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La textura es el elemento visual que sirve frecuentemente de "doble" de las cualidades de otro
sentido, el tacto. Pero en realidad la textura podemos apreciarla y reconocerla ya sea mediante el
tacto ya mediante la vista, o mediante ambos sentidos. Es posible que una textura no tenga
ninguna cualidad táctil, y sólo las tenga ópticas, como las líneas de una página impresa, el dibujo
de un tejido de punto o las tramas de un croquis.
Cuando hay una textura real, coexisten las cualidades táctiles y ópticas, no como el tono y el color
que se unifican en un valor comparable y uniforme, sino por separado y específicamente,
permitiendo una sensación individual al ojo y a la mano, aunque proyectemos ambas sensaciones
en un significado fuertemente asociativo.
Textura en la arquitectura
El color puede ser dispuesto para sugerir una textura distinta del acabado superficial de la
arquitectura. Se trata de un recurso extensamente empleado en la historia de la arquitectura para
imitar materiales nobles o de gran valor, mediante el empleo de un medio económico como es la
pintura. Si el pintor posee pericia suficiente y se dan unas adecuadas condiciones de observación
que impliquen cierta distancia respecto de la superficie coloreada, pueden conseguirse efectos
muy llamativos.
“Algunos colores parecen ásperos y erizados, y otros son como pulidos y aterciopelados e
invitan a la caricia (como el azul ultramarino oscuro, el verde óxido de cromo, el barniz de granza).
Hay colores que parecen blandos (el barniz de granza) y otros que parecen tan duros (el verde
cobalto, el óxido verde-azul) que al salir del tubo ya parecen secos” (Kandinsky, 1992, p 43-44).
Una reflexión tan sutil respecto a las cualidades táctiles de los distintos tonos como la que
desarrolla Kandinsky sólo puede ser el resultado de una amplia trayectoria de experimentación
con el color en su pintura. No se ha encontrado, durante el desarrollo de la presente investigación,
a ningún arquitecto contemporáneo que se cuestione de forma consciente la vinculación que el
empleo de un determinado color continuo vaya a tener respecto de su textura intrínseca. Es decir,
la textura inherente a cada color.
Interfiera en dicha textura. En otras ocasiones se disponen estampados o texturas que no suelen
responder a una imitación naturalista de otros materiales, sino que más bien responde a una
textura abstracta nueva, basada en algún patrón geométrico. A pesar de que V. Kandinsky
señalaba las cualidades táctiles de los colores continuos, parece que la arquitectura
contemporánea no los dispone con tal intención de forma consciente, y las texturas se alcanzan
alterando físicamente la superficie de acabado o mediante alguna técnica de coloración novedosa.
CLASIFICACIÓN.
Considerando el apartado anterior podemos clasificar las texturas atendiendo a tres características
fundamentales:
VISUAL
VISUAL
VISUAL VISUAL VISUAL
VISUAL VISUAL VISUAL
VISUAL VISUAL VISUAL
TACTIL
TACTIL TACTIL TACTIL
TACTIL
TACTIL TACTIL TACTIL
TACTIL TACTIL TACTIL
TACTIL TACTIL TACTIL
NATURAL
NATURAL
NATURAL NATURAL NATURAL
NATURAL NATURAL NATURAL
NATURAL NATURAL NATURAL
ARTIFICIAL
ARTIFICIAL