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Tipo: Parasito.

Características; Toxoplasma gondii es un parásito intracelular obligado, pertenece


al filo Apicomplexa. Su ciclo de vida comprende diferentes estadíos. Las formas
infectantes son los esporozoítos contenidos en el ooquiste esporulado, los
bradizoítos contenidos en el quiste y los taquizoitos contenidos en el pseudoquiste
con forma de banana de 7-8 micras de tamaño. Su ciclo de vida comienza cuando
el hospedador definitivo (felinos) ingiere el ooquiste esporulado presente en el
agua, en la vegetación o en carne cruda con quistes o pseudoquistes. En el
intestino del felino el parásito continúa su ciclo y nuevos ooquistes son liberados
con las heces. En el exterior los ooquistes esporulan al cabo de 1 a 5 días. Los
ooquistes esporulados, los quistes o pseudoquistes también pueden ser ingeridos
por un hospedador intermediario (mamíferos y aves), en este caso el pará- sito
migra, a través de la circulación sanguínea del intestino, a otros órganos y tejidos
del hospedador, quedando encerrado en una célula conocida como pseudoquiste,
donde el parásito se multiplica y se libera infectando nuevas células, con el tiempo
el pseudoquiste puede calcificarse y formar un quiste de hasta 100 micras de
tamaño.
Viabilidad, propagación y transmisión
Reservorio; Humanos, mamíferos (felinos, ovinos, caprinos, bovinos, porcinos,
roedores), aves, suelo, vegetación, agua, alimentos (carne cruda, vegetales).
Hospedadores; Humanos, mamíferos (felinos, ovinos, caprinos, bovinos, porcinos,
roedores) y aves.
Dosis infectiva mínima (DIM): 10 ooquistes esporulados.
Supervivencia ambiental: El ooquiste es muy resistente a las condiciones
ambientales, pudiendo sobrevivir y permanecer infectivos mucho tiempo en el
agua, suelo húmedo o vegetación. Los quistes tisulares pueden sobrevivir durante
semanas a temperatura ambiente y los taquizoitos, durante días a 5ºC en sangre.
Formas de resistencia; Los ooquistes son resistentes a muchos desinfectantes.
Mecanismo de propagación y transmisión; La transmisión se produce
principalmente por la ingesta de carne cruda o mal cocida con el quiste o el
pseudoquiste (zoonosis) y por la ingesta de leche, agua o vegetales contaminados
con el ooquiste. Otras formas de transmisión son la inhalación de ooquistes, el
contacto con suelo contaminado y la inoculación de sangre infectada o la
inoculación de los taquizoitos o bradizoitos presentes en el pseudoquiste o quiste.
Las heces frescas no son infectantes, tiene que pasar un período de 1-5 días para
que se produzca la esporulación de los ooquistes. Los artrópodos contribuyen a la
dispersión de los ooquistes. No se transmite de persona a persona, salvo de la
madre al feto por vía transplacentaria.
Vías de entrada; Digestiva. Respiratoria. Mucosa. Parenteral.
Actividades laborales con riesgo; Agricultura, silvicultura, explotación forestal y
jardinería. Actividades en contacto con animales o sus productos. Procesado,
conservación de carne y elaboración de productos cárnicos, procesado,
conservación de frutas, hortalizas y elaboración de productos a partir de las
mismas. Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y
limpieza urbana. Construcción. Actividades sanitarias y laboratorios.
Efectos en la salud;
Infección Toxoplasmosis: infección que suele cursar de forma asintomática. En
caso de síntomas, estos son leves como: astenia, cefalea, febrícula, mialgias,
inflamación de los ganglios linfáticos y dolores abdominales. Cuando el parásito
deja de dividirse, se forma un quiste y la infección se hace crónica, manteniéndose
en estado de latencia y pudiéndose reactivar en caso de inmunodepresión del
hospedador. En individuos inmunodeprimidos, la toxoplasmosis es una infección
oportunista con consecuencias fatales como neumonitis, miocarditis y encefalitis.
Efectos en la maternidad; Sólo riesgo en caso de embarazada con serología
negativa (primoinfección durante el embarazo). La transmisión al feto se produce
por vía transplacentaria, el riesgo de transmisión al feto es menor durante el
primer trimestre de embarazo, pero las consecuencias son más graves que si la
transmisión se produce en la segunda mitad del embarazo. Los daños pueden ser:
aborto, mortinato, malformaciones, daños severos en el sistema nervioso central
(hidrocefalia, calcificaciones, coriorretinitis). No se transmite por la leche materna.
Prevención y control
Desinfectantes; Los taquizoitos y los quistes tisulares son sensibles a etanol al
70% y a hipoclorito sódico al 1%. El ooquiste es sensible a yodo y formaldehído.
Inactivación física; Los ooquistes se inactivan a temperaturas superiores a 66ºC
en menos de 10 minutos. Los quistes tisulares se inactivan a 67ºC y por
congelación a -15ºC al menos durante 3 días o bien a -20ºC al menos 2 días.
Antimicrobianos; Pirimetamina, espiramicina, clindamicina, sulfamidas.
Diagnóstico: El diagnóstico de la toxoplasmosis se hace normalmente mediante
pruebas serológicas. Las pruebas que miden la inmunoglobulina G (IgG) se
utilizan para determinar si una persona ha sido infectada. Si es necesario estimar
el tiempo de infección, algo que es de gran importancia para las mujeres
embarazadas, las prueba que miden la inmunoglobulina M (IgM) también se
utilizan junto con otras pruebas.
El diagnóstico puede hacerse mediante la observación directa del parásito en
cortes de tejidos teñidos, el líquido cefalorraquídeo (LCR), o material de biopsia
otros. Estas técnicas se utilizan con menos frecuencia debido a la dificultad de
obtener estas muestras.
Los parásitos también pueden ser aislados de los fluidos corporales de sangre o
de otro tipo (por ejemplo, el LCR), pero este proceso puede ser difícil y requiere
mucho tiempo.
Las técnicas moleculares que pueden detectar el ADN del parásito en el líquido
amniótico pueden ser útiles en casos de posible madre a hijo (congénita) de
transmisión.
Tratamiento: Las personas asintomáticas generalmente no necesitan tratamiento.
Los medicamentos para tratar la infección incluyen antipalúdicos y antibióticos.
Los pacientes con SIDA deben continuar el tratamiento en tanto el sistema
inmunitario esté débil con el fin de prevenir la reactivación de la enfermedad. Las
mujeres embarazadas, los recién nacidos y los niños pueden tratados, sin
embargo, el parásito no se elimina por completo.
Se utilizan varios esquemas, en concordancia con el tipo y severidad del cuadro
clínico, la edad del paciente y en el embarazo. La mayoría de pacientes
inmunocompetentes con toxoplasmosis primaria no requieren de tratamiento, a
menos de que exista compromiso visceral o manifestaciones clínicas persistentes.
Debe tenerse en cuenta que los fármacos existentes no destruyen los quistes
tisulares.
Se emplean: espiramicina, pirimetamina, sulfadiazina y ácido fólico, clindamicina,
trimetoprim-sulfametoxazol.
No hay evidencia de nivel I que apoye la eficacia de administrar tratamientos de
rutina a base de antibióticos o corticoesteroides en el tratamiento de la
retinocoroiditis en pacientes inmunocompetentes. Por otra parte, existe evidencia
de nivel II que sugiere que el tratamiento profiláctico a largo plazo puede reducir
las recurrencias en la retinocoroiditis crónica. Los efectos secundarios de ciertos
regimenes de antibióticos son frecuentes, por lo que los pacientes deben ser
monitoreados.

RESPUESTA INMUNOLOGICA
Para ello actúa sobre una proteína, llamada p38α, que se activa en respuesta a la
entrada de agentes patógenos, activando a su vez a los genes responsables de la
respuesta inflamatoria con la que el organismo se defiende en estas
circunstancias.
Pues bien, en contra de todo pronóstico, Toxoplasma gondii no inhibe esta
proteína, sino que la convierte en otro peón más de su juego, activándola a través
de una proteína propia, que se une a ella antes de que sea el organismo del
hospedador el que actúe. De este modo, consigue que también trabaje para él y
no en su contra.

En la respuesta inmune contra T. Gondii, participan diversos tipos de células


inmunitarias, entre ellas los linfocitos T y las células Natural Killer. Estas células
producen toda una serie de citoquinas proinflamatorias como el interferón gamma
(IFN-γ) o el factor de necrosis tumoral α (TNF-α), que promueven la destrucción de
la células infectadas. Por otra parte, se activan los linfocitos B que fabrican
anticuerpos específicos, sobre todo de tipo IgG, importantes en el control de la
infección. No obstante, una activación excesiva de la inmunidad puede producir
daños en el organismo, por lo que es importante mantener su equilibrio.

El desarrollo de una fuerte respuesta inmune celular Th1 es primordial en el


control de la infección por T. gondii, con la producción de citocinas
proinflamatorias.
Durante la fase inicial de la infección, los neutrófilos, macrófagos y células NK
constituyen la principal respuesta del hospedero, mediante la fagocitosis, toxicidad
celular y la producción de IFN-g por las NK.
Los macrófagos y células dendríticas presentan los antígenos a las células CD4+
y CD8+. La respuesta que se produce finalmente es del tipo Th1, con la
modulación de la importante respuesta inflamatoria.
En sujetos en los que predomina la respuesta Th2, no se bloquea la replicación
parasitaria. La patogenia de la enfermedad se asocia a una replicación no limitada
y a una continua destrucción de células parasitadas.

Durante una infección natural con T. gondii, el sistema inmunológico es estimulado


tanto a nivel de mucosas, lugar de penetración del parásito, como a nivel
sistémico. La infección induce en el hospedador una respuesta inmune humoral y
una fuerte respuesta mediada por celulas que resulta en el bloqueo de la
multiplicación del taquizoito y en la formación de quistes conteniendo bradizoitos,
evento que comienza a los l4 días, que definen la etapa crónica de la infección.
Virtualmente todas las cepas de ratón desarrollan una fuerte respuesta inmune del
tipo Thl, independientemente del haplotipo MHC que posean. La resistencia del
hospedador al parásito es críticamente dependiente de IFN-y. Durante las fases
aguda y crónica de la infección, las células NK y las células T CD4- y CD8' son
activadas e inducidas a producir esta citoquina protectora. El TNF-a también
participa en la resistencia del hospedador, pero parece ser más crítico en la fase
crónica.
Inmunidad sistémica: Iniciación
La infección con T. gondii, induce una fuerte inmunidad no especifica,
independiente de células T, que juega un rol importante en el desarrollo de células
T parásito-específicas.
La activación de la respuesta innata ocurre en estadios tempranos de la infección
que resulta en la síntesis de INF-y, IL-12, TNF-a, GMCSF, IL-6 e IL-l por células
NK, células dendríticas, macrófagos y neutrófilos. En humanos, se demostró in
vitro que la actividad anti-Toxoplasma inducida por IFN-y depende, al menos en
parte, de la inducción de IDO (indolamina 2,3 dioxigenasa) que degrada el
triptofano y provoca un cese en el crecimiento del parásito en macrófagos y
fibroblastos.
Dos roles principales se le atribuyen a esta activación temprana: el primero es
limitar la replicación del taquizoíto antes del desarrollo de la inmunidad mediada
por células T; y el segundo, dirigir el desarrollo de una respuesta de células T
apropiada índuciendo la diferenciación de células Th precursoras a células Thl
efectoras. Dentro de este medio de citoquinas pro-inflamatorias, los componentes
del sistema inmune adquirido que son importantes para el control de la infección,
principalmente los linfocitos T, reconocen la combinación apropiada de Ag, MHC y
moléculas co-estimuladoras.

Rol de IL-12 en la inducción de una respuesta Thl


La IL-12 es la principal citoquina que promueve la síntesis de IFN-y en células NK
y linfocitos T índuciendo una respuesta Th1. Esto se demostró en un estudio en
donde la neutralización de esta citoquina con anticuerpos inducía respuestas
reducidas de IFN-y y mortalidad aguda de ratones infectados con una cepa no
virulenta de T. gondii, y en otro estudio, en donde ratones deficientes en la
subunidad p40 de IL-12, morían frente a la infección con la misma cepa del
parásito presentando una cinética similar a animales knockout (KO) para lFN-y.
Una fuente importante de IL-12 son las células dendríticas que producen IL-l2p40
en respuesta a la infección con T gondii. Hay evidencia de la existencia de una vía
de regulación una vez que la producción de esta citoquina ha sido iniciada. Esta
vía estan relacionada con la inducción de lipoxina A4, un eicosanoide que funciona
mediante la supresión de la expresión del receptor de quemoquinas CCRS,
involucrado en el mecanismo de estimulación de lL-12. Estos descubrimientos
sugieren que una vez que la producción de IL-l2 ha sido inducida y las respuestas
Th1 iniciadas, la síntesis de la citoquina es inhibida activamente, probablemente
para beneficio tanto del hospedador como del parásito.
Inmunidad Celular
Activación temprana de linfocitos T
El T. gondii tiene la habilidad de inducir la proliferación y producción de lFN-y en
linfocitos T durante los primeros días de la infección. Esta activación temprana de
la actividad de células T ocurre principalmente mediante la vía clásica de
procesamiento y presentación de péptidos antigénicos en el contexto de MHC
clase I y II y las moléculas coestimuladoras apropiadas.

Modulación de la activación de células T


Si la respuesta Thl generada por T. gondii no es regulada, la respuesta misma
representa un riesgo para los tejidos del hospedador. La citoquina IL-10 es
producida por una gran variedad de células que incluyen linfocitos Th2, células B,
macrófagos, células dendríticas y neutrófilos. La lL-10 inhibe la síntesis de una
gran variedad de citoquinas proinflamatorias de macrófagos y es entonces un
importante modulador de las funciones efectoras de estas células. El principal
mecanismo por el cual la lL-10 inhibe la síntesis de IFN-y en NK y linfocitos Thl es
mediante la inhibición de la síntesis de IL-12 en macrófagos.

Citotoxicidad mediada por linfocitos


Además de liberar IFN-y en respuesta a Ag parasitarios, las células CD8+ exhiben
una fuerte actividad citotóxica (CTL) restringida a MHC clase I sobre células
infectadas. También demostró que luego de una infección oral, los linfocitos
intraepiteliles CD8 TCR a/B positivos confieren protección luego de una
transferencia, y que in vitro secretan IFN-y y exhiben actividad CTL contra
enterocitos infectados. Por otro lado, se ha encontrado actividad CTL restringida a
HLA clase l en células CDS+ de sangre periférica de humanos con toxoplasmosis
aguda y este tipo de clones pueden ser cultivados de linfocitos de sangre
periférica de pacientes con infecciones crónicas. Por lo tanto, tanto en ratones
como en humanos, la infección con Toxoplasma provee un estímulo potente para
la generación de células CD8+ efectoras capaces de lisar células blanco
infectadas con el parásito.

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