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Resumen: El trabajo etnográfico se desarrolla en una comunidad que se ubica al norte de la capi-
tal del estado de Querétaro, México. Durante los años sesenta, la vida social y el ordenamiento
espacial de este poblado comenzaron a cambiar notablemente. La urbanización generó la sensa-
ción de que la comunidad se diluía para dar lugar a una colonia periférica más de la gran urbe.
Los cambios implicaron la integración física y funcional a la ciudad, lo que devino en el desvane-
cimiento de sus fronteras geográficas, y por otra parte, la inmigración provocó que en un mismo
espacio convivieran diferentes esquemas culturales, unos propios y otros compartidos. Pese a es-
tos cambios, los pobladores preservaron importantes tradiciones y una identidad local que se re-
fleja en su vida religiosa. A partir de este acercamiento la autora observa cómo se construye y se
reconstruye la identidad local entre la autoridad tradicional (sistema de cargos) y la autoridad
eclesiástica (sacerdotes).
Palabras clave: urbanización, sistema de cargos, identidad, religiosidad popular.
Abstract: This ethnographic research takes place in a community north of the capital of Quere-
taro, Mexico. In the 1960s the social life and spatial ordering of this town started to noticeably
change. Urbanization created the feeling that the community was being diluted, leading to an-
other peripheral colony in the big city. Changes implied the physical and functional integration of
the city, which caused the disappearance of its geographical borders. Furthermore, immigration
led to the rise of different cultural schemes that coexisted in the same space, some shared and
some of their own. Despite these changes, inhabitants preserved important traditions and a local
identity that is reflected in their religious life. From this point of view, the author notes how lo
cal identity is constructed and reconstructed between traditional authority (cargo or office sys-
tem) and ecclesiastical authority (priests).
Keywords: urbanization, cost system, identity, popular religiosity.
J
urica es un pequeño pueblo que ponente obrero—, y donde la agricultura
se ubica al norte de la ciudad de era su principal actividad. En la me-
Querétaro —una zona que se dis- moria colectiva de los juriquenses tras-
tingue por su perfil industrial y su com cendió el reparto agrario y la venta de
la hacienda Jurica como los eventos
*Doctora en Antropología Social, Universi-
dad Autónoma de Querétaro. Línea principal de
más significativos que marcaron su
investigación: Cambios sociales, urbanización, devenir histórico, pero fue este último
identidades locales. Territorio y cultura en con- acontecimiento lo que en definitiva
textos urbanos. modificó profundamente el perfil ocu-
201
sino desde la diferencia. En ese mo- das (localidad, región, nación), los
mento la identidad se reconstruye a grupos de edad y género. La pertenen-
propósito de una necesidad, es decir, cia social implica compartir, aunque
como una estrategia (Dubet, 1989). sea parcialmente, los modelos cultura-
Una primera aproximación al con- les (de tipo simbólico-expresivo) de los
cepto de identidad tiene que ver con la grupos o colectivos en cuestión (ibi-
idea que tenemos acerca de quiénes dem: 63). La identidad no sólo se cons-
somos y quiénes son los otros. El con- truye a partir de lo que identifica al
cepto de identidad se popularizó en fe- sujeto con un grupo, lo que socialmente
chas recientes, principalmente por la los une y comparten (un territorio, una
dialéctica entre globalización y neo-lo- cultura, una religión), sino también
calismos, por la transnacionalización se construye en referencia a “otros”
de las franjas fronterizas y por los flu- que lo reconocen como “distinto”.
jos migratorios. En este orden, lejos de El reconocimiento es la operación
lo que se hubiera esperado a partir del fundamental de la constitución de las
planteamiento de la modernización y identidades. Este proceso no es estáti-
la “aldea global”, el paradigma de la co, sino dinámico y cambiante. En este
identidad no se ha visto desplazado, sentido, como sostiene Melucci (2002),
sino que en este contexto parece haber la construcción de la identidad es un
contribuido a reforzar su pertinencia y proceso, no es algo dado, inmutable y
operatividad como instrumento de para siempre.2 Desde esta perspectiva,
análisis teórico y empírico (Giménez, la identidad manifiesta una doble di-
2007: 61).1 mensión: por un lado, la identificación
La identidad de los individuos se de- —capacidad del actor de afirmar la pro-
fine principalmente por el conjunto de pia continuidad y permanencia y de ha-
sus pertenencias sociales (ibidem: 62). cerlas reconocer por otros—, y por otro
Las categorías o grupos de pertenencia la afirmación de la diferencia, la capaci-
más importantes —aunque no los úni- dad de distinguirse de otros y lograr el
cos—, en tanto alimentan la identidad reconocimiento de esta diferencia.
personal, son la clase social, la etnici-
dad, las colectividades territorializa- 2
En este sentido, Melucci (2002: 116) plan-
tea que las sociedades contemporáneas deben
1
Giménez señala que a pesar de que llega establecerse y renovar continuamente los pac-
tardíamente este concepto a las ciencias socia- tos que las mantienen unidas y orientan su ac-
les (años ochenta), ya se utilizaba desde mucho ción —este análisis es aplicable tanto al sistema
antes pero con otra terminología: conciencia de en su conjunto como a la experiencia de los indi-
clase (Marx), conciencia colectiva (Durkheim), viduos y los grupos— dado que la identidad in-
acción dotada de sentido y conciencia de co dividual y social se enfrenta continuamente con
munidad (Weber). Subraya que el concepto de la incertidumbre generada por el flujo perma-
identidad es inseparable de la idea de cultura, nente de información, con el hecho de que los
debido a que las identidades sólo pueden for- individuos pertenecen de forma simultánea a
marse a partir de las diferentes culturas y sub- una pluralidad de sistemas y con la prolifera-
culturas a las que se pertenece o en las que se ción de distintos marcos de referentes espacia-
participa. les y temporales.
Parroquia y
Casa parroquial
Escapilla
(Hotel Jurica)
Capilla
(Siglo xvi)
Templo nuevo
(anexo a la Capilla)
que hago referencia). Este cambio no unir al pueblo, pero sucedió todo lo
sólo implicó que los sacerdotes llega- contrario. Una explicación posible es
ron a vivir de manera permanente al que en momentos de crisis o cambios
pueblo, sino que a través de sus accio- sociales, es cuando la identidad del
nes comenzaran a evidenciarse dife- grupo se exacerba y se reconstruye
rencias que por años se habían logrado como estrategia (Dubet, 1989), y eso
sobrellevar, sin fracturar del todo las fue justamente lo que sucedió en Juri-
relaciones intracomunitarias. ca. Algunos entrevistados que viven en
En la memoria colectiva de los juri- la zona aledaña a la capilla comenta-
quenses hubo un hecho en torno al Se- ron que la parroquia originalmente se
ñor de la Piedad a partir del cual el llamaba Santa María de Guadalupe y
pueblo se dividió. En realidad la divi- que con tal de llevarse al Señor de la
sión ya existía desde tiempo atrás, en- Piedad para allá, le cambiaron el nom-
tre los originarios y los “fuereños” —los bre. Los siguientes testimonios expre-
que han llegado a vivir al pueblo—, san la posición de cada uno de los
este hecho vino a poner en close up los grupos:
conflictos del mundo social. En este
sentido, como sostiene DaMatta, la ma La división empezó porque el padre
teria prima del mundo ritual es la mis- hacía misas acá [en la parroquia],
ma que la de la vida cotidiana y que aunque estuvieran sólo los cimientos
entre ellas las diferencias son sólo de y se ponían celosos [los de la capilla].
grado y no de cualidad (DaMatta, El templo se hizo precisamente en ho-
2002: 94). El hecho al que me refiero nor del Señor de la Piedad, acá debe-
fue el siguiente: ría de estar pero lamentablemente es
Cuando la construcción de la nueva el único lugar donde el patrono no
parroquia concluyó, el sacerdote en vive en su casa, vive en su casa chica.
turno, quiso llevarse al santo patrono a (Benito Martínez Guerrero, 43 años,
su nueva morada.8 La intención del 17 de junio de 2010).
padre, según gente de la parroquia, era Más antes el pueblo andaba divi-
dido porque el padre Gonzalo se que-
ría llevar al Señor y duró más de 15
8
El pretexto para llevarse al santo era por-
años sin hacerle una misa. Pasaban
que debía estar en un lugar más “digno” (gran-
de). No pasó mucho tiempo para que los sus fiestas y él como si nada. Nos tru-
mayordomos tomaran cartas en el asunto y co- jo más de 15 años divididos, y entra-
menzaron a movilizarse para solicitar donacio- ban unos y otros mayordomos y no se
nes a fin de construir un nuevo templo, más
arreglaba nada, hasta entre familia-
grande y que facilitara la entrada y salida de
peregrinos, que por cientos lo visitan durante res andaban divididos. Me acuerdo
esos días. Durante los rituales (Semana Santa y que un año que ya se llegaba el cam-
Navidad), los mayordomos trasladan al Señor de bio de mayordomo y le dije “Padre, si
la Piedad al templo nuevo (anexo a la Capilla) y
quiere elegir un mayordomo de allá
ahí permanece los días de la fiesta. Una vez que
terminan, lo regresan a su altar en la antigua [de la parroquia], elíjalo”, me dijo
Capilla, lugar donde permanece durante el año. “¿De veras?”, “Sí, si nos gana pues ya
nos dejaron nuestros antepasados Malagón, junto con la del padre Guiller-
[…] Cuando el padre Gonzalo pensa- mo Landeros, sirvió para apaciguar los
ba llevarse al Señor, tan duro estaba ánimos. Los siguientes testimonios re-
la cosa, que vinieron como diez patru- flejan muy bien la orientación de las ac-
llas y no me lo crea, pero yo estaba ciones y las estrategias de las que los
armado aquí [atrás de la puerta de su sacerdotes echaron mano:
casa, vive frente a la capilla] y los de
“arriba” dijeron “O nos traemos al Se- El padre Malagón me echó bien
ñor para acá o[…]” y yo dije “Al primero hart o la mano, cuando llegó le dije
que se atreva a sacarlo[…]” Yo esta “Écheme la mano de controlar al pue-
ba dispuesto a que sobre mi cadáver. blo porque da tristeza” y me dijo “Yo
Yo digo ¿por qué se lo van a llevar si él te voy a celebrar las misa cada ocho
siempre ha estado aquí? Cuando los de días”, y sí. Una vez nos agarró un
Carrillo se lo quisieron llevar, el Señor aguacerazo debajo del mezquite y le
creció de sus bracitos y no pudieron dije “Sabe qué padre, voy a hacer un
sacarlo y tuvieron que volverlo a subir templo”, “¿A poco te arriesgas hijo?”.
a su altar y por eso ésta es su casa [la “Sí, a ver cómo le hago”, le dije. Fue
capilla]. Definitivamente se tomó un cuando empecé a hacer el templo
acuerdo y pues el Señor no va a salir grande. Lo acompañé a la mitra por-
de aquí y que no lo intenten. Ojalá y que me ayudó para lo de la misa, y
nunca llegara a ver una cosa así; no, pri- allá tenían un decreto que el padre
mero me matan (Juan Guerrero Sán- Gonzalo nos había metido, decía que la
chez, 70 años, 16 de febrero de 2010). capilla estaba por caerse, que estaba
en malas condiciones y que por eso no
Del anterior testimonio destacan dos celebraba misa. Cuando entró este
elementos: la capilla, como el espa señor obispo [Mario de Gasperín],
cio sagrado, la morada original y única mandó a unos padres pa’que vinieran
del santo patrono y la fuerza de la tra- a ver dónde estaba el mal, si estaba
dición que se exalta cuando el entre- en la capilla o en la parroquia, y des-
vistado señala que ellos defienden las pués donde encontraron el mal fue
cosas que sus antepasados les han he- allá y fue cuando ya me dieron el lado
redado, generación tras generación, a mí. Me resolvieron lo tocante a las
tradiciones que hoy los padres quieren misas y la gente se empezó a contro-
quitarles (recortar días y gastos de lar [tranquilizar] (José Ibarra Gómez,
fiestas, así como el cambio de morada 66 años, 5 de febrero de 2010).
del santo patrono) y, lo más importan-
te, la intención de la iglesia de tomar Aunque ciertamente la tensión dismi-
bajo su control la organización comu- nuyó, no desapareció, sigue presente
nitaria más importante que tienen: la aunque de manera latente. La puga
mayordomía. La estrategia confortati- entre los de “arriba” y los de “abajo” o
va del padre Gonzalo no dio buen resul- los de la “capilla” y los de la “parro-
tado. Su cambio por el padre Manuel quia” está mediada invariablemente
por el sacerdote. Hasta aquí refiero a del Señor de la Piedad: Navidad (se ce-
grandes rasgos los elementos que die- lebra su nacimiento) y Semana Santa
ron origen al conflicto y la división que (se conmemora su muerte). Aunque las
existe en Jurica. autoridades eclesiásticas han tratado
de impulsar otras celebraciones, como
CEREMONIAL Y PRINCIPALES la de la Virgen de Guadalupe, la fiesta
CELEBRACIONES no tiene el arraigo y la fuerza que tie-
nen las celebraciones relacionadas con
El ciclo religioso festivo inicia con el el santo patrono. Otras celebraciones
año laico, en enero. Desde un punto de como las que se vinculaban con las ac-
vista metodológico me interesaba el tividades y el ciclo agrícola (San Isidro
estudio de los rituales donde se expre- Labrador, las procesiones por el buen
sa la identidad local, pues contribuyen temporal), han perdido toda su relevan-
a renovar el pacto que la comunidad cia en términos simbólicos y prácticos,
establece con su santo, la figura mítica por lo que han dejado de realizarse, la
que “asegura la unidad del grupo y su venta de las parcelas y, en general, el
permanencia en el tiempo” (Portal, proceso de urbanización que alcanzó a
1997: 27). Por ello retomé los rituales Jurica originó su desuso.
cena a la capilla, cuando iba a poner mente los de la capilla, son quienes
los trastes en el suelo, se le cayeron abiertamente manifestaron estar en
de la mano y ahí quedó en la tierra la desacuerdo de que se pretenda recortar
comida. Después se arrepintió y me la celebración. Esto es algo que simple-
dijo que después ella lo iba a hacer mente no conciben como posible y me-
sola porque renegó, porque la comida nos como deseable: “La fiesta siempre
no la había dado de voluntad y se per- ha sido del 24 hasta el 27, es la costum-
dió. Y cosas que da uno en contra, el bre y así lo asiste” (Nicolás Moreno Villa-
Señor no lo quiere, no lo recibe, tiene nueva, 70 años, 16 de marzo de 2010).9
que ser de buena gana. (Guadalupe La mayordomía tiene un precepto
Luna Camacho, 89 años, 5 de noviem- fundamental a partir del cual defiende
bre de 2009). la fiesta como un elemento importan
te de la tradición. El primer mayordomo
Existen puntos medulares que se vin-
culan directamente con la realización 9
Las sospechas de la gente se alimenta por-
de la fiesta (la duración, los gastos, que en 2009 el sacerdote recortó la celebración
quienes participan, etcétera) y son ob- de la Virgen de Guadalupe. Era un triduo: 11, 12
y 13 de diciembre, y se acortó a un solo día (el
jeto de disputas, los cuales no siempre 12), aunque hubo inconformidad, finalmente la
se resuelven a través de la negociación, gente de la parroquia (que es donde se realiza
más bien están presentes de manera esta celebración) acató la decisión. El temor de
permanente aunque durante la cele- la gente es que se pretenda hacer lo mismo en la
Capilla con la fiesta patronal. El sacerdote
bración se distienden. Uno de ellos se anunció, además, que se va a cancelar la cele-
refiere a la duración de la fiesta patro- bración del 12 de diciembre, será una fiesta es-
nal, los vecinos del centro, y principal- piritual, sin castillos ni baile.
comentó que él no puede tomar deci- tualmente porque sabemos que todos
siones sobre la fiesta porque “el que somos católicos, pero ahora más com-
paga manda”; es decir, es una fiesta del prometidos. En la economía ¿qué ga-
pueblo para el pueblo. La fortaleza de naste? si compraste un castillo de 300
la fiesta, su capacidad cohesionadora mil pesos y pagaste una banda de
—que se observa en la participación de otros 300 mil pesos ¿dónde está el di-
la gente, con las limosnas, las aporta- nero para la iglesia? (Benito Martínez
ciones voluntarias para la banda, el Guerrero, 43 años, 17 de junio de 2010).
“alimento”— y todo lo que confluye en
torno a su realización se cristaliza por- La última frase del testimonio es con-
que, efectivamente, la fiesta es del pue- tundente cuando se expresa: ¿dónde
blo y para el pueblo. La mayordomía está el dinero para la iglesia? La frase
funciona como un vehículo a través del no deja lugar a duda respecto a la vi-
cual se cumplen los compromisos, y sión que cada grupo tiene respecto a la
uno de ellos es que se preserve como fiesta. Estas quejas han estado presen-
desde antaño porque la celebración de tes a lo largo de la historia de los pue-
la fiesta sirve para recrear el sentido blos, Gibson escribe que desde antaño
de pertenencia y de permanencia, que los ministros se quejaban de que los
no se pierde con el paso de los años. Al dineros del pueblo eran gastados en
mismo tiempo representa el vínculo bebidas y en festivales y que no queda-
con el santo patrono, pero además sig- ban fondos para la iglesia (Gibson, 2000:
nifica dar continuidad a la promesa 119). El problema más importante en
que se hace a los padres. Jurica es que si la mayordomía pierde
La razón fundamental por la que se el control del dinero, posiblemente de-
quiere reducir la fiesta es por la eroga- rivará en el debilitamiento de la fies
ción que representa, lo cual es el se- ta —la posición de la iglesia ha sido
gundo punto de tensión al que me clara y abierta en cuanto a que los gas-
refería anteriormente. Este argumen- tos de las fiestas son excesivos, por ello
to lo utilizan comúnmente tanto los se pude asumir que esos gastos se re-
sacerdotes como el Consejo Parroquial cortarían—. En cambio, teniendo la
(órgano conformado por buena parte mayordomía el control de esos recur-
de la gente que es más cercana a la pa- sos, pueden disponer de ellos y em-
rroquia, o “los de arriba” como se les plearlos para lo que son: la celebración
conoce). Al respecto el presidente del de la fiesta.
Consejo Parroquial manifestó lo si- En la opinión de los juriquenses,
guiente: la fiesta patronal es tan importante
que de ello depende en buena medi
¿Sabe cuánto se gasta en las fiestas? da que una persona gane o no la elec-
Estamos hablando de 900 mil pesos. ción para mayordomo. Durante la fiesta,
Yo les pregunté a los mayordomos: la mayordomía se sabe observada y en
¿qué ganancias tenemos?, ¿cuántos permanente escrutinio por parte del
convertidos tuviste?, hablando espiri- pueblo y los visitantes. Los rituales se
comparan, critican y evalúan de acuer- tivos del sistema, así como algunas
do con tiempos y formas establecidas. formas de financiamiento, particu
Al respecto, Portal señala que las acti- larmente aquellas que derivan sus in
vidades de las mayordomías están gresos no sólo de las contribuciones
marcadas por itinerarios minuciosos, directas, sino del trabajo en tierras
por roles prefijados y claras jerarquías, agrícolas (Portal, 1997: 151). La mayo-
legitimadas por el concepto de “tradi- ría de estos elementos perviven hoy en
ción”. La evaluación de su papel no muchas de las mayordomías, y Jurica no
sólo se hace por parte de la comunidad, es la excepción.
el santo mismo los juzga (Portal, 1997: En ocasiones los mayordomos de
160). En Jurica esto se expresa clara- las iglesias fungían como dirigentes
mente cuando la gente señala: “El Se- de las cofradías, y quizá de ahí los indios
ñor es inteligente, le gusta el trabajo retomaron esa modalidad, según afir-
que se le está entregando, valentía, va- ma Portal. Cada una de sus cofradías
lor. El Señor ve quién lo sirve y quién era administrada por un mayordomo
no, y él mismo escoge a su gente que le indígena que se encargaba de las fi-
puede servir, a los mayordomos, los va- nanzas y de las celebraciones de los
sallos y los servidores” (Porfirio Cruz santos. Las cofradías de indios se ex-
Benítez, 85 años, 22 de mayo de 2010). tendieron poco a poco, al grado que su
número y carácter independiente llegó
EL SISTEMA DE CARGOS a preocupar a las autoridades españo-
las, las cuales veían con desagrado las
Gibson sostiene que a finales del siglo fiestas que revivían tradiciones “paga-
xvii las cofradías se extendieron de ma- nas”. Esto sucedía con mayor frecuen-
nera importante porque ofrecían a sus cia, desde luego, en los pueblos de
miembros una seguridad espiritual y “visita” que no tenían sacerdote fijo
un sentido de identidad colectiva que (ibidem: 148).
faltaba en la vida indígena del siglo Estas condiciones influyeron para
xvi, en una población seriamente redu- que las cofradías, lejos de consolidarse
cida en número y que sufría dificulta- como espacios hegemónicos de control
des de diversa índole (Gibson, 2000: sobre los indios, se convirtieran en ám-
130). De la organización social de las bitos de reapropiación de significados
cofradías durante la Colonia se preser- indígenas. Durante las guerras de In
van algunos elementos de su estructu- dependencia y de la Reforma se pro
ra, como son la figura del mayordomo, fundizó esta separación, y la práctica
la elección anual, el control financiero tradicional al interior de las comunida-
sobre sus miembros (en este caso del des (sustentada en el sistema de cargos)
conjunto del pueblo), una normatividad se constituyó en el eje de la práctica reli-
ética y social sobre los participantes, giosa popular (ibidem: 150).
mecanismos de inclusión y exclusión Un elemento que predomina tanto
de sus miembros, jerarquías distingui- en Jurica como en otros pueblos y ba-
bles y prestigio para los miembros ac- rrios de la ciudad es una fuerte religio-
Primer mayordomo
Primer tenancha
Tercer mayordomo
3° y 4° 5° y 6° 7° y 8°
tenanchas tenanchas tenanchas
Número variable de mayordomos
(floreros) (cirios) (sahumerio y
(cuarto en adelante)
palangana)
Nota: El “carguista” es un término social que emplean los juriquenses. Se distingue del voluntario en que el
primero asume la cooperación económica como una obligación moral y social para con el santo patrono,
mientras el segundo puede realizar alguna actividad como “colectar”, ayudar el día de la fiesta, etc., es decir,
sin aportación económica.
quien obtuviera más votos después del funcionado desde antaño, una forma
ganador, y así sucesivamente. Se pre- de trabajo que se basa fundamental-
tendía orientar la organización hacia mente en las relaciones de confianza y
lo que en otros lugares se conoce como en la interacción cotidiana. A lo largo
Comisión de festejos o Mesa directiva, de 2010 las quejas y las inconformida-
integrada por un presidente, un teso- des fueron creciendo porque Marcelino
rero y un secretario. Lo relevante es iba cada ocho días sólo a recibir las al-
que en segundo lugar —como tesorero, cancías y a contar las limosnas, mis-
con la nueva forma de organización— mas que se quedan bajo llave en la
quedó una persona cercana al sacerdo- sacristía de la capilla. El problema,
te. La mayordomía asumió esta nueva como la gente señala, es que las res-
forma de “organización” como una im- ponsabilidades del segundo mayordo-
posición, sin embargo no pasó a mayo- mo van más allá de informar al padre
res; por lo menos durante ese año y el cuánto se recolecta. La situación no
siguiente. podía durar mucho tiempo y en la elec-
A lo largo de 2010 el padre estuvo ción de 2011 explotó.13 El procedimien
invitando a la gente de la parroquia to volvió a ser el de siempre, sólo hubo
para que propusiera candidatos o se dos candidatos: don José y Marcelino,
auto-propusiera, hizo varios llamados pero a diferencia de las dos ocasiones
durante las misas para que la gente anteriores, este año la afluencia de
que no acostumbra ir a votar, lo hicie- votantes fue mucho mayor, había dos
ra. El resultado fue que volvió a ganar contingentes claramente divididos:
don José, el primer mayordomo, y el los de “abajo” (los de la Capilla) y los de
“candidato del padre”, como veían a “arriba” (los de la parroquia). Además,
Marcelino —un vecino de la parro- unos días antes de la elección, el padre
quia—, quedó en segundo lugar por el solicitó a los contendientes interesados
número de votos. En la elección de las en participar que le hicieran llegar sus
tenanchas volvió a ganar la señora planillas.
Came (Carmela) y el segundo lugar La elección trascurrió en tensa cal-
quedó la señora Chepa (Josefa).12 Lo ma, no faltaron votantes que en el mo-
curioso es que en el caso de ellas sí se mento de emitir su voto expresaran su
respeta la forma de organización tradi- simpatía por alguno de los conten
cional, donde la que queda como prime- dientes, una mujer gritó: “¡Voto por el
ra tenancha tiene la libertad de elegir candidato de Cristo!” —en favor de
y/o invitar a su equipo de trabajo. Marcelino—. Una vez que todos ha-
En el caso de los mayordomos, el bían pasado, se procedió al conteo de
cambio introducido rompe con una for- votos: 260 para don José y 200 para
ma de organización tradicional que ha
13
Cabe señalar que aunque mi estancia en
Jurica fue por un año, he regresado cada 8 de
12
Los votos para mayordomos fueron: 68 y diciembre (día de la elección) ya que considero
30, mientras las tenanchas recibieron 51 y 27 que es el momento en donde de manera más cla-
votos, respectivamente. ra se exaltan las diferencias intracomunitarias.
Marcelino. La gente que apoyó a don le gritaban que respetara. Minutos an-
José explotó en júbilo, comenzaron a tes el mismo sacerdote dio disculpas
gritar: “sí se pudo, sí se pudo”, “¡Don a los niños por el show que los adultos
José!, ¡Don José!”. El padre felicitó a les estaban dando. En el punto más ál-
los contendientes y comentó: “recuer- gido de la situación, el sacerdote le
den que don José queda como primero pasó el micrófono a don José, esperan-
y el que queda en segundo lugar, queda do que calmara los ánimos, pero cuál
como segundo”, pero no había termina- sería su sorpresa, que éste, en lugar de
do de decir eso cuando la gente comen- decir “Sí, voy a platicar con el padre”,
zó a gritar: “¡NO!, “¡NO!,“¡NO!” “¡para lo que dijo fue: “Padre, discúlpeme pero
eso nos pidió una planilla!”, “¡para eso yo tengo que obedecer al pueblo porque
venimos a votar!”, “¡que se respete la él fue el que votó por mí”. Con estas pa-
tradición!“. labras la gente se volcó sobre él y más
El padre, para calmar los ánimos, se avivaron los ánimos. La cara del pa-
comentó que iba a platicar con don dre no dejó lugar a duda de su disgus-
José, que ése había sido un acuerdo to. Para cambiar el tema, preguntó si
que desde hace tres años los mayordo- se procedía con la elección de las te-
mos habían aceptado. Pero la gente nanchas, a lo que la gente respondió
seguía increpando al padre. La situa- que no, que primero se arreglara lo de
ción se puso muy ríspida, junto a mí, la mayordomía. Ante esta situación,
Jorge —un varón de 33 años al que decidió suspender la elección de las te-
había entrevistado en una ocasión— nanchas.
gritaba que estaban hartos de su impo- El padre Tereso tomó el micrófono y
sición y que respetara la tradición. El comentó que es peligroso cuando la
padre Tereso (uno de los dos vicarios gente le da más poder a una persona
de la parroquia) a lo lejos hacía señales que a sus sacerdotes porque ellos vie-
de silencio. La gente que apoyó a Mar- nen por mandato de Dios. Entre el tu-
celino también gritaba: “¡respeten!”, multo se oyó el chiflido de una
“¡le están faltando el respeto al pa- mentada después de esa acotación.
dre!”, “discúlpelas padre”. Las que co- Ambos sacerdotes se marcharon su-
menzaron a gritar fueron justamente mamente molestos. La gente comenzó
las mujeres, sólo algunas voces mascu- a dispersarse lentamente, pero tam-
linas, como la de Jorge, expresaron su bién iba molesta. Las implicaciones de
desacuerdo. Entre los gritos, un grupo estos conflictos pueden llegar a ser
decía “¡que se respeten las tradiciones profundas y fracturar instituciones
del pueblo!”, y en contraposición las tan sólidas como la familia.
señoras del otro grupo contestaron Lo anterior lo señalo porque des-
“¡pero nosotros también somos del pués de este acontecimiento pude pla-
pueblo!”. ticar con varios de los mayordomos y
El padre hizo una moción al orden una tenancha. Ella señaló que sus her-
porque incluso los niños le estaban fal- manas ya no le hablan, que el padre
tando al respeto, le jalaban la sotana y le mandó decir que estaba en pecado
mortal porque ella no debía meterse en oyen y dicen ‘mamá, ya llegó el de la li-
la mayordomía y menos estar hacién- mosna del Señor de la Piedad’ y ya sa-
doles los oficios. Uno de los mayordo- len y me dan la limosnita. Es cansado
mos me comentó que sus primos se porque hay que recorrer el pueblo con
fueron muy molestos con él. Otro no fue las alcancías y luego llegar a la capillita
a votar, sólo fue a dejar las flores a la a un trabajo pendiente […] Es mucho
capilla y se fue, para evitar la confron- trabajo pero muy lindo” (Piedad Ibarra
tación con su familia. Otro me dijo que Velázquez, 41 años, 14 de enero de 2010).
días antes había hablado con los ma- Empiezan sus recorridos a las 7:00
yordomos, les dijo que estaba con ellos u 8:00 de la mañana y cuando termi-
pero que se iba a abstener porque el pa nan, entre las 10:00 y las 11:00 horas,
dre lo traía bien “cortito” y no quería llevan las alcancías a la sacristía, don-
tener problemas con él, así que no se de el segundo mayordomo (tesorero) se
presentó a votar. encarga de hacer las cuentas y res-
Este hecho resulta relevante por guardar el dinero bajo llave. Esta labor
varias cuestiones, pero sobre todo por el es muy importante, pues de lo contra-
manejo de las limosnas, pues el se rio, como señaló el primer mayordomo:
gundo mayordomo o tesorero es el res- “si no salen las alcancías a recolectar
ponsable directo del dinero que entra a limosna, ¿de dónde me muevo?”. Esta
la capilla —sabe cuánto entra y en qué labor de recolección es una tarea que
se gasta—. La mayor parte del dinero en el pueblo se valora y se les reconoce.
que entra a la capilla implica realizar Algunos entrevistados señalaron que,
un trabajo colectivo que requiere vo- a diferencia de la parroquia, donde uno
luntad, tiempo y disposición para ha- va y deja su limosna, los mayordomos
cerlo, esta actividad trajo aparejadas de la capilla andan caminando y pasan
otras implicaciones que resultaron ser a pedir de casa en casa. Pareciera que
muy reveladoras y sumamente impor- es lo mismo, pero no es así.
tantes para la interacción social y la La interacción que la mayordomía
vida cotidiana en el pueblo. Para la re- tiene con el pueblo es una relación cara
colección de limosnas con las alcancías a cara, opuesta a la que tienen con el
la mayordomía dividió al pueblo en sacerdote o la gente de la parroquia.
cuatro tramos, cada domingo, uno o Estas formas de relación chocan por-
dos mayordomos recorren a pie su tra- que implican dos lógicas distintas: la
mo, la gente los reconoce porque por- segunda es anónima y no implica ren-
tan una alcancía con la imagen del dición de cuentas, no se sabe cuánto
Señor de la Piedad, pero además los entra ni quién aporta. En cambio, en la
conocen porque tienen muchos años primera lo que se valora son las for-
haciendo ese mismo recorrido, y uno de mas tradicionales de interacción so-
los mayordomos señaló: “Me agarré un cial, como uno de los rasgos de la
tramo y cada ocho días se hace ese tra- identidad local. En ese sentido el papel
yecto de recorrer. Les digo ‘la limosnita de los mayordomos es justamente ésa,
del Señor de la Piedad’, luego los niños “darles la cara”.
2003: 72), la inseguridad pública y los hace diferentes de otros espacios. La he-
proyectos enfrentados de ciudad (Ra- terogeneidad de esos lugares contribuye
mírez y Safa, 2009), existen otras ten- a la construcción de la ciudad, son los
dencias y fuerzas que actúan en que hacen manifiestas las distintas for-
sentido opuesto. Al respecto, Borja mas de habitar y significar un espacio
plantea que los movimientos ciudada- que todos compartimos, dado que la ciu-
nos de los últimos 30 años han hecho dad, como sostiene Tamayo y Wildner
importantes contribuciones a la ges- (2005: 28), es producto de la intención
tión de las ciudades y al urbanismo, y humana, resultado de la acción social,
distingue por lo menos tres: 1) la reva- escenario de conflictos sociales y deriva-
lorización del lugar, del espacio público, ción de manifestaciones culturales.
del ambiente urbano, de la calidad de Los espacios urbanos en la ciudad se
vida de la dialéctica barrio-ciudad, del (re)construyen a partir de distintos re-
policentrismo de la ciudad moderna; ferentes de identidad, como su memoria
2) la exigencia de democracia ciudada- histórica (se conservan los lugares don-
na, de concertación y participación en de tuvieron lugar acontecimientos en el
los planes y proyectos urbanos y, 3) pasado), su patrimonio arquitectónico
como consecuencia de lo anterior, o tal (edificaciones y monumentos, así como
vez como premisa, la recreación del calles), sus fiestas y tradiciones, el am-
concepto de ciudadano como sujeto de biente (referido a las formas de vida so-
la política urbana, quien se hace ciu- cial), la relación con el entorno natural
dadano al intervenir en la construc- (el territorio-signo), la cosmovisión. Y
ción y gestión de la ciudad (Ramírez y tantos otros más como los habitantes de
Safa, 2009). esos lugares construyan para preser-
Al amparo del debate ciudad-ciuda- varse a sí mismos, para conservar su
danía, Patricia Safa (2009) señala que espacio, sus instituciones y su identi-
no se puede negar el aumento acelera- dad. En la mayor parte de los pueblos,
do de las organizaciones de todo tipo: el culto a los santos, conforma una de
sociales, culturales, religiosas, de ayuda sus tradiciones más arraigadas que
mutua, entre otras. En el caso de las involucra creencias y prácticas que tras
organizaciones vecinales, la llamada cienden generacionalmente a través de
crisis de la ciudad explica su revitaliza- la memoria colectiva.
ción (Safa, 2009: 256). Los habitantes de Para el caso de Jurica, el concepto
antiguos pueblos conurbados hoy a la que ayudó a identificar la forma en que
ciudad, de los barrios y vecindarios, no ese sentido se construye fue el de iden-
se mantienen al margen ni se resignan tidad y como ésta se despliega en la
ante los procesos de trasformación y vida social a partir de la vida cotidiana
degradación de su entorno. y la organización comunitaria. Las
Los pueblos en la ciudad son espa- fiestas más importantes (entendidas
cios que se han construido a partir de como un evento ceremonial de carácter
su propia historicidad, y en eso reside su público) tienen lugar en la capilla, es
particularidad y su fuerza, lo que los un espacio consagrado —porque el
nes, y porque lo han hecho el pueblo Korsback, Leif (1996), Introducción al sis-
confía en ellos; el no hacerlo podría po- tema de cargos (antología), México,
ner en riesgo a la propia institución, ya uaem.
que lo que está en juego es su capaci- Medina, Andrés (2007), La memoria nega-
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