo de una historia social,
de un análisis real y profundo de la sociedad costera y su devenir historia,
siendo abordada desde otras disciplinas, y con las propias implicancias que ello
deriva; un caso ha sido el turismo. BERTONCELLO, Rodolfo es un emblema
de este tipo de trabajos en su CONFIGURACION SOCIO-ESPACIAL DE LOS
BALNEARIOS DEL PARTIDO DE LA COSTA(PROVINCIA DE BUENOS
AIRES)un estudio detallado de la conformación de los primeros balnearios de
la Costa Atlántica Bonaerense, publicado allá por 1987 bajo la dirección del
celebrE Reboratti. En dicho estudio la principal arista de trabajo del autor es el
impacto del turismo en la configuración territorial de la zona, con un excelente
recorrido por los conceptos de turismo, ecosistema y sustentabilidad, que lo
hacen ser uno de los primeros análisis de la región abordadas del mundo
académico especializado y con un enfoque inminentemente social, más
precisamente geográfico. Pero sin duda Bertoncello, en su carácter de
geógrafo se olvida del principal motor del desarrollo de la zona: sus pioneros,
su gente, sus universos cotidianos, resumido esto en la observación que hace
sobre los orígenes de los balnearios: La "fundación" de los Balnearios se limitó, en la mayoría de
los casos, a la aprobación legal de las subdivisiones de tierras con destino urbano que hemos descripto, y a la
provisión de algún tipo de infraestructura y equipamiento indispensables para la venta de los lotes. Los imponentes
trazados, los parques y plazas, sólo existían en el papel, y mucho tiempo tendría que transcurrir para que, a través
de la acción de los distintos agentes involucrados, los Balnearios proyectados fuesen cobrando vida. En los casos de
San Clemente del Tuyú y Mar de Ajó, los testimonios recogidos entre los primeros en llegar indican que sólo se
encontraban en el lugar algunos comercios, las oficinas de ventas de la Compañia, y algunas otras construcciones
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hechas por ésta; no había ningún tipo de infraestructura, los lotes en el mejor de los casos sólo estaban amojonados,
y los Balnearios se reducían a un par de manzanas en total

Durante mucho tiempo la historia local tuvo al binomio: historia-turismo como


un todo social indisoluble, una unión hermética que recién en los trabajos de
Catalina Treppo empezamos a disyuntar y reconocer que la Costa tenía mucho
más que el motor turístico como eje de sus evolución histórica, hasta hacer
reflexionar y traspasar el eje en cuestión en ver a los pioneros, en la gente que
se dedico a no solo asentarse en los balnearios, sino en buscar su progreso a
través de instituciones y medios directos de acción colectiva. Esta nuestra
marplatense, jubilada en 1980, comienza a mediados de la década de los 80 a
realizar publicaciones sobre los orígenes de Mar de Ajó, a través del apoyo de
la Cooperadora del Hospital de Mar de Ajó (A.C.Un.Ho) el primero de dichos
trabajo se tituló: “Mar de Ajó, investigación de sus orígenes” , una seria de
copilaciones testimoniales de los primeros pioneros y sus familias, a la par de
una seria más amplia de dichos testimonios veinte años después titulado:
Raíces en la arena, 70 años de Mar de Ajó. En ambo textos se ve una trabajo
de investigación arduo y detallado, con un tipo de abordaje exclusivo casi de
historia oral, aunque no puede definirse como la misma autora lo menciona,
como un libro de historia de mar de ajo, no solo por ausencia estricta de
metodología, sino por la carencia misma de fuentes escritas citadas en el
trabajo. El último de los libros amplio la mirada sobre las familias pioneras y sus
historias de vida en ese Mar de Ajó en formación, para inmiscuirse en las
instituciones y algunos de sus protagonistas principales, sin ser un texto de
historia, constituye una buena síntesis de la vida de los primeros habitantes
aunque debemos mencionar poco nos aporta en cuanto a la transformación
misma de esa mentalidad pionera pujante, a esas representaciones e
imaginarios sociales que en su conjunto aportaron la matriz de progreso de
esta ciudad balnearia. La falta de una unidad de síntesis en los testimonios
reunidos, nos hace ver solo historias fragmentadas que requieren de un previo
conocimiento de la historia mínima de nuestra ciudad para interpretarlos y
comprender los sentidos intrínsecos de una misma historia, que es en definitiva
la historia de Mar de Ajó.
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Por último un trabajo interesante también sobre Mar de Ajó y los orígenes en
general de la historia local, es el libro de Francisco Diurno: Historia y leyendas
del Tuyú. Si bien el texto ahonda sobre los orígenes del término Tuyú y Ajó,
consta de una variada cantidad de fuentes, un lenguaje ameno y un estilo de
prosa de tipo novelesco, que atrapa al lector y lo hace partícipe de la
investigación del autor. La estirpe poética de Diurno se hace visible en todo el
recorrido del texto, aunque hay que destacar que tampoco puede definirse
estrictamente como un texto de historia sobre la región, ni como un estudio
antropológico o etnográfico, más bien por su abordaje metodológico y textual
se presenta más como una antología de historias y leyendas de la región, que
roza la novela histórica en algunos momentos del relato e incluso incluye
fragmentos poéticos en algunos momentos.

A partir de este recorrido , observamos la gran carencia de textos académicos


bien desarrollados y basados en metodología histórica, también de
historiadores profesionales de la zona, que excedan al escritor amateur o al
escritor-periodistas, que como hemos visto ha cubierto y en buenahora han
sumado importantes aportes a la historia local. Se necesitan historiadores
locales que persigan no solo el relato-síntesis típico de una forma de hacer
historia del paradigma positivista, presentes en los principales trabajos
existentes, es decir historias desde un enfoque problematizador de los hechos,
más allá del testimonio oral, con base empírica en la diversidad de fuentes aun
presentes en la zona, para pensar una investigación histórica novedosa, inédita
y ante todo con aportes nuevos a la historia que ya todos conocemos, a través
de esta literatura presente.

Así, se constituye en objeto histórico fundamental un objeto/ que es diametralmente


opuesto al de la historia intelectual clásica: frente a la idea, construcción consciente de un
espíritu individualizado, se opone. la mentalidad siempre colectiva que regula. sin
explicitarse, las representaciones y los juicios de los sujetos en sociedad. Se plantea
entonces de una forma nueva la relación entre la conciencia y el pensamiento. cercana a
la de los sociólogos de tradición durkheirniana, que pone el acento sobre los esquemas o
los contenidos del pensamiento que, aunque se enuncien en el modo individual, son en
realidad los condicionamientos no conocidos e interiorizados que hacen que un grupo o
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una sociedad comparta, sin necesidad de que sea explícito, un sistema de


representaciones y un sistema de valores. I
la noción de mentalidad que engloba, tal como lo escribe R. Mandrou: "tanto aquello que
se concibe como lo que se siente. Tanto el campo intelectual como el afectivo". De aquí
surge la atención que se presta a las categorías psicológicas. y la que se presta a las
categorías intelectuales, constituyendo una separación suplementaria entre una historia de
las mentalidades así identificada con la psicología histórica y la historia intelectual sin su
definición tradicional.

A partir de una postura intelectual parecida. A. Dupront propuso


en el Congreso Internacional de Ciencias Históricas (Estocolmo,
1960), constituir la historia de la psicología colectiva como disciplina
particular en el campo de las ciencias humanas, otorgándole unaeXtensión
máxima al recubrir "la historia de los valores, las mentalidades,
las fonnas,lo simbólico, los mitos". [19J A través de dicha definición
de la psicología colectiva, se sugería una refonnulación total
de la historia de las ideas. En efecto, uno de los mayores objetos de la
historia de la psicología colectiva es el constituido por las ideas-fuerzas
y los conceptos esenciales que habitan en lo "mental colectivo" (el
término pertenece a A. Dupront) de los hombres de una época determinada.
Las ideas, captadas a través de la circulación de las palabras
que las designan, situadas en sus raíces sociales, 􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥 tanto en
su carga afectiva y emocional como en su contenido mtetectuat, se
convierten, al igual que los mitos o las combinaciones de valores, en
una de esas "fuerzas 'colectivas por las cuales los hombres viven 􀁥􀁥
época" y, por lo tanto, uno de los componentes 􀁥􀁥 la "psique colectiva"
de una civilización.

Extraído de Lukacs, el concepto de


"visión del mundo" es el instrumento que autoriza dicha posición. Definido
como "el conjunto de aspiraciones, de sentimientos y de ideas
que reúne a los miembros de un mismo grupo (lo más frecuente, de
una clase social) y los opone a los otros grupos;' [25] permite una tri-pie operación:
asignar una significación y una posición social definidas
a los textos literarios y filosóficos, comprender los parentescos
que existen entre obras de forma y naturaleza opuestas, discriminar en
el interior de una obra individual los textos "esenciales" (el adjetivo
pertenece a Goldmann), constituidos como un todo coherente, con el
cual debe relacionarse cada obra singular. En Goldmann, el concepto
de visión del mundo tiene a su cargo las funciones que pertenecen al
utillaje mental de Febvre y al habitus <l-e Panofsky (y Bourdieu), El
Dieu Caché (Dios Oculto) daba una aplicación discutible, pero ejemplar,
de estas proposiciones, al construir los Pensées de Pascal y nueve
tragedias de Racine, desde Andrómaca hasta Atalia, como el corpus
que expresa con la mayor coherencia posible "una visión trágica
del mundo", identificada con el jansenismo, y relacionando esta conciencia
colectiva a un grupo particular, el de los oficiales de toga desposeídos
de su poder, y por lo tanto, de su poder social, como consecuencia
de la construcción del Estado absolutista

La recolecta contable de lo superficial,


lo banal o lo rutinario no es representativa y la conciencia colectiva
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del grupo (que es "inconsciencia" colectiva para la mayoría) se da únicamente en el


trabajo, imaginativo o conceptual, de algunos autores
que la \levan a su grado más alto de coherencia y transparencia.
. El debate aquí entablado afecta la definición en sí de la historia
Intelectual, la constitución de su propio objeto. En 1960, A. Dupront
defiende así la historia de las ideas:
"La historia de las ideas, mal señalizada y capaz de recibir, como
un cubrelotodo generoso, todo aquello que la historia tradicional
despreciaba, se incli?a demasiado hacia la intelectualidad pura, la
VIda abstracta de la Idea, aislada del medio social donde se arraiga
y expresa en forma tan diversa (...). Lo que importa, tanto como
la Idea, tal vez más, es la encamación de la idea, sus significados,
el uso que hacemos de ella". [27]

Primera partición tradicional: la que opone lo culto y lo popular,


higb culture y popular culture. Esta división, planteada como evidente,
lleva en sí misma toda una serie de corolarios metodológicos de
los que J. Higham, Primera partición tradicional: la que opone lo culto y lo popular,
higb culture y popular culture. Esta división, planteada como evidente,
lleva en sí misma toda una serie de corolarios metodológicos de
los que J. Higham, en 1954, daba el principio:
"E.l análisis interno de lo humanista se aplica principalmente a la elitemtelectual,
y no ha llegadomuy lejos en el vasto campo del pensarmcruo
popular. El enfoque externo del científico social nos acerca
más a las lealtades y aspiraciones colectivas de la humanidad". en 1954, daba el principio:
"E.l análisis interno de lo humanista se aplica principalmente a la elitemtelectual,
y no ha llegadomuy lejos en el vasto campo del pensarmcruo
popular. El enfoque externo del científico social nos acerca
más a las lealtades y aspiraciones colectivas de la humanidad".

En numerosos textos encontramos, tanto en Franci·a como enI 1os


Estados Unidos, esa misma oposición entre la cultura de la ?layoría
por un lado, que pediría un enfoque externo, colectivo y cuantitativo
y, por el otro, la intelectualidad de los pensamientos 􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥􀁥 􀁥􀁥􀁥􀁥
susceptible de un análisis interno, individualizando la irreductible onginalidad
de las ideas. Sea en forma clara o no, es sobre esta distinción
que se han basado los historiadores deseosos de explorar el vasto
territorio de la cultura popular, objeto no sólo único sino en todo caso
privilegiado de la historia de las mentalidades en Francia y de una historia
cultural largamente inspirada por la antropología en los Estados
Unidos.

El hecho de poner en duda la pareja erudito/popular nos lleva


entonces a una segunda partición, cuyo objeto es otra de estas distinciones
que los historiadores consideran fundamentales, ya se trate
de historiadores de ideas o de mentalidades: la oposición entre creación
y consumo, entre producción y recepción, A partir de esta distinción
primordial surge toda una serie de corolarios implícitos. En primer
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lugar, es la base de una representación del consumo cultural que


se opone, palabra por palabra, a la de la creación intelectual: pasividad
contra invención, dependencia contra libertad, alienación contra
consciencia. La inteligencia del "consumidor" es (para retomar una
metáfora de la antigua pedagogía) como una cera blanda donde se inscribirían
legiblemente las ideas y las imágenes forjadas por los crea-dores intelectuales. De
esto surge otro corolario, una inevitable partición
disciplinaria entre el estudio de la difusión intelectual, que nos
informaría de una sociología cultural retrospectiva y el de la producción
intelectual, que sería privativo de un enfoque estético de las formas
o de una comprensión filosófica de las ideas. Esta separación radical
entre producción y consumo nos conduce a postular que las ideas
o las formas poseen un sentido intrínseco, totalmente independiente
de su apropiación por un sujeto o un grupo de sujetos. Por aquí, en
forma subrepticia, el historiador vuelve a introducir su propio "consumo"
ylo convierte, sin tener mucha consciencia de ello, en categoría
universal de interpretación. Hacer como si los textos (o las imágenes)
tuvieran significaciones dadas, fuera de las lecturas que las construyen,
nos lleva, queramos o no, a relacionarlas con el campo intelectual
(y sensorial) que es el del historiador que las analiza, descifrándolas
a través de categorías de pensamiento cuya historicidad no es percibida
y que se dan implícitamente como permanentes.
Restituir esta historicidad exige en primer lugar que el "consumo"
cultural o intelectual sea considerado como una producción que
no fabrica ningún objeto concreto pero constituye representaciones
que nunca son idénticas a aquellas que el productor, el autor o el artista
ha empleado en su obraDefinida como "otra producción", el consumo cultural, por
ejemplo la lectura de un texto, puede escapar a la pasividad que se le
atribuye tradicionalmente. Leer, mirar o escuchar son, en efecto, actitudes
intelectuales que, lejos de someter al consumidor a la omnipotencia
del mensaje ideológico y/o estético que se considera que modela,
autorizan la rcapropiación, el desvío, la desconfianza o la resistencia.
Esta constatación debe llevamos a repensar totalmente la relación
entre un público designado como popular y los productos históricamente
diversos (libros e imágenes, sermones y discursos, canciones,
fotonovelas o emisiones de televisión) propuestos a su consumo. La
"atención oblicua" que, para Richard Hoggart, caracteriza el desciframiento
popular contemporáneo de esos materiales, [44] es una de las
claves que autorizan a dilucidar cómo la cultura de la mayoría puede
en cualquier época, y gracias a una toma de distancia, conseguirse un
lugar o instaurar una coherencia propia en los modelos que le son impuestos,
a la fuerza o no, por los grupos y los poderes dominantes. Esta
perspectiva ofrece un contrapeso frente a aquella que pone el acento
sobre los dispositivos, discursivos o institucionales, que en una sociedad
tienden a dividir el tiempo y los lugares, a disciplinar los cuerpos
y las prácticas, a modelar las conductas y los pensamientos. Estas
tecnologías de la vígilancia y la inculcación deben pactar y acomodarse
con las tácticas de consumo y de utilización de los que ellas tienen
la función de moldear. Lejos de poseer la absoluta eficacia aculturante
que a menudo les atribuimos, estos dispositivos de todos los órdenes
(de los que forman parte varios de los materiales que son por lo general
el objeto de la historia cultural) dejan necesariamente un lugar, en
el momento en que son recibidos, al distanciamiento, al desvío, a la
reinterpretación.
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3.3. ¿Pero, cuál es el estatuto de estos textos múltiples que la


historia intelectual se da como objeto de análisis? Tradicionalmente,
es su función misma, la que supuestamente les otorga una unidad: en
efecto, todos constituirían representaciones de una realidad que se esforzarían
por captar bajo distintas modalidades, filosóficas o literarias. La oposición entre
realidad y representación queda eníonces planteada
como primordial, para distinguir tipos de historia y, al mismo tiempo,
discriminar los tipos de textos.' Al historiador de economías y sociedades
que restituye aquello que fue se opondría el de las mentalidades
o las ideas cuyo objetivo no es lo real sino la forma en que los
hombres lo piensan y lo transponen. A esta división del trabajo histórico
corresponde una división de los materiales propios a cada campo.
A los textos "documentales" que, sometidos a una crítica justa revelan
lo que era la realidad antigua, se opondrían los textos "literarios" cuyo
estatuto es el de la ficción y por lo tanto no pueden ser considerados
testigos de la realidad. Esta división fundamental no ha sido alterada
ni por la construcción en forma de series estadísticas de "documentos"
antiguos, hecho que sólo acentúa su valor de verdad, ni por la reciente
utilización de textos literarios por parte de los historiadores
puesto que en este caso pierden su naturaleza literaria por ser llevados
al estatuto de los documentos, admisibles por decir, de otra manera, lo
que el análisis social estableció ya por sus propios procedimientos. El
texto individual se convierte así en una ilustración "vivida" de las leyes
de la cantidad.
Trabajo Final: Diseño de Investigación

Elaborar, con carácter de escrito, un diseño de investigación, real o hipotético, de una extensión aproximada de 15
carillas. Cualquiera sea la estructura del informe que se escoja, deberán constar claramente explicitados los siguientes
aspectos:
1) Título, que resuma el tema central de la investigación.
2) Pregunta de partida, la cual debe ser definida a partir de criterios de claridad, empiricidad, operatividad y pertinencia.
3) Definición clara y justificada del objeto de estudio, explicitando en especial: el ámbito espacial, el período, la
“población”, el tipo de muestreo a utilizar si lo hubiere. Justificar todos los recortes realizados (cronológicos, temáticos,
espaciales, etc.).
4) Objetivos generales y específicos de la investigación.
5) Explicitar y fundamentar el tipo de investigación a desarrollar (exploratorio, descriptivo, correlacional, explicativo,
etc.).
6) Explicitar brevemente si ha sido prevista o no la utilización de la comparación con otros casos o con otros estudios,
justificando la opción.
7) Definición del marco teórico a utilizar. El mismo debe incluir:
a- Breve resumen de cómo ha sido analizada la problemática por otros autores con la correspondiente bibliografía (no
es necesario una exposición exhaustiva de los autores consultados -dos autores como mínimo- pero si un resumen
claro de sus opiniones centrales en relación al tema).
b- Críticas o sugerencias a lo planteado por los autores vistos (esta fase no es imprescindible en el caso en que se
fundamente sólidamente la elección del marco teórico de otro autor).
c- Conceptualización de los elementos teóricos básicos del análisis.
8) Operacionalización de las principales variables e indicadores para analizar la hipótesis.
9) Justificación de la/s unidad/es de análisis elegida/s.
10) Hipótesis central e hipótesis secundarias.
11) Métodos a utilizar, justificando la pertinencia de los mismos en función de la problemática de investigación y para la
recolección de los datos (análisis de contenido, encuestas, relevamientos estadísticos, historia oral, análisis de
documentos, etc.). Incluir una reflexión sobre las ventajas y límites que presentan las perspectivas cuantitativas y/o
cualitativas para abordar la problemática planteada.
Seminarios de técnicas de investigación

12) Caracterización de las fuentes a utilizar (datos que suministran, posibles problemas, representatividad y sesgos,
etc.). En este punto es esencial demostrar la factibilidad del proyecto propuesto.
13) Descripción breve de los recursos necesarios (si los hubiere) y calendario estimativo de la investigación:
explicitación sencilla del calendario, reseñando las principales actividades a realizar mediante un gráfico (por ejemplo
un gráfico de barras).
14) Otros aspectos que se consideren pertinentes.

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