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La crisis de la
democracia
Uno de los sistemas de gobierno o políticos más comunes en la antigüedad fue el sistema
monárquico, el cual fue cayendo en mutaciones a medida que pasaban los años y décadas,
creándose así monarquías constitucionales, monarquías parlamentarias y monarquías hibridas. Esto
debido a que el hombre, el agente social comenzó a generarse preguntas, dudas y sobre todo
empezó a sentir disconformidad, injusticia dado en muchos casos por la gobernanza del monarca, lo
cual generaba en la sociedad un profundo descontento hacia la figura del gobernante por las
condiciones de vida que los plebeyos ostentan en comparación con la vida de la familia real. Este
descontento seguido por la revolución de las ideas ilustradas llevaron a las transformaciones, por
medio de la revolución a nuevos sistemas de gobiernos, donde se respetaran los derechos de las
personas, las cuales pasaron a tener el poder soberano, siendo este poder dividido y no absoluto y
sobre todo representativo.
Entonces, las ideas de la ilustración consagraron el triunfo de un sistema de gobierno mucho más
abierto hacia la sociedad, donde el absolutismo ya era un sistema mal visto e incluso inaceptable
entre las sociedades europeas. Pero estas ideas y revoluciones por el empoderamiento social
consagraron el inicio de una etapa en la historia, en la cual se produjo un profundo desorden e
inestabilidad social, como también política. Esta etapa tuvo su apogeo principalmente después de la
revolución francesa a fines del siglo XVIII, la cual terminó con la monarquía de Luis XIV, y propicio
una serie de similares revoluciones en otras naciones europeas.
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Hoy en día el sistema de gobierno más común alrededor del mundo es el sistema de republica
democrático, el cual tuvo su inicio en la Atenas en el siglo V a. C y que se fue expandiendo y
modificando a través de la historia, producto de la influencia ateniense a los romanos, los cuales
heredaron la democracia, combinándolo con el concepto de república, formándose así una república
democrática. Este último sistema es el más común dentro de los países con representación política
institucional, donde la ciudadanía es la titular del poder, donde las decisiones del pueblo mediante los
distintos mecanismos de participación se hacen presentes, o bien se ven adoptadas por medio de los
representantes en las distintas instituciones políticas.
Alrededor del mundo existe un sentimiento de disgusto frente a como el sistema de gobierno o
político actúa en tiempos democráticos. Por ende, un sentimiento de injusticia e desigualdad impera
en distintas naciones democráticas, esto debido principalmente a un colectivo de ciudadanos que
perciben como las autoridades políticas ejercen el servicio público de forma no representativa. De
este modo se puede señalar que la democracia actual, como se conoce hoy en día está en disputa,
en otras palabras la democracia representativa está de cierto modo obsoleta en la forma actual en la
que se lleva a cabo, por lo que actualmente se está criticando esta manera de democracia.
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Toda sociedad actual está bajo el control de un sistema político, que de alguna u otra manera
ejerce la administración de la sociedad y del Estado. El sistema político se entiende como el conjunto
de interacciones entre los distintos órganos o instituciones legales del Estado, agregando también, el
flujo de interacciones entre grupos políticos y los resultados de estas relaciones. En otras palabras “el
régimen político muestra las materializaciones coyunturales de las relaciones de poder tanto políticas
como económicas” (Pinzón, 2008, pp. 9), es toda práctica de la política dentro de un territorio
soberano determinado, en este caso el territorio de la República de Chile, la cual en su artículo cuarto
de su constitución indica que Chile es una república democrática. Siendo democrática, existe un
principio fundamental, el cual consiste en la participación ciudadana en la elección de los
representantes políticos, siendo estos los que forman el aparato político de la nación-estado, por lo
que son fundamentales a la hora de representar al pueblo ciudadano, el cual entrega su soberanía a
sus representantes para que estos gobiernen y decidan en razón del beneficio del bien común que
postula Rousseau (1762) en su libro el Contrato Social, en el cual también aborda la concepción de la
voluntad general, la cual tiene que predominar entre los gobernantes, sin que intervenga, de manera
de sobreponerse, la voluntad, ya sea individual o grupal como grupo político.
Lo que Rousseau plantea en su libro, son las bases de cómo debería actuar el sistema político de
una sociedad, para que esta funcione de acuerdo a las necesidades y deseos del pueblo, el cual a su
vez tienen el poder indiscutible sobre la vida política. Pero este manifiesto de Rousseau, si bien en la
teoría todo parece ser muy fructífero, en la práctica es muy distinto, ya que este sistema de
participación y el sistema político institucional encaja más en sociedades pequeñas, donde el número
de habitantes este en relación con el deseo de consenso para que así se logre la tan ansiada
voluntad general, dando paso al bien común. Por otra parte, en una sociedad grande, con basto
terreno soberano, es muy difícil llegar a un consenso general, donde cada ciudadano este conforme y
satisfecho con las prácticas políticas.
Chile siendo una república democrática, ya que “cuando en la republica el poder soberano reside
en el pueblo entero es una democracia” (Montesquieu, 1988, pp. 19), por lo que existe un sistema de
representatividad, donde el poder está en la nación, por ende Chile se basa bajo el principio de
democracia, pero no cualquier tipo de democracia, se basa bajo la democracia representativa, ya que
dado el territorio chileno se hace imposible llevar a la practica el modelo de democracia directa,
donde los ciudadanos tenga todos la posibilidad de formar parte del sistema político o de gobierno.
De esta forma Chile, y la mayoría de los países con un vasto territorio adoptan la democracia
representativa, dando paso así a la formación de actores políticos que pasan a hacer carrera política,
en otras palabras existe una especie de especialización de la política, donde ciertos sectores de la
sociedad ejercen y se disputan el poder político entre ellos.
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Un grupo fundamental del cual está formando el sistema político son los representantes políticos
que la ciudadanía elige, los cuales son a su vez, como se dijo en el párrafo anterior los que ejercen
una carrera política. Este grupo uno de los puntos importantes dentro de la administración y de la
gestión política de una nación democrática, debido a que se dedican a la gestión pública, por ende
deben tener un profundo interés en resolver los problemas de la nación, y a su vez deben defender
los derechos de los ciudadanos. En palabras generales, los representantes políticos deben estar al
servicio del pueblo.
Dado esto, se crea así un sistema reaccionario frente a las demandas sociales, que sin estas la
clase gobernante o el gobierno no responde, o más bien, no cumple con el principio de
representatividad, ya que no representan la realidad social de la mayoría, e incluso de las minorías,
solo representan a sus intereses políticos, pues como se dijo anteriormente, la clase gobernante hace
carrera política, vive de la política, están en cierta forma especializados o profesionalizados en la
gestión pública. Esto genera en sí una clase gobernante que solo se preocupa de tener el poder
político, en otras palabras se genera una especie de elite política, la cual concentra el poder político y
a su vez el poder en la toma de decisiones.
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La elite política, es uno de los problemas más grandes de la democracia, ya que el pueblo, la
sociedad que se encuentra separada del dominio de la política institucional, la cual solo es gobernada
bajo los hilos de esta elite se siente en cierto modo bajo un orden social que no les beneficia, un
orden social, político y a su vez económico –lo social abarca todo lo que implica en la sociedad- que
busca mantener el statu quo de las cosas, que si la sociedad no se manifiesta frente a los aspectos
sociales que consideran injustos la clase política no reacciona, ya que los problemas sociales tienen
que ser visibilizados por la clase política para que estos pasen a formar parte de programas de
gobierno, para que así se discutan tanto en el parlamento, como entre la misma sociedad, entonces
así el gobierno o los parlamentarios generarán políticas que vayan en respuesta a los problemas,
pero si estos no son visibilizados es casi imposible que el gobierno tome atención a estos, es por esto
que la clase política tiene que estar conectada con la realidad social para así adelantarse a los
problemas de manare de evitarlos en su mayoría.
Analizando lo anterior, se infiere que un sistema político no necesariamente otorga un orden justo
hacia la sociedad. Es por esto que el principio fundamental de la democracia se ve perjudicado, o
más bien descuidado, ya que el principio de representatividad y de una activa participación en la vida
política se aprecia cada vez menos dentro de la sociedad nacional chilena, generándose así una
sociedad distanciada de la vida política y de las decisiones que involucran a todos, de modo que la
clase política, al ver esta tendencia de abstinencia política se ve beneficiada respecto a las prácticas
políticas, provocando uno de los temores de Rousseau, el predominio de las voluntades individuales
o colectivas como clase política.
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“virtud”, entendiendo a este como el amor político, el amor hacia los principios de la democracia y de
la república. Por otro lado ostenta más bien un amor hacia el poder político, esto se apega más en lo
planteado en el libro el príncipe de Maquiavelo, donde el poder político debe estar en el centro, debe
ser el eje o motivo por el cual se ejerce la política por parte de los representantes.
Esta desvinculación por parte de la sociedad gobernada hacia la vida política se debe a como
explica Tocqueville (1835) al deseo de bienestar material, que en las sociedades capitalista impera
como modelo de vida ideal. Este deseo implica que los individuos se alegan de la vida política y le
otorgan este servicio a un sector más politizado, con el fin de aumentar los medios para satisfacer los
placeres materiales, entendiendo a los medios como el trabajo. De esta manera el sistema capitalista
genera mecanismos implícitos de desarraigo político en los individuos que están obligados -como
diría Marx en su libro Manuscritos económicos y filosóficos- a vender su fuerza de trabajo, ya que
están privados de los medios de producción, de este modo al vender sus fuerzas de trabajo, el sujeto
se despolitiza, concentrándose así meramente en la vida material.
Entonces, esta clase gobernada despolitizada, crece una clase politizada, la cual se hace cargo de
la administración del estado y de la vida política, de modo que a la vez se hace cargo de la vida
económica, o más bien del sistema político-económico. Por ende se entiende que de algún modo el
actual sistema democrático está en un contexto -como lo define Tocqueville- de despotismo
democrático, el cual se genera no solamente un monopolio del sistema político institucional, sino que
también del sistema económico de una nación, siendo el sistema político un potencial al sistema
capitalista, esto desde el punto de vista de Marx (1867), donde la superestructura, entendida como el
edificio jurídico-político reafirma la estructura social, siendo éste el modo de producción, las
relaciones de producción y de fuerzas productivas, y a su vez, también reafirma la infractructura,
definida esta como la base económica de la nación.
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Entonces, con lo planteado anteriormente, se logra establecer que la representatividad
democrática actual, que impera mayoritariamente en los países capitalistas no es una
representatividad propiamente tal, ya que el manejo político, del aparato político de una nación es
administrado por una burguesía que busca mantener el statu quo de las cosas, y al mismo tiempo
reafirma las condiciones sociales que privan de cierto modo a los individuos gobernados de la vida
política en general.
La combinación entre una clase política alejada de la realidad social, desconectada de los
problemas que aquejan a la ciudadanía o al pueblo en general, más un sistema económico que está
basado bajo los principios del sistema capitalista, y esto unido a los intereses mutuos entre los
representantes políticos y los burgueses capitalistas, generan un orden social injusto, ya que, se
podría decir, el fundamento de la democracia actual, de los representantes, o en palabras mayores,
toda elite que de alguna u otra forma gobierna, administra los hilos de una sociedad nunca va a
querer que el orden social que los beneficia sea corrompido. Esto básicamente es producto de una
desmoralización de la política, donde el servicio público ha perdido el significando que alguna vez
tuvo. Hoy en día la política está vista como un medio para un fin, siendo este fin el de la
concentración del poder político, el de tener los medios políticos a disposición de los intereses, no
comunes en la sociedad, sino que particulares o de un grupo de elite, y es debido a esto que la
democracia se encuentra en una crisis de representatividad gigante.
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[BIBLIOGRAFÍA]
Marx. K. (2010). Manuscritos económicos y filosóficos. Ed, Colihue. Buenos Aires, Argentina.
Montesquieu. C. (1988). El espíritu de las leyes. Ed, Ercilla S.A. Santiago, Chile.
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