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Contribuciones a la Psicología

Kurt Goldstein

Aunque entrenado como médico, Goldstein fue pionero en muchos importantes avances
en la psicología. Como pionero temprano en la neuropsicología, estudió los efectos del
daño cerebral en las habilidades cognitivas relacionadas con la abstracción. Su trabajo lo
llevó a concluir que, aunque áreas físicas del cerebro, como el lóbulo frontal o el ganglio
subcortical puedan estar dañados, el trauma psicológico era en general una preocupación
más urgente. Sus conclusiones sobre la esquizofrenia enfatizaron la enfermedad como un
mecanismo protectorio contra la ansiedad más que como un defecto orgánico. 2
También hizo aportes al trauma de guerra, siguiendo las investigaciones del psicólogo
alemán Hermann Oppenheim. En la época que siguió a la Primera Guerra Mundial, los
médicos pensaban que los soldados simplemente falsificaban sus síntomas con el objetivo
de recibir una pensión. Dado la escasez de estudios al respecto no podía probarse lo
contrario. Goldstein y su equipo intentaron estudiar este fenómeno desde una perspectiva
holista al teorizar que todas las redes neuronales estaban interconectadas y, así,
conectadas con el mundo exterior. Por lo tanto, todo trauma uno recibe en la guerra tenía
un impacto directamente en las redes neuronales. Más tarde se dedico al intentó de
rehabilitar a los pacientes que sufrían del trauma de guerra. En ese tiempo, los veteranos
eran localizados en asilos o penitenciarias. Goldstein intentó devolverles un
funcionamiento normal introduciendo un equipo multidisciplinario consistente en médicos,
ortopedistas, personal sociológico y psicológico, así como una escuela que proveía de
workshopts para los pacientes. Sus esfuerzos resultaron en la rehabilitación exitosa de
muchos soldados: el 73% de los pacientes fueron capaces de retornar a sus viejos
empleos mientras que solo el 10% permaneció hospitalizado. 34
LOS CIRCUITOS CORTICO-SUBCORTICALES EN LA COGNICION
La cognición no puede ser comprendida, evaluada y explicada sin la
participación de la corteza cerebral y sus vínculos con estructuras
subcorticales, tales como; el cerebelo, los núcleos basales y los talamos.
El cerebro opera como una red, constituida por espacios neurales de
referencia que se integran en redes conectadas a través de nodos
funcionales y estructurales, estas redes se distribuyen en áreas del
cerebro y no se encuentran necesariamente separadas, es decir que
pueden superponerse parcialmente. Cada red existe dentro de un
contexto de conexiones en otras redes, las cuales se ejecutan en
paralelo.
Todos los estados psicológicos (incluyendo conductas) surgen de la
interacción de las redes que trabajan juntas, influenciando y
restringiéndose unas a otras, generando así estados cognitivos. En estas
redes neuronales tan importante es el núcleo cortical como los núcleos
subcorticales, las conexiones estructurales y funcionales dadas por los
mecanismos de neurotransmisión. Evidencia acumulada de la patología
puso de manifiesto que las estructuras subcorticales no son estructuras
sólo de relevo y que las funciones psicológicas superiores no competen
sólo a estructuras corticales, si no que algunas de ellas como los
núcleos basales, tálamos y cerebelo participan también directamente en
la cognición.
Con respecto a lo anterior se han descrito cinco circuitos fronto-
subcorticales básicos, espacialmente segregados, cada uno integrado
por regiones específicas de la corteza cerebral (donde tienen su origen),
estriado (caudado y putamen), pálido, sustancia negra y núcleos del
tálamo, los cuales se denominan en función de la estructura cortical que
los origina y de la función principal implicada, la literatura se ha referido
a estos como los circuitos cortico-estriado-pálido-tálamicos, mismos que
constituyen redes funcionales.
Además de los circuitos, denominados canónicos, otros dos circuitos
corticales posteriores originados en la corteza inferotemporal y parietal
posterior, han sido descritos (Middleton & Strick, 1996), el trabajo de
estos múltiples circuitos se ha considerado se realiza en paralelo pero
también son abiertos e interactivos.
Los bucles de los circuitos cortico-estriado-pálido-tálamicos contribuyen
a una amplia variedad de funciones del comportamiento motor, visual y
participan también en la cognición y en la valoración emocional de los
estímulos y respuestas, por lo que la disrupción de alguno de ellos tiene
como resultado una gran variedad de alteraciones neurológicas y
neuropsiquiátricas (DeLong & Wichmann, 2010), lo anterior pone de
relevancia su descripción y valoración neuropsicológica dado que de gran
ayuda resultan la comprensión y diagnóstico de dichas patologías.

Karl S. Lashley (Davis, Western Virgina, 1890-1958) fue un


psicólogo conductista estadounidense, famoso por su contribución al estudio del
aprendizaje y a la memoria. Su fracaso para encontrar una posición única de manera
biológica del origen de la memoria en el cerebro (o el "engrama", como él lo llamaba) le
sugirió que el recuerdo no estaba localizado en una parte del cerebro, sino que estaba
anchamente distribuido a través del córtex.

Un engrama es una estructura de interconexión neuronal estable. 1 Tiene como efecto la


activación en red de un sistema de neuronas, producida por efecto aferente de la
excitación de las terminaciones del sistema nervioso en el medio interno o externo, de tal
manera que, mediando o no un correlato psíquico, se estimula la activación de estructuras
neuronales estables eferentes, engramas eferentes, que producen respuestas de
regulación automáticas del organismo. Hay engramas no psíquicos, que se producen de
manera inconsciente, y engramas psíquicos que son ejecutados mediante la actuación
consciente del individuo. Aunque la palabra no se encuentra en el Diccionario de la Lengua
Española de la Real Academia, el término es de uso corriente en Neuropsicología o
Psicobiología, aunque también se usan otros de significado equivalente como bucle
neuronal, estructura neuronal, subsistema neuronal, patrón de activación...

Las guerras mundiales…


• El flujo creciente de pacientes heridos de guerra con alteraciones
cognoscitivas resultantes de lesiones cerebrales, incrementó la demanda
de procedimientos diagnósticos y de rehabilitación.
Aleksandr Románovich Lúriya (Алексаандр Ромаанович Луария) (16 de julio de 1902 - 14
de agosto de 1977), en ocasiones transcrito como Alexander Luria, fue
un neuropsicólogo y médico ruso. Discípulo de Lev Semiónovich Vygotski, fue uno de los
fundadores de la neurociencia cognitiva, parte de la neuropsicología. Con la publicación de
sus dos obras más importantes, La afasia traumática y Las funciones corticales superiores
del hombre, basados en su investigación de los casos de heridas cerebrales durante
la Segunda Guerra Mundial, se puso a la cabeza de la neuropsicología mundial.
Función
Respecto del proceso de manipulación de objetos, que puede ejecutarse mediante
diferentes secuencias de impulsos motores, o el proceso de escribir, que puede hacerse
con una mano o con la otra, Lúriya expresa que “aunque esta estructura «sistémica» es
característica de sistemas conductuales relativamente simples, es mucho más
característica de formas más complejas de actividad mental. Naturalmente, todos los
procesos mentales tales como percepción y memorización, ignosis y praxis, lenguaje y
pensamiento, escritura, lectura y aritmética, no pueden ser considerados como
«facultades» aisladas ni tampoco indivisibles, que se pueden suponer «función» directa de
limitados grupos de células o estar «localizadas» en áreas particulares del cerebro”. 2

Localización
Respecto de la localización, Lúriya expresa que los “sistemas funcionales complejos no
pueden localizarse en zonas restringidas del córtex o en grupos celulares aislados, sino
que deben estar organizados en sistemas de zonas que trabajan concertadamente, cada
una de las cuales ejerce su papel dentro del sistema funcional complejo, y que pueden
estar situadas en áreas completamente diferentes, y, a menudo, muy distantes en el
cerebro”.
“La segunda característica propia de la «localización» de los procesos superiores del
córtex humano es que nunca permanece constante o estática, sino que cambia
esencialmente durante el desarrollo del niño y en los subsiguientes periodos de
aprendizaje. Esta proposición que a primera vista podría parecer extraña, de hecho es
bastante natural. El desarrollo de cualquier tipo de actividad consciente compleja al
principio se va extendiendo y requiere un cierto número de dispositivos externos para ello y
hasta más tarde no se va condensando gradualmente y se convierte en una habilidad
motora automática”.
“Todo lo que se ha dicho sobre la estructura sistémica de los procesos psicológicos
superiores obliga a una revisión radical de las ideas clásicas sobre su «localización» en el
córtex cerebral. Por consiguiente, nuestra misión no es «localizar» los procesos
psicológicos superiores del hombre en áreas limitas del córtex, sino averiguar, mediante un
cuidadoso análisis, qué grupos de zonas de trabajo concertado del cerebro son
responsables de la ejecución de la actividad mental compleja; qué contribución aporta
cada una de estas zonas al sistema funcional complejo; y cómo cambia la relación entre
estas partes de trabajo concertado del cerebro en la realización de la actividad mental
compleja, en las distintas etapas de su desarrollo” ”.2

Síntoma
En cuanto a la importancia de la detección de los síntomas producidos por lesiones
cerebrales, Lúriya explica que “si la actividad mental es un sistema funcional complejo, que
supone la participación de un grupo de áreas del córtex que trabajan concertadamente (y
algunas veces, áreas del cerebro muy distantes), una lesión de cada una de estas zonas o
áreas puede conducir a la desintegración de todo el sistema funcional, y de este modo el
síntoma o pérdida de una función particular no nos dice nada sobre su «localización»”.
“Para poder progresar desde el establecimiento del síntoma (pérdida de una función dada)
hasta la localización de la actividad mental correspondiente, queda aún mucho camino por
hacer. Su parte más importante es el detallado análisis psicológico de la estructura de la
enfermedad y la elucidación de las causas inmediatas del colapso del sistema funcional, o,
en otras palabras, una cualificación detallada del sistema observado

Las tres principales unidades funcionales


Lúriya describe toda actividad mental con base en tres unidades funcionales del cerebro:
1) Unidad para regular el tono o la vigilia. 2) Unidad para obtener, procesar y almacenar
información que llega del mundo exterior. 3) Unidad para programar, regular y verificar la
actividad mental.es la organización de la actividad consciente
Destaca que cada una de estas unidades es de estructura jerárquica y consiste en tres
zonas corticales una sobre la otra:
A) El área primaria (de proyección) que recibe impulsos de, o los manda a, la periferia. B)
El área secundaria (de proyección-asociación) donde la información que recibe es
procesada, o donde se preparan los programas. C) El área terciaria (zonas de
superposición), los últimos sistemas en desarrollarse en los hemisferios cerebrales, y
responsables en el hombre de las más complejas formas de actividad mental que
requieren la participación concertada de muchas áreas corticales.

Roger Wolcott Sperry (Hartford, Connecticut; 20 de agosto de 1913-


Pasadena, California; 17 de abril de 1994) fue un biólogo, neurocientífico y
psicólogo estadounidense.

Su trabajo sobre el “Cerebro Dividido” arrojó luz sobre las funciones cerebrales; analizó las
diferentes formas de “ver el mundo” que tienen ambos hemisferios y determinó que cada
uno de ellos, aunque contienen áreas de percepción funcionalmente similares, perciben la
información disponible de manera muy diferente.
Sperry describió la especialización de cada hemisferio de manera que el izquierdo,
generalmente el lado dominante “manda” en el espacio correspondiente al espacio visual
del ojo derecho (por el cruce de los nervios de ambos ojos en su camino hacia el cerebro)
y está implicado en el razonamiento, la lengua, la escritura y la lectura, mientras que el
hemisferio derecho, en general menos dominante, controla el espacio visual de lado
izquierdo, y está implicado más en procesos no verbales, tales como arte, música y
comportamiento creativo.
Ambos lóbulos están, perfectamente conectados, pero si no fuera así, y uno de los dos
“fallara”, perderíamos facultades muy importantes, por ejemplo el habla y el lenguaje en
general, en el caso de lesiones en el hemisferio izquierdo, o el reconocimiento de lugares,
personas… , si se tratase del hemisferio derecho.
Para realizar sus investigaciones, Sperry utilizó quimeras, termino que además de
significar un animal fabuloso, lo utilizó como una imagen compuesta por dos mitades
diferentes.
Sperry eligió como sujetos de investigación a pacientes que, por diversas causas, tienen
desconectados ambos hemisferios, es decir, han sido callosotomizados.
Estas personas teniendo en frente una quimera -por ejemplo, un “rostro” formado por dos
mitades de rostros diferentes- se mostraban incapaces de notar el artificio. Le pedía al
paciente que diera una respuesta verbal acerca de lo que veía (las funciones del lenguaje
están localizadas en el hemisferio izquierdo) pues bien, el paciente hablaba y decía que
veía la mitad de la imagen que correspondía a ese hemisferio. Luego, se le pedía que
agarrara con la mano izquierda (que está comandada por el hemisferio derecho) una copia
del objeto que veía, colocada entre muchas otras imágenes, sobre una mesa delante suyo;
entonces, el paciente elegía la copia de la imagen que correspondía a su hemisferio
derecho.
Su trabajo señalando al cuerpo calloso como “puente” entre ambos hemisferios cerebrales
y las implicancias en el estudio y tratamiento de la epilepsia y otras enfermedades
mentales le valieron el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1981.
Para Sperry, el mayor de los atributos cerebrales es la consciencia, y ésta es fruto de la
enorme complejidad orgánica que lleva a unos organismos a evolucionar en otros, cada
vez más complejos, lo mismo que la complejidad que lleva a nuestro cerebro a desligarse
de una forma cada vez más elaborada, de los impulsos primitivos.

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